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El NOTARIO PUBLICO Y LA ETICA PROFESIONAL EN EL

EJERCICIO DE SUS FUNCIONES


UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD (UTE)

ESCUELA DE DERECHO

CARRERA
LICENCIATURA EN DERECHO

ASIGNATURA
DERECHO NOTARIAL

TEMA
El NOTARIO PUBLICO Y LA ETICA PROFESIONAL EN EL EJERCICIO DE SUS
FUNCIONES

FACILITADORA
CRUZ MARIA HENRIQUEZ

PARTICIPANTES
THELMA PICHARDO 1995-2016
TEOFILO TAVARES 2001-7039
MARTINA CASTRO 2016-00504
CARLOS CRUZ 2017-00028
SILVIA TEJEDA 2017-00073

FECHA
10 DE OCTUBRE DEL 2020
SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA
INDICE

INTRODUCCIÓN..................................................................................................................... 1
DESCRIPCIÓN DEL TEMA.....................................................................................................3
CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA............................................................4
1.1 Contextualización de la Investigación........................................................................4
1.1.1 Sistematización del problema.............................................................................4
1.2 Objetivo general........................................................................................................4
1.2.1 Objetivos específicos..........................................................................................4
1.3 Justificación de la investigación.................................................................................5
CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL...............................................................7
2.1 Antecedentes............................................................................................................. 7
2.2 Términos.................................................................................................................... 9
CAPÍTULO III DISEÑO METODOLOGICO......................................................................10
3.1 Tipo de Investigación...............................................................................................10
3.2 Métodos de la Investigación....................................................................................10
3.3 Fuentes y técnicas para la recolección de la información........................................10
CAPÍTULO IV DESARROLLO DEL TEMA......................................................................11
4.1 Ética en el Ejercicio del Profesional.........................................................................11
4.2 Aspecto de la Ética en la Función Notarial..............................................................13
4.3 Deberes Profesionales del Notario..........................................................................15
4.3.1 Código De Ética Del Profesional Del Derecho de la República Dominicana.....17
4.4 Sanciones Aplicables a las Violaciones en el Ejercicio de la Funciones del Notario
Público............................................................................................................................... 18
CONCLUSIÓN....................................................................................................................... 21
BIBLIOGRAFIA..................................................................................................................... 23
INTRODUCCIÓN
En este trabajo hablaremos sobre la ética del notario público, dándole un lugar
de preferencia, en nuestra materia, el derecho notarial, en la cual advertimos que ser
ético, no sólo como virtud personal, sino en el trabajo profesional del día a día, es la
base fundamental sobre el que se asienta la función notarial. Éste es el requisito
base para quién pretende ejercer el derecho notarial, ya que el sistema legal de
nuestro país ha depositado en el notario público toda su confianza, permitiendo a
través de su desempeño, con la fe pública, imprimir de verdad casi absoluta, los
instrumentos que de él emanan, indicando además que su labor está avalada por
una ley de orden público e interés social, dando así uno de los máximos aportes a la
seguridad jurídica.

La ética encaja en el fundamento de lo que es el derecho notarial, y en todos y


cada uno de los objetivos y metas. Con ello a lo largo de la práctica notarial, en cada
unidad y dentro de cada tema, se analiza el aspecto deontológico del accionar
notarial.

Consideramos imprescindible, que el aspirante antes del ingreso a la función


notarial, se despoje de la idea errónea que pueda tener de lo que es la función
notarial, que se forme, estudie, conozca, y en consecuencia se prepare sobre el
comportamiento que se espera profesionalmente de él, que se cuestione
diariamente, hasta tener muy en claro, cuál es la razón de ser de su profesión frente
a la sociedad, y en consecuencia se empape del rol que desempeña el escribano.

Conforme a lo expresado precedentemente, consideramos importante la


formación académica no sólo en el aspecto científico y práctico, pero sostenemos
que debemos buscar además la elevación del nivel ético general e individual.
Consideramos imprescindible para ello, el rol que desempeña la universidad a través
de la formación académica del futuro profesional; como así también, el papel que
deben librar los colegios profesionales, frente a la conducta de sus asociados, tanto
en un accionar preventivo como sancionador frente a la comisión de faltas de ética,
encauzando de ese modo el ejercicio profesional dentro de las conductas normadas.

1
Frente a ello nos parece de fundamental importancia, más allá de la existencia
de un código de ética, y como medio para contribuir a racionalizar los principios
éticos, poner en curso los medios preventivos, a efectos de que los mismos cobren
verdadera entidad e importancia, lo que ocasione que las normas éticas sean
cumplidas por hábito, espontáneamente, porque libremente se valoren los principios
deontológicos, como inherentes al ser notarial, como formando parte de la esencia
misma del notario y no por miedo a una sanción.

