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JUZGADO SEGUNDO ADMINISTRATIVO DEL CIRCUITO DE CARTAGENA

SIGMA

Radicado núm. 13-001-33-33-002-2017-00020-00

Cartagena de Indias, D.T. y C., dieciséis (16) de diciembre de dos mil veinte (2020).

Medio de control: Nulidad y restablecimiento del derecho


Radicación: 13-001-33-33-002-2017-00020-00
Demandante: Oscar Alberto Pardo Martínez
Demandado: Administradora Colombiana de Pensiones
(COLPENSIONES), Unidad Administrativa Especial de
Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales de la
Seguridad Social (UGPP) y Administradora de Fondos de
Pensiones y Cesantías Porvenir S.A.
Tema: Pensión de retiro por vejez – requisitos para su configuración en
el régimen de transición (decreto 3135 de 1968 y decreto 546 de
1971)
Sentencia núm.

1. PRONUNCIAMIENTO

Procede este Despacho a dictar sentencia de primer grado dentro de la demanda que
promovió Óscar Alberto Pardo Martínez, en ejercicio del medio de control de nulidad y
restablecimiento del derecho y por conducto de apoderado, en contra de la Administradora
Colombiana de Pensiones - por sus siglas COLPENSIONES-, la Unidad Administrativa
Especial de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales de la Seguridad Social
(UGPP) y la Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A.

2. ANTECEDENTES

2.1. LA DEMANDA (ff. 1–9)

2.1.1 Pretensiones principales

Básicamente, esto es lo que se persigue en la demanda:

a) Que se declare la nulidad del acto administrativo fechado 23 de febrero de 2016


mediante el cual Colpensiones le negó al demandante el reconocimiento de su
derecho a la pensión de vejez.

b) Que se condene a la UGPP, como sustituta de la Caja Nacional de Previsión


Social (Cajanal) a reconocer y pagar a Colpensiones el bono pensional
correspondiente al tiempo que estuvo afiliado a dicha entidad el demandante,
junto con las semanas cotizadas y los intereses de mora.

c) Que se condene a Colpensiones a reconocer y pagar al demandante una


pensión de vejez, a partir del 25 de octubre de 2012, fecha en causó el derecho,
así como el retroactivo pensional que le debe, el cual está conformado por todas
las mesadas pensionales y las mesadas adicionales causadas y no canceladas.

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d) Que sobre las sumas de dinero debidas por concepto de las mesadas
pensionales se reconozcan y paguen los intereses de mora, previstos por el art-
141 de la Ley 100 de 1993.

2.1.2 Los hechos.

En síntesis, esto se relata en la demanda:

Adujo el demandante – quien nació el 25 de octubre de 1938- que trabajó en forma personal,
bajo la continuada dependencia y subordinación de las siguientes entidades: juzgado segundo
civil municipal de Cartagena (como notificador), inspección de policía de los barrios Torices y
el Bosque de Cartagena (inspector de policía), IDEMA, Notaría Única del municipio de San
Pablo, Bolívar (notario), juzgado promiscuo municipal de Pailitas, Cesar (juez), juzgado
segundo civil municipal de Simití, Bolívar (juez), Gobernación del departamento de Bolívar
(abogado asesor), Alcaldía de Cartagena (abogado asesor) y en la Defensoría del Pueblo
(como defensor).

Sostuvo que fue afiliado inicialmente en el año de 1964 a la desaparecida Cajanal (hoy UGPP)
para las coberturas de riesgos de pensión, salud y riesgos laborales y, posteriormente, al
Instituto de los Seguros Sociales, desde el año 1995 hasta el mes de marzo de 2011, sin
embargo, en el reporte de semanas, solo le figura registro desde 1996 hasta el 2009, faltando
las semanas cotizadas durante los años 1995, 2010 y 2011, por las que debe responder
Colpensiones.

Manifestó que la última entidad para la cual cotizó fue el ISS (hoy Colpensiones), por lo que
es ésta entidad la obligada a reconocerle su derecho pensional, pues nunca estuvo afiliado a
ningún fondo privado ni autorizó su traslado hacia ninguno de esos fondos.

Afirmó que la UGPP está en la obligación de trasladar a Colpensiones el bono pensional


correspondiente al tiempo que estuvo afiliado a Cajanal, junto con todas las semanas
cotizadas y los respectivos intereses de mora.

Aseguró que el 4 de marzo de 2016 la UGPP le respondió que FOPEP es el encargado de


emitir dicho bono, ante lo cual se opone debido a que, en su consideración, es Colpensiones
la que debe reconocerle su pensión.

Indicó que ante la manifestación de Colpensiones, se hace necesario que se oficie a Porvenir
para que informe si es cierto o no que estuvo afiliado a dicho fondo, precisando la fecha y el
número de semanas cotizadas y coberturas o riesgos para los cuales cotizó.

Finalmente, consideró que es beneficiario del régimen de transición por razón de su edad y
por acumular a su favor más de 500 semanas cotizadas dentro de los 20 años anteriores al
cumplimiento de la edad mínima para acceder a la pensión de vejez, teniendo en cuenta que
comenzó a cotizar a Cajanal desde el año 1964.

2.1.3 Normas violadas y su concepto de violación.

El demandante sostiene que se infringieron los arts. 11, 13 y 48 de la Constitución Política.

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Para ello, sostiene que es un anciano, cabeza de hogar, de escasos recursos económicos y
con una compañera que sostener y alimentar.

Que es lamentable que una persona a su edad, tenga que recurrir a las instancias judiciales a
reclamar un derecho adquirido que se le ha negado indolentemente por parte de las entidades
encargadas de reconocérselo.

Que se ha desconocido su derecho a la igualdad, siendo que el Estado tiene el deber de


garantizar que el mismo sea real y efectivo, aún más proclive hacia los grupos discriminados
o marginados.

Que reclama el derecho a la pensión, concebido como integrante de la seguridad social.

2.2 INTERVENCION DE LAS ENTIDADES DEMANDADAS

- Administradora Colombiana de Pensiones - por sus siglas COLPENSIONES-

COLPENSIONES contestó la demanda, asegurando que lo le constan ninguno de los


hechos y oponiéndose, enfáticamente, a las pretensiones del libelo. Únicamente, admitió
como cierto aquel hecho relativo a que el demandante solicitó corrección de su historia
laboral para algunos períodos correspondientes al Distrito de Cartagena (refiriéndose al
mes de enero y julio de 2001; mayo y noviembre de 2008, y abril de 2009)

Para dar fundamento a su oposición, señaló que el demandante no es beneficiario del


régimen de transición al que alude el art. 36 de la Ley 100 de 1994, en tanto que, si bien
cuenta con la edad para acceder a la pensión de vejez, no acredita 20 años de servicio,
como lo establece la ley 33 de 1985.

