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Analizando Pueblo en vilo


como herramienta metodológica para el
conocimiento de la realidad social

Ana Gabriela Pérez Sandoval


2° semestre de LIE
Junio 2009

Cuarenta y un años atrás la genialidad de Luis González y González fue


plasmada en Pueblo en vilo, obra literaria que ha marcado la pauta en el
estudio de los fenómenos sociales mediante una nueva forma historiográfica: la
microhistoria. Esta obra ha sido tan importante en el ámbito de la historiografía
que el propio Carlos Ginzburg, considerado uno de los fundadores de la
microhistoria italiana, reconoció que fue la microhistoria mexicana de Luis
González, Pueblo en vilo, la que despertó su interés por el estudio de los
fenómenos micro.

Esta manera de hacer historia permite conocer como la gente vive, actúa
e interpreta, de forma particular, los acontecimientos locales o pueblerinos de
los que sólo tenemos un panorama general. También permite conocer las
motivaciones de acciones que no son siempre objetivamente analizadas o que
no son, aparentemente, relevantes. De esta forma, la microhistoria articula lo
pueblerino con los acontecimientos regionales y nacionales.

Según Luis González, la articulación que posibilita la microhistoria es


necesaria puesto que la historia oficial no es más que una microhistoria del
Distrito Federal que pocas veces rescata la percepción provincial. Por ejemplo,
Pueblo en vilo hace notar las diferencias en la percepción de un acontecimiento
nacional, como la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera, por los pobladores
de San José en Gracia, el pueblo protagonista del estudio de González. Por
eso se ha dicho que con esta microhistoria se marcó el inicio del revisionismo
histórico, ya que la historia oficial no sólo debe escribirse para legitimar el
poder sino también para dar cuenta de la diversidad de México.

¿Por qué es San José de Gracia un pueblo en vilo? Literalmente, la


definición que la Real Academia de la Lengua Española nos ofrece del término
suspendido, sin el fundamento o apoyo necesario, sin
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. Ahora bien ¿por qué
Pueblo en vilo es el nombre con el cual Luis González y González bautizó su
obra y qué relación guarda este título con el pueblo de San José en Graci a?
Será imposible conocer la razón exacta a menos que el propio autor nos la dé a
conocer, pero podemos hacer una interpretación personal, sin dejar de lado los
elementos que se nos proporcionan en la microhistoria.

San José en Gracia es un pueblo que desde que fue fundado por los
habitantes del Llano de la Cruz que se vieron en la necesidad de dejar de ser
rancheros, ha ido evolucionando rápidamente hasta llegar a ser la cabecera del

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Diccionario Océano Uno. Editorial Océano, España, 1998.
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municipio michoacano de Marcos Castellanos. Este acelerado desarrollo ha

también una transformación de las tradiciones, costumbres, valores y formas


de vida, haciendo que se redefina constantemente la identidad josefina.

Considero que es a esta inestabilidad a la que se refiere el título de Pueblo en


vilo, pues San José en Gracia ha demostrado, desde su nacimiento, ser un
pueblo dinámico que continúa hacia delante superando adversidades.

Metodología
¿Historia oficial o microhistoria? A decir de González, es bien sabido que para
la primera lo menos relevante son los testimonios particulares pues tacha su
estudio de poco objetivo, inútil y de nula importancia para crear historia general.
No obstante, el autor defiende su decisión de hacer una microhistoria de San
José en Gracia pues está convencido de que la historia oficial puede
reescribirse analizando los hechos particulares.

Aparentemente, San José en Gracia es un pueblo como cualquier otro,


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, sin algo digno de ser
aplaudido por los demás. Sin embargo es eso mismo lo que lo hace interesante
para el autor, pues observa en él tanto lo que tiene en común con el resto de
los pequeños pueblos que forman el gran mosaico que es México, como su
propia individualidad, sus singularidades, aquello que lo hace ser diferente. Por
otra parte, para Luis González resulta también interesante este pueblo, no sólo
por el hecho de ser oriundo de ahí sino porque San José en Gracia es claro
ejemplo de un pueblo que deja de estar aislado para ahora sentirse parte de un
todo, de México.

Todo esto no significa que se dejen al margen los acontecimientos


generales para centrarnos únicamente en los individuales, sino intentar crear
armonía entre ellos. Ahora bien, para que Pueblo en vilo pudiera llevarse a
cabo fue necesario llevar una metodología tomando en cuenta lo obstáculos a
los que suele enfrentarse la historiografía. Para comenzar esta investigación, el
autor no usó una hipótesis, no seleccionó los temas que abordaría y tenía
pocas ideas previas al respecto. Optó tanto por la investigación documental
como por la tradición oral, tomando como base el método etnográfico.

