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UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO

FACULTAD DE HISTORIA

Curso: Métodos de la historia I

Profesora: Dra. Cecilia Adriana Bautista Munguía

CARACTERÍSTICAS DE LA MICROHISTORIA

Alumno: Ismael Torres Cuevas

5° Semestre, Sección: 02

Fecha: 08-01-19
Introducción

En el presente trabajo, pretendo exponer de manera general las características más


importantes de la Microhistoria propuesta por Luis González y González a partir de su obra
más emblemática Pueblo en vilo. Esto, aunque en principio, debería tener la finalidad de
mostrar cómo mi tema de proyecto de investigación se podía insertar dentro la microhistoria
y la funcionalidad que tendrían los conceptos propios de la misma; sin embargo, esto no fue
posible, por lo tanto, el objetivo del presente texto será mostrar el por qué el tema elegido
para la investigación no se adapta a la línea aquí expuesta, y cómo algunos de sus conceptos
pueden contribuir a llevar a buen término la investigación planteada.

En este sentido, el trabajo ha sido dividido en cinco apartados. El primero aborda las
tendencias disciplinarias que han sido denominadas como microhistoria en diferentes
lugares. El segundo describe de forma breve las características más importantes de la
microhistoria propuesta por Luis González y González. El tercero presenta la definición de
los principales conceptos empleados por la microhistoria. El cuarto expone algunos trabajos
de carácter microhistórico o que han abordado esa línea de investigación. Finalmente, el
quinto se ocupa de una reflexión sobre aquellos elementos de la microhistoria que se prestan
para contribuir de alguna manera al tema de investigación electo.

1
Diferentes microhistorias…

Existen varias formas de hacer historia local, que aunque pudieran tener algunas
similitudes, sus enfoques y perspectivas respecto al objeto de estudio son distintos, así como
las técnicas que aplican. Por lo tanto, “lo que hoy llamamos ‘historia local’ se ha denominado
de diversas maneras, según el lugar donde se la escribe y las tendencias disciplinarias
asociadas a su práctica”.1 Una de ellas es la microhistoria.

La palabra "microhistoria", fue usada por Braudel en la introducción al Traité de


sociologie (1958) que dirigió Georges Gurvitch. Según Luis González y González, el término
carecía de "significación concreta reconocida". Sin embargo, Carlos Ginzburg sostiene que
para Braudel

Tenía un significado muy preciso, pero negativo: era sinónimo de "histoire


événementielle", de aquella "historia tradicional" que veía la " soidisante his toire du
monde" dominada por protagonistas similares a directores de orquesta. En el ámbito
del tiempo breve y espasmódico, Braudel sostenía que esta historia tradicional era de
todos modos menos interesante que la microsociología por una parte, y que la
econometría por otro.2

Por lo tanto, Ginzburg señala que, el primero en emplear el término de


“microhistoria”, como una autodefinición. fue el estudioso americano, George R. Stewart, en
1959 cuando escribió Pickett 'S Charge. A Microhistory of the Final Attack at Gettysburg,
July 3, 1863, en donde analiza minuciosamente el momento culminante del acontecimiento
principal de la batalla decisiva de la guerra civil americana, partiendo de la historia
universal.3

1
Patricia Arias, «Luis González. Microhistoria e historia regional», Desacatos (Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores de Antropología Social), nº 21 (mayo-agosto 2006): 2,
‹http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13902112›.
2
Carlo Ginzburg, «Microhistoria: dos o tres cosas que sé de ella», Manuscrits, nº 12 (1994): 16,
‹https://ddd.uab.cat/record/39470›.
3
Ginzburg, Microhistoria, 15-16.

