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ARQUIDEMIA

Romina Ahumada, Sebastián Sáez, Darlyn Valladares (Encargada grupo)


Rahumada2022@udec.cl Ssaez2022@udec.cl Dvalladares2022@udec.cl
” Conocer el pasado, para entender el presente y así proyectar el futuro”
Esta frase se ha atribuido a distintas personas, y si bien no se conoce con exactitud su
autor, si podemos confirmar su veracidad. Para poder entender muchas de las cosas que
hoy vivimos en materias como forma de los espacios, la manera en que los habitamos,
aforos, entre otros, tenemos que remontarnos a qué ocurrió hace casi 3 años atrás. A
finales de diciembre del año 2019 se reportaron a la OMS los primeros casos de personas
contagiadas con un virus desconocido en Wuhan, China, esto para los chilenos fue una
señal de alerta ya que además de estar viviendo un estallido social donde el país se había
sacudido lleno de protestas y destrozos, también teníamos a puertas un virus que
prontamente se convertiría en una de las pandemias más grandes de todos los tiempos.
Fue así como llegó el día 3 de marzo el primer caso confirmado de SARS-CoV-2 a Chile,
una semana después la OMS anuncia estado de pandemia a nivel mundial, Así fue cómo
comenzaron las famosas cuarentenas, los cierres de fronteras, cancelación de vuelos,
toques de queda, educación y trabajo online, el uso permanente de mascarillas, entre otras
cosas. La pandemia que hoy estamos viviendo, ha dejado millones de muertes a nivel
mundial y el miedo constante de contagiarnos nos obligó a adaptarnos a esta nueva realidad
en distintos ámbitos, donde la arquitectura no ha sido la excepción. Y la pregunta es ¿Cómo
cambió la arquitectura en este último tiempo? ¿Cómo esta puede mejorar la vida de las
personas aisladas al tiempo que contribuye a evitar y dar una solución adaptable para
futuras pandemias?
No es menudo el reto al que se enfrentan los arquitectos. Si bien el mundo evoluciona a
una velocidad vertiginosa y lo que conocemos hoy no es lo que conoceremos mañana. La
arquitectura da soluciones a cómo vivimos de forma individual y en sociedad en entornos
naturales y urbanos. Es por ello por lo que tiene una gran responsabilidad en cómo
desarrollamos nuestras rutinas como seres humanos y cómo daremos funcionalidad a
espacios estratégicos.
Con las cuarentenas, nuestras propias casas se han vuelto prácticamente el centro de todas
nuestras actividades, tanto, que mucha gente hoy en día se considera mucho más “casera”.
Desde oficinas a gimnasios, nuestras viviendas tuvieron que convertirse en espacios
multiuso, cuando muchas no fueron diseñadas para eso. Así también se puede decir que
algunas de las zonas de las viviendas, como la terraza, el patio o incluso un balcón, han
adquirido un valor añadido, ya que para muchos este espacio abierto fue el único contacto
con el aire libre durante las cuarentenas, una ventaja muy valorable en ese contexto.
Y si hablamos de espacios públicos, podemos decir que hemos sido testigos del cambio en
la configuración de estos. Por ejemplo, al ingresar a las tiendas, estas suelen tener el
recorrido previamente señalizado, con una puerta de ingreso distinta a la de salida; en los
restaurantes, por temas de aforo y distanciamiento social, las mesas deben encontrarse al
menos a dos metros de distancia entre sí, las áreas deben estar siempre ventiladas y se
han reestructurado muchos lugares para evitar las grandes aglomeraciones.
A nivel social, se ha generado una necesidad de crear lugares saludables tanto con la
naturaleza como con nuestra propia salud. Las personas necesitan salir, ahora más que
nunca, pero también necesitan sentirse seguras y mantenerse sanas. Es por este motivo
que hay que potenciar y entender al urbanismo táctico, que está pensado en el bienestar
