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Hoy definiremos el rol del medio ambiente construido en nuestras ciudades y su relación con las
personas mayores que las habitan.
Envejecimiento y urbanización
Hoy, las tasas de población urbana, en América Latina alcanzan el 80% de la población total, y
continuarán creciendo para alcanzar el 89% al 2050, incluyendo en ella a las personas mayores que,
por su condición en este contexto, son mayormente vulnerables social, económica y culturalmente,
y vivirán en hábitats inadecuados.
Ambos fenómenos plantean desafíos en cuanto la provisión de ambientes seguros, que promuevan
la autonomía, la independencia, el envejecimiento activo y la integración de las personas mayores
en la sociedad, asegurando una adecuada calidad de vida para este grupo etario.
Tradicionalmente, el estudio y las acciones referidas al proceso de envejecimiento han tenido una
mirada medicalizada, focalizándose en acciones paliativas de las patologías y la disminución natural
de las capacidades que experimentan las personas mayores. Es decir, se ha priorizado un enfoque
focalizado en los aspectos intrínsecos del envejecimiento, tanto físicos como mentales, que si bien
son indispensables, debe acompañarse, con igual atención en los aspectos extrínsecos asociados
al hábitat en el que nos desenvolvemos. El logro de una mejor calidad de vida y de un
envejecimiento saludable depende de ambos aspectos complementariamente.
La accidentabilidad de las personas mayores fuera del hogar, es un problema relevante a tratar, que
se traduce principalmente en caídas (81% de los casos), afectando al menos un tercio de las
personas mayores, debido a condiciones de diseño y/o mantención inadecuadas, y que en nuestras
ciudades abundan, como son los pavimentos dañados, la existencia de escalones y desniveles, los
semáforos que no otorgan los tiempos necesarios para cruzar o la existencia de obstáculos
temporales o permanentes, que no permiten un desplazamiento sin riesgos.
Las caídas, definidas como cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo en contra de
su voluntad, están relacionadas con alteraciones de la marcha en las personas mayores, dado que
los cambios que experimenta con la edad, han sido reconocidos desde hace décadas. Esta se
modifica negativamente, siendo el origen de caídas e incluso causa de muerte de muchas personas
mayores.
La postura erecta, gran salto de la humanidad respecto de los simios, tiene costos en la senectud, al
producirse cierta regresión mecánica hacia etapas anteriores, observándose el necesario uso del
bastón debido a factores multifactoriales.
En Chile, existe una mayor prevalencia de fracturas en sectores populares, debido al mayor
deterioro de las calles y espacios públicos. Las caídas generan efectos devastadores para los
sistemas de salud y las familias, incrementando los ingresos hospitalarios por urgencias,
intervenciones quirúrgicas y tratamientos de rehabilitación, que conforme a las estimaciones
poblacionales sin duda aumentarán.
Para evaluar la calidad y seguridad del medio ambiente construido, existen modelos, como el
modelo ecológico desarrollado a fines de los '70, para intervenir en aquellas variables del medio
ambiente que inciden directa o indirectamente sobre un individuo, en este caso las personas
mayores, permitiendo su adecuada adaptación al entorno.
Si realizamos adaptaciones, tanto en las viviendas de las personas mayores, como en su entorno
urbano, es posible disminuir de manera relevante las caídas hasta en un 60%, y con ello los costos
de salud asociados. De igual modo, en lo que se refiere al impacto en la calidad de vida, luego de la
incorporación de adaptaciones, las personas mayores reportan un 89% de mejoramiento en dicho
aspecto y un 65% en lo que se refiere al aumento de su independencia.
Accesibilidad y Movilidad
Cuatro son los elementos a observar en la definición de barreras urbanas: las aceras, la altura libre
de paso, los cambios de nivel y cruces, y sus componentes en cada caso. Los elementos más
determinantes de inaccesibilidad y riesgo de caídas en el espacio urbano son las aceras y los cruces
de calzadas.
Reflexión final
¿Podemos determinar cuáles son las condiciones del medio ambiente construido que favorecen la
accidentabilidad de las personas mayores en el entorno que ustedes habitan? ¿Podemos identificar
aquellas barreras y definir las adaptaciones necesarias de realizar para evitar la accidentabilidad?
Su eliminación es nuestra responsabilidad.
Pizzi K., Marcela (2017) “Envejecimiento y ciudad”. Material del curso Obra acogida a licencia de
Creative Commons Atribución-
"Cómo envejecemos: una mirada transdisciplinaria”, impartido en
No Comercial- CompartirIgual
UAbierta, Universidad de Chile.
4.0 Internacional.