2
Posteriormente, en 1968, de forma totalmente independiente a Stewart, Luis González
y González insertó el mismo término en su monografía Pueblo en vilo. Microhistoria de San
José de Gracia. En dicha obra, el autor analiza las transformaciones producidas durante
cuatro siglos en un pequeño pueblo. Usa el término de microhistoria como sinónimo de
historia local con un enfoque cualitativo, no cuantitativo. Debido al éxito de la obra, González
y González realizó otras publicaciones en las que teorizó sobre su planteamiento y enfoque,
además distinguió

La microhistoria de lapetite histoire, anecdótica y sin crédito; confirmando su


identidad con lo que en Inglaterra, Francia y Estados Unidos se llama historia local,
y que Nietzsche había definido como "historia anticuaria y arqueológica". En
definitiva, para eliminar las objeciones suscitadas por la palabra "microhistoria",
sugirió dos alternativas: historia "matria", idónea para designar el mundo "pequeño,
débil, femenino y sentimental de la madre" que es aquél que se reduce a la familia o
al pueblo; o bien historia yin, el término taoísta que evoca todo aquello que hay de
"femenino, conservador, terrestre, dulce, oscuro y doloroso".4

El término italiano microstoria, que depende de la tradición francesa microhistoire,


apareció por primera vez en Italia, en Il sistema periódico de Primo Levi. En él, reaparece
la idea de la “reducción a escala” sugerida por la palabra “microhistoria”. Posteriormente,
Richard Cobb conformaría una nueva tendencia, diferente a las anteriores, con “Zaharoff
lecture” (1976), donde

Cobb partía de la irónica simpatía de Queneau por personajes tímidos, modestos,


provincianos en sus novelas; se apropiaba de sus palabras para contraponer los
hechos anecdóticos (los únicos interesantes) a los de la política; y concluía
asumiendo como lema propio la imprecación lanzada por Zazie en relación a
Napoleón. En definitiva, una exaltación de la historiografía menor (Cobb no
utiliza el término "microhistoria") frente a una historiografía basada en los grandes
y poderosos.5

4
Ginzburg, Microhistoria, 15-16.
5
Ibíd., 18-19, 20.

3
A finales de la década de los 70s, Carlo Ginzburg, junto a Giovanni Levi y Simona
Cerutti, comenzaron a publicar una colección titulada "Microstorie", denominando así, una
nueva práctica historiográfica con otro tipo de fundamentos. En esta escuela italiana, liderada
por Carlo Ginzburg, destacan otros representantes como Cesare Pavese, Italo Calvino y
Giulio Einaudi, así como Mijail Bajtin y Emmanuel Le Roy Ladurie.6

Buscan recuperar por medio de la historiografía, la cultura de los sectores populares.


Se caracterizan por sus raíces marxistas, la asunción de la narratividad en el discurso
histórico, buscan reconstruir un fragmento de la cultura de las clases subalternas o cultura
popular, además de su aproximación a la antropología.7

Como ejemplo, en Mijail Bajtín, La cultura popular en la Edad Media y en el


Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais, se parte de un objeto relativamente
reducido: la cultura popular en el contexto de la obra de Rabelais. El análisis es
verdaderamente micro, pues “cada expresión, cada afirmación, es el resultado de un análisis
detallado y de una información basta.” Esta historia local se apoya fundamentalmente en
fuentes cualitativas y hace interpretaciones auxiliada con herramientas propias de la
antropología y la hermenéutica.8

Es en esta corriente de la microhistoria donde es más notorio el papel de la narrativa


en su función argumentativa y en la captación de los elementos propios del mundo
estudiado para construir el relato histórico. Cada autor permite apreciar formas claras
de construcción del relato con intencionalidad de dejar en claro la rigurosidad en el
análisis de los textos y los hechos para que su relato no pierda la condición de
histórico y que, simultáneamente la argumentación, la interpretación valorativa y la
preocupación por el lector, den como resultado textos atractivos.9

6
Ibíd., 13; Francisco Zuluaga, «El paraguas: "Las formas de hacer Historia Local".» Historia y Espacio
(Universidad del Valle) II, nº 26 (2006): 12. ‹https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2362800›.
7
Zuluaga, El paraguas, 12.
8
Ibíd., 15.
9
Ibíd., 16.

4
La microhistoria gonzaliana

A continuación, se aborda el concepto de microhistoria implementado por Luis


González y González, debido a que por el momento, es al que más se acerca el tema de
investigación elegido, lo cual explico con mayor detalle al final de este texto.