Para la recolección de documentos acudió al Archivo General de la


Nación, a los archivos del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, a
los de la Confederación Nacional Campesina, a los archivos de notarías y
judicial de Jiquilpan, a los municipales de Sahuayo, Cojumatlán, Mazamitla y
San José y media docena de archivos privados3. Asimismo, analizó el
Bosquejo histórico y estadístico del Distrito de Jiquilpan, de Ramón Sánchez
(1896), y Quitupan de Esteban Chávez, así como los libros Al filo del agua y
Las tierras flacas de Agustín Yáñez, La feria de Juan José Arreola y El llano en
llamas y Pedro Páramo de Juan Rulfo.

2
Luis González y González. Pueblo en vilo. Fondo de Cultura Económica, México,1984, p. 2.
3
Idem, p. 6.
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Para el uso de la tradición oral no utilizó un instrumento ni siquiera


semiestructurado o abierto, sino que simplemente se dedicó a conversar con
las personas. Cabe señalar que el autor mismo aportó a la narración con lo que
recordaba.

Para evitar admitir datos falsos o erróneos llevó a cabo el proceso de


triangulación tanto de la información obtenida a través de la tradición oral como
de la documentada; si los datos no se comprobaban no se incluían en la obra.
Sin embargo, uno de los inconvenientes con que se encontró fue la escasez de
documentos, ya sea porque muchos acontecimientos no fueron registrados o
debido al extravío de los testimonios sí existentes.

Para armar la narración, el autor utilizó dos recursos: el cronológico y el


sectorial. Pese a que pudiera parecer contradictorio, Luis González logró
unirlos. Repartió la información en periodos desiguales, primero de 300 años y
luego de 50, 30 y 25. Dentro de cada uno hizo dos cortes: el longitudinal, que
narra hechos, y el transversal que describe las estructuras. Ya desde el análisis
del índice de Pueblo en vilo podemos observar una narración de orden
cronológico, dividida en tres periodos claramente delimitados: de 1861 a 1910,
de 1910 a 1943 y de 1943 a 1967, anteponiendo una breve reseña de 300 años
de prehistoria y anexando un estudio de las clases sociales en San José en
Gracia al momento de la investigación.

Otro recurso utilizado por González es el del uso de múltiples y variadas


fotografías, tanto de personas como de lugares, que se encuentran a lo largo
de la obra y que permiten al lector darse cuenta de cómo era la gente de San
José en Gracia y cuál su forma de vida. De la misma manera, el uso de mapas
facilita la comprensión del espacio en que se desarrolló el pueblo. Así como al
observar detenidamente las obras que pintores, escultores, fotógrafos y demás
artistas gráficos ponen ante nuestros ojos, no podemos evitar intentar
introducirnos en sus pensamientos e imaginar la época en que vivieron, las
imágenes con que se ilustra esta microhistoria causan el mismo efecto.

El trabajo metodológico se realizó de manera profunda y cuidadosa para


obtener una descripción densa, característica de la microhistoria, que se
articulara de manera tal que la narración final mantuviera la forma natural del
relato original. En cada momento se atendió al estudio de los planos
económico-social, político, social, cultural y de relaciones externas.

El texto cumple, finalmente con su cometido: el de darnos cuenta de que


México es un mosaico de culturas articuladas en una cultura mayor y la
microhistoria contribuye a descubrir los vínculos de cada parte con el mosaico
total.

Trabajo multidisciplinario
La investigación social que se lleva a cabo en toda microhistoria debe ser de
carácter multidisciplinario, pues los aportes de las diversas disciplinas sociales
permiten tener una mayor comprensión de los fenómenos. Así, además de la
historia, hay que trabajar con la geografía, la arqueología, la economía, la
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sociología y la antropología. Dichas relaciones, que se delinean a continuación,


son consideradas por el autor que analizamos.

Historia-microhistoria
La historia ofrece la comprensión del pasado pero desde un panorama general
mientras que la microhistoria reduce la escala a los fenómenos particulares que
podrían pasar desapercibidos a ojos del macrohistoriador. Por eso, más que
una teoría, es una práctica historiográfica que intenta complementar a la
historia oficial. Sin embargo, a falta de teoría propia, los microhistoriadores se
ven en la necesidad de fundamentarse en la de la historia oficial, pero
adecuándola a los propios requerimientos, pues los métodos e instrumentos de
análisis son más complejos y profundos en la microhistoria.

Geografía-historia-microhistoria
El medio natural afecta muy de cerca la vida de los pobladores de determinado
lugar Factores como el clima, el suelo, la flora, la fauna, entre otros, influyen
positiva o negativamente. Esta misma influencia se da en los procesos
históricos del lugar y, de la misma manera, es menester tomar en cuenta
dichos factores en un estudio microhistórico, tal como lo hizo Luis González en
Pueblo en vilo al dar una vasta explicación del medio físico de San José de
Gracia.

