Está en la página 1de 632

BIBLIOTECA

AUTORES ESPAÑOLES

TOMO VIGÉSIMOCUARTO.
^2>^ BIBLIOTECA
6552,5

AUTORES ESPAÑOLES
DESDE LA FORMACIÓN DEL LENGUAJE HASTA NUESTROS

W
DÍAS.

COMEDIAS ESCOGIDAS
DE

FREY LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIÓ


JUNTAS EN COLECCIÓN Y ORDENADAS

POR DON JUAX ELGEMO HARTZENBUSCH.

TOMO PRIMERO.

MADRID.
IMPRENTA Y ESTEREOTIPIA DE M. RIYADENEYRA
SALÓN DEL PRADO, 8.

1853,
Pe?
(>I7I

t 'Z<i

G*
0-
C'
» ,

PROLOGO DE ESTA EDICIÓN.

Iba cayendo el sol, y acercábase á la peripecia última, precursora del desenlace,


una comedia que en un teatro de Madrid (ó corral, como solia entonces decirse) repre-
sentaban cuatro galanes , dos damas , un barba dos graciosos, dos graciosas y
, otros
actores de clase inferior, ante una porción de espectadores, con sombrero calado,
como quienes encima de sí no tenian otra techumbre que la del cielo. Ya la primera
dama había hecho su postrera saUda con el mas rico traje de su vestuario : absorto su
amante del señoril porte de aquella mujer, que, siendo una humilde criada, sabia,
sin embargo, llevar el pomposo guardainfante, como si en toda su vida no hubiese
arrastrado otras faldas ; ciego de pasión y atrepellando los respetos debidos á su lina-
je , se había llegado á ella , y asiéndole fuera de sí la mano , le había ofrecido la
suya. El galán segundo se había opuesto resueltamente á la irregular
y precipitada
boda pero al oir que la supuesta Isabel tenia por verdadero nombre el ilustre de
;

doña María Guzman y Portocarrero y era aunque moza de cántaro parienta del du-
, ,
,

que de Medina, su resistencia había desaparecido. Hecha pues una gran reverencia
muda á la novia , se adelantó el actor á la orilla del tablado para dirigir esta breve alo-
cución al púbHco :

Aquí
Puso fin á esta comedia
Quien si perdiere este pleito
,

Apela á Mil y Quinientas.


Mil y quinientas ha escrito :

Bien es que perdón merezca.

De las gradas y barandillas de las ventanas y desvanes de todos los asientos,


, ,

pero principalmente de los que llenaban el patio, hubo de sahr entonces, entre ruido-
sas palmadas, un grito unánime de admiración , de entusiasmo y orgullo nacional jus-
tísimo. <r
j
Vítor, Lope clamaba aquella alborozada multitud una vez y otra
! » ; « j Viva
el fénix de los ingenios! jViva Lope de Vega !

¿Quién era Lope?


Frey Lope Félix de Vega Carpió, en el año de 1632, en que suponemos repetida con
La moza de cántaro, comedia escrita con diferente conclusión, á fines
el final preinserto

de 1625, era un sacerdote septuagenario, caballero del hábito de San Juan, príncipe
déla poesía española, milagro de la naturaleza, pasmo del orbe.
y, PRÓLOGO.
A los once años habia escrito su primera composición dramática.

A los cuarenta y uno ya llevaba escritas doscientas treinta.


Seis años después habia doblado el número con exceso : contaba cuatrocientas

ochenta y tres.

De cincuenta y seis años era autor de ochocientas.


Dos años después tenia cien comedias mas, novecientas.
Cumplia sesenta y dos años, y lejos de menguar su fecundidad poética, escribia
mas comedias al año que nunca no pasaban de mil y setenta las que tenia repartidas
:

por los teatros del reino hasta entonces ; mil y quinientas eran á los setenta. Cincuenta

V cuatro comedias por año habia producido en edad tan poco á propósito así para el

trabajo corporal recio como para tareas penosas del espíritu ; en solas vemte y cuatro
horas, mitad en un dia y mitad en otro, componía Lope un drama de dos mil y cuatro-
cientos versos ó mas agigantado
:
y poco menos que increíble esfuerzo, que habia re-
petido en su vida , no dos ni tres ni diez veces solas , sino mas de ciento.

Además délas mil y quinientas comedias, habían brotado de su inagotable pluma


unos cuatrocientos autos, diez novelas , diez poemas mayores y otros menores ; epís-

tolas, églogas, entremeses, loas y otra multitud de composiciones, con las cuales
(aunque no en su totalidad) el impresor don Antonio de Sancha formó una colección
de veinte y un tomos en 4.°, que principió á publicarse en Madrid el año de 1776.
Sí todas las obras de Lope se conservaran ellas solas formarían mas de cincuenta y,

ocho tomos como los de esta Biblioteca de catorce á quince lo menos se necesita-
; , ,

rian para incluir las que aun pueden hallarse. No cabe en nuestra Biblioteca tanto ; no
querrían nuestros lectores tal número de volúmenes de un autor mismo : nos es nece-
sario escoger. Se darán pues tres tomos de comedias y uno de obras sueltas escogidas de
Lope, donde se procurará reunir lo mejor que compuso y lo quemas propiamente sirva

para conocer sus facultades en todos géneros y el desarrollo sucesivo de su numen


poético. En el último tomo irá un catálogo de todas las comedías de Lope, con una

breve noticia del argumento de las que he podido haber alas manos y quedan fuera
de la colección. Al catálogo acompañarán observaciones y noticias sobre varios dra-
mas, y, sujeto en lo posible á orden cronológico, reparará la casi arbitraria colocación

que lleven las comedias en los tres tomos : al terminar el último sabré de esto algo
mas que ahora.
Una buena biografía de Lope haría muy al caso á este primer tomo de sus comedías
escogidas. Tiempo há que pensaba escribirla un autor de gran erudición é ingenio,
hábil, y felicísimo sobre todo, para buscar y hallarse á medida de su deseo cuan-
tos documentos necesitare : imprudencia seria empeñarme yo en hacer como cual-
quiera lo que otro puede como ninguno. Mientras el futuro biógrafo de Lope da á luz
su obra , súplala imperfectamente la que nos dejó el doctor Juan Pérez de Montal-
ban , agregándosele aquí algunas noticias tomadas del Diccionario de hijos ilustres de

Madrid, que escribió el diligentísimo don José Alvarez y Baena, y alguna también del
señor Adolfo Federico de Schack, autor de una historia excelente del teatro español,
,,

PROLOGO. vil

publicada en Berlín ocho años há. Con la Fama postuma de Lope , obra de Montalban
su discípulo, con el bien razonado juicio acerca del Fénix de los ingenios que incluyó
en su Manual de literatura el excelentísimo señor don Antonio Gil de Zarate , y un ati-

nado artículo del señor don Adolfo de Castro, sobre el carácter de Lope, que apareció
en las columnas del Semanario pintoresco , y se reproduce aquí, junto á lo demás que
va mencionado, tiene á mi entender el lector lo bastante para saber qué estimación se
hizo de Lope en su siglo y en el pasado , cómo se le aprecia en el dia y cuál concepto

debe merecer en todas las edades.


Veinte y siete comedias comprende este tomo, nueve con prólogo ó dedicatoria del
autor, que siempre nos dice allí alguna cosa útil de saber. La de El verdadero amante,
primera que doy, está dirigida por Frey Lope Félix á Lope de Vega, su hijo , y apa-
rece impresa con la nota de primera comedia de nuestro autor. A pesar de tal califica-

ción debida simplemente


, al impresor que publicaba el tomo xiv de Lope El verdadero ,

amante no es su primera obra dramática , sino la mas antigua de las que de él conoce-
mos. Lope la compuso, según afirma él propio, cuando tenia los años que entonces
su hijo : este contaría sobre catorce años de edad cuando su padre le dedicaba El ver-
dadero amante ; Lope no aguardó á su decimocuarto abril para producir su primera obra
escénica. «Las escribí de once y doce años,» dice en el Arte nuevo de hacer comedias.
Hubo, sí, de retocarla después, porque las primeras de Lope salieron divididas en
cuatro actos , y El verdadero amante aparece en tres , aunque se nota que el primero
contiene casi tantos versos como juntos los otros ;
prueba de que al modificar Lope
este drama, refundió los dos primeros actos originales en uno.
El verdadero amante, además de ser uno de los primeros ensayos de Lope, reúne la

circunstancia de una extraordinaria rareza : yo , por lo menos nunca


, la he visto sino
en el ya citado tomo xiv de Lope , de cuya colección de comedias en veinte y cinco
apenas se halla ejemplar completo en el mundo. En el mismo caso están El bobo del
colegio, La discreta enamorada, con cuyo argumento tiene no poca semejanza La es-
cuela de las mujeres de Moliere, La corona merecida y El ausente en el lugar, una de
las fábulas buenas de Lope. Seis de las mas difíciles de encontrar sueltas van en este
tomo.
La estrella de Sevilla , La viuda valenciana La noche toledana La dama boba Los me-
, , ,

lindres de Belisa , Quien ama no haga fieros Lo cierto por lo dudoso y La moza de cántaro
,

eran muy conocidas del público desde que aparecieron refundidas en el teatro ; las

ediciones antiguas se habían hecho también muy raras.

De La niña de plata , El perro del hortelano , Las flores de don Juan Los , Tellos de Me-
néses y El premio del bien hablar hay varias ediciones modernas ,
pero faltas de trozos
y aun de escenas considerables, que se han restablecido en esta reimpresión, si-
guiendo el texto autorizado por Lope, es decir, el de la colección suya, que inspec-
cionó en la mayor parte. Así, de los veinte y siete dramas insertos en el presente vo-
lumen, seis apenas eran conocidos, siete no se hallaban en el comercio de libros, y
otros seis solo aparecían incompletos y viciados. El tomo primero pues de las come-
yi„ PRÓLOGO.
dias escogidas de Lope de Vega por el eminente mérito del autor y,
por los escritos de

que consta, debe merecerla atención del público.


Todas las comedias del tomo , á excepción de la primera y la última , van divididas

en escenas, por las razones, buenas ó malas, que alegué al reimprimir en parte el teatro

del maestro Tirso de Molina. No he respetado la ortografía de las ediciones antiguas,

pero si la doble pronunciación de algunos vocablos en aquel tiempo. Puntúo las cláusu-
las y acentúo las vocales según hoy se estila; escribo, por ejemplo, haber en lugar de aver,
Zaragoza por (^arago^a, Juan en lugar de luán, nube en lugar de nuue; pero imprimo
unas veces de esto , de ello , de él , y otras del , dello y desto ; aquí decidle , allí decilde ; tan

pronto doctor, efecto, concepto, envidia, recibir y ahora, como dotor, efeto, conceto, in-

i-idia, recebir y agora; descender y decender, adivinar y adevinar, perfección y perfecion,

ansí y asi . propio y proprio , escuro, obscuro y oscuro, etc., etc. De un modo y otro se

deeia; de un modo y otro puede escribirse.


De la corrección del texto no debo tratar : el de varias comedias aparece alterado;
algunas correcciones he hecho, muchas he omitido porque no veia clara la enmienda.
La estrella de Sevilla, esa tragedia célebre, donde se admiran situaciones tan bellas

y tan felices rasgos, carece de sentido en varios pasajes, mutilados oprobiosamente :

supresiones ó añadiduras mal hechas embrollan su desenlace de tal manera, que ape-
nas se entiende la intención del autor. En La niña de plata , que debe ser obra de Lope
y otro, aparecen en el acto 3.° dos personajes con los nombres trocados. La segunda
parte de Los Tellos de Menéses, compuesta en el mismo año que La moza de cántaro,

está escrita en estilo tan diferente, que en conciencia no se la debe tener por obra de
Lope ; en su totalidad no lo es de seguro. Sobre estos y otros semejantes puntos se ha-
blará en las notas.

Reunir en tres tomos las mejores comedias de Lope y otras que son recomendables
por varios títulos es el fin que me he propuesto al emprender esta colección : no se me
pida mas. Lopf:, la mayor gloria de nuestro teatro, una de las mas grandes de Espa-
ña, el poeta con mas facultades de tal que hubo en el mundo, merecía una edición
monumental y completa de sus obras no este pobre y desmedrado rebusco , : si puede
servir de algo á los que emprendan otras mejores, me daré por contento.

Los amigos que, tan generosos como siempre, me han facilitado sus libros para reim-
primir ó cotejar algunas de las piezas incluidas en este volumen, los señores don Agus-
tín Duran y don Aureliano Fernandez-Guerra y Orbe, reciban el sincero testimonio de
gratitud que les es debido. Mas cabal quisieran algunos eruditos á Lope : yo también ;

pero hágala yo , hágala otro, no ha de ser esta su postrera edición. Mientras se hable
castellano en el mundo, y aun después que nuestros sucesores dejen de hablarlo,
tendrá quien reproduzca sus admirables páginas el padre feliz, el portentoso creador
de la escena española.
1^

A LA VIDA Y MUERTE

DEL DOCTOR FREY LOPE FÉLL\ DE VEGA CARPIÓ,


ESCRITA POR EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALBAN,

NATCRAL DE MADRID Y NOTARIO DEL SANTO OFICIO.

(Madrid, en la imprenta del Reino, año 1636. Reimpresa en las Obras sueltas de Lope, Madrid, 1776, tomo xx.)

Félix de Vega y Francisca Fernandez, él hidalgo de ejecutoria y ella noble de nacimiento, y


vecinos entrambos de la ilustre villa de Madrid fueron los felicísimos padres del doctor Frey
,

Lope Félix de Vega Carpió (A), portento del orbe, gloria de la nación, lustre de la patria, oráculo
de la lengua, centro de la fama, asumpto de la invidia, cuidado de la fortuna, fénix de los siglos,
principe de los versos, Orfeo de las ciencias, Apolo de las musas, Horacio de los poetas, Virgilio
de los épicos, Homero de los heroicos, Pindaro de los líricos, Sófocles de los trágicos y Terencio
de los cómicos ; único entre los mayores, mayor entre los grandes, y grande á todas luces y en
todas materias.
Nació en Madrid en casas de Jerónimo de Soto en , la puerta de Guadalajara , á 25 do noviem-
bre, año de 562, día de San Lope, obispo de Verona. Bautizóse en 6 de diciembre en la iglesia
parroquial de San Miguel de los Octoes, siendo cura el licenciado Muñoz, y padrinos Antonio Gó-
mez y Luisa Ramírez, su mujer. A los dos primeros abriles de su edad, ya en la viveza de sus ojos,
ya en el donaire de sus travesuras, y ya en la fisonomía de sus facciones, mostró con los amagos lo
que después hizo verdad con las ejecuciones. Iba á la escuela, excediendo conocidamente á los de-
más en la cólera de estudiar las primeras letras y como no podía por la edad formar las palabras,
;

repetía la lición mas con el ademan que con la lengua. De cinco años leía en romance y latín y ;

era tanta su inclinación á los versos, que mientras no supo escribir, repartía su almuerzo con los
otros mayores porque le escribiesen lo que él dictaba. Pasó después á los estudios de la Compa-
ñía, donde en dos años se hizo dueño de la gramática y la retórica y antes de cumplir doce te- ;

nia todas las gracias que permite la juventud curiosa de los mozos, como es danzar, cantar y traer
bien la espada quizá porque sabia que tocaba al buen poeta la noticia destas tres artes, como lo
,

advierte Horacio en su sátira nueve, diciendo que los versos medidos tienen cierto parentesco con
los compases de los pies en el ejercicio de danzar, con el movimiento de las manos en la destreza
de las armas, y con la entonación de las voces en la armonía de la música.
Viéndose ya mas hombre, y libre del miedo de su padre, que ya había muerto, ambicioso de
ver mundo y salir de su patria, se juntó con un amigo suyo, que hoy vive, llamado Hernando
Muñoz, de su mismo genio, y concertaron el viajo, para cuyo intento cada uno se previno de lo /
necesario fuéronse á pié á Segovia, donde compraron un rocín en quince ducados, que enton-/
:

ees no seria malo, por el valor que tenia el dinero pasaron á La-Bañeza y últimamente á Astor-
; ,

ga, arrepentidos ya de su resolución, por verse sin el regalo de su casa y asi determinaron vol- ; ,

verse por el mismo camino que llevaron y faltándoles en Segovia el dinero se fueron entram-
;
,

bos á la platería, el uno á'trocar unos doblones y el otro á vender una cadena. Pero apenas el
platero (escarmentado quizá de haber comprado mal otras veces) vio los doblones y la cadena,
claro está, pensó lo peor, pero lo posible y dio parte á la justicia que luego vino y los prendió;
, ,

mas el juez que debía de estar bien con su conciencia habiéndoles tomado su confesión, y vien-
,
,

do que decían entrambos verdad, porque decían una misma cosa, y que su culpa era mocedad, y
no dehto y en efeto que su modo su hábito y su edad no daban indicios de otra cosa, les díó li-
, ,
;

I LOPE DE VEGA CARPIÓ.


bertad , y mandó que un alguacil los trújese á Madrid y los entregase á sus padres con los doblo-
nes y la cadena ; lo cual se ejecutó brevemente y á poca costa tanta era entonces la justificación
:

de los ministros, de hoy, para ocho dias de pleito no hubiera harto en un patrimonio.
que el dia

Luego que llegó á Madritl por no ser su hacienda mucha y tener algún arrimo que ayudase á su
.

lucimiento, se acomodó con don Jerónimo Manrique, obispo de Avila, á quien agradó sumamen-
te con unas églogas que escribió en su nombre, y con la comedia de Lapaüoral de Jacinto que y

•fué la primera que hizo cié tres jornadas, ponpie hasta entonces la comedia consistía solo en un
dialogo de cuatro personas que no pasaba de tres pliegos y destas escribió Lope de Vega mu-
, ,

chas, hasta introducir la novedad de las otras; para que sepan todos que su perfección se debe
damas; y cuantos después acá las han escrito
solo a su talento, pues las halló rústicas y las hizo
(aunque alguno bárbaramente lo niegue), ha sido siguiéndose por esta pauta, como los que apren-
den á escribir, que ponen la materia del maestro debajo del papel, para imitarle en el brioso des-
empeño de los rasgos y en la pertecla tbrma de las letras. Los aplausos que se le siguieron con el
nuevo género de comedias fueron tales, que le obligaron ¡i proseguirlas con tan feliz abundancia,
que i'U muchos años no se vieron en los nitulos de las esquinas mas nombres que el suyo, heroi-
camente repetido. Mas pareciéiidole que seria importante saber de raíz la filosofía, para no ha-
blar en ella acaso (desgracia que sucede á muchos), hizo elección de la insigne universidad de
.\lcal;i, donde cursó cuatro años hasta graduarse siendo el mas lucido de todos sus concurren-
,

tfs, así en las conclusiones como en los exámenes. Supo que estaba el señor duque de Alba en
Madrid, y vino á verle y á besarle la mano, de que se holgó su excelencia mucho, porque le ama-
ba con extremo; y así lo mostró ofreciéndole su casa, y haciéndole, no solo su secretario, sino su
valido favor que pagó Lope con escribir á su orden la ingeniosa Arcadia, enigma misterioso de
:

sugetos altos, desalumbrado en el rebozo de pastores humildes.


Perseveró en esta privanza mucho tiempo, ya estando con su excelencia en Alba y ya vinien- ,

do a la corte á sus negocios hasta que enamorado de doña Isabel de Urbina hija de don Diego
, , ,

de Urbina, rey de armas y muy conocido en esta villa, hermosa sin artificio, discreta sin bachi-
llería y virtuosa sin afectación, se casó con ella, con permisión de los deudos de entrambas partes.
Mas el desden de la fortuna que siempre mira con ceño la quietud de las seguridades, desbarató á
,

Lope todas estas glorias: ¡qué mucho, si los méritos y las desdichas se dan las manos tan fácilmen-
te! Es pues el caso, que habia en este lugar un hidalgo entre dos luces (que hay también crepús-
culos en el origen de la nobleza como en el nacimiento del dia), de poca hacienda, pero de mu-
cha maña para comer y vestir al uso sin mas oficio que la asistencia en las conversaciones, don-
,

de pedia barato con desahogo á título de decir donaires á los presentes y cortar de vestir á los que
no estaban delante. Supo Lope que una noche habia entretenido la ociosidad del auditorio á su
costa, y disimuló la descortesía, no por temor, sino por desprecio; que hay hombros que aun no
merecen la ira del ofendido; mas viendo (pie porfiaba en su civil tema, cansóse y sin tocar en la ,

sangre ni en las costumbres, que lo primero es impiedad y lo segundo despropósito, le pintó en


un romance tan graciosamente, que causó en todos risa, pero no escándalo que en los versos es-;

critos sin odio y con buen gusto cabe el donaire, pero no la injuria. Picóse el tal maldiciente con
grande extremo; que hay hombros que apodan a todos, y en diciéndoles algo á ellos pierden el
juicio, y remitió su defensa a la espada, enviando á Lope un papel de desafío lance de que salió :

tan airoso, que dejó calificado su brío y enmendada la condición do su contrario (B). Este y otros
desaires de la fortuna, ya negociados de su juventud y ya encarecidos de sus opuestos, le obli-
garon a dejar su casa, su patria y su esposa, con harto sentimiento; si bien se lo tempk) la cor-
tesana acogida que le hizo la ciudad de Valencia y sus ciudadanos mientras fué su huésped. Des-
pués de algunos años que estuvo en los reinos, los afectos naturales de la patria, las floridas
riberas de Manzanares objeto lírico de su pluma, y los justos deseos de ver su esposa, le restitu-
,

yeron á sus brazos con tan destemplado contento que se temió su vida en el mismo regocijo
,

que es tanto melindre de nuestra salud, que peligra en el gozo como en la pena si no es que
i.-l ;

fuese ensayo del diUor que le estaba esperando, pues dentro de un año (C) el agudo acero de la
muerte, que corta y deshace las mas firmes lazadas, se la quitó intempestivamente de los ojos;
golpe que le partió el corazón por medio y que solo pudo hacerle sufrible el respeto á la mano
,

que le tiraba. Sucedió esta desgracia en ocasión de efectuarse la jornada de Inglaterra, que alen-
taba el generoso brazo del excelentísimo señor duque de Medina-Sidonia, á cuya sombra se alis-
tó de soldado, con ánimo de perderla vida, porque acabasen con ella sus congojas. Salió de Ma-
PRELIMINARES. xi

drid, atravesó toda Andalucía, llegó á Cádiz y pasó á Lisboa, donde se embarcó con un her-
la

mano suyo que tenia alférez y habia muchos años que no se vian placer que también le duró
, ;

pocas horas , porque en una refriega que tuvieron con ocho velas de holandeses, le alcanzó una
bala y murió en sus brazos. Y como sea verdad que nunca viene un pesar solo, porque siempre
el que se padece es víspera del que ha de seguirse , sucedió tras tantos azares, que el viento (ti-

rano príncipe de las provincias de Neptuno) con una borrasca continuada malogró, á pesar de
larazón y de la justicia, el noble coraje de tantos esforzados leoiies, cuyo lamentable suceso vol-
vió á Madrid á nuestro Lope mas aprisa que imaginó su ardimiento donde viéndose no muy so-
;

brado, sirvió al marqués de Malpica de secretario, y luego con el mismo oficio al conde de Lé-
mos, que fué el último dueño que tuvo, y que le tuviera siempre, si no le cautivara la belleza de
doña Juana de Guardio, hija también de vecino de Madrid, con quien repitió el matrimonio y de ,

quien tuvo varón y hembra, que es la mayor dicha que pueden tener los casados, porque el pa-
dre quiere á la hija y la madre al hijo, cada uno encareciendo su amor y su gusto si bien á los seis
;

años murió Carlos, que era el primogénito, y quedó sola doña Feliciana de la Vega, que hoy vive
casada con Luis de Usategui. Sintió la madre la falta de su hijo con tan verdadera fatiga, que

nunca volvió en su antigua salud y á la primera enfermedad murió en ocho dias que una calen-
, ;

tura sobre una pesadumbre, de derecho pide la mortaja (D). Quizá para mas bien de la difunta y
para mayor desengaño de Lope que viendo en aquella profanada belleza desteñida la púrpura de
,

sus mejillas, ajada la nieve de su frente, macilento el color de su semblante, quebrados los crista-
les de sus ojos, traspilladas las perlas de sus dientes, helados los marfiles de sus miembros y des-
conocidas las señas de sus facciones, se resolvió ano admitir tercero casamiento y á buscar nuevo
modo de vida humana que le asegurase la divina para cuyo efeto dejó de raíz cuantos estorbos
,

le pudieran embarazar en el siglo. Retiróse de las ocasiones mas leves; trató solo del remedio de
su alma; solicitó el habito de la sagrada orden Tercera, entró en la congregación del Caballero

de Gracia, acudió al servicio de los hospitales, ejercitóse en muchas obras de misericordia, visitó
el templo de Nuestra Señora de Atocha, de quien era muy apasionado, los sábados por voto y

todos los dias por devoción y últimamente, resuelto a lo mejor, se fué á Toledo y volvió sacer-
;

dote. Confesóse generalmente. Dijo la primera misa en el Carmen descalzo, donde tenia su con-
fesor. Hizo un oratorio en su casa, no solo curioso, sino rico, donde celebró todos los dias, me-
nos los precisos de la parroquia y los que dispensaba al amor de una deuda religiosa que tiene
en las Trinitarias descalzas. Y sabiendo que habian hecho los sacerdotes naturales de Madrid una
venerable y santa congregación, cuyo fin es enterrar los clérigos que mueren pobri3S, vestir á
los desnudos, libertar á los presos y ayudar con dinero á los menesterosos, metió una petición
para ser admitido, que al punto se decretó y fué tan perfecto congregante, que jamás faltó á
;

entierro ni á ejercicio de caridad ninguno y así, con mucho exceso de votos le propuso la Con-
;

gregación para capellán mayor suyo ; y quiso la suerte que de cuatro que entraron en ella sa-
liese él solo,que, confesando su insuficiencia para tanto peso, admitió el cargo, al trazó á to-
dos, y cumplió con sus obligaciones tan liberal como cuidadoso.
Con este concierto de vida pasó muchos años, viviendo siempre con tanta atención á su con-
ciencia, con tanto respeto á su estado, con tanto despego al siglo, con tanto afecto a la virtud,
con tanto descuido de su vida y con tanto cuidado de su muerte, que parece la deseaba ó la
suponía muy cerca, porque con mucho tiempo hizo su testamento, en que dejaba, después de
las mandas precisas, por muestra de su amor y para memoria de su voluntad, al señor duque
de Sesa un retrato suyo de grande estimación y todos los papeles que se hallasen al secretario ;

Juan de Pina, por su confidente mas antiguo, cincuenta cuerpos de libros de su estudio, que es-
cogiese á su voluntad; á Alonso Pérez de Montalban, por amigo verdadero del alma, un cua-
dro de nuestra Señora y san José que llevaba al niño Jesús de la mano al doctor Francisco de
,
;

Quintana, por virtuoso, por docto y por muy apasionado suyo, un lienzo de la Fortuna que
navegaba el mar, puesto el pié derecho sobre una bola; al licenciado José de Villena, por so-
lícito en juntar sus obras para tenerlas como reliquias de tal ingenio, una lámina curiosa; á

don Luis Fernandez de Vega, por el deudo que tenían sus casas en la montaña, y porque siem-
pre fué su amigo íntimo y le fió sus pensamientos, un relicario de Roma y á mí, por su alumno
;

y su servidor, un cuadro en que estaba retratado cuando era mozo, sentado en una silla y escri-
ijíendo sobre una mesa que cercaban perros, monstruos, trasgos, monos y otros animales, que
los unos le hacían gestos y los otros le ladraban y él escribía sin hacer caso dellos.
,
1,1 LOPE DE VEGA CARPIÓ.
, No se tiaba con ser tan buena porque sabia que cualquier enfermedad tiene mas
de su salud .
,

peligro en los hombres muy sanos que en los muy achacosos. Fuera de que habia tenido de un
año a esta parte dos disgustos ^como si para una viila no bastase uno) que le tenian casi rendido
á una continua pasión melancólica, que ahora nuevamente se llama hipocondríaca. Viéndole
Alonso Pérez de Montalban, su amigo, tan triste, le convidó á comer el dia de la Transfigura-
ción que fué á tí de agosto y después de haber comido, estando todos tres discurriendo en va-
. ;

rias materias, dijo que era tanta la congoja que le aíligia, que el corazón no le cabia en el cuer-
po, y rogaba á nuestro Señor (jue se la templase con abreviarle la vida, (;omo fuese en servicio
suyo. Respondile yo entonces « No piense vuestra merced en eso; que yo confío en Dios y en la
:

buena complexión que tiene, que se le ha de acabar esc humor y le hemos de ver con la misma
salud de hoy en veinte años.» Y replicó con un género de ternura « ¡Ay, Doctor! ¡plegué á Dios
:

que salgamos deste » No se engañaba no (jue todas eran diligencias del corazón que siempre
! , ;
,

trata verdad a su dueño, y en estas ocasiones hace lo que los señores cuando caminan que envían
,

los criados delante para que les tengan prevenido el aposento. Habia de morir Lope muy presto,
y su corazón, que, profeta, lo adivinaba, enviábale los suspiros adelantados porque tuviese los
desengaños prevenidos; pues á 18 del mismo mes, viernes, dia de San Bartolomé, se levantó
muy de mañana, rezó el oficio divino, dijo misa en su oratorio, regó el jardín y encerróse en su
estudio á mediodía se sintió resfriado ya fuese por el ejercicio que hizo en refrescar las flores, ó
; ,

ya (como afirman los mismos de su casa) por otro mas alto ejercicio, hecho tomando una discipli-
na (Costumbre que tenia todos los viernes en memoria de la pasión de Cristo nuestro Señor), y
averiguado con ver en un aposento donde se retiraba salpicadas las paredes y teñida la disciplina
de reciente sangre así la virtud suele disimularse en los que son buenos, sin hacer ruido ni an-
:

dar melancólicos ni mal vestidos; que la virtud no está reñida con el aseo, que se queda en el
término de la modestia y si la mortificación es indicio de la santidad, también es histrumento de
;

paliar los vicios la hipocrt'sía. Con sentirse indispuesto Lope, y tener licencia para comer carne
por un corrimiento que padecía en los ojos, comió de pescado; que era tan observante católico,
que hacia escrúpulo, aunque lo murmurase su achaque, de faltar á las órdenes de la Iglesia. Es-
taba convidado para la tarde para unas conclusiones do medicina y filosofía, que defendió tres
dias t'l doctor Fernando Cardoso, gran filósofo y muy noticioso de las buenas letras, en el semi-
nario de los escoceses; y hallóse en ellas, donde le dio repentinamente un desmayo, que obligó á
llevarle entre dos de aquellos caballeros á un cuarto del doctor don Sebastian Francisco de Me-
dran©, muy amigo suyo, que está dentro del mismo seminario donde sosegó un poco, hasta que
,

en una silla le trujeron á su casa. Acostóse, llamaron los médicos, que, informados de que había
comido unos huevos duros y unos fideos guisados, presumiéndole embarazado el estómago, le
dieron un minorativo para purgalle y luego, porque la calentura lo pedia, le sangraron, sí bien
;

le descaeció la falta de la sangre, aunque no era buena. Pasó acaso por la misma calle el doctor Juan

de Negrete, médico de cámara de su majestad (que este título y sus aciertos son buenas señas de
su talento, de su ciencia y de su experiencia), y diciéndole que estaba Lope de Vega indispuesto,
le entró á ver, no como médico, porque no era llamado, sino como amigo que deseaba su salud.
Tomóle el pulso, viole también la fatiga del pecho, reconoció la calidad de la sangre y previno el
suceso, diciéndole con mucha blandura que le diesen luego el Santísimo Sacramento, porque
servia de alivio al (juii liabia de morir y de mejoría al que habia d(! sanar. « Pues si vuestra mer-
ced lo dice (respondió Lope muy contbrme), ya debe de ser menester; » y volvióse del otro lado
á pensar bien lo que le esperaba. Despidióse el Doctor, y advirtió que tuviesen cuidado con él, por-
que estaba acabando. Con esto vino á la noche, con la solemnidad que suele, el Viático Santísimo
del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que recibió con reverencia y lágrimas de alegría, agra-
deciéndole la visita, pues así le daba á entender que como quien quiere honrar al huésped que
,

espera, le sale al camino y le acompaña hasta llevarle á su palacio, así su divina Majestad venia á
recibirle hasta dejarle en las celestes moradas de su eterna gloria. Quedó mas sosegado por dos
horas; pero luego se conoció el peligro evidente, y le trujeron el último remedio de la santa Ex-
trema-unción. Piecibióla, llamó á su hija, echóla su bendición, y despidióse de sus amigos, como
quien se partía para una jornada tan larga. Consolóse mucho con el maestro José de Valdivieso,
porque, ayudándole en aquella congoja, le dijo en pocas palabras muchas razones que le sirvie-
ron de doctrina y de alivio. Preguntó por el padre fray Di igo Niseno, á quien quería y reveren-
ciaba juntamente, por haberle tratado muchos años y haber leido todos sus escritos, y por el
PRELIMINARES. xm
padre maestro Juan Baptista de Ávila , de la compañía de Jesús porque quien en vida le advir-
;

tió como docto de muchas cosas importantes á su salvación y á su crédito, mejor lo haria en la
muerte como religioso y como entendido. Mas no se logró su justo deseo, por estar entonces el
padre Niseno ausente y el padre Ávila enfermo en la cama. Encargó al señor duque de Sesa,
como á su dueño y su testamentario (que siempre le asistía sin faltarle un punto) el amparo de
su hija doña Feliciana de la Vega aconsejó á todos la paz , la virtud y el cuidado de sus concien-
;

cias;dijome á mí que la verdadera fama era ser bueno, y que él trocara cuantos aplausos había
tenido por haber hecho un acto de virtud mas en esta vida y volviéndose á un Cristo crucifica-
;

do, le pidió con fervorosas lágrimas perdón del tiempo que había consumido en pensamientos
humanos, pudiendo haberle empleado en asuntos divinos; que aunque mucha parte de su vida
había gastado en autos sacramentales, historias sagradas, libros devotos, elogios de los santos y
alabanzas de la Virgen Santísima y del Niño recien nacido en todas sus fiestas, quisiera que todo
lo restante de su ocupación fuera semejante á esto. Resignó en las manos de Dios su voluntad,
prometió no ofenderle jamás, aunque viviera muchos años, arrepintióse de haberle ofendido do-
lorosamente confesó que era el mayor pecador que había nacido en el mundo hizo un acto de
, ,

contrición, en que tuvieron mas parte las lágrimas que las razones, llamó en su ayuda los san-
tos de su devoción invocó la piedad de la Virgen Sacratísima de Atocha á quien pidió que,
, ,

pues había sido siempre su valedora, que lo fuese también entonces, y pues tenia en sus brazos
al Juez de su causa, que intercediese por él al darle la sentencia. Dejáronle reposar un poco,

porque dio á entender que se fatigaba pasó la noche con inquietud, y amaneció el lunes ya le-
;

vantado el pecho y tan débil que la falta de la respiración no le dejaba formar las palabras si
, ;

bien tuvo siempre libres las potencias y muy pronto el sentido para responder á los que en aquel
aprieto asistían á sus últimas congojas, que eran siempre el señor duque de Sesa, el señor don
Rafael Ortiz, recibidor de la orden de San Juan don Francisco de Aguilar, el maestro José de
;

Valdivieso, el doctor Francisco de Quintana, el licenciado José de Villena, el secretario Juan de


Pina don Luis Fernandez de Vega Alonso Pérez de Montalban su confesor, muchos religiosos
, , ,

de todas órdenes y el reverendísimo padre provincial fray Juan de Ocaña que con su espíritu,
, ,

como de predicador tan grande le esforzaba para que pasase aliviado aquel preciso y temeroso
,

trance. En efecto, oyendo salmos divinos, letanías sagradas, oraciones devotas, avisos católi-
cos, actos de esperanza, profesiones de fe, consuelos suaves, cristianas aclamaciones y llantos
amorosos, los ojos en el cielo, la boca en un crucifijo y el alma en Dios, espiró la suya al eco del
dulcísimo nombre de Jesús y de María, que á un mismo tiempo repitieron todos.
Tratóse de su entierro, de que se encargó el señor duque de Sesa, como su dueño y albacea y
como tan magnánimo príncipe, y determinóse para el martes siguiente á las once. Repartiéronse
muchas limosnas de misas, que es la mas importante honra para el que yace. Convocóse todo el
pueblo sin convidar á ninguno vinieron cofradías, luces, religiosos y clérigos en cantidad; la
;

orden de los caballeros del hábito de San Juan, la de los terceros de San Francisco, la congrega-
ción de los Familiares y la de los Sacerdotes de Madrid, compitiendo piadosamente sobre quién
había de honrar sus hombros con llevar su cuerpo, y consiguiólo la venerable congregación de
los Sacerdotes. Empezóse el entierro según estaba prevenido; y fué tan dilatado, que estaba la
cruz de la parroquia en San Sebastian, y no había salido el cuerpo de su casa, con ser tanto el dis-
trito y haber rodeado una calle (E) á petición de sóror Marcela de Jesús, religiosa de la Trinidad
descalza y muy cercana deuda del difunto, que gustó de verle. Las calles estaban tan pobladas de
gente, que casi se embarazaba el paso al entierro, sin haber balcón ocioso, ventana desocupada
ni coche vacio. Y así, viendo una mujer tanta grandeza, dijo con mucho donaire t Sin duda este
:

entierro es de Lope pues es tan bueno. » Iban con luto al remate del acompañamiento don Luis
,

de Usategui, yerno de Lope, y un sobrino suyo, en medio del señor duque de Sesa y de otros
grandes señores, títulos y caballeros. Llegaron á la iglesia, recibióles la capilla real con música.
Dijose la misa con mucha solemnidad y al último responso viéndole quitar del túmulo para lle-
, ,

varle á la bóveda, clamó la gente con gemidos afectuosos. Depositóse en el tercero nicho por or-
den del señor duque de Sesa, con permisión del doctor Baltasar Carrillo de Aguilera, cura pro-
pio de la parroquia de San Sebastian, y con declaración de la justicia por el secretario Juan de
Pina. Vacióle en cera la cabeza Antonio de Herrera, excelentísimo escultor de su majestad,
y
despidiéronse los amigos llorando la soledad que les hacia Lopb, como quien echa menos una jo-
ya que le han hurtado.
siv LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Prosiguiéronse las honras liasta el novenario con la misma costa
y autoridad de música y cera
que primer día y dilatóse el funeral último ocho dias porque estaba ausente el padre fray Ig-
el ,

nacio de Vitoria, y era el elegido para el sermón, con mucho gozo suyo y de todos los discretos,
que a una voz dijeron que tai orador merecía tal difunto, y tal difunto era digno de tal orador.
Entre tanto que se esperaba este gran dia, quiso la venerable congregación de los Sacerdotes
cumplir con los honores de su hermano amantisimo. Aderezóse la iglesia de San Miguel lo mejor
que se pudo, sin exceder las órdenes limitadas en la premática. Cubriéronse de luto los bancales
del coro, donde asistian los congregantes con sobrepellices en compañía del hcenciado José de
,

las Cuevas, su capellán mayor. Acudió gran número de gente, hasta no caber mas en la iglesia,

con muchos señores que a lisonja del señor duque de Sesa y á devoción de Lope se convidaron
, ,

ellos mismos. Dijo la misa de pontifical don fray Gaspar Prieto, obispo de Alguer y electo en El-
na. y predic(» el sermón el doctor Francisco Quintana, de quien me holgara, si fuera posible en
mi amor, ser hoy su mayor enemigo, para ponderar sin sospecha de pasión alguna la pureza en el
lenguaje, la cordura en el asunto, la profundidad en los pensamientos, la ternura en las admi-
raciones, y sobre todo, el hablar á propósito, cumpliendo siempre con su entendimiento y su vo-
luntad; que cuando se juntan, todo se acierta. El lunes siguiente á las ocho de la mañana, con el
deseo de oir al j>adre Ignacio de Vitoria, estaba ocupada toda la iglesia, sin que faltase principe
grande, caballero entendido, cortesano curioso y hombre de buenas letras: unos llevados de la
obligación y otros traídos de la curiosidad. Vino la Capilla, cantó el introito, sahó á decir la misa
el doctor don Cristóbal de la Cámara y Murga, obispo de Salamanca si bien el tumulto de la
;

gente ni dej(i atender á la misa ni di(') lugar á escuchar la música. Púsose en el pulpito el sutilísi-
mo Agustino de nuestros tiempos con muy buena gana de hacer alarde, como lo hizo, de su vo-
luntad, en alabanza de un varón tan famoso y en lisonja de un auditorio tan lucido. Mas fué tanto
el ruido de los mal acomodados, la inquietud de los que llegaron tarde, el cansancio de los que
fueron temprano, el aprieto de algunos y el calor de todos, que no dejó gozar universalmente
de la doctísima oración si bien los que la oyeron bastaron á informar á los demás de lo agudo
;

de sus conceptos, de lo extraño de sus novedades, de lo noticioso de sus letras, de lo gallardo


de sus acciones y de lo eminente de sus idiomas, y después lo harán á mejor luz los caracteres
de plomo, vaciado en la inmortalidad de la estampa. Al siguiente dia dispuso la piadosa cofradía
de los Representantes los honores funerales con tanto lucimiento como gasto. Vistióse de ponti-
fical para celebrar el mayor sacrificio don fray Micael de Avellan, obispo de Siria. Cantó la ca-

pilla real, como siempre, sin faltar ninguno de los mejores, con que hicieron la iglesia cielo;
y
predicó el muy reverendo padre fray Francisco de Peralta, antorcha angélica de su sagrada re-
ligión de Predicadores, y predicador tan felice en esta ocasión, que aun la muda retórica del
silencio no basta á ponderarle, porque oró tan á propósito de los méritos delsugeto, tan á me-
dida del gusto de los señores, tan conforme al talento de los doctos, tan bastante al melindre
de los entendidos, tan copioso al afecto de los apasionados, y tan ajustado al genio de los vul-
gares, que no pudiendo los unos y los otros sufrir tanto género de sutilezas sin pagárselas de
contado, introdujeron en el templo un género de ruido devoto y un linaje de rumor pondera-
tivo, cuyas inquietas admiraciones empezaron en aplausos públicos y acabaron en Víctores di-
simulados; con que se dio fin á sus exequias, pero no á sus honras, pues ahora las harán eter-
nas con sus elogios panegíricos los divinos Apolos de Manzanares á imitación del Tracio Orfeo,
,

que á pié llevaba tras sí los montes con la dulcísima consonancia de sus himnos y yo, que mas
;

le quise, daré princij)¡o á sus loores para que los adelanten sonoros cisnes con voces mejor

aplaudidas y con plumas mas bien rizadas.


Fué FíiEv Lope Félix de Vega Carpió... —
¡Oh, cómo parece que el nombre solo embarázala
j-iosibilidad de su ponderación! Mas;, qué importa que se encoja el entendimiento por limitado, si
se descuella la voluntad por infinita? —
Digo pues que fué nuestro insigne Lope de Vega el mas
taví)recido y festejado de todo género de personas que nació en el mundo. Porque no hubo lega-
do de su santidad, príncipe de Italia, cardenal de Roma, grande de España, nuncio del Pontí-
fice, embajador de reino, título de Castilla, gobernador, obispo, dignidad, religioso, caballero,
ministro ni hombre de letras, que no le buscase y le diese su lado y mesa en reconocimiento pre-
ciso de tan altas prendas. Las reales majestades Católicas siempre que le encontraban, como á
hombre superior á los otros, le miraban con mas atención; y nuestro santísimo padre Urbano VIII,
que hoy vive, y viva eternos siglos, ya que no pudo verle por la distancia, quiso comunicarle por
PRELIMINARES. xv

lapluma, escribiéndole de su mano una carta muy amorosa y favorable y dándole el hái^ito de,

San Juan con título de doctor en teología. No hay villa, ciudad, provincia señorío ó reino que no
,

haya solicitado su correspondencia. No hay casa de hombre curioso que no tenga su retrato, ó ya
en papel, ó ya en lámina, ó ya en henzo. Vinieron muchos desde sus tierras solo á desengañarse
de que era hombre. Enseñábanle en Madrid á los forasteros como en otras partes un templo un ,

palacio y un edificio. íbanse los hombres tras él cuando le topaban en la calle y echábanle ben- ,

diciones las mujeres cuando le vian desde las ventanas. Hicieron le costosos presentes personas que
solo le conocían por el nombre. Escribiéronle varios elogios en su alabanza muchos varones gra-
ves sin haberle visto, y laureáronle en Roma por solo, por único, por raro y por eminentísimo,
sin haber día ni hora que no tuviese ocasión alguna para su desvanecimiento, á no ser tan humil-
de como prudente y tan desconfiado como modesto.
Fué el poeta mas rico y mas pobre de nuestros tiempos. Mas rico porque las dádivas de los
,

señores y particulares llegan á diez mil ducados. Lo que le valieron las comedias, contadas á qui-
nientos reales , ochenta mil ducados los autos seis mil la ganancia de las impresiones mil
; , ;
y ,

seiscientos, y los dotes de entrambos matrimonios, siete mil, que hacen mas de cien mil ducados;
fuera de doscientos y cincuenta de que le hizo merced su majestad en una pensión de Galicia;
ciento y cincuenta de una capellanía que le cupo en Ávila por antigüedad de criado de don Jeró-
nimo Manrique cuarenta de una casa pequeña que tenia junto á la calle de la Cruz trescientos
; ;

de una prestamera que le dio en un lugar suyo el excelentísimo señor duque de Sesa su amigo, ,

su valedor, su dueño y su heroico Mecenas y mas cuatrocientos ducados para su plato de mu-
; ,

chos años á esta parte, porque le dijo que no quería escribir mas comedias sin otras liberalida- ;

des secretas de tanta cantidad, que, hablando una vez el mismo Lope de las finezas del Duque su ,

señor, aseguró que le habia dado en el discurso de su vida veinte y cuatro mil ducados en dine-
ro grandeza digna solamente de príncipe tan soberano que con esto se dice todo. Y fué tam-
:
,

bién el mas pobre, porque fué tan liberal, que casi se pasaba á pródigo, y tuvo tan encendida ca-
ridad, que jamás le pidió pobre limosna en público ó en secreto que se la negase antes bien se ;

la daba doblada si era vergonzante, y si conocía que llegaba la necesidad á extrema, le vestía des-
de el zapato hasta el sombrero. Hacia en su oratorio muchas fiestas á los santos, y con mas vir-
tuoso exceso la de Cristo nuestro Señor en su nacimiento, buscando para esto, no solo figuras co-
munes, sino de costa, de novedad y de riqueza. Convidaba á los amigos, sin tasa en el regalo.
Gastaba en pinturas y libros sin reparar en el dinero y así le vino á quedar tan poco de cuanto
; ,

tuvo, que apenas dejó seis mil ducados en casa y muebles. Fué hombre de mucha salud, porque
fué muy templado en los humores, muy suelto en los miembros, muy ágil en las fuerzas, muy
proporcionado en las facciones y muy ligero de pies y manos y así estaba bueno siempre por-
, ,

que andaba mucho sin cansarse, y es el ejercicio el mas útil remedio de la naturaleza. Era dis-
creto en las conversaciones, modesto en las visitas, atento en los actos públicos, importuno en
los negocios ajenos, descuidado en los suyos proprios, apacible con su familia, juglar con los
amigos, mesurado con los señores, generoso con los forasteros, galante con las mujeres y cor-
tesano con los hombres; si bien se cansaba mucho de los que regateaban el sombrero siendo el
tafetán tan barato de los que tomaban tabaco habiendo de hablar con gente honrada de los que
, ,

se teñían las canas quedándose con los años y con los achaques de los que decían mal de las
,

mujeres sabiendo que nacieron dellas de los que creían á las gitanas estando vestidos de negro,
,

y de los que preguntaban su edad á los otros no habiendo de casarse con ellos.
Escribió él solo mas en número y en calidad que todos los poetas antiguos y modernos y si no, ;

pónganse sus obras (que no es dificultoso, pues todos las tenemos en las librerías) y las de Lope
en una balanza, y se verá la ventaja con la experiencia. Las comedias representadas llegan á mil
y ochocientas (F). Los autos sacramentales pasan de cuatrocientos. Los libros y papeles impresos,
muchos como se verá en estos títulos La /erwsaíen co/?(/MÍsífl(?a La Dragontea, La Arcadia, El
, : ,

Peregrino, Elpatrojí de Madrid, Los pastores de Belén, Im beatificación de san Isidro, El Certa-
men, con comedias del mismo santo; La Filomena, La Circe, Las rimas humanas. Las rimas
sacras. Los triunfos divinos, Los soliloquios amorosos. La corona trágica de María Estuarda, La
Vírge7i de la Almudena, La Isagoge á las lecciones de los estudios reales de la compañía de Jesús, El
laurel de Apolo, El epítome de su vida. La Dorotea, El Burguillos, El huerto deshecho. Los desagra-
vios de Cristo, La égloga de Eliso, en la muerte del reverendísimo padre maestro fray Hortensio
Félix Paravicino; La fiesta nueva del palacio ó retiro nuevo. La égloga de Filis á la décima musa,
xti LOPE DE VEGA CARPIÓ.
La égloga (k AmahUs li la reina Cristiamsima de Francia, El nacimiento del Principe nuestro
se-
ñor. La congregación de los Sacerdotes de Madrid, La égloga panegírica al serenísimo
infante don
Carlos, que Dios ttMiga; Los elogios d la muerte de Juan Blas de Castro, La venida
del excelentí-
simo scfwr duque de Osuna á España La Pira sacra, en la muerte del excelentísimo
,
señor don
Gonzalo Fernandez, de Córdoba; unas Himas nuevas que dejó para imprimir, veinte
y y cuatro to-
mos de comedias; que en todos son cincuenta cuerpos, sin los versos menores que hizo á parti-
culares asuntos, porque no hubo suceso que no publicasen sus elogios (G), casamiento
grande á
quien no hiciese epitalamio, parto feliz quien no escribiese natalicio, muerte de príncipe á
¡i
quien
no consagrase elegía, victoria imeva a quien no dedicase epigrama, santo á quien no celebrara
con villancicos, fiesta pública que no luciese con encomios, y certamen literario á que
no asis-
tiese como secretario para repetirle y como presidente para juzgarle sin
otras muchas obras que
;

no salían en su nombre, cuya cantidad no tiene medida, porque aun la misma aritmética, sise
era-
peñara en contar sus versos, ó se rindiera á la prolijidad, ó como mercader que quiebra,
hiciera
pleito de acreedores de sus números por no gastarlos pues el mismo Lope
, con ser tanta su mo-
;

destia, dijo de sí en un papel impreso tque salia toda su vida á cinco pliegos
cada día »; que, mul-
tiplicados por su edad, hacen ciento y treinta y tres mil
y doscientos y veinte y cinco pliegos, que
aun no parece posible en el estudio de muchos hombres. A que se añade ser tan atento,
tan pru-
dente y tan católico en cuanto escribía, que con ser tanto, nunca el desvelo cuidadoso
de la In-
quisición halló palabra, opinión, pensamiento ni sentido que calificarle.
No hubo escritor entre griegos, latinos, italianos y españoles que le igualaseen tener todas las
i ircuustancias de perfecto poetaporque, miradas con atención sus obras, es fuerza confesar que
;

su blandura en los versos enamora, su agudeza en los pensamientos admira,


su propiedad en los
atributos satisface su noticia en las imitaciones suspende, su verdad en los avisos
,
aprovecha, su
variedad en las materias deleita, y la facilidad con que todo lo hacia asombra pues
aun la ; pluma
no alcanzaba á su entendimiento, por ser mas lo que él pensaba que lo que la mano escribía.
Hacia una comedia en dos dias (H), que aun trasladarla no es fácil en el escribano mas suelto;
y
en Toledo hizo en quince dias continuados quince jornadas, que hacen cinco comedias,
y las leyó
como las iba haciendo en una casa particular donde estaba el maestro José de Valdivieso, que fué
testigo de vista de todo; y porque en esto se habla variamente, diré
lo que yo supe por expe-
riencia. Hallóse en Madrid Roque de Figueroa, autor de comedias, tan
falto dellas, que estaba
el corral de la Cruz cerrado, siendo por Carnestolendas;
y fué tanta su diligencia, que Lope y yo
nos juntamos para escribirle á toda prisa una, que fué La tercera orden de San Francisco,
en que
Arias representó la figura del Santo con la mayor verdad que jamás
se ha visto. Cupo á Lope la
primera jornada y a mí la segunda, que escribimos en dos dias,
y repartióse la tercera á ocho
hojas cada uno, y por hacer mal tiempo me quedé aquella noche en su casa.
Viendo pues que yo
no podía igualarle en el acierto, quise intentarlo en la diligencia, para conseguirlo me levanté
y
a las dos de la mañana y á las once acabé mí parte salí á buscarle,
y hállele en el jardín muy di-
;

vertido con un naraíijo que se helaba;


y preguntando cómo le había ido de versos, me respon-
dió :
f A las cinco empecé á escribir ; pero ya habrá una hora que acabé la jornada, almorcé un
torrezno, escribí una carta de cincuenta tercetos y regué todo este jardín, que
no me ha cansado
poco.» Y sacando los j>apeles, me leyó las ocho hojas y los tercetos; cosa que me admirara si
no
ronociera su abundantísimo natural y el imperio que tenía en los
consonantes.
Mueho es tislo, pero mas es lo que se sigue perdonen los antiguos tengan paciencia los mo-
y ;

dernos. Alcanzó por sus aciertos un modo de alabanza, que aun no pudo imaginarse
de hombre
mortal pues creció tanto la opinicm de que era bueno cuanto escribía,
,
que se hizo adagio común
para alabar una cosa de buena decir que era de Lope de suerte que las
joyas, los diamantes, las
;

puituras, las galas, las telas, las llores, las frutas, las comidas
y los pescados, y cuantas cosas
hay criadas se encar(;cian de buenas solamente con decir que eran
suyas, porque su nombre las
calificaba. Elogio admirado de todos
y merecido de ninguno ; si bien, mirado á buena luz, no es
nuevo; que ejemplar tiene, pero tan alto tan superior tan divino, que le añade
y ,
lustre y crédito
cas!mfimto porque es Dios solamente quien dio ocasión primero á este género de
;
encomio. Para
cuya ilustración se ha de suponer que los hebreos no usan de superlativos cuando quieren alabar
algunajiosa y así es cierto que se valen del nombre de Dios para su realce. Dícelo
; , David en el
salmo 59, pues para pintar unos montes los llama t montes de Dios», sin dilatarse
como poeta,
que lo fué divino, en encarecer su altura, sus verdores su eminencia.
y Explican este lugar Belar-
PRELIMINARES. •
xvii

mino, Arias Montano, Juan Bautista Folengio, Genebrardo y el padre Lorino, diciendo que en lla-
marlos montes de Dios los llamó grandes, sublimes y superiores porque, siendo Dios su dueño,
;

su nombre solo sirvió de alabanza. El capitulo sexto del Génesis llama á unos hombres hijos de
Dios, V dice Oleastro que quiso con su nombre encarecer la grandeza en la estatura de aquellos
hombres v Ecequiel, en el capítulo primero, para ponderar que unas revelaciones que Dios le
;

comunicó eran misteriosísimas, las llama visiones de Dios, como lo notan agudamente Nicolao de
Lira, la Glosa ordinaria. Tertuliano, Teodoreto, san Basilio el Grande, y con mas particulari-
dad Cornelio á Lapide, que expresamente con Oleastro afirma que es frásis común de los judíos
para ponderar cualquiera cosa decir que es de Dios. De suerte que lo que en nuestra lengua es
hispanismo del nombre de Lope podemos decir que fué primero hebraísmo del nombre de Dios
,

en la Escritura honor para Lope grande empero, á mi ver para el señor duque de Sesa mucho
: , ,

mayor. Paréceme, Señor excelentísimo (hablo con vuestra excelencia ahora, porque deseaba
mucho la ocasión presente) paréceme. Señor, digo otra vez, que tendrá por paradoja esta propo-
;

sición y no es sino verdad legítima, cuya prueba se verá cahficada en tres razones, que hacen un
,

silogismo evidente. Todas las cosas buenas fueron de Lope esto nadie lo ignora Lope fué siem-
, ;

pre todo de vuestra excelencia esto todos lo saben luego vuestra excelencia es dueño de Lope
, ;

y de todo lo que le toca. La consecuencia es tan clara, que no necesita de prueba, porque ella se
está publicando á voces; y así, para encarecer la persona de vuestra excelencia es ocioso repe-
tirle lo clarísimo de su sangre , lo venerado de su valor, lo aplaudido de su entendimiento lo ,

grande portantes lados, lo imperioso por tantas jurisdicciones y lo amable por tan heroicas pren-
das, sino llamarle dueño de Lope con que se excusan los demás títulos, pues esos y otros muchos
;

mas entran en el número de las cosas buenas sea abono deste modo de ponderación el Espíri-
:

tu Santo en el capítulo veinte y seis del Génesis y en el tercero del Éxodo, donde dice Dios, para
acreditarse con los incrédulos de su omnipotencia y darles á entender su deidad altísima que es ,

Dios de Abraliam. Admírase CorneUo á Lapide, explicando este lugar en sus Comentarios, de
que, pudiéndose llamar Dios de todas las criaturas, se satisfaga con que sepan que lo es de Abra-
ham solamente y responde el mismo Cornelio que era Abraham tan puro tan virtuoso tan
;
, ,

venerable tan santo y tan bien querido que le bastó á Dios para la reducción de aquellos infie-
, ,

les y para la demostración de su infinito poder llamarse Dios de un varón tan justo. La aplica-
ción es tan fácil y tan consecuente, que nadie puede huir la cara á su intehgencia y así, para ;

no malograr el tiempo, vuelvo á proseguir los elogios de nuestro Lope, que es lo mismo que
volver á las alabanzas de vuestra excelencia.
Tuvo un espíritu tan generoso y una inclinación tan noble de ilustrar su nación su patria y ,

sus amigos, que hizo vanidad virtuosa de que no hubiese hazañoso príncipe, varón celebrado,
catedrático docto, predicador provecto, capitán valiente, pintor insigne, artífice famoso y poe-
ta elegante,que no celebrase en sus escritos ; si bien con todo esto no se pudo librar de emula-
ciones; que hacer beneficios y hacer ingratos no son dos cosas ; pues mientras vivió, á vueltas de
los honores que por otras partes granjeaba, siempre estuvo padeciendo sátiras de los maldicien-
tes, detracciones de los ignorantes, libelos de los enemigos, notas de los mal intencionados,
correcciones de los melindrosos y invectivas de los bachilleres, con tanto extremo, que solo su
muerte pudo ser asilo de su seguridad haciendo la lástima lo que no pudo recabar el mérito,
,

pues muchos de los que le lloraron muerto fueron los mismos que le murmuraron vivo bien ;

así como á Moisen los israelitas, que, según Oleastro, nunca le alabaron en vida; antes, en lu-
gar de agradecerle los milagros, ya exprimiendo las piedras para apagar su sed insaciable, ya
haciendo calles en los páramos del mar para que pasasen seguros, y otros infinitos favores á
este modo, le tiraban piedras; y viéndole morir plañeron amargamente diciendo « ¡Ay tristes
:

de nosotros, 'que perdimos nuestro profeta santo!» Que no es novedad, aunque es desdicha,
liaber manester raorirse un hombre grande para hacerse bienquisto y aun plegué á Dios que
,

así lo quede; que hay envidia tan terca, que conserva un odio sobre una muerte, y pasa el ren-
cor de esotra parte de la vida. Pero ¿qué importa, si solo con dejarla en su afán, repetido sin
provecho, se castiga su destemplanza? Y mas hoy, que ha de estar viendo, aunque la pese, en fa-
vor deste felicísimo héroe tantas glorias de pompas funerales, tantos honores de príncipes au-
gustos, tantos aplausos de concursos nobles, tantos sufi-agios de corazones piadosos, tantas lá-
grimas de afectos apasionados, tantos créditos de predicadores insignes, tantas inscripciones de
varones doctos, y tantos dulcísimos metros de diferentes Sénecas y Virgilios, que están virtuo-
L-i. 6
xvm LOPE DE VEGA CARPIÓ.
sámente quejosos de la fortuna porque ya no está pronto el jaspe, prevenido el mármol y ap;
rejado el bronce, ó para la estatua, ó para la urna, ó para el sepulcro, ó para todo; que to<
lo merece quien nació para milagro de la naturaleza y murió para crédito de la posteridad,
si alguno hiciere escrúpulo de que este linaje de honores se haga con un hombre parlicula

vuelva los ojos á las historias, haga memoria de las noticias y consulte las canas de la antigin
dad y verá en ellas cómo se festejaron los cadáveres de los singulares varones en otros tien
,

pos. Por el cuerpo de Homero batallaron siete ciudades en sangrienta contienda; y no solo
edificaron templo todas, sino que Grecia le batió moneda, que se llamaba homeria, para memc
ria eterna de su nombre. Estando Alejandro sobre Atenas, determinado al último asalto, Xu^
nuevas de que dentro de la ciudad habia muerto Sófocles, poeta trágico, y que le querían er
terrar; y purque la asistencia del asalti» no impidiese el último beneficio al poeta, suspemlió i

orden que tenia dado por tres dias; y entrando después, derribando las casas, reservó la é
Fíndaro por lu mismo, con las vidas de todos sus deudos. Roberto, rey de Ñapóles, pidió al p€
trarca recibiese de su mano el laurel de principe de los poetas de Italia. Honorio y Claudio, eni
peradores, consagraron estatuas en el foro Trajano á Claudio, poeta elegantísimo. Roma man
dó colocar las cenizas de Enio. Domiciano sentaba á su mesa á Estacio y Vespasiano hablaba
,

todas horas con Valerio, y en su muerte les asistieron para honrallos. El emperador Elio Ver
estimó á Marcial de manera, que puso después de muerto su retrato entre los augustos empe
radores. Augusto César tu\o á Virgilio por su privado íntimo; y mandando el mismo poeta e
su testamento ([uemar su Eneida, no solamente lo excusó Augusto, sino que compuso nuevo
versos en su alabanza. Al insigne Camoens, único poeta, le hizo Lisboa solemnísimas honras. E
duque del Infantado fabricó capilla y urna al celebrado Juan de Mena en Guadalajara. Y lo qu
es mas para el intento nuestro, el invictísimo emperador Carlos V, viendo una vez herido á Gaí-
cilaso de la salió con su gente a defenderle. Y sabiendo en otra ocasión, de alh á mu
Vega,
chos dias, que habían muerto unos villanos enemigos nuestros, despeñándole de una torr
le

donde le tenían preso, puso sitio á la torre, y en entrándola, con ser tan piadoso, no dejó vivi
á ninguno dellos, en venganza del muerto, á quien estimaba por gran poeta.
Todo esto es verdad constante luego si Lope de Vega solo monta mas que todos los poeta
;

juntos, digno será del premio que merece cualquiera; y si es verdad también que muchos au-
tores gastaron toda una vida en encarecer una virtud particular; como la grandeza en Alejandro
la ciencia en Ptolomeo, la justicia en Numa Pompilio, la clemencia en Julio César, el ñigeni(

en Ulíses, el valor en Hércules, la poesía en Virgilio, la gravedad en Catón, la pobreza en Cu-


rio, la verdad en Trajano, la paciencia en Augusto, la piedad en Antonino, la templanza ei
Constancio, la humildad en Teodosio ¿qué merecerá quien lo tuvo todo, siendo, como hemo;
,

dicho, liberal, docto, justo, blando, ingenioso, constante, poeta, circunspecto pobre verda-
,
,

dero, magnánimo, perdonador, temj)lado y humildísimo? Pues si esto es así, y de mas á ma:
murió tan prevenido de (lilig(!ncias para su salvación, (juc hizo certidumbres nuestras esperan-
zas (tales fueron sus resignaciones en la voluntad de Dios, tales las lagrimas que vertieron suí
ojos enternecidos, y tales los actos de contrición verdadera que pronunciaron sus labios afec-
tuosos) ;,quL' importa que la detracción blasfeme, que la calumnia brame, que la ignoranci;
,

murmure, que el lencor informe, que el (íngaño porfíe, que la soberbia ladre, que el odio per-
severe y que la envidia escupa veneno en lugar di^ saliva sí esta de nuestra parte la verdaí
,

dando voces, la fama publicando triunfos, las naciones previniendo lauros, los reinos consul-
tando estatuas, y toda la redondez del orbe erigiendo pirámides á su memoria, por el mas in-
signe varón que han conocido y venerado entrambos mundos, (d de Euroi)a por la presencia
j
el de Améiica por la noticia? Y ¿qué importa, hnalmente, cuantos émulos quiera introducir h

cavilación, si tiene Lope de su parte por defensa, asilo y sagrado la magnífica piedad de Feli-
pe IV el Grande, imitador en todo del invencible Carlos V, su bisabuelo; por Mecenas al se-
ñor dutjue dt; .Sesa, su amigo y su valedor verdadero;
y por piadosa madre á la ilustre villa
de Madrid, (jue siempre le trató con veneración, honrándole con aplausos en la vida y aplau-
dii-ndole con lágrimas en la muerte? ¿Qué mucho, si perdió en tres dias su mayor tesoro, que-
dando sin el Apolo que alumbraba sus tinieblas, sin el Orfeo que suspendía sus sentidos, sin la
lira que cantaba sus hazañas, sin la pluma que repetía sus fiestas, sin el espíritu que celebraba

sus santos, sin la voz que pregonaba sus antigüedades, sin el ingenio que divertía sus pesadum-
bres, y sin el hijo que la honraba con solo su nombre?
: :

ADICIONES A LA FAMA POSTUMA.

A. y refugiarse en Valencia, en donde pagó Lope la fideli-

dad de Claudio con igual beneficio de extraerle de la


Don José Antonio Alvarez y Baena, en su diccionario torre de Serranos, que es una de las cárceles de aque-
istórico ülühAo Hijos ilustres de Madrid, dice (to- lla ciudad , adonde le liabian llevado sus travesuras. »

lo in, pág. 3oO) al principio de la biografía de Lope : (Alvarez y Baena.)


«Fueron sus venturosos padres Félix de Vega y
C.
rancisca Fernandez ,
personas de conocida nobleza y
jcinos de esta villa, adonde sucesivamente los trajo «En el de i 588, á tiempo que él (Lope) cumplía ios
3sde el valle de Carriedo, en que está el solar de Ve- veinte y seis de su edad. » (Alvarez y Baena.)
i, en Asturias , á él el amor que, feíltaudo á su fideli- «El fruto de este matrimonio, una hija llamada Teo-
id, profesaba á una mujer hermosa y á ella los celos ,
dora, murió aun antes de cumplir un año. » Así resulta
je de este amor padecía. Sosegado el espíritu de am- de un soneto y un epigrama latino que se hallan en ,

Ds esposos, vivieron pacífica y amorosamente, y lo- las Rimas de Lope de Vega (parte i, soneto 178).

*aron los frutos de tres liijos.» {Schícli, Historia déla literatura y arte dramática
Lope, en la epístola titulada Belardo á Amarilis, en España, tomo ii, pág. 170.)
le puede verse en la colección de sus obras sueltas, Las composiciones mencionadas son estas
mo primero , escribe los tercetos siguientes :
SONETO.
Tiene su silla en la bordada alfombra Mi bien, nacido de mis propios males,
De Castilla el valor de la montaña, Retrato celestial de mi Belisa ',
Que el valle de Carriedo España nombra. Que en mudas voces y con dulce risa
I -
Allí otro tiempo se cifraba España,
AUi tuve principio mas /qué importa
;
Mi destierro y consuelo hiciste iguales
Segunda vez de mis entrañas sales;
Nacer laurel y ser humilde caña? Mas pues tu blanco pié los cielos pisa,
Falta dinoro allí , la tierra es corta : ¿Por qué el de un hombre en tierra lan aprisa

Viuo mi padre del solar de Vega : Quebranta tus estrellas celestiales?


Asi á los pobres la nobleza exhorta. Ciego llorando, niña de mis ojos.
Siguiólo hasta Madrid , de celos ciega, Sobre esla piedra cantaré, que es mina
Su amorosa nnijer, porque él quería Donde el que pasa al indio en proprio suelo
Una española Helena entonces griega. Halle mas presto el oro en tus despojos,
,

Hicieron amistades, y aquel dia Las perlas, el coral, la plata lina...


Mas ay que es ángel, y llevúlo al
!
cielo!
Fué piedra en mi primero fundamento ¡

"La paz de su celosa fantasía.


En lin, por celos soy. Qué nacimiento ¡
¡

Imaginadle vos; que haber nacido THEODORAE URBINAE SARCO? AGCS. 11

De tan inquieta causa fué portento. PATERNA INSCRIPTIO.

Hoc Urbinajacetsaxo Theodora sepulta,


15.
Quae Theodori almo mariyris nata die.
u Vióse Lope con este motivo en la cárcel , de donde Exactis nondum complevit mensibus annum
iacó la astucia ó valor de Claudio Conde, á quien 11a- Quum petiit superas, non reditura, domos.
Cui monumenta parens ¡tace moestus uterque dicavit.
-^u íntimo amigo en la dedicatoria que le hace de
Angélicos coetus dum colit illa polo.
inedia Buscar supropia desdicha una de las de ,

•rt parte xv, y en la precisión de dejar ambos la patria, ' .\Dagrama de Isabel.
) ) : , ,

LOPE DE VEGA CARPIÓ.


D. E.

uMontalbau dice que doña Juaua sintió con tal ex- ((La carrera fué por la calle de Francos, la de San
tremo la muerte de su hijo, que nunca volvió á su an- Agustín, que hace frente á las vistas del convento de
tigua salud, y á la primera enfermedad murió en ocho las Trinitarias Descalzas^, y por donde pasó para que le

ilias;masel mismo Loi'E, en h cí[íi¿í\ Carla de Bclardo viese su hija Marcela; la de Cantarranas, la de León, la

á AmanUs, a3egura que murió de sobreparto de la hi- plazuela de Antón Martin y calle de Atocha. » (Alvarez
ja. No quiso exponerse á tercera pérdida, ó ya por ahor- Y Baena.
rarse de sentimientos, ó ya porque doña María de Lu-
jan lo tuvo tan prendado, que no le dejó libertad para
ello, Y prodigándole sus favores, consiguió los frutos ((En la Égloga á Claudio, escrita por los años de
que pudiera haber adquirido lioitamenle por el vínculo 1632, y en la La moza de cántaro, se de-
conclusión de
de! matrimonio. En itJOj le dio una niña, que se llamó clara Lope autor de mil y quinientas comedias... Mon-
Marcela, y en la temprana edad de quince años entró re- talban en la Fama postuma le atribuye mil ochocien-
ligiosa de coro, á 28 de febrero de lü2i, en el convento tas... Pero según todos los fundamentos de la crítica,

de Trinitarias Descalzas de esta corte (nueve años des- es de suponer que las comedias de Lope no pasaron mu-
pués de su fundación), trocando el nombre de doña cho de las mil y quinientas ya dichas, pues sabemos
Marcela del Carpió en el de sor Marcela de San Félix; que muchos años antes de su muerte cesó de escribir-
profesó al año siguiente, y murió en 9 de enero de 1688 las ( Montalban lo dice así muchos años ^ ) y que ob- , ,

con excelente opinión. Las solemnidades de entrada y tuvo del duque de Sesa una pensión en resarcimiento
profesión las cuenta el mismo Lope en la epístola á don del perjuicio que tal resolución le ocasionaba. Después
Francisco de Herrera Maldonado, con dulce y
estilo tan del año 1632 solo vivió Lope tres mas.» (Schack.)
patético, que enternece al mas yerto de corazón. Allí
dice que se adornó el templo de ricas telas y varias ri-

quezas; que fué la madrina de la desposada la marque- Una Relación de la jornada de las entregas de las
sa de la Tela ;
que asistió el marqués de Povar con la serenísimas señoras doña Ana reina de Francia y ,
,

guarda de su majestad, duque de Sesa y otros se-


el doña Isabel princesa de España hechas en los me- ,
,

íiores ;
que cantaron las letras, que él liabia compuesto, ses de otubre. y noviembre de este año cíe 1 615 , la cual
Florian, Poncey Valdés, célebres músicos y cantores de se halla manuscrita en la Biblioteca Nacional, estan-
la real capilla; y que predicó el padre maestro fray te H, número fíO, concluye así
Hortensio Félix Paravicino : circunstancias en que se ve ((En la jornada ha andado el famoso poeta Lope de
la general estimación que se habla granjeado Lofe de Vega Pedro Mantuano y otros dos, tomando por me-
,

todo el mundo. En el año de 1606, que fué el siguiente moria todo lo que pasaba para hacer historia dello de- :

al nacimiento de Marcela, tuvo otro hijo en la misma llos se sabrá todo lo sucedido.»
doña María de Lujan, que en el año de 1620, en que se
celebró la ;uAía;)0í'7¿ca ala bealiíicacion de san Isidro, II.

no había cumplido catorce años, é hizo la primera glo- Asi creo yo se deben entender aquellos versos céle-
sa del certamen :i.° con el nombre de Lope Félix el
bres :

Mozo. Estese inclinó á la milicia, con sentimiento de


Que mas de ciento, en horas veinticuatro
su padre, que le encargó al marqués de Santa Cruz,
Pasaron de las musas al teatro.
para que la aprendiese, y medrase á su sombra. A poco
después del referido certamen se embarcó, y asistió en Es decir, veinte y cuatro horas de trabajo, repartidas
algunas ocasiones que se ofrecieron contra holandeses en dos días. En la comedia titulada La noche de San

y turcos, y nmrió á los quince años en un bajel que na- Juan, puso Lope estos versos :

vegaba á la isla Margarita y se sumergió con toda la.


Hará Avendaño
gente que llevaba. Su padre lloró esta desgraciada muer-
Una comedia, que creo
te con la mayor terneza en la égloga piscatoria Felicio, Es retrato desta noche,
en cuyo título le llama Lojtc Félix delCarpio y Lujan, De cuyo confuso lienzo
dándole este último apellido de su madre. Montalban Tomó Lope la invención
no menciona este hijo, llama deuda cercana de Lope á ¥ se ha estudiado y compuesto
Marcela y le convierte el apellido religioso de San Fé-
,
En cinco días.

lix en c\ de Jesús. Esto seria sin duda por no descu-


Lo que Montnlbnn afirma (véase la página xv), es qne I.opb
»
brir á quien h) ignoraba estas flaquezas de su amigo y
dijo alduque de Sesa qoc no quería escribir mas comedias; pero
maestro, que luegf) se resolvió & dejadas, mudaudo de no expresa Montalban que Lopk dejase de escribir para el lealro.
vida y estado.» { Alvarez y Bacna. (Nota del Colector.)
Mío GENERAL DE LAS OBMS DE LOPE,
POR EL excelentísimo SEÑOR DON ANTONIO GIL DE ZARATE.

(
Manual de Literatura segunda parte.)
,

Frey Lope Félix de Vega Carpió fué que gozó de mas fama en su tiempo y el in-
el escritor

genio mas portentoso que ha producido naturaleza. Debió su inmensa popularidad, no solo á
la

la prodigiosa fecundidad de su pluma, sino también á que, apartándose del camino seguido por
sus antecesores, y abandonando
exclusivo de la poesía erudita, no se desdeñó de escribir
el culto
para el vulgo, y fundó, en esto sus principales laureles.
al contrario,

Fénix íle los ingenios le llamó su siglo y con efecto tal nombre merece si se atiende á su rica
;

fantasía, á su variada imaginación al don portentoso que tenia para acomodarse á todos los gé-
,

neros y crear toda clase de invenciones, á la flexibilidad de su estilo, que á cualquier asunto se
acomodaba, que no conocía dificultades, siendo siempre puro natural y fluido en fin, á su in-
, ;

cansable laboriosidad que unida á su fácil vena le hizo componer tal número de obras que
, , ,
,

apenas cabe en la imaginación sean el fruto de la vida de un solo hombre.


No hubo género de poesía en que no diese prodigiosas muestras de su fecundidad desde la :

composición mas corta hasta el poema épico, todos los recorrió, no siempre con acierto, es ver-
dad, pero asombrando en todos. No obstante, el que mas ejercitó su pluma, el que le hizo ser
ídolo de su siglo, el que le ha granjeado eterna fama, aun entre las naciones extranjeras, fué el
género dramático, de que en reaUdad debe considerársele como creador y padre, así en España
como en toda Europa.
Y con efecto, aquí está su verdadero mérito porque, prescindiendo del valor intrínseco de sus
;

dramas, ello es que él creó una poesía popular en España, y apartándose de la servil imitación
de los antiguos, adivinó el drama de la edad moderna, é impuso á este género de composición el
verdadero carácter que en la actual civilización le corresponde. Hizo mas introdujo en la poesía :

popular el lenguaje poético que le faltaba y con este servicio la sacó del estado de abatimiento
,

eñ que yacia la hizo gustar hasta de los eruditos fué ocasión de que los buenos ingenios se de-
, ,

dicaseií también en lo sucesivo á ella


y produjesen obras agradables á un tiempo al vulgo y á la
gente docta; fin principal de toda buena poesía, pues sin él, ora queda oscurecida por falta del
conveniente adorno, ora es el patrimonio exclusivo de unos pocos, por no simpatizar con las ideas
é intereses generales.
Este feliz maridaje que hizo Lope de la poesía popular con la erudita, ennobleciendo aquella,
vulgarizando esta es pues el mayor servicio que le debe nuestra literatura servicio que acaso
, ;

no ha tenido bastante en cuenta. Por él, aunque mas bien sentido que apreciado de sus con-
se le
temporáneos, logró aquella fama inmensa que le granjeó el aplauso de grandes plebeyos, la
y
admiración de los extraños, las consideraciones de los reyes, las recompensas de sumos pontífi-
es y por él ejerció tanta influencia en la literatura de su siglo, así dentro

; como fuera de su patria.

Sin embargo, si llegó á lo sumo el aura popular de Lope durante su vida , después de su muerte.
» ,

1X1, LOPE DE VEGA CARPIÓ.


cuando hubo desaparecido el asombro quo causara su prodiíjiosa fecundidad, cuando otros po»;-
tas se presentaron en la escena, superiores á el en dotes dramáticos; cuando, en fin, principiaron
á cundir principios literarios mas ajustados á los preceptos de la antigüedad, y las obras de esta
se consideraron comoúnicos modelos dignos de imitación, entonces las alabanzas se convir-
los

tieron en vituperios y t'altii ijuien quisiera confundir á tan grande hombre con los mas des-
. no
preciables ilramaturgos. Injusticia fue esta mucho mas inexcusable que el desmedido aplauso que
se le tributara en vida. Al menos este se fundaba en un mérito real, en el prestigio que no puede
menos de acompañar al genio, en sus facultades portentosas, que si abusó de ellas lastimosamente,
el mismo abuso demuestra cuan grandes y poderosas eran. Libríís ahora á la par de aquel pres-
tigio v lie toda preocupación nacida de doctrinas literarias, apreciamos á Lope en lo que vale y
juzgamos de su mérito con imparcial templanza.
Si consideramos solo el númert) de sus escritos, la- historia literaria no presenta ejemplo
semejante de una fecundidad que parece fabulosa y aun cuando no tuviese otro mérito, su nom-
;

bre viviría siempre en la memoria de los hombres, como uno de a(}uellos prodigios que la natura-
leza no ofrece mas que una vez sola. i\o hubo género d(í poesía que no cultivase, desde el madri-
gal hasta la oda, desde la égloga hasta la comedia, desde la novela hasta la epopeya: todo lo
recorrió v en todo dejó señales de su privilegiado talento. Se lee en el prefacio de un libro im-
preso en U)Ü4, que a la edad de cuarenta y dos años llenaban mas de veinte y tres mil hojas los
versos que hasta entonces habia Ikm'Iio para el teatro. En 1648 asegura él mismo que llegaban á
ochocientas las comedias que llevaba compuestas y en 1620 á novecientas. Cuando en 1629 pu-
,

blicó la vigésima parte de sus obras dramáticas, decia que le quedaba todavía tiempo para escri-
bir hasta mil y setecientas. Por último, en 165o, año de su muerte afirman Pérez de Montalban
,

y el sabio don Nicolás Antonio que ascendía á mil ochocientas el número de sus comedias. Estas
son en tres jornadas y en verso todas se representaron y la mitad se imprimieron. De ellas hubo
;

muchas que no le costaron masque un día de trabajo, como él mismo lo asegura en estos versos :

Y mas de ciento, en horas veinle y cuatro


Pasaron de las musas al teatro.

A estas mil ochocientas comedias hay que añadir cuatrocientos autos sacramentales, un gran
número de intermedios, muchos poemas épicos , didácticos y burlescos; epístolas, disertaciones,
composiciones sueltas é infinidad de sonetos. Se ha calculado que en los setenta años de su vida
le tocan á cada dia ocho paginas, y casi todas ellas de poesía. Sus escritos todos componen el nú-
mero de ciento treinta y tres mil páginas y veinte y un millones de versos.
Facilidad iucreible, mas asombrosa que envidiable si se reflexiona en los peligros á que arras-
tra, y que extravió tan frecuentemente al mismo Lope.

Por lo que llevamos dicho hasta ahora acerca de los progresos que habia tenido nuestra escena,
se debe haber visto cuan incierta habia sido en su marcha, produciendo solo, ya farsas chocarre-
ras é indecentes, aunque á veces llenas de chiste y gracia, ya novelas dialogadas, en las que el
embrollo suplia la falta de interés, ya dramas monstruosos bárbaramente atroces, qu(í aun no lo-
graba sostener el lujo de poesía que se prodigaba en ellos. Cuando apareció Lope, teníamos mu-
chas obras dramáticas; pero carecíamos todavía de un verdadero teatro. Se conocía que era pre-
ciso seguir diferente rumbo que los antiguos; pero no se atinaba con el verdadero hacíanse en- ;

sayos de todas clases, y ninguno correspondía al deseo general, ninguno acertaba con el verdadero
gusto de la nación tal vez el pueblo bajo se solazaba con las groseras farsas que solían presen-
:

társele tal vez los esfuerzos de algunos para dar decoro á la escena con mas nobles argumentos
,

y mas culto lenguaje merecían los aplausos de las personas ilustradas pero no existía un espec- ;

táculo que excítase á un tiempo las simpatías de todos, que gustase á todos sin distinción de cla-
ses; que formase, en fin, un teatro nacional. Entre las toscas producciones de los unos y los es-
fuerzos casi convulsivos de los otros, no se encontraba una obra de que un verdadero español
pudiese decir < Hé aquí mi drama.
:

Si se recuerdan los caracteres que hemos señalado á nuestra poesía para ser nacional, caracte-
res deducidos tanto de las diferencias que distinguen la civilización moderna de la antigua como ,

de las circunstancias pohticas y religiosas de nuestro país, se verá que las obras dramáticas de
PRELIMINARES. xxni

que hemos hablado Imsta ahora carecían de ellos casi absolutamente. Convenían todos en repe-
ler la sencillez clásica pero no se reproducía en las comedías el espirítualismo de los tiempos
;

modernos, ni la caballerosidad española, ni el sentimiento religioso de la época. La risa ó la cu-


riosidad podían quedar á veces satisfechas pero el alma permanecía del todo indiferente. Hasta
;

la poesía de tales obras no era la que se necesitaba descuidada ó pretensiosa, ya le faltaba armo-
:

nía ya le sobraba estudio careciendo de la gala faciUdad y soltura que halaga el oído ó de
,
, , ,

aquella metafísica propia del espíritu cristiano y caballeresco, que, si no siempre es clara é inte-
ligible, arrulla al menos produciendo una especie de arrobamiento indefinible y delicioso.
,

Todo esto provenia de no haberse aun verificado la unión tan necesaria de las dos literaturas
que, creciendo á la par en un mismo suelo y adoptando un mismo idioma, eran sin embargo, ,

extrañas la una á la otra. Pero en medio de este apartamiento habían ido creciendo tanto las dos,
que sahendo del estrecho ámbito en que ya no cabían hubieron de acercarse, de ponerse en
, ,

contacto, y por último, de confundirse; bien así como los círculos concéntricos que forman dos
piedras al caer en el agua, crecen, se ensanchan se tocan y confunden. El momento era lle-
,

gado de verificar este feliz enlace.


Mientras nuestra nación se encontraba reducida á estrechos hmites mientras las clases per-
,

manecían apartadas con pocas comunicaciones entre sí mientras la lengua era tosca y grosera,
,

pudieron y debieron caminar separadas, é indiferentes la una para la otra la literatura popular
,

y la erudita no echándose de menos entre los españoles ningún lazo común literario. Pero en el
,

momento en que formamos un gran pueblo, en que adquirimos influencia y preponderancia en-
tre las naciones europeas, y en que nuestra lengua desechando su rudeza, tomó asiento entre
,

las lenguas cultas, fué ya indispensable semejante lazo, y hubo de existir una lit<íratura común á
todos y que en todos causase entusiasmo. Esta vez no fué la poesía la primera que tuvo semejante
gloria la prosa se le adelantó, y los libros de caballería, que acertaron á reproducir el espíritu de
;

la época, se granjearon las simpatías generales, siendo los primeros escritores que agradaron á la
vez á grandes y pequeños, á sabios é ignorantes, á nobles y plebeyos, á hombres y mujeres, y á
todas las edades. Pero los libros de caballería, reducidos á la lectura solitaria, destituidos de las
galas poéticas y de otras cualidades esenciales tenían que caer y ceder el campo á otra literatura
,

mas variada, mas galana, mas amena, mas simpática, en fin, por estar destinada especialmente
á agradar, no en el silencio del gabinete sino en el bullicio de la sociedad, donde las sensaciones
,

se comunican y excitan unas á otras, donde adquieren mayor intensidad con las muestras de pla-
cer ó desagrado que arrancan ostensiblemente á todos. Tal fué la poesía dramática que sucedió
en abundancia y popularidad á los libros de caballería pero que conservó muchas de las dotes
,

de estos mismos libros, tan gratos durante siglo y medio á la nación española y sin las cuales no
,

era posible que ninguna literatura se generalizase entre nosotros.


La poesía popular, la erudita y los libros de caballería fueron pues los tres manantiales que,
después de haber corrido separados, se reunieron en un solo caudal para componer el inmenso de
nuestra poesía dramática. Esta gloría la tuvo Lope de Vega, que, dotado de extraordinarias facul-
tades poéticas, llegó además en la ocasión oportuna de completar una revolución ya preparada.
Comprendiendo y abarcando las necesidades del espíritu nacional, hizo un todo completo de par-
tes que estaban diseminadas, é inspirado por su genio y por el de la nación, inventó el verdadero
drama español, que, sí existia como deseo y necesidad de todo el pueblo, carecía de formas con
que realizarse.
'< Conoció Lope, dice el erudito don Agustín Duran, que las reglas clásicas relativas á las uni-
dades no eran esenciales mas que á cierto y determinado sistema de imitación, á cierta clase de
verosimilitud pero que, existiendo en la naturaleza otros medios de imitación y de verosimilitud
;

que en aquellos no cabían, ningún inconveniente resultaba de abandonarlas. Buenas, excelentes,


indispensables eran para las naciones bajo cuya civilización se crearon y en cuyas costumbres las
hallaron sus poetas pero en un pueblo meridional por excelencia místicamente religioso fer-
;
, ,

viente de imaginación, que buscaba las impresiones íntimas del alma mas bien que las de los sen-
tidos, los efectos de la lucha de las pasiones, y no los resultados del fatalismo en un pueblo an-
;

sioso de asuntos complicados curioso de examinarse á sí mismo, lleno de fe para con los hechos
,

maravillosos y las enredadas situaciones, ¿cómo habían de bastar a interesarle las sencillas y
breves combinaciones que caben en un cuadro clásico ? Nuestro genio especial abarcaba un in-
menso espacio poético para tenerle suspenso y entretenido en el teatro necesitaba una historia
;
xnv LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ontora un poema , épico completo. Poco nos importaba que el poeta corriese de oriente á occi-
dente que jiasase de siglos a siglos pues como nuestro drama era una historia, y eso buscábamos
, ;

alli, volábamos en el teatro con el poeta como seguíamos en un libro al historiador. La curiosidad

que nos conducía á la escena, y nuestra imaginación, abarcaban las creaciones del ingenio y ya ;

in el cielo ó ya en el abismo, estábamos contentos si, como en la tierra, velamos al héroe (}ue con

hechos maravillosos, intrigas complicadas, combates íntimos de pasiones, cuestiones de punto


de honor, galantería, metafísica, acciones caballerescas y religiosas, nos reproducía á nosotros y
imestros íntimos sentimientos. Y ni aun esto bastaba para construir el drama popular. En ello
ciertamente consistía su esencia mas para su parte de ornato exigía nuestro gusto y tendencia
;

natural que se revistiese de todos los tonos de la poesía necesitábamos en iin que la lírica, la
; , ,

épica, la narrativa ostentasen todos los recursos en el teatro; porque, acostumbrados á la gala,
riqueza y abundancia de nuestra hermosa lengua, los oídos españoles no podían renunciar, ni
aun en el drama, los encantos de sus variados y armoniosos sonidos.
Necesidades de tal tamaño y extensión no podían satisfacerse en el estrecho círculo que con-
tenía la de los pueblos antiguos, ni tan encontrados y diversos elementos amalgamarse y colo-
carse convenientemente dentro de Cueva, Virués y los Argensolas habían cono-
él. Ya Juan de la

1ido la precisión de exceder tan cortos limites pero, como eran eruditos por fe, no lo hicieron
;

con la debida resolución. Luchando sus doctrinas académicas con la necesidad, fueron tímidos y
no se atrevieron de lleno á seguir el intento del pueblo por lo cual, en vez de inventar un siste-
;

ma nuevo é independíente del antiguo clásico y con formas propias y originales , solo produjeron
monstruosos dramas, compuestos de elementos inconciliables.
»Al ingenio grande audaz, eminentemente español de Lope estaba reservado comprender é
,

inventar un sistema dramático que fuese verdadera expresión de nuestras necesidades intelec-
tuales y morales. Por inspiración ó por sentimiento íntimo, ([uizá mas que por estudio, halló el
drama español; y formándolo con la quinta esencia del carácter indígena le apropió además ,

cuanto no era incompatible con él y habíamos adquirido de los extraños. Cultivado el árbol de
nuestra poesía ]»ñpular, creció magnifico y robusto hasta las nubes, y sus vigorosas ramas asom-
braron la culta Kurupa. Modelo fué de ella casi un siglo entero, y sus mayores ingenios se alimen-
taron de su sustancia para producir obras análogas en cuanto lo permitía la diferente índole de
las naciones para quienes escribían.
>Y no se crea, ya lo hemos dicho, (jue Lope se apartó voluntariamente de las reglas clásicas
por solo apartarse de ellas lo hizo si para crear otro sistema, mas instintivo á la verdad que ra-
;

zonado. No dejó á su país desierto de poesía nacional, ni produjo monstruos como los que le pre-
cedieron. El drama popular y grosero que existia antes que el suyo tambieri tomó una parte muy
esencial en su nueva creación, porque en él se hallaba el tipo característico del pueblo. Salió,
empero, de sus manos libre de la bárbara corteza que lo cubría, salió adecuado á los progresos
que se habían verificado en la cultura social. Qué diferencia enorme no se nota con efecto en-
;,

tre las sales groseras y el lenguaje de las antiguas farsas, si se comparan con las gracias oportunas
y decentes de Lope ? Y ¿ qué diremos de la expresión noble y caballeresca de los amoríos intro-
ducidos en sus dramas? Esto es todo invención suya no existía en las farsas, si bien ya se halla-
;

ba connaturalizado en las costumbres é introducido en la sociedad por la lectura popular de los


libros de caballería.
>Las reglas que los críticos dedujeron de las creaciones clásicas y de que se apartó Lope, no
,

afectíiban esencialmente las generales que constituyen la imitación de la bella naturaleza si de ;

esta< se olvidara, jamás hubiera conseguido representar ni satisfacer las necesidades de un pue-
blo pues sii;ndo ellas mismas esencialmente necesarias, son una parte del instinto con que el
,

pueblo concibe y siente la belleza. Por inspiración se apartó de aquellas Lope, por inspiración
conservó estas, y por inspiración hicieron otro tanto los grandes poetas, que, dedicados á produ-
cir, jamás se ocuparon (mi la critic;'. filosófica ni en escribir reglas, que á jwstcriori s<! dedujeron de

sus obras.
>El teatro de Lope de Vega es una prueba del mas extenso y sólido saber. La teología, la ju-
risprudencia, la filosofía, las bellas artes,y hasta las mas mecánicas, todo lo abraza en él, nada le
era extraño ni peregrino. Allí está consignada toda la ciencia de su siglo y de su nación allí sus
,

usos y costumbres allí su fe y creencias religiosas , allí sus principios morales y políticos allí
, ,

sus necesidades gustos y placeres alli lo que contenia su originalidad ; y alli mejor que en la
, ;
PRELIMINARES. xxv
historia, que respeta y adula á los individuos, se pintaban con verdad en seres ideales atributos
que coiistituian entre el pueblo la idea de lo bueno y de lo malo, de lo útil y de lo dañoso, y has-
ta el extravío que produce en los juicios humanos la constitución social y la educación.

I
sEl caos que desembrolló Lope de Vega para fundar el sistema dramático, hasta ahora mas bien
i sentido que definido, fué inmenso. Las sencillas églogas de Juan de la Encina las comedias, ya mas ;

cuitase ingeniosas, de Torres Naharro las farsas de Lope de Rueda, Timoneda y otros, incrusta-
;

das de cuentos novelescos los dramas informes, hinchadamente épicos y gigantescos de Cueva,
;

Argensola y Virués, que olian todavía á la erudición del mal gusto el amor humano, asimilado al
;

místico y metafísico la gala, la riqueza y la tendencia melancólica de la poesía árabe, provenzal


;

é itahana las hermosísimas y variadas combinaciones métricas de los petrarquistas, introducidas


;

entre nosotros por Boscan y Garcilaso la gracia sencilla y tierna que caracterizaba nuestras can-
;

ciones populares el tono épico, grave y solemne con que en nuestros romances heroicos ó de
;

historia se cantaron las glorias los desastres y la constancia nacional ; la gala y brio descriptivo
,

de los romances moriscos y caballerescos todo, todo existia ya, todo era popular en la civiliza-
:

ción castellana á principios del siglo xvu. Solo faltaba una inteligencia superior que, abarcando
con una mirada sola este caos de elementos diseminados, y despojándolos de sus formas divergen-
tes, supiese ponerlos en armonía para crear un todo conveniente, cuya belleza simpatizase con
las masas populares á quienes debia servir de instrucción de moralidad de placer y de recreo,
, ,

y á quienes, en fin, como un espejo se debia retratar para sí propias y para la posteridad.
íPues bien el hombre que supo aproximar elementos tan distantes y edificar con ellos un mo-
,

numento real é idealmente bollo y armonioso fué Lope de Vega. Creó su drama, y creado, se lo
presentó al pueblo y le dijo « Hé aquí tu poema hé aquí la verdadera creación que debes con-
: ;

tinuar para ser sublime, para ser original é independiente porque esta obra aunque salida de
; ,

mis manos, es propia tuya, porque se ha formado de tus leyes, tus costumbres, tu saber, tus
gustos, tus sentimientos, tus creencias, y en fin, de tu propia sustancia. Tú fuiste el mármol que
contenia la imagen de la belleza, y yo el artista cuya intehgencia comprendió dónde estaba ocul-
ta y cuyo cincel la despojó de su corteza tú fuiste el diamante, yo el que le labré é hice compe-
;

tir en brillo con el sol. » La nación, atónita y embelesada, aceptó el presente del gran poeta y ciñó

sus sienes con inmarcesible corona de gloria, de gratitud y respeto, y la fama llevó su nombre
y
sus obras inmortales á los otros climas. *
Para consumar tan grande obra necesitaba Lope ser lo que fué: un verdadero portento, un
monstruo de la naturaleza. El cielo había reunido en aquel hombre extraordinario el genio de
muchos poetas juntos, prodigándole los tesoros de la imaginación y de la mas rica fantasía, el don
de inventar y de trazar cuadros infinitamente variados facilidad, soltura, elegancia, claridad,
:

armonía, todo en él se reúne es un manantial que á todo basta y que jamás se agota. Su poesía
;

es porgeneral dulce y fluida, como el agua Ihnpia de una fuente pura, que fluye sin obstáculo
lo
alguno su expresión deja pocas veces de ser clara inteligible para todos y exenta de los defec-
; ,

tos de culteranismo y mal gusto que afearon á muchos escritores de su época y la siguiente los ;

argumentos de sus dramas son variados y siempre felices, á ])esar de ser tantos y tan prontamente
concebidos los caracteres de sus personajes, si no perfectos siempre en la ejecución bellos en la
; ,

invención y con rasgos admirables que arrebatan el diálogo es fácil y animado


; una galantería ;

fina y culta sobresale en él no ofendiendo nunca el decoro por lo general descubre una sen-
,
y ;

sibihdad viva y delicada que mueve é interesa, sin que le falte a veces fuerza y sublimidad bien ,

que estas últimas cualidades son en él las que menos resaltan.


Vemos pues justificado nuestro aserto de haber sido injustos para con Lope los que le han
achacado la corrupción de nuestro teatro, haciéndole causante del, desarreglo y mal gusto que
reinó en la escena española á juicio de ciertos críticos. Lejos de esto, contuvo el desarreglo que
sus predecesores habían introducido, rectificando el gusto que andaba perdido entre las farsas
groseras de unos y los monstruosos engendros de otros. Mejoró infinito la parte relativa á la in-
vención de la fábula. Unas veces se mostraba esta pobre, como en Rueda y Naharro otras pasaba ;

á ser desatinada y delirante por la aglomeración confusa de incidentes desligados entre sí como ,

en Cueva y Virués. La fábula de Lope está llena de movimiento, de situaciones, de lances hasta ;

la exposición misma se hace en acción,


y no en discursos, desterrándose la costumbre poco inge-
niosa de las loas ó prólogos. A pesar de la multitud de lances, camina con mas claridad, con mas
arte en la disposición del argumento y aunque se halla lejos de ser perfecta, rectificada la anti-
;
:

xxvi LOPE DE VEGA CARPIÓ.


gua confusión y la exageración ridicula, puede decirse que dio á la comedia mas regulares y sen-
cillas formas.
Otra cosa que aquellos no conoeiertm fue la pintura de los caracteres, y á Lope se debela

creación de esta parte tan principal de la poesía dramática, en la que sobresalió, señaladamente
cuando poma en escena caracteres femeniles. Nadie ha descrito con mas verdad ni al mismo
tiempo con mas ingenio y, por decirlo asi, con mas efusión del alma, la ternura y constancia del
corazón nmjeril , el valor del bello sexo en las situaciones mas difíciles de la vida, y la disposición
a hacer los mayores sacrihcios por el objeto amado. Su manera de sentir el amor y los celos está
expresada en numerosas comedias de Lope con una variedad admirable correspondiente á
las ,

las casi inliiiitas situaciones que inventó para describirla. En los demás caracteres, generalmente
liablando. observó la debida decencia. El lenguajt; tlel padre anciano no es como el del joven
anumte del monarca poderoso, del criado, del pastor, del villano. Nada de esto se veia en los
,

que le precedieron cuando mas, supieron trazar algunos caracteres generales, pero no los indi-
:

viduales, que son los que la comedia requiere y fué tan notable la mejora que en esta parte in-
;

trodujo que el mismo se alababa de ella diciendo con razón en su Égloga á Claudio
, ,

Débenme ;'i mi de su principio el arle.

Pintar las iras del armado Aquíles,


Guardar á los palacios el decoro...
La furia del amante sin consejo.
La hermosa dama, el sentencioso viejo...
Describir cI villano al luego atento...
¿ A quién se debe , Claudio?

Tampoco sabian sus antecesores manejar el diálogo con verdad, gracia y soltura. Algo se no-
taba ya de esto en Lope de Rueda mas ; solo en la parte jocosa. Lope de Vega enseñó el modo de
hacer hablar entre á los interlocutores de todas clases con verdad, viveza y naturalidad, hu-
si

yendo de los largos razonamientos, haciendo que las réplicas fuesen prontas, oportunas, ade-
cuadas a la situación y al personaje. En suma, como ya hemos dicho, antes de Lope existían co-
medias pero él creó el arte dramática.
;

Mas si esta arte le debió tanto, ¿hizo por ella todo lo que hubiera podido? ¿La llevó al grado
de perfección de que era susceptible en su tiempo? A nosotros nos parece que no, y en esto ve-
mos la gran culpa de Lope. Sin quitar al teatro español su originalidad, sin defraudarle de una
sola de las buenas cualidades con que supo dotarle, en nuestro juicio debió darle mas perfectas
formas é introducir en el un gusto mas depurado. El mismo lo conoció, se acusó de ello, y este
testimonio es mas poderoso (jue todas las excusas que se puedan inventar para disculparle.
Si tuvo grande inventiva, no fué tan afortunado en la composición ó disposición de la ñíbula, que
casi siempre es defectuosa señaladamente cuando se aproxima el desenlace. Su genio le inspi-
,

raba una buena idea poníase á trabajar, y generalmente empezaba bien, porque entonces le ani-
;

maba la inspiración pero caminando sin plan y siempre deprisa, se iba extraviando y se cansaba.
;

Añadía escenas á escenas conforme se le ocurrían aunque no tuviesen entre si la conexión ne- ,

cesaria saliaii unas buenas, otras malas ya se cansaba, y su composición se resentía de la fatiga
:
;

ocasionada por el excesivo trabajo; ya por un nuevo impulso ó recobradas sus fuerzas, volvía la
insjjiracion, y era otra vez el inimitable Lope. Guando llegaba el desenlace, el cansancio, la dificul-
tad de atar tanto cabo suelto y de llevar á un fin común tan varios incidentes, el ansia de acabar,
le hacían echar mano de cualquier medio y resultaba el final tan malo como buena había sido la
,

exposición. Asi de todos los poetas dramáticos es el que tiene mayor número de escenas admi-
,

rables y menor de comedias buenas. Esto consiste en que la invención pertenece al genio y es
hija de la inspiración ; pero la composición lo es del talento
y del arte. Las escenas, los diálogos
y los versos se hacen dictando la musa de la fantasía pero la disposición y el enlace de las diver-
;

sas partes del rlrama ,modo que camine artificiosamente á su fin prepare la catástrofe y man-
de ,

tenga espectador
al siempre suspenso, esto requiere mucha meditación y gran detenimiento.
Estas últimas cualidades son las que le faltaron á Lope para ser perfecto y su falta le precipitó ,

en grandes extravíos. Entregándose sin freno alguno á su lastimosa facilidad, demasiado pronto
á tomar la pluma, é impaciente por acabar, sacrifica el conjunto á los pormenores, y desgracia lo
esencial por los accesorios. Corre sin saber adonde marcha ni cuándo parará ; no se concede el
PRELIMINARES. xxvn
tiempo de respirar siquiera, y á lo mejor so queda sin aliento. Semejante al pródigo, derrama in-
consideradamente sus tesoros, en vez de distribuirlos con cordura y en medio de tantas riquezas,
;

aparece muy á menudo pobre y miserable. Asi, Lope para ser apreciado en lo que vale necesita
presentarse cargado con el inmenso caudal de sus obras vistas juntas asombran y dejan anona-
:

dado al que las contempla; desmenuzadas, se pierde el prestigio, y no pocas veces causan extraño
desagrado. Se pueden comparar á un inmenso paisaje que desde lejos presenta imponentes ma-
sas de árboles y montes nubes y variados celajes el conjunto sorprende y asombra pero inter-
, :
;

nándose en él se desvanece la ilusión y á par de bellas llores sombras agradables y fuentes de-
, ,

liciosas, se encuentran sitios agrestes, rocas incultas, extensos eriales, cenagales inmundos
y ;

por todas partes la maleza ahoga la vegetación, que de lejos parecía tan lozana.
'
Y no estuvo todo el daño en lo bueno que dejó de hacer, sino en el mal ejemplo que diera, sien-
do imitado en sus defectos por la mayor parte de sus contemporáneos y sucesores. Como una de
las cualidades que en él mas sorprendieron fué su inmensa fecundidad todos sus imitadores cre-
,

yeron que no eran poetas dramáticos si no eran también fecundos, y diéronse todos á escribir
comedias á destajo, produciéndolas a cientos. Quedándose aun en esta parte muy atrás, no le aven-
tajaron en Tas demás y excepto algunos pocos que indudablemente produjeron obras mejores
;

que las suyas, el vulgo de los dramaturgos escribió todavía con mas desarreglo y menos gusto.
Acostumbró además Lope á componer, no para el arte, sino para el pueblo únicamente y según su
capricho. Si es cierto que el poeta, y mas el dramático, tiene que escribir para el pueblo, también
lo es que no debe constituirse en servil adulador de sus gustos, con frecuencia depravados. El
cielo no le da el ingenio para esto solo, y es su obligación corregir lo que el buen gusto y la razón
desaprueban. El arte le ha de merecer también algún esfuerzo, y el está para perfeccionarlo que ;

la gran dificultad y la verdadera gloria consisten, no en agradar a la plebe á expensas del arte no ;

tampoco en sujetarse á este sin consideración a los gustos del pueblo, sino en atender á las dos
cosas juntamente, eji hermanar estos dos fines indispensables y en vencer todos los obstáculos
que ofrece tan ardua empresa. Si Lope hubiera hecho esto, no se diria de él que ha escrito mil
ochocientas comedias pero tendríamos unas pocas que sabriamos de memoria.
;

Basta ya sobre las bellezas y los defectos de Lope de Vega y sobre la influencia que tuvo en el
teatro moderno. Contraigámonos ahora á hablar mas particularmente de sus comedias.
Estas se pueden dividir en varias clases :

1.'' Las de costumbres, en que mas se acercó á Terencio


yá Planto, é imitó acaso sobradamente
la hcencia de los cómicos antiguos. Llamamos así á las comedias en que se pintan los vicios de los
hombres en sociedad y se retratan sobre la escena pero, como en tiempo de Lope no podían cri-
;

ticarse los vicios de ciertas personas y clases, hubo de limitarse á las mas abyectas y bajas, como
en el Paifian Castrucho. En estas obras no es Lope tan culto y urbano como en las demás pero ;

afortunadamente tiene pocas.


2." Comedias de intriga y amor, llamadas generalmente de capa y espada. En este género fué

original y mejor que en ningún otro. A él deben referirse muchas en que, aunque se introduzcan
reyes y emperadores, la fábula no versa sobre hechos históricos sino sobre lances de amor y ce-
,

los. Es también el que mas se cultivó por todos nuestros antiguos poetas dramáticos y en el que

tenemos mas riquezas.


o." Comedias pastoriles, género que agradaba mucho á Lope y en que imitó el Aminta del Tas-

so y el Pastor Fido de Guarini pero dando mas complicación é interés á la fiíbula. Sobresalió en
,

él por las excelentes descripciones poéticas que admite. En todas las obras de Lope se ve el placer

con que describe las bellezas sencillas, las escenas hermosas de la naturaleza, las dulzuras de la
vida del campo y la sencillez de costumbres que es consiguiente á ella pero introdujo también
;

en estas comedias el mismo género novelesco que en las demás.


4.^ La comedia heroica ó de sucesos verdaderos ó creídos tales como la historia de Bernardo
,

del Carpió. En las comedias de este género se observa en Lope mas celeridad que en otro alguno,
y se acercó mas á la manera de Cueva y Virués muchas fueron comedias de circunstancias.
:

^j" La tragedia puso el título de tragedia á algunas de sus composiciones porque el desenlace
:

era lastimoso, aunque la forma fuese la misma que en los demás dramas de modo que no hay ;

mas diferencia entre lo que él llama comedia y lo que tal vez intitula tragedia, que el ser en la pri-
mera el desenlace feliz y en la segunda funesto.
6.^ Las comedias mitológicas por lo general son comedias de teatro.
:
!
;

xxvui LOPE DE VEGA CARPIÓ.


7.' también de apariencias teatrales, en las cuales estaba recibido que se in-
Las de santos :

trodujesen los demonios, saliendo por escotillón y los ángeles por nubes. Estos dos últimos gé-
,

neros por si son ya bastante inferiores el uno por ser de una creencia que no nos pertenece y el
:
,

otro por acercar demasiailo al auilitorio los objetos de la suya. No tienen en Lope bastante mérito.
8.* La comedia tilosólica ó ideal, en que se conoce la intención de desenvolver alguna máxi-

ma de moral universal género en que Lope se elevó apenas sobre la comedia de intriga, y que
.

Calderón llevó después a tan alto grado de perfección son pocas también las que tiene de esta
;

clase í.

Muclio habria que citar de Lope; pero es difícil elegir en tal cúmulo de obras. Sus comedias mas
nombradas, ó por lo menos las que mas se han conservado en el teatro basta estos últimos tieno-
pos, son £/ anzuelo de Fenisa ; Obras son amores, y no buenas razones ; ¡Si no vieran las mujeres
:

Ims llores de don Juan ; La esclava de su galán ; La moza de cántaro ; Querer su propia desdicha
Los milagros del desprecio: El castigo sin venganza; La estrella de Sevilla; El premio del bieti ha-
blar Por la puente, Juana ; El mejor alcalde el Bey; Lo cierto por lo dudoso; El perro del hortelano;
:

La dama melindrosa ; Los Tellos de Mencses ; Amar sin saber á quién ; El acero de Madrid ; La ilus-
:re (regona; La hermosa fea; El mayor imposible ; La boba para los otros y discreta para sí. En el

prólogo del Peregrino en su patria puso Lope una lista de ias comedias que habia publicado hasta
entonces.

Lope, que se ensayó en todos los géneros, no podia menos de imitar una de las obras que mas
celebridad tenian, y que, sin ser verdadera comedia, ofrecía sus formas, La Celestina. Hizo La Do-
rotea, que como aquella, es una novela en diálogo y aunque está lejos de igualarla, hubo de de-
, ;

jará su autor bastante satisfecho, puesto que hablando de ella dice « Por ventura de mí lamas
:

qu«-rida.i Está dividida en cinco actos, que este nombre les da, y no el de jornadas, y escrita en
prosa con intercalación de bastantes composiciones poéticas. Como novela tiene poco interés y es
cansada de leer pero el lenguaje es bellísimo, y sobre todo los versos son de los mejores de Lope,
;

hallándose entre ellos sus fomosas barquillas.

' Del)emos esla clasilicacion al piüfuiulo humanista y excelenle critico, maestro incansable de la juventud, don Al-
heño Lista y Aragón , cuyo fallecimiento acaecido en 5 de octubre de t848, llenó de luto á los verdaderos amantes de las
,

letras, quienes perdieron á su muerte un verdadero oráculo.


»

RELACIÓN
ENTRE LAS COSTUMBRES Y LOS ESCRITOS DE LOPE DE VEGA,

POR EL SEÑOR DON ADOLFO DE CASTRO.

(Semanario pintoresco español, núm. 13 del año 1851.)

«Con dos flores de un jardín, seis cuadros de pintura y algunos libros, vivo sin envidia, sin
deseo, sin temor y sin esperanza; vencedor de mi fortuna, desengañado de la grandeza, retirado
en la misma confusión alegre en la necesidad y si bien incierto del fin no temeroso de que es
, , ,

tan cierto. Con esta filosofía camino por donde mas me puedo apartar de la ignorancia, desviando
las piedras de la calumnia y las trampas de la envidia.
Así describía su carácter el ingenioso poeta español Lope de Vega, en la dedicatoria que hizo de
su comedia El Alcalde mayor á cierto amigo residente en la ciudad de Méjico. Con tales costum-
bres y con tal manera de pensar, es claroque sus versos nacieron en la sencillez y tranquilidad
de ánimo en la práctica de las
, virtudes en el des])recio de las riquezas y en la admiración de
,

la hermosura.
Lope de Vega manifestaba sinceramente sus pensamientos. Por eso, mientras mas bellos son
los objetos que describe los pinta con mayores encantos y atractivos. La inocencia de las aves,
,

los afectos de un amor puro, la belleza de una doncella, las galas de las flores, hijas del mayo, y
las mansas corrientes de los ríos y de los arroyos se hallan retratados en sus escritos con la sen-
,

cillez de la verdad con fluidos y suavísimos versos, y con palabras y frases mas suaves todavía.
,

En el vario discurso de su larga vida así seglar como sacerdote Lope de Vega se dejó regir
, ,

constantemente por el amor con que acataba la justicia, la razón, la virtud y la hermosura. Ni
la ira podía cegarle el entendimiento hasta el punto de vengar por medio de las armas las preten-
sas injurias ni la codicia desviarle de la honestidad de sus costumbres.
,

Salustio se quejaba de la corrupción de Roma y de la venalidad y ambición de los que desera-


peñaban cargos en la república; pero tuvo que salir del Senado. por sus vicios y por su insaciable
sed del oro por bajos medios solicitado y adquirido. Lope de Vega celebraba la excelencia de
,

las virtudes y los encantos de un espíritu tranquilo en el reposo y en la contemplación de la na-


turaleza y ejercitaba en su vivir lo mismo que tan deliciosamente describía en sus obras poé-
,

ticas.
El Salustio senador romano era muy distinto del autor de las admirables historias de la Con-
juración de Catilina y de la Guerra de Ywjurta.YX Lope de Vega sacerdote español no se dife-
renciaba del poeta que tan bien solía encomendar en sus escritos la sencillez de vida y el ejerci-
cio de las virtudes.
Cuando
seglar compuso uña comedia intitulada El asalto de Maesbicht, para celebrar la victo-
riaque recientemente habían adquirido las armas españolas en los Países-Bajos, donde corrían
entonces tantos arroyos de sangre, y donde tanta gente de nuestra nación iba á perecer en de-^
fensa de las ambiciones de la casa de Austria.
Acertó, ó mas bien tuvo el poco acierto de poner Lope de Vega, entre las personas que repre-
sentaban en su comedia, un alférez de los que mas sé habían distinguido en \íipresa{comú en aquel
tiempo se decia sin incurrir en galicismos) de la plaza de Maestricht. El actor encargado de reci-

xtx LOPE DE VEGA CARPIÓ.
tar el papel ora de ruin persona. Terminada la representación de la comedia con feliz suceso,
cierto hidaliio, muy
descolorido y enojado, llamó aparte al bueno de Lope y le dijo t que habia ,

sido muy mal término dar el papel del alférez ;que era hermano suyo) á un comediante tan villa-
no de talle y de tanta cobardía en las maneras, cuando su pariente tenia buena presencia y gen-
til espíritu, según lo mostrabaii sus proezas Lope, al oír querella tan extraña, se excusó lo mejor
>
.

que pudo en tan inesperado trance. Pero el hidalgo no se satisfizo con sus excusas; y así, le pre-
vino que si no entregaba el papel a otro representante, desde luego se diese por desafiado. Lope,
hombre pacitieo é inofensivo, al escuciiar tali^s bravezas, ofrc^ció cumplir lo que el hermano
del alférez tan vivamente solicitaba. Diii el papel á otro actor de buen rostro y mejor talle, y le
encargó que hiciese muchos ademanes de valiente, con h» cual se serenó el hidalgo, y en vez de
acuchillar al poeta, le envió unos regalos '.
Esta suavidad del carácter de Lope de Vega, en la edad viril y en un tiempo en que la educa-
ción y las costumbres exaltaban los brios, permaneció igual aun en los dias de la vejez, cuando
los achaques, los desengaños de las vanidades del mundo y de la constancia de los amigos, y la
gran fama puilieran haber agriado su condición y encendido su orgullo.
<rn hombre iracumlo y mal advertido desalió á Lope hallándole en estado que ya los hábitos
,

eclesiásticos Ife excusaban la respuesta. Instó el que desafiaba, y empuñando la espada, enojado
mas con su silencio, le dijo Ea, salgamos fuera.
: — —
Vamos dijo Lope, poniéndose con mucho ,

espacio el manteo; vamos, yo al altar á decir misa, y vuesamerced á ayudarme á ella. k

Esto refiere fray Francisco de Peralta en un sermón predicado en las exequias de Lope, Ma-
drid, IGoo; obra bastante rara '-.

Lope de Vega era además un hombre modelo de modestia. Ni los aplausos lo engreían ni la
estimación universal lo cegaba. Para él fueron tormentos irresistibles las honras merecidas que
le tributaban por su ingenio los reyes y los grandes.
Su intimo amigo y compañero inseparable, (d doctor Francisco de Quintana, autor de varias
novelas y poesías celebradas en aquel siglo, predicó también en otras exequias de Lope. En su
sermón impreso igualmente en Madrid el año de 1635 liay curiosísimas noticias acerca del ca-
, ,

rácter y costundires de Lope de Veca. Ninguna d(! ellas ha sido conocida por los biógrafos de este
esclarecido ingenio, porque el original del elogio fúnebrí! de Quintana es de una rareza singular 5.
Véase cómo describe un constante amigo de Lope su modestia Los príncipes, así eclesiásti-: 'í

cos como
seglares, le veneraron, y aun le desearon , quejándose de que no los visitase pero él se
;

portaba tan templadanieníe en estas honras, (|ue á la queja de un principe grande, eclesiástico,
de (}ue no le veia, respondió: —
Yo vi(!ra mas veces á vuestra ilustrísima si me hiciera menos ho-
nores cuando le veo.— Secretario fué en su juventud de dos principes grandes, y cuando estimaban
mas su persona, los dejó por huir de las lisonjas y estimaciones de sus familias y estaba tan desen-
;

gañado de este género de favores, (jue solía decir: —


Aun a las figuras de los tapices de palacio tu-
viera lastima, si tuvieran sentimiento.— Tan templado fué en esta parte, que, siendo así (|ue murió
en el servicio de un generoso príncipe..., y estando en estado que pudiera como amigo gozar de
sus favores, no quiso pasar por ello, sin estar primero escrito en los libros de los críados de su
casa. Cuando suya, llegaban mil difenmtes personas á verle, conocerle y decirle va-
salía (Je la
nos encan-cimientos de sus escritos, y con tanto aliento repelía estas estimaciones, que, después
de haberse cubierto su anciano rostro de vergüenza, introducía diferentes' razones en orden á
que cesasen sus alabanzas; y sí, no obstante esta diligencia, proseguían, dejaba la conversación,
ieníen<io por mejor parecer descortés que dejar de ser en tantos honores magnánimo. *
Este desprecio de
la próspera fortuna y de las pompas mundanas, este animo igual, estacón-
fianza en su grandeza, y esta modestia, hija de la sabiduría, tlescubren en Lope de Vega al poeta
eminente, cantor de las bellezas del nmndo.
Lope al propio tiempo cumplía constantemente con las obligaciones «pie se había impuesto, sin
(jue nada hubiese de bastante poderío para desviarío del desempeño
de sus palabras. Pertenecía
a una congregación destinada á socorrer á los
sacerdotes pobres, á negociar su libertad cuando
emian por los rigores de la contraria fortuna en tierras de infieles, á sepultar de limosna á los
.
y
que fallecían sin haberes, y la cual en ninguna manera permitía que manos de seglares tocasen

' Lope refiere este suceso en una (h- sus novelas. (Nota del autor del articulo.)
' Está reimpreso en la Colección de lax obras sueltas de Lope,
tomo xix.
' Reimpreso en »•! tomo xix de las Olrras sueltas de Lope.
; , , ; , ;

PRELIMINARES. xxxi

á los difuntos eclesiásticos. «Ofrecióse amigo de Lope, en el hospital ge-


enterrar, dice el citado
neral á un sacerdote pobre, y vimos que Lope de Vega se quitó el manteo, y aunque se lo qui-
sieron estorbar algmios por excusar este trabajo á sus años, entró en la sepultura, recibió pia-
dosamente el cadáver, salióse fuera, y comenzó á cubrirle de tierra con el instrumento allí dipu-
tado para este ejercicio. >
De este modo el gran Lope de Vega daba el admirable espectáculo de un hombre lisonjeado
por los aplausos universales, despreciando el orgullo y siendo vencedor de sí mismo, sin que la
mucha edad ni las atenciones y cuidados de sus amigos pudiesen separarlo del camino de los que
él consideraba como deberes de su conciencia.
Lope además fué notable por su caridad verdaderamente evangélica. En su casa siempre tenia
€ la mesa, para que el criado no tuviese necesidad de pedirlo ni
puesta cantidad de dinero sobre
tuviese mas que hacer que darla en llegando el pobre á la puerta». Tal decia de la caridad de Lope
elcitado Quintana.
Otra de las acciones notables de Lope en este punto está referida también por su íntimo amigo,
en las palabras siguientes « Llegó una vez un sacerdote pobre... Llamó á la puerta, no habia en
:

casa quien respondiese, salió él mismo, y vio que el que llamaba, sobre pobre, sacerdote y ciego,
llevaba la indecencia de un asqueroso sombrero. Miró si tenia qué darle; no se halló con cosa
considerable y llevado de su piedad quitóse el sombrero que tenia en la cabeza, y püsoselo al
, ,

pobre. Súpose necesariamente este suceso, porque no pudo salir de casa con los amigos que le
asistían , testigos fieles de esta verdad hasta que uno de ellos hizo diligencia para que le lleva-
,

sen otro.»
Con esta condición tan afable, tan caritativa, tan generosa, pronta á ejercitar el bien , sensi-
ble ante la desdicha lo mismo que ante
hermosura, acostumbrada á la sencillez de las costum-
la

bres, llena de delicados afectos, no mancillada con los crímenes, Lope de Vega habia de escri-
bir necesariamente versos de una suavidad extraordinaria y ser uno de los pintores que han ,

sabido mejor retratar los encantos de la naturaleza.


En la rarísima comedia Mas vale salto de mata que ruego de buenos Lope describe de esta suerte
los tiernisimos afectos amorosos de un ganadero :

Por verte á ti , Señora, La tórtola en el nido


Saldré cuando le corra las cortinas Y el escamoso pez en el anzuelo
Al rubio sol la aurora, El madroño teñido
Siguiendo sus pisadas peregrinas ;
Con la escarcha que arroja el duro suelo
Y en viendo las estrellas Que cosas semejantes
Solo las miraré por verte en ellas. Son en amor zafiros y diamantes.
Traeréte muchas veces
El conejuelo timido y medroso Daré un golpe á tu puerta,
Y viendo que me ofreces Y tú que velarás por aguardarme
,

(iracias debidas á mi amor forzoso. Con una fe despierta,


Con pecho mas sencillo Llegarás muchas veces á abrazarme,
Te traeré el amoroso cabritillo. Y dirás, como amas :

«No des tan recio; que en el alma llamas.»

El espíritu de Lope deVega acostumbrado á ejercitar la virtud y a hallar en todo bellezas, no


,

se contentaba solo con encontrarlas en los campos, en los jardines y en las selvas, ya en las de-
licadas flores, ya en el cantar de las sencillas aves, ya en las mansas corrientes de los arroyuelos,
ya en las sombras y frescuras de las silenciosas llorestas. Lope se traslada con el pensamiento ala
rústica casa de un labrador, y describe admirablemente y con un entusiasmo singular la riqueza
de los frutos naturales depositados en aquel albergue. Véase la descripción que se lee en su co-
media intitulada El vaquero de Morana :

Algún año sea tan bueno Rompan del aire los filos
En tierras propias y extrañas Las cañas de los barbechos,
Que seguemos con guadañas Y toque el trigo los techos
Como en los prados el heno; En las trojes y en los silos.
Vístase el prado librea No solo en siega, en vendimia
Con la yerba cada hora Os dé el cielo tal tesoro.
Vierta aquí su copia Flora, Que hagáis los vasos de oro
Y su abundancia Amaltea; Que agora tenéis de alquimia.
.

LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Ya que en agosto repose, Coronen frutas do invierno.
PiíOH para vuestras cubas Sirvan á vuestras familias
Vuestras gentes tantas uvas Costales de verdes nueces,
Que todo en mosto rebose. Para acabar tras los peces
Los viernes y las vigilias.
Y de manera se huelguen Higos también os reserve
Con las uvas vuestras casas, Esta campaña vecina,
Que aunque muchas hagáis pasas, Que afeitados con harina.
Muchas por los techos cuelguen. Enjugue el techo y conserve.
Matice estas huertas luego
Por los pezones y cabos La berengena morada.
Cubran con color pajizos La verde col arrugada
,

Los melones invernizos Como |)ergamino al fuego.


De vuestra casa los clavos. Echad por mayor deleite
Sir\-.in colmos á montones En la postre vez alguna,
De membrillos ó granadas. En adobóla aceituna,
En vuestros lechos colgadas, Y los quesos en aceite;
De dorados artesones. Que yo, siguiéndoos á vos,
Sin rectitud y gobierno Daré en mi rústico modo
De reales pesadumbres. Gracias al Dueño de todo;
Vuestras ahumadas techumbres Que dueño de todo es Dios.

Sin embargo, Lope de Vega á pesar de la pureza de su alma, no manchada con los vicios que
,

afeaban costumbres de sus contemporáneos, como buen autor dramático, supo retratarlas
las
admirablemente, incluyendo á todos, desde Felipe II, castigador de su hijo don Carlos y de
Juan de Escobedo, hasta las busconas y rufianes que vivian de la estafa y en los mayores crí-
,

menes.
, Para describir la muerte de Juan de Escobedo secretario de don Juan de Austria, dada por
,

Antonio Pérez de orden de Felipe II, y para afear la persecución que hizo este soberano ásu pri-
vado por haber ejecutado sus disposiciones, compuso Lope de Vega su tragedia intitulada La es-
trella de Sevilla. Tal se cree por algunos críticos en vista de la semejanza de los sucesos en ella
referidos con los que admiró el mundo durante el reinado de Felipe y considerando que la ac- ,

ción de esa traí^cdia se finge en el reinado de don Sancho el Bravo, tiempo del cual no se con-
serva noticia alguna igual tocante á Sancho Ortiz ni á la familiaantigua sevillana de los Taberas.
También Lope en el reinado de Felipe III compuso otra tragedia con el título de El castigo sin
venganza, donde un duque ideal de Ferrara manda matar á su hijo por tener amores con su ma-
drastra acción en que la corte de Madrid vio retratado al príncipe don Carlos á Isabel de Valois
: ,

y á Felipe II, según las voces que corrían entonces acerca de este suceso fuera de España. La
tragedia, al siguiente día de su representación, fué prohibida.
Lope de Vega, para pintar la sociedad española de su tiempo, recorrió todos los estados, y al
fin desde los palacios descendió á las vidas de las busconas en su comedia El anzuelo de Fenisa,
,

y á la de los bribones en El rufián Castrucho.


Pero, aunque Lope de Vega se dejase arrastrar de su deseo de describir las costumbres de su
siglo, y las describiese con negros colores, nunca fueron tales que igualasen al horror de ellas.
Por fso en todas las comedias de Lope, sean cuales fueren sus asiintos, siempre se ve al alma
pura de su autor en las bellas pinturas de la naturaleza y en la delicada expresión de dulcísimos
afectos.
En nadase puede contemplar mejor el candoroso espíritu de Lope de Vega que en el carácter
de mujeres de sus comedias. Así como Cídderon pinta las suyas infelices é impecables, pero
las
altivas, Tirso de Molina bellacas cuanto da de sí la malicia,
y Montalban mas vehementes de lo
que permite la modestia; Lope las retrata apasionadas y afectuosas con una ternura llena de en-
cantos y atractivos.
Lope dk Vega en sus escritos revela pues las bondades de su alma y la sencillez de sus cos-
tumbres.
EL VERDADERO AMANTE,

PRIMERA (COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ"',

DIRIGIDA A LOPE DE VEGA , SU HIJO.

