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SIGMA
Cartagena de Indias, D.T. y C., dieciséis (16) de diciembre de dos mil veinte (2020).
1. PRONUNCIAMIENTO
Procede este Despacho a dictar sentencia de primer grado dentro de la demanda que
promovió Óscar Alberto Pardo Martínez, en ejercicio del medio de control de nulidad y
restablecimiento del derecho y por conducto de apoderado, en contra de la Administradora
Colombiana de Pensiones - por sus siglas COLPENSIONES-, la Unidad Administrativa
Especial de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales de la Seguridad Social
(UGPP) y la Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A.
2. ANTECEDENTES
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Adujo el demandante – quien nació el 25 de octubre de 1938- que trabajó en forma personal,
bajo la continuada dependencia y subordinación de las siguientes entidades: juzgado segundo
civil municipal de Cartagena (como notificador), inspección de policía de los barrios Torices y
el Bosque de Cartagena (inspector de policía), IDEMA, Notaría Única del municipio de San
Pablo, Bolívar (notario), juzgado promiscuo municipal de Pailitas, Cesar (juez), juzgado
segundo civil municipal de Simití, Bolívar (juez), Gobernación del departamento de Bolívar
(abogado asesor), Alcaldía de Cartagena (abogado asesor) y en la Defensoría del Pueblo
(como defensor).
Sostuvo que fue afiliado inicialmente en el año de 1964 a la desaparecida Cajanal (hoy UGPP)
para las coberturas de riesgos de pensión, salud y riesgos laborales y, posteriormente, al
Instituto de los Seguros Sociales, desde el año 1995 hasta el mes de marzo de 2011, sin
embargo, en el reporte de semanas, solo le figura registro desde 1996 hasta el 2009, faltando
las semanas cotizadas durante los años 1995, 2010 y 2011, por las que debe responder
Colpensiones.
Manifestó que la última entidad para la cual cotizó fue el ISS (hoy Colpensiones), por lo que
es ésta entidad la obligada a reconocerle su derecho pensional, pues nunca estuvo afiliado a
ningún fondo privado ni autorizó su traslado hacia ninguno de esos fondos.
Indicó que ante la manifestación de Colpensiones, se hace necesario que se oficie a Porvenir
para que informe si es cierto o no que estuvo afiliado a dicho fondo, precisando la fecha y el
número de semanas cotizadas y coberturas o riesgos para los cuales cotizó.
Finalmente, consideró que es beneficiario del régimen de transición por razón de su edad y
por acumular a su favor más de 500 semanas cotizadas dentro de los 20 años anteriores al
cumplimiento de la edad mínima para acceder a la pensión de vejez, teniendo en cuenta que
comenzó a cotizar a Cajanal desde el año 1964.
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Que es lamentable que una persona a su edad, tenga que recurrir a las instancias judiciales a
reclamar un derecho adquirido que se le ha negado indolentemente por parte de las entidades
encargadas de reconocérselo.
Adiciona que lo anterior es corroborado por el hecho de que el actor manifestó ante la
entidad que no podía seguir cotizando, por lo que en virtud de la resolución GNR331278
del 9 de noviembre de 2016 le fue reconocida indemnización sustitutiva de la pensión de
vejez; decisión que se encuentra debidamente ejecutoriada, habida razón que no se
interpuso recurso alguno después de su notificación. Del mismo modo, manifiesta que
tampoco es dable el reclamo de pensión, pues esta prestación es incompatible con la
indemnización aludida.
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Que la exclusión del demandante del régimen de ahorro individual con solidaridad fue
aceptada y soportada por Colpensiones al sistema de información de fondos privados
SISPRO-SIAFP, aceptando la anulación de afiliación del sistema, lo que quiere decir que
cualquier demora o una injustificada definición de la situación pensional del actor es
imputable únicamente a dicha entidad, como quiera que la totalidad de los aportes que tenía
acumulados en su cuenta individual de ahorro pensional fueron trasladados al fondo
público.