Debemos valorar y jerarquizar los principios éticos, respetando al prójimo, a la


sociedad, y la comunidad toda, prestando nuestro servicio profesional conscientes
del rol para el que fuimos llamados, con toda la responsabilidad que se nos otorgó,
honrando nuestra carrera, con transparencia y culto a la verdad, ajustando nuestro
accionar estrictamente a las leyes.

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DESCRIPCIÓN DEL TEMA
EL NOTARIO PUBLICO Y LA ETICA PROFESIONAL EN EL EJERCICIO DE SUS
FUNCIONES.
Todos los trabajos lícitos del hombre requieren una responsabilidad y ésta, a
su vez, una conducta ética como efecto, pero es cierto que la importancia de
determinados oficios reclama mayor responsabilidad por la complejidad de la tarea,
lo cual impone una mayor conducta moral, porque se convierten en depositarios de la
confianza que necesariamente deben dispensarle los requisitos del trabajo, tarea o
servicio. La ética notarial es la ciencia o tratado de los deberes morales que debe
seguir el notariado en el ejercicio de su profesión.

La ética notarial, por sobre toda regulación, puede resumirse en virtud de


obrar con prudencia y sensatez, dentro de una estricta honradez. Y la sensatez
consiste en saber distinguir el bien del mal.

El notariado requiere que sus miembros tengan una conducta moral


intachable, entre otras cualidades, porque si carece de esas virtudes, las finalidades
de la institución no se cumplen. Por supuesto, que no es la única cualidad
reclamada, pero es uno de los requisitos indispensables.

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CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 Contextualización de la Investigación.


Con la nueva ley 140-15 del Notariado e instituye el Colegio Dominicano de
Notarios, el notariado ha dado un paso adelante, basado en una economía cada vez
más competitiva que genera una necesidad de actualización y adecuación a la
normativa que por más de 50 años rigió la actuación de los notarios.

Ha sido esta necesidad de adecuación a la profesionalización del notario que


cada día impulsa los cambios en la economía, que en el notario van de la mano con
su quehacer ético y moral poniendo el alto en cada actuación la fe pública que le es
otorgada por mandato de la ley tanto en los actos atenientes al Estado como en los
actos privados.

1.1.1 Sistematización del problema

1. ¿Qué se conoce como ética en el ejercicio del profesional?


2. ¿Cuáles son los aspectos de la ética en la función notarial?
3. ¿Cómo deben ser los deberes profesionales del notario?
4. ¿Cuáles son las sanciones aplicables a las violaciones en el ejercicio de las
funciones del notario público?

1.2 Objetivo general


Establecer la importancia de la ética profesional en el ejercicio de las funciones del
notario público

1.2.1 Objetivos específicos


1. Explicar la ética en el ejercicio del profesional.
2. Establecer los aspectos de la ética en la función notarial.
3. Indicar como debe ser los deberes profesionales del notario.
4. Mencionar las sanciones aplicables a las violaciones en el ejercicio de las
funciones del notario público.

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1.3 Justificación de la investigación
Debido a la magnitud de la importancia que tiene la fe pública que delega el
Estado en el Notario, la cual debe observar permanentemente y que de manera
ineludible debe conocer la base filosófica de la ley que rige al notariado, cuyos
principios aluden a la ética en la actuación, los cuales se utilizan para aplicar e
interpretar la ley, como son:

Los fundamentos del notariado, refiriéndose a las actuaciones notariales en la


República Dominicana asimilan y fortalecen los principios, leyes, normas y
costumbres del notariado de tipo latino.

La actuación notarial, sus actuaciones se caracterizan por la imparcialidad,


confiabilidad, eficiencia, eficacia y apego irrestricto a las normas que integran el
ordenamiento jurídico nacional;

Los Instrumentos notariales, que son las actas auténticas que recogerán las
actuaciones de los notarios de manera regular; y los actos bajo firma privada serán la
excepción para los asuntos de menor transcendencia;

Control notarial. El Colegio Dominicano de Notarios ejercerá la vigilancia


permanente para garantizar el cumplimiento de los principios éticos, morales y
legales en todas las actuaciones notariales. La Suprema Corte de Justicia ejercerá la
más alta función de sanción disciplinaria;

La institucionalidad notarial, la cual señala que los notarios deben asumir


como asunto de alta prioridad el desarrollo y fortalecimiento de la institución notarial.

La rectitud notarial, cualidad indispensable de los notarios están


comprometidos a observar los principios constitucionales y las normas de carácter
ético, tanto en sus actuaciones profesionales, como en su vida pública y privada;

La igualdad. Se prohíbe la discriminación por razones de raza, religión,


ideología, color, género y cualquier otra condición;

La seguridad jurídica. Los notarios, investidos de fe pública y apegados al


principio de legalidad, procuran en el ejercicio de sus funciones dotar de seguridad

5
jurídica las actuaciones en las que participen para el bien y la transparencia de la
actividad económica y el desarrollo de las actividades legales en la República
Dominicana;

El impulso de la función notarial. Es obligación del Colegio Dominicano de


Notarios procurar e impulsar el ejercicio de la función notarial en las instituciones
públicas y privadas.