MmAXDO un dia el retrato de vuestro hermano Carlos Félix, que, de edad de cuatro años, está
en mi estudio, me preguntastes qué significaba una celada que, puesta sobre un libro en una
mesa, tenia por alma del cuerpo esta empresa Fata sciunt; y no os respondí entonces porque
:

rae pareció que no érades capaz de la respuesta. Ya que tenéis edad, y comenzáis á entender los
principios de la lengua latina sabed que tienen los hombres para vivir en el mundo cuando no
, ,

pueden heredar á sus padres mas que un hmitado descanso dos inclinaciones una á las armas, , :

y otra á las letras, que son las que aquella celada y libro significan con la letra que en aquellos ,

tiernos aTios dice que el cielo sabe cuál de aquellas dos inclinaciones tuviera Carlos si no le hu-
biera, como salteador, la muerte arrebatado á mis brazos y robado á mis ojos, puesto que á me-
jor vida, dolorosamente ,
por de hermosura y entendimiento,
las partes que concurrían en él

con esperanzas de que habia de mejorar mi memoria sobreviviendo á mis años, por la razón del
curso de la naturaleza, orden sujeta á los accidentes de la vida. Vos quedastes en su lugar no sé ,

con cuál genio, cuya definición os darán Pausánias y Plutarco cuando sepáis entenderlos, el
uno en los Acaicos, y el otro en la Vida de Bruto. Ni aun conozco la calidad de vuestro ingenio;
que san Agustín tuvo por felicísimo al que nacia con él, como en el libro cuarto de la Ciudad de
Dios lo siente el Santo y fué opinión de Cicerón y de Aristóteles la ventaja que hace al arte la
;

naturaleza, á quien afrenta Plinio pensando que la cultura de las artes se debe á la avaricia; bien que
casi siempre es verdad cuando no las estudia el gran señor y príncipe y aun entonces puede ser ,

vanidad, y no virtud, como se ha visto en muchos. Mas ¿para qué os persuado con autores, cuando
aun estáis en los primeros rudimentos de la lengua latina? Cosa que no podéis excusar, aunque si
hubiera quien os enseñara bien la castellana, me contentara mas de que la supiérades; porque
he visto muchos que, ignorando su lengua, se precian soberbios de la latina, y todo lo que está
en la vulgar desprecian , sin acordarse que los griegos no escribieron en latin, ni los latinos en
griego ; y os confieso que me causa risa ver algunos hombres preciarse de poetas latinos, y en es-
cribiendo en su lengua parecer bárbaros ; de donde conoceréis que no nacieron poetas, porque
el verdaderode quien se dice que ha de tener uno cada siglo en su lengua escribe y en ella es
, ,

excelente, como el Petrarca en Italia, el Ronsardo en Francia, y Garcilaso en España á quien ;

también deben sus patrias esta honra ; y lo sintió el celestial ingenio de fray Luis de León que ,

pretendió siempre honrarla, escribiendo en ella, como también le sucedió á fray Luis de Grana-
da, después de muchos sermones que hay suyos en y en ella escribieron fray Fer-
la lengua latina;

nando del Castillo , fray Agustín de Avila doctor Mariana y otros exce-
, el packe Ribadeneyra , el ,

lentes ingenios, sus historias. No os desanimo para que con menos cuidado estudiéis esta reina de
las lenguas, tercera en orden á las del mundo, aunque mas común que todas; procuralda saber,

y por ningún caso os acontezca aprender la griega, porque desvanecido, no digáis lo


que algunos
que saben poco della y de otras, p or vendernos á gran precio la arrogancia de que la entienden y ;

porque no sepáis lengua tan engendradora de soberbios, que tan pocos pueden saber que la sa- y

lí) De lo que en la dedicatoria dice el autor se inilere que no fué la primera , pues omite circunstancia de lauto bulto.
En el Arte nuevo de hacer comedias asegura que á la edad de doce y aun á la de once afios ya las escribía.
, ,
o COMEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
beií;, que un catedrático do jjrrit'iío, natural de Guipúzcoa, hallándose en su escuela de Alcalá asal-
tado de improviso de muchos señores de la corte or() en vizcaíno delante dellos, y fué tenido por
,

hombre insigne, hasta que un secretario de un príncipe, que era de la misma patria, deshizo el
atrevido engaño, diciendo que le había entendido. En una de aquellas lamosas librerías de Sevilla

León una Biblia, si acaso la tenían, hebrea. Diosela el dueño, admirado


pidió el padre fray Luis de
de que la pidiese, y mucho mas de vérsela leer en alta voz; pero llevando consigo un sobrino suyo,
ingenio singular y del mismo hábito, pidió otro cualquiera libro, si acaso le tenían en la lengua
liebrea; dióle el librero los salmos de David, de maravillosos caracteres y impresión del excelente
Plantino; y comenzamlo á leer disparates, porque ignoraba la lengua entonces, volvió fray Luisa
reprehenderle airado; a quien el sobrino dijo : « Déjeme vuesa paternidad; que para el señor li-

brero tan hebreo es esto como esotro.» Vos me liabréis entendiíjio; y en razón de la inclinación,
que fué el no tengo mas que os advertir, si no os inclináredes á las letras
principio de esta carta,
humanas de que
,
y que les saquéis las sentencias, sin dejar
tengáis pocos libros, y esos selectos ,

pasar cosa que leáis notable sin hnea y margen y sí por vuestra desdicha vuestra sangre os in-
, ;

clinare a hacer versos (cosa de que Dios os Ubre), advertid que no sea vuestro principal estudio,
porque os puede distraer de lo importante, y no os dará provecho. Tened en esto templanza; no
sepáis versos de memoria, ni los digáis á nadie que mientras menos tuviéredes desto, tendréis
;

mas de opinión y de juicio y en esta materia y lo que os importa seguir vuestros estudios sin esta
; ,

remora, no busquéis, Lope, ejemplo mas que el inio, pues aunque viváis muchos años no llega-
réis á hacer á los señores de a uestra patria tantos servicios como yo, para pedir mas premio, y ten-

go, como sabéis,, pobre casa, igual cama y mesa, y un huertecillo cuyas flores me divierten cuida-
dos y me danconcetos. Libraréisos con esto de que os conozcan que por la opinión de muchos es
;

^ran desdicha, y así tenía por jeroglífico un hombre docto deste tiempo un espejo en un árbol,
a quien unos muchachos tiraban piedras, con esta letra Periculosits splendor. Yo he escrito no-
:

vecientas comedias, doce libros de diversos sugetos, prosa y verso, y tantos papeles sueltos de
varios sugetos, que no llegará jamás lo impreso á lo que está por imprimir; y he adquirido ene-
migos, censores, asechanzas, envidias, notas, reprehensiones y cuidados; perdido el tiempo
preciosísimo, y llegada la non iutcUccta senechis que dijo Ausonio, sin dejaros mas que estos
,

inútiles consejos. Esta comedia, llamada El verdadero Amante, quise dedicaros, por haberla escrito
de los años que vos tenéis que aunque entonces se celebraba conoceréis por ella mis rudos
;
,

principios con pacto y condición que no la toméis por ejemplar, para que no os veáis escuchado
;

de muchos y estimado de pocos. — Dios os guarde.


Vuestro Padre.

Nota. E«la pnslnral fie El verdadero Amante, por ser el primer drnma do Lope incluido en nuestra colección, se
reimprime sin diviision de escenas, para que vean los lectores de la Biblioteca cu (|ué forma publicó el autor sus co-
medius.
, ; , —
: ;
, —
; ,, , ! ,, , ,

EL VERDADERO AMANTE.
FIGURAS DE LA COMEDIA-

JACINTO. PELORO. EREUSA. Un sacerdote de la dio-


DANTEO. ERGASTO. DÓRIDA. sa JCNO.
MENALCA. DORISTO. FELICIO. Pastores.
CORIDON. BELARDA. GLICERIO. Músicos.
EURISTO. AMARANTA. Alcaldes labradores.

Representóla RÍOS.

DORISTO. Santo i\polo, ¿velo ó sueño?


ACTO PRIMERO. A laaldea nos volvamos. ¡Ah Jacinto! ¿Desta suerte
Qué grande bien nos predijo 1
Sirves á tu nuevo dueño?
¡

¡Oh dura imagen del sueño.


SACERDOTE.
Salen JACINTO, siiisicos y pastores, Sombra y color de la muerte í
UN SACERDOTE. Pastores, de aqui partamos. ¿Estás
con baile y fiesta, y eii tí?
PASTORES. JACINTO.
SACERDOTE. Cese el baile y regocijo. Mi Danteo,
No suene rumor alguno ( Vanse todos, queda Jacinto solo.) ¿Es posible que te veo?
Hasta que á avisaros vuelva DANTEO.
JACINTO.
En tiempo mas oportuno.
Pues llegamos á la selva ¿Permitirás levantarme. ¿Qué has tenido? ¿No estás bueno?
Falso amor de aqueste suelo.
,
JACINTO.
Sagrada á la diosa Juno,
Cuyas manos vengativas Donde he venido á humillarme?
, aunque bien ajeno
Sí estoy
Pero si cai del cielo,
Tanto las nuestras altivas Del mayor bien que deseo.
Castigan cuando se atreven.
¿Dónde puedo asegurarme?
Ay pregunta sin provecho DANTEO.
Que hasta los vientos no mueven ¡

Las hojas destas olivas. Pues en el aire, sospecho. Anímate. ¿Qué has tenido?
Por donde amor me subió, ¿Estásdormido ó despierto?
UN PASTOR. Mis esperanzas y yo JACINTO.
En nada os disgustaremos, Nos hepios pedazos hecho.
Ni la gran Diosa permita ¿Que te casaste, Amaranta? Estoy despierto y dormido
Que su selva despreciemos. ¡Muerto soy! Estoy sano, estoy herido.
¡Hola Cese el baile y grita.
! Estoy vivo y estoy muerto.
OTRO. Sale DANTEO. Tal me tiene mi dolor.
Pues lo mandáis, cesaremos. DANTEO.
DANTEO. [Sin ver á Jacinto.)
SACERDOTE. Pues duerme y vela pastor, ,

¡Oh Atalanta! Y cúrate y no "te cura


Todos hincad la rodilla,
Préstame tus pies veloces. Y muere y vinr procura;
Y con voluntad sencilla Asi tuHipómenes goces.
Mostrad que es nuestra intención Quizá te hallarás mejor.
Que en verte agora se espanta. ¿Estás burlando del tiempo?
Ofrecerle el corazón
Déjame dar esta nueva
Que por victima se humilla. JACINTO.
A aquel verdadero amigo;
(Descubren la diosa Juno en un tem- Eco, mis acentos lleva ;
Él se ha burlado de mí.
plo.) Detente, viento enemigo Pues que ya ha llegado el tiempo
¡Oh santa Juno que fuiste,
No la estorbes que ya prueba.
;
Que del tiempo que perdí
Del alto Júpiter prenda! Dile á Jacinto el dichoso Estoy llorando sin tiempo.
Tú, que mas bella, venciste Que el rapacillo envidioso DANTEO.
A Palas en contienda,
la En este punto le ha dado No mas; que tu queja entiendo.
Y á Venus escureciste, El mas venturoso estado Todo tu mal comprehendo :

Asiste á nuestro deseo. Que tuvo pecho amoroso. A Belarda á amar te inclinas.
Por el despojo y trofeo Dile que se abrase y arda
JACINTO.
Que se te ofrece este dia, Que pene, padezca'y muera.
Y venga en tu compañía Pues que le adora Belarda, Ni aun la ceniza ade\inas
Kl sacro dios Himeneo. De toda nuestra ribera Del fuego en que estoy ardiendo.
Doristo con Amaranta La pastora mas gallarda. DANTEO.
Quieren tu yugo amoroso No es este amor, que provoca No disimules conmigo.
Asiste pues Juno santa
, .\ una alma á volverse loca
JACINTO.
Y el lazo dificultoso Malicia que imaginé
De la coyunda levanta Por Dios Danteo que inoras
Que de su boca lo sé , ,

Y en tanto que se levante. Y lo sabrá de mi bnca. Mi mal.


DANTEO.
Cualquier agüero se espante Basta que me ha preguntado
De tu poderosa diestra: Quién es y |?n que punto precia Antes soy testigo,
Ni la corneja siniestra, Kl ser de zagal honrado, Y de su boca le digo
Ni el buho noturno cante. Y si el ganado desprecia, Que sé que á Belarda adoras.
Ya vuestras bodas pronuncia. O guarda ajeno ganado Y i)Or(iue mejor me creas.
— Aquella blanca paloma, Y he hecho lo que he podido Hoy me ha dado el cargo á mi
Doristo, tu bien anuncia. En decirle que li:> tenido Paia que la hables y veas,
La mano á tu esposo toma, (A la novia) Elección de mujer cuerda Y aun de su pecho entendí
Y tu libertad renuncia. Y que á mi cuenta se pierda Que gusta que la poseas.
No hay que tenitn' lin prolijo. Por un ganado perdido. i
Brava ventura tuviste I
——
; , ! ; , ! , , , , ,; ; !

i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


JACINTO. E CRISTO. Tal me tiene, gozando el bieuquegozo, !

{Aparte. Quiéronu' disimuhu'. ¿Qué dices? Que vivo como rey sin desearlo.
JACINTO. CORIDON.
f.allaiulo el sucoso triste.) I

¿üóiulo la piuliste hablar? !


Si a(|iicslo viera Furor delie de ser que te entretiene.
¿.\ilóiiilevella piuliste? Belarda , ¡ipic burla hiciera Vuelve en tu seso, descuidado mozo.
¡Que soy ;uuailo me cuentas De ver un pobre pastor MENALCA.
D.\NTEO.
Con iiazañas de señor
I

Coridon, por demás será buscarlo.


DANTEO.
Tanto, que ale£:re te asientas j
Dichosamente supe avcnlurarlo.
En el trono ilel amor. I
Harto bien le pareciera,
COlílbON.
i^ics lo ipic el ser no te ofrece.
JACINTO. I

¿Rey te juzgas queriendo? ¡Gran locura!


Has por xiilud alcanzado;
Poco sientes mi dolor. Que tan bien el sol pairee MENALCA.
Y gusto que no le sientas. Si en luiaibol resplandece Pues dime, ¿qué ventura
¡Ay íalsii ¿Que te casaste?
!
Como en un teclio dorado. Tan próspera me aguarda
DANTEO. JACINTO. Como gozar el alma de Helarda?
¿Qué dices? Ya estoy bien. V;unos de aqui. Qué ('¡ri(p piiedi! haber C(mio sus
I
ojos.
JACINTO. De quien tengo y teiidi'é ricos despojos?
El'RISTO.
Que te engañaste
¿Mandas que vaya tras ti ? CORIDON.
En pensar que esa pastora
¿De manera que ya, Menalca
JACINTO. loco.
Me quiera hien.
Te habemos de líamar rey?
DAMEO. Ya bien te puedes quedar.
EURISTO. MENALCA.
Y te atlora.
Pues ¿no te he de aconii)añar? De contento.
JACINTO. CORIDON.
JACINTO.
;, Es cierto? ¿ Y el titulo ha de ser rey de Belarda?
PANTEO. \o, mientras ande sin mí.
( \anse Jacinto y Danteo.)
MENALCA.
Es muy cierto.
EUUISTO. A titulo tan alto un rey es poco.
JACINTO.
¿Qué novedad es aquesta, No cabe en un pastor hiereci miento,
Baste.
¿Qué nueva llama
.lacinto? Que pobremente sus ovejas guarda ;
Sin falta por mano ajena
,
Asi tu pecho molesta ün dios podrá reinar; que en Dios no
La suerte mi vida guarda, [hay pena,
Y que se ix-siiei va ordena. Que cuando enlierras tu dama CORIDON.
Con la gli(iia tfe Üelarda, Sales vestido de liesia? .lúpiter , como hizo en Alcumcna,
De mi .\maranla la pona. ¿Es este acaso el tributo Podrá reinar, dejándola preñada.
Del tiiuno llanto y del luto? Pasión desenfrenada
Iix-mosla luego á ver.
¿Son estas colores verdes Te rige qI pensamiento.
UANTEO.
De la cs|)erauza (pie pierdes
Asi quedó concertado. MENALCA.
El mal sazonado fruto?
JACINTO. ¿Si acaso el dolor espanta?
Y á tí de libertad ocioso intento.

me quiero poner
ííalan Mira , Señor, si te niuercis CORIDON.
Que me lia tenido enluladu Nunca la causa fué lanía Vuelve en tu seso, cobra tu sentido.
Oe un des|>osorio el placer. Pues se ha casado Amaranta MENALCA.
Y pues (pie tantos lo van La |)ren(la que
tanto (juieres.
Mírala en brazos ajenos,
Ganado está muy bien cuando perdido.
Bien es tiuc vaya galán.
Y que de .su gloria llenos... CORIDON.
¡Euristo!

Sale EURISTO.
— Mas conviéneme que calle Pues quieres que así sea, dime, cuerdo,
Que suena gente en él valle, ¿Cómo podrás gozar mientras que vives
Y es Menalca cuando menos (Vase.) Tu Belarda gentil ?
EURISTO.
MENALCA.
¿Qué mandas? Salen MENALCA y COHIDOiN.
Viviendo en ella.
JACINTO.
MENALCA. CORIDON.
Presto
Trae volando á este puesto ¿Conoces, dime, Coiidon alguno ,
Cabrás dentro muy bien
i

Pellico, banda y gabán. Que en lodo el Tajo, y en el mundo todo.


Posea (anlo bien como poseo? MENALCA.
{Vase Euria'.ü.) Cabré en su acuerdo.
Y no quiííro decir pastor ninguno
DANTEO. Que fuera corleilad tan mi iiKjdo ;'i CORIDON.
¿Desposorio le enlutó? Medir con la ventura mi deseo; En fin , á lodo engaño le apercibes.
JACINTO. ¿Viste algún rey, ufano del trofeo Hien ves que no podrás casar con cMa,
Si porque envidia me alcanza
;
De haber ganafíoun reino, por ventura. Por(¡ue es humilde el nacimiento del la
De ver (pie allí se cumplió En paz saiii:i y segura Para tu generoso nacimiento.
De dos almas la esperanza. Gozar su alegre e'^ta<lo? MENALCA.
Que para mi no llegó. Pues deste fuera yo tan envidiado,
¡Oh sumo atrevimiento!
Que trocara del reino lo mas rico
DANTEO. Por un solo girón desle pellico. Dime: ¿nació en la tierra?
Nuevo es eso [tara mí. .\o la púrpura sacra y la corona CORIDON.
Que bi; i.-stadn liiera de aquí. Que ciñe al claro princi|)e las sienes. En una choza junto aquella sierra.
Hoy vine á acpiesta ribera. Mas llenas de soberiiia (pie de gusto; MENALCA.
JACINTO. No la |)arlera fama, (jue pregona
Y yo ¿dónde nací?
Para mi también lo fuera, Petpií'ños males c^juio grandes l>ienes
En la boca del vulgo, l((i'|)(;, injusto. CORIDON.
A no estar lucra de mi.
Diciendo a voc(;s: « Principe tan justo Muy diferente;
Sale EL'RISTO. Excede en guerra y paz con igual mano Que eres de dioses y de ilustre gente.
A Numa y á Trajano » MENALCA.
ELRISTO. Ni el ver su nombre eterno La nobleza mayor, la m.ayor palma,
Aquí hay recaudo: bien puedes Se iguala á que yo pase el duro invierno No para en el pellico, llega al alma.
Vestirle. Y l(js calores del ardiente eslío
JACINTO. Contento con el bien (>e(|ueño mió.
Salen BELARDA t ERGASTO.
Muestra el pellico. CORIWJN.
Aípieslo ípii(;ro que fieredes; ¡Qué tal le tiene ¡unor! BELARDA. (A Ergusto.)
Y de dueño no muy rico ME.NALCA. Vuélvete, Ergaslo, á la fuente;
No esperes grandes mercedes. ¿Qué tal me tiene? Que al |)ié del verde laurel
, , , , , ;; ;
, ! ,, ; ,, ; , , : !

EL VERDADERO AM.\NTE.
ponibra á su corriente, Y siendo tú mi esperanza... MENALCA.
Que (ia
Heperiiitio ypnseciiél MENALCA. Bien me has dicho bien me enseñas
.

de la tiente. De mi empleo la ventura.


IJua ciiila O merezco tu ¡irivanza
Corre. O de tu gloria me privas. BELARDA. {Ap.)
ERGASTO. ¿Tanto a lodos me adelanto? Pues haz cuenta (]ue lo sueñas,
¿Has niieclo (lue se buvit? Sin falla de mi te burlas. Porque en balde te asegura
BELARDA. BELARDA. Con palabras halagüeñas.
Búscala, por vida tuya. decirle cuánto.)
No puedo
{Ap. Salen DANTE O y JACINTO.
ERGASTO. Pues ¿llamas pesadas burlas
Verdades que pesan tanto ? DANTEo. {Ap. ú Jacinto.)
Ya tarde parecerá;
Que el sol la habrá hurlado ya MENALCA. i
Buen encuentro , á no se hallar
Para ceñírsela suya. Acpieste , que á mi pesar ,
No mas; que sin falla creo
CORIDON. Cada vez aqui le encuentro!
Que lie tu alma [wseo
es esta á La rendida voluntad. JACINTO.
Tu Belarda fe.

MENALCA. BELARDA. (Ap.) No tengo por buen encuentro


El que comienza en azar.
Y CUYOS son los despojos Así parece verdad,
Del alma que la entregué. .\unque le engaña el deseo. DANTEO.
¿Cómo no pongo los ojos ME.XALCA. Pues á fe que aquesta vez
Adonde estampa su pié? Que ha de ser azar de cedro.
¡Ob, Belarda, y cuan notable Pues tienes padre juez.
BELARDA. (A Ergasto.)
Se halla en ti fa virtud !

¡Al sol le llamas ladrón! JACINTO.


No hay vicio mas detestable
¿Es esa buena razón? Que la injusta ingralitud. Sien tales azares medro.
ERGASTO. No porque en mis cosas hable; Mas negro voy que la pez.
Como sus rayos dorados Que no quiero persuadirte MENALCA.
De la luna son hurtados, Que para tanto rendirte Al Gn, ¿dices que eres mia?
De los tuyos son... Han sido mis obras parte; BEL.\RDA.
UEI-ARDA. Que si valgo para an)arte
Y que en mi postrero dia
¿Qué son? No valgo imra ser\irte.
Que para tanto valor
Tu nombre repetiré.
ERGASTO. MKNALCA.
in principe ser quisiera,
Hurlo los del sol.
Y no tan pobre pastor. ¡Oh Belarda! A tanta fe
BELARDA. BELARDA. [Ap.) Otro premio se debia
¿Mis rayos? Que poco valen palabras
En ese estado pudiera Donde apenas obras pueden
ERGASTO. Aborrecerte mejor.
Tus Y mas de un pastor de cabras;
rayos.
MEXALCA. Pero pues ellas no exceden
BELARDA.
¿Qué respondes? Gusto que el pecho me abras.
Pues ¿resplandezco? Mira tu retrato en él
BELARDA.
ERGASTO. Porque amor es pintor fiel
Que tu estado
Tal que si á verte me ofrezco Solo te diferenció
Es el mejor que han honrado
,

Trueco la vista en desmayos En que allí blanda te vio,


Y desmayado fallezco. Hov las riberas jamás. Y aqui te pinta cruel.
Pues hoy el mas rico eslás BELARDA.
BELARDA.
De cuantos guardan ganado
Basla que sabes hablar. como muestras. Muestra. ¿Qué es eso que veo?
; Y si quieres
ERGASTO. El mas de contento.
rico Abre el pecho.
MENALCA.
Ahora bien voyla á buscar.
, MEXALCA.
No es ingrato
BELARDA. (.A/>.) Excede el alma á las muestras. Daréte cuanto poseo
¡Oh cuánto el rústico tarda ! Porque á lo menos que siento Si va no has visto el deseo.
ERGASTO. Me fallan palabras diestras.
Que es el cerco del retrato.
Pero toda esta riqueza Mas este no lo verás.
Haz una cosa , Belarda,
Ofrecida á tu belleza Porque no le obligue mas
Para que la pueda hallar.
Es un humilde caudal. A cumplille.
BELARDA. BELARDA.
BELARDA. {Ap.)
Acaba con tus enojos.
A todo sales.
Y para quererte mal
ERGASTO. No es muy pequeña pobreza. Buenos son estos corales.
Quiero, para que me alumbre, ¡Si supieses de qué suerte MENALCA.
Llevar, en lugar de antojos, Te aborrezco , aunque te engaño Por estar donde tú eslás.
Un resplandor de la lumbre MEXALCA. Espera que ya los quito
;
De aquesos divinos ojos.
Coridon, agora advierte Porque los goce ese cuello.
BELARDA. Si acierto á buscar mi daño BELARDA.
¡Qué necia fdosofia! T en procurarme la muerte.
Será si yo lo permito.
Vete; que luz tiene el dia Mírame tan bien pagado
Con que MENALCA.
la puedas hallar. Y tan del alma adorado
De aquella (|ue de las almas No hay que replicar en ello.
ERGASTO.
Voyme por no te enojar,
Tiene mas triunfos y palmas DANTEO. (.4/>. á Jacinto.)
Parle de la vida mia. Vase^ Que el proprio niño vendado. ¿Has leido el sobrescrito?
(

BELARDA. CORIDOX. JACINTO.


{Ap. Mas de qué suerte me
¡
tienes Digo que razón te sobra. Por cierto, á muy buen lugar
¡

Que pasa de enojo á rabia!) Ama, pues tanto mereces, Me has traido á despeñar!
¡Oh Menalca! A tiempo vienes. Y pon tu intento por obra ¿Quién te dijo mi suceso?
Que si mucha paga ofreces. MENALCA.
ME>ALCA.
Por una á ciento se cobra están!
Siempre al tiempo que te agravia ¡Qué bien te
Que puesto que merecieras I

Fuerza de ajenos desdenes, BELARDA.


Prendas que igualar pudieras.
Para que mal me recibas. Lo que falla en igualarte. ¡
Bueno es eso
BELARDA. Le sobra en lo que fué pai'le Bien los sabes alabar.
En falsa esperanza estribas, Para que tanto la quieras. Ya sé que tienen valor.
, —
,; ,;; , ,, , , ,,,,; —
, , , ! ,, ,,

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CAUPIO.


MKNALCA. M EXALCA. Y un tiempo Dafnes esquiva
Oosde que ya (uyus l'iieíoii No soy Corona la frente altiva
Le tendrán niuoiio mayor, Menos animoso que el. {Yase.) Del vencedor que te ama.
Piies parece que escogieron BELARDA. Toma, eiR'iiiiii.i cruel;
De tus labios el color. ¡líuena industria Ya se fué. !
Y mira si lie sido fiel,
Aiuique les haces agravio, Hola , pastor , hola , ce. Y lo que puedes conmigo.
Poniue tan cerca del labio Pues para que mi enemigo
DANTEO.
Perueran la color suya Corones traigo el laurel.
Blas burlaránte la tuya.
¿Llámasmeá mi? Toma Y plega Dios si alcanza
, ,
¡

JACl.NTO. (Áp.)
BELARDA. En mi (lafio la venganza.
Y á los dos. Que el laurel que le previenes
A fe que «1 pastor es sabio.
JACINTO. Se le marchite en las sienes,
BELARDA.
Guárdeos el cielo.
Como lo está mi esperanza
No sé qué te diese en pago O c|ue en fuego se resuelva ,
BELARDA.
De este don , te certilico. O cuando al (|ue te idolatra
Y á vos La suerte humana revuelva
HE>AL(U. Parte de mi vida os dé. En los áspides se vuelva
Con poco me satisfago.
ÁCIMO. J Que mataron á Cleopatra
DELARDA. No sino á vos de la mía; Mas pues tan poco restauro.
Pero tü das como rico Y no digo parte della; Arda en su cabeza el lauro
Y yo como ^H)bre pago. Que toda es vuestra , y podría Como Hércules ardió
JACl.NTO. {Ap.) Si os preciáis de poseella En la camisa que dio

Bien lo sabe agradecer. Serlo el alma que os daria. A Deyanira el Centauro.


Por relación he sabido No traigo rosa ni flor.
BELARDA.
Que me haJjeís engrandecido Que no serán necesarias;
Esf>era : iréme á coger En darme nombre de vuestro. Que la corona de amor
Fkires que ti"iig-a eji la falda
No ha de ser de flores varias
BELARDA.
Para hacerte luui guirnalda.
Para el conslante amador.
Holgara veros tan diestro
MENALCA. Kn el ser agradecido. Y pues Menalca se játa
Aquí la puedes hacer. Mas si de mí conocéis De lafirmeza que trata
No (juiero que te fatigues. Como yo de vos confío, Toma que;
bien sé cruel ,

Coridoaiía por ellas. Lo que á mi alma debéis, Que se la das de laurel.


BRI.ARDA. En darme lo (¡ue es tan mió Porque te la dé de plata.

No quiero que me obligues; asi ¿Quién duda que lo seréis? BELARDA.


•Que veo mis dos estrellas JACINTO. Basta, Coridon , no mas.
Que con tu sombra persigues. Pues me abona ese valor, No me trates desa suerte.
DAMEO. Vos seréis mi liarlor, CORIDON.
Por ti lo dice, Jacinto; {Ap. á él.) Y lirmará la escriliu'a Pues di ,
¿qué excusa darás
Que le ha visto. El tiempo, que ya procura De haberme dado la muerte?'

CORIDOX.
Darme otra deuda mayor. BELARDA.
Voy me , y pinto BELARDA. Vivo estás.
En tus faldas un abril. Vase.) Yo pienso que la tendréis, CORIDON.
(

DAMEO. Y (|ue debiéndoos yo á vos. Muerto dirás.


También vos me deberéis. BELARDA.
A fe que es harto gentil.
DANTEO. ¿Parécete que es razón
JACINTO. {Ap.)
Si tanto os debéis los dos Que te quiera?
Y gentil el laberinto.
CORIDON.
¡Oh amor! ¿Faltábate mas?
Con no pagar pagaréis.
Cumplido se ha mi deseo. Y sinrazón
Hoy n>e casas mi pastora
Y esta que agora me das,
Pues tan conformes os veo. No lo hacer.
Para (jue la olvide agora
De ausentes enamorados. BELARDA.
¡Cerca de casalla esl;is! JACINTO. Pues ¿por qué, di.
Trujo el fin de mis cuidados Cuando Menalca está aquí
DANTEo. {.\p. á Jacinto.)
El nuevo bien (pie poseo. No me dices tu pasión ?
Sentir nos tienen por tí.
Hoy sale, aunque á su pesar, CORIDON.
BELARDA. {Ap.) Amaranla de mi alma, Porque te quiere , y me excede
¿Cómo le echaré de aquí? Y Delarda en su lugar En riquezas; que ese es rey
Que he visto mi nueva gloria. Enti a llevando la palma A quien Dios se las concede,
Pues perdí para ganar. Y porque es del mundo ley
ME.VALCA.
I

Hoy Danleo en nueva forma


, , Que muera el que poco puede.
Siendo tuya la vitoria Amor en mí se transforma Téngole te certifico
,
;.Me das la guirnalda á mí ?
No sé si el amor ordena Aquel respeto (jue al rico
Mira que no es la corona Que estíí suspensa la ))ena Tiene el pobre, cuando acierta
Para la frente vencida;
Cosa que al vivir confoima. A tener nobleza muerta
Que el vencedor se corona.
BELARDA. Debajo de su pellico.
BELARDA. Sé yo que te quiere bien:
Coridon viene. ¡ Ay de mí!
Aquesta vez tu homicida, ¿Tengo con mi mayoral
Allí os podréis esconder.
Menalca, te galardona. De ponerme ten con ten.
JACINTO.
¡Ay Dios Qué león tan fiero
!
¡
Siendo un humilde zagal
Arrimado Siempre, P larda temí
aquej sendero. a
,
Que apenas se sabe quién?
Por aquel repecho entró! Que habia mas que temer.
BELARDA.
Malarame. BELARDA.
Al fin , ¿confiesas que es noble?
MENALCA. Mí suerte lo quiere ansí.
CORIDON.
Mi bien, no; {Escúndense los dos.)
En lo exterior, al doble;
Que yo moriré (nimero.
COHIDON Que en lo interior, decir puedo
Pero"¿dónde fué? ¿Qué es del? Sale , con un ramo de laurel Que tanto cruel, le excedo
,
Espera que tías éá voy. en la mano.
;
Cuanto la alta palma al roble.
BELARDA. CORIDON. BELARDA.
¡
Ay Dios No vayas tras él
:
Delarda , do aqufísla rama Al fin tú como menor,
,

Que te matará. Que agora laurel se llama ¿Le respetas?


, ,,
; , ,! , ,, , ! ,, ; ; ,; ! , ; ;

EL VERDADERO AMANTE.
COBIDON. Por vivo en el corazón Que en el desposorio estamos.

Si respeto. Después que muerto le viste. BELARDA.


Él goce de tus abrazos Mil hermosuras verás.
BELARDA.
Y á mi me haga pedazos
Pues ¿por qué no tendré amor Que no es decente (jue muera JACINTO.
A quien tú , como á mejor. En los brazos de una fiera La tuya solo esperamos.
Le {,'uardas tanto respeto? El que mereció tus brazos. ( Vase. ) ( Vanse Jacinto y Danteo.)
Anda, vete; que estás ciego.
BELARDA.
COR! DOS.
¡
Qué bien se traza el engaño Sa/e MENALCA.
Eso, Belarda, no niego, ¡ Hola , Jacinto
MEN.\LCA.
Poríiue tu vista me mata.
Salen JACLXTG y DANTEO. Qué buena burlame has hecho!
¡Oh mas que la palma ingrata ¡

Libre del cuchillo y fuego jACixro. en todo aqueste repecho


Qu(.'

BELARDA. No hay león , ni sombra vi.


No puedo
Dejar de sentir mi daño. BELARDA.
¿Ingrata llamado has
Ala palma? Porque fué tan cierto el miedo Ahora se fué de aqui,
CORIDON. Cuanto fué tu desengaño. Y casi me lleva el pecho¿

Y creo \o
¿Qué te quiere este pastor? ¿Vístele?
BELARDA. MENALCA.
One tal como ella serás,
Pues no dio fruto jamás Quiere crecer tus amores. No por mi
,
fe.

Al dueño que la plantó. JACINTO. BELARDA.


Yo fui en amarte el primero ¿Qué importa que crezca amor, Pues aunque está en otro cabo,
Y del fruto desespero. Si tengo para un favor En el pecho le guardé.
Pues me niegas el tributo, Cuarenta competidores? Ya sé que se me hace bravo
Y vienes á dar el fruto ¿Enojante mis recelos? Pero yo le amansaré.
Al pretendiente postrero. BELARDA. MENALCA.
BELARDA. Y aun me regalan en parte. Basta ;
que burlas conmigo.
Vén acá. Si le desamas, JACI.MO.
BELARDA.
¿Por qué siempre estás con el?
Si me los das
pedirélos. ,
Si burlo, será por él.
CORIDON. Celos pido antes de amarte.
MENALCA.
Porque, como tú le amas, BELARDA.
¿Que vino?
De ti gozaré por él ¿Son hijos de amor los celos? BELARDA.
Estas veces que le llamas. JACINTO. Vino, te digo,
Lo que á ti te enamoró
Sus hijos dicen que son. Y aun otro loon con él
Amor á amar me forzó
BELARDA. Que debe de ser su amigo.
Quiere bien hasta que mueras;
Que basta que tú le quieras Pues ¿cómo nacen sin padre? MENALCA.
Para que le adore yo. JACINTO. No mas burlas mi Belarda. ,

¡Oh ingrata Belarda! Ponte No falta mucha afición Ponme el laurel; que me aguarda
A querer un monte fiero Que los cria como madre Doristo á su tiesta y boda
Y alma disponte;
á darle el Al pecho de la razón. Y vén conmigo ; que en toda
Oue pues por un monte muero. BELARDA. Otra mayor se te aguarda.
Bien puedo querer á un monte. ¡Bien á fe! Toma, Danteo, BELARDA.
Pon en un monte tu amor Tuerce esta guirnalda en tanto , Toma , y mira qué te pones;
Tan inmoble á mi dolor; Que hablamos de mi deseo; Que á fe que te la tejió
Y harás que le adore y quiera Teje aqueste laurel santo, Uno de aquellos leones.
Y ¡ojalá que un monte fuera, Por quien suspiró Peneo,
Y que no fuera un pastor! MENALCA.
Y con esta cinta le ata.
Pues también lo seré yo
Mas dime, ¿dónde se fué? DANTEO.
¿Aqui no quedó contigo? Después que tú me corones.
Que me place.
BELARDA. ( Vanse. )
JACINTO.
Partióse ay triste y (jucdé
i
!
¿Y para quién?
Llorando, sin él conmigo. ,
BELARDA.
C0RID0\. Para el pastor que me mata. Suena grita y baile de pastores, y sa-
Sin fe te sobra la fe. JACINTO. len DORISTO v AMARANTA, novios;
Dime , ¿por qué se partió? No, no sus hojas le den PELORO, padrino; EREISA, ma-
BELARDA. A quien las vuelve de plata. drina; DÜRIDA, pastora; ERGASTÜ,
Porque aqui me defendió Soy tan pobre, que permito pastor.
De un leou y fué ,
tras él. Que la goce y me la quilo
,
EREUSA.
COKIDON. Porque un pobre tanto pieide,
Que este laurel siempre verde Mejor están en lo bajo,
¡León!
Ya le volverá marchito. Y ordénese alguna tiesta;
BELARDA.
Mal conservamos el bien Que ya, si el baile os molesta.
Furioso y cruel Descansaréis del trabajo,
Que es nuestra ventura tal
Que deste monte bajó. Y pasaremos la siesta.
Que cuando mucho nos den,
i.\y Dios! ¿Si le ha de matar? Doristo, ¿estás bien sentado?
Le convertimos en mal.
COKIDON. DANTEO. DORISTO.
Ten Belarda no me males
, ,
A Meualca siento. Júzgalo, pues tengo al lado
Con oirte lastimar; JACINTO. A mi dulce y cara esposa...
Que sangre te puedo dar ¿A quién? AMARANTA.
Con que la suya rescates.
DANTEO. En merecerte dichosa.
Yo voy á hacer de manera
Que viva aunque si él nmriera
,
A Menalca.
JACINTO. DANTEO.
Viviera yo mas no es justo ;
Salen JACINTO y
Que yo viva á tu disgusto, Pues sus, vamos.
Y que tu gusto se muera. BELARDA. jACiJiTO. {Ap. á Dánico.)
Sea de mi cuerpo triste ¿Y el verte? Ya llevo el color trocado.
Sepultura este león JACINTO. ¿Cómo he de poder hablar?
No de aquel á quien le diste Luego podrás; Danteo, da el parabién.
, ; , ; — ) , , , , —,,
,

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DA MEO. Errarás toila la vida. Que es señal de mi alegría.
Muy eiihoraluiona eslon PADRINO. DANTEO.
La |nvz de nuestro lugiU" ¡Buenos estamos , \xn- Dios ¿Tú Amaranta?
,

Y la hermosura también. Para jugar algún juego! AMARANTA.


DORISTO. DORISTO. De la mia.
¡ Oh nii Danteo En buen hora
!
Bien dices : juegúese luego. DANTEO.
Vengas. Cabe nu te asienta.
MENALCA. ¿Cuál es la luya?
JACINTO. -Mto; inventaldo los dos.
AMARANtA.
Años que pierdan la euonta Mas no ha de ser le\aiilado:
Goces del bien que te adora. Por eso mirad cual va. Leonado.
Y tu te loga's contenta. (A Amaranta.) DANTEO. DANTEO.
w.KK.Kyrx. (Ap.) YoOS diré. Domos librea
¿TÚ, Jacinto?
JACINTO.
¡Ah traidor! ¿Que aqui te vienes? Como se suele, al soldado.
Aunque mi vida
PORISTO. CORIDON.
Camina á puerto .seguro,
Ea deja parabienes, Lücu dice.
, los Le visto de verde oscuro ,

Y siéntate cabe mi. TANTEO.


Que es esperanza perdida.
J.\CINT0. (Ap.)
Es de mucha ciencia.
DANTEO.
: Av! Que adonde estás me vi, ERGASTO. ¿Tú, Ergasto?
Y en el lugar que me tienes. Sí, pero tiene primor; ERGASTO.
DORISTO.
Y en t'rrandíj la color,
La desleallad
Que [lague su penitencia. Por quien yo tan íiriiie he sido,
Ergasto, dale tu lado.
MADRINA. Turt|uesa(Í() le ha vestido.
J.\C1NT0.
A fe que es de regocijo. Color de mi lealtad.
Bien estoy aqui.
Bien le podemos jugar. DANTEO.
ERGASTO.
PADRINO. ¿Ytu, Peloro?
Bien puedes.
Y no hay mas que comenzar. PELORO.
JACINTO. Pues qiJe mi mujer lo dijo. De oro
{Ap.\ ver nü muerte he llegado.) CORIDON. Que es la color que me agrada
¡Oh Ergasto. tantas mercedes! DANTEO.
Danteo tome la mano;
.\y falsa que te has casado
(.4;;. ¡ , !
Que suele ser el maestro. ¿Y tú, Menalca?
Salen CORIDGN y MENALCA. DANTEO. MENALCA.
Acudís al menos diestro. Encarnada
CORIDON.
ERGASTO. De aquella cruel (jue adoro.
Huélgome que fué mentira
S¡enq)ro te excusas en vano. DANTEO.
Y de hallarte aqui.
Comienza; que es tarde: acaba. Eso es sangrarte en salud.
MENWLCA.
DANTEO. ¿Deque lo vistes, Belarda?
Oh señores!
El cielo os dé mil favores.
I
Ea pues. — Este cayado CELARDA.
Es, señores, el soldado, Yo le visto color parda.
ERGASTO.
QiK! de vestirle excusaba.
Doristo, á Menalca mira. DANTEO.
Coridon diga primero
DORISTO. Su color. Es color de la virtud.

Olí Menalca oh mayor.il


, ! CORIDON. Bien está así: comencemos.
¡

Aíjui sentaros podréis, Pues yo le visto ¡Oh qué bien está vestido
Aunque al humilde igualéis De lo que nunca me visto. Este soldado polido!
Vuestro valor sin igual. Bravos colores tenemos.
DANTEO.
A fe que ha de ir muy galán
Que te declares espero. A la guerra que se ofrece.
Sale DELARDA.
CORIDON. ¡Oh qué gallardo parece!
CELARDA. ¿Ya no sabes que es de verde Todos mirándole van.
No os quisiera perturbar La esperanza (|ue perdi. Buena es la pluma leonada.
Tan buena consersacion Que nunca niela vestí? AMARANTA.
blas la mucha obligación DÓRIDA. Leonada.
Por fuerza me obliga á entrar. DANTEO.
Que se pierde, que se pierde.
Gócense por muchos años. Y el borceguí
DANTEO.
AMAUANTA. No es malo porque es turquí
Calla, Dórida. ,

jOh mi señora belarda! DÓRIDA. Y tiene vuelta doblada.


kste lugar os aguarda. ERGASTO.
A fe mia.
Perdonad los ricos paños; Turquí.
Que campo MENALCA.
es de el aparato. DANTEO.
n-:en es que todos calléis;
EELARDA. Tardóse.
Que tarde le vestiréis
Y vos palacio lo hacéis. Hablando en lilosofía. ERGASTO.
AMARANTA. O es verdad ó es juego. Ko hice.
No cual vos lo merecéis CANTEO. DANTEO.
Que tenéis de reina el trato.
Ereusa de que le vistes ?
Hasta. Adelanto. — El buen soldado
PADRINO. , ¿ Lleva jubón encarnado,
Cesen ya de cumpiimienlos. ERED.SA. Ponjue lo negro desdice.
Siéntate, niña, y callad. De negro , color de tristes. (Está Menalca embebido mirando á Be-
;No veis que la soledad DANTEO. larda.)
Hace iguales los asientos? ¿Tú, Dórida? EREliSA.
Siéntate. DÓRIDA. Negro.
BELARDA. Color casto. DANTEO.
Ya estoy sentida...
DANTEO. Ya encarnado:
dije
Sentada quise decir. ¿Tú, Pague Menalca.
Doristo?
JACINTO. DORISTO. JACINTO.
Si has de hablar como seatir Colorado Es ansí.
; ; ; , !! , !) ; ,, ;;

EL VERDADERO AMANTE. 9
DANTEO. DÓRIDA. ELAUDA.
¡Hola, Menalca, esüi aijuí! Blanca. ¿No ves que eso no es decei le?
¡Hola, hola, iMiibelusaiio! DANTEO. PADRINO.
Tírale del brazo. Es mia, Eu el juego sí. Callad.
i'Aitr.ixo. Porque lo negro me agrada. BELARDA.
¡Hola! MADRINA. Alto pues; si es libertad
MENALCA. Negro. A vuestra cuenta se asiente.
¿Qué es eso? Encarnado. DANTEO. JACINTO.
DAMEO. Y la cinta de oro Toma mi n'istica mano
¡Dien! Es buena con la roseta. Baja fu cielo á mi suelo
BELARDA. ERGASTO. O mi suelo suba al cielo
le den. No hasido mala la treta. Ue tu cielo soberano.
Su penitencia
DAMEO. Pague Peloro, ¡ah Peloro! {En dándole la mano, se pone .\maranta
PADRINO. el lienzo en los ojos.)
Y tú la mereces sola.
¿Pues?... No me abrases tunto.
{Ap. ¡Ay Dios!
MENALCA.
MADRINA. Hasme muerto, hasme encendido,
Pues ¿ya no dije encarnado? Pues cual ícaro atj'evido.
Pague el señor padrino.
DANTEO. Caigo en el mar de mi llanto.
PADRINO. Cuándo mi cuerpo mortal
Anda , loco, embebecido.
MENALCA.
Par diez que me descuidé, Se vuelva en ceniza poca,
Con los mozos que envié Est(í lugar de tu boca
Alto; penitencia pido. 41 Por la harina al molino. Quedará siempre inmortal
PADRINO.
DANTEO. Que del tiempo los agravios
Dénsela; que lia confesad* No pueden hacerle guerra,
Esa disculpa no abona.
DANTEO. Pues no ha de volverse tierra
Mando, con su parecer.
Yo mando que aquel laurel
Lo que fué cielo en tus labios.)
Que Ereusa , su mujer...
Ponga á Jacinto, y que diga MENALCA.
PADRINO.
Que es mas digna su fatiga ¿Qué? {Ap. ¿Qué
es esto, cielo cruel?
De coronarse con él. DANTEO. Qué es esto, cielo inliumano?
%ENALCA. Delarda besa su mano,
Le haga una mamona. ¡

Y yo le doy mi laurel!
No mandes eso. PADRINO. Ya"no lo puedo sufrir.)
DANTEO. Obedezco, aunque es mi daño. Adiós , señores ; que tengo
Perdona Mucho que hacer; luego vengo,
DANTEO.
Y obedece. Luego. {Ap. Si vuelvo á vivir.) {Vase.)
¿Quién la sella?
'

MENALCA.
CORIDON. PADRINO.
No es razón
Que es un laurel de un león Por Dios , yo. ¿Por qué Menalca se va?
Que me puso una leona. PADRINO. DELARDA.
PADRINO. i
Qué papirote me dio Debe de tener qué hacer.
ha de ser, ¿qué {Ap. Oh hideputa picaño!) DANTEO.
Si te detienes? ¡

DANTEO.
MENALCA. ¿Al juego no hay que volver?
Adelante. Así que, digo
Porque del indigno soy, DÓRIDA.
Que el soldado lleva espada
Jacinto, el laurel te doy:
Con la guarnición dorada. No vuelvas que cansas ;
ya.
Corona tus dignas sienes. Amaranta, ¿por qué lloras?
PADRINO.
JACINTO. AMARANTA.
¡Ofrézcole al enemigo
Prosigue el juego adelante. No lloro.
Dorada , sesenta veces. DÓRIDA.
MENALCA. DANTEO.
Pues ¿qué es aquesto?
Caro me cuesta la fiesta Y que va con tanto brio ¿Cómo ese lienzo te has puesto
Dura penitencia es esta. A entrar en un desafio. Para eclipsar mis auroras?
BELARDA. Que se admiran los jueces. Pase de presto el nublado
Y á tu pecado importante. Mueve la planta gallarda Salga el sol muéstrese el día.
,

Con la caja al son gallardo


MENALCA. AMARANTA.
Con banda y grigüesco pardo...
¿Pecado Haraas mirar? — ¡Hola! ¿Qué digo, Delarda? Ciega estoy.
DÓRIDA.
BELARDA. ¡Abo tenetíios otro bobo.
!

BELARDA.
Bien quedaría.
Sí ,
porque engendra deseo. De vuestra luz eclipsado.
ERGASTO. ¿Llámanmeámi? ¿Quién os pudo dar enojos?
MENALCA.
Prosigue el juego , Danteo AMARANTA.
Que es esto nunca acabar. ¡ Bueno es eso
Belarda, cuando pasó.
{Ap. Cielos, he perdido el seso
Con su ropa me cegó.
\ !
DANTEO.
Cogido os han con el robo.
Par diez , que él parte brioso {Ap. ¿Qué es esto? A Jacinto mira.) ÜELARDA.
•Con el capotillo verde,
BELARDA. Cegaran antes mis ojos.
Claio oscuro...
Digo, Señor ,
que perdí. ¿Fué cuando [ledi la mano?
CORIDON. AMARANTA.
MENALCA. {Ap.)
Verde verde. Cuando mano pediste.
,
¿Que no mirándome á mí la
DANTEO. Tan largo espacio se admira? lUen al descuido lo hiciste;

Y que sombrero es vistoso


el DANTEO. Pero matóme su mano.
Con la pluma colorada... Y solo os puedo decir
Yo lo doy en penitencia Que del dolor es lo menos;
DORISTO. Que á Jacinto aquel pastor, , .
Que tener mis ojos buenos
el
Colorada. Bese la mano. Estuvo en no la pedir.
DANTEO MENALCA.
DANTEO.
Es alegría. ¡ Oh rigor
Y la blanca... De inadvertida seuteucia! Jacinto, ¿entiendes los celos? {Ap. áél.)
, ; , ; ; : , —
;, , ;

10 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DELARDA. Dol ItMiior (¡no W acobarda ¿Qué negocio desla suerte,
¡Que lio hay liosta sin azar! ¿Ks biiMi so If iionuita
(lili- nies lo (|ue adora le quilo?
Tal liviauílail a Üolaiila,
iHiRiDA. (A.Amaraiitn.) CORIDON.
Si á .lai'iiilo sdlii'ila?
;Que te han venido á cegar Yo sr ijiie por ól pailoro Considerar te permito;
I)e pura iiividia los cielos? Yo sé bien iiue te aborrece.
Mas no con rigor lan fuerte.
Que ansí tus ojos maltratan? Mira por cien cosas puedes
,
MENAIXA.
Que ansí tus ojos ofenden? Animarle á esta hazaña
Prenda amor , pues ya no prenden Calla en mal hora, pastor; l'ara (|ue contento (jnedes
Male amor, pues ya "no maiau. Que la eiireriiiedail de amor Y si atención me concedes
MADRINA.
Con el deseiií^afio erece. Verás (¡ue el amor le engaña.
Y'o venj;o desengañado Muerto .lacinto, es muy cierto
¡Qué Presto se pasará
!
Desde a<niel maldito juego, Que ha de s(>r aborrecido,
Ese dolor que la escuece.
Donde juiíué de picado Por(|iie si un vivo está incierto
dóriha. Tanto resto do mi fuego. De (pie es presente querido,
¿Y' t.in presto te panve Que estoy, de perdido , helado. ¿Qué puede esperar un muerto?
Para quien se uniere ya? Quiso amor (|ue me picase
Y mis prendas empeñase; MENALCA.
(Suena (frita que viene un toro; vanse
las pastoras, v jueijan los pastores Comencé por mi laurel... Verdad mas ; el sentimiento

f OH (>/ . ij derriba al padrino , que lia —] Mal tuego se prenda en el, Dura mucho.
""" *
de estar vestido de Marga.) Que las entrañas le abrase!
' "' '
'
CORIDON.
Su frente fingida y doble Ni un momento
JIADRINA.
Coroné del ramo noble Que el bien (me se pierde junto
¡ Ay triste! ¡Y qué grau ruido! Que fué digno de la mia.
¿Si es el toro? Solo dura hasra aquel punto
La que apenas merecía Que es cierlíisu perdimienlo.
CORIDON. Enebro, acebuche ó roble.
mismo Y esto es fáen de entender,
El e?. Ay triste! Que el seso |)ierdo
¡
Mirando el fácil sugeto
PADRINO. Cuando de aquel sueño vano Del pecho de una mujer,
Guárdenle para después. Para la muerte recuerdo, Que es pocas veces perfeto,
Si eslá causado y corrido. Y cuando de aípiella mano. Y nunca en el buen querer.
CORIDOS. De aquella mano me acuerdo. Y fuera desto, es mejor
Por la mano le gané Para que entienda lu ar|pr;
Ya es larde; él viene.
Pues que primero la amé Pues si á matarle le animas.
DÓRIDA. Mas ¡triste! <.qué me sirvió? Verá lo mucho que eslinias
Amaranla, Que la mano me ganó Su desden y tu favor.
Huye por esa emboscada. Borrando el punto á mi fe. Y al lili no puedes dejar
AMARANTA. ¿Viste que le dio la mano, De matarle en tiempo alguno;
¡ \\ pobre I
Y que ella le dio su boca? Y baste, para acabar,
MADRINA. Luego según esto, es llano
,
Que no ha de gozar ninguno
¡Ay triste!
Que él ganó el bien que le loca , Lo que no puedes gozar.
y que yo la adoro en vano. MENALCA.
DÓRICA.
¡Oh condición de mujer.
i
Ay cuitada! Tan enseñada á jugar! Basta. No sé, le prometo.
Vaya en tus pies .\talanta.
Fortuna le has de llamar, Qué furia, si no es Alelo,
{Sale el toro.) Pues gana el que ha de perder, Se me reviste en el pecho.
COItlDON. Y pierde el que ha de ganar. Yo esloy de tí satisfecho;
Avive, señor Peloro. Ay Dios! ¡Qué mal le aconsejas,
¡
Solo le encargo el secreto.
Si ya (le mi bien Ití alejas. A(]ui le puedes ipiedar; •

PADRINO.
Olvidada de mis obras! Que hoy tengo de acabar.
le
¡ Ah hosquillo! vente á mí.
Hoy no se ha de ver con vida
¿No ves el dueño que cobras :

ERCASTO. Por el esclavo que dejas? Tanto puede la homicida


Venga acá, súbase aqui. CORIDON.
Que me ha enseñado á malar.
PADRINO. S'oy á bnsciir ocasión
Calla, mayoral. ¿Qué es esto? Para ejecutar jai intento.
Vén le
i

á mí, lorcjo, toro. ¿Ausi desmayar te agradü?


CORIDON.
CORIDON. Venganza, venganza preslo.
jMas que coge al viejecilo? MENALCA. Sus alas te ponga el viento

ERGASTO. A mi pasión obstinada


A los |)iés, y al corazón

Ya Su fuego el cuarto elemento.


le cogió. Cualquier consejo es molesto.
PADRINO.
Ya desde hoy mas en el mió
CORIDON. Salga el fuego al hielo frío
¡Queme muero! Pues ¿cómo tendrás paciencia Quc! en lágrimas se resuelve,
: Ay, que me rompe el braguero I Para ver en tu picsencia Pues hoy lan aprisa vuelve
No me le rompas, torito. Que un honibi-e tan desigual Atrás su corriente el rio.
Trate lus cosas tan mal Fortuna, hoy vuelves atrás.
Como sí fuera en ausencia? Pues en la mano me das
¿Qué aguardas desla liviana,
ACTO SI'ílLNDO. Movida de un loco antojo?
El bien que mi alma quiere;
Si a(piesle Jacinto muere
Si sufres de buena gana No puedo pedirle mas.
Salen MENALCA y f;í)IUDO.\.
Que hoy te haga a([uesie enojo, Que si Menalca le mata
¿Qué esperas <pie hará mañana? Mientras el perdón se trata
CORIDON. Si hoy inadv(,'rlída y loca Por fuerza se ha de ausentar;
;,Por eso, Menalca, solo Con su hermosa boca loca Y yo me vengo á quedar
Te fati(,'as y i.-ntristeces. La mano de aquel villano. Solo con aquesta ingrata.
Si tu ^olo e!i nuestro polo Mañana hará que su mano
Tan divino resplandeces O su pié pise su boca. Sale ERGASTO.
(-orno en los suyos A()olo? Mira que pieides honor
¿Un villano te maltrata? Consintiendo lal bajeza. ERGASTO.
Un pastorcillo le mala? MENALCA. Fatigado me ha la cuesta;
;. Celos las prendas le dan Aquel tiene mucho amor Pero ya he llegado al valle :

Cuya vida te darán Que no sale d*; nobleza Plega á .Inpiler que halle
I'or lo que fiesa de |)lata? Cuando le lienta el rigor. De lodo huena respuesta.
Cobra el amor que tequila Si á Jacinlo doy la muerte. ¿Es Coridon? Es sin duda.
, : . —, , ; !,' , ; ! ;: —
;; ;
, , ,

EL VERDADERO AMANTE. 11
CORIDON. Aunque mejor acabado JACINTO.
¡
Oh Ergaslo Seas bien venido.
!
Que el de Doristo. Vé con Dios.
¿Dónde?... JACINTO. ERGASTO.
ERGASTO. ¿Mejor? Con los dos quede. (Vase.)
Donde me ha traído Nunca me ponga el amor JACINTO.
Aquel que todo lo muda. En mas venturoso estado Por Dios Belarda que puede
,
,
CORIDON. Con las prendas que mas quiero. Con su marido enterralla.
¿Por qué has dejado tu aldea? ERGASTO. ¿Qué piensa el padre hacer della?
¿Cómo quedan los casados? Mejor tengáis la ventura BELARDA.
ERGASTO. Pues que ya en la sepultura ¿Quelaentierre?
:Ah Coridon Mal logrados! Reposa.
JACINTO.
Ko hay bien que seguro sea. BELARDA.
Ya sabes cómo Doristo Ansi lo digo.
¿Deque manera?
Llevó á vivir á su haciendíi BELARDA.
ERGASTO.
Su esposa, su amada prenda. No mas; casarla contigo.
Murió Doristo otro dia Para enterrarte con
(JORIDOX. ella.
De su boda desdichada.
Toda mudanza he visto,
la JACINTO.
Y supe cómo le fuiste BELARDA.
¿Es burla? Antes en tierra extranjera
Con el padre de Araaranta. Tenga incierta sepultura,
ERGASTO.
ERGASTO. Y á manos de mi locura
Oye; que desdicha tanta Fuera pesada. En vuestra desgracia muera.
Jamás de tus ojos viste. Murió en la |)resencia mia. Sin que aun en" tiempos después
Murió el pastor de improviso.
En estos brazos pagó Mi cuerpo enlierre la tierra
Lo que á la muerte se debe. Que tanta ventura encierra.
CORIDON.
JACINTO. Pisándola vuestros pies.
¿Doristo es muerto?
¿De qué enfermedad tan breve? ¿Estáis burlando conmigo,
ERGASTO. O merezco vuestros celos?
Sí , muerto. ERGASTO.
BELARDA.
CORIDON. De un desmayo que le dio.
Saben, Jacinto, los cielos
¿Es cierto, Ergasto? BELARDA.
Si estoy burlando contigo.
ERGASTO. ¡Brava desgracia por cierto. Oh traidor! ¿Piensas que ignoro
¡

'
Muy cierto. Que me llega al corazón Que has adorado á Amaranía
Llegó su punto preciso. ERGASTO. Con fe tan injusta y tanta

CORIDON. El mió con mas razón Como yo la tuya adoro,


Voyme Ergasto. Tiene rasgado y abierto; Y que por verla casada
,

Que amaba á nii mayoral. Veniste á quererme á mí.


ERGASTO. Para que tu alma ansí
¿Adonde vas? JACINTO.
Se entretuviese engañada?
De suspenso, apenas puedo Bien á costa de mi fama
CORIDON.
Decir que sin alma quedo Diré que de ti lo he sido:
Allá lo voy á decir. Con el temor de su mal. ¿Tan buena te he parecido
ERGASTO. ¿Siéntelo mucho Amaranla ? Para falta de tu dama?
Albricias podrás pedir BELARDA. Eres hombre, haces tu oficio;
De las nuevas que les das. ¿Impórtate el sentimiento? Y elbien que perdiste allí
¿Quién se huelga de su miierlc? Quisieras ganallo en mi
JACINTO,
CORIDON. Que es su ordinario ejercicio.
Será justo su tormento,
No te importa queda
Al fin me engañaste, injusto;
; adiós. ( Vase Pues es su desdicha tanta. Que eres tan diestro en el arte
ERGASTO. ERGASTO. Que me has obligado á amarte
¿Quién OS las pidiera á vos, No lo siente como debe, Mas de lo que fuera justo.
Si se trocara la suerte? Porque casó á su desgusto; Cantabas como sirena,
Algún pretendiente amigo Pero hace lo que es justo Y estabas deshecho en llanto;
Habrá que albricias le dé. Y lo que á su honra debe. ¿Cómo, si penabas tanto
De su pena soy testigo. Disimulabas tu pena?
tOh falsa, (ingida fe,
•igna de eteríio castigo! A fe que finges muy bien
JACINTO.
Con razón llamo fingida Que graiuleamor me has mostrado;
El alma de engaños llena Siempre se debe á la muerte Mas estabas enseñado
Que pone en la muerte ajena El llanto de cualquier suerte. Pocas gracias se te den.
La esperanza de su vida. Aunque muera un enemigo Anda , búrlate de mi.
Porque allí nos acordamos Vete y cásate con ella
Que nos falla aquella pena, Que para vengarme della,
Salen BELARDA y JACINTO. Y llorando por la ajena. Basta conocerte á tí.
Por nuestra muerte lloramos.
CELARDA. JACINTO.
¿Que tan de veras me quieres? BELARDA.
¿Adonde vas? Ten la planta.
Bien sabes disimular. ¿Qué resolución es esta?
JACINTO.
Dinie, Ergasto, ¿qué ha de hacer
Que tan de veras te quiero. La viuda ? BELARDA.
Que en ti vivo y por ti muero. Anda vé por la respuesta
ERGASTO. ,

BELARDA. Quiere volver


A tu mujer Amaranla.
¿Que por mí vives y mueres? ¿Quieres que a voces me queje?
Belarda , á nuestro lugar
Pues yo... Mas oye; que veo Déjame.
Que no quiere estar allí
Cente. JACINTO.
Donde su esposo nmrió;.
JACINTO. Y á la casa que dejó No he de dejarte
Me envía su padre á mf Que muerte no es pai'te
ni la
¡Hola, Ergasto!
Porque ya con ella viene, Para que el alma te deje.
ERGASTO.
Y quiere que la prevenga. ¡Ab gloria mía
^ , , ¿Quiénes? Voyme pues , antes que venga, BELARDA.
Jjuardeos el cielo, y después A ver el orden que tiene; ¿Qué dices?
Remedie vuesüo deseo, Que habrá menester miralla. ¿Yo gloria luya?
, , , ! ! ; !

\2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ÁCIMO.
.1
AMARANTA.
.
BELARDA.
V mi pona. Para todo me atlige y me acobarda También queremos sin él
BKLARnA. Mi enemiga fortuna"; en todo imiero. Mas lio es esa la oímsíou ;

No mas, lli)i:ida sirena; JACINTO. {Ap. á Bdarún.) Que tenemos condición


Advit'iti' que to tio.silioos. Salgárnosle al encuentro, mi Uelarda. Mas piadosa (pie cruel.
Vuelve a Ui ceiilro, camina, liELAUUA. Y si tu amiga, no amaras.
,

J.VCI>TO. Mejor es que te escondas: que no quiero


Como sospecho, otro dueño,
Que aquí nos hallen juntos. No como burlas de sueño
Pues ¿cómo, si Ui te vas?
Sil iiiiievl(> cruel pasaras.
BCLARDA. JACINTO. Di la verdad: ¿quieres bien?
¿Piensas acaso que estás Pues tú llega;
Que yo me escondo. AMARANTA.
Con In .\niaranta divina?
La verdad te he de diM-ir.
¡Oh falso! Dios te hí\g:\ m il. UELARDA.
Quiero bien hasta morir.
Déjame; que le aborrezco. Escóndete primero.
JAC!M0. {Escóndese Jacinto.) BELARDA.
Puesto, Glicerio (pie el dolor me niega Pues confiesas, dime á quién.
¿E> jíosilile que merezco ,

Poderte dar el pésame debido AMARANTA.


yue puedas decirme tal?
Kl alma diga lo que al alma llega. ¿A qiiií'n, preguntas? No sé,
ÜELAnilA. Seas después de atpiesto bien venido li.'laida, si te lo diga.
Mira imaíiina en el viento
, Con mi pastora mal lograda. Pernal lin eres mi amiga.
Los animales mas jjraves, A Jacinto di mi
AMARANTA. fe.
Y dentro en el mar las aves,
Y helado el cuarto elemento,, ¡Oh amiga! BELARDA. {Ap.)
¡Cuánto mejor no verte hubiera sido! ¡Ay desdichada de mí!
Pi imcro que verme un puulu
CI.ICERIO.
Asistir á tu presencia. AMARANTA.
¡Oh Belarda gentil siempre l)endiga
!
¿Qué tienes?
JACIMO. Tus verdes años el |)iadoso ciclo. BELARDA.
Ese que tenjta de ausencia,
BF.LARPA.
Dasta á dejarme difunto. ¡ Oh mi pastora
Y' en parte alivie tu mortal fatiga. echado monos agíu-a
Tuyo .soy, mueio por ti. lio
¿Dónde vas, señora mia ? GLICEltlO. Una prenda (pie perdí.
De su parte me viene tu consuelo. Mas di adelante tu cuento,
BELARDA. I

Iluélgome (pie mi hija te haya vislo; Y dime: ¿querida fuiste?


No me voy que no podría
; Que no tiene sin ti prenda en el suelo.
Cruel , site llevo en mi.
¡

AMARANTA.
Ya tú sabes la muerte deDorislo;
¿Posible es que has de dejarme? Fuilo un tiem|K); mas ¡ay triste!
Pero porque mi hija te la cuente,
I

Pos¡J)le es que lias de casarte? Que su fe se llevó el viento.


Y yo tan mal sus lágrimas resisto,
I

Posible es que has de trocarle? A Ver me voy en tanto si mi gente BELARDA.


j

í'osible es que has de olvidarme? ;


Mi casa me adereza. Ya la prenda pareció.
Jacinto, vesme á tus pies,
I BELARDA. AMARANTA.
ftlalame ,será mejor;
No aguardes, lalso traidor, Vé en buen hora. ¿Qué era, Delaida?
Siéntate aquí. BELARDA.
Que yo me mate después. I

¿Por qué quieres que le vea {Yase Glicerio.) Este anillo.


De ajeno dueño en los brazos? j
AMARANTA. De hallarle me maravillo,
JACINTO. No mandes que me asiente. Y entre las dos se perdió.
I

Antes los haiía pedazos BELARDA. JACINTO. {Ap.)


íjuien la muerte me desea. SI, por tu vida. No ha estado malo el engaño.
Alza Señora , del .suelo,
, JACINTO. {Ap. escondido.) BELARDA.
Y' no des causa á la tierra Oh sabia engañadora
i

i Al fin , ¿qué pien.sas hacer?


Que mueva á Júpiter guerra De qué manera quiere verle el alma
Viendo tan humilde al cielo.
i
AMARANTA.
Por ver si está en la suya la que adora!
Si es verdad que pude amar. Porfiar siempre hasta ver
Nueva imaginación iik! jioiie en calma.
Aunque no te lo confleso. Del todo mi desengaño.
Juntos ;igiiia cslan mis dos siii;c!(is :

Como no fué amor de peso, ¿A cuál de enlianibos le daré la palma? JACINTO. {Ap.) .

Púdolo el viento llevar. Mas¿quién podrá juzgarlos mas perfetos ¿Mas que se pierde otra prenda?
Era de un árbol mi amor; Que yo, mmi proprio pecho conociendo BELARDA.
Amaranta para si La causa que es mejor, por los efetos.
Cortó una imagen de mí, Pues el que amaba estoy aborreciendo, Y aun querrás con él casarte.

Tosca V de poco primor. Y adoro aquel que cuando á mi memoria AMARANTA.


Llegué á tu mano divina, Llegó, aunque tarde, me dejó muriendo? Solo eso es , Belarda , parto
Y artiíice sin igual, Luego, del vencedor es la Vitoria. A (pie yo deje mi hacienda.
Perlicionas d(; metal. Y si la verdad te digo.
{Entre tanto qne Jacinto está diciendo
En mi labor peregrina. esto, están hablando solas quedo.) Vengo á tratarlo con él.
S(jla adoro, Delarda;
l(;

BELARDA. BELARDA.
La mano en prendas te doy
Para ser luyo. ! ¿ Que desa suerte murió? ¡Ay qué dolor tan (;ruel
BELARDA. AMARANTA. Yo muero; tenme conligo.
Y'o soy... 3Iur¡ó, amiga, desla suerte. AMARANTA.
— Gente viene: un poco aguarda. BELARDA. ¡ Ay
Dios! ¿Qué nueva ocasión?...
Tan poco sientes su muerte. ¡Qué color tan amarillo!
Sale GLICEI'dO y AMARANTA , y t.N Que liarlo mas la siento yo, JACINTO. {Ap.)
CRIADO SUíJO. I'ues á llorar me provoco,
¿Mas que tengo yo el anillo
Y tú eslás de pasaliemj)o.
Del dedo del corazón ?
CLICEniO.
AMARANTA. AMARANTA.
Alabo mucho que de aquesta suerte Conocíle poco tiempo,
Lleves con discreción, hija Amaranla, Y ansí el sentimiento es poco. ¡ Triste ! ¿Qué tengo de hacer?
De tu marido la temprana muerte. Igualo al li(Mnpo(,'l dolor, JACINTO.
Aquí podrás, pues tu desdicha es'tanla Y esto n(j es de |iecho ingrato; (Ap.Ahora bien quiero llegar;
Pasar mejor la pena f|ne te agualda, '
Que á nosotras solo (d trato
,

Que no sufre el alma estar


De verle sin sazón corlada planta. Nos obliga á mucho amor. Adonde la i)ueda ver.)
; , , , ,
: !
! , —
, ;,, ,; ! , ! :

EL VERDADERO Al^IANTE.

¿Qut'ps esto, pastora hermosa? Que me precio de adoraros. ERGASTO.


¿Soy yo menester también? DEL.ARDA. j
pesia á quien me vistió
Oh ,

AMAR\XTA. Por aqui han andado celos;


¡ Oh Jacinto! ¿ Aqui estuviste?
Que deben di' ser los pelos
¡Olí mi Jacinto! Olimil)ien! JACINTO. Í)(!l perro que la mordió.
JACINTO. Y tal que millanto triste Ella va tras sus cuidados,
,

(Ap. No me faltaba otra cosa.) Fué parle á resucitaros. Y detenella (pusiera;


Dejemos eso, y tratemos BELARDA. Pero temí ([ue me diera
De saber desta pastora... Cuatro palos muy bien dados,
Dios te lo pague.
AMARANTA. lüen estuviera casada
J.\CINT0. Con Jacinto ; aunque no es tarde.
¿Que ven mis ojos agora ¿Dó vas?
Dia en que libres nos vemos ?
BELARDA. Salen GLICERIO yFELICíO, padre
JACINTO.
A mi casa ; que voy muerta. de Jacinto.
¿No te digo que me digas
JACINTO.
Qué mal es este que veo? FELICIO.
Iré contigo.
AMARANTA. Venid ansí Dios os guarde,
,
BELARDA.
Ya te digo mi deseo, Glicerio, á nuestra posada;
Estoy cierta Que para todos habrá.
Que es el mal de mis fatigas.
¡Traidor ! ¿ansí me recibes ? Que mejor te quedarás. GLICERIO.
Excusemos cumplimientos.
JACINTO. Téngolo á gran benelicio.
JACINTO.
Hola Belarda jAh, mi gloria' !
A la mia iré Felicio, .
i

¡ Digo, digo ¿Sin memoria? !


Iré, sin falta , contigo. Que desocupada está.
BELARDA. ¿Qué haces tú solo aqui?
AMARANTA.
No irás si puedo, conmigo. ¿Dónde está Amaranta? ¿Dónde?
Tarde cruel te apercibes.
, ,
,
¿Por qué te encoges? Res[)onde
Declarada es tu pasión," JACINTO.
Y mi muerte declarada. ERGASTO.
Aunque vayas por los vientos,
JACINTO. belarda, ¿que huyes de mí? Agora se ftié... Ay de mí ¡

{Vanse los dos.)


Que no sé cómo te diga
Estarás desengañada
De la manera que fué.
Que los sueños sueño son. AMARANTA.
¿Cómo ledaré remedio? GLICERIO.
¿Hay mal que como este sea?
AMARANTA. ¿Cómo que se fué?
Hay piedra que sufra y vea
Parte á esa fuente, traidor, Tanto mal como yo vi? ERGASTO.
Por agua. ¡Ay desdichada! ¿qué haré? No sé...
JACINTO. Celos y rabia mortal, Tanto el dolor me fatiga...

Busca mejor ¿ Daré voces con mi mal — Que hay grande mal encubierto;
O mas conveniente medio. con mi mal callaré? Y si licencia me das.
AMARANTA. ¡ Ay fe de viento , en arena El principio y íin sabrás.
Firmada , y con agua escrita glici:rio.
¿Agua no podrás traella? Pecho que el alma me quita
que me
¡

JACINTO. Dilo; tienes muerto.


Por dar lugar á la ajena!
Deso de traer no trates. ERGASTO.
Porque en tanto no la mates Sale ERGASTO. Criáronse en este valle
Tiemblo de apartarme della. Amaranta con Jacinto
AMARANTA.
AMARANTA. Vuestros hijos regalados
¿Adonde vas? Desde pequeñuelos niños.
¿Tal maldad decir osaste? ERGASTO. Fué el amor con la ignorancia
JACINTO. Por tí vengo. Mezclando su fuego vivo
Agua no la be de traer AMARANTA. Quisiéronse largo tiempo
Si con agua ha de volver. be amor casto y primitivo.
¿.Adonde vas? Di, traidor.
Yo lloraré la (jue baste. Casó Glicerio á Amaranta
Aunque tú le has dado enojos, ERGASTO. Como sabéis, con Doristo,
Veré en acpiesta ocasión ¡Yo traidor! Tan á su disgusto della
Si secura el corazón AMARANTA. Que aun muci'to piensa que es vivo.
Con lágrimas de los ojos. Téngoteamor: Agora que libre está ,
,

AMARANTA. ¿Que te vas porque te tengo? Debe de amar á Jacinto


¿Cómo, estando yo delante, ERGASTO. {.ip.) Y sospecho que de celos
Pasa tan grande maldad? Lleva perdido el jiiicio
Qué extremos hace de loca
1
Porque va dando mil voces
¿Cuál hombre trata verdad? ¿Qué diablo tiene?
Cuál es verdadero amante? Por esos ásperos riscos.
AMARANTA. Poned, Señor, el remedio.
¿Qué ejemplo de ingratitud
Como este ha visto mujer? Oh qué bien ¡
I Que está en manos de Felicio
Aprended á bien querer; ¿Acá vienes tú tómlñen? Sosegaréis su furor
Que üs importa la salud. Pues mira, calla la boca, Si se le dais por marido;

JACINTO.
Y no digas ([ue me voy, Que es mujer y tiene celos,
A mi padre, cuando venga. Y hará cualquier desatino.
¡
Ah mi señora ah mi prenda ,

ERGASTO. GLICKRIO.
Ah mi dulce bien recuerda. !

Tendréte... El diablo te tenga. ¡Oh cielos poderosos! ¿qué es aquesto?


AMARANTA. me tenéis guardado?
¿ Tan gran castigo
{Ap. El seso quiere que |)¡erda AMARANTA.
¡'Oh mala hija! Adiós, señor Felicio;
Y que la venganza emprenda.) ¿Sabes quién soy? Que me parlo á buscarla, y os promeln
¡Ah falso! ERGASTO. De no volver sin su cabeza inlame.
BELARDA.
¿Quién? FELICIO.
Gran mal medió.
Cierto que he estado sin mi. AMARANTA. Teneos. ¿Adonde vais? Paso, Glicerio;
¿Quién soy? Que siendo ese traidor el instrumento.
AMARANTA.
Soy el elemento quinto Me importa refrenaros, como padre,
Y aun alguno que está a(iui.
Por eso á mi padre di Cuando no me bastara el ser amigo.
J.\CINT0. Que hasta los cielos me fui ;No veis que vos también habéis pasado
Ese, sin falta, soy yo. Á casarme con Jacinto. (Vnse.) Por esta edad , y que pasamos todos?
, ; ! , —
; ,! ,
! , ; ,, ,

u COMEDIAS ESCOGFDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


¿De qué os ninravillais? Mejor seria coRinoN. (A Menalca.) FELICIO.
Poner al caso el eonvenienle medio. ¿No entiendes ¿Es posible que el mundo te defiende?
Que no aguardar á publicar el caso. Lo que dice? ¿Que le consiente el cielo?
GLICEniO. MEXAI.CA. MENALCA.
¿Qué remedio queréis? ¡ Olí viejo triste! Su fe ofendes; Poco á poco.
¡Oti mala hija, alienta de mis canas! .\nles Jacinto se tjueja ¿Queréis herüle?
FELICIO. O á lo menos se quejó.
JACINTO.
Dejadme vos coger el rapacito De que se hubiese casado.
Y aun matarme entiende.
Que \o le lia-é (¡ue pueda ser ejemplo. ERGASTO.
No mas. Vamos, Clicerio, á lo que im- Vives, Menalca engañado; CORIDON.
,

[porta. Puedo asegurarle yo ¿Por que le maltratáis?


GLiCF.Rio.
¿Qué me puede importar sino casallos? Que (MI este jiiiiilo l''elÍCÍO FELICIO.
Y (dicorio luclciulian Porque es un loco.
FELIClO. ("asarlos, porqiie temían Desvanecido, inobediente, y tiene
Pues ¿para qué tenéis la hora llena? Que ella perdiese el juicio. Mi mandamiento paternal en poco.
ÍQuisiéiades que yo me convidara? CORIüON. Sabe el falso traidor que me conviene
'oixjue tan rico sois yo tan pobre... Casalle á mi contento, y descansado
y En nuevo engaño le tundas.
CLICEniO. Apenas Üori^lo es muerto, Ver que la muerte á mis espaldas viene;
No, amifio que conozco; la nobleza Cuando ya tienes por cierto Y con saber que estaba lastimado
¡

Y el valor d<'se Por la propia mujer que quiero dalle.


pecho. Al liu te pido Que tratan bodas segundas
Me des tu hijo. Que fué de aquel Doristo mal logrado,
ERGASTO. Responde que no tiene aqueste valle
rrticio.
Esto es, sin falta yo voy
: Pastora que aborrezca en tanto extremo,
Yo conceflo;
le lo
Con nuevas de
Y á L^ que has de llevarle castigado.
la Vitoria. (Vase.) Y pone falla en su gallardo talle.
MENALCA. J.\CINTO.
GLICERIO.
Pues vámosle á buscar. Vé con Dios. —
Ya trueca en gloria Gallardo dice... Respondelletemo;
Amor pena en que estoy.
la Que yo le hiciera conocer su engaño.
FELlClO.
Coridon, ¿qué dices desio? FELICIO.
Vamos, y Ergaslo
Se quede por aquí, por si vinieren. CORIDON. Calla intratable bárbaro, blasfemo;
,

{Vanse.) Que tu celoso loi menlo Que yo te hiciera conocer tu daño


Asegura el c;is:ini¡ciito A no valertela acogida tanto.
ERGASTO.
¡Buena va la vejez ion tanta flema Entre los viejos propuesto. MENALCA.
Tras la sangre colérica encendida. Casado Jacinto, quedas
Por Dios, .Tacinto, que te juzgo extraño,
Que corre ardiendo por los verdes años En la antigua posesión.
Y que de tu propósito me esfianto;
De ayer viuda tratan de casarla.
. MENALCA. Que si por tu Amaranla tantas veces
Pero ([uerrán tratarlo solamente. Haz cuenta en esa ocasión Movió las selvas tu piadoso llanto,
Quiero disimular; que viene gente. Que toda mi hacienda heredas, No sé por (jué razones la aborreces,
Coridon. Si me confiesas Cuando á tus esperanzas el efeto
Sale ME.XALCA v COlíIDON. Que son ciertas estas bodas Mas deseado con el alma ofreces.
CORIDOX. Pazcan tus ovejas todas Juzgúete siempre por pastor discreto,
,-.Que no
ha sido posible
te La yerba de mis dehesas. Y pues lo eres, dime, ¿en qué le fundas?
Hallar, Meiíalca ocasión? ,
Colma de mis limpias eras JACINTO.
MENAICA. Tus trojes del rojo trigo,
En otras esperanzas, te prometo.
Tales mis desdichas son, Y tenme jior tan amigo.
Que para todo me quieras. MENALCA.
Y su remedio imposible.
Toma, toma á manos llenas Pues cuando con razones me confundas.
Mas dame tú que le vea
El fruto de mis ganados. Confesaré tu ingenio y mi ignorancia.
En parte un poco segura
Que no ha de haber desventura La fruta de mis cercados JACINTO.
Que como la suya sea. Y la miel de aiil colmenas Muchas dijera; pero son profundas.
Aunque ver muerto á Doristo Que á mi Delarda me .sobra. No quiero ¡iresuniir con arrogancia
-Me ha dado claro a entender CORIUOX. {Ap.) De argumentar contigo; mas advierte
Que á Amaranla lia do volver. Y á mí mejor (pie tu hacienda Lo que es en mis negocios de importan-
cor.iDO\. Porque es del alma una prenda [cial

Poco de su pecho has Que por ninguna se cobra. ¿Puede llamarse con ra>,on la muerte
visto;
Que la tiene aborrecida.
¡Qué poco amor te enloquece Mas fiera suerte que la vida larga
Porque el enfermo amador Del que eu casarse tuvo mala suerte?
M EN ALCA.
Conoced ajeno amor ¿Iguala del inlierno pena amarga.
Ah buen Erga.sto! ¿aquí estabas?
¡
Por el mismo que padece. Ni de los varios elementos guerra
EHGASTO. Del mal casado á la penosa carga?
¡OhMenalca! huyendo,y¥EUClO tras Si no lo niegas, mira ¡cuánto yerra
Sfl/e JACINTO
MENALCA.
él con un cayado. Quien me quiere casar con mi enemiga!
¿Qut'buscaljas? CORIDON.
EUGASTO. FELICIO.
¡Ved las mudanzas que el amor encierra!
Una relosa perdida. ¿Ansí, traidor, infamia de los hombres. Agora |):ii:i sicniínc, agora digo
Tal libertad me respondéis tan presto?
¡

Que se va tras sus antojos. i


Queesnuulableel liumanopensamicnto.
ME.\ALCA. JACI.NTO. MENALCA.
¿Es Amaran ta? Padre y señor
I

has adorado soy testigo.


.
De que la
ERGASTO. FELICIO.
Ella es. FELICIO.
No quiero (juc me nombres.
Que lleva en ajenos pies Pues mira, con solene juramento,
MENALCA.
La misma luz de sus ojos. Por la sagrada Juno, te prometo
Paso, señor Felicio. ;,Qué es aquesto? Que si en aquesto no me das contento
MENALCA.
¡Con vuestro hijo (an injusto enojo! Que no-has de estar en público ó secreto
¿A quién sigue?
ERGASTO. FELICIO. Un punto mas en nuestro valle; mira
A quien la deja ¿Injusto le llamáis? Santo y honesto. Que á tal estado te verás sujeto.
¿Pensáis ([ue ponjue tengo solo un ojo. JACINTO.
CORUlOX.
¿Quién es? Que no sabré sacarle, si me ofende? Pasaránse las furias de tu ira
ERGASTO. JACINTO. Y tú verás que no es razón casarme,
Jacinto. Y yo también , si con razón me enojo. Y que lo que te dicen es menlii a
; ,, : ! ,
; , ,,
; ,, !, ,,, ! , ; ;

EL VERDADERO AMANTE.
Verás que no es razón acompañarme Tanto las almas á su fuerza mueve. Y lo que el mió ha de sor:

Siendo tan pobre, con quien no es muy Los azadones y los cetros de oro Veréis en mi industria tal
C"*^^- Junta como la muerte, en una liga;
, Lo que es agudo en el mal
MENALCA.
Condena el libre pecho á eterno lloro, El ingenio de mujer.
(Ap. Ahora será bien aventurarme.) Y aun á vivir en cuerpo ajeno obliga. Sabréis , y sabe todo aqueste valle.
Jacinto , si eso temes , hoy te aplica Que fui querida del traidor Jacinto,
Justo remedio tu fortuna diestra.
Sfl/eA!\IAR.\NTA. De quien ahora soy aborrecida
FELICIO. Con el extremo que de Clicia Apolo.
Espantóme de ver que no replica. AMARANTA.
Casáronme mis |)adres con Doristo,
¡De qnt' manera la ventura nuestra (Para si. Ya de su guerra mortal Para mi muerte y á disgusto suyo.
Se puede mejorar? Mis celos en paz estén En el segundo dia de mis bodas.
MENALCA. Pues con las nuevas del bien Sabéis que de improviso quedó muerto.
Escucha, advierte, Se va templando mi mal.) Cosa que ha sido murmurada tanto.
Pastores, ¿habéis por dicha Podéis los dos jurar que este Jacinto
Verás de mi nobleza alguna muestra.
Visto á Glicerio?
Condolido de ver la pobre suerte Comunicaba con los dos mil veces
Désta pastora triste y mal lograda
MENALCA. Darle un veneno por casar conmigo;
Y de vuestra amistad el nudo fuerte. ¡ Oh pastora, \' yo de la traición daré querella.

Yo te daré una cédula tirmada A quien la fortuna ahora Pues como todos saben que me amaba ,
De darte mil cabezas de ganado Puso en la mayor desdicha Y' ven mi esposo de improviso muerto,

El dia que contigo esté casada. Hemos por lo menos visto ¿Quién duda que no den crédito al caso,
FELICIO.
Aquel tu ingrato pastor Y preso le sentencien á la muerte?
Por quien te fuera mejor Podré yo entonces con piedad fingida,
Pastor, el mas gallardo que
el dorado
Que te viviera Doristo.
,

Comoqueaquellomeha inspirado el cie-


.
Rio di\inoque sus campos riega Ya tú sabrás el concierto Decir que le perdono, si me ofrece [lo.
Tuvo jamas en su ribera ó prado,
De tus padres. Que por el muerto me dará su vida,
Aquesos pies, aquesos pies me entrega,
AMAR.\NTA. Casándose conmigo y esto antes
besarélos mil veces. ,

Bien lo sé. Que de la cárcel libremente salga.


MENALCA.
MENALCA. MENALCA.
Padre, tente.
FELICIO.
Mas no sabrás de su fe ¿Qué dices desto, Coridon?
Que está por Belarda muerto. CORIDON,
Hijo, llega también conmigo
, llega.
Aquí su padre trataba ¿Qué digo?
JACINTO. Su casamiento con él • ;
Que Dios me libre de mujer airada,
Yo quedaré Menalca eternamente
, , Yo por mí por tí y por él ,
Y no de la ponzoña de mil víboras.
j, Agradecido á tu valor divino De mi hacienda te dotaba;
Mas ya mi desventura no consiente Mas el traidor, que tan solo MENALCA.
Que vuelva atrás del áspero camino, El bien de Belarda precia Solo pudiera de tu raro ingenio [co.
Por quien amor me lleva á dar el alma Mejores prendas desprecia Ser esta industria; y desdeaquimeof rez-
A quien hacer mi dueño determino. Que si fuera el dios Apolo. Si Coridon se anima á acompañarme,
Primero se verá del cielo en calma El padre corre tras él Ponerte preso al falso tu enemigo.
El movimiento, y que el humilde olivo Pensando dalle la muerte : CORIDON.
Venza en allura a la ensalzada palma, Esta es tu suerte y mi suerte, ¿Si meofrezco me dices? ¡Bueno es eso!
Que yo me muestre desleal y esquivo Mas que hasta ahora cruel. Impórtame seguirte en este caso ,

A las obligaciones infinitas [vivo. Sabes que á Belarda adoro, Y' por ventura mas de lo que piensas.
Que debo á aquella por quien muero y Y'temo, si él te dejase. Vamos á darle parte á la justicia;
¿Posible puede ser estando escritas
, Que con Belarda se case. No sea que del valle se nos vaya
En medio de la frente, no se lean? Causa de mi eterno lloro. Con el temor del enojado padre.
FELICIO. Mira en qué punto me tiene
¡
MENALCA.
,Traidor, traidor! tu muerte solicitas. La fortuna que me sigue
Pues vamos, Amaranta, y está á punto
Yo pienso hacer que hoy borradas sean AMARANTA.
Para que des querella en avisándote;
Con sangre tuya. Aguarda , aguarda ¿Tanto el cielo me persigue? Por(|ue primero por el vulgo todo
[aguarda. ¿Cuál Dios á matarme viene? Conviene que el negocio publiquemos.
JACINTO. ¡Pobre de mí ¿Qué he de hacer !
Para después mejor mover á lástima.

Nunca tus ojos venganza vean.
tal Sin mi adorado enemigo?
AMARANTA.
(Vanse lóselos.) ¿Que tan mal está conmigo?
Vamos; que en vuestras manos va mi vi-
CORIDON.
CORIDON. t"^-
MENALCA.
El ánimo suspenso me acobarda Tú podrás conocer.
lo
Mas cuando adelante pase. Y la mía en las manos do Belarda.
Menalca, la oxtrañeza del suceso.
¡Mira si es adorado de Belarda! Cree, si el traidor te deja {Yause, y queda Condón solo.)
Que no será con la queja CORIDON.
MENALCA.
De que con otra se case ¡Qué bueno me lleváis, amor tirano!
Calla ; que estoy para perder el seso con Belarda á lo menos;
j'
Y así en este punto determino ¿Pareceos que he ganado en vuestras fo-
Que yo le haré mil pedazos, [rias?
Hacer un loco y temerario exceso. Y en sus brazos estos brazos
jQue no me hiciera mi cruel destino Mirad qué de traiciones hago en esto!
Vendrán de su sangre llenos. ¡

Soy traidor á Jacinto porque muera.


De tan humildes padres , que igualara Yo daré fin á su suerte.
Desla íielarda el casamiento indino Soy traidor á Menalca, pues le vendo.
Ij AMARANTA. Siendo en su pecho verdadero amigo
,
Sospecho que con ella me casara...
Y aun sin sospecho casaré con ella. Detente , no hagas tal Soy traidor á Belarda pues la adoro,,

Que no le quiero tan mal Y ía quito del alma lo que adora


CORIDON.
Que le desee la muerte. Y' sobre todo soy traidor al cielo.
,
¿Burlas?
Mas podéis amenazalle Mas quien te conociere, amor tirano,
MENALCA. Con loque dijere yo, Sí sabe que es amor fuerza del alma.
¡Pluguiera á Dios que me burlara! Y á lo que nunca pensó Verá que no es posible de otra suerte;
CORIDON. Con esta industria obligalle. Que, aunque eres niño, vences al mas
ÁAnsítan fácilmente se atropella Mas temo que me faltéis. [fuerte.
Tanta nobleza? 1 MENALCA.
MENALCA. I
La vida falte primero.
Todo se le debe ]
¿Qué dudas?
A la excelencia de una cosa bella. i AMARANTA.
Es amor un océano quebebe Deciros quiero
"Todos los rios sin guardar decoro 1 El remedio que tenéis.
! ! ! ,
, ; , , —
, , ; , , ; ,

IG COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


MEXALCA. Creo que me espera
ACTO TERCERO. Vamos; que la verdad hija es del tiempo. Vamos haré
;
ya.
(pie te espere.
Con él se viene á descubrir. BELARDA.
ALCALDE 2." ¡
Ah cielos Perdida soy.
!

Salen los pastores d prender á .lACIN- Pues vamos. Í)anteo, como yo voy,
TO V &0S Ai.CALDKS vii.i.A>os entran
, No vaya quien mal me quiere.
y queda solo Danteo.)
;
{Yause ,
( Vase.)
por ana puerta , y salen por otra , y DANTEO.
DAXTEO.
AMAUAMA. Si el tiempo de la verdad Padres fieros, rigurosos.
Ks el padre y desengaño, No os acabáis de entender.
JACINTO.
Yo fio qiii' por lu daño ¡Buen medio queréis hacer
Suben los ciólos l;i voniml dol caso; So desfuhia la maldad. De dos extremos viciosos!
Y olios, á quioii oroiuio la malicia ¡Pobrí- tle ti, tlostlicliado
Me librarán tle vuesü-as niauos lioras. Jacinto, mozo afligido. Sale JACINTO.
{Vase.) De enemigos perseguido
ALCALDE 1." Y de amigos envidiado! JACINTO.
¡
Que se nos fué el traidor ¡
Qué cansado y muerto vengo!
MEXALCA. Sale BELARDA. Vengo del vivir cansado ,

Y muerto por(|ue he dejado


¡Que se nos fuese,
Enlre cien hombros BELARDA. La vida en quien yo la tengo.
¿Cuándo las desdichas mías , Un honibre veo. ¡Ay de mí!
ALCALDE 1."
lian de acabarse, Danteo? '

DANTEO.
Juro al sol que os fuerte. ¿Si tendrá fin mi deseo,
¡Hi do putn rapaz, y cuan ligero No huyas, Danteo soy.
.
O por lo menos mis dias?
Jugaba del bastón á todas paríes ¿Qué embuste es este tan nuevo, JACINTO.
ALCALDE 2." Tan riguroso y cruel ¡Cielos! ¿Que contigo estoy?
No lo digas do burla Bortolano Quo urden al alma de aquel ¿Estamos seguros?
fzo, , ;

Que juro á non del sol quo traigo un bra- Que apenas nond)rar me atrevo? DAXTEO.
Do un palo quo me dio, que en quince ¿Adonde islas, mi Jacinto? Sí;
r\o sera mucho no tomar la azada, [dias ¡Desventurada de mí! Que esta peña nos encubre
ALCALDE 1." DAXTEO. Y esta quiebra, que la parte.
Alborotado vengo dol caletre. No llores, Bclartla, ansí. Del camino la mas parte
Por toda la semana me perdonen; Aunque el natural destinto Hasta la senda descubre.
Que no daré sentencia de provecho. Obliga á los anímalos JACINTO.
AMAUAXTA. A sentir las cosas tanto; ¡Ay Danteo! ¿Y mi Belarda?
Por(pie el remedio, y no el llanto, ¿Cómo quedaba?
Señores, no os dé pena que él se vaya
Previene el íin do los males.
Que el cielo propio le traerá al castigo. DANTEO.
¡Qué bien á sufrir te enseñas,
MEXALCA. Pues que ya por tu ocasión Muy buena.
llovido tiene á ira á todo ol pueblo, Teñido en sangre el vellón JACINTO.
Viondo la muerte que el traidor lia dado Deja por zarzas y peñas! ¿Siente mi pena?
Al buen Dojisto, cuya muerte siento. Ayer, que la humildad suya
DANTEO.
DAXTEO. Mas á su extremo llegó.
Verter sangre le vi yo. ¿Tu pena?
Paso, paso, Menalca; que te mira
Sangre suya y sangro tuya Ni tiene fe ni la guarda.
El enojado Júpiter- no digas
Que á su cruel padre vi Vila, y no la hubiera visto;
Que le mató Jacinto; que bien sabes Que quizá fuera mejor
Que le habéis acusado de malicia. Que recios golpes le daba
Y vi que el pastor se holgaba Dijome : «Vaya el traidor
MEXALCA. Que dio la muerte á Doristo,
Do verter sangre por tí.
Hablas adonde es fuerza que te salgas Echóle de su cabana Y cásese con su dama
Con lo que dices rústico; mas cree,
Su padre, fiero enemigo Que para siempre conmigo
Que no le alabarás. Y él llora á .su propio amigo Acabó.»
ALCALDE 4." Necesidad tan extraña. JACINTO.

Pues ¿qué es aquesto? No quieras mas ilel oslado No mas, amigo;


¡ En las barbas de toda la .ju<licia De sus co.sas y las mías Que ya la muerte me llama.
Osastes levantar escarapeia! Pues hoy me dijo: « Há tres dias De la hambre y del trabajo
Que no he comido bocado.» Casi estoy para espirar.
ALCALDE 2.°
Espera (¡ue voy ahora
;
Adiós; qut! me voy á ochar
Calla, Dantoo; que habrás con enojo. De aqueste peñasco abajo.
A buscar algun'sustento.
;.No ves (|uehay dos testigos con sus lies-
BELARDA. DANTEO.
Tan gordoscomoelpuño cada uno? [tos,
¡Oh padre ingrato, avariento, ¿Adonde vas, ignorante?
ALCALDE 1.°
Del bien que mi alma adora! Que por (piien la mu(?rte pides
¡Verá la necedad Eslá jirobado !
Es la coluna de Alcídes,
Con una resma de papel escrito, DAXTEO. .

Voyme. Es la liniieza d(> Allante.


Y cómo y dónde se le dio el veneno Es una idi a batida.
¡Y lláraasle inocente! Mas albérchigos. BELARDA.
Es un acero perfelo
Espera que conviene,
CORIDOX. ;
Es un varonil sugeto
Pues le ha faltado su padre, la vida.
Qué se cansan en esto? ¿Ya no saben Dispuesto á darte
;, Que yo le sirva de madre Yola vi, y tu mal la dije;
El amistad de aqueste y de Jacinto? Al qiie por mí no la tiene.
¿No saben que estos dos tienen un alma, Y no rpiioras saber mas
Iréme á casa, Danteo,
Y en una voluntad viven sujetfjs? De (iu(! muy {)rcsto verás
Y buscaré qué le dar. La causa por quien te aflige.
Vamos en busca del traidor, que huye;
Que solo en este caso nos iujpürla
DAXTEO Díjela (jue me aguardase
El jurar la verdad. ¿Dónde le piensas hallar? Donde suele esperar;
te

BELARDA.
Y asi, la voy á buscar,
ALCALDE 1." Portpio adelante no pase.
Pues Que me lo digas ileseo,
alto; vamos. Escóndete.
Andemos estas liuertas y cabanas;
Si sabes adonde eslá.
JACINTO.
Quesial traidor hallamos, ¡voloal .soto, DAXTEO.
De la muerte
Que se ha de hacer un hecho que á ál- En cueva que e.stá enfrente
la Revivo en quo muerto estaba.
[guien [icsel Del álamo de la fuente. Esta vida me faltaba.
, ! , !! —
, ! : ; ! ;!: !, !, , ,,

EL VERDADERO A.MANTE. 17

Danfeo, que agradccortp. ¿SI seme quiere morir? JACINTO.


Vé con Dios Y aquí la onvia
,
¿No respondes? ¡ Oh mi Belarda
Y qiienosoUirde;
(lila JACINTO. Por quien libertad aguarda
Que podrá venir tan larde. ¿Quién me llama? De mi alma el cautiverio
Que llore la muerte mía. ¿Cuál es aquel ignorante
BELARDA. Que lio quiere conocer
DAMEO.
Una humilde esclava tuya. El valor de una mujer.
¡De la hambre y del trabajo
JACINTO. Cuando es mujer semejante?
Ko me puedo menear Yo á lo menos mientras viva
¡Adiós; que me voy á echar Mi vida se restituya , ,

Cual vela muerta' en la llama. Conoceréme deudor,


De aqueste peñasco abajo Y haré que mi tierno amor
Sopló la muerte y matóme
JACI.VTO.
Y aunque es verdad que mató, Tu nombre en el alma escriba.
¿Ahora de mí te burlas? En el humo que quedó. Que de una mujer nací
¡üh amigo liel, de buen celo! Llegó tu luz y encendióme. Y este ser del suyo tengo
,

{Vase Danteo.) Vivo estoy y ya deseo


.
Y ahora Belarda vengo , ,

¡Qué de suertes de consuelo Vida que si estuve aquí


;
De nuevo á vivir por ti.

Me busca en veras y burlas! Muerto porque no te vi, Hablen los que las ofenden;
¡Triste! (¡ue apenas, de hambre, Ya vivo porque te veo. Que yo diré á boca llena
Junto el uno al otro labio. BELARDA.
Que de una mujer que es buena
Muerte, ¿con tan vil agravio Mil cosas buenas se aprenden.
¡Oh prenda tan justamente
Cortas la vital estambre? BELARDA.
De lo mejor de mi pecho!
La vida á la muerte iguale; ¿Cómo estás? Dinie, ¿qué has hecho Come come. ,

Que esta es baja á quien la tuvo


Por tantos siglos de ausente? JACINTO.
Tan alta, que dentro estuvo
Mas ¡ay necia! ¿qué pregunto? No lo ves?
Del pecho que tanto vale. ¿
Toma, comienza á comer; Bien me va de lodo junto.
Muerte, aguarda; muerte, aguarda;
Que causa debió de ser Como respondo y pregunto.
Ko acabe mi vida ansí; ,

De que te viese difunto.


Fuesen Belarda viví. BELARDA.
Muera yo cuando Belarda. JACINTO. Gente suena.
No puedo tenerme. Ay triste! ¡
¿Con aquestos embarazos JACINTO.
Quiero sentarme. Cuidados, Tan bellos brazos cargaste? Mi padrees.
¿Que aun no descansáis sentados? BELARDA. Ay desdichado de mí
¡
Que ningún mal os resiste? Bien dices, bien me culpaste. Adiós, adiós. (Vase.)
Pues no os acaba este mal Teniendo sangre en los brazos;
Que suele acabar mil males, Que era justo sacrilicio
En mí sois tan naturales
Sale FELICIO.
De mi amor y celo honesto;
Cual la hambre natural. Pero cuando' falte aquesto.
Yo muero, amor inhumano. FELICIO.
Yo la ofrezco á tu servicio.
¡ Ah Delarda ¿Has de venir? ¡Ah traidor!
!
No temas perder tu padre
¿^Que me tengo de morir ¿Huyes?
Mientras te puedo valer.
biu que te bese una mano? BELARDA. (.A/?.)
JACINTO.
Quiero empezar á comer. ¡Ah
tirano amor!
Sale BELARDA. ¡Esto te fallaba aquí!
Pues cobro tan buena madre.
BELARDA. (.1/ Salir.) Este pan está mojado. FELICIO.

Iré cual dices. Danteo. BELARDA. Huye, traidor; que algún dia
Pierde cuidado; que estoy Viniendo he mojado el pan A las manos me vendrás.
Diestra en este monte , y voy Quizá lagrimas serán ¡Cómo, cómo! ¿Que aquí estás?
Ahora con mi deseo Que habrán en la cesta entrado. ¡
Buena insolencia á fé mia !

Que de la mano me lleva Cómelas, Jacinto. Pues Señora ¿es bueno eso?
, ,

Y con su lumbre me guia. ¿Pareceos bien lo que pasa?


JACINTO.
Va como huésped de casa,
JACINTO. ¡
Y cómo ¿Traéis de comer al preso?
Suspiros del alma mia. Negra de buena es la salsa. Coged , coged lo que queda.
Llevadle la triste nueva. Cuando no se guisa falsa.
BELARDA.
Decid que muero. Porque entonces no la como.
Lágrimas es manjar tal Yo lo haré así , padre ingrato
BELARDA. (.4p.) Del hijo del mas buen trato
Que la ventaja le den
¡Ay de mí! Verdaderas saben bien Que hallarse en el mundo pueda.
Que mi Jacinto es aquel.
Pero fingidas muy mal. FELICIO.
JACINTO. Coged, coged.
BELARDA.
No pensé muerte cruel
, BELARDA.
Que tuvieras parte en mí.
Tu propio serás testigo.
Come, come á tu placer. A lo menos
Pero pues ya me has deshecho, Noes de lo que tú le has dado.
Y el verte no me acobarda JACINTO.
, Como lo tienen sobrado
Es gran señal que Belarda No quiero que por comer
;
Los hijos de padres buenos.
Me ha dejado de su pecho. Me pierdo de hablar contigo.
FELICIO.
BELARDA. (Ap.) BELARDA. Coged coged. ,

¿Dejado? Cuando tal sea, Basta; que contigo estoy. BELARDA.


Vo dejaré de vivir. Come, come. Ya no hay mas.
JACINTO. JACINTO.
FELICIO.
¿Que me tengo de morir, Aunque no quiera. Pues ya que lo habéis cogido
Y primero que te vea ? Me obligas. ¡Oh quién bebiera!...
Advertid bien el oido.
BELARDA. Pero qué necio que soy
¡

Como es el manjar tan nuevo. BELARDA.


{Ap. ¡Quién oyera con paciencia
Las quejas que decir sabe Olvidóme que me dan ¡
Qué poco advertido estás!
Que en amor lo mas suave En las lágrimas y el pan FELICIO.
Son lus regalos de ausencia. Agua y pan, que" como y bebo. ¿Parécete ingratitud
Mas no lo puedo sufrir. A fe que es nuevo el misterio.
De un hijo que tengo honrado
Llegar quiero.) ¡Ah pastor mío! BELARDA. Procurar con gran cuidado
;
Ay triste ¡ Qué helado y frío
!
Come, come. Su honra, vida y quietud?
L-i,
; ? ,,, !
;; , ,,— , ; , , , ,

IS COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Y si el padre es bueno al Un Hacienda con la mujer. CORIDON.
¿PaitVele bien que eiiadre (
Si la licúes ¿por (pié dudas?
, ¿.Justicia quienes hacerme?
Hacer obras de buen padre MENALCA. S'o ni le busco ni prendo,
Al hijo innverso y ruin
¡ Oh padre Bien me
! aconsejas. Y mas en esta ocasión
Mas >o para qué" arjiunionlo
;.
Vanas han sido mis quejas; Que ya tan i)oco aprovecha.
Con una rapa/a amante. Hoy mi propósito mudas. JACINTO.
Mas ligera y inconstante Ea pues, véloá tratar; Dado me has nueva sospecha.
^lue la débil caña al viento?
Que cansado de andar ciego. ¿Hay novedad de traición?
yue si mal no me estuviera, Procurando mi sosiego. ¿liase cenado el proceso?
For los sagrados penates
Ya lo quiero efeluar. ¿Deshizose la mentira?
i>ue si...
Da por mi mano la tuya; CORIDON.
BELARDA.
Que ya estoy de verlo loco.
Paso, no me trates, Mira lo que d¡C(>s, mira
FELICIO. Que son palabras de peso,
Felieio, desa manera.
Si respeto te he tenido.
Pues espérame aqui un poco; Y lo que yo te aseguro
No te lo debo cruel Que yo te traeré la suya. (Vase.) Es que nadie te persigue.
HesiH'tote por aquel MENALCA. JACINTO.
Que es y La de ser mi marido. Esto es hecho; no hay que hacer. ¿Quieres tú que yo me obligue
FELICIO. A tener!(! por seguro?
Sale COIUUON. Tarde llegas.
¿Tu marido? .\nles le veas
Üeun león hecho pedazos. CORIDON. CORIDON.
Si llegué,
DELARDA. i
Oh Menalca! ¿Dónde vas?
Til le verás en mis brazos, MENALCA. Pues ya se casa Belarda.
Y no como tu deseas. Ya , Coridon no podrás ,
JACINTO.
FELICIO. Mudarme de [larecer. ¿Qué dices? Espera, aguarda.
¿A mi hijo? Sábete que estoy casado. ¿Que se casa? ¿Cómo, (jué?
BELARDA. CORIDON. ¡Belarda casada!
;,Qué dijiste? ¿Casado? Muy bueno es eso. coniDON.
¿Tu hijo? Mío dirás; A fe que medras de seso. Si,
Y no e>peres verle mas, ¿Cómo ó cuándo lo h.>s soñado? O por lo menos se trata.
Viejo codicioso y triste i MENALCA. JACINTO.
yue á mi me cuesta á lo menos Llegado á querer casarme, ¿Con quién?
Kl dolor que no me pagas. CORIDON.
! ¿Hay jtaslora en este valle
Vele con Dios, y no hagas '

Hicá de hacienda y de talle Un hombre de plata


Tuyos los hijos ajenos. ( \ ase.)
Poiieíosa á despreciarme La compra á peso de si.
FELICIO. Pues no hay pastor que sea tal ?
JACINTO.
Ay sienes do aire
la loca ,
CORIDON.
¡
Conózcole por las señas.
;.No veis qué notable exceso ?
Tu malicia lo engañó; CORIDON.
l'or Dios, que [)erdiera el seso,
Antes niiigmii» liallo yo Gente suena.
A no lo echar en donaire. Para tu nobleza igual,
Descuide la bachillera JACINTO.
Y se tendrá por dichosa
Que antes de velle en sus brazos, Alli me voy.
La ([ue llegue á merecerte.
La üera le hará pedazos I Llama en pasando; que estoy
Y será mi mano fiera. MENALCA. I Detrás de aquellas dos peñas.
¿Es eso de aquesa suerte? {Escóndese.)
Sfl/eMENALCA. CORIDON. CORIDON.
Sí. 1
Anda , vete.
ME.NALCA. MENALCA.
Pues Belarda es mi esposa. Sale FELICIO.
.A fe que siento el cansarme. ( Vase.)
I*ues, Felieio, ¿qué hay de mievo? CORIDON. FELICIO.
FELICIO. ¿Desa manera te vas? Dueña nueva
A responderle me atrevo, Sin duda que es frenesí. Menalca.
Pm-s que te atreves á hablarme. Yo me doliera de ti CORIDON.
01 , mayoral , que bienquisto A no estar como tú estás.
¿No me conoces?
Siliasser, ¿(pié te mueve Mas si acaso lo traíase,
Y Menalca lo supiese, FELICIO.
A decir que mi hijf) debe
La muerte de aquel Ooristo? No dudo que lo entendiese No, Coridon ansí goces
,

¿ No sabes tú que es verdad Cuando ya lo efetuase. La prenda que amor te deba.


Y no fué engañoso intento ¿Que este por rico ha alcanzado Loco de contento vengo
no hacer el casamiento
íjiie Lo que apenas ha podido Y así no te conocí.
Fué sobra de voluntad? Jacinto el triste, (pie ha sido CORIDON.
Cree, mas que no le cuadre, Tan sin culpa condenado? ¿Deque, Felieio?
A estas canas desdichadas, JACINTO. {Ap. escondido.)
A estas manos arrugadas S«/e.IACINTO.
Que al lin son manos de padre. ¡Ay demi!
JACINTO.
Dame mi hijo. Que cierta sospecha tííngo.
(Ap. Oh interé'S, que tanto ¡lucdes!
¡
MENALCA. FELICIO.
¿Si es ida ó si aqui se eslá?
¿Qué es esto?
Fortuna, cánsale ya Partí en este punto yo
;
¿Cstás loco poi' ventura?
Que ya de lo justo excedes. Por Menalca á hablar la madre
FELICIO. Este es mi íiero enemigo, De Belarda; que su padre
No, mas por la desventura De quien me pienso vengar. Ya tú sabes que murió.
En que tu rigor me ha puesto. Solo eslá ; quiéiole hablar En efeto, fui á tratar
Si á Belarda quieres bien, En paz de íingido amigo Que se la dé por mujer,
Y |tor .ser jxjbre la dejas, Que lío que no se atreva Y dióla mucho placer.
¿De qué , mayoral , te quejas? Solo á prenderme.} Ah pastor! Hará,se, no hay que dudar,
¡

¿Por qué Haráse ese casamiento,


te aflige el desden? ¿ Ha cesado ya el rigor
Kl rico no ha menester De aquella justicia nueva? Y iibraráme mi hijo.
Hacienda , sino .su gusto; Solo estoy , no me defiendo. CORIDON.
El pobre, que busque es justo Llega, si quieres prenderme. Padre, cuando esto te dijo,
, , ,, , , ——
; ! ,,,,, , , ! ; » !

EL VERDADERO AJLVME 19
¿Daba en la veleta el vienloV Que haya de sufrir.
tal Me dijo : a Esta plata y oro
tíateque le ha engañado, Irme quiero á la justicia Para mi prenda se guarde;
Y diiiie , ¿qué parte es él Y' decir que este traidor Que por su rara belleza.
A que de muerte cruel Al inocente pastor Valor y virtudes tantas.
Libre á un hombre condenado? Ha acusado de malicia, Discreción y gentileza.
FELICIO. Y' que vine á consentillo Sobre esta humilde riqueza
¿Eso me dices, traidor? Por su nuulia diligencia, Pondrá sus hermosas plantas.
\' que mi
Pues si eso no fuera parte. i)rüi)ía conciencia —Dame esa mano, no huvas.
Yo su padre, ¿había de hablarle
,
Hoy me fuerza á descubrillo. Ata aquestas y las tuyas,
'

Con tanta amistad y amor? Y aunque á mí me den la muerte. Tu bello rostro levanta.
Muy bueno está! Yo he de hacer Porque también se la den
i GLICERIO.
Que en este dia le dé Pensaré que mayor bien
Llega tú, hija Amaranta,
La mano, palabra y fe No puede hacerme la suerte.
El casamiento se impida.
Quizá le dará las suyas.
De que lia de ser su mujer.
Ouédate para quien eres. (Vase.)
Belarda ha de perdonar. AJIARANTA.
Porque no se ha de casar Pues ¿cómo, hermana, tan brava
Sale JAaNTO. Mientras yo tuviere vida. (Vase.) Contra Menalca te muestras?
Dale aquesa mano, acaba;
CORIDON.
Que bien sabes que yo estaba
No hay que dudar del concierto,
Jacinto.
Salen los dos alcaldes y MENALCA, Presente á ocasiones vuestras.
JACIMO, BELARDA, GLICERIO, FELICIO y Yo sé que bien le has querido.
AMARANTA. MENALCA.
¿Es cierto?
Ya me tiene aborrecido.
CORIDON.
alcalde i.° Tú se lo ruegas en vano.
Muy cierto.
¿De qué sirve que os mostréis,
¿Qué mayor probauza quieres? AMARANTA.
Señora Belarda esquiva ,
¿iNo te basta lo que has visto? Menalca, dame esa mano
¡
Y que tanto os extrañéis Pierde esta vez de atrevido.
JACINTO. En cosa que ansí yo viva
j ,
Si , Coridon ; cierto es. Que ganáis y no perdéis? MENALCA.
CORIDON. ¡A Menalca despreciáis, Vesla aquí. Mas oye,
" mira.
Tu padre quiere después Y tan de veras juráis Que no la enojes.
Darte en lugar de Doristo. Que no seréis su mujer AMARANTA.
Dravamente lo rodea. alcalde 2.* Aguarda.
JACINTO. Aun no quiere responder. Ya templa el fin de su ira.
El cielo me vengue del ¿Para qué la importunáis? Dame esa mano, Belarda.
Y' antes mi padre cruel
FELICIO. MENALCA.
Muerto en sus brazos me vea.
Hija si agora viviera
, Ves que se enfada y relira.
Y presto me verá muerto Vuestro muerto honrado padre, ¡Oh! ¡mal haya el corazón
Pues que Belarda se casa ,
Y así tan rebelde os viera Adonde tan sin razón
Y el fuego que á mi alma abrasa Mas fuerza que vuestra madre
Saldrá por el lado abierto,
Ha vivido tigre hircana
En el negocio pusiera; ALCALDE \.°
Ay falsa ¿Que el sí le disto?
i !
Que, fuera de la riqueza
Murieras sin darle el si. Por Dios que me viene gana
Tiene Menalca nobleza ,

Mas yo , que le adoro á ti De dalla un gran mojicón.


Y por solo emparentar.
Moriré porque le diste. ¿ Diz que no ha de responder ?
La mano le habéis de dar.
Era de pecho mudado. ALCALDE 2."
Como al lin don de mujer, alcalde i.°
Esta es la primer mujer
El que me daba á comer. Ú os quebrarán la cabeza.
¿Han mirado el zahareño Que he visto hogaño sin lengua.
Pan en lágrimas bañado.
¡Voto al sol, que tengo á mengua
¡Y con qué gusto comí Con que se está cabizbaja?
Que andemos á su querer!
Las mentiras que fingiste! alcalde 2." Cuando hable, hablará tanto
Otro veneno me diste. Compadre mi fe os empeño ,
Que nos quiébrela cabeza.
Que yo á Doristo le di. Que en balde el casco traliaja.
¿ Cómo ha de entrar en provecho Si el alma tiene otro dueño.
Manjar que el gusto me estraga? Sale JACINTO.
MENALCA.
Ah mal provecho me haga
¡ !

¿Es posible, ingrata fiera JACINTO.


Hasta que reviente el pecho.
La muerte quiero buscarme... Que una palabra siquiera Ya llega el de mi llanto,
fin

Pero en balde me fatigo : No me quieras responder? \'a de mi humilde bajeza


Veneno llevo conmigo. GLICERIO. Hasta el cielo me levanto.
Que basta para matarme. Quizá lo debe de hacer Hoy el amador de Abido
Adiós, monte; adiós sombrío , Como es la ocasión primera. Se me confiesa rendido.
Bosque, selvas, plantas, fuentes. Yo quiero llegarla á hablar. Pues ya voluntariamente
Siempre á mi dolor presentes Belarda tu entendimiento
,
Vengo á la muerte presente,
Testigos del llanto mío. Me obliga á no te cansar '
Sin ser de nadie oprimido.
Hoy acuitan mis enojos. En dar palabras al viento Yo soy aquel Jacinto desdichado
Tristes de hoy mas quedaréis, Que se las suele llevar. Que á Doristo m:úó con el veneno;
Y sola esta vez veréis Menalca es hombre perfeto, Vengo del alto Juiíitcr forzado
Las lágrimas de mis ojos. (Vase.) Es es noble, es discreto,
rico ,
Adonde justamente me condeno.
Y' adora tu gentileza Rendido estoy : alzad el brazo airado.
CORIDON. ,

¡Qué lastimado me dejas! Y' con toda esta nobleza MENALCA.


¿Adonde te vas? ¡Vo huyas; Será tu esclavo sujeto. Oh fiero monstruo, de maldades lleno!
Que oyendo las quejas tuyas, ¿ No respondes? Otro llegue — ¡

Prendelde luego.
No me acuerdo de mis quejas. Que sea mas venturoso.
BELARDA.
¡Pobre de tí pues también , FELICIO.
Pierdes el bien que perdi! Oh bien de mi deseo
Aunque el respeto me niegue ¡

Pero mas jjobre de mi ¡ Oh cuántos años há que no te veo!


Yo llego, mas codicioso
Que siempre lo fui del bien, De que la mano me entregue. ALCALDE d."
iCómo ¿Que he de consentir
! Hija Menalca esta tarde.
, i
Milagro ¡Hola
! ! ¿ No veis que tiene Icn-
QueasíMenalcasecase? Como en tus amores arde, MENALCA. [gU^'
Antes un rayo me abrase, Mostrándome su tesoro Y' brazos para dar á mi enemigo.
! ! — ! ,

20 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


FEI.ICIO. Los límites do amor, me obliga á todo. Sa¡e CÜRIDON.
Hijo, ¿qué es esto? MENALCA.
CORIDON.
ALCALDE 2.° Pues que confiesa, condenar se puede ¡A buen tiempo!
¡ Cómo 1
i
Qup se vcngn AMAUANTA. ¿Qué justicia es aquesta inadvorlida?
A nuestra misma casa el enemigo Oid que h penlonarle me acomodo. l'aso, no le llevéis; que el alto cielo
:

UENALCA. Como en lugar do mi marido qnodi Hoy mueve mi conciencia á que declare
No permitáis. Señor, que asi le tenga. Que si el me le t|uil6, no está obligado La verdad deste caso.
Suelte los brazos; daUle su castigo. De daime mas de lo que me ha quitado. MENALCA. (Ap.)
ALCALDE 1.* ALCALDE 1." ¿Qué es aquesto?
Sed preso. Vivas mil años. Ea, que esto os hecho, CORIDON.
JACINTO. laciulo , dala aquesa mano tuya. Amaranta, movida do su pena,
Ya lo soy , morir de?eo. JACIXTO- A Menalca y á mí nos ha |)odido
BELARUA. Que juremos que fué Dorislo muerto
Primero me verán pedazos hecho
Oh cuántos años ba que no te veo A manos de .lacinto con veneno,
¡
Que aquose casamiento se concluya. P(Misando que con miedo de la muerto
MENALCA. {Hincase de rodillas su padre.) La recibióla |»or su amada esposa.
Hasta ; que tonian como burla el caso.
FELICIO. Aquesto es la verdad; y aípii me mueve
[cho?
GLICERIO.
¿Tienes por dicha * de diamante el pe-
El ciclo justo ,
que justicia pide,
¿Por qué lloráis , Feiicio , desa suerte? ¿A qué furia permites (jue atril)uya Que no muera .Jacinto.

FELICIO. Esa rusticidad? Dime: ¿estás loco? ALCALDE 1."


Lloroenverqueel traidor tan paso .T paso ¿Verme á tus [>iés estimas en tan poco? ¡Extraño caso!
A la prisión se venga y á la muerte. Hazlo, iiijo, por todo lo que debes ¿Enmudeces, Menalca? ¿No respondes? .

MENALCA.
A aquesta sangre que te dio la vida. FELICIO.

Tanta es la rabia que de verte paso, JACINTO. Gracias te doy ,


¡oh Júpiter inmenso!
Tanta es la pena que recibo en verte... Padre, puesto que el pecho á llanto mue- Que descubriste la verdad del caso,
-Fuera. Belarda... -que yo propioquiero El alma persevera endurecida. [ves, i'aseAmaranta y los traidores pasen
Ser de aqueste traidor cuchillo liero. No lo he de hacer. Por el castigo que á mi hijo daban.
¿Qué le miráis atentos ? Vaya luego FELICIO. GLICERIO.
A la cárcel.
i
Que á tal maldad te atreves Blanda mano, buen Policio; advierte
la
ALCALDE 1." Mátenle luego. Que fué de amor la culpa.
Merece su delito ÍIENALCA. FELICIO.
Que acabe el falso en encendido fuego. ¿De amor dices?
Pague el homicida.
Pues él conlicsa cuanto veis escrito. .luslicia pido al cielo y á la tierra.
BELARDA.
AMARANTA. ALCALDE 1."
¡Ay No lo lleven , esperad primero :
!

Paso no ; le llevéis. Oid os ruego. Rogaréselo yo, rogarle quiero. No mas este negocio está encontrado;
:

Hablalle quiero. Por todo lo que debes á mis ojos, Y si pedis los unos y los otros.
Habernos de gastar nuestras haciendas,
ALCALDE 1.° A (piien tan tiernas lágrimas les cuestas,
Te |)ido (pie te casos, pastor mió; Y mas si de ciudad viene justicia.
Hablalle te permito. Tomad mi parecer, señor Feiicio,
AMARAMA. Que menos mal lo pasará mi alma
Viéndote vivo aunque con otra vivas.
,
Y demos á .lacinto su Bolarda;
Dime, Jacinto, ¿has muerto á mi marido? Y en pago de que son testigos falsos.
JACINTO.
[aquesto? Casemos á Menalca y Amaranta;
JACINTO.
¡Oh falsa! ¿Tal me ruegas? ¿Qué es Que á Coridon, porque esto se sosiegue.
Yo le maté.
Solo un momento que de vida tengo Yo le daré á mi hija con mi hacienda.
FELICIO.
¿Hubo de darme al lin tal desengaño? FELICIO.
Del todo soy perdido. Debe de ser misterio de los dioses
Hijo, ¿por qué confiesas dése modo? Al Senado le enfadan cumplimientos.
Que no pueda morir hombre ninguno
¿Estás loco por dicha? * Ya nuestra historia declarada queda:
i'.oM hay mujer constan te.
i'ngafio(le(|ue
Llévese cada cual su prenda amada;
JACINTO. A voces pido muerto, muerte pido.
Que aquí so acaba la comedia nuestra
Amor, que excede Alto, de aquí me lleven.
A (piien su autor, porcl amor constante,
' Acaso. 2 Acaso. hcúiópornombveEl verdadero Amante.
; ! , , ! ! ; ,, , , , ; .

EL MOLINO.
PERSONAS.

ALBERTO. MADAMA FLOR DE LIS,


EL PRÍNCIPE ARISTIPO. UN PAJE.
LERIDANO, i)ioo. princesa.
EL REY su padre.
, UN EMBOZADO.
MELAMPO. LAl'RA, hija de Leridano.
EL CONDE PRÓSPERO. TAMIRO. ARSELO.
Soldados.
\ALEmO, caballero. CELIA, duquesa. GALO.
Acompañamiento.
R\J¥im, caballero. Geme.
TEODORA, su dama. Criados.

La escena es en España

Que es el halcón en efeto VALERIO.


ACTO PRIMERO. Que nuestra garza nos mata. ¿Porqué?
Días há que lo pensé PRÍNCIPE.
Mas no lo creí del todo Porque me es forzoso;
Vista exterior de la quinta de la duquesa Por no agraviar de algún modo Que mal se cura un celoso
Celia. Mi calidad y su fe. Con remedios de tercero.
Mas ya que la vi rendida Quiero que esta enfermedad
ESCENA PRIMERA. Dalle ella projüa un papel Ella se busque el remedio.
Que á su fe la llamó liel, VALERIO.
EL PRÍNCIPE, VALERIO. Y á mi calidad ungida. Por mas que me ponga en medio,
Yo creo lo que temi, Crece tu enojo.
VALERIO. Y creo lo que ha de ser. PRÍNCIPE.
Mejor viva Miestra alteza, VALERIO. Es verdad.
Que en eso acertado ha. ¿ Y qué pretendes hacer?
PRÍNCIPE. PRÍNCIPE. ESCENA n.
Valerio, déjame ya Hablalle, Valerio, aquí.
No me quiebres
cabeza. la EL CONDE PRÓSPERO, con doscrlv-
¡Vive el cielo, que es el Conde
¿Hasle enviado á llamar?
VALERIO.
Dos. — Dichos.
Preferido á mi valor
PRÍNCIPE. conde. {Aparte á sus criados.)
VALERIO.
No tardará de venir. Mirad que estéis avisados,
Yo sé de Celia , Señor,
Que á tu valor corresponde. VALERIO. Y no os apartéis de mí.
Engañado te han los celos ¿Y qué le piensas decir? criado L"
Que de Próspero fabricas. PRÍNCIPE. ¿Cuándo en el servirte á tí

PRÍNCIPE. Lo que pudiere escuchar, Hemos sido descuidados?


Tarde medicina aplicas Y lo que mi celo pida. conde.
A quien lian muerto los cielos. VALERIO. Si acaso estoy en aprieto
No hay remedio que me cuadre. ¿Y será, en resolución?... Haced como hidalgos.
VALERIO. CRIADO 2.°
PRÍNCIPE.
¿Perdido estás desa suerte ? Llega;
Que deje la pretensión
Oye. Que si en tu ofensa se ciega.
O le quitaré la vida.
No ha de haber ley ni respeto.
PRÍNCIPE.
VALERIO.
Daréle la muerte cosDE. {Al Principe.)
¡ Riguroso mal
Por vida del Rey, mi padre. De un paje he sido avisado
PRÍNCrPE.
VALERIO. Que aquí te viniese á hablar.
Terrible.
Si elconde Próspero fuera PRÍNCIPE.
Celia me tiene intratable.
El que la Duquesa amara, Y en este mismo lugar.
¿A qué efecto te engañara VALERIO.
Conde, te espero enojado.
Ni tanto favor hiciera? Enfermo estás.
te conde.
PRÍNCIPE.
Oue ella está en su libertad ¿Con quién, Príncipe?
Para amar y aborrecer. Incurable.
príncipe.
PRÍNCIPE.
VALERIO.
Contigo
¿En condición de mujer ¡ Fiero dolor
PRINCIPE. Porque há días que te hallo
Alirmas la voluntad? Muy traidor para vasallo,
Muéstrame porque la quiero, Insufrible.
, Y ííngido para amigo.
Buen rostro y agradecido; VALERIO. conde.
Mas es el Conde querido Mucho pierdes de tu punto
Con este aihor verdadero. Mal informado te tiene
En pedir al Conde celos. Quien te ha dicho mal de mí
Es discreta y agradece ,

De un principe el mucho amor,


PRÍNCIPE. Y oso no nace de tí
Estimando á mi valor. Yo los tuve : pedirélos Mas del que á tu lado viene.
Si alguna vez se le ofrece; XI Conde y al mundo junto. Y ¡vive el cielo!...
Pero dale el alma grata VALERIO. VALERIO.
Al traidor Conde en secreto, Yo le hablaré. Ya, Conde,
PRÍNCIPE. Mal me pagas desa suerte
' No se expresa en qué punto. No ((uiero. Disculparte y defenderte.
, , ; ) , ; ,,, !; ; , , , !

COMEDIAS ESCOt.lDAS DE LOPE DE VEGA CAHPIO.


COSDE. Y es fuerza que yo lo sea. CRIADO ±"
¡Defenderme! ¿Cuáiuio? ¿ Ailóiul ¿^iNo bastaba ser'nii gusto. Verás, pasas de aquí.
si
príncipe.
í^in que ya la ley lo impida Que tienen puntas agudas.
Basta . no mas. Y el no quitarle la vida
Por el pasado disgusto? PRÍNCIPE.
COXDE.
¡Infame, vil, mal nacido. ¡Cómo! ¡Al Príncipe!
Si el lugar
Traidor cobarde, sin ley!... CRIADO \.°
Donde ahora me has iniido.
,^

Es donde yo (e he ofendido, CONDE. E.SO no


Él me|iuede diseulpr. A no ser de un rey.
hijo Que lú propio has confesado
Dig;»n estas altas rejas, Yo te hubiera respondido Que eres nuestro igual.
Kstas piedras y paredes. Mas lu afrenta no es afrenta [Llévase el Conde ú sus criados.)
Si por sus quiebras ó redes Porque es la misma justicia;
Entraivn jamas mis quejas. Aunque lu nmcha malicia ESCENA III.
Di}ia Celia si en mi vida Tirano le representa
Puse en ella el pensamiento, Que tú fueras mi igual.
si EL PRÍNCIPE, VALERIO.
Y fl mismo viento, si el viento Cuerpo á cuerpo yo te hiciera..
Vid mi esperanza perdida. VALERIO.
PRÍNCIPE.
Di^'a un iiombre si jamás
¿Qué hicieras? Tú has dado
Huiblar me lia visto con ella. La ocasión.
CONDE.
PRÍNCIPC.
pní.\cii'E. Lo que pudieía.
Pues no lo nejiara ella.
Pagúelo yo.
PRÍNCIPE. Envaina, Valerio aniigo
Si fuera el tormento mas;
¿Qué|)udieras? Que algún día aquesta espada,
t>ue (juien ya se ha confesado
CONDE. Y aun luego, veías niaiicliada
Por escrito y por pajiel
Mas se precia de fiel Mucho mal. De sangre de mi eni'niigo.
Que quien su fe le ha negado. PRÍNCIPE. ¡
Ah traidor, conde villano!
,

Próspero yo estoy celoso yo fuera tu igual.


Y' si
Ah mal conde!
,

Con lazoii ó sin razón ; Como yo no fuera hombre... VALERIO.


Tú tienes obligación CONDE. Aquesta afrenta
De procurar mi reposo. Está , Señor, á tu cuenta.
Muchos tienen ese nombre Muera
Pierda yo acjuesta sospecha, el Conde.
Y son mujeres.
O tú perderás la vida. PRÍNCIPE. PRÍNCIPE.
C0\DE. ¡Hay tal! ¡ Ah falsa mano
£sa será bien perdida. Ya estoy por hajarme á ser ¡ Vive Dios , que en este muro
Si á tu servicio aprovecha. Quien eres y ser tu igual Estoy por quebrar la espada!
jMándasme que desde aquí i\o mas que por ver el mal
Ñola hable ni la vea? Que lü me puedes hacer. ESCENA IV.
PRÍNCIPE. CONDE.
Mas firme quiero que sea Prueba. LA DUQUESA CELIA , TEODORA,
Asegurarme de li. PRÍNCIPE. — Dichos.
CONDE. Digo {[ue ya soy
DUQUESA. {Ap. á Teodora.)
Pues dime tu voluntad. Tu igual y que no soy rey,
,

Y que sujeto á la ley Bajo, Teodora, turbada


PHIXCIPE. Que el sol me parece obscuro.
Conviene á mi desengaiío.
Como los demás estoy.
Mira agora lo que quieres VALERIO.
Conde, que por todo un año ;

KesiJÓndeme nial ó bien. La Duquesa te ha sentido.


