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Drama en un acto
Personajes:
2015
1
ACTO ÚNICO
FLOR DE MARÍA
Buenas tardes. (No parece recibir respuesta) Buenas tardes. (Le hacen caso.
Sonríe) Vine por su llamad--- ¿mi nombre? Flor de María. Flor de María Ramírez
Vergaray. Soltera. (Sonríe nerviosa) ¿Edad? No es de buena educación
preguntarle su edad a una señorita
ROBERTO
¿Señor Salazar B---?
SEBASTIÁN
Cigarro. ¿Tienes un cigarro?
ROBERTO
Temo que no
SEBASTIÁN
Siempre queda el que no se deja atrapar
ROBERTO
¿Sebastián Sal---?
SEBASTIÁN
Café. ¡No hay café! (A la oficina) ¿Cómo pretenden que escriba dos columnas en
menos de tres horas, sin café?
ROBERTO
Disculpe que lo interrumpa---
2
SEBASTIÁN
(Alza la voz) ¿Hay alguna buena foto en archivos de un cuadro de Tsuchiya?
¡Tilsa Tsuchiya, la que será la mejor pintora de este país! Aunque por ahora sus
cuadros solo se exhiban en las cantinas del Rímac
FLOR DE MARÍA
(Incómoda: miente) Treinta y cinco años. Nacida en Lima, sí. (Tímida pero
coqueta sonrisa) Lima mazamorrera. Secundaria completa y estudios avanzados
de secretariado. Me faltó apenas un mesecito para sacar el certificado. Pero
durante el curso, saqué las puntuaciones más altas en mecanografía, taquigrafía y
redacción comercial
ROBERTO
Veo que está muy ocupado
SEBASTIÁN
No más que lo normal. Salazar Bondy, qué tal
ROBERTO
Lo supe desde que me pidió un cigarro
SEBASTIÁN
Y por la nariz. No finjas que no me reconocen por la nariz
ROBERTO
He visto pocas fotos suyas. Lo conozco más por sus escritos
SEBASTIÁN
(A la oficina) ¿Hay o no hay foto de algún cuadro de Tsuchiya? ¡No es chifa, por
si acaso! (A él) Son muy capaces de acompañar mi columna con la foto de un
chi-jau-kay
ROBERTO
Quizá porque solo le falta escribir de gastronomía
SEBASTIÁN
¿Es halago o sarcasmo?
ROBERTO
Cómo cree. Lo admiro mucho
SEBASTIÁN
Muchos lo dicen. “Ese tal Salazar escribe de teatro, de pintura, de música, de
literatura, de cine” ¿Qué le falta? ¿De anticuchos?” ¿Viste “Kukuli”? Con tres o
cuatro películas más como esa, al fin podrá volverse a hablar de cine peruano.
¿Qué se te ofrece?
3
ROBERTO
Hablamos por teléfono
SEBASTIÁN
¡Ah! Eres el que me mandó---
ROBERTO
Un libro de cuentos. “Ausencias”. Soy escritor
SEBASTIÁN
Como medio Lima en estos tiempos, pateas una piedra y brotan cincuenta. Desde
que el buen Varguitas ganó el “Rómulo Gallegos”, todos los jóvenes imberbes
quieren escribir. La nueva novelería de escribir novelas. Por suerte dentro de poco
querrán escribir melodramas para la televisión
ROBERTO
No. Yo nunca
SEBASTIÁN
¿Te parece indigno? La televisión es el futuro, a medida que los aparatos bajen de
precio. No sé si acabe de gustarme, pero así será
ROBERTO
Es… vulgar
SEBASTIÁN
¿Lo popular te parece vulgar?
ROBERTO
Es muy poco elaborado. En la televisión todo está… no sé. Muy dicho
SEBASTIÁN
Cuando estrenaron “El fabricante de deudas” alguien me acusó de lo mismo. “No
hay subtextos, todo está dicho, personajes cliché, textos poco elaborados”
ROBERTO
No va a comparar
SEBASTIÁN
Todo lo que uno escribe y firma, es susceptible de comparar. No se usa un
cerebro especial para cada género
ROBERTO
En su caso, necesitaría muchos cerebros. Y mínimo ocho manos
SEBASTIÁN
4
Basta con café. Y cigarros
FLOR DE MARÍA
¿Idiomas? Español. El mes próximo quiero matricularme en el inglés. Apenas
salga de unos problemitas que me han impedido--- ¿Cómo que “idiomas:
ninguno”? El español es nuestro idioma. (Sonrisita nerviosa de broma) La
hermosa lengua de Cervantes. ¿Religión? (Casi ofendida) Qué pregunta.
Católica, por la gracia de Dios. (Se desconcierta) ¿Raza? (No sabe qué decir)
¿Cómo “raza”? (Pausa breve) Criollita. Piel canela. Canelita clara
SEBASTIÁN
Así que quieres ser escritor
ROBERTO
Al menos ya empecé con un libro
SEBASTIÁN
(Lo busca en su escritorio) ¿“Presencias”?
ROBERTO
“Ausencias”
SEBASTIÁN
No lo encuentro: buen título. Aún no lo he leído. Me disculparás
ROBERTO
No importa. Veo que es un hombre muy ocupado
SEBASTIÁN
(A la oficina) ¿Nadie va a conseguirme café?
ROBERTO
Nunca le falta trabajo
SEBASTIÁN
A mi edad, casado y con una hija chica, a las vacaciones se les llama “desempleo”
ROBERTO
Todo el mundo lo respeta
SEBASTIÁN
Qué poco mundo tienes
ROBERTO
Estuve radicando diez años en París
SEBASTIÁN
5
¿Diez años en la ciudad luz? (Cae en cuenta) Luz. (A la oficina) ¡Las seis de la
tarde, prendan la luz!
ROBERTO
Viví en Paris desde 1954, llegué a los 20 años. Tan imberbe no soy
SEBASTIÁN
¿Y hoy de vacaciones en esta comarca virreinal?
ROBERTO
Volví hace dos semanas. Calculo que por un buen tiempo
SEBASTIÁN
Interesante. ¿Por qué alguien querría volver aquí?
ROBERTO
Digamos que extrañaba
SEBASTIÁN
“Los gallinazos, el cielo color de panza de burro”. Vamos, di otro lugar común
ROBERTO
A usted le gustan los gallinazos
SEBASTIÁN
Y los burros, a fuerza de encontrarme con quinientos todos los días. ¿Eres uno de
ellos?
FLOR DE MARÍA
(Feliz) ¿Tienen algo para mí? ¡Bendito sea Dios! ¡Por eso yo siempre digo que mi
Señor de los Milagros nunca me abandona! ¿En Miraflores? (Más feliz) ¡Además
en Miraflores! ¡Debe ser una empresa de primera categoría! (Se desconcierta) Un
particular. ¿Cómo particular? (Se turba) Un domicilio particular. ¿Una persona
necesita una secretaria por seis meses a partir de la fecha? ¿Una persona?
ROBERTO
Roberto Fuentes Montero. Mucho gusto
SEBASTIÁN
Recién bajado de París. “Pobre gente de París”
ROBERTO
Lo leí
SEBASTIÁN
Te pareces a Juan Nava. (ROBERTO pone cara de: ¿quién?) Juan Nava, el
protagonista. (ROBERTO asiente) ¿Qué quieres?
6
ROBERTO
Primero, conocerlo. Usted es---
SEBASTIÁN
Francia no te quitó la costumbre perricholesca de los halagos. No te confundas…
¿Fuentes? No puedo recomendarte para una beca ni un empleo, no soy
funcionario público. Mucho menos vaca sagrada de ningún establo con ínfulas de
Ateneo para no pagar arbitrios
ROBERTO
¿Siempre está a la defensiva?
SEBASTIÁN
Debe ser el efecto colateral por leer las cartas de algunos indignados lectores, en
respuesta a mis artículos de opinión
GALLINAZO 1
¡Ateo!
GALLINAZO 2
¡Mediocre!
GALLINAZO 3
¡Comunista!
GALLINAZO 1
¡Intelectual!
SEBASTIÁN
“intelectual” es el mejor insulto de todos
ROBERTO
“Ladran Sancho, señal de que---”
SEBASTIÁN
¿“Avanzamos”? ¿A dónde? ¿A mejor vivir encerrados en una burbuja de fantasía,
como el Quijote? A veces los refranes justifican cojudeces
ROBERTO
Necesito su ayuda
SEBASTIÁN
Nos vamos sincerando
ROBERTO
7
Acabo de llegar, y veo que destruyeron el tranvía desde el año pasado. Lima ya no
se parece a la ciudad de mi infancia
SEBASTIÁN
A la mía menos. ¿Tanto te importa? ¿Tan joven, y eres de los que extrañan “una
Lima que se va” y “la flor de la canela”?