La Microhistoria, denominada indistintamente por Luis González y González como


historia anticuaria, historia local, historia pueblerina, historia parroquial, historia matria, de
la patria chica, municipal, concreta, de campanario, estudia

Los avatares de un terruño desde su fundación hasta el presente. Pregunta por los
sucesivos actores y acciones de la minicomunidad. Toma muy en serio la geografía,
los modos de producción y los frutos del ámbito municipal. Le da mucha importancia
a los lazos de parentesco y demás aspectos de la organización social. Destaca los
valores culturales de las distintas épocas. Confronta lo lugareño con la región y la
patria común.

Se asoma a la vida del pequeño mundo al través de multitud de reliquias y testimonios.


Ve, escucha y lee con sentido crítico. Hace serios esfuerzos de comprensión. Le
importan poco las relaciones causales y no disfraza el habla corriente con terminajos
a la moda.10

En otras palabras, su objeto de estudio es un poblado y todo lo relacionado a él,


construyendo una historia total de esa localidad. Esto lo hace a través de todo tipo de fuentes
escritas, orales, imágenes, documentos, entrevistas y experiencias personales. “Se asemeja a
la gran historia en la complejidad de sus manifestaciones pero se diferencia en que no busca
producir generalizaciones o reflexiones abstractas”. Sus análisis son preferencialmente
cualitativos, a partir de la crítica histórica. Interpreta y presenta sus resultados a partir “de la
escala de valores de sus gentes para construir un relato sencillo pero artístico”.11

10
Luis González, «Terruño, Microhistoria y Ciencias Sociales», En Región e Historia en México (1700-1850).
Métodos de análisis regional, de Pedro Pérez Herrero, México: Instituto Mora / UAM, 1991: 9.
11
Zuluaga, El paraguas, 11-12.

5
En este sentido, se puede observar la distinción de la microhistoria por el tratamiento
de cuatro elementos: espacio (reducido), tiempo (largo), sociedad (poca) y vicisitudes. Busca
“sobre todo lo cotidiano, el menester de la vida diaria, la vida vivida por todos, los quehaceres
comunales sin teoría y las creencias comunes sin doctrina”.12 La tarea de la microhistoria era
“encontrar lo específico de cada sociedad y comprender las acciones de la gente en su
contexto y en su tiempo”.13

También se ocupa de los temas de moda, pero no menoscaba los asuntos de siempre.
Ocupan “un sitio prominente creencias, ideas, devociones, sentimientos y conductas
religiosas. Lo mismo cabe decir de ocios, fiestas, y otras costumbres sistematizadas”.14

“Se enfoca la vista hacia todas direcciones: lo durable y lo efímero, lo cotidiano y lo


insólito, lo material y lo espiritual. Se hace un poco de todo: demografía y economía
retrospectivas; se tocan varios aspectos de la vida social (la familia, los grupos y las
clases, el trabajo y la ociosidad, … )”.15

De igual manera, debido a que la comunidad siempre estuvo abierta y expuesta a


influencias, “toma muy en cuenta los contactos y relaciones que han existido entre un pueblo
y otro”.16 Con todas estas características, la microhistoria permite “comprender cómo las
personas interpretan su momento histórico y cómo, a través de esa interpretación, responden
a los problemas que se les plantean”.17

12
Luis González, Pueblo en vilo, Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 1995, 16; Luis González,
Nueva invitación a la Microhistoria, México: FCE / CONAFE, 1982, 38.
13
Arias, Luis González, 184.
14
González, Nueva invitación, 39.
15
González, Pueblo en vilo, 18.
16
Arias, Luis González, 181
17
Juan Pedro Viqueira, «Todo es microhistoria.» Letras libres, nº 113 (2008): 49,
‹https://www.letraslibres.com/mexico/todo-es-microhistoria›.

6
Otros conceptos de la microhistoria

En las siguientes líneas explicaré algunos otros conceptos relacionados directamente


con la microhistoria. El primer concepto empleado se refiere al espacio donde se desenvuelve
el objeto de estudio, es el terruño, el cual se entiende como

Un ámbito territorial que se abarca de una sola mirada, que tiene una extensión de
unos mil kilómetros cuadrados, donde todo mundo se conoce más o menos bien entre
sí, donde los lazos de parentesco y amistad abundan. Los términos de terruño y
municipio son equivalentes en la mayor parte del territorio mexicano.18

