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POLITICA FISCAL

La política fiscal es una disciplina de la política económica centrada en


la gestión de los recursos de un Estado y su Administración. Está en
manos del Gobierno del país, quién controla los niveles de gasto e
ingresos mediante variables como los impuestos y el gasto
público para mantener un nivel de estabilidad en los países.

A través de la política fiscal, los gobiernos tratan de influir en la economía del


país. Controlando el gasto y los ingresos en los diferentes sectores y mercados
con el fin de lograr los objetivos de la política macroeconómica.

Mediante estas variaciones, el Gobierno debería ejercer un gran impacto sobre


la demanda agregada y, por consiguiente, influye en la producción y el
empleo, dado un nivel de precios. Por otra parte, su objetivo principal es
estimular el crecimiento de la economía doméstica y protegerla de cara a los
cambios propios de los ciclos económicos.

POLITICA FINANCIERA

La política monetaria es la disciplina de la política económica que


controla los factores monetarios para garantizar la estabilidad de
precios y el crecimiento económico.

Aglutina todas las acciones que disponen las autoridades monetarias (los
bancos centrales) para ajustar el mercado de dinero. Mediante la política
monetaria los bancos centrales dirigen la economía para alcanzar unos
objetivos macroeconómicos concretos. Para ello utilizan una serie de factores,
como la masa monetaria o el coste del dinero (tipos de interés). Los bancos
centrales utilizan la cantidad de dinero como variable para regular la economía.

DESARROLLO Y CRECIMIENTO DE LA POLITICA FISCAL

En América Latina, las fluctuaciones macroeconómicas han sido en las últimas


décadas más frecuentes y de mayor magnitud que en otras latitudes, volatilidad
que ha repercutido negativamente en los procesos de desarrollo de nuestros
países. En este artículo se examina la conveniencia de establecer normas de
política económica, particularmente en el ámbito fiscal, que permitan atenuar la
frecuencia y amplitud de estos desequilibrios. Se pasa revista a las
interacciones de la política fiscal, el ciclo económico y el crecimiento y se
muestra la dificultad de establecer una relación numérica contundente entre el
gasto público y el crecimiento de largo plazo. Las visiones que plantean la
reducción del gasto público como una manera de mejorar el desempeño
macroeconómico no tiene bases empíricas sólidas. La "sinfonía fina", que
permite en principio aminorar los efectos de las turbulencias y por ende reducir
el impacto de esta correlación negativa entre volatilidad y crecimiento, supone
disponer de instrumentos flexibles para afrontar de manera explícita las
perturbaciones adversas que surgen con frecuencia. Es necesario, entonces,
adoptar políticas que permitan superar la encrucijada entre credibilidad y
flexibilidad. La forma de enfrentar la volatilidad señalada tiene que ver con
factores político-institucionales que asiente n las expectativas de los agentes
privados e inciten a ahorrar e invertir con un horizonte económico de largo,
plazo, más que con la imposición de normas rígidas tendientes a impedir la
intervención de las autoridades en el ciclo económico. En el ámbito fiscal, el
artículo analiza el dilema entre sostenibilidad y capacidad de regulación,
planteando la necesidad de utilizar más intensamente los instrumentos fiscales
de estabilización para asegurar un mejor desempeño macroeconómico.

CLASIFICACIÓN DE LA POLITICA FISCAL

De acuerdo al modo de uso de los instrumentos, existen dos tipos de política


fiscal, los cuales se explican a continuación:

La política fiscal puede ser expansiva o restrictiva.


Política fiscal expansiva
La política fiscal expansiva actúa cuando la economía busca expandirse y
lo logra estimulando la demanda agregada a través de ciertos recursos,
como el aumento de los gastos, inyectando dinero en el mercado y bajando los
impuestos.

Estos mecanismos permiten aumentar la producción, reducir el


desempleo y generar un mayor consumo, lo cual promueve la economía.
Sin embargo, este tipo de política fiscal puede traer consecuencias, tales como
el aumento de inflación.

Política fiscal restrictiva


Cuando la economía llega un punto en el que la inflación es elevada, la política
fiscal restrictiva frena la demanda agregada, reduciendo el gasto público y
subiendo los impuestos, para lograr disminuirla.

De esta manera se logra que los ciudadanos reduzcan su consumo, baje la


inflación y se eviten situaciones críticas dentro de la economía.

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