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Los productos de la pesca deberán cumplir para su puesta en el mercado las normas
específicas de higiene establecidas al respecto en el Reglamento CE 853/2004, y en
especial :
Basado en la evaluación sistemática de los cambios de color, consistencia, olor y sabor que
se producen en los productos de la pesca desde el momento de su captura.
Cuando tras el examen organoléptico se dictamine que un lote no resulta apto para
el consumo, se procederá tal y como se señala en el R.D. 1945/83, sobre “Infracciones y
Sanciones”, reflejándose en el Acta correspondiente las alteraciones observadas y los
motivos por los cuales se declara no apta para el consumo y en caso de no conformidad,
se hará constar tal circunstancia, y se inmovilizará dicho género, emplazando al interesado
para que en un plazo máximo de 48 horas solicite una nueva inspección de la partida
inmovilizada, practicada por otro Inspector oficial de rango equivalente o superior, a la que
podrá asistir acompañado de Perito de Parte, y en presencia del primer Inspector actuante,
levantándose una 2ª Acta en el que se señalará el Dictamen definitivo y el destino final del
producto inspeccionado.
Entre los datos del etiquetado que mejor pueden alertarnos sobre el estado de
conservación del género examinado, está la fecha de captura o producción, debiendo de
constar obligatoriamente según se establece en el Reglamento CE 1224/2009.
Dependiendo de la especie de que se trate, a partir de tres días en el caso de especies de
talla pequeña (boquerón, sardina, chicharrito, etc), crustáceos y cefalópodos frescos o
descongelados (cigala, gamba, langostino, calamar, sepia, etc) y 6 días para especies de
mayor tamaño, deberíamos comprobar de una forma más detallada, el grado de frescura
del contenido de los envases.
Son los primeros cambios que se detectan durante la inspección y que nos van a
permitir evaluar de forma rápida el grado de frescura a nivel de Lonjas de subasta y
Mercados Centrales.
Los pescados recién capturados presentan una piel brillante, con una
pigmentación viva, , tornasolada y con abundante mucosidad transparente.
En el musculo de los cefalópodos, aparecen manchas rojizas, más intensas a medida que
avanza el estado de alteración, especialmente en los calamares cuya musculatura es
blanca nacarada en estado fresco.
Los pescados frescos recién capturados presentan sus agallas de color brillante,
con aspecto de estar todavía llenas de sangre (rojo sandía o rojo cereza, dependiendo de
la especie) y con una mucosidad transparente y olor a mar. Los arcos branquiales, al
abrir el opérculo, se separan inmediatamente.
Con el paso del tiempo y debido a la acción microbiana, las agallas se van
haciendo menos coloreadas, y la mucosidad más opaca, para tornarse de un color
marrón amarillento sucio y pegajosa en los avanzados estados de alteración,
apareciendo olores desagradables primero a pescado pasado y finalmente a
putrefacción.
En los Túnidos (Bonito del Norte, Atún, Patudo, etc), el interior del ojo se
vuelve rojizo, ya en los primeros estadíos de degradación.
Las zonas del pescado donde se van a detectar en mayor medida los cambios de
olor, son las branquias , la cavidad abdominal y en menor medida en músculo .
En los pescados grasos, al igual que ocurre con el olor, a medida que se
producen los fenómenos de hidrólisis y autooxidación de las grasas aparecen sabores
rancios y picantes que caracterizan al pescado graso alterado.
Esto hace que la TMA (responsable del olor característico del pescado refrigerado
alterado) sea un parámetro muy variable a la hora de relacionar su presencia en el músculo
del pescado con el grado de alteración del mismo.
Basado en el recuento de la flora alterante del pescado, entre las que cabe
destacar las siguientes especies : Shevanella putrefaciens, Pseudomonas spp,
Lactobacillus saké, Lactobacillus curvatus, Enterobacteriaceae, Photobacterium
phosphoreum (alteración de pescados refrigerados en atmósfera rica en CO2),
Aeromonas (alteración de pescado de agua dulce).
Controles en origen :
Controles en destino :
Controles en origen:
Controles en destino :
c) Productos ahumados :
Los productos ahumados en frío presentan un riesgo microbiológico más alto que
otros productos ya que el tratamiento al que son sometidos ( Tª < 30 ºC, contenido en
sal inferior al 10 % y una ligera desecación) no garantiza la destrucción de los
microorganismos presentes en el producto, por lo que las medidas de higiene son si
cabe más importantes para evitar posibles intoxicaciones.
Los requisitos microbiológicos que se establecen para este tipo de productos vienen
recogidos en el vigente Reglamento CE 2073/2005 y en la derogada Orden de 2 de
agosto de 1991, que establecía las normas microbiológicas para los productos de la
pesca y la acuicultura.
o A. Mesófilos < 106/g (Orden de 2 de Agosto de 1.991)
o Enterobacterias < 103/g (Orden de 2 de Agosto de 1.991)
o S. Aureus < 20/g (Orden de 2 de Agosto de 1.991)
o L monocytógenes < 100/g ( Reglamento CE 2073/2005)
o Salmonella : ausencia/25 g (Orden de 2 de Agosto de 1.991)
o Toxina botulímica : ausencia (Orden de 2 de Agosto de 1.991)
Por tanto en la actualidad el único microorganismo patógeno que debe ser controlado
por los responsables de las empresas de ahumados es la Listeria monocytógenes, ya
que en lo que respecta a Salmonella spp, ya no es obligatorio su control por parte de
los fabricantes.