Enfatizó que no le asiste derecho al actor para reclamar de ella la pretensión anulatoria del
acto demandado, ni la emisión de bono pensional, pues son las entidades administradoras
quienes deben adelantar por cuenta del afiliado, apoyándose en el art. 115 de la Ley 100
de 1993.
La demanda fue admitida por auto del 31 de marzo de 2017. Se notificó en debida forma al
agente del Ministerio Público delegado para este Juzgado, a COLPENSIONES, a la UGPP,
a Porvenir S.A., y a la Agencia Nacional para la Defensa Jurídica del Estado, corriéndoles
traslado para que se vincularan al proceso en procura de los intereses que les asisten.
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PORVENIR S.A., solicitó que se le absuelva de las pretensiones del demandante, por ser
Colpensiones la entidad que debe responder ante la prosperidad de las mismas.
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Revisado el expediente, conforme lo previsto por el artículo 207 del CPACA, se hace
constar que en el desarrollo de las etapas procesales no se observan vicios procesales que
acarreen la nulidad del proceso o impidan proferir decisión de fondo
Así quedo consignado en el texto del art. 36 de la ley 100 de 1993, en sus incisos primero
y segundo, en el siguiente tenor:
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Ahora, frente a los elementos que forman parte del beneficio de la transición pensional,
valga citar lo expuesto por la Corte Constitucional en sentencia T-596 de 1997, en la que
señaló:
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La edad de retiro forzoso es una de aquellas causales legales por las cuales puede darse
válidamente retiro del servicio público.
Así mismo, el artículo 5º del Decreto Ley 546 de 1971, contentivo del régimen de
seguridad y protección social de los funcionarios y empleados de la Rama
Jurisdiccional y del Ministerio Público, previó los 65 años, como la edad de retiro forzoso
de los funcionarios y empleados a que se refiere el Decreto.
Ahora, con la Ley 1821 de 20165, por medio de la cual se modifica la edad máxima para el
retiro forzoso de las personas que desempeñan funciones públicas, publicada en el Diario
Oficial el 30 de diciembre de 2016, la edad de retiro forzoso se aumentó a los 70 años de
edad. El artículo 2 ibídem precisó:
2 Artículo 122. La edad de sesenta y cinco (65) años constituye impedimento para desempeñar cargos públicos,
salvo para los empleos señalados en el inciso segundo del artículo 29 del decreto 2400 de 1968, adicionado
por el 3074 del mismo año.
3 Retiro forzoso. Señalase como edad de retiro forzoso para los notarios, la de 65 años. El retiro se producirá a
solicitud del interesado, del Ministerio Público, de la Superintendencia de Notariado y Registro o de oficio, dentro
del mes siguiente a la ocurrencia de la causal.
4 4. Retiro forzoso por cumplir la edad de 65 años.
5 Artículo 4°. La presente ley rige a partir de su publicación y deroga todas las disposiciones que le sean
contrarias, y en especial las contenidas en los Decretos-ley 2400 de 1968 (artículo 31), 3074 de 1968, y en los
Decretos números 1950 de 1973, 3047 de 1989 y 1069 de 2015 (artículos 2.2.6.1.5.3.13 y numeral 4 del artículo
2.2.6.3.2.3)”.
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 8 de 20
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La Corte Constitucional, mediante las sentencias C-351-95, C-084 y C-135 de 2018 declaró
exequible el artículo 31 del Decreto Ley 2400 de 1969 y la Ley 1821 de 2016.
