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MIGUEL BAKUNIN
Volumen 1
LAS EDICIONES DE
edición Ed. Tierra y Libertad, Barcelona 1938
C ubierta: R oberto Turégano
II
E l 11 de agosto de 1870, en plena gu erra ya (W isen b o u rg ,
4 de agosto; W o erth , F orbach, 6 de agosto, b atallas im por
ta n tes que m ostraban el ascendiente de los ejército s ale
m anes), B akunin escribe desde L ocarno a su viejo amigo
ruso, N. O garef —el am igo de H erzen —, un b illetito en que
d ic e : “... T ú no piensas d u ran te el ru id o de los aconteci
m ientos más que e n n u estra p royectada rev ista (en lengua
ru sa ; no aparecida) y e n tu artícu lo . ¡Q ué filósofo eres! T ú
estás bien colocado, no eres nada más que ru so ; pero yo
soy internacional, y por co n sig u ien te los acontecim ientos
me causan una verdadera fiebre. E n el espacio de tres días,
he escrito exactam ente v e in titré s grandes c a rta s; la p re
sente, pequeña, es la vigésim acuarta. E n mi in terio r, se ha
form ado todo un p lan ; O z e r o f [refu g iad o ruso, antiguo
10 OBRAS DÉ MIGUEL BAKUNIN
" A g u stín ’1 que te haga llegar esas letra s o bien que te dé un resu
m en detallado, a fin de que haya intelig en cia com pleta entre nos
otros. E sta in telig en cia es m ás necesaria que nunca. E scribo a ",Ja
m es" [G uillaum e] para sacudirle un p oco■ E n cuanto a "C harles"
[P e rro n ] y ",J o u k " [ju k o w s k i], es preciso dejarlos en su teolo
gía ; lo s creo incurables (1 ).
E s p o sib le que m is negocios m e so lic ite n bien pronto en Gine
bra. P ero te a d vertiré a tiem po. Continúa, pues, dirigiéndom e tus
cartas aquí [a L o c a rn o ].
T u B enoit
III
■
— jA h l ¿ E s que to m arás, p o r casualidad, esas gentes en se rio ? .-
M ira a ése... es A ndrieux. Pues bien, ha v isto a C rem ieux [e l abo-
gado rep u b lican o m in istro de J u s tic ia ] a escondidas de su com pa
ñ ero [R ic h a rd ] quien, p o r su p a rte , fué a v e r sim uladam ente a
G am b etta. A ndrieux tie n e en su b o lsillo su com isión de p ro cu ra
d o r de los T rib u n a le s de Lyon. [ E s to era bien exacto, y algunas
sem anas después org an izó el p ro ced im ien to c o n tra B akunin y sus
cam arad as.]
— ¿Y el o tro , A lb erto R ich ard ?
— ¡A h ! H e aquí. E ste vuelve d erro tad o . N o se le o fre c ió m ás
que u n a su b p re fe ctu ra. N o juzgó la o fe rta al nivel de sus m é rito s.
V a a co n tin u a r h aciendo ruido a llá ; pero, sin em bargo, yo lo creo
colado. Su colega no se incom odará para d escubrirlo..,
IV
R E P U B L IC A F R A N C E S A
E l pueblo lyo n cs, vista la in m en sid a d d el p eligro y la le n titu d de
la autoridad para la organización de la d efen sa nacional, es con
vocado, p o r órgano de sus C o m ités populares reunidos, a una m a
n ife sta c ió n popular para bo y, 28 d e sep tiem b re, a m ediodía, en la
plaza de lo s T orreaux, con el fin de obligar a la autoridad a to
m a r inm ediatam ente las m edidas m ás enérgicas y más eficaces para
la d efen sa nacional.
P o r la delegación de los C o m ité s reunidos,
L A C O M IS IO N E J E C U T I V A :
C. T assel, F . B is c h c íf, B ru ya t, A . S c h cttel,
A . B a stelica , P arraton, G. B lanc, G. T o rin .
(1 ) .Fufe libertado a in icia tiv a de sus cam aradas O zerof y Lankiew ícz, «iem-
pre a su lado. OaeroE reunió pronto algunos garibaldlnos que forjaron una
puerta, exigieron a lo» guardias nacionales la entrega de Baicunin, forzaron
otra puerta y lo pusieron en libertad. B akunin contó a R, Z alli (en 1874 ó
1873) que la puerta fué súbitam ente deshecha con gran raído. Creía que s?
trataba de fu sila rle cuando v ió penetrar, primero, la gran nariz de O zerof; ésta
y L an k iew icz habían reunido a su s libertadores, entre los que O zerof se recor
daba de un cierto Bom honnel, cazador de panteras en A frica.
H e aquí cóm o pinta un burgués radical ese ep isod io ( “E cJaireissem en ts h lsto -
riqu es, L e ttr e i M . le do cteu r C restin ”, auteur d es "Scuvenrrs d'un Líonngis", p a l
D . B a ro d et, an ejín m aire d e L yon , Lyon, 1898, 64 págs. en 16): E ste es el
fam oso Barodet de la elecció n de P arís del 27 de abril d e 1873, que U n to ruido
hizo. C uenta: "Yo estaba al lad o del alcald e [M enonJ... en el ángulo norte del
gran patio de la M unicipalidad, cuando [a B akunin] le ech ó m ano a la escla
vina, dicién d on os: U sted es Bakunin, yo lo arresto!”