ROBERTO
El tranvía era muy útil. Tuve que caminar
SEBASTIÁN
Ni José Gálvez ni la buena Chabuca pudieron salvarse de la nostalgia por lo que
se “cree” que se tuvo. Por lo que se “cree” que esto fue
FLOR DE MARÍA
Roberto Fuentes Montero. ¿Es la persona que ofrece el puesto? (Muy
sorprendida) Escritor. ¿Eso es profesión?
ROBERTO
Nadie conoce Lima tan bien como usted
SEBASTIÁN
Para quererla tanto, primero había que conocerla
ROBERTO
¿Quererla? Me perdona, pero eso no se lo creo
SEBASTIÁN
Por fin empezamos a respetarnos. Me gusta que me contradigan
ROBERTO
Leí que en México acaban de publicarle un ensayo llamado “Lima la horrible”.
¿Quererla? Todos creen que usted odia a esta ciudad
SEBASTIÁN
Y no han leído ni una palabra, pero ya “creen”, juzgan y pontifican. Estaba
absolutamente seguro de esa reacción
ROBERTO
También… bueno, hay que reconocer que no es una ciudad muy amigable. Desde
que uno aterriza. Lima tiene un olor a pescado y melaza quemada que se respira
apenas se abre la portezuela del avión
SEBASTIÁN
“Olor a frito pobre. A lámpara de aceite”. Es de un poema que escribí
ROBERTO
8
Una ciudad que desde el cielo y de pronto, bajo la bruma, aparece en medio de un
desierto salpicado por casas marrones con techos planos
SEBASTIÁN
Dicen que cuando inauguren el nuevo aeropuerto en el Callao, la llegada a Lima
será aún más fea. Por lo menos en Limatambo quedan árboles
ROBERTO
No sé si la quiere o la odia, pero piensa que en Lima nada cambia para mejor
FLOR DE MARÍA
Escritor. ¿Qué edad tiene? (Preocupada) ¿No precisa?
SEBASTIÁN
Lima está construida sobre una enorme repisa, que se quebrará cuando suceda el
gran cataclismo que profetizó Santa Rosita, y los barcos encallarán en la Plaza
Mayor junto a la Catedral. Justo a la hora del Angelus
ROBERTO
Todo al fin sumergido en el agua
GALLINAZO 1
¡No hay agua!
GALLINAZO 2
¡Cómo será el agua!
GALLINAZO 3
¡Agua, el tesoro del agua!
SEBASTIÁN
¿Y si hubiese mucha agua debajo de nosotros? ¿Y si con una varita mágica,
pudiésemos descubrirla debajo de la tierra?
ROBERTO
Debajo de la tierra solo hay más… ¿tierra?
SEBASTIÁN
Quién sabe. Tal vez hay gente viviendo debajo de la tierra, y aún no se han
enterado. Viviendo junto al agua
FLOR DE MARÍA
(Nerviosa) Debe vivir con alguien. Claro, seguro es un escritor que vive con su
familia. Es poco común que un caballero viva solo. Dios lo quiera, porque…
(Traga seco) Usted comprenderá. Yo no puedo trabajar en el domicilio de un
caballero que viva solo. ¿No le ha dicho si es casado o…? (Se sorprende
gratamente) Quinientos soles mensuales. ¿Líquidos? ¿Sin descuentos?
9
SEBASTIÁN
Hasta ahora no me has dicho qué quieres
ROBERTO
Primero, conocerlo. Y un consejo
SEBASTIÁN
Regresa a París
ROBERTO
Por ahora no me es posible
SEBASTIÁN
Para mí tampoco. Por suerte no tengo ni plata ni tiempo. (Auto-irónico) “Las uvas
están verdes”: más cojudeces
ROBERTO
Quiero escribir sobre esta ciudad. Sobre nuestra ciudad. Cuando estaba lejos, era
el único tema que me comía la cabeza. Me acostaba, sufría de insomnio y me
levantaba pensando en eso. ¡Escribir una novela que recree todo un mundo! Que
registre los comportamientos, las costumbres, los sentimientos, lo bueno, lo malo,
y en general la vida de toda una época, en un lugar determinado: éste. Una novela
total
SEBASTIÁN
“Los Miserables” de Víctor Hugo
ROBERTO
“Los limeños” de Roberto Fuentes Montero
SEBASTIÁN
“Muy dicho, muy poco elaborado. Qué vulgar”
ROBERTO
Creo que es un mal título. ¿Me apagará el cigarrillo en la cara por mi ambición?
SEBASTIÁN
Imposible, ahora sí se acabaron. Como a ti se te acabaron los halagos, y ya me
consideras agresivo. (Sonríe) ¡Llegaste a Lima: afila bien los dientes!
ROBERTO
¿Por qué no escribe usted esa novela?
SEBASTIÁN
Uno no escribe lo que quiere. Solo lo que puede
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ROBERTO
¿Se siente mal?
SEBASTIÁN
(No hace caso) ¿Qué clase de consejo?
ROBERTO
Dígame por dónde podría empezar. Es lo más difícil
SEBASTIÁN
Elige el momento que más te guste. ¿Desde que el cacique Taulichusco fue
traicionado? ¿Desde la pica de Pizarro, y la repartición de solares en tierra ajena?
¿Desde los conventos, los carruajes, las tapadas, los negros azotados, los
cercados de indios y el Santo Oficio? ¿Desde el desconcierto de 1821 por una
independencia que nadie quería ni entendía? ¿Desde la prosperidad, a costa de
chinos esclavizados recogiendo mierda de pájaro? ¿Desde la ocupación de los
chilenos, y su sorpresa al ver que en las grandes mansiones flameaban banderas
extranjeras? ¿Desde Valdelomar, Leguía y el Paseo Colón? ¿Desde los
valsecitos?
FLOR DE MARÍA
¿Qué si voy a tomar el empleo? Entienda, primero necesito saber si--- (Asustada)
¡No, no me cancele! (Decide) Está bien: lo tomo. ¿Miraflores, dijo? (Apunta) Calle
Alcanfores 839. A dos cuadras del parque Salazar. (Animándose) Si dice que es
escritor, debe ser una persona culta y bien educada. Tiene que ser un caballero
decente. ¡Claro, por supuesto que sí! (Gran sonrisa de auto-ánimo) Si no lo
fuera… no podría vivir en Miraflores
ROBERTO
¿Necesita ayuda?
SEBASTIÁN
(Mejor) Ya pasó. A veces duele
ROBERTO
¿Y si empiezo por la ciudad como es hoy? “La horrible”, como usted dice
SEBASTIÁN
Ni siquiera sabes de qué trata el libro. ¿La quieres?
ROBERTO
¿A quién?
SEBASTIÁN
Es imposible escribir algo bueno sobre alguna cosa si antes no la quieres
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ROBERTO
Ayúdeme, dígame cómo empezar. ¡Solo una idea para la primera página!
SEBASTIÁN
Observa. Observa a los gallinazos. (Pausa. Vuelve el dolor) ¿Qué crees que le
pasaría a un mago que encuentre agua en un desierto usando una varilla?
ROBERTO
Sería… ¿un salvador?
SEBASTIÁN
Un salvador de gente que odia salvarse. “Los Miserables” sería un buen título para
tu novela. Lástima que Víctor Hugo se nos adelantó
FLOR DE MARÍA
Yo admiro mucho a los escritores
ROBERTO
¿Qué autores le gustan más?
FLOR DE MARÍA
(Capea la pregunta) Varios. Es una bendición saber trabajar con las palabras. Un
don de Dios
ROBERTO
Eso piensan algunos
FLOR DE MARÍA
¿Usted no cree en Dios?
ROBERTO
Solo cuando cobro. (Ella no se ríe) Sin ofender
FLOR DE MARÍA
Dicen que hay muchos escritores así. Ateos, descreídos. Pero como dice mi tía
Obdulia: “Dios sí cree en la gente”
ROBERTO
Deben haberlo estafado mucho
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FLOR DE MARÍA
Igual su amor infinito le alcanza hasta para los estafadores. (Mirando la ruma de
papeles) ¿Necesita que yo…?
ROBERTO
Que trascriba todo a máquina, sí. Es lo que avancé desde mi llegada a Lima. Debo
avanzar mínimo veinte páginas cada semana. Es lo ideal, por disciplina. (FLOR
DE MARÍA lee con dificultad) ¿Entiende?
FLOR DE MARÍA
Con un poco de esfuerzo
ROBERTO
Nunca fui bueno con la letra Palmer en el colegio. Para ser franco, no fui bueno en
el colegio en general
FLOR DE MARÍA
Qué raro. Si es escritor…
ROBERTO
La dejo trabajar, Yo haré lo mismo, y no se preocupe por el ruido. Estoy
acostumbrado a escribir en los cafés
ROBERTO
¿Pasa algo?
