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Grado de Maestro en Educación Infantil

Universidad Internacional de La Rioja


Facultad de Educación

La Atención Temprana: una propuesta


de prevención de dificultades en el
niño prematuro

Trabajo fin de grado presentado por: Rocío Rodríguez Marín

Titulación: Grado maestro de Educación Infantil

Director: Josu Ahedo Ruiz

Madrid.
18 de mayo de 2012
Firmado por:

CATEGORÍAS TESAURO: Métodos pedagógicos

-1-
RESUMEN

La presentación y justificación de este trabajo se realiza en base a la consecución del


objetivo principal que consiste en considerar la eficacia de la Atención Temprana en los
niños prematuros. En primer lugar se plantean las principales carencias de estos niños a
nivel sensorial, motor, cognitivo y conductual. A continuación se establece una
comparación en la adquisición de determinados hitos evolutivos entre los niños
prematuros y los nacidos a término con el fin de detectar signos de alarma que ayuden a
descubrir estas dificultades. Posteriormente se da a conocer en qué consiste la
intervención en Atención Temprana y cómo ha demostrado su eficacia en estos niños.
También teniendo en cuenta los estudios que defienden la validez de esta disciplina se
expone un caso en el que una tardía detección de dificultades entorpeció la mejora del
desarrollo. Por último se presentan una serie de pautas a seguir por los padres para lograr
una evolución más ajustada de los niños prematuros.

PALABRAS CLAVE
Prematuro, Atención Temprana, Escalas, hito evolutivo.
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1
1.1. JUSTIFICACIÓN DEL TEMA ................................................................................................. 1
1.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ....................................................................................... 2
1.3. OBJETIVOS...................................................................................................................... 4
1.3.1. Objetivo general .......................................................................................................................4
1.3.2. Objetivos específicos................................................................................................................4

2. MARCO TEÓRICO ......................................................................................................... 5


2.1. QUÉ ES UN NIÑO PREMATURO ........................................................................................... 5
2.2. CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS PREMATUROS ................................................................. 7
2.2.1. Desarrollo sensorial del niño prematuro...................................................................................7
2.2.2. Desarrollo motor del niño prematuro ........................................................................................9
2.2.3. Desarrollo cognitivo del niño prematuro .................................................................................11
2.2.4. Alteraciones emocionales y de la conducta en el niño prematuro .........................................12
2.2.5. Comparación de la consecución de determinados hitos evolutivos en los niños nacidos a
término y en los niños prematuros ......................................................................................................14
2.2.5.1. Equilibrio estático ............................................................................................................................. 15
2.2.5.2. Equilibrio dinámico ........................................................................................................................... 16
2.2.5.3. Desarrollo de la percepción y sociabilidad ....................................................................................... 16
2.2.5.4. Desarrollo del habla ......................................................................................................................... 17

3. ATENCIÓN TEMPRANA .............................................................................................. 18


3.1. SUJETOS A LOS QUE SE DIRIGE LA ATENCIÓN TEMPRANA .................................................. 19
3.2. PRINCIPALES OBJETIVOS DE LA ATENCIÓN TEMPRANA ...................................................... 20
3.3. INTERVENCIÓN EN ATENCIÓN TEMPRANA EN NIÑOS PREMATUROS ...................................... 21
3.4. EFICACIA DE LOS TRATAMIENTOS DE ATENCIÓN TEMPRANA ............................................... 22
4. ESTUDIO DE CASO ..................................................................................................... 23
4.1. ANÁLISIS DE LA ACTUACIÓN DE LOS PADRES ..................................................................... 26
5. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN .............................................................................. 29
PAUTAS DE ACTUACIÓN EN PADRES DE NIÑOS PREMATUROS ............................. 29
5.1. EVALUACIÓN DE LAS PAUTAS PROPUESTAS A LOS PADRES ................................................. 32
6. CONCLUSIONES ......................................................................................................... 33
7. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN .................................................................... 37
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................. 39
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................. 41
Rodríguez, Rocío

1. INTRODUCCIÓN

1.1. Justificación del tema

Los avances conseguidos en materia de educación en la primera infancia son numerosos.


Sin embargo, considero que todavía nos queda mucho por hacer en relación a los niños
que podemos categorizar como con necesidades educativas especiales. Es fundamental
una mejora substancial desde los diferentes campos dedicados a la educación con el fin
de optimizar el rendimiento de aquellos niños que presentan mayores dificultades que el
resto de sus compañeros para alcanzar los aprendizajes determinados por el currículo
correspondiente para su edad.

Los propósitos que me planteo son fruto de inquietudes personales debido a mi


experiencia en el mundo de la educación, donde he podido comprobar cómo muchas de
las dificultades existentes en el aprendizaje se detectan tarde, a partir de los 6 años,
cuando el niño inicia la Educación Primaria. O en ocasiones después, cuando comienzan
las comparaciones con el resto de sus compañeros o vemos que no son capaces de
alcanzar ciertas competencias propias de la etapa educativa que le corresponde.

Cuando el niño es pequeño se trata de justificar estas dificultades achacándolas como


normales y que serán solucionadas en el futuro sin necesidad de una intervención
pedagógica determinada. Por esta razón creo que son los profesionales de la educación
quienes deben permanecer muy atentos ante aquellos niños que biológicamente están
predispuestos a sufrir deficiencias con el fin de lograr potenciar al máximo su desarrollo
global en todas las áreas evolutivas.

La necesidad de intervención lo más pronto posible explica que me centre en una


disciplina relativamente nueva fundamentada en la plasticidad cerebral infantil, la Atención
Temprana. Esta forma de intervención defiende que un seguimiento y estimulación
adecuados durante los primeros años de desarrollo pueden ayudar a disminuir
insuficiencias futuras en población infantil de riesgo. Para la defensa de esta idea utilizaré
diferentes estudios e investigaciones que me ayuden a justificar el uso de esta disciplina.

En concreto me ceñiré a un tipo de población ligeramente olvidada, los niños prematuros,


ya que no existe medida educativa específica para su atención personalizada. El motivo
de la elección de estos niños se debe al conocimiento reciente que he tenido sobre las
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Rodríguez, Rocío

dificultades que puede conllevar la prematuridad en el futuro y la escasa importancia que


se le da al adecuado seguimiento de su desarrollo.

Cuando oía hablar de niños prematuros sabía que eran niños con menor peso y tamaño
de lo normal pero no era consciente de qué manera podía influir este nacimiento
temprano en el desarrollo neurológico posterior. Recientemente llegaron a mi
conocimiento varios casos de niños con dificultades de aprendizaje cuyo único
denominador común era el nacimiento prematuro, por lo que comencé a interesarme y
querer involucrarme en este tema que por desgracia parece estar cada vez más en boga
debido a su incremento, ya que el número de nacimientos prematuros ha aumentado
considerablemente.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística en España en 2010 hubo 478.037
partos, de los cuales 32.878 fueron prematuros. Lo que indica un porcentaje del 6,88% 1.
Teniendo en cuenta la elevada cifra, creo que es necesaria una revisión de lo que trae
consigo la prematuridad. Ya que considero que las consecuencias que puede acarrear ser
prematuro son desconocidas para la mayoría de la población y lo que es más grave, para
las personas que se dedican a la educación de los niños de 0 a 6 años.

Por estos motivos he decidido unir el interés pedagógico por este colectivo con la
especialidad a la que espero dedicarme profesionalmente en unos años, la Atención
Temprana, disciplina todavía en sus comienzos, pero que considero que será de vital
importancia para prevenir estas necesidades educativas especiales.

1.2. Planteamiento del problema

La problemática a la que nos enfrentamos se centra principalmente en la escasa atención


a los niños prematuros y el insuficiente conocimiento por parte de los profesionales
educativos de las posibles dificultades presentes y futuras. Así como la poca importancia
que se le da a esta población y sus posibles secuelas dentro de las diferentes
especialidades educativas.

En la investigación se va a reflejar que este tipo de población suele presentar una mayor
incidencia que los niños nacidos a término de sufrir alteraciones relacionadas con el

1
Instituto Nacional de Estadística (INE). Recuperado el 15 de Mayo de 2012 de www.ine.es.

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Rodríguez, Rocío

desarrollo sensorial, motor, cognitivo y conductual. Así como dificultades para la


adquisición de algunos de los principales hitos evolutivos.

La mayoría de las veces los profesionales médicos y los propios padres ante el
desconocimiento se conforman con que el niño progrese, olvidando muchas veces las
repercusiones evolutivas que tiene en el cerebro nacer antes de los 9 meses. Las
consecuencias del nacimiento prematuro no se manifiestan en el ámbito educativo hasta
edades avanzadas. Pero si se hace un seguimiento adecuado de este tipo de niños desde
que nacen, encontraremos déficits en diversas áreas evolutivas. Especialmente en
aspectos cognitivos y conductuales, que son los que más influirán posteriormente en un
correcto rendimiento escolar.

Un adecuado diagnóstico y seguimiento de los niños prematuros antes y durante su


escolarización en Educación Infantil es fundamental para prevenir deficiencias futuras. Por
lo que es imprescindible el conocimiento de determinados signos de alarma que ayuden al
profesorado a detectar cuando el niño no se está desarrollando de forma correcta. Una
vez descubiertos estos síntomas la derivación a un centro de Atención Temprana y la
implicación educativa de diferentes profesionales en el aprendizaje del niño será
imprescindible para su progreso.

A lo largo del trabajo defenderé la necesidad de la Atención Temprana en los niños


prematuros. Para ello relacionaré diferentes investigaciones y estudios realizados en
niños con dificultades y los beneficios que ha reportado en ellos este método de trabajo y
cómo puede ayudar a los niños prematuros.

También se aporta un caso concreto de una niña prematura en la que se detectaron


retrasos evolutivos de forma tardía. Mediante la aportación de este caso se ve cómo de
haber sido detectados ciertos signos de alarma se habría comenzado el proceso de
intervención años antes. Una correcta detección temprana habría permitido el incremento
en la mejora del desarrollo global de la niña. Tal y como se observa en las pruebas de
evaluación realizadas una vez comenzada la intervención, y como aseguran diferentes
estudios relacionados con la eficacia de la Atención Temprana en los niños prematuros.

Finalmente la propuesta de intervención que planteo consiste en una serie de pautas que
los padres de niños prematuros podrán utilizar para detectar un desarrollo inadecuado en
su hijo y en el caso de ser así, la forma de actuar con la que deben proceder. Por medio
de estas pautas los padres podrán conocer las consecuencias que puede traer consigo la
prematuridad, así como el conocimiento de los principales hitos evolutivos en el desarrollo

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Rodríguez, Rocío

de su hijo y cómo la Atención Temprana puede ayudar en la consecución de un desarrollo


más óptimo.

Las pautas que propongo han sido elaboradas en función de investigaciones que han
trabajado con esta población y han defendido la eficacia de la Atención Temprana en las
áreas de desarrollo cognitivo y motor del niño. Se propone como evaluación de las pautas
que los padres lleven un registro evolutivo del niño prematuro.