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CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL

2.1 Antecedentes
Vinculados al descubrimiento de América, del derecho notarial de la época
colonial, se conocen algunos casos de escribanos o notarios que de alguna forma
intervinieron en el descubrimiento y primeros actos de la conquista española;
señalando como el primer notario de América a Don Rodrigo de Escobedo, escribano
de cuadra y del consulado del mar. Posteriormente, Hernán Cortés, conquistador de
Méjico, quien ejerció la escribanía en esta isla, fue notario en Azua.

Durante el resto del tiempo de la colonia, la situación de nuestro notariado no


registró ningún cambio, hasta el 1821 con la independencia efímera de Núñez de
Cáceres, y la consecuente ocupación del país en 1822 por los haitianos. A partir de
esa fecha entraron a regir los códigos franceses en el país. Cuando se proclama la
independencia de la república en 1844, la adopción de los códigos franceses era
prácticamente una realidad.

Los principales aportes a partir de entonces son los siguientes:

El 17 de agosto de 1844 se ordena por primera vez la impresión de papel


sellado con el escudo dominicano, disponiéndose que debían redactarse en papel
timbrado y ante notario “Todos los actos y documentos civiles, judiciales,
extrajudiciales entre partes y bajo firma privada”.

El 11 de mayo de 1857 el presidente Buenaventura Báez, promulgó la primera


ley de escribanías públicas, Ley No. 472; es la primera ley de notariado del país.

José Furcy Castellanos fue el primer profesional graduado de la Escuela de


Notarios adscrita a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas del instituto
Profesional.

Después del retroceso durante la anexión a España, se creó el primer registro


público de actos traslativos de propiedad y derechos reales.

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En 1866 se deroga la ley 472 y de promulga la 966 que dedicaba su capítulo
XVII a los escribanos públicos.

El 28 de julio del 1900 el presidente Juan Isidro Jiménez, promulga la Ley No.
4037 del Notariado; indica esta ley que la designación de los notarios debe hacerla la
SCJ, así como las normas que los rigen, lo relativo a los protocolos y las tarifas por
su actuación. Esta ley se consideró como una copia de la Ley francesa o Ley del 25
Ventoso.

Durante la ocupación militar norteamericana, se emitieron varias Órdenes


Ejecutivas: la 145 y la 192 relativas a los notarios y procedimientos notariales.

El 8 de noviembre de 1927, posterior a la ocupación norteamericana, el


presidente Horacio Vásquez, promulga la Ley 770 sobre el Notariado contentiva de
63 artículos y 5 capítulos. ley que se mantuvo vigente durante los años del trujillato.

El 18 de junio de 1964 fue promulgada por el triunvirato la Ley No. 301 que
reguló la función notarial en la República Dominicana., que se mantuvo vigente por
51 años. Esta ley contenía seis capítulos referentes a: Los Notarios; Las Actas
Notariales y su Redacción; El Protocolo; La Legalización de Firmas; Disposiciones
Generales; y, Tarifa de Honorarios. Esta ley, dio una definición legal de notario, del
sello notarial, quienes son notarios, su nombramiento, requisitos para serlo,
destitución, sanciones disciplinarias, licencia, incompatibilidades, prohibiciones,
responsabilidad penal, tarifas, protocolos y conservación, nulidades y otros.

En los años posteriores se hicieron modificaciones a esta ley, mediante otras


leyes, como fueron:

 Ley 195 del 10 de agosto de 1968, sobre afectación de inmuebles;


 Ley 145 del 6 de junio del 1971, que permite a los jueces de paz fungir como
notario, cuando en su demarcación no exista alguno;
 Ley 108 del 15 de enero de 1980, que modifica apartados A y B de la Ley de
Bancos, autorizando por acta notarial el retiro bancario en caso de
fallecimiento de del titular de la cuenta;

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 Ley 86 del 1989, que adiciona un párrafo a un artículo para enmendar un error
de la 301;
 Ley 89-05 del 24 de febrero del año 2005, que crea el Colegio de Notarios,
como institución moral de carácter público, con personalidad jurídica y
patrimonio propio.

Finalmente, el 22 de julio del año 2015 fue promulgada por el presidente


Danilo Medina la Ley 140-15 del Notariado e instituye el Colegio Dominicano de
Notarios, la cual deroga la ley 301 89-05 y modifica parte del Art. 9 de la Ley 716 del
1944 sobre Funciones Públicas de los Cónsules Dominicanos.

2.2 Términos
1. Actas Notariales
2. Acto Auténtico
3. Compulsa
4. Ética
5. Fe Publica
6. Folio
7. Libro Índice
8. Notario Público
9. Protocolo
10. Secreto Profesional

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CAPÍTULO III DISEÑO METODOLOGICO

3.1 Tipo de Investigación


Este trabajo está basado en la investigación documental, en virtud de que
todas las informaciones fueron recopiladas a través de textos, consultas de blog y
libros relacionados con el Derecho Notarial y el Código de Ética.