''Bakunin, que tenía va rio s revólveres y un puñal en su cintura ( |s i c l ) gritó
con una v o z form idable: “ | Ciudadanos, se m e arresta!”, pero no hizo u so de su
fuerza contra el señor H enon. N o lo co g ió cuerpo a cuerpo, corno u sted dice,
no querido Crestin [yo no encontré los S eu ven irs del doctor C restin], según
testim o n io de inform aciones in exactas. N o se le dejó, por otra parte, tiem po
para ello. F u i inm ediatam ente aprehendido por varios guardias nacionales, am i
gos del alcalde, arrastrado vigorosam ente sin que opusiese toda la fuerza de
resisten cia de que era capaz, y sin que nadie asum iera su defensa. Encerrado
y custodiado durante dos o tres horas, fué libertado por sus p artidarios en m edio
de la confusión general” .
H a y b astan tes testim on ios, pero ninguno habla de 3o que el Com ité y todos
su s dem ás amigo» hicieron durante esas horas de su d esaparición: han tenido que
percatarse de su ausencia. S in O zerof y Lankiew icz, hubiera enm ohecido en un
calabozo.
I
VI
M ucho m ás aún que esta carta a un am igo privado, una
carta p ara P a lix y Blanc, de Lyon, que el polaco Lankiew icz
llevó desde M arsella en la p rim era quincena de octubre,
m u e stra el deseo in ten so de B akunin de reanim ar y de reem
p ren d er el m ovim iento lyonés. E s ta carta y u n a lista c ifra
da para la correspondencia cayó en m anos de la policía por
el arresto de L ankiew icz y de B lanc; eso explica su p u b li
cación en la g ran obra de O scar T estu t, L ’In tern a tio n a l
e t le Jacobinism e au ban de l ’E u io p e, II , págs. 152-53, 1872,
colección n u trid a con docum entos quitados a los in te m a
cio n alistas por las persecuciones de 1870 y 1871 en Francia.
C ualquiera que fuese el fin de esta publicación, la a u te n ti
cidad de los docum entos no es discutida. H e aquí esa carta:
A P a lix y a Blanc.
(C a rta , para q u em a r; diccionario, para ocultar b ien .)
M arsella no se sub leva rá sino cuando se haya sublevado L y o n ,
o bien cuando lo s prusianos estén a dos días de distancia de M ar-
(1) Quince días más tarde, el 28 de octubie, escribía: “este pueblo no es
ya, de ningún modo, revolucionario. El pueblo mismo (en Francia) se ha vuelto
doctrinario, razonador y burgués como los burgueses...”
PROLOGO 39
(1) B akunin diferencia aquí los dos géneros de m ovim iento que creía po
sib les: una verdadera ten tativa de revolución social y un m ovim iento sobre
la base del patriotism o revolucionario. Me parece probable que “revolución sal"
vadora”, es un térm ino abreviado aquí; un nrodo de büblar para designar un
m ovim iento inaugurado por el Comité de Salvación de Francia,.
(2) No se habla ya de Alberto Richard, que después del 28 de septiembre
iw gozaba de la estimación de Bakunin. Si lo designa en el diccionario por “De-
móstenes” esta elección del nombre oculta un sarcasmo.
(3) Convendrá más discutir esta lista con las otras listas de este género, que
conocemos de Bakunin; no está, pues, reproducida aquí.
OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
E s te 23 de octubre de 1870.
M i querido a m igo: D espués de haber esperado en rano tu car
ta, m e he decidido a m archar. V e ré a n u estro am igo Farga [Ka-
fa e l F a rg a P e llic e r] antes que a ti, porque cuando hayas recib i
do esta carta, estaré en cam ino y m u y cerca de B arcelona, y qui
zá s ya en B arcelona• T e esperaré allí. D ebo sa lir de este lugar,
p o rq u e no encuentro aquí abso lu ta m en te nada que hacer y dudo
que tú halles algo bueno que hacer en L y o n . Q uerido am igo, no
ten g o ya fe alguna en la revolución en Francia.
E s te pueblo no es, de ningún m odo, revolucionario. E l m isino
pueb lo se ha vu elto d octrinario, razonador y burgués como lo s bur
gu eses. L a revo lu ció n social habríai podido salvarlo, y ■únicam ente
ella sería capaz d e salvarlo. P e ro siendo incapaz de hacerla, corre
gran riesgo de se r d e fin itiv a m e n te conquistado po r lo s prusianos.
