Está en la página 1de 12

“Comentario Analítico, Exegético y Homilético”

Marcos
Alex Donnelly

MARCOS 1:14-15

“14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el
evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: ‘El tiempo se ha cumplido, y el
reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio’”

Pasajes Paralelos: Mateo 4:12-17; Lucas 4:14-15

I. ANÁLISIS

Marcos pasa del fin de la tentación de Cristo al inicio de Su ministerio en Galilea. Al hacerlo,
pasa por alto varias semanas de ministerio (ver notas exegéticas sobre el v.14). El ministerio de
Cristo en Galilea comenzó cuando Juan el Bautista fue encarcelado por Herodes. Su ministerio
consistió en el anuncio del “evangelio del reino de Dios” (v.14b). Marcos destaca cuatro
elementos fundamentales del mensaje de Cristo – dos afirmaciones, y dos reacciones (v.15):

1. El tiempo se ha cumplido.
2. El reino se ha acercado.
3. Hay que arrepentirse.
4. Hay que creer el ‘evangelio’.

II. EXÉGESIS

Verso 14

“Después que Juan fue encarcelado1…”

Marcos no explica por qué Juan fue encarcelado. Estos detalles los hallamos en Lucas 3:19-20,
Mat 14:3-4, y Marcos 6:17-18. El Herodes que arrestó a Juan, fue Herodes Antipas, el hijo de
Herodes el Grande (el que ordenó la matanza de los niños de Belén), gobernador de Galilea y

1
Debemos notar que el verbo que Marcos usa es ‘paradidomi’, que significa ‘entregar’ (ver Marcos 3:19;
9:31). Por ser un verbo bastante genérico, muchas veces se añaden palabras para explicar el sentido en el
cual se está usando el verbo. En este caso, Marcos podría haber añadido las palabras, ‘eis fulaken’ (‘a la
cárcel’), como Lucas lo hace en Hch 8:3. Marcos no lo hace, quizá, para guardar un paralelo entre Juan,
siendo entregado a la cárcel, y Cristo siendo entregado a las autoridades (ver Marcos 9:31; Hch 3:13).

31
Perea. Herodes Antipas era un hombre divorciado. Su primera esposa fue la hija del rey
nabateo, Aretas IV. Se divorció de ella, para casarse con Herodias, la esposa de su hermano
Felipe. Juan el Bautista, en su llamado al pueblo a arrepentirse de sus pecados, hizo mención
del pecado de Herodes; cosa que provocó la ira de Herodes Antipas, quien ordenó el
encarcelamiento de Juan. Como afirma F. F. Bruce, “Juan el Bautista atrajo sobre sí la ira de
Antipas porque denunció su segundo matrimonio como ilegal; dice Josefo (Ant 18.118) que
Antipas temía que la gran multitud de pueblo que seguía a Juan pudiera transformarse en una
revuelta”2.

1:14 Juan fue encarcelado. Fue puesto en prisión por reprender a Herodes Antipas por su

matrimonio incestuoso con su sobrina, Herodías (vea las notas sobre 6:17–25). Jesús vino a Galilea.
Desde Judea (Mt. 4:12; Lc. 4:13; Jn. 4:3). Marcos, junto con Mateo y Lucas, pasan directamente de la
tentación al comienzo del ministerio de Jesús en Galilea, saltando su ministerio intermedio en Judea (Jn.
2:13–4:4). Galilea era la región más al norte de Palestina y la más densamente poblada. el evangelio… de
Dios. Las buenas nuevas de salvación tanto sobre Dios y como de Él (vea las

notas sobre Ro. 1:1; Cp. Ro. 15:16; 1 Ts. 2:2, 8, 9; 1 Ti. 1:11; 1 P. 4:17). 1:15 El tiempo se ha cumplido.
No es un tiempo en el sentido cronológico, sino un tiempo para la acción decisiva por parte de Dios. Con
la llegada del Rey, un nuevo período en la relación de Dios con los hombres ha llegado. Vea la nota sobre
Gá. 4:4. el reino de Dios. El gobierno soberano de Dios en el campo de la salvación; en el corazón de su
gente al presente (Lc. 17:21), y en el futuro, en

un reino terrenal físico (Ap. 20:4–6). se ha acercado. Porque el Rey estaba presente. arrepentíos, y creed.
El arrepentimiento (vea la nota sobre el v. 4) y la fe (vea la nota sobre Ro. 1:16) son las respuestas
requeridas a la misericordiosa oferta de salvación de Dios (cp. Hch. 20:21).

1.15 Jesús anunció la inauguración de una nueva era de salvación, para entrar en la cual eran
prerrequisitos el arrepentimiento y creer en el evangelio.