1.3. Objetivos

En concreto parece oportuno plantear como objetivo general el siguiente:

1.3.1. Objetivo general

- Determinar unas pautas de actuación para que los padres de niños prematuros
valoren la eficacia de la Atención Temprana como intervención positiva en los niños.

Para la consecución de este objetivo me centraré en aspectos más concretos que me


ayuden a llegar a la consecución de este objetivo general.

1.3.2. Objetivos específicos

- Describir de forma general características del niño prematuro.

- Identificar las principales secuelas en niños prematuros.

- Determinar posibles alteraciones de los niños prematuros en el desarrollo sensorial,


motor, cognitivo, emocional y conductual.

- Comparar la adquisición de algunos hitos evolutivos de un niño nacido a término


con el de un niño prematuro.

- Comprender en qué consiste la intervención en Atención Temprana.

- Conocer los beneficios que pueden tener los programas de Atención Temprana en
los niños prematuros.

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Rodríguez, Rocío

- Defender la eficacia de la Atención Temprana en el niño prematuro mediante el


conocimiento de las dificultades que presentan y los resultados positivos de la rápida
intervención en estos niños.

- Plantear una serie de pautas a seguir para ayudar a los padres de niños
prematuros en la aplicación de programas de Atención Temprana.

- Evaluar la propuesta de intervención planteada.

La elección de estos objetivos se basa principalmente en que en la actualidad, a pesar de


tener un conocimiento adecuado de cuáles son las dificultades de un niño prematuro, falta
por descubrir los beneficios que pueden proporcionarles la Atención Temprana. Para ello
se expondrán las principales carencias y consecuencias que aparecen en estos niños a
nivel sensorial, motor, cognitivo, emocional y conductual, y que pueden influir en la
consecución de objetivos educativos posteriores.

2. MARCO TEÓRICO

2.1. Qué es un niño prematuro

En 1950, el grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en


Prematuridad hace suya la definición internacional de prematuro, para los niños con un
peso de 2.500 g o menos al nacer, adoptada por la Primera Asamblea Mundial de la
Salud2. Dicho grupo de expertos reconoce también que la definición adoptada no puede
aplicarse a ciertos países por lo que se proponen entre otras recomendaciones el estudio
de la correlación existente entre la duración del embarazo, el peso del niño al nacer y
otros criterios antropométricos, anatómicos y fisiológicos de prematuridad3.

A raíz de estos estudios se concluye que no siempre el niño con un peso menor de 2.500
gramos nace antes de las 37 semanas, por lo que en 1961 la OMS, a través de la
Academia Americana de Pediatría y en el informe Intrauterine growth retardation del

2
Informe técnico nº 27 (1950). Organización Mundial de la Salud, Ginebra.
3
Tercer informe del Comité de Expertos en Higiene Materno infantil (1961). La insuficiencia ponderal del
recién nacido desde el punto de vista sanitario. Organización Mundial de la Salud, Ginebra.
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Rodríguez, Rocío

Segundo Congreso de Medicina Perinatal4 señala que la edad y el peso eran


directamente proporcionales e indivisibles para clasificar adecuadamente a los recién
nacidos.

En la actualidad se clasifica a los recién nacidos prematuros en función de dos


diferenciaciones en atención a lo que la OMS estableció5:

a) A partir del peso del nacimiento (PN):

- Recién nacido de bajo peso al nacimiento (RNBP), con un PN inferior o igual a 2.500
gramos.

- Recién nacido de muy bajo peso (RNMBP), con un PN inferior o igual a 1.500 gramos.

- Recién nacido de extremo bajo peso (RNEBP), con un PN inferior o igual a


1.000gramos.

b) A partir de la edad gestacional (EG) (edad de un embrión, feto o recién nacido desde el
primer día de la última regla)6:

- Recién nacido prematuro (RNP), con EG inferior a 37 semanas.

- Recién nacido prematuro extremo (RNPE), con EG inferior o igual a 31 semanas.

- Recién nacido prematuro muy extremo (RNPME), a los de EG inferior o igual a 28


semanas.

De esta clasificación que propone la Asociación Española de Pediatría se puede concluir


que al recién nacido prematuro se le categoriza en función del peso y la edad gestacional.
Es evidente el reducido tamaño de estos niños, pero quizás algo menos objetivo es que
presentan inmadurez funcional y de desarrollo de los órganos principales. La mayoría de
sus sistemas vitales no han terminado de desarrollarse y no son capaces de realizar de
forma autónoma las funciones establecidas. Son niños que pueden presentar dificultades
para llevar a cabo las principales funciones vitales, pudiendo presentar innumerables
complicaciones. Dentro de este grupo específico de población podemos encontrar niños
que terminen por desarrollarse de forma sana y otros que continúen con problemas

4 nd
Intrauterine growth retardation. 2 European Congress of Perinatal Medicine. Pág. 238. London 1970.
5
Protocolo Diagnóstico Terapéuticos de la AEP. Neonatología (2008). Asociación Española de Pediatría.
Sociedad Española de Neonatología. Recuperado el 8 de Mayo de 2012 de
http://www.aeped.es/documentos/protocolos-neonatologia.
6
MedlinePlus. Enciclopedia médica en español (2007). Recuperado el 25 de Enero de 2012 de
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002367.htm
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Rodríguez, Rocío

médicos, apareciendo en un futuro discapacidades o ciertas dificultades, desde el ámbito


motor, intelectual o sensorial, que llegarán a afectar al terreno escolar (Pallás & de la
Cruz, 2006).

Es conveniente que desde el ámbito educativo se conozcan las diferentes dificultades de


estos niños, ya que muchas veces su evolución se ve perjudicada por los años que
pueden pasar hasta que aparecen las primeras manifestaciones. Por lo que es
fundamental estar alerta a lo largo de todo el período de desarrollo del niño con el fin de
poder detectarlas lo antes posible.

2.2. Características de los niños prematuros

Para poder llevar a cabo una intervención adecuada en estos niños es fundamental
conocer cuáles son sus principales características en las diferentes áreas evolutivas. Para
ello se darán a conocer los primordiales déficits que sufren estos niños a nivel sensorial,
motor, cognitivo, emocional y conductual.

Esta investigación se va a desarrollar en relación a aquellas características de los niños


prematuros en las que más se manifiesta sus carencias respecto a un desarrollo normal
de aquellos que nacen a término.

2.2.1. Desarrollo sensorial del niño prematuro

Es evidente que por medio de las sensaciones y percepciones, el niño recibe información
de lo que le rodea, lo cual le lleva a transformar poco a poco ésta en procesos superiores
de conocimiento, y desarrollar lo que conocemos como inteligencia. En estos niños
algunas de sus capacidades sensoriales pueden encontrarse disminuidas o anuladas
debido a causas físicas (Toro, 2004).

Los datos existentes relacionados con estas minusvalías se centran en los sentidos de la
vista y la audición. En concreto, en un estudio realizado por varios investigadores se
afirma que existen diferencias en las alteraciones visuales del niño prematuro en
comparación con los niños que no lo son en base a diferentes estudios y los resultados
hallados. Se encontró que los niños prematuros presentan déficits visuales de más de 3

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Rodríguez, Rocío

dioptrías en un 2,7% de los casos frente al 0,3% de niños nacidos a término (Larroque et
al 2008, citado en Álvarez, 2009). Asimismo en un seguimiento realizado hasta los 6 años
en niños prematuros, un 2% estaban ciegos, el 5% tenía déficit visual severo y el 29%
presentaba estrabismo o defectos de refracción (Marlow, Wolke, Bracewell & Samara,
2005, citado en Álvarez, 2009).

También se encontró en estudios anteriores que estos defectos de refracción:


hipermetropía, miopía, astigmatismo y anisometropía a los 10 años eran 4 veces más
frecuentes en prematuros que en niños nacidos a término (Larsson, Rydberg &
Holmström, 2003, citado en Álvarez 2009). A esta edad el 16% de los niños prematuros
presentaban estrabismo frente al 3% de los niños nacidos a término (Holmström, Rydberg
& Larsson, 2006, citado en Álvarez 2009). En otro estudio se concluyó que a los 11 años
existe una prevalencia de patología oftalmológica: estrabismo, miopía, defectos en la
visión de los colores y defectos en el campo visual del 50,8% en prematuros de menos de
1700 gramos al nacer frente al 19,5% en niños a término (O´ Connor et al 2002, citado en
Álvarez, 2009).

En base a estas investigaciones se puede concluir que las deficiencias visuales en los
niños prematuros se concentran en tres básicas, la ceguera, los déficits visuales severos
y los problemas de refracción que son aquellos en los que la visión es imperfecta como
consecuencia de la falta de enfoque de la imagen sobre la retina7.

En relación a la audición, el conocimiento de las dificultades auditivas que presenta el


niño prematuro en comparación con los niños que no lo son ayuda a comprender la
pérdida de información que supone para ellos a la hora de establecer nuevos
aprendizajes.

Una de las principales deficiencias es la hipoacusia. Esta consiste en la pérdida parcial de


la capacidad auditiva8. Los niños prematuros la sufren. En concreto, se encontró que en
estos niños existe una tasa de hipoacusia, del 11% a los 18-22 meses de edad corregida
en niños prematuros de 24 a 28 semanas de gestación (Vohr et al, 2000).

También se encontró que la incidencia de hipoacusia grave (<70dB) es del 0,4% a los 5
años en niños de 24 a 32 semanas de gestación, frente al 0% en el grupo control de niños

7
http://www.geosalud.com/Ojos/defectos_refraccion.htm. Recuperado el 8 de Mayo de 2012.
8
National Dissemination Center for Children with Disabilities. (s.f.). Recuperado el 20 de Enero de 2012, de
www.nidcd.nih.gov/health/spanish/hearingaid_span.asp
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Rodríguez, Rocío

nacidos a término; lo que concluye que la presencia de hipoacusia es más frecuente a


menor edad de gestación (Álvarez, 2009).

Además otros investigadores (Marlow et al, 2005) encontraron que a los 6 años de edad,
el 10% de los niños extremadamente prematuros, presenta algún grado de déficit auditivo
y el 3% presenta hipoacusia profunda.

A nivel sensorial los niños prematuros presentan mayor incidencia de alteraciones


visuales y auditivas que los niños nacidos a término. Visualmente las deficiencias se
manifiestan en ceguera o diferentes patologías oftálmicas: defectos de refracción, miopía,
estrabismo, dificultades en la visión de los colores y en el campo visual; y en relación al
ámbito auditivo con pérdidas.

2.2.2. Desarrollo motor del niño prematuro

El niño explora y reorganiza el ambiente mediante la actividad motora. A través de la


acción éste irá descubriendo y conociendo el mundo que le rodea pero también a sí
mismo, dando poco a poco respuestas ajustadas a sus inquietudes y expresando sus
necesidades. Se trata de un aspecto relevante a desarrollar para la consecución posterior
de habilidades básicas del aprendizaje como son el mantenimiento de la atención, la
coordinación visomotora o la orientación espacial (Martín- Holgado, 2006).

