A lo largo de la historia se ha definido como paisaje sonoro a todo lo que en el ambiente sonoro puede percibirse de manera artística, esto se refiere a que cada elemento o sonido del paisaje sonoro puede convertirse en una maravillosa historia según la percepción de quien lo escucha, como por ejemplo en el siglo pasado donde las historias eran contadas a través de una grabación y los sonidos se hacían en un estudio de manera casera, usando simplemente la interpretación de cada sonido para tratar de recrear este como si en verdad estuviese pasando, todo esto llevaba a que cada cual imaginara la historia de la manera más conveniente y usando simplemente su imaginación, como por ejemplo… si se mencionaba un jinete caminando en la oscuridad en una noche de lluvia, se agregaban sonidos como la lluvia y el viento con esto el receptor tendría una mayor conexión y percepción de la historia. El paisaje sonoro es también una valiosa herramienta educativa y de concientización. El sonido no está solo en el campo de la música sino también en el medio de la educación ambiental. Estas obras y sus materiales sonoros son la conciencia del público sobre las características estéticas, musicales y sociales del paisaje sonoro, y su importancia para la calidad de vida humana. En la película “rojo como el cielo” se muestra como un niño aficionado por el cine con una discapacidad visual usa una grabadora y con ayuda de otros niños encuentra las herramientas para dirigir una historia contada con sonidos, esto nos hace ver la importancia de los sentidos no solo podemos ver un amanecer en el campo, también oler la fragancia de las flores, el sonido del viento golpeando las ramas de los árboles y sentir el pasto rozar con tu pies, es ahí donde esta el sentido de nuestra existencia que vacío seria vivir sin disfrutar de los buenos momentos, de tomarnos nuestro café favorito, de sentir una buena compañía, de escuchar nuestra canción favorita y cantarla a todo pulmón, son esos pequeños momentos que nos alegran la vida, la vida cambia y no cuando nos ganamos la lotería, si no cuando entendemos que somos pasajeros que todo se acabara y que nuestro destino depende nosotros mismos, que si queremos que nuestra esencia viaje de generación en generación existe algo llamado el “el poder de las cosas pequeñas” y son esas cosas cambian nuestro mundo, como cuando dejamos de usar bolsas de plástico y ahora solo tenemos una de tela, cuando usamos la ultima agua de la lavadora para regar las plantas o simplemente cuando dejamos de vivir para nosotros mismos y pensamos en disfrutar haciendo las cosas bien, cambiemos el mundo, solo basta con cambiar nuestros hábitos y nuestro mundo también cambiara.