¿C uál puede se r nuestra situ a ció n y nuestra acción entre lo s bur
g u eses que nos consideran to rp em en te o m a lévo la m en te com o pru
sianos y que nos persiguen com o ta les y ¡os prusianos que se apro
x im a n y que, m ás perspicaces que lo s burgueses d e Francia, nos
perseguirán com o socia lista s revo lu cio n a rios? E sta situ a ció n es
in so ste n ib le y declaro que p o r m i cuenta te n g o ya bastante. E l
m e jo r consejo que puedo d a rte es que escribas p rim eram ente a
to d o s n u estro s am igos de M a d rid que no vengan a F rancia, po r
que sería un gasto d e dinero co m p leta m en te in ú til, y luego que
ven g a s tú a reu n irte conm igo en B arcelona lo m ás p ro n to po
sib le . P ero antes de m archar deja bien recom endados a n u estros
am igos lyo n eses lo s dos am igos encerrados [V . L ankiew icz y
G. B lan c]. L os burgueses so n odiosos. Son tan fe ro c es com o e stú
pid o s. ¡ Y cómo lle v a n en sus ven a s la naturaleza policíaca!, ¡se d i
PROLOGO 43
V II
* *
s o c ia l co m o fin su p r e m o , e l m é to d o de G a m b etta , a p o y a d o
en lo s e n o r m e s r e c u r s o s m e n c io n a d o s , p a r e c ía , p u e s, ser
m á s p r á c tic o q u e e l d e B a k u n in , q u e a s o c ia b a la o r g a n iz a
c ió n de la r e s is t e n c ia a u n c o m p le j o d e c u e s t io n e s m u y d i
v e r s a s q u e c u lm in a b a n en la a b o lic ió n d e l E s ta d o y e n la
fe d e r a c ió n de la s c o m u n a s lib r e s , p r o g r a m a q u e c o r r e s p o n
d ía b c ie r to s d e s e o s d e l M e d io d ía , q u e e s t u v o m u y le j o s
d e l te a tr o d e la g u e r r a ( L ig a M e r id io n a l, e t c ,) y que e n
c o n tr ó u n a s u b lim e e x p r e s ió n e n la C o m u n a d e P a r ís , p ero
q u e d iv id ía la s o p in io n e s e n lu g a r d e u n ir la s y a lim e n ta b a la
v id a p o lít ic a lo c a l y n o la r e s is t e n c ia o r g a n iz a d a a l e n e m ig o .
B a k u n in e s r e c la m a d o c o n s t a n t e m e n t e e n d o s d ir e c c io
n e s : p or su c o n c ie n c ia p r o fu n d a m e n te s o c ia lis t a y r e v o lu
c io n a r ia , qu¿ le h a c e e n tr e v e r e n e s e p e r ío d o de d e s o r g a n i
z a c ió n g u b e r n a m e n ta l d e la c a íd a d e l r é g im e n b o n a p a r tista
a u to r ita r io , un p e r ío d o de g r a n d e s p o s ib ilid a d e s r e v o lu c io
n a ria s, y p or su a r d ie n te p a tr io tis m o fr a n c é s , que le h a ce
c o n sid e r a r co m o u n d e b e r e l s a lv a r a F r a n c ia p or u n a r e
s is t e n c ia e n c a r n iz a d a sa c a d a d e la fu e r z a in a g o ta b le d e l
p u e b lo , E n r e a lid a d , é l n o h a b r ía p o d id o h a c e r m á s q u e u n a
u o¡.ra co sa , t e n t a t iv a s r e v o lu c io n a r ia s o fu n d a c ió n de o r
g a n is m o s p a t r ió t ic o s , q u e r e c lu ta r a n h o m b r e s para la g u e
rra, c u a lq u ie r a q u e f u e s e e l n o m b r e q u e se le h u b ie r a d a d o .
L:i s ín t e s is de 1?. r e v o lu c ió n y d e l p a t r io t is m o e s tá b ie n e v i
d e n te en s u s p á g in a s ; p ero , e n la p r á c tic a , e l p a tr io tis m o
h a b ría a b so r b id o a la r e v o lu c ió n . S i s u s id e a s para u n o s s e
ría n u n a in d ic a c ió n de “corno p r o c e d e r ” , p ara o tr o s se r ía n
u n a e n se ñ a n z a de “c ó m o n o p r o c e d e r ”. E s in te r e s a n te v e r
a u n p e n s a d o r co m o é l d e s a r r o lla r la id e a d e osa s ín t e s is
h a sta su s ú ltim a s c o n s e c u e n c ia s , p t r o e s p r e c is o ju z g a r
d e s p u é s su p r o p ia e x p e r ie n c ia , r e la ta d a a q u í a m e n u d o co n
s u s p r o p ia s p a la b r a s, y d e s p u é s la e x p e r ie n c ia q u e la H i s
to r ia de n u e str a é p o c a , e s o s c in c u e n t a y p ic o d e a ñ o s d e
e v o lu c ió n m o d e r n a , n o s h a d a d o , la h a y a m o s o n o b u sc a d o .
E s esta , p u e s, u n a c o le c c ió n d e e s c r it o s de g ra n in te r é s ,
n o p or su e n se ñ a n z a d ir e c ta , q u e se r ía o b je to de c o n tr o v e r
sia , s in o p o r la s id e a s n u m e r o s a s r e m o v id a s p o r u n a u to r
q u e tie n e sie m p r e e n e l c o r a z ó n la g r a n ca u sa d e la lib e r
ta d m u n d ia l:
M AX NETTLAU
16 d e j u lio d e 1923.
CARTAS A UN FRANCÉS
SOBRE LA CRISIS ACTUAL
(1870)
25 de agosto, por la noche
(1) Com o se notará al continuar la lectura, Bakunin escribió tiste “1” con
l i in tención de h a cerle seguir de un “2”, del que se olvidó y que se buscará
en vano en el texto. (N o ta del traductor.)
OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
(1) Aquí hay en el manuicrito una palabra ilegible y quizia una o 4o*
palabra* omitidas. (Guillaume.)
70 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
* * *
27 de agosto
Creo haber probado su ficientem ente que F ran cia no pue
de ser salvada por los m edios regulareá, por los medios del
'E stad o . P ero, ap arte de la organización a rtific ia l del E s
tado, no hay en una nación más que el pueblo; por consi
guiente, Francia no puede ser salvada más que por la acción
inm ediata no política del pueblo, por la sublevación en
masa de todo el pueblo francés, organizándose espontánea
m ente de abajo arriba, p ara la g u erra de destrucción, la
gu erra salvaje a cuchillo.