Te ausentes de la ciudad.
CONDE. Pues que sale de la huerta.
Vete á lu tierra en buen hora;
Que estás pobre, y seiá bien ¿Ya no eres rey? PRÍNCIPE.
Que dejes la corle á quieu PRÍNCIPE. Como el que
.sueña y despierta
Comienza á gastar ahora. No.
Tengo, Valerio, el sentido.
Ya has mostrado bien quien eres DUQUESA.
;
CONDE.
A mi padre has obliííado, Principe, ¿qué espada es esta?
Con hombres acreditado, ¿Pues quién?
Qué rigor, qué cuchilladas?
Adorado de mujeres. PRÍNCIPE.
¡Ño están á verlas mostradas
Descansa un año siauiera, Un hombre como tú eres. Paredes de dama honesta.
Cuelga la espada dorada,
CONDE. No es aqueste buen indicio,
Haz un arrimo ó cayada
i Y dices que soy villano, Si esperaban mis paredes
De alguna caña ligera.
Infame, vil y traidor? Con vuestras muchas mercedes
Y con esto, si aprovecha Ser un eterno eiiilicio.
El fionerlo yo á mi cuenta, PRÍNCIPE.
¡ Las piedras acuchilláis
Crecerá tu estado y renta , Y que lo diré mejor
Y menguará mi sospecha. Con esta espada en la mano. PRÍNCIPE.

CONDE. CONDE. No es muro que sufre vedras, .

Pues en cuanto dices, mientes;


Y así acuchillo las pieclras
Si atento á solo mi bien
Ese consejo me dieras — Y recibe aqueste guante. Por ver si en ellas estáis ;
Que á mi grave pesadumbre
Ya pudiera .ser que fueras PRÍNCIPE. Sois de i)eilerMal tan liero.
Obedecido también. ¿Habrá maldad semejante?
Mas como el tiempo procuras Que aun es menester acero
CRIADO 2.° Para haceros saltar lumbre.
Para quererme hacer daño.
He conocido el engaño Muera. A Valerio le decia ,

(Desenvai7ian los criados del Conde Cuando en estas piedras daba.


Con que matas y así^'uras. y
Valerio. Que mas difícil entraba
PríncifH;, con justa ley
Tienes f>oder para honrarme;
Amor donde amor no había.
CONDE. Y como el amor me fuerza.
Mas no para desterrarme Aparta.
; Ensayo mi libertad
Que aun ahora no eres rey. CRIADO 1.° A (pie en vez de voluntad
Conténtate que no vea No lo intentes.
Ni faalile á Celia jamás.
Me a[)roveche de la fuerza.
PRÍNCIPE. DUQUESA.
PRÍNCIPE. ¡Con espadas desnudas
las Según eso no es amor ,
Loco y atrevido estás, Estáis delante de raí! El que decis que tenéis.
; !; ,
! , , ! , ,
, : ,; ) , , ! ,, ;

EL MOLINO.
PRINCIPE. PRÍNCIPE. PRINCIi'K.
l'ues ¿cómo le llamaréis? Di, ¿cuándo? Déjame.
DUQUESA. DUQUESA. DUQUESA.
Tema , locura y furor. Agora. Otras veces
PRÍNCIPE. PRINCirE. Que os fuésedes os rogaba.

Bien fuego que me quema


al No, por Dios. PRÍNCIPE.
Se pueden dar tales nombres. DUQUESA. Valerio, el caballo... Acaba.
DUQUESA. Señor...
DUQUESA.
Bien digo yo de los hombres PRINCIPE. Señor...
Que los más quieren por tema. Señora ( Vanse Valerio y el Principe.)
Resístese una mujer Creedme que no le vi
De un hombre al primero ruego, Que pudo ser (ju'.' rondase ESCENA V.
Y cuanto procura luego Como suele, vuestra huerta ;

Ño es amar sino vencer.


, Mas lio t|ue junto á la puerta LA DUQUESA, TEODORA.
PRÍNCIPE.
Donde yo he estado llegase.
Mi mal habéis conocido TEODORA.
Nunca por sola porfía Y mis celos alterado;
De sujetaros, Duquesa, ¿Qué te desvaneces?
Pero una nueva me han dado Déjale
He seguido aquesta empresa, De que vuestro conde es ido.
ir.

Ni para llamaros mía DUQUESA.


;
Y así me dará lugar
,
Sino porque el vivo fuego Calla, necia ;
Mientras dura aquesta ausencia
Que agora me desatina Que no sabes lo que pasa.
Que descanse la paciencia.
Para serviros me inclina Hoy se abrasará mi casa
Tan enseñada á callar. Y he de ser otra Lucrecia.
Y me abrasa loco y ciego.
Este amor no fué elegido DUQUESA.
TEODORA.
Como cosa accidental ¿El Condees ido?
Pues ¿qué temes?
Aunque ha sido tanto el mal PRÍNCIPE.
Que iuera mejor fingido. DUQUESA.
Sin duda.
Yo os amo, ¡y pluguiera á Dios Mala suerte.
DUQUESA. Si el cielo no me socorre.
Que este fuego que me quema
¿Y adonde?
No fuera amor, sino tema, TEODORA.
PRÍNCIPE.
Y que venciérades vos ¿Cómo asi?
Que yo os dejara de amar, Un camino largo.
DUQUESA.
Como en mi mano estuviera DUQUESA. (Ap.) Desde esta torre
Y mas cuando alguno hubiera ¡Ay! He visto agora mi muerte.
Como ahora en mi lugar. PRÍNCIPE.
TEODORA.
DUQUESA. El secreto os encargo. ¿Tu muerte?
¿Alguno, Príncipe? DUQUESA. DUQUESA.
PRÍNCIPE. Haced cuenta que soy muda. Mi muerte, pues
Alguno {Ap. Mas no lo estarán los ojos. Porque vi al Conde sin duda
Y mas que yo cuando menos ; Que hablarán, pidiendo al cielo Toda la espada desnuda
Que aunque soy bueno entre buenos. j
Con lágrimas el consuelo Contra el Principe.

Soy para con vos ninguno. I


De su luz y mis enojos. TEODORA.
I ¿Y entendéis que volverá? ¿Y después?
DUQUESA.
PRINCIPE.
¿Mas que vos? ¿Quién es? I
DUQUESA.
Imposible me parece.
Y después á sus criados.
PRÍNCIPE.
¿Quién es? DUQUESA.
TEODORA.
Quien próspero de favor.
,
Buena ocasión se os ofrece ¿En qué han parado?
Puso en el cielo su amor, Para aseguraros ya.
DUQUESA.
Y tiene un rey á los pies. Segura tenéis la gloria
Que amor os dará en ausencia. Huyeron.
DUQUESA.
¿Qué menos mal prometieron
¿El conde Próspero? PRÍNCIPE.
Los celos averiguados ?
¡PRÍNCIPE. ¿Qué importa, si la presencia

El Conde Está fresca en la memoria?


Pero será flaca herida
ESCENA VI.
^
¿Para qué os hacéis de nuevas?
DUQUESA. La que me puede ofender ; EL CONDE. — Lichas,
No es negocio para pruebas ; Que aunque prenda sois mujer.,

Pero mi valor responde Que en ausencia presto olvida. CONDE.


Y alegará de mi parte, DUQUESA. ¡Celia! Celia!
Que ha de ser rayo del cielo ¿Cómo os vais? DUQUESA.
Quien fuera de tí en el suelo
, ,
¡Ay Dios! ¿Quién llama?
PRÍNCIPE.
Me abrase y |)ueda agraviarte. CONDE.
¡Qué león tan bravo y tíero
Vame la honra
Ed apartarme de vos. Un muerto que vive en verte;
Qué Narciso tan hermoso! Que si descansa en la muerte,
Qué Principe poderoso DUQUESA.
¿La honra?
La misma vida desama.
O qué galán caballero
duquesa.
Anda que es impertinencia
;
PRÍNCIPE.
Pedirme celos de un loco. ¡ Próspero
Sí , vive Dios.
conde.
PRÍNCIPE. DUQUESA. ¡Celia!
Que lo esté, Celia , tan poco
¿Luego mi casa os deshonra?
Desatina la paciencia. DUQUESA.
PRÍNCIPE. ¡Mi bien!
Dime tú que fuera él
Que si yo loco estuviera. Lo que aquí me he detenido ¿Hay atrevimiento igual?
Fuera , si de mí tuviera Me puede hacer mucho daño. ¿Puede ser mayor el mal
Los celos que tengo del. DUQUESA. Cuando la muerte me den?
DUQUESA. (Ap. Por detenerle , le engaño. CONDE.
¿No estaba contigo aqui- ¡Mal conde, conde atievido!) Por lo que dices entiendo
Ei Conde? Señor. Que todo el suceso sabes.
,, ; ; ,! , , , ; ,; ! ,, . , : ; , ,

ii comedí AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Y es jiiswqup tú te alabes Mejor será que te vayas Sea cualquier Mbnilero.
Do lo que \ü estoy nuirioiído. Fuera del reino unos dias, DUQUESA.
DLOL'ESA. No á tierras luyas ni mias, ¿Eso pides?
I

Sino á las ajenas playas CONDE.


¿Qué has Lecho? ;

Oue mi palabra te doy Eso quiero


CONDE. '

De no ser de otro muier;


No pude mas Así yo vuelva y te vea.
Y aunciue no te vui'lva á ver,
Que fué cólera y lionor. Haz cuenta que tuya soy. DUQUESA.
DIQUESA. Til lo has querido, tú mismo. Ivsa palabra te doy
Tú, Conde. {Llora.) Y esta cadena.
No fué sino poco amor.
Con que la muerte me das. CONDE. CONDE.
¿Estabas loco? ¡Gentil consuelo! Esle anillo
CONDE. .Agora me cubre el cielo, Te doy i)ues.
Cuando estoy en el abismo. DUQUESA.
Si estaba
Oue por tisufrir debiera Esas lágrimas ¿por dicha Conrecebillo
C jalquiera cosa que hiciera lian de aplacar este luego? Soy tu esposa, y viuda soy.
Pues un rey no me agraviaba. DUQUESA. CONDE.
Poro nada fué bastante No que ; lo encenderá luego Adiós.
Que para honrados enojos El aire de mi ílesdicha. DUQUESA.
L 1 misma luz de los ojos .Mas soy Próspero, nmjer,
,
Vete por detrás
Se ciega, si esta delante. A quien es dado llorar. Desle cercado.
Dl'QCESA. CONDE. TEODORA.
Y va que á mi me has perdido Yo te quisiera imitar ;
Adiós, Conde.
¿Cómo te quieres perder, Mas nunca lo supe iiacer. CONDE.
iiaidor, en venirme á ver. Al lin mandas (lue me vaya
Habiendo un rey ofendido?
¡
Teodora adiós. Voyme. ,
Y del reino me destierras!
Apenas se va de aqui Quien paz tiene y busca guerras, TEODORA.
j Cuando le vienes tras él Que bien pierda y que mal haya. ¿Adonde?
CONDE.
CONDE. DUQUESA.
Ksloy mas seguro del,
Donde no parezca mas. (Vase.)
Este es el postrer remedio..
Aqui donde le ofendí Y que en llegando me escribas.
Que en huirme solicito : — ¿Será posible que vivas, ESCENA VII.
Pensará en su nial deseo Tanto mar y tierra en medio?
Que nunca se vuelve el reo LA DUQEESA, TEODORA.
CONDE.
Conde cometió el delito.
Si ;
fm me mandas ir,
que al TEODORA.
DUQUESA. Y (¡uien tal puede mandar. Enternecida me dejas.
¿A qué vienes? Podrá sin vida quedar DUQUESA.
CONDE. Y sin el alma vivir. Ali tiempo mudable y vario!
¡ ,

A morir. DUQUESA. Es en balde y necesario


Dl'QUESA. Mira que há un hora y mas, Formar de tii agravio quejas.
Piensa en lo que has de hacer. Que de ¡a huerta sali. ¿Qué triste suceso ha sido
CONDE. CONDE. El que mi bien ha quitado?
Pues Parlóme de Siempre el mas determinado
iQué tengo yo que perder. di... tí

Pues que me mandas partir? ¡Y tanta priesa me das Llora mas arrepentido.
Antes el tener f)erdida ¿Qué es esto, Celia, qué es esto? (Vaiise.)
La vida , será mejor. ¿Hay alguna novedad?
DUQUESA. Mi bien , ya es mucha crueldad.
Pierde mi vida, traidor; DUQUESA. Sala del real Palacio.
Que la llevas con tu vida. Huye por Dios huye presto.
,
,

Huye, escápate. ¿Qué aguardas? Temo que te hallen aqui, ESCENA VIII.
CONDE. Y te maten á mis ojos.
Para que en ver tus des[)OJos EL PRÍNCIPE, VALERIO, ARSELO,
Sola tQ vida pudiera
Me maten sin hierro á mí. GALO.
Hacer que Próspero huyera :

Til eres quien me acobardas.


Que, como claro se infiere
Que el hijo que no ha nacido PRÍNCIPE.
Y este verme enflaquecer, En todo voy siguiendo tu consejo;
Y que este temor me asombre Muere en el vientre escondido,
Si acaso la madre muere; Que esle conde, Valerio, es atrevido;
No es temer la muerte un hombre,
Asi matando tu vida. Y asi será muy cierto que á deshora
,
Mas amar una niujer.
Quedará el cueipo deshecho Disimulado bien venga á hablarla ,
Dónde me mandas que huva
;.
De la que tengo en mi pecho, Donde ¡lodi'á venir á nuestras manos
Mientras esta furia pasa?
Y morirán de una herida. Y al pago que merece su locura.
DUQUESA. Vete con Dios que yo espero ; VALERIO.
¿No hay de un amigo una casa? Librarle con este brazo. Dado un pregón que mandas en la corlo
CONDE. CONDE. Que (|uien te diere preso al conde Prós-
¿Y qué mejor que la taya? Pues dame el postrer abrazo. Le darás otro tanto como él tiene, [pero.
DUQUESA. DUQUESA. Titulo hacienda villas y lugares
, ,

Serás luego descubierto Toma el abrazo postrero. Por loco S(! tendrá el que no lo diere,
(Que Ditío postrero esta vez; l'ero para saber si acaso escribía
tiene ya los criados
Kl Principe sobornados) Que después de la partida A C(!lia, y la Duquesa le res|(onde,
Y á manos de alguno muerto Seré tu esposa. Esbienquepongasá losmuros guardas;
Y como es a(|uesta huerta CONDE. Y en todas las (|ue tienes escogidas.
Mas aldea que ciudad De Arselo y Galo, que (ni'sciiícs 'ieues.
Eso (lida
Y está en esta soledad Puedes hacer tan justa eonlianza
El alma , que es el juez.
Tan guardarla y eneubiorla Mira que solo le encargo
Como merecen dos soldados tales.
Cuando entrases allá dentro, Hidalgos, belicosos y valientes.
Que si á dicha me olvidares,
El salir es imposible, Y otro nuevo amor tomares GALO.
Y á mi honor es convenible En cstíi destierro largo. Por tu valor, Valerio valeroso.
Quitar cití mal encueniro. Como el Principe no hoa Que siempre á tus hechuras favoreces,
! ! ; ; , , ;, . , , ; , ,: ;

EL MOLINO.
Póng-anos do quisiere nuestro príncipe Iréine por no enojarle. Pero si no lo estoy, estoy prendada
Que pesado sueño de la iiodie
ni el RUFINO. A peligro de fama, vida y honra.
Ni aun otras mil prolijas ciicuastaiicias Bien haces en apartarlo Tu hijoloestorba, de quien soy forzada,
Divertirán un poco nuestros áuiíaos. Agora de su presencia. Pues pretende ver cierta mi deshonra
ARSELO. Estórbale, Señor, rtnnedio mío.
PRÍNCIPE.
Pues la ocasión legitima me honra.
Yocreo, gran señor, del buen deseo íréme desesperado. Yo soy hija del conde Leonadío,
Con (jue en aqueste caso le servimos. Por dar í;usIu a tu rigor. Viejo, y enfermo de seiTÍrleen guerras,
Que lia de llegar á colmo tu esperauza. Del mundo. fuego indiano y
.\1 al llamenco frío.
PRÍNCIPE. RUFINO. Saben aquesto conquistadas tierras
Mas (]ue esto fio yo del valor vuestro, Calla, señor; Que tienes hoy por él y tú lo sal)es; ,

Y la paga de todo es á mi cargo. Que es padre , al (in , aunque airado. Aunque de tu memoria lo deslierras.
{Vanse Arsclo y Galo.) {\anse el Principe y Valerio.) Amor, que nunca vino en gruesas naves,
Con salva ni alboroto, mas secreto.
ESCENA IX.
ESCENA XI.
Hasta tomar del corazón las llaves;
¡
('oniosomos igiiales en efelo
EL PlUXCIPE, VALERIO. EL REY, RUFLXO; después, UN PAJE. I
A mí y al conde Próspero nos puso
De matrimonio el yugo mas peifeto.
PRÍNCIPE. Nunca á pedinne el Duque se dispuso.
REY.
¿Qué le parece, Valerio?
Oh mozo mal advertido De miedo que tu hijo, como agora,
i

VALERIO. Hiciese la maldad de que le acuso.


Loco, vano, mal mirado,
Que si esto adelante pasa, A todos los vicios dado REY.
Será de Celia la casa A ningún bien recogido! Refrenad esas lágrimas. Señora;
Recogido monasterio. ¿Con qué acuerdo ó qué consejo Que para tan honrados ojos bastan
PRÍNCIPE. Hace á un hombre tantos daños Pues siempre mueve la mujer que llora.
Pues ¿por qué no ha de pasar?
Cuyo padre muclios años En balde perlas tan hennosas gastan
i
Me ha servido mozo y viejo?
, Si ya no piensan queesde piedra el pe-
VALERIO.
(Sale un paje.) Y como tal le rinden y contrastan, [cho,
Porque llevo un presupuesto. Cuanto á lo de justicia, satisfecho
Que al Conde hallaras muy presto. PAJE.
Estoy del Conde, cierto, y de mi hijo
En quien te puedes vengar. Señor, aquí está una dama Creo lo que encubrís, y yo sospecho.
PRÍNCIPE. Que quiere hablarle. Id norabuena que el dolor prolijo
;

¿Qué dices de la Duquesa? REY. Que agora os atormenta y apasiona,


¿Quiénes? Será muy presto gloria y regocijo.
VALERIO.
PAJE.
Yo yuaríhiré del Conde la persona
Que disimula tan bien De la manera que la propia mía.
El (¡uerer al Conde bien. Podráslo saber después;
Mujer del Conde se llama. DUQUESA.
Que creo que uo le pesa.
El cielo guarde esa real corona
PRÍNCIPE. REY.
Que en esa fe, como es razón, confia
Mi padre viene. ¿Del Conde?
Aquesta hechura de un leal vasallo.
VALERIO. PAJE.
Que le sirvió. Señor, cuando podía.
Sospecho Sí, mi señor: {Vase.)
Que ya tu negocio sabe. Así lo dice, y cubierta
PRÍNCIPE. Pide para entrar la puerta. ESCENA XIII.
Que me riña ó que me alabe. REY.
Yo pongo al peligro el pecho. ¿Sola? EL REY, RUFINO.
PAJE.
RUFINO.
ESCENA X. Sola.
¡Gentil talle!
RUFINO.
REY.
EL REY, RUFLNÜ. — Dichos. ¡Grande amor!
Gentil, y de mirallo
REY.
REY. Me pretendí guardar.
Di que entre.
¿Qué es esto que han pregonado, RUFINO.
(Vase el paje.)
Con que alborotas mi corle? ¡Dichoso el Conde,
RUFINO. Pues solamente tiene de gozallo!
PRÍNCIPE.
Pues ¿no sabrás
Cuando á tu valor importe,
Si lo merece? No sea
¿Habré por ventura errado? No hay palmo desdeaquesfa tierra adon-
Alguna grosera y fea.
REY. El Cüiilrapuesto mar del occidente [de
REY. La cabeza del sol baña y esconde.
;A mi valor puede ser
Malar á Próspero
En gracioso extremo das. Que no haya andado y visto variamente
¿Parécete ((ue mujer Pero jamás, Rufino amigo, he visto
PRÍNCIPE.
Del conde Próspero acaso Tan bellos ojos boca, ceja y frenle.
,

Escucha Ha de ser de á cada paso?


Que es mucha RUFINO.
la culpa.
RUFI.NO. ¿Hale agradado?
REY.
Yo sigo tu parecer. REY.
¿Mucha?
¡

Mucha amar á una mujer Tanto, que resisto


i

PRÍNCIPE. I
ESCENA Xn. A toda fuerza el daño.

¿Quién pudo haberte informado, '

LA DUQUESA. — EL REY, RUFINO.


RUFINO.
Pues ¿qué aguardas?
Que tal maldad le contó?
REY. DUQUESA. REY'.

Salte allá fuera. Aunque haya sido grande atrevimiento Mi reino te daré, si la conquisto.
PRÍNCIPE. Venir, excelso Rey, á tu presencia; RUFINO.
Eso no, Mas como de mujer el sentimiento
¡Tan presto tanto amor!
Mientras estás enojado. Sea parte de justicia y de clemencia
Que en tu pecho real el cielo puso. REY.
REY. Ya me acobardas.
Salle allá fuera.
Me dieron para aquesto esta licencia.
Estarás es[)antado y aun confuso Tirano amor, en ver cómo has podido
PRÍNCIPE. De ver que una mujer, y no casada Romper (U'l[icchoycorazon las guardas.
Paciencia. A semejante hazaña se dispuso Como anuhiatla torre me has batido,
; , ,,, , , ;, , ,!
, ; , !, , , ; ; , : !;

26 COMEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Al íiii la barhncana me has sanado; De tanta fuerza v poder,
CONDE.
No hay desierto ni poblado
Viejo en cal)ell() i'ui, mozo en sentido. ¿Y
Noenbaldeestaba el Princ¡i)e prendado; Donde me nueda esconder.
sois vos quien me ha burlado ?

Disculpa tiene de su mal Hulino, Huyendo de mi linaje


,
LAURA.
Pues está tan celoso y agraviado. Sin caballo ni sin paje Sacudios el salvado,
Vengo quiero que se queden Y veréis quien os burló.
RUFINO. ;

;.Fii qué rayo del cielo envuelto vino


Por ver si esconderme {)ueden CONDE.
Ese fuego de amor que ya te abrasa? Este bosque y este traje. Si esamano me tiró.
Que lejos de la ciudad Salvo estoy de mi cuidado.
REY. Sé yo (jue me van buscando; LAURA,
O fué SU hechizo, ó fué mi desatino. Y con mas seguridad ¿En salvado os ahogáis?
;,Sies amor un espíritu que pasa Aquí viviré llorando Cochino debéis de ser.
Por los ojos al alma y la sujeta Mi muerte y mi soledad.
Como por el cristal el .-^ol traspasa? Desde esta orilla del rio, CONDE.
Todo lo altera amor y lo quieta. Si del bosque me desvio, Mejor diréis en placer;
líLFIKO. Mis ojos contemplarán Que el nmcho que en veros dais,
Busca remedio, quítate de enimas. Donde los tuyos están A todos puede exceder;
Si es hechizo el amor, rayo ó saeta, Celia hermosa cielo mío. ,
Que á tanto bien es estrecho
Desde aquí siquiera el viento El aposento del pecho.
Si á tal empresa el corazón animas
¿Cuál ocasión, di siendo rey, te altera?
,
Me traerá nuevas de tí LAURA.
Y podrá mi pensamiento Sacudios el salvado.
REY.
Ir al lugar que perdí.
Poco el valor de la Duquesa estimas. CONDE.
Con mas fácil movimiento.
Si el Principe, mi que pudiera
hijo, Conviéneme estar manchado
Aquí sobre esta cayada
Con gentileza y años juveniles De la mano que lo ha hecho.
El alma triste y cansada
Obligarla á que al Conde aborreciera, LAURA.
Quiere descansar, si el peso
Es desdichado entre personas viles. Del pesar en ella impre.so Sacudios.
Un pobre viejo como yo , ¿qué presta? Sufriere sin ser quebrada. CONDE.
RIFINO. Sed, cayada, fuerte palma... Bien estoy
Ulíses era astuto y fuerte Aquíles.
,
— Pero probemos los dos Que yo sé que desta suerte
Noimpidas, Rey, voluntad dispuesta,
til A tener en una calma Mas desconocido voy.
Y haz al Conde buscar, y dale muerte Cuerpo y alma , el cuerpo vos LAURA.
Pues está tu ventura en eso puesta. Y yo, mientras vive, el alma. I ¿De quién?
Y en habiéndole hallado desta suerte. (Échase sobre la cayada, y se duerme.) CONDE.
Teniendo preso al Conde, por libralle De
misma muerte.
la
Se rendirá la fortaleza fuerte.
ESCENA XV. Pues ya de la vida soy
REY. Que esta señal conocida
Bien dices yo pretendo hacer buscalle;
: LAURA, q^ue sale del molino ímsME- Es vuestra que es de la vida
;

Que por su libertad será la mía. LAMPO, tirándole salvado. — EL Que me habéis dado con veros.
Y al Príncipe podemos engañalle. CONDE , dormido. LAURA.
RUFINO. Mas señal de molineros.
LAURA.
De tu valor y de tu ingenio fia. CONDE.
Aguárdame, burlador. ¿Sóislo vos?
REY.
En eso solo mi remedio dejo. MELAMPO. LAURA.
Vamos; que luego que se acabe el dia. Si me alcanzas. Y aquí nacida.
En achaque de ver al Duque viejo. LAURA. CONDE.
Cual su largo servicio merecía Alcanzarte ¿Sois hija del dueño?
Veré de aquestos ojos el espejo. Fuera lícito á mi honor
LAURA.
(Vanse.) Que, según leyes de amor.
Ventaja pudiera darte No;
Porque venciera á Atalanta El dueño es mas ancho y largo
Y á la amazona que espanta Empero soy hija yo
Bosque, é inmediato á 61 un molino. Pues por los trigos corría Del que lo tiene á su cargo,
Y en las espigas ponia Y por un año arrendó.
ESCENA XIV. De una en otra la planta. El dueño es dueño de brio :

Son del duque Leonadío


{VaseMelampo.)
EL CONDE, vestido de labrador. Y de Celia la duquesa
,

Desde el bosque hasta la presa.


CONDE. ESCENA XVI. CONDE.
Fortuna jamás cansada Son del mismo dueño mío.
,

De mudar la humana vida. LAURA; EL CONDE ^ dormido.


¡Qué buen dueño y qué divino
Que dando, no diste nada LAURA. No en balde el alma me inclina
Porque es tu gloria ungida ¿Qué hace aquel labrador A seguir este camino.
Y tufirmeza prestada
Sobre la cayada echado? LAURA.
¿Dónde por estos desiertos Hola ¿Qué digo señor?
Guias mis pasos inciertos
¡
! ,
A verme vuelvo la harina
¡Qué lleno está de cuidado, ¿Qué mandáis para el molino?
Tan cerca ya de perdidos, Y qué falto de color!
Que llevo por los oídos CONDE.
Sin duda al molino vino.
Ya pensamientos muertos?
los
De algún pueblo convecino,
Esperad.
Muerto voy, porque el traidor LAURA.
Y yo no le he visto entrar;
Que me va siguiendo es fuerte Mas quiérele despertar. ¿Qué me queréis?
Y vivo por el temor Desta vez me determino. CONDE.
De la vida y de la muerte;
(Échale un puñado de harinaó salvado.) Que una razón me escuchéis,
Que no sé cuál es mayor. me tirasteis salvado.
CONDE. Pues
La muerte no la deseo.
Porque no goce quien creo Que me ahogo, santo cielo LAURA.
¡

Que es la vida que he perdido; i


Socorro , ayuda , favor Sí haré habéis despertado
, si

Ni la vida, porque ha sido LAURA. Del cuidado que tenéis.


El peligro en que me veo. No tengáis deso recelo. CONDE.
Mas la muerte ha de vencer; Despertad, buen labrador. Grande yerro hubiera sido.
Que según seré buscado Bajad los ojos al suelo. Aunque una noche de enojos
, ,! ,,, ! ; ! , ,, , : ;
,
;, , ,

EL MOLINO. . 27
Ha de dormir el sentido. LAURA. LAURA.
Habiendo ya el sol salido ¿Qué dices? •
¡Pues qué! ¿Llamaste Martin?
yue salió con vuestros ojos. CONDE.
I CONDE.
Despierto estoy , y contento Que no eres tea
El mismo nombre.
De que una noche que os cuento Y que has de hacerme un placer. I

Soñaba que me abogaba LAURA.


LAURA.
En un mar que navegaba ¿En qué? Y en íin
Donde todo el agua es viento ,
CONDE. ¿Quieres servir?
Y que cuando desperté Eu decirme tu nombre. ! CONDE.
Al favor de vuestra mano,
LAURA. ! Y tan fiel
Fuerto próspero tomé.
Todo el nombre y sobrenombre j
Como Jacob por Raquel
LAURA. Si no se me muda al íin.
Se encierra en Laura no mas. j

Mucho habláis de cortesano. LAURA.


CONDE.
COXDE. No estoy de creerte un dedo...
¡Firme nombre! I

Nunca en ella puse el pié. Pero vén que ya de amor


;
LAURA.
Vuestro padre ¿tiene aquí Es mensajero este miedo.
Alguien que le sirva? Y que jamás
Halló verdadero un hombre. CONDE.
LAUBA. De mi bien dirás mejor.
CONDE.
Sí. Si en este molino quedo.
Yo sé que si me quisieras ,
CONDE. Vase Latera.
El mas verdadero hallaras ; ( )
¿Cuántos? Y porque hablemos de veras
LAURA. ESCENA XVII.
^
Y' sepas que en almas claras
Dos mozos tenia ; Hay palabras verdaderas,
Pero fuese el otrodia En lugar del que se íue, EL CONDE.
El uno á casarse. A tu padre serviré,
I CONDE. Y te daré el alma átí. ¿Hay locura mas notable?
Permita el cielo que hable
¡Ah!¿sí?'' LAURA. En tal punto al molinero.
LAURA. De dos te doy un si
los Que me acoja adonde espero
Y por mi mal. Por galardón de tu fe. Vida y muerte saludable ;

CONDE. Si á mi padre servir quieres Que aquí la harina y vestido


Yo haré que te dé el partido Sé yo que me han de tener
¿De qué suerte?
Que tú mismo le pidieres. De tal manera escondido
LAURA.
CONDE. Que pueda hablar y ver
Porque por dalle mi vida, A los que me han perseguido.
Ese perdón ó otro pido.
,
Gustó de darme la muerte. A Celia veré también
El mas íirme amor se olvida; LAURA.
Cuando las cosas estén
No hay cosa en el mundo fuerte. ¿Burlas?
En punto menos mortal
CONDE.
CONDE. Que sin ella todo es mal
Bueno Y con ella todo es bien.
¿Pensastes casar con él? i

LAURA.
LADRA.
¿De adonde eres?
Pensélo.
CONDE.
CONDE.
Ay suerte cruel
De aquí soy, de Belmirar; ACTO SEGUNDO.
¡

Moza ha hal)ido en mi lugar


Aunque ya solo soy tuyo.
Con quien me pensé casar. LAURA.
,
Portal tlcl molino.
LAURA. Conozco bien el lugar.

No hay esperanza fíel.


CONDE. ESCENA PRIMERA.
Pues ¿quedó por ella? Conocerán lo que es suyo
Los que me quieren matar. MELAMPO, TAMIRO.
CONDE.
No, LAURA.
TAMIRO.
Sino que otro mayoral ¿Quién te busca?
¿Que es posible que ha llegado
Mas rico me la quitó. CONDE. A tanto extremo con él?
LAURA. Esos tus ojos MELAMPO.
¿Y ese llamáis mucho mal, Me buscan el corazón, Digo que pierde por él
Si á pura fuerza os dejó ? Y conozco que es razón ;
Elsentido, enamorado.
j
Ay de quien sufre sin ella Que los que me dan enojos
Señora tus ojos son.
,
TAMIRO.
CONDE.
LAURA.
¿Tan presto puso en olvido
Por Dios molinera bella
,
Lo que me quiso?
Que yo no le Horaria. Digo que me mueve á risa.
MELAMPO.
LAURA. CONDE.
Es mujer:
Ya no estoy como solia : Huyo de dalle ocasión
Como Sabe amar y aborrecer.
eso el tiempo atropella. A quien anda en mi pesquisa
Ya me alegro taño y canto Porque ya el alma me avisa TAMIRO.
,
;
Ya no lloro, ni estoy triste, Que me miran á traición. Bastante causa ha tenido ;

Ni de memorias me espauto LAURA. Que en efecto á su pesar


Que mal el daño resiste ¿Hablas conmigo? Con Dalisa me casé,
La pura fuerza del llanto. Y aquesta ocasión le fué
¿No me vistes cual retozo CONDE. Para poderme olvidar.
Con el uno y oti-o mozo, ¿Pues no? Ellaamó desesperada
Tirándoles el salvado? LAURA. No debo ponelle culpa.
Aunque lobusco prestado Ahora bien , quiero llevarte. MELAMPO.
iKty muestras de risa y gozo. ¿Gomóte llamas? Bien le basta la disculpa
CONDE. {Ap). CONDE. De ser por otro olvidada.
Mucho sabe una mujer. ¿Quién? ¿Yo? Mas conmigo no la tiene
Por mas villana que sea Del martes tengo harta parte, Mas con tu ausencia debia
Eu materia de querer. Que sus desdichas me dio. Agradecer la femia,

lÜ^
,; , ,, , ,, ; ; ! ;
; — , ! ;;

2S COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


\ lio á quien se la nianlieno LERIDANO. {Salie/iilo.) ESCENA IV.
Que dos años la he querido ¡Oh galán!
Aborrecido por tí; EL CONDE que sale y ve abrazados á
Vengáis muy enhorabuena.
,

Y era Iulmi (luererine á mí, LAURA y TAMIRO LERIDANO, ME- ;

Y noá un Í!ond)ro de hoy venido. TAMIRO. LAMPO.


Pero al lin tu ingratitud, ¡ Oh nuesamo
LERIDANO.
CONDE.
'iVniéndola mas ahora Eso SÍ Bendígaos Dios
! ¡
lia venido á que le adora Con gran pena ¡

Dadle la recién venida.


A costa de mi salud. Todos de casa están
los ;

Que há un mes que de tí no saben. MELAMPO.


TAMIRO.
\\ lin, como hombre casado. Quien bien ama, tarde olvida.
¿Cuánto há que está en el molino?
Tus amos has olvitlado : CONDE.
MELAMPO.
De agradecido le alaben. Bien se dirá por los dos.
Poco mas habrá pasado ¿Cómo te va con tu esposa? TAMIRO.
De un dia que en casa ha entrado,
Y a darme la nmerte viiio. TAMIRO. ¿Es este acaso Martin
Bien, nuesamo, á su servicio. El mozo nuevo?
TAMIRO.
CONDE.
¿Cómo se llama? LERIDANO.
Yo soy.
MKI.AMl'O. ¿Es el holgar buen olicio?
TAMIRO.
iMartin.
TAMIRO. Aficionado os estoy.
TAMIRO. Un mes es cosa forzosa. CONDE.
¿De dónde es? Y no me olvido de vos Soy velloso como espin.
MELAMPO. Que un costal os he traido
De Uelmirar. TAMIRO.
De aceituna...
¡Buen tallazo!
TAMIRO. LERIDANO. CONDE.
¿Buen talle?
¿Hasla cogido? Razonable.
MELAMPO.
TAMIRO. Bien levanto un buen costal.
El que basta á dar ¿Queréis tirarme un real
Es del doto.
A mi vida amargo íin O alguno que por vos hable?
LERIDANO.
El que pudiera dar celos, Dos pies os doy de ventaja
No digo entre labradores, ¡Bien, par Dios!
Con barra ó piedra.
Pero entre aquellos señores TAMIRO.
TAMIRO.
Que compiten con los cielos. Y Otro de buena bellota.
iJebajo de aquel sayal, No há un mes
Es un hombre tan bien hecho, LERIDANO. Que á vos os diera yo tres
Que algunas veces sospecho Buena tu ventura sea. Ya no levanto una paja.
Que es ¡jersona principal, Haz porque Lani-a te vea CONDE.
liuen rostro gran cortesía,
,
Con sombrero y marquesota. ¿Tanto os heis debilitado
Gran músico de vihuela... MELAMPO. En un mes de casamiento?
Pues danzar como en escuela... TAMIRO.
i !
Ya sale no hay que aguardar.
:
Todo para envidia mia. Menos valiente me siento
Tira la barra una legua Que muda el tomar estado.
Que no hay señal que no borre, ESCENA III.
LERIDANO.
Y si alguna yegua corre
Ahora bien Martin , dejemos
,
Parece viento la yegua. LAURA.— Dichos. Las pláticas excusadas.
Tiene fuerza conio un toro
Las sacas ¿están cargadas?
Ligereza como cabra TAMIRO.
Y gracia que no hay palabra ¡Laura mia! CONDE.
,

Que no parezca de oro. LAURA. machos tenemos.


Seis en tres
Cuando aquesto considero. ¿Para quién decís que son?
Tente afuera.
Yo propio á Laura disculpo. LERIDANO.
leridano.
TAMIRO. Para Celia , la duquesa.
De verte galán se altera.
Si él es tal ,
yo no la culpo ; CONDE.
Que hombre soy , y bien le quiero TAMIRO. De irá la corte me pesa
Y si por sola la fama ¿No me quieres abrazar? En esta buena ocasión. —
Se deja de hombres querer, LAURA. ¿Y tengo mas que hacer
Y'o disculpo á la mujer Queponellas en su casa?
Que por sus obras le ama. ¿Yo abrazar hombres casados?
LERIDANO.
Ten, .Melampo, .sufrimiento. LERIDANO. No mas. Hijos, ya se pasa
Pues te deja por quien vale Ea, muchacha... Hora y tiempo de comer.
Mas que tú. Melampo corre á decir
TAMIRO. ,

MELAMPO. Que tengan la mesa puesta.


No hay mal que iguale ¡Qué! ¿No estoy
Mas seguro, pues lo soy? MELAMPO.
A mi envidioso tormento.
Ojnsuelo pudiera ser Olvida enojos pasados Haced á Tamiro fiesta.

Que por otro me dejara, Que con llaneza te quiero, LERIDANO.


Donde mas partes hallara Y dos cantarillas llenas Nunca dejéis de gruñir.
Y mas dignas de querer, De aiTope y de berengenas {Vase Melampo.)
Si la envidia no me hiciera Te traigo, y un queso entero.
Vamos, Tamiro que quiero ;
Tanta guerra en el sentido. LAURA. Hablarte despacio.
Al íin ,
¿que te he de abrazar? TAMIRO.
ESCENA II. ¡ Ay mala rabia
! te dé. Vamos.
LERIDANO. — Dichos. TAMIRO. {Vanse Leridano y Tamiro.)
Abrázame ; que yo sé
LERIDANO (Dentro.) Cuándo te pude ai)retar. ESCENA V.
¿Que ya Tamiro es venido? [Abrázatise.) EL CONDE, LAURA.
TAMIRO.
Leridano es este : espera LAURA.
No te vayas. ¿Qué tenemos? ¿Cómo estamos?
,! , , , , , , ;, ;, , , , : ; ;,! — , , ;,
; , !

EL MOLINO. 29

CONDE. ¿Quién duda qne me acontezca Haz mi bien me deseas


, si
Otra mavor desventura? De suerte que no la veas.
Voyme.
,;
"
LACRA. ¿Quién duda que me suceda CONDE.
^ Espera. Lo que temo y adevino (Ap. ¡No me faltaba
otra cosa !)
CONDE. Pues ya tiene en mi molino Voyme que están ya cargados
;
Fortuna puesta su rueda ? Los tres machos y el rocín.
Desespero.
Cásate, ingrato, en buen hora ;
LAURA. LAURA.
Que aunque es malo para mí
Vuelve, Marlin , esos ojos. Ya de una vez aprendí Pues no la mires Martin ,

Que son la luz de los mies. Lo que he de llorar agora. Lleva los ojos vendados.
CONDE. Y-a viuda de dos maridos CONDE.
Soy primero que casada. Bien ciegos de harina van.
Mejor dijeras dos rios, ,

Que han de llorar mis enojos. CONDE. .\unque todo es menester


LAURA. (Ap. ¡Oh molinera pesada Que no me han de conocer
Para moler los sentidos! Ciertos hombres que allí están.
Sin causa te has enojado. ¿Qué
Si ya me dejases ir te traeré?
CONDE. LAURA.
A ver á Celia , mi bien...
Dios sabe la que lie tenido
Pero cese mi desden En duda estoy.
Pues á un hombre que has querido, Porque me deje partir.) Tráeme un polido botin.
Entre tus brazos he hallado. Ea Laura no haya mas
, ,
CONDE.
Ya venjío á experimentar. No llores cesen enojos , Adiós, Laura.
Aunque es con tan caro aviso, No falte el sol en tus ojos LAURA.
?ue lo que un tiempo se quiso, Con cuya luz me la das. Adiós, Martin.
arde se viene á olvidar. Mira que estoy de partida :

LAURA. CONDE. (Ap.)


No te quedes enojada.
Deja, mi bien , de quejarte ¡ Mí Celia que á verte voy
,
LAURA.
Dése fingido favor ; {Vanse.)
Mi bien en lo que te agrada
,
Que solo ha sido su amor Está mi muerte ó mi vida.
Ensayo para adorarte. No me digas mas de un hombre
¿Piensas tú que le abracé
De quien la muerte deseo Vista exterior de la quinta de la Duquesa.
De mi propia voluntad ? Que huvo desque lo veo
CONDE. Y blasfemo de su nombre. ESCENA VI.
¿Quién forzó tu voluntad? Como no muele el molino
LAURA. Con el agua que pasó EL PRÍNCIPE VALERIO. ,

Asíel amor que olvidó


Mi padre.
CONDE. No vuelve al mismo camino. PRÍNCIPE.
padre fué? Tuva soy ya soy mas diestra
:
El Conde , en fin , Valerio , no parece
¿Tu
Pues anié á quien olvidase. Y este es de todos el mayor engaño.
LAURA. Para que cuando te amase,
I Pues la ocasión ye! tiempo me le ofrece,
'
¿No ves que me lo mandó? Fuese en amarte maestra. Para alivio y remedio de mi daño.
CONDE. CONDE.
VALERIO.
Tú pudieras excusallo. Mi Laura todo lo creo. ,
Puesto que amor las almas enloquece,
Al fin , quisiste abrazallo ; Vete, porque estoy de prisa.
Y tiene con la muerte desengaño , >

No importa , pagúelo yo. Pues ya de mi fe te avisa


Es entre gente sabia preferida
Siempre queréis las mujeres La fuerza de mi deseo
A quien os deja y desprecia. Dime ¿ qué te he de traer
A sus mayores gustos honra y vida.
,
Es Próspero discreto como sabes ,

LAURA. De la corte?
LAURA.
Y créemequeha puesto en salvo el peclío.
No soy tan blanda aunque , necia. Por tierra en postas, y por agua en naves
¿Que te vas? Y es buscalle intentaílo sin provecho
CONDE.
CONDE. Y' así es mejor que con industria acabes
\x> sé bien , Laura , quién eres ;

Que sin duda que te asió Bien ves que no puedo mas Lo que no pueden fuerzas ni derecho,
Con montera y sayo nuevo. Y que luego he de volver. Y en ver que has admitido mi consejo.
LAURA. Voy á llevar esta harina Te juzgo en pocos años cuerdo y viejo.
A casa de la Duquesa. Venga'el Conde fingido, y por Ta puerta
¡Por esas cosas me muevo
LAURA. De Celia pase con sus guardas preso
Debo de ser niña yo.
Que si aquesta prisión tiene por cierta
Mas me agrada tu capote Nunca de mandarte cesa
No hay duda que de pena pierda elseso.
Lleno de "harina y salvado Mi padre.
CONDE.
Y como á veces el rigor concierta
Que su sayo agironado Lo mas dificultoso de un suceso.
De damasco y chamelote. Bien adevina. Finge matarle ; que si bien le quiere.
Pégame toda esa harina Si de mi servicio piensa
Por velle libre hará cuanto pudiere.
En aqueste pecho y brazos Que has de ser el galardón. Y por ventura (que es mujer) podría
Mi alma, con dos abrazos. LAURA. (Viéndolemuerto.pues creerá su muer-
CONDE. Hame dado el corazón Trocar por esperanza tan baldía [le)

Gracia tienes peregrina. Que te vas para mi ofensa. La posesión de amarle y de quererte.
(Abrázanse.) CONDE. príncipe.
{Ap. ¡ Ah
Celia! si aquesto vieras, ¿Cómo? ¡Bien hava aquel que sus secretos fia
¡A qué risa te incitara!) LAURA. Del hombre sabio, pues acerba suerte
LAURA. Que alguna mujer Y estrella rigurosa mudar sabe [be
¿Aun no me Mielves la cara? Te lleva con tanta prisa. Con la experiencia y ciencia que en él ca-
¿Luego enojaste de veras? CONDE. ¿Es tiempo ya que aquel balcón deen-
Reciba luz con sus divinos ojos , [frente
CONDE. Bien corazón te avisa
el
Estoy muy sucio y trocado ;
Como las rojas luces del oriente.
Que la voy , mi vida á ver ,
Del claro sol con sus cabellos rojos?
;

Otro dia me verás Que la Duquesa me llama


VALERIO.
Mas limpio, y me abrazarás. A quien esta harina llevo.
Si acaso vengo enfadado.
LAURA. Paréceme que sí.

LAURA. PRÍNCIPE.
¿\'qué milagro tan nuevo,
Según yo tengo ventura Martin que el alma te mueva?
,
Llama esta gente
En amar quién me aborrezca Dícenme que es muy hermosa Con el Conde fingido y sus despojos
,: ; ,! , ;
,, , ;, , , ; ; ;;
:: , ,

so comedí AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Que sus pasos y estrépitos Ionices Por ser quien soy, en vuestro honrado po- !
ESCENA XI.
A la puerta de "Celia darán voces. VALERio, rcl'O.
LA DUQUESA , TEODORA.
VALERIO. Que me place. Señora.
Ya vienini. como mandas; porque al pnn- DUQUESA. DUQUESA.
Los tuve, gi'an Señor, apercebidos. [to Pues ya salgo. Si no me fuera forzoso
PRÍNCIPE. {Quitanse de la ventana la Duquesa y Disimular mí tormento.
Pues pase cada cual al Conde junto. Teodora.) Hiciera mí pensamiento
Los cabos de las mechas encendidos. Algún electo furioso
VALERIO.
VALERIO.
Y fuera que con mis manos
Rasta que tiene el corazón estrecho.
;
A aqueste vil mensajero
Verás del conde Próspero un trasunto, A hablarme baja y de su pena intiero,
Diera la muerte primero,
Y los soldados todos prevenidos Que piensa que es el Conde verdadero. Y después á los tiranos
I\'o menos que de hoy entre dos luces
Que con una espada sola
De picas y alabardasy arcabuces. ESCENA X. Y de mí pecho
la fuiía
Hiciera Teodora un hecho
, ,

ESCENA Vn. LA DUQUESA v TEODORA ,


que salen
De verdadera española
— de la quinta. — VALERIO. Que corazón tengo yo
Soldados cow IX hombre e.mboz.vdo.
, Con que el preso les quitara
Dichos. DUQUESA. (.4 Teodora.)
Aunque el mundo lo estorbara
¿Valerio dices que fué? Y esto por...
ü.x soldado. TEODORA. TEODORA.
Pase adelante el escuadrón formado, Valerio me pareció. Aqueso no
Y téngase gran cuenta con el preso. VALERIO. No te lleve la locura
PIIÍNCIPE.
Ese fui, Señora, yo, Dése amor desesperado,
Hase hecho muy bien. Valerio amado Y el que en la reja os hablé ;
A que tanto bien guardado
^^Hiédate á ver o\ lin deste suceso. Y pues creo que estimáis Se pierda por desventura.
¿Dónde está mi caballo? Al Príncipe mi señor. ¿No te acuerdas que en palacio,
VALERIO. Tanto [orque os tiene amor. Y aun aquí viniendo á verte,
,

Queda atado Como porque vos le amáis, Dijo el Rey que poseerte
En una encina de este bosque espeso. Y' que os habéis de holgar
El Condecen mucho espacio
De que gusto recibe,
lo
Tenía?
{Vase el Principe.) DUQUESA.
Nuevas os doy que ya vive
EL SOLDADO. Dices muy bien
Con placer y sin pesar.
A la puerta de Celia nos paremos Excusado es el temor.
DUQUESA.
Que es orden que del Principe traemos. El Rey me ha cobrado amor,
¿De qué suerte? Y aun me desea también
{Páranse con el preso.) :

VALERIO. Yo sé que reino en su pecho,


ESCENA VIII. Ese que veis Y que el Conde está seguro.
Llevar al justo castigo
LA DUQUESA y TEODORA que salen
Es el Conde, su enemigo.
á una ventana de la quinta. — Solda-
,

Cuyo delito sabéis.


ESCENA XII.
dos, EL EMBOZALO Y VALERIO, delan- Ese es aquel conde falso. EL CONDE ARSELO
y deteniéndolo,
;

te de la quinta. Que os parece verdadero Y GALO.— Dichas.


A quien presto ver espero
TEODORA. En un alto cadahalso. -
CONDE.
Lle^a , Señora , llega por tu vida Ese es aquel embaidor.
Que en la corte se alababa Déjeme entrar que yo juro ;

Vgrás un escuadrón de gente armada. Que en casa soy de provecho.


De que os hablaba y trataba
DUQUESA. DUQUESA.
Con mas palabras que amor.
Ya vengo, del temor descolorida, Ese es aciuel que muriendo ¿Qué es aquesto?
Y sobre el corazón la sangre helada. Dará vida á vuestra honra ARSELO.
¿Qué gente es esta, de crueldad vestida? Por cuya lengua y deshonra
Este villano,
TEODORA. Murió Señora viviendo.
, ,

De quien veis que le atropella


Que se burla con nosotros.
Un preso llevan.
Fué preso en la propia raya DUQUESA.
DUQUESA.
Atado caballo á un haya,
el ¿Y sois las guardas vosotros
¡ Ay Teodora amada
,
Y él durmiendo al tronco della Dése príncipe tirano?
;
¿Si es el Conde? Y un pedreñal y una espada ARSELO.
TEODORA. Le quitaron que traía
¿Qué dices?
,
Los dos somos sus criados.
Con que dispierto podía
DUQUESA. Defenderse poco ó nada ;
DUQUESA.
Que sospecho Que es en extremo cobarde Pues ¿qué tenéis que mirar?
Bien cierto que es el Conde. Y así viene como veis, GALO.
EL SOLDADO.
Donde vivir le veréis
Hasta mañana la tarde. Los que aquí quieren entrar
Bien se ha hecho. Públicos y arrebozados.
Ved sí otra cosa mandáis
{Vanse los soldados y el preso.) Que en este bosque he dejado DUQUESA.
Al Príncipe, descuidado Eso yo no lo sabía
ESCENA IX. De lo que escuchando estáis Hasta que hoy me lo dijeron
Y voy á pedille albricias Los que probaron y vieron
LA DUQUESA y TEODORA , en la ven-
Del buen suceso. Vuestra grande alevosía
tana; VALERIO, delante de la quinta.
Que á saberlo, yo hiciera
DUQUESA.
DUQUESA. Es razón Que los dos fuérades guardas,
Y que sea el galard(m Con las picas y alabardas,
¡Ah señor caballero! De alguna infame ramera.
Mayor (pie tú lo codicias.
VALERIO. Vé, ValCTÍo, en hora buena :
Volved á quien os envía
¿ Soy en algo El cielo aumente tu bien. Que os haré cortar las piernas.
A vuestra señoría de provecho?
VALERIO. CONDE.
DUQUESA. Los cíelos Celia , , te den Tú Señora, ¿no gobiernas
,

Que me esperéis os ruego, si algo valgo, Mas gloria que al Conde pena. ( Vaso.) Esta casa?
, , ,; , , ,,;, , , ! ;
, ; , : ;; ;

EL MOLINO. 51
DUQUESA. DUQUESA. CONDE.
Si ;
que es niia. Sí no lo fuera No tengáis tanto por Dios , ;

Fuera burla mi pasión. Pues está hablando con vos


CONDE.
Ahora le llevan preso El Conde.
;.Cónio á cualquiera que viene,
Un escuadrón de soldados. DUQUESA.
Con tanta curiosidad, ¿El Conde?
de ciudad CONDE.
Como á puerta
Le examinan lo que tiene O van todos engañados CONDE.
Que las manos me lian metido O tengo perdido el seso. Sí.

En las alforjas y el pedio? DUQUESA. DUQUESA.


El Principe ¿qiié te ha hecho Yo le vi con estos ojos, Quedo,
Mientras que no es tu marulo? i Y le he llorado con ellos. Próspero, no le alborotes.
DUQUESA. CONDE. ¿Eres tú?
CONDE.
I

No dice mal el villano.


No pues son tan bellos,
les deis,
ARSELO. Por tan poca causa enojos •,
Yo soy, mi bien.

Que el Conde es buen caballero, Paso mira que no estén


:
De haber examinado
le
Y sabrá volver por si. Los neblis sin capirotes.
Él miente; que no ha llegado
A su ropa nuestra mano. DUQUESA. DUQUESA.
Y pues sabes la intención ay de mi Si yono te abrazo y toco,
Estando preso , ¡

Con que esta puerta guardamos De .'iu salud desespero Nohe de creer que tú eres.
No te espantes que tengamos Y si cual tigre no he sido CONDE.
Con todos cuenta y razón ; En saliendo de su cueva Abrázame, no te alteres.
Que el Principe no pretende Cuando el cazador le lleva ¿Qué temes?
Enojarte, mas honraite.
El hijo recien nacido, DUQUESA.
Buscando en aquesta parte F]s que el Rey y mi aliciou Espera un poco.
Quien te deshonra y ofende.
Me han dado palabra y fe CONDE.
Que es el Conde ; qué podría
Que á Próspero gozaré.
Con este mismo villano ¿Qué tienes?
Aunque viviese en prisión. DUQUESA.
Escribirte de su mano.
CONDE. Fuíte á abrazar,
CONDE.
El OS debe de pagar Y dióme imaginación
Mejor diréis de la mia.
Ese amor y justo oficio Que no eres tú.
En eso debe de estar. Y del vuestro es gran indicio CONDE.
DUQUESA. Poneros conmigo á halilar;
¿Qué razón.
Si esoandáis por inquirir. Que al fin , por tratar del Conde
Desde luego os podréis ir Me habéis tratado en expreso Mi bien , te obliga á dudar?
Que no tenéis que buscar. De que le han llevado preso DUQUESA.
GALO. Y que una cárcel lo esconde ¿Es tu rostro ese que veo?
¿Cómo así? Y no despreciáis mi traje. CONDE.
DUQUESA. Lleno de harina y pobreza. Aunque con máscara vengo
Porque no há una hora DUQUESA. De la harina que tengo,
Que ha pasado por aquí Tratar del Conde es riqueza Próspero soy.
Preso. Para mí , de gran linaje. DUQUESA.
CONDE. CONDE. Yo
lo creo
¿Preso? Mi alma se determina
¿Es acaso vuestro esposo.
DUQUESA.
Que habláis como su mujer?
A darte dos mil abrazos.
Yo le vi. CONDE.
DUQUESA. "

CONDE. No aprietes tanto los brazos


Eslo el Conde, y lo ha de ser,
¿El Conde preso, Señora? Que te pegarás la harina.
A pesar de un envidioso.
ARSELO. DUQUESA.
CONDE.
Vamos de aquí, ¿qué aguardamos? ¿Qué que no te aprieto,
traes,
¿Quiénes?
A pedir albricias clesto. Por nmclio que lo procuro?
DUQUESA.
GALO. CONDE.
El Príncipe, y tiene
Dichoso elque se le ha puesto Envidia del Conde, y grande. Traigo ya el pecho mas duro
En las manos vivo. De ver que el Conde me mande Que esta cubierto de un pelo.
ARSELO. Y que él á servirme viene. DUQUESA.
Vamos. CONDE. Bien has hecho. Pero dime,
{Ya)ise Arselo y Galo.) ¿Queréis que le mate yo. ¿Quién es el que va en prisión?
Que tengo en casa guardada CONDE.
ESCENA XIII. De vuestro conde una es[)ada? Engaños Señora son
, ,

' DUQUESA. De ese rey que nadie estima,


EL CONDE, LA DUQUESA, TEODOP.A. Que por darte pesadumbre
¿Quién ó cómo te la dio?
Ha trazado aqueste enredo.
CONDE.
CONDE. DUQUESA.
Estando yo en mi molino,
¡.Dijistelo por burlarte ¿Adonde estás?
Pasó huyendo á pié y cansado
liso de ser preso el Conde? CONDE.
Que el caballo había dejado
¿Conocístelo? Donde puedo
Medio muerto en el camino.
DUQUESA. Ver desde lumbre.
lejos tu
Y por un vestido así
Sí.
Espada y capa me dio Cual otro Leandro, estoy
CONDE. Y a(¡uelfa noche durmió Desde el suelo contemplando
¿Dónde? Conmigo. La torre que está alumbrando
DUQUESA. El sol, cuya cera soy.
DUQUESA.
¿Contigo? Por estar en lo que es tuyo.
)esta casa y de otra parte. Que al fin estoy en sagrado.
CONDE. Tu molino me ha guardado
CONDE.
^ormie le tengo afición Sí. Que soy molinero suyo.
iUe di si fué verdadera DUQUESA. Él que le arrienda me tiene
pu prisión. Grande os el dolor del miedo. Por su mozo en este traje.
, ,,;
,;, ;;; ; : ! , . , ; , : ; ;; ,;,!,

CO>IEDL\S ESCOGID.\S DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


TEODOnA. PTífNCU'E.

¡Que á tanto ol amor te abaje ¡


Av de mi , Sefuu' , «jue viene Temo . Valerio... {Ap. ú él.]

CONDF. El Principe! vALEUio. (Ap. al Principe.)


buena CONDE. Porlia.
¿No es iniUistria?
DCOl'ESA.
Ya no tiene
. PRÍNCIPE.
Otro remedio, Señtn-a. Ea dame acjuesos brazos.
Sol ene. ,

Mas no me conocerá
¿Cómo mi bien , has sufíitlú {Sale el Conde y púnese en medio.)
Pues vos no me conocistes.
.
,

Trabajo t;m ordinario? CONDE.


CONDE. Nunca fallan embarazos.
Poderoso fué el contrario ESCENA XIV. ¿Qué digo? Ah Señora mia ¡ ,

Pero el amor le lia vencido. PRÍNCIPE.


Y es nmlinertt el amor EL PRÍNCIPE, VALERIO.— Píenos.
;
¿Quién es este?
Que también dentro del pedio
PniNCIPE. DUQUESA.
l'n molino tiene hecho
Para moler mi dolor. Alegre mis ojos I ¡-isles Un molinero
La pit'dra del iionsamiento El solque me alumbra ya. De casa. — ¿Qué quieres? di.
a^ua de mis ojos.
(.011 el No os Celia hermosa
alteréis ,
PRÍNCIPE.
Moliendo tripi de enojos. Puesto que me aborrezcáis. ¿Qué puede quererte á ti?
Hace harina de tormento, TEODORA. CONDE.
he aiinesla se cuece el pan Ah molinero! ¿No os vais?
¡
,
Mas que vos prelentlo y quiero.
Del dolor que me suslenla ;
¿l-'állaosalgo?
Que cuando mas me alimenta CONDE.
VALERIO.
Ks cuando menos me dan. ¡Qué rústico es el villano!
Cierta cosa.
Y olreciéndose ocasión CONDE.
Vine á verle, y me atreví TEODORA.
Cuando en el macho subia,
Porque estaba ya sin ti , Pues despachadla y partios. ,
Me vino á laíantasía
Sin tuerzas el corazón, {Vase el Conde, y vuelve par n escu- Mi amo.
l'n mes ha que no te veo ; char desde la puerta.) DUQUESA.
\ los dias que lia durado. PRÍNCIPE. ¿Quien?
Treinta mil años ha estado
Kn un intierno el deseo. Guerra piden vuestros ojos; CONDE.
Pero al lin con la esperanza
.
Pues me miran con enojos, Leridano,
De verte. Señora aquí ,
Ilabrán de llorar los mios. Que me mandó que os dijese
\ el estar cerca de ti ¿Por ventura es la ocasión Lo (jue denanles no pude.
Puse á mi dolor templanza. La prisión del Conde? Porque el molino no mude
¿Has sentido mis trabajos? DUQUESA, Si acaso el rio creciese
DIQLESA. Y tanto. Y es que mandéis reformar
Cuando es tan justo el tormento. Que no me acaba el llanto,
si La presa, que el agua bale
Morir presto el sentimiento Piedra he vuelto el corazón. Que el rio al primer combate
PRÍNCIPE. Se ha querido llevar.
la
Ks de pensamientos bajos.
Esté íirme, y no sea
mas
Helos llorado y sentido Pues preso , ¿qué honor os quita?
Causa que pierda el molino.
Pero ya ligeros son, DUQUESA. Porque al segundo camino
Ihies que tu ausencia y prisión
Ver lo que el mundo dirá. Mas lirme que antes la vea.
Ha sido todo linyido.
PRÍNCIPE. {Áp.) Y dice que le escribáis
Mas di . ¿qué tengo de hacer?
¿Que así engañándome está? Las hanegas y la cuenta
¿Iréme contigo agora?
Del trigo que acá se asienta
CONDE. A mas cólera me incita.
Porqué res|)uesta tengáis
VALERIO. {Ap. al Príncipe.)
No por tu vida, Señora Que él escribirá también
Que será echarme á perder: Di que le quieres matar. Lo que le deben allá. ,

DlQLESA. PRÍNCIPE. DUQUESA.


Pues ¿qué haré? Ya. Celia, acierte ó no acierte, Elmayordomo ¿no está
CONDE. Al Conde daré la muerte. Donde esas cuentas le den?
Disimular, DUQUESA. ¿Cómo me vienen Teodora ,

Y creer que soy el preso Y yo la sabré vengar. Con esas cuentas á mi?
Pues consiste solo en eso TEODORA.
PRÍNCIPE.
Venirte yo á ver y hablar Este villano es así
Mejor podrás estorballa
Y aun seria l)uen engaño Con solo hacer mi gusto. ¿ No le conoces , Señora
?
Que al Hev fueses muy sentida, DUQUESA.
Para pediilemi vida. VALERIO. {Ap. al Principe.)
Hermano pues que así es
Libre de peligro y daño Llega, y quítale el disgusto. ,

Que ya en mi casa no hay gente


Que asi se descuidarán Sola esiá ; intenta abrazalla.
Que os entienda y os contente,
Y yo mil veces vendré PRÍNCIPE.
Donde esos cielos veré.
Y es la cabeza los pies,
Rien sé, mi vida , que estáis Yo, que al fin os he entendiilo,
Que tanta gloria me dan. resiiuesta á cargo U)mo,
Muy enojada conmigo, La
DUQUESA. P(jr(pie yo soy enemigo Haciendo de mayordomo
Es de un ingenio discreto, De un hombre á (juien adoráis. 1:1 olicio no entendido.
Mi Prós[iero , la invención Pero dadme aquestos brazos ; Y asi, digo que digáis
Yo lloraré tu prisión, Que si me hacéis este bien A vuestro amo y mi casero
Y la reiré de secreto. Yo liare (|ue libre os le den Que lo ([ue él quisiere qiiiero,
Iré al Hey, como me adviertes, Donde le deis mil abrazos. Como vos me lo mandáis
A pedir tu libertad, DUQUESA. Y (pie no tenga temor
Y diré [)or la ciudad... Que el rio la |iresa lleve.
Príncipe, ¿qué atrevimiento
Por mas que á romperla iiruebe
:

{El Conde se suspende como que "•'/^


E:s este? Suelta.
ruido.)
Su creeieiit(! y su rigor ;

VALERIO. Que tiene buenos cimientos


¿Qué escuchas? Qué le diviertes? No quieras En la fe de quien la hizo;
CONDE. Que las mujeres mas lieras Y que no sea esiiantadizo
¿Qué' ruido es este , Teodora? Tienen tierno el .sentimiento. De solo sus pensamientos.
, ,; : , ,, , , ;; ;
,! , ;: ; ; , : ! ,

EL MOLINO. 53
Duerma en su cama, seguro Y tener por pasar la dulce gloria [do , DUQUESA. ;

Que la presa lo estará ;


Que es infierno yaen mi, habiendo pasa- Noen balde vTiestronombreesperegrino
Que no es vid que se caerá Que es gloria ver á Celia y es iníierno De polo á polo, y vuestra cortesía
,

Marchita de roble duro ;


Apartarme tan presto de su vista. Digna de un pecho de adoraros diño.
"Que yo por fiadora salgo. ¡Cuan pocofué, Ruünoamigo, el tiempo ¿A quién mejor el tenijilo coiivenia
Andad con Dios, labrador, Que estuve contemplando su belleza! Que á un rey que, de mi auros adornado, 1 1

Y mirad que ese temor RUFl.NO. Rusca la paz, y guerra aliorrecia?


Es mas villano que hidalgo. El ti(>mpo que tuviste no fué poco Preso como ladrón y maltratado ,

En lo que toca á la cuenta Harto lugar tuviste de miralla El Conde, mi marido, en el castillo
Cada dia escribirá, V aun de poder decir tu pensamiento. Con guardas tiene el Principe encerrado.
Si hay buena memoria allá, Y es lo peor que su cruel cuchillo
REY.
Y lo que recibe asienta. Ya dicen que amenaza su garganta
Y con esto andad con Dios.
,
no estuviera allí el Duque, su padre
Si
A vos le pido , Rey , á vos nie humillo.
Aunque en presencia de su padre el Du-
CONDE. REY.
No pude tanto detener los ojos [iiue , [branta.
Vivas mil años, Señora Que no hablase y diese larga cuent;i Las piedras cnanto mas hombres que- ,
,
Con quien te habla y mira aliora. ( Vase.) De lo que dentro el pecho aposentaba Duíjuesa vuestro llanto, y mueve á pena; ,

Que los ojos, Rufino amigo, suelen Y mas con mas razón quien tiene tanta. ,
,

ESCENA XV. Ser lenguas del amor, cuando la lengua Pero decidme una amistad tan buena :

Está atada por miedo ó por el tiempo. Como seria daros libre al Conde
EL PRÍNCIPE, LA DUQUESA, TEO- Y negando mi sangre por la ajena,
DORA VALERIO. ,
ESCENA XVII. ¿Merece galardón?
PRÍNCIPE. DUQUESA.
Él lo dice por los dos.
UN PAJE.— Dichos. Por vos responde
Discreto el villano anduvo. PAJE. El mismo bien que pretendéis hacerme,
TEODORA. (.4/3.) Una dama Señor en una silla
, ,
Y el beneficio al premio corresponde.
Harto bien lo ha despachado. Cubierta toda de bayeta negra REY.
DIOCESA. Aunque y edad no es de viuda,
el traje A quien tan liberal quiere entenderme.
Licenciaaguarda para entrará hablarte. No es necesario declararme tanto
El mayor gusto me ha dado :

Si mandas, entrará. Yo creo (|ue esperáis favorecerme.


Que en mi vida el alma tuvo.
La gente del Duque siento; REY. Vé Rufino al castillo y entre tanto , ,
;

\ UL'stra alteza me jierdone. ¡Ay, Rufino amigo! Que el Principe no sabe lo que intento.
El corazón me dice que esta es Celia Aunque á las guardas todas causeespan-
PRINCIPE. (.4/3. á Valerio.) Al Conde saca libre y al momento [to,
Que me viene á pedir el Conde preso,
Ya Valerio
,

¿Qué haré?
, el sol se pone Por cuya pena viste negro luto. —
A mí y á Celia nos le trae.
,

Di le á esa dama que entre, que bien pue- RUFINO.


ALERio, (Ap. al Principe.) Enriquecer mi alma con su vista. [de Ya parto.
Ten sufrimiento. {Vase el paje.) {Ap. Agora se descubre el fingimiento.)
DUQUESA. Rufino amigo , mucho quiere al Conde. De dar contento al Príncipe me aparto,
¿Mandas, Señor, otra cosa? RUFINO. Solo porque le tengas.
PRÍNCIPE. ¡ Extraño sentimiento es el que hace DUQUESA.
¿Que os vais? REY. Están grande.
{Vanse la Duquesa y Teodora.) ¡Ah Conde venturoso que mereces
, ,
Que ya por los sentidos lo reparto.
VALERIO. Tanta lealtad de tan hermoso pecho! (Vase Rufino.) [de
¿De qué estás cobarde? Un rey te envidia, y por tu humilde es- De hoy mas Señor, tu majestad me man- ,

Ásela el brazo. Trocara el suyo, y venturoso fuera [lado Comoá esclava que compra en estepun-
,

Pues la suma riqueza deste suelo [to,


PRÍNCIPE.
Ya es tarde. Es la beldad que á Celia ha dado el cielo. Pues es razón que con tus hierros ande.
REY.
VALERIO.
¿No es mujer? ESCENA XVin. ¡Ay Celia que me tienes ya difunto
, ,

PRÍNCIPE. LA DUQUESA, de luto.— EL REY,


No te llames esclava, sino reina
Es muy hermosa, De un rey esclavo y de su reino junto.
RUFINO. Para corona tus cabellos peina
Y una divina hermosura
Obliga á tener respeto. DUQUESA. Que en elloscaerá bien, pues es tan justo
Que reine en reinos, quien en almas rei-
VALERIO. Espejo y clara luz resplandeciente
Del antiguo valor de tus abuelos. DUQÜESA. C"^-
Jamás el cobarde afeto
Gozó de la coyuntura. De quien eres divino descendiente Dispuesta estoy. Señor, para tu gusto.
Rey, á quien dieron los eternos cielos Si al Conde me das libre.
PRÍNCIPE. REY.
El alma mas real y generosa
Aquí mal la puede haber. ¿En eso dudas?
Que cubrieron jamás humanos velos
VALERIO. Esta que ves, cual sombra lastimosa DUQUESA.
Poco vales para amor. A tus pies arrojada es ])or su daño
, Mira que das al Príncipe disgusto.
PRÍNCIPE.
Del Conde preso la viuda es[)osa. REY.
Temo á Celia. REY. Así , Duquesa mi remedio acudas,
, á
VALERIO. Tu funesto espectáculo es extraño, Como te trae Rufino libre al Conde.
Anda Señor ,
Señora Celia ¿necesario ha sido
:
DUQUESA.
Que basta que sea mujer. Tan blancas tocas y tan negi'o p;u"io
Háblenme de placer las piedras mudas.
Para vencer un hombre ya rendido
[Vanse.) (Ap. Ah torre fuerte, quemi bien escon-
A la hermosura vuestra á (|uien me alle-
,
¡

Combatida del agua que le baña [de,


)
Aunque sin luto, de dolor vestido? [go, ¿Adonde le hallaré? decid, adonde?
!

Y cuando no estuviera yo tan ciego,


Sala del real palacio. Vuelve Rufino.)
¿Mi rea! palabra no bastara sola (

Para daros al Conde libre luego? RUFINO.


ESCENA XVI.
Si en las necesidades se acrisola ¿liase visto jamás crueldad tamaña?
EL REY, RUFINO. El oro de la fe , y afjueste ejemplo Hase visto rigor como el presente.
Os hace mas romana que española En los cristianos límites de España?
REY. Pedid á mi valorqueoslabre un templo ¡Oh Príncipe cruel! ¿Quién le consiente
i'oquisiera , Rufino , no haber ido Seréis imagen de su altar divino. Al Príncipe tu hijo estas crueldades.
'or no venir tan presto de su casa
Porque os adoren como yo os contemplo. Dignas de scitas é inhumana gente?
L-i. 3

!
, ,! ! ! , ,; ; ; ;!, ! ; , ;

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Mi pensamiento veo perseguirme,
REY. ESCENA XIX.
Rufino?
Y siempre estoy en él mas engolfado
¿Qué es aquesto ,
Do la causa del daño me han echado,
RUFINO.
EL REY, RUFINO.
Y no veo camino f)or do irme.
Las maldades RUFINO. Estámeelbien llamando, y voy huyen-
Del fiero Domiciano y de E/.zeliuo Y huye de mi alma quien yo sigo, [do.
En no aguardar razón está resuelta.
Mas parecen, Señor, antigüedades. Pues meaborrece Celia, á quien yo amo.
REY.
Al Conde ba muerto el Principe. Quiero acabar con mi dolor muriendo;
BEY. i
Que no la detuvieras
Y por darme la muerte cruel castigo,
¡AliPaiflno! RUFINO. No me quiere matar , porque la llamo.
¿Qué me dices? Fuera en vano Con el ausencia peiísaoa
Rl'FlNO. Que va furiosa. Que el dolor se aplacaría:
Que queda el Conde muerto. REY. Por eso me desterraba
REY. ¡Ah hijo inobediente! Mas la memoria porfía,
Abrase un rayo tu enemiga mano. Y pensamiento no acaba.
el
¿Quién ha hecho tan grande desatino?
Yo no sé qué me haga, ó cómo intente Vuelvo, patria y padre, á verte.
RUFINO. Remedio ya para mi mal, Rufino, Pues el pesar y mi suerte
El Principe tu hijo. Y para el alboroto de mi gente. Quiere que á esa mi homicida
REY. RUFINO. Le venga á dejar la vida
¿Es cierto? Para todo. Señor, habrá camino.
En pago de darme muerte.
Ah , si Valerio viniese
RUFINO. Mas oye un poco; que tu hijo viene. ¡

Cierto. Para que de aquella ingrata


REY. Algunas nuevas me diese,
DUQUESA.
Haria, si le viese, un desatino. Y de qué la corte trata
¡Avmi?erademi!¿quéesloqueescuclio?
Ah Valerio si te viese
, ,
Salga mi alma a! corazón abierto. i

ESCENA XX. Que con tí descansaría


REY. Alguna parte del dia.
Tenia ;
que se desmaya. EL PRÍNCIPE.— Dichos. Si en mí puede haber descanso.
RUFINO. Pues con el gusto me canso
PRÍNCIPE. Y me cansa el alegría.
Puede mucho
La fuerza de un dolor. ¿Es verdad mi señor, que tú mandabas
, Porque aqueste fiel criado
Que soltasen al Conde libremente? En mi peregrinación
REY.
REY. Me ha seguido y amparado,
¡Con qué contrarios,
A mis ojos pareces fiero bárbaro Y ha sido el fuei'le bordón
Desesperado amor, batallo y lucho! ¡
,

Que siempre me ha sustentado.


Ah á los reyes necesarios,
hijos Quítate (ie mis ojos, mal nacido,
j ,

incapaz de llamarte hijo mío.


Mas ya siento entre estos robles
Y escándalo mil veces á los reyes Su voz que con ecos dobles
Bienescostosos, malesordiuarios! [yes! Pues mira que te aviso y te prometo ,

Que si estás en la corte y á mis ojos Todos los cóncavos suena.


¡Dichosos los que guardan pobres bue- Oh consuelo de mi pena
Que la muerte que al Conde dar hiciste. ¡
¡Tristes de aquellos que vasallos giiar-
Has de pagar con otra y no con menos
Y ejemplo de siervos nobles!
[dan, ,

Pues tienen mas rigor en otras leyes! Y agradece que luego no lo hago.
Pues el dolor y mi desilicha l;!rdan Yauíos, Rulino ; deja ese cobarde. ESCENA II.

En acabar mi vida, no sospechen PRÍNCIPE.


VALERIO.— EL PRÍNCIPE.
Que mis brazos se encogen y acobardan. Yo cumpliré. Señor, tu mandamiento.
\o buscaré remedios que aprovecheu {Vase el Rey.) VALERIO.
Para morir con esta propia mano, sido en venir pesado?
¿He
Por mas que mis flaquezas lo desechen. ESCENA XXI. PRÍNCIPE.
¿Adonde tiene el Principe tirano
Al Conde muerto , triste mensajero? EL PRÍNCIPE, RUFINO. ¡ Oh Valerio! bien venido
Seas ¿cómo te has tardado?
RUFINO. ;

mas cercano. RUFINO. VALERIO.


En la plaza del fuerte
En una (larte yace el cuerpo entero, Calla Señor ;
, que es cólera de padre. Y, lo que peor ha sido.
\ en otra la cabeza destroncada Mañana estará blando y amoroso. De malas nuevas cargado.
Sobre un tápele negro. No te ausentes, sosiégate. PRÍNCIPE.
DUQUESA. PRÍNCIPE. ¿Malas nuevas?
Ay triste ! Muero.
No puedo. VALERIO.
i

RUFINO.
(Ya se Rufino.) Y harto malas.

Sus ropas la acompañan y la espada Determinado estoy, pues cielo y suelo, PRÍNCIPE.
Que mas horrendo el caso pronostica. Amor, mi padre, Celia y mi Ibrtima ¿Cómo asi?
Son contra mí y procuran mi tormento. VALERIO.
DUQUESA.
De no hacer resistencia ni pedirles Patios y salas
¡Oh príncipe cruel Oh mano airada
!
El daño que me causan todos juntos. De palacio hallé cubiertas
¡Ayalma hermosa! desde el cieloaplica Iréme de la corte, y aun del mundo
mi De postas , que me hizo ciertas
Tiis divinos oidos á llanto.
Donde jamás las nuevas de mi muerte La fama con prestas alas. '

RUFVNO. Puedan venirte, padre, pues la vida.


PRÍNCIPE.
¡Qué gran lealtad tu llanto significa! Dejando á Celia dejoya perdida. ( Vase.)
,

DUQUESA. [tO,
¿De dónde vienen?
VALERIO.
Aunque me cause el verte muerto espan-
Avertevoy,porqueentusangrecnvnelta De Francia.
Mejor pida justicia al cielo santo. ACTO TERCERO. PnÍNClPE.
REY. Serán de poca importancia.
Tenia. Dosque y vista exlei'ior del mulhio. Ya sé las nuevas que son
RUFINO. Pero están del corazón
Espera, Señora.
ESCENA PRIMERA. Una infinita distancia.

REY.
¿Es eso del casamiento,
EL PRÍNCIPE. Que de Francia se decía?
Tenia.
VALERIO.
DUQUESA. El cielo está cansado de sufrirme,
Suelta, Y yo de ir contra él no estoy cansado Y con tanto fundamento.
¡.lusticia, ciclos, deste rey tirano! MÍ ¡ladre, reino y Celia me han dejado, Que mañana antes del dia
{Vase.) Y yo no puedo del los eximirme. Sale el sol de tu contento.
,, ,,
! ;, , , , ,; :
,; , , ! , ,, :

EL MOLINO.
PRINCIPE. CONDE.
CONDE.
¿Qué sol? Haréle de tal manera Bien se os parece en la cara
VALERIO. Que me aborrezca y te quiera Que sois hombre principal.
El de tu mujer,
Y á darte á Laura me obligo.
PRÍNCIPE.
Que tu padre hizo traer MELAMPO. Yo os he visto en otra parte.
Y el de Francia te ha enviado. ¿A Laura?
CONDE. CONDE.
PRÍNCIPE.
Estaría de otro arte.
Pues será sol eclipsado A Laura.
Porque no la pienso ver. MELAMPO. PRÍNCIPE.
No, sino de aquesa suerte.
VALERIO. Esos pies
Pues ¿qué sirve que te apartes Son dignos de aquesta boca. CONDE.
Si han despachado correos Así se espanta la muerte,
CONDE.
Que te busquen por mil partes? Y la vida se reparte.
La mano bastará pues.
PRÍNCIPE. PRÍNCIPE.
it Haz cuenta (jue esos deseos MELAMPO.
Era en cas de la Duquesa.
La mano y el alma.
Nacieron, Valerio, en martes; VALERIO.
Que pues él me desterró CONDE.
De Celia: ¿no la conoces?
Cuando matarme intentó Toca;
No ha de hallarme cuando quiere; Que esa basta que me des. CONDE.
Y el que culpa no tuviere, MELAMPO. Nuesama, por Dios , es esa.
Que se sufra como yo. En fin , ¿que aborrecerás PRÍNCIPE.
VALERIO. A Laura? Y de quien lo dice á voces.
Pues ¿qué ha pecado Madama, CONDE. VALERIO.
Que viene para tu esposa Pienso hacer mas Mas que le piden confiesa.
Y como á esposo te ama? Que si me
la traes aquí
CONDE.
PRÍNCIPE. Haré que te quiera á tí.
¿Sois VOS también su criado?
A Celia tengo por diosa, MELAMPO.
PRÍNCIPE.
A Celia mi "alma llama. Lo que es imposible harás.
Apártate del camino; Mas por verte aborrecella Soy un hombre que le adora
Que sale deste molino En mi presencia, yo voy Y soy un cautivo herrado.
Gente que baja á la presa. A traella. CONDE.
Estos son de la Duquesa : CONDE. ¡ Oxte , puto ! ¿ A mi señora ?
¿Cómo á sus pies no me inclino? Ve por ella.
Vos saldréis descalabrado.
MELAMPO. PRÍNCIPE.
ESCENA lU. Contento y pagado estoy Si tú supieras quién soy.
Solo en que te burles della. {Vase.)
Dirías que lo merezco.
EL CONDE, MELAMPO. —Dichos.
CONDE.
MELAMPO. ESCENA IV. Ya que al diablo os doy
lo sé ; "

Entra en el bosque, Martin Y perdonad ; que os ofrezco


Que aquí me conviene hablarte. EL PRÍNCIPE, VALERIO. — EL CON- Por el enojo en que estoy.
DE distante de ellos.
, PRÍNCIPE.
CONDE.
¿Quién soy?
¿No me dirás á qué fin? PRÍNCIPE. CONDE.
Pues no vienes á esta parte
¿No es ese, Valerio amigo. Sois un engañado.
Sin pensamiento ruin.
El molinero entonado Que os andáis embelesado
MELAMPO. Que, estando Celia conmigo, Por quien jurara \o aquí
Mal mi pasión adivinas, Entró á dalle aquel recado? Que me quiere mas á mí.
Si tal locura imaginas; VALERIO. Lleno de harina y salvado.
Otro es el mal que me atoga
Dése cuento soy testigo. VALERIO.
Y digalo aquesta soga
Y estas robustas encinas. PRÍNCIPE. Todos saben su rigor.
Pues lleguémosle á hablar PRÍNCIPE.
CONDE.
Quizá nos sabrá informar
Dime, ¿qué quieres hacer? ¿Cuánto habrá que allá no fuiste?
estado de mis cosas.
l5el
MELAMPO. CONDE.
CONDE.
Lo que quiero es que le digas De entonces acá Señor, ,
Desas carrascas hojosas
A aquella ingrata mujer, Sola una vez.
Siento las ramas turbar.
Que al fin de'tantas fatigas PRÍNCIPE.
{Ap. Mas ¡ay! ¡Extraño accidente!
Aun no me quiere querer. Tengo al Principe presente Y esa, ¿vistes
Que pues veo que te ha dado ¡Y no me hiela el temor!) Su divino resplandor?
El alma que me ha quitado, CONDE.
Dile que en este cordel PRÍNCIPE.
Dios os guarde labrador. Antes no resplandecía;
Queda Melampo fiel ,

Bien perdido y mal pagado.


Que un luto negro traía
CONDE. Por un conde que murió.
CONDE. Bien venga la buena gente. PRÍNCIPE.
Deja, loco; suelta, necio, ¿Habéis errado el camino,
Mas vivo está que no yo.
i
Por eso quieres hacer Ó acaso tenéis que hacer
Al cielo tanto desprecio, Algo en aqueste molino? CONDE.
Y tras la vida, perder PRÍNCIPE. i
Miren qué bellaquería
La joya de mayor precio PRÍNCIPE.
No venimos á moler.
MELAMPO. ¿Viste acaso á quien hablaba?
CONDE.
Déjala. CONDE.
Bien molidos imagino.
CONDE. Con una carilamida
PRÍNCIPE.
Suéltala , digo. De un principe se quejaba
No lo adivináis muy mal Que quitó á un conde la vida
MELAMPO. Que quien anda y nunca para, Y socarrón le llamaba.
No haces oficio de amigo. Parece molino igual.
al Echábanle maldiciones
; , ;; , , , ; ;
; , , ! , ,
:, ,

r,OMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


filtre las tlo5 a niontonos, CONDE. i
Dos años há que Melampo
Y para aymlal las bii'ii ¿Va no te digo que si? I
Te ha querido sin favor,
Enterneciendo su amor
A tolasilijoyofl»if«; PRÍNCIPE.
j

i}\w (ligo lasoraoionos. I Monte, molinos y campo.


Pues alto, vamos de aqui; Este sí que te merece,
fliiv (luV ttMigo lie ir á vella ]

Que en esa primera aldea Y á quien es justo ipie pagues;


Y liinaüocii-ria harina. Habrá vestido.
i

Pienso hablar a su tloncella Y no acaricies ni halagues


VALERIO. Quien te engaña y aborrece.
Y peililleesta dolrina
Sea asi. Movióme á desengañarte
Para salvarme eon ella; !

Que aunque ya yo esloy salvailo, CONDE. Ver que matarse intentó,


^
No estoy bieii ase^'uratlo Vamos; que yo lo aseguro Y (jue esla soga colgó
Que á té que temblando estoy. Que con el traje, á lo escuro, De una encina por vengarte.
Ño te conozcan. Y asi ha [lodido conmigo
,
pnixciPE. {Ap. á Valerio.)
Tanto su jiena y tormento.
viilasoy. PRÍNCIPE.
Valerio, lie Que le hice juramento
Después de estar enterrado. Y en fin De no verme mas contigo.
VALERIO. ¿Quieres?... Ya , Laura , yo te aborrezco
¿Cómo asi? CONDE. Créeme, y quiere á Melampo,
príncipe. A fe de Martin. En cuyas prendas estampo
Yo fabriqué PRÍNCIPE. Lo (jue yo de ti merezco,
El remedio mas seguro ¿Cierto? Porque no he de hablarte mas.
Que para hablalla tendré, CONDE. LAUaA.
kn traje tosco y escuro Pues que se lo juro... No menos me promelia
Coa eíte villano iré. [Yanse el Principe y Valerio.) La grande desdicha mia
V.\LERI0. Que el galardón que me das.
¿Quiéreste hacer molinero? ESCENA V. No quiero de tí quejarme
Ni dar á entender que siento
PRÍ>C1PE.
EL CONDE. Perder un hombre de viento
Eso mismo hacerme quiero, Que ha confesado dejarme.
Y su lado deste entrar,
a
¿liase visto jamás igual suceso? Quejóme solo de mí
.Adonde la pienso liablar
liase visto desdicha semejante? Que con engaño te amé.
Y decille como muero. Mas no pienses, que ¡lor eso
fortuna, CONDE. (A Melampo.)
VALERIO. A tus desdichas mudaré semblante
¿Qué te parece?
Agrádame la invención. QueenCelianoha dehaber tan poco seso.
MELAMPO.
PRÍNCIPE. Conde.) Que conociendo al Príncipe se espante;
(.1/
Antes entiendo de su raro estilo No sé
Huen hombre, ¿no harás por mi Que le ha de herir, y por el mismo filo. Con qué pagarte.
(Cierta cosa? Solo de aquesto me resulta un daño, LAURA.
COXDE. Y es estorbarme el bien que yo tuviera Ay de mí¡

Si es razón Hablandoá Celia, y en el mismoengaño Martin que mejor dijera


,

Yo os lo ofrezco desde a(¡ui. Que sus brazos toqué la vez [irimera. Martirio del pecho mío.
PRÍNCIPE. ¡Ah tiempo! á tí que loca el desengaño Martillo de hierro frió,

Y yo esta en galardón. De cuanto encubre la mentira llera, Que rompe un alma de cera
El fuego de la fénix presto imita, ¿Posible es que eres tan duro
(Dale una cadena de oro.)
Y aquesta vida muerta resucita. Que divides á los dos.
CONDE. Salga,que es ju.sto, del villano traje Que me dejas?...
¿Es de oro? Quien no nació de sangre de villanos; CONDE.
PRÍNCIPE. Reciba nuevo lustre mi linaje, Sí por Dios.
,

De oro fino. Tocando á Celia sus divinas manos LAURA.


CONDE. No quieras que la esfiada tanto l)aje ¿Cierto?
Por Dios, si yerro el camino. Destos pérfidos bárbaros villanos CONDE.
Que de hierro me la dais Conténtate de ver, sin mereccllo,
Su punta amenazando mi cabello. Pues que se lojuro...
Mas cuando me conozcáis
LAURA.
Me daréis lo que adevino.
PRÍNCIPE.
ESCENA VI. ¿Y que estás determinado?
¿Y que ya no me verás?
Hoy á ver aquesa dama
Entrajede molinero
LAURA MELAMPO. ,
— EL CONDE. CONDE.
Iré Contigo. Ya no pienso hablarle mas;
LAURA. (A Melampo.)
CONDE. Pon en Melampo el cuidado.
¿Aquí dices que (juedó?
¿A nuesama? LAURA.
MELAMPO.
¡Guarda ahuera, al matadero! ¿Eso intentas, mármol duro?
Eso alcahuete se llama. Aquí entre aquestas carrascas
CONDE.
Estuvo oyendo mis bascas,
PRÍNCIPE. No he de escuchar tus enojos
Y sus desengaños yo.
¿Tú no ves que es rectitud LAURA.
Por vida de ciertos ojos.
Hacer á un hombre amistad? LAURA.
Martin ¿qué melancolía
,
CONDE. ¿Cierto?
Es acinesia que le ha dado? CONDE.
Tal OS venga la salud
CONíjE.
Que no es buena candad Pues que se lojuro...
Daros mi pro[>ia virtud. El haberte declarado
Pero por(|ui; estoy seguro El engaño que íingia.
LAURA.
ESCENA VII.
Que callaréis corno un muro .

Id dése traje á mudaros; ¡


¿Qué engaño? LAURA, MELAMPO.
Que yo me ofrezco á llevaros. CONDE.
PRÍNCIPE. I Decir (jue amaba LAURA.
¿Cierto? I
A quien siempre aborrecí. Al fin el cruel se fué.
CONDE. j
LAURA. MELAMPO.
i

Puesqueyo lojuro... \
¿Tú me aborreces á mí? quien te desea,
A(|ui está
PRÍNCIPE. CONDE. I
Laura. ¿Quién habrá que crea
¿Que al fin liarás que la vea? Y contigo me burlaba. I
Tu d^esengaño y mi fe ? ,
;, , ; , , ,; ,,; , :;,!
, : ;;; ; ; , —
;

EL MOLINO.
¿No miras el desconcierto I
Solo en servirte y agradarle fundo Y cuando hacerme fuerza el Rey intente.
Que haces con conmigo.
él y (
Lo que merezco, lo que soy y valgo, Todo es morir, y moriré [irimero.
Pues dejas un cieVlo amigo : Y en que quieras hacerme tu segundo.
Por un enemigo cierto? j
jamás verás que de tu gusto salgo ESCENA X,
¡Por qué, ingrata no me quieres.
,
I
Sin ti no tengo en nada mi persona
Pues que conoces mi amor? Por tí pretendo yo merecer algo. EL PP.ÍNCIPE , úe villano, con un costal
LAURA. ^
Sola es esta humildad la que me abona, al hombro, y EL CO^DE con él. —
que es Y la que puede enriquecer mi gusto.
Mp. Para un lionihre traidor
Si este amor, Celia, se me galardona.
Dichas.
Poco valen las mujeres CONDE.
Un muerto conde no te dé tlisguslo
Mas pues este me dejó.
Pues se te ofrece un rey en lugar suyo No tengáis miedo, Pascual,
No se lia de burlar de mí
Recíbele por él , pues es tan j usto. i

Que se enoje la Duquesa


No se vengue en que ¡lerdi Mi reino, Celia hermosa, será luyo;
Por él lo que no estimó. Que no me quiere tan mal.
Todo ha de estar debajo de tus plantas PRÍNCIPE.
Fingirme quiero contenta I

Aguardándote un sí, callo y concluyo. 1

Y á quien aconseja, amar; I


¡
Oh hi de puta, cómo pesa!
Que con un diestro olvidar I
DUQUESA. ÜÍVezco al diablo el costal.
El mejor come pimienta. iYo conozco. Señor, que me levantas DUQUESA.
El que mas presto olvidó > ¡Del polvo de la tierra á tu grandeza
¿Qué es esto?
Si ve que se le da poco, Y me dispones á grandezas tantas. I

i TEODORA.
Suele volver como loco Mas desto se te sigue la bajeza
De hacer á tu vasallo igual contigo; Los molineros.
A querer lo que dejó.) I

Melampo ya yo deseo Loque es para mi alma gran tristeza. DUQUESA.


, j

Dar remedio á tu pasión, Con todo esto, no replico y digo '


¿Era ya tiempo de veros?
Porque tu mucha aücion Cosa en contrario; mas decirte quiero CONDE.
Lo merece, cual lo veo. Lo trates con mi padre, y no conmigo; I

Deténgase su mercé
Habrá dos dias ó tres Porque en aquestos términos espero
¿Nove que la ensuciaré
Que mi padre me hablaba Alegrarme, vestirme y componerme.
Con los nuevos compañeros?
De que casarme trataba REY.
Como ya tan viejo es; i DUQUESA.
Vivo en tus ojos, en lu ausencia muero
Y de Martin y de ti Pues, Martin, ¿acompañado?
Aunque no quieras, Celia, socorrerme;
Me dijo que yo escogiese Y pues que la venida de mi nuera CONDE.
El que mas gusto me diese;
Será muy presto, por venir á verme. No podido estorbar.
lo lie
Pero no le he dado el si. Por mas que lo he procurado.
Yo parto á recibilla y bien quisiera;
Vé á mi padre, y di que quiero Que se hiciese la boda con contento. DUQUESA.
Que tú .seas mi "marido Dios sabe si por tí mejor la hiciera.
Pues lo tiene merecido Ya no te quiero abrazar.
En ti, Celia, estará mi pensamiento.
j

Tu fe y amor verdadero. En tí vivo y por tí : dame licencia


CONDE.
Cree que tu bien procuro, Pues que ya sabes lo que euparlirsiento. Por vos, Pascual, se ha enojado.
Y el remedio de los dos. PRÍNCIPE.
TEODORA. (i4;?.)
MELAMPO. ¡Hola, Martin!
;Es de veras?
Y lo que ella aborrece tu presencia
CONDE.
LADRA.
Lo sabe también Dios, y no lo sabes ;
Que al lin amor añade y quita ciencia.
,
¿Qué me quieres?
Si , por Dios.
Ya tiene de su pecho otro las llaves : PRÍNCIPE. {Ap. al Conde.)
MELAMPO. No hallarás entrada. Que pues que su amigo eres
¿Cierto? Te allegues cerca, y le digas
REY.
LAURA. Quien soy.
¡Celia mia!
Pues que se lo juro... CONDE.
TEODORA. (A;j.)
MELAMPO. A mucho me obligas
Esfuerzo te dé amor para que acabes.
Dame, mi bien, esa mano Empero no desesperes
Mientras mas se calienta , mas se enfria,
Por prendas de aqueste bien. Que yo llegaré en secreto,
Y apartarse de verla apenas osa, diíé que eres un hombre
LAURA. Y ella verle presente no querría. Y
La mano y brazos también.
Que la adora ; y en efeto
REY. Servirá saBer tu nombre.
MELAMPO. ¡ Ay Celia de mi alma! Ay Celia hermosa PRÍNCIPE.
Amor, reviento de ufano. (\ase.)
Que lo sabe te prometo.
LAURA. ESCENA i5. iVro habíala después:
Mi palabra te aseguro Dile que el Principe es,
Que he de gozarle algún día. LA DUQUESA, TEODORA. Y que la quiere hablar.
CONDE.
¿Júraslo? DUQUESA.
Pues mira deste lu*^ar
LAURA. ¿Hay, Teodora , desdicha como aquesta? p¡enses'mudar los pies
jy-^
;

Por vida mia. TEODORA. Que yo llegaré por tí.


MELAMPO. Estoy, Señora , helada y temerosa. Y tu nombre le diré.

¿Cierto? Veo ia voluntad del Rey dispuesta PRÍNCIPE.


LAURA. Y veo al Conde que por ti padece, No me moveré de aquí
Pues que se lo juro.. Y que dejalle es cosa maniíiesla. Hecho una piedra estaré.
(Fflrtse.) DUQUESA. CONDE.
Antes el sol que agora resplandece.
, Aguárdate, y fia de mí
Se cierre con la noche y en lo bajo ,
Que iiaiiiciuVjor desea
Del suelo aquella estrella que amanece; Que hiKMio el .suceso sea
Sala en la quinta de Celia.
Y en formas nuevas con igual trabajo. Destas cosas en que andamos.
ESCENA VIII. Fortuna avara mudará las cosas, [Tajo, Pues, nuesama, ¿cómo estamos?
Mezclando al Ebro el Duero, el Nilo al
DUQUESA. (Ap. al Conde.)
EL REY, LA DUQUESA TEODORA. , Que el Conde y sus pasiones amorosas
Se borren de mi alma eternamente, Mi conde , ¿ quién esto crea ?
A pesar de sus manos rigurosas. Dime , ¿no es este traidor
Si, como aquí te ofrezco el alma mia Porque el perfecto amor no me consiente El Principe?
Mi reino y mi corona, todo el mundo Queá nadiequiera, pues al Conde quie- CONDE.
Darle pudiera, es cierto que lo baria. [10 Si, Señora,
! ;,, ! ;
, , ,, ; ; ; , ; ,

3S COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Va saltéis que os tiene amor. Loco Principe, y debida CONDE.
DrQVESA. A una dama recogida Par Dios Pascual yo no veo
.
,

Esta invención vergonzosa? Remedio, si ella os desama.


¿Qué es esto, Próspero, agora?
Si a(|ui fueras conocido, PRÍNCIPE.
COSDE. ¿Iludieras darme la fama I

Ni lo tendrá mi deseo.
Habla bajo y sin temor Que en este tiempo he i>erdido,
!

Que este traidor me ha buscado Mientras que no soy tu dama,


Para venir disfrazado. M tu mi propio marido?
ESCENA XI.
Viéndome aqui el otro dia Dt^ja ya las mocedades ;
Sábelo Dios, Celia mia
LERIDANO.— Dichos.
¡ Que si va á decir verdades,
Si yo lo tendió llorado Eres mas loco (jue cuerdo. LERIDANO.
Pero al lin , no ihuhIo mas PRÍNCIPE. Rien dirá agora nuesama
Y le ü-aigo á que to bable.
Cuando ves que el seso pierdo, Que vengo por jubileo.
DlOL'fSA.
¿Con razón me persuades? CONDE.
¡Quién lo creyera jamás So conozco que estoy loco,
C0>DF. ¡ Ah nuesamo! ¿Que acá estáis?
Y que nace esta ocasión
Es mi fortuna mudable. De solo tenerme en poco LERIDANO.
DIQIESA. Que priva de la razón Dadme Señora , , esos pies.

Dime mi bien ¿cómo estás?


,
La pena á que me provoco. DUQUESA.
,
¿Qué esperas del Conde muerto? Casero, con bien vengáis,
CONDE.
¿Tú no ves que es desconcierto AuiKjUíí ya se pasa un mes
En viéndote, bueno y sano. Amarle con tal pasión? Que en esta casa no entráis.
PRÍNCIPE. (Ap.) ¿Ks de piedra el corazón? ¿Cómo está el molino?
¡Oh lo que tarda el villano! ¿Tienes diamante encubierto?
LERIDANO.
Va la tierra le aprisiona :
DlQlESA. Bueno
¿De qué sirve voces dalle,
Yo estoy sin verte perdida.
¡Nimaltratar tu persona? Que siempre besa sus manos.
CONDE. ¿Piensas de resucitalle Casa , huerta y jardín lleno
Ponte delante , mi vida Como hace la leona? De mil alhelíes tempranos.
Y toraaréte la mano, h Piensa Celia , que jamás
,
Con todo su campo ameno ;
Le verás vivo. Mil almendros florecidos,
DUQUESA.
DUQUESA.
Con los i)impollos cubiertos.
Vesla aqui.
De blanco y nácar vestidos.
CONDE. No estás Tienen los ramos abiertos
Desalía quiero. En eso engañado poco Que penetran los sentidos.
PRÍNCIPE. (.l;j.) Yo le veo vivo y toco, Vayase su señoría
Y pienso gozarle mas Por allá si gusta, un dia
;Lo que tarda el molinero f ,

Que dentro de mi sentido, Que la habernos menester.


DUQUESA. Para gozalle en el cielo,
Con contento de verte
DUQUESA.
el Tengo á Próspero esculpido.
Se me olvida de mi muerte. ¿Hay en qué haceros placer?
PRÍNCIPE.
PRÍNCIPE. (.4;;.)
LERIDANO.
¡Oh pecho de fuego y hielo,
Ya de esperar desespero. Desposo una hija mia.
Y de un iiero áspid ceñido!
CONDE. ¿Muerto el Conde, me aborreces? DUQUESA.
¿Cómo es esto? DUQUESA. ¿A Laura?
DUQUESA. LERIDANO.
Y tanto te desvaneces.
A Laura, Señora.
Que estoy loca Que aun vivo se representa
De ver que el Rey quiere hacer Y me está tomando cuenta DUQUESA.
f Tanto el amor le provoca) ¿Y con quién?
Del hablarte tantas veces.
Suya propia tu mujer. Presente le tengo , digo. LERIDANO.
CONDE. Con un garzón
CONDE.
¿Eso tomas en la boca? Quehá dos años que la adora.
Príncipe , ya ¿no te cansas?
DUQUESA. DUQUESA.
PRÍNCIPE.
En esta locura ha dado ; Digo que es justa razón.
Pero no te dé cuidado Por arduo camino sigo. !\i;idr¡na soy desde agora.
Que el Rey haga , aunque mas valga Muerl(!, ¿(¡ue no me descansas Mañana voy al molino,
Que el Conde í|ue adoro salga Dcste dolor enemigo? Tened bien puesta la huerta.
Del pecho que le ha guardado. CONDE. LERIDANO.
CONDE. Ea , señora nuesama Ella con su olor divino
Eso creo yo muy bien Sed menos brava |)ür Dios, Hasta las llores despierta,
De tu amor. Y amad un hombre que os ama. Y las tiende en el camino.
DUQUESA. DUQUESA. DUQUESA.
Y' desden
del
¿Y sabéis, villano, vos. ¿Irás conmigo, Teodora?
Que le muestro á causa tuya. Si le conviene á mi fama? TEODORA.
CONDE. ¿Podéis vos darme licencia. Será muy cierto. Señora ;
Esto, mi bien,
se concluya, Si casada me procura
Es mi propio beneficio.
Por este traidor también.' Otro marido en presencia?
LERIDANO.
DUQUESA. CONDE.
Hágame aqueste servicio.
En fin ,
¿le be de hablar aqui? ¿Soy yo papá por ventura?
CONDE.
CONDE. ¿No es aquesa impertinencia?
Contento estaréis agora.
Conviene, Señora así. ,
— DUQUESA.
LERIDANO.
Llegad Pascual ; que por Dios,
,
¿Pareceos que tal ha sido
Que he negofiado por vos Querer al primer marido? ¿Quién es aqueste zagal?
Lo que no hiciera jior mi. PRÍNCIPE. CONDE.
PRINCIPE. Si es muerto aguardad que venga.
, Un amigo de mi tierra.
¿Conócesme, Celia hermosa? DUQUESA. LERIDANO.
DUQUESA. No se os dé nada que tenga En aquesta ocasión tal,
¿Parécete justa cosa, Mi amor trocado el vestido. Martin, el odio destíerra.
, , , ,; ,, ! , ; ; ;; ; ,;

EL MOLINO. od
Si á Laura no quieres mal, En todo os hizo peregrina el cielo. RUFINO.
Romper tienes ios zapatos. ¿Como ha venido la Princesa, Alberto? ¿Cuándo viene la Duquesa?
C0>DE. ALBERTO. CONDE.
Todos Bailamos á ratos El mar le hizo, Señor, algunos dias Por esa senda atraviesa.
V mas con esta madrina. El mal alojamiento que ella suele ;
RUFINO.
LERIDA>0. Mas, gloria al cielo, no fué nada todo.
Madrina tenéis de fama.
¿Diste cuenta de la harina? REY.
PRÍNCIPE. (.4/;.)
CO.NDE. Espantada estaréis, .Madama hermosa.
Este es Rufino, criado
Servid á viejos ingratos.
Que el Princi|)e no salga á recibiros
Del Rey: quiérome esconder.
Mas pensando que fuera la venida
LERIDANO. RUFINO.
Por tierra por la posta fué á buscaros.
,

¿Has llevado las carretas? Mas dentro de dos dias tendrá aviso, ¿Cuándo la Boda ha de ser?
CONDE. Y dará vuelta con deseo y gana
,
CONDE.
Bien nos podemos volver; De recibir aquesos dulces brazos. Agora está concertado.
Bien lo hacen las muletas. PRINCESA.
RUFINO.
lerida.no. Pésame á mí que mi señor el Principe
A hahlar la Duquesa voy :
¡Gran Boda! Sin causa haya tomado este trabajo
Quedad con Dios.
CONDE. Mas bien se vengará de nuestra burla
Con el deseo y gana de esperallo. CONDE.
Pienso romper
Seis pares de castañetas. {Habrá ruido dentro diciendo : Para Él os guarde.
,

(Yanse.) para.) {Vase Rufino.)


REY.
¿Qué gente es esta que camina al bosque,
ESCENA XV.
Vista citerior del molino. Rutino amigo ?
EL PRt.NCIPE, EL CO.NDE.
RUFINO.
ESCENA XII. Aquestos son criados CONDE.
De la duquesa Celia, que esta tarde ¿De qué estuviste cobarde?
LA PRINCES.\, ALBERTO, acom- Se ha venido á aquestas caserías
PAN.AMIENTO. .\ ser madrina de una boda rústica
PRÍNCIPE.
De una hija de aqueste molinero. De que este sabe quien soy.
ALBERTO. Oye.
REY.
¿Qué OS parece. Madama, desta tierra? CONDE.
Y' capaz aquesta casa
di, ¿será
¿No os da contento su agradable vista ¿Qué quieres?
Las plantas della fértiles y bellas Esta noche de tan honrados huéspedes?
PRÍNCIPE.
Tanta diversidad de fruta y árboles? RUFINO.
Martin
¿No os admiráis de ver taiita grandeza? Y'a entiendo al blanco, gran Señor, queti-
¿Adonde viene esa gente
PRINCESA. Y digo {[ue la casa basta y sobra [ras,
Del Rey?
Todas las cosas de la noble España A aposentar doblada gente en ella.
CONDE.
Me agradan por extremo que no es poco
;
REY. Si pasa la puente,
Para quien deja en Francia su regalo, Pues huésped tiene la Duquesa,
alto; Irá de Celia al jardín.
Sus padres , sus abuelos y parientes. Y esa boda mejora de padrino. PRÍNCIPE.
ALBERTO. Haz que nos traigan de la corte presto
Dices la verdad, por Dios
Huelgo que bien os haya parecido Lo necesario para aquesta noche.
Porque con otras tiestas mas solemnes Que el Rey y su nuera vau
Pues es forzoso que viváis en ella. A la huerta.
PRINCESA.
Madama Flor de Lis entre en mi corte.
CONDE.
En extremo Señor estoy confusa RUFINO.
, , Y dormirán
De ver que hasta la corte hemos llegado, Apercibida tienes la carroza ; Esta noche allí los dos
Sin que nadie nos haya recibido Venga tu majestad. Que aquí se ha de ver su intento.
Ni el Principe. No sé cuál sea la causa. REY.
PRÍNCIPE.
ALBERTO. Venid, Princesa,
Huélgome ; que disfrazado
No os cause aquesto, Flor de Lis, disgus- Donde descansaréis aquesta noche, Veré hi nuijei' que han dado
Que ha sido la venida de secreto [to;
Y mañana dará lugar el dia Al Principe en casamiento.
,

Y puede ser que no lo haya sabido Para puder serviros con contento.
CONDE.
Si ya no fuese caso que ocupado ( Vanse y queda Rufino solu.) ,

Esté en cosa que importe y que no pue- Es buena imaginación


, RUFINO.
La causa resabrá bien presto Hola, [da. Extraño es el pensamiento Esa (jue el Principe tiene.
Marcha á la corte. .. Mas ¿ qué gente es es- Del Rey en quedarse aquí PRÍNCIPE.
[ta? Pero está lejos de sí, Martin, la Duquesa viene.
ESCENA XIII. Y cerca de su tormento. CONDE.
Por gozar á la Duquesa Ella y Leridano son.
EL REY, RUFINO.— Dichos. Sin quien no puede vivir.
Quiere en el campo dormir
REY, Con la madama francesa.
ESCENA XVI.
Haced que lleguen luego esa carroza
LA DUQUESA LERIDANO. —Dichos.
,

Para que á la ciudad volvamos juntos. ESCENA XIV.


PRINCESA. DUQUESA.
Déme tu majestad EL PRÍNt^JPE Y EL CONDE , de labra-
tus pies. ¿Que en esta huerta se entró
dores.— IWFl^O. Sin licencia el Rey?
REY.
Mis brazos PRÍNCIPE. LERIDANO.
Os daré, mi Madama, con gran gusto, Y quiero
Grande alboroto he sentido,
Ymihijotaml)ien. Martin, hacia nuestra casa Dormir en ella.
PRINCESA. Dicen que la infanta pasa DUQUESA.
Esclavavuestra; [cia, Que desde Francia ha venido. Si fuere
Quevengo como en prendas dosde Fran- RUFINO. Mi gusto y lo quiero yo.
De la amistad que el Rey mi i»adre os de-
¡ Ah molineros LERIDANO.
REY. [be. CONDE. El huésped. Señora es tal. ,

La discreción á la hermosura iguala. ¿Quién llama? Que obliga á darle la huerta.


, ,, , ,;, ; ; :: , , ! ;

40 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPID.


DrOUESA. PRÍNCIPE. (Ap.) Huerta del molino.

¿Quién es el que está á la puerta? No esfea la IVnncesilIa


LERin.VM). Obliga á tencllo amor. ESCENA XIX.
Martin, Sefiora, y Pascual. DUQUESA. LA DUQUESA embozada y vestida alo
,

DIQIESA. Es esa merced , Señor, villano; LERIDANO los desposa- ?/


Para el mejor de Castilla. dos EL CONDE con
alguna gente,
Pues, Martin, ¿y todavía //
Y el ser padrino conmigo
Sois de Pascual "compañero?
Donde la Princesa está y salen cantando los del molino ; EL
CONDE. Injusta cosa será; REY, LA PRINCESA, EL PRÍNCIPE.
Después que soy molinero. Solo á serviros me obligo.
[Cantan.)
Me muele de nocbe y dia. Ella será la madrina
Esta novia se lleva la flor.
DUQUESA. Con vos , y yo os serviré.
Que las otras no.
Pues sois molinero, amor, REY. Ih'udiga Dios el molino
Y sois moledor. En nada contradiré Que tales novias sustenta;
PRÍNCIPE. Lo que Celia determina. Muela su harina sin cuenta
Yo creo PRINCESA. A costa de tal padrino.
Que fe A que dichosos fueron Estas muelen de lo fino
muele mi deseo, fe
Y endurece mi Los señores desposados; Del trigo , que muele amor;
dolor.
Que padrinos tan honrados Que las otras no.
DUOUESA. REY.
Pocos reyes los tuvieron.
¿No puede hacerse la boda Muy bueno es esto por Dios
Sin Pascual señor Martin? DUQUESA. ¡

¡(ieiitil agüero y fortuna!


,

Mi señor el Rey ha sido


CONDE. ¿Esta novia no era una?
Es un grande De quien yo recibo honor. ¿Cómo agora vienen dos?
bailarín
Viene á revolvella tuda. PRÍNCIPE. (Ap.)
LERIDANO.
DUQUESA.
Cobrándole voy amor.
Eran almendras partidas
Harto bien me ha parecido.
Si él la piensa revolver, Las ([ue estas huertas criaban
Üentio habrá quien le castigue. REY. Que en una cascara estaban
PRÍNCIPE.
Duquesa , haced que veamos Dos desposadas metidas.
Los novios y trataremos Melampo y Martin se casan
Va no hay cosa que me obligue ,

De que aquí los desposemos Con las dos que .son mis hijas,
A dejarte de querer.
Mas pues ya soy molinero, Y buen agüero tengamos Pues honras y regocijas
Y no ablando jamás,
te
Que esta su boda lo es La boda.
Moler tenj^'o hasta no mas
De alguna que hacer esi)ero. REY.
Aquese pecho de acero; DUQUESA. ¡Qué cosas pasan!
Que por mas que piedra seas ÍAp. Acá se siente el agüero Este villano es discreto,
Es molino de diamante •ara tu gusto al revés.) Y viendo que soy padrino.
La tirmeza de un amante Pues alto, casero amigo, No halla mozo en el molino
A quien la muerte deseas. Y vos, Martin, allá entremos, Que no le case en efeto.
DUQUESA. Y los novios sacaremos LERIDANO.
Para que vengan conmigo ; En fin Señor, ¿que gustáis
,
también,
Si tú la diste
¿yué mucho quererte mal ?
Y mirad que habéis de hacer Que se hagan estas bodas
Cierto negocio por mí. Con gran alegría todas?
PRÍNCIPE.
LERIDANO. REY.
Moler tengo pedi'inal
Haré, Señora, por tí
Y otras muchas que traigáis.
Con agua de tu desden.
Cualquier cosa. MELAMPO.
LERIDANO.
DUQUESA. ¿Vuestra palabra real
El Rey viene.
Así ha de ser. Obligais,justo ó injusto.
PRÍNCIPE.
Aquí me aparto; (Vanse todos, menos el Principe.) De no recibir disgusto?
Que quiero ver REY.
la Princesa. (Apártase.)
ESCENA XVIII. En mi vida he visto tal.

ESCENA XVII. Digo que sí.

PRÍNCIPE. (Ap.) LERIDANO.


EL LA PRINCESA.— EL PRÍNCI-
P.EY, Esto es hecho.
PE LA DUQUESA, EL CONDE y LE-
,
Considero tan sin pena Venga un clérigo que os case.
RllJANO. A aquesta hermosa dama, REY.
Que con gran razón se llama Mirad si hay alguien que pase;
REY. Flor de lirio y azucena.
Que le casaréis sospecho.
Aquí si qu(í mis cuidados
Quiero tanto á la Duquesa, Pero llamadme primero
Que á recibilla me parlo.
Y amorosos (Icsatiiios La Duquesa; que sin ella
Por tan honrados caminos
DUQUESA. No es bien hacerlo.
Serán mas bien empleados.
LERIDANO.
Deso ^Tieslros pies supremos ¡Mal haya el tiempo que amé
Y á vos, señora Madama : Por ella
La ingrata que me aborrece!
Por mi vida que sois dama , Mujer sin fe no merece Voy como un viento ligero.
De peregrinos extremos. Que nadie la tenga fe. {Destápase la Duquesa.)
PRINCESA. Princesa del alma sola REY.
Este es el Príncipe , este es ¿Qué que mis ojos ven?
Soy yo muy vuestra criada. es lo
Serás ahora y después
REY. DUQUESA.
Mi princesa y española.
A lo menos no diréis Aquí estoy arrepentido A Celia con su marido.
Que en esto no me debéis Del tiem()0 f|ue me engañó Rey, la palabra te judo.
Quedar, Duquesa, obligada No llores mi ausencia, no REY.
Pues que vengo á .ser padrino Que aqui tienes tu marido. (Vase.) ¿Eslees el Conde?
Sabiendo que sois madrina. DUQUESA.
DUQUESA. También.
De merced tan perf^'rina CONDE.
Hallo mi valor indino. El conde Próspero soy
, , ; , ! ; ! ;

EL MOLINO. 41
Que humilde estoy á tus pies; De mujer que tiene amor. MELAMPO.
Que vida ó muerte me d»ís, En mi macho me
REY. lo fui.
Humilde á tus pies estoy. De comer. Señor, procuro.
En este traje he vivido, Paciencia: engañado he sido.
Todos os habéis casado. Que es la perfeta hidalguía.
Huyendo el tiero rigor
Del Principe mi señor, Gozad vuestra mocedad REY.
A quien también perdón pido. Que bien veo que mi edad Renta os doy desde este dia.
Se excusa dése cuidado.
REY. MELAMPO.
¿Quién es aqueste villano? LAURA. ¿Cierto?
PRÍNCIPE. ¡Ah señor Conde! REY.
Tu hijo soy, que á tus plantas CONDE. Pues que se lo juro...
Pido de mis culpas tantas. ¡ Ah Señora CONDE.
Señor, tu perdón y mano. Piedra de mi fuerte muro.
LAURA.
Aunque estoy en este traje Sabed que ya vuestro soy.
En que mi enojo me puso. ¿Érades vos galán
el

Con la Duquesa me excuso Que tanta |)ena y afán DUQUESA.


Suele dar á quien le adora? Yo Señor, mi mano os doy.
De mi fingido viaje. ,

Todo, Señor, fué fingido. ¿Erais vos aquel perjuro


CONDE.
El Conde muerto y mi ausencia; Contra la fe de los dos ?
¿Cierto?
Que cerca de tu presencia MELAMPO. DUQUESA.
En este traje he vivido. Pues que yo
¿No lo has visto? lo juro...
Perdonad esposa mia
,

CONDE. REY.
Y dadme esa mano y brazos.
Yo lo mismo os aseguro
PRINCESA. Sí por Dios.
Y así entrarnos bien podemos
De vuestra esclava son lazos, LAURA. Donde el casamiento haremos.
Que los doy desde este dia. ¿Cierto?
LADRA.
REY. CONDE. ¿Cierto?
Estoy de manera mudo, Pues que se lo juro... DUQUESA.
Que no sé qué responder Pues que yo
LAURA. lo juro...
Y entre el pesar y placer
Lo que estoy mirando dudo. Basta , que burla de mí. CONDE.
¡ Ah, Celia, mucho has sabido
Yo fui dichoso con tino.
REY.
Pues que mi mal se remedia.
DUQUESA.
Hazañas fueron , Señor
Desde hoy los molineros
Se tengan por caballeros.
— Y aquí acaba la comedia,
Gran senado, del Molino.
: , ,

EL DOMINE LUCAS,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ;

DIRIGIDA A JUAN DE PINA, SECRETARIO DE PROVINCIA Y SU RUYOR AMIGO.

Sirviendo al excelentísimo señor don Antonio de Toledo y Bearaonte, duque de Alba, en la


edad en que pude escribir
La verde primavera
De mis floridos años,

OÍ contar alguna parte desta fábula de cuyos principios había sido testigo dando por autor de su
, ;

verdad, si tiene alguna, á un caballero valenciano, por


apellido Borja, por ánimo Alejandro, y
por valentía de su persona otro español Alcídes aficióneme al suceso porque ya lo estaba al ca-
: ,

ballero que digo, y escribíla en el estilo que corría entonces; hállela en esta ocasión pidiendo li-
mosna como las demás, tan rota y desconocida cual suelen estar los que salieron de su tierra para
soldados con las galas y plumas de la nueva sangre , y vuelven después de muchos años con una
pierna de palo, medio brazo un ojo menos, y el vestido de la munición sin color determinada
, :

hice por corregirla, y bien ó mal, sale á luz con el nombre del mayor amigo. Saben muchos que
lo es Miesamerced, y sería cansada la disculpa de no ofrecerle cosas mayores, mas dignas de su
ingenio pero muchas veces no dan los hombres á lo que aman las cosas de mas precio, sino las
;

que mas estiman. Tenia yo en la memoria esta comedia por las causas que refiero, y porque re-
presentándola Melchor de Villalba, hombre que en su profesión no tuvo quien le precediese, ni
habemos conocido quien le igualase, era por aquellos tiempos de las bien escuchadas como ahora ,

se dice por las mujeres de las bien prendidas; y así, la quise poner en esta parte entre otras de mas
consideración, no sé si de mas gusto, y dedicándola al nombre devuesamerced, calificarla lejos de
toda lisonja, que en tantos años de amor fuera locura; y mas añadiendo á las amistades recebidas
tantas obligaciones, que solo le ha faltado á vuesamerced haber escrito la mitad de mis versos,
porque en las elecciones , disposiciones y pensamientos siempre le he debido la mejor parte y con ,

su consejo, puesto en el papel con menos miedo la pluma; que no quieren las cosas del ingenio ser
menos comunicadas que los edificios que se fabrican, si han de acertarse, mayormente deste gé-
nero en que se ha de agradar á tanta diferencia de entendimientos, dificultad mayor que la de los
pintores, donde repara mas el vulgo en la alegría de las colores que en la sunetría de las figuras.
En tres partes dividió Plutarco la amistad que á mi parecer ninguno con mas claridad y acerta-
;

miento. Para amar los amigos, dijo que era necesario buen juicio (aquí entiendo en el escogerlos),
deleite en el conversarlos y seguridad de su ánimo en las necesidades que se ofreciesen todas
,
;

tres partes he hallado en vuesamerced confirmadas en tantas ocasiones, que como este amor co-
menzó á los principios de la vida tendrá la misma fuerza hasta los últimos fines de su término;
,

pudiendo decir, como Pauüno á Ausonio


Et cum solutas corporali carcere,
Terraque protabero
Qiio me locarit axe communis Pcter,
Illic quoque te animo geram.

Y donde quiera que esté


Mi espíritu libre ya
,

De la cárcel en que está


Vivo eu él te llevaré.
Amigo y capellán de vuesamerced,
Lope de Vega Carpió.
, ——
, :; ; —
, , ! : — :

EL DOMINE LUCAS.

PERSONAS.
IXOníANO , estudiante LISANDRO, corregidor.
LUCRECIA dama. , FABRICIO , nalan.
(jalan. PLÁCIDO, fsmT/fl/zo.
ALBERTO, es/«rf/ffH/t', (ja- LEONARDA, dama. DORISTO, w7/a?i(/.
ROSARDO LA VI NO.
UN MESONERO.
, galán.
lan. Dos PAJES.
DECIO, capigorrón. ¡NEBRO.
FLLGEXCIO, viejo. Criados.

La acción pasa en Alba de Tórmes y en un cortijo.

Pero es un poco arrogante.


ACTO PRIMERO. FULGENCIO.
No menos esta Alba espera
Y no fué solo que había
;

Otros valientes con él.


Cuando amanezca en ^u esfera
El sol de tal sucesor FULGENCIO.
Calle en Alba de Tórmes, con vista de la
Que yo , con esta vejez Ya por ellos y por él
casa de Fuigciií-iü.
Pienso esperar confiado Fué regocijado el día.
De que aquel siglo dorado A casa habernos llegado
ESCENA PRIMERA. Ha de volver otra vez. Si entrar no queréis , adiós.
¿Que hoy no ha podido la fama
FABRICIO.
FABRICIO, ROSARDO, FULGENCIO, Sacar de su olvido fiero
LUCRECIA LEONARDA , ; dos pajes, A la plaza un caballero, Quede, Fulgencio, con vos.
con hachas. Ni á la ventana una dama? Aunque me habéis agraviado.
,
ROSARDO. {Ap. á Leonarda.)
FABRICIO. Mi bien, ¿cuándo podré veros?
Si es porhacernos afrenta
¡Extremada fiesta ha sido! LEONARDA.
A mi y á Rosardo, advierte
ROS.\RDO. Que no pongas desa suerte Que lo deseo creed.
¡Bravo toro! Tu hija y sobrina en cuenta; FULGENCIO.
LEONARDA. Que ellas solas en el suelo
(Que en otra parte es error) ¡Hola! esas hachas volved
Aquí le temo.
Dan mas luz y resplandor Con aquesos caballeros.
¿Y las suertes?
Que el sol y luna en el cielo. (A los dos pajes.)
FABRICIO.
ROSARDO. FABRICIO.
Por extremo.
Por Dios, que yo no salí Eso no habéis de mandar.
Y mas la que yo he tenido.
Por estar mi overo manco. FULGENCIO.
{.Aparte ú ella.)
Dejando una suerte en blanco irán sin duda.
LUCRECIA. Que á una negra prometí. ROSARDO.
¡ Vos Fabricio ¿En qué?
, ! Y de Fabricio yo sé
Eso no
FABRICIO. Que por eso lo dejó;
Porque, no saliendo yo,
No he de llevar hacha yo.
Eü miraros,
Acompañaros y veros. A no salir le obligué. FABRICIO.
Ni yo la puedo llevar.
LUCRECIA. FABRICIO.
No puedo aquí responderos. Yo mis jaeces
tenia FULGENCIO.

FABRICIO.
En Salamanca prestados, Pues adiós. Entra adelante.
Y estábamos disculpados [Yanse Fulgencio , Lucrecia, Leonar-
Ni yo dejar de obligaros.
Saliendo otras muchas veces. da y los pajes.)
¿Qué os parece desie día, Pero yo juro enmendallo,
Señor Fulgencio?
Ofreciéndose ocasión.
FULGENCIO.
ESCENA II.
FULGENCIO.
Que está FABRICIO, ROSARDO.
¡Que hoy no saliese un rejón.
Alba diferente ya
Ni un hombre solo á caballo!
De lo que en mi edad solía ROSARDO.
Que por mí
;
Ciertoque os he de reñir,
fe, que á esta fiesta El viejo nos ha corrido.
Vi toda una corte aquí
Pues no salir causa fué
Y que aquesta plaza vi Que un forastero y á pié FABRICIO.
Pudiese hacer y decir. Oh cuánta envidia he tenido
Mas adornada y compuesta. ¡

Al venturoso estudiante!
ROSARDO. ¡Qué soberbias cuchilladas
¿Mas que la corte? ¿Decis por el estudiante
Que le daba al toro
De Salamanca?
FABRICIO. ROSARDO.
FULGENCIO.
Sin duda Y tales,
Que lo fué la que algún día ¿Pues quién? Que no ttivieron i^jaales,
El viejo Duque tenia. LUCRECIA. Y pueden ser celebradas.
FABRICIO. Bien anduvo. ¡Gallardos brazos!
El tiempo lo acaba y muda FABRICIO.
Fué hombre de gran valor. Anduvo bien; ¡Soberbios!
,, ; ,,
, ; »
; ,; , ,, ; : ,,, ; ,, , : , ,

EL DÓMINE LUCAS. io
Puf s coda vez que herían ESCENA IV. Que cuatro pequeñas leguas
Poca resistencia hacian Que hay de Salamanca aquí
Cuero, carne, Inieso y nervios. FLORIANO, ALBERTO. Andaré por verte á tí

Confieso mi envidia. Y dar á mis ansias treguas;


ALBERTO. Que eres al fin el descanso
ROSARDO.
Al fin ¿que á tan gran belleza De mis penas, dulce Alberto,
Y yo ,

Juzgas tu ventura corta?


Mi envidia y mis celos juntos.
Y para llegar al puerto
FLORIANO. Viento en popa y viento manso.
FABRICIO.
A otras fiestas he venido, Esto fué desdicha mía.
Pues en mí crecen por puntos Trayendo determinado Alba mí sol ha de ser;
Los que su talle me díó. De decirle mi cuidado Que tras tanto anochecer.
Fuera de que yo entendí
Para despertar su olvido. Espera el alma algún día.
Que se le inclinó Lucrecia. Porque en efeto la adoro; ALBERTO.
ROSARDO. Pero nunca me atreví.
Si mas no anduvo tan necia
Vé ordenando el testamento.
;
ALBERTO. Ítem mas, di lo que queda
Como yo á Leonarda vi
Pues ¿á qué vienes aquí? Porque á cuerpo y alma pueda
Que aun aquí me quema y arde
FLORIANO. Dar descanso y monumento.
De ver cómo le decia,
Cuando al toro acometía: No mas de á matar un toro. ¿Qué es aquesto, mata-toros?
Dios te guarde!
Dios Solo aficionarla espero. Todas aquellas fierezas
« ¡V.ilate ! ¡

gente ALBERTO. ¿Paran en esas tristezas


Y por eso entre la
Tuvo tales opiniones ¡Muy bien tus brazos podrán Y en aquesos tiernos lloros?
Pues en lugar de galán, ¿Eres quien hoy como un Cid
Porque aquellas oraciones
¿A quién no hicieran valiente? La sirves de carnicero! Con el valor de tus brazos
Sí ella á mi me deseara Sí de Salamanca, adonde Hizo aquel toro pedazos.
Estudias, vienes aquí Sin gastar traición ni ardid?
Tal bien y buena opinión
No á un toro á un tigre , á un león
; A descuartizarle ansí Pues ¿qué sentimiento es ese,
Y' mas donde está mi ayuda,
Acometiera y matara. ¿Qué efeto esperas? Responde.
Si siempre embozado vienes.
Que no hay cosa á que no acuda,
FABRICIO. Aunque á estudio y amor
Que aun apenas te conoce, i»ese?
Y Lucrecia, ¿qué decia, No te quiero aconsejar.
Cuando Leonarda rezaba? ¿Qué fruto quieres que goce
De la esperanza que tienes? Aunque fuera lo mejor.
¿No viste lo que rogaba Sino esforzar este amor,
Y lo que al cielo pedía? ¿Qué papel te dio molestia?
Qué razones estudiadas. Y este delito ayudar.
¡Oh cuánto habernos errado Y'a soy cómplice contigo
Sino andar á cuchilladas
En no haber salidoal coso! ¿Qué es lo que piensas hacer?
Y á brazos con una bestia?
ROSARDO. Cuando se enternezca asi FLORIANO.
¿No es este aquel venturoso? ¿Piensas que te ha de rogar, Ahora acabo de ver
FABRICIO. Y que en un corto lugar Que eres verdadero amigo.
¿Cuál? Puedes verla , y verte á tí ? Pero es forzosa tu ausencia
ROSARDO. Tu amor, al fin , vitupero ,= Por dos imposil)les grandes.
Aquel que va embozado. Porque á esta , para ser casta ALBERTO.
FABRICIO. Llamarse Lucrecia basta, i
Casto nombre y mal agüero. Ni lo quieras ni lo mandes;
Pues ¿en qué le conociste? Que perderé la paciencia.
¿Hasme entendido, Floríano?
ROSARDO.
Floríauo, ¿duermes?
Mas ¿qué imposible no es sueño
En la capa con
el oro
FLORIANO.
A un amor tan desigual?
Que mil veces sobre el toro FLORIANO.
Con el blanco acero viste. ¡Yo! Si;
Que a tus razones doi mí Ser mujer tan principal
ESCENA III. Fuerza de amor inhumano Y" ser lugar tan pequeño.

