Está en la página 1de 33

ERNESTO FORERO VARGAS

Magistrado ponente

SL5694-2018
Radicación n.° 51578
Acta 12

Bogotá, D. C., nueve (9) de mayo de dos mil dieciocho


(2018).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


el demandante SEGUNDO FLORENCIO BARÓN ARIAS,
contra la sentencia proferida por la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, el 28 de
febrero de 2011, en el proceso ordinario laboral que
instauró el recurrente contra la sociedad FLORES MOCARÍ
S.A. en liquidación obligatoria y la COMERCIALIZADORA
INTERNACIONAL CULTIVOS MIRAMONTE S.A., en
calidad de sociedad matriz.

I. ANTECEDENTES

Segundo Florencio Barón Arias llamó a juicio a la


sociedad Flores Mocarí S.A. y a la Comercializadora
Internacional Cultivos Miramonte S.A. en calidad de

SCLAJPT-10 V.00
Radicación n. °51578

sociedad matriz, con el fin que se le reconociera y pagara


las siguientes acreencias laborales hasta terminar su
contrato de trabajo: los salarios causados a partir del 1º de
junio de 2007; las horas extras, los recargos nocturnos,
dominicales y festivos; el auxilio de cesantías causados a
partir del 1º de enero de 2003; los intereses a las cesantías
causados a partir de enero de 2006; las vacaciones de los
últimos tres años de trabajo y los que se causen; las primas
legales de los últimos tres años y las que se causen; el
auxilio de transporte a partir del 1º de junio de 2007; el
subsidio familiar en relación a los meses de junio a
diciembre del año 2006 y 2007, que correspondían a sus
menores hijos; la dotación de vestido y calzado de los
últimos tres años de trabajo y causados con posterioridad;
el valor de cotizaciones a la seguridad social; igualmente
solicitó se condenara a los accionados al reconocimiento y
pago de la indemnización moratoria; y de no consignación
de las cesantías correspondientes a los años 2003 a 2006;
la compensación de dos horas respecto a actividades
recreativas, culturales, deportivas o de capacitación; la
indexación; que se condenara a lo probado ultra o extra
petita; y a las costas procesales.

Fundamentó sus peticiones, básicamente, en que,


ingresó a trabajar a la sociedad Flores Mocarí S.A. en
liquidación obligatoria el 23 de marzo de 1995; que devengó
un salario mensual de $720.000 en el cargo de supervisor II
postcosecha. Señaló que, a través de documento privado
inscrito en la Cámara de Comercio de Bogotá, fechado el 15
de julio de 2005 el representante legal de la sociedad

SCLAJPT-10 V.00
2
Radicación n. °51578

Comercializadora Internacional Cultivos Miramonte S.A., de


sigla C.I. Cultivos Miramonte S.A. «comunicó que se había
configurado una situación de control con la sociedad Flores
Mocarí S.A. hoy en liquidación obligatoria quedando como
matriz la primera de las sociedades citadas». Igual
afirmación hizo mediante el comunicado del 27 de octubre
de 2006 inscrito ante la Cámara de Comercio del Oriente
Antioqueño.

Ante las últimas comunicaciones, la Superintendencia


de Sociedades ordenó la liquidación obligatoria de Flores
Mocarí S.A. y dispuso que «en caso de existencia de
subordinación o de grupo empresarial, se presume que la
situación de liquidación es producida por causa o con
ocasión de las actuaciones que haya realizado la persona
jurídica matriz o contratante».

Expuso que, conforme a la configuración de la


situación de control entre las sociedades, Cultivos
Miramonte S.A. es la matriz y la sociedad Flores Mocarí S.A.
hoy en liquidación actúa en calidad de subordinada y por
tanto se tipifica la responsabilidad solidaria de la matriz con
la subordinada. Por ello, dijo que las sociedades
demandadas le adeudan los salarios devengados a partir del
1º de junio de 2007 hasta la finalización del contrato
laboral; expuso que su jornada de trabajo era de 6:00 a.m.
a 3:00 p.m. de lunes a sábado, sin embargo, aclaró que en
los meses de enero, febrero, abril, mayo y septiembre,
laboraba de lunes a domingo de 6:00 a.m. a 11:00 p.m.,

SCLAJPT-10 V.00
3
Radicación n. °51578

motivo por el que le adeudan las horas extras


correspondientes.

Reiteró que no le consignaron las cesantías al Fondo al


que se encontraba afiliado, ni le pagaron las acreencias que
refirió con antelación, circunstancia por la que no obran
semanas cotizadas para su futura pensión de vejez, razones
por las que circunscribe a las sociedades demandadas en
una actuación de mala fe, y finaliza con el argumento que
en las sociedades convocadas laboraban más de 50
operarios, no obstante le concedieron las dos horas
semanales legales que consagra la Ley 50 de 1990.

Al dar respuesta a la demanda, la sociedad Flores


Mocarí S.A. en liquidación obligatoria, aceptó la fecha de
ingreso del actor, el salario, el cargo, la jornada ordinaria
con la aclaración que se concedía una hora de almuerzo,
que no se pagó al accionante el auxilio de trasporte, porque
no le asistía el derecho toda vez que no utilizaba ningún
medio de transporte debido a la cercanía de su lugar de
trabajo; que no le han cancelado subsidio familiar porque
no acreditó tener hijos. Con relación a los demás supuestos
de hecho dijo que no eran ciertos o que no lo eran.

Como razones de defensa dijo que obra la cancelación


de todas las acreencias reclamadas y por ello las
pretensiones deben fracasar y propuso las excepciones de
fondo de: falta de causa, pago, inexistencia de la obligación,
compensación, prescripción, cobro de lo no debido, y la
genérica.

SCLAJPT-10 V.00
4
Radicación n. °51578

La Comercializadora Internacional de Cultivos


Miramonte S.A. respondió el libelo considerando ciertos los
supuestos que hacen referencia a que el representante legal
de la sociedad nombrada anteriormente comunicó que se
había configurado una situación de control con la sociedad
Flores Mocarí S.A. en liquidación obligatoria para las fechas
de 15 de julio de 2005 y 27 de octubre de 2006, en la que
dijo que quedaba como matriz; respecto de los demás
manifestó que no le constaban o que no eran ciertos.

Como fundamentos de defensa citó el convenio 95 de


la OIT vigente desde 1952, el artículo 36 de la Ley 50 de
1990, la Ley 222 de 1995, y argumenta lo correspondiente a
los deberes del liquidador de Flores Mocarí S.A., ello debido
al cierre de la empresa.

Propuso las excepciones previas de: indebida


integración del Litis Consorcio, indebida acumulación de
pretensiones, falta de jurisdicción, falta de competencia, las
que se declararon no probadas mediante auto visible a folio
121, decisión confirmada por el Tribunal (f. os 187 a 191).
Como perentorias las de: pago, compensación, petición
antes del tiempo, falta de legitimación en la causa, y
prescripción.