“...2. En los términos del artículo 2º de la Ley 1821 de 2016, ¿pueden permanecer
voluntariamente en sus cargos las personas que (i) antes de la entrada en vigencia
de la Ley 1821 de 2016 cumplieron la edad de 65 años, pero a esa fecha (ii) no se
les había definido su situación laboral mediante acto administrativo de retiro y (iii)
continúan ejerciendo funciones públicas? Dado que la vigencia de la Ley 1821 de
2016 se rige por el “efecto general inmediato” (no es retroactiva) y que el artículo 2º
de la misma no regula el supuesto fáctico que se describe en la pregunta, no pueden
permanecer en sus cargos, hasta cumplir los 70 años de edad, las personas que
antes de la entrada en vigencia de la Ley 1821 de 2016 (es decir, hasta el 30 de
diciembre de ese año) cumplieron la edad de retiro forzoso a la que estaban sujetos,
pero que continúan, por cualquier motivo, en el ejercicio de funciones públicas,
independientemente de que su situación laboral o administrativa haya sido declarada
(no constituida) o no mediante un acto administrativo en firme. Dichas personas
deben retirarse efectivamente de sus cargos y/o cesar en el ejercicio de las funciones
públicas dentro del plazo y en las condiciones que establecían (o establecen) las
normas legales y reglamentarias anteriores a la Ley 1821 que les sean aplicables,
sin desconocer, en todo caso, lo previsto en la jurisprudencia constitucional para
amparar los derechos fundamentales de las personas de la tercera edad y otras que
requieren protección en condiciones especiales.”6
El Decreto Ley 2400 de 19687, que contiene disposiciones sobre la administración del
personal civil que presta sus servicios en los empleos de la Rama Ejecutiva del nivel
nacional, como se recordará, fijó en 65 años la edad de retiro forzoso, para cuyo caso
previó una pensión de vejez, conforme al siguiente tenor:
«Art. 31.- Todo empleado que cumpla la edad de sesenta y cinco (65) años será
retirado del servicio y no podrá ser reintegrado. Los empleados que cesen en el
desempeño de sus funciones por razón de la edad, se harán acreedores a una
pensión de vejez, de acuerdo a lo que sobre el particular establezca el régimen de
prestaciones sociales para los empleados públicos.
disposiciones».
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 9 de 20
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«[…] Pensión de retiro por vejez. A partir de la vigencia del presente decreto el
empleado público o trabajador oficial que sea retirado del servicio por haber
cumplido la edad de 65 años y no reúna los requisitos necesarios para tener derecho
a pensión de jubilación o invalidez, tendrá derecho a una pensión de retiro por vejez,
pagadera por la respectiva entidad de previsión equivalente al veinte por ciento
(20%) de su último sueldo devengado, y un dos por ciento (2%) más por cada año
de servicios, siempre que carezca de recursos para su congrua subsistencia. Esta
pensión podrá ser inferior al mínimo legal»
Este decreto fue reglamentado por el Decreto 1848 de 19699, en cuyo artículo 7, como regla
general, determinó que, tanto sus normas como las del Decreto 3135 de 1968, que
consagró las prestaciones sociales, se aplicarían a los empleados públicos nacionales de
la Rama Administrativa del Poder Público, mientras la ley no determinara otra cosa. No
obstante, ha de señalarse que el Consejo de Estado replanteó dicha tesis en la sentencia
de la Sección Segunda de 26 de febrero de 2003, radicado 1108-02, en la que consideró
que a la luz de los nuevos postulados constitucionales relacionados con la seguridad social
integral, no era justo ni razonable reconocer dicha pensión a un servidor público del orden
nacional y denegársela a otro del orden territorial, a pesar de que ambos empleados se
encontraban en idéntica situación laboral, pues con ello se desconocía el derecho
fundamental constitucional de igualdad.
Pues bien, según el artículo 81 del mencionado Decreto 1848 de 1969, tenía derecho todo
empleado oficial que según lo ordenado por el artículo 31 del Decreto 2400 de 1968, fuera
retirado del servicio por haber cumplido los 65 años de edad y no tuviera el tiempo de labor
necesario para gozar de la pensión de jubilación ni se hallara en situación de invalidez, y
siempre que careciera de los medios propios para su congrua subsistencia, conforme a su
posición social.
«Derecho a la pensión.
8 «Por el cual se prevé la integración de la seguridad social entre el sector público y el privado y se reguló el
régimen prestacional de los empleados públicos y trabajadores oficiales».