.14 El ministerio de Jesús en Galilea empezó un año después del bautismo y la tentación,
etapa dedicada al ministerio en Judea (véase Jn 2.1–4.43). El evangelio se refiere al gobierno
de Dios evidenciado en la persona y proclamación de Jesús (véase 1.1).

Al denunciar el pecado del rey Herodes, Juan estaba corriendo un tremendo riesgo. ¿Por qué lo
hizo? Humanamente habría sido más sabio callar, y solo hablar del pecado de Herodes en
privado. Sin embargo, aun Herodes necesitaba escuchar el mensaje de Juan, acerca de la venida
del reino de Dios. ¡Aun Herodes necesitaba ser salvo! Con tremendo coraje, Juan señaló el
pecado de Herodes (quizá como una señal de los tiempos en los cuales vivía, y una evidencia de
la necesidad general de un verdadero arrepentimiento), y terminó pagando un precio muy alto
por su fidelidad a Dios y al evangelio.

2
F. F. Bruce, ‘Herodes’, en Nuevo Diccionario Bíblico, J. D. Douglas y N. Hillyer, eds., p. 597.

32
¿Estamos nosotros dispuestos a sufrir por el evangelio? ¿Estamos dispuestos a señalar el
pecado de personas en altos puestos (sea en la Iglesia o en la sociedad), aun cuando esto
podría afectarnos personalmente?

NOTA CRONOLÓGICA

En su intento de resumir la vida de Cristo, Marcos pasa por alto los eventos que ocurrieron entre
la tentación de Cristo, y el comienzo de Su ministerio en Galilea. Estos eventos son narrados
por Juan, en Juan 1:29 – 4:42, e incluyen los siguientes elementos importantes:

- El primer contacto entre Cristo y algunos de Sus futuros discípulos (Juan 1:29-51).
- El primer milagro de Cristo en las bodas de Caná (Juan 2:1-12).
- La primera limpieza del templo (Juan 2:13-22).
- Una serie de señales que el Señor hizo en Jerusalén, durante la fiesta de la pascua (Juan
2:23-25).
- La entrevista con Nicodemo (Juan 3:1-36).
- La entrevista con la mujer samaritana (Juan 4:1-42).
- La sanidad del hijo de un hombre noble (Juan 4:43-54)

Juan 3:24 indica que cuando Cristo habló con Nicodemo, Juan aun no había sido encarcelado.
El retorno que hizo a Galilea, en ese tiempo, se debió a dos factores:

1. El comentario que estaba circulando al respecto de que Él estaba haciendo y bautizando


a más discípulos que Juan (Juan 4:1-3).
2. La verdad de que un “profeta no tiene honra en su propia tierra” (Juan 4:43-44).

Sin embargo, Juan 4:54 indica que para esta fecha Cristo aun no había comenzado el ministerio
que Marcos describe en Marcos 1:14. Por ende, quizá debemos incluir los eventos narrados en
Juan 5 a esta etapa preliminar en el ministerio de Cristo, que se desarrolló principalmente en
Judea.

Sería útil, ahora, establecer un orden cronológico de eventos, tomando en cuenta los datos que
cada evangelista ofrece:

1. Cristo deja Galilea, por primera vez, y se dirige a Judea para ser bautizado por Juan
(Marcos 1:9-11).
2. Cristo va al desierto de Judea, y es tentado por Satanás (Marcos 1:12-13).
3. Cristo vuelve del desierto a la zona del Jordán, y unos días después viaja a Galilea, para
atender las bodas en Caná (Juan 1:43; 2:1).
4. De Caná vuelve a Capernaum, por unos días (Juan 2:12).
5. Luego, vuelve a Judea, para atender la fiesta de la Pascua (Juan 2:13); durante esta
estadía en Jerusalén, limpia el templo (Juan 2:14-22), y hace muchos milagros (Juan
2:23).
6. De Jerusalén viaja al Jordán, y comienza a desarrollar un ministerio en paralelo con el
de Juan el Bautista (Juan 3:22-23).
7. Ante el interés que los fariseos de Jerusalén comenzaron a mostrar en Él, Cristo vuelve
a Galilea (Juan 4:1-3), haciendo un alto en Samaria, para predicarles el evangelio (Juan
4:40, 43).
8. En Galilea, es bien recibido (Juan 4:45), hace una visita a Caná (Juan 4:46a), y luego
baja a Capernaum, donde sana el hijo del noble (Juan 4:46b-54).
9. Vuelve a Jerusalén para celebrar otra fiesta espiritual (Juan 5:1).

33
10. Luego de todo esto, habiendo escuchado que Herodes había encarcelado a Juan (Mat
4:12), el Señor se retira a Galilea, y comienza a desarrollar un ministerio sistemático en
esa región (Marcos 1:14-15, y paralelos).