C uando una nación de tre in ta y ocho m illones de hom
bres se levanta para defenderse, resuelta a d estru irlo todo
y a dejarse ex term in ar con todos sus bienes antes que so
p o rtar la esclavitud, no hay ejército en el mundo, por sa
biam ente organizado y provisto de arm as extrao rd in arias
que esté, que pueda conquistarla.
T o d a la cuestión está en saber si el pueblo francés es
capaz de una ta l sublevación. E s una cuestión de fisiología
h istó rica nacional. E l pueblo francés, por una serie de des
envolvim ientos históricos, bajo la in flu en cia del bienestar
y de la civilización burguesa, ¿se ha hecho incapaz de re
soluciones suprem as y de pasiones salvajes, y prefiere la
paz con la esclavitud a una lib ertad que debería com prar
a costa de inm ensos sacrificios, o bien ha conservado, al
m argen de esa civilización co rruptora, toda, o al menos
una parte, de la potencia n atu ra l y de esa savia prim itiva
que lo hizo una nación poderosa?
Si F ran cia no estuviese com puesta más que de la b urgue
sía francesa, no vacilaría en resp o n d er negativam ente. La
burguesía, en Francia, como en casi todos los otros países
de la E uropa occidental, co n stitu y e un cuerpo inmenso, in
fin itam en te más num eroso de lo que se piensa, y que ex tien
de sus raíces hasta el p roletariado, cuyas capas superiores
ha corrom pido un poco. E n A lem ania, a pesar de todos
C4-RTAS A UN FRANCES 79
’ju d ica m ucho la acción libre de M ac-M ahon, que debe ocu
parse m ás de defen d er la persona im p erial que de la lucha
co n tra el enem igo. H a sido in vitado a re tirarse, pero se obs
tin a en perm anecer allí, a pesar de que el descontento de
los soldados hacia él crece cada día... Sabéis que R ouber,
Baroche, P ersig n y , G ran ier de Cassagnac, D ugué de la F au -
connerie, lo han visitad o en Reims... E s evidente que existe
un Gobierno personal oculto, del cual el G obierno o sten si
ble, en la m edida de lo que puede, es el m uy hum ilde ser
vidor,"
E n fin, la sesión del C uerpo leg islativ o (del 23 al 24 de
agosto) prueba que el M in isterio se cree b astante fu erte
para poder echar a u n lado la m áscara. P alik ao ha dicho
que, al rechazar la proposición de K eratry —concerniente a
los nueve o tre s d iputad o s elegidos por la Cám ara, p ara ad
ju n ta r al Com ité de D efensa de P a rís—, "los m in istro s han
quedado d entro de la leg alid ad ”. Y he aquí el resum en del
discurso de D uvernois:
“La Cámara, dando su confianza al M inisterio, nos da la
posibilidad de realizar n u estra noble ta re a : la de defender
a F ran cia contra la invasión, y la de d efen d er estrictam en
te el orden interior, porque el orden en el in terio r es la
condición de n u e stra seg u rid ad co n tra el enem igo. N o po
demos asociarnos a la prop o sició n del señor K eratry , por
que sería asociarnos a la violación de Ja C on stitu ció n que
nos protege, que pro teg e las libertades públicas, de la Cons
titu ción que, sabedlo bien, no dejarem os violar, por cual
qu ier poder que sea. N o somos el M in isterio de un golpe
de E sta d o ; ni de u n golpe de E stado p arlam en tario , n i de
un golpe de E stado m onárquico. Som os un M in isterio par
lam entario. Q uerem os apoyarnos en la Cámara, y nada más
que en la Cámara [no sobre el pueblo de P arís, sino sobre
esa Cámara, porque la inm ensa m ayoría de ella es bonapar-
tista], y perm itidm e que os diga que n u estro respeto hacia
la C onstitución es v u estra garantía...
"Voces.—Eso es una am enaza.
"D uvernois.—No, no es una am enaza. Q uiero d ecir sólo
que tenem os el deber, nosotros, Gobierno, de respetar la
C onstitución en v irtu d de la cual estam os e n el P o d er y en
v irtu d de la cual gobernamos...
"Palikao.'—'Com batirem os a n u estro s enem igos ex terio res
86 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
* * *
30 de agosto.
* * *
* ■!■ *
do, un adm irable refin am ien to y esa energía de trab ajo que
co nstituy e el honor y la salvación del pro letariad o .