II. SENTENCIA DE PRIMERA


INSTANCIA

SCLAJPT-10 V.00
5
Radicación n. °51578

El Juzgado Diecisiete Laboral del Circuito de Bogotá,


mediante fallo del 22 de octubre de 2009, decidió:

PRIMERO: CONDENAR a las sociedades FLORES MOCARÍ S.A.


EN LIQUIDACIÓN Y COMERCIALIZADORA INTERNACIONAL
CULTIVOS MIRAMONTE S.A., a pagar al accionante SEGUNDO
FLORENCIO BARÓN ARIAS, las siguientes sumas de dinero:

Por salarios, la suma de $720.000, desde el 1º de junio de 2007,


y en adelante, hasta cuando se le termine legalmente el contrato
de trabajo a la demandante. Suma que deberá ser pagada de
manera mensual, y ajustada de conformidad con los reajustes
del Gobierno, por los años subsiguientes.

Por cesantías de los años 2003 a 2006 la suma de $4.320.000,


valor que deberá ser consignado por la sociedad en el Fondo
destinado para tal fin y de elección del demandante.

Por intereses de cesantías deberá cancelar la suma de $438.240.


Por primas de servicios la suma de $1.986.000.

Por sanción por no consignación de las cesantías $43.200.000,


Ha de decirse que las condenas aquí impuestas deberán ser
canceladas de manera indexada;

SEGUNDO: ABSOLVER a las demandadas de las demás


pretensiones incoadas en su contra

TERCERO: CONDENAR en COSTAS a la parte demandada.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA


INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, mediante fallo del 28 de febrero de 2011
os
(f. 192 a 156), resolvió el recurso de apelación presentado
por la demandada Comercializadora Internacional Cultivos
Miramonte S.A. y «modificó» la sentencia de primera
instancia, para absolver a la apelante de la condena que se
le impuso. En lo demás confirmó el fallo objeto de alzada y
no impuso costas.

SCLAJPT-10 V.00
6
Radicación n. °51578

En lo que interesa al recurso extraordinario, el ad


quem consideró como fundamento de su decisión que la
condena impuesta a Flores Mocarí S.A., no debió ser
aplicada en solidaridad para la sociedad Comercializadora
Internacional Cultivos Miramonte S.A., por cuanto ésta no
posee calidad de empleadora, contratista o intermediaria del
accionante, y no existe unidad de empresa, circunstancia
por la que según el artículo 148 de la Ley 222 de 1995,
«para las sociedades matrices o subordinadas, lo que
establece es la condena subsidiaria cuando la sociedad en
concordato no efectúe el pago, declarado en proceso
ordinario» y a continuación transcribió los artículos 260 y
261 modificados por la citada Ley 222, que regulan el tema
de la subordinación y los casos de presunción de ésta.

Dijo que la aludida Ley 222 de 1995 expidió un nuevo


régimen de procesos concursales y estableció en el
parágrafo del artículo 148, una presunción de
responsabilidad de la sociedad matriz por situación de
liquidación obligatoria, «bajo el entendido que la misma se
produjo por causa o con ocasión de las actuaciones que haya
realizado en virtud de la subordinación que ejerce y en
interés de ésta o de cualquiera de las subordinadas, y en
contra del beneficio de la sociedad en concordato,
respondiendo en forma subsidiaria por sus obligaciones» y a
renglón seguido cita el parágrafo del artículo 148 de la
referida Ley.

SCLAJPT-10 V.00
7
Radicación n. °51578

Después, alude al tema de la responsabilidad


subsidiaria, cita el artículo 61 de la Ley 1116 de 2006, y
transcribe apartes de la sentencia de la Corte
Constitucional SCC C-510 de 1997, para colegir que la
responsabilidad de la matriz en relación con el pago de las
acreencias de sus subordinadas es subsidiaria y no
principal.

Respecto de la solidaridad reclamada por el actor dijo


que a pesar de estar probada la situación de control por
parte de C.I. Cultivos Miramonte S.A., y de Flores Mocarí
S.A. hoy en liquidación obligatoria en calidad de
subordinada, no es posible deducir la responsabilidad
solidaria reclamada, porque de acuerdo a lo explicado, el
parágrafo 148 de la Ley 222 de 1995 establecía la
responsabilidad de la matriz frente a las obligaciones
insolutas de la subordinada «de manera subsidiaría, y bajo
el supuesto de que la situación de concordato o de
liquidación obligatoria haya sido producida por causa o con
ocasión de las actuaciones que haya realizado la sociedad
matriz o controlante en virtud de la subordinación y en
interés de esta o de cualquiera de sus subordinadas y en
contra del beneficio de la sociedad en concordato.

Agregó que si bien y de conformidad con la norma


antes citada opera la presunción de que la sociedad
subordinada se encuentra en situación concursal por las
actuaciones derivadas del control, esta presunción,
denominada por la Corte Constitucional Juris Tantum es de
orden legal y puede ser desvirtuada mediante la

SCLAJPT-10 V.00
8
Radicación n. °51578

demostración del hecho contrario, motivo por el que colige


«que las actuaciones de control no fueron las causantes de la
situación concursal o de liquidación obligatoria de la
subordinada, lo que implicaría el desarrollo de un ejercicio
probatorio a través del respectivo proceso ordinario en el que
se pueda preservar el derecho de defensa y de contradicción
de las partes involucradas, encaminado a establecer la
responsabilidad subsidiaria de la matriz frente a su
controlada», circunstancia que expuso, no se resuelve en
sede de apelación porque el debate se centra en la
procedencia o no de la responsabilidad solidaria que ordenó
el a quo.
A continuación, se refirió al tema de la solidaridad
laboral consagrada en el artículo 36 del CST y reseñó un
fragmento de la sentencia CSJ SL, 10 may. 1995, rad. 7189
para derivar de ello un razonamiento diferencial entre la
responsabilidad solidaria, y subsidiaria que es la que se
analiza en el presente caso y consideró que esta última es
una responsabilidad residual y condicionada porque así lo
adoctrinó la Corte Constitucional en la sentencia SCC C-
510 de 1997, por tanto dijo que la sociedad matriz no está
obligada al pago de acreencias «sino bajo el supuesto de que
no pueda ser asumida por la subordinada» y colige el
Tribunal que no procede declarar la solidaridad reclamada
entre la Comercializadora Internacional de Cultivos
Miramonte S.A. y Flores Mocarí S.A., extendiendo a la
primera la condena impuesta, razones por las que
«modificó» la sentencia de primer grado para absolver a la
Comercializadora Internacional de Cultivos Miramonte S.A.

SCLAJPT-10 V.00
9
Radicación n. °51578

de la condena que se le impuso. En lo demás confirmó el


fallo objeto de alzada y no impuso costas en esa instancia.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por el demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA
IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que la Corte case parcialmente


la sentencia de segundo grado, en cuanto modificó el fallo
de primer grado respecto a las condenas que el Juzgado
impuso a la demandada Comercializadora Internacional
Cultivos Miramonte S.A. y confirmó las condenas respecto a
Flores Mocarí S.A. en liquidación obligatoria. «Que al
constituirse en sede de instancia se sirva modificar la
sentencia del Tribunal, por virtud de la cual confirmó la
condena únicamente contra la demandada Flores Mocarí
S.A. en liquidación obligatoria y absolvió a Comercializadora
Internacional Cultivos Miramonte S.A. C.I. Cultivos
Miramonte S.A.» y en su lugar confirme la del Juzgado del
conocimiento únicamente contra la demandada
Comercializadora Internacional Cultivos Miramonte S.A., y
en favor del actor, toda vez que como está probado, Flores
Mocarí S.A., ya no existe porque fue liquidada.