Adiciona que lo anterior es corroborado por el hecho de que el actor manifestó ante la
entidad que no podía seguir cotizando, por lo que en virtud de la resolución GNR331278
del 9 de noviembre de 2016 le fue reconocida indemnización sustitutiva de la pensión de
vejez; decisión que se encuentra debidamente ejecutoriada, habida razón que no se
interpuso recurso alguno después de su notificación. Del mismo modo, manifiesta que
tampoco es dable el reclamo de pensión, pues esta prestación es incompatible con la
indemnización aludida.

En razón de lo anotado, solicitó desestimar las pretensiones de la demanda y


consecuencialmente absolver a la entidad de cualquier condena.

Al finalizar acuño las excepciones de indebido agotamiento de la vía gubernativa, ineptitud


de la demanda, inexistencia del acto administrativo demandado, buena fe y la de cobro de
lo no debido.

- Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A.

PORVENIR, por su parte, allegó al estadio procesal para oponerse a la demanda,


sosteniendo que no es la llamada a responder por el reconocimiento pensional del
demandante, en razón a que su solicitud de afiliación fue anulada, por lo que no produjo

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efectos jurídicos y, en consecuencia, se encuentra válidamente afiliado al régimen de prima
media administrado por Colpensiones.

Que la exclusión del demandante del régimen de ahorro individual con solidaridad fue
aceptada y soportada por Colpensiones al sistema de información de fondos privados
SISPRO-SIAFP, aceptando la anulación de afiliación del sistema, lo que quiere decir que
cualquier demora o una injustificada definición de la situación pensional del actor es
imputable únicamente a dicha entidad, como quiera que la totalidad de los aportes que tenía
acumulados en su cuenta individual de ahorro pensional fueron trasladados al fondo
público.

Para sustentar su oposición, formuló las excepciones de inexistencia de la obligación,


carencia de acción y falta de causa en las pretensiones de la demanda, invalidez del
traslado del régimen pensional del demandante al RAIS a través de la vinculación a
Porvenir, ratificación de la afiliación del demandante al RPM, falta de legitimación en la
causa por pasiva, inexistencia de la obligación, cobro de lo no debido, falta de causa en las
pretensiones, carencia de acción y ausencia de derecho. Adicionó la de buena fe y la
genérica.

- Unidad Administrativa Especial de Gestión Pensional y Contribuciones


Parafiscales de la Seguridad Social (UGPP)

La UGPP también arribó al proceso para oponerse a la prosperidad de la demanda y para


ello, indicó que no le constan los hechos y otros no resultan ser ciertos, habida cuenta que
en los archivos de la entidad no existen registros de información sobre historia laboral del
actor ni reclamación administrativa alguna para reconocimiento de derecho pensional.

Enfatizó que no le asiste derecho al actor para reclamar de ella la pretensión anulatoria del
acto demandado, ni la emisión de bono pensional, pues son las entidades administradoras
quienes deben adelantar por cuenta del afiliado, apoyándose en el art. 115 de la Ley 100
de 1993.

En su intervención propuso las excepciones de prescripción frente a todos aquellos


derechos que no han sido reclamados en tiempo oportuno por el actor; la de inexistencia
de la causa petendi y cobro de lo no debido; así como la de buena fe y la genérica.

Finalizó pidiendo que se desestimen todas las pretensiones del demandante.

2.3 TRÁMITE PROCESAL EN ESTA INSTANCIA.

2.3.1 De la admisión y traslado de la demanda (ff. 36-38)

La demanda fue admitida por auto del 31 de marzo de 2017. Se notificó en debida forma al
agente del Ministerio Público delegado para este Juzgado, a COLPENSIONES, a la UGPP,
a Porvenir S.A., y a la Agencia Nacional para la Defensa Jurídica del Estado, corriéndoles
traslado para que se vincularan al proceso en procura de los intereses que les asisten.

Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 4 de 20


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2.3.2 La audiencia inicial (fols.165-167)

Esta tuvo lugar el 25 de abril de 2018; en el curso de la diligencia, se saneó el proceso, se


resolvió sobre las excepciones previas y fijó el litigio con toda precisión. Adicionalmente, se
decretaron pruebas pedidas por las partes. Entre tales, se dispuso tener según su mérito
legal las documentales arrimadas con la demanda y sus contestaciones, así como el
recaudo del expediente administrativo prestacional del demandante. De igual modo, se
dispuso el interrogatorio de parte del demandante, señalando la fecha para la diligencia
respectiva.

2.3.3 Audiencia de pruebas (fols. 204-205, 232-233)

Esta diligencia inició el 18 de junio de 2018 y finalizó el 23 de agosto de esa misma


anualidad, con la práctica de todos los medios de pruebas decretados, disponiendo el cierre
del debate probatorio. Allí mismo se prescindió de la audiencia de alegaciones y
juzgamiento y, en su lugar, se ordenó a las partes presentar por escrito sus alegatos,
contando con el plazo de 10 días, al igual que el Ministerio para rendir su concepto sobre
la actuación.

2.3.4 Alegatos de conclusión (fols.237-252)

El demandante radicó sus alegaciones oportunamente insistiendo en la prosperidad de sus


pretensiones, para lo cual se sirvió hacer una relación de las pruebas recaudadas, haciendo
énfasis en que el tiempo servido como juez en Simití (1971) considerársele como tiempo
doble, por ser “zona roja de peligro”, por lo que sumaría 8 años de servicios, había cuenta
que laboró 4 años. Insistió en que tiene derecho a que le sea reconocida pensión de vejez,
por su avanzada edad y no tener otro medio de subsistencia.

PORVENIR S.A., solicitó que se le absuelva de las pretensiones del demandante, por ser
Colpensiones la entidad que debe responder ante la prosperidad de las mismas.

La UGPP indicó que no es la entidad encargada de resolver solicitudes relacionadas con la


emisión de bonos pensionales que se deben expedir en favor de funcionarios públicos del
orden nacional, por tiempos de servicios prestados a entidades afiliadas a Cajanal o a
cualquier otra entidad pública del orden nacional, cuyas pensiones se pagan a través del
Fondo de Pensiones Públicas del orden nacional (FOPEP), pues dicha competencia está
en el Ministerio de Hacienda y Crédito Público – Oficina de Bonos Pensionales. Por eso
pido que se le absuelva de cualquier condena en este proceso.

Colpensiones no rindió alegatos de conclusión.

2.3.5 Concepto del Ministerio Público.

El Ministerio Público no emitió concepto en esta litis.

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3 CONSIDERACIONES

3.1. Control de legalidad.

Revisado el expediente, conforme lo previsto por el artículo 207 del CPACA, se hace
constar que en el desarrollo de las etapas procesales no se observan vicios procesales que
acarreen la nulidad del proceso o impidan proferir decisión de fondo

3.2. Decisión sobre las excepciones de fondo.

Habida cuenta que las excepciones de fondo planteadas en la contestación de la demanda


se dirigen precisamente al debate planteado en el medio de control estudiado, es decir,
que con ellas se discuten o pretenden rebatir los argumentos de la actora para su reclamo
prestacional, el Despacho se relevará por ahora de hacer pronunciamiento expreso sobre
las mismas, por cuanto se advierte que de encontrarlas probadas, los argumentos
involucrarían la decisión misma sobre las pretensiones de la demanda.