9 «Por el cual se reglamenta el Decreto 3135 de 1968».
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Posteriormente, la Ley 33 de 198510 en el artículo 1.° señaló como regla general, que los
empleados públicos que sirvieran o hubieren servido durante 20 años continuos a
discontinuos y llegaran a la edad de 55 años, tenían derecho a una pensión así:
«El empleado oficial que sirva o haya servido veinte (20) años continuos o
discontinuos y llegue a la edad de cincuenta y cinco años (55) tendrá derecho a que
por la respectiva Caja de Previsión se le pague una pensión mensual vitalicia de
jubilación equivalente al setenta y cinco por ciento (76%) del salario promedio que
sirvió de base para los aportes durante el último año de servicio».
De otro lado, la Ley 71 de 198812 en su artículo 7 reguló la pensión por aportes para los
empleados públicos y trabajadores oficiales que tuvieran acreditados 20 años de cotización
en cualquier tiempo en entidades de previsión social del orden nacional o territorial y que
hubieran llegado a la edad de 60 años si eran hombres y 55 años si eran mujeres; lo que
se traduce en que el cotizante no tenía que laborar de manera exclusiva en el sector oficial
y por tanto podía acumular el tiempo de servicio en el sector privado.
Posteriormente, como arriba se indicó la Ley 100 de 1993 dispuso un régimen de transición
respecto de la pensión de vejez del régimen solidario de prima media con prestación
10 «Por la cual se dictan algunas medidas en relación con las Cajas de Previsión y con las prestaciones sociales
para el Sector Público».
11 Al respecto, puede leerse la sentencia de 18 de febrero de 2010, radicado 1292-2007, subsección A, sección
«A partir de la vigencia de la presente Ley, Los empleados oficiales y trabajadores que acrediten veinte (20)
años de aportes sufragados en cualquier tiempo y acumulados en una o varias de las entidades de previsión
social que hagan sus veces, del orden nacional, departamental, municipal, intendencial, comisarial o distrital y
en el Instituto de Los Seguros Sociales, tendrán derecho a una pensión de jubilación siempre que cumplan
sesenta (60) años de edad o más si es varón y cincuenta y cinco (55) años o más si es mujer. El Gobierno
Nacional reglamentará los términos y condiciones para el reconocimiento y pago de esta prestación y
determinará las cuotas partes que correspondan a las entidades involucradas».
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 11 de 20
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Ahora bien, para efectos de dilucidar la aplicación del régimen de transición para quienes
soliciten la pensión de retiro por vejez en vigencia de la Ley 100 de 1993, el Consejo de
Estado en sentencia del 7 de abril de 200513, señaló:
Ahora bien, antes de esta ley, regía la Ley 33 de 1985, la cual en el inciso primero del
artículo 1º señaló la regla general, según la cual el empleado oficial que sirva o haya
servido veinte años continuos o discontinuos y llegue a la edad de cincuenta y cinco
años, tendrá derecho a que por la respectiva caja de previsión se le pague una
pensión mensual vitalicia de jubilación equivalente al 75% del salario promedio que
sirvió de base para los aportes durante el último año de servicio.
13Expediente 1721-03.
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 12 de 20
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Visto el anterior recuento normativo, el Despacho colige que fue el Decreto Ley 2400
de 1968, el que inicialmente hizo alusión a la figura de la pensión de retiro por vejez,
que luego se consolidó a través de los Decretos 3135 de 1968 y 1848 de 1969, en los
que concretamente se determinó que a la misma tenía derecho el empleado público
o el trabajador oficial que fuera retirado del servicio con ocasión del cumplimiento
de la edad de 65 años.
Lo que se traduce en que para ser beneficiario de la misma, se requiere estar desvinculado
del servicio por haber superado la edad de 65 años, sin que en consecuencia se tenga que
cumplir con un determinado tiempo de labor, porque el principio filosófico en el que se
sustenta esta figura se fundamenta en el hecho de que ante la avanzada edad del
trabajador, que le impide continuar prestando el servicio, se hace necesario su retiro
forzoso y por tal motivo se le compensa por el tiempo en el que laboró14, en la medida en
que no pudo causar el derecho a la pensión de vejez.