Que el alma que está despierta


, ALBERTO.
FLORIANO Y ALBERTO, embozados, de A mil penas y pasiones,
Antes por esa razón
edudiantes muy galanes y con cue- A
, la luz de tus razones
Solo te echarás de ver.
llos bajos.— Dichos. Se duerme obstinada y muerta.
FLORIANO.
Y porque es muy ordinario
FLORIANO. De tu amor aconsejarme. Muy diferente ha de ser
Desto Alberto , no te asombres
, Quiero ahora consolarme Mi nueva imaginación.
Que has desi)ués de hacer extremos. Con este dolor contrario; ALBERTO.
FABRICIO. (Ap. á Rosardo.) Que todos tus argumentos ¿Cómo?
¿Quieres que ahora probemos
Aquí se han de resolver FLORIANO.
Si es tan bravo con los hombres?
Que amor de amigo y mujer Aquí suelen venir
Son contrarios elementos. De Salamanca estudiantes.
ROSARDO. Tú me encaminas al bien ALBERTO.
¿Y de un hombre ha de temer
YLucrecia á tanto mal
Quien rinde un fiero animal? ¿Qué estudiantes?
Que hoy por medio desigual
FABRICIO. FLORIANO.
Quiero probar su desden.
Creed que una espada igual Lo mejor he conocido Mendicante?,
Mas miedo suele poner. Y lo peor aprobado Que vienen á Alba á pedir.
I^ero, pues es forastero, Ya soy áspid encantado: Y deslos uno he de ser,
Y que mañana se irá, En vano tientas mí oido. Con pobre traje y vestido.
Segura el alma estará A Salamanca te vé ALBERTO.
De sus celos y su acero. Y di que á Madrid me fui; Con he respondido.
risa te
ROSARDO. Porque yo me quedo aquí Y bien, ¿qué piensas hacer?
Vos ¿habeísle conocido? Por ver sí hallarme podré. FLORIANO.
Llevarás esos criados, Hablallay vella.
FABRICIO.
Anduvo tan embozado.
A quien tendrás por mi cuenta, ALBERTO.
Mientras á la suya asienta
Que mientras mas fué mirado, ¿Y no mas?
Menos conocido ha sido.
Amor mis largos cuidados.
Y di en escuelas por cierto FLORIANO.
Pero vamos, que no importa Y declararme con ella.
Que es esto mucha flaqueza.
Que vuelvo; y presto ha de ser,
| Si es cierto poder volver ALBERTO.
Vaiise Fabricio y Rosar du.) Un hombre después de muerto;
( \
Y ese traje, para vella,
; !, , , , , : : , ; , ,;;, ,

4fí COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


¿Adonde hallarle podrás? FLORIANO. DECIO. {Ap.)
FLORIANO. ¿Estudiante? ¿De á dó bueno? Si desta el cielo me escapa,
Decio, ese capigorrón DECIO. ¡Nunca mas á Alba á ver toros!
Que nos compra de comer. Salmanticense, Señor. FLORIANO;
Vino á las üestas ayer, Quítese la sotanilla
FLORIANO.
Y hoy le he visto en el mesón. Y el sombrero.
Entra, Alberto, por tu \ ida, Sosegaos ; no hayáis temor,
DECIO.
Y á la plaza le enviarás. Y cul)rios; que hace sereno,
Y es para el celebro malo. Que me place.
ALBERTO. Pero ¿de qué intento nace,
DECIO.
¿Quieres roballe? Siendo tan mala, el pedílla?
Tiene razón , en verdad. Ea, declare si es ludus.
FLORIANO.
FLORIANO. FLORIANO.
No mas
De la sotana raida,
Quamartem?... ¿Qué facultad? Camine, capigorrón.
El ferreruelo y sombrero. DECIO. DECIO.
ALBERTO. (Ap. Con laün me regalo
el Nudus salí del mesón
Entro pues. Ya voy cobrando el aliento.) Et illuc revertar nudus. {Yase.)
FLORIANO. Logicam auúio et sum ego
Entra, y no tardes. Composlellanus. ESCENA VU.
ALBERTO. FLORIANO.
¿Gallego?
FLORIANO.
Si sale , no
acobardes
te
Que darle esta espada quiero. {Yase.) DECIO. No se ha negociado mal
Máxime. Pues son estos los despojos
ESCENA V. FLORIANO. Que han de llevarme á los ojos
{Ap. ¡Gracioso cuento!) De aquel ángel celestial.
FLORIANO. ¿A qué habéis aquí venido? Otros para ver sus damas
[SO
DECIO.
Sacan libreas costosas,
Si amorsus flechas, y el infiernoel fue- En las cubiertas vistosas
Perdido hubieran, de mi pechourdiente, Veni ad agitandos lauros,
Manifestando sus llamas.
Para matar y atormentar la gente, Con otros dos bacal auros,
Ponen morado de amor
Fuego y flechas sacar pudieran luego. Que los habernos corrido. Y nácar de crueldad
Y si á Neptuno, que en mi llanto anego. FLORIANO. Carmesí de voluntad
Faltara el agua y la inmortal corriente, ¿Servís? Y pajizo de temor;
Hallara nuevo mar en la gran fuente DECIO. Y yo, con tanta firmeza,
'
De lágrimas, que ya me tienen ciego. Al hombre mas ruin Pongo á la luz de mi espejo
Y si al áspid soberbio é iracundo Que tiene toda la Europa Un vestido negro y viejo.
Faltara la ponzoña de su aliento Testigo esta pobre ropa. Porque es vieja mi tristeza.
La hallara de mi pecho en lo profundo. FLORIANO. Pero es bien que el alma mia
Y si faltara al ave su elemento ¿Y de qué? Con algún consuelo quede;
Con mis suspiros sustentara el mundo ;
DECIO. Que desta tristeza puede
Que soy ponzoña, fuego, mar y viento. Curo un rocín Salir después mí alegría.

que manduca. Vamos pues; que hasta su vista


Y compro lo
ESCENA VI. Ha de durar mí tristeza
FLORIANO. Que si es cielo la pobreza.
DECíO, con una sotaniUa muy raida ¿Y dónde está? Hasta los cíelos conquista. {Vase.)
y otra hecha pedazos debajo, y un DECIO.
mal sombrero y mal ferreruelo. — En el lugar. "

FLORIANO, e?n&í)iú!do. FLORIANO. Saín en casa de Fulgencio.

¿A qué ha venido? ESCENA VIII.


DECIO. (.4/?.)
DECIO.
¡Qué hora para enviar acabarA LEONARDA, LUCRECIA.
A un forastero á la plaza!
Un padre que ya caduca.
FLORIANO. (Aj9.) LUCRECIA.
FLORIANO.
Vil resolución y traza Al fin, ¿no le viste bien? *

¿De dónde es?


Me manda amor intentar. DECIO.
LEONARDA.
Decio es este. Digo que entonces le vi
Es de Madrid.
DECio. (;lp.) Y que fué milagro en mí
FLORIANO.
¿Estaba loco Y rayo su luz también.
Hombre que tal enviaba? ¿Es caballero?
LUCRECIA.
DECIO.
Mas yo que,
sali, lo estaba
¡Qué! ¿te ha enamorado?
No siendo el peligro poco. Eso es llano,
Sino que, siendo un villano, LEONARDA.
¿A quién he de preguntar? No.
Que no hay un hombre en el suelo, Presume venir del Cid.
LUCRECIA.
Ni una estrella en todo el cielo. FLORIANO. (Ap.)
¿Pues qué?
Por quien me pueda guiar. ¡A buen mozo por mi vida,
, LEONARDA.
Pues yo ¡soy muy animoso Doy de comer y salario!
Bien me ha parecido.
No hay sombra que no me asombre
Con imaginar que es hombre. — Sí no soy mas necesario
DECIO.
LUCRECIA.
¡Válgame Dios poderoso! Deso mi parte he tenido
Da veniam (pie me despida,
Hele aquí puesto delante, Que también tengo alma yo.
O que de arriba cayó. Quia vado per pasteles,
LEONARDA.
El ad tabernam cum bota.
FLORIANO.
FLORIANO.
¿Eso me dices? Presume
¿Qué gente? Que he de solicitar,
le
Iréis la cabeza rota. {Ásele.)
DECIO. (A/3.) Y tengo de confesar
¡Díjeloyo! DECIO. Que me abrasa y me consume.
FLORIANO. Deten tus manos crueles; Y estará muy en mi mano
¿Qué gente? Que yo no tengo tesoros. Pues en Salamanca vivo.
DECIO. FLORIANO. LUCRECIA.
Un pobre estudiante. Arrojad luego la capa. Tu propósito concibo
! ;, ,, , , , ,, , ; , , : ;

EL DÓMINE LUCAS. 47
Pero es pensamiento vano; ESCENA IX. FULGENCIO.
Que mi padre te ha traído Aguardad: dároslo han.
A que Rosardo te vea, FULGENCIO.— Dichas. ¡Qué importuno sois! ¡Jesus!
En razoa de que desea...
FULGENCIO. {Ap.)
— Vé tú por dio.
LEONARDA.
LUCRECIA.
Oilo. Yo sé
LDCRECIA. Cómo esto se ha de tratar. Yo voy. {Vase.)
Hacerle tu marido. LUCRECIA. {Ap. á Leonardo.) FULGENCIO.
y esto está medio tratado
¿Mas que ya te viene á hablar?... ¡Qué importuno sois, hermano
Y no podrás volver
te
FLORIANO.
LEONARDA. {Ap. á Lucrecia.)
Que lia de quedar, dijo ayer,
íscrito y efetuado. Lucrecia, ¿qué le diré? Con pan de tan bella mano,
Por hoy satisfecho estoy.
|K LEOKARDA. FULGENCIO.
jNo se ba de hacer con un si Sobrina...
Y aqueste yo le he de dar? LEONARDA. ESCENA XI.
Pues quiéíosele negar, Tío y señor... UN CRIADO.— LEONARDA, FUL-
Y podré librarme asi. FULGENCIO. GENCIO FLORIANO.
,
LL'CRECIA. Solo á buscarte he venido.
Mudable debes de ser. LEONARDA. CRIADO.
LEONARDA. Ya la ocasión he sabido Rosardo está en el jardín
Tú con extremo lo eres, Y que me has hecho favor. Que viene á hablarte Señor. ,

Pues hoy á un extraño quieres. FULGENCIO. FULGENCIO.


Queriendo á un amigo ajer. Que suba
Deseo de tu remedio será mejor... {A Leonarda.)
LUCRECIA. Es Leonarda mi intención
, , —Pero turbaráste , al fin.
¡Yo á un extraño Que la presente ocasión Voy, y estarás advertida
LEOXARDA. Apenas se pone en medio; De qde luego subirá.
¿No lo dices?
One con ser hija no sé ,
{Vase, y el criado.)
Si esto á Lucrecia deseo.
LUCRECIA. LEONARDA.
LEONARDA.
jYo querer Por qué razón ?
;.
A ver á mi muerte va.
!

¿Qué has visto en mi condición En la nobleza lo veo.


Que de la tuya heredé. FLORIANO. {Ap.)
Para que te escandalices?
¿He llorado? He suspirado? FULGENCIO. Y yo espero ver mí vida.

¿No lie comido? No he dormido? Rosardo, que ya conoces... LEONARDA.


¿En qué mi honor he ofendido, Quiero irme á componer.
Ni á mis padres agraviado? ESCENA X. Ya que aqueste ha de subir;
¿Qué gracias he visto en él Y mas quisiera morir
Sino que ayer mató un toro. FLORIANO. — Dichos. Que haberle de hablar y ver. {Vase.)
Con una capa con oro
Mas liero y robusto que él? FLORIANO. {Llamando dentro.) ESCENA XII.
Él ¿no es estudiante, prima, ¿Quién está acá?
Y reside en la ciudad? FULGENCIO. FLORIANO.
LEOA'ARDA. ¿Qué importuno?...
Amor, tiempo, ocasión, fortuna, cielo,
Sí.
LUCRECIA.
— Al fin Rosardo, que es hombre
,
Veisme aqui pobre, que el sustento pido
De grande linaje y nombre... Amor me dio el sugeto enriquecido.
Pues ¿qué facilidad
A pretendelle te anima?
FLORIANO. {Dentro.) En cuyas alabanzas me desvelo. [lo

Que hoy se ¿Quién está acá?... El tiempo me dio tiempo; y con su vue-
si ya no es ido.
irá ,

{Ap. Basta; que esta necia ha dado FULGENCIO. Esta ocasión presente me ha ofrecido.
En poner nuevo cuidado Si la fortuna me ha favorecido,
¿No hay alguno
Adonde yo le he tenido; ¿Quién debe al cieloloqueyoen el suelo?
Que responda en esta casa?
Que yo se que es Floriano, Eché la hacienda por salvar la vida
¿Alguu criado? ¡Hola, gente!
Y viene al lugar por mí En tu piélago, amor, y llegué al puerto
LUCRECIA. Pidiendo, como pobre, la comida.
Aunque jamas lo entendí
De su lengua ni su mano; Ya es ido impertinente.
el Ya de la vida estoy seguro y cierto
Perosélo desús ojos, Señor, adelante pasa. ¿Qué milagro me queda que te pida [to?
Que hablan y escriben mas.) FULGENCIO. Después dehaberle dado vida á un muer-
LEONARDA. Digo pues que te ha pedido
Tratando acaso estarás Por mujer este Rosardo ESCENA XIII.
Darme ocasiones de enojos. Que , como ves , es gallardo
LUCRECIA, co«j3fl«.— FLORIANO.
Muy rico y muy bien nacido.
LUCRECIA. Trajete de Salamanca
¡Yo! ¿cómo? LUCRECIA.
Para que, viniendo aqui...
LFONARDA. ¡Hola, hermano!
{Sale Floriano con los vestidos que qnl
Dando á mi tío tó al capigorrón.)
FLORIANO.
De mis desatinos cuenta. ¡Mi señora!
FLORIANO.
LUCRECIA. LUCRECIA.
Quien asi mi amor afrenta, ¿Quién está acá?
¿Estáis ahí?
No debe de ver que es mío. FULGENCIO. FLORIANO.
Digo que saber quisiera No hay ahí ¿No lo ve?
¿
Nuevas dése hombre que darte. Quien dé á ese pobre una blanca? No puedo mover el pié
LEONARDA. Entró, hermano, entra en buen hora. Ni fuera posible ahora.
Solo eso, Lucrecia, es parte Veamos qué nos queréis. LUCRECIA.
Para que ya no le quiera. ¿Quién sois?
¿Estáis enfermo?
^0 le dejo desde ahora FLORIANO.
FLORIANO.
Porque nunca una mujer Ya , Señor, lo veis.
Mas presto viene á querer Mortal.
El que vuestro auxilio implora,
Que cuando hay competidora.— Pavper escholasticús, LUCRECIA.
rulgencio viene. Que pide un poco de pan. Pues no .se os echa de ver.

I
, , ;; )
; ; , ,, , , !

48 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


KLOniAJiO. LUCRECIA. A otra Lucrecia cual yo.
No lo querer entender Pues ¿qué os duele? De lo (]ue es secretas faltas
Tengo per mala señal. FLORIANO. No tengo que confesar;
LUCRECIA.
Lo (]ue es dolor, me hace dar
El corazón.
Muchas veces voces altas.
Tüni :tl , Dómine. LUCRECIA. Porque me duelen las muelas.
FLORIAXO. Comeos el pan.
FLORIANO.
¿Saheis FLORIANO. ¡Alabado sea el Señor,
(lúe señor quiere decir? Ya lo como. Y mas con tanto favor
LICRECIA. LUCRECIA. Como ahora me
revelas!
Lo sé. {Ap. Notable es el estudiante!
¡
Que como
, supiera
si lo
FLORIAXO. ¡Qué buena cara que tiene! Traigo una oración escrita
A
quien lia de servir, ¡Ah, Dómine! De a(iuella santa bendita
;.Vos señor llamar queréis? FLORIANO. {Ap.)
Que es su abogada [irimera.
Por buen agüero lo tomo, Ya se viene. LUCRECIA.
Y ese nombre lie de llamarme; Amor, camina adelante. ¿Es santa Polonia?
Que vos podéis confirmarme. FLORIANO.
LUCRECIA.
LUCRECIA. ¿Sois acaso bien nacido? Si;
Comeos el pan. FLORIANO.
Y como aquesta recéis
Salvoconduto tendréis
FLOUIANO. Si , en verdad ; pero quedé
Qik; no os duelan mas que á mí.
Ya lo como, Sin padre al íin me apliqué
:
¿Sabéis leer y escribir?
Y mejor diré lo beso, A las letras, que he .seguido,
Porque es laii bendito el pan Y me cuestan lo que veis; LUCRECIA.
Que alma y cuerpo comerán Porque, si oficio aprendiera, ¿No basta saber leer?
De la dulzura del beso. Menos trabajo tuviera. FLORIANO.
LUCRECIA. LUCRECIA. Para ser noble mujer,
¿Vino ayer de la ciudad? Hombre honrado parecéis. Qu(! es falta os puedo decir.
Hablad vuestro padre honrado;
FLORIANO. FLORIANO.
Que, si queréis, yo estaré
Vine, aunque no vi la fiesta. Dios se lo pague y le dé En casa, y os mostraré,
Por lo que ya me molesta Entí'ro conocimiento Y á leer latín tirado.
Tau áspera enfermedad. Lo (¡ue mas ahora siento
LUCRECIA.
Es que tan sin él esté.
LUCRECIA. Yo entiendo que él gustará
En verdad que conocí
¿Qué es su mal? A mi padre con criados. Y yo, amigo, en grande extremo.
FLORIANO. Que viven ahora honrados FLORIANO. [Ap.)
Calor es todo. Con la hacienda que perdí, ¡Oh amor! ¿qué dudo? qué temo?
Y aun he visto un mayordomo Todo de mi parte está.
LUCRECIA. Con no poca presunción. [Llora. LUCRECIA.
¿Del hígado?
LUCRECIA. Pues enfermo ansí,
estáis
FLORIANO.
No lloréis. No os vais; que aquí comeréis;
Cerca está. FLORIANO. Y mientras le hablo , podéis
LUCRECIA. Es condición. Iros á asentar allí
¿No hay remedio? LUCRECIA. Que él es tan caritativo
FLORIANO. Que os hará limosna y bien.
Comeos el pan.
Alguno habrá. FLORIANO.
FLORIANO.
Ya
Dadme vos los píes también
LUCRECIA. lo como Por la merced que recibo.
Pues cúrese. Y creed que ya prevengo
FLORIAXO. Con esta epítima rica LUCRECIA.

¿De qué modo? La medicina que aplica ¿Cómo os llamáis?


Eli tiempo al dolor que tengo. FLORIANO.
LUCRECIA.
Es propiedad del veneno ¿Yo, Señora?
Hablando al médico. Irse luego al corazón
Lúeas.
FLORIANO. Y así en aquesta ocasión LUCRECIA.
Es
Va el pan de lágrimas lleno.
rico. Idos á sentar,
Poi(|ue la purga le mueva
LUCRECIA. Lúeas: yo os haré llamar.
Sienqtre se mezcla con él;
¿Y vos? Y así porque vaya á él FLORIANO. [Ap.)
,
FLORIANO. Este pan, lágrimas lleva. ¡Oh prenda que el alma adora
Pobre por extremo. LUCRECIA. Oh pan Oh esperanza mía!
!

LUCRECIA.
Oh dichoso fingimiento!
¿Estudiáis filosofía
importa. LUCRECIA. {Ap.)
ÍS'o
O qué es aquesto que habláis?
FLORIAXO. ¡Qué cara! Qué entendimiento!
FLORIANO.
Eso solo temo. FLORIANO. {Ap.)
Para que el alma entendáis
LUCRECIA. Hablar romance (|uerria. Alma , esfuérzate y porfia. (
Vase.\
¿Moriréis? Pero, si aquí no hay lugar.
FLORIANO. Porque no digáis que he sido ESCENA XIV.
Remedio aplico. Ingrato al pan que he comido.
El pan os (juiero pagar. LUCRECIA.
LUCRECIA.
¿Cómo? ¿Tenéis algún doloicillo
¡Lo que ha podido moverme
FLORIANO. O alguna secreta falta ?
El traer curia de favor!
Que jarabes tomo. LUCRECIA. Por(;iic es gian despertador

LUCRECIA. ¡Bueno la pregunta es alta;


! De la voluntad que duerme.
Pero no me maravillo. ¡Qué buena presencia tiene!
Ya os principio.
Quizá el dómine tocó Seguramente camina
FLORIANO. T'n paso de Celestina, Porque parece (jue inclina,
Dueños son. En que da esta medicina Y que á los ojos se viene...
— ;
; ,; , ! ; : , ; ; , ,,, ,, . ! .

EL DÓMINE LUCAS. 4')

Quiero la orar ion leef FULGENCIO. Que en esto tj^ngo poder


De aqiielhi hei. Jila santa. ¿En qué con vos la perdí? Como en pro¡iia hacienda mia.
Lo que es la enf -ida me espanta.
i
ROSARDO. ROSARDO.
Mas prosa debe de ser. En que este pago me den 1
Pues, Señor, desde este dia
(Lee.) «No he tenido alrevimionlo Las esperanzas del bien Es Lucrecia mi mujer.
jpara descubrir mi pecho, con el lemor De aqueste negado si ¿Cómo no me dais la mano?
»de mi bajeza y tus méritos, liasta que Que, poi- vos asegurado. (.4 Lucrecia.)
»la enfermedad ha sido de muerte, y tan Me he atrevido como necio,
, LUCRECIA.
«forzoso el último remedio, que por Hasta llegar al des^jreoio Detened la vuestra un poco.
«ventura por no perdella del todo, te es-
,
Del no cierto y sí negado.
•criboque soy Floriano, y que por tu ROSARDO.
FULGENCIO. Juzgado me habréis por loco,
•ocasión he venido á aquestas tiestas á
«aventurar la vida, porque no la estimo Fuera justa vuestra queja, O por lo menos liviano.
•hasta saber si me la deseas. La tuya Rosardo, si os prometiera Mas mirad vuestro valor
«iíuarde el cielo, para que me la quites
Lo que en mi poder tuviera En cuánto á Leonarda excede,
»6 me la des; que en tales manos todo Puesto que os ama y no os df-ja. Y veréis (jue me concede
íesvida.B Pero si esta dilación Bastante disculpa amor.
Es honesto proceder,
— ¡Exti emada es la oración, ¿En qué se puede ofender
FULGENCIO.
Y el remedio singular! ¿Has por ventura entendido
Vuestro honor y mi o[iinion?
Y podria aproveibaí Que es esta mi voluntad?
Con Lucrecia que es mi hija,
,
Dicha con buena inieiicion. \' de quien disponer puedo LUCRECIA.
¡Qué discreto es Floriano Y donde respeto y miedo No tienes dificultad
En el tercero que envía Sufren que la mande y rija. Para ser obedecido;
¡Qué santidad que fingía Que eres mi padre en efelo.
Hoy podréis quedar casado.
llasta ponerla en mi mano!
Cumpliendo mejor ansí Pero yo sé de Leonarda
Basta que de aqueste oficio
;
Esa palabra que os di. Que este casamiento aguarda
Dejó Celestina nietos,
ROSARDO. Y ama á Rosardo en secreto.
Y no con menos efetos Y corno ella no lo impida
Para engañar el jiiicio. Es cumplimiento excusado.
Ni diga que está quejosa.
Aqui no hay que resistir. Lo que ella no ha de aceptar,
Yo digo que soy su esposa.
Floriano es caballero Fulgencio, me prometéis.
Yo le adoro y por él muero... FULGENCIO.
FULGENCIO.
— ;Qué gran falta es no escribir! ¿Por qué no , sivos queréis?
¡Justa respuesta!
Pero, pues principios tengo. ROSARDO.
Este hombre me ha de enseñar. ROSARDO.
Escogida
Eso ¿es cumplir ó engañar? ¡

Yo sé que dirá que sea.


ESCENA XV. FULGENCIO. Sin impedillo jamás.
Dadme esa mano, Rosardo, LUCRECIA.
FLXGENCIO. ROSARDO.— De hacer este casamiento,
LUCRECIA. Y veréis si es fingimiento. Pues yo no pretendo mas
De ver que no lo desea.
ROSARDO.
ROSARDO. ROSARDO.
¿Cierto?
De quererlo dilatar,
FULGENCIO. Pues vámosla á hablar.
Fulgencio, enojado vengo; Cisrto. FULGENCIO.
Que parece que á mi amor
ROSARDO. Partamos.
No es buena correspondencia
Después de tan larga ausencia, Pues ¿qué aguardo? {Jase Rosardo.)
{Ap. Que ya e! amor á Leonarda
Desvanecerme el favor.
Se acabó con su desden ESCENA
FLLGESCtO. XVI.
Y' con ser mayor el bien
Fáltaos en eso razón Que de Lucrecia me aguarda. FULGENCIO, LUCRECIA.
Que sabed que os quiere bien. Pero ¿cómo he de poder
Pero hay mujeres también Desenojar á Fabricio, LUCRECIA.
Desta esquiva condición. Y dar tan contrario indicio Oye Señor.
,

Que hay alguna que. si aquí De mi hidalgo proceder? FULGENCIO.


Le tratasen de marido, Mas también es grande error,
Sin haberle conocido
¿Qué me quieres?
Cuando todo es falsedad
Dirá treinta veces si. Guardar á nadie lealtad LUCRECIA.
Lucrecia... Y'mas de interés de amor. Bien es que nobles mujeres
LUCRECIA. Mujer y diez mil ducados Firmar y escribir sepamos.
No seré yo ¿A quién no disculparán? Aquel enfermo estudiante
Por quien eso vas diciendo. Que por menos que esto están (Jue ayer limosna pidió,
FULGENCIO. Mil necios desengañados ) .Aenseñarme se ofreció
Señor, la palabra vuestra Mientras no pasa adelante.
Bien sabes que no te ofendo.
No es quien os ha de obligar Puesto que el mal lo detiene,
ROSARDO. A quererme ahora dar Permileíe que se cure
Todo en esta casa es no. De quien sois tan clara muestra. Y que enseñarme procuro.
¡Vos decis que no habéis sido Si acaso igual os parezco FULGENCIO.
Quien este trato tenéis A vuestra imaginación
Y vos, que no la ofendéis! Para tan alta ocasión
¡A extremado tiempo viene!
Denle en casa un aposento
FULGENCIO. Humildemente me ofrezco;
Que yo no os quiero forzado, Donde se pueda curar.
Ni Leonarda te ha ofendido
Que este no yo le aseguro, Sino voluntario en esto. LUCRECIA.
,

Y aquel si no la ha engañado LUCRECIA. (Ap.) Y en el mió ¿¡lodrá estar?


I)e vos estoy agraviado, ¡Airado cielo! ¿qué es esto? FULGENCIO.
Y de Leonarda seguro
Que ella en esta dilación FULGENCIO. Podrá, si te da contento. {Vase.)
Ha hecho como mujer. Por todo estoy obligado. LUCRECIA.
Y' si la palabra dada
ROSARDO. Confusa y turbada estoy,
No cumplí en la prenda ajena, Entre dos extremos puesta.
Y VOS debéis de volver La propia obligo á la pena Si dijese en mi respuesta
Por vuestra buena opinión. Como üanza pagada Que ya de otro dueño soy...
L-i.
4

!
! !: , : ,,
! ;, ;: , ,,, !

^0 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


¿Consentiré lo h-atado?... A fe que es galán de fama, Se vaya el alma anegando.
¡Tal dije! ¡ En mi lengua cupo Y que tan hermosa dama Que éste enemigo suceso

Cosa que el alma no supo Se emplea nuiy bien en él.. Que así de casaros trata.
Obedeced pues es justo,.
,
Poco hará si no me mata
ESCENA XVII. A vuestro padre, Señora; Después de quitarme el seso.
Que no os va menos ahora Ya estoy aquí; ya llegué
FLORIANO.— LUCRECIA. Que tener provecho y gusto; A lo mas que pretendí;
Que por ser yo bien nacido ,, De la tempestad salí
FLORIANO. Lo que es verdad aconsejo. Y en el puerto me anegué.
Pues ¿qué habernos negociado? Aunque á Floriano dejo ¡Pluguiera á Dios que muriera
¿Hame señor recibido, Por vos perdiendo el sentido. Entre aquellas ondas bravas,
O ya de casa me voy? Pero él os dirá lo propio. Dulce amor, que levantabas
LUCRKCIA. Según es hombre de bien (¡Fiero olvido! ¡ausencia llera!)
¡Oh Lúeas! muriendo estoy. .\unque por quereros bien Y no ahora que en el puerto
Parece consejo impropio. Me veo favorecido.
FLORIANO.
Rosardo es buen caballero. Cierto de mi bien perdido,
¡Vos! ¿Deque? Notorio en este lugar. Y de mi remedio incierto.
LUCRECIA. Con quien os podéis honrar LUCRECIA.
Pierdo el sentido. Mejor que de un forastero.
Floriano es advenedizo. Floriano, á quien ha visto
FLOBIAXO.
Pobre estudiante, aunque honrado, Tantas pruebas de mi fe,
¿No se mitigó el dolor
Poco importa que las dé
Con esa oración que os di? Y que solo os ha obligado
Con lo que ayer veis que hizo'. Con el llanto que resisto.
LUCRECLA. Hu('lL;onie (]ue hayas probado
Que fué cosa" para vos
Cuando la recé, creí Bien excusada en verdad Los qii ilutes de aquel oro
Que era acabado el rigor, Y para él necedad Con cuyíj valor te adoro,
Y sentí tanto consuelo. Si no lo remedia Dios. Y su tineza tocado.
Que no entendí que podía Bueno es que al vuestro dejéis Y pues ya no hay qué decir
¡

Bajar el tiempo en un dia Por un matador de toros Mas de lo que visto has,
Mis esperanzas del cielo.
¿Qué respetos qué decoros.
,
O tú mi esposo serás,
Porque ese tu Floriano, O tú me verás morir.
Qué obligación le tenéis?
Que aquese papel te dio, L!n papef que os ha enviado Mi padre quiere curarte,
Esa quien le diera yo Con un pobre como yo Siendo tú el médico mió,
De mujer palabra y mano ¿Es mas que esto? Porque de mi desvarío
¡Tanto como esto le quiero Eres medicina y parte.
Desde el punto que le vi! LUCRECIA. Aquí tendrás aposento,
Pero ya ¡triste de mí! Amigo, no; Y aun dos creo que tendrás,
De gozalle desespero. Pero es mucho haberle amado. Porque en mi alma estarás.
Porque mi padre me fuerza Y este amor es de tal suerte. Para ser huésped de asiento.
,

A dar la mano á Rosardo. Que ya tu consejo es vano. Y pues que tiempo tenemos
FLORIANO. Porque en solo Floriano Para contar nuestras cosas,
Desde este punto acobardo Está mi vida ó mi muerte. De las que son sospechosas
Todo el valor que me estuerzí. Y no digas que naciste Las ocasiones quitemos.
¡Qué oigo , triste de mi Menos que como villano. Créeme que estoy corrida
Pues aquí contra Floriano De no haberte conocido
LUCRECIA.
La amiga lengua moviste. Aunque es mas culpa el veslido
¿Qué dices? Yo tenia negociado Que el ser yo desconocida;
FLORIAN'O.
Que os queiásedes aquí; Que ya el a'lma me avisaba.
Que es caso extraño. Pero pues sois contra mí
,
Si vo creerla quisiera;
LUCRECIA. Ya me habéis desobligado. Pero de cualquier manera,
Extraño para mi daño, No estaréis en casa un punto En tu pensamiento estaba.
Pero nuevo para tí. A la de Rosardo, hermano; Ya es hora de ir á comer.
Que aquí vive Floriano, Apercibe tinta y pluma ;
FLORIANO.
Y Rosardo está difunto. Que habernos de hacer la suma
¿Qué es lo que piensas hacer? ¡Con qué suspensión y calma be un inliuito querer;
LUCRECIA. Me reprehende el grosero! Que esta ha de ser la cubierta
Resistir, aunque me mate. ¡Por cierto, gentil tercero Con que podremos hablar.
FLORIANO. Paraíiallemi alma! FLORIANO.
Es este el primer combate, ¿De Floriano dice mal.
Y sois Lucrecia mujer.
, ,
Que no hay en la corte dama Dame esos pies á besar,
Que no lo quiera por fama Gloria de mi cielo abierta,
¿Cómo habéis de resistir.
Si vuestro padre lo quiere? Y porque no tiene igual? A cuvo sol desde hoy
Pártete de mi presencia Ofrezco un águila nueva
LUCRECIA. Que en esos rayos se prueba
Aunque descubras el caso.
Resistir cuanto pudiere, Para conocer quien soy.
FLORIANO.
Y poder hasta morir. Pues espacio me prometes.
FLORIANO. Domina, domina, paso; No quiero ahora cansarte.
¿Es caballero ese hombre? Que es esa mucha licencia» Mas solamente avisarte
LUCRECIA. LUCRECIA.
Que el casamiento no acetes;
Que yo te daré invención
Si. ¡Cómo! ¿no os puedo yo ecT;ar?
Con ía que burles á todos.
FLOniANO.
FLORIANO. LUCRECIA.
¿Y es galán?
LUCRECIA. Defenecí , mi bien , la mano, Cuando falten nuevos modos,
Por extremo. Porque echáis á Floriano Morir es resolución.
FLORIANO.
De su dichoso lugar. FLORIANO.
Yo soy el que os ha querido
Agora de nuevo temo. Aquel vuestro esclavc soy. Vivirás, pues que yo espero
¿Cómo decís que es su nombre? De quien el alma , que os doy. Gozarte con mucho gusto.
LUCRECIA. Os habla al mejor sentido. LUCRECIA.
Rosardo. Yo aquel <me, siempre callando,'
FLORIANO. Hable tanto con los ojos. Muy bien sabe el cielo justo
Ya caigo en él. Para que en un mar de enojoa Que eres mi amor verdadero.
! , ,, ; ! : !

EL DÓMINE LUCAS.
54
FtOBIANO. Y le quiere
para sí, FULGENCIO.
Estaré este tiempo en calma. Floriano me quiere <á mi.
E.spera.—
LUCftECIA. LUCRECIA. Leonarda, aquí está Rosardo,
Ya aperciben la comida. Codicia el falle y la renta
A quien la palabra niegas.
FLORIANO. Pero yo te quiero tanto. LEONARDA. (Ap.)
Que ño te le he de quitar. ¡Qué descuidado que llegas
Adiós, Lucrecia querida.
LEONARDA. De que yo engañarte aguardo
LUCRECIA.
Adiós, Dómine del alma. ¿Quién ha de poder turbar FULGENCIO.
Lo que ordena el cielo santo? Yo, que por ti se la di.
El quiere que Floriano Si no te quieres casar,
Sea mi esposo: ya lo es. Mi hija le quiero dar.
ACTO SEGUNDO. LUCRECIA. LEONARDA.
Digo que luego le des Digo mil veces que sí.
La le, la palabra y mano.
ESCENA PRIMERA. A mí me sirve Fabricio,
FULGENCIO.
¡Cómo sf! Pues ¿no decías
De quien yo seré mujer;
LEONARDA, LUCRECIA. I Mas también has de entender
Que procuraba tu daño?
Que te hago en esto servicio. LUCRECIA. (Ap.)
LEONARDA.
Vuelve á decir, por mi vida
Y vengo á avisar
así te ¡Oh qué bien que va el engaño!
De que á hablarte han de venir, LEONARDA.
Amada prima ese cuento.
,
Y con instancia pedir Señor, múdanse los dias.
LUCRECIA. El que le has de negar.
sí, Hoy sale el sol y mañana
¿Cuento? Y mira loque te quiero, ,

No quiere salir, y llueve;


LEONARDA. Que su traición te declaro. Y como el cielo se mueve.
Pues ¿no es fingimiento? (.4/>. ¡Oh traza de ingenio raro! Mueve esta máquina humana.
LUCRECIA. ¡Qué bien engañarte espero Hoy se abomina una cosa,
¡Yo fingida Todo cuanto digo aquí Y mañana causa gusto
LEONARDA. Floriano lo ha trazado, Yo he conocido que es ju^to
Tú fingida. Y es un enredo extremado Ser, como digo, su esposa,
Para que él me goce á mi.) Y aquesto respondo aquí.
LUCRECIA.
¿Porqué? LEONARDA. FULGENCIO.
LEONARDA. ¿Y qué traición puede híiber? ¡Mirad lo que son mujeres!
Por darme á entender LUCRECIA. ROSARDO.
Que Floriano estaba aquí, Han concertado venir
Y viene á pedirme á mi Leonarda, en fin, ¿que me quieres?
Con líosardo á concluir
A Fulgencio por mujer. LEONARDA.
Que quieras ser su mujer,
LUCRECIA. Y detrás desfe aposento Digo mil veces que sL
Leonarda, yo no lo he visto; Hacer que esté Floriano ROSARDO.
Pero dicen que ha llegado Para que tenga por llana •
Mira que me da Fulgencio
De hidalgos acompañado Que tratan su casamiento. á Lucrecia.
(Que es en el lugar bienquisto), Y como dirás de no LEONARDA.
Y por mujer te pidió. A Rosardo, claro está Ya lo sé;
Que por sí lo entenderá. Y aun esa la causa fué
LEONARDA.
¿Posible es que fué verdad? LEONARDA. Para mover mi silencio.
LUCRECIA. Ansi pues, diré yo
si FULGENCIO.
Pues ¿qué es la dificultad?
Desde una hasta mil veces. Rien os podéis ir de aquí.
LUCRECIA. {Ap. Envidia debió de ser.)
LEONARDA.
Que no le merezco yo. Puc^ eso es lo que has de hacer ROSARDO.
Si quieres ser sumujer. ¿Confiesas ser mi mujer?
LUCRECIA.
Ya que á agradarle te ofreces. LEONARDA.
Deja esa humildad tan necia.
LEONARDA. Digo mil veces que si.
LEONARDA.
¿Quién te lo dijo? Por el declarado engaño. ROSARDO.
Darte, prima, el corazón Esto no tiene remedio.
LUCRECIA. Es corta satisfacion.
LUCRECIA.
Fabricio,
LUCRECIA. (Ap. ¡Qué bravamente la incita!
Dándome bnütante indicio
be lo que te estima y precia. (Av. ¡Qué á mi contento la engaño!) El la mueve y solicita
Rosardo y Fulgencio vienen : Por estar yo de por medio.)
LEONARDA.
Yo aseguro que ya está Ya estaréis desengañados
Y, prima, ¿qué ha respondido?
Floriano donde oirá De que esta lo ha "de impedir.
LUCRECIA. El pensamiento que tienen.
LEONARDA.
Mi padre, de aficionado.
LEONARDA. ¿Tengo yo mas qué decir?
Tenia casi tratado...
A lo menos, el contrario, ROSARDO. (Ap.)
LEONARDA. Porque pienso decir si.
Dilo. Hoy pierdo diez mil ducados.
Pero ¿qué se ¡niede hacer,
LUCRECIA. ESCENA II.
Sino acetar la mitad
Hacerle mi marido;
Y creyendo que tu gusto ROSARDO, FULGENCIO.— DrCRAS. Con quien muestra voluntad
Agora otras cosas trata, Y quiere ser mi mujer?
La respuesta le dilata, FULGENCIO. (.4 Rosardo.) FULGENCIO.
Y no con poco disgusto. Como ella lo niegue aquí En fin, ¿que callado habías
LEONARDA, ¿Qué testigo es necesario. Para dar aquestas voces?
Pues hámele dado grande. Aunque palabra no hubiera? LEONARDA.
Digo que ese es gusto mió, ROSARDO. Mal las mujeres conoces,
^ uo hay para qué mi tio Todas las que yo le he dado Si lo que aman les des\ias.
tn hacienda ajena mande; El viento las ha llevado. FULGENCIO. (Ap.)
lie si el yerno le contenta
Bien puedes hablarla. Celos y envidia lo han hecho.
, ; ,; , ; ; ,, ; ,, ; ;! ; ,;, ; , !

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Que, como fuera inmortal, LUCRECIA.
LEOXARDA.
(1 ase.)
Ni mi mal temiera mal ¿Pensáis que se quejará?
Vergonzosa estoy adiós. :

Ni mi bien fuera mas bien. FLORIANO.


FULGENCIO. Dejad que pueda Floríano Vuestra fe parecerá.
¿Qué decís, Rosardo , vos? Él por si reconocer Que es tan blanca como él.
ROSARDO. La distancia que ha de haber Pero hay en medio un borren.
De lo divino á lo humano.
Que ha descubierto su (lecho, Que amaros Fabricío fué.
Sol es vuestro entendimiento
Y que es forzoso el casarme. LUCRECIA.
Que alumbra mi ceguedad
FULGENCIO. Luna vuestra voluntad Otro, por mi vida, eché.
Pues Leonarda lo procura Por el fácil movimiento FLORIANO.
Vamos á hacer la escritura Que aunque ahora está creciente. ¿Luego dos Fabricios son?
Que quiero desobligarme Temo después la menguante.
LUCRECIA.
De la palabra que di. Oase.) LUCRECIA.
Mancharé toda la plana
LUCRECIA. Hoy estáis muy estudiante Si me vais tratando del.
¿Ya en efeto libre quedo? Y cerca de impertinente. FLORIANO.
ROSARDO. Vamos á lo que hace al caso
Quedará bueno el papel
Mirad si serviros puedo.
Que yo no puedo menguar;
Y escribíréisle mañana
Que soy luna en el llorar,
LUCRECIA. Y soy sol cuando me abraso. Que yo os daré tinta, ¡ ay cielos
Vos podéis mandarme á mí. FLORIANO. LUCRECIA.
{Vase Rosardo.) ¿Cómo?
Si en esto os vine á ofender.
FLORIANO.
Ingeniosa traza ha sido Ríen es altivo mi celo
Pa'raremediar mi daño, Que estando cerca del cielo, Porque estos enojos
Si no se sabe el engaño kra forzoso caer. La sacarán de mis ojos
Hasta hacerle mi marido. Por quinta esencia de celos.
LUCRECIA.
Y creo que cierto es LUCRECIA.
¡Jesús !¿ del cielo caistes?
Aunque fuese descubierto, No la dais por poco precio,
Porque de un engaño cierto FLORIANO.
Sí por mi afición la dais.
Resultan muchos después. Sí que vos sois celestial.
;
FLORIANO.
LUCRECIA.
Razón es que ya escribáis
ESCENA III. ¿Habeisos hecho gran mal? Que yo sé que he andado necio.
FLORIANO. LUCRECIA.
-FLORIANO, C071 escribanía y papel.— No; que vos me detuvistes Eso en estar de rodillas.
LUCRECIA. Que es también del cielo oficio. FLORIANO.
I UCRECIA.
FLORIANO. Yo estoy como debo estar.
Desto de escribir tratemos. LUCRECIA.
¿Es hora ya de lición? FLORIANO.
LUCRECIA. Solo me enseña á firmar.
Aquí materia tenemos Ya que de firme te humillas.
De la tuya siempre es hora. Y á mí me la da Fabricío, Estas letras A, B, C,
FLORIANO. Que por la calle pasea Ayer las iba imitando.
Pues ¿qué hay de nuevo, Señora? Mientras escribiendo estáis. FLORIANO.
¿Es cierta mí perdición? LUCRECIA.
Si las quieres ir juntando.
LUCRECIA. Sien esa materia habláis, Escribe.
Antes mi ventura es cierta Haré yo la letra fea. LUCRECIA.
Con la traza que me has dado. FLORIANO. ¿Qué letra haré?
FLORIANO. ¡Pues qué , sí me da pasión FLORIANO.
¿Que en mi bien ha resultado? LUCRECIA. ¿Quieres escribir tu nombre?
LUCRECIA. Callad ;
que ya me avergüenzo. LUCRECIA.
La escritura se concierta ; FLORIANO. ¿Ya no te digo que si?
Que aumenta la prisa el gusto. Escribid pues. FLORIANO.
Pero he quedado celosa LUCRECIA.
es hermosa. Pues toma la pluma. Así.
De Leonarda, que
Ya comienzo. Libre estoy ; mas no te asombre
FLOntANO.
FLORIANO. Ser fuerza tocar la mano.
¡Oh qué pensamiento injusto LUCRECIA.
Y falsa imaginación! Ya pasa.
LUCRECIA. Turbarásme si la tocas.
Sentaos, porque no entre alguno
Que en tiempo mas oportuno Ya eché un borrón. FLORIANO.
Os daré satisfacion. FLORIANO. ¡ A qué gloria me provocas
LUCRECLV. Así su ventura sea. Cielo niio soberano!
Dejad vos elalmohada Mostrad... LUCRECIA.
Que no me habéis de servir. LUCRECIA.
¿He de escribir ó escuchar?
FLORIANO. {De rodillas en la almohada.) Sí será, pues mengua FLORIANO.
¿Celosa os queréis lingir? FLORIANO. puedes hacer.
Todo lo
Eso de servir me agrada. Quítarélecon la lengua. LUCRECIA.
Creed que anda el alma agora LUCRECIA.
Di qué letra he de poner.
Mas huiiiiiiada que el traje.
os quedará muy
No que feo.
FLORIANO.
O soy grande para paje, ;

FLORIANO.
O no me queréis. Señora. Por ¿has de comenzar.
¿Porqué, Señora? Mostrad. LUCRECIA. (Escribe.)
LUCRECIA.
LUCRECIA.
Antes por lo que os estimo, Comienzo.
Mal de rodillas estáis. Dejalde que así me agrada
; FLORIANO.
Porque no ha de estar manchada
FLORIANO.
que
Una F has hecho.
Lengua trata verdad.
Diré, si esto me estorbáis. LUCRECIA.
FLORIANO.
Que es por lo que á vos me ari imo. ¿F? Pues perdona, hermano;
Yo estoy bien , y estoy tan bien ¿lia de quedarlo el papel?
; , ; ,; ,; — ;, , ,

EL DÓMINE LUCAS.
Que iba á poner Floriano Hacer llana la escritura, ROSARDO.
Como le tengo en el pecho Y que no resulte error.
¡Hay locura semejante!
Y si Lucrecia queria, Mi hija está aquí también,
Ya touo una cosa es. Y el dómine que la enseña. FULGENCIO.
FLORIANO. ¡Hola, Lúeas! ¿Quién es ese?
Deja esa letra, y después ROSARDO. LEONARDA.
Comienza, por vida mia, Creo que sueña. El estudiante.
Porque es uso en corte usado, FLORIANO. (.4 Lucrecia.) ¿Para qué fe admiras desto?
Cuando la carta se íirma.
Formad las letras mas bien. ¿Piensas que no lo he sabido,
Poner antes de la firma Y que has querido engañarme
La letra del nombre amado. FULGENCIO. Teniéudole, para hablarme,
¿No oyes que te estoy llamando? Detrás de un paño escondido?
LUCRECIA.
FLORIANO. ¿Piensas, engañoso fio.
¿Luego la F está bien? Darle á tu hija Lucrecia?
Tu padre está aquí , Señora.
FLORIANO. Pues cree que le desprecia
Extremadamente LUCRECIA.
está. Solo por saber que es mío.
¿Hay en que te sirva ahora? No me quites mi contento.
LUCRECIA.
La L he formado ya. FULGENCIO. Con Floriano estoy casada.
¿No ves lo que estoy tratando? PLÁCIDO.
FLORIANO.
Vé por Leonarda, tii prima.
Haz la U. La escritura es extremada,
LUCRECIA. LUCRECIA. Y extremado el casamiento.
Y la C también. Ya voy por ella. Señor. ( Vase. ) Si ya con otro lo está,

FLORIANO. FULGENCIO. ¿Qué me mandan escribir?


Hazlai?... Ahora podrá mejor FULGENCIO.
LUCRECIA. Decir que á Leonarda estima. ¿No me acabas 'le decir
¡Bien, áfe! No os vais vos que habéis de ser
; Que á Rosardo quieres ya?
En mi vida la escribí. Desta escritura testigo. (A Floriano. ) ¿Estás por ventura loca"?
I

PLÁCIDO. LEONARDA.
FLORIANO.
Haz la E. Vaya, llame algún amigo; Ya supe vuestra intención,
LUCRECIA. Que bien será menester. Y no fia el corazón
¿Está buena? FLORIANO. Las palabras de la boca.
El pastor estaba aquí. Escondióse Floriano
FLORIANO.
FULGENCIO. Y por eso dije allí
Si.
Una y mil veces que sí
LUCRECIA. ¿A qué ha venido?
Y le di palabra y mano.
El ojo un poco cegué FLORIANO.
ROSARDO.
Mas ¿cómo podrá una ciega A llevar
Dar ojos á quien le faltan? Recado de quesear.
¿Qué es esto? Qué furia es esta?
Deshonra mia, ¿qué dices?
FLORIANO. ¿Quieres que le llame?
¿Cómo ahora te desdices
Tres letras solas te faltan. FULGENCIO. De aquella dulce respuesta?
A esa C otro punto llega. Sí; ¿Qué es esto, enemiga mia?
LUCRECIA. Que que firme aguardo
solo á FULGENCIO.
¡Linda letra es esta/, Leonarda lo que nos dijo. Lucrecia, ¿de qué está loca?
Que tiene poco que hacer! Para partirme al cortijo.
LUCRECIA.
{Vase Floriano.)
FLORIANO. Sospecho que la provoca
La A falta por poner. Alguna melancolía.
ESCENA V.
Ella dio en triste después
LUCRECIA.
¿Está bien? LEONARDA LUCRECIA.— FULGEN-
,
Que la tratan de casar.
FLORIANO. CIO, ROSARDO, PLÁCIDO. FUL&ENCIO.
Bien está así. Vuélvela, Rosardo, á hablar;
LEONARDA. {Ap. á Lucrecio.) Que amor ó locura es.
LUCRECIA.
¿Cómo dice aquí? ¡Yo casarme con Rosardo! ROSARDO.
¿Quién, prima, lo concertó? Mi bien, ¿que se os ha olvidado
FLORIANO.
LUCRECIA. Que vuestro marido soy?
Lticrecia.
Tú misma lo prometiste. LEONARDA.
LUCRECIA.
LEONARDA. Casada Rosardo estoy,
, ,
La firma en blanco he dejado.
Fué por lo que me dijiste; Y tú dos veces casado.
FLORIANO. Que no por quererle yo. ¿A Lucrecia no te dieron?
Tu castidad has firmado. ¿Para qué vuelves á mi?
ROSARDO.
LUCRECIA. Leonarda viene. ROSARDO.
Fué la de Roma muy necia. No me dieron sino á tí
LEONARDA.
FLORIANO. O tus palabras mintieron.
He venido
Dame papel por tu vida
el , A saber lo que me quieres. LEONARDA.
Que quiero guardar tu nombre
FULGENCIO. Que ya supe vuestro enredo
Contra la visión de un hombre.
Di que de Rosardo eres Por quitarme mi marido,
Mujer, y él es tu marido Y cómo estaba escondido...
ESCENA IV. Que ya está aquí el escribano; ROSARDO.
FULGENCIO, ROSARDO, PLÁCIDO. Y firmaréislo los dos. ¿Quién?
LEONARDA. LEONARDA.
Dichos.
¡ He de casarme con vos Floriano.
PLÁCIDO. (.1 Fulgencio.) Si lo estoy con Floriano! ROSARDO.
La traza tengo entendida
ROSARDO. ¡Bueno quedo!
Y sé que sois su tutor.
¡Cómo, cómo! LEONARDA.
FULGENCIO. FULGENCIO.
Plácido, aquí se procura
¿Piensas que no sé muy bien
¿Qué es aquesto? Que por mujer me pidió?
;, —

; : ; ! —
! ,,;

CÜ.MED1AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ROSARDO. Malailme, heridme, acabadme. LEONARDA.
¿Quién? Estas causas me han movido. Sí.
LEOXARDA. . Ya, Señor, perdón os pido. LUCRECIA.
Flüiiano. FULGENCIO. Cansaste en vano;
I

ROSARDO. Calla, enemigo. Soñaste el bien (¡ue esperabas.


Floriano es mi marido.
Que soy yo. FLORIANO.
FULGENCIO.
FlLGF.i>CIO. Matadme;
Pero no he consentir ¡También! Perdido está todo.
Loco te hará á ti también.
Que a(iuí se ofenda al Señor. FLORIANO.
Y yo dése mismo modo
ESCENA VI. FULGENCIO.
Testigo de todo he sido.
Oh hipócrita de mi honor!
FLORI.\NO, DORISTO. — Dichos. ¡

Calla.
FULGENCIO.
FLORIANO.
¿Qué Florianosson estos?
DORISTO. ROSARDO.
Hablando he de morir.
Por muclios años y buenos ¿No me diréis qué han comido?
Todo á tu yiisto siieeda. ROSARDO.
FULGENCIO.
FLOKIANO. ¿Qué OS va á vos. Dómine, en eslo? Unas setas que han traído
Ya por testigos no queda. FLORIANO. Algunos villanos destos.
PL.ioiDO. Defiendo mi teología. Yo apostaré (|ue tenian
ROSARDO. Ponzoña y que los han muerto.
Testigos es lo de menos.
Miraa Señor, (jue es locura
. ¿Por qué causa? ROSARDO.
Curalda ; des|»ués se hará. FLORIANO. Eso es sin duda, eso es cierto,
FLLGENCIO. Porque es mía, Y por eso desvarían.
Deslo no se trale ya Y me la quitan tan presto. DORISTO.
Que quiero ponería en cura. PLÁCIDO. Yo lastraje, y juraré
Rosardo, Lucrecia es vuestra :
Que no tenían ninguna.
Para los dos servirán Este mozo es buen cristiano,
Y habla como estudiante. PLÁCIDO.
Los testigos que aqui están.
No pase ahora adelante ¿ Eran de prado ó laguna?
Muestra la mano.
La boda. DORISTO.
LlCIiECIA.
FULGENCIO. (A Floriano.) Del monte las arranqué
¿Qué? Que junto á un roble nacían.
Calla, villano.
FULGE.NCIO.
FLORIANO. {Llorando.) PLÁCIDO.
Muestra.
jSeñor, no lo permitáis Curallos será mejor.
LUCRECIA. l*or vuestro divino amor! Traigan triaca.
¡Cómo muestra! ¿Pues no hay mas FULGENCIO.
FLORIANO.
De, en fallando, dar en mi? Es amor.
i
Hay mas gracioso doctor!
FULGENCIO. LUCRECIA. {Ap. á Floriano.)
ROSARDO.
Esto me conviene así. Mi bien por triaca envían.
,
Si luego no se la das, Hermano, ¿deque lloráis?
FLORIANO.
¡Vive Dios que te!... FLORIANO.
Bien habré yo menester;
la
LUCRECIA. ¿No he de llorar un pecado Que harta ponzoña he tragado.
Detente Contra el Dómine y Maestro? LEONARDA. [Ap.)
Que ese término no es hijo '
FULGENCIO. Como á loca me han tratado,
De tu valor. Y deben de ser.
¿No es bajo temor el vuestro ellos lo
FULGENCIO.
Por un tonto, mi criado? FULGENCIO.
¿Quién te dijo Dale allí luego la mano. {A Lucrecia.) Entraos adentro los tres.
Que no es término decente?
FLORIANO. LEONARDA.
Soy padre, y lo puedo hacer.
Señores , que es herejía
¡
Aunque hagas mas invenciones
LUCRECIA.
¡Que se ha casado este día Y géneros de traiciones
¡Ved á qué punto he llegado! Lucrecia con Floriano Floriano mi esposo es.
FULGEJiCIO. FULGENCIO. LUCRECIA.
Esto ha de quedar lirmado. (A Rosardo.) ¿ Floriano? No lo creas.
¿Otro Floriano? ¡Rueño!
Lucrecia es vuestra mujer. Porque ha de ser mi marido.
Algo han estos dos comido.
Vos, Lucas, y vos, Dorislo, FLORIANO.
Testigos destb seréis. FLORIANO.
Digo que testigo he sido,
FLORIANO. Floriano es su marido :

Segundas bodas condeno.


Y que sé que lo deseas.
Yo diré que , si lo hacéis. ROSARDO.
Es con la fuerza que he visto LEONARDA.
¡Buenos van con su locura!
Que es casamiento forzado, ¡Vllcntes, necio; que conmigo
Y contra la ley de Dios. FULGENCIO.
Floriano está casado.
FULGENCIO.
Yo voy á darles triaca.
PLÁCIDO.
¿Quién os mete en esto á vos, PLÁCIDO.
¡Ved la locura en que lian dado
Bellaco, desvergonzado? Si este frenesí se aplaca
La casada y el testigo!
Es esta la recompensa Volveré á hacer la escritura.
b!e haberos curado aquí? LUCRECIA.
( Vanse.)
FLORIANO. (Ap. Ahora es buena ocasión
Para hacerme también loca ;
Señor, ¿en qué os ofendí?
Que no poco me provoca
FULGENCIO. Tanto mal de corazón.) CaUe.
¿Esta no llamáis ofensa? ¿Quién te dijo á tí que estabas
FLORIANO. Casada con Floriano? ESCENA VII.
Soy estudiante, y estoy, LEO.NARDA.
ROSARDO.
A ley desto y de hombre honrado, Tú.
A avisaros obligado LUCRECIA. i
Como se echa de ver que siempre hují
Y porque cristiano soy. ¡Yo! De cualquiera deseo el justo efeto.
! , , ;;
! , ; ,;
,;;, , ; , — , ,!

EL DÓMINE LUCAS. SS

Y que io aborrecido se concluye ESCENA IX. LUCRECIA.


Que el hombre á lo contrario está sujeto Yo... Señor...
De mi deseo de casar se arguye FLORIANO, FULGENCIO y DORISTO, FULGENCIO.
Pues como uo hay partido que no aceto alborotados.— \i\züü^. Confiesa.
Nohaycasaniienloque asuélelo llegue, Va mi honra y la tuya en remediaHo.
Y todo quiere amor que se me niegue. FULGENCIO.
FLORIANO. {Ap.)
Tema parece ya tanta inconstancia. ¡Espadas ala puerta!
Huélgome (|ue mis celos .>e averigüen
Ya de Leonarda soy, ya de Lucrecia. FLORIANO.
Pero tanta nobleza y tal ganancia
\ (jue por mi los i)ida el mismo padre.
Llega presto Ahora sabré yo lo que temia.
Con justa presunción se estima y |)recia.
No procurar el bien es ignorancia Que Rosardo y Fabricio se acuchillan.
FULGENCIO.
Y es loco y sin razón quien le desprecia FULGENCIO. ¿Haslo pensado ya?
Que para'casamiento en tierra propia Ténganse , caballeros. LUCRECIA.
En esta el cielo derramó su copia. FABRICIO. Voluntad tuve
Agradece De casarse con...
ESCENA VSII. Que es en la calleyenlugartan público; FLORIANO. {Ap.)
FABRiClO. — PiOSAP.DO. Pero en el campo, como voy, te aguardo.
{yase)
¡Túrbase!
^' LUCRECIA.
FABRicio. (Para si.) ROSARDO.
Y' propósito...
No hay que fiar de lisonjero amigo Haz como caballero lo que has dicho. FULGENCIO.
Después que la verdad perdió su fuerza: FLORIANO. ¿Hablóte alguna vez?
Y pues soy en mi mal parte y testigo, El puede irse pero vos, Rosardo, ; LUCRECIA.
A la venganza la opinión me esfuerza.— De aquesta casa no saldréis un punto.
Una ó dos veces.
Mas ¿no es este Rosardo, mi enemigo,
DORISTO. FULGENCIO.
Nuevo Tarquino que á Lucrecia tuerza?
Sin duda (]ue vengarme es justo celo. La puerta cierro que se llega gente. ;
Y esto ¿por dónde fué?
Pues que á su puerta me le ofrece el cié- {Éiitranse en la casa.) LUCRECIA.
[10.- Por la ventana.
¿Fuiste testigo , di , en aquesta puerta
FULGENCIO.
De mis lágrimas, quejas y tormentos, Sala en casa de Fulgencio.
Estando para tí del pecho abierta ¿Hate tocado manos ó vestido?
Para los mas secretos pensamientos? ESCENA X. LUCRECIA.
¿Qué es esto, di, que tu traición concierta Ni me tocó el vestido ni las manos.
En esta variedad de casamientos? FULGENCIO, FLORIANO, ROSARDO
FULGENCIO.
¿No eraLeonarda tuya? ¿Cómo es esto. DORISTO.
¿Hate escrito?
Que ya en Lucrecia el pensamiento has LUCRECIA.
[puesto? FULGENCIO.
Casado estás que en Alba se murmura ¿Qué ha sido la ocasión? Verdad es que me ba escrito.
;

Vendido me has ;(|ueá todos es notorio; ROSARDO. FULGENCIO.


Mas primero verás tu muerte dura^ . Mi casamiento. ¿Y respondido tú?
Que el clandestino y falso desposorio.'
FULGENCIO. FLORIANO. (.4;;.)
Ni gozarás, si puedo, la perjura, ¡Tened la,
¿Cómo? cielos;
bifame rama del linaje Osorio, •.

ROSARDO. Que me mata si dice que le ha escrito


Porque esta esjjada vengará mi agravio.
Por estorbarlo... FULGENCIO.
ROSARDO.
FULGENCIO. Habla : ¿de qué te turbas?
Resolución de caballero sabio!
¡
¿Quién? LUCRECIA.
Oye primero mi razón y entiende ,
Como era
Qiie , aunque aqui respondiera bien la ROSARDO.
Dirigido á casarse...
[espada Fabricio.
FULGENCIO. FLORi.iNO. (.4;;.)
Por tu amistad la lengua se defiende
Que miro al íin la voluntad pasada. ¡Ella lo dice!
Pues ¿qué le va á Fabricio?
Quien á su amigo sm razón olcnde R0S.\RD0.
LUCRECIA.
Porfalsa información con lengua airada, Con mucha honestidad , con mucho
Bien se entiende
Mejor merece nombre de enemigo, [acuerdo.
Sin que lo diga yo.
Y aquel que no le sufre no es su amigo. Dos papeles no mas he respondido.
Y pues que esas locuras te he sufrido FULGENCIO. (A Dorislo.)
FLORIANO. (.4;;.)
Fabricio; como amigo verdadero, Llama á Lucrecia. Muerto soy Ah celos celos!
Matóme ! ¡ !
i
,

Que de Fulgencio importunado he sido (Vase Doristo.)


i

Pluguiera á Dios que no se averiguara!


¡
Con Lucrecia , con ruego y con dinero FLORIANO. (.4;;.)
Que ni la solicito ni la pido FULGENCIO.
Ni te la quito á ti ni yo la quiero.
,
i
Oh cómo viene todo á mi propósito!
;Dos papeles! ¡Mirad si la pendencia
Si dije &i por ocasión tan alia FULGENCIO. Era sin ocasión ¡Alto! Doristo.
!

Fué ajena fuerza que no proiúa falta. ¿En qué funda Fabricio su locura?
,
ESCENA Xn.
FABRICIO. ROSARDO.
¡
Que ú dijiste ¡Que tan
! sin vergüenza El sabe la ocasión y quién la ha dado. DORISTO, CRIADOS.— DíCiiOS.
Lo confiesas, traidor FLORIANO. FULGENCIO.
ROSARDO. Aqui está mi señora con su prima. Lleven aquestas damas á la aldea
Habla mas (}uedo; No vivan mas en Alba solo un punto.
Que no habrá amor que tu locura venza, ESCENA XI. (A los criados.)
Ni tanto atrevimiento sufrir puedo. Vé á aderezar el coche tú. Felino,
LUCRECIA LEONARDA. — FULGEN-
,
Lleva recado de cocina y cama.
FABRICIO.
CIO, R0S.\RDO, FLORIANO. No repliquen palabra vayan luego.:

Pues mete mano : véngate comienza.


;
(.4 Lucrecia y Leonarda.)
ROSARDO. FULGENCIO.
FLORIANO. (.4/;.)
¿Debe de ser porque te tengo miedo? ¿Eran, Lucrecia, las locuras estas,
La ponzoña comida la triaca ,
¿Que celos no bastaban, cielo airado?
FABRICIO.
El decir disparates á concierto.
¡También ausencia, y una muerte á otra,
Déjate de razones, vil cobarde
El no darle las manos á Rosardo? Y para contrastar tan Haca vida!
Que tus satisfaciones llegan tarde. ¿Qué tienes con Fabricio? Dilo, acaba; LEONARDA.
{Echanmam.) Confiesa , perra. ¿Hete ofendido yo, que me destierras?
!, , ;, ; ,; — ! ,; , , ; ;

COMEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Fl'LGEXCIO. Pero mas pobre estoy yo. Aquí á mi huésped primero ;

Caiuiua , no repliques. Pues lo que me dio.


el cielo Y con una carta mia
LCOXARDA. Quiere (|ue tanto me cueste. Mi vestido pedirás.
¿Porquécr.usa? No hay ¡wbreza que á la mia DECIO.
Pueda hacelle competencia ¿Y esto bastará no mas?
FCI.GEXCIO.
Mas , rico soy de paciencia
¿Quién dudaque eres cómplice con ella? Si yo la tengo este día. FLORIANO.
LEONARDA. DECIO.
No le traigas si porfía

;.?on invenciones nueras , son por diclia Mas buenas señas pondré
;, Hay algo acaso que dar De la arca en que le metió.
Para quitarme todavía mi esposo? aqueste pobre estudiante?
.V
Pues todo he de escribirlo á Tioriano. Quées lo que he visto delante DECIO.
¡

nORISTO. Fiador le daré yo.


FtORIANO.
¡Qué poco efeto lia hecho la triaca Mas di: ¿adonde le traeré?
¿FLista acá os habéis de entrar?
FILCENCIO. ¿.No podréis desde allá fuera?... FLORIANO. '

Vayanse luego. Aquí pregunta por mí


:
DECIO.
UCÜECIX. Porque luego me le vista.
; Ya desconoces Señor ,
¡Esto faltaba, ciclo! DECIO.
A tu antiguo servidor?
DORISTO. ¿Adonde vas?
FI.ORIANO.
Callen quese holgarán de ver el campo
:
FLORIANO.
Yo hablara si os conociera. Donde asista
Todo esmaltado de diversas llores
De hacer el queso y de cuajar la leche. DECIO. Mas cerca al bien que perdí.
Los re piesones y las blancas natas. Yo soy el desconocido... Voy, Dccio amigo, á una aldea,
Y allá esta mi mujer, que las aguarda Pero ya no f)uede ser. — Adonde Lucrecia va.
Con mil regalos y con mil deseos. Pues más vengo á conocer. DECIO.
(Vanse Lucrecia Leonarda Doristo y
, , FLORIANO. ¿Es lejos?
¡os criados.) ¿Y qué es? FLORIANO.
FULGENCIO. DECIO. Cerca será
Vos quedaréis aquí dómine Lúeas, , Mi propio vestido. Puesto que muy lejos sea
En guarda de la casa y desta gente. FLORIANO. Aunque siempre oí decir
Que es media legua no mas.
FI.ORIANO. Yo soy quien te le quité
Para hacer esta invención. DECIO.
;.Xo estuvieramejor en el aldea
Avudando, Señor, á los i)aslores? DECIO. ¿Allá en este traje vas?
Queyotaml)iensédesto de hacer queso; ¿Aquí paró tu afición? FLORIANO.
Que en mi tierra lo vi diversas veces. Ansí me conviene ir
FLORIANO.
FLLGENCiO. Para no ser^conocido.
No, porque adelante fué
.\quiosbe menester. Que anntjue el cuerjio venga á estar DECIO.
FLORIAXO. (Ap.) Deshecho en ceniza y hielo, Guíente, Señor, los cielos.
Y aquí sin duda Es como el noveno cielo. FLORIANO.
Me acabarán los celos y el ausencia. Que nunca puede parar. Casados ausencia y celos
FLI-GENCIO. DECIO. ¿Qué han de engendrar sino olvido?
Vos, Rosardo, podéis venir conmigo, ¿Que al fin tú fuiste ladrón? {\'ame.)
Mientras este negocio se averigua: FLORIANO.
Que de una y otra parte está nniy cierto
Dime, ¿dónde quedó Alberto?
Que los deudos querrán ponerse en ban-
[dos. DECIO. Sala en casa de Fabricio.
ROSAi^Do.
Estudiante queda, y cierto
Mientras que no hay agravios, no lo te- ESCENA XV.
De tu daño y pedición.
Mr.5vamosáSanJuah,porsic()dicia[mas.
Meternos en la cárcel la justicia. FLORIANO.
FABRICIO, NEBRO, LAVINO.
(Vanse Rosar do y Fitlrjencio.) ¿No sustenta á mis criados?
DECIO. NEBRO.
ESCENA Xm. Solo conmigo es cruel Yerras en llamarlo agravio,
FL0ÍII.\N0. Que lodos están con él Después de lo sucedido.
Dien puestos y acomodados, FABRICIO.
Si alguno justamente quejas forma Y yo ando cual me ves. que ha sido,
No es tanto por lo
De su contraria estrella y de los cielos. FLORIANO. Cuanto porque yo me agravio.
Consuélese en los suyos con mis duelos, A muy buen tiempo has venido LAVINO.
Y no se queje mientras no se informa. Para despertar su olvido.
Va Circe dehombre en piedra me trans- Desa suerte, el nombre trueca.
DECIO.
forma : FABRICIO.
Y aun fuera bien por no sentir mis celos; ¿Deque suerte? Todo me obliga á furor;
Que en efeto presentes sufrirélos, [nía. FLORIAKO.
Que los negocios de amor
Y iioen laausencia que al morir confor- Escucha pues. Traen la pólvora seca.
Bien puede ser de un hombre resisti- Hoy irás á Salamanca
NEBRO.
Lii contrario cruel y su violencia [do Y aíjuesto le has de contar.
;

Masnocuandoá traición como este em- Mejor pudieras formar


DECIO.
Esas quejas de Lucrecia.
[biste. No estoy para caminar.
Loscelosporlosojosmehan venido; FABRICIO.
FLORIANO.
Pero |.or las espaldas el ausencia; Rosardo desprecia,
Si ella á
Y lo que no se ve no se resiste. ¿Cómo?
, ¿En qué la debo culpar?
DECIO.
LAVINO.
ESCENA
i

XIV. Estoy sin una blanca.


Ocasión habrán hallado,
I

'

FLORIANO.
DECIÜ.-FLORIANO. Pues el padre los desposa.
I
No te faltará dinero.
FABRICIO.
DECIO. DECIO.
i

Es la que ha sido forzosa


;,
Quién está a.'á? t
Y sin él te he de servir. La que eJ intento le ha dado
FI.ORIA^O. (Ap.) i
FLORIANO. Que es en extremo avariento.
Pobre es este Pero escucha ; que has de ir Y es porque Rosardo es rico
, , , ; , , ; , ,!, , ; ; ., , ,

EL DÓMINE LUCAS. 57
LATINO. FULGENCIO. FABRICIO.
Menos esa causa aplico Esto escucho y á esto vengo Hombre hay que por tres
¡
doblones
Por sustancial fundamenlo ¿Qué me habéis de hacer á mí? .lurara contra su padre.
Oue vos le igualáis en todo,
FABRICIO. {Vanse.)
Y en nobleza le excedéis.
Pedir mi esposa con ellos.
FABniCIO.
FDLr.r.NCIO.
Como deudo respondéis.
¿Y qué fuerza tendrán ellos.
L AVINO. Campo y vista exterior de la alquería
Si ha dado á Rosardo el sí?
de Fulgencio.
Y aquí me liallaréis á todo,
FABRICIO.
Y no hay en todo el lugar
(iUanto mas en el linaje,
La justicia os lo dirá. ESCENA XVIII.
Honjhi'e que mas se aventaje, FULGENCIO. (Ajo.)
Y lo pueda sustentar. Menester es buena prisa LEONARDA LUCRECIA.
,

NEBRO. Porque ya aqueste me avisa


LEONARDA.
De Laviuo y aun de mi Que en otro poder está.
Y porque llegue mas tarde No es mala la casería
Estad seguro á lo menos. Para en el campo.
Luego á entregársela voy. (l ase.)
FABRICIO. LUCRECIA.
Deudos y amigos tan buenos Es tan mala.
Basta que ^•uelvan por mí. ESCENA XVII.
Que solamente la iguala
FADRICIO, NEBRO, LA VINO. La misma desdicha mia.
ESCENA XVI. LEONARDA.
FABRICIO. Dame que fuera un palacio.
FULGENCIO. — Dichos. En grande peligro estoy : Que lo mismo pareciera.
No es bien que mi daño aguarde.
LUCRECIA.
FULGENCIO. (A Fabricio.) ¿Qué me aconsejáis en esto?
Para un día buena era
A solas quisiera hablaros NEBRO. Mas no para tanto espacio.
Por satisfacer mi antojo; Que este matrimonio impidas Y' aun aquella labradora
Que no con pequeño enojo Y que por mujer la pidas. Que allá tanto me agradó
Vengo Fabricio , á buscaros.
,
Si no se la dan tan presto. Solo en vella me enfadó
Mas pues vuestros deudos son FABRICIO. Por morar adonde mora.
Los que ahora os acomiiañan Los papeles no son tales LEONARDA.
No creo que aquí me dañan Que la obliguen , sí no quiere. ¿Aquí te quedas?
Testigos de mi razón.
LAVINO. LUCRECIA.
FABRICIO.
Como el padre no la altere. Estoy
La que tenéis en quejaros. Bastan menores señales.
Tengo en quejarme de vos, Tan triste, que me ha de dar
Y podrán muy bien los dos NEBRO. Vida hartarme de llorar.
Disculpándonie , culparos. Busca algún falso testigo LEONARDA.
¿Hay mas de que estáis quejoso Que diga que ella tedió Si te enfado ya me voy
,

\)ae á vuestra hija serví? La palabra. Aunque de manera vivo ,

/.En qué, Fulgencio, ofendí FABRICIO. Que cuando aquí me quedara


,

Vuestra casa y trato honroso? Bien sé yo X llorar te acompañara.


¿Puse acaso alguna escala? Que pudiera mi enemigo; LUCRECIA.
¿Rompí ventanas ó puertas? Que él solo estaba presente
Sola mas gusto recibo.
¿Eran pretensiones muertas? A nuestro requiebro y gusto.
¿Soy igual á quien la iguala? LEONARDA.
NEBRO.
Pudiéndomela entregar, Si así te melancolizas.
¿Serálo de su disgusto?
Como él acaso diría, En la salud lo hallarás.
¿^No es mayor queja la mia FABRICIO.
LUCRECIA.
i»i ya se la queréis
dar? Esto es verdad llanamente.
¿Y no sabéis qué he pensado, Con poco viento verás
FÜLGF.NCIO. El fuego entre las cenizas.
Por lo que puede interés?
¿Qué obligación me ha corrido
Que aquel dómine ó lo que es LEONARDA. {Ap- yéiulose.)
De daros mi hija á vos ,

Es para el caso extremado Aquí me quiero esconder


Porque lo queréis los dos,
Porque
Que en lin como hombre de casa
,
Por saber este secreto. {Escóndese)
hayáis vos servido?
la
Si yola quiero casar,
Podrá jurar que lo vio.
LUCRECIA.
¿Qué me importa vuestro amor? LAVINO.
Solo valle, monte quieto,
FABRICIO.
Como eso el oro acabó. Oye una triste mujer;
Si ella
Como esos peligros pasa. escucharme te inclinas,
quiere, ¿no es error Qiie si á
Querérmela á mí quitar
Como esas diliniltades De su propia voluntad
Por darla á quien no es tan
,
Tiene llanas por el suelo.
bueno? Se moverán á piedad
FABRICIO. Los duros i'ubles y encinas.
FULGENCIO.
Cuando no fuera, podía. Si ; mas ¿cuándo tiene el cielo De un cruel padre me quejo,
Esta ¿no es hacienda mia? Encubiertas las verdades? Para escurecer mi gozo
¿Quién os mel(> en gusto ajeno? Si estejura lo que ha visto. Con desatinos de mozo
üadme luego dos papeles Que, pues es pobre sí hará , Y con intentos de viejo.
Que de mi hija tenéis. Seguro el negocio está. Casarme por fuerza quiere.
Si por dicha no Con tres doblones le embisto.
queréis
Probar mis manos crueles; NEBRO. ESCENA XIX.
Que, aunque caducas están. Pues ¿qué tiros le combaten
Les da fuerza la razón. Para que no le derrihen ? FLORIANO, venido de galán .—LUCRE-
fabrício. FABRICIO.
CIA , LEONARDA , oculta acechando.
Es vana esa pretensión, No habrá lealtad (pie no priven
Y las demás lo serán; FLORIANO. (Ap.)
Ni respeto que no maten.
Que los papeles que tengo No he tomado mal la senda
NEBRO. veo la dulce prenda
I'ues
niormacion han de ser I

ara lo
No hay remedio que mas cuadre Que por otras manos muere.
1 que pienso hacer. Como
1

este á tus pretensiones. Dicha ha sido bailarla sola


!,; , , ! —, ,

S8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LCCRECfA. LUCRECIA. Floriano trata de amores
¿qué hombre es este? Tu esclava y rendida soy. Coa Lucrecia , y aquí estaba.
¡Jesús!
FLORIANO. {Se abrazan. Sale Leonarda.) FULGENCIO.
Soy LEONARDA. Sin duda que lo soñaba.
Quien en la fragua de hoy ¿Para aquesto te escondías? LEONARDA. {Llovando.)
Tu Ungida fe acrisola. LUCRECIA. {Ap) ¡Aquí de Dios!...
LUCRECIA. FULGENCIO.
¡Ay triste! Aquí está Leonarda.
¡Floriano! No me
FLORIANO. llores.
FLORIANO.
¿Quieres que me vaya? LEONARDA.
¡
Enemiga mía
LUCRECIA. LUCRECIA.
¡Que me quitan mi marido!

Aguarda. FULGENCIO.
¿Qué hábito es esle?
¡Vive el cielo, de matarte! *
FLORIANO. LEONARDA.
¡Qué buenas melancolías! DORISTO.
El que es mió.
Tan triste Leonarda estoy, ,
¿Que no quieres sosegarte?
LUCRECIA. ,

;Quién te incita á un desvarío {Remedando á Lucrecia ) LEONARDA.


Tau grande? Que aquí me quiero quedar ¿Tú me tocas, atrevido?
FLORIANO. Para liarlarme de llorar. FULGENCIO.
Tu alevosía. FLORIANO. {A Leonarda.) Asilda ;
que eslá furiosa.
LEON.\RDA. (Ap.) ¿No me conoce?... Yo soy... DORISTO.
¡Mirad decía yo
si LEONARDA. ¿Tú no ves que se resiste?
Que tenían escondido Con poco viento verás {Lo mismo FULGENCIO. {A Doristo.)
A Floriano mi marido! El fuego entre las cenizas. Ea, para-poco, embiste.
LUCRECIA. — Si asi te melancolizas.
LEONARDA.
Mil envidiosas tendrás.
Floriano, ¿quién te engañó?
¡Loca! ¿hay semejante cosa?
FLORIANO. FLORIANO.
Por dar á tü hija esposo
Tú ;.no eres la que escribiste ¿No rae conoce, aunque estoy ¿Loca me haces á mí?
Dos papeles, y juraste Con el vestido galano ?
FULGENCIO.
Que al lin á Fabricio amaste, LEONARDA, ¿Qué esposo?
Y esto á tu padre dijiste? ¡Traidor! ¿no eres Floriano? LEONARDA.
LUCRECIA. FLORIANO. El que estaba aquí.
Eso que dices, há un año; El dómine Lúeas soy. FULGENCIO.
Que es antes que yo te viese. ¡Oh frenesí lastimoso!
LEONARDA.
FLORIANO. ¿Quién es?
En la cara lo pareces;
;.Y no es razón que me pese LEONARDA.
Y sin duda (jue has fingido
Y mí fe se llame á engaño? A(|uel infame vestido
El dómine Lúeas.
¿Tendré yo en tí conlianza
Con ()ue á engañarme te ofreces. LUCRECIA.
Si olvidas para querer,
Mi ha llegado ya
tio : ¡Mirad qué bien lo concierta!
O será justo temer Yo le asiré y tendré fuerle.
Lo mismo de tu mudanza? FULGENCIO.
Para que le dé la muerte.
Mas no quiero ser ingrato Milagro es que no estés muerta
Ni estar celoso de ti; FLORIANO. Por estas manos caducas.
Que solo he venido aquí Suelta. Llevalda luego de ahí.
Para gozar esle rato. LEONARDA. Y tú apercibe ese coche, (A un criado.
Abrevia con esta ausencia ¡Aquí, que se nieva! Y lleguen á Alba á la noche.
Que si >aielves tarde, es cierto ¡Fulgencio! ¡Señop! ¡Ah, gente! LUCRECIA.
Hallarme sin seso ó muerto. LUCRECIA. ¿Hay algo de nuevo?
LEONARDA. (.4/3.)
Mira , necia, que estás loca. FULGENCIO.
¿Para esto tengo paciencia? ¿Qué deseo te provoca Si.
LUCRECIA. Al alboroto i)iesente ? LUCRECIA.
Ya sabes tú la razón {Floriano huye.) ¿Qué es?
Que á mi viejo padre esfuerza FULGENCIO.
Para casarme por fuerza ESCENA XX. Un pleito de Fabricio,
Y vencer mi obstinación. Fundado en tus dos papeles.
Deja que el destierro dure FULGENCIO, DORISTO, criados. Para honrarme, como sueles,
Pues de noche podrás verme; LUCUECIA, LEONARDA. En dar tan honesto indicio.
Que en la vida ha de ofenderme Mas yo te daré á Rosardo
Cuando casarme procure. Para vengarme de ti.
Y mira que te verán, Floriano estaba aquí, LUCRECIA.
Si te detienes aquí. Y con Lucrecia abrazado. Haz tu voluntad en mí
FLORIANO. FULGENCIO. Fe en que vivo y ley que guardo.
¿Y no merezco de ti
¡Ved la tema que ha tomado FULGENCIO.
Algo porque estoy galán?
LEONARDA. Vencerásme dése modo.
LUCRECIA.
No es tema ; que bien lo vi. LUCRECIA. {Ap.)
A que te viese veniste, Para tanto desvario.
FULGENCIO.
Y fingeste muy celoso. Solo en el Dómine fio
FLORIANO. ¿Qué es esto, Lucrecia? Que dará remedio á todo.
¿No lo soy mas que tu esposo? LUCRECIA.
LUCRECIA.
Es poco
Lo que tiene que perder. < Equivale á Juro al cielo DE matarte , j u r

Tú solo mi esposo fuiste. que lie DE malarte.


FULGENCIO.
FLORIANO.
Tristezas deben de ser.
Ahora que limpio estoy.
Bien puedes darme un abrazo LEONARDA.
Con UQ amoroso lazo. No estoy loca; tú estás loco.
, ! , ; , , ; , , , ,, ,

EL DÓMINE LUCAS. SO
Si el propósito no mudas.
ACTO TERCERO. LUCRECIA.
Tenella así no era justo.
FULGENCIO.
Ya espero yo tu martirio. Pues ¿qué haré contra su gusto?
Sala en casa de Fulgencio, en Alba de Tórmes. FULGENCIO. FLORIANO.
¡Qué! ¿santa pensabas ser? Tirano medio tomabas;
ESCENA PRIMERA. Las carnes te he de poner Que no ha de ser el castigo
Como las hojas de un lirio. Igual en todas mujeres.
FULGEiNCIO, LUCRECIA, FLORIANO, Ténmela Lúeas , , aquí. Y es bien que mires quién eres.
(ie dómine Meas.
FLORIANO. FULGENCIO.
FULGENCIO. Yo la tendré con firmeza ; Pues ¿qué haré, Lúeas amigo?
¿Cómo que no has de casarte?
Que es bien que tanta dureza Dame, pues eres discreto.
Se me entregue solo á mí. Un consejo de tu mano.
LUCRECIA.
FULGENCIO. FLORIANO.
A ti de ti mismo apelo.
Ásela bien desos brazos. (Vase.) Mal puede el enfermo al sano.
FULGENCIO.
FLORIANO. FULGENCIO.
No, sino al cielo; que el cielo
Solo á tu remedio es parte. Mira por dónde se mete
¡ Como estudiante, en efeto.
Mira, enemiga, que importa Tu padre á ser alcahuete
FLORIANO.
Que des la palabra luego. Destos dichosos abrazos!
Mira , lo que yo hiciera
LUCRECIA. LUCRECIA. Si esta cuestión fuera mía
Arroja mi cuerpo al fuego. Cuando me quite la vida Era dejar la porfía
Saca el alma , el cuello corta (Que de su crueldad lo espero) De que á Rosardo quisiera
,
Y no me mandes casar, Yo estoy contenta que muero ; Y hacerle conira el honor

Cosa que tanto aborrezco. A buena coluna asida. Una gentil amenaza.
¿Qué temes? FLLGKNCIO.
FULGENCIO.
FLORIANO.
¿Que esto de tí no merezco ¿Pues cómo?
Tu pensamiento. FLORIANO.
Con poder ni con rogar?
Dame el sí.
(Vuelve Fulgencio con una cuerda.) Escucha
la traza;

FLORIANO. FL'LÜE.NCIO. Que no es de poco primor.


Atablen. Dique á toda Alba dirás
No se le des,
Y verás lo que te va.
FLORIANO. Que la has hallado conmigo,
Atada está. Porque con este castigo,
FULGENCIO. Lo que quisieres harás.
Aconséjaselo ya FULGENCIO.
Métemela luego allá; FULGENCIO.
Lúeas ; échate á sus pies.
Que yo la daré tormento. Di: ¿dura te todavía
FLORIANO. La locura de las setas?
FLORIANO.
Señora ,
no deis ?
¿que el si
FLORIANO.
Es cosa bien conocida Quiere, Señora, que es justo,
Que os importa el alma y vida A quien te digo que quieras. ¡Qué bien la traza interpretas!

Oue á tal peligro os ponéis. LUCRECIA. FULGENCIO.


Negáis con tal corazou Tú verás la fe que esperas No hables mas.
Que es en balde mi consejo. Hasta morir por tu gusto. FLORIANO.
Mirad vuestro padre viejo Y para que esté mas fuerte.
Y mirad mi obligación.
,
La industria mia
De puntal me servirás,
Haced como mujer noble.
, Y por eso vas detrás Fué tomada de Tarquino
Para obligar á Lucrecia.
Señora, lo que es tan justo. Para animarme á la muerte.
FULGENCIO.
LUCRECIA. ( Vanse Lucrecia y Floriano.)

No creas que de mi gusto Quien de estudiante se juecia,


Fuerza ni ruego me doble. ESCENA II. ¿Intenta igual desatino?
No que advertirme.
tienes tú FLORIANO.
Ni mi padre que mandarme ; FULGENCIO. Como esta Lucrecia es,
Que es hacer, con avisarme, Y no se deja forzar
Que esté como roca firme. No es tan robusta sobre el alta sierra
La vieja encina ni en la mar sahida
,
Quise este ejemplo tomar.
FULGENCIO. La roca, de los vientos contrastada, FULGENCIO.
Yo haré de ti sacrificio. Opuesta siempre á su furiosa guerra ¿Y qué resulta después?
Pues tan obstinada eres. Ni mas dureza aquella piedra encierra
Esto es confesar que quieres FLORIANO.
Que con la sangre suele ser labrada,
Que venza el pleito Fabricio, Que á su disgusto la mujer rogada. Que por no ver su deshonra
,

Y casarte sin mi gusto. Aunque conozca que su gusto yerra. Se casará con Rosardo.
LUCRECIA. En vano el hombre á la mujer desvia FULGENCIO.
Si yo á Fabricio deseo, De su opinión rebelde, y la importuna iMiora bien, la prueba aguardo.
Del bien que presente veo Al blando ruego y al desnudo acero
Aunque se ofenda mi honra.
Me venga el mayor disgusto.
Porque , si es por amor lo que porfía,
Contará las estrellas una á una FLORIANO.
FULGENCIO.
Y las arenas de la mar primero. ¿Qué honra pierdes , si esto pasa
¡Mirad qué buen juramento Solamente entre tí y ella?
A mi que presente estoy ESCENA III. Cosa es que no ha de sabella
FLORIANO. (Ap.) Ninguno fuera de casa.
No es sino á mí que yo soy ;
FLORIANO. — FULGENCIO. FULGENCIO.
Señor de su pensamiento. FLORIANO. Voy á ponerle ese miedo;
FULGENCIO. Sin duda que ya tomaste Que quiero intentallo todo. (Vase.)
¿Estás resuelta? Con Lucrecia nuevo acuerdo, FLORIANO.
LUCRECIA. Y ha sido parecer cuerdo.
deslemodo
¡Oh, si hiciese
¿Eso dudas? FULGENCIO. Algún provechoso enredo! —
FULGENCIO. Y tú ¿por qué la dejaste? Gente siento en el portal.
Bien te puedes confesar; FLORIANO.
Que te tengo de matar, Porque , como te tardabas,
!! , ; ;; : ;

eo ^^ medías ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FABRJCIO. Porque no te cojan vivo
ESCEI^A IV. Pez ignorante y lascivo.
Destp oro os serviréis ;
Con pies de cabra engañado
FABRICIO.-FLORIANO. Que aun(iue yo os lo vine á dar
Sol de invierno (]ue salió
Por jurar y por hablar ,
Para llover, muy hermoso;
FABRICIO. Ya OS lo doy ponpie calléis.
Flor de almendro presuroso,
Ce, Dómine, dos razones. FLORIANO.
Que al primer aire cayó;
FLORI.OO. Que no lo quiero, (iuardaldo; Oro y moneda de pobre
celosas pasiones
Que de albricias os lo diera, Envuelto en sucio sayal
(Ap. De mis
Si acaso yo lo tuviera. Mujer propia y natural
Este es el orifíinai.)
FABRICIO. Que esta cifra baste y sobre.
¿Qué buscáis, señor Fabricio?
Ya mi pleito se acabó,
FABKICIO. Tomaldo Lúeas tomaldo.
, ,

FLORIANO.
Y ya fus papeles dejo.
Dómine Lúeas, yo estoy Como i)edazos de espejo
Perdido, a fe de quien soy. Escuchad. Riñendo están Que al muladar se arrojó.
Fl orí ANO. Fulgencio y su hija.
(Tira unas cartas y vase.)
Dello me habéis dado indicio. FABRICIO.
¿No va el pleito bien fundado"? Deseo ESCENA VI.
FABRICIO. Saber la causa.
Bien pero sois menester. FLORI.VXO. FLORIANO.
;

FLORIAXO.

Eso creo.
Mejor de lo que pensaba
Yo, Señor, ¿qué puedo hacer? FABRICIO.
Ha sucedido el enredo :
FABRICIO. Oye las voces que dan. Libre de los celos quedo
Darme el bien que me han negado. Que aqueste necio me daba.
FLORIANO.
ESCENA V. ¡Olí papeles enemigos!
Rien á mi poder vengáis
Pues ¿está en mi mano? Dejaos tomar, no me huyáis ;
FULGENCIO y LVC.nECAK, dentro.
FABRICIO.
Dichos. Que liemos de ser muy amigos.
Sí. Veamos qué dice a(iui.

FLORUNO. FULGENCIO. {Dentro.)


¿Cómo? ¡Oh traidora! ;N"o le hallé
ESCENA VII.
FABRICIO.
Con Dómine acostada?
Que habéis de jurar
el

FABRICIO.
DECIO. — FLORIANO.
Que aqui me habéis visto entrar. ¡Cómo,cóiTio! DECIO.
FLORIA>0.
FLORIANO.
Floríano , puedo entrar?
Pues yo, Señor, ¿cuándo os vi?
¡Qué! No es nada;
¿

FABRICIO.
FLORIANO.
Que solo una noche fué.
Rien puedes, Decio, llegar,
Abrid la mano y callad. FABRICIO.
Y mi Alberto, si está ahí.—
FLORIAXO. ¡Vos con Lucrecia! los papeles.
Quiero guardar
¡Yivit üomiims in crelis FLORIANO. DECIO.
Cum sanctis etcum anqélis. Yo pues. Entra, Alberto.
Que no haíra tal maldad FABRICIO.
Uien á Lucas conocéis
¡
¿Y esla por mujer pretendo? ESCENA VIII.
FABRICIO.
¡'.'uego de Dios!
Acabad, dómine Lúeas. LUCRECIA. (Dentro.) ALBERTO, de (•«»/;»/). — FLORIANO,
FLORIANO. No me ofendo DECIO.
h'e in tentationem me inducas; Que aquese esposo me düs.
BasU las que me
ponéis. Ése es igual para mí. ALBERTO.
FABRICIO. FABRICIO. ¡Oh Floriano!
¡!\lirad si ella loconlicsa! FLORIANO.
Dejaos de hablar lalin,
(|U(í la pedi me pesa :
Y tomad estos doblones. 1)(!
¡Oh amigo! Oh mi propio hermano!
Yo la dejo desde aquí. Tiempo es ya que me consueles.
FLOniANO.
FL'LGENCio. (Dentro.) ALBERTO.
Ruinas son vuestras razones;
No sé vo si el dueño es ruin. ¿Por qué dejas á Fabricio? ¿Cómo es esto que me escribes?
Y de mi, aunque no valjío FLORIANO. FLORIANO.
Nada en el traje en que estoy, Porque es mi muj(;r le deja.
Es que te quiero casar.
Creed que coi:io vos soy FABRICIO.
ALBEHTO.
Tan caballero y hiilai;¿o. Por cierto, ¡gentil parej.a!
Todo el oro de la tierra ¿Adonde?
¡Con un mozo de servicio! FLORIANO.
One mi [¡obreza contraste, Dómine, ¿sois hechicero?
Os iiromelo que no ba«te, En este lugar.
FLORIANO.
Si un sijílo me hiciese ííucrra. ALBERTO.
TeniiO en esta rojia pobie No; soy hombre como vos.
¿Y es en la casa que vives?
In alma de oro tan rica. FCLGF.Ncio. (Dentro.)
« FLORIANO.
Que lo que la vTieslra a[.lica Matartetengo, por Dios.
Puede convertir en cobre. Adivinaste lo cierto.
FABRICIO.
Tellaeo pleito tenéis,
I'ucs testigos sobornáis. Ni oiría ni verla quiero — ¿Cómo?
ALBERTO.

Qu'date, infame mujer, FLORIANO.


FABRICIO.
be bajo trato y servil En ella hav una dama
Ya que en nada me ayudáis. Que diste al hombre mas vil
Lúeas, mirad que hacéis.
lo Hermosa, noble y de fama,
Fn tu persona poder. Rira sobre todo, Alberto,
Callad la bf>ca, y seamos. Quédate, falsa murena.
Como antes, buenos amigos. Que del profundo del mar ¡
Y por fama está perdida
S
Por Floiíano.
FLORIANO. Saliste ardiendo á buscar
ALBERTO.
¡Sohomaditos testigos 1 La culebra en el arena.
Pues bien...
¡Buena sentencia esperamos! Quédate, armiño enlodado
;
, , ,; , ,, ; , :, ; ; —
, ; , ,

EL DÜiliiNE LUCAS. 01
floria:vo. I
A que ves lehayáis amado ESCENA X.
Esta me estorba tambieu Y á su amor correspondido.
El remedio de mi vida. ¿Voy bien? {Ap. á Fioriano.) FULGENCIO.— LEONARDA ,

Dirás que eres Fioriano FLORIANO. {Ap. á Alberto.) FLORIA.NO.


Y casarasle con ella :
¡Extremadamente!
Quedaré yo libre delia FULGENCIO.
Y quedarás rico hermano. LEONARDA.
,
Basta que no es posible que se ablande.
Mi Señor, no quiso.
lio, ;

ALRERTO.
Cuando de vos tuvo aviso. LEONARDA.
¡Bravas quimeras inventas! Que gozase el bien presente, Dejad, Señor, de atormentarla tanto.
FLORIANO. Sino esconderos de mi
FLORIANO.
Esta tu remedio es Codicioso del valor
Que de vos cuentan , Señor, Ofenderála mas mientras m:is ande.
ALBERTO.
Y porque yo os quiero ansí {Vase Leonarda.)
¿Qué resultará después?
Que la vista nunca fué FULGENCIO.
FLORIANO. Quien de vos me alicionó
¿.\ quién no da su pertinacia e.spanto?
¿Ahora el después me cuentas? La fama sí, que bastó .Ni que yo como padre se lo mande.
Casémoste una por una ; Para que yo el alma os dé. Ni que le luegue por el cielo santo.
Que después, ¿qué hay que temer? Si gustáis', por vuestra (juedo Como sí fuese yo su humilde liet-hura,
ALBERTO. A pesar deste tirano. Hallan remedió en condición tan dura.
Cosa me mandas hacer ALBERTO. FLORIANO.
Que á toda razón repúna. Y'aos doy. Señora, la mano ¿Con quién quiere casarse?
Pero si nuestra amistad Con cuanto del alma puedo.
Jamás cosa nos negó FULGENCIO.
LEONARDA.
Y yo soy tú , y tú eres yo, Eso me admira;
Y'o os recibo por mi esposo.
Y éntrambos'de uno mitad Que á Fabricio me dice que ai¡orrece.
¿Cómo excederé tu gusto? FLORIANO.
FLORIANO.
Muéstrame aquesa mujer. Y'o soy de todo testigo,
Y" lasdos manos bendigo. ¿Luego ya por Fabricio no suspira?
FLORIANO.
LEONARDA. FULGENCIO.
Ya conozco que ha de ser
En que ella ha venido al justo. ¡Dichosa yo! Con nombralle á Fabricio se entristece.
ALBERTO. ALBERTO. FL0RIA>0.
jYo dichoso! ¿YáRosardo?
Si es la que sale , es extremo.
FLORIANO. FULGENCIO.
FLORLANO.
Esta, mi Alberto, es Leonarda. ¡Extremado casamiento! Respóndeme con ira.
ALBERTO. FLORIANO.
ALBERTO.
Alba es un corto lugar : Pues ¿á cuál de los dos el alma ofrece?
¿Quieres que la hable?
¿Podré en él secreto estar? FULGENCIO.
FLORIANO.
FLORIANO. A todos dice no con alma y boca.
Aguarda;
Bien podrás en mi aposento.
No te turbes. FLORIANO.
Entra sin que visto seas
ALBERTO. ¿Y qué imaginas deso?
Deste viejo escrupuloso.
Eso temo.
ALBERTO. FULGENCIO.

ESCENA IX.
Adiós. Que está loca.
LEONARDA.
LEONARDA. — üiCHOs. Adiós, dulce esposo. ESCENA XI.

LEONA RDA. Mira que luego


ALBERTO.
me veas.
ROSARDO. —
FLLGENCIO,
Vase.)
En busca tuya me traes
( FLORIANO.
FL0RI.\?fO.
Todo el dia.
FLORIANO. Vete tú, Decio, al mesou R0S.4RD0.

Aqui estoy yo. Y acudirás luego aquí. Si la prisaque has dado por casarme,
DECtO. Cum[)liendo tu palabra y juramento
LEONARDA. Era para encubrir y deshonrarme,
Harélo, Señor, ansí.
¿Quién es, di, quien me engañó? Fulgencio, de tu honra el detrimento,
FLORIANO. El cielo permitió desengañarme,
FLORIANO.
Punto en boca que es razón. Y á Fabricio tomó por instrumento.
¿Que en tus engaños no caes? ;

Yo soy el que me vesli DECIO. Que va diciendo tu maldad por Alba,


Por burlarte, aquel vestido Cosida, Señor, la llevo.
La tuya con la suya haciendo salva.
{Vase.)
Que el otro estaba escondido, ¿Para aquesto forzabas á Lucrecia ?
FLORIANO.
Y luego con él me fui. Para aquesto traidor la maltratabas?
, ,

Y'a estás, Leonarda, casada. Mejor que tú su alnja estima y [trccia,


Llega, Fioriano, acá
¿Qué me dices? ¿No te agrada? Pues al liu conoció que me engañabas.
Desengañarásia agora.
LEONARDA. ¿Era de menos brios ó mas necia
ALBERTO. Mi sangre y parentela que afrentabas,
Es un gallardo mancebo ; ,

Dadme esas manos, señora Y no has de perder de mi Que dársela á Fabricio no querías.
Leonarda ; que tiempo es ya. La diligencia que has hecho. Cumplir diciendo ol(li;,'aciones niias?
LEONARDA. Por esta infame de (u íiija loca
FLORIANO.
¡Jesús! ¿Vos sois Fioriano? ¡Que á tu casa y hacienda fuego ocharas,
Todo lo debo á mi pecho Y que tu vida y honra fuera poca!
ALBERTO. En nada te sirvo á ti.
FUI. CENCÍO.
Yo soy. Señora, y aquel
LEONARDA.
Que á vuestro tio cruel Bien conoce en tus razones claras
.se
¿Cómo?
Por vos le pedi la mano FLORIANO.
Que el vino ó la htcura te provoca;
Que ya Lúeas me escribió Que .solo en él ó en ella las hallaras.
Que á Lucrecia me ofrecía Que babeo tibi graticm ¿Qué dices de mi honra ni qué vicio ,

Y debeisle que este dia


Que servirte fué mi oficio ; De mi hija podrá dt>cir Fabricio?
Venga á visitaros vo. Yerum este beneticio
Mihi et tibi et illi
RosAnno.
Aunque esto yo lo'he debido faciam.
Fabricio oyó que (u hija castigabas [zis.
Como quien está obligado Porque la hallaste en deshonestos ¿tu-
: ! , ; ;: ; ; ! : ;,

62 COMEDLVS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FULGEXCIO. A su hija que diría Tengan fin tan venturoso.
¿Con quién? Que conmigo estado había, Que añadas al ser su esposo
ROSARDO. Y él mismo la vio dormir. Mas de doce mil ducados
Con quien... Si no queria á Rosardo, FLORIANO.
Porque el temor la venciese
FL'LGENCIO. ;
Leonarda tiene seis mil,
Y (juiso Dios que lo oyese
Y seis millones quisiera ;
Coniienzasyno acabas. Kíibricio.
Pero buena hacienda espera.
ROS.\RDO. ALBERTO.
ALBERTO.
Con este que yo luciera mil pedazos.
,
El suceso aguardo.
Pues ¿qué dirás si esta maldad alabas? Ha sido invención sutil.
FLORIANO.
Hazla que entre á hablar conmigo.
FULGENCIO. A toda Alba lo ha contado, Estoy muy enamorado.
Nuestros cuellos se vean en dos lazos, Y vino R(!sard()aqui
FLORIANO.
Rosardo, si el traidor no te lia mentido, Tal (jue delante de mi
.

Por quilar'e a Lucrecia su marido. Le ha corrido y disfamado. ¿Ya el dios de amor te ha picado?
¿Cou el Üoniiiie dices? ALBKUTO. ALBERTO.
ROSARDO. ¿Y paró?... Y á él mismo doy por testigo.
Sí , con este. FLORIANO. FLORIANO.
FI.ORIANO. En que
dos van los Voy á escribir el papel
A hacer prender á Fabricio Sobre la íirnia.
¡Conmigo! ¡Hay tal maldad! ¡Oh vil, infa-
Que iiiramalla es claro indicio
FILGENCIO. t-'"*-'- ALBERTO.
Que es porque no se la dan.
La vida haré que la maldad le cueste, Dien haces
ALBERTO. Él ha de hacer esas paces.
¡yue porque no la doy me la disfame!
ó sü riyor me pieste.
Y tú ¿qué piensas hacer? Oblígala mucho en él.
Paciencia el cielo
FLORIANO. {Yanse.)
FI.ORIANO.
Probar que ha sido verdad.
;.Yno es mejor que á {ajusticia líame
Rosardo, pues que en esto es (líendido, ALBERTO.
Plaza.
Oeutrambos?que eres padreyél marido. ¿Con quién?
Fl'I.GENCIO. FLORIANO. ESCENA XIII.
Vamos allá que importa el desajiravio
; La dilic'ulíad
De una deshonra como aquesta mia. En la probanza ha de ser. LISANDRO, corregidor; FULGENCIO,
ROSARDO. Pero mira yo he guardado,
: ROSARDO, FABRICIO, NEBRO, LA-
Desde (lue enseño á Lucrecia, VINO.
Llévalo por justicia como sabio
V\\ |)aiiel que
alma precia el
En la verdad el sabio se conlia CORREGIDOR.
Por tener su nombre amado.
Y si quieres mejor venfíar tu agravio, Parecen mal en amistades hechas
Ella hizo aquesta lirma
>io lo encomiendes á tu sanjíre tria ; Y en mí presencia es justo que se excu-
Que yo la tenjío como fuego vivo, {!^e enseña Ja firma de Lucrecia.)
Rosardo, las palabras injuriosas; [sen.
Y por propia la (luieroy la recibo. No mas de para aprender Que esta persona representa el Duque,
Pero ahora vendrá á ser
FCLGENCIO. {Señalando á si mismo.)
Lo (pie esta verdad confirma,
Dejemos por ahora Lis espadas Y es justo que en aquesto se interponga
Porque puedo encima della
yue para d vulgo importan,
los papeles Su autoridad y la de aquesta vara
Una cédula escribir,
Porque en las honras mal averiguadas Que los buenos respetan la justicia,
Y que es mi mujer decir.
Lisoretamente las palabras cortan : Y los malos no temen al castigo.
Los que ¡irueban verdades apuradas ALBERTO. Averiguarse con razones puede
Las armas en sus términos reportan ; ¿Qué importa si niega ella? El que la tiene de los dos en esto.
Y dan, para probar lo que penetras, FLORIANO. FULGENCIO.
La sangre manchas y la tinta letras. Yo sé que no ha de negar. Yo digo que querello de Fabricio
RO.SARDO. ALBERTO. Conid disfamador de mi honra y casa, -

Pues vamos; que quedaba en este punto Si es así , no hay que receles. Porque no le he (juerido dar mi hija.
La justicia en la plaza y el culpado. FABRICIO.
FLORIANO.
(VflHíe Fulgencio y Rosardo.) ¿En qué te he disfamado si á tí propio
,
También de ciertos papeles
FLORIANO. Oí decir lo que en la plaza dije?
Me tengo de aprovecliar.
¡Oh cómo se traza bien ALBERTO. FULGENCIO.
¿Quién imaginara tal? ¡A mí! ¿Dónde?
¿Son suyos?
Ya soy á Ulises igual FABRICIO.
FLORIANO.
Su astuto nombre me den.
Si suyos son En til casa.
¿Qué haré para que esto pare ,
;

Y en mi provecho redunde? Pero escritos á Fabricio. FULGENCIO.


¡Oh amor! tu ciencia me infunde, ALBERTO. ¿Y dónde estabas,
Tu inmenso favor me ampare. Cuando en mi casa lo que dije oíste?
Pues ¿cómo darán indicio
De que te tuvo afición? FABRICIO.
ESCENA XII. FLORIANO. Entré á buscar á Lúeas, tu criado.
Porque diré que son míos. Ese que en casa y fuera llaman Dómine;
ALBERTO. -FLORIANO. Y él sabe bien que aquesto le decías
ALBERTO.
Con soberbias palabras á Lucrecia,
FLORIANO. ¿Cómo á tus manos llegaron? Y en esto le presento por testigo.
¿Dónde, Alberto? FLORIANO. FULGENCIO.
ALBERTO. Las suyas los arrojaron Pues vo quiero quedar por condenado.
Como vi (^on igiíales desvarios, Si el Óómine dijere que lo ha oído.
Que sale el viejo de casa CiUando creyó que yo habia
FABRICIO.
Vine á saber lo que pasa. De su Lucrecia gozado.
Bien puede ser que niegue, si por dicha
FLORIASO. ALBERTO. Teme tus amenazas, y (;onoce
Grande mal hay. i\o va muy mal ordenado. El bien que de tu casa ha recebido.
ALBERTO. FLORIANO. R0.SARD0.
¿Cómo ansí? Hoy será Lucrecia mia. no creas que lo niegue,
Si lo .sabe,
FLORIANO. ALBERTO. Porque es en tanto extremo buen cris-
¡Plega á Dios que tus cuidados ¿tíano.
Hice á Fulgencio decir
,, —
, , , ! ! ; , , ; , ,'; ;

EL DÓMINE LUCAS. 63
Que contra toflos defendió tu parte FLORIANO. '
Esto es mentira y invención notoria.
El ília que me daban á Lucrecia. Cánones y leyes ROSARDO.
Llamarle importa vayan á buscalle.
; Y soy por Salamanca licenciado.' Pide, Señor, que prendan á Fabricio.
CORREGIDOR. [mo. CORREGIDOR.
FULGENCIO.
Noes menester que ya se ofrece él mis- ¿Tú?
; Que prendas á Fabricio te requiero.
FLORIANO.
Yo. FABRICIO.
ESGENA XIV. CORREGIDOR. ¡A mí ¡¿Porqué?
FLOrJANO.— Dichos Pues ¿cómo desa suerte vives, FULGENCIO.
Sirves, pides por Dios y, sin paráfrases. Porcpie es invención tuva
FULGENCIO. Andas hecho bribón pbr las tabernas? Que te has aprovechado deste loco,
A buen tiempo has venido. FLORIA>0. Y has hecho aquesta cédula ungida.
CORREGIDOR. Ninguno con verdad podrá decirlo FARRICIO.
No le hables; Que donde yo servi pedí y me mandan,
, ¿Es menester prenderme para eso?
Que quiero examinarle yo primero. Es solamente en casa de Fulgencio;
CORREGIDOR.
Dómine Lúeas, puesto que vinistes Y para lo que fué, ya lo habéis visto;
Ni yo iiuedo prendelle sin testigos.
Enfermo y pobre á casa de Fulgencio Que al fin estoy casado con su hija.
Y de su mano socorrido fuistes FULGENCIO.
ROSARDO.
Mirad quenohay respeto que os obligue ¿Con Lucrecia Pues echa mano del infame Dómine
?
A que en daño del alma juréis falso, Que él dirá la verdad en el tormento.
Y que es el cielomas perfecto amigo. FLORIANO.
FLORIANO.
Padre y socorro y verdadero amparo. Su padre ¿no lo dice?
Sea tormento el de tu propia hija
el
FLORIANO. FULGENCIO. Aunque será el descanso de mi alma.
Pues ¿para qué es agora tanta arenga? ¡Y'o lo dije, traidor! ¡
Fuera Condéneme su lengua, y si ella dice
Declárate conmigo sin preámbulos; CORREGIDOR. Que aquesto no es verdad pónme en un ,

Que soy tan ignorante como el hábito. Detente. [palo;


Yo sé que hay Dios y que es verdad in- FULGENCIO. Que allí quiero morir pedazos hecho.
[mensa; Déjame : pasaréle aquesta espada. CORREGIDOR.
Conozco su bondad y su justicia Bien dice, bien se allana. ¿Qué le pides?
FLORIANO.
Y que hay rey en la "tierra que la rige
Con jueces que gobiernan la república; Si así me pasas, ¿casarásme luego? FULGENCIO.
Caballeros, hidalgos, ciudadanos, CORREGIDOR. Ásganle bien que puede, si va suel'o,
;

Artitices mecánicos y en todo Tengan respeto á la justicia todos. Meterse en San Esteban de camino.
,

Parael bien premio y para el mal castigo. FARRICIO. CORREGIDOR.


CORREGIDOR. Ninguno ofenda Dómino, ó presuma
al
No es menester asille : yo le fio.

Pues á quien sabe y sabeque importa lo Que Fabricio y sus deudos le delienden. FLORIANO. [los.
Preciarse un hombre, como voshonia- FULGENCIO. ¡
Qué no me iré, aunque me echéis á
: [la-
[do.
no me quejo del pero es muy justo
\"a ;
FULGENCIO.
De decir verdad sobra este prólogo
la ,
Que de vosotros todos forme queja. ¡Ay pobre viejo!
¿Fabricio ha entrado hoy en vuestia ca-
Que á un loco dais, en mi deshonra, cré- FABRICIO.
FLORI.\NO. L''^- [dito.
FLORiANO. Dómine, ¿qué es esto?
Entró á buscarme.
Si soy loco, no quiero ser creído; FLORIANO.
CORREGIDOR. Mas si de lo que digo doy probanza,
Dómine desta casa seré presto.
¿Habló con vos? ¿Por qué no me tendían por hombre
(Vanse.)
FLORIANO. FULGENCIO. [cuerdo?
Un poco. Pues ¿qué probanza tienes, enemigo?
CORREGIDOR.
FLORIANO. Portal de un mesón.
¿Qué oyó á Fulgencio que á Lucrecia di-
[jo?
¿De Lucrecia no basta aquesta cédula
FLORIANO.
Y dos papeles suyos amorosos ESCENA XV.
Que conmigo la halló. De letra ajena, aunque de pro|)ia nota,
CORREGIDOR. Poique escribir entonces no sabia? DECIO, UN MESONERO.
¿Cierto? FULGENCIO. DECIO.
FLORIANO. ¡Cédula de Lucrecia ¡Palabras tan afrentosas
Sin duda. FLORIANO. Me habéis de decir á mi!
CORREGIDOR.
Esta presento, MESONERO.
¿Qué respondes?
Lisandro, por mi abono y sean testigos ;
¿Qué es del vestido que os di,
FULGENCIO. Que se la doy y entrego. Medias, plumas y otras cosas?
Confieso que lo dije. DECIO.
CORREGIDOR.
FARRICIO. Está seguro Cuando entré en vuestro mesón,
Pues ¿para qué de mí querellas? Que no te faltará. Muestra la liriiia ¿No me vistes por criado
FULGENCIO. . FLORIANO. De Floriano?
Ove; MESONERO.
La cédula leed.
Que eso es maldad; que fué invención Habéis dado
CORREGIDOR.
[de Lúeas, Muestras de fino ladrón.
Porque , haciendo á Lucrecia esta ame- Asi comienza. Verdad es que os vi con él
[naza, (Lee.) «Digo yo, Lucrecia Fulgencia, Pero ya con él no estáis:
Hiciese con Rosardo casamiento
el wque siempre que me sea pedido por Cuatro días liá que andáis
Temiendo el detrimento de su lionra. wLúcas de Madrid, estudiante que en En este lugar sin él.
»mi casa vivo, me entregaré ¡lor su pro- lina carta me trajisles
CORREGIDOR.
«pia mujer, sin para ello alegar cosa en Para que el vestido os diese
¿Y fué tuyo el consejo ?
»contrario, ponjue de mi propia voliin- Y no querria que fuese
FLORIANO. ))tad hago este casamiento. Lucrecia — Fingida.
No lo niego. »Fulgencia.» DECIO.
CORREGIDOR. FULGENCIO. [euerdos Y VOS ¿qué la hicistes?

;Pnes esío aconsejaba un estudiante! ¡Hay maldad semejante! ¿Que hombres MESONERO.
¿Qué h.is estudiado? Puedan creer una maldad tan grande? Guardada la tengo aquí.
, ! ! ,; ,

Ci COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DECIO. Sala en casa de Fulgencio. I
— Llevaídos á vuestra casa.
{Al Correqvljr.]
Pitos ¿(le qué halléis colegido ESCENA XVI. I

CORREGIDOR. (A Fulgt'ncio.)
Que me he lievaiio el vestido? I

Honrad , Señor, vuestro yerno.


MESONERO. EL CORREGIDOR, FULGENCIO. RO-
¡Que necio en dároslo luí, SAHDO, UCRECIA, LEONARÜA, FULGENCIO.
Sin tomar un fiador FABRICIO,FLORL\NO. ¡Cómo, mi yerno! En eterno
Ü buena seguridad' Fuego primero me abrasa.
DECIO. FULGENCIO. CORREGIDOR.
Qui' se lo he dado es verdad. ¡Traidora! ¡que esto confiesas! ¡Eso me habéis de decir!
.MESONERO. U:CRECIA. ¿Pues eso se puede hacer.
Digo que es Lúeas mi esposo. Si dijo que es su mujer?
¡Vos! ¿A quién?
«Erio. ROSAR DO. FULGENCIO.
V mi señor. Ya no os mostréis riguroso. No lo quiero consentir.
MESONERO. CORREGIDOR.
A alíznn popante ijne ya Las probanzas son expresas. ESCENA XVII.
Le Ifudra en la peí elia puesto. ¿Es atpiesta vuestra lirma?
(".onles;id la veidad presto, DECIO, EL MESONERO.— Dichos.
1.1'CRECIA.
Y decidme dónde está.
Digo , Señor, que lo es. MESONERO.
DECIO.
FLORIANO. Iluélgome que hemos venido
Digo que ya se le di. Donde la justicia está.
MESONERO. Querella de mi después,
Si ella lo dice y coníirma. DICIO. '

Pues no habéis de Alba salido,


CORREGIDO». No habéis de dar voces ya.
¡Y habéis llevado el vestido!
DECIO. Ellos están concertados. MESONERO.
LEONARDA. Yo he de cobrar el vestido.
Eso ¿os da sospecha?
MESONERO. Yo, si importa lo que digo, CORREGIDOR.
Si.
Atirnio i|ue soy tesligo ¿Qué es esto?
Hav quien dice que no hay dia De haberlos visto abrazados. MESONERO.
Que en la taberna no os ve. CORREGIDOR. Un pleito, Señor.

DECIO. ¿Adonde? CORREGIDOR.


LEONARDA.
¿Qué importa si le llevé, ¿Y aquí se ha de averiguar?
En el alquería,
Y eso de vuelta seria? DECIO.
¡Suelta, diablo!
Cuando alia nos envió
Fulgencio. ¿Queréis, buen hombre, callar?
MESONERO. FULGENCIO. CORREGIDOR.
Óyete.
Pensaba yo ¿No era en la audiencia mejor?
DECIO. Que honrada hija leíiia; MESONERO.
Suelta. Pero, pues es tan infame
En mi mesón ha posado
MESONERO. Que ella misma se condena Floriano, el caballero
óncdáiidose en mí la buena.
¡Por el Duque, don Bribón, Que deshizo el toro (iero
Sil s;iii.m't' aipií se derrame.
Que te deshaga la faz! Al pié de vuestro tablado.
¡Vive Dios, que has de morir! Dióme á guardar un vestido
DECIu.
BOSARDO. Mientras á Madrid se fué.
ATerigüémoslo en paz.
Y vo propio , si yo he sido El cual des|)ués entregué
MESONERO. Qiíien pensó ser su marido, Al que ahora traigo asido.
Eso pido. Pienso al traidor perseguir Pero he venido á entender
DECIO.
Que en faltando de mis ojos Que fué la carta fingida.
¡ Oh contusión ksa vara á quien respeto, DECIO.
Buen huésiied, ¿tendrás secreto? Le he de acabar, y en efeto Esa es maldad conocida
MESONERO. Satisfacer mis enojos.
Y muy fácil de entender.
Eso si decid verdad V tú , (pie el lugar gobiernas,
:
Y digalo Floriano,
Y de quien yo soy íiad. ¿Permites esta traición?
Pues aquí presente está.
DECIO. CORREGIDOR. CORREGIDOR.
¡Que he de decirlo en efeto! Hablad mas bajo. ¿Quién es?
MESONERO. ROSARDO. (A Floriano.) FLORIANO.
¡B-.ibon! Yo.
¿Dónde le habéis empeñado? DECIO.
DECIO.
Yo os he de cortar las piernas.
FLORIANO. Pregunta ya
Que no es eso lo que os pido.
Si le ái el vestido hermano.
,
Su|)licoá vnesamerced
MESONERO. {Al mesonero
Siquiera me deje una.
¡Pues cómo! ¿Ilabeisle vendido? MESONERO.
ROSARDO.
DECIO. ¡ Señor ¿Cómo
! estáis así?
No os ha de quedar ninguna
Al mi.smo he dado,
dueño lo
Ni vida, infame, ¡creed!...
DECIO.
Sino que escondido está Ya me dejaréis en ¡laz. {Al mesonero.
FLORIANO.
Kn casa de una mujer. FLORIANO.
Ea no mas hablador
, ,
MESONERO. ¡

Buen huésped , es un disfraz.


Que si olraíispada tuviera.
¿Si?Masténgolode ver.
Echado á mis pies le hiciera FULGENCIO.
DECIO. Confesar tu loco error. ¡Este es Floriano!
Venid con diablo ya,el nOSARDO. MESONERO.
Aunque .seque ha de matarme. ¡Hay desvergüenza como esta! Sí.
Sin deber por eso pena. ¿Esto á un villano escucháis? FULGENCIO.
SoUadme. LECRECIA.
MESONERO. ¿Conoceisle?
¿Qué ha de hacer si le afrentáis? MESONERO.
¡La industria es buena!
¿Pensábades engañarme? FULGENCIO. Y dos mil veces
(Yause.) ¡Y' VOS también, dama honesta!... Ha posado en mi mesón.

*;-ííP;' í.'!-'**i>WK
, ; ! , , ,, ,; , —
, ,;,, ! :

EL DÓMINE LÚC.\S. Cj
LEONARDA. MESONERO. Aunque yo tengo por cierii).
¡No est;') mala la invención A que me sacjuen los dientes. Según en él mismo estoy,
Que te azotasen mereces. (.4 Floriano. Vase Leonarda.) Qiu' yo Fliiiíanu soy,
(

Ya espero. Señor, que cuentes Y (|ue él es el misn'io Alberto.


FLORIANO.
¿Por qué? (;4 Floriano.)
Si contigo me casé
No creo que te he engañado
LEONARDA. Tu vida, encubierta en vano. ;
Que soy caballero honrado
Por li:d)er fingido FLORIANO. Y alguna renta heredé.
Que eres Floriaao. ¿Qué hay en eso que decir De Floriano soy primo
FLORIAN'O. Sino que ese propio soy Y así, pues eres (ú prima
Y lo soy-
Aunque en este traje estoy. De Lucrecia á mi me esliiiia
,

Porque lo quise fingir? En lo mismo que la esliino.


LEONAUUA. Después que el toro maté,
LEONARDA.
¿Cómo , SI cou él estoy En la plaza rebozado, Digo que ya soy contenta
Casada? A Decio, que es mi criado, De hacer tan buen casamiento,
FLORIANO. Este vestido tomé, Y perdono el lingimiento.
Y con él me descubrí
Engañada has sido. FULGENCIO.
Como habéis visto, á Lucrecia.
LEONARDA. Ellos se han hecho la cuenta
FULGENCIO.
Señores , no es Floriano No hay mas tío ni respeto.
No la culpo yo de necia
Que estoy casada con él. Si es verdad que pasa asi.
LEONARDA.
FULGENCIO. Pienso que será tu gusto,
LUCRECIA.
Pues ¿en dónde está? ¿Qué es del? Pues es negocio tanjusto.
Ni me tengas por mujer
Que menos que á Floriano FULGENCIO.
LEONARDA.
Habia de dar la mano. Eso yo fe lo prometo.
Hoy me dio su propia mano,
Y vos,Dümiue, ¿no habíais?
Y yole lie dado lamia,
Y este trazó el casamiento.
ESCENA XVMl. FLORIANO
LEONARDA, ALBERTO.— Dichos. Yo os pido, Señor, perdón.
CORREGIDOR.
FULGENCIO.
Pues ¿dónde está? ALBERTO. {A Leonarda.)
Mejor es la bendición
LEONARDA. ¿Que aun no lo podéis creer? Por el favor que me dais.
En su aposento corregidor. Abrazad á esos señores
CORREGIDOR. Ya vienen losdos aquí. Y dad la mano á esa dama.
LEONARDA. {A Albcrto.) ROSARDO,
¡Hay tan gran liellaqueiia!
¡Que se fingiese Floriano No. Vos tenéis yerno de fama.
Con estos falsos testigos!
ALRERTO. FABRICIO.
ll'LGENCIO.
Que soy Alberto yo; ¡ Extremado fm de amores
Que Floriano me dio FULGENCIO.
¿Y qué les han dado, amigos? Su nombre, Leonarda, á mi
Ya sois dómine
de casa
',

ROSARDO. Auuque como la amistad


mano? Ha sido tan verdadera De mi hija y de
mi hacienda.
¿Con qué les untó la
Ser su mismo ser pudiera. FLORIANO.
MESONERO.
LEONARDA. A esto llega, dulce prenda.
Floriano digo que es
¿Eso es cierto? Quien tantos trabajos pasa.
Caballero de Madrid.
ALBERTO. LUCRECIA.
CORREGIDOR. Merécelo mi afición.
Esto es verdad
¡No ha sido malo el ardid! FLORIANO.
Aunque también eso es llano
LEONARDA. {Al juesoticro.) Que es tanto el amor que ves, El Dómine acaba aquí
Y ¿á qué te ofreces después, Que no sabemos quién es Y por lodos y por mí
Si traigo aquí á Floriano? Alberto ni Floriano. Pide al senado perdón.

L-i.
LA VIUDA VALENCIANA,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DIRIGIDA A LA SEÑORA MARCIA LEONARDA.

Después que supe que vuesamerced habia enviudado en tan pocos años, que aunque las par-
tes y gracias de su marido la obligaran á sentimiento, la poca edad la excusara, pues es aforismo
en los discretos mirar por lo que falta, y no por lo que dejan , me determiné á dirigirle esta come-
dia, cuyo título es La Viuda valenciana: no maliciosamente; que fuera grave culpa dar á vuesa-
merced tan indignos ejemplos. Discreta fué Leonarda (así lo es vuesamerced y así se llama) en
hallar remedio para su soledad, sin empañar su honor; que como la gala del nadar es saber guar-
dar la ropa, así también lo parece acudir á la voluntad sin faltar á la opinión. Lo mas seguro es
no rendirla pero si pocos años, mucha hermosura, bizarro brío y ejercitado entendimiento dieren
;

tal vez oído á la lisonja de algún ocioso, no le estará mal al peligro haber leído esta tabula; que

esgrimiendo no se llama herida la que recibe otra ni el músico merece este nombre si arrastran-
,

do los dedos por las cuerdas no tañe limpio. Muchos se han de oponer á tan linda cátedra: perdo-
nen los críticos esta voz linda; que Fernando de Herrera, honor de la lengua castellana y su Co-
lon primero, no la despreció jamás ni dejó de alabarla, como se ve en sus Comentos; pero pues
á vuesamerced no se le ha de dar nada del, ni de sus prólogos, ni de mí ni de esta comedia,
,

volvamos al consejo; que de los maduros le han de tomar los agraces, ó no llegarán jamás á darle á
otros. Opuestos pues los altos para secretos gustos, los iguales para bendiciones públicas, será
fuerza que vuesamerced confusa consulte sus íntimas privanzas, si no lo fueren mas sus priva-
ciones. Aquí es donde entra La Viuda valenciana, espejo en que vuesamerced se tocará mejor
que en los cristales de Venecia, y se acordará de mí, que se la dedico. No fué todo mentira; que
sino pasó á la letra, á lo mas sustancial no hice mas de darle lo verisímil, á imitación de las muje-
res que se afeitan. Estoy escribiendo á vuesamerced y pensando en lo que piensa de sí con ojos
verdes cejas y pestañas negras, y en cantidad cabellos rizos y copiosos, boca (juc pone en cui-
,

dado los que la miran cuando se rie, manos blancas, gentileza de cuerpo y libertad de conciencia
en materia de sujeción, pues la señora muerte, en ligura de redentor de la Merced, la sacó do
Conslanlinopla y de los baños de un hombre que comenzaba á barbar por los ojos y acababa en
los dedos de los pies. Oí decir que su madre del tal difunto era de Osuna, ó que al hacerse pre-

ñada pensó en un cofre: la imaginación hace caso; no nos metamos con los filósofos, que creen
mas á las acciones del espíritu que á la naturaleza de la común herencia él tenia estas gracias, y
;

por añadidura el mas grosero entendimiento que ha tenido celoso después que se usa estorbar
mucho y regalar poco. Suelen decir por encarecimiento de desdichados « Fulano tiene mala som-
:

bra. No la tuvo mujer, tan mala desde que hay sol y siéndolo vuesamerced de hermosura, se es-
))
;

pantaban muchos de verla con tan mala sombra. ¡Bien haya la muerte! No sé quién está mal con
ella, pues lo que no pudiera remediar física humana, acabó ella en cinco días con una purga sin
tiempo, dos sangrías anticipadas y tener el médico mas aíicion á su libertad de vuesamerced queá
la vida de su marido. Puedo asegurarle que se vengó de todos con sola la duda en que nos tenia si
Ü8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
se habia de morir <^quedarse tanto era el deseo de que se fuese no porque tM fiíltase pues siem-
: ; ,

pre laltó, siiio porque Iiabieudo imaginado que nos dejaba, fuera desesperaeion el volver á verle.
Bien creerá vuesamerced euán lejos estaré yo de su oposición ; y asi, debe creerme el deseo do
su bien, libre de interrs lunnano; porque, ¿(piién no aduiira tantas gracias, tanta hermosura y
celestial ingenio? Si vuesamerced hace versos, se rinden Laura, lerracina Ana liins, alemana; Sa- ;

fo, griega; Valeria, latina, y Argentarla, española si toma en las manos un instrumento, á su di-
;

vina voz é incomparable destreza, el padre dcsta música, Vicente Espinel, se suspendiera atónito;
si escribe un papel, la lengua castellana
compite con la mejor, la pureza del hablar cortesano co-
bra arrogancia, el donaire iguala á la gravedad, y lo grave a la dulzura; si danza, parece que con

el aire se lleva tras si los ojos , con almas, y que con los chapines pisa los deseos.
la disi)osicion las

Mas ;cómo soy yo tan atrevido, que donde todo es milagro ponga lunares con mi rudeza, y como
mal pintor, dc^sacredite el original con la imperfección de mi retrato? Vuesamerced repare en
mis deseos, de quien sacará mejor lo que no acierto á decir, que lo puede ])reguntaral espejo: per-
donará á mi pluma, y en el del alma reiraíaní mas vivo su entendimiento. Dios guarde á vue- —
samerced.
Su capcUan y aficionado sernidor,

Lope df, Vicc.a Carpió,


; ; , , ;

LA VIUDA VALENCIANA.