FLOR DE MARÍA
Disculpe. (Intenta seguir. No puede) Es que… es que hay algo que no…
ROBERTO
¿”Qué no…”?
FLOR DE MARÍA
(Toma valor) Es que no parece escritor
ROBERTO
¿Me falta la pipa y la botella? La botella aparecerá más tarde
FLOR DE MARÍA
Disculpe. (La cara de curiosidad de él la anima a seguir) Es el pijama. Parece
mi vecino don Pochito. No un escritor
ROBERTO
¿Y cómo se visten los escritores?
13
FLOR DE MARÍA
En las fotos siempre salen con saco. O una chompa bonita de esas con rombos
ROBERTO
¿Aunque haga calor?
FLOR DE MARÍA
(Se avergüenza) Está en su casa. Perdón
ROBERTO
Es lo único que encontré en el armario más o menos cómodo
FLOR DE MARÍA
¿Lo encontró?
ROBERTO
La casa es prestada. De los padres de un amigo
FLOR DE MARÍA
¿Usted no trajo el suyo? Su pijama
ROBERTO
En París dormía desnudo. En verano hacen 35 grados, y en invierno siempre hay
calefacción
FLOR DE MARÍA
Disculpe
ROBERTO
Si la incomodo, me pongo un pantalón
FLOR DE MARÍA
Ya le pedí disculpas
ROBERTO
No se disculpe tanto. Me agobia
FLOR DE MARÍA
Pero de repente zapatos. Por si acaso pise un clavo, o algo muy cochino. Puede
darle el tétanos. A un vecinito le dio el tétanos y se murió convulsionando
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ROBERTO
¿En su barrio hay gallinazos?
FLOR DE MARÍA
(Algo avergonzada) ¿Cómo sabe?
ROBERTO
¿Hay?
FLOR DE MARÍA
En el Rímac hay muchas iglesias. Los gallinazos siempre se posan en las torres
ROBERTO
Nunca he visto a uno por aquí
FLOR DE MARÍA
Quizá no saben cómo llegar
ROBERTO
Eso le molesta de su barrio
FLOR DE MARÍA
Mi hogar es humilde, pero honrado
ROBERTO
¿El del vecino Pochito también?
FLOR DE MARÍA
Mucho menos. Él tiene una hija medio volantusa. Pobrecito, lo hace sufrir. El otro
día pelearon atroz porque ella se fue a la playa la Herradura… (En “secreto”)… y
usó bikini
ROBERTO
(Bajito) Le aseguro que acá no la oye don Pochito. (FLOR DE MARÍA sonríe: se
está relajando) ¿Es muy indecente el bikini?
FLOR DE MARÍA
Algo he escuchado que en Francia tienen otras costumbres. La Briyít Bardó y esas
artistas. Pero yo no entiendo cómo aquí algunas jovencitas se exponen a que las
miren prácticamente desnudas. ¿Dónde dejan su vergüenza, su pudor? Claro que
a los hombres les encanta, ¡por algo son hombres! Que ellas después no se
quejen si los provocan, y les pasan cosas horribles. La que busca, encuentra. (Se
corta) Lo estoy distrayendo
ROBERTO
Todo lo contrario
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FLOR DE MARÍA
Debe ser lindo viajar
ROBERTO
Puede encontrarse con muchas volantusas
FLOR DE MARÍA
Yo casi no he tenido oportunidad de viajar. Solo a Barranca. Y a Chiclayo cuando
era pequeñita, a visitar a mi tía Betsabé
ROBERTO
Se me ocurre que tiene muchas tías
FLOR DE MARÍA
Y a mi mamacita. (Triste) Pobrecita, está muy enferma. Si no me tuviera a mí…
ROBERTO
Lo siento
FLOR DE MARÍA
Trato de estar preparada para cuando el Señor la recoja, así como lo estuve
cuando mi papacito se nos fue hace mucho tiempo atrás. Ya hace año y medio
que ella no se despierta, echadita ahí en su cama. Pero yo sé que ella me
escucha, porque le adivino una sonrisa cada vez que le canto las polkitas que
tanto le gustan, y cuando le froto con alcohol sus piernas cada vez más flaquitas
ROBERTO
Lo siento
FLOR DE MARÍA
¿Usted tiene a sus papás en vida?
ROBERTO
En vida… creo. Últimamente no sé mucho de ellos. (Pausita) ¿Usted aún…?
FLOR DE MARÍA
(Lo corta) Sé lo que va a preguntarme. No, no soy casada. Todavía
ROBERTO
No iba a preguntarle eso
FLOR DE MARÍA
Siempre me preguntan. “Flor de María, ¿tú para cuándo?” Antes me decían “no te
olvides de pedirle a San Antonio” Ahora de frente me dicen “rézale a Santa Rita,
que es patrona de los imposibles”, Yo me río nomás, no me importa
ROBERTO
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Iba a preguntarle si aún tiene ilusiones
FLOR DE MARÍA
No se moleste. Quisiera terminar con mi trabajo
ROBERTO
Perdone
FLOR DE MARÍA
Es su casa. No tiene que pedirme perdón
ROBERTO
Creo que sí me pondré un pantalón. Y zapatos.
FLOR DE MARÍA
Mire
ROBERTO
¿Qué?
FLOR DE MARÍA
Por la ventana. En esa azotea. Al frente
ROBERTO
(Lo ve) Un gallinazo
FLOR DE MARÍA
Será que están aprendiendo cómo llegar hasta Miraflores
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SEBASTIÁN
(Canta) “No me beses que estoy/ muy enfermo” (Para sí mismo) Un hombre llega
de un lugar desconocido. Comete el gravísimo, imperdonable error, de pretender
enseñarle a los miserables que mueren de sed… que puede encontrarse agua.
(Canta) “No me beses/ te pido por favor”. Los miserables sufren, pero están
acostumbrados. Acostumbrados a morir de hambre. A la sequía. A la basura que
nunca se recoge. Al tráfico que les come la vida. A que un pobre les robe el
monedero, y a que un rico les robe el salario del mes. A que los miren mal cuando
caminan por un barrio que no es el suyo. (Canta) “Hace días no como ni duermo/
de pensar en este cruel dolor”. Pero –así como el tísico- los miserables se
consuelan con los valsecitos. Nuestra historia es un panteón. La música, otro
panteón. Y rodeándolo todo, la Arcadia que soñaron sus abuelos. ¡La tradición!
(Canta) “Muchos días ya llevo postrado/ en la cama de un hospital”. Y así viven
recordando cosas que jamás vivieron. Coleccionando nostalgias de fantasías
ajenas, y adorando el cemento que les endurece la memoria.
Aparece ROBERTO
ROBERTO
Sabía que aún estaba aquí
SEBASTIÁN
(Repara en que no hay nadie) ¿Qué hora es?
ROBERTO
Más de las nueve
SEBASTIÁN
Hora de irse
ROBERTO
Al entrar, pensé que se había quedado dormido
SEBASTIÁN
A veces finjo dormir para que me dejen en paz
ROBERTO
Fue al médico
SEBASTIÁN
Nada que no sepa hace años. (Canta) “Ya la ciencia me ha desahuciado/
contagioso y malo/ dicen que es mi mal”. No, no es tuberculosis. Tampoco cáncer
al pulmón. (Por los cigarros) A muchos los haría felices poder echarles la culpa.
Siempre se necesita odiar algo. Aunque sea a un cigarro
18
ROBERTO
¿El corazón, quizá?
SEBASTIÁN
A todos nos falla el corazón en esta jungla. Cómo culparlo. El corazón resiste
poco, y a veces está terriblemente solo. (Canta) “Ser tísico es mi mal/ terrible es
mi dolor/ la ciencia no puede salvarme”. ¿No es genial? Recién cuando menciona
su enfermedad, entran las palmas y la alegría de la jarana. ¡Se muere cantando!
SEBASTIÁN
Ayúdame
ROBERTO
“El rabdomante”. ¿Qué es un rabdomante?
SEBASTIÁN
(Le quita la página) ¿Encontraste la primera frase de tu novela?
ROBERTO
Mejor aún. La encontré a ella. Al personaje de mi novela. A Lima. Siente, respira,
sufre. Está repleta de miedos y prejuicios
SEBASTIÁN
Si crees que solo se trata de eso, el prejuicio es tuyo
ROBERTO
Es apenas un comienzo
SEBASTIÁN
Estás muy tranquilo, y hacer literatura es como entrar desnudo a una caja de
cuchillos. Cualquier ganapán pone una palabra detrás de otra. Pero hay que ser
valiente para escribir. (Canta) “Sin saber quién será/ el dueño de tu amor/ para
poder consolarme”
ROBERTO
Hay cosas que me dan más miedo
SEBASTIÁN
Por ejemplo, llegar a fin de mes
ROBERTO
¿Por qué lo dice?