3.2. Problema jurídico.

Como problema jurídico principal al Despacho le corresponderá establecer si el señor


Oscar Alberto Pardo Martínez es beneficiario del régimen de transición contenido en el
art. 36 de la Ley 100 de 1993 y, si fuere ello así, verificar si tiene derecho al reconocimiento
de la pensión de retiro por vejez, en los términos del decreto 546 de 1971, atendiendo los
tiempos servidos como funcionario de la Rama Judicial, o en los términos del Decreto 3135
de 1968, en virtud a que después de su retiro de la función pública, no pudo alcanzar los
requisitos para acceder a una pensión ordinaria de jubilación, tras haber superado el límite
de edad productiva para vincularse a laborar.

La solución de los problemas relacionados comprenderá, en paralelo, el examen de


legalidad que circunda los actos administrativos acusados.

3.3. MARCO JURÍDICO Y JURISPRUDENCIAL

- Sobre el régimen pensional de transición

Con la expedición de la ley 100 de 1993, se implementó en Colombia el sistema de


seguridad social integral, el cual incluyó nuevas reglas y condiciones para acceder a la
pensión de vejez. No obstante, se previó un régimen de transición con el objeto de
salvaguardar las expectativas legítimas de las personas próximas a pensionarse,
respetando entonces los regímenes pensionales anteriores, la edad, el tiempo de servicio
y el monto de la prestación, pero solo para quienes, a la fecha de entrada en vigencia del
sistema general de pensiones, tuvieran 35 años de edad, siendo mujeres, o 40 años de
edad, siendo hombres, o 15 años de servicios a la entrada en vigencia de la norma,
indiferentemente del sexo del afiliado.

Así quedo consignado en el texto del art. 36 de la ley 100 de 1993, en sus incisos primero
y segundo, en el siguiente tenor:

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“Artículo 36 -. Régimen de Transición. La edad para acceder a la pensión de vejez,
continuará en cincuenta y cinco (55) años para las mujeres y sesenta años para los
hombres, hasta el año 2014, fecha en la cual la edad se incrementará en dos años,
es decir, será de 57 años para las mujeres y 62 para los hombres.

La edad para acceder a la pensión de vejez, el tiempo de servicio o el número de


semanas cotizadas, y el monto de la pensión de vejez de las personas que al
momento de entrar en vigencia el Sistema tengan treinta y cinco (35) o más años de
edad sin son mujeres o cuarenta (40) o más años de edad si son hombres, o quince
(15) o más años de servicios cotizados, será la establecida en el régimen anterior al
cual se encuentren afiliados. Las demás condiciones y requisitos aplicables a estas
personas para acceder a la pensión de vejez, se regirán por las disposiciones
contenidas en la presente ley.”

El artículo citado permitió el efecto en el tiempo de las normas anteriores a la entrega en


vigencia de la nueva normatividad que, para el caso de los empleados del sector público,
deviene fundamentalmente de la ley 33 de 1985, y exige para acceder a la pensión de vejez
55 años, 20 años de servicios y un monto de la mesada equivalente al 75% del ingreso
base de liquidación.

El Consejo de Estado, refiriéndose al régimen de transición para los empleados públicos,


ha señalado:

“Conforme al artículo 36 de la Ley 100 de 1993, quienes para el 1º de abril de 1994 –


fecha de entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993 – tuviesen 35 años o más de
edad si son mujeres o 40 o más años de edad si son hombres, o 15 o más años de
servicios cotizados, se les aplicará el régimen anterior al que se hallaban afiliados,
esto es, en cuanto a la edad para acceder a la pensión de jubilación, al tiempo de
servicio y al monto de la prestación. Para la fecha de entrada en vigencia de la Ley
100 de 1993, el demandante se hallaba dentro del régimen de transición, pues reunía
los dos presupuestos exigidos en la norma legal y por tanto debió aplicársele el
régimen anterior. Es claro entonces que el demandante tiene derecho a que se le
aplique en su integridad el régimen consagrado en el artículo 1 de la Ley 33 de 1985,
primero, por encontrase dentro del régimen de transición y, segundo, por haber
adquirido el status de pensionado el 13 de octubre de 1993. La aplicación del régimen
anterior se hace en forma integral y no parcial, por lo cual no es aplicable, en este
asunto, y referente a la materia objeto de discusión, la Ley 100 de 1993”. 1

Ahora, frente a los elementos que forman parte del beneficio de la transición pensional,
valga citar lo expuesto por la Corte Constitucional en sentencia T-596 de 1997, en la que
señaló:

“(…) el beneficio de la transición consiste en el derecho a acceder a la pensión de


vejez o de jubilación, con el cumplimiento de los requisitos relativos a edad y tiempo
de servicio o semanas de cotización que se exigían en el régimen pensional al que
estuvieran afiliados en el momento de entrar a regir la ley 100 de 1993. Por lo tanto,

1Consejo de Estado, Sección Segunda, exp. 706001-23-31-000-2020-0142-01 (585-05), 7 de junio de 2007.


C.P. Alejandro Ordoñez Maldonado.
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estas condiciones y las relativas al monto mismo de la pensión, no se rigen por la
nueva ley (ley 100 de 1993), sino por las disposiciones que regulaban el régimen
pensional al cual se encontraban afiliados en el momento de entrar a regir dicha ley.”

- La edad de retiro forzoso en el servicio civil del Estado.

La edad de retiro forzoso es una de aquellas causales legales por las cuales puede darse
válidamente retiro del servicio público.

En Colombia, esta condición de permanencia en cargos públicos fue prevista inicialmente


por el artículo 31 del Decreto Ley 2400 de 1968, en el que se dijo: “Todo empleado que
cumpla la edad de sesenta y cinco (65) años será retirado del servicio y no será reintegrado
(…)”

Posteriormente, la limitación temporal para laborar con entidades estatales se reglamentó


por el artículo 122 del Decreto 1950 de 1973,2 artículos 2.2.6.1.5.3.133 y numeral 4 del
artículo 2.2.6.3.2.34 del Decreto 1069 de 2015, con las cuales se reiteró la edad de 65
años como tope máximo para el retiro del cargo de las personas que desempeñen funciones
públicas.

Así mismo, el artículo 5º del Decreto Ley 546 de 1971, contentivo del régimen de
seguridad y protección social de los funcionarios y empleados de la Rama
Jurisdiccional y del Ministerio Público, previó los 65 años, como la edad de retiro forzoso
de los funcionarios y empleados a que se refiere el Decreto.

Ahora, con la Ley 1821 de 20165, por medio de la cual se modifica la edad máxima para el
retiro forzoso de las personas que desempeñan funciones públicas, publicada en el Diario
Oficial el 30 de diciembre de 2016, la edad de retiro forzoso se aumentó a los 70 años de
edad. El artículo 2 ibídem precisó:

“Artículo 2°. La presente ley no modifica la legislación sobre el acceso al derecho a


la pensión de jubilación. Quienes, a partir de la entrada en vigencia de la presente
ley, accedan o se encuentren en ejercicio de funciones públicas podrán permanecer
voluntariamente en los mismos, con la obligación de seguir contribuyendo al régimen
de seguridad social (salud, pensión y riesgos laborales), aunque hayan completado
los requisitos para acceder a la pensión de jubilación. A las personas que se acojan
a la opción voluntaria de permanecer en el cargo, en los términos de la presente ley,
no les será aplicable lo dispuesto en el parágrafo 3° del artículo 9° de la Ley 797 de
2003.

