Está en la página 1de 2

El tema sobre la mujer y los medios de comunicación ha sido tratado desde los años setenta con una clara

intención: promover la reformulación de los contenidos y mensajes de los medios, de modo tal que reflejen una
realidad coincidente con la cotidianeidad, la trayectoria y los roles profesionales y personales no sólo de los
hombres, sino también de la otra mitad de la población, las mujeres.

Un balance de la agenda de la política feminista latinoamericana es indispensable a la hora de intentar un


diagnóstico que articule prácticas comunicacionales, medios de comunicación y feminismos en nuestra región. Es
cierto que las mujeres ahora ya no sólo trabajan en los hogares, sino que también lo hacemos fuera, eso sí que lo
ha asumido el patriarcado, que las mujeres tengamos una doble o triple jornada de trabajo. Sin embargo, las
mujeres siguen ocupando la base de la pirámide en cuanto a posiciones sociales se refiere, mientras que los
varones son los que dirigen la banca, la universidad, el gobierno y cómo no los medios de comunicación. La
reflexión presentada en este artículo busca fundamentar y argumentar a partir de algunas categorías analíticas de
la filosofía feminista, cómo la violencia ejercida hacia las mujeres de manera sistemática a través de los Medios de
Comunicación Social desencadena una visión distorsionada de la realidad de las mujeres, asumiendo sus
condiciones de vulnerabilidad como algo normal y natural, aumentando el nivel de violencia hacia éstas e
impidiendo no sólo el logro de la igualdad plena entre los sexos, sino acrecentando una información desvirtuada
acerca de lo que significa ser mujer, ofreciendo de ellas una imagen estereotipada y lejos de la realidad.

Se trata entonces de realizar algunas reflexiones necesarias y urgentes que permitan revisar y erradicar la
violencia contra las mujeres de los Medios de Comunicación Social por medio de un proceso educativo basado en
los principios de los derechos humanos, y comprender finalmente, la importancia que tienen dichos Medios de
Comunicación Social para propiciar cambios en la conducta humana al servicio de la igualdad, la justicia y el bien
común. Para nadie es desconocida la importancia que tienen los Medios de Comunicación Social en el mundo, no
sólo por su aspecto instrumental a la hora de la recreación y de la información, sino por la credibilidad y
legitimidad que para muchas personas tienen la mayoría de sus mensajes, de modo que los aceptan como
verdaderos y formadores, es decir, que los toman como sinónimos de verdad, y a partir de ellos, buena parte de la
población elabora sus juicios y opiniones sin realizar un análisis profundo de sus contenidos.

Es por ello, que desde esta reflexión se procura insistir en el papel de los Medios de Comunicación Social en sus
distintas versiones (medios digitales o redes sociales, televisión, prensa escrita, radio, etc.) ya que a lo largo del
tiempo la mayoría de ellos han tenido como objetivo central luchar por el nivel de audiencia y venta de publicidad
y espacios, sin detenerse (a no ser en programaciones puntuales, fuera de la norma preestablecida) a revisar cómo
lograr esto sin caer en estereotipos y distorsiones de la realidad, procurando más bien presentar una visión del
mundo lo más objetiva posible.

Lo habitual es que, desde cualquier medio comunicacional masivo, se ofrezca una representación distorsionada,
sesgada, estereotipada y violenta sobre lo que supuestamente significa el “ser mujer”, cosa que atenta
consecuentemente contra el derecho de las mujeres a una vida más digna en todos los sentidos.

La participación de las mujeres y sus diversos protagonismos en los Medios de Comunicación masivos y en las
nuevas Tics, ha servido en su mayor parte para reflejar criterios por lo general estereotipados, sobre lo que debe
ser la mujer y su función en el mundo. Estos criterios, de tipo básicamente ideológico, distorsionan y aprovechan a
su conveniencia la imagen de las mujeres, presentándolas como falsos sujetos de decisiones libres, cuando en
realidad son, ellas y su imagen, francamente manipuladas.

Desde la publicidad ofertada en los medios de comunicación masivos se evidencia cómo particularmente las
mujeres son presentadas y por lo tanto asumidas, como objetos de consumo. La mayoría de los anuncios están
referidos a una imagen que insiste en perpetuar roles tradicionales asignados por la cultura y ligados a lo
“femenino”, al hogar y la comida, a la venta de ropa y la cosmética. Se idealiza la belleza femenina como eterna y
como lo más agradable y lo que proporciona bienestar.

También podría gustarte