NOTA: El encarcelamiento de Juan es descrito en Lucas 3:19-20, pero evidentemente este


relato
no está en su ubicación cronológica correcta (ver notas anteriores).

El lapso de tiempo entre Marcos 1:13 y 14 es de dos o tres meses (ver Juan 1-4).

“…Jesús vino a Galilea…”

Luego del encarcelamiento de Juan, el Señor se dedicó a trabajar en Galilea. Hay que notar, que
al retirarse de Judea (donde había estado hasta este momento), el Señor no estaba huyendo de
Herodes Antipas, sino entrando en el territorio de este rey. Lucas añade el detalle importante
que Cristo vino a Galilea “en el poder del Espíritu” (Lucas 4:14).

NOTA: Aunque Juan el Bautista denunció el pecado de Herodes, no leemos que Cristo lo haya
hecho. Sin embargo, sería inconcebible que el Señor tuviera miedo de hacer lo que Juan
hizo. Por ende, es probable que Cristo haya hablado del pecado de Herodes, en algún
momento; solo que los evangelios no lo mencionan. De todos modos, aun si no hubiera
denunciado el pecado de Herodes, no habrá sido por miedo 3, sino por no querer
arriesgar el ministerio que recién estaba comenzando. El ministerio de Juan ya estaba a
su fin – el Mesías se había manifestado; por ende, Juan estaba listo para morir. Sin
embargo, el ministerio de Cristo recién estaba comenzando, y era necesario ser
prudente, para no provocar una muerte prematura.

Otro punto es que hasta este momento, Cristo era poco conocido en Galilea; por ende,
cualquier comentario que Él haya hecho acerca del matrimonio de Herodes Antipas no
llegaría a sus oídos, o no le importaría (por la poca fama que Cristo tenía hasta ese
momento).

Galilea estaba en el norte de Palestina. Era la zona que rodeaba el Mar de Galilea (ver mapa
bíblico), aunque principalmente al lado oeste. Como ya hemos mencionado, Galilea era la
jurisdicción de Herodes Antipas. Mateo 4:15, describe a Galilea como “Galilea de los gentiles”
(a la luz de Is 9:1-2); esto se debe a la gran influencia de gente pagana en esa parte de Israel.
Por tener mucho contacto con personas gentiles, los judíos de Jerusalén consideraban a los
judíos que radicaban en Galilea como ignorantes e ‘inmundos’. Sin embargo, fue en esta parte
de Palestina que el Señor desarrolló la mayor parte de Su ministerio (comparar 1 Cor 1:26-29).

¿Por qué el Señor dedicó tanto tiempo al ministerio en Galilea? Comentaristas ofrecen una
variedad de respuestas. Algunos afirman que era simplemente porque el Señor era de Galilea;
pero tal respuesta sería demasiado superficial. Más probables explicaciones incluyen las
siguientes:

1. Para cumplir Is 9:1-2.


2. Por la clase de gente que vivía en esa zona (a la luz de 1 Cor 1:26-29).
3. Porque siendo una zona influenciada por gentiles, Cristo podía estar en Israel, pero
desarrollar un ministerio que alcanzaba ‘las naciones’.

3
Posteriormente, Cristo describió a Herodes Antipas como, “aquella zorra” (Lucas 13:31-32).

34
4. Porque era una zona más tranquila para trabajar, en el sentido de que Su ministerio
ahí no despertaría tantas pasiones nacionalistas (como sería el caso en Judea).
5. Porque en esa zona no entraría en tanto conflicto con las autoridades religiosas (p.e.
fariseos y sacerdotes) y seculares (p.e. los saduceos y el sanedrín).

“…predicando el evangelio del reino4 de Dios”

A la luz de la nota cronológica que hemos visto anteriormente, es obvio que este no fue el
momento en que Cristo inició Su ministerio de predicación. Hay que tener cuidado, entonces,
con esos comentaristas que afirman que cuando Juan fue silenciado, Cristo comenzó a
desarrollar Su ministerio. Esto sencillamente NO ES CIERTO. Lo que ocurre aquí no es el
inicio de la predicación de Cristo, sino el inicio de Su predicación sistemática en Galilea5.

Sin embargo, lo que sí es cierto, es que aunque Herodes Antipas silenció a Juan, no silenció la
Palabra de Dios. Porque en la brecha que él dejó, Cristo continuó anunciando la llegada del
reino de Dios. Como Pablo dijera posteriormente, “la palabra de Dios no está presa” (2 Tim
2:9).