2 Artículo 122. La edad de sesenta y cinco (65) años constituye impedimento para desempeñar cargos públicos,
salvo para los empleos señalados en el inciso segundo del artículo 29 del decreto 2400 de 1968, adicionado
por el 3074 del mismo año.
3 Retiro forzoso. Señalase como edad de retiro forzoso para los notarios, la de 65 años. El retiro se producirá a

solicitud del interesado, del Ministerio Público, de la Superintendencia de Notariado y Registro o de oficio, dentro
del mes siguiente a la ocurrencia de la causal.
4 4. Retiro forzoso por cumplir la edad de 65 años.
5 Artículo 4°. La presente ley rige a partir de su publicación y deroga todas las disposiciones que le sean

contrarias, y en especial las contenidas en los Decretos-ley 2400 de 1968 (artículo 31), 3074 de 1968, y en los
Decretos números 1950 de 1973, 3047 de 1989 y 1069 de 2015 (artículos 2.2.6.1.5.3.13 y numeral 4 del artículo
2.2.6.3.2.3)”.
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 8 de 20
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La Corte Constitucional, mediante las sentencias C-351-95, C-084 y C-135 de 2018 declaró
exequible el artículo 31 del Decreto Ley 2400 de 1969 y la Ley 1821 de 2016.

La Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, en su oportunidad consideró


que la Ley 1821 de 2016, tiene efecto general inmediato y no es retroactiva. En efecto adujo:

“...2. En los términos del artículo 2º de la Ley 1821 de 2016, ¿pueden permanecer
voluntariamente en sus cargos las personas que (i) antes de la entrada en vigencia
de la Ley 1821 de 2016 cumplieron la edad de 65 años, pero a esa fecha (ii) no se
les había definido su situación laboral mediante acto administrativo de retiro y (iii)
continúan ejerciendo funciones públicas? Dado que la vigencia de la Ley 1821 de
2016 se rige por el “efecto general inmediato” (no es retroactiva) y que el artículo 2º
de la misma no regula el supuesto fáctico que se describe en la pregunta, no pueden
permanecer en sus cargos, hasta cumplir los 70 años de edad, las personas que
antes de la entrada en vigencia de la Ley 1821 de 2016 (es decir, hasta el 30 de
diciembre de ese año) cumplieron la edad de retiro forzoso a la que estaban sujetos,
pero que continúan, por cualquier motivo, en el ejercicio de funciones públicas,
independientemente de que su situación laboral o administrativa haya sido declarada
(no constituida) o no mediante un acto administrativo en firme. Dichas personas
deben retirarse efectivamente de sus cargos y/o cesar en el ejercicio de las funciones
públicas dentro del plazo y en las condiciones que establecían (o establecen) las
normas legales y reglamentarias anteriores a la Ley 1821 que les sean aplicables,
sin desconocer, en todo caso, lo previsto en la jurisprudencia constitucional para
amparar los derechos fundamentales de las personas de la tercera edad y otras que
requieren protección en condiciones especiales.”6

Teniendo en cuenta lo anterior, a partir del 30 de diciembre de 2016, la edad de retiro


forzoso se aumentó a los 70 años de edad, para las personas que desempeñan funciones
públicas.

- De la pensión de retiro por vejez de los servidores públicos.

El Decreto Ley 2400 de 19687, que contiene disposiciones sobre la administración del
personal civil que presta sus servicios en los empleos de la Rama Ejecutiva del nivel
nacional, como se recordará, fijó en 65 años la edad de retiro forzoso, para cuyo caso
previó una pensión de vejez, conforme al siguiente tenor:

«Art. 31.- Todo empleado que cumpla la edad de sesenta y cinco (65) años será
retirado del servicio y no podrá ser reintegrado. Los empleados que cesen en el
desempeño de sus funciones por razón de la edad, se harán acreedores a una
pensión de vejez, de acuerdo a lo que sobre el particular establezca el régimen de
prestaciones sociales para los empleados públicos.

6Radicación: 11001-03-06-000-2017-00001-00 (2326) concepto de 8 de febrero de 2017 C.P. Álvaro Namén


Vargas
7 «Por el cual se modifican las normas que regulan la administración del personal civil y se dictan otras

disposiciones».
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 9 de 20
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Exceptúanse de esta disposición los empleos señalados por el inciso 2º del artículo
29 de este decreto.» (Se refiere a los empleos en los cuales se puede reintegrar al
servicio a la persona pensionada).

A nivel nacional el legislador denominó a la pensión de jubilación también «de vejez»


(artículo 21 del Decreto 3135 de 1968) pero además previó otra, denominada «pensión de
retiro por vejez». En efecto, el Decreto 3135 de 19688, reguló en su artículo 29 lo siguiente:

«[…] Pensión de retiro por vejez. A partir de la vigencia del presente decreto el
empleado público o trabajador oficial que sea retirado del servicio por haber
cumplido la edad de 65 años y no reúna los requisitos necesarios para tener derecho
a pensión de jubilación o invalidez, tendrá derecho a una pensión de retiro por vejez,
pagadera por la respectiva entidad de previsión equivalente al veinte por ciento
(20%) de su último sueldo devengado, y un dos por ciento (2%) más por cada año
de servicios, siempre que carezca de recursos para su congrua subsistencia. Esta
pensión podrá ser inferior al mínimo legal»

Este decreto fue reglamentado por el Decreto 1848 de 19699, en cuyo artículo 7, como regla
general, determinó que, tanto sus normas como las del Decreto 3135 de 1968, que
consagró las prestaciones sociales, se aplicarían a los empleados públicos nacionales de
la Rama Administrativa del Poder Público, mientras la ley no determinara otra cosa. No
obstante, ha de señalarse que el Consejo de Estado replanteó dicha tesis en la sentencia
de la Sección Segunda de 26 de febrero de 2003, radicado 1108-02, en la que consideró
que a la luz de los nuevos postulados constitucionales relacionados con la seguridad social
integral, no era justo ni razonable reconocer dicha pensión a un servidor público del orden
nacional y denegársela a otro del orden territorial, a pesar de que ambos empleados se
encontraban en idéntica situación laboral, pues con ello se desconocía el derecho
fundamental constitucional de igualdad.

Pues bien, según el artículo 81 del mencionado Decreto 1848 de 1969, tenía derecho todo
empleado oficial que según lo ordenado por el artículo 31 del Decreto 2400 de 1968, fuera
retirado del servicio por haber cumplido los 65 años de edad y no tuviera el tiempo de labor
necesario para gozar de la pensión de jubilación ni se hallara en situación de invalidez, y
siempre que careciera de los medios propios para su congrua subsistencia, conforme a su
posición social.

