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Ejemplo de comentario de texto

El Perfume

5
Patrick Süskind

En el siglo XVIII vivió en Francia uno de los hombres más geniales y


10 abominables de una época en que no escasearon los hombres abominables y geniales.
Aquí relataremos su historia. Se llamaba Jean-Baptiste Grenouille y si su nombre, a
diferencia del de otros monstruos geniales como De Sade, Saint-Just, Fouchè
Napoleón, etcétera, ha caído en el olvido, no se debe en modo alguno a que Grenouille
fuera a la zaga de estos hombres célebres y tenebrosos en altanería, desprecio por sus
15 semejantes, inmoralidad, en una palabra, impiedad, sino a que su genio y su única
ambición se limitaban a un terreno que no deja huellas en la historia: al efímero
mundo de los olores.
En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible
para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores
20 apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y
excrementos de rata, las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin
ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a
edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las chimeneas
apestaban a azufre, las curtidurías, a lejías cáusticas, los mataderos, a sangre
25 coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas
apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya
no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban los
ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo
los puentes y en los palacios. El campesino apestaba como el clérigo, el oficial de
30 artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza entera y, si, incluso el rey
apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja, tanto en verano
como en invierno, porque en el siglo XVIII aún no se había atajado la actividad
corrosiva de las bacterias y por consiguiente no había ninguna acción humana, ni
creadora ni destructora, ninguna manifestación de vida incipiente o en decadencia que
35 no fuera acompañada de algún hedor.

40
Pasos

45 1. Lectura atenta

— abominable
— zaga
— altanería
50 — efímero
— hedor
— curtiduría
— lejía
— cáustica
55 — rancio

60 2. Localización
a. Señala a qué documento pertenece el fragmento en cuestión.
b. Aporta datos relevantes del autor (biografía, bibliografía, afinidad con
movimientos literarios, artísticos, políticos, sociales, etc.).
3. Determinación del tema
65 Elabora primero el argumento y luego, a partir de él, determina el tema.
a. Argumento: resume el fragmento (debería tener entre tres y cinco
líneas).
b. Tema: redacta el tema en una frase completa (no una sola palabra).
Empieza con un sustantivo abstracto.
70 4. Determinación de la estructura
Señala entre qué líneas o versos se desarrolla cada idea del texto.
5. Análisis de la forma partiendo del tema
5.1. Determinación de elementos formales
Extrae los principales recursos literarios del texto (los que tengan mayor
75 relación con el tema), por ejemplo, figuras literarias. Si es un texto narrativo,
analiza los elementos narrativos. Si es un texto poético, presta atención a los
elementos poéticos. De igual manera, si es un texto dramático, analiza los
elementos teatrales.
5.2. Plan de ideas
80 Elabora un plan de ideas siguiendo el esquema (cada idea debe estar
desarrollad al menos en un párrafo):
a) Introducción
b) Desarrollo
a. Idea Principal A
85 b. Idea Secundaria de A
c. Idea Secundaria de A
d. Idea Principal B
e. Idea Secundaria de B
f. Idea Secundaria de B
90 g. Idea Principal C
h. Idea Secundaria de C
i. Idea Secundaria de C

c) Conclusiones

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