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Ausencia Simple
Ausencia Simple
Ausentes: el art. 54 Inc. 5º decía que tenían “incapacidad absoluta los ausentes
declarados tales en juicios”. La ley 17711 deroga este inciso lo que significa que
haya desaparecido el ausente declarado tal en juicio.
Mucho se ha dificultado acerca de cuales eran los ausentes, que se mencionaban
en ese artículo, ya que tiene diferentes acepciones:
1) Salvat, Borda, Llerena, etc., afirman que los ausentes declarados en juicio
eran los ausentes con presunción de fallecimiento, sobre los que se legislaba los
art. 110 y 55, hoy derogados.
2) Aguilar sostiene que los ausentes declarados tales en juicios, eran los
simples ausentes que citados en un juicio donde fuesen parte, no comparecieran.
3) Machado considera que ambos casos estaban incluidos en el inciso 5º del
art.54.
4) Llambias y la mayoría de la doctrina, sostienen que no puede confundirse
los ausentes del art.54 con los ausentes presuntamente fallecidos que constituyen
una categoría que omitió Velez Sarsfield.
Requisitos.
a) La desaparición de una persona.
b) Existencia de bienes en peligro.
c) La inexistencia de personas autorizadas para obrar en nombre del ausente
a) Sistema de nuestro Código adoptado por Velez Sarsfield: el art.55 inc.2 decía:
“son incapaces respecto de ciertos actos o del modo de ejercerlos...las mujeres
casadas”.
Es decir, pesaba sobre ellas una incapacidad de hecho relativa, tenían prohibido:
- La administración de sus bienes propios o gananciales.
- La actuación en juicio.
- La celebración o rescisión de contratos.
- La adquisición de bienes y contratación de obligaciones a su cargo.
- La aceptación o repudiación de herencias.
- Los actos concernientes con la partición de bienes hereditarios.
Esta incapacidad se remediaba con la venia marital o con autorización del juez.
En cambio sí podía hacer por sí sola:
- Los actos personalísimos.
- Podía administrar los bienes que se hubieran reservado en la convención
matrimonial.
El fundamento de esta incapacidad residía en la conveniencia de concurrir a la
consolidación del núcleo familiar; la sanción de la Ley de Matrimonio Civil nº 2393,
cambió la institución matrimonial, pero mantuvo el régimen de la mujer casada. Sin
embargo determinó que la mujer divorciada, mayor de edad es plenamente capaz.
a) Sistema de la ley 11357 (año 1926): ésta ley tampoco definía la situación de la
mujer, la misma hay que extraerla de varias disposiciones.
Situación de la mujer soltera, separada o viuda mayor de edad: tiene capacidad
para ejercer todos los derechos y funciones que las leyes reconocen al hombre
mayor de edad.
Situación de la mujer casada mayor de edad:
a) Conserva y ejerce la patria potestad de sus hijos de un matrimonio anterior.
b) Sin necesitar autorización marital o judicial puede:
- Formar asociaciones civiles o comerciales y sociedades cooperativas.
- Ejercer profesión, empleo, oficio etc, y administrar y disponer de lo ganado.
- Administrar y disponer a título oneroso sus propios bienes y la parte ganancial.
- Administrar los bienes de los hijos de un matrimonio anterior, sin que los frutos
pertenezcan a la nueva sociedad conyugal.
- Aceptar herencias con beneficio de inventario.
Por estos motivos, Salvat, Orgaz y Spota sostienen que la incapacidad de la mujer
casada había sido derogada; Llambias y otros afirman que el art.1º se refiere a la
mujer soltera, divorciada o viuda, entonces no abarca a la mujer casada, que si
bien modifica su situación, no quita completamente su incapacidad.
c) Sistema de la ley 17711 (año 1968): con esta ley si desaparece toda
incapacidad de la mujer casada, modifica el art. 1º de la ley 11357 que queda: “la
mujer mayor de edad cualquiera sea su estado, tiene plena capacidad civil:
Con respecto a la mujer menor de edad, el régimen anterior a la ley 17711 no era
muy claro, la ley 11357 afirmaba que la mujer casada menor de edad tenía iguales
derechos civiles que la mujer casada mayor de edad, con la salvedad que para los
actos de disposición de sus bienes, necesitaban la venia del marido, cuando este
sea mayor de edad, sino necesitan la autorización del juez.