social, un urbanismo local, puntual, centrado en acciones controladas. Se especula que los
espacios públicos se moverán hacia una mayor automatización para mitigar el contagio, la
tecnología ayudará a avanzar con este nuevo cambio. Puertas automáticas, ascensores
activados por voz, entrada de habitación de hotel controlada por teléfono móvil.
Interruptores con manos libres, al igual que los controles de temperatura, etiquetas
automáticas para maletas y check-in como también los espacios abiertos para la
convivencia. Todas estas propuestas serán el futuro con una vida sin COVID u otras
enfermedades. Un cambio que se irá implementando de a poco, pero que será funcional a
lo largo de los años y adaptable para vivir el día a día. Las ciudades, los edificios y la vida
misma serán reinventados como respuesta a este virus.
Si hablamos de movilidad urbana, es un hecho de que en las ciudades se suele acumular
una gran cantidad de personas en espacios muy reducidos, por lo que se ha planteado el
crear espacios públicos más saludables que ofrezcan un mayor distanciamiento social, de
ahí que en algunas ciudades se esté potenciando el desarrollo de una mayor cantidad de
ciclovías y vías peatonales, en definitiva, reconfigurar las calles para un acceso más libre y
menos contaminante.
Hay ciudades como Cali, Lima, Lisboa, Auckland o Barcelona, que ya están llevando a cabo
parte de estos cambios. Tenemos que dejar en claro que es difícil tener progresos, que
llevan tiempo, que la arquitectura no va a cambiar de un día para otro. Ya sucedió un avance
que fue el darnos cuenta de que algo no estaba funcionando en nuestra vida, ahora
debemos darle tiempo a la arquitectura para que dé un giro y para que continúe con su
propósito fundamental que es el ser habitada.
¿Que volverá a ser como antes? La respuesta es nada, la pandemia ha cambiado cada
cosa, persona, ámbito y pensamiento, lo que fuimos antes fue enterrado con la libertad, el
acercamiento, la paz, salud y todo lo que tuvimos antes de que este virus llegara para
quedarse. El aislamiento cambió la visión de la arquitectura completamente, las viviendas
actuales no están creadas para estar recluidos muchos días en ellas y sin el aislamiento
jamás nos hubiéramos dado cuenta de esto. Aceleró un proceso que estaba avanzando a
paso de tortuga que es el crear una arquitectura mucho más saludable, con mucha más
durabilidad. Espacios abiertos, seguros, limpios y tranquilos, espacios mucho más cargados
para el lado del medio ambiente. Mucho más como las tipologías del siglo XX donde se
potenciaba la generación de espacios amplios llenos de luz y ventilación. Esta crisis está
transformando la arquitectura del siglo XXI en la arquitectura de la gente mayor, basándose
en las problemáticas que trajo la pandemia y creando viviendas versátiles que podrán seguir
disfrutando a medida que vamos envejeciendo. Esta nueva arquitectura está tratando de
apostar por viviendas accesibles para la vida y llena de funcionalidades en ella.

“HASTA QUE NO EXISTA UNA CURA PARA ESTA PANDEMIA EL ÚNICO


REMEDIO QUE NOS QUEDA ES LA ARQUITECTURA”
Bibliografía
Bolaños, F. M. (7 de mayo 2020). LA VIDA POST PANDEMIA. tec, 1.

Cordoba, A. (2021). La arquitectura hoy tras COVID-19. Somos cde, 1.

MACIÁ, M. E. (5 de abril 2021). LA ARQUITECTURA EN TIEMPOS DE PANDEMIA. TELOS, 1.

Rovira-Beleta, E. (October 8, 2020). Arquitectura post-COVID: viviendas accesibles para toda la


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Tuma, M. R. (2020). Architecture and Urbanism in Times of Pandemic. AU, 1.

Ventura, D. (2020). Coronavirus: cómo las pandemias modificaron la arquitectura y qué cambiará
en nuestras ciudades después del covid-19. BBC News Mundo, 1.

West, J. (3 DE MARZO 2019). El impacto de la pandemia. CNF, 1.

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