L os cam pesinos —decís— son supersticiosos y beatos, y se
dejan d irig ir por los sacerdotes. Su su p erstició n es el p ro
ducto de su ignorancia, a rtific ia l y sistem áticam ente m ante
n id a por todos los gobiernos burgueses. Y, por o tra parte,
no son del todo tan su p ersticio so s y tan beatos como que
réis d ecir; son sólo sus m u jeres las que lo so n ; pero las
m ujeres de los obreros, ¿están bien libres, verdaderam ente,
de las su p ersticio n es y de las d o ctrin as de la relig ió n cató
lica y rom ana? E n cuanto a la in flu en cia y a la dirección
de los sacerdotes, no la su fren más que en ap arien cia sólo,
ta n to como lo reclam a la paz in terio r y en lo que no con
trad ice a sus intereses. E sta su p erstició n no les ha im
pedido, después de 1789, com prar los bienes de la Ig lesia
confiscados por el E stado, a pesar de la m aldición lanza
da por la Ig lesia, tan to sobre los vendedores como sobre
los com pradores. De donde resulta que, para m atar d efin i
tivam ente la in flu en cia de los sacerdotes en los campos,
la revolución no tiene que hacer más que una cosa: p oner
en contradicción los intereses de los cam pesinos con los de
la Iglesia,
H e oído siem pre con pena, no sólo a los jacobinos revo
lucionarios, sino tam bién a socialistas educados m ás o m e
nos en la escuela de Blanqui, y desgraciadam ente aú n a al
gunos de n u estro s am igos íntim os que han su frid o in d i
rectam ente la influencia de esta escuela, avanzar esa idea
com pletam ente antirrevolucionaria de que será p reciso que
la fu tu ra p o lític a anule por decreto todos los cultos pú
blicos y ordene igualm ente por decreto la expulsión vio
len ta de todos los sacerdotes. P rim eram ente, yo so y enem i
go absoluto de la revolución por d ecretos, que es una con
secuencia y una aplicación de la idea de E sta d o revo lu cio
nario, es decir de la reacción que se oculta tras las aparien
cias de la revolución. AI sistem a de los decretos rev o lu cio
narios, opongo el de los hechos revolucionarios, el único
eficaz, consecuente y verdadero. E l sistem a a u to rita rio de
los decretos, queriendo im poner la lib ertad y la igualdad,
las destruye. E l sistem a anárquico de los hechos, las p ro
voca y las suscita de un m odo in fa lib le, sin necesidad de la
in terven ció n de una violencia o ficial o autoritaria cualquie
120 OBRAS DE MIGUEL 1BAKUNIN
Lo rep ito una vez m ás: es una posición m agnífica; mas para
aprovecharla hay que ten er el poder dfe abarcar todo el con
ju n to y el valor de a fro n ta r todas las consecuencias. Su
consecuencia p rin cip al es la de hun d iro s en la anarquía.
P u es bien, vosotros debéis decir que la anarquía es, y de
béis hacer que sea, v u estra fuerza, v uestra arma, y habéis
de organizaría como una potencia.
No tem áis que los cam pesinos, al cesar de ser contenidos
por la au to rid ad pública y p o r el respeto al derecho crim i
nal y civil, se devoren m utuam ente. T ratarán quizás de ha
cerlo al com ienzo, pero no tard arán en convencerse de la
im posibilidad m aterial de p e rsistir en ese camino, y en to n
ces procurarán entenderse, tra n sig ir y organizarse entre
ellos. La necesidad de comer y de alim entar a sus hijos, y
por consiguiente la necesidad de laborar la tierra y de con
tin u a r todos los trab ajo s de los campos, la necesidad de
g aran tizar sus casas, sus fam ilias y su propia vida contra
ios* ataques im previstos, todo esto les forzará indudable
m ente y p ro n to a e n tra r en la vía de los arreglos m utuos.
Y no creáis tam poco que en estos arreglos dirigidos fuera
de toda tu tela oficial, por la sola fuerza de las cosas, los
m ás fu ertes y los más ricos ejerzan una influencia dom i
nante. L a riqueza de los ricos, que no será ya garantizada
por las leyes, cesará de ser una potencia, Los cam pesinos
rico s no son poderosos hoy más que porque son p a rtic u
larm ente protegid o s y halagados p o r los funcionarios del
E stad o y porque se apoyan en e l Estado. U na vez desapare
cido el E stado, ese apoyo y su potencia desaparecerán tam
bién. E n cuanto a los más astutos, a los más fuertes, serán
anulados por la potencia colectiva de la masa, del gran n ú
m ero de los pequeños y de los más pequeños campesinos,
así como por lo s p ro letario s de los campos, masa hoy so
m etida, reducida al su frim ien to mudo, pero a quien la an ar
quía revolucionaria dará v id a y anim ará de un irresistib le
poder.
E n fin, no digo que los campos que se reorganicen así,
de abajo arriba, librem ente, crearán desde el prim er mom en
to una organización ideal, conform e en todos los puntos a
la que nosotros im aginam os, a la que nosotros soñamos. De
lo que estoy convencido es de que será una organización
viva, mil veces su p erio r y m ás ju sta que la que existe ac
C¿J?r¿S A UN FRANCES 135
zarla. Los alem anes, que se creen hoy el prim er pueblo del
mundo, están atrasados en sesenta años por lo m enos en
com paración a Francia, atrasados h asta el p u n to que la
S ta a tze itu n g , la gaceta o ficial de P ru sia, se perm ite m os
tra rle s en un próxim o fu tu ro , como recom pensa de su abne
gación heroica, “el establecim iento de un gran im perio ale
m án fundado sobre el tem or de D ios y sobre la verdadera
m oral’'. T rad u cid esto en buen len g u aje católico y ten d réis
el im perio soñado por L uis X IV . Sus conquistas, de que es
tán tan orgullosos actualm ente, les h arán retro ced er dos
siglos. P o r esto, todo lo que hay de in telig en cia honesta y
verdaderam ente liberal en A lem ania —sin hablar ya de los
dem ócratas socialistas—, com ienza a in q u ietarse seriam ente
por las consecuencias fatales de sus p ro p ias v ictorias. U nas
sem anas más de sacrificio s sem ejantes a los que debieron
hacer hasta aquí, m itad por la fu erza, m itad p o r la ex alta
ción, y la fiebre com enzará a d ecaer; su decadencia será
rápida. Los alem anes contarán su s p érdidas en dinero y en
hom bres, las com pararán con las ganancias obtenidas, y en
tonces, el rey F ederico G uillerm o y B ism arck, su in sp ira
dor, su m inistro, darán g racias si salen con buenas. H e aquí
por qué es absolutam ente indispensable para ellos volver
v ictoriosos y con las m anos llenas.