También llamado por Luis González y González como, mi tierra, el municipio, la


parroquia, el pueblo y la tierruca, el terruño se separa de otros terruños por límites
administrativos; tiene su pueblo y sus rancherías; su población es escasa, lo que contribuye
a que se conozcan entre ellos. Debido a que el medio natural afecta muy de cerca la vida
rústica, se toman en cuenta las constantes geográficas y los ciclos temporales. Se describe el
suelo, la flora, la fauna, los diluvios, las sequías, los terremotos, los cometas, las auroras, las
epidemias y las endemias.19 Por lo tanto, es fundamental el análisis del ambiente físico, del
medio natural. Así, se presta atención a las “transformaciones impuestas por los lugareños al
paisaje”, para “conocer y entender el espacio que construían, transitaban, eludían,
significaban las sociedades, porque esa relación naturaleza-sociedad impactaba la
organización y dinámicas sociales”.20

El segundo concepto corresponde a la Matria, la cual, en contraposición a la patria,


designa “el mundo pequeño, débil, femenino, sentimental de la madre […] es decir, la
familia, el terruño”. De esta manera, la microhistoria viene a ser “la narrativa que reconstruye
la dimensión temporal de la matria”.21 La matria puede tener fronteras naturales pero siempre
tiene fronteras sentimentales; “puede ser un pequeño cuerpo político perfectamente

18
González, Nueva invitación, 147.
19
González, Terruño, 2; González, Pueblo en vilo, 17.
20
Arias, Luis González, 181.
21
Ibíd., 181.

7
delimitado por accidentes naturales, pero también una multitud de islotes familiares muy
alejados entre sí, sólo oriundos de la misma comunidad”.22

El tercer concepto es el tiempo microhistórico, el cual siempre es largo: desde los


tiempos más remotos, hasta el presente. Se ubica entre los largos y lentos tiempos de la
geografía y la costumbre.23

El cuarto concepto es la tipicidad del terruño, pues “en su tipicidad está su fuerza”.24
La microhistoria analiza lo cotidiano, el menester de la vida diaria, los quehaceres y creencias
comunes, lo que se repite una y otra vez, lo que conforma un comportamiento típico y
predecible, característico de la sociedad del terruño.25

El quinto concepto es la sociedad microhistórica (objeto de estudio). Esta es el


conjunto de familias que comprenden el pueblo, en el cual todos se conocen entre sí, y se
establecen relaciones concretas, únicas, personales e inmediatas.26

Algunos trabajos sobre microhistoria

A continuación, presentaré de manera general algunas investigaciones relacionadas a


la microhistoria. La primera, es la obra emblemática de esta línea de investigación, Pueblo
en vilo (1968), en el que Luis González y González expone la historia universal de su pueblo
natal San José de Gracia, desde el siglo XVI hasta el XX. En él hizo un viaje de ida y vuelta
entre el campo y la ciudad en sentido contrario; planteó el aislamiento geográfico del pueblo
y su poca integración a la historia nacional, logrando crear conciencia de los rancheros
mexicanos. Penetró “en las conciencias de los hombres del campo y reconoció la profunda

22
González, Nueva invitación, 37.
23
Arias, Luis González, 181.
24
González, Pueblo en vilo, 16.
25
Arias, Luis González, 181, 183.
26
Ibíd., 181; González, Nueva invitación, 37.

8
desconfianza de estos hacia las guerras y las revoluciones, en las que les toca siempre
desempeñar el papel de carne de cañón”.27

La obra se encuentra dividida en tres partes, las que a su vez se subdividen en varios
apartados. La primera va desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX, enfatizando
principalmente la conformación y fundación del pueblo; la segunda parte abarca la primera
mitad del siglo XX, donde habla de las revoluciones; en la tercera parte aborda, desde los 40s
hasta los 60s, el posterior desarrollo de la comunidad estudiada. En cada uno de los capítulos
hace un diálogo entre la historia local, la regional y la nacional, mostrando las interrelaciones
existentes entre esos ámbitos.28 Asimismo, esta obra cuestionó “desde la raíz el statu quo
historiográfico imperante”, comenzando así, el revisionismo histórico desarrollado en
México a partir de 1970.29

Los principales conceptos que implementó Luis González y González, y que a partir
de entonces serían característicos de esta línea de investigación, fueron los de microhistoria,
terruño, matria, tiempo microhistórico, sociedad microhistórica y tipicidad. Posteriormente
estos y otros conceptos, fueron ampliamente explicados en Invitación a la microhistoria
(1973), Nueva invitación a la microhistoria (1982) y el artículo “Municipio en vilo”,
publicado en el libro Todo es historia. De estos, por falta de tiempo a continuación se hablará
solamente sobre el segundo.