19
SEBASTIÁN
No tienes ni un sol
ROBERTO
(Nervioso) ¿En qué se basa para decirlo?
SEBASTIÁN
Quieres pedirme trabajo, y no sabes cómo dar más rodeos
ROBERTO
¿Me lo hubiera dado?
SEBASTIÁN
¿Por qué de frente no me lo pediste?
ROBERTO
Era muy obvio
SEBASTIÁN
Más obvio era que finjas no querer pedirlo. Y no has leído casi ninguno de mis
libros
ROBERTO
Solo un par que me prestaron. Necesito conseguir otro sitio en dónde vivir
SEBASTIÁN
¿Y la casa de tus padres?
ROBERTO
No quiero verlos. Un amigo me dejó su tercer piso por seis meses en Miraflores,
cerca del parque Salazar
SEBASTIÁN
Buena zona. Un vecindario elegante vale más que una reconciliación
ROBERTO
Y tengo que pagarle a una secretaria
SEBASTIÁN
¿Pagas una secretaria?
ROBERTO
Odio tipear a máquina
SEBASTIÁN
No: odias trabajar
20
ROBERTO
Tampoco puede decirme eso. ¡Escribí un libro de cuentos!
SEBASTIÁN
Uno, en diez años, de 120 páginas. A doce páginas por año. No eres Juan Rulfo,
¿sabías?
ROBERTO
¡Mi mente trabaja el día entero!
SEBASTIÁN
¿Y quién te engañó diciéndote que el trabajo mental es difícil? Es el más sencillo
que existe. Si tienes algo de escritor, las ideas te brotarán como un géiser. Se te
ocurrirán mil temas por minuto, escribirás una novela diaria en tu cabeza, la
“creatividad” te chorreará por las orejas… y eso no significa absolutamente nada.
Cualquiera tiene ideas mientras se ducha, o espera en la cola del banco. Ser
escritor es romperte la espalda sobre la máquina el día entero, acalambrarte los
dedos, partirte el cuello, sufrir de mala circulación en las piernas, luchar contra las
hemorroides, sudar como un cerdo en verano, congelarte los pies en invierno, y
nunca jamás quitarte del todo la tinta de las uñas de tanto cambiar cintas
gastadas. No te gusta escribir. Te gusta la idea de ser escritor
ROBERTO
¿Me ayudará?
SEBASTIÁN
Despide a tu secretaria y múdate a casa de tus padres. Con eso puedes aguantar
más de seis meses
ROBERTO
Me inspiro mucho en donde estoy. ¿Me ayudará?
SEBASTIÁN
Te inspiras viendo a las muchachas en el malecón. A la gente bella de esta
comarca. La burbuja que mira para el lado del mar. Jamás hacia los cerros
ROBERTO
Viví diez años mirando por una ventana con vista a la ciudad más hermosa del
mundo sin poder sentirme parte de ella . Es una tortura ser un escritor que vive
como pobre, pero que no piensa como pobre
SEBASTIÁN
Mi buen amigo Heraud estuvo en París, y no tuvo más remedio que volver cuando
se le acabó el dinero. Fue mil veces más honesto que tú
ROBERTO
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(Deja de tutearlo) No te atrevas a juzgarme después de todo lo que tuve que
hacer allá
SEBASTIÁN
¿Limpiabas excusados? ¿Eras garcon en algún restaurante? ¿O tenías tu árbol en
el Bois de Boulogne para pescar clientes? Dime todo lo que nunca confesarás
aquí. Las fábulas que cuentas en el bar Zela a tus amigos que fingen creerte. Las
aventuras que te convences de haber vivido porque “¡eres escritor, y mejor que
muchos simples provincianos, porque llegaste a París!” ¿Ves por qué te pareces a
mi personaje Juan Nava? De haber leído el libro, te habría ofendido la
comparación
ROBERTO
No me ayudarás
SEBASTIÁN
Si nos sinceramos, prometo hacer lo que pueda
ROBERTO
Hazlo pronto… o no seré capaz de resistirlo
SEBASTIÁN
Estúpida amenaza. Si dejas de escribir, significa que no era tan importante. Y si no
era importante, ¿para qué hacerlo?
ROBERTO
Ayúdame, o me veré obligado a hacer cosas terribles
SEBASTIÁN
¿A robar? Di algo más original. Todos los ladrones y corruptos lloran cuando los
atrapan, diciendo que lo hicieron “por necesidad”. Ya no hace falta que observes a
los gallinazos. Escúchate a ti mismo
ROBERTO
¡Cosas terribles!
SEBASTIÁN
(Canta) “Ya no vengas/ no vengas a verme”…
GALLINAZO 1
Te estás muriendo, Sebastián
GALLINAZO 2
Ya te vas, Salazar Bondy
22
GALLINAZO 3
Te estás muriendo. No alcanzarás a escribir lo que sabes que aún te falta
GALLINAZO 1
Cientos de poemas
GALLINAZO 2
Miles de crónicas
GALLINAZO 3
Docenas de libros y piezas de teatro
GALLINAZO 1
No alcanzarás a ver crecer tu hija, ni envejecer a tu esposa
GALLINAZO 2
Ni a ver todo lo que pasará en esta ciudad
GALLINAZO 3
Esta ciudad que tanto amas
GALLINAZO 1
Que tanto amas y odias con la misma intensidad de lo imposible
GALLINAZO 2
Y entierras la nariz en esa máquina, para que no vean que estás triste
SEBASTIÁN
Estoy triste. Y la ciudad me conoce
GALLINAZO 3
¡Te estás muriendo!
SEBASTIÁN
(Canta) “Tápame la cara/ hazme ese… favor”
ROBERTO
Sucia. Por más que la pintes cada año, en Lima una pared blanca siempre parece
sucia. Húmeda. Cubierta de moho. Con una pátina negra que anuncia el hongo
que empezará a crecer, como un cáncer. Lo mismo que con la ropa que dejas en
los armarios sin moverla por una temporada. A las pocas semanas huele mal. O si
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fuiste previsor, apesta a naftalina para salvarse de polillas. Nuestra casa era un
lunar de claridad junto a las otras casas de Barranco. A mi madre le encantaba
ese color. Blanco. No “blanco humo” ni “blanco perla” ni esas imitaciones que
buscan disimular las impurezas. Blanca la fachada, blancas las ventanas, incluso
las puertas. Cuando vio que era imposible mantenerlo así, empezó a llorar por las
mañanas. “Es depresión” dijo el primer médico al que la llevó mi padre. “Ya le
pasará”. Pero conforme el blanco impoluto se ensuciaba cada vez más rápido, mi
madre se encerraba a llorar cada vez más horas. Las paredes dejaron de pintarse.
Se llenaron de vetas negruzcas. Crecieron las manchas de humedad. El moho
hizo lo suyo. Mi padre dejó de llevarla a los doctores, y se refugió en el club a
jugar cartas seis días a la semana hasta la medianoche, fotografiado en la
columna “Antipasto Gagá” de Guido Monteverde, brindando muy sonriente con el
dueño de algún banco o una minera que acabara de desplumarlo en el póker.
Tenía una pequeña hacienda en el norte que se encogía cada año, siempre por
culpa de los demás. Por culpa del gobierno por pretender cobrarle impuestos. De
las plagas. Del boicot de sus competidores. De los peones que no trabajaban por
tantas borracheras. O de los comunistas, que les metían en la cabeza ideas tan
extrañas como que ellos también eran personas. Mi familia empezó a hundirse, y
yo escapé a los cafés del centro de Lima a escribir sobre la ciudad. Escribía
cuentos que transcurrían en las plazas, las iglesias, los mercados, los tranvías.
Los jirones. ¿Cuándo una calle deja de ser calle, y se convierte en un “jirón”? A
medida que llenaba páginas, me ponía más triste y amargado. Esta ciudad te
transmite amargura. La amargura está en el paisaje. Te aplasta. Te hace sentir
que no conseguirás nada, que tu vida será una eterna cadena de frustraciones.
Como la mi padre, que perdió décadas buscando un injerto de algodón que resista
la voracidad de los gusanos, pero la voracidad de los acreedores fue más rápida.