El mensaje de Cristo se centró en ‘el Reino de Dios’6. Por ser un tema fundamental en la
enseñanza de Cristo, es importante entenderlo claramente. El Antiguo Testamento afirma que
Dios es rey sobre toda la tierra (Sal 47:7; Jer 10:7). Sin embargo, dado a que la ley de Dios solo
fue dada a Israel (por medio de Moisés), la manifestación del reino de Dios se limitó a los
judíos. De todos modos, la esperanza del AT era que en el futuro, el reino de Dios se
manifestaría plenamente, sobre todo el mundo, luego de una intervención milagrosa de Dios en
la historia (Is 24:23; Zac 14:9). Dan 2:44 predice esto, indicando el momento en que se daría,
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido,
ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él
permanecerá para siempre”.

Este verso está hablando, en realidad, del reino eterno de Dios, que se dará en los últimos
tiempos, cuando Cristo venga por segunda vez. Sin embargo, las profecías de Daniel 2, indican
que iba a haber un inicio de este reino, durante el tiempo del cuarto imperio (es decir, del
imperio romano).

Cuando Cristo vino, Dios ya estaba reinando sobre todo el mundo; el Señor lo sabía (Mat 5:35;
11:25; 10:29). Sin embargo, cuando Él proclamó “el evangelio del reino de Dios”, tenía en
mente el reino escatológico de Dios. Con la primera venida de Cristo, ese reino escatológico de
Dios comenzó a manifestarse. Esa es la clara enseñanza del Señor, en Lucas 11:20. Las
sanidades, las expulsiones de los demonios, la enseñanza autoritativa de Cristo, y los demás
aspectos de la enseñanza de Cristo, indicaron que en Su Persona, el reino escatológico de Dios

4
Varios MSS antiguos omiten las palabras, “del reino”. Por ende, varias traducciones modernas también
omiten estas palabras, traduciendo ‘el evangelio de Dios’ (BDLA, DHH). Si aceptamos esto, las ‘buenas
noticias’ serían ‘de Dios’, en el sentido de ‘proveniente de Dios’, y no tanto ‘acerca de Dios’ (otros
ejemplos de la frase, ‘evangelio de Dios’, incluyen Rom 1:1; 15:16; 2 Cor 11:7; 1 Tes 2:8,9; 1 Ped 4:17).
En las notas exegéticas, seguimos el texto de la RV, por considerar que, a pesar de la evidencia de los
MSS antiguos, hay bastante evidencia para indicar que el mensaje central de Cristo (y las ‘buenas
noticias’) tenía que ver con el reino de Dios, como lo indica el v.15 (comparar Mat 4:23).
5
Juan Calvino describe el ministerio inicial de Cristo en Judea como el período de la mañana que
describimos como el ‘amanecer’ (es decir, cuando la luz del día ya se nota, pero el sol aun no aparece);
mientras que este ministerio en Galilea lo compara con los primeros rayos del sol.
6
En el evangelio de Mateo, la frase que se usa es ‘el reino de los cielos’. El concepto es el mismo, solo
que Mateo sustituye “Dios” por “cielos”, según la costumbre de los judíos de reemplazar el nombre de
Dios, en señal de reverencia.

35
se estaba manifestando (ver Mat 12:28; Lucas 17:21) 7. Cristo llamó a la gente a creer estas
‘buenas noticias’ (“evangelio”), y a arrepentirse, para que puedan ser partícipes de ese reino.

NOTA: Hay que tener cuidado de no interpretar la palabra “evangelio”, aquí, a la luz del resto
del NT. En Rom 1:16-17, Pablo también habla del “evangelio”; pero en ese
caso, la palabra “evangelio” se refiere a la muerte redentora de Cristo, y a la
justificación que tenemos por fe en Él. Obviamente, este no era el “evangelio” que
Cristo predicó al inicio de Su ministerio. El “evangelio” de Cristo era simplemente las
‘buenas noticias’ del cumplimiento de la esperanza del AT, acerca de la intervención de
Dios en la historia, para establecer Su reino.

Verso 15

“…diciendo, ‘El tiempo se ha cumplido…”

El plan de Dios para la salvación del mundo tiene un horario preestablecido. Pablo habla de
esto en Gál 4:4, “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo…” (ver Efe
1:10). Al comienzo de Su ministerio sistemático, Cristo enfatiza que el tiempo determinado por
Dios se ha cumplido, y que Dios está poniendo en marcha la manifestación de Su reino.

Para entender este plan de Dios habría que estudiar todo el AT, y específicamente las profecías
concernientes a la venida del Mesías y el establecimiento del reino de Dios. En la visión de las
Setenta Semanas, en Dan 9:24-27, tenemos un resumen de este plan de Dios. Desde la orden de
reconstruir la ciudad de Jerusalén (dado en los tiempos de Nehemías), hasta los días del Mesías,
iban a haber 7 ‘semanas’ + 62 ‘semanas’ (un total de 69 ‘semanas’, de siete años cada ‘semana’;
haciendo un total de 483 años. Ese tiempo se estaba cumpliendo, y el plan de Dios se ejecuta al
pie de la letra.