SCLAJPT-10 V.00
10
Radicación n. °51578

Con tal propósito formula tres cargos, por la causal


primera de casación, los cuales no fueron oportunamente
replicados y que se estudiarán a continuación.

VI. CARGO PRIMERO

Acusó la Sentencia del Tribunal por la causal primera


de casación por:

violación consensual directa: A) En la modalidad de


infracción directa de los artículos 1°, 4°, 25 y 53 de la
Constitución Política de Colombia y los artículos 1°, 13, 20 y 21
del Código Sustantivo del Trabajo y B) En la modalidad de
interpretación errónea de los artículos 260 y 261 del Código
de Comercio; artículo 148 de la otrora Ley 222 de 1995 y
artículos 61 y 126 de la Ley 1 116 de 2006.

El censor inicia la demostración del cargo con la


transcripción de todas las consideraciones y de la parte
resolutiva de la decisión del juez plural y a continuación
reseña en su texto los artículos 1°, 4°, 25, 53 de la
Constitución Política, para referir a continuación tema
alusivo al Estado social del derecho y la protección al
derecho de trabajo, la solidaridad, la favorabilidad de los
derechos laborales y la primacía de la realidad.

Acto seguido cita en su literalidad los artículos 1°, 13,


20, 21 del CST, las disposiciones 260 y 261 del CCo. y
seguidamente dice que el ad quem interpretó erróneamente
los artículos 61 de la Ley 1116 de 2006 y 148 de la Ley 222
de 1995, precepto último que, afirma fue derogado
mediante la disposición 126 de la citada; además, consideró

SCLAJPT-10 V.00
11
Radicación n. °51578

que por mandato del artículo 4 de la CN debió el


sentenciador aplicar los artículos 25 y 53 del mismo
estamento constitucional y concluyó que si el fallador
hubiera aplicado los preceptos que refirió en su contenido,
habría llegado a la conclusión que los derechos laborales:

[…] son derechos y garantías mínimas y cualquier decisión que


afecte o desconozca esos mínimos no produce efecto alguno,
como en el caso presente donde la diferencia entre la
responsabilidad solidaria y la responsabilidad subsidiaria es
simplemente etimológica y/o semántica; luego entonces, por
encima de esa diferencia formal, ambas responsabilidades
terminan en un mismo fin, cual es, la protección de los derechos
laborales. B) Que en tratándose de normas constitucionales y
sustantivas laborales en conflicto con normas de sustantivas de
derecho privado, correspondía aplicar las normas más
favorables que por supuesto son de naturaleza constitucional y
laboral y C) Que a su vez, al aplicar las normas sustantivas
laborales más favorables, se está aplicando los principios
fundamentales constitucionales de; un Estado de derecho, el
principio de solidaridad, la especial protección del trabajo del
actor por parte del Estado, la situación más favorable al actor y
la primacía de la realidad sobre las formalidades, el respecto de
los derechos laborales del demandante y el buen funcionamiento
de la administración de justicia, así como el imperio de la Ley
respecto a la jurisprudencia, en tratándose de derechos mínimos
laborales de carácter público en favor del demandante.

VII. CARGO SEGUNDO

Lo presenta en los mismos términos que el anterior,


variando el sub motivo de las mismas normas acusadas así:

violación consensual directa: A) En la modalidad de


infracción directa de los artículos 1°, 4°, 25 y 53 de la
Constitución Política de Colombia y los artículos 1°, 13, 20 y 21
del Código Sustantivo del Trabajo y B) En la modalidad de
aplicación indebida de los artículos 260 y 261 del Código de
Comercio; artículo 148 de la otrora Ley 222 de 1995 y artículos
61 y 126 de la Ley 1116 de 2006. (Subrayado de la Sala)

Por lo que se hace innecesario reproducir la


proposición jurídica como la sustentación del ataque.

SCLAJPT-10 V.00
12
Radicación n. °51578

VIII. CONSIDERACIONES

La Sala observa que la demanda de casación


contiene algunas deficiencias de índole técnico, como no
precisar en debida forma el alcance de la impugnación y
no centrar argumentos de crítica frente a los verdaderos
soportes de la sentencia que acusa; sin embargo, en
ejercicio de la interpretación de sus fundamentos, colige la
Corte que el alcance del recurso consiste en mantener la
condena emitida por el juez de primera instancia a la
Comercializadora Internacional Cultivos Miramonte S.A.,
con el sustento de la responsabilidad solidaria y
subsidiaria, de cara a las obligaciones insolutas objeto de
condena contra la entidad subordinada Flores Mocarí S.A.
en liquidación obligatoria.

En este orden, el ad quem sostuvo su decisión de que


no se debió aplicar la solidaridad a la sociedad matriz,
porque no fue la empleadora del actor ni existió la unidad
de empresa, razón por la que no operaba la presunción de
condena subsidiaria consagrada en el artículo 148 de la Ley
222 de 1995, pues para ello era necesario acreditar que la
omisión de pago fue producida por su causa y en contra de
la sociedad en concordato o en liquidación obligatoria,
razón por la que exoneró de la condena a la sociedad
matriz.

El recurrente manifiesta que el juez plural interpretó


erróneamente los artículos 61 de la Ley 1116 de 2006 y 148

SCLAJPT-10 V.00
13
Radicación n. °51578

de la Ley 222 de 1995, éste último derogado por el precepto


normativo 126 de la citada Ley 1116, y explicó que los
derechos laborales son considerados mínimos, motivo por el
que la decisión que los desconozca no produce efecto
alguno, como en el presente caso lo es la afectación por la
diferencia entre la responsabilidad solidaria y subsidiaria,
la que considera solamente etimológica, pues el fin es uno
solo y consiste en la protección de los derechos laborales.

En atención a que la senda acusada es la directa, la


Sala precisa los siguientes supuestos fácticos definidos en
la sentencia de segundo grado: i) la existencia de la
situación de control por parte de la matriz C.I. Cultivos
Miramonte S.A. desde 2005; ii) la condición de empleadora
de la sociedad Flores Mocarí S.A. y su estado de liquidación
obligatoria por auto de la Superintendencia de Sociedades
de fecha 26 de junio de 2007; y iii) la comunicación de C.I.
Cultivos Miramonte S.A., calendada el 15 de julio de 2005
enterando a Flores Mocarí de la situación de control, siendo
la remitente la matriz.

El problema jurídico propuesto por el casacionista


consiste en determinar si la responsabilidad solidaria y la
subsidiaria son instituciones diferentes o si por el contrario
tienen el mismo alcance frente al derecho laboral y si el
artículo 148 de la Ley 222 de 1995 fue erróneamente
aplicado e interpretado.