Como mi madre, que trató de que la pintura blanca dure más de 48 horas, y
terminó pintando las paredes de su habitación con su propia caca. Y mientras, yo
escribía. Escribía horas, días enteros, y al terminar un cuento, me sentía un
muerto. Un cadáver que respira. La víctima de un terremoto grado 10 sin que
nadie se haya dado cuenta. Hasta que tomé una maleta, compré un pasaje en
barco al otro lado del océano, y juré que solo volvería cuando aquí llueva a
cántaros, y lave hasta la última pátina de mugre. Pero olvidé decir que soy muy
malo para cumplir mis juramentos. (Le habla a FLOR DE MARÍA) ¿Sabías que
solo en Lima existen los “jirones”?
FLOR DE MARÍA
Usted sabe tantas cosas…
ROBERTO
No tanto como tú sabes de cocina. Esos tamalitos que trajiste eran bocatto di
cardinale. (Ella no entiende) Deliciosos
FLOR DE MARÍA
Qué bueno que le hayan gustado. ¿Desea que le compre cigarros?
ROBERTO
24
No tengo billetes chicos
FLOR DE MARÍA
No importa. En la bodega cambian billetes hasta de 50 soles
ROBERTO
Amanecí afónico. Debe ser por la humedad, la neblina
FLOR DE MARÍA
¿Le gustan mentolados?
ROBERTO
(Toma uno) No sabía que te gustara fumar
FLOR DE MARÍA
Muy de vez en cuando. Es mi travesura. Será nuestro secreto. (Siente que no
debió decir eso) Con mi mamacita enferma, imagínese. El humo está prohibido
en casa
ROBERTO
Y mientras trabajas, la cuida tu tía…
FLOR DE MARÍA
Obdulia, mi tía Obdulia. Es su hermana menor. Señorita, como yo
ROBERTO
Señorita, pero también hará sus travesuras
FLOR DE MARÍA
(Ligera sonrisa) Qué mal pensado es usted
ROBERTO
¿Sabe que trabajas en casa de un tipo que vive solo?
FLOR DE MARÍA
¡Dios me libre! La gente hablaría de más. Y sin motivo
ROBERTO
Sin motivo. Qué pena. Que hablen de más, quiero decir
FLOR DE MARÍA
Pero no me equivoqué al imaginar que usted era un caballero. Se nota que ha
vivido en el extranjero y tiene otro trato con la gente. Con razón Francia es el país
de la galantería
25
ROBERTO
Creo que nunca has escuchado maldecir a un boucher del mercado de Les Halles,
ni bebido con un marinero de Marsella
FLOR DE MARÍA
No crea, yo algunas veces también suelto mis lisuritas. Como decía mi mamacita
cuando estaba en salud: a veces un “ajo” bien puesto es de lo más efectivo
ROBERTO
Deberías tratar de viajar más. ¿No conoces el Cusco? ¿Machu Picchu?
FLOR DE MARÍA
Me encantaría conocer Trujillo. Para ver cómo bailan tan lindo la marinera
ROBERTO
Por lo único que preguntan en Europa, es por Machu Picchu. Creen que todos
vivimos en sus ruinas. Se sorprenden cuando uno les dice que vive frente al mar,
no usa poncho, ni se moviliza montado en una llama
FLOR DE MARÍA
(Con desagrado) Qué ignorancia
ROBERTO
Tampoco tienen obligación de saber
FLOR DE MARÍA
¿No saben nada del Perú?
ROBERTO
Los europeos saben mucho más de los países del África o de Asia. En el mundo,
nadie sabe gran cosa del Perú aparte de los peruanos
FLOR DE MARÍA
No saben lo que se pierden. Yo estoy orgullosa de mi patria. De sus tradiciones,
sus valses, su comida tan deliciosa. Dicen que cuando se prueba la comida
peruana, todas las demás parecen adefesieras
ROBERTO
Pero solo preguntan por “Machupíchu” ¿Por qué no te llama la atención?
FLOR DE MARÍA
Son sitios muy… cómo le digo: exóticos. Diferentes
ROBERTO
¿Diferentes de qué?
FLOR DE MARÍA
26
Por los que viven ahí. Usted me entiende. (ROBERTO la mira fijamente, ella se
incomoda) Usted es una persona decente, me tiene que entender. El problema
es que el Cusco y esos sitios… (Baja la voz) Están llenos de… usted me
entiende. (Casi en susurro) De serranos. De indios
ROBERTO
Ajá
FLOR DE MARÍA
Yo sé que no es culpa suya, a ellos les tocó ser así. De chiquitos son bonitos. Mi
tía Adelina crió a una indiecita bien chaposa que le trajeron de Puno, cuando hubo
una sequía terrible y los indios regalaban a sus hijos para que no se mueran de
hambre. La trataba muy bien. Mientras era chiquita, le hacía sus trenzas y la
vestía como a una muñeca. Después, claro, tuvo que trabajar. ¡Y bien
malagradecida resultó la serranita! A los catorce años se escapó, dicen que con
un cargador de La Parada. Ojalá haya vuelto a su tierra. Pero no creo. Seguro se
habrá quedado como polilla--- perdón: como mujer mala en La Victoria
ROBERTO
O de pronto el cargador la quiere y es feliz
FLOR DE MARÍA
¿Cómo va a ser feliz con un cargador?
ROBERTO
Menos si es serranita
FLOR DE MARÍA
(Sonríe) A usted le parece que hablo tonterías
ROBERTO
En absoluto. Yo no soy “la gente que habla”
FLOR DE MARÍA
No: usted escribe. Es como ser mago. Los escritores sacan historias como
conejos de un sombrero. ¿Cómo se le ocurre todo lo que escribe?
ROBERTO
En parte sale de aquí. (Se señala la cabeza) O de la observación
FLOR DE MARÍA
Aunque le parezca raro, cuando se tipea un manuscrito una no se fija exactamente
qué cosa está escribiendo. Pero algo recuerdo de una mujer que vive en una
casona muy antigua. Por los Barrios altos
ROBERTO
Y en su techo, hay gallinazos
27
FLOR DE MARÍA
Y es triste que sea lo primero que ella ve al despertar cada mañana
FLOR DE MARÍA
(No se lo esperaba) Tengo a mi mamacita. A mi tía. Mi trabajo, mis obligaciones
ROBERTO
¿Qué será de ti cuando ellas no estén?
FLOR DE MARÍA
Prefiero no pensar
ROBERTO
O confiar en San Antonio
FLOR DE MARÍA
Y si por algo él me fallara por estar muy ocupado… tengo mi guardadito
ROBERTO
¿Guardadito?
FLOR DE MARÍA
Unas joyitas para pasar mi vejez. Mi tía Obdulia dice que si las vendo, me
alcanzaría para pagar mis últimos años en el asilo Canevaro. Por más que sea
Beneficencia, usted sabe. Con algo de platita, al menos no me negarán un plato
de comida caliente y un bacín que no esté cochino
ROBERTO
Es un gran alivio
FLOR DE MARÍA
Alivio, y al mismo tiempo tristeza
ROBERTO
No seas pesimista. Es imposible que una mujer tan bella se quede sola
FLOR DE MARÍA
¿Lo ve? Es un caballero galante
ROBERTO
Solo digo la absoluta verdad. Comprendo tus sentimientos. Te has guardado para
el mejor, porque solo te mereces lo mejor. Sabes que eres una mujer muy
especial, no una volantusa de bikini. Tú sí que te valoras
28
FLOR DE MARÍA
¿No le parezco una tonta por haber dejado pasar la flor de mi juventud?
ROBERTO
Aún eres joven. En tu ficha leí… ¿treinta y dos, treinta y tres años?
FLOR DE MARÍA
(Avergonzada) Un poquito más. ¿Quizá deje pasar el amor?
ROBERTO
El verdadero amor no conoce de tiempo, Flor de María. No lo confundas con la
lascivia o la concupiscencia que buscan algunos hombres que no saben respetar
la virtud en una mujer
FLOR DE MARÍA
Qué palabras bonitas dice usted
ROBERTO
El hombre que merezca conquistar tu castillo, deberá ser lo bastante digno. (Se
acerca) Deja de tratarme de usted. Me haces sentir un extraño. Creo que ya
podemos decir que somos buenos amigos
FLOR DE MARÍA
Me honra su amistad
ROBERTO
Me honra tu confianza. Me estás abriendo tu corazón, y eso es algo muy delicado
para un espíritu sensible como el tuyo. Un verdadero regalo que aprecio mucho
más de lo que imaginas
FLOR DE MARÍA
Usted habla… como un poeta
ROBERTO
Es tu mirada que me inspira
FLOR DE MARÍA
Debo seguir trabajando
ROBERTO
¿Me invitas otro cigarro?
FLOR DE MARÍA
Solo queda uno
29
ROBERTO
Podemos compartirlo. (Pausita) Te estoy demorando mucho. Quizá hoy salgas un
poco más tarde. ¿Me permites acompañarte a tu casa?