La ley 17711 aclaró que la mujer casada menor de edad, no tiene un estatuto legal
diferente del que corresponde al menor varón.
6- Inhabilitación. Como ya hemos visto, nuestro Código Civil, omitió legislar sobre
los semialienados (ebrios, toxicómanos, disminuidos mentales que no son
dementes) y sobre los pródigos. La reforma de la ley 17711, salvó dicha omisión
mediante el art. 152 bis.
El nuevo art. 152 bis contempla los siguientes caso:
a) Los ebrios habituales y los toxicómanos.
b) Los disminuidos en sus facultades, que no lleguen a ser dementes.
c) Los pródigos.
a) Ebrios habituales y toxicómanos: art. 152 bis inc 1º: “ podrá inhabilitarse
judicialmente a quienes por embriaguez habitual o uso de estupefacientes estén
expuestos a otorgar actos jurídicos perjudiciales a su persona o patrimonio”
b) Disminuidos en sus facultades, que no lleguen a ser dementes: art. 152 bis
inc 2º: “a los disminuidos en sus facultades mentales, cuando sin llegar al supuesto
previsto en el art. 141, el juez estime que el ejercicio de su plena capacidad pueda
resultar presumible daño a su persona y patrimonio”.
c) Los pródigos: art. 152 bis inc 3º: “a quienes por la prodigalidad de los actos
de administración y disposición de sus bienes expusieran a su familia a la perdida
de su patrimonio. Solo procederá en este caso la inhabilitación si la persona
imputada tuviere cónyuge, ascendiente o descendiente y hubiera dilapidado una
parte importante de su patrimonio. La acción para obtener esta inhabilitación solo
corresponderá al cónyuge, ascendientes o descendientes...”.
El prodigo, es la persona que imprudentemente, gasta los bienes que constituyen
su patrimonio, exponiéndose el y su familia a la perdida de esos bienes y en
consecuencia a la miseria. La inhabilitación del prodigo tiene como objeto
fundamental la protección de la familia del mismo.
Efectos de la declaración: La inhabilitación debe ser declarada judicialmente.
Declarada la misma, el inhabilitado queda en un estado de capacidad limitada
conforme al art. 152 bis.
Art. 152 bis: “Se nombra un curador al inhabilitado (...) Sin la conformidad del
curador, los inhabilitados no podrán disponer de sus bienes para actos entre vivos.
Los inhabilitados podrán otorgar por si solos actos de administración, salvo que los
limite la sentencia.”.
Procedimiento para decretar la inhabilitación: quienes pueden pedirla. Normas
aplicables. Cese de la inhabilitación. El art. 152 bis establece que “... se aplicaran
en lo pertinente las normas relativas a la declaración de incapacidad por demencia
y rehabilitación...”
En cuanto a quienes pueden pedir la declaración, tratándose de los inc. 1 y 2:
podrán pedirla los mismos que pueden pedir la declaración de demencia.
Tratándose del inc 3 (prodigo), el pedido de inhabilitación solo corresponderá al
cónyuge, ascendientes o descendientes.
Para que proceda la inhabilitación del prodigo se deben dar los siguientes
requisitos:
1_ Que su acto exponga a sus familiares a la perdida del patrimonio.
2_ Que tenga cónyuge, ascendientes o descendientes.
3_ Que ya hubiera dilapidado una parte importante de su patrimonio.
Por ultimo, cabe agregar que se puede proceder a la internación de los que
padecen enfermedades mentales, o de los ebrios crónicos o toxicómanos, cuando
pudieran dañar su salud o la de terceros, afectar la tranquilidad publica o cuando
necesiten asistencia en establecimientos adecuados (conforme articulo 482 CC).
Derechos que se transmiten. El art. 3417 establece: “El heredero continúa con la
personalidad del difunto, y es propietario acreedor o deudor de todo lo que el
difunto era propietario, acreedor o deudor. Con la excepción de aquellos derechos
que no son transmisibles por sucesión.” El art. 498 C.C agrega: “Los derechos no
transmisibles a los herederos del acreedor como las obligaciones no transmisibles
a los herederos del deudor, se denominan: derechos inherentes a la persona y
obligaciones inherentes a la persona.