En efecto, así puede leerse en la transcripción del artículo citado:

«Derecho a la pensión.

1. Todo empleado oficial que conforme a lo dispuesto en el artículo 31 del Decreto


2400 de 1968, sea retirado del servicio por haber cumplido sesenta y cinco (65) años
de edad, sin contar con el tiempo de servicio necesario para gozar de pensión de
jubilación, ni hallarse en situación de invalidez, tiene derecho a pensión de retiro por
vejez, siempre que carezca de medios propios para su congrua subsistencia,
conforme a su posición social.

8 «Por el cual se prevé la integración de la seguridad social entre el sector público y el privado y se reguló el
régimen prestacional de los empleados públicos y trabajadores oficiales».
9 «Por el cual se reglamenta el Decreto 3135 de 1968».

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2. La falta de medios propios para la congrua subsistencia se demostrará con los


siguientes medios probatorios:

a) Con dos declaraciones de testigos sobre la carencia de bienes o rentas propios


del interesado para atender a su congrua subsistencia, conforme a su posición social
ante un juez del trabajo, o civil, con citación del respectivo agente del ministerio
público; y
b) Con la presentación, además, de la copia auténtica de la última declaración de
renta y patrimonio del interesado, expedida por la Administración de Hacienda
Nacional respectiva.

3. Si con posterioridad al reconocimiento de la pensión se estableciere por cualquier


medio que el pensionado poseía bienes o rentas suficientes para su subsistencia en
el momento del reconocimiento, la entidad pagadora revocará dicho reconocimiento
y podrá repetir por las sumas pagadas indebidamente.».

Posteriormente, la Ley 33 de 198510 en el artículo 1.° señaló como regla general, que los
empleados públicos que sirvieran o hubieren servido durante 20 años continuos a
discontinuos y llegaran a la edad de 55 años, tenían derecho a una pensión así:

«El empleado oficial que sirva o haya servido veinte (20) años continuos o
discontinuos y llegue a la edad de cincuenta y cinco años (55) tendrá derecho a que
por la respectiva Caja de Previsión se le pague una pensión mensual vitalicia de
jubilación equivalente al setenta y cinco por ciento (76%) del salario promedio que
sirvió de base para los aportes durante el último año de servicio».

La ley mencionada, en su artículo 25 en forma expresa derogó los artículos 27 y 28 del


Decreto 3135 de 1968 y las disposiciones que le fueran contrarias, pero de ninguna
manera el artículo 29 en el que se había consagrado la pensión de retiro por vejez11.

De otro lado, la Ley 71 de 198812 en su artículo 7 reguló la pensión por aportes para los
empleados públicos y trabajadores oficiales que tuvieran acreditados 20 años de cotización
en cualquier tiempo en entidades de previsión social del orden nacional o territorial y que
hubieran llegado a la edad de 60 años si eran hombres y 55 años si eran mujeres; lo que
se traduce en que el cotizante no tenía que laborar de manera exclusiva en el sector oficial
y por tanto podía acumular el tiempo de servicio en el sector privado.

Posteriormente, como arriba se indicó la Ley 100 de 1993 dispuso un régimen de transición
respecto de la pensión de vejez del régimen solidario de prima media con prestación

10 «Por la cual se dictan algunas medidas en relación con las Cajas de Previsión y con las prestaciones sociales
para el Sector Público».
11 Al respecto, puede leerse la sentencia de 18 de febrero de 2010, radicado 1292-2007, subsección A, sección

segunda del Consejo de Estado.


12 Ley 71 de 1988 «Por la cual se expiden normas sobre pensiones y se dictan otras disposiciones» Artículo 7.

«A partir de la vigencia de la presente Ley, Los empleados oficiales y trabajadores que acrediten veinte (20)
años de aportes sufragados en cualquier tiempo y acumulados en una o varias de las entidades de previsión
social que hagan sus veces, del orden nacional, departamental, municipal, intendencial, comisarial o distrital y
en el Instituto de Los Seguros Sociales, tendrán derecho a una pensión de jubilación siempre que cumplan
sesenta (60) años de edad o más si es varón y cincuenta y cinco (55) años o más si es mujer. El Gobierno
Nacional reglamentará los términos y condiciones para el reconocimiento y pago de esta prestación y
determinará las cuotas partes que correspondan a las entidades involucradas».
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definida para quienes cumplan los requisitos de edad o tiempo de servicios previstos en el
artículo 36 de la citada ley y, en consecuencia «la edad para acceder a la pensión de vejez,
el tiempo de servicios o el número de semanas cotizadas, y el monto de la pensión (…)
será la establecida en el régimen anterior al cual se encuentren afiliados».

Ahora bien, para efectos de dilucidar la aplicación del régimen de transición para quienes
soliciten la pensión de retiro por vejez en vigencia de la Ley 100 de 1993, el Consejo de
Estado en sentencia del 7 de abril de 200513, señaló:

«[…] Con fundamento en la disposición transcrita, (artículo 36 de la Ley 100 de 1993)


la Sala en reiterados pronunciamientos viene precisando que el régimen de transición
es un beneficio que la ley contempla, consistente en que las personas que cumplan
las exigencias en ella señaladas, su pensión en cuanto a edad, tiempo de servicios o
número de semanas de cotizaciones y cuantía de la mesada, se rige por la
normatividad anterior.

A lo anterior se agrega que la disposición que contempló el denominado régimen de


transición, no hizo distinción al tipo de pensión, vale decir si la ordinaria o la de retiro
por vejez. (lo subrayado fuera del texto).

Según la prueba documental que obra en autos el señor CIPRIANO QUINTERO


BAEZ nació el 2 de noviembre de 1929. Ello indica que para el 1º de abril de 1994,
fecha en la cual entró a regir la Ley 100/93, tenía 63 años de edad cumplidos, motivo
por el cual es beneficiario del régimen de transición. Es decir se le aplica la
normatividad anterior a dicha ley. De ahí que no se le apliquen las previsiones del
artículo 34 de la Ley 100/93, por la misma razón no es dable acudir a la previsión
del artículo 37 ibídem, relacionada con la denominada indemnización sustitutiva
de la pensión de vejez. (Negrillas de la Sala).

Ahora bien, antes de esta ley, regía la Ley 33 de 1985, la cual en el inciso primero del
artículo 1º señaló la regla general, según la cual el empleado oficial que sirva o haya
servido veinte años continuos o discontinuos y llegue a la edad de cincuenta y cinco
años, tendrá derecho a que por la respectiva caja de previsión se le pague una
pensión mensual vitalicia de jubilación equivalente al 75% del salario promedio que
sirvió de base para los aportes durante el último año de servicio.

El señor QUINTERO BAEZ no cumpliría con los presupuestos señalados en el inciso


primero del artículo 1º de la Ley 33 de 1985 para acceder a la pensión de jubilación
allí consagrada, pues como más adelante se precisará, solo acredita un tiempo de
servicios de 13 años, 10 meses, 16 días.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que no se trata simplemente de la aplicación


de la norma anterior contentiva de la regla general para acceder a la pensión plena
de jubilación, sino de la aplicación de la ley que con anterioridad establecía la
denominada “pensión de retiro por vejez”.