Así surge evidente, que la figura de la pensión de retiro por vejez no es dable
confundirla con la pensión de vejez o con la pensión por aportes, que exigen para ser
beneficiario de las mismas además de la edad, el cumplimiento del tiempo de servicio con
el correspondiente pago de las cotizaciones de conformidad con los preceptos que las
regulan.
14 Al respecto consultar las sentencias del 25 de julio de 2002, radicado: 3937 de 2001, del 27 de agosto de
2012, radicado 0126-2012 y del 12 de julio de 2017, radicado: 20001-23-39-000-2014-00274-01(5024-15).
15 Ver las sentencias de 19 de febrero de 2009, radicado interno: 0720-08, demandante: María Eugenia Lemos
Simmonds; de 7 de abril de 2005, radicado interno: 1721-13, demandante: Cipriano Quintero Báez; y de 22 de
febrero de 2007, radicado interno: 8120-05.
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Conforme a lo anterior, se advierte que el espíritu de la pensión de retiro por vejez es que
la persona que se encuentra vinculada con la administración y al cumplir la edad de retiro
forzoso (65 o 70 años, según el caso, se le hace imposible continuar vinculado por tal
motivo y no cuenta con el tiempo de servicio requerido para adquirir derecho a la pensión.
Ahora bien, cuando de la pensión de retiro por vejez que se pretenda en este mismo
régimen, el artículo 10 del mencionado decreto dispuso esto:
“Artículo 10. Los funcionarios a que se refiere este Decreto, que lleguen o hayan
llegado a la edad de retiro forzoso dentro del servicio judicial o del Ministerio Público,
sin reunir los requisitos exigidos para una pensión ordinaria de jubilación, pero
habiendo servido no menos de 5 años continuos en tales actividades, tendrán derecho
a una pensión de vejez equivalente a un 25% del último sueldo devengado, más un
2% por cada año servido.”
Así puede leerse en sentencia T-080 de 2013, en la que la Corte Constitucional hizo un
análisis sobre este tipo especial de pensión, llegando a esta conclusión:
“(…)
Así, el régimen de transición conservó las antiguas disposiciones legales bajo las
cuales las personas venían haciendo los aportes a la seguridad social y exigió el
cumplimiento de ciertas condiciones. De modo que las personas que a 1 de abril de
1994 tuvieran 35 años o más, si son mujeres, y 40 años o más, si son hombres,
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Ahora bien, cuando se dice “el régimen anterior al que se encontraban afiliados” ¿A
qué hace referencia? Para la Sala, la respuesta lógica y razonable es que se hace
alusión al que se encontraban afiliados con anterioridad a la entrada en vigencia de
la Ley 100 de 1993.
Esta Sala acoge esta posición, ya que, en primer término, entiende que la existencia
del régimen de transición es en sí misma una manifestación del principio de
favorabilidad, pues permite a las personas pensionarse conforme a un régimen que,
aunque desapareció con la Ley 100, en virtud del régimen de transición tiene efectos
ultractivos para quienes se encontraban afiliados a él y, por tanto, tenían una
expectativa legítima de pensionarse según sus reglas. En ese orden de ideas, el
régimen de transición permite, en el marco de una transición normativa, aplicar de
forma ultractiva una reglamentación que es más favorable al trabajador.
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Ahora bien, sobre la especial pensión de retiro por vejez a que se refiere el art. 10 del
decreto 546 de 1971, la misma Corte precisó:
“(…)
Finalmente, el artículo 10 establecía una pensión especial de vejez para quienes al
cumplir la edad de retiro forzoso, no reunían los requisitos para obtener la pensión
ordinaria de jubilación:
“Los funcionarios a que se refiere este Decreto, que lleguen o hayan llegado a la edad
de retiro forzoso del servicio judicial o del Ministerio Público, sin reunir los requisitos
exigidos para una pensión ordinaria de jubilación, pero habiendo servido no menos
de 5 años continuos en tales actividades, tendrán derecho a una pensión de vejez
equivalente a un 25% del último sueldo devengado, más un 2% por cada año servido.