Las deficiencias relacionadas con el desarrollo motor de los niños prematuros hacen
referencia a la parálisis cerebral, la hipertonía transitoria y el retraso motor simple. La
parálisis cerebral es el trastorno motor causado por una lesión en el cerebro, que afecta a
la capacidad del niño para moverse y mantener la postura (Pallás & de la Cruz, 2006). En
los niños nacidos a término la incidencia de parálisis cerebral es del 0,1 al 0,2% (Zeldin,
Bazzano, & Ratanawongsa, 2011). Dicha patología afecta entre un 2 y 15% de estos
niños, pudiendo alcanzar hasta un 20 o 25% en los de muy baja edad gestacional
(Hernández & Marlow, 2004). También se encontró en una valoración realizada a los 5
años en mil ochocientos diecisiete prematuros con edad gestacional de entre 22-32
semanas que existe una incidencia de parálisis cerebral de un 9% (Larroque et al, 2008,
citado en Álvarez, 2009).

En otro grupo de doscientos ochenta y tres prematuros con edad de gestación inferior a
26 semanas sufrían parálisis cerebral el 19% de los casos y en un 10% había una

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Rodríguez, Rocío

discapacidad motora grave (Wood, Costeloe, Gibson, Hennessy, Marlow & Wilkinson,
2005 citado en Álvarez, 2009).

Álvarez (2009) recalca que la aparición de parálisis cerebral es inversamente proporcional


a la edad de gestación, encontrándose una incidencia del 14,6% en niños de 22 a 27
semanas de gestación, 6,2% de las 28 a las 31 semanas, 0,7% en los de 32 a 36
semanas y 0,1% en los recién nacidos a término. Por otro lado, según la Asociación de
Padres de Niños Prematuros (APREM): “el 10% de los niños prematuros desarrolla
parálisis cerebral, acabando el 5% de estos en silla de ruedas”9. Según lo apuntado los
niños prematuros presentan mayor probabilidad de padecer parálisis cerebral.

Además de la parálisis cerebral también encontramos patologías menos graves


relacionadas con el desarrollo motor, que pueden ser temporales y no impiden la
autonomía posterior del niño como son la hipertonía transitoria y el retraso motor simple.

La hipertonía transitoria se trata del incremento del tono muscular, es decir, existe un
aumento en la contracción parcial, pasiva y continua de los músculos que ayudan a
mantener la postura10. Los músculos están biológicamente preparados para madurar en
un medio líquido hasta la 40 semana de edad gestacional. Cuando un niño nace
prematuro su desarrollo se ve alterado ya que sus músculos deben soportar toda la
acción de la fuerza de la gravedad sin estar capacitados para ello, lo que interrumpe de
forma brusca la posición de flexión natural del feto. Esta patología suele desaparecer
antes de los 18 meses de edad, aunque en ocasiones la hipertonía suele ser el primer
signo de parálisis cerebral (Pallás, 2004).

El retraso motor simple consiste en un aplazamiento a lo largo de los dos primeros años
en la adquisición de las habilidades motoras, pudiendo responder a una leve hipotonía
(Marlow, Hennessy, Bracewell & Wolke, 2007 citado en Álvarez 2009). Lo que puede
generar un retraso en la obtención de los principales objetivos motores del niño no
desarrollándose de forma adecuada a este nivel. La no adquisición ciertas habilidades
motoras durante los dos primeros años condicionará el desarrollo posterior.

En un seguimiento realizado en el Hospital Doce de Octubre de Madrid a trescientos


ochenta y cuatro niños prematuros, el 38% de los menores de 1.500 g evaluados a los

9
Asociación de padres de niños prematuros (APREM) (25/09/09). Datos niños y niñas prematuros.
Recuperado el 18 de Enero de 2012, de http://www.aprem-e.org/images/stories/documentos/APREM-
DatosNiosPrematuros.pdf.

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Rodríguez, Rocío

dos años presentaron hipertonía transitoria y el 6% retraso motor simple (Pallás, de la


Cruz & Medina, 2000).

Los datos en relación a problemas motores señalan que existe un mayor predominio de
estas patologías en los niños prematuros que en los nacidos a término. Aspecto que
puede influir posteriormente en la adquisición de hitos evolutivos psicomotrices, afectando
a la consecución de objetivos del aprendizaje. Ya que las principales adquisiciones del
bebé durante los primeros años están basadas en el movimiento y la exploración.

2.2.3. Desarrollo cognitivo del niño prematuro

El desarrollo cognitivo implica la adquisición gradual de conocimientos. Mediante los


procesos de pensamiento y de la conducta el niño va estableciendo estrategias que le
permiten adaptarse a las situaciones problemáticas por medio de la comprensión y
actuación en el mundo que le rodea (Martín- Holgado, 2006).

Del 10 al 25% de niños muy prematuros presentan graves alteraciones cognitivas en


comparación con el 2,3% de la población normal (Wolke, Samara, Bracewell & Marlow,
2008 citado en Álvarez 2009). También se encontró en un estudio anterior de estos
mismos autores (2005) que en un grupo de niños extremadamente prematuros (EG< 26
semanas) el 40,6% presentaba déficits cognitivos ya que los conocimientos adquiridos no
eran los adecuados para su edad. Y tenían una probabilidad 56 veces mayor de sufrir un
déficit cognitivo moderado o grave que sus compañeros de clase nacidos a término, así
como mayor riesgo de desarrollar trastornos del lenguaje, fonéticos y dificultades
escolares en general. (Wolke et al, 2008).

Por otro lado, Álvarez (2009) afirma que las alteraciones cognitivas son consideradas
como la discapacidad más frecuente en los niños muy prematuros. Encontrándose una
diferencia de 18 puntos en el cociente intelectual entre los niños prematuros y los nacidos
a término, considerándose esta distinción como variable predictiva de las dificultades de
aprendizaje y del bajo rendimiento escolar (Bloch, 2010). Las investigaciones demuestran
que los niños prematuros presentan mayor probabilidad de presentar dificultades
cognitivas que los niños nacidos a término, lo que en el futuro puede acarrear problemas
de aprendizaje.

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Rodríguez, Rocío

Además las dificultades en habilidades viso-motoras, viso-perceptivas, funciones del


lenguaje complejo y los déficits de atención o conducta son frecuentes en los niños
prematuros y causa de dificultades de aprendizaje incluso en aquellos que presentan
cociente intelectual normal (Larroque et al, 2008 citado en Álvarez, 2009).

En un estudio realizado por Wolke y Meyer (1999) descubrieron que los déficits en el
lenguaje y en las habilidades de prelectura fueron de 3 a 5 veces más frecuentes en los
niños prematuros que en los niños nacidos a término, debido a los déficits cognitivos que
presentaban. Hay tres estudios diferentes de Salt & Redshaw (2006), Grunau, Whitfield &
Fay (2004) y Hagen, Palta & Albanese (2006) donde se confirma que es frecuente que los
resultados académicos en los recién nacidos prematuros sean inferiores a los de sus
compañeros nacidos a término, especialmente en lectura, lenguaje y matemáticas11.

En base a las investigaciones se puede concluir que los niños prematuros presentan
menores puntuaciones en cociente intelectual, memoria y lenguaje que los niños nacidos
a término. Y que en estos niños existe mayor prevalencia de problemas cognitivos
relacionados con habilidades visomotoras, viso-perceptivas y déficits de atención, lo que
deriva en un incremento del riesgo de desarrollo de dificultades de aprendizaje
posteriores.

Al igual que ocurre con los déficits cognitivos, los niños prematuros también presentan
problemas emocionales y de conducta.

2.2.4. Alteraciones emocionales y de la conducta en el niño prematuro

Las alteraciones emocionales o en el comportamiento son otras de las deficiencias que


afectan a los niños prematuros. En el caso de trastornos del comportamiento los niños
prematuros y los niños a término se diferencian en conductas que se han llamado
internalizantes como la ansiedad, depresión o aislamiento y otras que se denominan

11
Salt, A., & Redshaw, M. (2006). Neurodevelopmental follow-up after preterm birth: follow-up after two
years. Early Human Development, 82, 185- 197.
Grunau, R. E., Whitfield, M. F., & Fay, T. B. (2004). Psychosocial and academic characteristics of extremely
low birth weight (<800 g) adolescents who are free of major impairment compared with term-born
control subjects. Pediatrics, 114, 723- 725.
Hagen, E. W., Palta, M., & Albanese, A. (2006). School achievement in a regional cohort of children born
very low birthweight. Developmental and Behavioral Pediatrics, 27, 112- 120.
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Rodríguez, Rocío

externalizantes entre las que se puede señalar el TDAH y las conductas de oposición o
enfrentamiento.

En este sentido hay algunos estudios que confirman que los niños que nacen antes de la
semana 28 o que tienen poco peso (<1000g) tienen tendencia a presentar problemas de
desarrollo emocional o de comportamiento12. Álvarez (2009) afirma que los niños muy
prematuros o con muy bajo peso al nacer presentan en la edad escolar una mayor
incidencia de conductas internalizantes y externalizantes en comparación con los niños
nacidos a término. Dentro de las internalizantes encontraríamos: la ansiedad, depresión o
aislamiento y entre las externalizantes: el TDAH, las conductas de oposición o
enfrentamiento.

Otros investigadores como Johnson, Hollis, Kochhar, Hennessy, Wolke & Marlow (2010)
encontraron que los niños prematuros presentan un riesgo del 11, 5% frente al 2,9% en
relación a la población normal de sufrir TDAH. Además presentan otros problemas de
conducta (conductas agresivas, destructivas, de enfrentamiento y similares), tendencia al
aislamiento, timidez, ansiedad, depresión y otras alteraciones psiquiátricas (Álvarez,
2009). Esto implica que los niños prematuros presentan mayor incidencia de TDAH, así
como problemas de conducta y emocionales.

También se confirma que la existencia de problemas emocionales, de conducta, o de


atención en estos niños tienen un fuerte impacto negativo posterior en la edad escolar
(Reijneveld, de Kleine, Van Baar, Kollée, Verhaak, & Verhulst, 2006 citado en Álvarez
2009). El aprendizaje de estos niños se ve dificultado por la incapacidad para fijar la
atención de forma normalizada influyendo también el comportamiento y lo emocional. Y
en cuanto a problemas de adaptación social: la dificultad de hacer amigos se ha
relacionado con el TDAH, la sobreprotección de los padres, especialmente la de la madre
que en ocasiones genera una relación madre-hijo complicada (Wolke, 1998 citado en
Sánchez, 2006).

12
Anderson, P; Doyle, L W and Victorian Infant Collaborative Study Group. (2003). Neurobehavioral
outcomes of school-age children born extremely low birth weight or very preterm in the 1990s. The
Journal of the American Medical Association, 289, 3264- 3272.
Mick, E., Biederman, J., & Prince, J. (2002). Impact of low birth weight on attention- deficit hyperactivity
disorder. Developmental and Behavioral Pediatrics, 23, 16- 22.
Wolke, D. (1998). Psychological development of prematurely born children. Archives of Disease in
Childhood, 78, 567- 570.