PERSONAS.
LVCEyfAO, viejo. CXmLO, galán. LISANDIU) galán. ,

LEONAUDA, viuda moza. FLORO , criado suyo. ROSANO , cortesano.


URBAN, escudero suyo, CELIA, dama. L'N ESCRIBANO.
mozo. OTOy, (jalan. Criados.
JULIA criada.
, VALERIO, í/a/flH. Alguaciles.

La acción pasa en Valencia.

I No halla en los libros mal LEO:\ARDA.


ACTO PRIMERO. :
Gustosa conversación. ¡Josus! Julia, no lo nombres.
; Es cualquier libro discreto Asco me ponen los hombres;
(Que si cansa, de hablar deja). No me los nombres jamás.
Es amigo que aconseja Tráeme la imagen acá
Sal;i ea casa de Leonardo.
Y reprehende en secreto. Que compré de aquel pintor.
Al íin des|)ués que los leo
ESCENA PRIMERA. ,

Y trato de devoción. JULIA.


De alguna imaginación ¿Pedirle quieres favor?
LEO.XARDA , con un libro; des-
Tentaciones te dan ya.
Voy castigando el deseo.
pués, JULIA.
JULIA. LEONARDA.
LEONARDA. ¿Y en qué materia leias? Calla, necia; que la quieiO
¡Culia! ¡Julia! ¿no me oís?
Solamente i)ara vella.
LEONAUDA.
JLLiA. {Saliendo.) De oración. JULIA.
Señora... JULIA. j,Ycómo diste por ella
LEO>ARDA. ¿Quién no se goza l'anla suma de dinero?

Loca ¿en qué andas?


,
De ver que, tan bella moza. LEONARDA.
JULIA.
Tan sanias costumbres crias? Por el pincel que le dan

\a vengo á ver lo que mandas.


¿Ver hablar en la ciudad Que el dueño me salisíizo
Ue tu mucho encerramiento. Que allá en la corte la hizo
LEONAUDA. Cordura y entendimiento. Un famoso catalán.
Guárdame ese Fray Luis. Fama, honor y honestidad? JULIA.
JULIA. Dicen que el siglo dorado
Voy. {Vase.)
Viéndote en esos traspasos. Nuevo estado ahora toma;
No será mucha lisonja
Que has hecho á Valencia Roma
Y presente lo pasado
ESCENA I!.
Apostar que de ser monja
No has estado dos mil pasos ; Que en tí se encierra y anida LEONARDA.
Auiuiue, como n:e nomhrahas Todo el bien que tiene el suelo,
Y que eres ángel del cielo No hay ya de qué tratar
A fray Luis cuando sali, Que no sea:
servir á'Dios
En verdad que colegí En hermosura y en vida.
Los mozos están de forma, Bien asi la vida emplea
yue todo un fraile me dabas.
Que nadie á verte se atreve, Quien ve lo que ha de durar.
LEONARÜA. Ponjue no hay quien no se eleve. Terror es (]ue perseguida
No son para tu rudeza , Si de tu vida se informa. En esta edad guarde á un mueilo
Necia, razones tan altas. Fe tan cierta, amor tan cierto.
LEOXAUDA.
JULIA. Verdad viva y casta vida.
De todo, .Tulia querida, Pero en la dilicultad
¡Qué mal encubrí las faltas Se sirva Dios que esa fama
Queme (lió naturaleza! ; Escriben que está la gloria,
Es de estopa fácil llama Y eso se llama Vitoria,
yut,' al no tener hermosura
Antes muerta que encendida. Resistirla voluntad.
No añado la discreción. No procuro ser nombrada. Dejadme acjuí pensamientos;
,
LEONARDA. Ni comer, como .Artemisa, No hay mas no me he de casar.
,

Rasla una buena razón Las cenizas (pie ya pisa


Y una honrada compostura, La muerte con planta helada ;
Julia, en iiali|uiera mujer; Ni ser la (]ue el nombre toma
ESCENA III.
<

Que si de ai^uda se precia, De que de antojo murió, JULIA, con un ctffft/ro. — LEONARDA.
Esta nuiv cerca de necia, Porcjue á ver no se asomó
Y aun de venirse á perder. El monstruo que entró |)or Roma ; JULIA.
Yo, después que me falto Ni la que con et carbón Aun no le acertaba á hallar.
Mi Camilo, que Dios tiene, Pintó la sombra al marido,
j

LE0\ARDA. {Aparte.)
Que á hacer el olicio viene I Que tuvo, sii'iiilo partido,
IJel alma (|iie me llevó. En igual veneíacioii. Resistid , castos intentos.
I

Como lie dado en no casarme, j


Quiero ser una mujer, JULIA.
Leo |)oreiil retenerme. 1 Que como es razón acuda Vesle aquí.
No i)or bachillera hacerme ¡ Al lilulo de viuda. {Dale el cuadro, que es un espejo.
Y de águila graduarme Pues á nadie he menester. LEONARDA.
Que á quien su buena opinión JULIA.
tncierra en silencio
{Ap. Cure mi olvido
tal. Que en no te casarás?
lin ¿ Las vanidades (]uedejo.)
: ,,; , ; , ; ,, ,; , ,
, , ; , ;,,
; ; ,

-o COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Qué es esto , nooia? El espejo ¡
Y pues he venido á verte
(]u;í Nace para nueva edad.
i.

Por la imagen me has üaido! Cuando tú te has visto, advierte... i


No sino venga un mancebo
Toma. — Y estemos solos los dos. l)estos de ahora, de alcorza.
JLLIA.
'

LEONARDA. Con el sombrerito á orza.


Acábate de ver
Pluma corta , cordón nuevo,
Tío, si es de casamiento,
i
Cutíllo abierto muy parejo.
Verás lo que has de llorar, Ni se miente ni se hable.
Puños á lo veneciano.
!

No lo pudiendo cobrar. LLCENOIO. Lo de fuera limpio y sano.


I

Si aquí lo dejas perder.


: ¡Que has de ser tan intialablc, Lo de dentro sucio y viejo;
LEÜNAnOA. Con tan buen entendimiento! Botasjustas, sin podellas
j

Toma allá. 1 ¿Escucharme no merezco? Descalzar en todo un mes.


¿Dónde un viejo honrado hablara, Las calzas hasta los pies,
ESCENA IV.
I

I Que, siéndolo, no escuchara El bigote alas estrellas;


Cualquier hombre? Jaboncillos y copete,
LüCEXCIO.— Dichas. '

LEONARDA. Cadena falsa que asombre.


(.1/;. Hoy me enflaquezco. Guantes de ámbar, y grande hombre
LUCENCIO. De un soneto y un billete;
Siyo sé lo que me (juieres
se le des No ¿Por qué he de dejar cansarte? Y con sus manos lavadas
Pues quiso Dios que viniese Los tres mil de renta pesque.
A tiempo que vt-rte viese, LUCENCIO.
Con que un poco se refresque
'I u . que á ti ni á nadie ves. ¿Que has de ser en esta parte Entre sábanas delgadas
;,Qué milagro, di , sobrina Igual á tantas mujeres? Y pasados ocho dias.
Es este de hallarte asi? ¿Qué pertinacia es la tuya? Se vaya á ver forasteras ,
LEONARDA. (.4 ./«//«.)
¿Piensas que estas cosas son O en amistades primeras
Para tu buena opinión? Vuelva á deshacer las mias!
Si boy no me vengo de tí...
Son para que se destruya. Vendrá tarde, yo estaré
JELIA. ¿Cómo |iiensas conservarte. Celosa , dará nii hacienda,
Pues ¿ vile yo entrar ? Ya que tan resuelta vienes, (comenzará la contienda
LEONARDA. En el estado que tienes. Deslo de si fué ó no fué.
Camina. Tantos años sin casarte? Yo esconderé y él dará
Es verdad que te han quedado Buscará deudas por mi
LUCENCIO.
Tres mil ducados de renta Entrará justicia a(iui.
Rien tendrán canas de un viejo Pero yo no pongo en cuenta Voces y aun coces habrá
Con tu edad autoridad. Lo que es vivir descansado No habrá noche, no habrá dia
LEONARDA. (Que si esto te faltara, Que la casa no alborote...
Juzgarás á liviandad Gracias á Dios que me sobra). —Daca la carta de dote.
Hallarme con el es|iejo; Sino el verte empezar obra, —Soltad la hacienda que es mi ,

Que suele ser conocida De acabarse bien tan cara. —Entrad en esta escritura.

I

i.a mucha de una mujer ¿Adonde te esconderás —No quiero. ¡Ah sí! ¿No queréis?
En irse y venirse á ver, De la envidia y vulgo vil Yo os haré, infame, que entréis.
Después" de una vez vestida. Aunque en un año y en mil Si el brío de ahora os dura.—
Y yo, conforme á mi estado. No salgas de donde estás? Y que mientras mas me postro.
Hago en eso mas delito. Que con sol abras tu puerta Me haga muy mas apriesa
LICENCIO.
Y cierres á la oración De dos títulos condesa,
Que los que mas linces son Cocentaina y Puñoenrostro.
A enojo siempre me incito
No vean ventana abierta;
Con tu melindre extremado. I
Yo he dicho.
Que un átomo, que el sol mismo LUCENCIO.
¿Es mucho que una mujer '
No entre en casa tan rara. Acabado has
Que ha de estar un dia compuesta Por si escura , y por tí clara
Vaya á ver si está bien puesta Como oración en latín.
Cielo en parte, en parte abismo; LEONARDA.
La toca ó el alliler? ,

Que tengas dragones y argos


¿Quién se lo dirá mejor, Latín pudo ser el íin
Masque vellocino y fruta, I

demás.
,

si está bien ó si está mal,


¿Qué importa? La envidia astuta
I Mas romance lo
(¿ue ese palmo de cristal?
tiene lengua y ojos largos. Esto pro|)Use aquel dia
LEONARDA. Dirán que con el esclavo Y á ser varonil mujer.
Brasas había de comer,
¡Cómo disculpas mi error! Que dentro de casa tienes',
A ser Angélica vienes, Y abrasar alma tan fria.
LICENCIO. LUCENCIO.
Soberbia^ infame al cabo;
Eso fuera , á sor de ariuellas Sobrina, aquí se acabó.
Que junto á las celosías
Y ofendido tu decoro,
Mil (¡lie seguido te han Desde aiiuí doy á los vientos
Hacen colgar muchos dias Todos cuantos casamientos
Su espejo, ó en medio dellas A Júpiter cisne harán,
;
O por dicha lluvia de oro. Me han hablado y busco yo:
Y así como están hablando Que tres á escoger traía,
¿Cuánto es mejor que le cases',
Por de fuera á su galán
Y estas malicias excuses? Y ya solo he de pedir
El habla y meneos van
LÉONARDA. Que no demos que decir
En el espejo mirando ;
be tu edad ni de la mía.
Y necio á quien satisface.
el Ya no habrá de que me acuses Mira por tí, pues te quedas
Por si lo entiende y se admira Si n(t es (|ue adelante pases.
En tan moza libertad
Y es el espejo á quien mira, No dirás que no te oí. Que es mucho que en tal edad
A quien la liesla se hace. Dime, Lucencio, ¿es mejor Tan segura vivir puedas.
No eres tú la que le lleva A peligro de un error Cuando mires al espejo
A la iglesia y al sermón, Poner mi vida por tí?
Tu hermosura y pocos años,
Y hngiendo devoción. ¿A este daño me acomodas. Tú verás cuántos engaños
Se mira cuando se eleva. Si todos los que han escrito
Te dan los dos por consejo.
Ni al bel)er haces agravio. Han reprendido indiiilo adelante
Y Dios le lleve
Con [lico de aguamanil Siempre las segundas bodas? ayuno.
Ese silicio y
Porque la color sutil La viudez casta y segura
LEONARDA. (Ap.)
No se despegue del labio. ¿No es de todos alabada?
!So te quiero decir cosas. vSi es de la envidia infamada.
¡Qué viejo tan importuno!
Que á un viejo parecen mal, Este engaño poco dm a LICENCIO. (Ap.)
;

liesta regla universal Que al lili vence la v(;idad ¡Qué mujer tan arrogante!
De feas y melinrlrosas. Y vuela buena lama
la ,
(Vaiise.)
Mírate ,
j' guárdete Dios Que es fénix que de su llama
! ; ; , ; ,,
, ,, ; , ; , ,,
,; , , —
LA VIUDA VALENCIANA. 71
Calle. OTÓN. Aunque elque he tenido puedo
Adviértós Contar á los dos sin miedo.
ESCENA V. Que así se habia deoir; Como palabra me deis
Que son tales sus antojos. Que los vuestros contaréis.
LISANDP.O.
ririba
Que habia, cuando se empieza LIS.\NDR0.
cuando es-
Á tratar de sus enojos Por mi parte lo concedo.
Rompe una peña el a^iia
De estar libre la cabeza
Por curso en ella su corriente,
lai'íio OTÓN.
Y descubiertos los ojos.
Y á la scíiur del luhrador valiente No porque á verdad aspira. Y yo por mi parte.
Se huniiila el pino y la arrutjada oliva. Que antes de ella se retira V.VLERIO.
De su fruto el caudal la palma altiva Mas porque son menester Oid,
Rinde, aunque tarde, Á la africaua gente; Muchos ojos j)ara ver Y galardón de mi amor
el
Viene el novillo al yugo, y la serpiente Tan agradable mentira. Desle favor presumid.
A la voz del encanto se derriba. OTÓN.
Fabrica un escultor una litiura [da, LISANDRO.
Di, Valerio tu favor.
De un mármol duro, de una piedra liela- Rien á Otón se lo parece ,

Y viene á tener ser lo que no era ; Que por la hermosa viuda VALERIO.
Y' por mas que mi amor vencer procura Se deshace y desvanece. Ya comienzo.
Una mujer hermosa y delicada. OTO.N. LISANDRO.
Con ser mujer, está rebelde y liera. Y de vos pondremos duda Di.
;,

Que os abrasa y enflaquece? VALERIO.


ESCENA VI. ¿Por qué rompéis á los cielo;; Advertid.—
Cuantas túnicas y velos A esta gallarda viuda
VALERIO, sin ver ¿— LISANDRO. Los astrólogos les ponen Que tiene el alma de tigre.
Baja del monte el agua despeñándose, Porque con ella os abonen? En un coche vi una tarde
Y va de piedra en piedra entremetiéndo- VALERIO. Como tres mil serafines.
Ycon venir comoel cristal riéndose, [se; Declárense si son celos. Iba subiendo del sol.
Va por la tierra con el tiempo entrándo- Entraré yo de por medio Porque el sol iba á encubrirte,
[se. A quitar la pesadumbre, Auncjue la cortina á veces
Mi mal, con beneficios aumentándose, Y (lar algún corte y medio. Era a mis ojos eclipse.
Hace que vaya el alma consumiéndose, Hicele una reverencia
LISANDRO.
Y del bien la esperanza entreteniéndo- Y ella con algún melindre
Mas á entraros por su lumbre Sacó del estribo afuera
Sin verle florecer está acabándose, [se,
Por el último remedio, Todos los pechos de un cisne.
Amor me ve morir, y satisfácese
Que dé la que vive aquí. Yo, creyendo que podia
Donde con tiempo y obras desmerécese;
Mas ay que en Otón y en mi
!
En este favor asirme.
Que es ola que en la mar se rompe y há- ¡

Es el alma enamorada
[cese. Con mi guitarra en su calle
De mariposa turbada
El bien y el mal para mi mal ofrécese Me tocó san .luán maitines.
Que habrá de morir allí. Habia hecho una glosa
Pero en un punto el bien muérese y ná-
[cese, VALERIO. Por mi mal la glosa hice.
Y luego la esperanza desparécese. ¿Yo por Leona rd a? Empecé á cantar mas tierno
LISANDRO. Que un tiempo Piramo á Tisfe :

ESCENA Vn. Vos pues. ,


«Socorre con agua al fuegos,
Fué lo primero que dije,
¿Pensáis que está muy secreto
OTÓN , sin ver á —VALERIO
Lo que tan notorio es? Y lo postrero también
Y LISANDRO. Del socorro Dios os libre.
OTON,
Si era agua limpia ó mezclada,
Finalmente, ¿que á un sugeto Dioscórides lo averigiie;
Halla con lengua, lágrimas y ruego, Queremos bien todos tres? Basta que toda la noche
Entre bárbaros, paso el [¡eregrino, VALERIO. Gasté en limpiarme y reírme.
Guia por las montañas de Apenino, Ahora bien, porque lo es tal. LISANDRO.
Agua en la Libia y en la Scilia fuego.
, Confesar no me está mal Va el mío; pero es mejor;
El aba rimo en sus crueldades ciego.
, Y porque este casamiento Que en efeto fué favor,
Por sus tierras le da franco camino Me ha dado algún pensamiento. Y el de Valerio pesar.
Halla en Arabia pan en Persia vino, ,
LISANDRO. OTON.
Y en los alarbes de África sosiego.
¡Gran mujer! Empieza pues á contar.
Corren el llanto y la alegría parejas,
OTÓN. LISANDRO.
Y el cautivo en el moro de Marruecos
Halla piedad entre cadena y rejas.
No tiene igual. Comienzo en nombre de amor.
Y' un áspid hecho de peñascos secos, LISANDRO. Por esta dichosa calle.
De mis cansadas lágrimas y quejas, Lo que Valerio pretendo. Desdichada en tanto extremo,
Aun no se precia de escuchar los ecos. OTÓN. Donde mil |>enantes viven

VALERIO. Y'o lo mismo solicito.


Velando prendas de un muerto,
¡Lisandro! Llevaban unos ladrones.
VALERIO.
LISANDRO. Una noche escura huyendo ,

Siemprendéis lo que yo emprendo, De la vecina justicia.


¡Valerio ¿No os ofendo si os lo quito, De vino un famoso cuero.
VALERIO. O en quitármelo me ofendo? Al pasar los desdichados
¡Otón! ¿Puédese esto componer? Las puertas de mármol vieron
OTÓN. LISANDRO. Desta viuda mas dura
¡Oh hidalgos! Muy bien se puede hacer. Y pusiéronle en lo hueco.
VALERIO. Añile el pleito y la amistad. Los alguaciles y mozos
OTÓN.
Embebecidos corriendo
Creo que junta
Amor No vieron dónde quedaba
la conversación. Competencia y voluntad
El arrimado mancebo
LISANDRO. No suelen juntas comer.
Yo, que estaba en una esquina
Eso de amor se i)regunta Pero habrá de ser así;
Mirándolo desde lejos,
A los que amantes no son. Que á todos está mejor;
Apresuré luego el paso,
Ea acabaos de cubrir Si no es que haya alguno aquí
,
Llevándome el aire en peso.
Que bien se puede decir Que tenga della favor.
Llegando á la amada puerta ,
Aquesto de amor, cubiertos VALERIO. Vi un bulto á mis ojos negro,
Que no es Evangelio. No diré yo que yo fui Con su capa y con su espada
,: , , » ; , ! ; , ! !

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Mirando y hahlando aJonlro. LISAXDRO. ¿Que ya no ores tú la helada,
Lloiíiu'ine á el , y motiine Yo me voy desa manera. La santa, la recogida?
Hasta la l)ail»a el sombrero, LEONARDA.
OTÓN.
Y clijele: « ; Ali geiitilhonibrel
No me bables en tu vida.
Teroiamlo el corto herreruelo. ¡Ay Leonarda hermosa y muda '•

Necia no me digas nada;


,
Como no me restioiulia, LISAXDRO.
Que todo s(!rá accesorio,
Saco la ilai;a de presto, ¡Ay bellísima viuda! Si me tengo de perder.
Y [>ov el pecho á mi gusto VALERIO.
Hasta la cruz so lámete, JULIA.
¡Ay hermosísima fiera!
No sé qué tengo de hacer
l'ióme la sangre en el mió,
Y vuelto á mi casa luivendo, {Yanse.) De los libros y oratorio.
Miro á una lu/. la ropilla, Pues ¿(pié dirá fray Luis?
Y olia como un incienso. ¿Y aquellas cosas tan altas?
Tomo una linterna y parto, Vista exterior de una iglesia. LEONARDA.
Y cuando ü mirarle vuelvo, ¡Oh mujeres, cuántas faltas
Hallo derramado el vino, ESCENA Vin. Hasta la prueba encubrís!
Y el cuero midiendo el suelo. Quien vio mi celo y mi pecho,
fcEONARÜA JULIA, ,

OTÓN. ¡Oh mancel)o! antes de verte...


Si esos son vuestros favores, JULIA. — Pero el rigoi' de la muerte
Keni«go de los amores. Castigado han tu locura No es conmigo de provecho.
VALERIO. Los cielos. No me tengo de casar,
Si el mundo está de por medio.
Diga Otón el suyo , á ver. LEOXARDA.
0T0\. Y'de tal suerte. JULIA,

jAh Tulio ! aquí lie menester Que no me han dado la muerte Y'o, Señora , sé un remedio.
retóricos colores.
Para mayor desventura. LEONARDA.
i'us
Cantaban la vez primera
Y pues que asi me declaro. ¿No he mandado callar?
te
Con su voz ronca los gallos, Créeme (]ue algún hechizo Si no te hubiera criado,
Respondiéndose muy lejos Este viejo astuto hizo La cara te deshiciera.
Los del lugar y del camiio, Contra mi helado reparo; Vesme ardiendo, ¡y como fiera
Cuanilo de nuestra viuda. Que llevarme a(|uesta tarde Te burlas de mi cuidado
Como un reloj concertado, A buscar mi vituperio Pues remedio he de tener
La ventana con los ojos No carece de misterio. Sin perder mi punto y fama,
Y la calle midoá pasos. JULIA. Y he de aplacar esta llama
Estaba el cielo n^as negro Dios de pensallo me guarde. Cruel.
?ueun portugués embozado, Tan ignorante está él JULIA.
esta causa erré la reja
cá De lo que te ha sucedido. Todo puede ser.
Dos ventanas mas abajo. Como ese mismo que ha sido
Vivia un buen zapatero Basilisco tan cruel. ESCENA IX.
Donde yo con grau cuidado
URDAN. —
¡
Malditos sus ojos sean,
Puse los ojos, por ver Dichas.
Que á la primer vista pueden
La casa en que viven tantos; Hacer que otros ciegos queden URUAN.
Y' vi en un balcón un bullo.
LEONARDA. ¡Oh Gracias á Dios que os hallo
! !

La mitad del cuerpo blanco; ¡

Déjalos, .íulia , que vean ¿Hasta cuándo era el rezar?


Y creyemlo ser la viuda,
Que es bien que tan buenos ojos ¿Queriadesos quedar
Asi la requiebro y hablo
No pierdan porque me vieron. Hasta la misa del galio?
".Ángel , cuya alba es la toca
JULIA. En días de jubileo
Y cuya estola el rosario
Por mi abuela, que .\o te querría servir.
üid un secreto solo ¡ te dieron
Deste enamorado esclavo.» Muy aprisa los antojos! LEONARDA.
No lo hube dicho señores , ¡Rabia en él! ¿Tan presto nos hemos de ir
Cuando el zapatero honrado, LEONARDA. Una tarde que el sol veo?
Que estaba en camisa al fresco, No digas eso. ÜRRAN.
Dijo un laflrillo tomando : Dios le guarde. ¿ Qué te va ?
,
No sueles tú decir eso
<iA mi mujer requebritos!
¡
JULIA. Que aun te ofende su arrebol.
Por estas barbas, bellaco,
Ay Señora ¿adonde está
! LEONARDA.
Que yo os conozca de dia u ;
¡

Tu autoridad y tu seso? Ya quiero sol.


Y si al tirar no me bajo.
¿Qué es de aquella gravedad URUAN.
Con los polvos del ladrillo
Con que hoy al turbado viejo Anda
Me deja allí rociados,
Subiste al cielo el espejo
al sol.
(^omo escudilla de arroz, JULIA. (Ap. á Urban.)
De tu fama y castidad ,
Los sesos entre los cascos, Déjala que está sin seso.
Y del melindre que hiciste ;

VALEriO. De verte en el de cristal? URDAN.


Los favores son iguales. LEOXARDA. ¿De qué? ¡Válanie san Blas
Mas al fin tratando veras, ,
No me predicas muy mal. LEONARDA.
Y dejando burlas tales,
;.No veis que estas tres quimeras JULIA. Mira si está el coche á punto.
Han de engendrar cien mil males? Calla ahora , no estés triste. URBAN.
OTÓN. Kilo ¿ ha de ser lem|ieslad Ya Señora
, , lo pregunto.
Un consejo os quiero dar.
O cosa para de asiento?
LEONARDA.
LEONARDA.
LISANDRO. Vuelve, necio. ¿Adonde vas?
;,Cómo? Estoy sin entendimiento URDAN.
OTON. Del mal de la voluntad.
Por el coche del sol iba
Que tratemos JULIA.
el pleito Para que al sol nos andemos.
Dejándonos de tratar. Ahí falla una pí)t(!i!(ia:
VALERIO. Sangrarse della , y adiós. ESCENA X.
¿Queréis que no nos hablemos? LKONARDA.
CAMILO FLORO. — Dichos.
,

OTOX. Amor, ¡esto podéis vos!


Yo ninguno pienso hablar,
:i JULIA. CAMILO.
Lncuéntrele adonde quiera. ¿Qué hombre le agrada en Valencia? ¡Gcntü recado tenemos!
, ,!; , ! !!, , , , ,
. ,, : !

LA VIUDA VALENCIANA.
Dile (ú que no me esrrihn. CAMILO. Qué barba tan aseada!
FLORO. Camilo, y vivo á San Juan. <)ué mano tan regalada!

No le rasgues, por el lieinpo URÜA\. Parecióme nieve ])ura.


Que la amaste. ¿Sois noble? Qué euerpo que pienia y pié
¡ ,

CAMH-O. CAMILO. Qué tabla que discreción!


,
'

Dasíantemente. Qué lindo dar de doblón !


Ya está hecho.
Y qué alicion le cobré
¡

FLORO. LR[iA>.
Cuando le vi relucir!
¿Que aun eso no es de provecho? Dígolo porque se asiente
Su buena gracia, galán. LEONARDA.
CAMILO. Ahora bien ya no es posible
,
FLORO.
Es cosa de pasatiemi)0. Sufrir el fuego insuIVi ble
Yo Floro.
LKONARDA. De que me siento morir.
ÜRBAN.
Urban, ¿ves es!e mancebo? Amigos, grande flaqueza
Dasta yo vuelvo
:
Os parecerá la mía
tRCAN. A la iglesia.
Pero mi pecho contia
;

Muy bien. CAMILO. De vuestro amor y nobleza.


LEONARDA. Andad con Dios. Desde mis padres habéis
Pues llega el oido. Cofrades somos los dos. Servido siempre esta casa
L'RBAx. [Habíale aparte.) {Vase Urban.) Yo sé al extremo que pasa
¿Casa y nombre? Ya. El amor que me tenéis.
FLoRCf. (A Camilo.)
ESCENA XII. Supuesto que no pretendo
Casarme ni sujetarme.
No lia sido CAMILO, FLORO. Hoy habéis de remediarme.
Ese tu desden muy nuevo.
Siempre con esa mujer FLORO.
Hoy mi vida os encondendo.
Esta aspereza tuviste. ¿Rezarás? En vuestra lengua y secreto
Está mi opinión y fama.
LEONARDA. CAMILO.
Vamos, Julia. Hoy me resuelvo... URDAN.
JULIA. — ¡Vive Dios, que di un doblón O tu temor nos disfama
Vén. Al hombre por dos reales O es de tu amor este efeto.
¡Vive Dios, que si en un iiotro,'
LEO.\ARDA. {Ap.) FLORO.
¿Ahora con eso sales?
O con oro me engañasen
¡Ay triste!
Palabra no me sacasen
¿Si te he de volver á ver? Ya no tiene redención.
Por eso ni por esotro!
{Vanse Leonarda y Julia.) CAMILO. Fia de Julia y de mi
Entra; que aun habrá repago. Y di lo que hemos de hacer.
ESCENA XI.
FLORO. LEONARDA.
CAMILO FLORO. , — ÜRBAN , refi- Por eso te dijo allí Tú mi remedio has de ser.
rado de ellos. Que eres noble. Escúchame atento.
CAMILO.
UUBAN.
tRBAX. (.4;?.) ¡Oh pesia mí,
Di.
¡Por mi fe, bueno he cpiodado Que soy cofrade muy caro
A saber su casa y nomlire LEONARDA.
(Vanse.)
Deste galán gentilhombre Ya ves cómo anda alterada
Con sus máscaras Valencia.
CAMILO.
URB.AN.
No quiero amor ui cuidado. Sala en casa de Leouarda.
Estése Celia en su casa Bien.
Dé favor á quien quisiere ESCENA XIII. LEONARDA.
Hable si su gusto fuere,
,
Pues con esta licencia,
Al que llega ó al que pasa LEONARDA, JLLIA, LP.DAN. Ponte una ropa extremada
liusque un nuevo moscatel Y una máscara y camina ,

A quien con celos engañe; LEOXARDA. A hablar aquese galán


Que ya á mi no hay (fué me dañe ¡Gentil industria tuviste, Y dile en disfraz, Urban,
Sino es la lástima del. lirbau Que una dama se le inclina,
URRAN. Y que la hable tiernamente,
13RBAN.
Soy flor de los hombres. Y que la podrá gozar
C-l/j. Siempre fué bueno traer ('orno hoy te (¡uiera esperar
Tintero y escribanía.) ! LEONARDA.
Qué bien sus casas Del Real dentro en la puente.
(Saca tintero ij papel , y se llega á Ca- ¡ y nombres
En el papel escribiste!
Y si te dice que sí.
milo.) Esta noche irás por él.
! ¿Que al lin Camilo se llama?
¡Ah caballero! querría... URBAN.
i
¿Eso mas tiene del muerto?
CAMILO. URBAN. Luego ¿bien lia de ver él
Hablad, ¿qué queréis? Sin duda el ser noble es cierto. Adonde vives y á mí ?
URDAN. Aunque ignoramos su fama. LEONARDA.
Saber ¿Qué argumento como ver No que con máscara irás
;
Siacaso os habéis escrito Que en tan fácil ocasión Y para que nada note
En el santo jubileo Por un real me dio un doblón? Le pondrás un cai)irole.
Por cofrade.
JULIA. Con que á casa le traerás.
CAMILO. Entrará á escuras , y cuando
Liberal debe de ser.
Antes deseo Cierto que fué gran nobleza. Se haya de ir, vuelto á |)üner,
Serlo, buen hombre, inünito, ¿.\ quién podrá conocer?
LEONARDA.
¿Qué se paga?
Di , Julia ¿qué no tendrá
:
URDAN.
L'RDAN.
A quien tales gracias da Brava industria vas trazando.
Solo un real.
La franca naturaleza? ¡Qué bueno vendrá el halcón!
CAMILO. Pero yo ¿en qué me detengo?
URDAN.
Veis aqui dos por los dos. Parlo.
Tomad. Eso de gracia , no vi
Jamás, |»or vida de Urban LEONARDA
IRRAX. No tardes.
Hombre mas bello y galán
Recíbalo Dios. Desde el dia en qu(> nací. URD.\N.
El nombre y casa nombrad.
I
¡Qué rostro, qué compostura ! Ya vengo. (Vase.)
, ! !, , , ! ;;

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


JI'LIA. 0T0>'. (Ap.ásuatna.)
JULIA.

^.Quión le dijo esta invención? Y Gálvez Montalvo fué. Creo


Con grave ingenio, su autor. Que te engañan.
LEÜNARDA.
Con liábito de san .luán LEONARDA.
Amor, que tiene ;i los pies
Murió en la mar, y yo muero
A cii;inlos han estudiado. Ríen lo veo. (Ap. á Julia.)
En mar mas profundo y liero. — ¡ En mi casa tanta gente!
JII.IA.
LEONARDA.
VALERIO. (.Ap)
Paréceme que lian llamado.
¿ Sois librero ó sois galán?
¿Acá está primero Otón?
LEO>ARDA. OTÓN.
OTON. (Ap.)
Anda, vé, mira (juicn es. No se lo sabré decir.
(Vase Julia.) Aqueste es la Calatea, ¿ Que Valerio vino acá?
Que si buen libro desea, LEONARDA.
ESCENA XIV. No tiene mas que pedir. ¿Qué vendéis?
Fué su autor Miguel enervantes. VALERIO.
LEÓN ARDA. Que allá en la Naval perdió
[da Vos lo veis ya:
tnamano, y pierdo yo...
¿Québahráqueuna mujer determina- Vendo el mismo corazón.
LEONARDA.
No intente por su gusto? Qué tormento LEONARDA.
Calla, Julia, no te espantes. {Ap. ó ella.)
La mudará del funie iiensamieiito? Mostrá. ¿Qué es este papel ?
¿Qué perdéis?
Qué luoüio qué cordel , qué aguda espa-
,
OTON. VALERIO.'
[da?
El alma y vida, El Adonis del Ticíano,
¿Qué gigante con furia mas airada
Intentará subir al lirniameiito,
Y por Otra Galaica Que tuvo divina mano
Mas cruel (jue fué Metlea Y peregrino pincel.
O qué Alcides con mas aln-viiiiiento Oh (juién este hubiera sido.
.\1 centro bajará con alma osada?
Y menos agradecida. ¡

I-fetos son de un niño poderoso LEONARDA. Cuando fué tan regalado


Pues muero desesperado,
Haber mi hielo con su ardor vencido, ¿Quién es este?
Y él murió favorecido.
Y aquella fe de mi primero esposo. OTÓN.
Esta por vida de Aurelio,
Yo be sido como rio detenido, Es Espinel.
,

Que va suelta la presa mas furioso;


, ,
Que es de las ricas y finas
Y es lo mas cierto que mujer be sido. LEONARDA. Que es de Rafael de Urbinas
¿Qué trata? Y corlada de Cornelio.
OTÓN. Esta es de Martin de Vos,
ESCENA XV. Y aquesta de Federico.
Solas canciones;
JULÍA.— LEONARD A; después, OTÓN. Mas tiene lindas razones LEONARDA.
Y hay graves versos en él. Mal á estas cosas me aplico.
JL'LIA. Quiso bien hasta morir;
¿ No traéis cosas de Dios ?
No sé qué gente está aquí, Mas no del mal que yo muero.
VALERIO.
Que libros y estampas vende. LEONARDA.
Sí traigo. Aquí hay una estampa
LEOARnA. ¿ Sois galán ó sois librero ?
Del niatrimonio, escogida.
Si es máscara ¿qué pretende? OTON.
LEONARDA.
JIJLIA. No se lo sabré decir.
Ese no espero en mi vida.
Yo sin máscara la vi.
El Cancionero dih aquí;
de disparates. VALERIO.
Mas ll(!nü
LEONARDA.
LEONARDA. Mal su estampa se os estampa.
Pues para que no parezca Pues no sé yo por qué sea
De mal impreso no trates.
Que mi devoción se muere, Que hay mil que esperan un sí...
Entre y veamos qué quiere, OTÓN.
, Y por ventura está aquí
O si hay qué comprar se ofrezca. Mejor impreso está en mí... Un hidalgo que os desea.
(Va JiiUa á avisar y vuelve inmedinta- LEONARDA. Soy Valerio, aunque me veis
menle con Otón que trae libros en ¿El qué? Que esta máscara he tomado.
una cesta.) OTON. OTON.
OTÓN. Un eterno servir,
Pues ya va tan declarado,
Dios guarde á vuesamerced, Un amar, un padecer. A Otón delante tenéis.
Y le dé un gentil marido. LEONARDA. Soy rico y soy caballero,
LEONARUA. ¿Es requebrar ó vender? Y i)ierdo el seso por vos.
En que no lo haya querido OTON. LEONARDA.
Me ha hecho mucha merced. No se lo sabré decir. ¿No hayaqui quien á los dos
OTÓN. Les pague en mejor dinero?
JULIA.
¿Por qué, teniendo ese talle?
¡Hola!
I
El estampero se ha entrado.
LEONARDA. ESCENA XVII.
Mostrad: ¿qué libros vendéis? ESCENA XVI. Dos Criados.— Dichos.
OTÓN.
VALERIO, en hábito de mercader, con CRIADO 1.°
Uno traigo que podéis
Por |>oco precio compralle. estampas. —
Dichos. Señora...
Mas es una historia mia VALERIO.
LEONARDA.
Y sois vos muy recatada. Al librero
LEONARDA. ¡ A la rica estampa fina
Y al que los papeles vende...
LEONARDA.
¡
Qué extremada
cifra tan OTÓN.
Julia ¿no te lo decia? {.\p. á ella.) (Ap. Mal mi sospecha adivina,
Pues, Señora, ¿qué te ofendo
,

¿Quién es este? {A Otón.) O este trato es concertado;


Que el uno y otro galán Pedirte nuestro dinero?
OTON.
Que este engaño concertaron LEONARDA.
E^ El pastor Las máscaras se (juilaron Ea ¿qué aguardáis , criados ?
Le Filida.
En allegando zaguán.)
al
,

LEONARDA. VALERIO.
Julia , ¿es esto conveniente
Ya lo sé. A mi encerramiento ? Paso no os alboroleis.
,
, ,; ; O , , , ! !! , ,, ,; ;

LA VU:DA VALENCIANA.
LEO.NAnDA. URBAN.
¿Liliertatles vendéis?me En hablalla y en tocalla
ACTO SEGUNDO.
¡Libros, por mi fe extremados! ,
Habrá luz con que se vea.
Hola , cargaldos de palos. Si os pesare y os cansare,
Ciimpo y entrada á un puente. Es de noche.
VALERIO.
No volváis.
CAMILO.
No harán tal ;
que irnos sabremos. ESCENA PRIMERA.
No hay que repare
OT0\.
Mas que en el ir tan cubierto.
CAMILO.
Ni esa afrenta sufriremos. URBAN.
CRIADO 2.°
Esa es la ley del concierto. ¡Buen ánimo pensamiento
,

¡No están los gabachos malos! Mirad si hay mas ([ue os declare. De temeridad vestido
CRIADO 1.° CAMILO. Al puesto habemos venido
Donde vuestro atrevimiento
Con pastillas y perfumes ¿Que cubierto tengo de ir?
Me lleva á vencer vencido.
Aguarda otro para entrar. URBAN.
C) u
Entre el temor y el deseo.
CRIADO Y desa suerte Camilo , Con quien batallo y peleo.
Ea, empiecen á bajar. Habéis de entrar y salir. Tantas veces quedo y voy.
VALERIO. CAMILO. Que con estar donde estoy.
Brava industria bravo estilo
Otras tantas no lo creo.
¡Que en tal crueldad te resumes! i
,

¿Qué sé yo si algún contrario.


LEONARDA. URBAN.
De invidia de verme noble
Cerrad la puerta , y quien llama
Todo lo habéis de sufrir. Me forja este trato doble.
Traerá menos libertad. CAMILO. Donde sea necesario
VALERIO. ¿Y adonde os he de aguardar? El sufrir espada ó roble?
URBAN. ¡
Bravamente el cuello humillo.
Julia, ¿no hay mas amistad? (Ap.áe//ff Como simple corderillo.
JüLiA. (Ap. á Valerio.)
A las tres podéis estar
Que ser vendido no ve.
Del Real puesto en la puente;
Calla, no lo oiga mi ama. Que va él por su propio pié
Y guardaos de llevar gente.
Al carnicero cuchillo
(Vaiise.) Porque no os tengo de hablar. Mas yo jamás he entendido
CAMILO. Que haya hecho á hombre ofensa.
{Ap. ¿Por ver á Italia no pasa, Mal mi entendimiento piensa
Sala en casa de Camilo. ü las naciones francesas. Que el que á ninguno ha ofendido.
Quien deja su patria y casa Bien camina sin defensa.
ESCENA XVIII. Por las Indias portuguesas, Y mas, que aquel que me ha dado
Y largos mares traspasa ? Las nuevas deste cuidado
CAMILO URBAN, vestido de máscara.
; ¿No deja el otro su tierra Me ha dicho que armarme puedo;
Por ver la extranjera guerra? Pero fué por darme miedo
CAMILO. Por una tiesta , ¿no hay mil Que anda siempre el miedo armado.
Máscara juro por Dios
,
Que están entre gente vil. Pero aunque vaya cual voy,
Que grande empresa acometo, Donde el calor los entierra ? ¿De qué peligro me escapa,
Y sin saber quién sois vos. ¿No está alguno al sol y al hielo, bi al tin ios ojos me tapa?

l'RDAN.
Esperando á ver salir Que pues sin ojos estoy,
El tímido conejuelo, Bien puede echarme la capa.
Camilo, aqueste secreto Y el pescador por asir ¿Quién oyó jamás tal cosa?
Ha de ser entre los dos. El pez simple en el anzuelo? ¿Que una mujer tan hermosa.
CAMILO. Pues yo, mozo y orgulloso Que tanto á un hombre desea.
Pues me da el alma esa dama, ¿Qué me excusó temeroso No permita que la vea?
¿No me liara su fama? De ver este encantamento?) ¡Qué fama tan vergonzosa!
¿No pudiera vo servilla, Camina que soy contento.
;
Y ¿qué sé yo si pensando
Yhablalla, vellayoilla, URBAN. Que abrazó algún ángel bello,
Y saber cómo se llama? A un demonio enlazo el cuello.
Si vais, vos seréis dichoso.
URBAN.
Que á escuras anda volando
CAMILO. Porque es indigno de vello?
No habemos de hablar en eso A la hora concertada ¿O que fuese alguna vieja,
Que en queriendo saber algo, En la puente me hallaréis. Ya sin pestaña ni ceja
Queda perdido el suceso. Con unos dientes postizos.
URBAN.
CAMILO. ¡Qué noche tan regalada Que me hiciese con hechizos
Juro por la fe de hidalgo Con aquel ángel tendréis! Andar como simple oveja?
Que me hacéis perder el seso. ¿O fuese alguna cuitada
CAMILO.
Si yo tuviera enemigos. Herida del mal fianci's
Los cielos me son testigos
A lo menos encantada. Que me hiciese andar después,
Que era engaño claro y visto UBBAN. Por un hora de posada
Mas no hay hombre tan bienquisto Ella estará prevenida. .Muerto dos años ó tres?
Ni que tenga mas amigos. Adiós. Mas gente viene á la puente.
Fuera deso estoy contento
, CAMILO.
Que digáis que hasta el retrete Ya vueslia partida ESCENA n.
Entre armado á mi contento, Aguardo.
Y que lleve un pistolete. URBAX. URBAN, de máscara ;/ con un capirote
URDAN. Será muy presto. de bayeta en la mano. CAMILO. —
Lleva uno, lleva ciento. CAMILO. {Ap.)
Si no os falta habilidad
URBAN.
Valor, gusto y voluntad ,
Yo be de saber lo que es esto Solo está un hombre. ¿Qué gente?
Que el interés lo atrnpella,
Aunque me cueste la vida.
CAMILO.
(íozais la cara mas bella
¿Es acaso aquel amigo?
Que tiene aquesta ciudad.
URBAN.
CAMILO.
Quien te sirve está contigo.
/.Qué importa que bella sea
Si á escuras he de gozalla? CAMILO.
Antes presumo que es fea. ¡Que eslo un hombre cuerdo intente!
! ,, , , , ; ; ,! ; ! ,, ,

7(1 COMEDLVS ESCOGIDAS DE LOIM' DE VEGA CARPIÓ.


IRBAN. VHISXK.
(
Que suele la santidad
¿Hay alguien que vonios [moila? Poneos el capirote. Ser Haca v descolorida.
CAMILO. CAMILO. Viuda tan regalada
Las estrellas y la luna. ^ que come descansada
¿Quién habrá que no me note
Ue loco? Tres ó cuatro mil de renta,
IRBAX.
¡Tan moza vive contenta,
Mas que no vele ninguna. URDAX.
Ala media noche helada!
¡Oh cuál aquol aufiel queda! Jamás lo fuistes.
Que se encierre en lo postrero
nicliosa fue tu fortuna. CAMILO. Que tenga buena opinión
CAMILO. ¡Aun de bayeta lohicistes! Ni (pu! rale de oración,
I

^0 niego que es muy dichosa ¿No fuera de cha melóle? ¿Qué importa, si el despensero
Mas sea fea o herniosa (Pone Urlxm el capirote á Camilo.) Compra el pavo y el ca|)on?
Para aborrecer y amar, ¿Hay mucho que andar? Ahora, yo no liede dormir
Si á escuras la he de gozar, Cien noches, y he dcí acudir
URIJAN.
¿No es lodo una misma cosa? Todas a su calle y puerta,
Gran rato. Y si alguno la d(!s|)ierla,
URDAN. CAMU.O.
¡Vive Dios, (pío ha de morir!
¿Una misma ? De qué suerte?
;.
.\hora llevadme al rio, Y'a el sufrir la escarcha helada,
l'n cuer|)o grueso y perlcto Y reniojaréismeel brio.
¿No hay mas gusto que AuiKpje aquí poco se usa,
despierte,
Que locar un es(iueieto URBAN. O el sueño, no se me excusa.
Como jiiutan á la nuierte? Todo es verdad cuanto os trato. Piedra soy de su portada ,
Lo hermoso es como el olor, No os enojéis, señor mió. Como si fuera Medusa. ( Vase.)
I

l^ue aquel natural valor


^e conoce mira y huele
.
ESCENA m.
suavidad que expele.
l'or la
CAMILO.
OTÓN.— Dic nos. Sala en cas;\ de Lconarda.

¿Soy herbolario ó doctor?


OTÓN. (Pura SÍ.) ESCENA V.
;.Qu(' me importan á mí olores?
Noche de estrellas veslida
Los ojos iiacen gozar; LEONAHDA,JULIA.
Que mis pasos y mi \ida
Que aipifl ver. causa el hallar
Guias á la sepultura. LEONARDA.
Sunvidad eu los amores,
Vuélvete negra y obscura Las telas y terciopelos
Y el Conocer y el tratar.
Dorquc algún favor te pida. No sé
,Oue por lo contrario el ciego, ,
si están bien colgados.
Ponpic aunque al campo he salido.
t.omo yo á esa dama llego, JULIA.
Donde debiera el sosiego
Ls en el deleite igual Están , Señora, extremados.
Templar este ardor tan ciego,
A cualquier bruto animal. Vuelve, por tu vida, y velos.
Algo mas anda encendido
IRBAN. Con el desden de mi fuego. LEONARDA.
Ese argumento te niego;
iiRBAN. (Ap. á Camilo.) En esa sala ¿está bien
Que ese en la imaginación
Fabrica un rostro no mas; Un hombre hemos encontrado Aquesa tapicería?
.Alas si tú despierto estás, Asidme de la pretina. JULIA.
Mirando con atención, 0T0\. Tenerla el Virey (lodria,
.^íucho del vivo verás. ¡Hola ¿Quién va? Quién camina?
!
Y aun el mismo Rey también.
Hay ojos (¡ue en lales punto.s LEONARDA.
CAMILO. {Ap.)
Hacen fuego, y cuatro juntos ¡Qué á propósito es la historia!
Yo vengo muy l)i(>n armado.
¿Qué cielo y tierra no veu? ()ue es de Jacob el amor.
Sin ojos, como gallina.
CAMILO. JULIA.
Algunos habrá que estén OTÓN.
¿No resi'ondeis? Diversa dirás mejor
En ese tiempo difuntos. Del fin de tu presta gloria;
Ella ¿es moza? CAMILO, (l/í.)
Que esix'i'ó catorc(; años
unnAN. Yo voy bueno. Lo que tú en un hora tienes.
¿No has devella? ¡Oh si descargase el trueno
LEONARDA.
CAMILO. URBAN. ¡Plega á Dios que tantos bienes
¿Casada ó doncella en duda? Máscara soy.
No paren en lautos daños!
¿Ks viuda ? ¿ Es tal que se muda
,
OTON. Urban larda. ¿Qué haremos?
Eu casada y en doncella ¡Gentil loco! *
Y Otras veces en viuda? JULIA.
URBAN. Un poco puedes jugar.
ÜRCAX. Habernos bebido un poco,
Ni es viuda , ni casada. LEONARDA.
Y andámonos al sereno.
Ni doncella, ni violada Echad, Señor, por aquí. {\ Camilo.) No le díibió de agradar.
l>e alguno que la desdeña. ¡Ay triste
CAMILO.
JULIA.
CAMILO.
¡Oh san Días! sed en mi ayuda. No hagas extremos;
Desa suerte será dueña
{Vanse Urbano y Camilo.) Que no es eso de creer
Entre alL'odo:ies guardada.
;Válate Üios por .señora De un mozo tan b(;licoso.
Si te acabo de entender! ESCENA IV. LEONARDA.
{Ap. Engaño debe de haber. ¡Ay mira que en ser hermoso
¿Cosa que fuese esta ahora
OTON. !

Algo tendrá de mujer.


.Alguna hombruna mujer? ¡Bravamente Cuanto mas ([ue ¿qué Roldan
el vino muda!
l'eio ;.(aii lindo era yo?... Sufriei'a cubrirse así,
Y amor es lo mismo en mí
¡Oh qué tciilacion me dio Por esta ingrata viuda. Y á escuras venir atjuí?
De quitarle el rostro á esto. ¿Posible es (jne pueda aquesta Un mozo hidalgo y galán
¡

Aunque la dama me cueste Ser tan casta y tan honesta, Un mancel)0 varonil.
Que tan [poco me costó I

Y tan Artemisa en l\i, No como otros mujeriles,


Mas gran deseo me inllama
i

Y que á tanto hidalgo dé* C(m (piien fuera el mismo Aquiles


Y este brio que hay en mi.) Un mismo no [)or respuesta? Ahora cobarde y vil !...
Amigo, vamos de aquí No es posible aquí hay maldad
: . JULIA.
A ver esa es(!ura dama Yo sospecho (pie es fingida
De aquellas I Leandro, ¿no pa.só el mar
(|ue nunca vi. La santidad de su vida
! Dos mil veces animoso?
, , ; ,, ;, :
, , , , , !!, ! ;

LA VIUDA VALENCIAN.A.
LF.ONAnDA. rué en mi alma vuestra boca, AMILO.
f;,No ves que eso es fahuloso... Que ha dado centellas puras. En tí\ sagrado de brazos
Ji después ver y li:ilil;ir'.'
(le Yesca ha sido el corazón No podrán acometerme.
Y en la toi re contra el viento Que era maleria dispuesta No por su miedo, por Dios
í.uz le solían encender; Y el golpe fué la res|)uesla, fQue pues vine, no le tuve).
\ a(|ui nu la lia de tener Y la lengua el eslabón. Mano y deseos deluvt».
Dentro del mismo a[)OScnto. Tengo una luz encendida Mas por mandármelo vos.
Si dijeras el romano En el alma que os ve y trata., Qué bello cuerpo tetieis
¡

(^)ue en un hueco se arrojó, Si el aire no me la mata Qué traje y rico vestido!


O el que el puente acometió, De veros oscurecida. Con razón no he merecido
O el que se quemó la mano, No os vea yo como ciego Que en mi bajeza liéis.
Aun aquesto verdad íué. Dentro en la imaginación, Bravas telas y brocados
i

JL'LIA.
Porque parece invención Bravos cuadros y pinturas
Dame albricias. Haber tinieblas y fuego. Pero todo queda á escuras
Si no es mi fianza buena y Con tales ojos cerrados.
LEONARDA. No se comience la historia ¿Que no hay aquí quien me abone?
No lo creo. Y pues es lirnbo sin gloria Quien me ama ¿no me lia? ,

Ji;ijA. No sea limbo con pena.


LEON.\RDA.
Ea, Sed vos para que yo os vea
,
El alma se le conlia
LEO>ARDA. Como ¡lintor extremado, :

Vuesamerced me perdone;
Toma aquel manteo, Que aunque lanoche ha pintado.
Deja luz con que se vea.
Que cuando de su lealtad
Julia , que ayer me quité.
Mas experiencia se tenga
JULIA.
Yo soy un hidalgo noble
Haremos que á casa venga
Que si cara á cara os trato.
¿Es aquel de oro y morado? C-on mas luz y claridad.
Fio de mi honrado trato
LEONARDA. Siéntese, y no se alborote.
Que os parezca bien al doble.
Dame la máscara presto, Esto he de alcanzar de vos. CAMILO. (A Urban.)
Y loma la tuya. Ea, dadme aquesa mano. Si lacaza no he de ver,
LEONARDA. Tornadme amigo , á poner
,

ESCENA VI.
¿Mi mano? Tomad.
Pigüelas y capirote.
Mas valdrá para estar quedo
CAMILO, con el capirote puesto; L'R- CAMILO. No tener ojos ni oidos
BAN. — LEONARDA y JULIA , con Y'a es llano Porque se van los sentidos
máscaras. Que lo concedéis, por Dios. Tras aquello que ver puedo.
JULIA. (Ap. á Vrhan.) En descubriendo el halcón
CRBAN,
Para que la caza vea.
Al puesto A íe que no es necio el hombre.
Ya está cierta la pelea
^amilo, habernos llegado. URIíAN. Y' es suyo aquel corazón.
CAMILO. Dien habla. Pero aquí después de vella
,

?ues escalera subí JULIA. Con alguna claridad


Ya estaré en el aposento. Por lindo estilo. Le quitan la libertad
LEONARDA. LEONARDA. De poder volver tras ella.
¡

Y aun hay otra condición


Jalde una Pues, por vida de Camilo...
1

silla al momento. En
j

i esta caza encubierta


DRCAN. 1 CAMILO. ! Que va la perdiz cubierta,
Asiéntate. Ese es Señora mi nombre.
, ,
¡
V descul)ierto el halcón.
CAMILO. LEONARDA. 1 ¡
Aquí de Dios, mi señora!
¿ Adonde ? '

¿Vos habéis de permitir


Que no pienso que he hecho poco
URBAN.
I

'

En daros luego mi mano. I


Que quien os merece oír,
Aquí. '
i No os merezca ver ahora?
CAMILO.
LEONARDA.
CAMILO. Digo que es bien soberano.
Ahora bien , tráiganle aquí
¿Quién es aquella que habló? Digo que me vuelvo loco.
Un poco de colación
URDAN. í
LEONARDA. Con que amanse el corazón.
Mi señora. Decid, ¿y pareceos bien? (Vase Julia.)
LEONARDA. I

No me la apretéis, ¡.lesü!
I

Y Mieslra
esclava !
CAMILO. ESCENA VII.
Es la que de hablar acaba.
Esta mano es de Esaú,
CAMILO.
\

Y la voz no sé de quién.
LEONARDA, CAMILO, URBAN
(Oh pesia quien me parió! LEONARDA. CAMILO.
lí\ capirote me quito.
Traigan luz por eso solo. ¿Qué colación, pesia á mi?
(Quítasele.) •

( Vase Julia.) ¿Cómo tengo de comella.


Par Dios á escuras estoy.
,
URIiAN. Sieso mismo se me abrasa?
LEONARDA. j

¡Ab doyine á Dios con la casa


!
Ya se descubre el farol.
Por eso licejicia os doy, ¿Que aun no hay una cara en ella?
-^Y se os perdona el deíito. i C.VMILO. ¿Qué lianzas me habéis dado
Dadme silla junto á él. I
Luz pido donde está el sol Para comer, satisfecho
CAMILO.
I

Pero está eclip.sado Apolo. Que no es veneno?


¿Hay mas lindo encantamento? ( Vuelve Julia con luz.) LEONARDA.
JULIA. Esle pecho
LEONARDA.
,Ay .señor! con vos me asiento La hacha está aquí. Que me habéis enamorado.
CAMILO. CAMILO.
CAMILO.
¿Qué es oslo? Ligero argumento hacéis.
Por Dios, que es hecho cruel.
¿Todos con máscara están? Id á una tienda endiozada,
Va me enciende el corazón
Amor sin luz, pues no veo; Y veréis si os lian nada
LEONARDA. Por mas (|ue el pecho mostréis.
Que ha tocado en el deseo Tened las manos, galán
Como piedra Yo soy aquí mercader,
el eslabón. Que aipii no ha de haber mas que esto. Vos (]uieii rebozada llega :
• nnioel hombre que está á escuras, En llegando á <|ueier verme. Luego hien la vida os niega
'
para encender luz, toca,
.
Os harán dos mil pedazos. El que no os merece ver.
, : , ! , ;, ,) , , — : !! )

78 COMEDIAS ESCOGID.AS DE LOPE DE VEGA C.\RPIO.


i.r:o>Ar,DA. JULIA. IRIIAN.

Camilo, no os alujáis En verdad que es muy leido. Escucho. Esta va por mí.
Do verme eseoiultM- asi IBRAX. CAMILO. (A Julia.)
Que iiay arlos. Señor, en mí
i
No lo toméis tan polido; Vos tendréis iris por nombre.
Que vos aliora iiiiiorais. Que en verdad que es zanahoria. Que es de Diana mensajera,
Yo os vi y el alma os rendi
.
Entro, y la bebida saco. (Ví/íc.) Y vos Mercurio.
De suerte en eierlo hifíar.
,
LEONARDA.
CAMILO.
Que no me exeusé ño dar
Donaire tiene por cierto. ¿Pudiera
Fin á mi eiiiiiado asi.
Este remeilio hus(]ué Pero hagamos un concierto. Darse á todos mejor nombre?
Para que entréis liontle estáis, LEOXARDA. {A¡).) URBAN.
Y para (|ue noilijiais Es discreto y es bellaco. En fin, ¿que Mercurio á mi?
Con (¡uien ni on iiué izarte liu^. CAMILO.
Baco ¿no fuera mejor?
Si i)ensais que aijuesto ha sido JULIA.
No tener crédito on vos. Si estopasa entre los tres.
Que sois vos y estos criados. Escucha un poco, hablador.
Bien quedará entre los dos
Averifíuado y reñido. Para hablar ó ser llamados, URDAN.
Joyas os daré en valor Sin nombres, trabajo es. Escuclio. Esta va por mí.
Quiéroosios poner fingidos;
De dos mil ducados. LEONARDA.
Que yo asi me entenderé.
CAMILO. Va es tarde, y es bien ([ue os vais;
{Vuelve Urban con la bebida.) Qu(! hablando no se ha sentido
¡, üuenas?
URDAN. Tiempo y noche que han corrido.
LEONARDA.
Bebed. CAMILO.
;Ho1a ! Dame esas cadenas CAMILO.
Y ese brinco, dios de amor. ¿Que al fin cubierta os quedáis?
Luego beberé.
Dame... LEONARDA.
URDAN.
CAMILO. Noches quedan , mi Camilo
Bebed.
Paso, no pidáis Esto por ahora baste.
JULIA.
Eso que me dais enojos. Llévale dtmde le hallaste, {A Urban.)
;
Están divertidos.
Mas quisiera vuestros ojos \ Hola por el mismo estilo.
!

URRAN.
Que cuantas joyas me dais. URDAN.
Diéradesme osos zaliros, (Ap. Estos mozos confitados,
Encajaos el capirote.
Y rubíes y perlas
los Todo almíbar y jalea
Que no hay ninfa que tal sea CAMILO.
Desa boca que por verlas ;
I

Pudiera con mas serviros. De boca y dedos mirlados ¿ No os he de abrazar primero?


También hay oro en mi casa. Me hacen perder el seso. 1
LEONARDA.
Gracias á Dios no soy pobre. Bebed.
,
Sí por cierto.
! CAMILO. ¡

LEONARDA. CAMILO.
I Mostrad : beberé. Ah bien ligero!
Deseo que mas os sobre i

Que de oriente á España pasa. I


URBAX. I
Paso.
Pero por señal de amor, ¡Qué poco y qué á tiento fue! ( Urban le pone el capirote.
j

Esta sortija tomad I


Diga, ¿y harále mal eso? i
URDAN.
Que en vos tendrá calidad. CAMILO. I
Alto sois de cogote.
I

CAMILO. LEONARDA.
I
(Ap. Tras tanta plata, ;,qué espero?) i

Y esta en vos tendrá valor. i


No me muestren mas, Señora. Pues necio,
, ¡ así le lastimas
Servios de ([ue en mi nombre URDAN.
URDAN. {Ap. á Julia.)
La traiga esa blanca mano.
[

llaga melindres ahora I


Nunca vos haréis buen son.
Haráse después un cuero. ¡ Bendiga Dios el bordón,
ESCENA VIII.
Pues esta va por mi ama {Debe.)
j

I
Que dura |)or treinta primas!
Y Asid la pretina bien.
JULIA, con la colación. — Dichos. Esta,
Camilo, por vos;
esta,
por los dos;
.lulia, CAMILO.
Que bien bebe quien l)ien ama. Adiós , señora Diana.
Jl'LIA.
JULIA. LEONARDA.
La colación viene.
Escucha, ó vete de ahí jAy cuánto tarda mañana!
! ¡

CAMILO. Que nombres nos quiere dar Descúbrome.


En vano Para podernos llamar. JULIA.
Viene á fe de gentil hombre,
:
URBAN. Yo también.
Que no tengo de comer. Entra á recogerte luego.
Escucho. Esta va por mi.
LEONAUDA. {Vansc.)
LEO.NARDA.
A lo menos
probar el
¿Cómo me pensáis llamar? CAMILO.
^o lo podi'is excusar; Bueno voy ! Ah ciego amor
CAMILO. I
¡

Que soy lionrada mujer. URDAN.


A VOS os llamo Diana ,
CAMILO.
Y está la razón muy llana. ¿Y voy acaso mejor?
¿Eslodel ve.ieno?
LEONARDA. ¿Quién manda rozar al ciego?
LEONAHDA. Vansc.)
Esa podéis declarar. (

Si.
CAMILO.
Por mi vida, que probéis.
¿No es luna y alumbra?
CAMILO. Cjíle,
LEONARDA.
Si ese juramento hacéis
Haya mil muertes aquí.
Si. ESCENA IX.
CAMILO.
Quiero líjmar el veneno, VALERIO embozado. ,
Que Alejandro del doctor; ¿No se escurece y desdora? [cistcs,
Que donde la fe es mayor, UliBAN. Sospechas, que al mas cuerdo enloque-
^o le hace el daño ajeno. ¡Oh qué bien Y en el mas escogido entendimiento
L'RBAN. JULIA. Representastes mas quimeras varias
¡Oh lo que sabe de historia! Escucha ahora. Que la imaginación profunda suele
, , , ! , , ,; , ,
! ! , ; ,

LA VllDA VALENCIANA. 79
Del pintor qiie diseña alguna mñqnina Abren franca libertad. ALGUACIL.
O el poeta qiu' traza aiijun discurso, Viuda ya no hay quien crea
,
Yo soy quien debo.
^Dónde lleváis mi loca fantasía Que estáis sin dueño secreto Vuesas mercedes ¿quieren compañía?
A desvelarse cuando lodos duermen? Del alma puríjue en efelo
,
OTÓN.
Ya el estrellado carro con su guia Andáis triste y no sois fea.
Mujer bella, rica y moza Quedar nos cumi)le aquí.
Parece (¡ue se humilla á su descanso,
Y declinando van las seis hermanas, (Que basta libre y mujer). ALGUACIL.
Con la que enire ellas vergonzosa vive; Yo no tengo de creer
Que no se regala y goza
Pues adiós. — Vamos.
Y' de vosotras,
yo, solicitado LISANDRO.
Nó como estrella estoy en luz ardiendo. Porque aunque mas me digáis.
¡Que siempre en todo juntos nos halla-
Mas como fuego del eterno abismo Huyendo segunda boda
[inos!
Por donde dicen que encendido sale, Que sois angélica toda,
Doyme á Dios si vos no amáis. {Vanse los alguaciles y el escribano.)
Cuyas bocas jamás de darle cesan. ,

Háseme puesto, y no será por dicha. (


Ve á los dos.)
En la imaginación que esta Leonarda, ¿Que tan desvanecido hablase al aire, ESCENA XIII.
Entre aquellas imágenes y libros. Que apenas reparase en que podía
Alguna tiene aparte á quien adora. Ser escuchado destas vivas sombras? OTON, VALERIO, LISANDRO.
Noche, si está allá dentro algún dichoso, En íin pared no escapas sin oídos,
,
,

Hazle salir, con dar lugar al alba. ¡Oh casa del mayor peso de! mundo! VALERIO.
Mas ¿cómo podré yo saberlo solo. Ya os arriman gigantes á la puerta Otón es bravo arquitecto.
Siendo esta casa como un tiempo Tébas, Ya están vuestras colunas revestidas. OTÓN.
Queseilustraba decien puertasgrandes? ¡Denocheguardasá las puertas! ¡Bueno! Y á Valerio ¿ qué le falta?
Gente viene tomemos esta esquina
: Afequeadondetantasguardasponen,
LIS.\NDRO.
De la portada , á ver dónde camina. Que hay escondido algún tesoro rico.
Si asisten al sustento de la casa
Para portada tan alta
{Retírase. )
Sirvamos todos de cslantales juntos. Los tres hicimos efecto.
ESCENA X. Y pues«l irme es caso sin remedio. Pero tíñeos mil ventajas.

OTÓN, embozado; VALERIO, á un lado Hagan lugar; que yo me pongo en medio. VALERIO.
{Púnese entre Valerio ij Otón.) Estar en medio son mil.
de la portada de la casa de Leonarda. ¡

OTÓN.
OTÓN. ESCENA XII. Sino vienf" el alguacil
Cierta cuestiónde amigos y parientes Todos nos hacemos rajas.
Algüaciles.UN ESCRIBANO.— Dichos.
Me ha detenido perdonadme, calle,
:
LISANDRO. .

Y vos también, ventana venturo.sa. ALGUACIL. Consuélome que los tres


,
Si he tardado en venir á saludaros.
Lindo salto se hizo en los del juego. Fuimos necios por extremo.
¡Ah mi ventana! ¡Quién de vos supiera
ESCRIBANO. OTOX.
Siha salido por vos algún suspiro
Que entrado, yo aseguro que son tantos, ¡Y qué hermoso dinero se paraban Dar aquese nombre temo
Queno son mas de abril las varias llores. ALGUACIL. .\ lo que locura es.
Pero cuando aqueso fuera
Ni las perlas que el alba entonces vierte. Aun esta casa tiene mas secretos;
Cuántos colgados de esas rejas. El mas necio fuistes vos.
i
llis Que se da de comer y entran mujeres.
Que no merecen, de un cabello solo. Yo haré una información que salten.
les
Que os metistes entre dos.
Piden al cielo que convierta en mármol Gente hay en esta puerta. ¿Quién va? LISANDRO.
Aquella que de mármol tiene el pecho! Al Rey. [Ténganse Y' entre ciento me metiera
También vos, puerta... —
Mas ¿qué es OTÓN. Aunque fueran Rodamontes.
[esto? ¡Ay triste! Tenidos somos ; no nos meta OTÓN.
;,Qué sombra esestaóqué nueva 'coluna? La lanlerna en los ojos. ¡Ea, león!
No en balde el corazón me lo decía, ALGUACIL. VALERIO.
Y esta noche el venir solicitaba.
He de verlos,
¿Será por dicha aqueste el venturoso
No es burlando;
Que de la viuda posesión merece?
Y' desarrebozarlos treinta veces. Que puede, como otro Orlando,
VALERIO. Romper árboles y montes.
¿Quélediré?Queharé? ¡Viven loscielos,
Que se ha de conformar la arquitectura, Mire que somos caballeros. LISANDRO.
Yque han deestarlosmármolesiguales! ALGUACIL. La necedad en su punto
[Colócase al otro lado de la puerta.) Creólo; Fué aquello del estanipt-ro.
Masyohedeverlospormispropríosojos; Cuando Otón, hecho librero,
ESCENA XI. Que suelen engañarnos por momentos. Entró con Valerio junto.
LISANDRO, embozado. — WLYMO v Ea; que es ya...
LISANDRO.
OTON.
0T0.\ , cada uno á un lado de la ¿Con máscaras no llegamos
Suplicóos quesea aparte.
puerta. Hasta la puerta?
ALGUACIL. VALERIO.
MS.4ND1I0. No ha de ser sino aquí por Dios, descú- :
Esperad;
Viuda , así os guarde Dios, [branse.
Que de aquella necedad
Que puesto á aquesa ventana {Desembózanse lastres.) iguales partes llevamos
Le que hay de aquí á la mañana ¡Señor Otón Lisandro, y vos Valerio
, ,
Que él vino de bohonero
Quisiera pasar con vos. ¿Los nombres no pudiérades decirme? (^on mil rosarios allí,
El s/que á todos negáis. OTON. Y no le abrieron. •

Decidme ¿en qué no consiste? Convínome callarle. OTÓN.


Santa y moza, alegre y triste, LISANDRO. ¡Ah!¿si?
Zagala , no me agradáis.
Y
á mi y todo. Pues darle el parabién quiero.
Este ser vos tan discreta
Hace á mil necios pensar
Mas yo me huelgo deste desengaño. LISANDRO.
VALEItlO. Pues todo se ha sabido.
Que os debe de regalar si
Alguna prenda secreta. Y yo he tenido por dichosa suerte Por necios todos quedemos,
Para que esto no se vea, Saber asi lo que saber temía. Y el pro()ósilo mudemos
¿Qué importa que os encerréis ALGUACIL. En quien la ocasión ha sido;
Sí las veces que queréis Desa manera, ¿puedo estar seguro Que habrá bien (¡ué murmurar.
Vaisy venís ala aldea? Que no he dado disgusto? VALERIO.
Este campo y soledad. LISANDRO. Si vade murmuración,
Estas huertas jardines Antes quedamos Yo diré á qué vino Otón
y
Sin abrirá los'maitines, En mucha obliííacion. Esta noche á este lugar.
,
. ;, ,; ! , ; ;;
, , ; , ,

:0.MED1AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Filé á saber si aquesta puerta Cumiio cou huellas.
ESCENA XVI.
A aliena dichoso se abria. CAMILO, FLORO.
OTÓN. ESCENA XIV. i

A eso, por Dios, venia.


LUCENCIO , ROSANO. CAMILO.
LISANDRO. Después de la primer noche,
Tóiiijdlo por cosa cierta LICENCIO. Como le he contado, Floro,
Porque yo viue á lo niisinn. Hela leido y entendido todo,
En que, como halcón y ciego,
Ciego fui siguiendo á otro.
VALEniO. Y contienequc Ercino me da un yerno
Otras seis ó siete fui
Para Leonarda, encareciendo el mudo
Y mi ¿qué pudo traerme
á Por el mismo estilo y modo.
De su nobleza, término y gobierno.
Sino el ver lo niisnio y verme Hasta (]ue al lin la gocé.
üu esle celoso abismo? ROSANO. Sin masluz (pie de los ojos.
0T0\. No le aventajan en la sangre el godo, No habla |)ajaro destos
Ni en gentileza de mancebo tierno Que de noche vuelan solos.
Ya que nos hemos hablado,
El mismo Adonis, Piramo y Narciso, Cuyos ojos no invidiase.
(kmfórmese el amistad
Ni el mas discreto en di.screeion y aviso. Por ver lo (jue á tiento adoro.
Contra la llera crueldad
Como el Gallego escribe, tañe y danza Hela cobrado afición,
Deste iiifirato pedio helado.
Como otro Julio, y porque ma? le alabe, Sin ver mas (jue lo que toco
De su deshiinor tratemos,
De retratar como Guznian alcanza De laclo , como los ciegos.
Y que pierda la opinión.
Aípiella parte que á milagro sabe Que es peregrino negocio.
L1SA>DR0. Esgrime como el célebre Carranza, He hecho cosas por verla
¡Oh qué bien ha dicho Otón Su Olicio es secretario del mas grave (Que no pienses (lue soy corto).
¿Qué veniíaii/.a toniarémos? Principe de la corte, donde vive Que hubieran enternecido
¿iVro sabéis qué he pensado, Con gallarda opinión. , iln indio, un bárbaro, un monstruo.
Y nni'.oa lo dije en duda? LUCE.NCIO. Ya íingiéndome morir
VALERIO. Con suspiros y sollozos.
Asi lo escribe.
Ya jurando de no vella
¿Que? ¿Cuándo salistes de Madrid? Con juramentos y votos.
US.\>DRO. ROSANO. Pero ni por mis ternezas.
Que tiene esta viuda Sospecho Ni por mis rabias y enojos,
(lalan en casa encerrado. Que habrá tardado sulos cuatro dias. Se ha dejado ver y así, ;

Oue e>lc no acudir á ver LUCENCIO. i Esioy encantado y loco.


Ninguna cosa de fuera, ¿Hay nuevas? FLORO.
SI in casa no le tuviera, j

ROSANO. ¿Cómo no ? Gracioso cuento!


¡
¿Cómo se ¡tudiera hacer? Lleva tú luz encendida.
Mujer sola libre y rica
,
No sé cosa de provecho. |

Y (¡uc á tantos se Íia negado, Pero mucho del caso te desvias CAMILO.
A le que hay algún criado Muéstrame en él mas descubierto el pe- Podráme costar la vida
Si acaso de mi crédito le lias; [cho, Floro, aqueste atrevimiento;
yue al lado de noche a|)lica.
Y entre los cpie tiene, IJrban
Y muéstrame esta viuda, porque el vella Que si Psiques vio al amor,

Que es bellacon y discreto. Me importa para darles nuevas della. X quien á escuras gozaba ,
Tengo sospecha en efeto Encargáronme mucho que la viese; Perdió la gloria en que estaba,
One hace olicio de galán Que allá tiene gran fama de hermosura. Y negoció su dolor.
Ponjue no se aparta della LUCENCIO. FLORO.
Y anda bien puesto y vestido. Eso podria ser si ella quisiese; Pues ¿qué has de hacer encantado.
Siempre se burla atrevido, Mas es mas que su fama su clausura. Enamorado sin ver?
Y habla en secreto con ella. Y .nun(|ue de oiilo i)or ahora os pese. CAMILO.
OTON. Sabed queesla mujer masbronca y dura
Imitar á amor, y ser
Que lia criado la sierra mas
fragosa
Vive Dios ! que ahora he caldo Sin ojos enamorado.
¡
Supuesto que es discreta y que es her-
En una maldad tan clara. [mosa. FLORO.
Yo le cortaré lacara,
Há un mes y mas que ya no la visito, ¿No puedes Revar un yeso
O no seré bien nacido.
Sobre esto (le tratarle casamientos; Con que }a puerta señales?
¿Quién duda que esto es así ? Que de mi enojo y suyo en esto quito CAMILO.
VALERIO. Malas palabras y d(!sabrimienlos Tiene el hombre industrias lales,
Yo SOY de ese parecer; Y si el de aquesc hidalgo solicito Que me hace perder el seso.
Que cosas le he visto hacer Seián, sospecho, vanos pensamiíMitos; Fuera de la puerta estoy
De (jue sospeciioso fui. Porque quien no se casa aqui en Valen- Y dice que estoy en cas;:.
Y desde aqui le prometo Menos hará para Madrid ausencia, [cia.
FLORO.
Una grande cuchillada. Con todo eso , diligencia haremos.
ROSANO.
Un coche de damas pasa.
LISANURO.
CAMILO.
Dejad algo, si os agrada Mucho me habéis. Señor, desconsolado;
Pero será razón (lue lo intentemos. Ybaja,áfedequi(msoy,
Para el dueño del secreto
Porque diga, aunque mal , que he nego- Del una hermosa viuda.
Que también le be yo de dar
LUCENCio. [ciado. FLORO.
una eu medio dosas dos.
oroN. Digo que ordenaré de que hoy la hable- Y no es mala la criada.
[mos
Amanecido ha per Dios.
Que siempre á Ercino estuve yo obliga-
¡Que dulce es el murnmrar!
i

[ílo-
ESCENA XVII.
Vamos y hablémonos hoy. !

VALERIO. I ESCENA XV. LEONARDA v JULIA, con manías.


Dichos.
Kn matarle me reporto.
CAMILO, FLORO.— Dichos.
LISAXDRO. ,

leonarda.
Qué narices que le corlo!
'
FLORO. {A Camilo.)
Esta huerta es extremada.
¡

OTOX. \ Prosigue, por tu vida, tan buen cuento.


' JULIA.
¡Quécucliilladale doy! LICENCIO.
En ningún tiempo se muda.
Vansc.) Gente es esta : no entienda nuestro in-
(
i [lento. LEONARDA.
Camilo es aquel. {Ap. n ella
{Vanse Lncencio y Rosativ.) Julia , )
; , , ; ;

LA VIUDA VALENCIANA. 81
Jl-LIA. Tal duda en mi fe Señora. , No se me da te prometo.
,

¡Ay, Señora! ja le vi. Si un ángel de hermosa fuese, Lo que por mi Floro, á ellas.
,

CAMILO.
Y una romana en valor. Esta no vale dos clavos.
No es posible (jue el amor Ni cuantas puedes nombrar.
¿Hay algo en que os sirva aquí ?
A mi imposible perdiese. Porque es querer comparar
LKOJíARDA. {Áp. á Julia.) Los reyes con los esclavos.
LEONARUA.
¿Habí arele?
Si la viésedes, yo os juro
Yo te digo que lamia
nxiA. Es algún ángel sin duda.
Que os trocase el desengaño.
Habla con él FLORO.
campo CAMILO.
Que tocio el esta solo.
LEONARÜA. Bien puedo estar dése daño ¿Tan mala era la viuda?
Yo os agradezco el favor. Por muchas causas seguro; CAMILO.
CAMILO. Que con las manos la tiento, Así, así; pasar podia.
Y la frente es extremada ;
Débese vuestro valor,
á FLORO.
La nariz erticionada,
Como rquesla luz n Apolo. |

Que es de un rostro el fundamento. A mi bien me pareció.


Y á eüa misma os con. paro
Los ojos son relevados. CAMILO.
Porque es lo que mas deseo
Que es señal que buenos son; ¡Ah Floro! aquesta vieras,
De cuanto veo auniue veo , , si
Todo esotro es perfección ¡Qué que la encarecieras!
Pocas veces, mi bien claro. , bieíi
Cuello y pechos extremados.
Pero en tin, la luz es cosa FLORO.
Entendimiento y donaire,
De tanta eslima, que al suelo
La viuda tomara yo.
Es locura hablar en ello
Ko dado igual el cielo,
la l:a

Después de haceros hermosa.


Que no falta mas de vello
Para dar el. seso al aire. ESCENA XIX.
LEONARDA. Pues una Iris que tiene,
¡

Mucho la luz estimáis, Y un Mercurio embajador! ÜP.BAN, con la espada desnuda, reti-
Para no ser ciego. No tiene el mundo valor rándose de OTÓN, LISANDRO y
» CAMILO. Cuando de su cielo viene. VALERIO.— Dichos.
Nace LEONARDA.
De una falta que me hace, Vos sois extraño galán. L'RBAN.
Que uo es bien que la sepáis. Nunca tal oi decir. ¡Tres hombres á uno solo!
LEONARDA. CAMILO. OTON.
Ello se entiende : ¿es de amot? Ni á nadie he visto sufrir ¡Muera el perro!
CAMU-O. La escuridad que me dan.
CREAN.
Pues mas os espantaréis, Y aunque en parle mi alegría
Con este rigor se aniebla. ¿No me diréis qué ofensa os hice?
Si de mi dama sabéis
El divino resplandor.
Mas quiero yo mi tiniebla VALERIO.
Que alguno estima su dia. ¡Muera!
LKONARDA.
LEON.iRDA. CAMILO.
¿Es por encarecimiento?
¿Y cómo os llaman? Paso, señores ténganse ya basta.
, :

CA>!II,0.
CAMILO. Si estar yo de por medio en cortesía
No, sino porque es Diana De caballero recebirse suele,
Tan divma y soberana , Camilo.
Camilo soy , y amigo soy de lodos,
Que no la veo y la siento. LEONARDA.
FLORO. Urban.)
(.4
LEONARDA. Es justo saber el nombre
De un mas que Amadis de un hombre Ponte detrás.
¿Cómo, Diana? ¿La luna? ,
URBAN.
Que ama por tal estilo.
CAMILO. Vinieran uno á uno...
Ahora bien por muchos años
,
La propia
Vuestra Diana gocéis. OTÓN.
LEO>'.\RDA.
Pues no andáis bien; CAMILO. Él tuvo en vos, Camilo, buen padrino;
Que esa mil vistas la ven; Si vivo, no lo dudéis, Que es un lacayo vil desvergonzado. ,

Mas no la loca ninguna. A pesar de sus engaños. CAMILO.


CAMILO. LEONARDA. No haya mas, por mi vida; que por dicha
Pues yo la toco sin vella. Adiós, escuro galán. No os habrá conocido.
LEONARDA. C.UIILO. VALERIO.
Sin duda os tengo por loco. El un rico esposo os dé. Basta y sobra
CAMILO. FLORO. (Ap. á Julia.) Quererlo vos.
Si,pues á escuras la toco, Diga ¿hablarla no podré
: LISANDRO.
Y me he enamorado della. Esta noche en el zaguán? ¿Mandáis en que os sirvamos?
LE0N.4RDA.
4UI.IA. CAMILO.
Y esa luna ¿veos á vos?
Vivo junto á la Zaidia. Quedo en obligación notable.
CAMILO. No quieía dama tan kjos. OTÓN.
Ella lo afirma, y es fe {\anse Leonarda y Julia.) Vamos.
Que cada dia me ve;
Mas yo no la veo por Dios.
, ESCENA XVIII. {Yanse Oton,Lisandro y Valerio.)
LEO.NARDA.
Pues os ve, no lo dudéis. CAMILO, FLORO. ESCENA XX.
Sino que está enamorada.
FLORO. CAMILO, L'RBAN, FLORO.
CAMILO.
Hablado habéis como viejos.
Pienso que de mí se agrada. CAMILO. [hecho
¡Qué ocasión esta, qué dia !

LEONARDA. ¿Por qué no la requei)rabas? Decid, hombre del diablo, ¿qué habéis
Y en losefetos lo veis. Que es una viuda bella A aquestos caballeros?
¿Hay mujer por quien ahora Que andan mil muertos por ella. URBAN.
La dej asedes? CAMILO. Buen Camilo, [juro
CAMILO.
,En mi pensamiento estabas! Después de ocharme á vuestios pies, os
agravioMe Por ella ni otras mas bellas, Que ni en obra, palabra ó pensamiento
De que ponga vuestro labio Respeto de mi sugeto, Les ofendí jamás.
L-i. 6
,; , , !, ; ,
: — , ,! , ,, ,!, ,

82 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


CAMILO. CAMILO. De las palabras y votos!
Pues sin ofensa Tenme. por tu fe con tiento;
, Pero son papeles rolos
¡Caballeros mataban en cuadrilla Que me has rasgado la capa. Que se entregan á los vientos.
l'a hombre solo No es posible. ! ¡Quien le oyó que noqueria
CELIA.
CRBAN. Ese corazón quisiera Olraeu elniuudo!
Es cierto. Donde tul dureza cabe. JULIA.
Y puede ser que se hayan engañado, Y bien jura;
CAMILO.
Y tenidome á mi por otro. Que dice de noche escura,
Ya fué para ti suave,
CAMILO. Y á lu voluniad, de cera. Y esta qiierrála de dia.
Creólo. Mira Señora no creas
Pero hay liomhres que desean , ,

FLORO. No tener conuin el bien. Que sin dejarte mirar


En Pero advierte que nos ven. Has de poder conservar
gentil escampado os la juraban.
l!n hora el bien que deseas.
CAMILO. CELIA. Por la vista entra el amor;
Vamos con él hasta su casa , Floro. Mucho teme que le vean. Que por las manos no puede.
Calle, no se le dé nada,
unoAX. LEONARDA.
Hasta
Y amai telaráse ahora
la puerta de la ciudad basta. ¿Yeloir?
Si lio lo está, la señora
FLORO. JULIA.
Que nuevamente le agrada.
A mi señor estáis bien obligado. Y cuando riñan un poco Eso se quede
Porcelillos. bien sabrá Para un amante hablador.
URBAN. (Áp.)
Dar satisfaciones ya. Sigue un hombre, oyendo hablar,
Si se lo debo, bien se lo he pagado. Un rebozo, aunque no vea;
CAMILO. Y en viendo que es mujer fea
Tú quieres volverme loco. Al diablo la quiere dar.
CELIA. CAMILO. Celia.)
ACTO TERCERO. ¿Quién duda que le diria Di , veamos ¿qué ,
(.4
te debo?
«Persigúeme esa mujer Que yo te satisfaré.
Pero no la puedo ver. CELIA.
Calle. Por tu vida y por la niia;
Lo primero una gran fe,
Y no hay de qué recelarte; Que es en nosotros muy nuevo.
ESCENA PRIMERA. Que haré que delante esté Luego con mucha lealtad
Viendo que te beso el pié?» No conocer otro gusto
CAMILO; CELIA, con manto.
CAMILO. Y en la mia muy al justo
¿Quieres dejarme y cansarte? Vestirme lu voluntad.
CAMILO,
Esto ¿no era ya acabado? Pasar mil noches al hielo,
Calla y déjame. Esperándote á una reja
CFLIA. ESCENA II. Sufrir voces de una vieja
¿Que calle? Y aun ¡ay del brazo y del pelo!
CAMILO.
LEONARDA Y JULIA, con mantos.— No te haber jamás fallado
Dichos. Cosa que hayas querido.
Después iré,
CAMILO.
CELL\.
JULIA. Todo eso te he servido
No hay después.
Muy tarde y sola has salido. Con haberle regalado.
CAMILO. Algún dinero me cuestas,
LEONARDA.
¿Tan loca estás, que no ves, Por tarde que es no ha venido Y galas... las que tú sabes.
,
Celia, que estás en la calle? CELIA.
Urban.
CELIA. JILIA. ¡Palabras , por cierto, graves
En la calle y donde quiera Mucho se ha tardado. Y en tu hidalga boca honestas!
Tengo por cuerda razón Pero ¿p(ir qué no quisiste El cofre abriré no quiero ;

Que se entienda tu traición. El escudero de Clara? Cosa tuya. Venga Floro,


CAMILO. Llévelo y aun darte en oro
;
LEONARDA.
Eso que me has dado espero.
Templa el enojo y espera. Por no velle aquella cara Hermosas galas en íin
Hablemos de suerte aquí. Tan melancólica y triste.—
¡

Que quien pasa no lo eulienda, Una triste basquiñuela.


¡Ay Julia! mas lo es mi suerte. Con dos tajuelas de tela,
Y suéltame ya.
JULIA. Un amargo faldellín...
CELIA.
¡Jesús' Señora, ¿qué has? — Qué sartas de perlas grandes
i
¿Qué prenda Qué cadenas me ponías!
Me tienes dada de li?
LEONARDA.
¡Ay Julia! Qué ricas tapicerías
Malas noches malos dias
,
De las mejores de Flándes !

Palabras, celos y rahias; JULIA.


Qué casa que me has labrado.
Y aun de que ya no me agravias ¡Qué muerta estás!
Con jardín, reja y balcón!
Nacen esl;is ansias mias; LEONAUDA. Y tiénenlas mil, que son
Que, tan malo, te quisiera. ¿Y es mucho viendo mi muerte? Esterillas de mi estrado.
Mira cuál estoy, traidor.
JULIA. ¿Con quién ya que se me aleja,
,

CAMILO. Mira que no es tan de noche. Aqueste tiempo empleara


Ir allá será mejor. Calla, ó cúbrete la cara. Que á lo menos no quedara,
Vé Celia á casa y espera
, ,
Todo acjuesto se excusara Ya que sin paga sin queja? ,

Que hay muciio que averiguar, Si hubieras venido en coche. Hallariasme rnuy rota
Y en la calle no estás bien. ¡Ay, amarga que ya veo
,
Muy pobre, muy despreciada,
Fuera de que á mi me ven, De adonde el aire te vino! Cuando te di en casa entrada.
Y tengo que negociar. LEONARDA. (Ap. á Julia.)
LEONARDA.
CELIA. Galardón es este diño ¿No ves cómo se alborota?
¡Tú á mi casa Pues no has ¡do
!
Do mi loco y mal deseo. ¡Oh quién lo que hablan oyera
En dos meses, ¿y tan loca ¡Oh quién no te conociera,
,
JULIA.
Me ves que crea tal boca
, Como tú á mi, pues así. ¿No era mejor irte ácasa,
A corazón tan fingido? Como no me ves á mí. Que no esjierar de quien pasa
No, amigo; que si se escapa, Te gozara y no te viera Que alguno te conociera ?
Será andarme tras el viento. ¡Fiad de los juramentos, Fuera desto , ya anochece.
,, , ! ,, , ,; , ; ,;

LA VIUDA VALENCIANA. 83
tEONARDA. A mi obligación resisto. Esta noche llamarás
Eso y el estar tapada Si la viera como á vos, Aquel galán de la puente.
Hace que no importe nada. Y bella como vos fuera. UREAN.
JULIA.
No dudo que la quisiera.
Harélo liberalmente.
Mas son celos , me parece. LEO.NARDA. LEONARDA.
En mi vida lo pensara. ¿Y de veras? Tú, Julia, cuenta tendrás
Que por tales aventuras CAMILO. De la puerlecílla falsa.
Dama que se goza á escuras, Si, por Dios,
URDAN.
Fuera coa celos tan clara. Porque sois vos una perla
Y me he de cansar al cabo Tu tío en casa te espera.
CELIA.
De ser de una dama esclavo, LEONARDA.
¿Hombre yo?
CAMILO. Que no me consiente el verla. ¡Bien ! Porque pena tan fiera

¿ Por qué yo mi mocedad No la comamos sin salsa.


Sí, Celia, tú;
He de pasar por su gusto URDAN.
Y pues que me he declarado Con este censo y disgusto
,

Con él está un forastero


Déjame. Guardando su honestidad?
CELIA.
De Madrid.
Si teme ser descubierta LEONARDA.
Ya estás dejado. Como otras que el vulgo infama,
¡Jesú, qué maldad Jesú! ¿A qué lia venido?
!
O estima tanto su fama
URDAN,
CAMILO. Ponga un gigante á la puerta.
No sé.
Santigúate con cien manos. LEONARDA. LEONARDA,
CELIA. Vos lo habéis dicho muy bien ¡Cielos! dadnieolvido,
¿Con testimonios me dejas? Pero porque gente viene Si aquesta nocl.e no muero.
Quédate á Dios no mas quejas.
; Que os vais , Señor, me conviene. {Vanse.)
CAMILO. CAMILO.
Testimonios son bien llanos. Pues ;,tan presto tal desden?
Callo.
(Yase Celia.) Por tenerme por mudable,
Sin duda , me despedís.
ESCEKA VI.
ESCENA III. LEONARDA.
Que os vais digo no me LISANDRO Y OTÓN , en traje de noche.
LEONARDA CAMILO , , JULIA. : ¿ ois?
CAMILO. LISANDRO.
CAMILO. (Ap.) Voyme , viudilla intratable. ( Yase.) Ya que la noche nos da
¿Es posible que se ha ido? Lugar á nuestra porfía,
LE0.\ARDA. ESCENA IV. ¿ Cómo Otón de pena os va?
, ,

Ce , le digo. OTON.
CAMILO. LEONARDA, JLLIA. ¿No basta ser pena mía?
¿A mi embozadas? Con eso entendido está.
LEONARDA.
LEONARDA. ¿ Qué dolor al mío se iguala
¡Oh traidor ¿Que no bastaba
!
Pues á la cosa mas mala
No somos tan declaradas La ofensa que aquí me hacia. Me ha traído mí furor?
Como esa necia lo ha sido. Que requebrarme quería ?
¿Es acaso la Diana LISANDRO.
Que dijistes en la huerta? JULIA. ¿Cómo?
De desengañarte acaba. OTÓN.
CAMILO.
No ha sido malo el sermón A mi comiiotidor
{Ap. Esta viudilla anda muerta Si le sabes entender. Hace favor y regala.
Por ser conmigo liviana.)
Suphcoos que os destapéis, LEONARDA. LISANDRO.
Porque no lo parezcáis. Mejor me le supo hacer Cansada está paciencia la
Que si viera la ocasión. De sufrir celos y agravios
LEONARDA.
Muila quedo. ¿Que no supe Cuando es paz la competencia;
Huélgome que lo que amáis Hablar? Mas sabed que es de hombres sabios
Tan presto lo aborieceis. JULIA. Esa cuerda diligencia.
CAMILO, Fué sermón muy alto. OTON.
Son esas divinidades LEONARDA. No estoy deso arrepentido,
Acá ciertas fantasías, Pero necio y corrido
niíiy
Son unas noches sin dias,
Un súbito sobresalto
No hay sentido que no ocupe. De que quite aqueste Urban
Y unas mentiras verdades. A tanto mozo galán
Aquesta noche y no mas.
Son unos gustos inciertos Galardón tan merecido.
Y un buen manjar sin sazón,
Aunque por lo comedido,
Verás como le despido. Yo soy un hombre arriscado
Una liesta en Cdiifíisíon Y aunque hubiera cien Camilos
Y unos sueños que son ciertos. JULIA.
Para su defensa y lado,
Es andar de noche en huertas, Ydesto¿quéledirás? Una vez fuera los (¡los,
Es lo no visto íingir, LEONARDA. El volviera colorado.
Y es contar y recibir Este Camilo, ¿quién es,
¿Yo le había de hablar desto?
Dineros á luces muertas. Que asi trata del arnés?
Qué donosa necedad
Si vos me queréis á mí i

Bueno es tener respeto


Dormirá un poco Diana A un hombre; mas yo os prometo
Porque es noche sin mañana,
ESCENA V,
Que me arrepentí después.
Y se quiere mucho á sí. URBAN.— Dichas. LISANORO.
Quiere que la amen por fe.
Cual si cíelo hubiera sido, No OS pese que aquesta puerta
;
URDAN.
Y es en efeto sonido No pienso que verse espere,
No ha quedado en la ciudad Noche oscura ó clara, abierta.
Que se oye y no se ve. Otra calle ni otro puesto. Que el que por ella saliere
LEONARDA. Dos veces á casa he ido No vuelva la cara abierta.—
Sin duda que la habéis visto, Por si allá hubieras llegado. Este es Valerio, en el talle.
Y os habéis desengañado. LEONARDA. OTON.
CAMILO. Harto bien te has disculpado Y fuera bueno dejalle
Antes por no haber mirado, Un día que á pié he salido. A que en un punto se armara.
,: : ! ! , ,; ;
! ; ; ;

81 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA Vil. VALERIO. Sab en casa de Leonarda.
¡Oh, qué pesia á mi
VALErjO.— Diciios.
tal es,
ESCENA X.
LISANDRO.
VALERIO. Pues yo comienzo el primero. — LEONARDA LUCENCIO , , JULIA.
Mas que enemiga entrara Mirando nuestros amores
el LEONARDA.
Por la büca de la calle. Y su grave competencia,
Vaya una hacha con mi tio.
He presumido, señores.
0T0\. Que Angélica está en Valencia JULIA.
A propósito responde. Con todos sus pretensores. Ya Roduifo está con ella.
No me (liíias de Gradaso Vos sois Orlando el guerrero, LUCENCIO.
del Oilandino conde.
>'i
Y vos Sacripaiite liero.
Que guardaran ¿Qué necesidad hay della?
este paso Yo Ferragud bravo moro,

Como los dos. Tero Angélica y Meduro LEONARDA.


LISANDRO. uLa viuda y su'escudero.» ¿Cómo que no señor mío? ,

Sentaos.
Y otro criado también
VALERIO.
Con espada os acompañe.
0T0\. Escudero el mas honrado
¿Dónde? Que salir de España pudo, LUCENCIO.
Que á tener has acertado ¿Quién ha de haber que me dañe?
LISANDUO.
El mas reluciente escudo LEONARDA.
En aquese puro suelo.
De tus armas adornado;
Cada cual en su herreruelo, Y'a yo sé que os quieren bien.
Tna medalla hacer quiero.
Y á su lado la rodela. LUCENCIO.
Aunque pobre caballero,
VALERIO. De plata y de mil tesoros Del hombre estoy muy contento;
Esta noche poco vela Do estén como el cinco oros Que parte bien despachado.
La blanca luna en el cielo. «La viuda y su escudero.» LEONARDA.
OTOX. OTOX. Digo, tio, que me agrado
Andará como la viuda, En las celestes alturas De hacer casamiento
este
Cíin los cercos de humedad. Siendo Géminis su nombre, Que habiendo á mil propios sido
Es para llover sin duda. Hay un signo en dos liguras. Áspera, disculpa espero
Una mujer, otra hondire. En querer á un forastero.
LISANDRO.
Pegados en carnes puras. LUCENCIO.
¡No hubiera en esta ciudad
Y'o no soy buen estreliero
Lna hechicera barbuda! Ventura el hombre ha tenido.
Pero, por Dios verdadero. Ricas albricias le esperan
VALERIO. Que cada noche imagino En allegando á Madrid.
¿Para qué ? Que están como aqueste sino
LISANDRO. «La viuda y su escudero. » LEONARDA. ( A Julla.)
Para que hiciera Que se aperciban decid.
VALERIO.
Que por treinta se muriera. ¡Hola! la puerta han abierto,
JULIA.
OTÓN. Y Lrban embozado sale.
Ya esperan y desesperan.
Mejor para que olvidara OTON. LUCENCIO.
l'n traidor, á cuya cara Adiós.
¿Quién?
Hoy un beneliciü espera. VALERIO. LEONARDA.
VALERIO. ürban. Él vaya contigo.
Una sátira le hagamos. OTON. ( Vase Lucencio.)

0T0\. ¿Es cierto? JULIA.


¡Vive Dios que es gran bajeza VALERIO. Desesperándome estaba
,

Siü duda la deshonramos. Cierto. Que en la puerta falsa andaba


LISANDRO.
LISANDRO. No sé quién.
¡Oh pesia tal
Teniendo tanta nobleza ESCENA XI.
Mas corridos nos quedamos. ESCENA VIÍI.
OTÓN. ROSANO que sale embozado de casa
URBAN.— LEONARDA , JULIA.
Lassátiras inventivas
,

de Leonarda. Dichos. — LEONARDA.


Que dan en las llagas vivas
Son para
Urban amigo,
gente baja.
la VALERIO. (.4/;. áLisandro.)
¿Cómo solo desa suerte
Qué bien aquesto me encaja Llega y dale.
i
Con la máscara en la mano?
« Nunca digas mal ni escribas »
!
LISANDRO.
URBAN.
VALERIO. Basta aquesta.
{Da una cuchillada á Itosano.)
Hay mucho mal.
Aquel decir mal hermano ,
,

No guarda ningún gobierno; ROSANO. LEONARDA.


Porque dicen, y es muy llano, ¡Ay ! que me han muerto. ¿Cómo, hermano?
Que es chimenea en invierno De lo que pasó me advierte.
OTÓN.
Y sala baja en verano. URRAN.
Echad por esa esquina.
Mejor será que cantemos,
LISANDRO. A la puente del Real
O que de repi'iite echemos Llegué álas diez donde atento
En loor de los amantes. Bien se ha hecho. ,

(Vanse los I res.)


Ya me esperaba Camilo,
LISA.NDRO. El curso del agua huyendo.
¿Prestaréisme consonantes? ESCENA IX. Llegué á hablarle, y él alzó
OTON. ROSANO. De la baranda los pechos,
Mejor será que glosemos.
Y cubriéndole los ojos ,
Abranmeaquesa puerta. ¡Aydemí triste! Yo lili el mozo y él el ciego.
VALERIO. La casa es grande, y lamo sin ¡troveclio.
I
Entramos por la ciudad,
¡Oh! vos sois un cancionero. /Aquí, viejo ungido, me triijiste? Hablando y encareciendo
Pretendientes lo han iiecho. Hacer buen Yo tu hermosura y tu fama,
LISAMjKO.
Venga el verso.
[pecho; Y él su amor y sus deseos.
Que á una traición ningún valor resiste. Preguntábale si habia
OTON. ¡Qué gentil cii<li¡ll;iil:n|uemehan dado! En Valencia algún sugeto
Diga así ¡Oh cómo á Madrid voy bien desi)acha-
! ¡
Que le agradase de dia
«La viuda y su escudero. » - (Vase.) [do! Mas que tu escuro aposento
, ; , , , ; ; ,; — ! ! ,, ;

LA VIUDA VALENC lANA, 8S


Y él me contaba una historia Pero di ¿quién ha de ,
ir Tú debías de tener
De una mujer que ele celos Mañana por tu galán ? Anoche blanda la mano.
Le scüuia y perseguía LEONARDA. VALEniO.
En calles, plazas y templos; Urban,
Julia, disfrazada, Cuando yo doy un revés
Cuando un alguacil llegó, Que de hombre se ha de vestir. Hasta pescuezo no para.
el
Y al querer reconocernos.
La venda del dios de amor JULIA. OTON.
Camilo se quita presto. ¿Y si algún hombre me topa? Cogiendo cabeza y cara
Llegó, y quién era le dijo, LEONARDA. Queda abierto hasta los pies.
Dejándole satisleclio Defenderáte tu ciego. LISANDRO.
Pero no (¡uiso rogalle
JULIA. Estoy por dársele ahora.
Que nic dejase cubierto.
La mascaia me quitaron Del me temo. OTON.
LEONAIÍDA. Deteneos.
Camilo y lodos me vieron
Bien que me
dejaron libre ¿Cómo?
Que mejor dijera preso. JULIA.
ESCENA XIII.
Camilo, en viéndome el rostro, Es fuego, URBAN.— Dichos.
Me dijo «Amigo (riendo).
: Y' conocerá la estopa.
Dejemos estas quimeras, {Vanse.) VALERIO.
Y vamonos descubiertos.» Urban, ¿dó bueno?
Y'o entonces, como en los montes
Cnllp. URBAN.
Acosado corre el ciervo
A Camilo dejo atrás ESCENA XII. De priesa y cuidado lleno
Y voy igualando al viento; Que va á misa mí señora.
Y por calles desusadas OTÓN, VALERIO ;(ífs/?íítíí,LÍS.\NDRO. OTON.
De aqueste triste suceso, VALERIO. ¿Quién? ¿Leonarda?
Conocido y afrentado,
Dicen que ya se levanta. URBAN.
A darte las nuevas vengo. OTOK. Ilá ya mil dias
LEONARDA. Es un lirón en dormir. Que en cas de su prima estoy,
¡Pobre de mí Tras un mal ! ¡
Lo que se tarda en vestir, Y con ella vengo y voy.
Otro mayor! ¿Qué he de hacer? Valerio , es cosa (jue encanta. VALERIO. [Ap. á Lisandro.)
JULIA. VALERIO. ¡Muy bien asile darías!
Tu valor ¿puede perder Acostóse pues temprano; LISANDRO.
Su condición natural'? Que anoclie poco rondó. Sin duda pues que hay herido
, ,
Ahora el esfuerzo importa. {Sale lAsandro.) O forastero ó criado.
LEONARDA. L1SA\DR0. OTON.
No le hay en tal desconsuelo; Esa á fe me desveló Tenga, pues se ha disculpado,
Que cuando castiga el cielo, Escudero y cirujano Perdón.
Acei'o ydiamantes corta. OTÓN. LISANDRO.
Ahora bien cualquier flaqueza
:

Es notable en quien yo soy ¿Aun os ponéis los botones? Mas yo se le pido.


Pero fabricando estoy VALERIO. URBAN.
Una aguda sutileza. ¿El cirujano os desvela? ¿Mandáis mas? Que voy de prisa.
Urban por algunos dias
,
Buena burla; mas ¿creeréla? OTON.
A mi prima servirás , OTON.
Y por Valencia andarás Dinos algo de tu ama.
Dejémonos de razones.
Muy lejos de cosas mías. URBAN.
¿Hubo quien nos conociese?
Asi que,cuando te siga Que es una Porcia en la fama.
Kste hombre, entenderá LISANDHO.
LISANDRO.
Que por ella viene y va. Era un desierto la calle.
Ven acá.
JULIA.
VALERIO. URBAN.
A mucho el honor te obliga.
¡Qué bien que se puso al dalle!
Tocan á misa. {Vase)
ERBAN. OTOX.
Pues di ¿quieres deshonrar
:
Mas qué tan bien sucediese
i
!
ESCENA XV.
Tu prima? ¿No es desvarío? ¿Fué en la cabeza ó la cara?
LISANÜUO. VALERIO, LISANDRO, OTON.
LEONARDA.
Urban por este honor mió, En todo pienso que hirió. VALEIiIO.
,

Todo se ha de perdonar. Porque revés que doy yo. Fuese que es gran bellacon.
;

Caiga esa mancha en mi prima, Hasta el pescuezo no para.


OTON.
Y líbrese mi opinión. OTÓN.
Sin duda su prima está
URBAN. ¡Válame san Jorge Sola, si este no está allá.
VALERIO.
¿Tú no ves que es sinrazón? LISANDRO.
Amen.
LEONARDA. ¡Oh vana murmuración
OTÓN.
Así la fama se estima. Sí aqueste su galán fuera,
Esto cuentan de Roldan.
Si cuando te acuchillabaa Sin él ni un hora |)asara.
¡
Hola Hacia acá viene Urban!
!
¡
Delante al otro ponías. VALERIO.
VALERIO.
De quien favor recibías, muy
¿Quién? Amando, es cosa clara.
Y los otros en él daban;
Y OTON. LISANDRO.
si defender la mano
Urban.
Al rostro es tan natural,' Pues ¿no sabremos quién era
Por parte mas principal USANDRO. El que llevó el beneiicio
No pensamiento inhumano.
es ¿Quién dices? Quién? Anoche? Y no por el boto,
Recogeos, y mañana OTÓN. Sino por el tilo.
A misa con ella irás ¡Hola ! Urban es y muy sano. , VALERIO.
Al Milagro.
VALERIO. Has roto
URB.\rí. Míralo bien. Mas que un romano Fabricio,
Tú le harás OTÓN. Ya no preguntes quién sea;
Con esta industria greciana.' ¿Qué hay que ver? Que ya no debe de ser.
, ,;, , , , , ; ; ; ;
! , —
; , ,, ; —!! , , ,

se COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LISANDRO. Porque eran tle rocín muerto, Tu gusto, sin que tu honor
Pues téngolo de saber. Nariz de jabón de sastre, Quede manchado ó deshecho.
(Desnuda la espada. Y barbuda por lo menos LEONARDA.
La caleza tuerta un poco. Una mujer con amor
OTÓN.
Los honderos, Floro, sin cuello, Desliara todo
Basla que el filo se vea. el derecho.
El andar como de un ganso,
JULIA.
LISAXDRO. Muy á espacio y patiabierto.
Sangre tiene : ;,q»e dudambs? Quisiera empujarla entonces Cierto , que si las señales
Y dar con ella en el suelo Del secretario son tales
VALERIO.
Pero al fin, desengañado. Como escriben aun(|ue en breve.
,

Por mi , Lisandro , lo creo. Quenada á Camilo debe.


Vuelvo corrido en exiromo.
OTÓN. LEONARDA.
FLORO.
¿Dónde iremos ? Mucho son en lodo iguales;
¿Estos, Señor, han sido tuspelifíros?
VALERIO. ¿Esto ponerte á una perpetua infamia? Pero lo visto era bueno.
A la Seo. i
Asi tomaras luego mi consejo, JULIA.
LISANDRO. Y rompieras un |)0C0 el capirote, ¡Oh cómo el verte , casar
Mejor es que a San Juan vamos.
O fuerza hicierascon laespadaenmano! E n reí n o ext ra ño y eno ;» j

Que no habían de matarte ni ofenderle. Por ciudad ha de dar


la
{Vanse.)
Todo fué muy galán aficionarte Un bravo estampido y trueno
De una camilla de damasco y tela
ESCENA XV. Y de unos terciopelos y brocados.
LEONARDA.
Mas ¿qué piensas hacer? No importa, pues della salgo.
CAMILO, FLORO.
CAMILO. ESCENA XVII.
FLORO. La primer casa
¿Tantas cruces te haces? Me ha de dar pluma y tinta, y con la có- URBAN. — Dichas.
[lera
CAMU.O. URBAN.
Le he deescribir .quién es, y su maltér-
Pues ¿qué quieres, Y quedará de lengua castigada; [mino, Para tus industrias valgo
Viendo tan espantoso desengaño Que gran castigo suele ser la lengua, Un mundo.
Deste mi encantamento y aventura? Y mas cuando se vea conocida, LEONARDA.
FLORO. Y que pierde el mocito que engañaba. Urban ¿con ,
tal prisa?
¿Viste anoche muy bien el hombre? FLORO. URRAN.
CAMILO. ¿No me contabas tú que la tocaste, Ya me vio llevar á misa
Vilo Y que era moza muy briosa y cuerda, A tu prima aquel hidalgo.
Como te veo Floro amigo ahora
, , Que hablaba con extremo y respondía? LEONARDA.
\ vile con tal fuerza de deseos CAMILO.
¿Y qué? ¿Puso buen semblante ?
De conocerle bien que desvelado , Sin ojos, no me culpes ni me corras. URRAN.
Toda la noche estuve , con su imagen Urban queda con ella ahora en misa
En la memoria como piedra impresa, Darásle este papel que he de escribille, Con un rostro entre dos luces
Hasta que me dormí cansado al alba. Para que se le lleve como digo. Se puso á vernos delante
Puedo en la mesa retratarle al vivo, Haciéndose cien mil cruces,
FLORO.
Como se cuenta del famoso Apeles. Que es satisfacion bastante.
¡Linda dama has gozado Y al me dio el criado
salir
FLORO.
CAMILO. Aqueste papel cerrado
¿Y que hoy le has visto acompañar su ¿Burlas, Floro? Para que á tu prima diese.
CAMILO. [ama? FLORO. Como si culpa tuviese.
Pues ese es, Floro, el desengaño mió ¡Oh qué niña tan linda! LEONARDA.
Que como anoclie conoci su cara CAMILO. Bien le habernos engañado.
Y hoy le vi con aquesta buena dueña, Como un oro. Muestra, á ver lo que le escribe.
Estoy desesperado. (YaJise.) URBAN.
FLORO. ¿Quién duda que le dirá
Di me el cuento Que de su gusto se prive?
De suerte que lo entienda. Sala en casa de Leonarda. LEONARDA.
CAMILO. Dirá que corrido está
Estáme
ESCENA XVI.
atento. Y cuan engañado vive. [dieces
Yosalia del Milagro, LEONARDA, JULIA. (Lee.) «Vieja de Satanás, que á siete
Discursos varios haciendo «Te enamoras y gozas con hechizos
,

Sobre d suceso de anoche, JULIA. »De mozos por su mal antojadizos


Que fué notable suceso, ¿Que al fin le has determinado «Con quien le haces niña y enterneces;
lija bajando las gradas. A querer un forastero? »Hoy vi tu antigua cara con dobleces,
Cuando el escudero veo «Tiznadas cejas y canudos rizos
lIconarda.
Con sereno y corto paso »Con la tuerta nariz, dientes postizos
Rostro humilde airoso cuerpo. Celos, Julia, me han forzado hermosas manos de almiieces.
, »Y las
Déla su mano traía Deste traidor por (juien muero, «Desengáñeme, y dije muy corrido:
(Que asi lo dicen los viejos), Y este mi honor estimado. »Adios, señora Circe; á Lanzaiote
1 na niña (|ue ganaba JULIA. «Sirva de quintañona, y será moza.
Con cuatro quinces el juego. ¿Y que saldrás de Valencia? «Busque otro necio, comoyo lo hesído,
No me dé mejores cartas LEONARDA. «A quien ponga de noche el capirote;
En su vida el compañero. «Que presto la pondrán una coroza. «
Antes que con cierta ciencia
Que los puntos desta diosa URBAN.
Liosa en anos, diablo en gesto. Sepan mi secreto estilo.
Es bien dejar á Camilo, ¡Bravo fuego viene echando
El cual era de un color Mas no hay que espantarse del.
Tan pálido y macilento. Y halo de hacer el ausencia;
Porque, según está impreso LEONARDA.
Que el bronce no le igualaba
Aunque de bronce era hecho. En el alma que le di, Y yo me estoy lastimando
La frente vellosa y chica
Julia amiga, te confieso Que no hay cosa en el papel
Blancos y pocos cabellos. Que verle y no hablarle aquí Que no me deje abrasando,
Cejas tiznadas de hollín Seria perder el seso. Porque hago dello honor.
Por la falta de los pelos JULIA. URBAN.
Ojos á escuras suaves Por extraño modo has hecho Eres mujer, y en rigor
, , , ; , , ; , — ; ;

LA VIUDA VALENCIANA. 87
No pueden sufrir ser feas. Celos ahora juzgo que es mal término;
,
» Y no tengáis temor de que es engaño
¿Corrido te lias? Sino porque el amor que te he tenido jjQue al íin el que es mas fuerte poco
LEONARDA. Pensaba hacer de tí mejor emjileo. [dura.
Ello es tu gusto no te contradigo.
: »Venid Camilo á ver mi fe tan pura;
, ,
No lo creas.
«Que esta noche os darán el desengaño,
Si está de Dios, el hombre no lo estorbe.
JULIA. Vé por Celia á su casa, y bablaréla. «O á lo menos la muestra dése p^iño,
Pues ¿hay afrenta mayor? vQue por su afrenta defenderse jura.
FLORO.
IRCAN. »No soy quien vos pensáis y aM de- ;
,

Mas cerca está, Señor. ^


[seo,
¿Cómo afrenta? Si ese piensa
Que es esa vieja tu prima CAMILO. «Aunque cual siempre guardaré mi fa-
De quien recibió la ofensa. ¿Cómo? wDesegañaros, como ya comienzo, [ma,
FLORO. »No penséis que habéis hecho mal em-
LEONARDA.
[pleo,
Por ventura amor me anima Está en casa;
á Circe presumáis tener por dama
))Ni •,

A que me ponga en defensa. Que hoy vino á mi aposento.


«Que en todo os soy igual , y en algo o.í
Y necio Camilo anda, CAMILO. [venzo.»
Pues hoy confiesa tan dura Vé por ella. ¿Hay cosa igual? Aquesta es hechice-
La que ayer sintió tan blanda. (Vase Floro.) yo he perdido, Floro, mi juicio, [ra,
URDAN. ¡Extrañas cosas hace este amor ciego! ¿Con esto sale ahora nuevamente? [vos?
Lo que es mal presto asegura
,
A mi por una vieja me trae loco ¿Quiere enredarme con encantos nue-
V asi en hablar se desmanda. Y aqueste Floro casa con mi amiga. Mas donde fué lo mas, lo menos vaya.
¿.Quéhas de hacer? Pero esto estáme bien, pues me asegura Dame un jaco de presto.
De que no me persiga.
FLORO.
LEO.VARDA.
A Voy.
su posada ESCENA XIX.
CAMILO.
Vé esta noche que me agrada
;

Con otro mayor engaño FLORO, CELIA.— CAMILO. Apriesa. —


Dalle un cierto desengaño. ¿Guardar quiere sufama? Aquesta noche
FLORO. Luz tengo de llevar, si allá me matan.
l'RBAN.
Aquí está Celia Pónme en una lanterna una bujía.
Tú quedarás engañada.
Y aqueste esclavo tuyo. FLORO.
[Yanse.)
CELIA. ¿Muerta?
CAMILO.
El cielo sabe,
Señor, si vengo á hablarte con vergüen- Encendida, necio, mas cerrada
Sala en casa de Camilo.
Pero para una cosa que están justa [za; De suerte que llevarla no se vea.

Espero tu favor. ¿Que aun quiere hacerse hermosa aques-


ESCENA XVIII. [Yanse.) [tafea?
CAMILO.
CAMILO, FLORO. Celia, yo pienso
Sala en casa de Leonarda.
Que el cielo te ha mirado piadoso,
CAMILO. Pues á tu vida ha dado tal remedie.
¿Eso me dices, Floro?
ESCENA XXI.
Como es Floro mi amigo y no criado. ,

FLORO. Padre tendréis en mi y amparo todos; LEONARDA LICENCIO


, , JULIA.
Bien sabia Y el dia que os caséis te daré , Celia LUCENCIO.
Que hahia, señor mió, de ofenderte; Sin vestidos ni alhajas, mil ducados.
Hasta hoy nohabia sabido,
Y sabe Dios lo que á mi alma cuesta Vuélvela ahora, Floro, á tu aposento.
Sobrina aqueste suceso.
,

Dar lici ncia á mi lengua y á mi boca, CELIA. De que estoy, que pierdo el seso.
Para palabras de vergüenza poca. El cielo aumente esos gallardos años. LKONARüA.
Desde aquesta mañana que me diste ,
FLORO.
Aquel piipel que al escudero diese, ¡Y qué! ¿tan mal le han herido?

Anduve comenzando mil razones Dame, Señor, aquesospiés. LL'CENCIO.


Y nunca pude pronunciar ninguna. CAMILO. ¿Cómo herido? Si no fuera
Bien sé, Señor, que hacello fué mal tér- Levántate. En Valencia, no escapara
[inino; CELIA. Que es la cirujia muy rara;
Mas quien es tan discreto, y ha leido Na hay príncipe como él. Y asi, su salud se espeía.
Tantas historias, verá bien por ellas FLORO.
La noche que de aquí fué
Que amor tiene disculpa en sus efetos Nadie Con las cartas que escribimos.
le iguala.
Con solo ser amor. Esas albricias dimos. le
(Yanse Floro y Celia.)
CAMILO. LEONARDA.
Sin duda que hizo porque.
Ya lo sé, Floro, ESCENA XX.
Y no es esa la culpa que en ti hallo. LICENCIO.
FLORO. C.\MlLO;í/t".!;p«í's, FLORO. El jura que á nadie habló.
Como yo vi que despreciaste á Celia, Ni sabe porqué le dieron.
CAMILO.
Y Señor, se vio desamparada.
ella,' LEONARDA.
Contento parte Floro que es amante,
Por su consuelo entraba á visitarla ,
¿Y' no se sabe quién fueron?
Que su gusto escogió con muchos ojos.
Y visitóme amor de suerte el pecho. LICENCIO.
¡Ay deaquel necio que le tuvo áescuras!
Que le dije mi intento, y di palabra
{Yuelve Floro.) Diera por saberlo yo
De casarme con ella como fuese ,

Señor, tu gusto, y con licencia tuya. FLORO.


La mitad de mi hacienoa.
'

Ella desesperada que en su vida Con no haberse cerrado bien la noche. LEONARDA.
La volvieras á ver, y porque todas Aquel tu enmascarado está á la puerta. Y'¿no le hacéis regalar?
Oyen muy bien aquesto de casarse, Fulgencio me lo dijo y que este leas. LUCENCIO.
También me dio palabra y juramento. A casa le he de llevar,
CAMILO. [caras?
Ve sigustasdehacernieuiibienian gran- Y hacer que nadie lo entienda;
En consideración de mis servicios [de ,'
¿Que noquieren ilejarme aquestas más-
¿Todavía esta vieja me persigue? Que es conveniente á tu honor.
Pues sabes que mis padres te criaron, ¿Hay recado de escribir?
Y que he sido tu esclavo desde entonces. FLORO. Porque es razón advertir
CAMILO. Lee; veamos qué es lo que te escribe. A ese hidalgo y su señor.
Floro no pienses tú que á mi me pesa
, CAMILO. [ra; LEONARDA.
Que le cases con Celia y porque tengo
, (Lee.) fíCreersede ligero no es cordu- ¡Hola! poned unas velas
Habiendo sido Celia cosa mia »Que suele resultar en propio daño Allá en mi cuadra.
! ,, — ; —
, ! ! , !

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LÜCEXCIO. Que quien hizo aquel engaño,
Yo voy. Oírosmuchos sabrá hacer. Yo voy volando. (Vase.)
{Vanse Julia y Lucencio.) LKONARÜA.
LUCENCIO.
Pues luz no la imaginéis. Esto pasa
ESCENA XXn. CAMILO,
¡

¿Cuando estoy, sobrina, en casa,


¿Eso es ya resolución? Tienes en casa enemigos?
LEONARDA. ¿Para (pié escribir me hacías.
LEONARDA.
¡Que no me ¡inrovechan hoy Si en este negocio andabas?
Aunque os pierda , está en razón
Cüii este viejo cautelas Que con luz no me gocéis.
Cuando á Camilo
de ver,
lie
ESCENA XXV.
¡Teniio aquesLi sombra en casa!
CAMILO.
Pues burlar á un caballero URBAN, con VALERIO, LISANDRO,
Pero bien lejos del pasa
Y yo le sabré esconder. Tampoco, Señora, es justo. OTÓN V FLORO. —LEONARDA,
Daros quiero un gran disgusto. LUCENCIO CAMILO .lULIA.
, ,

ESCENA XXIII. Luz traigo , y veros espero.


LEONARDA.
{Descúbrela luz.)
JULIA.— LEONARDA después, CA- ¿Por qué un pueblo no llamabas,
; ¡.lesus! ¿No sois la viuda
MILO V URB.\N. Que yo tantas veces vi ?
O media ciudad traías?
URRAN.
LEONARDA. {Cubriéndose el rostro cotilas
JtLIA. Estaban casi á la puerta.
7nanos.)
Ya el viejo queda escribiendo.
¡Ay desdichada de mi! LUCENCIO.
LEONARDA. Ellos están bien llamados;
CAMILO.
Urban sin duda es venido. Ya mi mal en bien se muda. Caballeros son honrados.
(^Sale Urbaii, guiando á Camilo, qiu Oigan cómo se concierta
LE0NARD.\. Que Camilo con Leonarda
trae el capirote puesto.)
Ese ¿es término de hidalgo? Se ha de casar, y lo juran.
URBAN.
CAMILO. VALERIO.
No dirás que no he traido
Del rostro la mano alzad. Justamente lo procuran,
Tu ciego.
LEONARDA. El noble y ella gallarda.
LEONARDA.
¡Hay tal fuerza Hay tal maldad Hoy de mil tesoros llenos
En verle me ofendo.
!

Os haga el cielo á los dos,


CAMILO. ESCENA XXIV. Y gocéisos, ruego á Dios,
Por muchos años y buenos.
¿Podréme ya descubrir?
LUCENCIO.— Dichos. FLORO.
LEOXARDA.
Lleva esas luces.
En un día mi señor
LUCENCIO. Y yo nos hemos casado.
CAMILO. Leonarda, á tus voces salgo. LISANDRO.
¿Que aun dura {Camilo saca la espada.) Casamiento tan honrado
Eso de ser dama escura? ¿Cómo es aquesto? Hombre aquí, ¡ Vuelve en olvido mi amor.
Ya no se puede sufrir. Y hombre con desnuda espada Mejor que en reinos ajenos
Heme aquí que me descubro. CAMILO. Y con el bien que tenéis,
¿Qué importa si ciego estoy
,
Estaréis donde os gocéis
Estuvo siempre envainada,
Para el desengaño de hoy? Por muchos años y buenos.
Y desnudóse por ti.
LEONARDA.
LUCENCIO. URRAN.
Por quien soy, de vos me encubro. ¿No me dan á Julia á mí?
Saca una luz, llama gente.
Pero no saldréis de aquí
{Va Julia , y saca un hacha.) LEONARDA.
Sin que vais desengañado,
Y habeisme mucho agraviado LEONARDA. De hoy mas será tu mujer.
Con pensar eso de mi. Señor, esto es hecho ya : OTÓN.
Y' fué sin duda locura Poner silencio será El testigo vengo á ser,
No reparar en que ha sido Remedio mas conveniente. Auiujue pretendiente ful.
La dama que habéis tenido Aqueste hidalgo es Camilo Mas con tieso que soy menos ;
Menos espantosa y dura. A quien tú conoces bien Y así , tan bien escogéis
Que no es un hombre tan ciego, Quiéreme bien y también ,
Que es bien que este bien gocéis
Que asi sus manos le engañen, Yo á él por el mismo estilo. Por muchos años y buenos.
Para que le desengañen Si fuere voluntad tuya ,

Vanos pensamientos luego. Yo quiero ser su LISANDRO.


miijer.
Pero sois mozo en efeto, LUCENCIO.
¿Será la boda?
Y no poco conliado; Como estéis de un parecer, LUCENCIO.
Y ansí, en lo escrito y hablado
Yo gusto que se concluya. Mañana.
No habéis andadodiscreto.
Mas blando, señor armado; VALERIO.
Masquiérooslo perdonar
Que os conocí muy pequeño. ¿Tan presto?
No mas de por lo que os quiero.
CAMILO. LUCENCIO.
CAMILO.
Vos sois mi padre y mi dueño. Conviene así.
Disculpa daros espero,
Si es que me pude engañar.
Haced lo que os han rogado. CAMILO.
Peí o si !u7. no ha de haber, LUCENCIO. Pues bien es que acabe aquí
No procuréis desengaño; Vé , Urban y llama
, testigos. La Viuda valenciana.
! , , ,, ; ! ; ;

LOS EMBUSTES DE CELAURO.


PERSONAS.
GERARDO , viejo. ENRIQUE, «í/To. SABINO, BELARDO.
LUPERCIO su hijo.
, r.ELAimO ,
f/entilliombre. RISELO, criados. SIRENO.
FLLGENCIA dama. , LEONELA su hermana.
, ALFREDO, PINARDO.
ESTEBAN, niño. OTA VIO caballero.
, FELICIO. ORSINDO.

La escena es en el Piamonte *.

I ACTO PRIMERO.
¿Tú te pretendes casar
Sin mi gusto?
Por eso no te la pido.
GERARDO.
LUPERCIO. ¿Cómo?
Calle. Escucha. LUPERCIO.
GERARDO. Porque me la has dado.
ESCENA PRIMERA. GERARDO.
Di.
GERARDO, LUPERCIO. LUPERCIO.
¡Ah, cordero en el vestido,
Y en piel de lobo aforrado!
GERARDO. ¿Quién te ha dicho que me caso? Dime luego la verdad :

¡Traidor! ¿con una mujer GERARDO. ¿Quién es aquesta mujer?


Tan loca y pobre te casas? El pueblo , que es voz de Dios. LUPERCIO.
LUPERCIO. LUPERCIO. Mujer es de calidad.
Siempre para bien hacer No es su voz en cualquier caso, GERARDO.
Tienes las manos escasas, Ni es el pueblo un hombre ó dos, Luego ¿baste casado?
Y largas para ofender. O una calle por quien paso. LUPERCIO.
Padre, el báculo reporta. GERARDO.
Ayer.
GERARDO. ¿Cómo no?
GERARDO.
¿Por qué, si me rompe y corta LUPERCIO.
Tu infamia el de mi vejez, ¡
Hay tan notable maldad
Pruébolo.
Justicia venga del cielo
Y yo sé bien que esta vez
GERARDO.
Volverle espada me importa? Sobre tí.
Di. LUPERCIO.
Y no ha estado mas tu vida
LUPERCIO. Tente , Señor
Que en traer esta cayada
En vez de la espada asida ,
Siaquel que me envidia á mí Que no fué en esto mi celo
Para la mano arrugada. Lo dice de malicioso. Mas que probar tu rigor.
No para el lado ceñida. Voz de Dios y de envidioso Vesme aquí ecliado en el suelo.
No puede ser.
GERARDO.
LL'PERCIO.
GERARDO.
¡Pluguiera á Dios que lo fuera, ¿Que no lo Las hecho?
Es ansí.
Porque menos me afrentara LUPERCIO.
Cuando la muerte me diera, Mas di : la justicia en Dios,
Quería
Y esta sangre de mi cara ¿No es atributo?
Pero ya que sé tu gusto,
Honradamente saliera LUPERCIO.
Es tu voluntad la inia :

Soy tu hijo y caballero. Si es. Con ella mi gusto ajusto.


GERAROO. Cristianos somos los dos ;
GERARDO.
Pues ¿qué tiene de grosero
Y (¡ue esta temáis después
Es ejemitlo para vos. Y yo te engendro este dia.
Que uno y otro la derrame? Hoy has nacido Lupercio
,
GERARDO.
LUPERCIO. Hoy, con solo obedecer,
Porque es la del palo infame, Pues Dios, para castigar, Mi amor has crecido un tercio.
Y honrada la del acero. ¿No suele á veces tomar Deja esa vana mujer
Los malos por instrumento? Y su lascivo comercio.
GERARDO. Luego es llano el argumento: Deja, hijo de mi vida.
¿Luego duelo
las leyes del justicia se han de llamar. El vano amor, y repara
focan á los padres? LUPERCIO. Que has de dejar ofendida
LUPERCIO. En cuanto á aquel ministerio. La sangre y virtud mas clara
Tocan GERARDO. Que ha sido vista ni oida.
A cuantos hoy cubre el cielo.
Pues aqueste vitu|ierio Bien sé qué es tener pasión...
GERARDO. De mi honor por tu ocasión Mozo fui... Pero ya basta
Tus locuras me provocan Tiene esta misma razón Su infame conversación.
A honrar de tu sangre el suelo. Y yo en ti paterno imjierio. Juega, come, viste, gasta.
LUPERCIO. Pero ¿ para qué disputo Busca otra nueva pasión.
Tu ira, Señor, contenta Contigo, si tengo en tí Haz una gala costosa ,
;

Mas porque no está á mi cuenta. Poder pleno y absoluto? Rinde un caballo andaluz
LUPERCIO.
Con la espuela rigurosa,
GERARDO. O con el presto arcabuz
Porque el ¡tadre y el señor, ¿Qué tienes tú contra mí El ciervo ó liebre medrosa.
La justicia y el mayor Si tu mandado ejecuto?
¿Qué quieres ? Qué has menester?
No pueden hacer afrenta. GERARDO. ¿Quiérete coger cercado
Anles yo me vengo en tí Mi sangre. Por pobre aquesa mujer?
De la (¡ue me has hecho á mi. LUPERCIO. ¿Qué debes? Qué te han prestado?
Si un loco puede afrentar. La que has sacado, Qué es lo que empeñaste ayer?
* Asi parece por unas expresiones que se lallan en el acto tercero aunque de otras
; del primer acto pudiera inferirse que ¡os princi-
pales iiersonajes de la comedia son cspaüoh
, ,! , ;;
, :! ! , , ! ! ,

90 comedí \S ESCOGIDAS DE LOPE DE YEG.\ C.\RPIO.