L a o tra razón de la potencia in au d ita desarrollada actu al
m ente por los alem anes, es la excelencia de su m áquina
ad m inistrativa, excelencia, no desde el pu n to de v ista de la
lib ertad y el bienestar de las poblaciones, sino desde el p u n
to de v ista de la riqueza y de la po ten cia exclusivas del E s
tado. La m áquina ad m in istrativ a, p o r excelente que sea, no
es nunca la v id a del pu eb lo ; es, al co n trario, su negación
absoluta y directa. P o r tan to , la fu erza que produce no es
nunca una fuerza natural, orgánica, p o p u la r; es, al co n tra
rio, una fuerza m ecánica y a rtific ia l. U na vez rota, no se
renueva por sí m ism a, y su reco n stru cció n se hace excesi
vam ente difícil. P o r esto h ay que guardarse bien de fo rzar
sus resortes, porque si se les fu erza dem asiado, se rom pe.
P u es bien, es seguro que B ism arck y su rey h an forzado
ya dem asiado la m áquina. A lem ania ha puesto e n pie
1.500,000 soldados y jD io s sabe los cen ten ares de m illones
que ha gastado 1 Q ue P a rís resista, que F ran cia en tere b*
138 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
* * *
2 de septiem bre
(1) D e la parte que precede íu é sacado el m ateria! con que se com puso el
fo lleto publicado en septiem bre de 1870. L a parte que sigu e no fué u tilizad a.
(H o la d#l traductor.)
152 0 5 Í M S DE MIGÜEL BAKUNtN
(1) La previsión de Bakunin se cum plió en toda Europa, com o puede verse
por la disolución de la Internacional, que se había hecho excesivam ente pe-li*
grosa después de la Comuna de P arís. (N ota del traductor.)
CARTAS A UN FRANCES 157
(1) Como ante» todo h ay que ser justo, debo reconocer que varios firganoa
de la dem ocracia burguesa en Alem ania, entre otros Z uku n ft, de Berlín, han
protestada noble y enérgicam ente contra esa fuerza burguesa-tudesca. H an com
p en d íelo que (Je la manara en que se había, planteado la cu estión entre Bism arck
CARTAS A UN FRANCES 177
(1) St el señor Sch w eitzer na tu viese otro pecado que reprocharme que
et de ser antagonista enérgico del socialism o burgués y del radicalism o bur
gués que triunfaron, desgraciadam ente, en el Congreso de Eisenach, yo, por m i
parte, no tendría m4s que felicita cio n es que d irigirle. Pero los adversarios del
eenor Schw-eitzer pretenden, no sin apariencia de razón, que el señor Schw eítze?
es un aliado secreto de la p o lític a m onirquica prusiana del Conde de Bism arck.
Si eso fuese verdad, seria una traición infam e de parte del señor S chw eitzer
hacia el so cia lism o y hacia la causa santa de las m isa s obreras que tienen
confianza en él. Los je fe s del P artido de la D em ocracia S o cia lista no coníeten
esa traición, que s i es realm en te verdadera no puede ser m is que una traición lu
crativa; pero com eten otra traición de esa m ism a causa,—no lucrativa, sin
duda, pero no m enos fun esta para la em ancipación de los trabajadores que les
siguen —la de aliarse y asociar el m ovim iento socialista y revolucionario de loa
obreros de su partido a la p o lítica de los burgueses radicales de A lem ania.
E sto es ir de S eil# » Caribdis, y una consecuencia natural del cu lto ai Estado
que tienen en común con el señor Schw eitzer. El cu lto al listad o es, en general,
el rasgo ca racterístico det socialism o alemán. Lassal'.e, el m ás grande agitador
socialista y el verdadero Fundador del socialism o práctico en A lem ania, estaba
penetrado por el m ism o. N o veía salvación para los trabajadores m ás que en
lo s poderes del E stado, del cual io s obreros debían apoderarse, según él,
por m edio d el sufragio universal. Tam bién fué acusado por los m ism as adversa
rios — con razón o sin ella, no lo sé— , de haber m antenido relacion es secretas
con Bism arck. E s im posib le confiar en la palabra y los escritos de los pub li
cista s alem anes, porque la prim era cosa que hacen, al atacar a un adversario
cualquiera, es enlodarlo, y parece que disponen de una cantidad inagotable de
este m aterial. (B ak u n in .)
(2) Yo era, en el Congreso de B asilea, el único ruso, y no representaba a
Rusia, sino a las seccion es de Lyon y de Ñ ip ó le s. (B akunin.)
(3) Aquí com ienzan la s in fam es insinuaciones. (Bakunin.)