-pág. 13-
Rodríguez, Rocío

Mediante la aportación de los datos anteriores se ha podido comprobar cómo la aparición


de problemas emocionales y de comportamiento es más frecuente en los niños
prematuros. Y que existe una incidencia mayor de conductas internalizantes (ansiedad,
depresión y aislamiento) y externalizantes (TDAH, conductas agresivas, destructivas y de
oposición o enfrentamiento) en estos niños que en los nacidos a término.

Según lo apuntado en la descripción de las características de los niños prematuros se ha


llegado a la conclusión de que existe un riesgo mayor que en los niños nacidos a término
de dificultades sensoriales, tanto a nivel visual como auditivo; problemas motores
(parálisis cerebral, hipertonía transitoria y retraso motor simple); déficits cognitivos
relacionados con la inteligencia, la memoria y el lenguaje; y problemas de conducta,
emocionales y de la atención que en los niños nacidos a término. Es necesario revisar las
políticas de actuación seguidas por los servicios de neonatología de todos los hospitales
ante el nacimiento de un niño de estas características, informando de manera oportuna a
los padres y teniendo presente que un seguimiento adecuado del niño puede ayudar a un
mejor pronóstico futuro.

A continuación, se expondrá la consecución de determinados hitos evolutivos en niños


nacidos a término y en prematuros para conocer si a partir de adquisiciones propias del
desarrollo se pueden establecer diferencias entre ambos grupos.

2.2.5. Comparación de la consecución de determinados hitos evolutivos en los


niños nacidos a término y en los niños prematuros

Los hitos evolutivos a los que me voy a referir son aquellos normalmente alcanzados a
determinado mes por los niños con un desarrollo normalizado. Para ello utilizaré la
investigación realizada por Olhweiler, Silva y Rotta (2002), que se centra en las
adquisiciones del equilibrio estático: sostener la cabeza, sentarse con y sin apoyo;
adquisiciones del equilibrio dinámico: gateo, andar con apoyo y sin apoyo; desarrollo de la
percepción y sociabilidad: fijación y seguimiento de sonidos con la vista, conocer a
familiares, extrañar, entender gestos, conocer su nombre, dar palmas, decir adiós con la
mano; y el desarrollo del habla donde incluyen: realizar gorjeos, repetición de sílabas,
aparición de la palabra- frase y utilización de tres palabras.

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar el desarrollo de un niño
prematuro es el concepto de edad corregida, es decir, la edad que tendría el niño si
-pág. 14-
Rodríguez, Rocío

hubiera nacido a término. Para ello se resta a las semanas de un nacimiento a término
(40), las semanas de edad gestacional y ésta es la cifra que habrá que restar a la edad
real (Toro, 2004).

Por ejemplo para saber la edad real de un bebé a los 6 meses (24 semanas) de vida, si
ha nacido a las 30 semanas de gestación, hay que restar primero 40 menos 30, que son
10 semanas y restar estas 10 semanas a las 24 semanas de vida. Es decir este niño
tendrá una edad real de 6 meses, pero una edad corregida de 14 semanas, que son 3
meses y medio. Y a la hora de establecer sus adquisiciones evolutivas es fundamental
tenerlo en cuenta. El concepto de edad corregida se aplica hasta los 2 años de edad,
momento en que el sistema nervioso del bebé ha completado su desarrollo (Toro, 2004).

2.2.5.1. Equilibrio estático

Consiste en la capacidad que tiene el niño de mantenerse en equilibrio cuando


permanece inmóvil. Su adquisición durante los primeros meses se considera fundamental
para adquirir el equilibrio dinámico y logros posteriores.

En los niños prematuros, el 97,1% sostiene la cabeza (se mantiene al niño en posición
sentada y mantiene la cabeza en el eje durante por lo menos 15 segundos) a los 3 meses
y el 100% obtiene esta adquisición a los 6 meses (Olhweiler et al, 2002). Sin embargo, la
media para adquirirlo en niños nacidos a término es a los 2 meses (Berger, 2007). Se
puede ver como en los niños prematuros existe cierto retraso en esta adquisición básica,
lo que conllevará el retraso en la obtención de consecuciones posteriores.

Respecto a sentarse con apoyo (el niño se inclina hacia delante con el apoyo de los
brazos) en niños nacidos a término se adquiere a los 5 meses (Amiel- Tison & Gosselin,
2006) y el 100% de niños prematuros lo consiguió a los 6 meses (Olhweiler et al, 2002).

También vemos un ligero retraso al sentarse, ya que los niños prematuros se sientan
apoyando los brazos más tarde que los niños nacidos a término. En cuanto a sentarse sin
apoyo (el niño se mantiene sentado solo durante 15 segundos o más) en los niños a
término se obtiene de media a los 7 meses (Amiel- Tison & Gosselin, 2006) en los niños
prematuros el 10,8% lo hacía a los 6 meses, el 95% a los 9 meses y el 100% a los 12
meses (Olhweiler et al, 2002). Quizá este retraso es el más acusado, probablemente fruto
de la suma de los anteriores e impedirá otras adquisiciones posteriores del equilibrio.

-pág. 15-
Rodríguez, Rocío

2.2.5.2. Equilibrio dinámico

Consiste en la capacidad del niño de mantenerse en equilibrio en movimiento. Esta


adquisición es fundamental para que logre la autonomía posterior. En los niños nacidos a
término la edad media de gateo, es a los 10 meses (Berger, 2007). En los niños
prematuros el 13, 2% lo hacía a los 9 meses y el 64,7% a los 12 meses (Olhweiler et al,
2002). En relación a dicha adquisición se ve como los niños prematuros la realizan algo
más tarde, aunque, muchos niños no necesitan pasar por el gateo para llegar a andar.

Andar con apoyo fue conseguido por el 15, 8% de los niños prematuros a los 9 meses y
por el 76,5% a los 12 meses (Olhweiler et al, 2002). En los niños nacidos a término se
adquiere en torno a los 12 meses (Amiel-Tison & Gosselin, 2006). La bipedestación
autónoma (el niño puede dar tres pasos por lo menos sin apoyarse), el 17, 6% de la
población prematura lo consiguió a los 12 meses (Olhweiler et al, 2002). La media de
adquisición en la población nacida a término es a los 13 meses (Amiel-Tison & Gosselin,
2006). En vista a los resultados obtenidos se puede concluir que existe retraso
significativo en los ítems de medición del equilibrio dinámico entre los niños prematuros y
los nacidos a término, lo que condicionará el desarrollo evolutivo motor posterior.

2.2.5.3. Desarrollo de la percepción y sociabilidad

Algunos estudios confirman que los niños prematuros presentan dificultades en el


desarrollo de la percepción y sociabilidad lo que influirá en el contacto con iguales.

Se puede destacar entre los problemas los que señalan Olhweiler, Silva y Rotta (2002)
quienes afirman que en los niños prematuros, los ítems de percepción de sonidos, fijación
y seguimiento con la vista fueron conseguidos por el 100% a los 3 meses. Considerados
dentro de la normalidad si los comparamos con los niños nacidos a término. Conocer a
familiares se dio en el 83, 6% de los niños prematuros a los 6 meses y en el 100% a los 9
meses.

Si partimos de estudios de Berger (2007) los niños nacidos a término comienzan a


extrañar a los 8 meses y a entender gestos antes de los 6 meses. Según Olhweiler, Silva
y Rotta (2002) en los niños prematuros el 48, 6% lo hizo a los 6 meses, el 97, 5% a los 9
meses y el 100% a los 12 meses.

-pág. 16-
Rodríguez, Rocío

En otros ítems como conocer su nombre, en los niños prematuros el 5,7% lo hacía a los 6
meses, el 43,2 % a los 9 y el 100% a los 12 meses (Olhweiler et al, 2002). Sin embargo,
los niños nacidos a término lo adquieren antes de los 9 meses (Amiel-Tison & Gosselin,
2006). Además, los niños nacidos a término dan palmas desde aproximadamente los 7
meses (Berger, 2007). Y en los niños prematuros, el 0% lo hacía a los 6 meses, el 97,1%
a los 9 y el 100% a los 12 meses (Olhweiler et al, 2002).

En relación a otras adquisiciones también encontramos diferencias. Los niños nacidos a


término dicen adiós con la mano en torno a los 9 meses (Amiel-Tison & Gosselin, 2006).
En cambio, los niños prematuros resultan algo más tardíos en su obtención, el 0% lo
realizaba a los 6 meses, el 52,6% a los 9 meses y el 94,4% a los 12 meses (Olhweiler et
al, 2002). Las referencias señaladas de estas investigaciones confirman que existen
diferencias entre los niños prematuros y los nacidos a término en el desarrollo de la
percepción y sociabilidad especialmente para entender gestos, conocer su nombre y decir
adiós con la mano.

2.2.5.4. Desarrollo del habla

En la valoración del desarrollo del niño es fundamental tener en cuenta si éste va


adquiriendo el lenguaje de forma gradual.

Berger (2007) señala que el gorjeo se da el segundo mes en los niños nacidos a término.
En cambio, el 86,1% de los niños prematuros realizaba gorjeos a los tres meses
desapareciendo progresivamente hasta el 2,9% a los 12 meses (Olhweiler et al, 2002).
Asimismo la repetición de sílabas en los niños nacidos a término se da en torno a los 6
meses (Berger, 2007) y en los niños prematuros el 33, 3% lo hacía a los 6 meses y el
97,5% a los 9 y 12 meses (Olhweiler et al, 2002).

También se resalta que la aparición de la palabra-frase (es decir, una sola palabra hace
referencia a una frase, por ejemplo, decir “coche”, para dar a conocer que ahí está el
coche) en los niños nacidos a término se da por lo general a los 10-12 meses (Amiel-
Tison & Gosselin, 2006). En cambio el 97, 1% de los niños prematuros lo hacía a los 12
meses.

Además en relación a comenzar a utilizar tres palabras, los niños nacidos a término lo
hacen a partir de los 12 meses (Berger, 2007). Sin embargo, según datos de Olhweiler y

-pág. 17-
Rodríguez, Rocío

otros (2002) el 2, 7% de los niños prematuros lo hacía a los 9 meses y el 61,8 a los 12.
Por lo que podemos concluir que existe una tardía consecución de ítems relacionados con
el desarrollo del habla en los niños prematuros.

El conocimiento de una serie de signos de alerta relacionados con los ítems evolutivos
estudiados ayudará al maestro a poder detectar alteraciones en el desarrollo de los niños
prematuros de su aula.

Se consideran signos de alerta no reaccionar a los ruidos al mes y a los 3 no seguir con la
mirada. No sostener la cabeza, no balbucear ni hacer “gorgoritos” a los 6. Así como
también no mantenerse sentado y no emitir bisílabos a los 9. No tener un vocabulario de
dos palabras con o sin significado a los 12. Y a los 15 meses no andar y no tener un
vocabulario de tres o cuatro palabras con o sin significado (Gutiez, 2005).

Cuando se detectan dificultades en un niño prematuro, es fundamental intervenir lo antes


posible. Con este fin fueron creados los servicios de Atención Temprana, en la actualidad
todavía desconocidos para la gran mayoría de la población. El conocimiento de su
existencia puede ayudar a la adecuada detección, diagnóstico e intervención del niño con
dificultades.