No tengas vergüenza danie ; Y no pendientes de seda, SABINO.


Ksos brazos, y mi amor Sino do tan blanco pecho. Sien la mano le tuvieras,
Deshaga el amor infame. Que no hay nieve que no exceda; Sospecho que del me dieras.
LIPERCIO. Y lazo que es tan estrecho
LUPERCIO.
No es bien que romperse pueda.
Deja que á tus pies Señor, , A la ocasión me refiero. {Alza ¡abolsa.)
Tu sangre en agua derrame. ESCENA III.
¿ Beberé ?
No mas perdición pasnda; SARINO.
T;ibl;i nueva soy desde hoy :
Escribe en nii.
SABINO. — LUPEIiCIO. Ten, pesia tal.
¿Es bolsa?
GFRARDO. SABINO. LUPERCIO.
No me agrada Basta que has dado en la treta
,
Pues ¿no lo ves?
Que seas papel. De quien debe pues te escondes
,
¿Estaráte el medio mal?
LIPF.RCIO. Cuando elpagar te inquieta. SABINO.
Pues soy Mal á la deuda respondes. Y aunque todo me le des.
No es satisfacion discreta.
Piedra en tus manos laljrada. ¿ Oro es ?
Hoy prometiste llevar LUPERCIO.
GFRARDO. Dineros para Fulgencia, Sí.
Esto que ahora le imprimo, Y hasla mandado esperar SABINO.
Quiero que dure, pues es Sobre su misma paciencia.
Mi honor el que solo estimo Rico metal.
Plazo que no ha de llegar.
No le venza el interés, Advierte que si es mujer, LUPERCIO.
Pues á tus gustos me animo. Y se sustenta de ver Fuera como oro potable.
En esta bolsa contados Tu talle á falla de todo, SABINO.
Van ciento y veinte ducados, Que hay dos niños, que de un modo
Que son y "doce escudos. Dime Señor ,quién te dio , ¿
, Saben llorar y comer.
Dos reales y otros menudos Su epictima favorable?
Avisa si ha de empeñarse
Por una deuda pagados. LUPERCIO.
Otra basquina ó vaquero.
Espera : ¿quiéreslo ver? Del mismo palo salió
LUPERCIO.
LUPERCIO. Kl antídoto admirable.
Si un triste quiere ahorcarse. Toma, y á la plaza irás.
No, Señor, no es menester Nunca falta un majadero
Que así tu crédito afrentas.
Donde de cenar traerás
Que le ayude á rematarse. Con que excedas las comidas
GERARDO. SARINO. De Cleopatra.
Bien se ve,
pues no los cuentas ¿Estarás muy triste? SABINO.
Que no los has de volver. Eres un Midas.
LUPERCIO.
Gasta huélgate y pasea
,

Estoy, LUPERCIO.
\ mi bendición te alcance.
Sabino , para matarme. Mido esta bolsa y no mas.—
LlPERClO.
SABINO. Camina.
Llorar me has hecho. SABINO.
¡
Deso comeremos hoy!
GERARDO. ¿Traeré un capón?
¿Que no hay plata?
¿ Hay quien vea LUPERCIO.
LUPERCIO.
Tu humildad ? Trae un pavo.
Ni un adarme.
LIPERCIO.
Dichoso lance!
Ahora á venderme voy. SABINO.
;

SAPINO. ¿Habrá perdiz?


GERARDO.
¿ De qué estás tan descompuesto ? LUPEBCIO.
¡
Que tus desatinos crea
Adiós. LUPERCIO. Con su pimienta y limón,
LUPERCIO. Desta manera me ha puesto Que es deste invierno el tapiz
Él te guarde... El buen viejo á puros palos. Y para el vino un jamón.
SABINO. SABINO.
(Vase Gerardo.)
En verdad que no son malos. De lo de á dos pelos saco.
ESCENA II. Para no comer tan presto. LUPERCIO.
¡Oh! que le acabe la gota. Yo en tanto á Fulgencia aplaco
LUPERCIO. LUPERCIO. Desta mi ausencia tardía.
Y guarde No, sino el mar de mi amor. SABINO.
La vida del ángel mió. Cuando su campo alborota
Esperaba su favor. ¡
Ah ! ¡
Cómo Venus se enfria,
¿Qué miro? Qué estoy cobarde? Si faltan Céres y Baco
;, Cómo este don no le envío? SABINO.
{Vanse.)
Que para amor todo es tarde. ¿Tras tanta brújula, sola?
Corre con pensamiento, el ¿ Qué hemos de
hacer ?
Como tiene alas, amor. LUPERCIO.
Pero hay tan gracioso cuento Sala en casa de Lupercio.
;
Morir.
Hay tal padre Hay tal rigor
Hay tan lindo casamiento
!

!
SABINO. ESCENA IV.
Bueno
Pues, señor viejo, paciencia ; i

FULGENCIA, CELAURO.
LUPERCIO.
Que vive Dios, que está hecho,
Y que es vana resistencia A Italia me quiero ir.
CELAURO.
De un determinado pecho SABINO.
no haber venido
Diga que el
Castigo ni diligencia. Y que se quede al sereno De lo que digo procede.
Piensa un padre que no hay mas Tu mujer y hijos...
De cásate y no te cases, FULGENCIA.
LUPERCIO.
Y que no exceda jamás O asir ¿ Tanto mi desdicha puede ?
Un hijo de estos compases Algún vaso de veneno. CELAURO.
Y amor no danza á compás. SABINO. Mucho en querer lo has sido,
el
Es muy vieja esta pasión
Querrás brindarme ? Porque eres extremada
si
Con mil trabajos prolijos ¿
Para mas confirmación LUPERCIO. En discreción y hermosura,
Y con dos hermosos hijos, No quiero Fué pensión de tu ventura
Sellos desta provisión, Sino bebérmele entero. Ser en amor desdichada.
, , ;, ;
,! ,, , ; ; ,; ,;,, ,;, ! ! ;

LOS EMBUSTES DE CELAURO. 91


FDLGENCU. CELAURO. ESCENA VI.
/.Qiiemi Lupercio, Celauro, Rebozada
Quiere bien á oira mujer ? O como hombre disfrazada, LUPERCIO.— FULGENCIA.
CELAURO. Al descuido, desde afuera.
LUPERCIO.
Su amistad quiero ofender FULGENCIA.
Mi señora en hora buena
Porque tu vida restauro. ¿A qué hora? ,

Digo, Fulgencia, que sí, Mis ojos merezcan veros


CELAURO.
Y que el no veuir á casa Y se alegre el alma llena
Entre las doce De la luz desos luceros
Es que por ella se al)rasa, Y la una la ha de hablar,
Y no se acuerda de tí. De la noche mas serena.
Y como él acierte á entrar,
Norabuena mujer mia
,
FULGENCIA. Ten por cierto (|ue la goce.
Salga el sol de mi alegi'ía
¿ De mi no se acuerda ? Y si aquesto no te obliga Y para dar gloria al suelo,
CELAURO. A estimar mi voluntad, El aurora de mi cielo
No.
Y su mucha deslealtad Abra las puertas al día.
No te ofende y desobliga Norabuena , mi Fulgencia
FULGENCIA.
Desde allí me verás ir Vertiendo perlas y rosas
¿Qué dices, Celauro? Donde nunca mas me veas.
CELAURO. Corra el alba sin licencia
FULGENCIA. Las cortinas temerosas
Digo
Que haré lo contrario creas De la noche de mi ausencia.
Que no es Lupercio mi amigo
Que no me quiero morir. Norabuena yo merezca.
Después que tu fe rompió.
Somos todas las mujeres Después qué el sol amanezca,
¡Jesús ¿Quién imaginara
De un humor tan bien dispuesto.
!

Ver un ángel como vos.


Que por viles ocasiones
Que nos consolamos presto. Donde la imagen de Dios
A tales obligaciones
Mas al vivo resplandezca
Pudiera voher la cara? CELAURO.
Y norabuena os lo diga,
¿Esto es amor? Esloes fe? Basta decir que lo eres.
No amiga en breve amistad
Esto es años de amistad? Está á punto prevenida
Mas mujer que á eterna obliga
Esto es gusto? Esto es lealtad? Que Alfredo vendrá por tí.
Aunque si digo verdad
Esto en los liombres se ve ? FULGENCIA.
,

Nunca fuistes mas mi amiga.


Hombre soy y desde aquí,
Que también lo sabe ? Mil horas, y todas buenas,
¿
Para que mejor le asombres
CELAURO. Por mi gloria os dan mis penas.
Quiero estar mal con los hombres,
Quiero comenzar por mi, Sí; FULGENCIA.
FULGENCIA. Que es testigo de mi vida. ¡
Qué gracioso habéis llegado
Dame un poco de lugar Ya sabes que los ctiados Las horas que habéis tardado
Para que mi sentimiento
No se excusan al secreto Me pagáis en horas buenas ;
Porque son para este ei'eto Y á quien sin verme se pasa,
Se pueda de mi tormento
Enemigos no excusados. Hasta en cortesía escasa
Mas á la larga informar;
Que si del ansí te quejas, En fin, es hombre de bien. La gente de fuera imita
Y no le importando á ti, FULGENCIA. Que norabuena y visita
No sabré yo para mi Pues llama en siendo ocasión. Es muy de fuera de casa.
Las injurias que me dejas. ¿ Qué habéis hecho tantos años?
í:elauro.
En fin ¿dices que este hombre
Horas digo, perdonad.
,
Él te hace á tí traición,
Quiere bien á otra mujer? LUPERCIO.
Y yo á Lupercio también
CELAURO. Pero en fin mas te debia Son mis padres tan extraños,
Y digo que lo has de ver, Y menos bien te ha pagado Que anda su riguridad
Y saber su casa y nombre. Pues yo estoy por ti abrasado, A caza de mis engaños.
Y el entre fuego se enfria. Mi viejo dice que estoy
FULGENCIA.
Voyme plega á Dios que sea, Casado con vos, mi bien.
Digo que es poca lealtad :
¡

Fulgencia para tu bien FULGENCIA.


De una mujer como yo, ,

A quien Lupercio obligó FULGENCIA. Dirá cuan indigna soy.


Con su hacienda y voluntad, Celauro, aun el bien no es bien LUPERCIO.
Creer del esta bajeza Para quien no le desea. Dirá el alma que también
Sin remitillo á la vista. Por un cabello os la doy.
CELAURO.
CELAURO. Habla como padre en , fin.
Todas estas cosas dichas
Quien la costumbre conquista Verás en dando las once. FULGENCIA.
Desmiente á naturaleza. No habrá cosa mas ruin
El trato te hace estar FULGENCIA.
El alma tiene de bronce
Que yo en aqueste lugar.
Tan confiada del daño ,

Pues no puede el d(>sengaño Quien quiere ver sus desdichas. LUPERCIO.


Tu loco amor derribar. ( Vase Celauro.)
Veneno suele sacar
Sino juzgas por traición Un^Jiraña de un jazmín.
Ser de Lupercio enemigo. ESCENA V. Mal lo toma si le loco
Vén esta noche conmigo, En que es casaniicnlo juslo ;

Verás su loca afición.


FULGENCIA. Yo niego, y sosiego al loco.
Verás que lo que se goza Porque loque da disgusto
La mano pone en la caliente cama Se ha de tragar poco á poco
Se tiene en poco ó fastidia,
Del áspid que el veneno ardiente espira, Y así, con no frecuentar
Y que ha de engendrar tu envidia
Hesde cerca á las piedras flechas tira. Vuestra casa como suelo
Celos de una hermosa moza. ,

El vidrio quiebra y el licor derrama ; Pienso á mi padre engañar.


FULGEiNCIA. Su infamia dice al vulgo y á la fama,
¿Que eso podré ver? Al hambriento león incita á ira,
FULGENCIA. {Aparte.)

CELAURO. Al toro silba, al basilisco mira, Bien dijo Celauro. Ah cielo ¡

Al vivo fuego quiere asir la llama ; ¿ Qué tengo mas que probar,
Y cómo! Que acá no quiere venir ?
i
La jaula rompe al tigre y abre al loco,
Si es secreto que me fia.
En el mar busca la perdida joya, LUPERCIO.
FULGENCIA.
Y escupe cuando menos á los cielos
¡Notable paciencia mia! No le podrá persuadir
La espada del contrario tiene en poco,
¿Cómo de burlas lo tomo? Todo el mundo sí se enoja. ,
Y el caballo de Grecia lleva á Troya,
Ahora bien ¿de qué manera
:
Quien quiere averiguar sus propios ce- FULGENCIA.
Podré verlo? llos. ¿ Eso, Señor, os congoja ?
, ,
: : - ! ) ;,! ! ,; : ! ;
! !

92 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPID.


Ll'PEnCIO. FULGENCIA. {Ap. á Celauro.) niSELO.
i Quién se lo podrá decir? Venga Alfredo. Sí,
FILGE>CIA. CELAURO. (.1;;. á Fulgencia.) S digo que le hablé yo,
¡Qué! No, mi bieu, no, Señor; Pues mira que has de callar.
Y el oro y la cena vi."

Mejor será desvela le I


FULGENCIA. FULGENCIA.
No venir acá es mejor. Cree que es para otra parte,
Yo sé que cumplirlo puedo
LIPKRCIO. Porque cuando quiera hablar, Donde ya Lupercio vive.
Si : porque deseniíañalle Atará mi lengua el miedo.
Es dar fuerza á su rigor. {Yaiise Lupercio y Celauro.) ESCENA X.
Vendré de noclie, y vendré
Secrelo siendo de dia ESCENA VIII. SABINO. — Dichos.
Hasta que seguro esté.
sAniNo. {Dentro.)
FiLG encía. (Ap.) FULGENCIA.
Eso dejarás aparte,
Ya de la desdicha mía
Ay desdichada mujer Y lo demás apercibe.
Bastantes prueitas liallé. ¡

Entre cuantas han nacido Si sabes del gusto el arte.


¿Esto luice un lionilire? ¿.\nsí
Lupercio, ¿esto vengo á ver? Capón y perdices asa,
Paga uu liombre á una mujer ?
La ¡losesion de marido Y pon el pavo á lo fresco;
LL'PERCIO, Que la mano mas escasa
¿Te ha enseñado á aborrecer?
¿Qué decís? iloy hace un brindis tudesco
Si marido vituperas
KL'LGEXCIA. A la gente desta casa. {Sale.)
La cjue mis brazos le dan
Pensaba en mí Y otra que pierdas esperas. FULGENCIA.
Si era bien ausencia hacer
Mas te quisiera galán ¿Qué hay, Sabino?
Por algún tiempci de aqui. Para que amor me tuvieras.
Con mis hijos \ licencia SABINO.
Hoy muero sin duda alguna.
Me iré donde vos mandéis, Soy .veedor
A Zaragoza ó Valencia, ESCENA IX.
Esta noche de una cena
Por cuatro meses ó seis, Que quiere dar mi señor.
Que podré sufrir de ausencia ;
V creed que á esto me atrevo,
RISELO. — FULGENCIA. RISELO.
¿Ves que para se ordena

Porque á casos tan prolijos , RISELO. Toda esta gira y favor?
No sin vos, con vos me muevo;
{Ap. Ya parece que nos mira FULGENCIA.
Que llevando vuestros hijos
Favorable la fortuna. Ay Riselo Ya lo entiendo.
En dos pedazos os llevo. ¡ !

Fulgencia está aqui y suspira Como vio que tú le vias


Y como ya para vos Humedad tiene la luna.
Aunque para mi no, es carga, El oro distribuyendo,
Señora... Viene para fiestas mias
Quiércids dividir en dos ;
FULGENCIA. Este convite fingiendo.
Que al lin la jornada es larga.
¡ Oh Riselo amigo Dame tú que no le vieras,
1.UPERCI0.
lUSELO. Que nunca viniera acá,
¿.Lloráis? Oh qué bien, por Dios!
¡

Pues yo os prometo que es dia ¿De qué estás triste? SABINO.


Para tener alegría. FULGENCIA» ¡Qué! ¿Tenemos ya quimeras?
No sé. RISELO.
ESCENA VII. RISELO. No sé, por Dios ; triste está.

CELAURO. — Dichos. ¿ No estaba agora contigo SABINO.


Lupercio? No debe de ser de veras.
CELAURO. FULGENCIA. ¿Dióle cincuenta doblones
Y de aquí se fué Lupercio en una bolsilla?
¿Está aquí Lupercio?
Con su amigo y mi enemigo. FULGENCIA.
LL'PERCIO.
Estoy.
RISELO. ¡
Bueno vienes de invenciones
Alégrate que he topado Pero tal es la cartilla
CELALKO. ;

enseñan traiciones.
A Sabino, su criado, Donde te
Escucha.
Hecho un rico despensero ; SABINO.
(Hablan ap. Celauro y Lupercio.)
(,)u(! la ilota del dinero Veinte escudos me dio á mí.
FULGE.NCiA. (.4;;.) Ya debe de haber llegado. De ciento y veinte que ahora
Sin duda hoy Pavos, perdices, capones, Sacó al viejo , y yo los vi
Se traza la muerte mia. Buena ternera y jamones Y seque dijo, Señora,
nublándole está al oido Alegre estaba comprando, Que eran todos para tí.
Debe de ser el concierto Y comprándolo trocando Ea, desecha el recalo.
Entre los dos prevenido. Muy regalados doblones. Porque mostrarle inhumana
Si esto escucho, si esto advierto, FULGENCIA. Parece en lu pecho ingrato
¿Qué aguardo al mayor sentido?
¿Qué dices? Como quien niega que gana,
¿ Si hablaré? Si le diré Por no obligarse al barato.
RISELO.
Mis celos á mi enemigo? Linda cena te he traído
Lo que te cuento. i

LLPERCIO. Y |)ara mañana un pavo


FULGENCIA. Pequeño, gordo y manido.
(/l/j.áCe/flKro.Cuantomemandasharé;
Que el peligro en el amigo •( Ay triste
FULGENCIA.
Ks la [irueba de su fe.) BISELO.
¡Qué! ¿No ha llegado?
{Ap.Hoy de conocerte acabo
Fulgencia, adiós. Cuan cierto, Celauro, has sido.)
CELAURO. FULGENCIA. Ay de mí
¡

Mi señora, Ni lo tiene en pensamiento SABINO.


Perdonad que no se excusa
;
Que todo lo que ha comprado Basle.
A lo que vamos agora. Es con otro fundamento. FULGENCIA.
LL'PERCIO. (Ap. á Celauro) RISELO.
A ver voy
Parece que está confusa. Yo le hablé y es para tí
, Esos regalos. {Vase.)
CELA URO. Que no es para el viejo no. ,

{Ap. ú Lupercio. Es que á lo qtie vas ig- FULGENCIA.


¿Has de salir? [ñora.) ¿ Que en efeto le vio ?
; , , ,: —
; ; ;; ! ;

LOS EMBUSTES DE CELAURO.


ESCENA XI. LUPERCIO. ESCENA XV.
¡
Nunca entre mil azares un encuentro!
SABINO, RISELO. FULGENCIA, LUPERCIO.
CELAURO.
SAIMXO. ¿ Qué perdéis ? La verdad. FULGENCIA.
¿ Qué es esto ? LUPERCIO. ¿ Para qué es tan espléndida comida?
RISnLO. Siempre la digo;
LUPERCIO.
De todo inocente estoy.
Que de fanfarrias nunca he sido amigo.
Para serviros, para vos, mi vida.
SADIXO.
CELAURO.
FULGENCIA.
¿Perdéis seiscientos?...
¡ En qué confusión me ha puesto ! ¿Para servirme á mi? Pues¿á qué efeto?
niSELO. LUPERCIO. Rico sin duda osláis.
Poco espantadizo soy Bueno! Y cien escudos
¡
LUPERCIO.
Que como conozco amantes, De once reales y de tres cuartillos,
á
Recien nacidos, solos y desnudos, Antes muy pobre;
Nunca sus enojos creo Que el rico á la miseria está sujeto,
Por(iue son muy
semejantes De miedo de mis manos amarillos. ,
Y el pobre gusta que el sustento sobre.
A kis lunas en que veo CELAURO.
FULGENCIA.
Sus crecientes y meni;uantes. Con eso ya esta noche iremos mudos;
Ellos llueven y'hacen sol Que es del gusto el perder cadena y gri- Pues ¿ el dinero me tenéis secreto?
Cuando les viene al capricho LUpERCio. [líos. LUPERCIO.
El nublado ó arrebol. Simoneda de oro plata ó cobre
No puede el interés perdido tanto ,

SABINO. Vos veréis que de alegre taño y canto. Yo tengo en mi poder. Dios me destruya.
Sí; pero loque me lia dicho ¿Dónde decis que viven esas damas? FULGENCIA.
No bueno, á le de espafu!!.
es
CELAURO. {Ap. \
Hase visto maldad como la suya !)
Entra y mira en lo que entiende, Que no tienes dinero?
Todo se OS ha olvidado con el juego. ¿
Porque es amor como duende,
Por la que yo me abraso en vivas llamas. LUPERCIO.
Que siempre escucha y acecha.
Celoso el padre, pierde su sosiego Ni una blanca.
RISELO. Yo por guaídar sus honras y sus famas,
Voy. FULGENCIA.
A su ventana disfrazado llego
SABINO. ¿Ni hoy tu padrele ha dadocien ducados?
El padre me conoce, y se ha corrido
Mas ¿de qué laaprovecha, Dequeleofenda quien su amigo ha sido. LUPERCIO.
SiLupercio no la ofende? Ella con el castigo ha confesado ¡Sí , que es su mano liberal y franca!

Vase Biselo.) Que esotroynosoy yo,y en esta prueba, ¡Allí los tienepara mí contados!
(
Queda para esta noche concertado Si entrarayo en la cueva en Salamanca,
ESCENA XII. Que como no sea yo mejor lo lleva. Y sacara seis diablos conjurados,
Llegad á la ventana disfrazado; No le sacara de un doblón arriba.
CELAURO, LUPERCIO. — SABINO. Que engaños en amor no es cosa nueva, FULGENCIA.
Y como el viejo vea el desengaño.
¿Así viva mi Esteban?
CELAURO. No temeremos de su enojo el daño.
Desdicha ha sido, y para mí de suerte, LUPERCIO.
LUPERCIO.
Por haberos sacado desta casa Así viva.
Así lo entiendo, pues si aquesto pasa
Que no es menos dolor el de la muerte: Como se traza el padre se asegura.
,
FULGENCIA.
Con tal rigor el corazón me pasa. ¿Que no os ha dado nada?
CELAURO.
LUPERCIO.
Y como antes entraré en su casa, [ra. LUPERCIO.
Menos, por vida vuestra me divierte ,
Que que alma de mi amor procu- ¿Qué es aquesto?
es lo el
Que así mi condición notéis escasa.
Celauro, yo he perdido, ya está hecho, FULGENCIA.
\ es lodo sentimiento sin provecho. ESCENA XIV. ¿PorvidadeEnriquilo?
Sabino... LUPERCIO.
SABI.NO.
FULGENCÍA.— Dichos.
Y de vos propia.
M¡ señor...
fulgencía. FULGENCIA.
I-UPERCIO. La mano liberal Miraldobien.
(.Ap. , la vista escasa
¿ Qué hay de Fulgencía ? Trae Lupei'cio en esta coyuntura.) LUPERCIO.
SABINO. ¿ Es acaso Celauro convidado ? Verdad os digo en esto.
La cena truje , y á mirarla es ida. CELAURO. Si palos,para dar, no es voz impropia
LCPERCIO. No es nuevo el verme en vuestra casa hon- Que por vuestra defensa descompuesto ,

Parle y dile que sal^a á mi presencia Pero de buena gana lo aceptara, [rado. Su báculo, me ha dado tanta cojiia.
Que ya espero lenella desabrida. A no tener qué hacer; y asi Fulgencia, ,
Que hoy me cosíais la sangre desle lienzo.
Licencia os pido. FULGENCIA.
SABINO. (.4;;.)

También estotro viene de pendencia, FULGENCIA. {Ap.) Mostrad.


La vista en los bigotes escondida. ¡
Qué traidora cara LUPERCIO.
¡Oh amor! ¿Quien templará tus instru- LUPERCIO. Este es.
[inentos. Responde.
Siendo tus cuerdas locos pensamientos? {Muéstrale el pañuelo ensangrentado,
FULGENCIA.
que saca de la faltriquera.)
{Vase.} Vos tenéis. Señor, licencia.
FULGENCIA. {Ap.)
ESCENA CELAURO. {A¡). ú Lupercio.) Qué presto (|ue me venzo!
XIII. i
En fin, ¿aguardo? ¿Es posible que aquesto sea mentira?
LUPERCIO, CELAURO. LUPERCIO. {Ap. á Celauro.) Es posible que en trato de diez años
En mi temor repara, Quepa maldad que asi me nmeva á ira?
CEEAURO. Amor, déjame estar en mis engaños.
Y no me hables secreto en su presencia.
Conozco ya la casa de Ricardo
{Yase Celauro.) LUPERCIO.
Dijeosmii veces queno entraseis dentro;
Que allí nadie se viste paño pardo. Vuélveme el lienzo, mi señora, y mira...

LUPEBC.O. FULGENCIA. {Ap.)


Mi dinerillo en fin volvió á su centro. ¿Qué me queréis crueles desengaños? ,

CEEAIRO. LUPERCIO.
Parábades también á lo gallardo. ¡
Qué divertida estás ! El lienzo suelta.
; , ,, ; ,; ; , , ; ; ,

94 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


FII.GFNCIA. I-tOMil.A. Sibila en la discreción,
I

alma va en su sangre on- No me


dirás á qué el'elo Y Fénix eu la herniosura.
Dcjii ; que el ;,

[vuella. Eros tercero coiiiiiigo Vila en efeto, Leonela,


Li'PEncio
De tu amigo? Y que enamorara juzga
No lo laven Señora por tus ojos,
, .
No digo á un hidalgo noble,
Déjale por testigo desle dia CELAURO.
Pero á un villano de Asturias.
Ser su amigo Pasé gran tiempo callando,
FILGENCIA.
Y tenerdel buen concelo. Y entVe estas penas y angustias.
Lavaránie mis lágrimas y enojos.
Porque quiere amartelar Con ser yo quien me sul'ria.
Ll'PERCIO. Una dama con quien habla. Fué insufrible mi locura.
Con esas perlas no, señora mia. LEONELA. Lo que he dicho y lo que he hecho,
FLLGEXCIA. ¡Bien mi negocio se entabla. A quien ama lo pregunta
Antes, mi bien con sus corales rojos,
,
Sime pretendes casar! en un jaspe
I'ero es labrar
Guardarlas en el lienzo amor podria, Mira, Señor, lo que haces. Con un vidrio una figura.
Y en memoria a los cielos ofrecerlas. CELAURO. Viendo pues que no tuvieron
Mis penas remedio nunca.
LLPERCIO. Leonela, tu honor pretendo.
Pretendo descomponerlos
¡Qué rico lienzo de coral y perlas! Haz esto que te encomiendo
Y dar principio á las suyas.
Que así mi amor satisfaces. Quiero que Fulgencia vea
FLLGENCIA.
LEONELA. Que de otras mujeres gusta
Vente á cenar, mi bien.
Vé con Dios ;
que yo estaré El mas firme de los hombres,
LLPERCIO. En la ventana esperando. Y que á estas horas las busca
Soy tu marido. Que yo sé que aunque no olvide
CELAURO.
FLLGE.VCIA. requebrando
Amor que tanto há que dura,
Y yo á verle
Dará gusto por venganza
Habla bajo, no lo oiga algún criado; Sii ingrata dama traeré.
Pues por tu padre tan secreto ha sido.
A esta vida , s.ingre tuya.
LEONELA. Si te parece traición
Que nadie ha de saber que estás casado. ¿Eso te debe de hacer Mira adonde el amor triunfa,
LLPERCIO. Que intentes eso tan ciego? A Egislo, Tanjuino y Páris,
De no poder decirlo estoy corrido CELAURO. Que amarrados me disculpan;
Que mucho gana el bien comunicado. Cosas Leonela
, , te niego
Y plega á Dios que me vea
i

FLLGE>CIA, Que un ciego las puede ver. En una galera turca,


Si es viciomi pretensión,
Tu esclava soy. LEONELA.
Sino del amor la culpa!
LLPERCIO. Quieres bien ?
¿ LEONELA.
¡
Jesús ! Amor lo ha hecho. CELAÜRO.
Las doce, hermano han tocado: ,

FLLGE.NCIA. {A}).) Tengo perdida Déjame que arriba suba


Aun llevo el corazón fuera del pecho. El alma. Mientras que vas á llamarle.
LEONELA.
{Va)ise.) CELAURO.
Tu hermana soy;
Habla.
¡Oh hermana mi intento ayuda.
!

CELAURO. LEONELA.
Sala en casa de Leonela. Satisfecho estoy. Parte; que en la reja espero.
LEONELA. CELAURO.
ESCENA XVI. Pues di. Advierte que si te turbas.
CELAURO. Me puedes quitar la vida.
LEONELA, CELAURO. LEONELA.
Escucha, por tu vida.
LEONELA. En una casa de juego, Quien ama todo lo duda.

Extraña es es.T invención. Donde reina la fortuna {Vanse.)


;,Que hable á Lupercio me mandas? Mas que en el mar y en palacio
Celauro ¿en qué pasos andas? Entre lisonjas y burlas,
,
Hice amistad con Lupercio,
CELAL'RO. Calle.
l'n hombre en (|uien viven juntas
En pasos de mi pasión.
Cuantas gracias pensar puedes
LEONELA. Que es ¡¡oco aunque pienses muchas.
ESCENA XVII.
¿ Y que él me ha de requebrar ? Pasados algunos dias, GTAVIO, ARISTO.
CELAL'RO. De dos almas hizo una
Amor, el trato ó la estrella OTAVIO.
Haz esto por mí Leonela.
,
Que nuestros pechos ajusta. qué es celos,
Si supieras
LEONELA. Confióme sus secretos Yo sé que mi cuidado disculparas.
Poner puedes una escuela Pareciéndole segura
De fingir y de engañar. ARISTO.
El arca en que los guardaba
CELAI.RO. Pero no hay fuerte ninguna. No lo quieran los cielos;
Vame en aquesto la vida.
Llevóme á ver una dama... Que |)ara no ver cosa con dos caras
No la consideres rubia: Hay muchas opiniones
LEONELA. Asi te dé Dios contento Que son aborrecibles los doblones.
Pues ¿ qué resulla en tu bien ? Que harás á mi gusto injuria. OTAVIO.
CELAURO. No pienses que de su rostro,
¿Celos tienen dos caras?
Que posesión me den
la Prestándome amor la pluma
Quiero hacer vanas quimeras
Dime de qué manera , por tu vida.
1)0 una esperanza perdida.
Haz , hermana de mis ojos. Con fabulosas |)inturas. ARISTO.
Esto ahora por tu hermano. No robaré á los jardines Si en los celos reparas.
Entre los cuadros de murta, Verás bien que no hay cosa mas fingida.
LEONELA.
Los jazmines y claveles OTAVIO.
Que he de obedecerte es llano...
Oro al indio, plata al Fúcar.
— Y que lo son mis enojos. No diré que es sol ni imagen,
Eso saber deseo;
Pero mira, hermano mió, Que entiendo menos cuando mas poseo.
Venus clara ó blanca luna,
Que desdice á tu valor ARISTO.
Sino que es una mujer
Que yo muestre á un hombre amor. Que vi por mi desventura, Cuando un celoso quiere
CELAURO. Hoca del mar en firmeza , Averiguar sus celos luego llama;
,

Del luyo esto y mas confio. Tigre de Hircauia en la furia, Pues por saberlos muere,
; , , ,, :, ! , , ; , , ,, , ,

LOS EMBUSTES DE CELAURO.


Amigas ó criadas de su dama, Como la mesa para dos que se aman. De suerte que han de ser cuatro porfuer-
Y jurando secreto. Aquel hacer el plato, aquel partirle Pues cuatro á dos es la mitad. [za.
Dice que importa para cierto efeto. Lo mas sabroso y ver que si lo come
,

Ko han desengañado,
le [tiGmo, Parece que es deí que lo da sustento. OTAVIO.
Cuando escondiendo el que mostraba No tiene igual con los tesoros deludías, Hoy muero,
Les muestra el rostro airado, ARISTO.
CF.LAÜRO. Advierte el fin.
Y se convierte en furia del infierno
Dices muy bien que en esas ocasiones OTAVIO.
Ya ves aquí dos caras. ;

Trinchan los ojos y hace salva el alma. El de mi vida espero.


OTAVIO. Pues que el saber que gusta deunacosa
Cigo que por extremo lo declaras. Y el haberla buscado con cuidado LEOXELA.
Y ver que come en ella juntamente ¿Cómo, mi bien, no me habláis?
ARISTO.
La voluntad con el sustento creo Que há rato que estoy aquí.
Pues si habla con su dama ,

Verás que la regala y la requiebra, Que puede de placer matar un hombre. LUPERCIO.
Y que su bien la llama LUPERCIO. Porque no hay fuerzas en mí
Y está como una vibora ó culebra ¿No estoy bien empleado por tu vida? Hasta que vos me las dais ;

Oculta entre las flores.


,
Que como hasta que el sol sale
CELAÜRO. Todo está mudo en silencio
Estas ¿no son dos caras?
¿Eso preguntas? Es Fulgencia un ángel. No menos me diferencio,
OTAVIO, No he visto yo virtud como la suya. Ni él mas que esos rayos vale.
¡
Qué mayores LLPERCIO. Ya que me habéis hecho salva,
ARISTO. Y decis que el sol espera
Ni has visto voluntad como la mia.
Pues todo cuanto intentan Soy la calandria primera
Hablan regalan piensan imaginan CELAÜRO. Que canta en saliendo
, , ,
el alba.
Fabrican trazan cuentan, , Lo mismo quiero que en oyendo áFlérida
ARISTO. (Ap. á Otavio.)
Prometen, disimulan, determinan. Digas de mi firmeza y su hermosura.
Todo tiene dos caras. La reja es esta llega'; que aquí aguardo.
:
A fe que es hombre leído.
¿No ves la comparación?
OTAVIO. ÍL'PERCIO.
OTAVIO.
¿Luego téngolas yo. ¿Y saldrá con la seña?
Leído habré su traición
ARISTO. CELALRO.
Que letra bastarda ha sido.
Que se ven claras. En el momento
ALFREDO. {Ap. á Fulgencia.)
¿No dejaste áLeonela Que con el pomo en
rodela toques. la
¿No escuchas, Fulgencia bella,
Esta noche segura? {Llégase Liipercio á la reja.)
A tu Lupercio ?
OTAVIO. OTAVIO. {Ap. á Arista.)
FLLCESCIA.
Amor me abrasa. ¿Qué te parece desto, Aristo?
No sé
ARISTO. ARISTO. Si al alma crédito dé,
Luego ha sido cautela Digo O al traidor que vive en ella.
Volver celoso á ver su calle y caso. Que sois casi poetas los amantes. ¿Que esto pasa? Que esto ven
Quien ama ese , confia. OTAVIO. Los ojos? Que esto adoraba?
OTAVIO. ¿Parécete que es justo tener celos? Hoy con la vida se acaba
Quien ama teme, cela y desconfia. Preven la espada. Alfredo , el amor también.
¿Qué me tienes, honra infame?
ARISTO. ARISTO.
Déjame vengar mi afrenta.
Amor es confianza. Mejor fuera el ánimo.
ALFREDO.
OTAVIO.
;Qué es lo que tu furia intenta?
Amor es miedo, y posesión medrosa
ESCENA XIX. Oye, ¿quieres que le llame?
Después que el bien alcanza.
ALFREDO FULGENCIA ; , en hábito de FL'LGENCIA.
ARISTO.
[posa.
Quien quiere está en su centro, allí re-
hombre. — Bichos. No, amigo; que aunque ef^loy loca.
Guardo el rostro á mi ü|)inioii,
OTAVIO. ALFREDO. Reprimiendo el corazón,
No hay reposo en quien ama; Esta es la calle y esta es la ventana. Que viene ardiendo á la boca;
Solicito es amor, temerse llama. Que si faltase esta luz,
FLLGENCIA. Con una voz que daría
ARISTO. Un hombre está debajo de la reja. Del pecho se escaparía
Quien duda y teme, ofende
La confianza de la cosa amada. ALFREDO. [percio; Como bala de arcabuz.
Si es hombre, no lo dudes que es Lu- CELAURO. {Ap.)
OTAVIO. Mas suele amor hacer de sombras liom- Todo se traza á mi gusto.
Temiendo la defiende [bres.
FULGENCiA. Fulgencia se va inquietando.
Que del amor es el temor la espada. Señas hace. Muere, pues matas amando.
ARISTO. ALFREDO. De celos, rabia y disgusto.
Gente viene. ¿Hay bien que á mí bien se iguale?
Ya sale la señora.
OTAVIO. '
¡Oh industria cuánto aprovechas
,

Aquí espero. Para fortunas deshechas,


ESCENA XX. Donde la fuerza no vale!
ARISTO.
Mas ¿si fuese tu miedo verdadero? LEONELA ,
que sale á una reja. — LUPERCIO. (.4 Leonela.)
Dichos. Traigo contento el deseo
ESCENA XVIII. De una esperanza tan loca.
OTAVIO. (.l/j. á Aristo.) Que ya parece que loca
CELALRO yLLPERCIO, en hábito de ¿Señas Aristo? Cosa nueva es esta.
Lo que pienso que poseo.
noche. — Dichos. ,

ARISTO.
Suplicóos que algún favor
Coníirme esta confianza.
Mas nueva me parece que ella sale,
LUPERCIO. leom:la.
Quisiera que te hallaras en la cena, OTAVIO.
Síharé, por mi fe, si alcanza
l'orque fué por extremo regalada. Matarle quiero.
Tanto la mano de amor.
CELAL'RO. ARISTO.
LIPERCIO.
Para tí por lo menos Tente; que ha venido
, lo seria. Con me
,
Bastantemente apcrcebido el hombre la vuestra contento.
LUPERCIO. Que uno está rebozado en esta esíjuina LEO.NELA.
No lo digas de burlas que no bay cosa Y dos vienen ahora en retaguarda
; Es imposible alcanzar.
, ; ; ; ; , !

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


96 ESCENA XXI.
OTAVIO. (Áp.) Lo que aqui en su ofensa pasa ;

Y mal guardáis vuestra casa LEONELA, en la


¡Que á tonto juieile llegar Mientras andáis por la ;^jona.
OTAVIO ARISTO, ;

Un cobiirde sufviuiieutü? LUPERCIO.


reja.
niGENCiA. {Ap. á Alfredo.)
¿Es mi hermano? OTAVIO. {Llegando á la reja.)
¿Ves . Alfredo , cómo pide

galán? FULGENCIA. ¡Ah Señora! ¿Por quién son


La mano al
ALFREDO. Soy quien soy. Las presentes cuchilladas
Si veo. Salid de la calle luego. O aquesta danza de espadas
CELAURO. {Ap.) Hecha á vuestra devoción?
LVPERCio. (A Leonela.)
este juego, LEONELA.
Pues TO mido mi deseo. Yo he de perder
Si áremediarle no voy. ¡Ah, Señor, el que lo mira
Til Señora tu amor mide.
. ,

¡Ah celos, que no guardáis Y está en la calle envainado


Llega mi deseo á ti
Palabra que prometéis! ¿Cuánto le cuesta el tablado?
Que va por este favor;
Baje á mi tu mano amor, LEONELA. ARISTO. (Ap.)
Veras su metlida ansi ¡Ah caballeros! ¿no veis Gentiles pedradas tira.

Aunque era mejor tu mano Que mi opinión infamáis? OTAVIO.


ftira esforzarme á subir; ARISTO. {Ap.) Cuando riñen dos galanes
Pero ¿quién podrá medir De una dama tan fingida,
Habia un competidor,
Lo divino por lo humano? No se ha de jugar la vida
Y va hay dos.
LEONELA. {Ap.) LUPERCIO. Ni se han de hacer ademanes;
;No es bueno que sin amor Vamos do aquí. Y' crea vuesamerced

Hablo á un hombre que no veo? FULGENCIA.


Que cuando mi causa fuera,
Ll'PERCIO. {.\p.) A eslocadas los cosiera
Seguidme. solo en esta pared
deseo Yo
¿No es bueno que sin LUPERCIO.
Massiconigualcpierella
Estoy pidiendo favor? Venid tras mi.
Riñen sobre este lugar.
OTAVIO. {.\p. á Arista.) ¿Hay mas extraño rigor? Ventana quiero alquilar,
¿So es bueno Aristo que esté , , ALFREDO. (Ap.ft Celauro.) Y ver los toros en ella.
Aqui un hombre como yo? ¡A reñir van ! ¿Qué remedio? LEONELA.
FL'LGENCiA. (.4/}. ú Alfrcdo.) CELAURO. ¿Es mi Ota vio?
¿No esbueno que le pidió Alfredo, yo soy perdido. OTAVIO.
La mano? ¡Oh traidor sin fe! Si aquesto queda entendido. Soy el diablo.
ALFREDO.
(A untado riñen Fulgencia y Lvpercio.) LEONELA.
¿No es bueno que tú lo aguardes, ALFREDO. Otavio, Señor, espera.
Pudiéndolo remediar?
OTAVIO.
Véu, que riñen. OTAVIO.
CELAURO. ¿Que espere? ¡Gentil quimera!
Déjame, Aristo, llegar;
Ponte en medio. LEONELA.
Que nunca hay celos cobardes.
CELAl'RO. (.4;?.)
ALFREDO. Oye, escucha. ¿Con quién hablo?
¿No es bueno que estoy contento Paso , señores. ARISTO.
De ver á Fulgencia ansi? FULGENCIA.
Óyela , Señor.
FULGtXCIA. No hay paso. OTAVIO.
Déjame llegar á mi LUPERCIO. No quiero.
Que me ahoga el sufrimiento. ¿Quiénes? LEONELA.
ALFREDO. FULGENCIA.
Oye la satisfacion.
Detente. Apartaos de ahí. ARISTO.
FULGENCIA. LUPERCIO.
Oye, Señor, su razón.
Déjame hacer. Dejalde pues. OTAVIO.
{Llega arrebozada á Lupercio.) FULGENCIA.
Pesia á mi!
Déjame tú, majadero.
¡Ah caballero! ¿A quién digo? ¡

le paso.
ARISTO.
LUPERCIO. De aquesta punta
CELAURO. Mira que está haciendo extremos.
¿Es amigo?
OTAVIO.
FULGENCIA. ;No ve que estoy de por medio?
es amigo; Ya no hay hablarnos los dos.
No Lleva, Alfredo, á ese galán.
Que vos no lo sabéis ser. ALFREDO. LEO.NELA.
LUPERCIO. Vamos, Señor. ¿No queréis?
FULGENCIA. OTAVIO.
¿En qué os ofendo?
No.
FULGENCIA. ¿Qué no harán
LEONELA.
En hablar Celos? ¡Oh mal sin remedio!
Pues adiós;
Esta mujer. (Yanse Fulgencia y Alfredo sosegán
,

LUPERCIO.
^
dula.) Que mañana nos veremos.
¡Eslohabiaí CELAURO.
¿Es vuestra? Echa tú por esta calle,
FULGENCIA. Y no os encontréis los dos. ACTO SEGUNDO.
Si fuera mia, LUPEUCIO.
Yo la supiera guardar. hospedada
¿Sabes quién es? Sala de una casa donde está
LUPERCIO. CELAURO. I''ulgi;ncia.

Pues ¿qué es lo que pretendéis? No , por Dios.


FULGENCIA.
ESCENA PRIMERA.
LUPERCIO.
Que dejéis este cuidado ¡Qué buen mozo! CELAURO, ALFREDO.
Que yo sé que estáis casado. CELAURO. ALFREDO.
LUPERCIO. ¡Gentil trille!
;Que tanto descompuso la pendencia
¡Vos Pues ¿de qué lo sabéis? (Vanse Lupercio y Celauro.) Dos voluntades que el amor tema
:

FULGENCIA.
En tan estrechos lazos obbgadas ?
Esto basta , y dame pena
,., , , , ; , ; , ; ! , ;;

LOS EML'ISTES DE CELAURO. 97


CElAUnO. CELAURO. RISELO.
I

Lucíio que te partisle desta villa Hice á mi hermana Ea entrañas de hielo...


,

Ainííjo AltVodo, fué creciendo el daño ;


Que la viniese á ver y á persuadilla, FULGENCIA.
Porque entre los amantes ¡as pendencias Y ha dormido con ella cuatro noches ¿Muerto d.ce?
Suelen durar, por ser tan pertinaces, Con envidia del mundo y de mi alma. HI?EL0.
Porquequierenqueelunorueguealütro. ALFREDO. ¿Y e.vO dudas?
ALFREDO. ¿Qué negocia? FULGENCIA.
Yo en extremo desabridos
los dejé CELAURO.
No, sino con otra dama,
Después, Señor, de los injustos celos. Que siga mi justicia, Muerto en sus brazos.
;,Supo, dime, Lupercio que era ella ALFREDO.
La que en hábito de liombre lo fué tanto. ALFREDO. {Ap. á Celniíro.)
¿Dura el enojo? ¿Qué llama,
Que osó reñir con él de cuerpo á cuerpo'.'
CELAURO. Celauro, en hielo no uiüdus?
CELACIíO.
1 No ; que ya se hablan CELAURO.
No supo Lupercio ni lo sabe,
lo Y se han de ir á su casa aquesta noche,
Porque yo le llevé tan divertido Para mis ojos y alma noche eterna.
Antes aquello me enciende.
Que cuando vino á verla aquella noche, ALFREDO.
ALFREDO.
Lila estaba en la cama y sosegada. ¿Eres loco?
Mas como amor no duerma bien con celos ¡Qué poca fuerza tus enredos tienen! CELA! no.
Y sean los dos tan grandes enemigos, CELAURO. Soy amante.
Puesto Alfredo que padre y hijo sean,
,
, PiCtírate que sale.
, RISELO.
Asi se los pidió de aquella dama
ALFREDO. Lee, Señora, adelante.
Así enojada estuvo así ha llorado, ,

( iie Lupercio, movido á ira y cólera


Aquí me aparto. FULGENCIA.
11^0 las manos en su rostro hermoso, CELAURO.
1
Solo engañarme pretende.
l'uso las manos en el sol, Alfredo, Costarme tiene hacienda vida y alma, , {Lee.) «Si de mi quieres vengarte,
Ofendió las estrellas de los ojos, O desta inyrata he de llevar la palma. «Mejor estarás aquí
Escureció la clara luz del dia ;
wPero no vengas por mi
Y' como en los eclipses de ordinario
Nos m uestre el sol aquel color sangriento,
ESCENA II. Mpues ya no |)uedo obligarte.
»Vén por Esteban y Enrique,
Sangre puso en el sol, saiigrientoestuvo FULGENCIA RISELO, dándole un pa-
; «Que lloran por ti, mi bien,
El rostro á quien esta alma adora y teme.
pel. — CELAURO Y ALFREDO , reti- »Y si allá hay otro también,

ALFnEDO. rados. «Le ruego te lo suplique.—


¡Válame Dios! ¿Que esa bajeza hizo? ^)T\x Lupercio.»
RISELO.
CELAIRO. RISELO.
.\caba , lee el papel.
No le culpes Alfredo que unos celos
,
¿Lloras?
;
FULGENCIA.
Pedidos sin razón de seso privan. , FULGENCIA.
No me porfíes , Riselo.
No.
ALFliEDO.
RISELO. RISELO.
Razón tuvo Fulgencia.
Por mi vida, que recelo ¿Pues qué?
CELAURO. Que te enflaqueces por él. FULGENCIA.
Ene! engaño; Ea, cesen los enojos, La vista peaclra
Mas Lupercio ¡nocente es de la'culpa. Señora, de tantos dias. Elrejalgar delaletra.
ALFREDO. FULGE>C1A. CELAURO. {\p.)
¿No pesa de haber con tus embustes
te Primero las manos uñas Qué buena disculpa dio
¡
•Dado ocasión para que aquellas manos Se vengarán en sus ojos. RISELO.
Hayan tocado temerariamente RISELO.
En el sol, en el cielo, en las estrellas. Eso es en letra de estampa
Harto mas vengas tú
te Que hay no sé qué humo en ella.
Del cabello del rostro y de los ojos?
,

En los tuyos, con llorar


CELACnO. FULGENCIA.
Perlas , que pueden comprar
Dios sabeque su daño me ha pesado, Las riquezas del Perú. ¿Qué mas estampa que aquella
Y que me cuesta lágrimas piadosas; Lee; que te estás muriendo. Que en el corazón se estampa?
Pero¿qué quieres? que el caminoesesle Y bien dices que trae hun.o
FULGENCIA.
De negociar mi bien, porque no hay otro Que es fuego con humedad.
Ahora bien, leo por ti.
Como sembrar d iscordia entre sus almas. BISELO.
RISELO.
ALFREDO. Ten, mi señora, piedad.
¿Qué tienes negociado? ¿Y por tino? CELAURO. {.\p. á Alfredo.)
FULGENCIA.
CELAURO. Cual nieve al sol me consumo.
Yo por mí... ¡Vive Dios que el vil tercero
Que Fulgencia Soy muy tierna.
,

Me ha de pagar estas paces!


Dejó su casa y sus queridos hijos,
RISELO.
Y como huyendo, vino á la deAndronio, ALFREDO.
Que, como sabes, es mi tio, adonde Así lo entiendo.
Como enamorado haces
He comido y cenado aquestos días. FULGENCIA. Mas no como caballero.
Sustentando esta vida de sus ojos; Dame que allá no tuviera FULGENCIA.
Que así en la India se sustenta gente A Esteban y á Enrique. Dile á ese hombre Riselo ,
De solo olor y solo de la vista, RISELO. Dile á ese traidor amigo,
^ no es mucho milagro para un ángel.
Lee; Dile á ese falso enemigo.
ALFREDO. Que Lupercio así lo cree. Que de noble sufre el cielo...
¿Hasla hablado?
FULGENCIA. Que venga luego por mí.
CELAURO. RISELO.
Él dice desta manera.
Hela hablado y persuadido. {Lee.) « Basta ya señora mía ,
Dame esos pies.

ALFREDO. ))De pesadumbres de un mes; FULGENCIA.


f qué responde ? »Que la venganza no es Parte.
»Amor, sino tiranía. KISELO.
CELAURO.
))Vén mis ojos vén mi cielo
, , ,
Voy. {Vase.)
Que á Lupercio adora.
))Que si un hora lardas mas,
FlLGfSClA.
ALFREDO. líCuando vengas me hallarás
ijiíay adelante estás! «Muerto.» ¡Celauro! ¿aquiesiís?

L-i.
, ; ,; ;
, , , ;; , , !

comedí AS ESCOGIDAS DE LOPE DE


VEGA CARPIÓ.
os FULGENCIA.
CELAIRO. Con que me saque de tí.
Entra, Riselo, y dirás
FULGENCIA.
Kstoy, A l.eonelaquemevoy,
Cual somhrn, siempre tras ü.— ¿Yo te tengo? Espera un poco. Y tráeme manto.
Vele , Alfredo. CELAURO. {Vase Biselo.)
ALFREDO. (Ap.) Dien dices que yo te tengo.

Mal se lucen ESCENA V.


Los enredos deste loco. {Vase.) ESCENA IV.
LEONELA. - FULGENCIA LUPER- ,

ESCENA III. LllPERCIO SABINO RISELO. ,


CIO, CELAURO, SABINO.
—Dichos.
,

FULGENCIA, CELAURO. LEONELA.


LCPERCio. (bentro.)
CF.I.AinO. Aquí estoy,
Loco de conlonlü vengo.
mas tierna? Y he sabido que le vas.
¿Estás ya SAGINO. {Dentro.)
Pero, así me guardo Dios,
FULGtNCIA. Y yo de contento loco. Que me pesa aunque , es tu gusto.
IJn poco.
{Salen Litpercio. lUsehn/ Sabino.) FULGEKClA.
CEL.UiRO.
c^h.\\:m. {Disimuhniílo.) i
Oh mi Leonel a
A reducen
esto siempre se mano Señora
Puesta la , CELAURO.
Los enojos de quien ama. Sobre esla daga, te juro. Esto es justo.
Esla noche ¿vas con él? Por ser cruz que es su amor puro
Fll.GKNCIA.
,
Ea, despedíoslas dos,
Y que Lupercio te adora. LEÓN El A.
Acásamede cruel, Deja celos y quimeras,
Y en este papel me llama, Vele esla noche con él. Déjala cubrir siquiera.
CF.LAURO. LUPERCIO. Pues Lupercio no poríia,
¿Qué quieres?
¿Tanto un papel enternece? i
Oh amigo noble y liel! CELAURO.
FULGENCIA. Dame esos brazos ¿que ,
esperas?
Hermana mia.
CELAURO.
No sé qué tiene de hechizo. Lo que es amor considera.
CELACnO. ¡
Oh buen Lupercio! Primero Déjalos que tras pendencia
;

Los has de dar á Fulgencia. Es gran gusto la amistad.


¡Maldiga Dios quien le hizo
LUPERCIO. FULGENCIA.
.
Que tan tierno te parece!
FULGENCIA. No tengo licencia
sé si Cubierta estoy : perdonad.
Pero obedecerle quiero. {Arrodillase.) LEONELA.
Maldígate Diosa ti.
á sus pies,
Y asi , echándome
CELAURO. Adiós hermosa Fulgencia.
,

Veré si sus manos gano


I

,
FULGENCIA.
No digo quien le esciibió. Subiendo del pié ala mano,
FLLGENCIA. Y de ella al brazo después, Mi Leonela, adiós, y ved
Y desde el brazo al abrazo, Que me habéis de ver.

Para maldecirle yo,


'

Basla el papel. Y del abrazo... LEONELA.


CELAURO. FULGENCIA. ¿Pues no?
¿Comoansi? Prosigue CELAL'UO.
FULGENCIA. Porque tu hechizo me obligue
Allá la llevaré yo.
A ser de tus brazos lazo.
Porque cosa que ha tocado FULGENCIA.
CELAURO. (.Ip.)
Tal mano queda su ofensa
,
Haréisme mucha merced.
A cuenta de mi defensa ¡Es posible que esto veo!
LUPERCIO.
Como esla un lugar sagiado. FULGENCIA.
Leonela y Celauro, adiós.
CELAURO. ¿Cómo has estado sin mí?
¡Oh pesia tamo rigor LUPERCIO. LEONELA.
y mi loco sufrimiento! Pregúntalo al alma en tí Adiós.
FULGENCIA.
CELAURO.
Intierno de mi deseo.
tigre hircana.)
; Oué ofensa en tu
d:ifio intento Fué cuino el mundo en su.caos {\p. ú Fulgencia. Adiós,
—Por quedarme con mi hermana.
Por tener á un hombre amor? Y sin forma, inanimadas
voy, Lupercio , con vos.
;Sov vo tu sangre por dicha, , Las materias, y varadas No
Soylü hermana ó lu mujer? Sobre la tierra las naos; FULGENCIA.
CELAinO. Como en el limbo el rapaz... Vos quedáis bien ocupado.
—Mas no es comparación buena; LUPERCIO.
No; pero debes de ser
l'ür<iue yo he tenido ¡lena,
Toda junta mi desdicha. Yfuidegloiiacapaz.— Vamos, señora enojada.
Pues \ ¿le, ingrata, en buen hora. SAIlINO.
Cual tórtola sin hallar
Aunque sea mal para mí
Compañía alegre alguna La cena está aparejada,
Gózale, V goce de ti,
pesar de quien te adora
Como sin el sol la luna, Y el amor por convidado.
A sin la luna la mar FULGENCIA.
Y
Que pues que no he merecido
;

Como el instrumento esta


Dell una palabra buena. que toca ¿Qué dice Enriquito?
Sin la mano del
Yo haré que rabies de pena, SAUINO.
Como yo rabio de olvido. Como Tántalo, ala boca
La fruta que se le va ;
Llora
FULGENCIA.
Y como sin tí, mi bien, Por su mama y por su taita,
TÚ, ¿qué me puedes hacer? Que eres mi causa y mi forma Que apenas con una gaita
CíLWv.o. {Saca ¡a daga.) Quien me mueve y quien me intorma. Í,e puedo acallar.
Señora.

¡Vive Dios , que estoy de suerte. SAlílNO. Vén alegra aquella casa;
,

Entre el "sol la noche huya.


Que estoy por darte la muerte,
,
Por siempre jamás amen.
de perder! FULGENCIA.
Y acabarme Acaba, vamos de aquí;
FULGENCIA. Que me muero ya por veros Vamos vamos. ,

¿Estás loco? ¡Para mí, En casa. SABINO.


LUPERCIO.
Para una mujer la daga! ¡Aleluyal
CELAURO.
Hermosos luceros,
Hoy brindo...
¿Posible es que os ofendí?
Sí, porque tina puerta haga
,; , ;
;, ; ; ,, , ,, ,, ,

LOS EMBISTES DE CELAURO. 99


BISELO. LEONELA. ESCENA VIII.
¿A quién? No me mandes que te diga
S.AlilNO. Mas de que es un mármol parió. ARISTO, //orfl«rf.i.— LEONELA.
A Ganasa. CELAURO.
{YanseFtilgencia Lupercio y Sabino.) ARISTO.
. Para eso no es necesario
Haberle yo visto, amiga. ¡Triste del que vive amando!
ESCENA VI. Ya sé que es mármol fan fuerte, Galeras perpetuas tiene,
Que me resiste y me mata. i
Ay de mi! ¿Qué podré hacer
CELAIRO, LEONELA. Sin mi señor, solo y pobre?
i Pero lo demás retrata,
Y' de otras cosas me advierte. ¿ Cuál otro hallaré "en que cobre
LEOXELA. Lo que en él vengo á perder?
LEONELA.
No dudo que habrás sentido, Basta decir que es bien hecha,
LEONELA.
Celauro, aquesta mudanza, Aristo...
Limpia, conforme y igual.
Porque, en Un de tu esperanza
, ARlSTO.
Riguroso viento ha sido. CELAURO. Señora mia...
¿Qué te embelesas? Qué miras? Es hecha de un mármol tal
LEONELA.
Ea. ya pasó la calle. Que ningún hierro aprovecha.
¡Hol;!! Quiero despertalle. Y el mayor mió es c[uerer ¿ De qué te enjugas los ojos ?
Celauro. Hacer en esta ocasión ARISTO.
;,
CTLAIRO. Sin ser yo Pigmaleon, Porque cifra mis enojos
PjAvDios! De un mármol una mujer. Mi desventura este dia.
LEOXELA. LEONELA. LEONELA.
¿Qué suspiras? Debajo del pecho izquierdo ¿ Dónde queda tu señor ?
Tiene un lunar peregrino. ARISTO.
CELAtRO.
Cual queda desvanecido
CELAURO. ¿Dices Otavio?
El niño que volar vio Luna en cielo tan divino LEONELA.
El pajaro que pensó ¿Por qué no hará loco un cuerdo? ¿Pues quién?
Coí;er durmiendo en el nido; ¿Qué color tiene?
ARLSTO.
O cnmo queda el villano LEONELA.
Viendo la liebre correr. Y'a le ha muerto lu desden.
-Muy buena,
Que la pensaba coger Que parece en su blancura LEONELA.
En la cama con laniano Como sangre en nieve pura Mejor dijeras mi amor.
O como queda despierto Y clavel con azucena. ARISTO.
Elque dormido soñaba Sale un cabello sutil ¿Qué amor?
Que en arca ó campo se hallaba De eiimedio por tanto trecho. LEONELA.
Alíiun tesoro encubierto Que puede dar vuelta al pecho. El que le he tenido.
O quien por un mal suceso
CrLAÜRO. ARISTO.
Soñaba en cautividad
Que \a estaba en libertad, ¡Hermoso lazo! Bien dices pues ya es pasado.
,

Y despierto se halla preso LEONELA. LEONELA.


Asi yo en la posesión Genlil. Dime, ¿adonde queda?
Del bien que estaba gozando, CELAURO. ARISTO.
Mi libertad vi soñando
Milagro, Leonela. fuera Ha estado
Y despierto mi prisión.
Que ese cometa de hielo Estos días escondido,
Yo muero, hermana Leonela, So tuviera en ese cielo
Sin remedio de remedio. Y desta melancolía
Rastro que muerte iv.e diera. Salió de consulla hoy
Aunque ponga de por medio Si no es en forma de espada
Toda Grecia su cautela. irse á meter fraile.
Para matarme su l)razo.
¡Desventurado! ¿que haré? LEONELA.
Es á lo menos de lazo,
Que ya se van á gozar. Estoy
Y en mi cuello ejecutada.
LEONELA. ¿Qué haré, si en mi cielo veo Al cabo, por vida mia.
Tienes razón de penar. Pronósticos de mi muerte? Ea, señores, áuií.

Alabo, hermano, lu fe Mas yo pienso hacer de suerte ARISTO.


Que es la cosa que yo he visto Que ó yo muera ó mi deseo. Si lo quieres creer.
no
Mas digna de ser amada. Quédate aquí que en mi mal
; Mañana le puedes ver.
CFLALRO. Ya no hay remedio mayor LEONELA.
Y tú la mas envidiada Que pretender por traidor ¿Qué me cuentas?
De las que en ella contpiisto Lo que pierdo por leal. {Vase.'
ARISTO.
Que al lin dormiste á su lado. Lo que
LEO.NEIA.
ESCENA VII.
vi.

LEONELA.
Si vieras partes tan bellas. LEONELA.
Mas almas dieras por ellas Ea, que es cosa de risa.
Que por lo exterior le has dado. ARISTO.
Menos lástima tuviera
CELACRO. A tu dolor inhumano No, sino de llanto es;
Cuéntame Leonela mia
,
Si lo que es amor, hermano, Que los ojos en los pies
,

Algo de aquel ángel santo. Libre del mismo amor viera. Le he visto ayudiir á misa.
Pero tengo amor también Este i'apel me dejó
LEONELA.
Y'conozco tu disgusto Para que te diese.
jSanto? No te alargues tanto, Auncpie del me alegro y gusto, LEONELA.
Que toques en herejía. Pues me (juitasle mi bien. Muestra.
CELAIRO. Hablé á Lupercio por tí
ARISTO.
Mira, bien puedo llamar Y violo mi amado Otavio,
Ángel santo una mujer Que sentido desle agravio, ¡Qué amor, qué amistad la nuestra!
Virtuosa, sin hacer Vive quejoso de mi. Sintí Señor, ¿qué haré yo ?
,

Cosa digna de culpar. Pero ¿quién es el que viene LEONELA.


Vive en si y fuera de sí Sollozando y suspirando? puesyatienesotrogusto,
(Lí?^.) «Ingrata,
Y eslo es riías de ángel que de hombre ; vCubra eslc cuerpo un habito de paño,
Luego en darle aqueste nombre »Que en inviernoy verano vengaaljusto,
No estoy yo fuera de mi. dLuIo a mi amor" y hesta de tu eugaño.
100 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
lEslo quiero que pueda mi diwiusto, LEONELA. CELAURO.
»Y que aqueste papel al lin de uu aüo,
, Yo soy muerta. ¿No mas de honrados?
íSea caria de pago y liniquilo OTAVIO.' OTAVIO.
»De nuestro amor.» —
Bien breve viene
No os alteréis. ¿Quemas?
¿Taulo ha sentido el agravio? [escrito.
LEONELA. CELAURO.
ARISTO. Caballeros.
¿Cómo no?
Ese papel lo contiima. OTAVIO.
Con achaque de visita
¿No dice Otavio la lirma? Eso es menos.
A Fulgencia , iré á su casa.
LEO.NELA. Porque honrados dice I)uenos,
OTAVIO.
Mejor fuera fray Otavio. Que es punto deste compás.
Pero ¿es de veras?
Cuando sepa lo que pasa,
CELAURO.
Y este mi amor solicita.
ARISTO. No estará muy agraviado ¿A qué entrastes en mí casa.
Tan cierto Que entre en "su casa, si ha sido Si sabéis que honrados son,
Como que contigo estoy. A titulo de marido. Y su virtud y opinión
Por buena nionoda pasa?
LEO>ELA. ALFREDO.
¿No sabéis que vive allí
¡Ay, Olavio, que no soy ¿No venis? Una mujer que es mi hermana
Causa deste desconcierto! • OTAVlO.
Y su hija?
La culpa tuvo mi hermano, Voy. OTAVIO.
IJue me ha hecho hablar uu hombre,
LEONF.LA. Cosa es llana
Y que mudándome el nombre,
El me requebrase en vano. Vé á SU lado. Que lo supe y qui; lo vi.
Solo por amartelar {Vaiise.) Pero asi me fué forzoso
Una mujer con cautela. Para el intento que emprendo.
CELAURO.
ARISTO.
¿Cómo asi?
Ya no es posible Leonela, , Calle.
OTAVIO.
Que lo puedas remediar.
Porque pretendo
LEONELA. ESCENA XL Servirla.
¿Cómo no? Iré dando voces, CELAURO.
Y de allí le sacaré, CELALRO.
¿Qué?
Y que es mi esposo diré. Ya solo de mi engaño me .sustento, OTAVIO.
ARISTO. Ya no tengo mas vida que mi engaño, Soy su esposo.
No podrás, así te goces. Con este engaño mi tormento engaño; CELAURO.
LEONELA. Que es verdad el engaño en mi tormento.
¿Sábenlo mis padres?
Con engaño se alienta el pensamiento,
Pues si no , daréme muerte. OTAVIO.
Engañando su mismo desengaño [ño, ;

Y aunque este engaño ha sido por mi da- No.


ESCENA IX.
El mismo engaño en engañarme siento. CELAURO.
OTAVIO. — Dichos. Mas ¿qué me quejo del engaño ay ¡

[triste!
Pues es mal hecho.
OTAVIO.
OTAVIO. Si desteengaño tengo el alma asida,
No es.
Eso no, señora mia; Engaño que de muchos me divierte?
Sí lo han de saber después.
Que solo mi amor queria Poique con este engaño se resiste
La fuerza del engaño de la vida, CELAURO.
Ver si es el tuyo tan fuerte.
Porque todo es engaño hasta la muerte. ¡Sin saberlo ellos ni yo!
LEONELA. Meted mano, Otavio.
¡Jesús! ¿Que no es verdad? ESCENA XII. OTAVIO.
OTAVIO. Oíd.
No. ALFREDO, ARISTO, OTAVIO.— CELAURO.
LEONELA. CELALRO. No hay oir.
¿Cómo entraste? OTAVIO.
OTAVIO. ALFREDO.
Eso es furor.
Vi á tu hermano Aquí está Celauro. {Riñen.)
Salir fuera. OTAVIO.
LEONELA. Aquí ESCENA XIV.
Ese tirano Está Otavio que ha venido
,
BISELO LUPERCIO.— Dichos.
,

Nuestro disgusto causó. A ver en qué sois servido


OTAVIO. De mis cosas y de mí. RiSELo. [Dentro.)
CELAURO. Celauro riñe Señor.
Todo lo tengo entendido. ,

Apártense los criados.


Lui'ERCío. (Dentro.)
ESCENA X. OTAVIO.
Di , necio, que riñe el Cid.
Vete, Aristo.
CELAURO. {Salen Lupercio y Riselo desenvai-
ALFREDO.— Dichos. nando.)
Y tú también.
Fuera digo.
ALFREDO. {Vanse Alfredo y Aristo.) OTAVIO.
¿Es Otavio? ¡Cómo! ¿tres
LEONELA. ESCENA XIII.
Para un caballero solo?
Alfredo viene. Este es fraude engaño y dolo.
CELAURO, OTA VIO. ,

{Huye.)
ALFREDO. (A Olavio.) Valdránme manos y pies.
Mi señor que hablaros tiene. CELAURO.
¿Conoceisme?
ESCENA XV.
OTAVIO.
Notable desdicha ha sido. OTAVIO. ARISTO Y ALFREDO ,
que salen ri-

Sin duda que entrar me vio. Si , y muy bien. ñíí^rfo. — CELAURO, LUPERCIO,
¿Adonde queda? CELAURO. RISELO.
ALFREDO. ¿Y mis padres?
OTAVIO. ARISTO.
En la puerta
De FulL'encia. Son honrados. Tente, hombre.
! , ;, ,, , , ! , ,

LOS EMBISTES DE CELAURO. 101


ALFRrDO. CELAÜRO. I.ÜPERCIO.
Cuando riñe No es nada , á fe de caballero. Que no quiero preámbulos.
El amo, es son concertado LÜPERCIO. CELAURO.
Para que baile el criado Basta, Fulgencia...
Si es hombre que espada ciñe.
No lo digáis; que bien sé yo que en esto LÜPERCIO.
CELALRO. Lo que es nada es mí amor, para que Ay cuánto
¡ , lo temí
Déjale, necio. [pueda
ALFREDO. CELAÜRO.
Del vuestro merecer cosa tan fácil.
Huye perro. Fulgencia, digo,
, CELAÜRO. Aunque há diez años que tratáis sus co-
ARISTO. ¿Por eso OS enojáis? La sustentáis, la regaláis... [sas,
¡Tantos á uno
LÜPERCIO. LUPERCIO.
CELAIRO.
Pues ¿no os parece ¡Ay triste!
Dejalde.
Que es bastante ocasión para enojarme? CELAÜRO.
ALFREDO. Quiere bien á este Otavio.
¿ Esto se usa en amistad como esta?
No lo llevará de balde, En dos amigos ¿hay secreto alguno? LÜPERCIO.
Si con esta punta cierro. ¿Qué os he negado yo, no de mis obras, Eso es quimera.
{Aristo huye.) Que ese fuera de amor pequeño efeto Ni en mi vida le he visto por su calle.
Mas de mis pensamientos escondidos?
ESCENA XVI. CELAÜRO.
CELAÜRO.
Yo de dia y de noche y aun alguna

desenvainando. —
,
,

SABINO, gue sale Querido amigo amigo mió del alma


,
Le he hcdio salir della á cuchilladas,
El negaros aquesto no procede De que es Alfredo buen testigo.
CELALRO, LLPERCIO, ALFREDO,
De poco amor ni de que soy ingrato,
RISELO. LÜPERCIO.
Sino de ser negocio y causa vuestra.
¿Adonde
El amigo Lupercio que es honrado,
,
SABINO. ,
O cómo la habla?
A su amigo defiende con la espada
¡Fuera, bellacos! ¿Qué es esto? Sin darle pesadumbre con la ofensa. CELAURO.
¡A Lupercio, mi señor! Esta os importa que yo calle. No hay cosa mas ciega
LCPERCIO. LUPERCIO. Que un pobre amante. Basta, aquesto
LÜPERCIO. [basta.
Ten majadero, el furor.
, ¡Bueno!
¿Dónde vas tan descompuesto? Tanto mas encendistes mi deseo. Prosigue, buen Celauro : ya te creo.
CELAL'RO. Cuanto mi causa fué la defendida; CELAÜRO.
Que aunque los dos tengamos una cau-
Paso; no lo oiga Fulgencia. ¿Habian de llamarte por ventura
Yo moriré si no la sé. [sa
SABINO. Los días ó las noches que se hablasen?
CELAÜRO.
LÜPERCIO.
De cólera estoy perdido.
No creo Bien dices : ciego estoy.
RISELO. Que puede ser, porque es de pesadum-
Como Santelmo has venido, CELAURO.
LüPERcio. [bre.
Acabada la pendencia. Yo por tu gusto,
Esa es mayor. Y' temiendo disgusto desie dia
el
SABINO. CELAÜRO.
Rogábale á que dejase
este necio
¿No ha quedado por ahí Mirad señor Lupercio,
,
Su loca pretensión.
Alguna cosa fiambre? Que os va la honra en este desengaño.
LÜPFRCIO.
LUPERCIO. LÜPERCIO. ¿Qué mas hacías?
Vé, necio, á matar el hambre. Y en saberlo , Celauro , está mi vida CELAÜRO.
Apartaos todos de aquí. Mí honra, gusto y salvación.
Hoy, finalmente, vi que su criado
ALFREDO. CELAÜRO. Con un papel la hizo señas.
¿Si vuelven? Es cosa
LCPERCIO. LÜPERCIO.
Que tiemblo de decilla.
¿Dónde?
No volverán. LÜPERCIO. CELAÜRO.
CELAÜRO. ¿Sois mi amigo? En la ventana.
Entraos allá, LUPERCIO.
CELAÜRO.
mSELO. ¡Bien!
Sí soy.
^
A punto ponte. LÜPERCIO. CELAÜRO.
SABINO. Pues ¿qué dudáis? Llegué y quítesele,
Yo voy hecho un Rodamonte. CELAURO. Y viniendo á cobralle el dueño infame,
ALFREDO. Temo Resultó la pendencia.
el suceso.
Yo un Rugero. LÜPERCIO. LUPERCIO.
SABINO. El papel muestra;
i Oh
pesia tal Sacad la daga
! y dadme
Yo un Roldan. Por este corazón.
,
Que aun viéndole no creo que es pnsi-
{Vanse Alfredo, Riselo y Sabino.) CF.LAüRO. [t'le.
CELAURO.
ESCENA Ahora bien, sea Aun no le he visto yo. (Dale un papel.)
XVII.
Que mi desdicha quiso que palabras LCPERCIO.
CELAÜRO, LUPERCIO. Hiciesen la pendencia antes de tiempo; Celauro, escucha.
Que yo , Lupercio, le llevaba al campo. (Lee.) «Este necio de Celauro,
LÜPERCIO. «Mi vida, me in)iiide el verle;
LÜPEüCIO.
¿Qué ha sido aquesto? «Mas hov [lieiiso con su muerte
No dilatéis, Celauro, con rodeos
«Gozar ilesta empresa el lauro.
CELAÜRO. Mi muerte, mi disgusto, mí deshonra.
«No llores que es sin provecho
Todo niñería. CELAURO.
,

«Sino procúrame hablar;


LÜPERCIO. Va de deshonra, muerte y de disgusto. «Sí, por vida del lunar
¿Por qué has reñido? — Sabed que las mujeres en el mundo «Que cubre tu blanco pecho,
CELAÜRO. Nacieron para ser destruicion suya ; «(^uyo cabello sutil
Digo que no es nada.
Y que su|iueslo que haya muchas bue- «Es lazo de mi prisión.»
Virtüosas y santas, hay algunas [ñas. — No mas, no mas señas son ;

LUPERCIO. Ingratas eñ extremo al amor nuestro, De Fulgencia infame y vil. ,

¿Nada, Celauro y tanta pesadumbre?


, Falsas , lascivas , locas y perjuras. I No leo mas sus concetós,
; !! ! , , ; ! , , , , , , ,,, , , , ,; ; ,, ;

<02 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Bnstan estas señas ya LUPERCIO. ; Legitima mi ventura.
^tue oreo que las dará Es que quiero asegurar Cuantas hoy tenéis amor,
De otros mayores secretos. Tu sospecha mal nacida ;
Tened envidia al favor
¡
Av (le mi Verdad es lodo.
!
Que jurando por su vida, Que el cielo en esto me ha hecho
¡
Notable seña! ¿Qué dudo? Ño se la quiero quitar. Que fiieva del no sospecho ,

Porque saberla no pudo. Que imcde haberle mayor.


CELAIRO.
Sin gozarla, de otro modo. Y til, mi bien y mi dueño
Vamonos y in amor sella
Ay'Fuljíencia Ay enemiga! !
,
Dónde estás que estás sin mí?
;,
¡
Con que no vamos allá. ,

¿Estas tiis lagrimas son ? Ya no le tengo en empeño


¡ Ay de mi sana intención! LUPERCIO. Y'aeres inio, ya te di
_Ay de mi antigua fatiga No podráel alma, que está El alma en precio pequeño.
Ay de diez años de amor Abrasándose por vella. Ven á ver a(|ueslos ojos
Con tantas persecuciones! CELAURO. De tu victima despojos
Ay de mis obligaciones Entretenerte es mejor.
En cuyas niñas retratas
Fundadas en tanto error! El lalíecon (pie me matas
Otro hombre Vamos á jugar.
¡Tus señas otro liomhre Y me das celos y enojos.
1

! ¡

LUPERCIO.
De aquel cabello colgado,
En que estuve aprisionado No puedo; ESCENA XX.
Con los liierros de tu nombre! Que de verla tengo miedo,
Tu lunar ó luna amengua Y de no verla mayor. LUPERCIO , í;¿s//s¿Hío .
—FULGENCIA.
Su viva color leonada, CELAURO.
Ya de tu infamia eclipsada, ¿Verla? FULGENCIA.
Y menguada de tu mengua. LUPERCIO. ¿Eres tú , Señor? Si, él es.
¡Oh maldiga Dios mi boca,
, Impórtame infinito. Dame esos brazos que adoro ,

Que asi cele])ró esa luna CELAURO. Porque en tu i)rision estés;


Ese lunar, si otra alguna D(^janie asir el tesoro.
Le jura le besa y toca ¿ Eso Lupercio declara? el alma interés;
,
De toda
¡Malditas mis manos sean. LUPERCIO. Que cual suele el avariento
Que se dejaron atar Quiero ver si aquella cara Del cofre cada momento
De ese cabello al lunar, Pudo hacer este delito. (Vase.) Sacar el oro y contallo
En que otras manos se emplean! No menos avaro hallo
Y mi desdicha también ESCENA XVIII. Contigo mi pensamiento.
Sea maldita, enemiga, Que aunque te tengo y |)oseo
Pues á maldecir me obliga CELALRO. Si mil veces no te toco,
- Lo que laé todo mi bien. Símil veces no te veo,
¡Yo te amé yo te adoré
,
¿Hay entrañas de león Pienso que te tengo en poco,
Yo estuve engañado asi Mas crueles que las mias Y que ya no te deseo.
C1.L.\UR0. Veneno en áspides frias , •
Eres nii tesoro , en quien
Ni en Grecia mayor traición? Las armas de su hacedor
¡Oh por Dios vuelve ya en , tí
¿Hay mas furia en el abismo? Se ven esculpidas bien...
LLPEUCIO. Ño es posible antes recelo ; — Ay ¿ que es aquesto Señor?
¡
! ,

Tarde ó nunca volveré. Que no ha hecho cosa el cielo Qué enojo es este y desden?
CELAURO. Como yo, sino yo mismo. i
Vos el sombrero en los ojos!
Ves cómo fuera mejor
;,
Amor ¿qué es tu pensamiento?
, ¡Vos los ojos en el suelo.
Mas ¿qué pregunto yo ,
te Que estos tienen por despojos!
Dejarle estar con tu engaño?
Después que el alma te dio Decidme por Dios del cielo ,
LUPERCIO. ,

Su razón y entendimiento, Si tenéis conmigo enojos.


No entendí íjue el desengaño Pues querértela pedir Mi bien , alm.a desla vida
Viniera con tal rigor, Es verme de mi dislinto? ¿Qué os he dicho? Qué os he hecho?
No entendí (jue una mujer Ya estoy en el laberinto ¿No habláis?
Fuera tan mujer, Celauro. O he de salir ó morir. (Vase LUPERCIO.
CELAURO. (Ap.) ¡Ah, mujer fingida,
Hoy mi perdición restauro. \spid que entraste en mi pecho,
Este la ha de aborrecer. Sala en la casa de Liipcrrio Y esiás en el alma asida!
LLPERCIO. Sanguijuela de mi honor,
Quédíite aquí. ESCENA XIX, Qiif Vil ('I pegada has sacado ,

'i'(j(ia su sangre nuíjor;


CELACnO.
FULGENCIA. Fuego en nieve disfrazado.
No , por Dios
Pensamiento de traidor,
Que querrás irla á matar. Cuánto, y con cuánta razón Amigo vil que te alejas
LLPERCIO. Arrogante debo estar En viendo pobreza y quejas;
Bien se puede asegurar lúzgucli) (|iiien suiío amar Víbora que concebí.
Que hay una vida en los dos. Y tuvo satisfacion. Que para salir de mí
CELALRO. Amo un hombre que es espejo El pecho abierto me dejas
Dame la palabra aquí De hombres en talle y consejo Rayo que me has abrasado
De no locarla. Con quien mil contentos gozo , Dejando sano el vestido;
LÜPERCIO. Para mi regalo mozo, EiKMnigo perdonado,
Si haré. Y para mi honra viejo. Ingrato que me has vendido,
CELAURO.
Galán discreto aseado.
, ,
Y "deudo que me has negado;
Limpio apacible animoso,
, , F:nmascárada homicida,
Jura
Liberal cuerdo alentado
, ,
Calentura lenta asida
LCPERCtO.
De mi vida cuidadoso Con tan tibio pnjceder
Por Dios y su fe.
Y de suya olvidado
la ; Que no se echando de ver
CELAURO. Casado ,aunque de secreto Está acabando la vida;
Otro juramento di. Conmigo que fué el cíelo, F'uego secreto sin llama.
LUPERCIO. Mas alto de voluntad , Que nunca de abrasar cesa
Cuando tuvo á su amistad Vil en obras , casta en fama
Pues por vida de la lumbre
Mi entendimiento sujeto. Arpia en mi alegre mesa
Destos ojos que es Fulgencia.
,
Aunque ¿á cuál piedra tan dura Y Clilemneslra en mi cama;
CELAURO. Dos hijos no enternecieran .Mujer de <]uien este ser
¡Jrramento de conciencia! De tan nolahle liermo.snra? Aun no (juisicra tener,
¿Es ironía ó costumbre? Que bastardos nunca hicieran Mujer que tan mal viviste,
,,:;; ,, , ,; ,: ;
;,,, , , ; , , ! , ,, ,

i LOS EMBUSTES DE CELAURO. 103


tüPERCIO.
Que por ser mujer quisiste Tú con el desnudo acero.
Hechos piedras los oídos. Los hijos no ; celestiales
L'ejar de ser mi mujer... da y envia.
Que ei cielo los
— Abreviemos de razones Inexorable y severo;
Yo cual víctima inocente, FÜLGENCIA.
Sin hablar, sin preguntar
Causas justas ni ocasiones Y el ángel que condolido Llevaos á Esteban , Señor...
Teestá'diciendo: «Detente,»
Que esia daga ha de pasar LCPERCIO.
Aquí tus dos corazones En mis entrañas nietido,
Y á la ejecución presente. Aunque él mismo lo suplique.
El mió que está en el tuyo
El te detenga y Dios sea Yete infamia de mí honor.
Y el luyo que está en el mió. ,
,

Concluye; que aquí concluyo. En mi guarda. FLLGENCIA.


FULGEXCIA. (Va él á darla con la daga y se detiene.) Dejadme, Señor, á Enrique,
Si eso es justo, señor mió, LL'PERCIO. Que me costó mas dolor.
Matadme aqui estoy no huyo.
, ,
(Ap. ¿Qué temor Dejádmele señor mió ,

Pero si acaso no es justo Me detiene, que no. vea Porque un retrato me quede
Decidme vuestro disgusto... La venganza de mi honor, De esa cara, talle y brío;
— Mas esta réplica es fea Que es'lo que el alma desea? Que este consolarme puede.
Que para que justo sea ¡Oh amor que en tener mi acero
,
Va que os vais con tal desvío.
Basta ser de vuestro gusto. Como con alas estás,
Veis aquí el pecho, | asalde Eres ángel, aunque fiero! ESCENA XXIII.
De suerte que no loquéis Basta , que pudiste mas
Este inocente; guardalde Basta ; obedecerte quiero. SABINO con , los dos niños.— Dicnos.
O heridme si vos queréis, Y pues (jue nadie ha sabido
Y por la herida sacalde Que con esta estoy casado, SABINO.
Que os juro, dulce Señor, ¿Qué obligación me ha corrido? Aquí los niños están.
Que en mi vida os ofendí Qué léveseme han obligado LLPERCIO.
Si no es ofensa el amor De las que tiene un marido?
Que quereros mas que á mi
el Alto, dejalla es mejor.)
Vente conmigo.
Me obligaba á algún rigor. SABINO.
'iHola, Biselo, Sabino!
Hoy salisíes de mis brazos Yo iré.
¿Por qué casos tan siniestros
Queréis hacerlos pedazos
ESCENA XXI. FL'LGENCIA.
Espérate y me verán
Pudiendo hacer de los vuestros
A mi cuello estrechos lazos? SABINO, BISELO. — Dichos. Que verlos yo no podré,
;
^

¿Qué os han dicho , mi señor, Según mis lágrimas van.


RISELO. Hijos, yo soy la mujer
Dulce bien mío y mi vida
Que con tanto desamor ¿Qué es lo que mandas , Señor? Del mundo mas desdichada.
Me llamáis vuestra homicida, LLI'ERCIO. Vuestra madre solía ser;
Fe falsa y paz de traidor? Ya soy madrastra culpada,
En lo que hacer determino
Que de que vos me matéis Será replicarme error;
Y que no os tengo de ver.
Que soy vuestra humilde hechura, Si acaso vivís y acaso
Porque, vive Dios, si al hecho
,

Ningún agravio me hacéis; Sabéis por ([uién esto paso


Que intento replica en nada
Siento pormas'desventura provecho, Vengadme del hijos míos. ,

Alguno, aunque sin


Solo el ver que me afrentéis. Que la cruz de aquesta espada LLPERCIO.
¿Queréismelo decir? Le sirva muriendo al pecho. Qué notables desvarios
¡

LL'PERCIO.
SABINO. Cuando en cólera me abraso!
Calla, Quítalos de ahi.
¿Pues, Señor, ¿qué ira es esta?
Calla sierpe venenosa
, FLLGENCIA.
LLI'ERCIO.
Que entre la yerba se halla, ¡Señor!
Flor de adelfa, araña en rosa, Vaya no haya mas respuesta.
,
—Ángeles, besadme.
Con mas hierros que una malla. Traed á Esteban y á Enrique.
FLLGENCIA. LLPERCIO.
Ko quiera? saber lo que es
Suelta.
Que no habrá muerte decente. Ea, nadie le replique.
Fl'LGENCIA. FLLGENCIA.
SAGINO. (Ap.)
Alto, Señor, si asi es. ¡A mí con tanto rigor!
Tragedia ha sidola fiesta.
Dejadme como inocente ,
,
LLPERCIO.
Que me arrodille á esos pies. ( Vanse
Sabino ij Biselo.)
Suelta, adúltera, resuelta
Ya que todo se me niega
Que cubráis mis ojos ruega ESCENA XXII. En la infamia de mi honor.
FLLGENCIA.
Con una toca mi boca ;

Pero no ha menester toca LUPEBCIO FÜLGENCIA. , ¡Gracias á Dios, que ya sé


Mujer que ha estado tan ciega. Por qué es aqueste castigo!
LL'I'EHCIO. FLLGENCIA. ¿Yole he ofendido?
¿Que cubra me persuades ¿ Y no podré yo saber LLPERCIO.
fus ojos? Oh error profundo
¡
! Mi señor, dónde los llevan? Y no fué
Bien salden sus liviandades , LLPERCIO. Ese lunar mal testigo
Que no hay ya toca en el mundo has de ver. Del eclipse de tu fe.
Donde no los
r.on que cubrir tus maldades. FLLGENCIA.
Esa toca es que me toca FÜLGENCIA.
Pues ove.
Matarte y lavar mi honor, Señor! Enrique ay y Esteban
¡ ¡ ¡ !
LLPERCIO.
Y si á toca me provoca Partid con esta mujer.
No hay mas que
,
oír.
Es para cegar a amor LLPERCIO.
Que esta sentencia revoca. FÜLGENCIA.
Ya no que no lo eres mia.
Porque aunque es ciego es de arte ,
;
¿Dónde vas?
Este mi amoroso fuego. FÜLGENCIA. LLPERCIO.
Que para no perdonarte. Mi bien, mi señor... Aun monte voy.
Ha de estar dos veces ciego LLPERCIO. FLLGENCIA.
Porqueuna venda no es (¡arte.
Desvia. Allá te quiero seguir.
FUI GKNCIA.
FLLGENCIA. LLPERCIO
Tres estamos á e-le fiero Malaréte.
Sacriiicio prevenidos; ¿N'o son bienes gananciales''
, , , , , , , ! ,
; ! ,
! !! , , , ,

104 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARnO.


Fl'LGK.VCIA. De Tisbe hizo pedazos animosa? Que al tiempo que yo rezaba
Muerta estoy. Que no haya miedo que enire La virtud vestida andaba
No he de volver á morir. En otra cueva que su mismo vientre. \ las [lersonas ilesnudas.
LUPERCIO. Ahora, por la in(¡uielud
Vuélvete. ESCENA II. Con ipie se alteran las vidas,

FrLGEXCIA. Van las personas vestidas,


Señor...
DELARDO, SIRENO, FELICIO.—FUL- Y desnuda la virtud.
GENCIA. SlRENO.
LUPERCIO.
Dejaos de filosofías.
Detente; RFLARDO.
Que aumentaré tu castigo. BELARDO.
Par diez que se ha de comprar
,
Padre padre yo no os quiero
,
FLLCE.NCIA. El sayuelo y la basquina ,

Aqui para consejero.


¡Hijos, hijos! Aunque se venda la viña,
LIPERCIO.' que no me he de casar. FELICIO.

¡.\h insolente! FELICIO. No llegarás á mis dias.


FULGENCIA. No digo que no muchacho. ,
BELARDO.
Son ' que sea conformo al dote. ¿Pensáis í|ue son muchos daños?
A Dios poncro por testigo
¡riega á las desdichas mias.
Que estoy de culpa inocente. BELAriDO.
Que no llegue á vuestros dias
¡ Oh pesar de mi caí ote
Y pase de vuestros años!
Ya deeis que estoy Itorracho.
¡Voto al sol y á treinta soles, SlRENO.
ACTO TERCERO. Que han de ser los mas polidos ¡ Hola ! ¿quien va por aquí?
FELICIO, FELICIO.
¿Ha de irse todo en vestidos? ¡ Ay Dios ¿y qué puede
! ser?
Bosque cercano á un pueblo. ¿Somos por dicha españoles? FULGENCIA.
SIUF.NO. mujer
ESCENA PRIMERA. Soy una triste
Callad, Felicio, en buen hora, Que por serlo me perdí.
FULGENCIA. Dejad que su esposa vista. BELARDO.
FELICIO.
¡ Válame Dios ! ¿ De qué suerte?
Desesperados pasos, Que la vista y la revista FULGENCIA.
¿Dónde lleváis tan lejos de la muerte, Que ya yo sé que la adora,
Des[.ues de varios casos Y también sé que merece Un hombre que me sacó
Mi triste vida? Pues mi triste suerte, La muchacha cualquier cosa De mi casa me dejó ,

Aquí en manos de la muerto.


;

si no la pone en medio, Que, á la fe, es limpia y hermosa.


Ño puede liallar á tanto mal remedio. Hollóme, y en la es¡iesura
SIRENO. Desta montaña quedé
\ tu, causa de todo,
Pues si es eso , ¿ qué os parece ? '^onde hasta ahora no hallé
Lujiercio mió, ¿dónde vas huyendo.
No es justo , pese á mi sayo Ni el lugar ni la ventura.
Sin advertir el modo ,,

Con que te van mis lágrimas siguiendo, Que se Ío compre de seda? ¿Cómo se llama esta ald^a?
Que ya mis pies se quedan FELICIO. SlRENO.
Atrás, pues no podrán cuando mas pue- Ved i
lo que el demonio enreda La que veis es San Germán,
Cual la tigre parida [dan? BELARDO. Y por esta senda van
A quien el cazador los hijos lleva, Vended mi buey. A Olavia y á Claridea.
Y en los hijos la vida. BELARDO.
FEI.ICIO.
Salgo furiosa de la oculta cueva
¿Cuál? Padre ¿veis este vestido?
Y voy al agua adonde ,

Entre la tierra y mar me los esconde. BELARDO. FELlClO.


Días há que camino El bayo. Pues bien.
Por este monte en busca tuya, ingrato, FELICIO. BELARDO.
Con tanto desatino. ¡ Hay
locura El bayuelo
tal ! ¡
Pues asi ha de ser.
Que de ninguna fiera me recato; ¿Tal alhaja has de vender FEI.lClO.
Que no puede haber íiera Para dar á una mujer
¿Quiéreste echar á perder?
Que iguale tu crueldad y tu carrera. Una basquina y sayuelo? BELARDO.
¿Dónde llevas, tirano. BELARDO.
Esos pedazos de mi sangre y vida. No , padre ya estoy perdido.
,
Pues bien ¿ es el buey persona ?
,
Si ya tu propia mano {Lleva á un lado á Ftilgeticia tj la ha-
¡La comparación es linda!
No ha sido de las suvas patricida, bla aparte.)
¿No me sirve mas Lucinda,
Y en I arte los desniienibra Que cuece guisa ; Sabréisme
acaso decir.
, y jabona?
Y cual Medea por la tierra siembra? Dueña que Dios os mantenga
SI RENO. ,
¡Oh (|ué dura venganza! Mientras vuestro amante venga,
¡Oh qué fiereza de hombre nunca vista! Y mas si es porque te ama, Y en después hasta morir.
Y mas que la esperanza Y tú la tienes amor. os costó la ropa y saya?
, Qué
Por mas que á mis temores se resista BELARDO.
FULGEXCIA.
Conoce que no puedo Sí que un buey será mejor
Cobrar el bien de que desierta quedo.
i ,
¿Para qué queréis sabello?
Para acostalle en la cama
Pues ¿qué tarda la muerte. Padre caminad (pie hoy quiero ;
BELARDO.
,

Que no acaba una vida tan errada Comprar sayuelo y íaldJÍla No me va tan poco en ello,
Pues no hay cosa que acierte, El mejor que halle en la villa. Cuando sabido lo haya;
M alguna en que no viva lastimada?
FELICIO.
Porcpie sabed que me caso,
Y ¿en qué tendrá esperanza Si no lo habéis por enojo,
Quien desea su mal, y aun mal no al- Tú gastas bien tu dinero. Y me ha venido en antojo
¿Posible es que no pueda, [cunza? BELARDO. Vestir la novia de raso.
Ya que el dolor no pueda, el miedo En vuestro tiempo ei a bien Este buen viejo es mi padre,
Desta áspera arboleda [grave Vestir las novias de paño. Gran hombre de mi desprecio;
Tanto en mis tuerzas, que mi vida aca- Sabed padre, que este año
, Pero sabed que es un necio
¿ Quién dice que es flaqueza, [be? Se muda el paño tamhien. Desde el vientre de su madre.
>i fué , nuestra común naturaleza? FELICIO. Diz que de paño no exceda,
¡AyDios! qué gran rijido! Que la seda viste el Rey;
¡
Pues bien haces si le mudas;
j Si fuese alguna fiera rigurosa Y yo con vender un buey.
Comü la que el ves'iuo 1
* Si20. Hago una reina de seda.
! , ; , , , ; ; ,, : —
,

LOS EMBUSTES DE CELAURO. 10o

Oiiprria saber de vos SABLNO. SAPINO.


A qué os llega saya y ropa. Yo te juro No lo dudes.
FLLGKXCIA. Que le han llorado bien aquestos ojos. GERARDO.
Mis desdichas van en popa.) FELICIO. Dinie lo demás.
(.\p
Gerardo es este, el dueño déla hacienda. SABINO.
¿Que te casas?
CELARDO. — Retírate, Sireno, enUe estos árboles: Casóse,
No nos llame baldíos, como suele. Y vivia mas contento.
Si par Dios.
,

SIRENO. Libre de tantos temores;


FILGENCIA. Pero como á las espaldas
Vamos; que trae pesadumbre, y creo
¿Sabes qué es el casamiento? Del bien siempre el mal se esconde,
Que este paje chismoso le ha traído
BELARDO. Algunas travesuras de Lupercio.
Y el oro de la fortuna
Se gasta, y descubre el cobre
In buen dia cena y baile
,
( Vaiise Felicio y Sireno.)
Comenzó un infame amigo
Y aun me sé que cierto fraile A traellos desconformes
Dijo que era sacramento. ESCENA V.
De manera que á Lupercio
Pero lo que futiré sea .

Cuando el hombre tiene amor,


GERARDO, SABINO. Le dijo dos mil traiciones.
La última fué de suerte.
Nunca escoge lo mejor; GERARDO.
Que el triste una triste noche
Que no hay ojos con que vea. ¿No me dirás la causa que fué origen
Ya les rogaba yo allá
Tomó sus hijos, y fuese
De aquesta desventura? Por monte.
lo oculto deste
Que me la diesen á cata.
SABINO. Siguióle la triste dama;
FCLGEXCIA. Tu dureza. M;is no es posible que cobre
Hopa tendrás mas
barata, GERARDO. Sus hijos ni su esperanza.
V en fin la tienes acá. Ni ellos vuelvan ni ella torne.
Ne te piden, Sabino, mis desdichas
BELARDO. Que las resuelvas tanto. Yo que los iba siguiendo
,

¿Cómo? Perdilos junto á la torre


SABINO.
Que esta montaña atalaya
FULGENCIA. Pues advierte..
Dando suspiros y voces.
Truécame el vestido GERARDO. Donde creo que ella ha muerto
Por alguno de sayal. Prosigue las obsequias de mi muerte. Por la maldad de aquel hombre,
BELARDO. SABINO. I
Y que Lupercio y sus hijos...
Par Dios, que sois liberal. Después que de aquesta aldea ¿Lloras?
GERARDO.
FULGE>CIA. Pasó Lui)ercio á la corte.
Trocando en galas de hidalgo ¿No quieres que llore?
Bien se ve en lo que he perdido. I

Las abarcas y el capote ,


Parte, Sabino, otra vez ;
BELARDO. Sacó el talle de la funda Llama mi gente y pastores.
Venios conmigo quedito, Mas gallardo, airoso y noble Lleva toda aquesta aldea ,_
Que os daré ropa y dinero; Que jamás tuvo mancebo Si no quieres que me arroje
Que es este viejo un parlero. De cuantos tiene el Piamonte. Desta peña en este rio.
FULGENCIA. Pusieron en él los ojos Que de mis lágrimas corre
Muchas damas; pero vióse Ten lástima que estas canas
Vamos. (Ap. Hoy mi dicha imito. El suelo de yerba adornen.
Ya no hay temor que me rinda Que el amor es accidente,
Y que es gusto el que se escoge. ¡Ay mis hijos!
Segura podré pasar.) SABINO.
De todas amó á Fulgencia
BELARDO. Que era á su gusto conforme Quiera el cielo
Pardiobre, que ha de quedar Que parece, á ser posible. Que los halle , y tu los goces, (yase.)
Hecha una reina Lucinda. Que las almas se conocen. GERARDO.
Yanse Fulgencio y Belardo.) Mujer hermosa en extremo,
( ¡Cuan mal lo que dél está
Y bien nacida aunque pobre.
,
Quieren impedir los hombres!
ESCENA III. Secreta en sus libertades, Como la fortuna es vidrio.
Y astuta en sus condiciones. Cuando mas luce se rompe.
FELICIO,SIRENO. Desde el dia que Lupercio
¡Ay Lupercio! Ay hijo niio!
Comenzó á decille amores. Pues te llamo y ño respondes.
FELICIO. Nació Lucrecia otra vez Ni habrá bien que no me falle,
¿Fuese aquel Si reno? Otra Porcia y Peneiope.
,
Ni habrá mal que no me sobre.
SIRENO. Comenzaron á quererse.
Sí,
Creciendo amor desde entonces, ESCENA VI.
Tanto, que en edad de niño
Y se llevó la mujer.
Fué gigante en sus pasiones. FULGENCIA, en traje de serrana.—
FELICIO. Diez veces dio vuelta Febo GERARDO.
¡Verá el diablo O discurrieron diez soles
SIRENO. Del .\ries al Pez y fueron ,
FULGENCIA. {Sin ver á Gerardo.)
Es Lucifer. Las lunas diez veces doce, desdicha valiera.
Si á la
Mientras preso amor le tiene; Como la que yo he tenido.
FELICIO.
Que dicen que cuando coge, Mudar el ti aje y vestido
Asi, cuando mozo, luí. Abre una puerta de cera , Para que no conociera ,
Pero temo su salud; Y cierra cuatro de bronce. ¡Cnán libre delia quedara
Que aunque es la dama polida. Nacieron de aqueste trato Déla manera que voy.
Asi sola y bien vestida Dos niños como unas floi'es; Pues apenas de quien soy
Arguye poca virtud. Llamanse Esteban y Enrique: Sola una |>arte declara !

Permita Dios que se logren. Troqué el vestido... ¡Aydemi,


ESCENA IV. Lupercio viendo á los ojos Que hablaba sin ver que había
Sus hijos y obligaciones. Quien escucharme podia!
GERARDO SABINO. — Dichos.
,
Ellos dos y dos mil ellas, ¡.lesus! ¡Cortesano aquí!
Quiere que la deuda cobren. Pero este debe de ser
GERARDO.
Casóse con gran secreto, El señor de aquesta hacienda.
¿Queme cuentas Sabino? ,
Y cree que corresponde Aun no sé si hablarle emprenda.
SAlilNO. Esto á ser noble y cristiano, GERARDO.
Lo que oyes. Y lo contrario se opone. ¿Quién sois, hija?
GERARDO. GERARDO. FULGENCIA.
¡Hay tan extraño caso! ¿Que se casó? Una mujer.

It
; , , , ! , ; ;

i06 CO.MEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


GERARDO. BELARDO.
GERARDO.
¡Sucesos extraños! ¡Qué! yo no tengo temor.
¿Qué buscáis ?
¿Que le serviste? {Ap. ¿Si habrá por adonde huya?)
Fl'LCENCIA.
FIM.GENCIA.
Dígame por vida suya,
,
Dueño, Señor; ¿Es ladrón ó salteador?
Que he perdido el que tenia, ¿Pues no?
LUPERCIO.
Quiza porque le servia GERAUDO.
Con tal cuidado y amor. A ver aqueste vestido.
Dizque se casó con ella.
Si vi vis en esta aldea. BELARDO. {Ap.)
Servios de mi persona. FULGEXCIA.
El me le quiere quitar.
Que mi desdicha me abona Merecíaselo ella.
LUPERCIO.
Para que liadora sea GERARDO. Ay triste!
i

()ue si me desamparáis, ¡Ay hija, que le engañó! BELARDO.


Si'^nin mi tristeza es fuerte, Pasan de seis mil ducados No hay que mirar;
Luego me daré la muerte. Los que do renta tenia. Que en verdad que está polido.
GERARDO. Pero contadme, hija mía. Y que para no mentir.
¡Ay hija! ¿Tan triste estáis? Sucesos tan desdichados. Para una novia se ha hecho;
FVLGENCIA. FULGENCIA. Mas viéncle un poco estrecho,
igual en el mundo. De aquí á casa señor mió, Y llevóle á hacer abrir.
No tengo ,

GERARDO. Os diré cuanto ha pasado. LUPERCIO.


GERARDO. ¿Quién te dio villano, infame,
Por triste quiero acogeros, ,

Por consolarme de veros Basta que al


;
cielo han llegado Este vestido ?
Los suspiros que le envío. BELARDO.
Triste en mi dolor profundo.
FLLGENCIA. Sin este consuelo os llevo Ay, Señor!
¡

¿triste estáis?
Por prenda suya también. Piedad.
Luego LUPERCIO.
GERARDO. FlILGENCIA. {Ap.)
¿Que este es padre de mi bien?
¿Qué piedad, traidor,
Estoy
Sin que tu sangre derrame?
Perdiendo á gran prisa el seso ¡Oh cielo cuánto te debo
,

Qué se ha hecho la mujer


Del daño de un mal suceso. [Yanse.) ¡

A quien desnudaste?
FULGE.NCIA. BELARDO.
Sin duda á mi centro voy.
ESCENA VII.
¡Ay triste!
¿Qué daño os ha sucedido? LUPERCIO. LUPERCIO.
GERARDO.
Di presto lo que la hiciste.
He perdido un honrado hijo Ásperos montes, de tinieblas llenos BELARDO.
Por no haberle yo estimado Por resistir al sol con vuestras ramas ,
¿Debimela de comer ?
O no haberle merecido. Cuevas de lobos, y leones camas.
LUPERCIO.
Y porque Dios me depare De sierpes, basiliscos y venenos;
Lo que perdí estoy contento
, Cielo, que con relámpagos y truenos Di presto ó aquesta espada
,

De daros acogimiento. Su intrincada maleza desenramas, Te hará otra lengua en el pecho.


Y por entre estos robles y retamas BELARDO.
FL'LGENCIA.
Quieres herir los infernales senos Ni la desnudé ni he hecho ,
El os le traiga y ampare.
Aguas, que despeñadas de la suerte Cosa en que fuese agraviada.
¿Es muy pequeño ?
Que el llanto mío, vais porcampos rasos; LUPERCIO.
GERARDO.
Que no hay estío que su yerba queme Pues ¿cómo hubiste el vestido?
Es ya hombre. Si no es este camino de la muerte. BELARDO.
FULGENCIA. Decidme, ¿dónde van tan tristes pasos?
Señor, un novillo overo,
¿Cómo se pudo perder? Que quien desea morir, la vida teme.
Celoso, insufrible y tiero,
GERARDO.
Y de mi ganado huido,
Poruña mala mujer, ESCENA VIII. I
La mató en está sendeja,
Que tiemblo en decir su nombre. 1
Y dos pastores y yo
BELARDO con el vestido de Fulgen-
FULOEXCIA. ,
Luego al punto que espiró
¿Era en aqueste lugar?
c¿a. — LUPERCIO. La lievamos á la igreja ,
GERARDO.
Y á mí me cupo del hato
BELARDO. Esto que veis.
No, hija; en la villa fué, ¿Hase vido igual ventura ? LUPERCIO.
Adonde yo le embarqué ;Que así me diese un vestido Que un novillo
¡
Para perderle en la mar. tan costoso y tan polido? La ha muerto!
Que si aqui en aquesta sierra. Todo este mundo es locura. BELARDO.
Adonde yo lo he criado, Lucinda, que sayal viste. Entre este tomillo
Le hubiera siempre guardado De aquesta seda se agrada,
Menos peligros encierra. La dio la vuelta del gato;
Y estotra, á seda enseñada. Y aun en verdad que discierno
FÜI.GENC1A. Quiere .sayal pardo y triste. liistintamentesumal;
¿Cómo, Señor, se llamaba? Esto es ya cosa entendida señal
Que a(iuí ha de estar la
GERARDO. Y averiguado argumento Por donde la metió el cuerno.
Lupercio Y es que nadie está contento LUPERCIO.
FCI.GE>XIA. Del estado de su vida.
¡Oh, cuál se le ha deponer Suelta, ¡maldígate Dios!*
Válame Dios! asombre! Villano, vil, ignorante,
Lucinda, aunque
¡
al viejo
GERARDO.
LUPERCIO.
O quítateme de delante.
Hija, ¿conocéisle vos? Porque haré, si me replicas.
{Ap. Quiero pedir áesto hombre Lo (pie Hércules cuando Licas
FLLGENCIA.
Si trae algo de comer.) De Deyanira su esposa
Si Señor, con él estaba. ¡Buen hombre! La camisa ponzoñosa
,

GERARDO. BELARDO. Le trujo y le dio (mi presente.


¿Cómo? ¡Válgame el cielo! BELARDO.
FL'I.GENCIA.
¿Quién sois? Yo me iré tan brevemente ,
Servíle diez años
LUPERCIO. Que su merced no lo vea.
Allí en casa de Fulgencia,
Y eso lloro en mi conciencia. Soy un peregrino.
no hayáis recelo. 1 Verso suelto entre aconsonantadus.
¡Ay,ay! No temáis ,
,!,,, , , ,, ; ,, ,, , ,

LOS EMBUSTES DE CELAURO. 407


(Ap. ¿Que para tan poco sea, Adonde serán comidos Entrada de un pueblo.
Oue asi me deje engañar? De algún oso ó tigre fiero,
Que este se me ha de quedar O si aquí me desespero. ESCENA XII.
Con mi vestido? ¡Hay tal cosa! La hambre podrá matallos?
¿Qué liará mi Lucinda hermosa? Mejor será sustentallos LUPERCIO , con sus nuos.
Bañará en agua el jardin, De aquestas silvestres frutas,
Rosa clavel y jazmin
, Y del agua destas grutas, LUPERCIO.
De su rostro c'eiestial. Áspera fria y salobre, Reliquias de aquel ángel que ya pisa ,
,

Pasando esta vida pobre Con su dorada plántalas estrellas,


LUPKRCIO.
En penitencia que abone Mirando a(jueste llanto con su risa,
¿Hay pena y desdicha igual Y los suspiros con que llego á ellas
Como lo que miro y toco? El haber muerto á Fulgencia,
Si puetle haber penitencia No os espantéis si os traigo tan aprisa
BELARDO. (.4/;.) Cubriendo de agua vuestras frentes be-
Que mi delito perdone.
Dasta, que este, haciendo el loco, [llas;
Se queda con el vestido. ESCENA X. Que no guarda mi vida mas la vuestra
LUPElíCIO. Fn fortuna tan áspera y siniestra.
Villano , ¿que no eres ido?
BELARDO, FELICIO, SIRENO, OR- Hijos estas pequeñas caserías
,

CELARDO.
SINDO, PINARDO. — LUPERCIO. Fueron de vuestro padre nacimiento.
Aquí gocé de mis primeros días.
g. Esperad que voy por gente. (Vase.) BELARDO.
;
Libre del mal queen los presentes siento.
Digo que me le quitó, Todas aquestas huertas eran mias
ESCENA IX. Y que con él se me va. Y cuanto por aquí refresca el viento.
SlRENO. Pues hoja sin ser mía no se mueve
LUPERCIO.
¿No sabremos dónde está ? Ni oveja arroyo destos prados bebe.
Trae diez trae doce, trae veinte, Mi padre quiso que á la corte fuese
, BELARDO.
Trae mil, trae el mundo todo, Al apuntar de mi primero bozo,
Entre estas ramas quedó.
Porque ya yo estoy de modo Y el cíelo quiso que á •Fulgencia viese.
OliSINDO. La madre vuestra y de mi honor destrozo;
Que no tengo qué temer.
Estos espesos castaños Y el amor quiso que á un traidor creyese.
¡Triste! ¿Qué habemos de hacer.
Muerta aquella que solia
Un ejército cubrieran. Libre y precipitado como mozo
Ser alma por quien vivia LUPERCIO. (Ap.) Para perder por tan ligera cosa
Este espíritu cansado? Estos villanos se alteran Vosotros vuestra madre, y yo mi esposa.
Que aunque es verdad que afrentado Para aumento de mis daños. Llamemos pues, á ver si algún criado
Di en venirme como loco. Quiero del monte salir De los quecuancío está mi padre ausente

No la he querido tan poco Con mis hijos al aldea; Ciuardan su casa, nos da un pan prestado
Que aunque me agravia la olvide. Que ellos son causa (pie sea Ó de limosna en la ocasión presente.
¡Oh cielos! venganza pide Hoy mi enemigo el morir; Cual pródigo á sus puertas he llegado;
La muerte de nii Fulgencia: Que si hijos no tuviera Pero guardo ganado diferente
Por eso diulme paciencia Que son del alma pedazos, Que sois vosotros mis corderos tiernos,
O quitadme el sentimiento. O los matara en mis brazos, Quejosos de mis ásperos gobiernos.
Toro feroz y sangriento. O entre sus brazos muriera. (Vase.) ¡Ah de casa! Ah gente honrada!
Que mueras corrido en coso, ¡Criados de buen señor !

¿Cómo mataste celoso ESCENA XI.


A quien yo no la di muerte, ESCENA XIII.
BELARDO FELICIO SÍRENO OR-
,

FULGENCIA. — Dichos.
, ,

Siendo mi celo mas fuerte


SINDO, PINARDO.
Y el dueño de aquella ofensa?
¡Plega á Dios que en recompensa PINARDO. FULGENCIA. (Dentro.)
De tu contrario vencido, ¡Pardiez Orsindo! si él era
,
¿Quién está ahí?
Bramando vayas huido Salteador, no andaba á solas. LUPERCIO.
Entre esta ciega espesura Ya que bandera enarbolas.
Plega á Dios que la ligura ¡Qué furor!
i Forme escuadrón tu bandera:
En que eres signo del cielo. Puerta rica al fin cerrada. ,
No quede mozo ninguno
Caiga de su esfera al suelo, ¡Ah Señora! ¿Habrá por dicha
En San Germán que no venga.
Y mil pedazos te haga! Para dos niños y un padre.
FELICIO. Si acaso haber sido madre
¿Qué habrá que mesatisfaga,
Cielos, Fulgencia perdida^
Como desto aviso tenga , Os mueve á ver su desdicha.
¿Para qué quiero la vida?
No creo que falte algu.io. Algún pedazo de pan?
¿Hay alguno que la quiera? Vendrá Peloro, Salicio
FULGENCIA. [Deiitro.)
Nemoroso, Alfesibeo,
¿Xohay un áspid una llera? , ¿Hijos decis?
Felinardo, Hosileo
Mas ¿por qué me desesporo? LUPERCIO.
Pán'.ilo, Ergasto y Claricio,
¿No me agravió? Pues ¿(pié quiero? Hijos digo
Qué pretendo? Qué me mala? Que cada cual por el cuerno
Derriba al suelo un novillo. De madre muerta.
¿No fué á mis obras ingrata?
Pues ¿qué su muerte lamento? BELARilO. FULGENCIA. (Dentro.)
Mas ay que sin fundamento
; !
Pardiez, que me maravillo ¡Ay amigo!
Di crédito á un falso amigo De vuestro engaño y gobierno. ¿Son los que con vos están?
Y sin parte y sin testigo Cuando este salteador LUPERCIO.
Quise pronunciar sentencia Tenga tres hombres , es todo. Estos , mi señora , son.
Contra la humilde Fulgencia, ORSINDO. un panecillo.)
(Sale Fulgencia con
Porque no pudo agraviarme Pues andemos de ese modo
FULGENCIA.
La que por solo buscarme Todo el monte al rededor
Perdió la vida y la fama. Hasta que con él topemos. ¡Cielos ! ¿Qué es esto que veo?
Parece que aquesta rama UELARDO. LUPERCIO.
Con sus bi'azos me convida Orsindo ha dicho muy bien. ¡Ay Dios! ¿Si es de mi deseo
A que me quite la vida
¿Viene l'inardo? Esta sombra ó ilusión?
Arrojando un lazo en ella. Esta ¿no es Fulgencia? cielos!
PINAI|j(0. ¡

Perdí mi Fulgencia bella, ¿Cómo en casa de mi padre?


Perdí juntamente el alma. También.
Seguidme todos. FULGENCIA.
Pero ¿qué Vitoria y palma
Saco deste mal consejo. ORSINDO. ¡Hijos de mi alma!
Si mis tristes hijos dejo Si haremos. LOS NIÑOS.
En esta cueva escondidos. {Vaiise.) ¡Madre!
! , , ; ,;
, , , ,; ! , ; , )

103
CÜ.MEDLYS ESCOGIDAS DE LOPE DE YECA CARPIÓ.
FlLCENCrA. ESCENA XV. Que lu noble y casto pecho
Me ha robado el corazón.
Suelta, traidor.
GERARDO.— FULGENCIA, sis mijos. Tú has de mandar esta hacienda;
1,11'ERCIO. Tus hijos la heredarán.
Soltarélos; GERAUnO. FULGENCIA. (/tp.)
Y cree que me lia pesado
1

¿Que un perdido hallar no pueda No dice mal ;


que aquí están.
Que sea tu vitia cierta, Quien lAuarda tanto ganado?
A'.ini|ue oreytMnIote muerta GERARIlO.
¡Ay larga desdicha mia !

Mil la|,'rimas he llorailo. Terenc'ia, ¿qué haces aquí? Tú mi amada prenda.


serás
jiuerta tü, pensó mi honra Yov agora á ver sí hay nueva
FULGEXCIA. perdido; tú en tanto
Estar soberbia y altiva ;
De'aíiiiel
l'ero aqui viéndote viva
,
,
A dar este pan salí Guarda este secreto cuanto
Vu«.'l\c' a \']\iv mi dt'shonra. A un pobre que lo pedia. Terencia á mí honor se deba
, ;

Y pues con haberte visto GERARDO. Que tú le verás señora


Verse.
Vuelvoá ver mi deshonor, ¿Quién son estos niños? Üestacasa. (

Yanamente con mi amor FULGENCIA.


FULGENCIA.
A tus maldades resisto. Dios te guarde.
Son
¿Til con mi padre? Tú aíjui?
Sus hijos, que aquí ha dejado ESCENA XVI.
'iu viva? Tu labradora?
Por no caminar cargado.
Tu en mi casa? Tü señora?
Tu darme limosna á mi? GERARDO. FULGENCIA y sus hijos.
¿Qué puede querer tu jiecho ¡Qué Benjamín y Absalon!
FULGENCIA.
Que a.uora á tu gusto cuadre, FULGE^CIA.
Snio deshonrar al padre, ¡Hay mas fortunas que aguarde!
Son bonitos.
(.orno al hijo, infame has hecho? ,
GERARDO. Mas ¿deque me quejo agora?
Aliíun Siuon de su casa Que antes me ha venido bien
Como un oro. Para hacer un nuevo engaño;
A ella trujo esta joya.
Como el caballo de Troya, FULGENCIA. Que me ha enseñado mi daño
Que ya enciende y abrasa,
la A esta traza eran tus nietos. A hacer engaños también.
i'ues tus hijos, bien ha sido GERARDO. Yo quiero decir que sí
liártelos, para que sean
eran tan perfetos.
A este viejo en lo que intenta;
Si ellos
l.os soldados que pelean, Que va se me representa
Mayores pérdidas lloro.
Y de tu vientre han salido. Que engaño á Lupercio ansí
¿A qué va el padre á la corte?
Ha ese pan á esas arjiias, Que como en torno de casa
Que bien será de dolor FULGENCIA. Por sus hijos ha de andar.
i'odrán pelear mejor, A ver si un deudo que tiene Oirá á todos publicar
Que há que no comen tres dias; , Le socorre. Cómo su padre se casa;
Que yo me vuelvo, y quisiera GERARDO. Y sabiendo que es conmigo,
Habei' hallado la muerte A tiempo viene, Ha de entrar por estas puertas
l'riniei o que hablarte y verle. Que mas que el deudo le importe. Donde las del alma abiertas
FULGE.>CIA. Avísame, y le daré. Acojan su dulce amigo.
Por estos niños no mas, Vamos para que lo emprenda,
¡Mi bien
I.UPERCIO. Cincuenta escudos. Hijos, V tened consuelo;
FULGENCIA. Que va"díce vuestro abuelo _

Suelta.
Harás Que habéis de heredar su hacienda.
FiL cencía. {Yanse.)
Espera, espera. Como quien eres, á fe;
Que es hombre que ha sido rico;
(Vasc Lupercio apresuradamente.)
Y de un traidor confiado, Bosque.
Se va triste y desterrado:
ESCENA XIV. Yo por él le lo suplico. ESCENA XVII.
GERARDO.
FULGENCIA y sus iiuos. SIRENO, FELICIO, PINARDO, comCE-
Mayores cosas Terencía ,

Son las que me has de pedir. LAURO, herido, ayudándole á an-


FCLGENCIA. con la espada.
FULGENCIA. dar, Y BELARDO,
;,Hay entre los fieros sellas,
(-aribes ó lolof'agos Y yo os tengo de servir FELICIO,
M en los abarimos lagos De hoy mas con mas diligencia.
Andad, amigo.
Crueldades mas inauditas? GERARDO. CELAURO.
Hay hombre que quiera mas Hija si no pareciere
, No puedo;
Ni que se parezca menos? Lupercio (luiero casarme. es esta herida mortal,
,

Uime cifra de venenos Que


,
Porque no venga á heriularme Y causa de mi mal
la
¿Dónde huyes? Dónde vas? Alguno que mal me (luiere.
Pero vete donde (juieras
La (pie me da mayor miedo.
Y si tengo de escoger, Tengo á Dios muy ofendido;
Cazador acobardado Yo no he menester dinero
Pues mis hijos he cobrado Y asi , para el nial que siento
Mi gusto Terencía quiero,
, ,
Os tomo por instrumento.
Como tigre en lus riberas. Y tú has de ser mi mujer. BELARDO.
Anda, aborrece á Fulgencia, FULGENCIA.
Si te ha cansado su trato Dad acá luego el vestido.
Besóos, mi señor, las manos
Que yo te prometo, ingrato. CELAURO.
Que vuelvas á la querencia. Por tan singular favor;
Pero fállame valor, jQué vestido?
Huve, déjame fon ellos;
y BELARDO.
Que ya so)^ pecho que vas Y son pensamientos vanos.
El que hoy aquí,
Villano, volviendo atrás GERARDO.
Ruin hombre, me habéis tomado.
La cabeza para vellos. Terencia para mis canas
,
CELAURO.
Anda pues que si no sabes
; Esa virtud y gobierno
Quién son en esta ocasión, Tienen valor casi eterno. En este punto he llegado
Las llaves del alma son : FULGENCIA. De la ciudad.
Tú volverás por las llaves. Damas habrá cortesanas SIRENO.
Hijos, puosos he cobrado,
En quien hagáis elección. Eso sí
Lúcn Lupercio en vos me queda.
¡

GERARDO. Estáis cercano á la muerte,


Terencia elección he hecho;
,
¿Y negáis lo que es verdad?
, , ,; , ! , ,; ;; ;

LOS EMBUSTES DE CELAURO. 409


CEtAüRO. BELARDO. CELAURO.
Tenerl, postores, piedad Ese ramo Ñola limpies.
De mi mal áspero y tuerte. Quiero que tu horca sea. Si no quieres bebería , auufjue es mas
Mirad es gi-aiule rigor
(|iie PINARDO. [justo
Acabadme de matar. Pardiobre , con ella alinda.
Que te vengue de mi con ir corriendo

BELARDO. Desde mi boca hasta tus pies.


SIRENO. {Lupercio desala á Celauro.)
Luego ¿quereisme negar
Y aun poco castigo ha sido. LUPERCIO.
Que no sois el salteador?
IIELARÜO. ¿Qué dices?
CELAL'RO.
A él le mata el vestido, ¿He sido por ventura yo la causa
¿Yo salteador?
Y á mi el amor de Lucinda. Uestas heridas por buscarme?
hf.lardo.
(
\anse los villanos.) CELAURO.
El que agora
vestido me ha robado.
El cielo
Un
CELAURO.
ESCENA XVIII. Quiere que tenga vida hasta que sepas
Cómo por causa tuya me castiga.
Soy un rahallero lioiirado, CELAURO, atado.
LUPERCIO.
Que en la ciudad vive y mora;
Que en busca de una mujer Fábricas de la tierra, polvo, nada, ¡Por causa mia
Voy por el mundo perdido. Vano, mortal, caduco f'uiidanieuto, CELAURO.
Esperanzas de viento, que en el viento
RELARDO. Escucha atentamente
Paráis al lin en lin de la jornada.
,

Dad acá luego el vestido.


Máquina de soberbia levantada Que quiere Dios que la verdad tecuente.
Sin saber que era tu esposa
FELICIO. En las alas del loco pensamiento ,
Que te engafies puede ser. Razón dormida ciego entendimiento,
,
La desdichada Fulgencia,
jlira ))ien hijoBelardo, Señora voluntad desenfrenada ;
En ella puse los ojos,
,

Si es él quien te lo tomó. ícai'o corazón Faetonte pecho ,


Y el corazón puse en ella.
Descubríle mis deseos;
BELARDO. Que cara á cara al sol mii u la suya ,
Pero su honrada vergüenza
que me quitó Hoy nuestro laberinto se ha deshecho.
¡Voto al sol ,
;01i justo Juez! ¿quién mirará la tuya!
Me arrojó de si mas fácil
Hasta el capotillo pardo! Que arco arroja las Hechas.
el
Ya de la muerte llega el paso estrecho.
CELAIRO. Yo, con la de amor herido,
Piedad, Señor; que no hay adonde huya.
Mira, hermano, que te engañas; Con celos quise vencerla ,
Que Llevándote á hablar la dama,
soy caballero noble. ESCENA XIX.
Que fué mi hermana Leonela.
BELARDO.
Hice que te oyese y viese;
¡Oh que os cuelguen de ese roble LUPERCIO, sin ver á CELAURO.
!
Pero puse al fuego leña
Para que perdáis las mañas. Volviéndose contra mi
LUPERCIO.
PINARDO. Las mismas armas secretas.
¿Qué sirve hui r de loque voy siguiendo?
Tú ¿no sabes bien que es él? Después tingi lo que sabes,
,
¿Por qué aborrezco fo que masadoro?
Lupercio, de Otavioy de ella
BEI.ARDO. ¿Qué me finjo contento cuando lloro?
Olavio que de mi hermana
Como que vos sois Pinardo. Y ¿por qué sano si me estoy muriendo? ,

Goza y merece sus prendas.


,

PIXARDO. ¿Por qué, si soy culpado, reprehendo?


Porque en su vida la vio
Si pobre soy, ¿por qué desprecio el oro.
Pues ¿ qué
aguardáis ó qué aguardo? Que déla carta las señas
Busco mi honor, y pierdo mi decoro,
Muestra, Sireno, el cordel. Mi hermana me las contaba.
Y si vencido estoy, vencer pretendo? Que fué quien durmió con ella.
FFLICIO. ¿Por qué de loque busco mas me alejo,
Cuando vi que te seguía
No ahorquéis, por vida mia,
le Y huyo de gozarlo si lo toco? [ ño?
Por estos bosques y peñas.
Sino atalde en esa rama. Y' si sé que es mi bien, ¿por qué me enga-
Vine tras ella pensaiulo
,

BELARDO. Y si lo tengo ya , ¿por qué lo dejo ? Hacer á Fulgencia fuerza.


Perro salteador de fama Debe de ser porfiue el amor es loco,
,
Pero en lo liajo (¡ue cubren
Hoy es de tu muerte el dia. \' cansado del bien , procura el daño. Retamas, brezos y adelfas,
Aqui atado quedarás CELAURO. Me toparon seis villanos
Donde lieras ó hambre fiera ¡Ah caballero! Dijera mejor seis lieras,
Te acaben. LUPERCIO. Y pidiéndome un vestido.
SI RENO. Con cayados
¿Quién se queja? y con piedras,
A no que quiera Llamándome salteador.
CELAl'RO.
Darte el vestido. Me han {)uesto desla manera.
Un hombre
BELARDO. LUPERCIO.
Casi en el mortal tránsito.
No hay mas. ¡Av de mí triste! Celauro,
LUPERCIO.
¡Voto á mi vida , Sireno,
¿Que es posible que tú seas
¡Gil qué lástima!
Que le ha de comer un lobo! La causa desta desdicha
{Atanle á un árbol.) ¡Válgame Dios! ¿qué es esto?
Y la ocasión de las nuestras?
CELAURO. me hiciste el engaño
PINARDO. ¿Que tú
Cielo santo!
Aqui pagaréis el robo. i
Que tanta pena me cuesta ?
¿EsLupercio?
Salteador de engaños lleno. CELAURO.
LUPERCIO.
FELICIO. Yo soy, Lupercio piadoso;
¿Es Celauro?
Harto mejor os seria Y asi mi maldad te ruega
,

Decir adonde tenéis CELAURO. Desnudes aquesa espada


El vestido. Soy el mismo. Y me atravieses con ella ,

BELARDO. LUPERCIO. Para que, muerto á tus m-inos.


Aquí estaréis, Abrázame, querido hermano mió, Tú mismo vengues tu ofensa.
Ladrón. Y dime la ocasión de tu desdicha. LUPERCIO.
CELAURO. CELAURO.
Celauro, yo no soy hombre
¡Ay desdicha mia! Desvíate de mí. De los que en muertos se vengan,
SIRENO. LUPERCIO. Sino délos (píe perdonan
Vamonos luego al aldea ¿Porqué, Celauro? A quien su maldad confiesa.
Y coutéiuoslo á nueso amo. ¿Qué tienes tú para que yomeaparte? Tú has causado mi deshonra
FELICIO. Aguarda, amigo, y con aqueste lienzo Y yo tu muerte aunque fuei-a
,

Te limpiaré la sangre. Mejor excusarla, causo.


Camina pues.
,,
, ,, , , ! ,! ; ! ; ; !

no COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


CEI-AüBO.
ESCENA XXI. LEONELA.
¿TÚ mi muerie? ¡Oh gloria inmensa!
¿Cómo, Señor? Cómo, amigo? Ah mi Fulgencia
FrLGEA'ClA.— Dichos. ¡

Para que salga conleiila FULGENCIA. j-jq


El alma que le lia ofendido FULGEXCIA. (Ap.) Dejadme, perros; que Lupercioes muer-
En ver que á tus manos muera. ¡Con qué extraños pensamientos Furia soy , ya no soy Fulgencia afuera. ;

I-CPERCIO. Este engaño se acomoda! GERARDO.


Ese vestido, Ceiauro, LEONELA. ¡Hija de mis entrañas! no te mates.
Fué de la triste Fulgeiicia ¿Es la novia?
Que le llevaba á la villa FLLGENCLV.
ESCENA XXIV.
l'ii villano de la aldea. Soy, Señora
Cuítesele \o, pensando
Consolarme con sus prendas
Vuestra esclava. SABINO. — Dichos.
OTAVIO.
Y él ha juntado esta gente SABINO.
¡Gran presencia!
Hijos de este monte _v sierra, Albricias , mi señor.
Que teniéndole por mi, LEONELA.
Te han dado muerte. ¡Fulgencia , amiga Fulgencia GERARDO.
¡Oh mí Sabino!
CELAIRO. FL'LGE.NCLv. {A}), ú Lconela.)
¿Qué albricias puede haber Lupercio ,

Yo era Calla j mi Leonela , agora [muerto?