Derechos que no se transmiten. Son aquellos que no pueden conseguirse
independientemente de las personas, ligados a la misma ya sea por su naturaleza
que no lo consiente o por disposición expresa de la ley que veda la transmisión.
- Por disposición de la ley: son los derechos reales de usufructo, uso y habitación
(art. 2920 y 2969 C.C). Los derechos emanados del mandato (art. 1963 inc. 3 C.C).
Los derechos de socio, salvo convención contraria (art. 1670 y 1761 C.C). Los
derechos emanados de leyes de previsión social como la jubilación y la pensión. El
derecho emanados del pacto de preferencia en la compraventa (art.1368 y 1396).
El derecho a obtener la reparación del agravio moral, a menos que el difunto
hubiera ya establecido la acción judicial art. 1099 C.C).
Prenotación. Es el periodo durante el cual los titulares actuales de los bienes que
componían el patrimonio del presunto muerto carecen de facultades de disposición
respecto a esos bienes, a menos que concurra la autorización judicial, tiene una
duración relativamente corta.
El art. 30 ley 14394 dice “transcurridos los cinco años desde el día presuntivo del
fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de la persona, quedara sin efecto
la prenotacion prescripta, pudiendo desde ese momento disponerse de los bienes.
Queda concluida y podrá liquidarse la sociedad conyugal” De esto surge que el
periodo aludido puede finalizar, ya por el transcurso del plazo legal, ya por la edad
avanzada del desaparecido.
Transcurso del plazo legal. La causa ordinaria de cesación del periodo de la
prenotación consiste en el solo transcurso de cinco años a contar desde el día del
fallecimiento presunto del desaparecido.
Caso de desaparecido octogenario. Para esto se toma en cuenta la avanzada edad
del desaparecido para acortar el periodo de indisponibilidad de sus bienes en
manos de sus sucesores, porque a la presunción de muerte emanada de la sola
ausencia se agrega la hipótesis que surge de la avanzada edad del desaparecido.
Apertura del período definitivo o de dominio pleno. Transcurrido el periodo de la
prenotacion, se abre el periodo definitivo referente al goce de los derechos
transmitidos a favor de los sucesores del presunto muerto. Este aspecto es
fundamental con respecto a la disolución de la vida conyugal, a la caducidad de las
restricciones que limitaban las facultades de disposición de los sucesores. Al
respecto el art. 30 ley 14394 indica que transcurridos los cinco años desde el día
presuntivo del fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de la persona
queda concluida y podrá liquidarse la vida conyugal.
Efectos de la reaparición del ausente con relación a los bienes. La reaparición del
ausente, declarado muerto, puede surgir como: antes de la entrega de dichos
bienes, durante el periodo de prenotacion, luego de cesada la prenotacion.
Antes de la entrega de los bienes. La ley no preve el supuesto que el
desaparecido reaparezca en el curso del juicio de presunción de fallecimiento, o
luego de la declaración pero antes de quedar esta cumplimentada por la entrega
de los bienes a los sucesores. Ante este caso se deja sin efecto la presunción de
fallecimiento que se halla dictado, además quedaran impedidos los sucesores para
pretender entrar en la posesión de los bienes o inscribir los bienes a su nombre.
Durante el período de prenotación . Lo que provoca la ineficiencia del titulo por
el cual se ha hecho entrega de los bienes, son la presencia del presunto muerto o
la noticia cierta de su existencia. Los obligados a restituir los bienes, deben rendir
cuentas de su gestión para justificar que no han dispuesto de los bienes recibidos.
También puede surgir que no obstante el tenerse noticias ciertas de la existencia
del declarado muerto presunto, este no comparezca a reclamar sus bienes. En
este caso toda persona que tuviera interés legitimo respecto de los bienes del
ausente puede hacer la denuncia del hecho y si se comprobare, procederá a
colocar sus bienes bajo la custodia de un curador.
Reaparición después de cesada la prenotación. Según el art. 32 ley 14394 “si el
ausente reapareciera podrá reclamar la entrega de los bienes que existen y en el
estado en que se hallasen; los adquiridos con el valor de los que faltaren, el precio
que se adeudase de los que hubieran enajenado, y los frutos no consumidos.”