3. ATENCIÓN TEMPRANA

Una vez conocidas las principales alteraciones que sufren los niños prematuros se dará a
conocer en qué consiste la Atención Temprana y de qué forma puede ayudar en el
desarrollo global posterior de estos niños.

La aparición de la Atención Temprana como práctica intencionada no aparece hasta la


segunda mitad del siglo XX cuando se empieza a atender de forma específica a sujetos
con algún tipo de deficiencia. En la actualidad “se entiende por Atención Temprana el
conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al
entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades
transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que
tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad
del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación
interdisciplinar o transdisciplinar”. (Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales
de Atención Temprana, 2000).

-pág. 18-
Rodríguez, Rocío

Según esta definición la Atención Temprana consiste en una serie de intervenciones que
garantiza el tratamiento de los niños que presentan algún tipo de dificultad, con el fin de
evitar que se desarrollen deficiencias o que las dificultades ya existentes perjudiquen en
mayor medida la evolución del desarrollo infantil dañado. Lo que hace necesario este tipo
de intervención en los niños prematuros.

La forma de proceder en Atención Temprana no siempre ha sido así, ya que las


respuestas ofrecidas ante la infancia discapacitada han ido desde la total eliminación de
los niños que presentaban algún tipo de dificultad hasta el proteccionismo y rechazo del
problema (Gutiez, 2005). La importancia de su continuidad se demuestra gracias a
investigaciones posteriores como la de Ratey (2001), quien defiende que las células
neuronales a falta de una estimulación adecuada antes de los 6 años mueren. Estos
primeros momentos son un período único y crucial para el desarrollo de la persona, en el
que se dispone de una serie de características y posibilidades incomparables con ningún
otro momento evolutivo.

3.1. Sujetos a los que se dirige la Atención Temprana

Al hablar de trastornos en el desarrollo hay que tener en cuenta que la evolución infantil
normalizada se caracteriza por la progresiva adquisición de diferentes funciones, como
son el control postural, la autonomía de desplazamiento, la comunicación, el lenguaje
verbal, y la interacción social. Esta evolución del niño se encuentra ligada al propio
proceso de maduración del sistema nervioso, iniciado ya en la vida intrauterina, también
vinculado a la organización emocional y mental. Para un ajustado desarrollo evolutivo
infantil es fundamental tanto una estructura genética adecuada como la correcta
satisfacción de las necesidades básicas a nivel biológico y psicoafectivo (Federación
Estatal de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana (GAT), 2000).

Cuando se hace referencia a niños susceptibles de recibir Atención Temprana, se tienen


en cuenta factores de riesgo tanto biológicos como sociales, incluyendo dentro de este
último los familiares y ambientales. El principal objetivo de estas intervenciones es dar
respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que
presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos.
Teniendo en cuenta en todo momento la globalidad del niño. El nacimiento prematuro es

-pág. 19-
Rodríguez, Rocío

contemplado por esta disciplina como un factor de riesgo biológico, considerando esta
población como susceptible de tratamiento (Gutiez, 2005).

De lo explicado se puede concluir que la Atención Temprana podría ser la medida más
adecuada para lograr que el desarrollo del niño mejore al contemplar las diferentes áreas
evolutivas.

3.2. Principales objetivos de la Atención Temprana

El principal objetivo de la Atención Temprana es que los niños que presentan trastornos
en su desarrollo o tienen el riesgo de padecerlos, reciban, siguiendo un modelo bio-
psicosocial, todo aquello que de forma preventiva y asistencial pueda potenciar su
capacidad de desarrollo y de bienestar, posibilitando de la forma más completa su
integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal (Vidal,
2007).

La Atención Temprana debe ser accesible a todos los niños que padecen o pueden
padecer algún tipo de alteración en el desarrollo, bien sea ésta de tipo físico, psíquico o
sensorial. El niño es un ser global y cualquiera de estos factores pueden influir en un
adecuado desarrollo posterior. Todas las acciones e intervenciones que se llevan a cabo
en Atención Temprana deben considerar la globalidad del niño, teniendo en cuenta todo lo
que interviene en su desarrollo, incluyendo la familia y el entorno.

Los objetivos que se marca la Atención Temprana como disciplina son aplicables a los
niños prematuros, ya que persigue la reducción de los efectos de una deficiencia o déficit
sobre el desarrollo global del niño. Introduciendo para ello los mecanismos necesarios con
el fin de evitar la aparición de déficits secundarios asociados13.

Con el fin de cumplir estos objetivos, en la actualidad los ámbitos de actuación de la


Atención Temprana se llevan a cabo en tres niveles de intervención, recogidos en El Libro
Blanco de la Atención Temprana (2000).

La prevención primaria tiene como finalidad evitar las condiciones que pueden llevar a la
aparición de deficiencias en el desarrollo infantil. De esta área se ocupan los Servicios de
Salud, Sociales, Educación y los centros de Atención Temprana.

13
Libro Blanco de la Atención Temprana. Real Patronato sobre Discapacidad. pag. 14. Madrid 2000.

-pág. 20-
Rodríguez, Rocío

La prevención secundaria se encarga de detectar los trastornos del desarrollo y


situaciones de riesgo que puedan influir en ellos. Dentro de la detección se incluyen
programas específicos antes del nacimiento (Servicios de Obstetricia), durante el
nacimiento (Servicios de Neonatología) y después del nacimiento (Servicios de Pediatría,
Educativos, el entorno familiar, Servicios Sociales y otros servicios sanitarios).

Por último la prevención terciaria hace referencia a las actividades centradas en el niño y
su entorno que tratan de mejorar las condiciones de su desarrollo.

La coordinación y actuación de forma conjunta por parte de los servicios sanitarios,


sociales y educativos en todos los ámbitos de prevención es fundamental para un correcto
funcionamiento de la Atención Temprana como disciplina. La prevención terciaria es el
momento en que se puede llevar a cabo la correcta actuación de los servicios educativos
mediante la detección de las dificultades del niño y su rápida derivación para la
intervención en Atención Temprana.

3.3. Intervención en Atención Temprana en niños prematuros

Los niños prematuros presentan hándicaps en diferentes áreas del desarrollo, por lo que
los programas de intervención en Atención Temprana han de ser planificados por un
equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar, capacitados para
realizar un adecuado diagnóstico, evaluación e intervención del niño. Normalmente estos
equipos están formados por psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales,
fisioterapeutas, logopedas, especialistas en psicomotricidad, estimuladores y terapeutas
ocupacionales. Dentro del programa cada profesional se encargará de un aspecto
concreto (Perpiñán, 2009).

En función de las dificultades que presente cada niño se llevará a cabo un programa
específico adecuado realizado por los diferentes profesionales (psicólogos, pedagogos,
trabajadores sociales, fisioterapeutas, logopedas, especialistas en psicomotricidad
estimuladores y terapeutas ocupacionales). Para la evaluación y detección de las
dificultades se utilizan diferentes escalas de desarrollo, que son una serie de instrumentos
de medición que permiten evaluar el progreso evolutivo de los niños en diferentes áreas
con el fin de establecer comparaciones en función de los logros adquiridos en cada etapa
de su vida. (Perpiñán, 2009).

-pág. 21-
Rodríguez, Rocío

En relación a cuándo debe comenzarse la intervención en Atención Temprana existe un


estudio llevado a cabo en Japón en niños prematuros que iniciaron el tratamiento a los
dos años de edad. En esta investigación se llega a la conclusión de que los resultados no
muestran diferencias significativas entre el grupo control y el de intervención al año de
inicio el programa (Blair & Ramey, 2000 citado en Sánchez, 2006). Por lo que se plantea
un comienzo más temprano de los programas de intervención y un análisis de los
resultados a mayor largo plazo para obtener resultados significativos (Matsuishi, Ishibashi,
Kamiya, Shoji, Yamashita, Fukuda y otros, 1998 citado en Sánchez 2006).

3.4. Eficacia de los tratamientos de Atención Temprana

Para conocer la eficacia de la intervención en Atención Temprana en los niños prematuros


es necesario establecer su validez y utilidad desde investigaciones que estudien su
eficacia.

Estudios como Enhancing the outcomes of low-birth-weight, premature infants (The Infant
Health and Development Program (1990) señalan que el seguimiento de un programa de
Atención Temprana influye de forma positiva en el desarrollo cognitivo de los niños
prematuros de muy bajo peso al nacimiento. Además los niños alcanzan mejores
puntuaciones en cociente intelectual en la Escala de Inteligencia de Stanford- Binet14 a los
36 meses que los niños que habían recibido intervención de menor intensidad (Ramey,
Bryant, Wasik, Sparling, Fendt & La Vange, 1992, citado en Sánchez 2006).

Otros autores como Kleberg, Westrup y Stjiernqvist (2000) concluyeron que los efectos de
los programas de Atención Temprana a corto plazo son escasos por lo que para confirmar
sus efectos es necesario hacer un seguimiento a largo plazo.

La validez de la Atención Temprana también queda demostrada en una revisión sobre las
principales investigaciones que tratan la eficacia de esta disciplina en niños prematuros.
En ella se concluye que la intervención disminuía el descenso de cociente intelectual que
se suele dar en los niños prematuros nacidos con bajo peso. (Blair & Ramey, 2000 citado
en Sánchez, 2006).

14
Terman (1916). Universidad de Stanford. Stanford, California (EEUU).

-pág. 22-
Rodríguez, Rocío

Los programas de Atención Temprana ayudan en el incremento de la puntuación del


cociente intelectual y en las adquisiciones motoras de los niños prematuros. Para
conseguir esta mejora en el desarrollo es fundamental tener en cuenta la intensidad y el
pronto comienzo de los programas de intervención. Además los resultados son más
significativos a largo plazo.

El comienzo de la intervención lo antes posible es uno de los factores que determina la


eficacia de los programas de Atención Temprana (Matsuishi et al, 1998) por lo que es
necesaria la implantación del programa adecuado desde que se detectan las primeras
dificultades. En base a este resultado se expone a continuación el caso de una niña
prematura a la que he realizado seguimiento. Este caso permite comprobar de forma real
algunos de los resultados obtenidos, así como realizar una crítica a la tardía intervención.
Ella ha sido la razón de este trabajo y la impulsora de querer comprobar que es necesaria
una revisión de los beneficios de la detección de las dificultades de forma temprana, con
el fin de poder disminuir las carencias de los niños prematuros.

4. ESTUDIO DE CASO

Por motivos de confidencialidad, el nombre ficticio de la niña será Ana.

Ana nace a las 36 semanas de gestación por cesárea y pesa 1800 gramos, por lo que es
considerada como recién nacida prematura de bajo peso al nacimiento. El psicólogo con
el que colaboro conoce a Ana en contexto extra profesional a los 15 meses de edad
cronológica. Al preguntar la edad de la niña, se sorprende por la falta de desplazamiento
motor, ya que todavía no gatea, ni presenta intención de andar. Finalmente anda a los 19
meses.