SABINO.
Lupercio el que merecía
. Y advierte al oido...
La muerte que ya se acerca Lupercio vive, y viene á toda prisa
; LEONELA.
Y pues lo permite Dios, A remediar la culpa (¡ue cometes
Di. En que con su mujer quieres casarte.
Llévame adonde merezca
Decirle esta culpa y otras. OTAVIO. GERARDO.
LUPERCIO.
A fe que es la novia hermosa. ¡Lupercio vive
Vén que mis hombros te llevan.
GERARDO. FULGENCIA.
,

Dios sabe con ([ué piedad Sentaos mi querida esposa,


, ¡Ay Dios!
Soy de tu djsdicha Eneas. Y sentaos vos junto á mi.
SABINO.
CELAIRO. {Sié7ita)ise.) Lupercio vive;
Eres noble; aun no conoces Que el herido es Ceiauro, y le han cura-
La carga infame que llevas. ESCENA XXI J. Y no son las heridas de peligro. [do,
{Vanse.)
PINARDO. — Dichos. LEONELA.
¡
Ceiauro herido Ay triste que es mi
! ¡ !

PINARDO. SABINO. [hermano.


Sala en casa de Gerardo.
Par Dios, nuesamo, que me pesa mucho No tengáis pena; que no son heridas
ESCENA XX. De traeros acá tan tristes nuevas, De peligro, cual digo.
Y en dia de tan alto regocijo. OTAVIO.
LEONEL A, OTA VI O, de camino, GERARDO. A verle vamos.
y GERARDO. ¿Qué nuevas dices? SABINO.
GERARDO. PINARDO. Esperad ; que traerle á casa quieren.
De que honréis aquesta casa Que Lupercio es muerto
Estoy contento en extremo. A manos de unos fieros labradores ESCENA XXV.
Que por salteador en este monte
Antes enojarla temo
OTAVIO.
Le mataron con palos y con piedras, LUPERCIO , desatinado. — Dtcms.
Y un hombre hasta el lugar le trujo en
Viendo lo que en ella pasa; [hombros. LUPERCIO.
GERARDO.
Que me han dicho que os casáis, Si no fueras, padre ingrato,
Y estará ocupada toda. ¡Mísero yo! ¿ qué escucho?
Mi padre, en esta ocasión
GERARDO. FULGENCIA. Tomara satísfacion
Antes casa y la boda
la ¡Oh triste nueva! De la maldad de tu trato.
En esta ocasión honráis; Afuera fingimientos y disfraces, ¿En qué ley cristiana ó mora
Porque según es secreta, Afuera enredos. Ay de ti, Fulgencia!
¡ Se usa que pueda ser
Hacer padrinos queria Fulgencia soy Lupercio fué nii esposo;
, Casarle con mi mujer.
A los que en mi casería MuertoLupercio, ya Fulgencia esmuer- Como lo intentas ahora?
Está mí hacienda sujeta, Gerardo, ingrato padrede mi gloria, [ta. GERARDO.
Que son dos viejos honrados; Esos niños que ves son nietos tuyos;
¡Hijo mío!
Pero, pues habéis venido Mira por ellos, sírveles de padre
Mas noble que lo has sido de Lupercio, FULGENCIA.
Seréis padrinos que ha sido,

Ventura de mis cuidados. En tanto que el cuchillo deste estuche ¡Esposo amado!
Y pues solo vais á ver Pasa este pecho y abre puerta al alma. LUPERCIO.
De vuestra hacienda el agravio GERARDO. Desvia, falsa, engañosa.
O el aumento, amigo Otavio, Tenelda, amigos. Gentede mi hacienda, FULGENCIA.
Con vuestra hermosa mujer Salid todos aquí, tenelda lodos.
Deteneos aquí dos dias. Fué esta boda fabulosa
Para darte algún cuidado.
OTAVIO. ESCENA XXIII. Tu padre con ignorancia,
¿Qué dices, Leonela? Y yo por traerte aquí,
LEO.NELA. Pastores. — Dichos. Lo habemos Iraxado así
Digo Que no hay cosa de importancia.
Que obedecer tal amigo GERARDO.
GERARDO.
Son honras vuestras y mias. Hija , ya que me falta mí Lupercio,
No pierda yo Desla manera ¿yo soy
Apadrinemos su boda. tu alegre compañía.
Serás mí El engañado?
hija , herederas mi hacienda
GERARDO.
Tus hijos son mis nietos. FULGENCIA.
¡Hola ! sacadnos asientos.
OTAVIO. Es forzoso.

Hay desdicha
¡
GERARDO.
Que con esta , Leonela se compare, Pues quiero ser el quejoso
¡Ah señora Fulgencia! Que al fin de los dos lo estoy.
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 111
FI'IXFNCIA. LEONELA.
GERARDO.
No harns; que los dos aquí Estoy. Lupercio sin mí. ,

Nos echamos á tus pies


Desde agora los señalo
Para que perdón nos des. ESCENA XXVI. Mil ducados de alimentos,
V á vos por los fingimientos,
GCKARDO. FELICIO, culi LOS DOS Mxos. — Dichos. Dos mil, sin algún regalo.
¡A un viejo engañar ansí! Doy quinientos a Sabino
FELICIO.
LÜPERCIO. Con mi criada Armelinda.
Los niños están aquí.
Ea Señor que aquí es justo
,
; LIPERCIO. FELICIO.
Adviertas si justo ha sido ¡Oh mi Enrique! dadme un beso. ¿Y á Belardo con Lucinda?
,
Que haya a Fulgencia querido.
GERARDO. GERARDO.
GERARDO. Suelta que estos ya no son
;
De la boda el pan y el vino;
Hoy alabo tu buen gusto. Tus hijos.
Que hoy es día en que restauro
Tu discul] a y mi perdón LIPERCIO.
Mis hijos.
Llegan juntos, y las nuevas ¿Pues cuyos?
De tu vida. Fl'LGENCIA.
GERARDO.
LupERCio. (.4Leonela) Míos , Todos te alaban.
Que me debas Porque no aprendan tus bríos. LL'PERCIO.
La de tu hermano es razou. LÜPERCIO. Aquí, Senado, se acaban
Yo ie contare el suceso. Échales tu bendición. Lus embustes de Celauro.
: ,

LOS LOCOS DE VALENCIA,


COMEDIA DE LOl'E DE VEGA CARPIÓ,

DIRIGIDA AL MAESTUO SIMÓN XABELO.

Pregunta Aristóteles doctísimo maestro, la causa por qué los hombres desean mas parecer
,

buenos que serlo y no lo parecer, y responde él mismo que porque solus homo Jionoris est par-
,

ticeps, lo que también dijo en los Tópicos; de que nace que cualquiera lo apetece; pero la natu-
raleza huye el trabajo. Vniutes auicm non nisi labore conscquimur. Y á este propósito trae Marco
Antonio Zimara las palabras del mismo filósofo en el primero de los Elencos: que la naturaleza
de los sofistas es desear mas parecer sabios, que serlo y no lo parecer. Notablemente cuadra con
algunos arrogantes desta edad este problema, que con ingenios bárbaros, cortos estudios ó
ningunos, quieren adquirir la opinión que no merecen; y pareciéndoles que los otros la consi-
guen, escurecen sus vigilias con sus desprecios. Terrible razón de estado de la envidia, pensar
¡

que matando la opinión de los otros con improperios, suceden ellos en el mayorazgo de la fama,
que no se adquiere con violencia, detracción y envidia, sino con méritos, obras y trabajos, á quien
llamó Stobeo padres de la buena fama! Fué opinión de San Gregorio, que no era perfecto en sus
obras á quien conlradecia la malicia de su lengua iYt'C in sermone laudabiUs qui hoc quod loquitur
:

opere non ostcndit. Mas ¿ quién persuadirá á la calumnia, hará paces con la envidia, y humillara la
arrogancia? Cuando Platón dijo que el hombre recibe gloria de lo que sabe, sintió laque natu-
ralmente reconoce en sí y se sigue al virtuoso estudio, y esta jamás excedió las justas márgenes
de la humildad, fundamento de la mas alta sabiduría. Ya vuesamerced, por lo que ha vivido en
España y su corte habrá conocido y visto lo que digo y asimismo en muchos sabios y doctos de-
,
,

sear mas serlo que parecerlo, si bien no huyendo el premio á sus desvelos, méritos y trabajos; y
otros cuya ignorancia le quiere á pesar de la razón y del conocimiento ajeno, por quien dijo el
,

poeta toledano
Si estuvieran contentos de sí mismos.
No murmuraran del ingenio ajeno.

Verdaderamente halló Diógenes bien la semejanza destos hombres en las armas lustrosas y do-
radas, pues non similia sunt interiora exterioribiis. Si el ánimo es cobarde y la arrogante aparien-
cia cubre la interior ignorancia, señor maestro, creamos que son locos; y á este propósito lea
vuesamerced esta comedia, que tiene el mismo título, y sale á luz á la sombra de su clarísimo nom-
bre, que en tan tiernos años solicita la espectacionde tan insignes frutos. Mas no la mire con los
ojos del arte que á las antiguas, griegas y latinas, terencianas ó aristofánicas en cuyas lenguas ,

están docto como nos muestran sus escritos; de quien fuera justo que yo hiciera aquí grandes
elogios; pero basta el de nuestro amigo :

Honrad musas á Simón


, ,

Que lia peregrinado á Ksijaña


Como á Sicilia Platón;

sino con la benignidad que ha mostrado siempre honrando y defendiendo mis escritos de la
,

calumnia de algunos que, después de imitallos, los condenan, y cuyas objeciones no sirven mas
que de mostrar sus ánimos; porque neccsse est (por o¡)inion del filósofo) alteram partcm contra-
diclionis esse veram.
Capellán de vuesamerced y
Lope de Vega Carpió.
L-i. S
LOS LOCOS DE VALENCIA

FLORIANO.
VALERIO.
KFINERO.
ERÍFILA.
FEDRA.
; ! , ; ,,, ,, ,

LOS LOCOS DE VALENCIA. iV6


¡Mal liaya la destreza y valentía
Mal haya aqiiol valor y confianza
ESCENA UI. ERÍFILA.
¡ ¿Estüsloco?
Que os puso tanta sangre y hidalguía! ERÍFILA LEONATO.
, LEONATO.
No sé qué hiciera mas el gran Carranza,
EslTiveloco;
A quien las armas en España deben ERÍFILA. Mas no lo pude excusar.
Cuanta mayor destreza el arte alcanza. Él es un bello lugar.
Mil cosas el esf)írilu me mueven, ERÍFILA.
Mil imaginaciones qile fabrico
LEONATO. ¿Qué tiene aqu«so que ver
A remediaros mi flaqueza atreven, [co... Yo 110 le he visto mejor. Con decir que por amarte
(Jueosquíero yo esconder, aunque soy r¡- ERÍFILA. Estoy loca? ¿Es agraviarte.
IS'o puedo contra un rey aseguraros.
Ventura hahemos tenido Por (juererte enloquecer ? ,

— Todo es remedio vano cuanto aplico. En haber llegado á él. LEONATO.


—Pero escuchad que á veces son mas
; ¿Qué hará mi [ladre cruel? Yo entiendo tu corazón.
[raros
LEONATO. ERÍFILA.
Los primeros conceptos de la idea.
¿Sabréis haceros loco y disfrazaros? Lo que un hidalgo ofendido. ¿Quién mejor le entenderá
Huirá de verse en la plaza, Que mismo que en él está
el
FLORIANO.
Por tener al vulgo miedo, Por amor y |ior razón?
Y ¿qué me ¡mj)orta cuando loco sea ?
Que señala con el dedo A la fe, Leonato amigo,
VALERIO. Y con la lení,'ua amenaza. Que esta ocasión es buscarme
Oid; que habéis de haceros tan furioso. Llamaráte luja infame, Alguna para dejarme.
Que todo el mundo por furioso os crea. Y á mí criado traidor. LEONATO.
Tiene Valencia un hospital famoso, ERÍFILA. Declárate mas conmigo.
Adonde los frenéticos se curan No te canses de mi ofensa
Loca si sabe de amor
,
Con gran limpieza y celo cuidadoso.
Te asegiu-o que me llame. Si hay mas agravios que aguarde:
Si aquí vuestros peligros se aventuran,
LEONATO. Tras hombre bajo y cobarde ,
Y os encerráis en una cárcel destas Piensa mas que digas , piensa.
Creed que de 1^ muerte os aseguran; Confieso que fué locura
Levanlame que t<3 dejo
Que ¿quién ha de pensar que estáis en Querer á tu desigual
De miedo del aire mismo.
[estas. Pero no me tratos mal
Ni viéndoos preso, sucio y mal tratado, Ni agravies á mi ventura; ERÍFILA.
Con tanta paja y desventura á cuestas. Que el amor, que jiuso en mí ¿Qué furia del mismo abismo
Creer que sois "un hombre tan honrado? Lo que ha podido agradarte, Te ha dado tan mal consejo?
Hace que pueda igualarte, ¿En qué cómo ó para qué
,
FLORIANO.
Poniue ya no soy (]uien fui. Esas liajezas me dices?
¡Oh cómo decís bien Solo eso puede !
¿Cómo á mis ojos desdices
íln hombre redemir tan desdichado. ERÍFILA.
Las verdades de mi fe?
Pues dadme cjue una vez furiosoquede, Ese agravio mi Leonato, ,
No pienso que hablas conmigo,
Que yo lo haré de suerte que os espante. Mío fiíera que no tuyo.
,
O que por otra me tienes.
Si el fingimiento á la verdad excede. LEONATO.
LEONATO.
VALERIO. De tus palabras le arguyo.
Esos ya no son desdenes
Para fingir os basta ser amante. ERÍFILA. Sino desgracia y caslígo.
¿Tan mal con ellas te trato? Habíame, Erífila, bien;
ESCENA II.
LEONATO. Que no estoy fuera de mí.
Tan mal, que muestras en ERÍFILA.
ERÍFILA con capotillo y sombrero;
,
ellas
Que vienes arrepentida. ¿Yo digo tal?
LEO^ATO, coíi botas.— Bichos. LEONATO.
ERÍFILA.
LEÓN ATO. Sí.
Dejas el alma y la vida ERÍFILA.
Esta, EríGla , es Valencia; Y formas agravio dellas!
La puerta es esta de Cuarte
¡
¿Yo?
Si estasdos cosas te di
Aquí dio Yénus y Marte Cuando á mis padres dejé, LEONATO.
Una divina influencia. Una palabra que hablé Sí.
Estos son sus altos muros, ¿Para qué te ofende ansí? ERÍFILA.
Y aqueste el Tuiia que al mar , Cuanto mas que ser locura Levántame eso también.
Le paga en agua de azar No ofende lo que tú vales. LEONATO.
Tributo en cristales puros.
LEONATO. Ríen parece, desleal.
Aquel es el sacro Seo,
Y este el alto Micalete. Amor entre desiguales Que por hombre me has tenido
Poco vale y menos dura. Vil y bajo que no ha sido
,
IMiÍFlLA.
Yo sé muy bien que el recato A tiis méritos igual.
Ella es cual la promete
tal Pues á tenerme el amor
Que muestras en mi contento
Su grande fama al deseo. Con (jue al fin me has engañado.
Es puro arrepentimiento.
¡Qué fértil! Nunca me hubieras negado
LEONATO. ERÍFILA.
Lo que tú llamas honor;
Por grande extremo. ¿Yo arrepentida Leonato? ,
Pues ni lágrimas ni ruegos,
¿Eres menos de lo (|ue eras Desiertos, ni soledades,
FLORiAxo. (A Valerio.)
Cuando yo el alma te di ? * Para huir dificultades
¿Es gente defuera?
¿No eres mi criado? Te tienen los ojos ciegos.
VALERIO. me amaras
LEONATO. Porque á fe que si
Si; Como sabes fingir.
lo
Sí.
Apartémonos de aquí. Que no supieras decir
ERÍFILA.
FLOIÍIANO. En las cosas que reparas.
Que no me conozcan temo. Pues ¿qué agravios consideras? ERÍFILA.
¿Engañástenie tú acaso
VALERIO.
Fingiendo lo que no fuiste? ¿No sabes que eso ha nacido
Al que es administrador Todo lo vi.
De solo ser yo quien soy
Podremos ir á buscar. Y que esta disculpa doy
LEONATO.
Mientras no eres mi marido?
(Yatise Floriano y Valerio.)
Ríen lo viste: Lo que me has de agradecer,
Mas no el desprecio que paso. ¿ Eso me quieres culpar?
No tienes por (pié negar ¿Qni' mas li' imcdo yo dar
Que no me tienes en poco. Que palabra dc mujer ?
, ,,; . , ! , , , ;

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Pues cuando á serlo viniera ERÍFILA. ERÍFILA.
Después de darte esle uusto. Pues vende aquestas manillas. ¡.\h entrañas!...
Siempre te diera disgusto LEOXATO. LEOXATO.
F.l ver que tan libre fuera
Todas digo que las iiuiero. No le alfeñiques.
Que los hombres sois tan buenos,
Que por lo que persuadís ERÍFILA. ERÍFILA.
En g;ozándolo, vtMiis ¿Todas? Envaínala.
A tener su dueño en menos. LEOXATO. LEONATO.
Todas. Envainaréla.
LEOXATO. ERÍFILA. Quédese para quien es.
Cuando el bien que se pretende ¡Ay amigo!
De tantos méritos pasa ERÍFILA.
¿Quíéresme acaso dejar?
Después (le ¡gozado abrasa Eso no. Traidor, espei'a.
LEOXATO.
Si antes de gozado enciende. LEONATO.
Y el no liarte de mí Creo que te ha de costar
Mira que...
No es por aquesa ocasión Este hablar.
EniraA.
Sino ser todo liccion ERÍFILA.
Ya no me altera.
Cuanto me has dicho hasta aqi:i. Mi bien, ¡conmigo!
¿Que se me da que me des?
Mira sí estoy engafiado Regalo mío ¿qué es esto? ,

En el presente desi)recio. Qué otro dueño hemos tenido LEONATO.


Las joyas y yo? Suelta.
EnÍFlUA.
ERÍFILA.
Anda ya ;
que estás muy necio. LEOXATO.
sido No ha i
Ah traidor, enemigo!
l.KOXATO.
Sino tu amor deshonesto. Aguarda.
Bien dijeras desdichado.
Dame las joyas, infame. LEOXATO.
ERÍFILA.
ERÍFILA. Que no hay que aguarde.
Pues ¿cómo, si te engañara, ¿Infame ? Triste de mí ¡ (Vase Leonalo , y queda Erífila en un
Y lingido amor tuviera, ¿Ansí te afrentas á un manteo. )
tí, jtilwncillo y
Padrt's y patria perdiera.
Marido?
Villa y honra aventurara?
¿No ves tu engaño?
LEONATO. ESCENA IV.
No me lo llame.
LEONATO. Deque presto, ó matai'<-la. ERÍFILA.
No sé. {Saca la daga.)
Mejor he visto lu engaño. Déjasme al fin, de cobarde.
ERÍFILA.
ERÍFILA. Por no me llevar contigo.
¡Ay Dios! Sin duda te vas.
¿Qué menos infame hazaña
Venir hasta un reino extraño
LEOXATO. Do un hombre bajo esperé ?
Contigo, ¿es íalta de fe?
Muéstrelas todas. ¿Fuese el traidor? Ya se lué;
LEOXATO. Su soledad me acompaña.
ERÍFILA.
Ninguna cosa me agrada. ¡Triste de mí! ¿Qué he de hacer.
Pienso que fue tu venida No hay mas.
Sin bien y con lanío daño,
Mas de estxu" aborrecida Envaínala.
Sola y en un reino extraño.
Que de estar enamorada. LEOXATO.
Pobre, desnuda y mujer?
Cree que estoy en lo cierto. Envainaréla. ¡Buena el ladrón me dejó!
ERÍFILA.
Déme el sombrero y capote. Pero gran consuelo ha sido
Yáyaselas dando poco ú poco.) Robarme solo el vestido;
¿ Aborrecida , León ato? (

Ese si f|ue es falso trato ERÍFILA. Que el alma no me robó.


Y desamor descubierto. ¿Sombrero y capote, amigo? Que si á mis padres dejé
Yo aborrecida ¿ De qué? Por un vil criado suyo.
¡ !
LEOXATO.
Mis padres ¿no me casaban? No fué, amor, efecto luyo;
No se alborote, la digo. Que á nadie en mi vida amé.
¿Qué imposibles lo estorbaban
Mas que lu amor y mi íe? ERÍFILA. Anles fué aborrecimiento
¿i'an malas prendas tenia, ¿No quieres que me alborote? De casarme á mi disgusto
Que ansí me desconlié? LEOXATO. Porque adonde la! la el guslo.
Mira amores , que agradé No sobra entendimiento.
el
,
S¡ me replica, daréla. (Saca la daija.)
Sin consejo le perdí
Tu alma, que es alma mia.
ERÍFILA. Por excusar de matarme
Deja esa tema en que das,
Y vuélveme aquesos ojos. Mi bien , ¿ castigo lan grave Y á la mar quise arrojarme,
Si es verdad que los enojos Poruña palabra? De donde agora salí.
El amor aumentan mas. LEOXATO. La nave dejo perdida
LEOXATO. Acabe. Y e! áncora de esperanza.
Entre la falsa bonanza
Dejemos amor, y dame ERÍFILA.
De aíiuel traidor prometida.
Esasjoyas ¡pie guardaste Envaínala.
Desnudo entre mil enojos
Cuando á líequena [)asaste. LEONATO.
Sin alma el cuerpo salió,
Envaínatela. agua que le dio.
ERÍFILA. Con el
Llama... ERÍFILA. Para que lloren mis ojos.
LEOXATO. Yo vi lu bocado risa, ¿Qué he de hacer? ¡ Pobre de mí!
¿Qué quieres que llame' Y vi mi fortuna en popa. Que en pensar adonde estoy,
Jlejor es (¡iie me las des LEOXATO. A perder el seso voy,
Y el dolor me vuelve en mi.
i

Antes que entre en la posada. Quítese agora la ropa.


¿Dónde iré? ¿Qué me detengo?
I

ERÍFILA.
ERÍFILA. Ño es este pequeño indicio
¿Para qué? j

¿La ropa? Mas no perderé el juicio.


LEOXATO. I

LEOXATO.
j
Que há dias que no le lengo.
Para nonada. Y aun la camisa. Pues ¿qué dirá quien me viere?
Yo te lo diré después. ¡Ay Dios! gente suena ya. {Retírase.)
I
ERÍFILA.
ERÍFILA.
i Espérate , quitaréla.
¿liase acabado el dinero? I Pero mira...
LEOXATO. LEONATO.
¿Paia que puedo pedillas? No repliques. {Suca la dafja.)
, , ; ! ,! , ; ;, ! ,

LOS LOCOS DE VALENCIA. 117


ESCENA V. Están agora templados, ERÍFILA.
Y en casa sirven muy bipn ¿Qué?
VALERIO, PISANO, MARTINA TOMÁS, Piden limosna también
sin ver á — EUÍFiLA. Y saben hacer mandados. TOMÁS.
Estáte queda.
Tomás.
PISAXO. TOMÁS. ERÍFILA.
Pues él á mi caigo está Señor. ¿Porqué?
Yo he de hacer cuanto pudiere. PISANO. TOMAS.
VALERIO. Ven acá. Quiérete abrazar
Agora será muy f
iresto ERÍFILA. (Ap.) ERÍFILA.
Para dalle niedicuias. ¿Irérae? ¡Triste! ¿qué haré? Desvíate allá, grosero.
I

PISANO. PISANO. I PISANO.


No son agora tan linas Sois muy buen hijo. Loca es sin falta.
Como cuando esté dispuesto. {Regálale la cabe ^f'-) TOMÁS.
Pero mucho habéis errado
TOMÁS. Llegad.
En no le dejar meter
Si á fe ERÍFILA.
En la jaula si ha de ser
,

Cuerdo el loco aprisionado.


Mas murió mi padre ya; ¿No hay en el mundo piedad ?
Y pues ya no tengo padre, ¡Ah Señor, ah caballero!
VALERIO. No soy hijo. Mirad que acjui me han robado
No estando agora furioso. PISANO. Por un extraño suceso.
Como es la luna en contrario. Y vos, Martin,
No ha sido muy necesario; MARTIN.
¿Sois hidalgo?
Si lo está , será forzoso. Par Dios que si ha sido el seso
MARTIN. ,

Y cuanto alegre le veis. Que harto poco os han dejado.


Si algún ruin
Si le da nialcncolia, ERÍFILA.
No pone falta en mi madre.
íSe nos morirá en un dia. Tres mil ducados valían
PISANO.
PlSANO.
Este da en esta hidalguía
Las joyas que me robaron.
Desa suerte bien hacéis. PÍSA.NO.
Que es negocio de su tema.
¿Cómo se llama? Eslees el tema.
MARTIN.
VALERIO. TOMÁS.
¿Sabéis vos si el fuego quema?
Beltran. ¿Y llevaron
PISANO.
PISANO. •La joya que prelendian?
Yo juraré que no enfria.
Y ¿de dónde es? ERÍFILA.
MARTIN.
VALERIO. No , sino el diablo , que os Heve.
¡Mira si lo jurará,
De Toledo. TOMÁS.
Que quemaron á su agüelo
ERÍFILA. (Ap.) ¡Hola, hola!
PISANO. VALERIO.
Si estos me ven tengo miedo,
¡Oh bellaco ! Deso apelo.
(Jue por loca me tendrán. Poned paz.
TOMÁS, PISANO.
PISANO.
¡Ox! que apela. ¡Ah, Tomás!
Y ¿qué era su profesión ?
MARTLN. TOMÁS.
VALERIO. Tarde es ya. ¿Sois montaraz?
i

Filosofía estudiaba. i

VALERIO. MARTIN.
PISANO. ¿Quién es aquella mujer?
I

¿Sabe aquesta á quien se atreve?


La flecha ¿fué desa aljaba?
TOMÁS. ERÍFILA.
VALERIO. Santa Tisbe en el desierto. Pondréme agora á pensallo.
Ydeunpocodeaticion. I
Que busca á su esposo muerfo.
MARTIN.
PISANO. ERÍFILA. (Ap.)
Ténmela luego.
¿Eso anduvo por ahí ?
I
Ya me han echado de ver. ERÍFILA.
De suerte que el daño ha sido I
Quiero dar voces, diciendo
Enlie Platón y Cui)i(lo. Que me robaron aquí ¿A qué fin?
j

VALERIO. Porque se duelan de mi TOMÁS.


Cada cual pudo por si; Los que me fueren oyendo; Dile que eres san Martin.
Que el estudio y el amor Porque ansí disculparé MARTIN.
Suelen quitar Esta desnudez villana,
el juicio. No soy sino su caballo.
Y en la piedad valenciana
PISANO. Algún remedio hallaré. ERÍFILA.
Ha de ser aqueste olicio
MARTIN.
Que no me pesara digo
Templado, y no con rigor El santo que dices fueras;
Mas yy delgran estudiante ¡Hola mujer! ¿tienes padre?
¡ Que si lo fueras, partieras
Cuando amor le toca el seso ¿Fué bien nacido tu agüelo ? Tu media capa conmigo.
VALERIO. ERÍFILA. ¿Qué no (juereis condoleros
Es de la ciencia el exceso de Dios del cielo
¡.luslicia De raí pena y desnudez?
Mas locura en el amante, Y santa María su Madre! PISANO.
Porque cuanto mas sabia ¡Robarme un ladrón á mí Antes vez
iréis esta
Tanto mas sabe penar. Tantas joyas y vestido Donde ese bien pienso haceros.
PISANO. PISANO. Ea, asílda. ¿Qué aguardáis?
A buen tiempo hemos venido. ERÍFILA.
No sées esto de
si amar
Locura ó liiosofia. VALERIO. ¡A mí! ¿Cómo ó para qué?
¿Ves estos dos ? Parece loca. PISANO.
VALERIO. ERÍFILA. Ea pues.
Bien los veo. ERÍFILA.
¡Ay do mí!
PISANO. ¡Que acabada de llegar, Llegad; que á fe

Eran grandes estudiantes, tal desgracia me .suceda! Que vos llevéis si llegáis.

Y á |)eligros semejantes TOMÁS, TOMÁS.


Los trujo el mismo deseo. ¡Ah mujer! Date á prisión, perra mora.
, ! !! , ! ; , —
,, ;;
,

' 118 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


EKÍFILA. Ya veo mi seso poco LAIDA.
¿A prisión? Pues ¿soy yo esclava? Pues que mi alma no toca Con la luna.
P1SA>0. En (¡lie es loca; mas si es loca, Cuando crezca tendrá alguna,
Asilda bien. ¿Que mucho que yo sea loco? Y entonces yo la tendré;
Si el amante se trasforma
MARTIN. Que va creciendo mi fe
Date, acaba.
En lo amado, loco soy. Con el sol de mi lórtuna.
Pues á una loca le doy
ERÍKILA. El alma en que está sil forma. FEDBA.
remediáis quien llora?
;,Así ¿Habrá caso mas extraño, Locos, en fin, sois los dos,
¿Esta piedad es la lama Si aipiíme vengo á perder? El con luna y tú con sol.
De las cosas de Valencia? Qiiitrola volver á ver; Curaos juntos.
PISANO. Que i»or ventura es engaño. LAIDA.
Esa piedad y concieinia Volver quiero al hospital, ¡Plega áDios!
Agora en vos se derrama. Por(|ue en viéndome alligir, FEDRA.
O no me dejen salir, ¿Qué nación ?
erífila.
O allá me curen el mal. (Yase LAIDA.
Pues Iras haberme robado,
¿Quieres ponerme en prisión? Es español.
Amor, remediadme vos.
PIS.iNO.
Allá diréis el sermón Patio (!cl hospital. FEDRA.
Del tema que habéis tomado. ¿Cómo español ?
ESCENA Vil. LAIDA.
ERÍFILA.
¿No fuera mejor prender FEDRA, LAIDA. Castellano.
El ladrón que me robó? FEDRA.
FEDRA. También lo es el valenciano
PtSANO.
De manera me porfías. A España tributp doy.
¿No veis la tema en que dio Que al patio en íin he bajado.
Aquesta pobre mujer? LAIDA.
LAIDA. Pues yo toledana soy,
MARTIN.
Culparás mis fantasías. Porque es mi amor toledano.
Ea, camina.
ERÍFILA.
Como quien á un loco ha dado

Ay de mi
Prendas del cielo, aunque mías. ESCENA VIII.
i Pues el administrador.
¡Robarme y aprisionarme! Que es tu tio y mi señor. FLOKWyiO fingiendo el loco, con su
(Llévanla los dos locos en peso. ) Salió ya del hospital,
,

sayo. — Dichas.
PISANO. No te parezca tan mal
Mañana podréis hablarme; Que yo te enseñe mi amor. FLORIANO.
Que Ule imi)orta el ir aqui. FEDRA. ¡Grillos á mi ¿por qué ó cómo?
!

¿Que en fin quieres bien un loco? ¿Sois vos desfa casa honrada
VALERIO.
El discreto mayordomo?
Id, Pisano, en hora buena, LAIDA.
Seguidme jRies, si os agrada
Y al buen administrador Amor, Señora, lo es, Veréis (pié lágrimas tomo.
Le agradeced el favor Y no es amor si lo es poco. Que conmigo no es bastante
De l() que á Beltran ordena. FEDRA. El veros hacer gigante
Y dejalde sin prisión Aunque me veis pastorcillo;
¿Cosa que por él lo estés?
Mientras la furia le deja. Que os daré con un ladrillo,
LAIDA.
PISANO.
A Y no turrón de Alicante.
Si haré; pero
vencelle me provoco.
si se queja. FEDRA.
Jaula ha de haber. FEDRA.
¡Ay Laida! huyamos.
Pues un hombre de hoy venido
VALERIO. LAIDA.
Ya te ha quitado el sentido,
Y es razón. Rieii se ve que te falló. Detente;
{Yase Pisano.) Que con quien le enoja es bravo,
LAIDA.
Y manso ordinariamente.
ESCENA El talle que me engañó
VI. líien cuerdo me ha parecido. FLORIANO.
.\o ha sido de verle hablar Aquí tenéis un esclavo.
VALERIO. Cuerdo humilde y diligente.
La locura (jue me esfuerza, ,

jMuy buen lance echó mi suerte Sino de verle callar. No os alteréis, deteneos;
Í'm él suceso de hoy FEDRA.
Que ni entre los indios feos
Ni en Etiopia naci
Pues desta ocasión estoy Pues ¿cómo el silencio fuerza El amor me trujo aqui
<^asi al punto de la muerte A querer y desear? Por ejemplo de deseos.
Llevé con temor no poco
LAIDA. Soy un hombre que no soy.
Al hospital á Floriano,
¿No nos mueve una juntura Porque ser no es menester;
Donde dejo un cuerdo sano,
Cuando es de extraña hermosura? Que sin ser, mejor estoy,
Y traigo un enfermo loco.
Pues asi me mueve á mi. Y ansí, disfrazo mi ser
Después que vi la mujer
Que agora llevan de aquí,
A un mármol el alma di. Porque huyendo de ser voy.
O todo el seso perdi, VEDRA. Fui estudiante de desdichas,
O no tengo qué perder. Principios son de locura. Y aprendí tantas , qiifí dichas
¡Jesús que gran perfecion ¡
A un loco mudo y de piedra No hay hombre mas desdichado;
:
i

Dien dicen que es accidente Diste el alma! Auníjue aqueste sayo ha dado
Lo que pasa fácilmente Nuevo principio á mis dichas.
LAIDA.
Por la vista al corazón. Quise bien una mujer
El alma di
Entre discreta y hermosa.
¿Era mujer lo que vi A una piedra, hermosa Fcdra.
O era algún ángel del cielo? Libre y de buen parecer;
FEDRA. Que á no .ser ella piadosa
¿Estoy en mi ? Que recelo
Medrarás, pobre de ti Yo no f)erdiera mi ser.
Todo estoy fuera de mi. ¡

Por qué ía dejé llevar,


;. LAIDA. Daba entrada á toda gente;
Quien sirve Pero mejor pretendiente
al
Pudiéndolo resistir, á amor poco medra.
O hasta saber inquirir
Yo hice de corona;
le
FEDRA. Porque era cierta persona
Su patria , estado y lugar? ¿Es furioso? Que se la puse en la frente.
, ,,
!, , :, ;, ,, ! ; ) . ,;
, , ,

LOS LOCOS DE VALENCL\. 110


Fp.nnA. FEDRA. Acordaos alia de mi.
¡Ay , qué lástima taa graudc. Extraños discursos hace. Si algiiii rato estítis ociosa.
Laida amiga! Sin duda. Laida, que nace
LAIDA. De su claro entendimiento. ESCENA IX.
¡Cómo si es! FL0RIA>0.
PISANO TOMÁS, , Y MARTÍN, con ERf-
FLORIANO. ¿Quereisme dar un contento
Con que requiescat in pace? FILA , asida. —FLORIANO.
Vuestra niajostail me mande
Darme sus divinos pies, FEDRA. ERÍFILA.
Porque entre los aires ande; ¿Cómo ansí? ¿Por (jué me traíais ansí?
Que cierto que es un retrato FLORIANO. PISANO.
De aquel serafín ingrato Dadme esa cinta
Por quien soy loco en Valencia. Estáte queda, furiosa.
Que de Apuleyo animal ERJFILA.
FEDRA. Las mismas rosas me pinta
;Qué linda cara y presencia! Quizá será de mi mal No lo soy ; que ya lo fui.

FLOUIANO. La medicina sucinta TOMÁS.


Será el antidoto solo Ya está en casa la hechicera.
Mucho el corazón dilato;
Deste mal y vos mi Apolo, Pague la patente.
Que á fe que temo por él ,

Si desembarcan fragatas,
A quien deba mi salud. MARTIN.
Verme cautivo en Argel FEDRA. Pague.
O en el rio y sin zapatas ¿Que tendrá tanta virtud ? .
ERÍFILA.
I'^ntre el agua y el cordel. FLORIANO. ¡Presa á mí desta manera!
Mirad que os digo verdades ;
Será mi norte y mi polo.
¡\o me descubráis ninguna. MARTIN.
LAIDA. No es bien que la ley se esliague.
LAIDA.
Mejor es esta encarnada. Pague luego.
Ya temo que del te agrades. TOMÁS.
F LORIAN o.
FEDRA. ¿Quién en mi mal os desvela .
Pague ó muera.
¡Quién fuera , Laida, la luna La bella malmaridada? FLORIANO.
Destas locas voluntades Pido azúcar y canela ¿Qué gente?
LAIDA. ¡Y daisme paja y cebada MARTIN.
¿Luego ya te pagas del las? LAIDA. Gente de paz.
FEDRA. Siempre tuve este recelo. TOMÁS.
Solo quisiera crecellas FLORIANO. ¿Quién os mete á vos en eso ?
En el punto que esta veo. A los recelos decildes ERÍFILA. (Ap.)
Que no levanten el \uelo. Va soy de seso incapaz
LAIDA.
Porque son alas humildes
¿Qué vale un loco deseo? Que en lugar donde no hay seso
Para volar á mi cielo.
Es la opinión pertinaz.
FEDRA. FEDRA. Alto yo quiero ser loca
;

Asegura de perdellas. Esta es mejor, porque es verde. Pues ya no hay otro remedio,
LAIDA. (Dale una ci?ita. Auntfue la causa no es poca,
Celos me dan tus razones. FLORIANO. Y este furor viva en medio
Del daño que me provoca.
FEDRA. Sí,porqueta] esperanza
En ningún tiempo se pierde. PISANO.
Como estás loca, los tienes.
Quiero hacer una mudanza Quédese aqui mientras vengo,
FLORIANO. Que de la vuestra me acuerde. Y guardaos de hacella mal. (Vase.)
Para celosas pasiones, FEDRA.
Ponerse aceite en las sienes
¿Cómo? ¿Del pasado amor? ESCENA X.
Y darse de mojicones;
O si no , sangre caliente FLORIANO. FLORIANO, ERÍFILA, MARTIN,
De murciégalo en la frente; De danzar diréis mejor, TOMÁS.
Que si á quitar pelos vale. Entendeldo allá no mas.
También lo que en ella sale LAIDA. FLORIANO. (Ap.)
Con el celoso accidente; Di tú que loca no estás. ¿Qué es lo que á mis ojos tengo?
y si los celos son cuernos Para un rayo celestial
FEDRA.
¿Quién hay que del los se escape? Del sol la vista prevengo.
¡Vive amor, que son eternos Calla Laida que es error.
,
,
¡Oh peregrina belleza
Por mas que Pan se los tape Estoyme acpii entreteniendo,
Pobreza de mi ventura,
Con hojas de álamos tiernos! Y porque no se enfurezca,
Y de los cielos riqueza
Esto del celoso abismo Mil disi)arates sufriendo.
Corona de la hermosura
Y'a ha pasado por mi mismo FLORIANO. (Ap.) Bien de la naturaleza!
Oid que de cuernos tales
; Temo que me parezca,
bien ¿Estoy conmigo ó sin mí?
Y de celos desiguales Por(}ue sé que á Celia ofendo. TOMÁS.
Quiero hacer un silogismo. Aunque ya Celia cruel
,
Pague luego.
Todo hombre que ama es celoso; Pues te pudiste trocar, MARTIN.
Todo celoso los tiene. Podrá mi pecho fiel.
Porque es al temor forzoso, Paga aquí.
FEDRA.
Pues de imaginarlos viene ERÍFILA.
Aquel efecto enojoso; Gente suena. ¿Ilanme de hallar
¿Qué he de pagar?
Que de obra ó pensamiento. Sola aqui Laida con él?
, ,

TOMÁS.
Es hacer torres de viento LAIDA.
Pensar que nadie se guarda. La patente.
No, Señora; salte presto.
Si bien hay silla y albarda ERÍFILA.
Subamos al corredor;
De menos ó mas tormento; No la tengo.
Que no es pensamiento honesto.
Que una cosa es el temer, FLORIANO.
El que tiene posesión ( Vanse las dos.
¡Ah buena gente!
Lo que puede suceder, FLORIANO.
Y diferente MARTIN.
ocasión ¡Con qué noche de dolor
Ser caso de padecer. Tan bello sol se me ha puesto! ¿Habláis con nosotros?
,; !! ,! !!) ! , , , , , ;

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ILOniANO. (íue es cifra del alta esfera. ERÍFILA.
Si. El cielo os |uis() á los pies. I
Ea, denme un palafrén;
¿Quéoslotluepetlis? Si son el entendimiento, Que me aguarda Mandricardo,
El alma y divinidad
TÜMÁ?. I

FLORIANO.
Sus grados y fuiulamenlo,
La enU-ada. Denme mi caballo y lanza.
á
De fuera esta la beldad
FI.ORI.VNO. Y' un vestido de nuulanza
Y vacío el aposento.
Por ella la pagaré, Hecho de todas colores,
ERÍFILA. (.1/;.)
Si esta süilija es agrada.
(Ap. Pues dejo viejos amores.
Este loco desdichado Por una nueva esperanza.)
MAHTI>'. Es como un vaso dorailo
ERÍFILA.
Muestra, á ver. Que está lleno de veneno,
TOMÁS. i'udiéndole tener lleno Tenme tú de aquese estribo.
Buena es íi fe. Licor ai'oiiiali/.ado. FLORIANO.
Pero con lodo, confieso ¡Y cómo si telerdi'é!
M.\RTl>".
Que sin seso me podría Que eres alma i)or quion vivo.
¿Va ompennrla ó rcuialada? Quitar gran parte del seso. ERÍFILA.
FLORIANO. FLORIANO. {Ap.) ¡Oh ladrón ¿muerdésme ! el pié?
Como os diere mas coiilenlo.
Dichosa prisión la mía FLORIANO.
TOMÁS. Si el mismo amor está preso.
Ladrón no que soy cautivo.
Vivas mil años, amén. Ya es esto darle sospecha. ;

ERÍFILA.
MARTÍN. ERÍFILA. (Ap.)
¿Sabes que soy Doralice?
Avisa á todo el convento Quizá de verme i)ai'ada
Que hoy hay fruta de sartén Que me da gusto sosi)e(lia. FLORIANO.
Y almojábanas de viento. FLORIANO. (Ap.) Tu hermosura me lo dice.

TOMÁS. ¿Seré yo tu Mandricardo?


;,Qué aljaba tan alunada
Pornii fe, que hay brava gira. te diú, amor, aquesta Hecha? ERÍFILA.
{Vanse Murlin y Tomás.) ¿En qué, loco pensamiento, De aquese si me acobardo.
Temptaste la punta de oro? Aunque del me satisíice.
ESCENA XI. ERÍFILA. (Ap.) El otro tenia seso;

Será hablalle atrevimiento.


No puede ser que tú seas.
FLORIANO, ERÍFILA. FLORIANO.
FLORIANO. (Ap.)
ERÍFILA. Oh loca á quien cuerdo adoro
Que me falta te confieso
¡
Pero cuauí'o el alma veas,
¡AyDios! ¿qué tiene este loco, Que solo es loco el tormento!
Verás un notable exceso.
(Jue tan suspenso me mira? Si á mí me estuviera bien
Que supieras que soy cuerdo, ERÍFILA.
FLORIANO.
Quizá me quisieras bien. Pregúntale á mi escudero
Yo lo fuera á mirar poco ,
Si ha venido aquí Rugero.
Lo que cielo y tierra admira. ERÍFILA.

(Áp. Ay de mi que me destruyo. ! (Ap. Como


de un sueño recuerdo, FLORIANO.
¡

Si la pienso hablar sin seso. Y vuelvo á dormir tam'íien. Aquí dice que llegó
ERÍFILA. (.1/).) ;,Soy yo la que de Leonato Y un poco de agua pidió
;,En qué pienso, que no huyo? Fui engañada, y sin recato En casa de un za¡)alero.
Él miedo yo le confieso Padres y |)a!iia dejé, ERÍFILA.
Mas el detenerme es suyo. Yarre|)eiilida lloré ¿Cómo te llamas?
¡(Jué buena presencia y talle!
La bajeza de su trato?
FLORIANO.
¡Oh temor déjame hablalle,
!
Pues ^,qué es lo que pienso aquí?
Deliran.
ü déjame ir, voluntad. ¿ Quien me trujo , o cómo vine

FLORIANO. (.1p.)
A estar tan fuera de mí? ERÍFILA.
¡Que un hombre loco me incline Pues ¿no eras tú don Roldan?
iDivina hermosa beldad
,
Casi á llevarme tras sí
Hable amor, la lengua calle. FLORIANO.
;.En nué pienso? Qué imagino ?
ERÍFILA. (.!/}.) Sin duda que con razón
Y como dolióte goce,
¡Extraña manera delioii.lirc! Por otro igual desatino
Hoy seré todos les doce
;,Que tanto bien te dio el cielo Que á una mesa comen pan.
Me han traído á esta prisión
Con tal censo ? En que á ser loca me inclino. ERÍFILA.
FLORIANO. {Ap.) ¿Qué dudo? Qué estoy pensando?) ¿Conoces á Calaínos?
El mundo asombro Loca soy. FLORIANO.
Ver la hermosura del suelo FLORIANO. Y fuimil veces con él
Abatida crm lal nombre. (Ap. Ya
está eclipsando A caza de golondrinos.
¡Que de tan alta hermosura Las dos estrellas su furia.) ERÍFILA.
r uese pensión tu locura ¡ Ay no hagas tal injuria
!

Al sol , que te está mirando.


¿Yá San soneto?
ERÍFILA. (Ap.)
FLORIANO.
¡Que á tan perfecto edificio ERÍFILA.
Falte el mas divino oficio
YáUrgel,
Loca soy, loca en efeto.
Que adornó su compostura Gran comedor de pepinos.
FLORIANO. ERÍFILA.
FLORIANO. (Al)-)
Cielo estad sereno un poco.
¡Que en tan hermoso a [loscnto
,
Era gente muy honrada.
So haya mas de voluntad ERÍFILA.
FLORIANO.
Y que falte entendimiento! ¡Por mi fe que estáiü discreto
, 1
Pues ¿dígote yo que no?
¡Oh mármol de gran beldad FLORIANO. ERÍFILA. (.4;j.)
Sin agente entcíüdimienlo! No estw sino en verte loco
Oh imagen bella y notable
, ,
¿Cómo este loco me agrada?
Y serlo de hoy mas [a'onieto. O está en seso ó estoy yo
Üetodo el mundo universo,
,

(^oiTuptihle y generable
ERÍFILA. De mi seso enajenada.
Oh cuerpo en algo diverso Afuera, afuera. FLORIANO.
Del otro mundo, admirable FLORIANO. (.Ap.) (Ap. Parece que ha conocido
En dos parles de las tres ¿Qué aguardo? Que no me falta sentido.
Conforme á los otros es Estando loco mi bien, Cúmpleme disimular.)
Mas cu la parte tercera. ¿Para qué el sentido guardo? Quiero salir á cazar;
, , :, , ; , ; : ,,, , !,
; , , ;

LOS LOCOS DE V.\LENCJA. 4-21

;.Hannie caI)alIos trnido, Y no amigo negocio como quiera


, , ¡ Oh amor, en qué peligros
vive y muere
Los l)ra(iuetes y sabuesos. Sino en que estriba de mi alma y vida Quien una vez probó la fuerza tuya!
Halcones y baharíes? El gusto y la salud que me deseas. Déjame con mi loca , ó loco ó cuerdo;
FLORIANO. Que entonces seré loco si la pierdo.
F.RÍFILA. [Jo
Perros en trailla presos, ¿Qué es esto, buen Valerio? Hase sabi-
Y en pigüelas los neblíes. Que estoy por dicha en esta cárcel loco? ESCENA II.
¿Hay alguna desdicha en mi suceso?
FLORIANO. FEDRA, sin ver ó— FLORIANO.
Pues éolienles sendos Imesos; VALERIO.
Queqnií-ro volaren lin. Y'o soy, Floriano, el loco yo soy loco ;
FEDRA. {Para si.)
Si hay azor, un francolín. Que til con soloel hábito que tienes, Acá me
vengo á buscar
ERÍFILA. ¡laces oficio de sagaz y cuerdo. Si hay quien dé señas de mi

¡Malos años y mal mes! No se sabe hasta agora cosa tuya. Que dicen que me perdí
Denme el hilo portugués; Ni se sabrá tampoco, si los cit-íos En este mismo lugar.
Que quiero hacer un garbín. No se conjuran en tu daño y mió. Y' no es poco que me acuerde
FLORIANO. De quien vivo y por quien muero
Que menos memoria esjiero
ESCENA XII. Pues ¿qué es esto, Valerio? Qué suceso Adonde el seso se pierde.
Puede alternr tu cuerda compostura? Con tan extraño tormento
PISANO. — Dichos. ¿Quiénmudó lu color? Quién ha vencido El amor me ha combatido.
Tu raro entendimiento, v ha trocado Que ya no tengo sentido.
PISA NO. De su lugar tu corazón y el mío? Sino .solo sentimiento.
Ya Señora vuestra saya á punto
está , , VALERIO. De mi locura me espanto;
Kntráos acá que quiero qiie se os pruc-
;
¿No trujeron agora aquí una loca Que de oídas, aunque poco.
Y vos, Bellran, no os alleguéis á el la; [be. Kas hermosa que el orden de los cielos, Creí que amor era loco.
Que sois muy gentilhombre y atrevido, Que los i)Ianetas y los elementos, Mas no que lo fuese tanto.
Y donde no gobierna entendimiento, Y que todo lo que es mortal criatura? Por sus ilolores secretos
Tiene mucho lugar el apetito. Conozco ya su rigor
FLORIANO.
ERÍFILA. ¿ Qué ha de dar un loco amor
¿ Es cosa tuya , dime aquella
, loca ?
¿Qué os viene deso á vos, barba de he- Sino tan locos efelos?
VALERIO. l'n loco, y por otra loco.
[i"^.ie"?
FLORiANO.
No es cosa mía ;
pero yo soy suyo. Que es menos obligación.
¿Qué os viene deso á vos, cresta de gallo? Me ha hecho camaleón
FLORIAXO.
PISANO.
Espera, vén conmigo á aquella sala. Cuando sus colores toco.
;. Y'a me le defendéis? Huélgome dello; Que estádesocupada y tiene asientos, No sé qué tiene ¡ay de mí!
Que no os veréis con él hasta la fiesta Y dirásme despacio tu suceso. Que hechiza cualquier cordura.
Üe los benditos niños Inocentes. Mas ay ¿qué mayor locura
¡ !

VALERIO.
ERÍFILA.
Que no ver que estaba aquí ?
¡Ay Dios!
¡Mal año para vos que yo soy libre! FLOriANO. FLORIAXO. {Ap.)
Y imedo hacer de mi capote un trasgo ¿Suspiras? Ya que desta he de guardarme
Y de mi corazón unas alforjas. Y' conozco su inlencion
VALERIO.
PISAXO. Quiero , huyendo su pasión
Entra , acabad. ¡ Bueno Pierdo
! el soso.
Con mi pasión remediarme.
ERÍFILA. Fingiréme menos cuerdo
Adiós, hermoso loco. De lo que otras veces fui.
FEDRA. {Ap.)
Divina loca ,
FLORIANO.
adiós.
ACTO SEGUNDO. Por un loco estoy sin mí.
PISANO. ¡
Qué injustamente me pierdo!
FLORIAJiO.
Poquito á poco. ESCENA PRIMERA.
{Llévase áEn'fíla.) ¿Habéis visto por allá
FLOIilANO. Lna cosa que perdí?
ESCENA XIII. Cansada estar pudiera la fortuna
FEDRA.

muchos agravios que me ha he-


Y ¿tú no me
has visto á mí.
FLORIANO. De los
Que ando en pena por acá?
Dejando ya sin resistencia alguna [cho.
Las tlaca's fuerzas de mi débil pecho. FLORIAXO.
Vete despacio, pensamiento mió;
Que como otros se pierden por el viento, Jamás (¡ue nuestro ruego la ini¡iortuna Hermana s si andáis en pena
l'or el mas bajo y áspero elemento,
Dará sin muchos daños el provecho: Muy cierta tendréis la gloria.
A su pesar de laVazon te guio. Libróme de la muerte, y de tal suerte. FEDRA.
Til vas donde te lleva el albedrío Que agora estoy mas cerca de la muerte.
Yo bellos y divinos ojos
vi los ¡Oh palabra de Vitoria
("üu fuerza de un primero movimiento, De grandes misterios llena
Y yo lloro con cuerdo entendimiento Por donde amor vertió locura y fuego,
Y'como mariposa, mis despojos FLORIAXO.
Las ansias de tu loco desvario.
No me aventuresá tan loca empresa, A su amorosa luuibi e arderse luego Oh sabrosa berengena ¡

Pues no hay contento que esperar de un Y cuando me bastaran los enojos Membrillos y zanahoria.
floco.
De mi fiero mortal desasosiego, Que echó en arrope de Coria
Cuando á faltar entre los cuerdos viene. Quieren mis hados que el mayor amigo Él poeta Juan de Mena!
Pesa tu daño, y tu provecho pesa: Sirva por instrumento á mi castigo.
FEDRA. {Ap.)
Di'jame en paz; que no es razón tampoco ValiM'io, que es de todo mi secreto
.\rcljivo, anifiaro, defensor y asilo, presto le vuelve el seso
Qué
Perder el seso por quien uo le tiene. ¡

Por osla loca , por el mismo eleto. El furioso frenesí!


Sigue de amor el amoroso estilo, FLORIAXO.
ESCENA XIV. Y dice (pie le pone en tanto a|)rieto, ¿Sabéis desto que perdí
Que su curso vital cuelga de un hilo, Y os daré en hallazgo mi queso?
VALERIO.— FLORIANO. Y que la ha de gozar, ó cuerda ó loca ;
FEDRA.
Que amor ha menester cordura poca.
VALERIO. Para esto dice que pedilla quiere, Pluguiera á Dios que supiera,
i

No me agradezcas ni á fineza tengas A titulo de que es parienta suya Como sé lo que has perdido,
Que tan aprisa tus visitas haga Porque con el honor que se reijuiere Adonde está tu sentido.
i'ues vengo agora con negocio propio A su primero ser la restituya. Porque yo te lo trujera!
! , , ; ,
; , , , ;
, ; ,; ! ;,

129 CÜ.MEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FIORIANO. Pretende liesbaralallo. Quiere hurtar la bendición
¿Haceislo por las albricias? Y son cosas tan pesadas A la hija verdadera!
¡Oh lii doimcha golosa! Amistad y bien (picrer FEDRA.
A ser vos la mas herniosa, Que adelante podria ser Quiérome quitar de aquí;
Yo os dijera mis malicias. Que me entrase flux de espadas. No diga algún disparate. {Vuse.
FEI>RA. FEDRA.
Pues esa que tú querías, En lin , ;.qne tú aventuraste ESCENA IV.
¿Tiene mas meveeimientos? Mi esperanza ?
FLORIANO. FLORIANO. FLORLVNO, ERÍFILA.
Tiene de nieve y pimientos Y aun la mia. FLORIANO.
Los dientes y las encías. FEDRA. (.4/). No hay alcahuete que trate
Queríala . y aun la quiero, ¿Quieres otra? Mejor mi l'avor ])or mí.
Que ansi dii;o mas verdad,
FLORIANO. Olí celo, que el amor creces
Porque es de mi calidad ¡

Dieii querría, ¿Quién te llama hijo de amor? •

Y muere del mal que muero.


Si no os pesa que gaste; la Su padre (lila mejor;
FEDRA, Que le engendras muchas veces.
Que antes se alegi'an mis ojos.
Por ella loco en eleto.
;, , ,
Que en semejantes contiendas Negociado has mi remedio
Lo que te íalla has perdido? Pueda yo dar tales prendas Mas ¿cómo se ha suspendido
FLORIANO. A mi señora en despojos. La (pu! del alma y sentido
¿Dónde está la cinta? Ha puesto su silla en medio?)
Cuando allí pierdo el sentido
¿Cómo calláis vos agora?
Soy en extremo discreto. FEDRA.
¿Qué melancolia es esa?
Mas no es lo que l)usco eso; Aqui.
Otra cosa me ha tallado; ERÍFILA.
FLORIANO.
Que á le que es bien empleado De haber hablado me pesa
¿En la imite?
Perder bien perdido el seso. Con la reina mi señora.
FEDRA.
¿Veisme con aquestos trapos? Lo uno porque ya vos
¿Ñola ves? Pensaréis que soy muy vuestra
Pues jterdi.^.
FEDRA.
FLORIANO. Y lo otro por la muestra

¿Qué, ¡lor mi vida? Pues quitáosla. Que me habéis dado los dos.
FLoniANO. FEDRA. FLORIANO.
l'na borrica parida Mejor es Elvira plega á los santos
,

Con una toca de papos. Que me la quites tu á mi. Que si yo la quiero bien.
FLORIANO. Que me mate una sartén
FEDRA. (Ap.) Con sus duelos y quebrantos,
¿Que esto no desenamore. Ya desato la lazad.i.
Y si no soy Mandricardo
Sino que obligue á deseo? (Desátale una cinta de la cabeza.) Y esclavo de Doralice,
FLORIANO. FEDRA. {Ap.) Por cosa que jamás hice
Hace el no seros muy ico ¡Ay Dios! ¿Si le abrazaré? Me vistan de paño pardo.
Que mi esperanza mejore; ¿Si podré? Mas bien podré ;
Como ella es mujer burlona
Que .si bien os parecí Que es loco, y no importa nada. Y criada cuesta casa.
Siendo tan cuerda mujer, Jugamos de i)asa |)asa
FLORIANO.
líien lo puedo parecer Y iiicele la mamona.
A ¿Andaisme en las faltriqueras? Si otra cosa hemos tratado
quien me parece á mí.
¿Algo me queréis hurtar? Yo y aquesta chocarrera.
FEDRA.
FEDRA. {Ap.) Luego en tu desgracia muera
¡Qué lindo ingenio tendría Frito, cocido y asado.
Por la beldad natural. Aun no me atrevo á juntar
Si curase deste mal Los brazos. ¡Oh amor! ¿qué esperas? ERÍFILA.
Perro ,
¿agora os hacéis bobo?
FLORIANO.
¿Ya habláis en íilosofia?
ESCENA III. Asado os ()uicid laiubien,
Y si no me sabéis bien,
Y aun tenéis mucha razón ERÍFILA con sayo de girones
, ¡j una Os haré echar en adobo.
Que el ingenio tiene aumento
Con buen temperamento,
el
cuperucilla de loca. — Dichos. Luego que vine á esta casa
Puse los ojos en vos
Y la buena complexión ERIFILA. Poifiue no me diese tos
Ayuda á su movimiento. El juego de pasa pasa.
Porque del alma ya es llano No me desagrada el lazo.
'

,
menos;
iguales sois a lo Mandricardo halléis de ser.
Que ha de ser el cuerpo humano Aunque pese á Rodamonte,
l3e sus obras instrumento.
Por muchos años y buenos
Gocéis los dos el abrazo. FLORIANO. {Ap.)
FEDRA. ¿Erais vos el que quería
¿Qué hiciste de aquella cinta \Oh amor de por medio ! ponte
Ser mí esposo , Mandricardo? Y enseña aquesta mujer
Que de esperanza te di? Desil(! agora me acobiudo
Dale agora su sentido.
FLORIANO. De loque |iensado liabia.
Si á quien le tiene le quilas.
Perdíla luego que vi Y vos casada secreta
,

ERÍFILA. {Ap.)
La figura por la pinta; Doncella de Dinamarca,
Que corno no estaba ciego ¿Miráis si sois de la marca Amor, pues al cielo imitas
De amor ni de conlianza Con esta lanza jineta? Enmienda á loque has perdido.
Descarté aquella es|)eranza Si sois cuerda , ¿qué queréis Si esto no es naturaleza

Porque me entró mejor juego. Ser entre los locos loca? Dale su seso á este mostró.
¿P(jr ípié tanto cuello y toca FLORIANO. {Ap.)
FEDRA.
Y tantas galas traéis?
¿Qué te entró?
Sali al'uera , noramala
¡Oh amor jion alma en un rostro
!

FLORIANO. Que es monstruo de la belleza


Que tiene dueño este loco.
Haz que me escuche mi pena
l'na reina de oros,
Carta nueva en la l)araja.
FEDRA. Y que me entienda mi mal.
Elvira poquito á jioco. EUÍl ILA. {Ap.)
Que hace á mil reinas ventaja ,

Para ganar mil tesoros. ERÍFILA. Amor, un milagro tal


Auncjue un diablo de un caballo Subios luego á la sala. Vitoria es tuya, y no ajena
De por medio se meüó, ¡Valga el diablo la parlera, Haz que este loco me entienda,
Que cou mas cartas que yo Y cou qué poca ocasión Porque sepa agradecer.

, , ; , :,,, , , !, ; !

LOS LOCOS DE VALENCIA.


Fi.oinANo. (.1/;.) FLORIANO. flor!a:,o.
Cielo, esta loca mujer Y mí como el tocino
tú A ¡Ah puto viejo!
A tu poder se encomienda. Después del Sábado Santo. ¿La paz os parece mal?
ERÍFILA. (Ap.) ERÍFILA. (Ap.) PISAAO.
Yo no quiero declararme El responde en mi lenguaje. Yo os haré una guerra tal
Hasta ver si fiarme puedo. Que os escueza el salmorejo.
Válanie Dios, ¿si no es luco?
FI.ORIANO. (Ap.)
FLORIA^O. {Ap.)
¡Ah , Martin Hola Tomás
! ¡ ,

De aclararme tengo miedo Esta es cuerda, y no floriano. {.\p.)


lo os poco.
Hasta ver si puedo liarme. Desdichados hemos sido.
ERÍFILA.
ERÍFILA. (Ap.)
Yo vengo de alto linaje.
Ansí loca, bien podré ESCENA VI.
Decilltí mis pensamientos. FLORIA\0.
FLORIANO. {Ap.) Yo también soy caballero. TOM.\S, MARTIN.— Dichos.
Loco diré mis tormentos Con renta que "allá en Paris
Aunque es bien cuerda mi Vale mil maravedís, TOMÁS.
fe.
Y ando ansí porque yo quiero. ¿Qué hay nuevo? Qué ha sucedido?
ERÍFILA.
Hola, buen hombre, ¿por dicha ERÍFILA. PISANO.
Sabes tú lo que es amor? A mí me sacó un ladrón A fe que no se hablen mas.

FL0RIA\O.
De en casa de un i)adre hidalgo, Al señor cchá unos grillos,
Y se me fué como galgo Y á la dama unas esposas.
Ahorcado esté el traidor Sin llevarme el corazón. ERÍFILA. {Ap.)
Al humo como salchicha. Y porque me halló esta gente
Deseo que engendra el ver A serlo fueran dichosas
Dando voces deslocada De los pies que han de sufrillos.
Pero es contrario sugeto. Me trajeron agarrada
Porque el tin deste es su efeto, ¿Que han de aprisionar mi bien?
Al audiencia del tiniente.
Y de amor aborrecer. FLORIAXO.
FLORIANO.
ERÍFILA. (Ap.) Ponédmelo todo á mí;
Pues yo dicen que maté Que yo tuve culpa,
¡
Ay amor, qué bien empiezas!
,
Un príncipe de Aragón
PISANO.
FLORIANO. Y por tan fuerte ocasión
En esta cárcel me entré. ¡Ah:¿sí?
Deseo, en fin de lo hermoso. ,

Hago FLORIANO.
Dicen que hay dos y es forzoso , y guardo el cuello
el loco ,

Que haya también dos bellezas, Del solivianos a ;«fl/o; A mí pues. Matusalén.
La liernmsura corporal, Que mas quiero sufrir palo {Ap. Quisiérame hacer furioso;
Y la otra intclecliva. Que no perder el resuello. Pero temo la prisión.)
De quien el cielo te priva {Vuelven en si.) MARTIN.
Solo por hacerme mal , n
¿No sabéis la condición
ERÍFILA.
Pues te falta el ornamento De aqueste lios|)ilal mocoso?
Del alma mas necesario. ¿Díceslo de veras? ,

¿Cuándo habéis vos visto estar


ERÍFILA.
FLORIASO. Los hombres con las mujeres?
Calla, loco incierto y vario, Sí.
PISANO.
Mas que la luna y el viento. Y tú ¿díceslo de veras? Llevaldosya.
FLORIANO. ERÍFILA. FLOR ANO.
I

Y á ti también ¿no te toca Yo sí.


¿Masque quieres
La variedad de la luna? FLORIANO. Llevarme á dar de cenar?
ERÍFILA. Pues, por Dios que quieras.,
ERÍFILA.
En el cuerpo tengo alguna; Mi bien dolerte de mí.
, ¿También me lleváis á raí?
Que en el alma no soy loca. Mira el amor que te tengo , PISANO.
FLORIAXO. Pues que loca y sin jiiicio
Llevalda ya, noramala.
Si á la luna parecieras
Te digo el secreto indicio
De que por tí á serlo vengo. ERÍFILA.
En amar al sol , de quien ¡Oh maldita martingala
Recibe luz vida y bien ,
, ERÍFILA.
De las mas lindas que vi
Ejemplo de amores fueras; Amigo no soy Elvira,
,

Aun(|ue si en el nacimiento {\anse todos, menos Pisano.)


Ni loca, como has pensado;
Con Mercurio ¡atuvieras. Que mi nacimiento honrado
Tan casta como ella fueras A mayor nobleza aspira. ESCENA VII.
En daño de mi tormento. Erííila fué mi nombre
Mas lú que de amor preguntas,
, Hasta que llegase aquí PISANO.
¿Conoces de su dolor? Bien puedes liar de mi
No me espanto que esta loca
ERÍFILA. Secretos queá ningún hombre;
Tenga enamorado un loco;
Sé que es nuestro padre amor Que yo le adero y te amo
Que á un cuerdo que no lo es poco,
Y todas las cosas juntas Y soy luya hasta la muerte.
A dalle el alma provoca.
Y de la i)lática sé FLORIAAO. Por ella traigo el ceibelo
Desde el punto que te vi; Venturosa fué mi suerte; Mas mudable que un molino:
Que antes desto conocí Suerte del cielo la llamo. ¡Oh amor! si eres desatino,
Por teórica mi fe.
Dame, Señora, esos brazos. ¿Cómo eres dios en el cielo?
FLORIANO. ERÍFILA. Cuando cuentas y clarete
Luego ¿ alguna fe me tienes? Me liabiaii de entretener,
Aun jiicnso que no soy dina.
¡Me viene amor á |)oner
ERÍFILA. (Ap.)
(iarccticas y cojiete!
Este ¿es cuerdo por ventura? ESCENA V. Perdida va la veleta ,
FLORIANO. {.Ap.) No hay que liar en la edad
¿Tiene esta agora cordura?
PISANO.— Dichos.
Que siempre es la voluntad
ERÍFILA. PISANO. Del apetito alcahueta.
Con todo, es tal mi |)asion.
Agora á entenderme vienes?
;, ¡Oh mal garrote de encina
,

Digo que me agradas tanto Que |)or ventura la estimo.


Que os haga el cuerpo pedazos!
Como la pimienta al vino. ¡No está malo!
; , , ; , , ; !!

«-21 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA VIII. PISANO. FLORIANO.
Suspenso está mirando las estrellas. Basta.
TOMÁS. — PISANO. No tenéis que lenu-r \ eiiid conmigo ;
A mi me importa mas que á ti el secreto.

TOMÁS. Daréos un regalo mientras llega TOMÁS.


primo
La hora de cenar. Y'a séqueaunqueeres locoeresdiscreto.
Nuesamo aquí , está su
El vergueta de Aragou. LIBERTO. (Vuse Floriano.)
P1S.\N0. Rasta el de veros.
¿Dices Liberto?
En cuidado me ha i)uesto aqueste loco. ESCENA XII.
( Vaiise Pisano ?/ Liberto.)
TOMÁS. ERÍFILA con esposas.— TOMkS.
,

Ese propio. ESCENA X. erífila.


PISA NO.
(Ap.Escapádome he, por Dios,
Pues entre muy norabuena TOM.\S.
Aunque con esposas vengo;
En su casa , aiuiqae es ajena
Que aunque de hierro las tengo
Que ai cuoi do es lugar iniproi)¡o. No hay secreto en el mundo que lo sea.
l*or esto dicen que la tierra ha dado
No es ninguna de las dos.)
Con voto eterno esta palabra al cielo, ¿Qué hacéis por acá, Tomás?
ESCENA IX.
Y que tienen oidos las paredes. TOMÁS.
LIBERTO.— Dichos. Si agora este secreto me importara Ya lo veis, buena mujer.
Librara mi persona de la muerte Si el viejo os echa de ver,
LICERTO. La del hermano ó el amado amigo. A fe que os encierre mas.
No os quejartMs do que á Valenciavengí) ERÍFILA.
Sin veniros a ver en apeándome. ESCENA XI. Y'a¿no me tiene sin manos?
PIÍAXO. ¿Qué quiere? Qué tengo? ¿Rabio?
Dadme esos brazos una ymuclias veces.
FLORIANO , con grillos. — TOMÁS. TOMÁS.
LIDERTO. FLORIANO. Pues por mi fe que hace agravio
[viven
Dos veces á lo menos quiero dallos, (Para SI. Bueno es tener amigoslos (pie
A los cielos soberanos
L'na por deudo y otra por amiiio; Sujetos deste mundo á la miseria;
Que de alguno eres estrella.
Que me precio de amigomasquedondo. Mas yo ¡triste de im!
he tenido los Según tienes resplandor.
PISANO. Para solo mi mal y desventura. ERÍFILA.
.\qui tenéis. Liberto, aquesta casa, Aun habloen seso sin mirar quién oye.) Por solo aquese favor
Aunfjue parece maliciosa olería; ¿Qué hay por acá, Tomás? Me bajo de la querella.
Pero si ella lo es. en esle |)eclio TOMÁS. ¿Parézcote muy bonita?
Tenéis la voluntad pronta á serviros. ¡OhBeltranico! TOMÁS.
¿Qué negocios os traen á Valencia? ¿Cómo va de pigüolas? ¿son pesadas? ¡Vive Dios, que estaba cuerdo,
LIBERTO. FLORIANO. Y que en verte, el seso pierdo,
;.Nobabeis sabido aquel suceso triste Poi que tu rostro le quita
Echáronme, Tomás, los de la vieja.
Del principe Reinero, hijo legitimo Como dicen algunosen Castilla ¿Quiéreste casar conmigo.
Del conde Arnolfo? Que fué una mala hembra, (¡uemurién- Que soy?...

PISADO. Dejó de piedad su hacienda toda, [dose, ERÍFILA.

Por acá se ha dicho, Para comprar prisiones, á las cárceles. ¿Quién?


Aunque de algunos es tenido á fábula. T05IÁS. TOMÁS.
tIBERTO. Iguales las tuviera el desdichado Gran turco soy.

¡Pluguiera á Dios, oh [)rimo, que lo fuera! Que ha niiicrío, según dicen, á Reinero, ERÍFILA.
Muerto es sin duda , y por desgracia Y le van á buscar por todo el mundo La fe y palabra te doy...
[muerto Con retrato que llevan de su rostro.
TOMÁS.
A manos de un varón de la montaña , FLORIANO, [sabe-s? ¿De qué?
En cuya l)usca vengo, entreoíros muchos (Ap. ¡Válgame el cielo! ) Y tú ¿de qué lo ERÍriLA.
Que á varias partes vamos repartidos. TOMÁS. De comerme un higo.
PISANO. Un hombre de Aragón que del portero TOMÁS.
¿Quién duda que se haga diligencia? Ks primo según dicen
, , ha venido
Luego ¿no quieres casarte ?
¡Plega á Dios que le halléis ! que á fe que ¡ín busca suya, y su retrato trae.
ERÍFILA.
[os fuese Llámase á !o que pienso...
Una prisión de crédito y provecho. Si hubiera cura, sí hiciera.
FLOKIANO.
LIBERTO. TOMÁS.
¿Cómo?
¡Que por un cura cualquiera
Todos llevamos retratado el rostro; TOMÁS.
Que han hecho copias del en Zaragoza Empieza
Me pierda yo de gozarte
me ha ERÍFILA.
Para que no se pierda por industria. Por flor, y lo demás se olvidado.
P1SA>0. FLORIANO. ¿Sabes quién está ordenado
Í)e hacer este casamiento?
Ilolgárame de verle por extremo. ¿Dijo por dicha Floriano?
TOMÁS.
LIBERTO. TOMÁS.
¿Quién?
Presto podréis cumplir ese deseo. El mismo; ERÍFILA.
Esleeselmaitudor. [Muestra un7-etraío.) Asi , así , Floriano, que era un hombre
Deliran.
PISANO.
De treinta años , un año mas ó menos.
TOMÁS.
¡Gentil presencia! FLORIANO,
¿Dícesloá tiento?
¿Cómo dicen las letras? Y ¿adonde fué?
ERÍFILA.
LIBERTO. TOMÁS.
Antes tengo pensado.
lo
Floriano Sin duda á ver la casa ; Llámamele por tu vida;
Mtatisswz veinte y nueve ó treinta. Que nadie viene aqui que no la vea. Que prima ha cantado ya,
PISA>0. FLORIANO. Y á los dos nos casará.
Miradoel rostro, me ha movido á lástima. Por Dios que pienso ver ese retrato.
,

LIBERTO. Quédate aquí que voy cu busca suya.


; Dámela mano.
dicha aqueste loco?
,-.Hnnos visto ]>ov TOMÁS. ERÍFILA.
Que nie importa la vida en el secreto. No digas que le he diciio nada. Está asida.
, , ,
;
, , ; ; ;
! ,; ; ; ; ?; .

LOS LOCOS DE VALENCIA. 12:í

TOMAS. Que no nos oyen ni hay quién. ESCENA XV.


Pues voy. ;,Es verdad qüc aquí han venido
ERÍFILA. Con tu retrato á buscarte? PISANO, LIBERTO.— Dicnos.
Anda. floiiia.no.
LIBERTO.
{Vase Tomás.) Del alma quieren sacarle
No me puedo detener
Este tu loco Ungido.
ESCENA Xm. Pero no te cause pena;
Que tengo mucho que hacer.
Que de la suerte (¡ue estoy. P1SA>0.
ERÍFILA. Libre del pcügro voy ¿No os queréis servir de mi?
Que el rey de Aragón me ordena; LIBERTO.
Amor piadoso. Que no seré conocido ,
Pues \-uelas y no reposas El haberos visto sobra,
Tan loco y desíig-urado.
Y aquesta famosa casa.
Venida á ver sus tres esposas
EP.ÍFILA.
El que me das por esposo. PISANO.
Venga aquel por quien tan grave Gran secreto me has liado ¿Aquí estáis vos? ¿Esto pasa?
Prisión en (jue estoy metida,
Conozco (|ue me has querido.
Tengo por dichosa vida Y pues deso estás seguro. FLORIANO.

Y por tormento suave. Hablemos en nuestras cosas. Siempre me hacéis mala obra,
Venga aquel por quien es poco FLORIAXO. Y mas ahora que andáis
Que el seso y la vida pierda. • Con esotro bel lacón
¿Que echaron esposas?
al fin te
Por quien tengo el alma cuerda ¡6h hierro dichoso y duro!
Que busca mi perdición.
Y el entendimiento loco; Oh hierro que has acertado ERÍFILA.
Que es tal aquella hermosura A ser prisión venturosa ¿Quién sois vos? ¿A quién buscáis?
Por quien vivo y por quien muero En la parte mas hermosa LIBERTO.
Que para siempre no quiero Que ha dado!
el cielo á la tierra
Yo hermana vengo
, , á buscar
Volver á mayor cordura. ¿Mate hecho alguna señal?
Un famoso delincuente.
I
Ha sido tan atrevido?
ESCENA XIV. j
¿No está muy agradecido FLORIANO.
De gozar de gloria tal? Sospecho que está presente,
FLORIANO, //snaí/fl /fl cara. -ERÍFILA. Mas no es posible que encarne: Y que no le habéis de hallar.
j
Que enternecido de ti, LIBERTO.
FLORIANO. l'Ap.) Se habrá recogido en sí
i
Lo postrero puede ser.
Bueno vengo desta vez Por no lastimar tu carne.
Con la máscara fingida ERÍFILA.
¡Oh , quién ese hierro fuera
Bien parece (|ue esta vida Por gozar de tal tesoro, ¿Que ha hecho?
Es un juego de ajedrez. O por convertirse en oro LIBERTO.
¡Oh cómo es mudable y vana I i Que tu mano enriqueciera Mató el tirano
Y échase en esto de ver, :
¡Que tal te traten por mi A un rey-
Que una pieza blanca ayer 1 Áquesas carnes hermosas! ERÍFILA.
Puede ser negra mañana. ERÍFILA. ¿Y el nombre?
j

:
Manillas son, que no esposas, LIBERTO.
Deliran. Estas que sufro por tí.
i Es Floriano.
I
Joyas son que amor me dio; ERÍFILA.
Elvira. I No es bien que esposas las llames:
ERÍFILA. i
Que no quiero yo que ames Pues veis aquí su mujer.
¿ A qué efeto '

Mas de una esposa y ser yo.,


LIBERTO.
Te has puesto ansiV I FLORIAXO, Graciosa loca y hermosa.
FLORIANO. ! Si son joyas y manillas PISANO.
Mi señora, ;
Que da amor á los amantes Es pcrfela por extremo.
.luego al ajedrez ahora
i
De perlas y de diamantes FLORIANO.
Porque es un juego discreto. 1
Pienso algim tiempo cubrillas.
Un rey con dos mil peones, j
Bien parece que los dos ¡Hola Vive Dios que os temo
!

Siendo yo un caballo pobre ,


í Solo uno somos ya Por esa gaita golosa
Me persigue hasta que cobre •
Que de dos hecho nos ha Que en mi vida os ofendí
Su venganza en mis traiciones. ¡
Solo un cuerjio el ciego Dios; Mas de lo que agora veis
Hoy me ha venido á buscar Pues viendo aquestos villanos Pero creo que traéis
A acjuesla casa un arlil Que el jn-eso uno solo es, Ciertas bulascontra mí.
Que con un jaque sutil Á mí me hierran los pies, PISANO.
Cn mate me fpiicre dar; Y á vos Señora las manos
, ,
Este es un gran estudiante
Y porque en mi mal se alegra. Que con esto quedará Que de amor enloqueció.
Ya de matarme lesuelto I)e pies y manos seguro
FLORIANO.
De pieza blanca, me he vuelto, Este preso, que yo os juro
Como veis , en pieza negra. Que aun muriemlo no se irá. Y este un asno que tiró

ERÍFILA. ERÍFILA. Dos coces á un elefante.

¿Que aqoesearfil ha.venido? Los que en los pies te pusieron PISANO.


Tengo en las entrañas yo; Estotra es una mujer
FLORIANO.
Que estos que tu amor me dio,
i

Dicen que trae mi retrato,


;

Que dice que la lian robado,


(",orona de gloria fueron
Y por eso me recato i
Y en aquesta lema ha dado.
1 Solo siento que mis brazos
Y vengo desconocido. No se pudiesen abrir,
ERÍFILA.
ERÍFILA. !
Para en ellos recibir ¿Sabéislo vos , bachiller?
Ese juego ya me llama i
Tus amorosos abrazos; ¿Qué tenéis que ver en oso
A que pierda mi sosiego. Mas como mi alma puede. Si me han robado á traición.
Imaginados los da. Con grillos tengo al ladrón
FLORIANO.
FLORIANO. Preso está.
¡Y cómo! si sois del juego,
FLORIANO.
Y no menos qne la dama. El alguacil viene ya.
Por eso ayudadme bien ; ERÍFILA. Yo soy el i)reso.
Que esloy muy cerca de preso. ¿Quieres que huya , ó me quede? LIBERTO.
ERÍFILA. FI.ORIANO. Por mi vida que es hermosa
,

Bien puedes hablarme en seso; No importa quédale


;
aquí. Y á compasión me ha movido.
,; ,
; ,, ,;

1-26 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,


ERÍFILA. LIRERTO. ESCENA XVII ,

¿Qué es quesicosa, marido. Hora es que yo me vava


Tres es|)osas y una esposa? Y antes (jue ¡ieje á A'ah>ii('ia LAIDA.— Dichos.
FLORIANO. Volveré á vuestra presencia.
Las trévcdes. LAIDA.
FLOUIANO.
ERÍFILA. Poco vale quien desmaya. "
De aguda puedo loarme.
¡A (pié buen tiem|)obajé!
¡Bien poi' Dios! Diz que traéis un retrato
Suelta la loca, ladrón.
FLORIAAO. De ciarlo moro de Argel.
ERÍFILA.
Malo estaba de acertar. ERÍFILA.
Yo me holgara harto con ¡Oh traidor! ¡Forzarme á mí!
ERÍFILA. él,
Anda bellaco escolar,
,
Y de miedo no lo trato. LAIDA.

Yo soy una y estas dos. LIRERTO. Luego ¿él te forzaba?

FLOnL\>0. ¿Queréislo ver ? ERÍFILA.


¿Parécete que erré poco? FLORIANO. Sí.

¿Cuyas son? que no me acuerdo. Si ,


por Dios. FLORIANO.
ERÍFILA. LIBERTO. Fuerza fué del corazón.
Las dos son de aqueste cuerdo, Pues veisle aquí descogido. LAIDA.
Y la una deste loco. •
{Enseña el retrato.) Estudiante ó Satanás,
PISAXO. FLORIANO. Que esto debiste de ser,
Poco tiempo eslar.á aquí Pardiez, que está parecido, ¿Qué te ha hecho esta mujer.
Que es muy principal nmjer. AuiKiue no os parece á vos. Que siempre con ella estás?
LIÍIF.RTO. Pues yo conozco á su dueño, FLORIANO.
Bien se deja conocer. Y sé muy bien dónde eslá. Hame dado un mojicón
FLORIANO. LIBERTO. Por medio de las entrañas;
Irme quiero; tarde es Que ha tenido por hazañas
Y VOS ¿conoccisnie á mí? ya.
Matar un muerto á traición.
LIBERTO. FLORIANO. Y por Dios, que he de vengarme.
Ni OS conozco , ni aun quisiera. ¿Qué me daréis si os lo enseño? Hasta que el suyo le vea.
FLORIANO. PISANO. ERÍFILA.
Pues á fe que os iniporlara. Salir (juiero á acompañaros. Y'a ha vistoque desea,
lo
LtBERTO. LIBERTO. Notieiieya que buscarme.

Tenéis muy negra la cara.


Eso no. LAIDA.
PISANO. Deliran, no la mires tanto;
FLORIAXO.
Dejadme un poco. Mírame á mí.
Mas negro, á ser blanco, fuera.
{\'anse Visuno y Liberto.) FLORIANO.
Vos seréis gavilán manco.
Ya te veo
LIBERTO. ESCENA XVI. Pero llévame el deseo
De ser como soy me alegro. A que te dé con un canto.
FLORIANO, ERÍFILA.
FLORIANO. LAIDA.
¿Sabéis por qué estoy tan negro? ERÍFILA. Asirte tengo la mano.
Porque no deis en el blanco. Ahora digo que eslás loco. A fe que no has de ir tras ella.

ERÍFILA. FLORIANO. ERÍFILA.


Amarga está la librea. No os enturbiéis, ojos claros; ¡Oh qué graciosa doncella
,

FLORIAXO. Que no hay temer mal suceso Para de invierno y verano!


Soy, por no buscar cuartagos. En lugar que vos estáis. Mucho se os abrasa el pecho.
Loco (le los reyes magos, Aunque el hábitodigais ¿Andáis en caniculares?
Y embajador de Guinea. Que imprime falta de seso. LAIDA.
(Contra un rey no valen postas. ERÍFILA. ¿Que aun en verme no repares?
PISANO. El alma me has alterado. ERÍFJLA.
Una nueva quiero daros FLORIANO. Aun de burlas es malhecho.
Elvira. Mi bien , en mí lo he sentido Quedaos con Dios, Mandricardo;
ERÍFILA. Como quien el cuerpo ha sido Que me saben mal los celos.
V yo presentaros Donde agora habéis estado; FLORIANO.
Estas que me están angostas. Que cual forma sustancial, ¿Cubrir piensa tales cielos
PISANO. Y yo materia en que vive, Aqueste nublado pardo?
A nuestro administrador De quien con acto recihe ¡Oh pesar de Rodamonte!
Perfección lo que es mortal me lleva?
El pariente que sabéis, ¿Que á Doralice
Os pide.
Luego sentí movimiento
ERÍFILA.
Y me leinljló el corazón.
ERÍFILA. Yo te cerraré la cueva.
¿Y esa tenéis ERÍFILA.
FLORIANO.
Por buena nueva, hablador? Ha sido en esta ocasión
Extraño tu atrevimiento. Cierra, y súbete en el monte.
PISANO.
FLORIANO. {Winse Eripla y Floriano.)
Sabe Dios lo que lo siente
Quien gustaba de escucharos. Pues me libré desle mal ESCENA XVIII.
IMce que finiere curaros ¿Sabes mi bien qué quisiera?
, ,

En su casa honradamente. ERÍFILA. LAIDA.


ERÍFILA. Ya te entiendo, y si pudiera
¿Esto es posible? ¿Hay dolor
¡Mal año y mal mes, hermano! No tuviera gloria igual.
Que al que padezco parezca?
Antes que allá coma y duerma. FLORIANO. ¡Que por un loco padezca
Mas me quiero estar enferma, Tu amorosa estimativa Que á otra loca tiene amor!
Que curada de tal mano. Entiende mis intenciones Bien sé yo de qué ha nacido;
Tiem-aqui (anta virtud De mis inciertas razones. Que como junios están
l'na cierta voluntad, Con deseo de que viva; Del verse y hablarse harán
Oiie quiero mi enfermedad Pero yo te abrazaré, Hábito al alma y vestido.
Mas que alguno su salud. Si no puedes abrazarme. Pues no ; no; que yo pondré.
; ;! ,, , —
? ; !! ,, ; , , , ! ,

LOS LOCOS DE VALENCLX,


Metiéndome de por medio A gozar de mi bien todo! FEDRA.
En su locura remedio, i ¡ Ay de quien leha de perder! Como lo cuento.
Y el agravio de mi fe. LAIDA. LAIDA.
No siento industria mejor ¡Hola, dueña, ah camarera!...
Para poderme quedar Y ¿quién hizo el casamiento?
En este mismo
lugar, FEDRA. FEDRA.
Sino seguir su furor. ¡ Oh quién tan loca estuviera! El Papa.
Fingirme quiero furiosa, ¡Qué venturosa mujer LAIDA.
Y dar en un frenesí LAIDA. Mas papahígo.
Que si me
dejan aquí. Traedme un búcaro de agua FEDRA.
Seré cuerda venturosa. Y una niranja. ¿Venis? Pues ¡qué! ¿pensó la fregona
Ea pues, ¿qué me detengo FEDRA. (Ap.) Casarse ella con Beltran ?
[Vocea como loca
Ya me admiran... LAIDA.
¡Hola , gente de palacio
LAIDA. ¡Ay! ¡A la reina de Oran
¿Cómo venis tan despacio?
Decilde al Rey que ya vengo. Dueña ,
¿ois? Una dueña Quintañona!
Aparta aquesta carroza FEDRA. (Ap.)
Ármense mis carabelas,
Dadme vos. Duque, la mano Y vayan por todas partes
Los desatinos que fragua. Tendidos mis estandartes.
Hágame viento ese enano Por mi fe que estoy movida
,

Que por mi fe que me goza. A seguir su buen ejemplo. FEDRA.


Bueno va aquesto hasta aiiui. Porque dos cosas contemplo ¡ Ah ! ¿Si? Quebraréos las muelas.
Que entrambas me dan la vida. LAIDA.
ESCENA XIX. La una que si estoy loca.
,
¡Las muelas á mí una dueña
Aquí me
habré de quedar. Bastarda de su linaje
FEDRA. -LAIDA. Donde podré negociar ¡Hola! Tráigame aquí un paje
Lo mas que mi alma toca. Una hacha de partir leña.
FEDRA. La otra que estando ansí
,

Hola, Laida, ¿estás acá? FEDRA.


Soy tan igual á Beltran
LAIDA. Que con el me casarán. ¡Reina vos ! Mentís , villana.

¿Laida? La Reina dirá. Viéndome por él sin mí LAIDA.


Pues verán que desle modo ¿Mentis? Toma un bofetón.
FEDRA.
Se remedia mi locura. FEDRA.
¡Qué nuevas traigo , ay de mí f
Ya comienzo. Adiós cordura ,
¡Bofetón á mí á traición!
LAIDA. Adiós, seso y honra y todo.
Esperad , doña Avellana.
¿Nuevas? ¿Qué nuevas? LAIDA.
{Ásetise las dos.)
FEDRA. Dueña, ¿cómo no venis?
Mortales. FEDRA. • ESCENA XX.
LAIDA. ¿ Qué queréis , reina y señora ?
¿Hase algún reino perdido, LAIDA. GERARDO, VALERIO.— Dichos.
O ilota de las que han ido Aguardo mas há de un hora
A las Indias Orientales?
GERARDO.
üu poco de agua y anís.
Entrad ;
que quiero ver este ruido,
FEDRA. FEDRA. Y luego trataremos mas de espacio
Mi padre me envia á llamar Descuidóse el maestresala A lo que habéis venido.
Para que jiarta á Segorbe Y' vertióse el escabeche.
VALERIO.
Sin que remedio lo estorbe, LAIDA.
i\i se pueda replicar.
Llegad jireslo;
Úntenle el pecho con leche, Que una loca maltrata vuestra hija.
Recibió cartas mi tío
Y denle con una bala.
De que la vida le importa GER.iRDO. [ta.
(.4;;. ¿Qué es aquesto de mi ama
Hacer mi jornada corta. Sobrina, ¿qué es aquesto? Suelta, apar-
Que asi me lleva el humor?)
LAIDA. ¿A (¡ué bajaste aquí? Porteros, hola,
FEDRA. (.4;;.) Recoged esta loca y si es furiosa
Que se alegre el reino fio. , ,

Seguir quiero este furor ¿Por qué razón la sacan de su cárcel?


FEDRA. Que el amor furor se llama. LAIDA.
¿Qué reino?
LAIDA. [Ap.) ¿Ya no me conocéis, hermano viejo?
LAIDA.
¿Si me entiende el pensamiento,, GERARDO.
El que yo gobierno Y se ha burlado de mi?
Como absoluta señora.
FEDRA.
Laida, ¿eres tú?
FEDRA. LAIDA.
Gran Reina un paje , está aquí
¿Estás loca?
Que os quiere contar un cuento. Yo soy.
LAIDA. FEDRA.
LAIDA.
Estoy agora
Si es paje de don Beltran, Y la bellaca
Ruscando á mi madre un yerno. ¿Sabéis que está diciendo que es la Rei-
Decid que le den licencia.
FEDRA. Yque con don Beltran está ca.-ada, [na.
FEDRA. Siendo, como lo sabe Dios y el mundo.
¡Ay Dios El seso ha perdido.
!
¿Aun osáis en mi |>resencia Ese picaño mi marido?
LAIDA. Nombrar ese ganapán?
GERARDO.
Por eso el alma ha ganado. LAIDA. ¡Oh cielos!
FEDRA. ¿No está luego averiguado ¿Qué dices, Fedra?
Laida ,
¿qué hechizo te han dado ? Que Beltran es cosa mía? ViLERIO.
LAIDA. FEDRA. ¡Vive Dios, Gerardo,
Por los ojos le he bebido. ¡Qué gentil bellaquería. Que están entrambas locas, sin juicio!
FEDRA. Estando el otro casado
GERARDO. [tO?
Vuelve en ti. LAIDA." ¡Válanie Dios! Y ¿qué habrá sidoaques-
LAIDA. ¡Casado! ¿Con cjuién? ¿ Si les dieron por dicha algún hechizo?
Poneos del lodo. FEDRA. FEDRA.
FEDRA. Conmigo. No es hechizo el amor, sino hechicero.
¡ Dichosa ,
que loca estás, LAIDA. El hechizóos la gracia y hermosura;
l'nes aquí te quedaras ¿Contigo? Y si queréis saber el qiie me han dado,
, ;, ,, — ! ; ; < ; ;,

\-2S COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CAIiPIO.


Mirad cl falle de Beltran, y lueso
Me juzgams por loca veutuiosa. I
ESCENA XXI.
I
ACTO TERCERO.
LAIDA. PISA-NO, MARTIN, TOMÁS.-DiCHOs.
A mí también me ha dado ese hombre
[hechizos. PLSANO. Sala ó galería del hospital.
Si lo queréis saber, miradme el [x-clio, ¿Qué es Señor, lo ([ue se
, ofrece,
Que, de abrasado, esta cenizas hcclio. Que tanta prisa nos das? ESCENA PRIMERA.
CEHARDO. GERARDO.
Por Dios, amigo Valerio,
GERARDO. — VEHINO.
Esto, que el alma entristece.
Que tiene aíjuesta desgracia
PISANO. VERINO.
Otra razón y misterio.
Señora Fedra, ¿aquí estás? También de peligro que no coma
es
LAlnA. Haced, Gerardo, con regalo ó fuerza
FEDRA.
Yo soy la reina de Tracia Aqui estoy ¿qué Que reciba cl sustento necesario.
: le parece?
Aunque tengo aqui mi imperio. GERARDO.
TOMÁS.
VALERIO. Desde que dio Verino, en su locura
¿Hales dado la locura?
,

De manera estoy suspenso. Porque á Beltran le quiten que no vea.


Que pienso que eslo es hechizo. LAIDA. No ha querido comer, ni bastan ruegos.
GERARDO. Pregúnteselo á Beltran.
VERINO.
jAy de mí Lo mismo pienso;
!
GERARDO. Ansí parece que el color del rostro.
Aunque hizo
sí el amor lo Yo las pondré presto en cura. Que es lo que acá llamamos atrofia
Sabed que es hecliizo intenso. MARTIN. Por falla de sustento muestra pálido
En mal |)unto me trajistcs Laida. Descaece el estómago por hambre,
A esta casa ese Beltran. LAIDA. Y enfríase de forma que se sieiiU;
,

VALERIO. Del cuerpo en todas las exiremas parles.


¿Qué quiere el rufián?
¿Tan presto su amor hiclsles?
Daréisla á oler un poco de vinagre
PISANO.
O algún caliente pan , que es gran re-
GERARDO. Qué incierta es nuestra cordura
¡
[medio,
¿No veis del talle que están? ¿Cómo fué aquesto, Señor? O bañaréisla todos los extremos.
FEDRA, GERARDO. GERARDO.
Bailemos, que estamos tristes. ¡Ay amigo! que no sé. También ha dado en tal melancolía,
GERARDO. Elias dicen que es amor. Viéndose presa, que su vida temo.
Creciendo va su porfía. PISANO. VERINO.
{Bailen.) Pues yo se le quitaré. Un poco do calentura
la sentí
LAIDA. GERARDO. Viene también de humores melancóli-
Deligo , deligo, delirjo... En tu mano está mi honor. Aqueste mal se llama catalépsis [eos; ,

Con el furor y frenesí partícipe;


GERARDO. PISAKO.
Ea, asildas.
Aunque mas propiamente los antiguos
¿Que es esto, sobrina mia? Llamaron este mal de vuestra Fedra
TOMÁS.
FEDRA. Eróles, que es un género de tristes
Está queda.
Que deligo de candeligo. Que solo del amor están enfermos.
FEDRA. El frenesí conturba los sentidos.
GERARDO.
Llega, perro, y llevarás. Levanta en ellos furia y tiera cólera ,
¡Oh qué extraña fantasía!
, Hácese cuando acaso el que le llene
MARTIN.
ilija, ¿quiéu le ha puesto ansí? Percibe dentro en sí vanas imágenes.
j
No hay quien llegárseles pueda.
FEDRA. GERARDO.
GERARDO.
Beltran, Beltran :.¿ no lo entiende? Esas deben de ser las que han podido
Tenia bien fuerte, Tomás.
GERARDO. Perdella por amores desle loco.
No hay dolor que aqueste exceda.
Deliran es, ¡triste de mí! VERINO.
VAXERIO.
Del frenesis escribe Posidonio
VALERIO. ¿Cuándo me daréis mi loca?
Que es hinchazón de las membranas.
¿Que un loco este fuego enciende? GERARDO. De la cabeza , con calor tan vivo [cerca
GERARDO. En encerrando esta gente. De liebre aguda, que enajena el .seso.
Sobrina... Lo que á quererla os provoca Pudiéranse aplicar muchos remedios;
FEDRA. Trataremos largamente. Pero si vos queréis que yo no os canse,
Quiquiriquí. FEDBA. Vuestra sobrina morirá sin duda.
Si le quitáis la vista deste loco.
VALERIO. Suéltame.
MARTIN. GERARDO.
Por mejor tengo encerrallas
Calla la boca. Pues ¿qué tengo de hacer para juntallos?
Antes que nadie las vea
Que cl castigo ha de curallas. FEDRA. VERINO.
Digo que es Beltran mi esposo. Subirle donde está y entretenella
GERARDO.
Con decir que muy |)restü haréis las bo-
Yo haré que bastante sea LAIDA.
Pues esta fué la tema de su furia ; [das,
A curallas ó acaballas, Mentís que yo soy su esposa.
;
Porque sabed que la mujer al hombre,
Y pondré á Beltran de suerte VALERIO. Conío la forma á la materia quiere.
Que tenga en su desventura Digo que es cuento donoso.
Por mas contento la muerte. GERARDO.
GERARDO. Mil veces he pensado, por volvella
VALERIO.
No hay cosa mas laslímosa A su primer sentido , contenlalia
A tener Beltran cordura Que es un amante furioso. Con lingir que la caso con el loco.
Fuera justo; pero advierte... VERINO.
GERARDO. Ese es discreto y único remedio.
Que no tengo qué advertir: Sin revolver Galenos ni Avicenas.
Él ha sido la ocasión. Nunca encerréis al loco melancólico.
¿No acabáis ya de venir? Sino sacalde á ver gustos y tiestas,
FEDRA.
Y dalde vino, si beberlo quiere, [bras
Que desbaratan mucho aquellas soni-
Si le ponéis en prisión Los humos densos y vapores crasos
A fe que me he de morir. Que en efelo es humor árido y frió.
! , , ; , ,, ,
! ,, ,; ; ,, ,

LOS LOCOS DE VALENCIA. i'-lO

Hoy, día de los Santos Inocentes, VEF.INO. \ encerrado asegurara


Hace íiesta Valencia en esta casa ¿Cómo? El miedo del corazón;
Que sellama/jorrfl/í en nuestra lengua. FLORIANO. Aunque agravio mi fortuna
Sacalda á un corredor, á una ventana; «Guarda tu corazón dice, y advierte
, Que está tanto en mi favor,
Vea la gente, alégrese, entreténgase; Que del mismo procede lo que es vida.» Que es poca fe mi temor,
"Y si os parece, aquesta misma tarde Mas los médicos grandes y lilósof'os. Si temo desdicha alguna.
Se finja el desposorio con el loco; Cual vos lo sois la han puesto en el ce-
,

Que por dicha la fuerza deste gusto [lebro ESCENA IV.


La volverá como primero estaba. De donde todos los sentidos salen
GERARDO. Y proceden del alma las acciones. ERÍFILA.— FLORIANO.
Esta fuerza se vierte por el cuerpo.
En todo he de seguir vuestro consejo.
Vivificando con calor los miembros. ERÍFILA.
Mas esperad; que está en el cuento el
VERINO. ['obo. GERARDO. En tu busca andaba ya
¿Acierta en lo que dice? Para darte el parabién,
¿Deque manera es eso?
VERINO.
Aunque el pésame me den
GERARDO. De bien que tan mal me está.
Beltran viene. i
Y cómo acierta
Mil años áFedra goces,
Sin duda que este fué gran estudiante;
Loco bienaventurado.
Que aun habla cuerdamente estando lo-
ESCENA II. Beltran. [co.— FLORIANO.
FLORIANO. Aun de burlas me has picado.
FLORIANO.— Dichos. Señor. ERÍFILA.
VERINO. ¿De burlas? Mal me conoces.
FLORIANO. Pues VOS sabéis qué es alma, Esto mal se pudo hacer
Por Dios.de no salir aunque me maten, Y en ella habéis dolores padecido, Sin dar tú consentimiento.
Y que sobre eso perderé la vida. Y' por ventura son por esa misma FLORIANO.
GERARDO. Que en la vuestra decís que agora vive, digo que en burlas siento
Y'a
Beltran, ¿qué es eso? En vuestras manos vive su remedio. Nombrarme aquesa mujer.
FLORIANO. FLORIANO. No te finjas muy sentida
Quieren que esta tarde Pues ¿qué ha tenido? De lo que ser burla sabes.
Al patio salga con los otros locos VERINO. ERÍFILA.
Como si fuese yo loco como ellos. Está la pobre Fedra Nunca yo en cosas tan graves
Yo soy muy cuerdo y tengo mas sentido ,
Loca por vos, frenética y furiosa Me burlé en toda mi vida.
Que vos ni vos ni cuantos hay en casa,
, ,
Y morirá si no os casáis con ella. Casado estás.
Y no quiero salir donde me vean. Gerardo y yo lo habemos concertado: FLORIANO.
GERARDO. Por eso estad á punto; que esta tarde ¿ Yo casado ?
Tiene mucha razón. ¡Hola! dejalde; Pienso que se ha de hacer el desposorio. ¿Qué dices?
Hartos habrá que pidan la limosna. FLORIANO. ERÍFILA.
No le llevéis por fuerza si él no quiere. ,
¿De veras ó de burlas? Ansí se dice.
FLORIANO. [do? FLORIANO.
VERINO. {Ap. á Gerardo.)
¿Quién es este buen hombre, seor Gerar-
¿Qué diremos? Pues ¿ cómo , si no lo hice?
VERINO.
GERARDO. ERÍFILA.
¿Ya te olvidas , Beltran , de los amigos?
Decid que burlas. Basta que esté concertado.
FLORIANO.
VERINO. FLORIANO.
¿Quién quién por vida mia?
, ,
Burlas será todo; Ese concierto es verdad
VERINO. Que no queremos mas de que se alegre. Mas es para entretenella ,

Soy el médico. FLORIANO. Porque ha dado en decir día


[co.
FLORIANO. Pues id; que yo me siento cuerdo un po- Que me tiene voluntad
¡
Oh señor licenciado, y cuánto huelgo
, Y pienso hacer muy bien el desposado. Y diz que con esta burla
De ver su reverendo personaje Sanará del frenesí.
GERARDO.
Que soy amigo de hombres virtuosos ERÍFILA.
Y^o tengo para mí según es sabio [to.
Y que sepan el alma de las cosas; ,
,

Que habemos de salir con nuestro inten- Que no burla es para mí ;

Pero no que me entiendan la del pecho. Beltran quedaos aqui que en siendo Que nunca el alma se burla.
, ;
VERINO. [tiempo, FLORIANO.
¿Tú sabes lo que es alma? Yoosenviaré á avisar. —Vamos, Verino. Mi bien si es de otra manera
,

FLORIANO. FLORIANO. El concierto que se ha hecho,


Sé que es alma Aqui estaré para serviros. En tu lugar en mi pecho
Acto primero y perfección del cuerpo. Entre á vivir una fiera
VERINO.
VERINO. Maldiga amor mis venturas
Vamos Trueqúese en guerra mi paz
¿Y sabes qué es tener pasión en ella? Porque lo necesario prevengamos. Y lleve el viento en agraz
FLORIANO. (Yanse Gerardo y Verifio.) Mis esperanzas seguras.
i
Y cómo si lo he visto en mis trabajos! Seas un sol para mi
Y aun tengo un alma yo dentro en la ESCENA UI. Que no te miren mis ojos,
[mia, Y una tempestad de enojos
Por quien me faltan de pasar algimos. FLORIANO. Que me divida de tí.
VERINO. ¿Tal habías de creer
Deste tu sujeto esclavo?
¿Alma en tu alma? Hoy es el dia que temo
Ser de alguno conocido, ERÍFILA.
FLORIANO.
Por la gente que ha venido Ahora de creer acabo
Alma dentro el alma. A verme por grande extremo. Que ya es Fedra tu mujer;
VERINO. Quitáronnos las prisiones; Que quien da satisfacion,
¿Sabes tú en qué lugar el alma vive? Que es dia de libertad, Y con tantas veras viene,
En que toda la ciudad Es gran señal que no tiene
FLORIANO.
Hace aqui sus estaciones Inocente el corazón.
Dentro en el corazón, dicen algunos. Pero por esta razón Si por burla lo tuvieras
Siguiendo al Sabio en los Proverbios. Hoy dobladas las lomara, Mucho menos lo juraras
L-i.
! , ;,
; ; , ! ; , ;; ,

130 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,


Y ella reparas,
pues en FLORIANO. Que en efeto es mi paríenta,
No son hurlíis , sino veras. Dentro del alma me falta. Y no es bien dejarla ansí.
Mas yo ¿qué te pido k tí? Gente y silla traigo aquí.
ERÍFILA.
Qué me debes o te debo? ERÍFILA.
Busca las manos de Fedra.
Qué te di'jo óqué me llevo? Por mi
FLORIANO. que voy contenta.
fe,
Si hoy dejo, ayer te vi.
te
Sacadme, sacadme luego;
¿De qué inidres me sacaste? Las tuyas solas adoro.
Que no quiero estar á ver
De qué tierra me trujiste? iVes por ventura que lloro?
Ihia fiesta que han de hacer;
¿Qué servicios me liicisle? ERÍFILA. Que es fiesta con mucho fuego.
¿Cuándo ó cómo me engañaste? No lo veo que soy piedra.
Muéstrame acaso un papel, ;
VALERIO.
O alguno tuyo me pide. FLORIANO.
¿No iréis vos conmigo, Elvira?
¿Quién nos junta ó nos divide? Mataréme.
ERÍFILA.
¿Por qué te llamo cruel? ERÍFILA.
¿Qué me importa? ¡Y cómo si dello gusto!
Por que te vedo el casarte?
Sois galán , vestis al justo,
.\pora sin duda creo FLORIANO.
Que no sin culpa me veo Y [)ierdo con vos la ira
¿Eso dices?
En est;» furiosa parte. Que á fe que estaba enojada.
erIfila.
Desde aquí digo, Floriano, Mas, pues buen talle tenéis,
¿Eso haces? Vos me desenojaréis.
Que alzo la mano de ti.
FLORIANO. FLORIANO. (Ap.)
FLORIAXO. Si deso te satisfaces,
Cuál es la mujer airada!
Pues póngala en mi
el cielo Corlaréme el cuello. ¡

Si alzares de mi tu mano. ERÍFILA.


ERÍFILA.
Es verdad que bá pocos dias Corta, Esta tarde habia de haber
Que nuestro amor comenzó Para que muera la lengua Por acá unos desposados,
Pero el alma ya te vio Y celos averiguados
En que se formó tal sí.
Por sombras "y profecías. Son malos de padecer.
Muchos años que se ven FLORIANO. Un ojo quieren quebrarme;
Se hablan dos sin voluntad, ¡Yo SÍ, mi bien , contra ti! Mas yo les quebraré dos;
Y en un dia de amistad Mira que hablas en tu mengua. Que tengo brios , por Dios,
Se suelen dos querer bien. ERÍFILA. Para matar y matarme.
Si fueron nuestras estrellas
Hazte allá, que viene gente. FLORIANO.
Las que nuestro amor conforman
FLORIANO. Elvira , si acaso gustas
¿Qué mucho que en lo que forman
Nos parezcamos á ellas? Este es aquel mi enemigo. De de la prisión,
salir
¿Por qué tomas ocasión
Si en dos dias de deseo
Mil años y mas se ven ESCENA V. De lo que no te disgustas?
,
Si esto te parece bien.
Mil años "te quiero bien,
Mil años há que te veo. VALERIO.— Dicuos. No trates á nadie mal
Lo que no hace una vista Que aquí queda el hospital
,
VALERIO. (Dentro.) Por siempre jamás amen.
Muy tarde el liem[)o lo hace.
Yo traigo gente conmigo. ERÍFILA.
Con que irá bastantemente. Ea pues, ¿no vamos?
Muy poco me satisface FLORIANO. VALERIO.
Que te me ha^as solista. Sin duda viene por ti.
No me conquistes con ciencia Vamos;
Conquístame con amor; ERÍFILA. Que á la puerta está la silla.
Que un inocente es mejor ¡Pluguiese á Dios FLORIANO.
Que toda vana elocuencia. FLORIANO. (Ap. Quiero callar y sufrilla
¿Y te irás? Para que no nos perdamos;
ERÍFILA. Que apenas habrá salido
Si es ansí grande es el mió:
,
(luando luego se arrepienta.)
Vuelve amores ese cielo
, , ¡Bueno ' Agora lo verás.
En fin ¿te vas?
Que tengo el alma de hielo, {Sale Valerio.) ERÍFILA.
Y en el pecho el fuego frió. VALERIO. Erífila.)
Como te me has enojado,
(.4
Y contenta.
De manera mortificas En busca vengo de tí.
FLORIANO.
La parte (jue vivificas. erífilX.
Yo quedo triste y corrido;
Que estoy como muerto helado ¿Sois VOS el embajador
Y pues mas no puede ser,
Alza esas manos hermosas De mi tío el preste Juan?
Vayanse los que se han de ir;
A los brazos de tu esposo, VALI'.HIO. Que si habernos de morir.
Pues ya el cielo piadoso ¿Cómo os va , amigo lieltrant Tiempo habremos menester.
Te ha quitado las esposas.
VALERIO.
FÍ.ORIANO.
Vuelve mi regalo y bien
,
,

A contirniarme en tu gracia. Pardiez, hermano, peor. Adiós, amigo Deliran;


VALERIO. Que me importa sacar esta.
ERÍFILA.
¿No sabéis cómo saqué Después vendré á vuestra fiesta.
Mal conoces mi desgracia Licencia para sacar ERÍFILA.
Como nuevo en mi desden. A Elvira deste lugar?
¡ Yo manos á ti
.
Queda con Dios, ganapán.
ERÍFILA. Decilde á la desposada
FLORIANO. Que no se me da im cuatrín.
A fe que albricias os dé.
Sin falta. FLORIANO. FLORIANO.
Que de tu piedad lo arguyo.
Dios sabe si yo me he holgado. A falta de un serafín,
EKIFILA.
VALERIO. No es muy mala una empanada.
Aparta. Quiero en mi casa curalla. ERÍFILA.
FLORIANO. FLORIANO. Ella ¿no esFedra? pues basta;
¡Ah mi bien! En fin, ¿que pensáis llevalla? Que algún alnado tendréis.
ERÍFILA. VALERIO. FLORIANO.

¿Yo luyo? En esta locura he Jado Vos OS arrepentiréis


, , , : , , : ; ; ,, :

LOS LOCOS DE VALENCIA. 131


Señora doña Canasta. MORDACHO. LEONATO.
{Entrando y saliendo sea esta vaya.) La música es divina concordancia Acertaréis; que es pródigo en extremo.
ERÍFILA,
Deste mundo inferior y del angélico.
Todocuantohayentodo,todoes música: PISANO.
Anda bellaco goloso
,
Música el hombre, el cielo, el sol, la lu- Mandadnos dar, oh ilustre caballero,
Que te han cogido por hambre. [na,
Alguna cosa para aquestos pobres.
FLORIANO. Los planetas, los signos, las estrellas; CABALLERO.
Calla VOS, galgo fiambre, Música la hermosura de las cosas. Estos agora , amigo , ¿ están templados?
Que os escapáis de medroso Ut, sol,fa, sol, re, mi, fa, sol, re, ut.
PISANO.
ERÍFILA. CALANDRIO. Algunos dellos suelen ser furiosos
Dalde mis besamanos
allá ¿Vistes per aventura aquí la nave Que agora con el tiempo están tratables.
A vuestra doña Coneja. Que em Portugal chamaron Cagafogo, CABALLERO.
FLORIANO. Que arrojava os piloiros por o vento? ¿Quién es aqueste?
Pois tal mi coragáo ternos suspiros
Idos con Dios , mansa oveja PISANO.
Del fogo co que amor minha alma en-
Que vais en poder de alanos. Aqueste es un gran músico,
BELARDO. [cende.
{Yanse Erifílay Valerio.; Cuvo nombre es Mordacho, aunque lin-
Dos cosas, ó dos partes propiamente [gido;
ESCENA VI. Ha de tener la poesía y estas , Que el que tuvoen su seso fué Lisandro.
Dicen que son dulzura con provecho.
CABALLERO.
FLORIAKO. Por eso Cicerón nos aconseja
Que la oración no solo sea dulce, Y este ¿quién es?
Pero que tenga utilidad, que importa. PISANO.
Por el miedo de la vida
He gustado de callar, Belardo fué su nombre
LAIDA.
Y ver en qué ha de parar Escribe versos, y es del mundo fábula
Hermosos son de mi Beltran los ojos, Con los varios sucesos de su vida
Esla loca arrepentida;
Graciosa boca y apacible lengua. Aunque algunos le miran que merecen
Que según me tuvo amor,
,
¡Dichosa el alma que de oiría goza!
Efetos son de sus celos Este mismo lugar con mejor titulo.
Estos miedos y recelos; TOMÁS. [pobres?
Aquesta es Laida, una criada pobre
Que no hay amor sin temor. Del administrador; perdió el juicio
¿No hay quien nos dé limosna á aquestos
No me quise descubrir, Por un Beltran que aquí también le falta.
Porque agradar á Valerio Este y aquel están ya reducidos;
Es la fuerza del misterio
ESCENA VIIL Aunque les falta alguna vez el seso.
En que tengo de vivir. CABALLERO.
Soledad me hace mi loca; UN CABALLERO , de camino; LEO-
Pero ella volverá presto; NATO de criado
, suyo. — Dichos. ¿Y este mancebo?
PISANO.
Que en el alma se me ha puesto
Que es amor quien la provoca. CABALLERO. Es portugués famoso.
No quiero hacer sentimiento Que, enamorado de una gran señora, [do.
De las cosas, Leonato, mas notables Perdió en Coimbra el seso, y por el niun-
Hasta ver si se declara, Que en aquesta ciudad insigne he visto,
Sino ver en lo que para Cual otro Orlando ,fué peregrinando;
Después que ando por ella rebozado.
El fingido casamiento. (Vase.)
Paró en este lugar, y está mas cuerdo.
Es aqueste hospital, obra famosa [nen;
Entre las mas que aqueste nombre tie- CABALLERO.
ESCENA VII. Que aunque el de Zaragoza lo sea tanto. ¡Gracias á Dios y dénselas mil veces
!

Que pienso que con él competir puede, Aquellos quede aquestemal se escapan.
PISANO, con un azote; LAIDA, TO- Este puede á su lado alzar la frente BELARDO.
MÁS, MARTIN, BELARDO, MOR- Por una de las siete maravillas Pocos por esa parte se las dieran
DACHO, CALANDRIO y otkos locos. Que la piedad en este mundo ha hecho. Aunque de todo es bien darle infinitas.
LEONATO. CABALLERO.
PISANO. Es obra digna de ciudad tan bella ¿Porqué, Belardo?
Pasen delante, y pónganse por orden, Y sin habella visto me pesara
BELARDO.
Sin hacer ni decir cosa que enfade. De haber dejado sus labrados muros
Porque alegren la gente que los vea, Fuera de que la dama que te he dicho.
Poi que en este tiempo
Y den liberalmente la limosna. Dicen que en esta casa estaba loca,
No me daréis un hombre tan peí ledo.
Y de vella en extremo me holgaría. Que no haya hecho alguna gran locura,
TOMÁS. Y vos podéis juzgar por vuestro pecho
iNo sabe qué ha dehacer?Estarse quedo CABALLERO. Lo que conozco yo por vuestra frente.
Y llevar el azote poco á poco. Déjame ver de espacio aquestos locos. CABALLERO.
MARTIN. ["nos i,awa PISANO. ¡Jesús! ¿Es este hombre quiromántico?
¿Hay quién nos dé limosna? Hay qui»ai ¡Ah se&or gentilhombre! PISANO.
Alguna caridad á aquestos pobres? Fué muy buen estudiante, como dicen,
LEONATO.
BELARDO,
feos? Y no mal matemático y astrólogo,
¿Mandáis algo?
¿Hay quién les dé limosna á aquestos lo- LAIDA.
PISANO.
MORDACHO. ¡Que esté Beltran agora descuidado
Saber quién es aqueste caballero. De que por él estoy en este punto!
Ut , sol , fa , sol , re , mi , sol , fa , re, ut.
LEONATO. CALANDRIO.
CALANDRIO.
Eu tenho já determinado em tudo No aunque le sirvo;
lo sabré decir, Coimbra me malou e den vida.
Porque há dos dias, y no mas, que es- ;0h montes de Coimbra, fcrmoseados
Que minha dama falle co seu pai ;

'

E que se faga o desposorio aluda. [tando De la inmortal belleza de aquel corpo,


Porque me morro e tudo me disfamo. i
En el Aseo ocioso entre otros mozos Era que vive hum espirito tao grave!
1 Me habló, y llevó consigo á su posada. MORDACHO.
BELARDO. Dice (jue es de Aragón y no otra cosa
,
Mngun
i

Ese verso es tomado del Petrarca, Mas bien se a sj que es noble en su pr^^- motete iguala á La Susana,
Y corresponde muito con Ovidio. [seucia, Digan lo que dijeren cuantos cantan.
LAIDA. (Ap.) Fuera de que en su trato lo conozco; CABALLERO.
Que yo, como lo veis, soy castellano.
Extraños son los temas quehan tomado.
Todo fué comenzar esta locura;
Que apenas juraria que estoy cuerda PJSANO. PISANO.
Tanto puede eu las cosas la costumbre. Pedirle quiero , si mandáis, limosna. Veos tíQ iucliuadü á gustar dellos,
¡
, ; ! ; , ' , ,, ;

ió2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPK DE VEGA CARPIÓ.


Que queréis gozar aquesta (¡nile
si Fué ol remedio que le iiioe GERAIÍDO.
Do! acto ni;!S curioso (¡ue liaheis \islo, Muy poco enlieniie Galeno Eso creo yo que están
Os llevaré donde podáis gozarle. De curar la voluntad, Hija, los que vos tenéis.
CABAI-LEP.O. IViríjue es una enlermedad
Que so cura con voiieno; FEDRA.
Seráne de grandísimo regalo; ¿Cómo
Y n-íeñadme la casa muy de espacio;
Que aunque lo solemos dar aquí no me traéis
(
Con oirás cosas templado, Al buen viejo don Deliran?
Quede ümosna os mandoveinteescudüs. Aquí se lia do dar mezclado
PISA\0. Cn nmerle que ha de sanar.
Pagúeos el cielo caridad tan grande.
ESCENA XI.
tERARDO.
Sabed Señor, (]uo un noble caballero,
.
Y de Laida, mi criada, EL CABALLERO, LE ONATO, PISA-
Que es administrador en esia casa,
Trujo con su mujer una sobrina.
¿No hay esi)eranza de bien? NO. — Dichos.
Extremo do cordura y de liolieza, VERINO.
CABALLERO.
Y- esta se enamoró de tal manera Pondréla en cura también,
De un locodesta casa, que hoy ha estado Después de Fedra curada. Con vuestra licencia , en fin ,

Cerca de dar el alma á quien la hizo. llacoida luego llamar.


A ver esta fiesta vengo.
Por consejo del médico so hace GERARDO.
GERARDO.
De burlas, de los dos el desposorio; Por grnnde merced lo tengo.
Porque, como ella ha dado en esta tema,
Y póngase esto en efeto.
Ya mandé que de secreto FEDRA.
Con esta industria piensan aplacalia:
Sera cosa de ver y nunca vista.
La hiciesen aquí bajar. ¿Quién es aqueste rocín?
VERINO. GERARDO.
CABALLERO.
^¿q gugto
Por Dios, que me habéis hechoungran- ¿Es esta que viene? ¡Hola haced que sillas saquen,
!

() bancos, porque no ocupen,


Vamos, V recoged á los amigos;
Que yo daré lo prometido. ESCENA X. Y haced que se desocupen
C-uantos hoy la furia apla(|uen ;
PISA.NO.
Vamos
PISANO FEDR A , . — Dichos. Que no hay boda si no hay gente.
{Yase Pisano.)
Que vuestra caridad suple por todo
PISANO. FEDRA.
Ea, señores, entren sin ruido,
Porque andará el azote si le hacen. Entrad Pardiez que tenéis razón.
,

Y estad con mucho cuidado, ¡Hola! haced dar un pregón


LAIDA.
Por(]UO entienda ol desjiosado Í)osdo oriente hasta poniente;
.\ver voy á Beltran. Hola escuderos ,
Que si os do los Docí; Pares
¡
Que le tenéis voluntad.
Guiad esa carroza hacia palacio. Don D(.'ltran , coino decís,
FEDRA.
CAi.ANnnio. Llegue la nueva á París
Y Deliran ¿adonde está? Con bolones y alamares.
¡Oh! d'hoje per dianle, hermosa Lísida,
Por vosso amor conquistaran mis niáos GER.-IRDO. Su hermano es el rey Pepino,
Tuda la India é costa de Guinea. Hija , agora le traeremos. Y Calaínos su madre
MORDACIIO.
Y Lanzarote su padre
FEDRA.
Cuando de Bretaña vino.
No vale todo el tono una seminima. Luego ¿aquí nos casaremos?
{Vuelve Pisano con alf)unoslncos,qtiG
TOMÁS. GERARDO.
traen y colocan bancos en el patio.)
Todo este mundo es locos. !:1 cura aguardamos ya.
PISANO.
MARTIN. PISANO.
Ya están aquí los asientos.
Y encubiertos. ün hidalgo aragonés.
Que veinte escudos ha dado GERARDO.
BEL ARDO.
be limosna, me ha rogado, Siéntese vuesamerced.
¡Oh musas, musasl ¿Quién osliizomieve.
Si mas de nueve mil son los poetas?
Señor, si tu gusto es. CABALLERO.
Mas no os peso; que son los buenos pocos, Le dejes ver esta hesla. Aqui basta.
Y los que escriben mal necios ó locos.
,
VERIXO. GERARDO.
{Vaitse.} Entre quien quisiere á vella; ¡ Hola ! traed
Que no es cosa de importancia. Sillas.
FEDRA. CABALLERO.
Si yo hago esta ganancia, Cesen cumplimientos.
Patio del hospital. Yo os daré jiarato dolía.
FEDRA.
Vase Pisano.)
ESCENA IX.
(
Y yo ¿no me he de sentar?
GERARDO. ¡Hola tráiganme un estrado.
!

GERARDO, Ví:RIN0, Pues hija, sosiega un poco, VERIiNO.


Y de quien ereste acuerda.
Id vos por el desposado.
GERARDO. FEDRA.
PISANO.
De suerte, señor doctor, ¿Cómo puedo yo estar cuerda
Ha sido vuestro consejo. Mientras me falta mi loco? Pues yo le voy á llamar. {Vase.)
Que alegre y contenta dejo GERARDO. FEDRA.
A nuestra enferma de amor.
Pues después de estar casada, ¡Oh , buena pascua os dé Dios,
Apenas del casamiento ¿No piensas volver en tí? Que os vais doliendo de mi!
Mi voluntad entendió.
Cuando habló, comió y belnó FEDRA. GERARDO.
I

Con excesivo contento.' Digo que sí , sí , sí , sí


¿Daisme palabra aquí
la
Que este mi mal todo es nada Que habéis de volver en vos?
VERINO. Alborotóse la mar
El ver su tema cumplida Con un poco de tormenta, FEDRA.
Que fué con Reltran casalla, Y mi nave anduvo atenta Si yome veo
casada.
Ha sido resucitalla Solo á poderse salvar. Luego cesará el enredo;
Y darle segunda vida. Vio desde lejos el puerto, Mas sabed que tengo miedo
Con yerbas Ovidio dice Y hasta llegar no paró; Que toda esta fiesta es nada.
Que el amor no es medicable; Todas las jarcias perdió, Poro guardaos de engañarme,
Y ansí lo mas saludable
, Y hasta el casco quedó abierto. Y de aquesta burla hacerme
;; ,; ; ; ; ) , , ,, , ,

LOS LOCOS DE VALENCIA. ió3


Oue qae habéis de perderme
á fe GERARDO. ESCENA XIII.
Por donde pensáis ganarme. No no , hija , por mi vida
,

GERARDO. Yo buscaré quien lo sea. VALERIO ERÍFILA EL CABALLE-


, ,

^,Túno ves que es desaliño FEDRA. RO, FEDRA, LAIDA, GERARDO,,


Presumir que yo te engaño? ¿Han visto la relamida? VERINO, LEONATO, FLORIANO,
FEDRA. LAIDA.
VALERIO.
I
?é que os pesa mi daño ;
Callad vos, cabra Amaltea,
is decid, ¿qué es del padrino? La de la barba fingida ¿Que en efecto has porfiado
fjue á le que si agora os Hasta que has» llegado aquí?
VERINO. dan
Al bellaco deBeltrau, ERÍFILA.
i).id Señor, licencia vos
,
Que mañana no sea vuestro. No vengo huyendo de tí
A ese hidalgo, vuestro paje.
FEDRA. Sino á buscar mi cuidado,
CABALLERO.
Haréos echar un cabestro, GERARDO.
A la l)oda hacéis ultraje;' Marquesa de Marinan. ¿Qué es esto?
Que yo lo seré por Dios. ,
FLORIANO. VALERIO.
VERINO.
Callad , y tened respeto Esta loca es,
No no , ; basta que él lo sea. A vuestro marido, loca. Que , como si fuera brasa ,»,

CABALLERO. FEDRA. Vuelve huyendo de mi casa.


¡Hola! Leonato.
¿Xo he de hablar? Llegando al umbral los pies.

LEONATO. GERARDO.
FLORIANO.
Señor.
¿Vos? ¿A qué efeto? Elvira , ¿cómo te vienes?
CABALLERO. Coseos luego la boca ¿Del remedio Luyendo sales?
Ya eres padrino. Con un poco de hilo prieto. ERÍFILA.

FEDRA. Porque estaban mis males,


allá
LEOXATO.
¿Son esos vuestros regalos? Y (hj:dia acá mis bienes.
líe temor
Pensé üderlo sufrir,
1

De vestirme la librea BELARDO. Y un grande engaño pensé;


l'dKlue es un mal pegajoso No gruñáis, que os hacéis viejo. Que con solo que llegué
Y filtre locos no hay cordura;
FLORIANO. Llegué á punto de morir.
AuiKiue tan bella locura
Me tiene el seso invidioso. ¿Estos os parecen malos? VALERIO.

FEDRA. FEÚRA. No me ha bastado razón


¿Queréis callar, Perotejo? Y al fia tras ella me vengo.
¿Quién sois vos, que sois padrino?
ERÍFILA.
LEONATO. FLORIANO.
¿Que calle? Daréos mil palos. ¿No veis que razón no tengo,
Un Iñdalgo toledano. *'
Sino locura y pasión?
FEDRA.
FEDRA. Este es electo de celos
¿Estáis de los cascos sano?
¡Pues cómo! ¿A vuestra mujer? Que la paz de amor destierra
FLORIANO. no han dado á la tierra
P()r(¡ue
LEOXATO.
¿Vos lo habiades de ser? Mayor castigo los cielos.
Blando estoy con el camino No tengáis de mí es|.eranza,
Pero bien puedo servir. FEDRA.
Que por Beltran me pe¡di.
FEDRA.
Luego ¿no está averiguado?
LEOKATO. {Ap.)
Tocad; que sois hombre honrado. FLORIANO. aquí!
;.íosus! ¡Erifila

VIÍUINO.
Como no está deseado. ¿Hay tan extraña mudanza?
Sabed que hay muclio que hacer. VALERIO.
Aquí viene el dcsi osado.
GERARDO. ¿Por Beltran? Sin duda alguna
GERARDO.
Ea dejad
, disparates. Que este loco es hechicero.
Salgárnosle á recebir.
FLORIANO. FLORIANO.

ESGEr^A XII.
Antes de aqucso no trates, No os enojéis , compañero
Porque verdades diremos. Pues que no hay razón ninguna;
Locos, que salen de dos en dos; MAR- MORDACHO. Que yó ¿qué ofensaos he hecl.o?

TIN, TOMÁS, BELARDO, CALAN- ¿Queréis que nos soseguemos? ERÍFILA.


DR!0, LAIDA, MORDACHO,
y de- Que parecemos orates. Y dime, ¿estás ya casado?
trás VISADO, con FLORIANO de la VERINO. FLORIANO.
mano, vestido de desposado, á lo gra- Muy bien ha dicho Mordacho. Sí , ¿no ves al lado
Elvira :

cioso.— V.h CABALLERO, FEÜRA, CALANDRIO. El alma de aqueste pecho.


GERARDO, YERIAO, LEONATO. ¿Vos queréis que folixemos,

ERÍFILA.
Pois que contente me acho? traidor?
¿Que te has casado,
GERARDO. MORDACnO. FLORIANO.
Siéntense los dos aquí, Pardiez, Calandrio, bailemos.
Y Laida será madrina.
Cáseme como te fuiste,
,
Si quiere aqueste gabacho.
Y i)»rque me aborreciste,
LAIDA. GERARDO. T(Miieiido á Valerio amor;
¿Madrina me hacéis á mi? Antes yo mismo os lo ruego. Con quien desde aqui le digo
,

Volve'.éme á la cocina, Mandad (¡ue nos toquen luego, Que If vuelvas pnnjue es justo
,

¡Por el dia en que jjací I Y ayudarános Belardo. Que á tus parientes des gusto.
Baste que sutVa los cuernos, ERÍFILA.
BELARDO.
Sin padecer dos inüeinos
En penar y consentir. De pesado me acol)ardo ¿Que te has casado, enemigo?
Pero no diréis (jue os niego. FLORIANO. (Ap.)
VERINO.
{¡lacen eslos una máscara de locos, y que es de veras.
Detente. Ella piensa
vanse en acabando.
LAIDA. ERÍFILA.
Quiérome ir ¿Que ya, traidor, fementioo.
Que tengo los ojos tiernos. Para siempre te he ¡)erdido?
, , ) ,, , »
; ,, , , ,, ,
;; , ,

iói COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPID.