La Sala considera importante destacar que la


diferencia entre solidaridad y subsidiaridad no es solamente

SCLAJPT-10 V.00
14
Radicación n. °51578

etimológica como lo asegura la censura, pues, según el


artículo 28 del CC el significado de las palabras es el
natural a excepción de cuando el legislador les haya
otorgado para una determinada materia una expresa
definición jurídica, situación en la que el alcance se debe
circunscribir al concedido por la ley.

En este orden, la divergencia entre responsabilidad


solidaria y subsidiaria, radica en que la solidaria se concibe
respecto a varios deudores, los cuales se hacen
responsables de la totalidad de la deuda, mientras que la
subsidiaria es la que sustituye a la que se encuentra
obligada como principal, o sea que suple al forzoso y
principal responsable y, es por ello, que no pueden tener
estas dos figuras jurídicas igual alcance, razón por la que se
colige que el Tribunal no incurrió en ningún error de
interpretación al encontrar diferencias entre la
responsabilidad solidaria y la subsidiaria, toda vez que los
conceptos difieren entre sí y por tanto, debían ser aplicados
por el juzgador en su significado jurídico.

Además, hay que dejar claro que existe una marcada


diferencia entre los presupuestos que determinan la
existencia de un grupo empresarial, que es estrictamente
comercial y, la unidad de empresa que se encuentra
consagrada en el artículo 194 del CST, subrogada por el 32
de la Ley 50 de 1990, en la que necesariamente debe
demostrarse el predominio económico de la principal que en
este caso lo es C.I. Cultivos Miramonte S.A., para así
determinar que hubo una subordinación o sometimiento

SCLAJPT-10 V.00
15
Radicación n. °51578

por parte de la controladora hacia Flores Mocarí S.A. y


derivar de ello la solidaridad laboral para el pago de las
condenas impuestas.

Precisado lo anterior, se adentra la Sala al estudio de


los argumentos del recurrente de que los derechos laborales
por ser catalogados de protección especial por la
Constitución, deben prevalecer en su amparo y en ese
orden debió condenarse a la sociedad matriz.

En primer lugar, debe advertir la Sala que, en el


presente asunto, no se debaten los derechos mínimos, pues
ellos fueron definidos en la primera instancia y aceptados
por las partes en la forma dispuesta en el fallo del a quo.

La discusión que se ofrece en esta esfera casacional es


respecto a la responsabilidad frente al pago de las
obligaciones laborales objeto de condena y si existió o no
solidaridad laboral, la que se presenta: a) bien en
cumplimiento de la norma laboral que la consagra, o b) si
las partes expresamente lo pactan; condiciones que desde
ya debe decirse no se cumplen en el presente caso, porque:
i) de una parte no obra en el plenario algún compromiso o
acuerdo entre las partes demandadas para responder, de
ser necesario, por las acreencias laborales de los
trabajadores; ii) no se evidencia intermediación laboral; iii)
tampoco se trata de sociedades de personas; iv) no se
acredita sustitución patronal ni unidad de empresa; v)
además no se verificó la existencia de un contrato de
trabajo a través de un contratista independiente;

SCLAJPT-10 V.00
16
Radicación n. °51578

circunstancias que son las consagradas en la legislación


laboral para considerar una eventual solidaridad laboral.

El ad quem al respecto agregó:

Debe decirse además que si bien en virtud de la normativa


antecitada opera la presunción de que la sociedad subordinada
se encuentra en situación concursal por las actuaciones
derivadas del control, esta presunción denominada por la H.
Corte Constitucional como de “Juris Tantum” por ser de orden
legal, puede ser desvirtuada mediante la demostración del
hecho contrario, es decir que las actuaciones de control no fueron
las causantes de la situación concursal o de liquidación
obligatoria de la subordinada, lo que implicaría el desarrollo de
un ejercicio probatorio a través del respectivo proceso ordinario
en el que se pueda preservar el derecho de defensa y de
contradicción de las partes involucradas, encaminado a
establecer la responsabilidad subsidiaria de la matriz frente a su
controlada. Aspecto éste que no es el llamado a resolver en sede
de apelación como quiera que lo que aquí se debate es la
procedencia o no de la RESPONSABILIDAD SOLIDARIA que
encontró probada el A-quo.

Se tiene entonces que, aunque el Tribunal no hace


alusión a la diferencia entre la responsabilidad comercial y
la laboral, sí precisa divergencias entre la responsabilidad
solidaria y la subsidiaria, con el apoyo en las sentencias CC
C-510 de 1997 y CSJ SL, 10 may. 1995, rad, 7189, para
concluir que no se presenta la responsabilidad solidaria con
la sociedad controladora.

Además, no se presentó discusión con relación al


contrato de trabajo existente entre el demandante y Flores
Mocarí S.A, y el correspondiente derecho al pago de las
acreencias laborales del actor, pues conforme lo expuso el
cuerpo colegiado, el debate en la alzada giró en torno a la
solidaridad laboral.

SCLAJPT-10 V.00
17
Radicación n. °51578

De ahí que, al no probar el recurrente el yerro del


Tribunal frente a los presupuestos para declarar la
responsabilidad solidaria, por ende, no estar obligada la
matriz al pago de las acreencias laborales en razón a no ser
su empleador y no acreditar la existencia de la unidad de
empresa de conformidad a las voces del artículo 194 del
CST subrogado por el artículo 32 de la Ley 50 de 1990, no
hay lugar a reprochar la decisión del Tribunal.

Por último, como quiera que el censor impugna el


pronunciamiento del fallador de segundo grado con relación
al artículo 148 de la Ley 222 de 1995, por considerar que la
norma había sido derogada por el precepto normativo 126
de la Ley 1116 de 2006, debe precisar la Corte, que este
argumento no tiene respaldo, toda vez que la norma se
mantuvo vigente hasta el 27 de junio de 2007, lo que
significa que para el momento en que se ordenó el
concordato o liquidación obligatoria, esta disposición se
encontraba en vigor.

Además de lo expuesto, el tema de la responsabilidad


subsidiaria con relación a la sociedad matriz en debate, no
se afectaría en caso de la eventual derogatoria, pues el
mismo sentido legal contiene el artículo 61 de la Ley 1116
de 2006, en consecuencia, no incurrió en yerro jurídico
alguno el Tribunal, pues nada diferente se puede inferir de
los textos señalados.

De lo anterior se discurre que al no lograr el


recurrente derruir la sentencia con los cargos jurídicos

SCLAJPT-10 V.00
18
Radicación n. °51578

propuestos, la misma se conserva incólume y por tanto los


cargos no prosperan.