Debemos notar que hay dos palabras en griego, que se pueden traducir, ‘tiempo’. Una es
‘cronos’, que es ‘tiempo’ considerado como una simple secuencia de minutos (es decir, tiempo
cronológico; ver Mat 2:7). La otra es ‘kairos’, que significa ‘tiempo’ oportuno; es decir, ‘el
momento apropiado para hacer algo’ (comparar Lucas 4:13, donde la palabra que Lucas usa es
‘kairos’; ver también Ecle 3:1-11). Esta es la palabra que Marcos usa aquí. Al usar esta
palabra, lo que está diciendo no es simplemente que la fecha y la hora de la intervención de
Dios había llegado, sino que el momento oportuno para hacerlo había llegado (dada las
condiciones en las cuales el pueblo de Israel estaba viviendo, la ‘pax romana’ 8, etc.). Sin
embargo, ese momento histórico era oportuno, no simplemente, por las condiciones reinantes en
ese tiempo, sino porque Dios así lo había determinado. “Es la decisión de Dios que hace que
un momento en particular, o un período de tiempo, sea kairos; un tiempo lleno de significado”
(Cranfield, p. 63)9.

“…y el reino de Dios se ha acercado”


7
Aunque el Señor también hablaba del reino de Dios como algo que aun estaba por venir (ver Mat 6:10;
Lucas 22:18).
8
Que permitió la pronta expansión del evangelio en todo el imperio romano, cuando los apóstoles
comenzaron a predicar el evangelio.
9
En Gál 4:4, Pablo usa el sustantivo, ‘cronos’; mientras que en Efe 1:10, emplea ‘kairos’. Swete explica
la diferencia en esta manera – en Gál 4:4 Pablo tiene el orden de los eventos en mente, mientras que en
Efe 1:10 está pensando más en la ‘economía’ divina (es decir, la dispensación de los tiempos
preestablecidos por Dios). Las dos palabras se usan juntas, en Hch 1:7, indicando que Dios está en
control de ambas cosas.

36
El mensaje de Cristo es muy parecido al mensaje de Juan el Bautista (ver Mat 3:2). La única
diferencia, quizá, es que en la Persona de Cristo (con los milagros que Él hizo, etc.), el reino de
Dios ya estaba presente. Como R. Brown afirma, “El reino estaba cerca porque estaba
comenzando a manifestarse en el ministerio de Jesús. Su cercanía era como la salida del sol
cuando empieza a romper el alba” (R. Brown, p. 17). Por ende, si el mensaje de Juan se centró
en ‘arrepentimiento’, el de Cristo se centró en ‘evangelio’.

¿Cómo hemos de entender la frase, “se ha acercado”? A la luz de las palabras anteriores, “El
tiempo se ha cumplido”, algunos toman estas palabras como un paralelismo sinónimo, y por
ende aplican a la frase una interpretación temporal; es decir, que el reino de Dios se ha acercado
en tiempo (es decir, ‘está por manifestarse’). Sin embargo, es probable que debemos interpretar
las palabras, “se ha acercado”, en un sentido espacial (geográfico), y no temporal. Decimos
esto, porque de las 35 veces que este verbo (‘eggizo’) se usa en el NT, 24 de ellas tiene un
sentido espacial. Además, las otras dos ocasiones en que Marcos emplea este verbo, el verbo
claramente tiene un sentido espacial (ver Marcos 11:1; 14:42).

Si aceptamos que la frase, “se ha acercado” debe entenderse en un sentido espacial, el


significado sería que en la Persona de Cristo, el reino de Dios se ha acercado a la humanidad.

esús les dice a sus oyentes que el reino de Dios "está cerca" (v. 15). La cuestión es si el reino está por
venir o ya ha llegado, y ambas cosas parecen ser verdad. Jesús ha comenzado a introducir el reino, pero
todavía tiene mucho trabajo que hacer. Su muerte, resurrección, y ascensión completarán su ministerio
terreno, pero ya ha comenzado su obra.
La respuesta apropiada para el reino que viene es doble: ¡Arrepentirse (griego = metanoeo, cambiar de
mente o dirección) y creer en evangelio! Tendemos a pensar en el arrepentimiento como un sentimiento
de culpa, pero en realidad es un cambio de mente o dirección, es ver las cosas desde una perspectiva
diferente. Una vez que comenzamos a ver las cosas bien, puede ser que nos sintamos mal por haberlas
visto tan mal por tanto tiempo; y así, el arrepentimiento comienza con una nueva visión más que con
sentimientos de culpa.
Creer el evangelio es un acto de fe, que "es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la
demostración de las cosas que no se ven" (Hebreos 11:1). "Para los oyentes en aquel entonces, como
para los oyentes hoy, esta verdad no es tan evidente. Para ver, se debe creer" (Williamson, 42). Dios no
se nos aparece con un boleto ganador de la lotería y dice "Aquí está la prueba, ahora tienes que creer".
Creemos en promesas que todavía no se han cumplido. Los primeros discípulos creyeron estando en
medio de situaciones difíciles, y su fe hizo brotar cosas poderosas.