3.2 Métodos de la Investigación


En cuanto al método de investigación para el desarrollo del contenido se
utilizó el método de carácter descriptivo y documental, de forma tal, que podamos
desglosar los aspectos más importantes de la ética profesional del notario público.

3.3 Fuentes y técnicas para la recolección de la información


La fuente utilizada es secundaria, ya que para la recopilación de esta
investigación utilizamos la lectura de textos y de páginas de internet.

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CAPÍTULO IV DESARROLLO DEL TEMA

4.1 Ética en el Ejercicio del Profesional


La notaría es el ejercicio que la ley confiere al notario en funciones vitalicia
como oficiales públicos, para recibir los actos a los cuales deba o quiera dar carácter
de autenticidad, lo que obliga a este funcionario a llevar sobre sus hombros el más
noble instrumento de la dignidad.

Citando alguna de las tantas definiciones plasmadas en el diccionario


podemos definir a La ética, como la Ciencia que estudia las acciones humanas en
cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud.

En general toda ética pretende determinar la conducta ideal del hombre, se


divide en Ética General, la cual estudia los principios de la moralidad, y ética
específica, o deontológica, la que desarrolla los deberes que se imponen al hombre
según distintos aspectos en que se despliega su vida.

Deontología: Tratado de los deberes de un profesional. Puede decirse


entonces, que la ética profesional estudia las normas vinculantes recogidas de la
deontología profesional, sugiere aquello que es deseable y condena lo que no debe
hacerse, mientras que la Deontología, cuenta con herramientas administrativas para
garantizar que la profesión se ejerza de manera ética.

Siguiendo a Jaime Barylko, podemos definirla como: “La conjunción


equilibrada y jerarquizada de los valores, entendiendo que los valores, son las
señales en el camino en las que nos apoyamos para tomar decisiones”, valores éstos
que como se dijo anteriormente deben tener una jerarquía, y que hoy en día no
existe.- Tal como lo expresamos anteriormente, esto se debe en la actualidad a la
ausencia de autoridad, mientras que en otros tiempos la autoridad de las
reglamentaciones sociales solo podía justificarse de dos maneras, o eran parte de la
tradición (lo que nuestros antepasados habían hecho) , o expresaban y enmarcaban
la voluntad de Dios. Con posterioridad se suplantan estas dos formas de autoridad,
por la autoridad de la razón y porque así lo dictamina la misma. En este sentido el
autor, opina que hoy tampoco la autoridad de la razón existe, encontrándose solo
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individuos sueltos, cada uno justificando a su manera las elecciones valorativas, o
bien sin justificarlas, es decir individuos desintegrados, con lazos rotos, donde no hay
superior ni inferior, no hay deber, generando la llamada crisis de valores de estos
tiempos.

La ética anida en la conciencia moral de todo ser humano, sirve de motor, de


freno, de dirección, según los casos al momento de actuar. El comportamiento ético
no es ajeno al ejercicio profesional, el elemento ético es un componente inseparable
de la actuación profesional, siendo necesario tener un conocimiento especializado en
la materia de que se trate, una destreza técnica al aplicarlo al problema que se
quiere resolver, y un cauce de la conducta del profesional.

La ética no es exclusiva de los profesionales, concierne a toda actuación


humana, pero compromete con mayor énfasis a quienes han tenido el privilegio de
una formación de nivel superior a costa de toda la sociedad que ha debido contribuir
a ella y que espera una actuación correcta de quienes disfrutan de esa preferencia.

Desde la universidad, agente receptor, generador, y transmisor de la cultura


de los pueblos, se debe inculcar a los estudiantes ese patrimonio de valores, y que,
por lo tanto, la misma debe enseñar no sólo a ejercer una profesión, sino a ejercerla
bien, impartiendo la formación ética con la jerarquía que ella lo merece.

Si bien es cierto que la formación ética llega por otros cauces, creemos que
cada profesión afronta problemas conductuales específicos, que difícilmente se
puedan resolver correctamente si no se los ha previsto, analizado, estudiado y
conocido en la etapa formativa, pues con que confianza se le puede exigir a un
profesional cumplir con las reglas de su código de ética, si ni siquiera lo conoce. La
actuación profesional antiética afecta no solo a quien la sufre, sino que daña
notoriamente el prestigio de la respectiva profesión, y sobre todo lastima a la
comunidad, pues erosiona la confianza pública que es el cimiento necesario para el
ejercicio de toda profesión, frustrando la esperanza de un correcto servicio al que
toda Sociedad tiene derecho por haber contribuido a formar profesionales.