IX. CARGO TERCERO

Acuso la Sentencia del Ad-quem por la causal primera de


casación establecida en el Art. 60 del Decreto 528 de 1964
modificado por el artículo 7 0 de la Ley 16 de 1969, esto es, por
violar en forma (vía) indirecta y en la modalidad de
aplicación indebida el artículo 53 de la Constitución Política de
Colombia y los artículos 10, 13, 20 y 21 del Código Sustantivo
del Trabajo; en conjunción con los artículos 14, 55, 65 (hoy
modificado por el artículo 29 de la Ley 789 de 2002), 36, 140,
189, 196, 249, 253, 306 y 340 del Código Sustantivo del
Trabajo; numerales 30 y 50 del artículo 252 (modificado por el
numeral 115 del artículo 10 del Decreto Especial 2282 de 1989, a
su vez modificado por et artículo 26 de la Ley 794 de 2003) y
305 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con los
artículos 1, 25 y 230 de la Constitución Política de Colombia,
artículos 27, 1568, 1571, 1603 y 1618 del Código Civil; artículos
260 y 261 del Código de Comercio; artículo 148 de la Ley 222 de
1995; artículos 61 y 126 de la Ley 1116 de 2006 en
concordancia con los artículos 48, 49, 51, 54A (adicionado por
el artículo 24 de la Ley 712 de 2001), 54B (adicionado por el
artículo 25 de la Ley 712 de 2001), 60, 61 y 145 del Código
Procesal de' Trabajo y Seguridad Social.
Dice que la violación a la ley sustancial se produjo
como consecuencia de los siguientes evidentes errores de
hecho en que incurrió el ad-quem:

No dar por demostrado, a pesar de estarlo, que en el caso


presente operó la presunción legal de responsabilidad
subsidiaria que en laboral es la misma responsabilidad
solidaria de la sociedad Matriz o Controlante
COMERCIALIZADORA INTERNACIONAL CULTIVOS MIRAMONTE
SA C.I. CULTIVOS MIRAMONTE S.A., respecto a las obligaciones
o derechos laborales adeudados al actor por la sociedad
subordinada FLORES MOCARÍ S. A, hoy desaparecida por
liquidación obligatoria terminada.
Dar por demostrado, a pesar de no estarlo ni serlo, que en los
derechos laborales y/o sociales la responsabilidad solidaria
es diferente a la responsabilidad subsidiaria.
No dar por demostrado, a pesar de estarlo y serlo, que en los
derechos laborales y/o sociales la responsabilidad solidaria y la
responsabilidad subsidiaria son equivalentes conforme a los
principios constitucionales de primacía de la realidad y primacía
de la favorabilidad, así como la primacía de las normas

SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n. °51578

sustantivas laborales sobre cualesquiera otras de distinta


naturaleza.

Relaciona las siguientes pruebas que considera


erróneamente apreciadas:

1. La demanda, visible a folios 4 a 13 del Cuaderno Principal.


2. La contestación de la demanda por parte de
COMERCIALIZADORA INTERNACIONAL CULTIVOS MIRAMONTE
S.A. C.I. CULTIVOS MIRAMONTE S. A. visible a folios 92 a 109
del Cuaderno Principal.
3. El recurso de apelación interpuesto por la apoderada de
COMERCIALIZADORA INTERNACIONAL CULTIVOS MIRAMONTE
S.A C.I. CULTIVOS MIRAMONTE S.A, visible a folios 400 a 402
del Cuaderno Principal.

Cita las siguientes pruebas como no apreciadas:

1. El Auto de fecha 26 de junio de 2007 promulgado por la


Superintendencia de Sociedades declarando la
responsabilidad de la sociedad Matriz o Controlante,
visible a folios 38 a 44 del Cuaderno Principal.
2. El Auto promulgado por la Superintendencia de Sociedades
declarando terminado el proceso liquidatario de la
sociedad subsidiaria FLORES MOCARÍ S.A., visible a folios
226 a 231 del Cuaderno Principal.

En la demostración transcribe la totalidad de las


consideraciones y parte resolutiva de la sentencia del
cuerpo colegiado y a continuación afirma que incurrió el
sentenciador en «casi una vía de hecho» al modificar la
sentencia de la primera instancia porque fue el resultado de
consideraciones contrarias a los hechos de la demanda no
desvirtuados por la demandada y contrarias al acervo
probatorio.

Argumenta que el fallo resultó incongruente porque no


solo debió estar en consonancia «con los hechos y las

SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n. °51578

pretensiones de la demanda sino también con las demás


oportunidades que la ley da al respecto».

En lo atinente a la demanda inicial, logra colegir la


Sala de la exposición poco clara propuesta por el censor,
que considera que en el libelo introductorio se incurrió en el
lapsus de utilizar los términos de responsabilidad «solidaria»
en vez de responsabilidad «subsidiaria», pero que a su vez
en el mismo texto se puntualizó en los hechos 5 a 16 la
configuración «del control o grupo empresarial» razón por la
que afirma que el Tribunal la apreció erróneamente, toda
vez que la demanda dejó claro que la sociedad C.I. Cultivos
Miramonte S.A. era la controlante, mientras que Flores
Mocarí S.A. la subordinada.

Aborda el tema de la contestación del escrito inicial y


de la apelación de la sentencia y señala que el juez plural la
valoró con error, como consecuencia de la «interpretación
errónea del recurso de apelación» propuesto por la matriz
controlante por cuanto esta empresa confesó «la existencia
del grupo empresarial entre la sociedad y la hoy
desaparecida FLORES MOCARÍ S.A. EN LIQUIDACIÓN
OBLIGATORIA»; que además aceptó la aplicación del
Convenio 95 de 1956 de la OIT y el artículo 53 de la CN y
que tanto ésta pieza procesal como el recurso de alzada
«carecen de sustento fáctico toda vez que en tratándose de
derechos laborales si le era posible al a quo aplicar la ultra
petita y producir una sentencia como lo hizo con condena
solidaria en contra de la matriz».

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n. °51578

Agrega que la valoración errada al recurso de


apelación consistió en que estando probada de una parte la
condición de grupo empresarial entre Flores Mocarí S.A. en
liquidación obligatoria y C.I. Cultivos Miramonte S.A. y, de
otra, la presunción de que la liquidación de Flores Mocarí
S.A. fue como consecuencia de las actuaciones de la
sociedad matriz, de conformidad al auto que no refirió el
fallador de segunda instancia (f.° 42), era lógico que fuera la
controlante la que debía responder por el pago de las
acreencias «sin miramientos en cuanto a si dicha
responsabilidad es subsidiaria o solidaria» porque «la verdad
real establecida en el proceso es que se probaron los hechos
5 a 16 de la misma». Cierra su argumento al señalar que la
Superintendencia estableció esa presunción legal cuando
dijo «que de existir la configuración del grupo empresarial, se
presumía que la situación de liquidación obligatoria de Flores
Mocarí S.A. había sido producida por causa o con ocasión de
os
las actuaciones realizadas por la matriz o controlante». (f.
226 a 231).