Nueva invitación a la microhistoria es una compilación de artículos con los que el


autor se propone explicar en qué consiste la microhistoria y los demás conceptos relacionados
a la misma, las diferencias con otros tipos de historia, las aportaciones mexicanas, los
defectos que han presentado los estudiosos de la microhistoria, tres destacados historiadores
provincianos, el Colegio de Michoacán como opción para la especialización, y una pequeña
guía para los monógrafos de las provincias mexicanas.

A finales de siglo pasado, el mismo autor escribió el artículo “Terruño, Microhistoria


y Ciencias Sociales” en el libro Región e Historia en México (1991), donde expone los
servicios que presta la historia matria o microhistoria a las ciencias sociales. Dividió su texto

27
Viqueira, Todo es Microhistoria, 55.
28
Ibíd., 50.
29
Ibíd., 51.

9
en cuatro apartados; en el primero explica la definición y características del terruño, en el
segundo la microhistoria, y en el tercero, la importancia de la misma para las ciencias
sociales.

De esta manera, González y González plantea que la microhistoria “es la menuda


sabiduría” que hace libres a los terruños “y les ayuda al cambio en un sentido de mejoría”,
además señala a la microhistoria como auxiliar de las ciencias sociales. “Ha venido a ser
recientemente sierva o ancila de las ciencias sistemáticas de la sociedad; destruye falsas
generalizaciones y permite hacer generalizaciones válidas a los científicos sociales”.30 (p. 10)

Es importante añadir, que después de Pueblo en vilo, Luis González y González


publicó otras tres microhistorias: La tierra donde estamos (1971), Zamora (1979) y Sahuayo
(1979).31 En ellas el autor empleó la misma metodología y conceptos con los que construyó
su primera microhistoria. Son historias universales porque

Pretenden dar una visión general y unificada de los diversos ámbitos que conforman
la vida social, recogiendo las experiencias de sus pobladores presentes y pasados,
pobladores que no separaban sus prácticas demográficas de sus creencias religiosas,
la economía de sus ideales de prestigio, la política de sus relaciones familiares y
personales.32

Tanto Zamora como Sahuayo, fueron parte de un programa de monografías


municipales del estado de Michoacán, asesorado por el mismo Luis González, que dio como
resultado la publicación de 21 monografías que sintetizan el desarrollo histórico de 31
municipios. Estas se concibieron en gran medida bajo los criterios metodológicos de la
microhistoria.

Cada monografía se propone diseñar un conocimiento redondo de un municipio,


aspira a la comprensión de sus hombres, al dibujo de su geografía, su historia,

30
González, Terruño, 10.
31
Arias, Luis González, 177-178.
32
Viqueira, Todo es Microhistoria, 49.

10
economía, organización social, participación política, su vida en relación con otras
comunidades, y busca la definición del municipio que trata.33

Tiempo después, Patricia Arias escribió el artículo “Luis González. Microhistoria e


historia regional” (2006), en la revista Desacatos. En este la autora pretende mostrar las
semejanzas y diferencias entre microhistoria e historia regional, a partir de la obra de Luis
González y González. Para ello, divide su texto en tres partes: en la primera, la autora hace
una breve descripción del itinerario intelectual de Luis González; en la segunda nos explica
en qué consiste la microhistoria según Luis González; en la tercera expone el enfoque de la
historia regional empleado por Luis González y sus obras destacadas.

Dos años después, Juan Pedro Viqueira escribió un artículo titulado “Todo es
microhistoria” (2008) en la revista Letras libres, donde plantea a partir del análisis de la obra
de Luis González y González, que se pueden estudiar varios ámbitos, además del pueblerino,
con un enfoque microhistórico, como lo empleó el autor de Pueblo en vilo. Estos ámbitos
son los intermediarios culturales y las comunidades institución, conceptos que analiza,
además de los mencionados anteriormente en este trabajo.