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De allí la necesidad de ser ético con los clientes, los colegas, el Estado, y con
la comunidad toda. Toda profesión no es solo un modo de ganarse la vida y
realizarse personalmente, lo que constituye la dimensión individual de la misma, sino
que también tiene un fin social, que consiste en servir adecuadamente a las
necesidades que la sociedad debe satisfacer para posibilitar el bien común.

Por ello cada profesional tiene la obligación de convertirse en medio ejecutor


de su investidura, para lo cual es necesario disciplinar su actuación técnica y
científica, perfeccionar el carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas
éticas. Entre los principales deberes profesionales podemos mencionar la honradez,
el estudio, la investigación, la cortesía, la discreción, el carácter, la distribución del
tiempo, la equidad en el cobro de honorarios, la lealtad en el asesoramiento, el
prestigiar la profesión, la puntualidad, la solidaridad y la transparencia en la
actuación.

4.2 Aspecto de la Ética en la Función Notarial


Después de analizar los aspectos de la función notarial en relación con
distintos sujetos y organizaciones, dentro de la órbita de la ética profesional del
notario.

Debemos partir de la premisa de que el notario despliega fe pública, confiere


de por si autenticidad a sus actos, para hacer inatacable los mismos, salvo acción
civil y penal de falsedad. Es por ello que el notario en ejercicio de su función pública
puede atentar contra la ética sectorial ya sea como “mala persona” o en el mal
ejercicio como profesional, causando perjuicios a sus clientes, al Estado, y a su
colegio profesional.

El Notario en su relación con los requirentes

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En principio podemos decir que las cualidades de los profesionales son
juzgadas en forma independiente de las cualidades humanas, es decir que la
elección de un profesional radica esencialmente en su capacidad laboral, sin mirar
las condiciones personales. Sin embargo, en el ámbito notarial, por las
características propias de esta profesión, es difícil separar dichas cualidades.

El notario, no solo actuando como tal, sino como integrante de la sociedad,


fuera del ejercicio de su función, debe cuidar las formas, llevar una vida digna, y ser
respetuoso de los valores morales de la sociedad en que vive. Más puntillosa y
prolija debe ser su relación con el requirente, que es la persona que recurre a él para
que le brinde un servicio público, que le fue delegado por el Estado.

Seguidamente analizaremos los diferentes deberes encuadrados en este


tema:

Deber de Asesoramiento Notarial:

Es una de las funciones que caracteriza al notario, y generalmente se


configura de manera previa a la formalización del instrumento notarial. De ello deriva
que resulta necesario e importante el perfeccionamiento profesional. Asesorar
implica dar consejo, el que puede traducirse en un dictamen verbal o escrito. Es en
este asesoramiento donde el notario debe aplicar sus conocimientos jurídicos y a la
vez los principios éticos.

Debe convertirse en asesor de partes y no otorgar predilección a los intereses


particulares de sus clientes, que son los que asiduamente concurren a requerir sus
servicios. El buen notario debe asesorar dando equilibrio a las situaciones
contrapuestas y brindarse en beneficio de las partes. Al asesorar éticamente estará
ejercitando su función conciliadora, y de ello deriva la gravedad de las consecuencias
que se produzcan, a raíz de un mal asesoramiento, sobre todo si está en
contraposición con la Ética. En su accionar diario, debe dar al instrumento la forma
jurídica más conveniente, y sobre todo volcar todos sus conocimientos y sus
principios éticos.

Deber de Guardar Secreto Profesional:

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Este es un deber que se impone a determinadas personas como
consecuencia del ejercicio profesional, ya que toman conocimiento de ciertos hechos
que le son confiados. El notario, mucho más que otros profesionales, deber cuidar
celosamente el secreto profesional, ya que el cliente se sienta frente a él y ve a una
persona de confianza, y está seguro de que guardará para si todas sus
manifestaciones. Este convencimiento del cliente en la práctica se encuentra
resguardado por disposiciones legales, que sirven de limitaciones y cuidados que el
profesional debe tener en este sentido, y que llegado el caso de violar dicho deber,
se hará recaer sobre él sanciones correctoras de su poco o nada actuar ético y hasta
quizás ilícito.

Deber de Imparcialidad:

Es un pilar fundamental del notariado, y por lo tanto un deber ético notarial,


que el escribano debe poner en práctica frente a las partes contratantes. El
asesoramiento y la redacción del instrumento deben estar despojados de cualquier
influencia mayor de alguna de las partes intervinientes.

Es importante que el sujeto que no ha participado de la elección del notario,


comparezca a la audiencia convencida que éste ha actuado con total imparcialidad,
preservando sus derechos, por lo que podrá otorgar el acto sin desconfianza alguna.

Deber de Verdad o Veracidad:

No se puede pensar en la organización del notariado sin la presencia de la


veracidad. Para analizar este deber debemos partir de la premisa de que es el
Estado Provincial el titular y depositario de la fe pública. Este Estado es el que
delega al notario el ejercicio de la dación de fe. Constantemente la fe pública es
definida como la “verdad” impuesta coactivamente por el Estado, y en consecuencia
al estar delegada al notario, esa verdad coactivamente impuesta no será otra cosa
que la que diga el notario.