“arrepentíos y creed en el evangelio”


El mensaje de Jesús era el mismo que el de Juan el Bautista en el Evangelio
de Mateo: "Arrepentíos y creed al Evangelio". Yo creo que en nuestro
tiempo, el mensaje realmente ha experimentado un giro, es decir, que
nosotros lo expresamos colocamos a la fe, antes del arrepentimiento.
Aunque en realidad ambos, la fe y el arrepentimiento, van unidos en el
tiempo. Cuando cambias de dirección y te diriges hacia Jesucristo por la fe,
estás realmente yendo en dirección a El y apartándote de algo más. Y esa
acción de alejarse de algo, es el arrepentimiento. Si no ha habido un cambio
de dirección, un apartarse de algo, entonces, aparentemente, no ha tenido
realmente lugar un cambio de rumbo real de dirigirse hacia Cristo. Y es
cierto que si se ha realizado un verdadero giro en dirección a Cristo, habrá
una manifestación visible de un cambio en la vida, mostrando que el
creyente está apartándose de algo. Así que en absoluto existe una
contradicción de términos. Lo importante es que las personas crean en el
Evangelio.

37
‘Arrepentimiento’ y ‘fe’ son las dos respuestas fundamentales del hombre ante la presencia de
Dios. Pablo habla de ellas en Hch 20:21; ver también Heb 6:1.

Por lo general, en el NT, la salvación depende de tener fe en Dios, o fe en Cristo (ver Juan
14:1). Sin embargo, aquí el Señor habla de creer las buenas noticias que Él trae acerca de la
manifestación del reino de Dios10.

Los judíos vivían con una tremenda expectativa de la manifestación del reino de Dios sobre la
tierra. Era una de sus oraciones tradicionales (“Que venga tu reino durante nuestra vida”). Para
ellos, la manifestación del reino de Dios es lo que la Segunda Venida es para el creyente. Por
ende, el anuncio que en la Persona de Cristo ese reino se estaba manifestando, eran tremendas
noticias, y el Señor pide que la gente crea ese ‘evangelio’.

El primer pedido del ministerio público de Jesús fue, “Arrepentíos.” El dio este mandato
indiscriminadamente a todos quienes le escucharan. Es un llamado a un cambio interior radical
hacia Dios y el hombre.</blockquote> Dos cosas nos muestran que el arrepentimiento es un cambio
interno de la mente y del corazón, más que el simple dolor por el pecado o el simple
perfeccionamiento del comportamiento. Antes que nada, el significado de la palabra griega
(metanoeo), en español “arrepentíos”, apunta en esta dirección. Está formada de dos partes: meta y
noeo. La segunda parte (noeo) se refiere a la mente y sus pensamientos, percepciones,
disposiciones y propósitos. La primera parte (meta) es un prefijo que generalmente significa
movimiento o cambio.1 Así, el significado básico del arrepentimiento es el experimentar un cambio
de las percepciones, disposiciones y propósitos de la mente.

Otro factor que apunta a este significado de arrepentimiento es la forma en que Lucas 3:8 describe
la relación entre el arrepentimiento y el nuevo comportamiento. Dice así, “Haced, pues, frutos dignos
de arrepentimiento.” Y luego da algunos ejemplos de los frutos: “Y respondiendo, les dijo: El que
tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.” (Lucas 3:11). Esto
significa que el arrepentimiento es lo que sucede dentro de nosotros que da fruto a un nuevo
comportamiento. El arrepentimiento no son los nuevos actos, sino el cambio interno que da como
fruto actos nuevos. Jesús pide que vivamos este cambio interno.

Porqué? Su respuesta es que somos pecadores. “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores
al arrepentimiento.” (Lucas 5:32). Cómo veía Jesús el pecado? En la parábola del hijo pródigo,
Jesús describe el pecado del hijo así: “y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente… [y]
consumiendo [sus bienes] con prostitutas” (Lucas 15:13, 30). Pero cuando el hijo pródigo se
arrepiente dice, “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. No soy digno de ser llamado tu hijo.” Es
decir que desperdiciar tu vida viviéndola perdidamente y con prostitutas no solo lastima a los
humanos; también es una ofensa contra el cielo—es decir, contra Dios. Esta es la naturaleza
esencial del pecado. Es una agresión a Dios.