Presenta un acápite de conclusiones en el que arguye


que se debe privilegiar lo fáctico sobre las formas aplicando
la primacía de la realidad y que en este caso se
demostraron todos los hechos de la demanda frente a la
sociedad matriz, razones por las que queda evidenciado que
el Tribunal incurrió en una vía de hecho al atender los
argumentos del recurso de apelación, sin percatarse que
esos fundamentos no desvirtúan la calidad del grupo
empresarial apelante, ni la responsabilidad que en él recae,
sin que sea menester indicar si la responsabilidad es

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n. °51578

subsidiaria o solidaria y para respaldar sus argumentos cita


un fragmento de la sentencia CSJ SL, 9 abr. 1996, sin
radicación y otra de la Corte Constitucional en extenso y sin
referencia, pero exponiendo que no conoce mucho de la
técnica de casación, aunque pretendió atenderla.

X. CONSIDERACIONES

El censor no cumple con algunas exigencias de la


técnica del recurso extraordinario pues, al encauzar el
cargo por la vía indirecta, debió atender lo consagrado por
el artículo 7 de la Ley 16 de 1969, esto es presentar la
crítica al error manifiesto por parte del sentenciador con
relación a la valoración de las pruebas que enlista, ya por
no haberlas apreciado o por haberlo hecho de forma
errática, y una vez haya precisado tal yerro, proponer el
sentido correcto y su incidencia en la decisión que enrostra,
lo cual se omitió en el ataque; incurre además, el
casacionista en el dislate de entremezclar una discusión
jurídica en este cargo dirigido por la senda fáctica, sin
ocuparse de evidenciar el manifiesto contrasentido del juez
plural en los medios de convicción que enuncia.

No obstante, si la Sala actuando con amplitud se


adentrara en el estudio de las piezas procesales y pruebas
que afirma el censor se apreciaran con error o no fueron
valoradas por el ad quem, encontraría que no cometió
ningún yerro fáctico por lo siguiente:

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n. °51578

De conformidad con las probanzas mencionadas y


erróneamente apreciadas, se tiene que la Corte de manera
reiterada ha dicho que las piezas procesales como las aquí
referidas, demanda, contestación a la misma y recurso de
apelación, no son pruebas, a no ser que del contenido de
estas se establezca una confesión o una apreciación
equivocada frente a su texto, o distorsionando su alcance.

No es cierto lo afirmado por la censura de que al libelo


genitor se le haya dado un alcance interpretativo
equivocado por parte del Tribunal; pues el yerro que señala
es que en el relato de los hechos se aludió a la
responsabilidad solidaria cuando en realidad quiso decir
subsidiaridad; sin embargo mirando en su contexto las
pretensiones y los hechos que las soportan, aun cuando la
parte actora no es muy clara en su narración, lo cierto es
que se refirió a las dos figuras, la subsidiaridad (hechos 7 y
8) al referirse a la liquidación obligatoria y la situación de
control, pero así mismo a la solidaridad laboral en el mismo
hecho 8 y a los demás donde manifiesta que ambas
demandadas deben responder solidariamente, es así que el
Tribunal tuvo que diferenciar entre estos dos conceptos.
Caso distinto, es que, si bien el ad quem encontró
demostrada la subsidiaridad comercial, concluyó que no
estaba acreditada la responsabilidad solidaria en materia
laboral.

Con relación a la contestación de demanda, define la


censura el error en no haber atendido el Tribunal «la
confesión» de la existencia del grupo empresarial que aceptó

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n. °51578

la sociedad matriz, sin que se evidencia tal error puesto


que el juez colegiado manifestó lo siguiente: «no obstante
estar probada en el sublite la situación de control alegada en
la demanda, habida consideración que emerge de los
certificados de existencia y representación legal de las
sociedades demandadas, visibles a folios 33 a 37 y sus
reversos, que la sociedad matriz Comercializadora
Internacional Cultivos Miramonte S.A. había configurado una
situación de control respecto de su subordinada Flores
Mocarí S.A.» , argumento este con el que se denota que
atendió la existencia de los hechos 5 y 6 del libelo
introductor y sus correspondientes respuestas, en las que el
ente controlante aceptó con la advertencia de que «el
estado jurídico de control, no es fuente de obligaciones con
solidaridad en el Derecho del Trabajo» tesis que denota una
ausencia de confesión en los términos sugeridos por el
recurrente.

Del mismo modo, en la revisión del recurso de


apelación, el libelista propone la misma discusión que la
anteriormente examinada sin traer nuevos argumentos,
motivo por el cual la Sala se remite a lo ya expresado.

Se adentra la Corte a la revisión de las pruebas


acusadas por el censor como no apreciadas por el Tribunal
y determina que, aunque el fallador no haya hecho
referencia puntual frente al auto que ordenó la liquidación
obligatoria de Flores Mocarí S.A., ello no significa que haya
omitido su examen, pues hizo análisis respecto de la

SCLAJPT-10 V.00
25
Radicación n. °51578

presunción de que trata el parágrafo 148 de la Ley 222 de


1995 cuando expuso:

[…]opera la presunción de que la sociedad subordinada se


encuentra en situación concursal por las actuaciones derivadas
del control, esta presunción denominada por la H. Corte
Constitucional como de “Juris Tantum” por ser de orden legal,
puede ser desvirtuada mediante la demostración del hecho
contrario, es decir que las actuaciones de control no fueron las
causantes de la situación concursal o de liquidación obligatoria
de la subordinada, lo que implicaría el desarrollo de un ejercicio
probatorio a través del respectivo proceso ordinario en el que se
pueda preservar el derecho de defensa y de contradicción de las
partes involucradas, encaminado a establecer la responsabilidad
subsidiaria de la matriz frente a su controlada.(Destaca la Sala).

Se colige entonces, que no le asiste razón al recurrente


al manifestar que la prueba indicada no fue valorada, pues
de lo decantado se establece que sí se examinó e incluso se
hizo referencia a ella, toda vez que de manera precisa se
ocupó de la presunción que da cuenta el documento
referido.

Tampoco le asiste razón al casacionista por las razones


de índole laboral analizadas en el estudio de los dos
primeros cargos, pues el tema de la solidaridad laboral para
asumir el pago de acreencias laborales está definida de
manera explícita, de donde se extrae que la solidaridad
difiere en el campo comercial y el laboral, por lo tanto, en el
presente asunto de análisis, la misma no se presenta perse
con relación a la empresa controladora. De otro lado, como
ya se explicó, en el presente proceso no quedó acreditada la
unidad de empresa, circunstancia que también impide
avalar la subsidiaridad comercial en el campo del pago de
las acreencias laborales y la responsabilidad solidaria de la

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n. °51578

entidad controladora con relación a la empleadora Flores


Mocarí S.A.

A fin de precisar este tema de discusión, ésta Corte ha


a través de la sentencia CSJ SL, 6228-2016 adoctrinó:

Pues bien, a continuación se abordará el estudio de la acusación


en torno a estos dos aspectos, el jurídico y fáctico, que son el
soporte esencial del fallo impugnado.