La Sala en acatamiento de claros postulados constitucionales, ha aplicado las

13Expediente 1721-03.
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disposiciones del Decreto - Ley 3135 de 1968 y su decreto reglamentario 1848 de
1968, para efectos de resolver sobre la procedencia de la pensión de retiro por vejez,
a personas como el señor QUINTERO BAEZ que una vez sobrepasan la edad de
retiro forzoso, no tienen oportunidad de vender su fuerza laboral que les permita
acceder a la pensión plena de jubilación. El fundamento de esta orientación descansa
sobre postulados tales como el deber del Estado, la sociedad y la familia de concurrir
a la protección y asistencia de las personas de la tercera edad (C.N. Art. 45), garantía
de la seguridad social (Art. 48 ib.), protección especial a aquellas personas que por
su condición económica, física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad
manifiesta, entre otros».

Visto el anterior recuento normativo, el Despacho colige que fue el Decreto Ley 2400
de 1968, el que inicialmente hizo alusión a la figura de la pensión de retiro por vejez,
que luego se consolidó a través de los Decretos 3135 de 1968 y 1848 de 1969, en los
que concretamente se determinó que a la misma tenía derecho el empleado público
o el trabajador oficial que fuera retirado del servicio con ocasión del cumplimiento
de la edad de 65 años.

Lo que se traduce en que para ser beneficiario de la misma, se requiere estar desvinculado
del servicio por haber superado la edad de 65 años, sin que en consecuencia se tenga que
cumplir con un determinado tiempo de labor, porque el principio filosófico en el que se
sustenta esta figura se fundamenta en el hecho de que ante la avanzada edad del
trabajador, que le impide continuar prestando el servicio, se hace necesario su retiro
forzoso y por tal motivo se le compensa por el tiempo en el que laboró14, en la medida en
que no pudo causar el derecho a la pensión de vejez.

Así surge evidente, que la figura de la pensión de retiro por vejez no es dable
confundirla con la pensión de vejez o con la pensión por aportes, que exigen para ser
beneficiario de las mismas además de la edad, el cumplimiento del tiempo de servicio con
el correspondiente pago de las cotizaciones de conformidad con los preceptos que las
regulan.

A lo anterior debe agregarse, tal como el Consejo de Estado lo ha considerado en


anteriores oportunidades15, que la pensión de retiro por vejez es:

«[... ] una institución pensional de la magnitud y relevancia de la pensión de retiro


por vejez, establecida no solamente como parte del régimen pensional del sector
público anterior a la Ley 100, sino también como integrante de la normatividad
administrativa laboral de los empleados públicos, en cuanto alude a la situación
administrativa del retiro forzoso por cumplimiento de la edad límite de permanencia
en el servicio público, [que] no podía entenderse derogada por la ley general de
seguridad social sin una referencia expresa. En tal sentido, la Sala reafirma lo
señalado en los precedentes que consideraron vigente la pensión de retiro por vejez
después de la vigencia de la Ley 100 de 1993».

14 Al respecto consultar las sentencias del 25 de julio de 2002, radicado: 3937 de 2001, del 27 de agosto de
2012, radicado 0126-2012 y del 12 de julio de 2017, radicado: 20001-23-39-000-2014-00274-01(5024-15).
15 Ver las sentencias de 19 de febrero de 2009, radicado interno: 0720-08, demandante: María Eugenia Lemos

Simmonds; de 7 de abril de 2005, radicado interno: 1721-13, demandante: Cipriano Quintero Báez; y de 22 de
febrero de 2007, radicado interno: 8120-05.

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Conforme a lo anterior, se advierte que el espíritu de la pensión de retiro por vejez es que
la persona que se encuentra vinculada con la administración y al cumplir la edad de retiro
forzoso (65 o 70 años, según el caso, se le hace imposible continuar vinculado por tal
motivo y no cuenta con el tiempo de servicio requerido para adquirir derecho a la pensión.

- De la pensión de retiro por vejez consagrada para los empleados de la Rama


Judicial.

En materia prestacional, los funcionarios de la Rama Jurisdiccional y del Ministerio Púbico


han gozado de un régimen especial que prevalece sobre el general, en cuanto se cumplan
los requisitos a los que hace referencia el decreto 546 de 1971, el cual en su artículo 6
determina lo siguiente:

“Artículo 6. Los funcionarios y empleados a que se refiere este decreto tendrán


derecho, al llegar a los 55 años de edad, si son hombres y de 50, si son mujeres, y
cumplir 20 años de servicio continuos o discontinuos, anteriores o posteriores a la
vigencia de este decreto, de los cuales por lo menos 10 lo hayan sido exclusivamente
a la Rama Jurisdiccional o al ministerio público, o a ambas actividades, a un pensión
ordinaria vitalicia de jubilación equivalente al 75% de la asignación mensual más
elevada que hubiere devengado en el último año de servicio en las actividades
citadas.”

Ahora bien, cuando de la pensión de retiro por vejez que se pretenda en este mismo
régimen, el artículo 10 del mencionado decreto dispuso esto:

“Artículo 10. Los funcionarios a que se refiere este Decreto, que lleguen o hayan
llegado a la edad de retiro forzoso dentro del servicio judicial o del Ministerio Público,
sin reunir los requisitos exigidos para una pensión ordinaria de jubilación, pero
habiendo servido no menos de 5 años continuos en tales actividades, tendrán derecho
a una pensión de vejez equivalente a un 25% del último sueldo devengado, más un
2% por cada año servido.”

Frente a la aplicación del artículo 10 citado, como beneficio transicional, la jurisprudencia


de la Corte Constitucional y del Consejo de Estado han manifestado que es requisito
indispensable para acceder a tal pensión que el empleado, al llegar a la edad de retiro
forzoso, se hace necesario que se encuentre vinculado a la entidad, esto es, a la Rama
Judicial o al Ministerio Público al momento de entrar en vigencia la ley 100 de 1993, para
que aquel régimen le resulte aplicable.

Así puede leerse en sentencia T-080 de 2013, en la que la Corte Constitucional hizo un
análisis sobre este tipo especial de pensión, llegando a esta conclusión:

“(…)
Así, el régimen de transición conservó las antiguas disposiciones legales bajo las
cuales las personas venían haciendo los aportes a la seguridad social y exigió el
cumplimiento de ciertas condiciones. De modo que las personas que a 1 de abril de
1994 tuvieran 35 años o más, si son mujeres, y 40 años o más, si son hombres,

Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 14 de 20


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mantendrán la edad para acceder a la pensión de vejez, el tiempo de servicio o el
número de semanas cotizadas, y el monto de la pensión de vejez del régimen anterior
al que se encontraban afiliados.