(♦) Probablem ente aquellos con los que he votado; la m ayoría de ¡os d ele
gados franceses, lo s d eleg a d o s españoles, ei delegado italiano, algunos delegados
b elgas, todos lo s d elegad os (m enos dos) de la Suiza latina y algunos d elega
dos alem anes (cin co ), entre ellos el en otro tiem po am igo m ío J. F. B ecker y
el ciudadano Lessner, m iem bro del Consejo General, E l ciudadano Jung, otro
miembro de! Consejo General, me dijo, después de la v o ta ció n sobre la abo
lición del derecho «Je herencia, que se había arrepentido, al ver el modo m ezquino
con que fué tratada la cu estión de la propiedad colectiva, de no haber votado
con nosotros. Y en general debo añadir que la mayor parte de aquellos a quienes
el señor H ess llam a m is partidarios, me eran desconocidos en absoluto an tes del
congreso. (B akunin.)
(5) ¡L o que debió de resentirse al leer estas palabras ese pobre pequeño ju
dío ruso que in triga ahora en Ginebra, haciendo esfuerzos in creíb les para que
se le llame jefe, aunque sea de una sección rusa im aginaría, com puesta de cuatro
o cinco miembros y de la que fuera él la única figura parlante! (B akunin,)
192 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
ti) ¡Pobre F elipe B eck erl iser tratado as! por un am igo! ( B a k u n in ).
(Z) A cepto esa denom inación en eate sentido: quiero la destrucción com
pleta del Estado ruso, d el Im perio de todas las Rusias, destrucción de que ya
probé y desarrollé la urgencia en todos m is discursos, en todos m is escritos,
en todos ios actos de m i vida. E n cuanto al paneslavism o de que todos esos
indios me acusan de una manera tan ridicula como infam e, volveré m ás tar
de sobre ese tem a. (BaktmiHi)
CARTA
(Marsella, primera quincena de octubre
de 1870)
C A R T A (1)
Mi querido am igo:
N o quiero m archar de L yon sin haberte dicho una ú lti
ma palabra de despedida. La prudencia me im pide ir a es
trec h arte la m ano o tra vez. N o tengo ya nada que hacer
aquí. H abía venido a Lyon a com batir y a m o rir con vos
otros. H abía venido porque estoy p rofundam ente conven
cido de que la causa de F ran cia se ha transform ado, en este
m om ento en que se tra ta de su ex isten cia o de su no exis
tencia, en la causa de la hum anidad, y de que la d erro ta de
fin itiv a de Francia, su caída, su sum isión a las bayonetas
de los prusianos y a un gobierno im puesto por los p ru sia
nos, son la m ayor d esgracia que puede o cu rrir — desde el
p u n to de vista de la lib ertad — a E u ro p a entera. H e tomado
(1) Según GuiUturae, este párrafo e s t' borrado en el origina! por el pro*
p ío Bakunin, que lo introdujo m ás tarde en 4.7 im perio knu 1o¡errnérico. V eas*
el ?.{gvn¿c torso d« esta eáici6n . (N ot* de¡ traductor.)
Ca r t a 199
(3 ) Los párrafos que siguen han sido borrados del m anuscrito por Bakunin
y aprovechados en E l im perio knutogerm ánico. Véate e l secundo volum en de
«sta edición, donde se encontrarán con algunos cam bios. (N o ta del traductor.)
CARTA 201
nom brando las cosas por su nom bre, la lib ertad política,
real para las clases posesoras, ficticia para las masas po
pulares, y fundada sobre el som etim iento económ ico de
estas últim as. Un sistem a excelente y beneficioso para
la clase burguesa, como se ve, pero que no puede m an
ten erse m ás que en los países en que la m asa de los traba
jadores es bastante p ru d en te y bastante resignada o bas
ta n te generosa para sen tirse o rgullosa de llevar la lib ertad
de otro sobre sus hom bros de esclava.
T a n pronto como las aspiraciones y las ideas con trarias
com ienzan a p en etrar en las m asas; desde el m om ento en
que esos m illones de trab ajad o res de la in d u stria y de la
tierra, fatigados por su papel pasivo, y no queriendo servir
ya de pedestal a la lib ertad , a la civilización y a la hum ani
dad de las m inorías privilegiadas, com ienzan a reclam ar to
dos los derechos hum anos para ellos tam bién, y se m uestran
d ispuestos a conquistarlos, en caso de necesidad, p o r la
fuerza, todo el sistem a del liberalism o burgués se derrum
ba como un castillo de naipes. Su hum anidad se tra n sfo r
ma en fu ro r; lo hemos visto en ju n io de 1848, y se nos p re
senta en todas p artes h o y ; y su resp eto por los derechos
del prójim o, su culto a la lib ertad , d ejan el puesto a la
rep resió n feroz. E l liberalism o político de los burgueses
desaparece, y al no h allar en sí mismo ni los m edios ni la
fu erza para rep rim ir las m asas, inm olándose en beneficio
de la conservación de los in tereses económicos de la b u r
guesía, deja el puesto a la d ictad u ra m ilitar.
T a l fué la causa del triu n fo , in au dito y fatal, de L uis
B onaparte en 1848. T h iers y J u lio F avre deben saberlo bien,
p u esto que a él co n trib u y ero n m ás que nadie. T a l es hoy
ig ualm ente el secreto de los triu n fo s no m enos in au d ito s y
fatales del Rey de P rusia. E l señor de B ism arck lo sabe tan
bien como Ju lio F avre y T h iers, y por eso mism o cree ju g a r
con seguridad. C uenta prin cip alm en te con la cobardía in te
resada y con la traició n la ten te de la burguesía fran cesa;
y espera, con una gran ap arien cia de razón, que los mismos
m iem bros del Gobierno de D efensa N acional sean lo dem a
siado burgueses y estén lo su ficientem ente interesados en la
conservación de los p riv ileg io s económ icos de la clase pose
sora, para no oponerse a la invasión, lo único que puede
d etener, aplastar a la revolución social.
