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HISTORIA DE LA ODONTOLOGÍA.
CICLO: 2020-A.
Esta etapa se inició en el año 29 a.C. con el gobierno de Augusto (Octavio) y concluyó
con Rómulo Augústulo en el año 476 d.C.
El territorio del Imperio Romano abarcaba tres continentes: sur y oeste de Europa, el
oeste de Asia y el norte de África.Dentro de sus límites quedaron: Britania, Galia,
España, Suiza, los países situados al sur del rio Danubio, Italia, Grecia, Turquía, Asia
Menor y el norte de África.
Economía.
Las principales actividades económicas eran la agricultura y el comercio.
El comercio, facilitado por la circulación monetaria, se vio favorecido por el dominio del
mar Mediterráneo.
Alimentación.
El alimento básico de la sociedad romana era el trigo. Otro alimento destacado en la dieta
romana era el vino.
El romano que podía hacía un gran consumo de leche, de cabra o de oveja. Así como de
las aceitunas. La carne más consumida era la de cerdo, a la que con el tiempo se le fueron
sumando las de buey, cordero, oveja, cabra, ciervo, gamo y gacela. Incluso la de perro.
La dieta del romano durante la República apenas alcanzaba las 3.000 calorías, de las que al
menos 2.000 procedían del trigo.
Desayuno (ientaculum)
Almuerzo (prandium)
Merienda (merenda)
Cena (cena)
Existía un método para blanquear los dientes. Los romanos conocían una costumbre
importada de Hispania o del norte de África: enjuagar la boca con orina.
Los remedios para camuflar el mal aliento eran diversos. Plinio el Viejo recomienda
enjuagar la boca con vino por las noches antes de dormir.
De forma más sencilla, había un remedio para el dolor de dientes recomendado por Plinio
el Viejo: enjuagar la boca con agua fría por las mañanas pero un número de veces
impar. También se recurría a las hierbas aromáticas, como una tal Mírtale que menciona
Marcial: “Mírtale suele oler fuertemente a vino y, para disimularlo, mastica hojas de
laurel y, astuta, mezcla el vino con hierbas, no con agua.”
Los dentistas conseguían encapsular los dientes y construir una especie de puente o
prótesis de oro.
Los métodos que ellos utilizaban están descritos en doce tablas promulgadas 450 años a.
c.
En ese tiempo, los ricos acostumbraban a quemar o enterrar sus muertos con adornos de
oro; pero el oro escaseaba y los mayores temían que esta práctica debilitara
económicamente al Estado; por lo tanto, una de las leyes prohibía específicamente
enterrar oro con la única excepción de los adornos dentales.
El enciclopedista romano Celso, el instrumental quirúrgico utilizado por los médicos de
la época. Entre ellos, un instrumento especial llamado “tenaculum”, utilizado para
extraer las raíces de los dientes. En su compendio médico, recomendaba a quien tuviese
un diente en mal estado, no apresurarse a extraerlo y utilizase otros métodos primero.
Si la pieza que había que extraer estaba en muy mal estado y presentaba orificios, se
recomendaba rellenar dicho hueco para que ésta no se rompiese al extraerla.
Recomienda también limar las coronas fracturadas y reposicionar.
Época Bizantina.
El Imperio Bizantino, conocido también por «Bizancio o de Imperio Romano de
Oriente». Bizancio, Constantinopla o Estambul tres nombres para la misma ciudad que
fue la capital más importante de todo Oriente Próximo.
Política y diplomacia.
Durante la vigencia del Imperio bizantino se impuso la figura del "Basileus", que no era
más que el propio emperador, pero con una investidura que mezclaba la política con la
religión.
Economía.
Artes.
Pablo de Egina, fue capaz de resumir el conocimiento médico de los antíguos dando un
imagen fiel de la situación de la cirugía dental de su tiempo. Dio detalles de cómo realizar
una extracción, explicó el uso de las limas para rebajar los dientes que sobresalieran
del nivel de los otros. Probablemente fue el primero en escribir sobre la necesidad de
limpiarse las piezas dentales.
En la Éuropa Occidental (siglos V-XII), los avances se estancaron por las continuas
incursiones de las tribus bárbaras germánicas del norte. En el siglo VI el poder del
conocimiento quedó completamente en manos del Clero. El progreso de la medicina
cada vez iba desapareciendo a medida que las escuelas se hundían y el vacío se llenaba
de dogmas religiosos. El hombre más culto de este tiempo fue el obispo Isidoro de
Sevilla, quien compiló su enorme Etimologías, una enciclopedia sobre los orígenes de
las palabras. Describió la dentición usando el termino praecisores para los incisivos.
Repitió el error de Aristóteles, de que los hombreas poseían 32 piezas dentales,
mientras que las mujeres tenían solo 30.