Para mejor comprensión de la decisión que se adoptará, se


transcribe el texto normativo que contiene estas dos figuras
jurídicas:

UNIDAD DE EMPRESA GRUPO EMPRESARIAL


Art. 194 C.S.T..- Subrogado Ley 50 Art. 260 C. Co., modificado por la
de 1990 art. 32. Definición de Ley 222 de 1995 art. 26.
empresa. Subordinación.
1.- Se entiende como una sola empresa, Una sociedad será subordinada o
toda unidad de explotación económica o controlada cuando su poder de decisión
las varias unidades dependientes se encuentre sometido a la voluntad de
económicamente de una misma persona otra u otras personas que serán su
natural o jurídica, que correspondan a matriz o controlante, bien sea
actividades similares, conexas o directamente, caso en el cual aquélla se
complementarias y que tengan denominará filial o con el concurso o por
trabajadores a su servicio. intermedio de las subordinadas de la
2.- En el caso de las personas matriz, en cuyo caso se llamará
jurídicas existirá unidad de subsidiaria.
empresa entre la principal y las
filiales o subsidiarias en que
aquélla predomine económicamente, Ley 222 de 1995 art. 28. Grupo
cuando, además, todas cumplan empresarial.
actividades similares, conexas o Habrá grupo empresarial cuando
complementarias; pero los salarios y además del vínculo de
prestaciones extralegales que rijan en la subordinación, exista entre las
principal al momento de declararse la entidades unidad de propósito y
unidad de empresa solamente se dirección.
aplicarán en las filiales o subsidiarias Se entenderá que existe unidad de
cuando así lo estipule la respectiva propósito y dirección cuando la
convención colectiva de trabajo, o existencia y actividades de todas las
cuando la filial o subsidiaria esté entidades persigan la consecución de
localizada en una zona de condiciones un objetivo determinado por la matriz o
económicas similares a las de la controlante en virtud de la dirección que
principal, a juicio del ministerio o del ejerce sobre el conjunto, sin perjuicio del
juez del trabajo. desarrollo individual del objeto social o
3.- No obstante lo anterior, cuando una actividad de cada una de ellas.
empresa establezca una nueva unidad Corresponderá a la Superintendencia de
de producción, planta o factoría para Sociedades, o en su caso a la de
desarrollar actividades similares, Valores o Bancaria, determinar la
conexas o complementarias del objeto existencia del grupo empresarial cuando
social de las mismas, en función de exista discrepancia sobre los supuestos
fines tales como la descentralización que lo originan.

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n. °51578

industrial, las exportaciones, el interés


social o la rehabilitación de una región
deprimida, sólo podrá declararse la
unidad de empresa entre aquéllas y
éstas, después de un plazo de gracia de
diez (10) años de funcionamiento de las
mismas. Para gozar de este beneficio el
empleador requiere concepto previo y
favorable del Ministerio de Desarrollo
Económico.
4- El Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, de oficio o a solicitud de parte y
previa investigación administrativa del
caso, podrá declarar la unidad de
empresa, de que trata el presente
artículo, para lograr el cumplimiento de
las leyes sociales. También podrá ser
declarada judicialmente.

Las codificaciones que se acaban de transcribir contienen


algunas coincidencias, pero persiguen distinto objetivo de
acuerdo a su origen, es por ello que en el ámbito laboral se habla
del concepto de «unidad de empresa», mientras que en el campo
comercial se alude al de «grupo empresarial».

Tratándose de la existencia de varias personas jurídicas


involucradas en la contienda, que es lo que interesa en estricto
rigor a este proceso, ambos preceptos legales refieren a una
empresa principal, matriz o controlante y a otras subordinadas
que son las filiales o subsidiarias. Dicha «subordinación» o
«dependencia», a la luz de la norma del Código Sustantivo de
Trabajo, únicamente se presenta cuando la matriz derive su
control o dirección del denominado predominio económico,
elemento que necesariamente debe concurrir para configurar la
unidad de empresa; mientras que en lo regulado por el Código de
Comercio puede surgir o depender ese control financiero y
administrativo incluso sin predominio de capital o mayoría
accionaria, pues lo importante para que nazca el grupo
empresarial además de la subordinación es la unidad de
propósito y dirección.

El Consejo de Estado al referirse al requisito de predominio


económico en la unidad de empresa, en sentencia de la Sec.
Segunda del 8 mar. 1994, rads. 5933 y 5934 (acumulados),
señaló:

«(…) no siempre que en una unidad de explotación económica


tengan injerencia varias subordinadas, hay unidad de empresa
con la matriz, pues mientras que la subordinación puede
depender de un control financiero o administrativo sin
predominio de capital, éste si es el factor determinante en la
unidad de empresa. Las subordinadas integrarán unidad
empresarial con la matriz únicamente cuando ésta derive su
control o dirección de su predominio económico (….).

SCLAJPT-10 V.00
28
Radicación n. °51578

Para que se configure dicho predominio económico de la sociedad


principal sobre la subsidiaria (…) se requiere que aquella posea
más del 50% del capital y ello al tenor del artículo 261, numeral
1° del C. de Co. puede suceder directamente, o por intermedio o
en concurrencia con sus subordinadas, o con las filiales o
subsidiarias de éstas».

Así las cosas, en los términos del art. 194 del Código Sustantivo
del Trabajo, subrogado por el art. 32 de la L. 50 de 1990, cuando
la declaratoria de unidad de empresa recae sobre personas
jurídicas, no basta la existencia de una unidad de explotación
económica, y la ejecución de actividades similares, conexas, o
complementarias, sino que también se requiere contar con la
prueba del predominio económico de la sociedad principal sobre
las filiales o subsidiarias, para el caso a través de las personas
jurídicas y no por medio de sus socios individualmente
considerados. En cambio en materia comercial, conforme al art.
260 del C.Co. y la Ley 222 de 1995 arts. 26 y 28, los elementos
que obligatoriamente deben concurrir para la existencia del grupo
empresarial, son la subordinación, dependencia o control
societario, y además la unidad de propósito y dirección.

En este orden de ideas, no siempre que se esté en presencia de


un grupo empresarial conformado por una sociedad principal o
matriz y varias subordinadas, necesariamente hay unidad de
empresa, ya que se hace indispensable verificar en todos los
casos el factor del predominio económico o relación de
dependencia económica que exige el mandato laboral, que lo
comprende tanto la participación accionaria como el control
financiero y administrativo entre las sociedades, común y
reciproco, que lleve a inferir que las subsidiarias se encuentren
directamente sometidas a la controlante, además que todas ellas
deben cumplir actividades similares, conexas o complementarias.

La Sala en sentencia de la CSJ, 16 dic. 2009, rad. 32212,


rememoró que «la unidad de empresa, conforme a la
jurisprudencia de esta Corte, consiste en el “reconocimiento
administrativo o judicial que tiene por objeto impedir el
desmejoramiento de la situación del trabajador provocado por la
fragmentación del capital o del tiempo necesario para obtener
algunas prestaciones establecidas en la ley o en las
convenciones colectivas. La sentencia que declare la unidad de
empresa vincula no solo a la sociedad que el demandante
considere como matriz, sino que también a las que aparezcan
como filiales de aquella para la procedencia de declaratoria de
unidad de empresa y poder predicarla respecto de varias
personas jurídicas, es menester establecer la interrelación
económica que se presenta entre las implicadas para los efectos
vinculantes conforme a la ley” (Sentencia de 21 de abril de 1994,
radicación No. 6047)».