CARTA 251
confianza del pueblo soberano más que para erig irse inm e
diatam ente, por el hecho de su irresp o n sab ilid ad y de su
irrevocabilidad, en sus amos.
No podía, pues, haber nada de com ún en tre R o ch efo rt y
los otros republicanos del Cuerpo legislativo. E xcepto Ras-
pail, que no lo abandonó nunca, todos lo con sid eraro n y lo
tra ta ro n como un enem igo, y nadie fué tan dichoso como
G am betta, me im agino, el día en que, abandonado cobarde
m ente por toda la izquierda y entregado a las venganzas de
la ju stic ia im perial, fu é encarcelado. R ochefort, m enos por
su ta len to que por su posición francam ente popular, los
eclipsaba y aniquilaba a todos.
Desde su encarcelam iento hasta su liberación por el pue
blo, no se oyó, naturalm en te, hablar más de él. Y desde su
instalación en el P oder por la voluntad d irec ta del pueblo,
no ha dicho ni hace nada que pueda hacer suponer que ha
encontrado en sí mism o un pensam iento y una voluntad. Se
dice que se ocupa ahora, con su am igo F lourens, en la cons
tru cció n de barricadas de un nuevo género. E sto es muy
m erito rio de p a rte de F lo u ren s que, no ten ien d o o tra mi
sión que cum plir, cum ple con su deber al en treg arse por
entero a la defensa de P arís. Pero es dem asiado poco para
un m iem bro del G obierno de D efensa N acional elegido
d irectam ente por el pueblo con el m andato im perativo de
salvar al país. E s preciso, pues, convenir que la im por
tancia e x tra o rd in aria concedida durante alg ú n tiem po a
la persona de R ochefo rt, ha sido más bien producto de
una serie de circunstan cias excepcionales y de una po
sición del todo p a rtic u la r de ellas resu ltan te, que de su
valía personal, Y por fin llegam os a la conclusión de que,
exceptuado el general T rochu, cuya m isión por o tra parte
se lim ita a la d efensa de P arís, no hay en ese desgraciado
G obierno de D efensa N acional un solo hom bre capaz de
gobernar a F rancia, hoy, como no sea León G am betta.
G am betta ha seguido una línea p erfectam en te opuesta a
la de R ochefort. M ientras que este ú ltim o quiso ser tan
sólo el fiel rep resen tan te del pueblo, G am betta estudió
el modo de no rep resen tar más que a la clase b u rg u e
sa. E s un hom bre dem asiado bien educado p ara no detestar
desde el fondo de su alma cuanto se asem eje a un m ovi
m iento popular. Su natu raleza delicada, elegante, se rebe
256 0R R 4S DE MIGUEL BAKUNIN
(1) C artas a un fru n cís sobre la c risis actual (agoato-septitm bro d« 1870).
(B akunin.) En los párrafos citados, í e advierten algunas m odificaciones. Com
párese el fragm ento correspondiente de Es. carta del 27 de agosto, p iz * . 93-94,
(N ota del traductor.)
278 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN
C iudadano y s e ñ o r :
T engo el honor de d irig irle, por uno de m is am igos de
M arsella, el fo lleto que publiqué con este títu lo : L e ttre s
a un Francais su r ¡a crise actuelle.
C ontiene cartas escritas en e l mes de agosto, m ucho an
tes de la capitulación de Sedan ( 1 ) . P ero el editor, am igo
mío, que las ha reco rtad o singularm ente, por no decir cas
trado (2), creyendo sin duda que no había llegado aún el
m om ento para decir to d a la verdad, consideró conveniente
fecharlas en septiem bre.
E sta s cartas —d irig id as a u n amigo, al ciudadano Gas-
pard Blanc, de Lyon, uno de los jóvenes m ás consagrados
a la salvación de F ran cia que encontré, y a quien el señor
C hallem el-Lacour, com isario ex trao rd inario , tien e ahora en
prisió n bajo el p re te x to rid ícu lo y odioso de ser un ag en te
de los p rusianos— espero que le dem ostrarán, ciudadano
E squiros, que no soy n i el am igo ni el p artid ario del R ey
de P ru sia, ni de n in g ú n déspota del mundo.
E l señor C hallem el-L acour y el señor A ndrieux, p ro cu
rador de la R epública en Lyon, se atrev ieron a lev an tar con
tra mí esa calum nia infam e. C iertam ente, no soy yo el que
me quejaré nunca de la vivacidad de la polém ica en tre dos
(1) E sto no es exacto. E l m aterial de i cual fué sacado el folleto está es
crito d el 27 de agosto al 2 6 el 3 de septiem bre. (N ota del traductor.)
(2) Com o para dem ostrar lo inm erecido dt este reproche, G uillaum e pu
blica, profusam ente anotado, el folleto que él compuso con el m aterial entregado
per Bakunin en el tom o segundo da O tu r r e s (París, 1907). (N ota d el tra
ductor.)
286 OBRAS DE MIGUEL BAKUN1N
F IN D BL TOM O I
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