Ahora bien, cuando se dice “el régimen anterior al que se encontraban afiliados” ¿A
qué hace referencia? Para la Sala, la respuesta lógica y razonable es que se hace
alusión al que se encontraban afiliados con anterioridad a la entrada en vigencia de
la Ley 100 de 1993.

De lo anterior se desprende otro interrogante: Si los beneficiarios que confiere el


régimen de transición se traduce en la preservación de los factores pensionales con
base en los cuales las personas tenían la expectativa de pensionarse antes de la
entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993 ¿Es admisible que las personas que a 01
de abril de 1994 no tuvieran la expectativa de pensionarse con tales factores
pensionales, posteriormente pretendan adquirir su pensión con base en los mismos?
Para la Sala la respuesta no puede ser afirmativa, ya que no se aplicaría el régimen
en el que cotizaban las personas antes de la entrada en vigencia de la Ley 100, sino
que debido a una favorabilidad indiscriminada se aplicaría un régimen al que las
personas ni siquiera aspiraban a 01 de abril de 1994”

Esta Sala acoge esta posición, ya que, en primer término, entiende que la existencia
del régimen de transición es en sí misma una manifestación del principio de
favorabilidad, pues permite a las personas pensionarse conforme a un régimen que,
aunque desapareció con la Ley 100, en virtud del régimen de transición tiene efectos
ultractivos para quienes se encontraban afiliados a él y, por tanto, tenían una
expectativa legítima de pensionarse según sus reglas. En ese orden de ideas, el
régimen de transición permite, en el marco de una transición normativa, aplicar de
forma ultractiva una reglamentación que es más favorable al trabajador.

En segundo término, trae la Sala a colación el hecho de que textualmente el artículo


36 de la Ley 100 de 1993 señala que “la edad para acceder a la pensión de vejez, el
tiempo de servicio o el número de semanas cotizadas, y el monto de la pensión de
vejez de las personas que al momento de entrar en vigencia el Sistema tengan treinta
y cinco (35) o más años de edad si son mujeres o cuarenta (40) o más de edad si son
hombres, o de quince (15) o más años de servicios cotizados, será la establecida en
el régimen anterior al cual se encuentren afiliados”. El tiempo verbal en el que está
conjugado el verbo encontrar – presente- evidencia que el legislador hacía referencia
al régimen en el que se encontrara vinculado el trabajador en el momento de
expedición de la Ley 100. Por tanto, conforme a una interpretación literal, es inevitable
que para que una persona se le aplique la edad para acceder a la pensión de vejez,
el tiempo de servicios cotizados, el número de semanas cotizadas y el monto de la
pensión del régimen anterior a la Ley 100, debía estar afiliado a él al entrar en vigencia
el nuevo sistema.

En tercer término, en cuenta la Sala una interpretación teleológica de la Ley 100


refuerza la tesis anterior. La Ley 100 de 1993 busca proteger la expectativa a ser
pensionado bajo las reglas del régimen al que pertenecía el trabajador cuando
comenzó el tránsito normativo. Teniendo en cuenta esta finalidad – protección de
expectativa que ya había surgido al amparo de un arreglo normativo e institucional-,

Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 15 de 20


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resulta necesario que efectivamente el beneficiado estuviera en el régimen cuya
aplicación reclama al momento de entrar a regir la Ley 100, de lo contrario, no existiría
ninguna expectativa que proteger.”

Ahora bien, sobre la especial pensión de retiro por vejez a que se refiere el art. 10 del
decreto 546 de 1971, la misma Corte precisó:

“(…)
Finalmente, el artículo 10 establecía una pensión especial de vejez para quienes al
cumplir la edad de retiro forzoso, no reunían los requisitos para obtener la pensión
ordinaria de jubilación:

“Los funcionarios a que se refiere este Decreto, que lleguen o hayan llegado a la edad
de retiro forzoso del servicio judicial o del Ministerio Público, sin reunir los requisitos
exigidos para una pensión ordinaria de jubilación, pero habiendo servido no menos
de 5 años continuos en tales actividades, tendrán derecho a una pensión de vejez
equivalente a un 25% del último sueldo devengado, más un 2% por cada año servido.

En lo anterior se puede ver que el Decreto 546 de 1971 hizo una clara diferenciación
entre la pensión ordinaria vitalicia de jubilación y la pensión vitalicia de jubilación por
retiro forzoso de los funcionarios de la Rama Judicial y del Ministerio Público. Al
respecto, determinó que aquellos funcionarios que hubieran llegado a la edad de retiro
forzoso sin reunir los requisitos exigidos para una pensión ordinaria de jubilación, y
que no tuvieran 20 años continuos o discontinuos de servicio oficial, pero que
hubieran servido no menos de 5 años continuos en tales actividades, tendrán derecho
a una pensión de vejez equivalente a un 258% del último sueldo devengado, más un
2% por cada año de servicio.

…Además, retomando lo ya señalado y con el propósito de concretarlo en el caso que


se estudia, la Sala encuentra que para que el señor Dangon Martínez sea beneficiario
de algún régimen especial, en este caso el establecido en los artículos 31 de Decreto
2400 de 1968, 29 del Decreto 3135 de 1968, 81 del Decreto 1848 de 1969 y 119 y
120 del Decreto 1950 de 1973, resulta necesario que se encontrara vinculado al
mismo al momento de entrar en vigencia la Ley 100 de 1993, lo cual no sucedió. Por
tanto, si bien el tutelante sí se encuentra cobijado por el régimen de transición, al 1º
de abril de 1994 no estaba afiliado al régimen de los funcionarios de la Rama Judicial
o del Ministerio Público, de modo que no se le puede reconocer una pensión con base
en un régimen pensional en el cual no había adquirido ninguna expectativa de
pensión.”

El criterio jurisprudencial citado, arroja como conclusión final que no basta con cumplir el
requisito de la transición, sino estar vinculado al régimen al momento de la vigencia de la
Ley 100 de 1993, que en este caso se traduce, en tener la relación laboral pública, sea con
el Ministerio Público o con la Rama Judicial al 1º de abril de 1994.

Este criterio, es compartido con aquel que ha venido sosteniendo la Sección Segunda del
Consejo de Estado, tal como se deja ver en la siguiente providencia:

Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 16 de 20


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(…)
Se tiene entonces, que tal y como se evidencia en el acervo probatorio allegado al
expediente que al momento de entrar en vigencia la Ley 100 de 1993, el señor Robles
Carrillo no era beneficiario del régimen especial previsto en el Decreto 546 de 1971
para los servidores de la Rama Judicial, pues a pesar de que laboró en ella durante
un mes en el año 1971, no se encontraba para el 1 de abril de 1994 vinculado a la
Rama Judicial y por ende no contaba con un derecho adquirido o una expectativa
razonable para que se reconociera su derecho pensional de vejez de conformidad
con lo previsto en el artículo 10 del mencionado Decreto:”16

3.4. El caso concreto y su resolución.

3.4.1 De las pruebas relevantes recaudadas en el proceso.

En el informativo existe material probatorio que da cuenta de lo siguiente:

- Que el señor Oscar Alberto Pardo Martínez nació 25 de octubre de 1938, por lo que
al 1 de abril de 1994 contaba con 55 años de edad.