FLOR DE MARÍA
No se moleste, es muy lejos. Y usted sabe. La gente…
ROBERTO
Prometo vestirme presentable por si me ven tus vecinos
FLOR DE MARÍA
¡Cómo dice esas cosas! Ya me hizo poner colorada
ROBERTO
Te iluminaste, y mira. Se disipó la neblina
GALLINAZO ENFERMERO
Llegó ayer casi inconsciente, con un dolor insoportable
ROBERTO
Tiene muy mal color
GALLINAZO ENFERMERO
Es el hígado
ROBERTO
¿Es grave?
GALLINAZO ENFERMERO
Mañana lo darán de alta. Da igual
ROBERTO
¿Cuánto tiempo le queda?
GALLINAZO ENFERMERO
Usted sale de esta clínica, y al cruzar la pista lo atropella un Cocharcas-José Leal
y lo mata en menos de un segundo. ¿Cuánto tiempo de vida le queda desde este
momento? ¿Dos, tres minutos? Qué más da
30
ROBERTO
Ya no necesito que me ayudes. Igual no ibas a hacerlo. ¿Te acuerdas de mi
secretaria? Imagina su casa en una quinta del Rímac, donde pueden asaltarte si
llegas pasadas las nueve de la noche. Junto a la puerta, una mayólica pintada:
“Señor, bendice este hogar”. El felpudo dando la bienvenida en el umbral. Muebles
cubiertos por plástico “para que no se gasten”. En la mesa de centro de su sala,
arlequines de cerámica. Un jarrón de imitación murano con flores marchitas. Una
bola de vidrio capturando un paisaje nevado que no existe. Un pequeño Buda para
la buena suerte si le rascas la panza. Una alcuza en la vitrina. Una Última Cena en
el comedor. Y en el dormitorio, el Corazón de Jesús sobre la cabecera de la cama
de bronce, y debajo una bacinica. Todo oliendo a rancio, tristeza y sahumerio. Y
oculto en los armarios, una caja de zapatos con unas cuántas joyas de valor y
otras que son pura chafalonía, como seguro para su vejez. Qué poco pide una
mujer sola. Qué poco pide, y cuánto está dispuesta a pagar a cambio de un poco
de ilusiones. Se entregará. Se dejará hacer. Por miedo, soledad, desesperanza.
Como una res que empujan dentro de un colectivo en hora punta, sin saber que el
matadero es su última parada. (Recuerda) ¿Qué es un rabdomante? Tú debes ser
el único al que le importa
SEBASTIÁN
A veces finjo dormir para que me dejen en paz
SEBASTIÁN
¿Por casualidad tendrá un…?
SEBASTIÁN
Me gusta esta clínica
GALLINAZO ENFERMERO
(Mientras se lo enciende) Dos meses. Dos días. Dos minutos. Qué más da
FLOR DE MARÍA
“Roberto: tengo que decirte algo”. (Se estremece) No. No, ¡cómo voy a decirlo
con todas sus letras! Pero se dará cuenta igual. (Toma ánimos) “Roberto: si tus
intenciones conmigo son tan serias, tengo que decirte que yo… yo no soy lo que
31
tú piensas”. (Se pone más nerviosa) ¿Y si no quiere verme nunca más? No: no,
no creo. Es un hombre que ha vivido en Francia. Que tiene mundo. Es un escritor.
(Se rehace) “Quiero que sepas que algunas ocasiones, como te confesé… me he
sentido muy sola, y la soledad es la peor consejera. Hace unos años… unos
cuántos…”. (Quiere llorar) “No quiero que pienses que soy menos digna por
haber caído. ¡Pero fue solo una vez!” (Miente. Se pone peor) O qué importa ya si
fue una, dos, tres o cinco. Cuando una mujer ingenua le entrega su llave a un
ladrón, qué importa cuántas veces abra la misma puerta si ya robó lo más
preciado. Yo tenía 29, y soñaba con casarme de blanco, para cerrarle la boca a
las solteronas que me encontraba en misa y me miraban con lástima. “Por gusto
se ilusiona: ya es una de nosotras. Ya se le pasó el tren”. Ese tren por el que
asoman caritas alegres de gente con niños que sonríen y hacen adiós. Ese tren
que siempre parece ir hacia un lugar feliz, aunque tampoco nadie sepa si a la
vuelta se desbarrancará en una curva del camino. De uno de esos trenes, el que
viene de Huancayo, un día bajó Hilario Mamani en la estación Desamparados. Y
en menos de 20 años juntó tanta, pero tanta plata, que se decía capaz de comprar
otro tren igualito al que lo trajo. A cuál santo se encomendaría no lo sé, pero
resultó más poderoso que la misma Santa Rita. Me dijo que, mientras se quedara
viviendo al pie del cerro, nadie se fijaría en él. Que a nadie le importaría enterarse
que hace rato era millonario. Que en su mercado era un rey, y no le importaba que
los señorones –así les llamaba: “señorones”, sin ningún respeto- que los
señorones sigan creyendo que solo era un peón, porque él nunca se asomaría por
los barrios en donde están sus palacios. Me dijo que le bastaba con saber que
todas las mañanas, esos señorones tragaban la fruta que el traía a la capital en su
flota de camiones. Que sin él, no podrían ni tomar el desayuno. Todo eso me dijo
después de haberme perjudicado en ese hotel al que siempre me llevaba con
engaños, prometiendo que se casaría conmigo. Yo no podía mirarlo a los ojos
mientras él se regodeaba en mi deshonra. Quería creer que con el tiempo y la
costumbre podría… no. Amarlo es una palabra muy grande. Podría al menos no
estremecerme cuando me pidiera que acaricie su pelo azabache, igualito al
escobillón que mi papacito usaba para quitarse la pelusa de sus ternos. ¿Placer,
yo? ¡Qué placer puede existir cuando una sabe que está hundiéndose en el fango
y el pecado! Hasta que una tarde, después de tantas humillaciones, tomé valor y
le grité. “¡Indio asqueroso, jamás me casaré contigo! ¡Tú solo me quieres para
mejorar la raza!” Rompí a llorar desolada, y encima él se ofendió. “Todas las
mujeres y hombres de esta ciudad son hechos de mazamorra”, dijo mirándome
con sus ojos chiquitos y rabiosos, mientras se alejaba para siempre, como el
vagón del tren. Ahora tengo pesadillas con Hilario Mamani. Sueño que el cerro en
donde vive cae sobre mi casa y nos aplasta, y entonces creo que Santa Rosita se
equivocó en su profecía, porque a Lima no se la tragarán las aguas, sino los
cerros. (Se rehace) ¿Me seguirás queriendo a pesar de contarte la verdad? Ten
compasión de mí. Mírame a través de mi infinita vergüenza. Tus ojos no son
chiquitos, y negros, y tristes como los de él. Los tuyos son verdes, como un jardín.
Como mi ciudad jardín
32
FLOR DE MARÍA
¿Podrás perdonarme?
SEBASTIÁN
El rabdomante quiere enseñarles cómo encontrar agua
GALLINAZO 1
¡Qué vas a saber!
SEBASTIÁN
¿No quieren saber?
GALLINAZO 2
¡Pff! Eres un ateo
GALLINAZO 3
Un comunista
GALLINAZO 3
Un intelectual
GALLINAZO 1
¡Cómo siendo uno de ellos, sabrás dónde está el agua!
SEBASTIÁN
Me estoy muriendo, y ustedes no me creen
GALLINAZO 2
Solo quieres robarnos
GALLINAZO 3
Quieres engañarnos
GALLINAZO 1
¡Quieres agarrarnos de cojudos!
ROBERTO
No le cuentes a nadie de lo nuestro. Ni a tu tía, ni a alguna amiga. La gente es
envidiosa, no soporta la felicidad ajena, harán cualquier cosa por separarnos. Y
por sobre todo, no escuches si alguien te habla mal de mí. ¡No lo escuches!
33
SEBASTIÁN
(A la oficina) ¡Todavía estoy a tiempo de entregar el artículo, no me apuren! ¡Aún
no he terminado!
GALLINAZO 1
Se te acaban los plazos
GALLINAZO 2
Se te viene la noche
GALLINAZO 3
Entrarás al túnel
SEBASTIÁN
¿Llamó Manuel Scorza? ¿Me ha confirmado publicar en Populibros? ¿Siempre
tengo conferencia el jueves? ¿A qué hora es la tertulia en San Marcos? ¿Cuándo
empiezan a ensayar “Ifigenia en el mercado”?
GALLINAZO 1
Por más que llenes tu agenda
GALLINAZO 2
Por más que quieras escapar
GALLINAZO 3
Igual vendrán por ti
SEBASTIÁN
Me esconderé en el fondo del cajón como el último cigarro. Me escurriré para no
ser barrido por la escoba. Me convertiré en araña para trepar, o en gusano para
arrastrarme. ¡Lo que sea, con tal de que no me atrape!