En conclusión, estamos en condiciones de afirmar, que, dada la particularidad


del ejercicio de la función notarial, pocas profesiones, tanto desde lo doctrinario como

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desde lo jurisprudencial, se preocupan por el cumplimiento efectivo de estos
deberes.

4.3 Deberes Profesionales del Notario


El código de ética del Colegio de Abogados de la República Dominicana, es la
normativa que debe regir la actuación del profesional del derecho, profesión
obligatoria para poder ejercer como notario público en la República Dominicana.

En su vida el profesional del derecho debe cuidar con todo esmero de su


honor, eludiendo cuanto pueda afectar su independencia económica, comprometer
su decoro o disminuir, aunque sea en mínima medida, la consideración general que
debe siempre merecer. Debe por tanto conducirse con el máximo de rigor moral. La
conducta privada del profesional del derecho se ajustará a las reglas del honor, la
dignidad y el decoro, observando la cortesía y consideración que imponen los
deberes de respeto mutuo entre los profesionales del derecho.

El deber del abogado y del notario público:

 Estudiar y capacitarse
 Deber de pensamiento
 El deber de la responsabilidad
 Deber de dignidad
 Deber de la honradez
 Deber de probidad
 Deber de seriedad
 El secreto profesional
 Deber de proceder con lealtad y darle una opinión a su cliente

En adición a los deberes antes citados, el notario público por la dignidad que
representa ante el Estado y la sociedad debe observar y cumplir en su quehacer
profesional y en su vida privada, con el código de ética del notario, redactado para
refrendar su actuación profesional, nos referimos al “Decálogo del Notario”, cuyas
directrices son las siguientes:

 Honra tu ministerio.
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 Abstente, si la más leve duda opaca la transparencia de tu actuación.
 Rinde culto a la verdad.
 Obra con prudencia.
 Estudia con pasión.
 Asesora con lealtad
 Inspírate en la equidad.
 Cíñete a la ley.
 Ejerce con dignidad.
 Recuerda que tu misión es “evitar contienda entre los hombres”.

4.3.1 Código De Ética Del Profesional Del Derecho de la República


Dominicana.
En razón de que el notario dominicano, previo a la obtención del exequátur
que lo acredita como tal, debe ser abogado, por lo que le aplica en toda su extensión
el Código de Ética del Colegio de Abogados de la República Dominicana, ratificado
mediante Decreto No. 1290 del 2 de agosto de 1983, el cual es un manual que
contiene la normativa de actuación respecto a su actividad profesional, como lo
explica en los 77 artículos que lo componen.

Establece en el Capítulo I (Arts. del 1 al 14) los deberes esenciales del


abogado, principios como la probidad, la independencia, la moderación y la
confraternidad, deben regir su actuación con irreprochable dignidad.

El capítulo II (Arts. 15 al 20), lo dedica al secreto profesional, los deberes del


profesional del derecho ante el secreto profesional y cómo actuar aun en el caso de
que tuviera que testificar, aun cuando se trate de confidencias no solo de clientes
sino también de colegas o que terceras personas le hayan confiado.

El Capítulo III (Arts. 21 al 43) relativo a la clientela del profesional, a la cual


deberá tratarla con respeto, eficiencia y diligentemente, manteniendo siempre su
independencia de criterio, manteniendo en todo momento la sinceridad y la
franqueza con el cliente sobre los posibles resultados de su gestión.

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El Capítulo IV, (Arts.44 al 65) dedicado al delicado tema de los honorarios:
cuál es la práctica recomendable, como deben apreciarse y estimarse los servicios,
que factores deben tomarse en cuenta, como son: la importancia de los trabajos y la
cuantía del asunto; la experiencia y especialidad del profesional; la responsabilidad
que se derive para el profesional de la atención del asunto; entre otros

El capítulo V (Arts. 66 al 72), instruye sobre las relaciones que deben observar
los abogados con sus colegas, la cortesía que debe prevalecer entre ellos, los
acuerdos a que llegan que deben ser respetados por las partes, la distribución de
honorarios cuando están asociados, etc.

El Capítulo VI en su Artículo 73 -artículo único- sobre las sanciones,


contempla las a) amonestaciones y b) disciplinarias aplicadas a las faltas cometidas
en el ejercicio de su profesión.

El Capítulo VII (Arts. 74 al 77) establece las sanciones disciplinarias aplicadas


en los casos de responsabilidades penales y civiles en que haya incurrido el
profesional del derecho. El orden de las medidas correctivas es el siguiente:

 Amonestación;
 Inhabilitación temporal para el ejercicio profesional;
 Inhabilitación perpetua para el ejercicio profesional.

