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Repensando la movilidad: La ciudad de los 15 minutos

Por Francisca Galaz

Hoy hablamos de los barrios como algo positivo, pintoresco, pero como algo que quedó en
el pasado. Se habla de los almacenes de barrio, sobre comprar local y sobre el apoyo a los
emprendimientos locales, pero esto queda desplazado hacia ciertos barrios como serían el
Barrio Italia o el Barrio Yungay en la Región Metropolitana. Lo cierto es que nosotros somos
los que nos quedamos en el pasado al tener esta visión, ya que las ciudades que quieren
avanzar hacia un diseño urbano más sustentable, se proyecta que el futuro de las ciudades va
hacia el barrio. Es así como nace la idea de “La ciudad de los 15 minutos”, la cual plantea
que la ciudad debe ser una suma de barrios autosuficientes en los que todos los servicios
básicos y esenciales se encuentren a máximo 15 minutos en bicicleta o a pie. La recién electa
alcaldesa de París, Anne Hidalgo, tiene como una de sus propuestas principales adaptar la
ciudad conforme a esta idea.
El urbanista Carlos Moreno es quien formuló esta propuesta bajo la premisa de que
desperdiciamos media vida entre atascos en el transporte, lo que nos agota física y
mentalmente. Otro aspecto que Moreno consideró es que el medio ambiente también se vería
beneficiado debido al gran impacto que supone el modelo de transporte actual que predomina
en las ciudades. Esto también disminuiría focos de contaminación al descentralizar las
ciudades, focos que se concentran en los centros de las ciudades debido a la gran presión
demográfica que estas presentan.
No se trata de no poder movilizarse más allá de nuestro propio barrio, sino de que todo lo
esencial para la subsistencia se pueda encontrar cerca (colegios, abastecimiento de comida,
trabajo, salud, etc.) y que solo tengamos que movilizarnos por cosas que deseamos hacer por
placer o entretención, no por obligación, por ejemplo, para ir al cine, museos o a eventos
deportivos. Esto sirve además para descongestionar el transporte público, el cual no hay que
olvidar, hay que potenciarlo, mejorarlo para que cuando se tenga que salir del barrio, se haga
mediante éste y no en vehículos particulares.
Recorrer distancias más cortas mejoraría enormemente nuestro bienestar, nos da más tiempo
para pasar con nuestros seres queridos, para hacer las cosas que nos gustan, para ejercitarnos,
descansar, etc. Además, disminuiríamos el estrés de la movilización y el desgaste físico que
esto supone. Desmovilizarnos ayuda a fortalecer las redes vecinales y el sentido de
pertenencia que tenemos con nuestros barrios, cuando esto pasa, se logra generar espacios
comunes que los mismos vecinos son quienes cuidan y mantienen. Esto ayudaría
enormemente a recuperar los pequeños emprendimientos y negocios locales que se vieron
tan perjudicados con la crisis del coronavirus.
Este concepto desafía algunas desigualdades económicas y de género. En la ciudad como hoy
la conocemos y vivimos, los pobres trabajan donde pueden hacerlo, independiente de que
tengan que atravesar toda la ciudad o región para hacerlo, mientras que los más adinerados
trabajan donde quieren, donde les acomoda. Por otra parte, las mujeres suelen elegir trabajos
más cercanos a sus hogares porque sus roles se encuentran más ligados a la crianza de los
hijos en comparación a los hombres, el concepto de esta nueva ciudad dejaría a mujeres y
hombres más cercanos a la crianza, más cerca de sus hogares y con las mismas oportunidades
de hacerse cargo de aspectos de la crianza como por ejemplo el transporte hacia y desde los
colegios.
El creador de este proyecto plantea que la idea de segmentar no se trata de crear guetos, ni
de dividir los barrios por su clase social, sino que se debe reequilibrar los barrios, inyectando
recursos en las zonas más empobrecidas y construyendo viviendas sociales en los sectores
más adinerados. Un claro ejemplo del sistema urbano actual se vería con las empleadas
domésticas que muchas veces deben atravesar todo Santiago para llegar a la casa donde
trabajan, sacrificando su tiempo y su vida familiar, privándose de estar cerca de sus hijos y
de su hogar.
Hoy nos vemos enfrentados a una terrible pandemia mundial, lo cual es una de las amenazas
que se esperaban por como nos estamos relacionando con el medio ambiente y por como
estamos usando nuestros recursos naturales. Ya estamos viviendo las consecuencias del
cambio climático y se avecinan situaciones y condiciones mucho más graves si no hacemos
algo al respecto. Tenemos la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida, nuestros hábitos de
consumo, nuestra manera de movernos y nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza
antes de que sea demasiado tarde. Esta propuesta de vida urbana que rompe con nuestro
actual urbanismo segmentado tanto espacial como socialmente, aboga por reconstruir el
sentido de pertenencia por los lugares que habitamos y por conocer y relacionarnos con las
personas que nos rodean, rompiendo ese anonimato en el que vivimos, el cual va de la mano
con un inmenso sentimiento de soledad. No estamos solos, todos nuestros actos están
relacionados de una u otra manera, todos habitamos esta tierra, todos somos parte de la crisis
climática actual, pero también juntos es que podemos ser la solución a este.

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