Arrepentirse significa experimentar un cambio de mente que nos haga ver a Dios como verdadero y
hermoso, y digno de toda nuestra alabanza y obediencia. Este cambio de mente abarca igualmente
a Jesús. Sabemos esto porque Jesús dijo, “Si Dios fuese vuestro Padre, me amaríais, porque yo
vengo de Dios.” Ver a Dios con una nueva mentalidad incluye ver a Jesús con una nueva
mentalidad.

Nadie está excluido del pedido que Jesús hace de arrepentirse. El lo dijo bien claro cuando un grupo
de gente vino a él con la noticia de dos calamidades. Gente inocente había muerto en la masacre de
Pilatos y en la caída de la torre de Siloé (Lucas 13:1-4). Jesús aprovechó la ocasión para advertir a
quienes traían la noticia: “Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:5). En
otras palabras, no pienses que las calamidades significan que algunas personas son pecadoras y
necesitan arrepentirse y otras no. Todos necesitan arrepentimiento. Al igual que todos necesitan

10
Aunque el texto en griego dice ‘pisteuete en to euaggelio’, es probable que aquí Marcos usa una forma
hebrea de expresarse (‘creer en…’). Por ende, sería mejor traducir simplemente, ‘creed el evangelio’
(DHH, “acepten con fe sus buenas noticias”).

38
nacer de nuevo porque “Lo que es nacido de la carne, carne es.” (Juan 3:6), así, todos deben
arrepentirse porque todos son pecadores.

Cuando Jesús dijo, “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas
5:32), no quiso decir que algunas personas son tan buenas que no necesitan arrepentirse. Quiso
decir que algunas personas piensan que lo son (Lucas 18:9), y otros ya se han arrepentido y han
aclarado las cosas con Dios. Por ejemplo, el deseo del joven rico “por justificarse” (Lucas 10:29)
mientras “el cobrador de impuestos. . . se golpea el pecho, diciendo, ‘Dios, ten piedad de mi, soy
pecador!’ [y] se fue a su casa justificado [por Dios!]” (Lucas 18:13-14).

Así, nadie está excluido. Todos necesitamos arrepentirnos. Y la necesidad es urgente. Jesús dijo,
“Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Qué quiso decir con pereceréis? Quiso
decir que el juicio final de Dios caerá sobre aquellos que no se arrepientan. “Los hombres de Nínive
se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la
predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar” (Mateo 12:41). Jesús, el Hijo de Dios,
está advirtiendo a la gente sobre el juicio que vendrá, y ofrece liberarnos de él si nos arrepentimos.
De lo contrario, Jesús tiene tres palabras para nosotros, “Ay de ti!” (Mateo 11:21).

Es por esto que su pedido de arrepentimiento es parte del mensaje central que dice que el Reino de
Dios está cerca. “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed
en el evangelio.” (Marcos 1:15). El Evangelio—la buena nueva—es que la ley de Dios ha llegado en
Jesús para salvar a los pecadores antes de su segunda venida en el día del juicio. De manera que el
pedido de arrepentirnos se basa en la oferta de la gracia para perdonar, y en la advertencia de que
un día aquellos que rechazan la oferta perecerán en el juicio de Dios.

Después de resucitar de entre los muertos, Jesús se aseguró de que sus apóstoles continuaran con
su llamado al arrepentimiento en todo el mundo. El dijo, “Así está escrito, y así fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día, y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén”
(Lucas 24:46-47). De manera que el pedido de Jesús de arrepentirnos llega a todas las naciones.
Llega a nosotros, quienquiera que seamos, y donde quiera que estemos, y nos reclama. Este es el
pedido de Jesús para todas las almas: arrepentíos. Tengan un cambio interno profundo. Remplacen
todas las percepciones, disposiciones y propósitos que deshonran a Dios, que subestiman a Cristo,
por unas que atesoren a Dios y exalten a Cristo.

II. HOMILETICA

En esta oportunidad, les ofrecemos tres alternativas para un mensaje expositivo sobre estos dos
versos:

TEMA 1: “El Ministerio de Cristo”

39
Todo creyente es llamado a desarrollar un ministerio, según el don que Dios nos haya dado. La
pregunta es, ¿cómo debemos desarrollar un ministerio? En este pasaje tenemos el modelo de
Cristo, como Siervo de Dios. ¿Cómo fue el desarrollo de Su ministerio? Podemos notar tres
aspectos del ministerio de Cristo, como ejemplo para nosotros.