4.4 Sanciones Aplicables a las Violaciones en el Ejercicio de la


Funciones del Notario Público

Los notarios son civilmente responsables de los daños y perjuicios que


ocasionen con motivo del ejercicio de la función notarial, siempre que sean la
consecuencia directa e inmediata de su intervención.

Artículo 55.- Obligación de comunicar. La autoridad judicial, fiscal,


administrativa o tributaria comunicará a la Suprema Corte de Justicia y al Colegio
Dominicano de Notarios, cualquier investigación que se realice contra un notario.

Artículo 56.- Jurisdicción competente. La jurisdicción competente para conocer


de la responsabilidad disciplinaria en que incurran los notarios, en ocasión de su

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ejercicio es la cámara civil y comercial de la Corte de Apelación del Departamento
Judicial donde desempeñan sus funciones, la cual podrá aplicar las sanciones
siguientes, atendiendo a la gravedad de las faltas cometidas: 1) Amonestación
pública o privada; 2) Multa que oscilará entre cinco (5) y diez (10) salarios mínimos;
3) Suspensión temporal con un mínimo de seis (6) meses y un máximo de dos (2)
años; 4) Destitución o revocación del nombramiento.

La sentencia que al efecto dictare la Corte de Apelación será notificada al


Colegio Dominicano de Notarios, y podrá ser recurrida por ante la Suprema Corte de
Justicia. En caso de destitución o cancelación definitiva del nombramiento, la
Procuraduría General de la República solicitará al Poder Ejecutivo la cancelación del
exequátur.

Artículo 57.- Amonestación. La amonestación será siempre por escrito y si es


pública la misma será insertada en el boletín judicial o en un periódico de amplia
circulación nacional.

Se podrá imponer amonestación por:

1) Ausentarse del país por un tiempo mayor a los doce (12) meses
ininterrumpidamente sin previamente notificar por escrito a la Suprema Corte de
Justicia a fin de obtener licencia, y al Colegio Dominicano de Notarios para que los
asiente en su expediente; 2) Trasladar su oficina o estudio fuera de la jurisdicción o
del municipio asignado; 3) No atender con los requerimientos que le haga la
Suprema Corte de Justicia o el Colegio Dominicano de Notarios, para tratar lo
relativo al ejercicio de su función, salvo causa justificada; 4) Incumplir con la tarifa
establecida por la ley; 5) Descuidar la redacción de las actas cometiendo errores
inexcusables u omisiones, aunque éstas fueran subsanables; 6) Impedir las labores
de vigilancia y supervisión con respecto al correcto ejercicio de la función notarial.

Artículo 58.- Se sancionará con multas de quince (15) a veinte (20) salarios

mínimos del sector público por: 1) Ejercer la función notarial no obstante estar

sufriendo la sanción de suspensión temporal; 2) Transgredir las disposiciones de la

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presente ley cuando éstas entrañen la nulidad de la escritura, acta o testimonio; 3)

Recibir monto de tributos, impuestos, tasas, contribución especial, y entregarlos con

retardo injustificado; 4) Reincidir en cualquiera de las causales referidas en el

Artículo 57 de esta ley; 5) Instrumentar actas relativas a negocios jurídicos que

escapan a la jurisdicción o municipio de su competencia.

Para los efectos de la presente ley de acuerdo con el Art. 59, se entiende por

salario mínimo el salario oficial del sector público vigente al momento de la fecha de

la infracción.

Esta ley incluye en los Artículos 60 y 61 de su régimen de consecuencias la

sanción temporal y la destitución por las faltas o daños causados por el notario en el

ejercicio de sus funciones.

Artículo 60.- Suspensión temporal. La suspensión temporal del notario de seis

(6) meses a dos (2) años, se impondrá por: 1) Desempeñar funciones por interpósita

persona; 2) Usar un sello gomígrafo o seco sin haberlo registrado en el Colegio

Dominicano de Notarios o poseer más de uno que difiera del registrado; 3)

Establecer oficinas para prestar servicios fuera de su jurisdicción o municipio; 4)

Revelar injustificada y dolosamente datos sobre los que deba guardar secreto

profesional; 5) Instrumentar actos que involucren inmuebles registrados de

conformidad con la Ley de Registro Inmobiliario sin proveerse de la correspondiente

certificación de estado jurídico y del Certificado de Título o Constancia Anotada.

Artículo 61.- Destitución. La destitución de un notario procederá por: 1) Incurrir

en perjurio al dar fe de que una persona ha comparecido ante él sin esto haber

ocurrido, o certificar que se ha procedido a firmar un determinado acto en su

presencia sin esto haber sucedido; 2) Cometer falta de probidad en el ejercicio de la

función. Se entiende falta de probidad: a) Permitir que un tercero haga sus veces,

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use su sello o su firma; b) Rendir informes falsos; c) Haber sido condenado a penas

aflictivas e infamantes o infamantes solamente; d) Reincidir en la violación del

Artículo 60 de la presente ley; e) Constituirse en asociación y prestar el concurso de

la función notarial a favor de causas innobles.