FLOR DE MARÍA
¿Publicar tu libro?
ROBERTO
El negocio de la edición es algo que no tiene pierde. Te garantizo vender unos
diez mil ejemplares, ¡y quintuplicarás tu inversión en menos de un año!
FLOR DE MARÍA
¿Pero todo?
ROBERTO
No tienes tanto como crees. Es solo un pequeño capital
SEBASTIÁN
34
(Desesperándose) ¡Cinta: se acabó la cinta de la máquina! ¡Yo mismo la cambio,
solo me lleva dos minutos! ¿Qué no hay? ¡No importa el color! Azul, roja, verde, la
que sea. Y si no hay cinta, lo escribiré a mano. Y si no tengo mano, lo dictaré. ¡Y si
no puedo hablar, me expresaré por señas!
GALLINAZO 1
Mejor haz tu testamento, y ya no jodas
SEBASTIÁN
“Dejo mi sombra/ una afilada aguja que hiere la calle/ y con triste ojos examina los
muros/ el cielo sin cielo de mi ciudad/ Dejo mis dedos espectrales / que recorrieron
teclas, vientres, aguas, párpados de miel/ y por lo que descendió la escritura/
como una virgen de alma deshilachada…”
ROBERTO
¿Me dejas hacer un inventario?
SEBASTIÁN
“Dejo mi ovoide cabeza/ mis patas de araña/ mi traje quemado por la ceniza de los
presagios/ descolorido por el fuego del libro nocturno”
ROBERTO
Cuando sea famoso te cubriré de diamantes. Si quieres, hasta podemos casarnos
y tener un hijo. Es solo el empujón que necesito. ¿No te emociona ser la musa
inspiradora de un escritor? Te aseguro que mejor que ese chico Vargas Llosa
SEBASTIÁN
“Dejo mis alas a medio batir, mi máquina/ que como un pequeño caballo galopó
año tras año/ en busca de la fuente del orgullo donde la muerte muere”
FLOR DE MARÍA
Toma de mí lo que quieras
GALLINAZO 2
Es inútil
GALLINAZO 3
¡Ya no te alcanza el tiempo!
SEBASTIÁN
“Dejo varias libretas agusanadas por la pereza/ unas cuántas díscolas imágenes
del mundo/ y entre grandes relámpagos algún llanto/ que tuve como un poco de
sucio polvo entre los dientes”
GALLINAZO 1
35
Muerta tu historia
GALLINAZO 2
Muerto tu nombre, muerto tu ser
GALLINAZO 3
Muerto todo lo que fuiste, y lo que de ti provino
SEBASTIÁN
(Con desesperación) ¡No! ¡Todavía no acabo!
SEBASTIÁN
(Mientras escribe) “De ahí que los políticos de oficio no ofrezcan al pueblo su
liberación colectiva dentro de una re-estructuración socio económica, sino casa
gratis, tierra gratis, alimentos gratis. Parecen saber los muy zorros que la promesa
de otorgamiento de cualquier bien en propiedad, es lo que mueve el sufragio del
ciudadano común…”
GALLINAZO 1
Puro diagnóstico
GALLINAZO 2
Puro análisis
GALLINAZO 3
Y nada cambiará en cien años
SEBASTIÁN
“…las puertas de la riqueza se abren en la lotería, el juego hípico, en el ridículo
concurso. Para la masa limeña, así desviada de su legítimo destino, el socialismo
constituye una amenaza, aún para el más pobre…”
GALLINAZO 1
Qué se podía esperar: es un intelectual
GALLINAZO 2
Y los intelectuales no hacen nada concreto. Solo escriben
GALLINAZO 3
Y jamás se ensucian los zapatos
SEBASTIÁN
36
“… este microscópico propietario masca pacientemente sus desgracias mientras
atiza su ilusión. O las embriaga en la taberna, las lleva a la plaza pública
manifestándose por los candidatos de la reacción que sirven a las grandes
familias, las sume en la abulia. Acepta la fatalidad de su existencia”. (A los
GALLINAZOS) ¡Yo no acepto la “fatalidad”!
GALLINAZO 1
Tú peleas entre lo que escribes, y lo que realmente sientes
GALLINAZO 2
Entre el peor pesimismo, y la esperanza más desesperada
GALLINAZO 3
¿Y si alguna vez –una vez, al menos- intentas hacer, en vez de solo escribir?
GALLINAZO 1
¿Te da miedo fracasar?
GALLINAZO 2
¿Miedo de comprobar que lo peor que piensas de la gente, puede resultar lo único
cierto?
GALLINAZO 3
¿Serías capaz de aceptar la verdad?
SEBASTIÁN
¡Cállense!
FLOR DE MARÍA
El señor Roberto no está
SEBASTIÁN
¿Eres su secretaria?
FLOR DE MARÍA
(Asiente) ¿Desea dejarle algún recado?
SEBASTIÁN
Te está mintiendo. No le creas
FLOR DE MARÍA
No sé de qué habla. Se ha equivocado de persona
37
SEBASTIÁN
Escúchame. He escrito demasiadas historias en donde la inocencia se confunde
con lo patético. Es un vulgar estafador
FLOR DE MARÍA
Le ruego que se vaya
SEBASTIÁN
Pretende ser un escritor que mira y analiza a las personas como cucarachas
desde un pedestal hecho con babas. No se da cuenta de que sus antenas y sus
patas, son de cucaracha
FLOR DE MARÍA
¡Se ha equivocado de persona!
SEBASTIÁN
Te entiendo. Te encontró sola. La sequía es muy dura y el agua se esconde en las
madrigueras. Mucho más en una ciudad como Lima: una jaula enorme llena de
pájaros sanguinarios, búhos oscuros y murciélagos
FLOR DE MARÍA
¡Váyase!
SEBASTIÁN
Cuando era muy joven, viajé a Buenos Aires detrás de una actriz a la que alguna
vez amé. Pensaba: “soy libre”. Libre, y estando lejos podré mirar a mi país en su
exacta dimensión”. Pero no resultó cierto. Extrañaba mi aldea. Mi Arcadia, mi
comarca virreinal. Las cadenas con las que nacemos aquí están hechas de
imanes que te jalan hacia abajo, y no me gustó aceptarlo. Me costó mucho asumir
estar hecho de un corazón clavado a martillazos
FLOR DE MARÍA
No me importa lo que vino a decirme. ¡Él me ama!
SEBASTIÁN
Y luego de volver, y aceptar que no emigraría nunca más, conjuré mi supuesta
derrota escribiendo. Escribiendo el día entero. Escribiendo, escribiendo, hasta
sentir que de tanta insistencia, un día me crecerían alas, y de alguna manera
podría volar. Pero no como un cóndor que mira desde las alturas. Ni un colibrí,
que no se queda quieto más de un segundo. Volaría como un gallinazo sobre
todos los techos de mi ciudad, y me dedicaría a observar cada vez que aterrice en
alguna parte. Una quinta, una mansión, un teatro: donde fuere. Siempre mirando.
Observando, con los hombros encogidos. “Sebastián el sociable, Sebastián el
buen amigo: el creativo, el infatigable Sebastián”. Y tanto me esforcé, que nadie
veía la sombra
FLOR DE MARÍA
38
¿También es escritor? ¡Habla por envidia! ¿Quién es usted, a ver? ¡A quién le ha
ganado!
SEBASTIÁN
Nunca le ganaré a lo único que me importaría ganarle. La muerte proyecta su
sombra encima de mí desde hace años, y a medida que crece, yo escribo más. Y
cuando ella termine de cubrirme –que será cualquier día de éstos- la miraré a la
cara y le gritaré: ¡Hija de puta, no me dejé llevar tan fácil! Te di la bronca cada vez
que me sentaba delante de una máquina, y cada página llevaba una apostilla: “la
vida es un apetito tenaz”
FLOR DE MARÍA
¡Salga de aquí!
SEBASTIÁN
Pero al mismo tiempo, escribir también es un escudo. Tienes la sensación de
mezclarte con los sudores humanos solo hasta cierto punto. De que pasas impune
por las miles de caras que saludas y manos que aprietas, sin compartir más que
cerveza, café o tertulia. Me leen y creen que me conocen. Me saludan y creen
saber quién soy. ¿De qué valdría quitarles esa idea? Desde muy joven, aprendí
que ser sociable, es la mejor máscara para estar solo, y en este oficio uno
necesita soledad. Una isla feliz, aunque sepas que no existe. Hasta que sientes
que se te acaba el tiempo. En otras circunstancias, no me esforzaría en prevenirte.