1. Fue un Ministerio Oportuno

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea…diciendo, ‘El tiempo se ha
cumplido…’” (v.14, 15)

Cuando Juan fue silenciado, Cristo comenzó una nueva etapa en Su ministerio…
Cristo desarrolló Su ministerio en Galilea, en un momento crucial en la historia del pueblo de
Israel…
El ministerio de Cristo coincidió con el tiempo preestablecido por Dios…

2. Fue un Ministerio Declarativo

“…predicando el evangelio de Dios, diciendo ‘El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se


ha acercado…”

El ministerio de Cristo se centró en el anuncio del reino de Dios; de la intervención decisiva de


Dios en la historia, para poner orden, y deshacer las obras de Satanás, en preparación para la
manifestación de Su gobierno.

3. Fue un Ministerio Exhortativo

“…diciendo:…arrepentíos y creed en el evangelio”

A la luz de la manifestación del reino de Dios, Cristo exhorta a los hombres a hacer dos cosas
importantes:

i. Arrepentirse de sus pecados, malas formas de pensar, etc.


ii. Creer las buenas noticias del reino de Dios.

TEMA 2: “El Mensaje Cristiano”

Introducción

Vivimos en días de gran confusión. Una de las confusiones es acerca del mensaje Cristiano.
¿Cuál es el mensaje que debemos proclamar? ¿Liberación de estructuras de injusticia?
¿Sanidad del alma? ¿Prosperidad material?

40
Para establecer el mensaje que debemos predicar, una buena cosa es considerar el mensaje que
Cristo proclamó, tomando en cuenta el contexto en el cual vivía. Aquí debemos hallar algunas
pautas acerca del mensaje que debemos predicar.

Podemos analizar el mensaje de Cristo en TRES partes:

1. “Dios Ha Intervenido en la Historia”

“el reino de Dios se ha acercado”

La intervención de Dios se centra en el establecimiento de Su reino.

i. Las profecías del AT acerca del reino de Dios…


ii. El anuncio de este reino en el ministerio de Cristo (sustentado por Sus obras de
milagros, etc)…

2. “Hoy es Día de Salvación”

“el tiempo se ha cumplido”

Juan anunció que el reino de Dios estaba por llegar. Cristo anunció que ya había llegado (en Su
Persona). Las implicancias eran muy serias. Si el momento de la intervención de Dios había
llegado, entonces era el día de salvación. Este día de la gracia y el favor de Dios no podía ser
menospreciado, sino aprovechado hasta lo máximo.

3. “Hay que Arrepentirse y Creer”

“arrepentíos y creed en el evangelio”

El mensaje de Cristo enfatizó una doble responsabilidad del ser humano. Dios ha intervenido;
pero el ser humano no podía adoptar una actitud pasiva frente a ese hecho, y esperar que Dios
haga todo, frente al gran enemigos Satanás, y para poner fin a la injusticia, etc. Más bien, el ser
humano tiene que hacer dos cosas, según Cristo:

i. Arrepentirse…
ii. Creer…

TEMA 3: “Las Grandes Verdades del Cristianismo”

Vivimos en un mundo de muchas mentiras. Satanás es el ‘padre’ de las mentiras. Cristo vino
para traernos la verdad. Esta verdad la hallamos en Su predicación. En este resumen del
mensaje de Cristo encontramos tres grandes verdades del cristianismo.

1. La Soberanía de Dios

41
“El tiempo se ha cumplido…” (v.14)

Dios es soberano sobre toda Su creación. Es soberano sobre las vidas de todo ser humano. Es
soberano sobre los eventos que ocurren en la tierra. Toda la historia es una manifestación de la
soberanía de Dios. Desde la caída del hombre Dios viene ejecutando Su plan de salvación. Con
la venida de Cristo, el tiempo de la redención había llegado.

2. La Gracia de Dios

“el reino de Dios se ha acercado” (v.15)

Cuando la raza humana cayó en pecado, Satanás vino a ser el ‘príncipe de este mundo’. Dios
mantuvo la soberanía absoluta; sin embargo, el reino de Satanás se manifiesta en mucha
injusticia, sufrimiento, etc. El plan de Dios es restaurar Su reino en forma visible, salvando al
hombre de los efectos negativos del reino de Satanás. Dios no tenía que hacerlo. El ser humano
no se lo pidió. Dios lo hizo como una manifestación de Su gracia (Efe 1:3-6).

3. La Responsabilidad del Hombre

“arrepentíos y creed en el evangelio” (v.15)

La soberanía de Dios no anula la responsabilidad de todo ser humano. Esta responsabilidad es


doble: tiene que arrepentirse de su pecado (mala forma de vivir, pensar, actuar, etc.), y tiene que
creer las ‘buenas noticias’ que vienen de Dios.

42

También podría gustarte