El psicólogo la describe como una niña tremendamente simpática con la cual es muy fácil
establecer relación y que accede fácilmente a jugar. También le sorprende la escasa
presencia de vocabulario. A través del juego y la estimulación consigue atraer la atención
de la niña y que poco a poco comience a desplazarse para conseguir un juguete que se la
ofrece, apareciendo un incipiente gateo. Advierte del retraso madurativo de la niña, pero
pierde el contacto con ella.

Alrededor de los 40 meses vuelve a verla y observa escaso vocabulario con mala
pronunciación. Habla poco y se le entiende mal. Y asegura que no presenta la actividad

-pág. 23-
Rodríguez, Rocío

motora correspondiente para un niño de esta edad. Vuelve a intentar hacer ver a los
padres que su edad cronológica no corresponde con su etapa evolutiva, sugiriendo una
evaluación.

No es hasta los 5 años y 6 meses cuando los padres finalmente piden ayuda de este
profesional por petición expresa de la profesora de 3º de Infantil, que solicita un
diagnóstico y evaluación sobre el desarrollo para descartar problemas a nivel madurativo.
Lo primero que se les dice a los padres es que es necesaria una exploración médica a
nivel auditivo y visual al ver en la niña dificultad en la atención y una ligera desviación en
el ojo derecho. A partir de este momento comienza el proceso de intervención.

Por los datos recogidos después, se conoce que cuando la niña entra en el colegio a los 3
años no habla. También los padres afirman que era más tranquila de lo normal. Pero aún
así no es hasta los 5 años cuando la profesora solicita una evaluación. El padre no le da
importancia y piensa que únicamente se trata de una evolución lenta y hace
constantemente hincapié en sus propias dificultades para aprender hasta los 11 años,
déficits que no le han imposibilitado estudiar posteriormente una carrera.

Aseguran también que ni el pediatra ni ninguno de los profesionales médicos que existen
en la familia advirtieron nunca del retraso de la niña a nivel de lenguaje ni psicomotor. La
madre la describe como una niña que no se frustra y que es feliz en su mundo. Quien la
conoce la cataloga como “la niña feliz”.

A los 5 años y 6 meses, después de la exploración médica sugerida por el psicólogo, se la


diagnostica el ojo derecho como vago y se la pone gafas.

En la evaluación psicopedagógica realizada a los 5 años y 9 meses se recalca su buena


tolerancia a la frustración y lo consciente que es de sus dificultades. Mediante la
realización de la Escala Mc Carthy de aptitudes y psicomotricidad para niños15 se evalúa
que en casi todas las áreas presenta un desajuste de año y 9 meses entre la edad
cronológica y la edad mental.

15,
Escalas McCarthy de Aptitudes y Psicomotricidad para niños (MSCA). Madrid: TEA Ediciones, S. A. Las
escalas McCarthy permiten evaluar mediante una amplia serie de tareas de carácter lúdico aspectos
cognitivos y psicomotores del desarrollo del niño. La batería está integrada por 18 test que dan lugar a 5
escalas (verbal, perceptivo-manipulativa, cuantitativa, memoria y motricidad), además de un índice general
cognitivo (GCI). La aplicación es individual, el tiempo de aplicación entre 45- 60 minutos. La edad de
aplicación desde 2 años y medio hasta 8 y medio. Recuperado el 01 de Febrero de 2012 de
http://web.teaediciones.com/MSCA--ESCALAS-MCCARTHY-DE-APTITUDES-Y-PSICOMOTRICIDAD-
PARA-NINOS.aspx.
-pág. 24-
Rodríguez, Rocío

En los informes de 3º de Infantil destacan que presenta un desarrollo madurativo global


de nivel bajo. Con déficits en Discriminación- Percepción, Atención Sostenida y Memoria
Inmediata. Se aconseja trabajo y seguimiento en casa. Al final de curso se la aconseja la
necesidad de Terapia de refuerzo en estructuras madurativas básicas.

A los 6 años y 9 meses acude al neurólogo. Describiéndola como “torpe en la motricidad


fina y gruesa, pero sin limitaciones”. Se especifica que tardó en hablar de forma amplia y
que al iniciar el colegio tenía retraso en relación a los demás niños. Su lenguaje es
extenso pero tiene alguna dislalia (trastorno en la articulación de los fonemas). Tiene
deficitaria grafomotricidad y gran dificultad de cálculo. Labilidad atencional y problemas en
la concentración. Las pruebas médicas son normales. Se la diagnostica de Trastorno de
Déficit de Atención (TDA) y se la medica. La madre decide no hacerlo. Se aconseja apoyo
pedagógico16.

En 1º de Primaria se vuelve a advertir desde el colegio que no está progresando


adecuadamente y que puede no promocionar para el año siguiente al estar por debajo de
los objetivos mínimos establecidos. No obtiene los objetivos propios del curso en aspectos
relacionados con la lecto-escritura y las matemáticas. Por medio del psicólogo se solicita
al centro Apoyo Educativo.

A los 7 años se le reconoce por la Comunidad de Madrid como alumna con Necesidades
Educativas Especiales, donde se la categoriza como con una discapacidad de grado
ligero, que cursa con Trastorno de Déficit de Atención y ambliopía en el ojo derecho.
También en este informe se advierte de la necesidad de desarrollar la atención, el
razonamiento y la comprensión, así como afirmar el lenguaje comprensivo y expresivo,
afianzar el proceso de la lecto-escritura, y desarrollar la motricidad gruesa y fina17.
También se insiste en que necesita recibir apoyo de PT (Pedagogía Terapéutica) y AL
(Audición y Lenguaje) y realizar adaptaciones curriculares en todas las áreas del currículo,
poniendo especial cuidado en aquellos contenidos relacionados con la comprensión, el
razonamiento, la adquisición de la lecto-escritura, el cálculo y el razonamiento
matemático.

En informes posteriores del colegio, se asegura que la niña va mejorando, aunque en las
notas no se aprecia un cambio significativo.

16
Información recogida del informe neurológico del médico.
17
Información recogida de informe de Determinación de Necesidades Educativas Especiales del Equipo de
Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP) de la Comunidad de Madrid.
-pág. 25-
Rodríguez, Rocío

La niña continúa yendo al psicólogo y a los 7 años y 7 meses se sugiere otra evaluación,
ante la que la madre parece reacia. Finalmente se la evalúa de nuevo a los 7 años y 10
meses mediante la Escala Mc Carthy. A través de esta evaluación se puede apreciar una
cierta mejoría de la niña, ya que en casi todas las áreas presenta un desajuste de año y
medio entre la edad cronológica y la edad mental. Y en la anterior evaluación mediante la
misma prueba hecha dos años antes presentaba un desajuste de 1 año y 9 meses.

Debido a que a los 8 años deciden dejar de acudir al psicólogo por temas económicos, no
se puede continuar evaluando su desarrollo. La evolución que seguirá esta niña es
desconocida, pero a través de este caso, se puede ver como una niña prematura
progresó al comenzar a recibir una atención temprana especializada. En base a los
resultados obtenidos en la investigación considero que estos beneficios habrían sido
mucho mayores de haber detectado las dificultades que presentaba años antes.

Es criticable la actuación que se llevó a cabo con esta niña por parte de padres y
médicos. Teniendo en cuenta este caso es útil conocer qué aspectos fallaron en el
diagnóstico y cómo se podría haber mejorado la Intervención en base al estudio realizado
de los niños prematuros.

4.1. Análisis de la actuación de los padres

Mediante la aportación de este caso se da a conocer cómo el conocimiento de los signos


de alarma que pueden aparecer en el desarrollo de los niños prematuros y sus principales
secuelas ayuda a un diagnóstico precoz. Para ello relacionaré si por medio de una
adecuada información a los padres se podría haber mejorado la intervención realizándola
de forma más temprana.

Con este caso se quiere confirmar los datos aportados por los diferentes estudios sobre
los niños prematuros, reafirmándose muchas de las dificultades encontradas en estos. Así
como la mejoría que aporta el comienzo de una intervención en Atención Temprana.

Ana nace a las 36 semanas de gestación por cesárea y pesa 1800 gramos. En función de
las semanas de un nacimiento a término (40) Ana presentará una edad corregida de 4
semanas menos. El concepto de edad corregida se aplica hasta los 2 años de edad,
momento en que el sistema nervioso del bebé ha completado su desarrollo (Toro, 2004).

-pág. 26-
Rodríguez, Rocío

A los 14 meses de edad corregida (15 de edad biológica) la niña no gatea, ni presenta
intención de andar. Hemos visto que se considera signo de alarma no andar a los 15
meses de edad corregida (Gutiez, 2005). Por lo que a pesar de que todavía está en lo
normativo, presenta un desarrollo motor tardío. Finalmente anda a los 18 meses de edad
corregida (19 de edad biológica), muy tarde para un desarrollo evolutivo normal, ya que la
media de adquisición de la marcha en la población nacida a término son los 13 meses
(Amiel-Tison & Gosselin, 2006).

Respecto al habla, a los 14 meses de edad corregida (15 de edad biológica) sorprende su
falta de vocabulario. A partir de los 12 meses, los niños nacidos a término, comienzan a
manejar tres palabras (Berger, 2007). Y no utilizar un vocabulario de tres o cuatro
palabras es considerado signo de alarma (Gutiez, 2005).

Si se hubiera hecho un seguimiento adecuado del desarrollo de esta niña se habría


podido detectar que no seguía una evolución normal tanto a nivel motor ni de lenguaje.

Se recalca que es una niña muy simpática con la cual es muy fácil establecer relación y
que accede fácilmente a jugar. Probablemente la existencia de este buen temperamento
encubre en cierto modo las dificultades existentes.

Como aporta el psicólogo, a través del juego y la estimulación aparece en la niña el gateo,
aspecto motor que faltaba y a través del cual se demuestra que con la motivación
adecuada surge espontáneamente. Indicando que hay un problema de falta de
estimulación, puesto que si hubiera existido un problema físico a nivel motor, la
adquisición no se habría dado de forma tan rápida.

Otro signo de alerta muy llamativo es que a los 36 meses cuando entra en el colegio no
habla. Es sorprendente como llegados a este punto en el colegio no sugieren una
evaluación. También se insiste en que ni el pediatra ni ninguno de los profesionales
médicos que existen en la familia advirtieron nunca del retraso de la niña a nivel de
lenguaje ni psicomotor.

Aquí entra en juego la actuación de los padres y las defensas utilizadas, ya que justifican
de forma continua las deficiencias de su hija con aspectos positivos. Insisten en que se
trata de una evolución lenta y que se repite como en el caso del padre. Enfatizan
continuamente lo simpática que es. El apodo de “la niña feliz” también es algo que
recalcan en el colegio. Perjudicándola mucho con la utilización de estas defensas.

-pág. 27-
Rodríguez, Rocío

Es a partir de los 5 años y 6 meses cuando la profesora de 3º de Infantil solicita un


diagnóstico y evaluación sobre el desarrollo para descartar problemas a nivel madurativo.
Desde este momento comienza la intervención.