Controles en origen:
Controles en destino :
q Verificar su procedencia y el correcto envasado y etiquetado (deben
comercializarse en envases cerrados para evitar su contaminación) .
q Comprobar las condiciones de transporte, almacenamiento, distribución,
exposición y venta (Tª conservación < 3ºC).
d) Conservas :
Controles en origen:
• Comprobar los registros de tiempo/Tª de los autoclaves en cada tratamiento.
• Incubar una muestra de producto terminado por cada lote a 37 ºC 7 días o a 35 ºC
durante 10 días, tras lo cual, se comprobará que no hay abombamiento ni
alteración del contenido y se realizarán exámenes microbiológicos no debiendo
observarse crecimiento
Incluyen un grupo de toxinas lipofílicas (se extraen con acetona), entre las
que destacan el ac. Ocadaico, dinofisistoxinas, pectenotoxinas, azaspirácidos y yesotoxinas,
producidas por dinoflagelados de los géneros Dinophysis, Prorocentrum, Protoceratium y
Protoperidinium. Provoca diarreas, dolor abdominal, nauseas, vómitos, cefaleas y
ciertas alteraciones cardiovasculares. Su detección puede realizarse por diferentes
métodos, bioensayo en ratón, HPLC, ELISA, espectrometría de masas o
cromatografía líquida, siendo el límite admitido 160 µg/kg, excepto para las
yesotoxinas(1mg/kg) . Los síntomas aparecen a la media hora y desaparecen por sí
solos a los pocos días, aunque en la actualidad se sospecha que tiene efectos
hepatotóxicos y que pueden dejar secuelas.
d) Ciguatera
d) Peces tóxicos
En el caso de los polifosfatos se suele utilizar con fines fraudulentos, ya que retiene el agua
que se añade Ej. Pulpo fresco, congelado o descongelado ; filetes de pescado, etc.
Existen latitudes en las que no se dan este tipo de parásitos (costas de Namibia o
Sudáfrica), por lo que especies de pescado de esas procedencias que se comercializan en
nuestros mercados, inclusive la merluza (Merluccius capensis o paradoxus), no suelen estar
parasitadas por estos nematodos.
Legislación aplicable
Cuando a causa del tamaño de los filetes o las operaciones de fileteado no sea posible su
examen individual, deberá establecerse un plan de muestreo y mantenerse a disposición de
la autoridad competente . Cuando la inspección al trasluz de los filetes sea necesaria desde
un punto de vista técnico, deberá incluirse en el plan de muestreo.
Por su parte a nivel del estado español, se ha aprobado el Real Decreto 1420/2006 sobre
prevención de la parasitosis por Anisakis en productos de la pesca suministrados
por establecimientos que sirven comidas a los consumidores finales o a
colectividades, en el que se establece la obligación de garantizar que los productos de la pesca para
consumir en crudo o prácticamente en crudo han sido previamente congelados a una Tª igual o inferior a -20
ºC en la totalidad del producto durante al menos 24 horas, debiendo poner en conocimiento de los
consumidores dicho tratamiento, a través de los procedimientos que estimen más apropiados (carteles, cartas-
menú,etc.) .
Por parte de las autoridades competentes, se llevarán a cabo pruebas aleatorias para
determinar mediante examen visual no destructivo, con o sin medio óptico de aumento y
en buenas condiciones de iluminación para el ojo humano, para detectar parásitos visibles
cuya dimensión, color o textura permiten distinguirlo claramente de los tejidos del pez,
considerándose impropios para el consumo humano cuando el análisis demuestre que
estén claramente contaminados con parásitos. El examen se realizará sobre especies de
pescado que se presenten evisceradas o fileteadas, en fresco, y procedentes de pesca
extractiva en zonas de especial riesgo como Atlántico Noroeste, Mar del Norte,
Mediterráneo tal y como se establece en el Reglamento CE 854/2004, en el capítulo
referido a controles oficiales de los productos de la pesca. En especies de pequeño tamaño
que se presenten sin eviscerar (boquerones, jureles, caballas) se examinarán al menos un nº
de ejemplares equivalente a un kg de peso, procediéndose a su examen visual externo, y en
caso de sospecha a su evisceración en el laboratorio.
Límites admitidos:
- Mercurio: 0,5-1 ppm (dependiendo de la especie)
- Cadmio: 0,05-0,1 ppm en pescado; 1ppm moluscos y cefalópodos y 0,5 en
crustaceos
- Plomo: 1ppm moluscos y cefalópodos ; 0,5 en crustáceos ; 0,2-0,4 pescados
- Cobre: 20 ppm (Orden de 2 de agosto de 1991)
- Estaño: 250 ppm en conservas (Orden de 2 de agosto de 1991)
Controles en destino :
-Muestreos rutinarios o por sospecha contemplados dentro del Plan Nacional de
Residuos, ( R.D.1479/98)
BIBLIOGRAFÍA
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