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Así terminó 1994, un año de contraste entre la guerra y la paz, pero también de

violencia urbana que dejó casos que provocaron terror a la sociedad; este fue un
crimen colectivo que se protagonizó en la Ciudad de Cali por un ex vigilante,
cuando dio muerte a diez personas en lo que se conoció como “la masacre de
Diners”, según narrado por sobrevivientes el autor material de esta, fue
identificado como Jaime Serrano Santibañez joven de 21 años de edad quien se
caracterizaba por ser de buena presencia, atractivo para el género femenino, era
alto este personaje y no tenía antecedentes judiciales, se decía que acortejaba las
damas, aprovechaba su presencia para enamorar, en este caso podríamos afirmar
que Jaime Serrano era un delincuente ocasional en su diario vivir y en su entorno
no era un peligro para la sociedad. En su momento era un celador, que días antes
había sido despedido de su puesto por "negarse a acatar las órdenes de su
supervisor", y quien quizá no necesita estar "loco" para embarcarse en una
aventura de robo que termina en masacre. Para quienes pudieron escucharlo en
sus declaraciones en la televisión, queda claro que Serrano ha perdido la noción
que le permite diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal, sin embargo,
sabe que matar es un crimen y por eso sólo acepta su participación en el robo y
niega haber participado en la masacre, aunque luego sus declaraciones se
enreden en un mar de contradicciones. No puede ser de otro modo, ya que no se
trata de un matón experimentado, pues éste puede ser su primer crimen. Seguido
de Jaime Serrano tenemos a sus dos cómplices James Rodríguez quien con sólo
18 años y un oficio de albañil sin trabajo, acepta comprometerse con el asalto,
pero se niega incluso a aprender a matar y hace un intento por evitar la muerte de
una de las empleadas. Necesita el dinero para hacerle un regalo a su novia que
vive en Pereira y para ayudar a su familia, que quiere ponerle piso de concreto a la
casa.

Serrano y James se juntan con un tercero, Francisco Antonio Ruíz, "Frank", ése
sí un "matón con escuela", que ha vivido varios años a bordo de barcos que
cruzan el Caribe con cargas lícitas e ilícitas, y, en los cuales aprende a manejar
una navaja automática, aparte de las "enseñanzas" que recibe en una cárcel de
los Estados Unidos donde pasa varios años. Si es el único que logra huir es
precisamente porque tiene experiencia, porque para él, el problema de asesinar a
una docena de personas no es que "eso sea malo", sino que "no hay que dejarse
coger", esa es su escala de valores, la que ha aprendido a lo largo de sus 35 años
,y, quizá para él desde un principio el plan no podía limitarse a un robo, con su
experiencia sabía tal vez que Serrano iba a ser reconocido y que por ello todos
podían caer en manos de las autoridades, por eso nunca dudó en matar a los
testigos y hasta trató de enseñar a James de hacerlo.

De cualquier manera, lo cierto es que hubo víctimas de puñaladas en el corazón y


disparos en el occipital derecho, murieron Elizabeth Salazar de 22 años; Aidé
Rodríguez de Herazo de 27; Gloria Eva Blanco de 27; Miguel Ángel Bravo de
26; Marta Liliana Iglesias 25 años; Rosina Sanclemente Lozano de 23, y Gloria
Fernanda Rivera de 19. Ligia Inés Correa, una nadadora que había obtenido
medalla de plata en los juegos panamericanos de Puerto Rico y quien se dedicaba
a entrenar jóvenes promesas del nado sincronizado también habría de morir,
horas después, cuando recibía atención de urgencia en la Clínica de Occidente.
Otras seis personas quedaron heridas, Amparo Navia, secretaria de la gerencia;
Fabio Botero, Iván Darío Rojas, Hugo Aroca y Rocío Cuevas, directora de crédito
de la oficina, y quien al parecer pudo salvar su vida cuando James recibió la orden
de matarla y en vez de disparar sobre su oreja derecha, desvió el tiro causándole
una herida en la frente.

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