Se sugiere una exploración médica a nivel auditivo y visual al detectar en la niña dificultad
en la atención y una ligera desviación en el ojo derecho. Se la diagnostica una ambliopía
en el ojo derecho, y se la pone gafas.

Hemos visto como los niños prematuros presentan un mayor porcentaje de problemas
visuales que los niños nacidos a término. Algo tan elemental como que un niño puede no
aprender porque no ve, muchas veces se les escapa a los profesionales de la educación.
Por este motivo lo primero que hay que hacer es descartar causas físicas.

A los 6 años y 9 meses cuando acude al neurólogo se la diagnostica dislalia. Tiene


problemas grafomotores, y dificultad en el cálculo. Se la diagnostica de Trastorno de
Déficit de Atención. En este informe se recalcan también las dificultades que tiene con la
atención, el lenguaje, la lecto-escritura, las matemáticas, el razonamiento y la
comprensión.

Se ha podido comprobar cómo en base a los resultados obtenidos de las investigaciones


sobre niños prematuros, habría sido posible una detección anterior de las dificultades que
muy probablemente habrían ayudado a un desarrollo adecuado de esta niña.

Una vez detectadas estas dificultades, considero que lo adecuado como propuesta de
intervención temprana, habría sido comenzar con un tratamiento multidisciplinar y
transdisciplinar, donde los diferentes especialistas trabajaran de forma conjunta para
conseguir un desarrollo lo más ajustado posible dentro de las limitaciones propias de la
niña.

En primer lugar, un psicólogo debería haber realizado de forma mucho más temprana la
detección de las principales deficiencias mediante las pruebas de desarrollo oportunas.
Una vez realizado el correcto diagnóstico, se habría fijado un programa concreto con una
serie de objetivos delimitados en cada una de las áreas donde aparecían dificultades.

Por los datos de los que disponemos, lo correcto habría sido comenzar con una
intervención con psicólogo, logopeda y fisioterapeuta.

El psicólogo habría sido el encargado de potenciar todos aquellos aspectos cognitivos que
se encontraran mermados. Para ello se habrían ido trabajando cada uno de los objetivos
marcados por cada etapa evolutiva acompañado del adecuado apoyo emocional para

-pág. 28-
Rodríguez, Rocío

evitar la frustración de la niña. Básicamente los ejercicios se habrían centrado en las


áreas perceptivas- manipulativa, lógico- matemática y memoria.

Mediante la estimulación con el logopeda se habría trabajado todo el área del lenguaje,
para la mejora de las dificultades verbales, por medio de los ejercicios correspondientes.
Al igual que el fisioterapeuta habría sido el encargado de trabajar el área motora.

Lo fundamental habría sido conseguir el máximo desarrollo de la autonomía de la niña. Ya


que lo que se persigue con la estimulación es que dentro de las limitaciones propias de
cada niño, éste sea capaz de desenvolverse de forma independiente y eficaz en el futuro.

5. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN

PAUTAS DE ACTUACIÓN EN PADRES DE NIÑOS PREMATUROS

Como se ha podido comprobar mediante el caso aportado, muchas veces una mala
actuación por parte de los padres dificulta la rápida intervención en los niños prematuros
con problemas de desarrollo. Por esta razón parece oportuno indicar una serie de pautas
que se deberían seguir con los padres de estos niños. Las diferentes fases que
podríamos incluir para actuar de forma correcta son las siguientes:

- Información médica sobre posibles secuelas de la prematuridad.

- Aportación de una guía con los principales hitos del desarrollo infantil, para el
seguimiento adecuado de la evolución de su hijo en colaboración con el pediatra.

- Conocimiento sobre qué es la Atención Temprana y los especialistas que la


forman.

- Comunicación adecuada con el profesorado del niño para conocer si se está


desarrollando de forma correcta.

- En el caso de aparición de déficits ponerlo en conocimiento del pediatra para


realizar la derivación al profesional adecuado.

En primer lugar es fundamental que desde el momento del nacimiento de un bebé


prematuro se informe a los padres que esta temprana forma de venir al mundo puede
acarrear posibles secuelas en el futuro, y que aunque tales consecuencias no tienen por

-pág. 29-
Rodríguez, Rocío

qué aparecer en su bebé es importante que permanezcan atentos al desarrollo del niño.
Para ello se les puede entregar un calendario con la aparición de los principales hitos
evolutivos en el niño durante los primeros años, para que permanezcan atentos al
desarrollo de su hijo.

En función de las investigaciones estudiadas18 lo lógico sería establecer el siguiente


calendario:

- 2 meses: Sostener la cabeza. Gorjeo.

- 3 meses: Percepción de sonidos, fijación y seguimiento con la vista.

- 5 meses: Sedestación con apoyo.

- 6 meses: Entender gestos. Repetición de sílabas.

- 7 meses: Sedestación sin apoyo. Dar palmas.

- 8 meses: Conocimiento de familiares (Comienzan a extrañar).

- 9 meses: Conocer su nombre. Decir adiós con la mano.

- 10 meses: Gateo.

- 10- 12 meses: Comunicación mediante la palabra-frase.

- 12 meses: Andar con apoyo. Utilización de 3 palabras.

- 13 meses: Bipedestación autónoma.

A partir de estos ítems evolutivos se consideran signos de alarma en el desarrollo del


niño19:

- 1 mes: No reaccionar a los ruidos.

- 3 meses: No seguir con la mirada.

- 6 meses: No sostener la cabeza o no balbucear.

- 9 meses: No mantenerse sentado o no emitir bisílabos.

- 12 meses: No tener vocabulario de dos palabras con o sin significado.

18
Amiel-Tison, C., & Gosselin, J. (2006). Desarrollo neurológico de 0 a 6 años. Etapas y Evaluación. Madrid:
Narcea, S.A de Ediciones.
Berger, K. S. (2007). Psicología del Desarrollo. Infancia y Adolescencia (7ª ed.). Editorial Médica
Panamericana.
19
Gutiez Cuevas, P. (2005). Atención Temprana. Prevención, detección e intervención en el desarrollo (0- 6
años) y sus alteraciones.Editorial Complutense.
-pág. 30-
Rodríguez, Rocío

- 15 meses: No andar o no tener vocabulario de tres o cuatro palabras con o


sin significado.

Gracias a esta información los padres detectarán de forma sencilla cuando su hijo no se
está desarrollando de forma correcta y podrá llevar un seguimiento más completo en
colaboración con el pediatra y consultar aquellas dudas que tengan partiendo de unos
conocimientos mínimos. En ocasiones las visitas al médico se centran únicamente en
valorar cuando el niño está enfermo y el pediatra no posee el tiempo necesario para
considerar otros aspectos evolutivos. Si los padres están informados sobre la aparición de
determinadas habilidades será mucho más fácil ayudar al pediatra a diagnosticar posibles
déficits. En este calendario se les explicarán además conceptos como el de edad
corregida y la importancia de tener en cuenta ésta en lugar de la edad cronológica hasta
los dos años a la hora de valorar la evolución del niño prematuro.

Tras esta investigación he llegado a la conclusión de que la Atención Temprana puede ser
una de las soluciones para lograr que el desarrollo infantil de estos niños evolucione
positivamente y sufra un menor retraso respecto a la de otros niños que no son
prematuros. Esto implica que sea necesario que los padres conozcan lo que es la
Atención Temprana. Por lo que también será de utilidad adjuntarles una información
mínima que les permita el conocimiento de esta disciplina y cómo puede ayudar a los
niños prematuros. Dicha información podría ser elaborada por los mismos centros de
Atención Temprana y distribuida en cada hospital. En ella se explicarían los diferentes
especialistas que forman parte de esta disciplina (psicólogos, pedagogos, fisioterapeutas
y logopedas), las funciones que realiza cada uno y a cuál de ellos es necesario acudir en
función del área o áreas en la que el niño presente dificultades.

En función de las áreas en las que el niño muestre carencias necesitará diferentes
especialistas. Si el niño presenta problemas motores la intervención la realizaría el
fisioterapeuta, si tiene trastornos del lenguaje y fonéticos el logopeda, el psicólogo se
encargaría de las alteraciones emocionales y de conducta y por último, las dificultades
cognitivas y del aprendizaje serían tratadas por el psicólogo o pedagogo.

Además, por medio de esta información se les hará ver la importancia que puede tener en
el futuro una buena y rápida detección de las dificultades del niño. Considero que si en
muchos casos los padres no saben actuar de la forma adecuada es principalmente por
falta de conocimiento. Por lo que es necesario ofrecerles todos los medios disponibles
para poder comenzar con la intervención lo antes posible. De esta forma cuando el niño
comience la escolaridad los padres podrán hablar con los maestros para darles a conocer
-pág. 31-
Rodríguez, Rocío

que son conscientes de los problemas evolutivos que puede presentar su hijo y
colaborarán de forma más activa y acertada con el centro educativo. Esta comunicación
deberá darse desde el comienzo de la etapa escolar mediante una entrevista personal
con los padres antes de la escolarización y reuniones establecidas periódicamente a lo
largo del curso escolar. Muchas veces los profesores se sienten cohibidos a la hora de
dar feedback negativo sobre el desarrollo del niño y de esta forma les será mucho más
fácil.

En el caso de la aparición de déficits sensoriales, motores, cognitivos o conductuales los


padres serán capaces de detectarlos gracias a la información aportada en el calendario
de adquisición de hitos evolutivos, ponerlo en conocimiento del pediatra y del maestro y a
partir de ahí poder acudir al especialista pertinente y derivar en caso necesario a un
centro de Atención Temprana.

Una vez que los padres estén siendo guiados por profesionales será más fácil que una
vez pasados los 6 años el seguimiento del desarrollo del niño sea más global con el fin de
evitar problemas educativos, conductuales y emocionales futuros.

La prevención por medio de la concienciación a los padres y la rápida detección de las


dificultades es la forma más efectiva de poder actuar con estos niños.

5.1. Evaluación de las pautas propuestas a los padres

En base a las diferentes investigaciones se puede concluir que la aportación de una serie
de pautas a seguir por parte de los padres de niños prematuros resulta eficaz, ya que en
el caso de aparecer déficits en estos niños se ha demostrado que la aplicación de un
programa de Intervención Temprana resulta provechoso para ellos.

Es fundamental permanecer atento ante los diferentes signos de alarma que indican que
el niño prematuro no se está desarrollando como debería. Y el adecuado conocimiento de
los hitos evolutivos normativos por medio de las escalas de desarrollo ayudará a
detectarlos.

Para ayudar a la detección de las dificultades que aparezcan en el niño prematuro los
padres podrían llevar un registro en el que comparar las adquisiciones evolutivas de los
niños nacidos a término y las de su hijo. De forma que en el caso de tener que acudir al

-pág. 32-
Rodríguez, Rocío

especialista al observar retrasos en el desarrollo, quede bien anotado cuáles son y las
fechas de cada uno de ellos. Realizando un historial del niño.