SCLAJPT-10 V.00
29
Radicación n. °51578

Del mismo modo, es del caso recordar que el efecto jurídico de la


declaratoria de unidad empresarial, es tener a las varias
personas jurídicas, o las varias unidades de una misma persona
natural o jurídica, como una sola empresa, en beneficio del
trabajador, con miras a que éste pueda obtener el reconocimiento
y pago de acreencias laborales que están a cargo de la empresa.

Es por ello, que cuando concurre el citado elemento del


predominio o dependencia económica, es dable entrar a declarar
administrativa o judicialmente la unidad de empresa, siendo una
de las consecuencias jurídicas propias de esta figura, que se
haga derivar responsabilidad laboral de dichas sociedades sobre
las acreencias reconocidas o a reconocer a los trabajadores.

Descendiendo al asunto que nos ocupa, se tiene que el Tribunal


desde el punto de vista jurídico, en principio no cometió ningún
error jurídico, en la medida que hizo la distinción de las figuras
jurídicas de la «unidad de empresa» en materia laboral y «grupo
empresarial» en el ámbito comercial, es así que advirtió que
poseen una regulación normativa diferente aun cuando en algún
momento se pueden complementar, refirió a los elementos para
que se configure cada una de ellas, destacando para la unidad
empresarial el predominio económico y el cumplimiento de
actividades similares, conexas o complementarias por parte de la
matriz y la subordinada, ello apoyado en pronunciamientos
jurisprudenciales.

Sin embargo, el ad quem en lo que si cometió un yerro jurídico


fue al concluir que con la verificación de la unidad de propósito y
dirección entre la sociedad matriz y la subordinada que consagra
el art. 28 de la L. 222 de 1995 (que como quedó visto es uno de
los elementos pero del grupo empresarial), era posible dar por
acreditado en este caso el predominio económico como elemento
fundamental para concebir la unidad de empresa prevista en el
art. 194 del CST; lo que llevó a que dicho Juzgador no analizara
en detalle el caudal probatorio aportado al plenario concerniente
a este punto, y se remitiera únicamente a la valoración
probatoria que en su momento llevó a cabo la Superintendencia
de Sociedades -no para declarar la unidad de empresa sino el
grupo empresarial que tiene diferente finalidad y objetivo-,
cuando lo correcto era haber verificado la existencia del
mencionado predominio o dependencia económica.

Lo anterior significa, que la Colegiatura no tuvo en cuenta que la


sola comprobación de los elementos propios de la figura de grupo
empresarial en el derecho comercial, per se no demuestra con
suficiencia el elemento esencial del predominio económico en
materia laboral a efectos de declarar la unidad de empresa, y en
tales condiciones resulta fundado el ataque por la vía directa.

[…]

SCLAJPT-10 V.00
30
Radicación n. °51578

La declaración de grupo empresarial por parte de la


Superintendencia de Sociedades, tal como figura en la citada
resolución y en el acto administrativo que la confirmó (resolución
No. 125-000143 del 22 de enero de 2002), obedeció básicamente
a que si bien formalmente otra sociedad es la que tiene el 60% de
capital y que la aquí demandada McCann Erickson Corporation
S.A. (Colombia) «no aparece como sujeto vinculado formalmente
en el contrato de compraventa del establecimiento comercial de
EPOCA PUBLICIDAD LTDA., ni en el acto de constitución de
EPOCA PUBLICIDAD S.A.» (fl.. 58 ibídem), sí ejerce un control
societario «real, habitual y efectivo» por cuanto tres de sus
representantes o directivos son miembros de la junta directiva de
ÉPOCA PUBLICIDAD S.A., quienes han impartido clara y
expresas instrucciones provenientes «del elemento vinculante
fundamental: INTERPUBLIC GROUPS OF COMPANIES», lo cual se
traduce en un sometimiento de la sociedad subordinada a los
«planes, pautas y procedimientos de la organización McCANN
ERICKSON» (fls. 60 y 100 ídem). Es decir que, por el hecho de
haber directivos comunes que participan en la dirección o toma
de decisiones de la entidad y tener las dos sociedades objetos
sociales similares, fue que se declaró el grupo empresarial entre
ellas y se ordenó la inscripción en el registro mercantil.

Pero sucede que para estar frente a una sola empresa como una
unidad de explotación económica, lo más importante no es la
forma como se ejerce el control societario y la unidad de
propósito o dirección, que son elementos más de la figura de
«grupo empresarial», sino que ese control financiero y
administrativo esté aunado al cumplimiento de actividades
similares, conexas o complementarias y a una mayor o menor
participación accionaria, lo cual como atrás se dijo, es lo que
finalmente constituye el elemento fundamental de la unidad de
empresa, esto es, el predominio económico o de capital, que en
verdad no se logra demostrar con las referidas resoluciones que
fueron mal apreciadas por el Tribunal, lo que demuestra los
yerros fácticos endilgados con el carácter de ostensible.

Respecto al auto que dispuso la terminación de la


liquidación obligatoria de Flores Mocarí S.A. en liquidación
obligatoria, pues, aunque el Tribunal no aludió en sus
consideraciones análisis frente a este medio de convicción,
la ausencia de tal pronunciamiento no afecta en nada la
decisión final, pues ésta providencia solo da cuenta del
hecho final del proceso de la liquidación obligatoria
ordenada, sin que tal suceso influya en los análisis

SCLAJPT-10 V.00
31
Radicación n. °51578

expuestos por el ad quem en relación a la responsabilidad


subsidiaria de la sociedad matriz.

Finalmente, no sobra advertir que en el debate


procesal las partes estuvieron conformes en establecer que
Flores Mocarí S.A., fue llamada a liquidación obligatoria y
que la Comercializadora Internacional de Cultivos
Miramonte S.A, configuró su calidad de controlante o matriz
respecto a la primera en calidad de subordinada, lo cual por
sí solo no hay lugar a la responsabilidad solidaria para el
pago de acreencias laborales.

Como quiera que, con cada uno de los discernimientos


expuestos, queda establecido que el recurrente no logró
destruir los análisis de la sentencia que enrostra, la misma
conserva su doble presunción de acierto y legalidad, puesto
que no se acreditó la existencia de algún yerro de
apreciación de pruebas.

Como consecuencia, el Tribunal no cometió los yerros


fácticos endilgados y por ende el cargo no prospera.

Sin costas en esta sede casacional por cuanto no se


presentó réplica.

XI. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO

SCLAJPT-10 V.00
32
Radicación n. °51578

CASA la sentencia dictada el veintiocho (28) de febrero de


dos mil once (2011) por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso
ordinario laboral seguido por SEGUNDO FLORENCIO
BARÓN ARIAS contra la sociedad FLORES MOCARÍ S.A.
en liquidación obligatoria y la COMERCIALIZADORA
INTERNACIONAL CULTIVOS MIRAMONTE S.A, en calidad
de sociedad matriz.

Sin costas conforme a lo expuesto en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

ERNESTO FORERO VARGAS

SCLAJPT-10 V.00
33

También podría gustarte