- Que el señor Oscar Enrique Pardo Martínez prestó sus servicios subordinados en
diferentes entidades estatales en los siguientes periodos:

Entidad Cargo Desde Hasta


Alcaldía de Agente tránsito 11/10/1967 06/03/1969
Cartagena de
Indias
Alcaldía de Inspector de 07/03/1969 30/06/1969
Cartagena de Policía
Indias
Rama judicial Juez municipal 29/07/1971 31/12/1971
Rama Judicial Juez municipal 01/01/1972 31/12/1972
Rama Judicial Juez municipal 01/01/1973 31/12/1973
Rama Judicial Juez municipal 01/01/1974 27/06/1974

Rama Judicial Juez Municipal 14/07/1974 21/07/1975


Contraloría Auditor regional 24/04/1992 03/06/1992
General de la
República
Departamento de Profesional 22/02/2000 12/08/2001
Bolívar universitario

16
Consejo de Estado, sección segunda, subsección B, sentencia del 12 de abril de 2012, radicación 13001-23-
31-000-2008-00704-01(1997-10). C.P. Gerardo Arenas Monsalve.
Código: FCA- 008 Versión: 02 Fecha: 31-07-2017 Página 17 de 20
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3.4.2 Valoración de las pruebas frente al marco jurídico y jurisprudencial expuesto.

Como se observa de las pruebas examinadas, el período de tiempo al servicio de la Rama


Judicial que registra en su historia laboral el demandante, data de 29 de julio de 1971 al 21
de julio de 1975, o sea, que cuando finalizó su vínculo con esta entidad tenía 36 años de
edad.

El último año de servicios prestados, lo cumplió en el Departamento de Bolívar, entre el 22


de febrero de 2000 hasta el 12 de agosto de 2001, cuando contaba con 63 años de edad,

Ahora bien, el actor cumplió la edad de 65 años el 25 de octubre de 2003.

En el orden precedente, el Despacho concluye que a pesar de que el actor es beneficiario


de la transición pensional regulada por el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, se advierte
que no cumple con los requisitos exigidos en el marco normativo del decreto 546 de 1971
(art. 10) y tampoco de los exigidos para el reconocimiento de la pensión de retiro por vejez
al que alude el decreto 3135 de 1968.

Lo anterior, en consideración a que el actor no se encontraba vinculado a la Rama Judicial


al 1 de abril de 1994, pues el último período laboral con dicha entidad finalizó el 21 de julio
de 1975, sin ser retomado en forma posterior.

Respecto de la pensión de retiro por vejez, consagrada en el decreto 3135 de 1968,


reglamentada por el decreto 1848 de 1969, tampoco hay lugar a su reconocimiento,
teniendo en cuenta que el retiro del servicio público del actor se produjo el 12 de agosto de
2001, cuando laborada para el Departamento de Bolívar, fecha para la cual aún no contaba
con la edad de retiro forzoso, pues ésta solo vino a cumplirla el 25 de octubre de 2003, lo
que significa que su desvinculación no se dio por haber arrimado al límite temporal
señalado por la ley para emplear la fuerza productiva en las entidades estatales.

Así las cosas, esta norma tampoco le resulta aplicable al actor para acceder a una pensión
de retro por vejez.

En consecuencia de lo dilucidado, se colige que los actos demandados no devienen en


ilegales, puesto que los regímenes señalados en los decretos 3135 de 1968 y 546 de 1971
no le son aplicables al demandante, por no cumplir con los requisitos en ellos exigidos para
el reconocimiento del derecho pensional, ante lo cual, no puede el Despacho adoptar
decisión diferente que la de negar las pretensiones de la demanda.

3.5 De la condena en costas.

La Ley 1437 de 2011, en su artículo 188 consagró una obligación a cargo del Juez de
resolver sobre este particular en la sentencia. En efecto, tal disposición en su literalidad
informa que:

“Artículo 188. Condena en costas. Salvo en los procesos en que se ventile un interés
público, la sentencia dispondrá sobre la condena en costas, cuya liquidación y

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ejecución se regirán por las normas del Código de Procedimiento Civil (hoy, C.G.P).”
(Texto subrayado y adicionado intencionalmente)

Una interpretación adecuada de la norma transcrita impone el deber al Juez que en la


sentencia se disponga sobre la condena en costas, lo que en modo alguno supondrá la
imposición de una proposición condicional, en virtud de la cual siempre que se profiera fallo
deberá condenarse en costas al extremo que resultó vencido, pues, tal como lo consideró
el H. Consejo de Estado recientemente17, la preceptiva normativa lo que contiene es un
“verbo encaminado a regular la actuación del funcionario judicial”, cuando dicte sentencia que
decida las pretensiones del proceso sometido a su conocimiento.

El Alto Tribunal, en la jurisprudencia que se cita, expuso con claridad que la norma contenida
en el artículo 188 del CPACA no impone al funcionario judicial la obligación de condenar en
costas, sólo le da la posibilidad de “disponer”, esto es, de pronunciarse sobre su procedencia.

No resulta automática, entonces, la condena en costas frente a aquel contendiente que resulte
vencido en el litigio, pues, debe entenderse que ella es el resultado de observar una serie de
factores, tales como: la temeridad, la mala fe y la existencia de pruebas en el proceso sobre
la causación de gastos y costas en el curso de la actuación, en donde el juez pondera tales
circunstancias y se pronuncia sobre la procedencia de imposición con una decisión
sustentada.

Adicionalmente, para determinar la procedencia de dicha condena se deben también


observar las reglas especiales previstas en el numeral 8º del artículo 365 del CGP; norma
que consagra que “solo habrá lugar a costas cuando en el expediente aparezca que se
causaron y en la medida de su comprobación”.

En aplicación de estos razonamientos, luego de comprobar que en la presente actuación el


único gasto en que se incurrió fue el de los gastos ordinarios del proceso para darle impulso
al mismo, carga que corresponde únicamente a la parte actora, el Despacho se abstendrá
de imponerle condena en costas dentro de esta causa.

4. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, el Juzgado Segundo Administrativo de Cartagena, administrando


justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,

F A L L A:

PRIMERO: Negar las pretensiones de la demanda formulada por Oscar Alberto Pardo
Martínez en contra de la Administradora Colombiana de Pensiones (COLPENSIONES),
Unidad Administrativa Especial de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales
de la Seguridad Social (UGPP) y Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías
Porvenir S.A., por las razones expuestas en la parte motiva de esta sentencia.

SEGUNDO: Sin condena en costas en esta instancia.

17Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Segunda, Subsección B. Sentencia del
20 de enero de 2015. Expediente No. 4593-2013; C. P. Dr. Gustavo Eduardo Gómez Aranguren.

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TERCERO: Una vez ejecutoriada esta sentencia, devuélvase a la parte demandante el


remanente de los gastos ordinarios del proceso, si lo hubiere, previas las constancias de
rigor legal y, luego de ello, archívese el expediente.

Notifíquese y cúmplase,

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