Una mujer sola, un vividor, y de nuevo la vieja pantomima: “la soltera y el ladrón”.
Pero esta vez no. Hoy quiero involucrarme más. Cambiar el final del cuento y no
solo escribirlo. Huye de ese hombre como de la peste
FLOR DE MARÍA
Váyase
SEBASTIÁN
Juro que te estoy diciendo la verdad
FLOR DE MARÍA
¿Por qué los que son como usted se empeñan en obligarnos a escuchar la
verdad? Yo no la quiero, no me gusta, ¡no me importa la verdad!
SEBASTIÁN
(Desolado) No te importa…
FLOR DE MARÍA
No me importa si tal vez me miente, no me importa si tal vez me engaña. ¡O que
me robe si no puedo evitarlo… pero que me haga el amor!
SEBASTIÁN
¿”El amor”?
39
FLOR DE MARÍA
Usted puede gritar en todas las plazas o publicar en todos los diarios creyendo
que ayuda porque es muy inteligente, y será por gusto. Prefiero las mentiras que
me endulzan los oídos, las palabras que me estremecen aunque sean huecas, y
las caricias que me llenan la cama porque él me alimenta las ilusiones… y usted
ya no tiene ninguna. Sé que está enfermo, que pronto morirá, y a nadie le importa
que pregone “la verdad”. Al contrario, le escupirán, y si pudieran lo harían pedazos
SEBASTIÁN
Como al rabdomante…
GALLINAZO 1
¡Tú no eres como nosotros!
GALLINAZO 2
¡No eres igual a nosotros!
GALLINAZO 3
¡Y si no lo eres, tenemos que matarte!
ROBERTO
¿Sebastián?
FLOR DE MARÍA
El caballero ya se va
SEBASTIÁN
¿Sabes qué es lo más triste? Que realmente eres muy hermosa
ROBERTO
No habrás venido a hablarle mal de mí
SEBASTIÁN
¿Ya le pediste todos sus ahorros para “el gran negocio de publicar literatura”?
ROBERTO
(Descubierto) Se hace pasar por virgen, pero no es mejor que una puta. Me
creerá si le digo que le construiré un castillo. O un puente como el Golden Gate. O
un tren subterráneo. O cientos de escaleras que la lleven hasta el cielo, y ni
siquiera me pedirá las cuentas claras. Podría hacerle tragar cemento hasta por las
orejas, y creería que es miel. Podría llenarle la boca de piedras, y creería que son
40
bombones. No merece otra cosa. ¿Qué culpa tengo yo, si tanto le gusta que le
mientan y le roben?
SEBASTIÁN
Claro. “Tú que culpa tienes”
ROBERTO
De paso, con ella al lado, ya tengo prácticamente escrita mi novela
SEBASTIÁN
No la acabarás. O si lo haces, será basura. Para hacer algo bien hay que amarlo
primero, y tú no eres capaz de amar a nadie
ROBERTO
Qué cursi puedes parecer
SEBASTIÁN
Será que pertenezco a una raza sentimental. (Pausita) Ha entrado la neblina.
¿Tienes un cigarro?
SEBASTIÁN
Es curioso ver cómo el humo se confunde con la neblina y se pierde en ella. En
esta ciudad, todo se pierde o se diluye, flotando, hasta desaparecer. Sobre todo
las palabras. Debo agradecerte haberme dado el final para mi última obra
FLOR DE MARÍA
¿Prometes que nunca me dejarás?
ROBERTO
Te lo prometo. Tu tía Obdulia también debe tener joyas, de hecho que le conviene
invertir en esto. ¿Sabes dónde las guarda?
FLOR DE MARÍA
Lo puedo averiguar. ¿Prometes amarme el resto de mi vida?
ROBERTO
Lo prometo
FLOR DE MARÍA
¿Prometes que no serán solo promesas?
ROBERTO
Tú solo dime qué quieres escuchar. Y yo te lo diré
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Ella se rinde. Se abrazan. Luz sobre SEBASTIÁN
SEBASTIÁN
El rabdomante dice: “me preocupa la sequía, que reduce a las personas a simples
formas”. Entonces le dan dos opciones. Si quiere huir, debe darles el secreto del
agua a las autoridades, y que ellas la distribuyan de acuerdo a la ley o su
voluntad, alquilándola o vendiéndola. Y si no acepta, ira a la cárcel o morirá
linchado por los miserables. Naturalmente, sucede esto último. Los miserables no
quieren saber cómo conseguir agua. Preferirán seguir muriendo de sed.
Persiguiendo la ilusión de que –tal vez, algún día- brotará por sí sola del desierto
GALLINAZO 1
Unas cuantas semanas después, el 29 de junio de 1965, Sebastián Salazar Bondy
terminaba de escribir un artículo para la revista “Oiga”
GALLINAZO 2
Como un típico día de invierno, había amanecido con neblina
GALLINAZO 3
Estaba de buen humor. Y dijo:
SEBASTIÁN
Qué linda sería la vida, si tuviera música de fondo
GALLINAZO 1
Apenas terminó de decir esta frase, le sobrevino una fulminante hemorragia
hepática
GALLINAZO 2
Aún estaba consciente cuando se lo llevaron. Lo operaron de urgencia.
GALLINAZO 3
Fue inútil. El 4 de julio, murió en el hospital
GALLINAZO 1
Tenía apenas 41 años
SEBASTIÁN
Y me alcanzó la sombra
FLOR DE MARÍA
Para la Navidad de ese mismo año, Roberto abandonó a Flor de María dejándola
sin un centavo, y ella buscó a Hilario Mamani, quien ya estaba casado con una
muchacha de su tierra. Se vieron una vez por semana en un hotelito de La Victoria
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por muchos años, hasta el día en que él murió. Por supuesto, Flor de María cree
ciegamente que durante todo ese tiempo, nadie se enteró de esa relación
ROBERTO
Roberto nunca terminó su novela por dedicarse a reescribirla. A la quinta
corrección se dio cuenta de que, en verdad, no le importaba mucho y costaba
demasiadas horas de trabajo. Así que buscó empleo en la televisión y se dedicó a
escribir libretos. Algo que resultó ser bastante más sencillo
GALLINAZO COBRADOR
Jefe. Jefe. ¿Tendrá un pucho?
SEBASTIÁN
Justo te iba a pedir. ¿Qué te pasó?
GALLINAZO COBRADOR
¡La combi chocó, pé! El chofer se puso a hacer carrera y… nada, pé. Le falló la
dirección, y nos empotramos contra un camión que había estacionado sin las
luces. El golpe me dio justo acá, en la nariz. ¿Lo puede ver?
SEBASTIÁN
No queda nada. Te partió limpiamente en dos
GALLINAZO COBRADOR
(Con cierta tristeza) Chá mare, no era mi día, pé jefe. Me habían dicho: “no seas
cobrador en esa línea, harta papeleta tiene esa gente”. Pero si no chambeaba con
ellos, ¿de dónde el combo, pé? ¡Mucho tráfico hay en Lima ya, mucho accidente!
Hasta que me tocó. A mí y otros más. Ojalá nomás que no me los encuentre
SEBASTIÁN
Te aseguro que el tráfico no es nada nuevo. Aunque cada vez está peor
GALLINAZO COBRADOR
¿Y a usté? ¿Qué le pasó?
SEBASTIÁN
Ya hacen muchos años. Más de cincuenta
GALLINAZO COBRADOR
¡Cincuenta! Ásu. Y en vida, ¿qué hacía usté?
SEBASTIÁN
Era escritor
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GALLINAZO COBRADOR
(Ni idea) Ah. ¿Y qué escribía?
SEBASTIÁN
De todo un poco. Cosas
GALLINAZO COBRADOR
¿Pero como qué?
SEBASTIAN
“Acepto esto/ recógelo en tu falda como unas migas/ da de comer al olvido como
un frágil manjar”
SEBASTIÁN
¿La querías?
GALLINAZO COBRADOR
¿A quién?
SEBASTIÁN
A tu ciudad. ¿La querías?
GALLINAZO COBRADOR
(Se encoge de hombros) No
SEBASTIÁN
Por eso fue. (Pausa)
GALLINAZO COBRADOR
Mire, jefe. (Le señala) ¡Gallinazos!
SEBASTIÁN
Es un pedazo de espejo. Somos nosotros
GALLINAZO COBRADOR
¿En serio no tiene un pucho? Está nublado y hace su friecito, pé
SEBASTIÁN
Qué suerte. El que no se deja atrapar
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SEBASTIÁN lo enciende, da una pitada y lo comparte con el GALLINAZO.
Los dos se quedan mirando el horizonte, mientras el humo del cigarro se
confunde con la neblina.
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