Arqueología-microhistoria
La arqueología analiza los restos físicos antiguos encontrados en una
determinada zona y mediante dicho análisis puede dar cuenta de la forma de
vida que tenían en el pasado. Las respuestas que la arqueología encuentra
sirven a la microhistoria para estudiar más profundamente un lugar.

Economía-microhistoria
Las relaciones de producción, consumo, intercambio y compra y venta de
productos y servicios son determinantes en el desarrollo de un pueblo e
impactan en el crecimiento demográfico, en el cambio de hábitos, en la
diferente calidad de vida y un largo etcétera que no puede desconocer el
microhistoriador.

Sociología-microhistoria
La sociología es la ciencia que estudia las relaciones sociales que se
manifiestan dentro de un pueblo y las de éste con otros. Dichas relaciones van
cambiando y son de suma importancia en la evolución histórica del pueblo.

Antropología-microhistoria
La microhistoria estudia, entre otras cosas, el desarrollo del comportamiento
del hombre dentro de un contexto en un momento histórico, como parte de una
sociedad y con una cultura, al igual que lo hace la antropología, de la cual toma
algunas técnicas y métodos de investigación.

La microhistoria y la Licenciatura en Intervención Educativa


A lo largo de nuestra vida como estudiantes, el acercamiento que la mayoría
tenemos con la historia oficial es limitado puesto que en muchas ocasiones no
nos sentimos identificados con ella o no se llega a entender la importancia de
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una conciencia histórica. La microhistoria representa una manera de desarrollar


este análisis histórico y al mismo tiempo, dar la importancia que ella tiene
dentro de la historia oficial, puesto que muestra cómo cada historia particular va
construyendo un conocimiento histórico general.

En efecto, la microhistoria es un estudio que permite ampliar el


conocimiento de una situación social y cultural, ya que para llevarla a cabo es
indispensable hacer una descripción densa de la amplia gama de costumbres y
formas de vida que pese a sus singularidades forman un todo, el cual sólo
podrá comprenderse analizando dichas singularidades. Es un recurso muy útil
cuando se pretende conocer el aspecto social de un lugar relativamente
pequeño, puesto que contribuye a la profundización en la historia del lugar
desde su origen, develando aquellos acontecimientos y procesos que han dado
lugar a la realidad social que hoy se vive. Y una vez que se tiene este
antecedente es posible intervenir de manera eficaz para la solución de una
problemática determinada.

La Licenciatura en Intervención Educativa (LIE) fundamenta su currícula


en un modelo basado en competencias. Esto significa que busca desarrollar en
el estudiante diversas habilidades y conocimientos, competencias, que le den
una formación integral. Dichas competencias se encuentran conformadas por
: el
saber referencial, el saber hacer y el saber ser y convivir. Dentro del curso
Desarrollo Regional y Microhistoria, el estudio de la teoría y práctica de la
microhistoria nos ha permitido construir una conceptualización sobre el tema y
sobre la metodología y técnica que utiliza esta perspectiva historiográfica.
Junto con ello, hemos podido analizar cuál es su función dentro de la
licenciatura.

Pueblo en vilo es el recurso utilizado para realizar, como habilidad, la


confrontación entre los conocimientos referenciales previamente estudiados y
una práctica historiográfica concreta. Esta obra tuvo a bien ilustrarnos acerca
de la manera en que debe realizarse una investigación microhistórica: cómo se
recolecta la información que ofrecen distintas fuentes, cómo se hace la
selección de datos, cómo se articula toda la información obtenida para lograr la
producción de una microhistoria de calidad tanto en el fondo como en la forma.
Así, la lectura y posterior análisis de Pueblo en vilo nos ha dotado de las
herramientas necesarias para que como LIEs llevemos intentemos llevar a
cabo sencillos estudios históricos de un lugar, dando pie a la obtención de un
conocimiento mayor del área de estudio, tanto en cuanto a la forma de vida,
costumbres y tradiciones de la gente, como en cuanto a las problemáticas que
en ella tengan lugar, invitando a una intervención educativa mejor
fundamentada.

Asimismo, el texto ha logrado que como estudiantes adquiramos las


competencias que el curso tiene como objetivo desarrollar.
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Bibliografía

Diccionario Océano Uno. Editorial Océano, España, México, 1998.

GONZÁLEZ Y GONZÁLEZ, Luis. Pueblo en vilo. Fondo de Cultura Económica,


México, 1984.

Letras Libres. México, mayo


2008. (Versión editada por la cátedra Desarrollo Regional y Microhistoria, LIE,
UPN 112, Celaya, México).

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