En este registro del desarrollo se anotarían las principales adquisiciones evolutivas


obtenidas por el niño indicando el mes de obtención, así como sus principales progresos,
teniendo en cuenta la edad corregida del niño hasta los dos años y posteriormente la
edad cronológica.

Es cierto que muchos de estos problemas no son fáciles de detectar de los 0 a los 6 años,
pero si sabemos que existe una población específica que tiene mayor probabilidad de
sufrir déficits, es imprescindible estar alerta con el fin de poder detectar alteraciones en el
desarrollo. Ya que un diagnóstico acertado en el momento oportuno puede evitar
dificultades futuras. Y se ha comprobado mediante numerosos estudios como la
Intervención en Atención Temprana puede ayudar a ello.

Una vez que se conoce una problemática, conviene identificar qué individuos de la
población la sufren para ser estudiada, quizás el problema como en la mayoría de los
casos es el económico. Los centros de Atención Temprana están sobresaturados y se les
da preferencia a los niños más pequeños con patologías más graves.

Se ha llegado a la conclusión de que lo que falta es concienciar a la sociedad de que


algunos de los problemas que se desarrollan en la edad adulta podrían verse mitigados si
se interviene lo más pronto posible. En muchas ocasiones no existe conciencia de lo que
una pequeña deficiencia, que podría haber sido atenuada en los primeros años, puede
acarrear en el futuro.

6. CONCLUSIONES

La propuesta de intervención planteada está basada en la consecución de un objetivo


general al que se ha llegado por medio de objetivos específicos.

El objetivo general de partida era:

- Determinar unas pautas de actuación para que los padres de niños


prematuros valoren la eficacia de la Atención Temprana como intervención
positiva en los niños.

-pág. 33-
Rodríguez, Rocío

Para el cuál, mediante la aportación de un caso específico de prematuridad se ha


comprobado que el desconocimiento de los padres no permitió la intervención temprana.
Con el fin de corregir este error común se han establecido diferentes fases por las que
debe pasar la actuación de los padres de niños prematuros.

En primer lugar se ha llegado a la conclusión de que una correcta información médica


sobre las principales secuelas de la prematuridad puede resultar beneficiosa. Por lo que
es conveniente que los padres cuenten con una guía donde aparezcan los principales
hitos evolutivos del desarrollo infantil con el fin de obtener un seguimiento adecuado del
niño en colaboración con el pediatra. Se aconseja que lleven además un registro de los
hitos evolutivos.

También es necesario dar a conocer en qué consiste la Atención Temprana y los


especialistas que la forman. Ya que gracias a esta información, los padres podrán tener
una comunicación más adecuada con el profesorado del niño y ayudar a detectar de
forma satisfactoria los déficits que aparezcan. De esta forma podrán ponerlo en
conocimiento del pediatra y derivar al especialista correspondiente.

Para poder llegar a la consecución de este objetivo general ha sido necesario el desarrollo
de otros más específicos:

- Describir de forma general las características del niño prematuro.

La clasificación de los niños prematuros se realiza en función del peso al nacimiento,


considerándoles como de bajo peso, de muy bajo peso o de extremo bajo peso. Así como
también a partir de la edad gestacional diferenciando entre recién nacido prematuro,
prematuro extremo y recién nacido prematuro muy extremo.

Los niños prematuros presentan además inmadurez funcional y de desarrollo de los


órganos principales, lo que pueden conllevar diferentes secuelas.

El siguiente objetivo específico que se ha desarrollado consiste en:

- Identificar las principales secuelas de los niños prematuros y determinar las


posibles alteraciones de los niños prematuros en el desarrollo sensorial, motor,
cognitivo, emocional y conductual.

El niño prematuro desde su nacimiento puede presentar complicaciones para el desarrollo


de las principales funciones vitales relacionadas con alteraciones sensoriales, motoras,
cognitivas, emocionales y de la conducta. Las dificultades médicas que se encuentran en
estos niños al nacer pueden evolucionar de forma positiva o por el contrario

-pág. 34-
Rodríguez, Rocío

desencadenar en el futuro dificultades evolutivas que impidan un correcto desarrollo


escolar.

Se ha visto cómo en relación a las alteraciones sensoriales, en los niños prematuros


aparecen déficits visuales y auditivos. Presentando dentro del campo visual mayor
incidencia que los niños nacidos a término en diferentes patologías como ceguera,
defectos en la visión de los colores, estrabismo y problemas de refracción como la
hipermetropía, miopía y astigmatismo. También a nivel auditivo, la frecuencia de los
problemas de hipoacusia, que es la pérdida parcial de la capacidad auditiva, aumenta a
menor edad de gestación.

Asimismo en los niños prematuros existe mayor incidencia de problemas motores, siendo
más probable la aparición de parálisis cerebral en los niños con menor edad de gestación.
Y surgiendo con mayor frecuencia en estos niños alteraciones en el tono, tales como
hipertonía transitoria y retraso motor simple.

En relación a otro tipo de secuelas se ha encontrado que las alteraciones cognitivas son
la discapacidad más frecuente en los niños prematuros y variable predictiva de las
dificultades de aprendizaje y el bajo rendimiento escolar. En ellos se ha encontrado mayor
prevalencia de alteraciones cognitivas, de inteligencia, memoria y lenguaje. Además, sus
resultados académicos son inferiores, especialmente en lectura y matemáticas.

Los problemas emocionales y de conducta también guardan relación con el grado de


inmadurez o el bajo peso al nacer. Existe mayor riesgo que en los niños nacidos a término
de sufrir problemas emocionales, de conducta o de atención, siendo más frecuente el
TDAH ( Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad) y los problemas de conducta
(conductas agresivas, destructivas y de enfrentamiento), tendencia al aislamiento, timidez,
ansiedad y depresión.

- Comparar la adquisición de algunos hitos evolutivos de un niño nacido a


término con el de un niño prematuro.

Para saber si un niño se está desarrollando de forma adecuada se utilizan las escalas de
desarrollo, ya que a través de ellas podremos conocer si el niño está madurando de forma
correcta. Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar al niño prematuro
mediante una escala de desarrollo es el concepto de edad corregida. Para ello se resta a
las semanas de un nacimiento a término (40), las semanas de edad gestacional y ésta es
la cifra que habrá que restar a la edad real.

-pág. 35-
Rodríguez, Rocío

Las adquisiciones evolutivas de los niños prematuros se miden en función de la edad


corregida hasta los dos años. En los niños nacidos a término por el contrario se evalúan
en función de la edad biológica.

Se ha comprobado que en los niños prematuros existen diferencias en la obtención de


adquisiciones del desarrollo relacionadas con el equilibrio estático, equilibrio dinámico,
desarrollo de la percepción y sociabilidad así como también en el habla.

- Comprender en qué consiste la intervención en Atención Temprana.

La Atención Temprana es el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de


0 a 6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto
posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con
trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones,
que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de
profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar, entre los que están
incluidos psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, fisioterapeutas, logopedas,
especialistas en psicomotricidad, estimuladores y terapeutas ocupacionales.

- Conocer los beneficios que pueden tener los programas de Atención Temprana
en los niños prematuros. Y defender la eficacia de esta disciplina en el niño
prematuro mediante el conocimiento de las dificultades que presentan y los
resultados positivos de la rápida intervención.

En base a diferentes investigaciones se ha establecido que el seguimiento de un


programa de intervención en Atención Temprana afecta de forma positiva y significativa al
desarrollo cognitivo de los niños prematuros. Los niños alcanzan mejores puntuaciones en
CI y mejoran en las adquisiciones motoras.

Para confirmar los efectos de los programas de Atención Temprana es preciso hacer
seguimientos a largo plazo. También el comienzo de la intervención lo antes posible es
uno de los factores que determina la eficacia de los programas de Atención Temprana y
consigue resultados más significativos.

- Plantear una serie de pautas a seguir para ayudar a los padres de niños
prematuros en la aplicación de programas de Atención Temprana.

Las diferentes fases incluidas para actuar de forma correcta con niños prematuros
consisten en primer lugar en proporcionar información médica sobre las posibles secuelas
de la prematuridad, aportando una guía con los principales hitos del desarrollo infantil

-pág. 36-
Rodríguez, Rocío

para lograr un seguimiento adecuado de la evolución de su hijo en colaboración con el


pediatra. Así como una guía explicativa que les permita el conocer la Atención Temprana,
cómo puede ayudar a los niños prematuros y que especialistas la forman.

Esta información les permitirá una comunicación más eficaz con el profesorado del niño
que les ayudará a conocer si éste se está desarrollando de forma correcta y en caso de
no ser así poder ponerlo en conocimiento del pediatra y realizar la derivación al
profesional adecuado.

- Evaluar la propuesta de intervención planteada.

En base a las diferentes investigaciones se puede concluir que la aportación de una serie
de pautas a seguir por parte de los padres de niños prematuros resultará eficaz. Este
conocimiento ayudará a la detección de las deficiencias existentes lo antes posible, por lo
que se podrá intervenir de forma más temprana, mejorando el desarrollo global de estos
niños.

La utilización de un registro en el que se anoten las adquisiciones evolutivas que va


consiguiendo el niño ayudará en la comparación con el grupo normativo y en la detección
de los signos de alarma evolutivos.

7. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

Lo fundamental sería continuar investigando sobre las principales consecuencias de los


partos prematuros e intentar prevenirlos desde la medicina. Pero una vez que se
producen poder contar con todos los recursos disponibles para garantizar una adecuada
intervención. Para ello se deben poner en marcha diferentes procedimientos de actuación
y conocer cuál es el más eficaz para cada niño en función del área de desarrollo donde
presente dificultades.

También puede ser conveniente establecer la obligación de evaluar a todos los niños
mediante escalas de desarrollo para conocer si su desarrollo evolutivo es el adecuado.
Para ello la creación de equipos psicopedagógicos en todos los centros de Educación
Infantil sería algo primordial.

Es pertinente y necesaria una mayor prevención en relación a la importancia de los


primeros años. Aspecto que no se está cuidando del todo.

-pág. 37-
Rodríguez, Rocío

Se podría averiguar de qué modo el hecho de distribuir de forma gratuita, en hospitales y


centros educativos calendarios evolutivos puede contribuir a la mejora de la detección de
adquisiciones del desarrollo desajustadas.

Se observa también la conveniencia de un aumento de las aportaciones económicas para


estas investigaciones dado que el número de niños prematuros va en aumento y se
ahorraría en tratamientos futuros.

Sería interesante un estudio más extenso que el que se presenta para lograr conocer en
que medida la Atención Temprana es eficaz. Desarrollando estudios sobre cuáles son los
aspectos concretos en los que esta disciplina puede ayudar. Así como plantear diferentes
programas especializados en función de las necesidades de los niños prematuros.

La Atención Temprana es una metodología incipiente y cualquier mejora en este sentido


es significativa. Sería interesante seguir estudiando los beneficios que esta aporta y crear
diferentes programas de intervención basados en cada dificultad específica.

Puede ser importante idear diferentes modos de dar a conocer esta disciplina para
concienciar a la sociedad de los beneficios que empieza a generar.

-pág. 38-
Rodríguez, Rocío

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