33
Gerardo Sánchez, «Las historias generales y los estudios monográficos en Michoacán», en Historiografía
michoacana. Acercamientos y balances, de Gerardo Sánchez y Ricardo León (coord.), 13-32. Morelia: Instituto
de Investigaciones Históricas / Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2000, 26.

11
Reflexión final

Después de revisar varios artículos y algunos libros sobre microhistoria, la mayoría


ya citados anteriormente, me he dado cuenta de que mi tema de tesis, o mejor dicho, mi tema
del proyecto de investigación no se inserta dentro de la línea microhistórica, no obstante
algunos conceptos podrán ser de utilidad. A continuación explico los motivos.

El tema elegido para el proyecto de investigación corresponde al pueblo de Ixtlán, en


Michoacán, de 1910 a 1922 aproximadamente, periodo correspondiente al de la Revolución
Mexicana. En este sentido, en lo que respecta al espacio, sin duda alguna, el concepto de
terruño se adapta muy bien, pues se ha elegido a un pueblo para su estudio durante el periodo
ya señalado, el cual cumple con las características propias de tal concepto: extensión
reducida, población escasa, es decir, la sociedad microhistórica que viene a ser el objeto de
estudio de la microhistoria; todos conocidos entre si, con fuertes lazos de parentesco y
amistad; de límites administrativos, cuenta con su pueblo y sus rancherías; así como la
posibilidad del análisis del medio natural, lo que permitirá comprender la organización y
dinámicas sociales.

En el caso de la matria, prefiero no tomarlo a consideración debido a que una de sus


características es la delimitación, es decir, sus fronteras son más de carácter sentimental que
natural o físico, por lo que creo, este tiene mayor funcionalidad en las monografías locales o
municipales. Como se mencionó anteriormente, el tiempo microhistórico debe ser largo,
desde lo remoto hasta lo contemporáneo, en mi caso, el periodo de tiempo elegido es muy
corto, de 1910 a 1922 aproximadamente, acorde al desarrollo de la revolución mexicana.

Sobre el concepto de la tipicidad, mayormente referente a lo cotidiano, me parece que


contribuirá enormemente y principalmente para analizar de qué manera o en qué medida la
vida cotidiana del terruño elegido, es decir Ixtlán, se vio afectada o posibles cambios en ello
a partir de los acontecimientos relacionados a la revolución.

El haber recurrido en parte a la microhistoria, me ha permitido también, darme cuenta


de que para obtener la información para mi tema se requiere la consulta de una gran parte de
archivos municipales y parroquiales, así como fuentes de todo orden.

12
Referencias

Arias, Patricia. «Luis González. Microhistoria e historia regional.» Desacatos (Centro de


Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social), nº 21 (mayo-agosto
2006): 177-186. ‹http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13902112›.

Ginzburg, Carlo. «Microhistoria: dos o tres cosas que sé de ella.» Manuscrits, nº 12 (1994):
13-42. «Microhistoria: dos o tres cosas que sé de ella», Manuscrits, nº 12 (1994): 16,
‹https://ddd.uab.cat/record/39470›.

González, Luis. Nueva invitación a la Microhistoria. México: FCE / CONAFE, 1982.

—. Pueblo en vilo. Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 1995.

González, Luis. «Terruño, Microhistoria y Ciencias Sociales.» En Región e Historia en


México (1700-1850). Métodos de análisis regional, de Pedro Pérez Herrero, 23-36.
México: Instituto Mora / UAM, 1991.

Sánchez, Gerardo. «Las historias generales y los estudios monográficos en Michoacán.» En


Historiografía michoacana. Acercamientos y balances, de Gerardo Sánchez y
Ricardo (coord) León, 13-32. Morelia: Instituto de Investigaciones Históricas /
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2000.

Viqueira, Juan Pedro. «Todo es microhistoria.» Letras libres, nº 113 (2008): 48-56.
‹https://www.letraslibres.com/mexico/todo-es-microhistoria›.

Zuluaga, Francisco. «El paraguas: "Las formas de hacer Historia Local".» Historia y Espacio
(Universidad del Valle) II, nº 26 (2006): 1-23.
‹https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2362800

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