En lo anterior se puede ver que el Decreto 546 de 1971 hizo una clara diferenciación
entre la pensión ordinaria vitalicia de jubilación y la pensión vitalicia de jubilación por
retiro forzoso de los funcionarios de la Rama Judicial y del Ministerio Público. Al
respecto, determinó que aquellos funcionarios que hubieran llegado a la edad de retiro
forzoso sin reunir los requisitos exigidos para una pensión ordinaria de jubilación, y
que no tuvieran 20 años continuos o discontinuos de servicio oficial, pero que
hubieran servido no menos de 5 años continuos en tales actividades, tendrán derecho
a una pensión de vejez equivalente a un 258% del último sueldo devengado, más un
2% por cada año de servicio.
El criterio jurisprudencial citado, arroja como conclusión final que no basta con cumplir el
requisito de la transición, sino estar vinculado al régimen al momento de la vigencia de la
Ley 100 de 1993, que en este caso se traduce, en tener la relación laboral pública, sea con
el Ministerio Público o con la Rama Judicial al 1º de abril de 1994.
Este criterio, es compartido con aquel que ha venido sosteniendo la Sección Segunda del
Consejo de Estado, tal como se deja ver en la siguiente providencia:
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- Que el señor Oscar Alberto Pardo Martínez nació 25 de octubre de 1938, por lo que
al 1 de abril de 1994 contaba con 55 años de edad.
- Que el señor Oscar Enrique Pardo Martínez prestó sus servicios subordinados en
diferentes entidades estatales en los siguientes periodos:
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Consejo de Estado, sección segunda, subsección B, sentencia del 12 de abril de 2012, radicación 13001-23-
31-000-2008-00704-01(1997-10). C.P. Gerardo Arenas Monsalve.
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 17 de 20
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Así las cosas, esta norma tampoco le resulta aplicable al actor para acceder a una pensión
de retro por vejez.
La Ley 1437 de 2011, en su artículo 188 consagró una obligación a cargo del Juez de
resolver sobre este particular en la sentencia. En efecto, tal disposición en su literalidad
informa que:
“Artículo 188. Condena en costas. Salvo en los procesos en que se ventile un interés
público, la sentencia dispondrá sobre la condena en costas, cuya liquidación y
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El Alto Tribunal, en la jurisprudencia que se cita, expuso con claridad que la norma contenida
en el artículo 188 del CPACA no impone al funcionario judicial la obligación de condenar en
costas, sólo le da la posibilidad de “disponer”, esto es, de pronunciarse sobre su procedencia.
No resulta automática, entonces, la condena en costas frente a aquel contendiente que resulte
vencido en el litigio, pues, debe entenderse que ella es el resultado de observar una serie de
factores, tales como: la temeridad, la mala fe y la existencia de pruebas en el proceso sobre
la causación de gastos y costas en el curso de la actuación, en donde el juez pondera tales
circunstancias y se pronuncia sobre la procedencia de imposición con una decisión
sustentada.
4. DECISIÓN
F A L L A:
PRIMERO: Negar las pretensiones de la demanda formulada por Oscar Alberto Pardo
Martínez en contra de la Administradora Colombiana de Pensiones (COLPENSIONES),
Unidad Administrativa Especial de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales
de la Seguridad Social (UGPP) y Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías
Porvenir S.A., por las razones expuestas en la parte motiva de esta sentencia.
17Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Segunda, Subsección B. Sentencia del
20 de enero de 2015. Expediente No. 4593-2013; C. P. Dr. Gustavo Eduardo Gómez Aranguren.
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Notifíquese y cúmplase,