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CONCLUSIÓN

El notario recibe de las partes la confianza, para que él y solamente él


garantice los compromisos pactados, teniendo como única obligación el mandato de
la ley y la moral, lo que obliga a este a mantener en cualquier circunstancia el
sagrado compromiso de la voluntad de los concurrentes, sellando con
responsabilidad los acuerdos contraídos.

La ley 301 del 30 de junio 1964 y publicada en la gaceta oficial 8870,


establece en su artículo 2 la función vitalicia del notario lo que ha nuestro a mi modo
de ver es donde ha estado la gran debilidad de este funcionario, pues creyéndose
como tal a cometido innumerables irregularidades que ponen entre dicho este
sacrosanto ejercicio, creándole dificultades a la moral, a la ley y a los ciudadanos
que, acuden a ellos como testigo de excepción, de firmas o de huellas digitales.

El notario tiene que revestirse de la más solemne dignidad en todo su


ejercicio, tiene que ser celoso en el desempeño de sus funciones, elevando a lo más
alto su moral y su virtud, como ejemplo de buena costumbre y conducta,
desarrollando en cada acto de su vida un estado de conciencia que le sirva de base
fundamental para la ética y la moral, es decir jamás debe apartarse del código de los
principios, y su actitud y comportamiento deben convertirse en parámetros de
ejemplo para la sociedad.

El notario no debe aparatar sus acciones humanas de la ley y la costumbre,


sus buenos modales son el primer instrumento para definir el perfil del funcionario,
pulcro, decente y noble, cualidades estas que deben tenerse como reglas verticales
si se quiere ser un notario respetado y estar en conformidad con la justicia que dios
nos ha dado, así también cumplir con rigor y siempre apegado al mandato y al
respecto que impone la ley.

El notario nunca debe negar lo que ha visto, pero mucho menos afirmar lo que
no ha presenciado, por eso jamás puede un notario darle autenticidad a una firma o a
una huella si la misma no fueron puesta en su presencia, pues de hacerlo corre el
riesgo de que las mismas podrían ser falsas o puestas bajo presión o simplemente

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por una persona en estado de inconsciencia, lo que significa que la presencia de los
intervinientes deben ser reglas sinecuanon a la que el funcionario público nunca
podrá renunciar, haciendo valer en cualquier circunstancia la voluntad de las partes.

La autoridad del notario descansa en la moral más que en la ley, porque son
los principios que le dan carácter y veracidad a sus actos, de ahí que jamás debe
dejarse confundir por apariencia, pero tampoco doblegarse por dinero, ni engañarse
por amiguismo, pues si actuase de espalda a los fundamentos del notariado,
traicionaría a dios, la ley y su conciencia. El notario que no base su ejercicio a la
ética y a la conciencia no es digno de llamársele notario.

El notario debe cuidarse y jamás poner su ejercicio en venta, porque siempre


habrán desaprensivos que medran en la oscuridad para doblegar al funcionario
público en sus funciones notariales, especialmente cuando este no tiene vocación en
el desempeño de su rol, y es que este, no debe pasar por alto que la honestidad es
una virtud que enaltece su profesión sobre todo cuando le dice no siempre a los que
buscan adueñarse de lo ajeno, a estos dígale: como le dijo Pedro a Simón cuando
intentó comprar a los apóstoles: tu dinero vaya contigo a la perdición.

El notario debe ceñir su ejercicio a su horario, entendiendo que si considera


que los mismos nos le son suficientes por el trabajo que hace, entonces renunciar a
la notaria, sería lo más correcto antes de hacer comercio con la ética, la moral y su
conciencia.

La notaría es una vocación que eleva al notario cuando se ejerce dentro un


marco de decencia y moral, conducirse en esa dirección es una obligación de todo
notario, de ahí que, ahora que se tiene como conquista la colegiación, hagamos de
este ejercicio un sacerdocio cumpliendo con la ley, la moral, la ética y los principios
que dan origen a este oficio elevando en lo más alto el ejercicio notarial como
demostración de que el notario dominicano es un profesional en quien se puede
confiar.

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BIBLIOGRAFIA

 CASTILLO OGANDO, Nelson Rudys; MANUAL DE DERECHO NOTARIAL.


Tomo I (parte general); Ediciones Jurídicas Trajano Potentini; Santo Domingo,
República Dominicana, Reimpresión 2009.
 DEL ORBE BÁEZ, Alejandro Sócrates; DEONTOLOGÍA JURÍDICA, Ética para
Abogados y Magistrados; Ediciones Fundación Hombre y Universo; Santo
Domingo, República Dominicana; 2007.
 https://www.revistadifusiones.net/index.php/difusiones/article/view/52/102
 OSSORIO Y GALLARDO Angel. El Alma de la Toga. Cuarta Edición,
Argentina, 1940.

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