Perro, yo te haré que mueras. FLORIANO. VERINO.
^'o piense que ha de gozarte
De ti la vida recibo, Cosa es para que estén,
Nadie , pues yo te perdí.
Que in muerte me quitó. Los que le tienen sin seso. ,

FLORIANO. (Ap.) Poro (lime, ¿de qué suerte Pero decid, Floriano,
¿Cosa que esta diga aquí Fué suceso tan extraño? ¿Quién es Elvira, esta loca?
Mi historia parte por parte? REINERO. LEONATO.
ERÍFILA.
Mi muerte ha sido un engaño. Eso á mí solo me toca,
¿Piensas, traidor Floriano, Si me ([uiere dar la mano;
FLORIANO. Que yo soy criado suyo,
Con ese sayo ungido?...
FLORIANO. ¿Engaño? pues ¿cómo? Y de su padre lo fui.
REINERO. GERARDO.
(^P-l Vive Dios ,
que soy perdido !

Ta, ta. Pues ¿cómo ha venido aquí?


Advierte.
ERÍFILA. Amando la hermosa Celia,

LEONATO.
De<;via la mano. A quien tú tand)ieii amaste, De decirla verdad huyo.
Haciéndol-^ falso loco, De Aragón corona y gloria Yo señores la saqué
, ,

;.Kncubrir tie aijuesta suerte Por hermosura y linaje De en casa de un padre honrado.
Del gran Reineio la muerte? Después de las muchas fiestas Tan hidalgo y estimado,
Que hice en su misma calle, Cuanto después os diré.
GERARDO.
Torneos de á pié famosos, Aquí la truje á Valencia,
¿De Reinero? Espera un poco. De galas y de plumajes; Donde el ánimo perdí
¡Traidor! Tú eres Floriano,
;.
Sortijas llenas de cifras, Porque á su padre temí
El que mataste á Reinero? Con invenciones iguales Y ansí, hice della ausencia.
FLORIANO. En que las letras docian Las joyas que le tomé,
Callad, que es loca. (Áp. Yo muero Lo mas que las almas saben; Tres mil ducados valdrán;
Dt'sla vez. ¡Oh amor tirano! Muchos toros , en que hice Que todas juntas están
¡Mal liava el que su secreto Suertes, venturas y lances, Y sin falta las daré.
Descubre á mujer ninguna !) Y cuyo arrugado cuello Halláronla dando voces,
Hizo mi espada dos partes; Y por loca la trujeron.
GERARDO.
Y de algunas gentilezas. Donde estos amores fueron
Oían bien me dio la fortuna. En que á todos fui agradable. Tan grandes como conoces.
Las albricias te prometo. Sino es á la ingrata Celia, Dame , Erítila ,
perdón
Asiide todos muy bien. Que vive para matarme Que este es tu nombre , y no Elvira.
PISANO. Pues cuando puse mas bien GERARDO.
¡Oh traidor! ;.Con este engaño Al caballo el acicate.
El es suceso que admira
Si decían : « Dios te guie,
Quieres r^ímediar tu daño, Y me pone en confusión.
Y que la muerte nos dea? Ella , « Un estribo te arrastre;»
¿Casaránse, según eso?
Salí á rondarla una noche
GERARDO. Harto escura , porque salen FLORIANO.
Yo de Valerio me quejo Entonces á ver su lumbre Eso no; que la ha querido
Que ha sido quien me engañó. Los murciégalos amantes Valerio, por quien yo he sido
VALERIO. Yo con espada y rodela Libre de peor suceso.
Ser su amigo me forzó Y con un broquel un paje El se casará con ella.
A darle ayuda y consejo. Aunque sin este venían VALERIO.
Otros dos con dos montantes.
CABALLERO. Esforzarla voluntad
Aquel paje del broquel Con el rigor y amistad
Sino ha hecho mas delito Traía mi nombre y traje,
Que vuestro gusto atropella.
Que dar á Reinero muerte A quien tú diste una herida, Pero vuestras voluntades
Soltalde. De que ya difunto yace. Están conformes; y ansí,
GERARDO. Yo mandé.que de los otros No es bien apartar por mí
Pues ¿de qué suerte? Nadie siguiese el alcance, Tan estrechas amistades.
Sino que el muerto del suelo
CABALLERO. Levantasen al instante. FLORIANO.
¡Oh cielo santo y bendito! Hice que por la ciudad En mayor obligación
¡Cuántas maravillas son Fama de mí muerte echasen Valerio, me habéis echado,
Las que salen de tu mano! Moviendo á piedad las piedras Pues dos vidas me habéis dado
¿Conócesme, Floriano? De una desgracia tan grande, En esta loca prisión.
FLORIANO. Por ver si se condolía Dame esa mano, mi bien;
En la muerte de mis males, Que todo ha sido fingido.
¿Es sombra ó es ilusión?
La que jamás en la vida Recíbeme por marido,
CA" LERO. Tuvo lástima notable. Y por tu esclavo también.
Yo soy, no te causo espanto. Laslimó nueva
la triste ERÍFILA.
Al viejo Coiide mi padre,
FLORIANO. La mano y el alma y todo,
Haciendo mil diligencias
¡Principe ¿que no eres muerto? Dueño de mi libertad.
!
Por hallarle y por hallarme;
VALERIO. Porque hice que en secreto REINERO.
¿Es Reinero? Al paje muerto enterrasen, En tan gran solenídad
Y partí de Zaragoza .lusto es que se cumpla todo.
CABALLERO.
Otro día por la tarde. Valerio, pues ya sabéis
El mismo. Aíjuí he sabido que Celia Quién es Fedra , y quién ha sido
VALERIO. Por mí grandes llantos hace; El casamiento fingido,
¿Cierto? Y ansí, pienso volver vivo Gusto que vos le acabéis.
Donde de nuevo me mate. Quiero que os caséis con ella.
CABALLERO (Ó REl.NERO).
Porque el Conde mas se alegre. VALERIO.
Yo soy; no te admires tanto. Conmigo quiero llevarte;
A tener Fedra sentido
VALERIO. Que es bien lleve un muerto á un loco Fueras, Príncipe, servido,
Pues Señor, ¿no Que tan bien fingirlo sabe.
Y yo dichoso en querella.
te mató
Floriano? FLORIANO.
,

FEDRA.
REINERO. Por tan extraño suceso En eso no hay que culparme;
No, pues vivo. Gracias al cíelo se den. Que aunque por ti le perdí
, ;; ;

Solo ser loca flníif Yo


LOS LOCOS DE VALENCIA.
sé también que os holgáis. Que me has parecido bien
m
Para con Deliran casarme. LAIDA. Y ansí por mujer te pido.
,
Si gustas, yo soy dichosa.
Pues ¿piensan que yo soy loca» LAIDA.
GERARDO. Señores casamenteros? Y yo á tí por mi marido
Hija ,
¿que tienes sentido? GERARDO. Que me contentas también.
VALERIO.
¿Que aun falta mas? REl.NERO.
Digo que soy tu marido.
LAIDA. De aquestos tres casamientos
FEDRA. Yo quiero ser el padrino,
Falta haceros
Y yo , Valerio , tu esposa. Una oración grave y poca. Por(iue este suceso es díno
VER NO. De iguales merecimientos.
I
VERINO.
Y iremos á Zaragoza,
¿Hay enredo semejante? Pues ¿qué es esto? Fíoriano, vosy j-o.
VALERIO. LAIDA. FLORIANO.
Según eso, loca mia, Haber fingido Hoy vive quien os mató,
Mia sois. Este loco frenesí Y vivo Señor, os goza
,
FEDRA, Por ver si pudiera ansí Que es cuento de que habrá pocos.
¿Cuya podría, Gozar del bien que he perdido.
Sino de tan loco amante? Solo les pido en estrenas REINERO.
Hiiélgome que vos seáis Me vuelvan á lo que fui. Tan buen fin seguro estaba.
Tan principal caballero. LEONATO. FLORIANO.
VALERIO. Y aun me quieres á mí
si .\qui Senado se acaba
, ,

Y de lo mucho que os quiero Podrás remediar tus penas; El hospital de los locos.
, ;; ; ; ,

L4 ESTRELLA DE SEVILLA.
PERSONAS.

EL REY DON SANCHO EL FARFAN DE RIBERA , alcalde BUSTO TABERA. DON MANUEL.
BRAVO. mayor. ESTRELLA dama. , CLARINDO, gracioso.
DON ARFAS. DON GONZALO DE ULLOA. TEODORA. UN ALCAIDE.
DON PEDRO DE GUZMAN, FERNÁN PÉREZ DE MEDINA. MATILDE. Acompañamiento.
alcalde mayor. DON SANCHO ORTIZ. DON ÍÑIGO OSORIO. Criados. Músicos. Gente.

La escena es en Sevilla.

FARFAN. Cómo limitas y tasas


ACTO PRIMERO. Con su lealtad y su gente '
,
;,

Sus celajes y arreboles? '*''^:^"


"^"

Sevilla en tan alta empresa Y di ¿cómo en tantos soles ,

Le servirá á vuestra alteza ^, Como fueron, no te abrasas? 4 A ^/U,^^^


Salón del alcázar.
Ofreciendo juntamente '
DON ARIAS.
ESCENA PRIMERA. Las vidas *.
Doña Leonor de Ribera
DONARÍAS. Todo un cielo paréela
EL REY, DON ARIAS, DON PEDRO DE I ,f
Asi lo siente ?*' Que de su rostro nacia
GUZMAN, FARFAN DE RIBERA. De vos el Rey y de vos : El sol de la primavera.
Satisfecho de los dos REY.
REY.
Queda y de vuestro deseo.
,
Sol es, blanca no fuera,
si
Muy agradecido estoy
REY. \'á un sol con rayos de nieve
Al cuidado de Sevilla,
Todo, Sevilla, lo creo Poca alabanza se debe,
Y conozco que en Castilla
Soberano rey ya soy. Y lo conozco. Id con Dios. Si en vez de abrasar, enfria.
{Vanse los Alcaldes.) Sol que abrasase querría.
Desde hoy reino, pues desde hoy
Sevilla me honra y ampara No sol que helado se bebe.
ESCENA II.
Que es cosa evidente y clara DON ARIAS.
Y es averiguada ley EL REY, DON ARIAS. La que te arrojó las rosas, •

Que en ella no fuera rey, DON ARIAS. Doña Meuciá se llama


Si en Sevilla no reinara. Coronel.
/.Qué le parece, Señor,
Del gasto y recibimiento. REY.
De Sevilla?
Del aparato en mi entrada. Hermosa dama
REY.
Si ñola dejo pagada. Mas otras vi mas hermosas.
No puedo quedar contento. Parecido
Me ha tan bien, que hoy he sido DON ARIAS.
Tendrá mi corte su asiento
En ella y no es maravilla Solo rey. Las dos morenas briosas ' -- -

Que la corte de Castilla DON ARIAS. Que en la siguiente ventana


De asiento en Sevilla esté; Mucho mejor, ' Estaban, eran doña Ana
Que en Castilla reinaré Mereciendo tu favor, Y doña Beatriz Mejía,
Mienti-as reinare en Sevilla. Señor te parecerá
,
Hermanas, con que aun el dia
Cada (lia. Nuevos resplandores gana.
DON PEDRO.
REY. KEY.
Hoy sus alcaldes mayores
Agradecidos pedimos Claro está Por Ana es común la una
Tus pies, porque recebimos Que ciudad tan rica y bolla, Y por Beatriz la otra es
En su nombre tus favores. Viviendo despacio en ella , Sola como el fénix, pues
Jurados y regidores Mas despacio admirará. Jamás le igualó ninguna.
Ofrecen con voluntad DON ARIAS. DON ARIAS.
Su riqueza y su lealtad, El adorno y sus grandezas La buena ó mala fortuna
Y el Cabildo lo desea De las calles, no sé yo ¿También se atribuye al nombre?
Con condición que no sea Si Augusto en Roma las vio, REY.
En daño de tu ciudad. Ni tuvo tantas riquezas.
En amor f y no te asombre)
REY. REY.
Los nombres son^exlrañeza,
Yo quedo muy satisfecho... Y las divinas bellezas, Son 6 calidad y nobleza
i ¿Por qué en silencio las pasas? Al apetito del hombre.
DON PEDRO. 3 Tampoco alteza es consonante de em- DON ARIAS.
Tus manos nos da á besar. presa. La blanca y rubia...
i Aquí aparece incompleto y viciado el
REY. REY.
texto en la única y rarisinia edición antigua
Que en recebirme habéis hecho que se llalla de esta preciosa composición. No digas
Como quien sois; y sospecho Los versos quinto, sexto ysélimo de esta de- Ouién es esa la mujer :

Que á vuestro amparo lie de hacerme cima se leen allí de este modo : Blanca y rubia vendrá á ser
Rey de Gibraltar, (|ue duerme Las vidas. Mármol y azófar; y obligas.
Descuidado en las colunas AniAS. Como adelante prosigas,
Y con prósperas fortunas Asi lo siento, y salisfeclio A oir lü^quemeda pena.
Haré que de mi se acuerde ^.
Su majestad de los dos
Qucila de \uestro deseo.
5 Con dice en la edición antigua.
i Falla un verso á esta derinia. Donde se ve que sobran algunas palabras en (> Con dice aquí también en la edición an-
* Acuerde no es consóname de hacerme \-
el primero ó en el segundo de estos versos, tigua.
duerme. y falta uno entero. 7 Lffdice en la edición primitiva.
, ' ; ; ;; ; ,

COMEDUAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VECA CARPIÓ.


Una vi de gracias liona i,Qúc orden, don .Vrias. darás ESCENA IV.
Y en silencio la has dcjailo ; Para que la vea y hable?
Que en >ola la blanca lias dado, ARIAS. FERNÁN PÉREZ DE MEDINA.—
Y no has dado en la morona. Esa estrella favorable, Dichos.
¿Quién es la que en un balcón A pesar del sol, verás.
Yo con atención miré, FERNÁN.
Á su hermano honrar podrás;
Y la gorra lequilé Que los mas fuertes honores Pienso, gran Señor, que llego
Con alguna suspensión? Baton tiros do favores. Tarde á vuestros altos pies;
¿^Quién os la que rayos son Favorócole ; que ol dar. Besarlos quiero, y después...
Mis dos ojos l'ulminanles, Deshacer y conquistar REY.
En abrasar semejantes Puede imposibles mayores. Fernán Pérez, con sosiego "*--U^
A los de Jü|>iter fueito. Si lü le das y él recibo. Los pies me podéis besar;
Que están dándome la muerte. Se obliga; y si es obligado. Que aun en mis manos está
De su rigor ignorantes? Pagará lo que le has dado El oficio, y no se da
L ua que de negro hacia
, ,
Que al que dan, en bronce escribe. Tal plaza sin consultar
Fuerte compeloncia al sol , - '
REY. Primero vuestra persona
Y al horizonte español
Entre ébano amanecía. V»--^
A llamarle te apercibe , (^T-'^^'^ \' otras del reino importantes
Y dar orden juntamonte Que siendo en ellos atlantes,
Una noche, horror del dia,
Serán rayos de Archidona.
.

l'ues, do negro, luz le daba,


Cómo la noche siguiente
Vea yo á Estrella en su casa; Id, y descansad.
Y él eclipsado quedaba;
Epiciclo que me abrasa DON GONZALO.
Un bortón de la luz pura V
Del sol. pues con su hermosura
Con fuego que elalma siente. Señor,
Sus puras lineas borraba. <:j^^, {Vase don Arias.) Este memorial os dejo.
^A.^j-

D0>" ARIAS. ESCENA III. FERNÁN,


Ya caigo, Señor, en ella. Y yo mió, que es espejo
el

REY. DON GONZALO DE ULLOA, con luto. Del cristal de mi valor

En la mujer mas hermosa —EL REY. Donde se verá mi cara


Limpia, perfecta y leal.
Repara, que es justa cosa. DOS GOSZALO. GONZALO.
DOS ARIAS. Déme los pies vuestra alteza. También el mió es cristal
Esa la llaman la Estrella REY. Que hace mi justicia clara.
De Sevilla. Levantad, por vida mia.
REY.
{YanseDon Gonzalo y Fernán.)
Dia de tanta alegría
Si es mas bella <
¿ Venis con tanta tristeza? ESCENA V.
Que el sol, ;.cómo así laofende
DOS GONZALO.
Sevilla? Cómo no entiende DONARÍAS, BUSTO TABERA.—
Que merece su arrebol Murió mi padre...
Llamarse Sol, pues es sol REY. EL REY.
Que «viüca y enciende? Perdí
DOS ARIAS. Un valiente capitán.
Aquí, gran Señor, está
Es doña Estrella Tabora DOS GOSZALO.
Busto Tabera.
Su nombre, y por maravilla Y las fronteras están RUSTO.
La llama Estrella Sevilla. Sin quien las defienda.
A esos pies
• REY.
REY. Turbado llego, porque es
Sí.
Y Sol llamarla pudiera. Natural efecto ya
Faltó una heroica persona, En la presencia del Rey
nos ARIAS. Y enternecido os escucho. Turbarse el vasallo; y yo,
Casarla su hermano espera DON GONZALO. Puesto que esto lo causó,
En Sevilla como es justo.
Señor, ha perdido mucho Como es ordinaria ley,
REY. La frontera de Archidona Dos veces llego turbado.
Se llama su hermano... Y puesto, Señor, que igual Porque el hacerme, Señor,^
**
DON ARIAS. Ño ha de haber en su valor, Este impensado favor, ^
Busto Y que he heredado el honor Turbación én mí ha causado.
Tabora, y es regidor <m>-^--'- De tan fuerte general, REY.
De Sevilla, cuyo honor Vuestra alteza no permita Alzad.
A su calidad ajusto. Que no se me dé el oficio BUSTO.
Que ha vacado. Bien estoy asi;
REY. REY.
¿Y es casado? Que si el Bey se ha de tratar
Claro indicio Como santo en el altar.
DON ARIAS. Que en vos siempre se acredita, u Digno lugar escogí. ..'o.-'"
No es casado; Pero muerte llorad
la '

REY.
Que en la esfera sevillana De vuestro padre, y en tanto
Es sol, si estrella es su hermana Que estáis con luto y con llanto, Vos sois un gran caballero,
Que estrella y sol se han juntado. En mi corle descansad, -f.-'-' BUSTO,
REY. DOS GONZALO. De eso he dado á España indicio;
En buena estrella he llegado Con la mesma pretcnsión Pero-conforme á mi oficio.
A Sevilla tendré en ella
: Fernán Pérez de Medina Señor, los aumentos quiero.
Fuerte favor, si es tan bella Viene, y llevar imagina REY.
Como la deseo; ya Por servicios el bastón
Todo rae sucederá Pues yo los puedo aumentar.
Que en fin adalid ha sido
Muy bien, con tan buena estrella. Diez años, y con la espada BUSTO.
Los nácares de Granada Divinas y humanas leyes
El resto de esta décima se lee en la edi-
*
De rubíes ha teñido; Dan potestad á los reyes;
ción antigaa así :
Y {)or eso adelantarme Pero no les dan lugar
Si es mas bella Quise. A los vasallos á ser
Que el sol, icomo así la o/ende?
Mas Sevilla no se entiende,
REY, Con sus reyes atrevidos.
Mereciendo su arrebol; Verémeen ello; Porque con ellos medidos,
Llamárase sol, pues es sol Que supuesto que he de hacello, Gran Señor, deben tener
Que vivifica jr enciende. Quiero en ello consultarme. Sus deseos; y así, yo,
: ; ; ; , ; , ;; , ; ;

LA ESTRELLA DE SEVLLA. 150


Que exceder las leyes veo. sPide en este memorial BUSTO.
Junto á la ley mi deseo. »E1 bastón de general Por ello los pies te pido.
REY. »De los campos de Archidona.»
REY.
¿Cuál hombre no deseó REY. Darcla , Busto ,marido
Ser mas siempre? Decid los vuestros. Que á su igual no desmerezca.
BUSTO. BUSTO. Y decidle que he de ser
Si á mas fuera No sé Padrino y casamentero,
Cubierto me hubiera hoy Servicio aquí que decir Y que yo dotarla quiero.
Pero si Tabera soy. Por donde pued;i pedir, BUSTO.
No ha de cubrirse' Tabera. Ni por donde se me dé.
\v Ahora quiero saber,
REY. {Aparte con don Arias.) Referir de mis pasados i^' Señor, para qué ocasión
¡Notable filosofía Los soberanos blasones, y-'^
x Vuesa alteza me ha llamado;
De honor! Tantos vencidos pendones^^*^ Porque me ha puesto en cuidj^do. '-'yx^
Y castillos conquistados. REY.
DON ARIAS. (Ap. con el Rey.) Pudiera ; pero. Señor, Tenéis, Tabera, razón.
Capricho el primero Ya por ellos merecieron Yo os llamé para un negocio
Sin segundo. Honor; y si ellos sirvieron. De Sevilla, y quise hablaros
REY. No merezco yo su honor. Primero, para informaros
Yo no quiero, La justicia, para sello, Del pero la paz y el ocio
; ^^.^^
Tabera, por vida mia. Ha de ser bien ordenada. Nos convida mas despacio : '
Que os cubráis hasta aumentar , Porque es caridad sagrada Lo trataremos los dos.
Vuesü'a persona en oíicio, Que Dios cuelga de un cabello. V;. Desde hoy asistidme vos
Que OS dé deste amor indicio Dar este oficio es justicia En mi cámara y palacio.
Y asi, OS quiero consultar, A uno de los dos aquí Id con Dios.
Sacándoos de ser Tabera, Que si me le dais á mí. BUSTO.
Por general de Archidona; Hacéis, Señor, injusticia.
Que vuestra heroica persona Y aquí en Sevilla, Señor,
Los pies me dad.
REY.
Será rayo en su frontera. En cosa no os he obligado
Que en guerras fui soldado,
las Mis dos brazos, regidor,
BUSTO.
Y en paces regidor.
las Os daré.
Pues yo, Señor, ¿en qué guerra BUSTO.
Os he" servido? Y si va á decir verdad,
Fernán Pérez de Medina Tanto favor
REY. No entiende mi actividad.
Merece el cargo; que es dina
En lapaz De la frontera su edad. ( Sospechoso voy quererme,
.4p. :

Os hallo. Busto , capaz Y á don Gonzalo podéis, Y sin conocerme honrarme,


Para defender mi tierra Que es mozo y cordobés Cid Mas parece sobornarme.
Tanto, que ahora os prefiero Hacer, Señorj adalid. Honor, que favorecerme.) {Yase.)
A estos que servicios tales
REY.
Muestran por sus memoriales, ESCENA VI.
Que aquí en mi presencia quiero Sea pues lo que queréis.
Que leáis y despachéis. BUSTO. EL REY, DON ARIAS.
Tres pretenden, que sois vos Solo quiero (y razón
la
Y estos dos: mirad qué dos Y la justicialo quieren)
Competidores tenéis. Darles á los que sirvieren
El hombre es bien entendido,
Y tan cuerdo como honrado.
BUSTO. Debida satisfacion. s,^
DON ARIAS.
{Lee.) «Muy poderoso Señor: Don Gon- REY.
Deslos honrados me enfado. ."
»zalo de Ulloa suplica á vuestra alteza Basta que me avergonzáis
;
CiUántos, gran Señor, lo han sido,
»le haga la merced de la plaza de capi- Con vuestros buenos consejos. H ¡

Hasta dar con la ocasión !

'Dtan general délas fronterasdeArchido- BUSTO. Sin ella son destos modos
,
Dna, atento que mi padre, estándole sir- Son mis verdades espejos iodos cuerdos; pero lodos
wviendo mas tiempo de catorceaños,ha- Y así, en ellas os miráis. No en todas. Señor, lo son.
vciendo notables servicios á Dios por
REY. Aquel murmura hoy de aijuel
«vuestra corona, murió en una escara-
Sois un grande caballero, Que de otro ayer murmm'ó
»muza. Pido justicia, etc.»- <t\^^^t\
Y en mi cámara y palacio <•.•• que ejecutó.
— Si de su padre el valor
Quiero que asistáis despacio.
(jue la ley
Ejecuta él tiemjio en él.
Ha heredado don Gonzalo,
Porque yo conmigo os quiero. Su honra en una balanza
El oficio le señalo, -t'. ••
¿Sois casado? Pone en otra poner puedes
;

REY. BUSTO. Tus favores y mercedes.


Leed el otro *.
Gran Señor, Tu lisonja y tu privanza.
BUSTO. {Lee.) Soy de una hermana marido, REY.
« Señor, Y casarme no he querido Encubierto pienso ver
«Fernán Pérez de Medina, Hasta dársele. Esta mujer en su casa.
íVeinte años soldado ha sido, REY. Que es sol, pues tanto me abrasa.
íY á vuestro padre ha servido, Mejor Aunque estrella al parecer.
í>Y serviros imagina Yo, Busto, se le daré. Viva yo, y diga Castilla
»Con su brazo y con su espada, ¿Es su nombre? Lo que quisiere decir
«En propios reinos, y extraños. BUSTO. Que, rey ciego, he de seguir
»Ha sido adalid diez años Doña Estrella. A la Estrella de Sevilla.
íDe la vega de Granada, {Vanse.)
REY.
íHa estado captivo en ella
íiTres años en ejercicios
A Estrella, que será bella,

íCorlos ; por cuyos oficios,


No sé qué esposo le dé
Sala en casa de Busto Tabera.
Sino es el sol.
kY por su espada, que en ella
xToda su justicia abana, ..v^>^ BUSTO. ESCENA VII.
Solo un hombre,
Señor, para Estrella anhelo; DON SANCHO, ESTRELLA, MATIL-
< Edición antigua DE, CLARINDO.
Que no es estrella del cielo.
REY.
Leed el otro memorial. REY. DOX SASCHO.
BDSTO. Yo la casaré, en mi nombre. Divino ángel mío,
[Lee.) Muy poderoso Señor. Con hombre que la merezca. ¿Cuándo seré tu dueño,
. ! ;
, ! ' ;; , : !

140 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Sacando deste empeño i-_^\í. DOX SANCHO. Y bien casada (u hermana,
Las ansias que te envió? _>-
' " ' ' Quiero El tenerle es cosa llana.
¿Cuándo el blanco rocío Hablarle, porque muero Mas no cumples con la ley
Que vierten mis dos ojos,' IfcLo que amor le enlrelieue. jV. - - ' De amistad, poique debías
Sol cjue alumbrando sales i

Decirle al Rey que ya estaba


CIARINUO.
En conchas de corales, [jos, Casada tu hermana'
De que ha formado amor los labios ro- Busto Tabera viene.
C.on apaciblescalmas [masV
ESCENA
BUSTO.
Andaba. {-ÓJ^j^v^
^
Perlas harás que engasten nuesüas al-i; VIII.
ir
Entre ... ^
tantas domasias hjf^^
,

"'

ESTRELLA. \

BUSTO.— Dichos. Turbado mi eiiteiulimienro.


Si como mis deseos Que lugar no me dio alli
Los tiempos caminaran, BUSTO. A decirlo.
Al sol aventajaran Sancho amigo!... DON SA Ncno.
Los pasos giganteos, Siendo así,
ESTRELLA.
Y mis dulces'' empleos ¿No se hará mi casamiento?
Celebrara Sevilla, Ay! ¿Quéeseslo?
¡

DON SANCHO. BUSTO.


Sin envidiar celosa, i

Amante venturosa, '

¿Vos con melancolía? Volviendo á informar al Rey


La regalada v tierna tortolilia, s Que están hechos los conciertos
.
BUSTO.
Y escrituras, serán ciertos
I

Que con arrullos roncos ^ ,C.t'<H Tristeza y alegría Los contratos; que su ley
Talamos hace de los huecos ti'oncí
En cuidado me han puesto, No ha de atropellar lo justo.
C^«^'- DON SANCHO. kíjitrate dentro, Estrella.
SANCHO.
i
Ay cómo agradece
te
ESTRELLA
Mi vida esos deseos Si el Reyquiere torcer,
la
¡Válgame Dios El tiempo meatropella.
!
¿Quién fuerza le ¡jodrá hacer,
Los etéreos trofeos
De la fama apetece {Vanse Estrella // Matilde.) ;;;l)ieiuiü interés ó gusto?
;

Mi alma, y se te ofrece. BUSTO.


ESTRELLA.
ESCENA HX.
Yo le hablaré y vos también.
Yo con ella la vida '
DON SANCHO BUSTO , , CXARINDO. Pues yo entonces, de turbado.
Para que viva en ella. No le dije lo tratado.
BUSTO. DON SANCHO.
SANCHO. I

Sancho Ortiz de las Roelas... Muerte pesares me den.


¡Ay, amorosa Estrella, !

De fuego y luz vestida I


SANCHO. Bien decía que en el tiempo
I ¿Ya no me llamáis cuñado? No hay instante de firmeza,
ESTRELLA.
' BUSTO. .í^"
Y que el llanto y la tristeza
¡.\y, piadoso homicida! - \ Son sombra de pasatiempo.
Un caballo desbocado '^^'*^
SANCHO. V.^^
Me hace correr sin espuelas. Y cuando el Rey con violencia
¡Ay, sagrados despojos,*' Quisiere torcer la ley...
\^ Sabed que el Rey me llamó,
Norte en el mar de mis confusos ojos BUSTO.
No sé por líios para qué;
CLARiNDO. (.1 Matilde.) Que aunque se lo pregunté. Sancho Ortiz, el Rey es rey
¿Cómo los dos no damos Jamás me lo declaró." Callar, y tener paciencia. {Vase.)
De holandas y cambrayes. ^^
I
Hacíame general
*"
. Algunos bla¿los ay^s, v.-^ 7De Archidona, sin pedíllo; ESCENA X.
Siguiendo á nuestros amos? Y á fuerza de resistülo.
SANCHO. No ine dio el bastón real. DON SANCHO, CLARINDO.
¿No callas? Hízomeal íin...
DON SANCHO.
CLARINDO. DON SANCHO.
En ocasióntan triste, [miento?
Ya callamos. Proseguid
Ay, hermosa muleta {Ap. á Matilde.) ¿Quién paciencia teadiíá, quién sufri-
¡ Que todo eso es alegría.
Tirano, que venisle,
De mi amante desmayo! Decid la melancolía,
i

Y la tristeza decid.
A perturbar mi dulce casamiento.
UA1II.ÜE.
Con aplauso á Sevilla,
¡Ay hermoso lacayo BUSTO. No goces los imjierios de Castilla.
Que al son de la almohaza eres poeta! De su cámara me ha hecho. Bien de don Sandio el Bravo
l\\'^ t.,',-
CLARINDO. DON SANCHO. Mereces el renombre; que en las obras
¡Ay mi dicha! También es gusto.
De conocerte acabo.
MATILDE. Pues portu crueldad tal nombre cobras;
BUSTO.
Pero Dios las humilla.
¡Ay dichoso! Al pesar De Sevilla salgamos;
CLARINDO. Vamos. Vamos á GiJ)rallar, donde las vidas
No tiene tantos aves un leproso. DON SANCHO. (Ap.) En su riesgo perdamos.
DON SANCHO. Que me ha de costar CLARINDO.
Algún cuidado sospecho.
¿Qué dice al fin tu hermano? Sin ir allá las damos por perdidas.
BUSTO.
ESTRELLA. DON SANCHO.
Que hechas las escrituras Díjome que no casara
\ Estrella, porque él quena
Con Estrella tan bella,
Tan lirmes y seguras. ¿Cómo vengo á tener tan mala estrella?
Casarla, y se prefería,
El casamiento es llano, j^* ,
rilas ay, que es rigurosa
Y que el darte la mano .^.^
Cuando yo no la dotara, i

<
A hacerfo y dalla marido Y en mi son sus electos desdichados
Unos dias dilate r^ V-'' v ' ""

A su gusto. CLARINDO.
Hasta que él s^revenga.
DON SANCHO. -4 DON SANCHO. Por esta estrella hermosa \

dyíste Morimos como huevos estrellados ; V^
Mejor fuera en tortilla. \^^>Jk " 1
Mi amor quiere que tenga
Misero fin, si el tiumpo le combate.
Que estabas alegre y triste; ^

Mas yo solo el triste he sido, o^Mjúv-tUl DON SANCHO.


Hoy casarme querri;i
Qu¿ da el tiempo mílVueltas cada día,.
ESTRELLA.
^¡^
Déjame
Í^|;^?>T- 't' No goces los impelios de
(Vanse.)
Castilla.

mí con tu enojo,
á
Si el tiempo se detiene, Y tú el gusto tener puedes
Habla á mi hermano. Que en la cámara del Rey,
; , , ' , , ,, ; , , ; !

LA ESTRELLA DE SEVILLA 141


Calle. REY. {Ap. con don Arias.)
I
Aunque son para tus gracias
Gran resistencia Limitadas las riquezas.
ESCENA XI.
I

! Nos hace. Que su volunlad admitas;


£L RE Y, DON ARIAS, acompaSamiento: Dor; ARIAS. {Ap. con el Rey.) Que si la admites v premias.
Serás de Sevilla el sol,
después, BUSTO. Llevarle importa;
Si has sido hasta aquí la estrella.
Que yo quedaré con ella
REY. Y en tu nombre la hablaré. Daráte villas, ciudades,
f,

Decid cómo estoy aquí. De quien serás ricahembra, tlA í


REY. Y daráte á un ricohombre
DON ARIAS. .Habla paso, no te entienda; Por esposo, con quien seas
Ya lo saben, y á la puerta iJM •Que tiene todo su honor Corona de tus pasados
A reciJ)ii!o. Señor, Este necio en las orejas. Y aumento de tus Taberas.
Sale dou Ruslo Tobera. D0.\ ARIAS. ¿Qué respondes?
{Sa¡e Busto.) El peso las romperá. ESTRELLA.
BUSTO. REY. ¿QiuM-espondo?
¡Tal merced, tanto favor! Basta no quiero por fuerza Lo que ves. ( Vuelve la espalda.)
;

¿En mi casa vuestra alteza ?


Ver vuestra casa. DON ARIAS.
BUSTO. Aguarda espera. ,
REY. \

Por Sevilla así embozado O^"^'*^'^^ Señor, \. -*A í,


Á". ESTRELLA
Salí, con gusto de verla En casando á doña Estrella, 3 ''4.r- ^ '=>" livianos recados
"i me dijeron, pasando, Con el adorno que es justo ^f^' Da mi espalda la respuesta. {\ase.)
Que eran vuestras casas estas, La verá.
^ quise verlas: que dicen D0\ ARIAS. ESCENA XIII.
Que son en e.xtremo buenas. Esos coches llega.
donarías, MATILDE
BUSTO. REY.
Son casas de un escudero. Ocupad, Busto, un estribo t^i: 'VV^Mi DON ARIAS.
BUSTO. {Ap. Notable valor de hermanos
\

Entremos. A pié, si me dais licenoía. Los dos suspenso medt^an.


He de ir. La gentilidad romana
BUSTO.
REY. Sevilla en los dos celebra.
Señor, son hechas Parece cosa imposible
Para mi humildad, V vos El coche es mío
Y mando yo en Que el Rey los contraste y venza;
No podéis caligr en ellas Av - él. ^^^
; tí , Pero porfía y poder
Que para tan gran señor DON ARIAS. ^'
'-
Talan montes rompen peñas.
,
Se cortaron muy estrechas, Ya esperan Hablar quiero á esta criada
Y no será bien notado Los coches
En Sevilla, cuando sepan Que son imertas
las dáí^ivas Va-
REY. íf ..gara conseguir favores
Que á visitarme venís. .'^¿'*
Guien al alcázar ,CÍHi De las Porcias y Lucrecias.)
BUSTO. {Ap.) ¿Eres criada dé casa?
No vengo. Busto, por ellas: Muchas mercedes son estas MATILDE.
Por vos vengo. Gran favor el Rey me hace: Criada soy ; mas por fuerza.
BUSTO. Plegué á Dios que por bien sea!
¡
DON ARIAS.
M . 1-, ^'^^n Señor, {Vanse.) ¿Cómo por fuerza?
Notable merced es esta;
Y sí aquí por mí venís, MATILDE.
1^0 es justo que os obedezca •
Sala en casa de Busto. Que soy
Que será descortesía Esclava.
Que á visitar su rev venga ESCENA XII. DON ARIAS.
Al vasallo, ¿Esclava?
y que él vasallo ESTRELLA, MATÍLBE; después, DON
Lo permita y lo consienta, MATILDE.
triado y vasallo soy, ARIAS.
Y es mas razón que vo os vea Y sujeta.
ESTRELLA. Sin la santa libertad,
>a que me queréis honrar, '
tn i\ ¿Qué es lo que dices, Matilde? A muerte y prisión pei'petua.
el alcázar; que afreiitim O*^^
Muchas veces las M.\TILDE. DON ARIAS.
mercedes,
tuaiidü vienen con sospecha. Que era el Rey Señora.
,
Pues yo haré que el Rey te libre,

{Sale don Arias.)


Y mil ducados de renta
REY.
Con libertad te dé.
la
¿Sospecha? ¿De qué? DON ARIAS. Si en su servicio te empleas.
BUSTO. Él era,
MATILDE.
Dirán,
Y no es mucho que los reyes
n .
Siguiendo una estrella vengan.
Por la libertad y el oro
niesto que al contrario sea
A vuestra casa venia
No habrá maldad que no emprenda.
Queveiiistesámicasa Mira lo que puedo hacer;
Por ver á mi hermana Buscando tanta belleza;
y puesta ;
Que si el Rey lo es de Castilla,
Que lo haré, como yo pueda.
t;n buena opinión su
lama,
tsla a pique de perderla Vos de la beldad sois reina. DON ARIAS.
Que el honor es cristal puro, El rey don Sancho, á quien llaman Tú has de dar al Rey entrada
Que con un soplo se quiebra. Por su invicta fortaleza En casa esta noche.
El Bravo el vulgo, y los moros MATILDE.
REY. Porque de su nombre tiemblan
Ya que estoy aquí un negocio Abiertas
, Esa divina hermosura ...^
tomiimcaros quisiera.
.,-., , ,
Todas las puertas tendrá
Vio en un balcón competencia
Entremos.
,
Como cumplas la promesa.
De los palacios del alba
BUSTO. Cuando en rosas y azucenas í
DONARÍAS. I

Por el camino !a.v.Ui |ft Medio dormidas ías aves," Una cédula del Rey svA-*- * '
T
Será , si me dais licencia La imul rugan y recuerdan, Uv-->>'
Con su íirma y de su letra.
Que no tengo apercebida Y del desvelo llorosa ,
.

Antes que entre te daré.


La rasa. Vioile racimos de perlas. MATILDE.
Mandóme que de Castilla Pues yo le pondré en la mesma
1 Oskntan dice la edición aiitiguav Las riquezas te ofreciera Cama de Estrella esta noche.
, ! ; , ,

142 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DON ARIAS. » ,
REY. REY.
¿A qué hora Busto <e acuesta? o^v' Vén, don Arias, áordcnalla; El amor
MATILDE. I
Que no dudaré en lirmalla. Me alienta á tan alta empresa ^.

AI alba viene á acostarse. v> V,, •;


-
Como mi amor lo aliopella. MATILDE.
-'•-'' ,

Toiias la^ noclies requiebra; DON ARIAS. Busque tras mí vuestra alteza*
Quo osle descuido en los hombres ¡Buena queda la esclavilla, Lo escuro del corredor.
iuiiuitas honras cuesta. A fe de noble Vanse.)
(
DOS ARIAS. REY.
Y ¿á qué hora te parece Recelo ESCENA II.
Que venga el Rey? Que me vende el sol del cielo
En la Estrella de Sevilla. DON MANUEL, BUSTO, DON ÍÑIGO
MATILDE.
Señor, venga BUSTO.
A las once que ya entonces
;
Esta es mi posada.
Estará acostada. ACTO SEGUNDO. DON IÑIGO.
DON ARL\S.
Adiós.
Lleva
Esta esmeralda en memoria Calle. BUSTO.
De las mercedes que esperas. Es temprano para mí.
(Vanse.)
ESCENA PRIMERA. DON MANUEL.
EL REY. DON ARIAS y MATILDE, á No habéis de pasar de aqui.
/a
puerta de casa de Busto. BUSTO.
Salón del alcázar.
Basta.
ESCENA XIV. MATILDE. DON IÑIGO.
Solo será mas seguro;
Tenemos los dos
DON IÑIGO OSÜRIO, BUSTO y DON Cierta visita que hacer.
Que iodos reposan ya.
M.\NUEL, con llaves doradas. BUSTO.
REY.
DON MANUEL. ¿Y Estrella? ¿Qué OS pareció Feliciana?
Goce vuestra señoría MATILDE. DON MANUEL.
La llave y cámara y vea ,
Durmiendo está, En el alcázar mañana
El aumento que desea. Y el cuarto en que duerme, oscuro. Amigo en esa mujer
,

BCSTO. REY. Hablaremos; que es figura


Muy digna de celebrar.
Saber pagalle querría Aunque decillo bastaba.
A su alteza merced {Vatise don Manuel y don Iñigo.)
la Este es, mujer, el papel.
Que me hace sin merecella. Con la libertad en él
DON IÑIGO. Que yo le daré otra esclava ESCENA III.

Mucho merecéis, y en ella A Busto. BUSTO.


Que no se engaña creed DON ARIAS.
ti Rey. El dinero y todo Temprano me entro á acostar.
BUSTO. Va en él. (Mirando el portal de su casa.)
llave me ha dado.
Su MATILDE. Toda casa está obscura.
la
Puertame hace de su cielo; Dadme vuestros pies. /.No hay un paje ? Hola Lujan ¡ ,

Aunque me amenaza el suelo, DON ARIAS. {Ap. al Rey.) Osorio, Juanico, Andrés!
Viéndome tan levanlailo;^i'i..i^* í*
Todas con el interés Todos duermen. ¡Justa, Inés!
Que como impensadamente '

Son Señor, de un mismo modo.


,
También ellas dormirán.
mercedes me ha hecho,
Tant.-is ¡Matilde!También la esclava
Que se ha de mudar sospecho REY.
Se ha dormido es dios el sueño,
:

El que honra tan de repente. Divina cosa es reinar. Y de los sentidos dueño.
DON ARIAS. {Éntrase en su casa.)
ESCENA XV. ¿Quién lo puede resistir?
donarías.— Dichos. REY.
/ Al solo he de subir,
fin ,
Sala de casa de Busto.
DON ARIAS. Para mas disimular.
A recoger, caballeros; ESCENA IV.
DON ARIAS.
Que quiere el Rey escribir.
¿Solo te aventuras hoy? EL REY, MATILDE; después,
DON MANUEL.
REY. BUSTO.
Vamos pues á divertir
La noche. Pues díme, ¿en qué me aventuro?
MATILDE.
Y cuando no esté seguro,
{Vanse Busto don tingo y don Ma- Pienso que es el que llamaba
,
¿Conmigo mismo no voy?
nuel.) Mi señor. ¡Perdida soy!
Vete.
ESCENA XVI. DONARÍAS. REY.
¿No dijiste que venia
EL RE Y. — donarías. i Dónde aguardaré?
Al alba?
REY. MATILDE.
REY. Desviado de la calle, Desdicha es mia.
¿Que sus luceros En parle donde te halle.
Esta noche he de gozar, {Sale Busto, y el Rey se emboza.)
Don Arias? DON ARIAS. BUSTO.
DON ARIAS. En San Marcos entraré.
( Vase.) ¡Matilde!
La esclavina REY. MATILDE.
Es extremada. .
¿A qué hora Busto vendrá ? ¡Ay Dios Yo me voy.
!

REY. REY. {Ap. á ella.)


MATILDE.
Castilla No tengas pena.
Estatuas le ha de labrar. Viene siempre cuando al alba
Los pájaros hacen salva {Vase Matilde.)
DON ARIAS. Y abierta
;

la puerta está 9 otra


Una cédula has de hacella. 1 vez empresa por consonaote de
Hasta que él vieae. alíeia.
! ; ; ,
!!
; , , ,, ; , :
; , , ); , : ; — )

LA ESTRELLA DE SEVILLA. 1i3


ESCENA V. Tal defecto ,
pues sabéis Deste villano ofendido
Que sacras y humanas leyes Voy; pero vengarme espero. (Vase.)
EL REY, BUSTO. Condenan á culpa estrecha \
UN CRIADO.
BUSTO. Al que imagina ó sospecha
Huyó quien tu afrenta trata.
¿Quiénes? Cosa indigna de los reyes.
I BUSTO.
BEY. REY.
Seguidle, dadle el castigo...
Un hombre. (Ap. ¡Qué notable apurar de hombre!)
Hombre, digo que el Rey soy.
— Dejadle; que al enemigo
Bt'STO. Se lia de hacer puente de plata.
¡ A estas horas hombre BUSTO. Dadle una luz á Matilde,
En mi casa ! Dij^a el nombre. Menos crédito te doy Y entraos vosotros allá.
REY. Porque aquí no viene el nombre {üúnsela , y vanse los criadoi.)
Aparta. De rev con las obras pues ,

BUSTO. Es el tley el que da honor I


ESCENA VII.
No sois cortés Tú buscas mí deshonor.
BUSTO, MATILDE.
Y si pasa, ha de pasar REY. (Ap.) I

Por la punta desta espada Este es necio y descortés I


BUSTO.
Que aunque esta casa es sagrada, ¿Qué he de hacer? [Ap. Esta me vende que está
,

La tengo de profanar. BUSTO. Avergonzada y humilde.


REY. (Ap. El embozado La verdad he de sacar
Ten la espada. Es el Rey, no hay que dudar. Con una mentira cierta.)
BUSTO. Quiérele dejar pasar, Cierra de golpe esa puerta.
¿Qué es tener, Y saber sí me ha afrentado Aquí os tengo de matar
Cuando cuarto de mi hermana
el Luego que el alma me incita
;
Todo el caso me ha contado
Desta suerte se profana? La cólera y el furor; El Rey.
Quién sois tengo de saber, Qus es como cen^o el honor,'^ x MATILDE.
O aquí os tengo de matar. Que aquel que le da le quita. , {Ap. Sí él no guardó
REY. Pasa cualquiera que seas
, El secreto, ¿cómo yo
Hombre de importancia soy; Y otra vez al Rey no infames Con tan iníelíce estado.
Déjame. Ni el Rey, villano, te llames Lo puedo guardar?) Señor,
BUSTO. Cuando haces hazañas feas. Todo lo que el Rey le dijo
En mi casa estoy Mira que el Rey mí señor. , Es verdad.
Del África horror y espanto, BUSTO.
Y en ella yo he de mandar.
Es cristianísimo y santo, {Ap. Ya aquí colijo
REY.
Y ofendes tanto valor. Los defectos de mi honor.)
Déjame pasar : advierte La llave me ha coniiado ¿Que tu al fin al Rey le diste
Que soy hombre bien nacido De su casa , y no podía Entrada ?
Y aunque á tu casa he venido Venir sin llave á la mía MATILDE.
No es mi intención ofenderte. Cuando la suya me ha dado. Me prometió
Sino aumentar mas tu honor. Y no atrepelléis la ley; La libertad; y así, yo
BUSTO. Mirad que es hombre en efeto :
Por ella , como tú viste.
¡El honor así se aumenta Esto os digo y os respeto , Hasta este mesmo lugar
REY. Porque os ungisteis el Rey. Le metí.
Corre tu honor por mi cuenta.
Y de verme no os asombre BUSTO.
Fiel aunque quedo afrentado
,
Y ¿sabe Estrella
BUSTO.
Que un vasallo está obligado Algo desto?
Por esta espada es mejor. A tener respeto al nombre. MATILDE.
Y si mi honor procuráis, Y sin mas
alropellallos
¿Cómo embozado venís ? Pienso que ella
Contra Dios y contra ley
Honrándome, ¿os encubrís? Así aprenderá á ser rey
En sus rayos á abrasar
Dándome honor, ¿os tai)ais?
Del honor de sus vasallos.
Me viniera , si entendiera
Vuestro temor os convenza Mi concierto.
REY. BUSTO.
Como averiguado está
Que ninguno que honra da, Ya no lo puedo sufrir; Cosa es clara
Tiene de dalla vergüenza. Que estoy confuso y corrido.
Porque si acaso enturbiara
Meted mano, ó ¡vive Dios, ¡Necio! Porque me he fingido La luz, estrella no fuera.
Que os mate Ser el Rey, ¿me dejas ir?
MATILDE.
REY. Pues advierte que yo quiero,
Por(|ue dije que lo era. No permite su arrebol
¡Necio apurar! Eclipse ni sombra oscura ;
Salirde aquesta manera; [Mete mano.)
BUSTO. Que es su luz brillante y pura,
Que si libertad adquiero
Aquí os tengo de matar, Porcpie acpií rey me llamé, Participada del sol.
O me habéis de inatar vos. Y en mí respetas el nombre, A su cámara llegó;
{Mete mano.) Porque te admire y te asombre, Y dándome esle papel,
REY. En las obras lo seré. Entró el Rey, y tú tras él.
(4p. Diréle quien soy.) Detente; Muere, villano; que aquí BUSTO.
Que soy el Rey. Aliento el nombre me da ¿Cómo? ¿Este pai)el te dio?
BUSTO. De Rey y ,
él te matará. MATILDE.
Es engaño. BUSTO. Con mil ducados de renta
¡El Rey procurar mi daño. Solo mi honor reina en mí. Y la libertad.
Solo, embozado y sin gente! BUSTO.
{R¿iie?i.)
No puede ser y á su alteza ;
{Ap. ¡Favor
Aquí villano, ofendéis.
,
ESCENA VI. Grande á costa de mi honor!
Pues defecto en él ponéis
Criados , con luces; MATILDE.— EL ¡Bien me engrauece menta
Que es una extraña bajeza. !

Vén conmigo.
¡El, Rey había de estar REY, embozado, BUSTO. MATILDE.
Sus vasallos ofendiendo
¿Dónde voy?
De nuevo en esto me ofendo; CRUDOS.
Por esto os he de malar. ¿Qué es esto? BUSTO.
Aunque mas me porlieis ; k ,, .
REY. (Ap.) Vasá que te vea el Rey;
Y ya que á mí me ofendáis,
'

Es<'ai)arnie quiero Que asi cumplo con la ley


Ño en su grandeza pongáis Antes de ser conocido. Y obligación en que estoy.
: , , , ,, ! ; ! ,,, '

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


MATliriE. Victorioso y no vencido,
. ¿No me conoces? No sabes
¡Ay desdichada esclavüUi! Y" hoyen Sevilla le dan. Quién soy? En mi boca ¿has visto
BUSTO.
Por gallardo y atrevido, Palabras desenlazadas
(.4;j.)
El lugar primero: (|ue es Del honor con que las riio?
Roy la quiso eclipsar.
Si el
De militares escuelas Porque si no has visto nada
Fama a España lia tle quedar El sol. Que me pueda ser indicio
BelaEílrellaili' Sevilla.
REY. ¿Qué delito puede haber?
(Yame.) Su nombre ¿cómo es? ÜUSTO.
DON ARIAS. Sin ocasión no lo digo.
Sancho Ortiz de las Roelas, ESTRELLA.
Calle que sale al alcázar. Y el Cid andaluz después. ¿Sin ocasión?
REY.
ESCENA VIII. RUSTO.
Ese al momento me llama ¡Ay, Estrella!
EL REY, donarías. Pues ya quiere amanecer. Que esta noche en casa...
DON ARIAS. ESTRELLA.
REV.
Vén á acostarte. Dilo;
Esto al fin ha sucedido.
REY. Que si estuviere culpada
DON ARI.\S.
¿Qué cama. Luego me ofrezco al suplicio.
Quisiste entrárselo. Arias, puede apetecer ¿Qué hubo esta noche en casa?
REY. Quien está ofendido y ama? BUSTO.
Ha andado Ese hombre llama almoniento. Esta noche fué epiciclo
Tan necio y tan atrevido. DON ARIAS. Del sol que en ella esta noche
;

Que vengo, amigo, afrentado ; En el alcázar está Se trocó de Estrella el signo.


Que sé que me lia conocido. Un bulto pendiente al viento. ESTRELLA.
Metió mano para mi REY.
Con equivocas razones, Las llanezas del honor
¿Bulto dices? ¿Qué será? No con astrólogo estilo
Y anníiue mas me resistí.
DON ARIAS. Se han de decir: habla claro,
Las naturales acciones
Con que como hombre nací No será sin fundamento. Y deja en sus zonas cinco
Del decoro me sacaion REY. El sol ;
que aunque Estrella soy,
Que pide mi majestad. Mira quién es. Yo por no me
el sol rijo. ^^ .

Doy sobre él pero llegaron


;
DON ARIAS. BUSTO. AV^7
Con luces, que la verdad La esclavina, Cuando partía la noche
'

Dijeran que imaginaron. Con el papel en las manos. Con sus destemplados giros
Si la espalda no volviera, REY. La campana de las Cuevas,
Temiendo ser conocido; ;Hay tal rabia! Lisonja del cielo empíreo.
Y vengo desta manera. Entré en casa y topé en ella.
DON ARIAS. ,

Lo que ves me ha sucedido, Cerca de tu cuarto mismo,


Arias con Busto Tabera.
¡Hay talmancillí
, Al Rey solo y embozado.
REY.
DON ARIAS. ESTRELLA.
Mataré á los dos hermanos
Pague con muerte el disgusto; ¡Qué dices
Si se alborota Sevilla.
Degüéllale, vea el sol BUSTO.
Naciendo el castigo justo, DON ARIAS.
Verdad te digo.
Pues en el orbe español Mándale luego quitar,
Mira, Estrella, á aquestas horas
No hay mas leyes que tu gusto. Y con decoro y secreto
¡A qué pudo haber venido
También se i)uede enterrar. El Rey á mí casa solo,
REY.
¡Así se pierde el respeto!
Matarle publicamente Si por Estrella no vino
Tabera no ha de quedar. Matilde con él estaba ;
Arias, es yerro mayor.
(Vaiise.) Que á los pasos y al rijído
DON ARIAS.
Salió porque entonces era
,
Causa tendrás suficiente; Sabio lince el honor mío.
Que en Sevilla es regidor, Metí mano, y <i;¿ Quién va?» dije ;
Sala en casa de Busto.
Y el mas sabio y mas prudente Respondió « Un hombre » y embisto
: ;

No deja. Señor, de hacer ESCENA IX. Con él ; y él, de mí apartado.


Algún delito, llevado Que era el Rey, Estrella , dijo;
De la ambición y el poder. BUSTO, ESTRELLA. Y aunque le conocí luego,
REY. Hiceme desentendido
Es tan cuerdo y tan mirado, ESTRELLA. En conocerle; que el cíelo
Que culpa no ha de ¿Qué es esto? Darme sufrimiento quiso.
tener.
BUSTO. Embistióme, como rey
DON ARIAS.
Echa ese marco. Enojado y ofendido
Pues hazle. Señor, matar
ESTRELLA. Que un rey que embiste enojado.
En secreto.
Apenas el sol dormido Se trae su valor consigo.
REY.
Por los balcones del alba Salieron pajes con luces;
Eso si Sale pisando zafiros Y entonces por no ser visto,
,

Mas ¿de quién podré fiar ¡Y me levantas del lecho. Volvió la espalda , y no pudo
Este secreto? Solo, triste y afligido! Ser de nadie conocido.
DON ARIAS. Confuso estás y turbado. Conjuré la esclava ; y ella
De mí. Diine, ¿has visto alguu delito Sin mostralle de Dionisio
REY. En que cómplice yo sea? Los tormentos confesó ,

No te quiero aventurar. BUSTO. Las verdades sin martirio.


Firmada la libertad
DON ARIAS. Tü me dirás sí lo has sido.
Le (lió en un papel que hizo
Pues yo darte un hombre quiero, ESTRELLA. El R(!y, cabeza al proceso
Valeroso y gran soldado. ¿Yo? ¿Qué dices? ¿Estás loco? En (|U(! sus culpas fulmino. |
Como insigne caballero, Dime si has perdido el juicio. Saquéla de casa luego, /'

De quien el moro ha temblado ¡Yo delito! Mas ya entiendo Porque su aliento nocivo ',

En el obelisco fiero Que tú lo has hecho en decillo, No sembrara deshonor


De (iibraltar, donde ha sido Pues solo con preguntallo. Por nobles edificios.
los
Muchas veces capitán Contra mí lo has cometido. Cogíla á la puerta, y luego,
. , ; ; ! ,, ; ;, , " » , ; ;;,;— ; ;! ':
;

LA ESTRELLA DE SEVILLA. i45


iPueíta en loshombro?, camino SANCHO.
DON" DON SANCHO.
Al alcázar, y en sus rejas No es mucho que yp Señor, , ¡Señor!
La colgué por su delito Me turbe, no siendo aquí Siendo lioela y soldado,
Que i|uioio (jue el Hey conozca Retórico ni orador. ¿Me (|uieres hacer traidor?
Que hay Brutos contra Tariiuinos. ¡Yo muerte en caso pensado
REY.
Esto me ha pasado ^ Estrella Cuerpo á cuerpo he de matallc,
nuestro honor está en peüiíro:
;
Pues decid, ¿qué veis en mí?
Donde Sevilla lo vea,
Yo he de au^entarme por fuerza, IjON SANCHO. En la (liaza ó en la calle ; .

Y es fuerza darle marido. La majestad y el valor. Que al (jue mata y no pelea,


Sancho Ortiz lo ha de ser tuyo Y al lin, una imagen veo Nadie puede disculpalle
Que con su amparo te libro De Dios, pues le imita el Rey; Y gana mas el que mucre
Del rigor del Rey, y yo Y después del en vos creo.
, A traición (|ue el (|uo
, le mata
Libre me pongo en camino. A vue'^tra cesárea ley, Y el vivo, con cuantos trata
ESTRELLA. Gran Señor, aqui me empleo. Su alevosía refiere.
¡ Ay Busto! Dame esa mano REY. REY.
Por el favor infinito ¿Cómo estáis?
Matadle como queráis
Que me has hecho. DON SANCHO. Que este papel para abono
BUSTO. Nunca me he visto De mi firmado lleváis,
Hoy has de ser, Tan honrado como estoy. En que consta que os perdono
Y asi Estrella te apercibo
, ,
REY. Cualquier delito que hagáis.
Su esposa guarda silencio
:
Pues aficionado os soy Referidlo. \bale el papel.)
Porque importa al honor mió. (Yase.) Por prudente y por bienquisto. DON SANCHO.
ESTRELLA. Porque estaréis con cuidado, Dice así :
¡Ay amor y qué ventura
!
¡
Codicioso de saber . {Lee.) f(Al que ese papel advierte,
Ya estás de la v.enda asido ;!,•' Para lo que os he llamado, «Sancho Ortiz, luego poc mí
No te has de librar. Mas ¿quién Decíroslo quiero; y ver »Y en mi nombre dadle muerte;
Sacó el lin por el principio, Que en vos tengo un gran soldado. »Que yo jior vos salgo aquí
Si entre la taza y la boca — A mí me importa matar »Y si ós halláis en aprieto,
Ua sabio temió el peligro? (Yase.) En secreto á un hombre, y quiero «Por este papel firmado
Este caso confiar «Sacaros del os prometo.
Solo do vos que os prefiero
; » lo el Reí/. Estoy admirado—
Salón del alcázar. .
A todos los del lugar. De que tan poco conecto
DON SANCHO. Tenga de mi vuestra alteza.
ESCENA X. .

¿Está culpado?
¡Yo cédula Yo papel! !

REY.
Qué Mas en vos que no en él
!

EL REY, cora dos papel es; HO^ ARIAS. ¡

Confia aquí mi noi)leza.


Si está.
Si vuestras palabras cobran
DON ARIAS. DON SANCHO. Valor que los montes labra,
Ya en la antecámara aguarda Pues ¿cómo niuerle en secreto Y ellas cuanto dicen obran.
Sancho Ortiz de las Roelas. A un culpado se le da? Dándome aquí la palabra
REY. Poner su muerte en efeto Señor, los papeles sobran.
Todo el amor es cautelas Publicamente podrá Rom pedio, porque sin él
Ya la piedad me acobarda. Vuestra justicia, sin dalle La muerte le solicita.
En este papel sellado Muerte en secreto que así ;
Mejor, Señor, que con el
Traigo su nombre y su muerte, Vos os culpáis en culpalle Que en parte desacredita
Y en este, que yo he mandado Pues dais á entender que aquí Vuestra palabra el papel. (Rómpele.)
Matarle de aquesta suerte
:
Sin cul¡ia mandáis malalle. Sin papel, Señor, aquí
El quedará disculpado. Si ese hombre os ha ofendido Nos obligamos los dos,
Hazle entrar, y echa á la puerta En leve culpa. Señor, Y prometemos así.
La loba, y tú no entres. Que le perdonéis os [ido. Yo de vengaros á vos
REY.
Y vos de librarme á mí.
DO.N ARIAS.
Si es así, no hay que hacer
¿No? Para su procurador, Cédulas que estorbo han sido
,
REY. Sancho Ortiz, no habéis venido, Yo os voy luego á obedecer;
No porque quiero (|ue advierta Sino para dalle mutírte
;
Y solo por premio os pido
Que sé este secreto yo Y pues se la mamlo dar Para esjiosa la mujer
Solamente; que concierta Escondiendo el brazo fuerte,
Que yo eligiere.
La venganza mi deseo Debe á mi honor importar
REY.
Mas acomodada asi. Matarle de aquesta suerte.
¿Merece el que ha cometido Aunque sea
D0.\ AI)L\S,
Crimen laesae, muerte? Ricafembra de Castilla
Voy á llamarle. (Yase.)
DON SANCHO. Os la concedo.
REY.
Ya veo En fuego. DON SANCHO.
Amor, que no es este en mí REY. Posea
Alto y glorioso trofeo. ¿Y si crimen laesae ha sido Vuestro pié la alarbe silla

Eldesle?... ' mar los castillos vea


i

ESCENA XI. DON SANCHO. Gloriosos y dilatados,


Y por sus climas helados...
DONSAXCHO. — ELREY. Que muera luego,
A voces. Señor, os |)ido;
DON SANCHO. Y si es así, la daré.
Señor, á mi mismo hermano, Vuestros hechos excelentes,
Vuestra alteza á mis dos labios
Y en nada repárale. Sancho, quedarán premiados.
Les conceda los dos pies.
En este |)apel va el nombre
REY. REY.
Dadme esa palabra y mano. {Dele un papel.)
Alzad que os hiciera agravios.
;

Alzad. DON SANCHO. Del hombre que ha de morir


DON SANCHO. Y en ella el alma y la fe. Verso que se halla en la edirinn licelia
'

Señor. .
REY. en BdsIoii, ano de iS40, y no .«e lee en la
REY. (Ap.) anii:,'ii;i (|uc nos sirve de original.
ini|)icsi()n
Hallándole descuidado - falla un verso que consuene con cice-
Galán es. Puedes matarle. le II ¡es,
L-i.
10
: , ! —
, ,

,
U6 comedí \S ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
r.unndo lo nbrnis no os asombre; i
Mas con el miedo y gusto DON SANCHO. (.4/?.)
Mir;.d oiie he oiclu (locir Me olvidaba del Bey, y no era justo. Y yo desdicha en hallaros,
En Sevilla que es muy hombre. Ya est.T el papel abierto. Porcpie me buscáis a(|ui
DON SANCHO. Quiero saber quién ha descreí muerto. Para darme vida á mi;
Presto, Safior, lo sabremos. {Lee.) « Al que nnierte habéis de dar, Pero yo para malares.
iüEs. Sandio, á Buslo Tabera.i»
ursTO.
RKY. — ¡Válgame Dios! Que esto quiera!¡
Ya, hermano, el plazo llegó
Los dos, Sancho, solamente ¡Tras una suerte un azar
Esle secreto subamos. Toda esta vida es jugar De vuestras dichosas bodas.
No hav que advertiros; pri;dente Una cartela imperfeta, DON SANCHO. (.\p.)
Sois vos oblad y callemos.
:
,
{Vase.) Mal barajada, y sujeta Mas de mis desdichas todas,
A desdichas y á pesares; ^ Decirte pudiera yo.
ESCENA XII. Que es toda en cientos y azares ¡Válgame Dios ¡'¿Quién se vio
Como juego de cartela. Jamás en tanto pesar?
CLARLNDO.— DON SANCHO. Pintada la suerte vi; ¡Que aqui tengo de matar
Mas luego se despintó Al que mas bien he querido!
CI.AniNDO. Y el naipe se barajó Que á su hermana haya perdido!
¿Habia de encontrarte Para darme muerte á mí. Que con todo he de acabar!
Cuando nuevas tan du Ices vengoá darte? Miraré si dice asi... BUSTO.
Dame, Señor, aibvicias Peí o yo no lo leyera
Ya por escritura estáis
De las glorias ma\ores que Si el papel no ló dijera.
codicias. Casado con doña Esti ella.
Quiérole otra vez mirar.
DON SANCHO. {Lee.) «Al que muerte habéis de dar, DON SANCHO.
¿Agora de humor vienes? «Es, Sancho, á Busto Tabcra.» Casarme quise con ella ;

CLARINDO. ¡Perdido soy ¿Qué he de hacer?


!
Mas ya no, aunque me la dais.
¿Cómo el alma en albricias no previenes? Que al Rey la palabra he dado... BUSTO.
{Dale un papel.) ¿Conoceisme? ¡Así me habláis!
Y á su hermana he de perder...
DON SANCHO. DON SANCHO.
Sancho Orliz no puede ser. ,

¿Cuyo es este ? Viva Buslo. —


Mas no es justo Por conoceros, aquí
Os hablo, Tubera, asi.
clahindo. Que al honor contraste el gusto:
De Estrella, [Ha. Muera Busto Buslo muera. , BL'sro.
Que estaba masque el sol hermosay be- Mas delente, mano llera; Si me conocéis, Tabera,
Mandóme que te diera Viva Buslo, viva Buslo. ¿Cómo habláis de esa manera?
Ese papel y albricias te pidiera.
,
— Mas no |)uedo con mi honor DON SANCHO.
DON sancho. Cumplir, si á mi amor acudo;
Hablo porque os conocí.
¿Deque? Mas ¿quién resistirse pudo
A la fuerza del amor? BUSTO.
CLAniNDO.
Morirme será mejor, Habréis en mí conocido
Del casamiento,
O auseaiarme, de manera Sangre, nobleza y valor,
Queseba de efectuar luego al momento. Que sirva al Bey, y él no muera. Y virtud, queesel honor;
DON SANCHO. Mas quiero al Rey agradar. Que sin ella honor no ha habido. '

'

¡Qué dices! La alegría [mia? {IjCe.) «Al que muerte habéis de dar, Y estoy, Sancho Orliz, corrido... '

Jle ha de matar. ¿Que Estrella ha de ser )>Es , Sancho, á Buslo Tabera.a DON SANCHO.
El hermoso lucero ¿Si le mala por Estrella ^ Mas lo estoy yo.
Del alba ;,es para mí? Del sol espero El Rey, que servilla trata ?...*$'"'''""''
BUSTO.
Que los dorados rayos Si por Estrella lé mala :
,
¡Vos! ¿Deque?
En abismos de luz'pinten desmayos. Pues no muera aquí por ella.
{Lee) «Esposo, ya ha llegado Ot'endelley defendella DON SANCHO.
íEI venturoso jtlazo deseado Quiero. —
Mas soy caballero, De hablaros.
»Mi hermano va á buscarte Y no he de hacer lo que quiero, BUSTO.
»Solo por darme vida y por premiarte. Sino loque debo hacer. Si en mi honra y fe
iiSi del tiempo te acuerdas, Pues ¿qué debo obedecer? Algún defecto advertís.
«Búscale luego, y la ocasión no pierdas. La ley que fuere primero. Como villano menlis,
kTu Estrella.^) —
Ay íbi'ma Ixilla!
¡
Mas no hay ley que á aquesto obligue. Y aqui os lo sustentaré. {Mete mano.)
¿Oue bien no he de alcanzar con tal es- Mas si hay"; que aunque injusto el Rey, DON SANCHO.
Avisa al mayonlomo [trella? ¿Qué has de sustentar, villano?
De la dichosa sujeción que tomo, A él después Dios le castigue.
{Ap. Perdone amor; que el exceso
Y que saque al momento Mi loco amor se niiligiie;
Del Rey me ha quitado el seso,
Las libreas que están para este intento Que aunque me cuesle disgusto
,
Y es elresislirme en vano.)
^En casa reservadas, Acudir al Rey es justo:
^' {Riñen.)
Y saijuen las calie/.as coronadas Busto muera , Busto muera
^^^j^
^
"^^
Mis lacayos y pajes
De hermosaspesadumbres de plumajes.
Pues ya no hay quien decir quiera
«Viva' Busto, viva Busto.»
:
CUSTO.
¡Muerto soy! Deten la mano. {Cae.)
Y si albricias codicias, Perdóname, Estrella hermosa; DON SANCHO.
Toma aqueste jacinto por albricias; Que no es jiequeño castigo
Ay que estoy fuera de mí,
¡ ,
Que el sol landiien te diera, Perderle y ser tu enemigo.
Y sin sentido le heri!
Cuando la piedra del anillo fuera. ¿Qué he hacer? ¿Puedo otra cosa? Mas aípií, hermano, le pido
CI.AniNlJO.
ESCENA Que ya que cobré el sentido.
Vivas masque la piedra,
A tu esposa enlazado como hiedra;
Y pues tanto le precio.
DUSTO.— DON SANCHO.
XIV.
Que tú me mates á mí.
Quede tu espada envainada j
En mi pecho; abre con ella
M
Vivas, Señor, masañosquenoun necio. nusTO. Puerta al alma.
{\ase.) Cuñado, suerte dichosa BUSTO.
He tenido en encontraros. A doña Estrella
ESCENA XIII.
1 F;ilta (>n esta décima un verso que con-
Os dejo, hermano, encargada.
Adiós. {Muere.)
suene ron (lado.
DON SANCHO. 2 Kiilia un verso : (Ion Cándirlo María Tri-
DON SANCHO.
gueros (|ue retundió esta comedia,
, lo su- Rigurosa espada,
Duscar Busto quiero;
á pliócon este : Sangrienta y fiera homicida.
Que entre deseos y esperanzas muero. Es obedecerle ley. Si uie has quitado la vida.
: ; ; " ; ,

La estrklla de sevilla. 147


Acábame de matar, E'ílo, Señor, es ser rey, Dámela, y toma por ella
Portille le pueda pagar Y esto. Señor, es no sello. Este diamante.
El alma pur olía heikia. Eiite:uiello y no eiilemlello CI.ARlNnO.
Imporln, pues yo lo ciillo.
Partida
ESCENA XV. Yo lo maté, no hay nes'allo Está por medio la ¡liedra :
Mas el por qué no iliré: Será de melancolía;
PKDmO
Lox dnx alcaldes maijores DfiN Otro coiiliese el por ([ué, I

Que los jacintos padecen


DEIíUZMANyFARFANDEHIÜKHA, Puesyoconiiesoel malallo.
I

De ese mal, aun(|ue le quitan.


p oTiios CABALi-EtíüS. — ÜU>( SAX- {Llévuitselo y vuiue.)
I

'
Partida por medio está.
t;Hü;DUSrO, ?/¡«é;;/o. I

I ESTRELI.A.
No importa que esté partida;
DON PF.nno. Sala en casa de Busto.
I

i
Que es bien que las piedras sientan
iQué es esto? Deten la mano. Mis contentos y alegrías.
DON SANCHO. I
ESCENA XVII. 1

¡Ay venturoso dial


¿Cómo, si á mi vida he muerto? ESTRELLA, TEODORA. Esta, amigos, ha sido estrella mía!
FARFAN. TEODORA.
¡Hay tan grande desconcierto!
i
ESTRELLA. / . ,
Gran tropel suena en los patios.
DON l'EUr.O.
No sé sime vestí bien, CLARINDO.
<'.ümo me vesli de prisa. I

iQué eseslo? Dame, Teodora, ese espejo.


Y ya escalera arriba
la
DON SANXIIO. Parece que sube gente.
TEODORA.
He muerto á mi hermano. ESTRELLA.
Soy im Caín sevillano, Verle, Señora, en ti misma
Puedes, porque no hav cristal ¿Qué valor hay que resista
C'ue veniíativo y cruel. Al placer?
Mué un inocente Ahel Que tantas verdades diga.
Ni de hermosura lan grande
maladme aqui;
Véisle a(|ui;
Haga verdadera cifra.
ESCENA XIX.
Que pues el muere |ior mi,
Yo quiero morir por él. ESIRKLI.A. Los Dn.s ALCALnrs .MA\orFS ro« gf.nte ,
\

Alterado tengo el rostro que trae el cadáver de Bmto. Di- —


ESCENA XVI. Y la color encendida. chos.

DONARÍAS. — Dichos. !
TEODORA. fstrfit a.
;
Es, Señora, que la sangre
Pero... ¿(¡ué es esto?
DO.N ARIAS. Se lia asomado á las mejillas
DON peIiro.
¿Qué es esto? ¡
F ntre temor y \ergüen/a.
Solo á celebrar tus dichas. Los desastres y desdichas
DON SANCHO.
Se hicieron para los hombres;
Un liero rigor; ESTRELLA.
Que es mar de llanto esta vida.
Que tanto en los hombres labra Ya me
parece que llega, El señor Busto Tabera
L na cumplida palabra
I

Bañado el rostro de risa, Es muerto.


Y un acrisolado honor. Mi esposo á darme la mano
\

estrftla.
Decidle al Rey mi señor F>ntre mil tiernas caricias.
\

Suerte enemiga!
C!ue liei.eu lo.s sevillanos
i
Ya me
parece que dice
¡

Las palabras en las manos, Mil ternezas, y que oidas, DON PEDRO.
Como lo veis, pues por ellas Sale el alma p'-r los ojos, El consuelo que aqui os queda
Atrepellan las Estrellas Disimulando sus niñas. Es que está el lie.o homicida,
Y no hacen caso de hermanos. ¡Ay venturoso dial Sancho Orliz de las Roelas,
DON PEDRO. Lsia ha sido, Teodora, eslrella niia. Preso, y del se hará justicia
Dio muerte á Rusto Tabera. TEODORA.
Mañana sin ialla...*
^.
'^'' " estrella.
DON ARIAS. Parece que gente suena.
¡Hay tan temerario exceso! Cayó espejo. De envidia,
el {Álzale.) Dejadme, gente enemiga
Elbristal, dentro la hoja, (,'ue en vuestras lenguas traéis
DON SANCHO.
De una luna hizo inlinilas. ,
'
'
' ' De los infiernos las iras.
Prendedme, llevadme preso .

'^• Mi hermano es muerto, y le ha muerto


Que es l)ien que el que mata muera. ESTRELLA. '/' i

Sancho Ortiz ¿ Hay (luien lo diga ?


!

Miiad qué hazaña tan liera x ¿Quebróse?


¡

TEonnuA.
Hay quien lo escuche y no muera?
Me lii7.o el amor intentar, v\^*-'M</'" Piedra soy, pues estoy viva.
Pues meha ol)lií;adü á malar, Señora, si. ¡Ay riguroso dia!
Y me obligado a nioi ir
lia
, ESTRELLA. Esta, amigos, ha sido eslrella mia.
Pues por él vengo á pedir Bien hizo, porque imagina Pero si hay piedad humana,
La muerie que él me lia de dar! Que aguardo el cristal,' Teodora Maladme.
,

DON PEDRO. En que mis ojos se miran. DON P^DRO.


Llevadle á Triana preso, Y pues tal es[)ejo aguardo. El dolor la priva,
Poique la ciudad se altera. Quiébrese el espejo, amiga; Y con razón.
DON SANCHO.
Que no quiero (¡ue con él, FSTRFLLA.
Este de espejo me sirva. ¡Desdichada
¡Amigo Busto Tai)era !...
Ha sido la estrella mia!
FARFAN. ESCENA XVIII. ¡Mi hermano es muerto. y le ha muerto
Este hombre ha perdido el seso. Sancho Orliz! ¡El (piien divida
CLARINDO, 71HIIJ galuii.—hicias. Tres almas de un corazón!...
SANCHO.
D(iN
Dejadme llevar en peso, Dejadme; que estoy perdida.
CI ARINP-O.
Señores, el cueijio íielado, DON PEDRO.
Ya aquesto suena, Señora,
Fn noble sangre i)añado; A gusto y volaleriu; ' Ella está desesperada.
Que asi su allante seré,
Que las plumas del som])rero FARFAN.
Y entre tanto le daré
Los casamientos publican. ¡Infeliz beldad!
La vida que le he ([uitado. A mi dueño di el papel, DON PEDRO.
DON l'EbRO. Y dióme a(|uesta sortija -.

Loco Seguidla.
está. En albricias.
rON SANCHO. !

ESTRELLA. CLAIÜNDO.
Yo, atropello Señora...
si Pues yo quiero
Mi gusto, guardo la lev. Feriarte aquesas albricias. 1 Verso incompleto.
; ! »
: ; ' . : ; ;

Ii8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPID.


ESTRELLA. REY. Que aun rayos del Sol do eraii
Déjame, ingrato. No se hal)rán visto en el mundo A mis ventanas comunes.
Sangre de aijiiel fratricida. tíos liombresjamás.
Tales Nuestra hernunulad envidiaba
Y pues acabo con todo. Cuando su
valor confundo, Sevilla, y todos presumen
Quiero acabar con la vida. Mevan ajiurando mas. Que éramos los dos hermanos
¡Av riguroso dia ! De mi parte le decid Qrte á una estrella se reducen.
Esta ha sido, Teodora, estrella mía. Que diga por (¡uién le dio Un tirano cazador
i-a nuierte y le ¡lorsuadió Hace que el ai cu ejecute
A ello, y le prevenid VA fiero golpe en mi hermano,
Que declaie, aunque sea yo. Y nuestras glorias confunde.
ACTO TERCERO. Sino confiesa al momento, Perdí hermano, perdí esposo :
En un teatro mañana c' *i< "'' Solalie quedado, y no acudes!

Dará á Sevilla escarmiento. A obligación de Rey,


la
Sglon del alcázar. )

DON ARIAS. Sin que nadie te disculpe. /

ESCENA PRIMERA. Voy pues. Hazme justicia. Señor


Dame el homicida, cumple
EL REY, LOS Düs ALCALüKS, DONARÍAS. ( ya?ise los Alcaldes y don Arias.) Con tu obligación en esto;
Déjame que yo le juzgue.
DON l'EDRO. ESCENA II.
,1 Rf.Y.
Conliesa que le mató;
Mas uü confiesa por qué. DON MANUEL. —EL REY. W
Sosegaos, y enjugad las luces bellas,
»*.V/

Si no (luereís qulTse arda mi palacio;


REY.
DON MANUEL. Que lágrimas del sol son las estrellas,
¿No dice qué le obligó?
Doña Estrella pide Si cada rayo suyo es un topacio.
FAnFAiV. Para besaros las manos ]{c(()ja el alba su tesoro en ellas.
Solo responde : <t No sé. Licencia -^¿^íjÜ***^ ^ Si el sol recien nacido le da espacio,
DON PEDRO. REY. Y dejad que los cielos las codiden; ^^-'
Es gran confusión. ¿Quién se lo impide? QiK' lio es razón queaquísedesperdicien.

REY.
Tomad esta soilija, y en Triana
DON MANUEL. ' '

Allanad el castillo con sus señas :


Y no
;, Gran Señor, los ciudadanos. -.«,, L >-?'># Pónganlo en vuestras manos,
sed tirana
Dice si le dio ocasión ?
REY. Fiera con él de las hircanas peñas,
DON PEDRO. Aun(]ue á piedad y compasión villana
i
Cien con la razón se mide!
Señor, de ninguna suerte. Dadme una silla, y dejad Nos enseñaa volando las cigüeñas ^ 7.^^ ; ,
, -

DON ARL\S. Que entre ahora. -' [bre,


¡Temeraria confusión! DON MANUEL. Que es bien que sean porque mas asom- ,

FARFAN. Voy por Aves y fieras confusión del hombre.


ella. {Vase.)
Dice que le dio la muerte ESTRELLA.
REY. £./
No sabe si es con razón. ,
Aquí, Señor, virtud es avaricia...''
Solo confiesa matalle
Vendrá vertiendo beldad;
Como en el cielo la estrella
Que sienmiplalaliubiera yoro hubiera.
Porque matalle juró. Luego de mi cabeza le arrancara,
Sale tras la tempestad.
DON ARIAS.- Y el rostro con fealdad oscureciera,
{Vuelve do7i Mamiel.)
Ocasión debió de dalle. Aunqueen brasas ardientes le abrasara.
DON MANUEL. Si un Tabera murió, quedó un Tabera;
DON PEDRO.
Ya está aquí. Y si su deshonor está en mí caí a,
Dice que no se la dio.
Parece así su arrebol Yo la pondré de suerte con mis manos,
REY. El sol gallardo y gentil, Que espanto sea entre los mas tiranos.
Volved de mi parte á hablalle, Aunque por verano el sol
Y decidle que yo digo {Yanse lodos, menos el Rey.)
Vierte rayos de marlil. ^.., ,

Que luego el descargo dé;


Y decid que soy su amigo, ESCENA IV.
Y su enemigo seré
ESCENA III.
EL REY.
En el rigor y castigo.
Declare por qué ocasión
ESTRELLA, acojipañamieiííto. — /,

Dichos. Si á Sancho Orliz le entregan imagino ,

Dio muerte á Busto Tahera,


J,J J*ev í/
Que con su mano misma ha de niatal|e.
Y en sumaria información estrella. ¡Que en vaso tan perfeto y peregrino*^ l^
Dé del delito ra/.ou
Cristianísimo don Sancho, Permite Dios que la fiereza se halle!
Antes que de necio muera.
¡Ved lo que intenta un necio desatino!
'

De Castilla Rey ilustre, -I n-


Diga quién se lo mandó
Por las hazañas notable, Yo incité á Sanclio Ortizrvoy á libralle;
Y |)ür quién le dio la muerle, Heroico jior las virtudes Que amor que pisa púrpura de reyes,
O qué ocasión le movió Una desdichada estrella A su gusto no mas promulga leyes.
A hacello; que desla suerte Que sus claros rayos cubre Vase.)
(
Oiré su descargo yo
Deste luto, que mi llanto
O que a morir se aperciba.
Lo ha sacado en negras nubes,
nON PEDRO. Prisión.
.lusticia á jiediite vengo;
Eso es lo que mas desea. Mas no que tú la ejecutes, ESCENA V.
El seiil ¡miento le priva, ')''
Sino que en mi arbitrio dejes
Viendo una hazaña tan fea, Que mi venganza se funde. DON SANCHO, CLARINDO, músicos.
T;in avara y lan esquiva. )^*.Át^'í No doy lugar á mis ojos,
Sin juicio esta. '
Que mis lágrimas enjuguen , \j^j.s<~^ DON SANCHO.
REY. Porque anegándome en ellas, /y^vj¿> ;.Algunos versos, Clarindo,
¿No se queja Mi sentimiento no culpes. a No iias escrito á mi suceso?
De ninguno? Quise á Tabera, mi hermano, CLARINDO.
FARFAN. Que las sacras pesadumbres ¿Quién, Señor, ha de escribir
No, Señor Ocupa, pisando estrellas
Teniendo tan poco premio?
Con su pesar se aconseja. En pavimentos azules.
\Al>, A las liestas de la plaza
REY.
Como hermano me amparó, '^f,Muciios me pidieron versos,
Notable y raro valor
Y como á padre le tuve :
Y viéndome por las calles,
¡
La obediencia y el respeto
FARFAN. En sus mandamientos puse. ' Verso siinltn entre dos ortavas : debe
Los cargos ajenos deja, Vivía con él contenta, pr-rlciiecer á al!íini;i i|ir' se(niiitiíi en la edi-
Y á si se culpa no mas. Sin dejar que el sol me injurie ción antigua, no sabemos por qué.
! ! , , ,; , , : " , " . ! , ,

LA ESTRELLA DE SEVILLA. 149


,
Como si fuera maestro Aquí á voces lo confieso. DON SANCHO.
'

De cortar ó de coser, Buscad bárbaros castigos Yo soy quien soy,


Mf dociíin : «¿No está heclio Inventad nuevos tormentos, Y siendo quien soy, me venzo
Aquel recado?» Y me daban Porque en España se olviden A nii mismo con callar,
Mas prisa que un rompiuiiento. De Fálaris y Majencio. Y á alguno que calla afrento.
i Y si qué comer tuviera, | FARFAN. Quien es quien es, haga obrando
Excediera en el silencio ;
Pues sin daros ocasión Como quien es y con esto
;

A Anaxáíjoras, y hurla /
¿Le matasteis? De aquesta suerte los dos
De los latinos y griegos -

DON SANCHO. Como quien somos haremos.


Ingenios hiciera. DON ARIAS.
Yo le he muerto :

Esto confieso, y la causa


ESCENA VI.
Pues tan callada la tengo,
Eso le diré á su alteza.
DON PEDRO.
Los ALCALDES , DON ARIAS. — Dichos. Si hay alguno que la sepa.
Vos, Sancho Ortiz, habéis hecho
Digalo que yo no entiendo
;

DON PEDRO. Por qué murió; solo sé Un caso muy mal pensado,
Entrad. Que le maté sin saberlo. Y anduvisteis poco cuerdo.
CLARINDO. DON PEDRO. ^ , !
^ FARFAN.
Que vienen. Señor, sospecho Pues parece alevosía- iL'-^V ''
Al cabildo de Sevilla
Estos á notificarte Matarle sin causa. \ Habéis ofendido y puesto ,

La sentencia. DON SANCHO. A su rigor vuestra\ida


DON SANCHO.
Es cierto Y en su furor vuestro cuello.
Pues de presto Que la dio pues que murió. {Vanse los Alcaldes ?j don .Arias.)
,
Decid vosotros un tono. {A los músicos.)
Agora si que deseo DON PEDRO. ESCENA VII.
\

Morir, y quiero cantando ¿A quién?


Dar muestras de mi contento DON SANCHO. DON SANCHO, CLARINDO.
Fuera de que quiero dalles A quien me ha puesto
En el estado que estoy. CLARINDO.
A entender mi heroico pecho,
Y que aun la muerte no puede Que es en el último extremo. ¿Es posible que consientas
En él ohligarme á menos. DON PEDRO. Tantas injurias?
CLARINDO. ¿Quién es? DON SANCHO.
¡Notable gentilidad! DON SANCHO. Consiento
¿Qué mas hiciera un tudesco. No. puedo decirlo, Que me castiguen los hombres
Llena el alma de lagañas . Porque me encargó el secreto; Y que me confunda el cielo,
De pipotes de lo añejo? . •
^ Que como rey en las obras Y' ya, Clarindo, comienza.
MÚSICOS. {Cantando.) He de serlo en el silencio. ¿No oyes en confuso estruendo
Si consiste en el vivir
Y para matarme á mí rv'^-'. -. < Bramar los aires, armados
Mi triste y confusa suerte. Basta saber que le he muerto, De relámpagos y truenos? t--t:
Lo que se alarga la muerte , ^^ -v • .
Sin preguntarme el por qué. Uno baja sobre'mí *

Eso se alarga el morir. fu***"**^ DON ARIAS. *~ "- di- (


Como culebra, esparciendo v
Círculos de fuego aprisa.
CLARINDO. t. Señor Sancho Ortiz yo vengo ,
CLARINDO.
jGallardo mote han cantado! ^**«A.t Aquí en nombre de su alteza
,

A pediros que á su ruego y \:. Pienso que has perdido el seso.


DON SANCHO. ;

Confeséis quién es la causa^ {Ap. Quiero seguille el humor.)


A propósito y discreto. ,

Deste loco desconcierto . : '


; DON SANCHO.
sicsicos. (Cantan.)
Si lo hicisteis por amigos,
No hay vida como la muerte
_,
¡Que me abraso!
Por mujeres ó por deudos ,7v,W«\^*-
Para el que vive muriendo. CLARINDO.
O por algún poderoso
DON PEDRO. Y grande de aquestos reinos. ¡
Que me quemo!
¿Ahora es tiempo, Señor, Y si tenéis de su mano DON SANCHO.
l)e música? éíOy.-', dPapel resguardo ó concierto
, i-
¿Cogióte el rayo también ?
{Vanse los músicos.) Escrito ó íirmado al punto ,
CLARINDO.
Lo manifestéis, hacicuüo
DON SANCHO.
Lo que debéis. ¿No me ves cenizas hecho?
Pues, ¿qué tiempo DON SANCHO.
DON SANCHO.
De mayor descjyiso pueden -'U ^^ ¡Válgame Dios
Tener en su mal los presos? \.C '
Si lo hago.
No haré , Señor, lo que debo. CLARINDO.
FARFAN. '
señor.
Decidle á su alteza, amigo, Sí ,

Cuando la muerte por horas Que cumplo lo que prometo; Ceniza soy de sarmientos.
Le amenaza, y por momentos Y si él es don Sancho el Bravo,
La sentencia está aguardando r DON SANCHO.
Yo ese mismo nombre tengo. t -
Y'a estamos en la otra vida.
Del fulminado proceso, Decidle que bien pudiera t)i^^^-> 'vo-A*
¿Con música se entretiene? CLARINDO.
Tener pajiel mas me afrento ;

DON SANCHO. De que papeles me pida Y pienso que en el infierno.

Soy cisne, y la muerte espero Habiendo visto rompellos. DON SANCHO.


Cantando. , , ,
Yo maté á Busto Tabora ¿En el infierno, Clarindo?
FARFAN. "y íjunque aquí librarme puedo,
(IjlXp.^ A*^' ¿En qué lo ves?
Llegado ha el plazo. Vv'vt/T^V Ñó quiero, por entender
CLARINDO.
DON SANCHO. V
Que alguna palabra ofendo.
Rey soy en cumplir la mia, En que veo,
Las manos y pies os beso
Y prometido he heciio;
lo Señor, en aquel castillo
Por las nuevas que me dais.
Y quien promete, también Mas de mil sastres mintiendo.
Dulce dia á mi deseo
¡
Es razón haga lo mesmo. DON SANCHO.
DON PEDRO. Haga quien se obliga hablando,
Bien dices que en él estamos;
Sancho Ortiz de las Roelas, Pues yo me lie obligado haciendo.
Vos ¿confesiiis (lue habéis muerto Que la soberbia está ardiendo
DON ARIAS. Sobre esa torre, formada
A Busto Tabora? en vuestra boca tenéis
Si De arrogantes y soberbies.
DON SANCHO. El descargo es desconcierto , Allí ambición
veo á la
"* •
"

Sí, Negarlo. >' Tragando abismos de fuego.


, —
—— — — , , — — ;, ;,

m COMEDIAS ESCOGIDAS 1 E LOPE DE VEGA CARPIÓ.


CLAniNDO. Cl-ARINDO. Idos, Sancho Ortiz, con Dios,
Y mas Mdelnnte eslá Salios presto; Y advertí (¡ue uso con vos
I

Ciia iegioii lie coclieros. - '-


Que este lugar no es de honrados. De clemeiuia y de pi{'d,id.

DI» SANCHO. j^*.'-^ Asidla», lievaille preso Idos con Dios; acabad.
Al otro nuuulo , a la cárcel Libre estáis. Y os detenéis!
Si andan coches por acá,
¡

Deslruiraii el inlierno.
De So\illa por el viento. \ — ¿Qué miráis? Qué os suspendéis?
l'ent si el inüerno es V,o ' • ' '
^ —
¿Cómo? TapiKlüs los ojos ji^i.\ '^ Tiem|)o jiicrde el que se tarda:
Para que vuele sin miedo. Id que el caballo os aguarda,
¿Cómo esciibauos no vemos? ,

CLAniNDO.
Ya — En sus hombros
está laj)ado. En (|ue encaparos podéis.
A! punto Diablo Cojuelo
el Dineros tiene el criado
No los quieren recebir
Porque acá no inventen pleitos.
Alia ¡longa de un
le — sallo. ,
Para el camino.
¿De un salto? Yo soy contento.^ DON SANCHO.
DON SANCHO. Camina y lleva también
,
Señora
Pues en él pleitos no hay. De la mano al compañero. Dame esos pies.
Bueno ha de ser el inlierno. {Da una vuella, ¡j (líjale.)
ESTRELLA.
CLARINÜÜ. Y'a estáis en el mundo, amigo.
Id que ahora
¿Dneno?* Quedaos á Lios. Con Dios quedo. — No es tiempo.
;

honor.
Allí está el tirano DON SANCHO. DON SANCHO.
Cargado de muchos necios ¡Dios dijo!
Voy con cuidado.
Que por la honra padecen. CLARINDO. Sepa yo quién me ha librado,
DON SANCltO. Sí, Señor que ; Poiípie sepa agradecer
Quiórome juntar con ellos. Este demonio ,
primero Tal merced.
Honor, un necio y honrado Que lo fuese , fué ciistiano ESTRELLA.
"".'•'
Viene a ser criado vuestro Bautizado y es gallego "^-^ '

,
Una mujer
Por no exceder vuestras leyes. De Cal-de-Francos. Vuestra aficionada soy.
Mal anillo lo habéis hecho
. ,
DON SANCHO. Que la libertad os doy,
Porque el verdadero honor Parece Teniéndola ea mi poder.
Consiste ya en no tenerlo. Que de un éxtasis recuerdo. Id con Dios.
¡A mi me buscáis allá, ¡Válgame Dios! Ay Estrella, DON SANCHO.
¡

Y ha mil siglos que esloy muerto! Qué desdichada la tengo


Dinero, amigo, buscad;
No he de pasar
Sin vos Mas si os perdí,
!
De aquí no me decís
si
Que el honor es el dinero. Este castigo merezco.
,

¿Qué hicisteis? Quise cumplir — Quién sois ó no os descubrís.


Una palabra. Riendo — ESCENA VIII. ESTliELLA.
Me estoy ¿palabras cumplís?
: No me da el tiem|)0 lugar.
Parecéis majadero; EL ALCAIDE, v ESTRELLA mi , el
Que es ya el no cumplir palabras
>

manto echado. — Bichos. DON SANCHO.

Bizarría en este tiempo.


La vida os quiero pagar,
Pion!eti matar á un hombre,
ESTRELLA. Y la libertad también.
Y maté air^o siendo /
le ,
Luego el preso me entregad. *
Yo he de conocer á quie»
Mi mejor amigo. Malo. — ALCAIDE.
Tanta obligación le debo,
Para pagar lo (|ue debo,
CLARl.NOO. Aquí está, Señora, el preso, Recoaociendo este bien. «^
Y como lo manda el Rey, ^
No es muy bueno.
En vuestras manos lo entrego. ESTRELLA. V
W'
DON SANCHO. Señor Sancho Ortiz, su alteza Una mujer principal V,,'
''
\
'"^^
Soy, y si mas lo pondero, ^>
No es muy bueno. Nos manda que le entreguemos \
Metedleon un calalK)7.o, .
'
A esta señora. La mujer (¡ue mas os uuiero,
Y condénese ñor necio. — '

ESTRELLA. Y á ciuien \os queréis mas mal.


Idos con Dios.
Honor, su hermana perdí, Señor,
Y ya en su hacienda padezco. Venid conmigo. DON SANCHO.
No importa. DON SANCHO. No haré tal.
CLARINDO. (.4/3.) Agradezco Si no OS descubrís ahora.
¡Válgame Dios! ^ -, La piedad si es á matarme.
, ESTRELLA.
Si mas proseguir le dejo, -'^X' Porque la muerte deseo. Porque os vais yo soy.
, {Descúbrese.)
Ha de perder el juicio. ESTRKLLA. DON SANCHO.
Inventar quiero un enredo. (Davoces.) Dadme la mano y venid. iSeñora!
DON SANCHO. CLARINDO. (Ap.) ¡Estrella del alma mía!
¿Quién da voces? Quién da voces? ¿No parece encantamiento? ESTRELLA.
CLAniNDO. ESTÜELLA. Estrella soy que te guia, >
, V
Da voces el Cancerbero, Nadie nos siga. De tu vida precursora.
Portero deste palacio. CLARiriDO. Vete; que amor atropella
¿No me conocéis? Eslá bien. La fuerza asi del rigor ;
DON SANCHO. {Vanse Estrella y don Sancho.) Que como te tengo amor.
¡Por Dios, que andamos muy buenos. Te soy favorable" estrella.
Sospecho
Que sí.
Desde el inlierno á Sevilla, DON .SANCHO.
CLARINDO. Y de Sevilla al infierno! ¡Tú resplandeciente y bella
¡Plegué á Dios que acinesia Estrella Con mayorenemigo!
Y TOS ¿quién sois? el
Se nos vuelva ya lucero! Tú conmigo!
tanta piedad
DON SANCHO. (Vanse.) '^'^>yyw^ •
Trátame con mas crueldad
¿Yo?
Un Que aqui es rigor la piedad
honrado.
Por(iue es pietlad el castigo.
CLARÍN DO. Campo. Haz (fue la mueile me den;
¿Y acá dentro No(|uieras tan liberal
Estáis? Salid, noramala. ESCENA IX. C-on el bien hacerme mal.
DON SANCHO. ESTRELLA cubierta con , el manto; Cuando está en mi mal el bien.
¿Quédecis? DON SANCHO. ¡Darle libertad á quien
Muerto á su hermano le dio!
< O ?obra osla palabra , 6 faltan un hcmis- ESTRELLA. No es justo que viva yo.
liquio } UD vcrsü. Ya OS he puesto cu libertad. Pues él padeció por mí
, " , v ; !

LA ESTRELLA DE SEVILLA.
Que es bien que te pierda asi ESTRELLA. Y el Pontífice romano

Quien tal amií;o leidiú. Ko lo tengo. Con censuras me atropella?


Ln libertad desla suerte, j. aW' MVwvfT iv DON SANCHO. La parte de mi sobrino
Me enlrei^o á la muerte liera, Piedra soy. Vendrá á esforzar por ventura,
Porque si ¡neso estuviera, Y su amparo la asegura.
ESTRELLA.
muerte? Falso míTíUenio imagino;
¿Qué hacia en pedir la
¿Estás en tí?
También si dejo morir
ESTRELLA. DON SANCHO.
A Sancho Orliz, es bajeza.
Mi amor es mas (irme y fuerte; En mi honra estoy, ¿Qué he de hacer?
\ asi, la vida te doy. Y te ofendo con vivir. DON ARIAS.
DON SANCHO. ESTRELLA.
Puede tu alteza
Pues yo á la muerte me voy, Pues vete, loco, á morir; Con halagos persuadir
Puesto que librarme quieres; ; -,
.
Que á morir también me voy, A los Alcaldes mayores,
Qu?^ Laces como quien eres, -h
{Yanse por distintos lados.) Y pedilles con destierro
Yo lie de hacer como quien soy. Castiguen su culpa y yerro,
ESTRELLA. Alropellando rigores.'
¿Por qué mueres? Salón del alcázar. Pague Sancho Ortiz : así
Vuelves, gran Señor, por él,
DON SANCHO.
Por vengarte.
ESCENA X. Y ceñido de laurel,
Premiado queda de tí.
ESTRELLA. EL REY, donarías. Puedes hacerle. Señor,
¿De qué? General de una frontera.
DON SANCHO. •
REY.
REY.
\'
De mi alej;osía. ¡Que no quiera confesar
Y" Que yo mandé darle muerte!
Bien dices; pero si hubiera
ESTRELLA. Ejecutado el rigor
Es crueldad. DON ARIAS. Con él doña lisi relia ya,
DON SANCHO. No he visto bronce mas fuerte; A quien n:i anillo le di,
Es valentía. Todo su intento es negar. ¿ Cómo lo haremos aquí?
ESTRELLA. Dijo al lin que él ha cumplido DON ARIAS.
Su obligación , y que es bien
Ya DO hay parte. Todo se remediará.
Que cumpla la suya quien
DON SANCHO. Yo en tu nombre iré á prendella
Le obligó comprometido.
Amor es parte. Por causa que te ha movido,
REY. Y sin gente y sin ruido
ESTRELLA. Callando quiere vencerme. Traeré al alVázar á Estrella.
Es ofenderme. DON ARIAS. Aquí la persuadirás
DON SANCHO. Y aun te tiene convencido. A tu intento, y porque importe,
Es amarte. Con un grande de la corte
REY.
Casarla, Señor, podrás;
ESTRELLA. El cumplió lo prometido.' Que su virtud y nobleza
¿Cómo me amas? En cüiilüsicn vengo á verme Merece un alto marido.
DON SANCHO. Por no podelle cumplir
REY.
Muriendo. La palabra que enojado
Le di.
¡Cómo estoy arrepentido,
ESTRELLAvXt. t-' DON ARIAS. Don Arias, de mi ílaqueza
Antes me ofendes. vav- --v" - Bien dice un sabio que aquel
Palabra que has dado
DON SANCiro. Era sabio solamente
No se 1 uede resistir,
(, ue era en la ocasión prudente,
Viviendo. Porque si debe cumi lilla

hombre oidinario, un rey


Como en la ocasión ciuel.
ESTRELLA. L'u
Vé luego á prender a Estrella,
Le hace entre sus labios ley,
Óyeme. Pues de tanta confusión
DON S/NCIiO. Y á la ley todo se humilla.
Me sacas con su prisión
No hay qué decir. REY. Que pienso casar con ella,
ESTRELLA. Es verdad cuando se mide
, ^ Para venirla á aplacar,
¿Dónde vas? Con la natural razón ricohombre de Caslilla;
IJn

DON SANCHO. La ley. Y poderla dar mi silla,


á
DON ARIAS. La pusiera en nn lugar;
Voy á morir.
Es obligación. Que tal iieimano y hermana
Pues con la vida le ofendo.
El vascllo no la pide Piden inmortalidad.
ESTRELLA. Al Rey; solo ejecutar, DON ARIAS.
Vete y déjame. Sin vello y averiguallo, La gente de'^ta ciudad
DON SANCHO. Debe la ley el vasallo; Obscurece la romana. (Vase.)
No es bien. Y el Rey debe consultar.
ESTRELLA.
Tu esta vez la piomulgaste ESCENA XI.
En un papel; y |)ues él
Vive y líbrate. Laej culo sin papel, EL ALCAIDE.— EL REY.
DON SANCMO. A cumplille le obligaste
No es justo. La ley que hiciste en mandalle ALCAIDE.
ESTRELLA. Malar á líusto 'fabeía; Déme los pies vuestra alteza.
Que si por lu ley no fuera.
¿Por quién mueres? REY.
El no viniera á matalle.
DON SANCHO. Pedro de Cnus, ¿qué causa
REY.
Por mi gusto. Os traeá misi íes?
Pues ¿he de decir que yo
ESTRELLA. ALCAIDE.
Darle la muerte mandé',
Es crueldad. Y que tal crueldad usé Señor,
DON SANCHO. Con (piién jamas me ofendió? Este anillo con sus armas
Honor tambicn. El cabildo de Sevilla, ¿Nu es de vuestra alteza?
Viendo (pie la causa fui. RET.
ESTUELLA.
Arias, ¿qué diiá de nn? Si:
¿Quien te acusa? Y' ¿qué se dirá en Castilla, Este es pri\ ilegio y sal va
DON SANCüO. Cuando (Ion Alonso en ella De ciia'quier crimen que hayáis
Tu dcsd:n. Me está Uamaudo liruuo Cometido.
! , ,

loi COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ALCAIDE. iludías veces la aventaja. REY.
Kuéá Triana, Regidor es ile Sevilla Farfan de Ribera, estaba
Iiiviclo Señor, crn el Sancho Ortiz, si es el que falta Con pena de que muriera
l'na imiier muy tapada, Hegitlor; uno itiedad Sancho Ortiz; mas ya se trata
Dieieiulo que vuestra alteza Pide, si el otro venganza. De (|ne en destierro se trueque
Que le entregase nianilaha FARPA N. Ea muerte, y será mas larga
A Sauclio Orliz. Consulté Alcaldes mayores somos Por(|ue será mientras viva.
T:i mandato con las guardas Do Sevilla, y hoy nos carga Vuestro parecer me falla
\ el anillo juntamente; En nuestros hombros. Señor, Para que así se pronuncie.
Y tollos que le entregara V •

Su honor y su confianza. , , FAHFAN.


Me dije'üu dile lueg^;
:
Estas vanis representan ^-^^ y
Per 1 en muy poca distancia Cosa de mas importancia
A vuestra alteza; y si tratan i/
Mande á Farfan de Ribera .1.-
Sancho Ortiz, damlo mil \oces, Mal vuestra planta divina. C^. vvx^'X^'^
Pide (¡ue las |iuertas abra Vuestra alteza, sin que en nada'
Ofenden á vuestra eslampa. Repare; que mí lealtad
Del castillo, y como loco, Derechas miran á Dios,
* No lie de hacer lo que el Rey manda,» En servirle no repara
Y si se iloblan y bajan. En cosa alguna.
Decia, y u quiero morir; Miran al hombre, y del cielo,
Que es hien que muera quien mata.» REY.
En torciéndose, se' apartan.
^

—La entrada le resistí ; p^ !U<.^">* En (in, sois


REY. Ribera, en quien vierte el alba
Pero como voces tantas
,

D d>a, fué abrirle l'ueiza. No digo que las torzajs, Flores de virtudes bellas
Entro, donde alegre aguarda Sino que eijuidad se haga Que os guarnecen y acompañan.
La muerte. En la justicia. Id con Dios.
REY. DON PEDRO. {Vase Farfan.)
>'o he visto gente Señor,
Mas gentil ni mas cristiana La causa de nuestras causas ESCENA XV.
Que desta ciudad callen
la :
Es vuestra alteza en su ftat:

Bronces, mármoles y estatuas. Penden nuestras esperanzas. EL REY.


Dadle la vida, y no muera.
ALCAIDE. Bien negocié.
Pues nadie en los reyes manda.
La mujer dice, Señor, Dios hace los reyes Dios ,
Hoy de la muerte se escapa
Que la libertad le daba, De los Saúles traslada Sancho Ortiz, y mi promesa
Y que él no quiso admitilla , l'ji los humildes Davides Sin que se entienda se salva,
Por saber que era la hermana Las coronas soberanas. liaré que por genei'al
De Rusto Tabera, á quien De alguna frontera vaya.
REY.
Dio" la muerte. Con que le destierro y premio.
nEY. Entrad, y ved la sentencia.
Qué da por disculpa, y salga
Mas me espanta
Ál suplicio Sancho Ortiz,
ESCENA XVI.
Lo que me decis agora.
En sus grandezas agravian Como las leyes lo tratan.
Vos, don Pedro de Cnzman,
Los ALCALDES. —EL REY.
La mesma naturaleza.
Ella, cumdo mas ingrata
Escuchadme una palabra DON PEDRO.
fíabia perdona.
de ser, Aquí aparte.
Ya está, gran Señor, firmada
Le libra y él, por pagarla {Vase Farfan.)
; La sentencia, y que la vea
El ánimo generoso. Solo vuestra alteza falta.
Se volvió a morir. Si pasan
ESCENA XIII.
REY.
Mas adelante sus hechos. EL REY, DON PEDRO. Habrá la sentencia sido
Darán vida á eternas plaiiclias.
Vos, Pedro de Caus, traedme D0\ PEDRO.
Como yo lo deseaba
De tan'grandes caballeros.
Con gr:in secreto al alcázar Pues, ¿qué es
A Sancho Ortiz en mi coche. FARFAN. ty"
Lo que VTiestra alteza manda?
Excusando estruendo y guardas. Nuestra lealtad nos ensalza. íAtAw./
REY.
ALCAIDE.
Dando muerte á Sancho, amigo
Voy á servirte. {Vase.) Don Pedro, no se resíauía {Lee.) «Fallamos y pronunciamos
La vida al mueilo y querría, ))Que le corten en la i)laza
ESCENA Xn. Evitando la desgracia
;
))La cabeza.))
que

Esta sentencia
¡

traéis lirmada
Mayor, que le desterremos Es la
UN CRIADO. — EL REY; después, los A Gibraltar ó á Granada, ¿Asi, villanos, cumplís
ALCALDES. Donde en mi servicio tenga A vuestro rey la palabra?
L'na muerte voluntaria. ¡Vive Dios!
CRIADO. ¿Qué decís? FARFAN.
Aquí DON PEDRO. Lo prometido .

Ver á vuestra alteza aguardan Que soy don Pedro Con las vidas, con las almas \

Sus dos alcaldes mayores. De Guzman, Cumplirá el menor de todos


y á vuestras plantas
.
^^
'

.Me tenéis. Vuestra es mi vida,


C-oiiio ves, como arrimada ""X )
REY. ; ^
Vuestra es mi hacienda y espada. .'lAJ La vara tenga; con ella, "

Decid que entren con sus varaju Por lai potencias humanas.
"' REY.
(Vase el criado.) Por la tierra, jiorel cielo.
Si yo puedo, á Sancho Orliz Dadme esos brazos, don Pedro Que ninguno dellos haga
He de cumfdir la palabra. De Guzman; que no esperaba Cosa mal hecha ó mal dicha.
Sin que mi rigor se entienda. Yo menos de un pecho noble. DON PEDRO.
Id con Dios haced que salga
:
{Salen los dos alcaldes.)
Luego Farfan de Ribera. Como á vasallos nos manda;
DON PEDRO. /
(,i/).'Monles la lisonja allana.) ;(< Mas como alcaldes mayores,
Ya, gran Señor, sustanciada Vase don Pedro.) No pidas injuslas ca^l^as;
(
La culpa, pide el proceso Que aíjuollo es estar sin ellas,
La sentencia. ESCENA XIV, Y aquesto es estar con varas,
REY. Y el cabildo de Sevilla
Sustanciadla: FARFAN. — EL REY. Es quien es.

Solo os pido que miréis, REY.


Pues sois padres de la patria, FARFAN. Rueño está. Basta;
Su justicia, y la clenieucia Aquí á vuestros pies estoy. Que todos rae aveigouzais.
' , : !

LA ESTRELLA DE SEVILLA. 153


ESCENA XVII. Se logren, la vida acepto, '^ f 'í.Vvv\ ESTRELLA.
Aun^e morir deseal:a. Que se haga
donarías, ESTRELLA. —Dichos. REY. Vuestro gusto. Suya soy.
Id con Dios. DON SANCHO.
DO^-" ARIAS.
FARFAN. Yo soy suyo.
Ya está aquí Estrella.
Mirad, Señor, REY.
REY.
Que asi Sevilla se agravia, >
O^yV'"'^
Don Arias, ¡^
Ya ¿qué falta?
¿Qué be de hacer? Qué me aconsejas
Y debejuorir. .
W DON SANCHO.
Entre confusiones tantas? ^...¿«'v-REY. (A don Arias.) í,^yi
La conformidad.
^"V"* ¿Qué haré, v.^.,^*'^'
ESTRELU.
ESCENA XVIII. Qué me apura y acobarda
""
Pues esa
Lsta gente"?
EL ALCAIDE, DON S.\NCKO , CLA- DON ARIAS. Jamás podremos hallarla
RLNDO.— Dichos. Viviendo juntos.
Hablad.
DON SANCHO.
ALCAIDE. REY.
Sevilla,
Lo riesmo
Ya Sancho Ortiz está aquí. Digo yo, y por este causa
Matadme á mi, que fui causa
DON sancho. De la i)alabra te absuelvo.
I'eslamuerte. Yo mandé
Gran Señor, ¿por qué no .icabas Matalle, y aquesto basta ESTRELLA.
Con la muerte mis desdichas, Para su descargo. Yo te absuelvo la palabra ;

Con tu rigor mis desgracias? DON SANCHO. Que ver sienijire al homicida
Yo maté a Bustoí Tal)era; Solo De mi hermano en mesa y cama
Maladme, muera quien mata. Me ha de dar pena.
Ese descargo aguardaba
Haz, Señor, misericordia,
Mi honor. El Rey me mandó DON SANCHO.
Haciendo justicia.
Matarle ; que yo una hazaña Y' ámí
RET. Tan íiera no cometiera. Estar siempre con la hermana
Aguarda. Si el Rey no me lo mandara. Del que maté injustamente.
¿Quién te mandó darle muerte? REY. Queriéndolo como el alma.
D0.\ SANCHO. ESTRELLA.
Digo que es verdad.
Un papel. Pues ¿libres quedamos?
REÍ. FARFAN.
Así DON SANCHO.
¿De quién?
Sevilla se desagravia; Sí.
DON SANCHO.
Que pues mandasteis matalle. ESTRELLA.
Si hablara Sin duda os daría causa.
El papel, ello dijera; Pues adiós.
REY.
Que es cosa evidente y clara; DON SANCHO.
Slas los papeles rompidos Admirado me ha dejado Adiós.
Dan confusas las ¡alaliras. La nobleza sevillana. REY.
Solo sé que di la muerte DON SANCHO. Aguarda.
Al hombre que mas amaba, Yo á cumplir salgo el destierro. ESTRELLA.
Por haberlo prometido. Cumpliéndome otra palabra
Mas aqui á tus pies aguarda Señor, no ha de ser mi esposo
Que me disteis. Hombre que a mi hermano mata.
Estrella mi muerte heroica,
REY. Aunque le quiero y le adoro. ( Vase.)
Y aun no es bastante venganza.
Yo la ofrezco. DON SANCHO.
REY.
Estrella, yo os he casado
DON SANCHO. Y yo, Señor, por amarla.
Con un grantle de mi casa, Yo dije que aquella dama No es justicia que lo sea. (
Yase.)
Wozo, galán, y en Castilla ^ Por mujer habias de darme REY.
^
PrincipCj y señor de salva ; Que yo quisiera. ¡Grande fe!
Y en premio desto os pedimos, REY. DON ARIAS.
Con su perdón, nuestra gracia
Asi pasa. ¡Grande constancia!
Que no es justo que se niegue.
DON SANCHO. CLARINDO. (Ap.)
ESTRELLA.
Ya, Señor, estoy casada,
si Pues á doña Estrella pido, Mas me parece locura.
Vaya libre Sancho Ortiz. Y aquí á sus divinas plantas REY.
No ejecutes mi venganza. El perdón de mi error pido.
Toda esta gente me espanta.
DON SANCHO. ESTRELLA. DON PEDRO.
lAl fin me das el perdón Sancho Ortiz, yo estoy casada.
Tiene esta gente Sevilla.
Porque su alteza te casa ? DON SANCHO.
REY.
ESTRELLA. ¡Casada!
Casarle pienso y casarla
Sí, por eso te perdono. ESTRELLA.
Como merece.
DON SANCHO. Si.
CLARINDO.
¿Y quedáis asi vengada DON SANCHO.
Y
aquí
De mi agravio? Y'o estoy muerto
¡
Esta tragedia os consagra
ESTRELLA. REY. dando á La Estrella
Lope,
Y satisfecha.
Estrella, esta es mi palabra. De Sevilla eterna lama, '

.DON SANCHO. Rey soy, y debo cumplirla Cuvo prodigioso caso ^


'

Pues porque tus esperanzas ¿Qué ¿le'respondeis? Inmortales bronces guardan.


; , , , !,

LA DISCRETA ENAMORADA.
PERSONAS.

BELISA viuda. , HERNANDO, fr/ffrfo. FÍNARDO, qenlilhomire.


FENfSA su ¡lija., LEONAP,DO, criado. FlLMINATO.m'flí/o.
EL CAPITÁN BERNARDO. GERARDA, dama. LISEO.
LLCJNDü,SM/»>. DÜKISTLO, gentilhombre. EARIO. —
Criados.

La escena es en Madrid.

¡Con mis ojos vas riñendo! LL'CiNDO. {A Gerarda.)


ACTO PRIMERO. ¿En qué te dan ocasión? Asi es razón que le nombres.
BEI.ISA.
GERARDA.
Por ser santa la estación
Calle. Galán de palabras vienes.
Voy tus ojos componiendo.
Y no recibas enojo; LUCINüO.
ESCENA PRIMERA.
Que doncellas y hermosuras Ando al uso.
BELISA V FENISA tapadas. Son como las criaturas.
, FENISA. {.\parte.)
Que suelen morirse de ojo.
Hay mancebete en Madrid, Este es Lucindo.
BELISA.
Que si te mira al soslayo. GERARDA.
Ra.jri los ojos al suelo.
Hará el efecto del rayo. Luego ¿preciaste de lindo?
Porque solo lias de mirar
La tierra que has de pisar. FEMSA. LUCINDO.
FEMSA. El efecto me decid.
De lindo? Donaire tienes.
;.

¡Qué ¿ No he de mirar al cielo?


!
BELISA. Precióme de hombre.
UELISA.
Abrasarte el corazón FEMSA. (.4/).)
Dejando sano el vestido.
No repliques, bachillera. ¡ Ay de mí!
FENISA.
FEMSA. Locamente imaginé
Ya sabes tú que no he sido Poner en hombre la fe.
Pues ;.no quieres que me'asombre?
De tan tierna condición. Que con el alma le di.
Crió Dios fierecho al hombre
Porque el cielo ver pudiera;
BELISA. So habiendo nacido del
Decia lu abuela honrada La pretensión de mi amor.
Y (\^ su poder sagrado
Fu(' ailverteiicia singular,
Que una doncella altanera GERARDA.
Para que viese e! lugar kra en la calle una liera
Para un amante hablador
Para doinle fué criado. De cazadores cercada.
Soy en las treías cruel;
Los animales, que el cielo Piérdese cuando la alaban,
Que conmigo no hay chacota.
Pa a la tierra crió,
Ríndese cuando suspiran;
Por vida del gusto mió.
Miren el suelo; mas yo Que cuantos ojos la miran
Con tantas Hechas la clavan. LCCINDO.
¿Po:- qué he de mirar al suelo?
FENISA. De tus locuras me rio.
CEI.ISA.
Pues ¿cuándo se ha de casar GERARDA.
Mirar al cielo podrás
Una mujer nunca vista? Qué gato de algalia azota
Con solo el entendimiento; ¡

BELISA. Por su vida que no saque


Cineun honesto pensamiento ,

Mira la tieira no mas. riso no ha de ser conquista; Con arrobas de rigor,


La vergüenza en la doncella Que es imposible acertar. Un adarme de mi amor.
Es un tesoro divino :
FENISA. LUCINDO.
Con t'lla á mil bienes vino, Pues ¿qué ha de ser?
Tu rigor mi amor aplaque;
Y a dos mil males sin ella. BELISA. Que alabarte una mujer
Cuando cpiieras contemplar Buena fama Que pasaba junto á ti.
'En el cielo, en lu aposento De virtud y de nobleza. No haciendo malicia en mí,
Con mucho recogimiento, FENISA. ¿Qué delito puede ser?
Teidrás Eenisa lugar.
V ya te dije que tú
, ,
Donde riqueza
falta la
De^le .lili contemplaV.ás
.Mucho la hermosura llama; Eras mi querida prenda.
De su grandeza el proceso.
Que ya no quieren los hombres GERARDA.
rEMí=A. Sola virtud.
Vava poner esa tienda
á
No sov monja , ni profeso BELISA.
A fas Indias del Perú.
Las liciones que me das Pues ¿qué? Todas esas niñerias
Y si para atormentarme FENISA. De cuentas y de espejuelos
Me trujiste al jubileo, Hacienda. Para bobasson anzuelos;
Mas cum))lieras tu deseo
No conmigo argenterías.
Pudieiido en casa encerrarme. ESCENA II. Oro macizo de amor
Dejárasme con diez llaves.
LUCINDO, CERARDA y HERNANDO. Me han de dar no plomo, á mí.
,

BEI.ISA.
que se quedan á un lado de la calle, FENISA. (Ap.)
¿Extremos haces agora?
FEMSA.
distantes dt; — BELISA y FENISA. ¿Que á qu^en no sabe de mí
Amase con tal rigor?
Pues ;,no he de sentir. Señora , CEBARDA. (.4 Lucindo.) (,Hie no me
conozca este hombre,
Que por momentos me acabes? Que soy lu querida prenda? Y que nie niueía por él?
; ,

1S6 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARnO.


ESCENA III. HERNANDO. 'KMSA.
Recelo ¿Qué es, Señor, lo que mandáis
DORISTEO, FINARDO. BELISA Y Que esta vecina Fenisa. — LUCINDO.
FEMSA un lado; LUCINDO, GE- Pero tiene una giganta
, ri
Este lienzo se os cayó.
RARDA Y HLRNANDO , al otro. Por niaiire ;
que es emprender
A Irlanda. FENISA.
T\y.\nvo. (A Doristco.) FENISA. {Ap.) ¿A mi ? sospecho que no.
Por aqui la vi con él. Nunca mujer Pero esperad.
DORISTEO. Se puso á locura tanta. {Desenfáldase toda, y descúbrese)
Y es galán ? ¡A un hinubre que no me La visto. LUCINDO.
¿
FINARDO. Ni se acuerda si naci, ¿Qué buscáis?
Quiero bien!
Es gentilhombre. FENISA.
LL'CINDO.
DORISTEO.
Nunca la vi.
Si tengo en la manga el mió.
¿Si son estos? BELISA.
FENISA. {Ap.)
FIXARDO. ¿Qué es eso?
Estos son. ¡
Qué mal mi inquietud resisto!
FENISA.
¿Cómo daré ocasión
le
CERARDA. Para que el rostro me vea? En esta no está.
¿Ve aquel mancebo que viene? Amor mil cosas rodea... BELISA.
LüCIXDO. — Todas sin remedio son. ¿Qué es eso?
Si veo. HERNANDO. FENtSA.
CERARDA. Si vieses esta doncella, El lienzo me da.
Pues aquel tiene Te dov palabra Señor, , BELISA.
Pe mis veras posesión. Que olvides tu loco amor. Pues ¿es tuyo?
Cuanto te dije es ungido; Porque es sabia honesta y bella. ,
LUCINDO. {Ap.)
Cunnlo te quise es hurlando. Au.Kiue no sé que he pensado
Gentil brio.
Voynie; que me está aguardando. De tú padre...
LL'CINDO. FENISA.
{Pásase á Doristeo.)
LUCl.NDO. ¿Do mi padre? Kso es lo que ando mirando.
¿Qué haré? En esta no está tampoco.
HERNANDO.
HERNANDO. HERNANDO. {Ap.)
Pero quizá con su madre \
Mosquetazo ha sido. Casarse tiene pensado, Volver puede un hombre ¡oco
LcciNuo. (Ap. á Hernando.) Y aun es mas puesto en razón. V Aquel mirar suave y blando.
¿Qnitaréle la mujer? LUCINDO. FENISA.
¿Acuchillaréle Hernando? ,
¿Casarse mi padre agora? Miraré las faldriqueras.
HERNANDO. HERNANDO. BELISA.
¿Quiéresla? Acaba.
Ilnbla ymira á esta señora,
HCINDO. FENISA.
, Que es de rara perfección.
Estoyme al)rasando, Ya me doy prisa.
LUCINDO.
HERNANDO.
No está aquí.
Llevóme el alma Gerarda, BELISA.
Apua será menester. Celos me tienen sin mí.
¡Que nadie merezca amor
Vamos , Fenisa.
¿Qué quieres que mire aqui?
Sino es las libres mujeres! FENISA.
HERNANDO.
GERARDA. Ni en estotra está.
(.4 Duristeo.) Esta hermosura gallarda.
Digo que mis ojos eres. BELISA.
LUCINDO.
DORISTEO. ¿ Qué esperas ?
No hay vista en hombre celoso;
Templando vas mi rigor. Todo le parece mal. FENISA.
Como acompasarte vi
FENISA. {Ap.)
¿Tiene unas randas?
Este galán majadero, LUCINDO.
Preciado de caballero, Ya he pensado traza igual
Notable enojo sentí A mi designio amoroso. Sí tiene.

Mas en ver que le has dejado, Pasaré junto á Luciiido FENISA.


Dejaré el lienzo caer, ¿Y encaje?
Drazos y gracias te doy.
Y dármele, podrá ser
al LUCINDO.
Mire el alma que le rindo; ¿No lo miráis?
CERARDA. Que si á los ojos me mira,
Vén conmigo. BELISA,
Verá toda el alma en ellos.
DORISTEO. HERNANDO. Despacio en la calle estáis,

¿Adonde? Donde todo el mundo viene.


Mira aquellos ojos bellos ,

Donde amor de amor suspira. FENISA.


GERARDA.
Al Prado. BELISA. Pues ¿quiere vuesamerced
Que lleve lo que no es mió?
(Vanse Gerarda , Doristeo y Finardo.) Vamonos hija que es hora
, ;

De recogernos á casa. LUCINDO.


ESCENA IV. HERNANDO. Señora, de vos lefio.

Ya junto á nosotros pasa; FENISA.


BELISA , FEMSA ó vn , lado; LUCIN- Mira su J)elleza ahora.' Haceisme mucha merced.
DO YHERNANDO , al otro.
{PasanBelisa y Fenisa, y esta deja caer ¿Tiene un poco descosido
el lienzo.) De una randa?
LUCINDO.
LUCINDO. LUCINDO.
¿Fuéronse?
HERNANDO. Un ángel me ha [¡arecido. Sí , sospecho.
Con mucha prisa. HERNANDO. FENISA.
No te aflijas que es martelo.
; El lienzo se le cayó. ¿A qué lado?
BELISA.
LICINDO. LUCINDO.
¿Quién es aquella? Es sin provecho.
Quedo, darésele yo.
{Alza el lienzo, y se dirige alas damas.) LUCINDO.
< Falla un verso para' la redondilla. Que volváis el rostro os pido. De vos sospecho que ha .sido.
; ; ; , ; ;! , , ;; ,

LA DISCRETA ENA.MORADA. 137


BELISA. HERNANDO. Por la mujer y el amor
Señor, dejadnos pasar. Mujeres libres, Señor, Agora decir podía.
Poned el iienzo en la pila Son siempre las mas queridas, Son como telas de araña
Del agua bendita. Y aun iba á decir perdidas, Pescan moscas, débil gente;
FEXISA. Pues han perdido el honor. Mas no el animal valiente.
(.4p.)
Llora la mujer honrada Que las rompe y desmajraña.
Afila,
El siempre injusto desden Afiéntate de que yo
Amor, tu flecba al tirar.
Te enseño
Del hombre que quiere bien el vivir.
BELISA.
Y no se le da nada.
á él LUCINDO.
Vamos. Porque sabe que ha de estar
FEMSA.
No seas
Pudriéndose en su aposento ; Pesado mientras me veas
:
Yo voy. Pero cuando el pensamiento Donde el amor me enlazó,
{Hace que se va , y luego vuelve.) Se pone aqui no hay burlar;
,
De aquella tela de araña
HEnNAXDO. Que apenas con los enojos Soy mosca.
Sacaras de casa el pié
¿No es hermosa? HERNANDO.
Cuando consolada esté
LICINDO. ¡Y qué mosca... tel!
Con mil hombres á tus ojos.
Celos ,
¿por qué me cesáis? LUCINDO.
LUCINDO.
FEMSA. [Volviendo.) Ya soy pez simple y fiel
Por eso el amor no dura
¡Ah, Señor! Del cebo de aquella caña.
En libres , sino en honradas.
LCCINDO. Vamos, volveréla á ver;
HERNANDO. Que me ha picado en el dedo
¿Qué me mandáis?
Cuelgan de celos y espadas Del Corazón.
FEMSA.
Hombres de poca cordura HERNANDO.
Advertiros de una cosa. Quiero decir poca edad.
Si de aqueste lienzo acaso
Tengo miedo.
Ya espero verte algún dia Que algo te ha de suceder.
Parece mas cierto dueño Lejos de aquesta porfia
Que mi palabra os empeño Y cerca desta verdad. LUCINDO.
Iba á decir que me abraso)
(.4/}.
LUCINDO.
A ver vuelvo mis enojos.
Que no sé cierto si es mió; HERNANDO.
Diréis que vivo en la calle (
Hartas causas me retiran.
¡Jesús! qué necios desvelos!
De los Jardines... HERNANDO.
LUCINDO.
HERXAMIO. (Ap.) Una mujer libre y loca
Es como mona que coca Dióme pimienta de celos;
¡Qué talle! ,

A los niños que la miran Voy á bebei' por los ojos.


Qué gracia! Qué rico brío!
Pero cuando llega el hombre (Yanse.)
FEMSA.
Que tiene gobierno y palo,
Enfrente del capitán Espúlgale con regalo,
Bernardo Lucindo. Y no hay voz que no le asombre.

LLCINDO. A los mozos sin consejo Sala en casa de Belisa.
El mismo Las mujeres hacen cocos,
Es mi padre. Porque son niños y locos; ESCEIVA VI.
FEMSA. (Áp.) No al hondire maduro y viejo. BELISA, FENISA.
¡Ay dulce abismo Ya te ha visto en los anzuelos
Donde abrasándome están! Y aun(|ue no puede sacarte BELISA.
BELISA.
Alarga cuerda , con darte ¿Haste quitado tu manto?
Celos, celos y mas celos.
¿Estás loca? FENISA.
FEMSA. LCCINDO.
Quitado, Señora, está.
Ya me voy ¿Qué he de hacer?
BELISA.
Que aqueste hidalgo decia HERNANDO.
Que es mi vecino. Buscar, Señor,
Pues toma ese manto allá.
BELISA. Una bella contracifra. FEMSA.
¡Porfia! LUCINDO. De tu cólera me espanto.
Vamos. ¿Luego él amor se descifra? ¡
Válgame Dios ¿que le hago?
!

FEMSA. (Ap.) HERN.^NDO.


Con cualquier cosa te ofendo.
¡Qué perdida estoy! Sí. BELISA.

Vaiise las dos.) LUCINDO. ¿Tú piensas que no te entiendo?


(
¿Con qué? Yo tengo mi justo pago.
ESCENA V. HERNANDO. Si yo te cerrase en casa,

Con otro amor. Pocas veces me darlas


LUCINDO, HERNANDO. Estos disgustos.
LUCINDO.
HERNANDO. FENISA.
No tratemos de eso agora
¿Qué te parece? Vamos á ver en qué para. Los dias
LICINDO.
Que esto por milagro pasa,
HERNANDO. Que al lin son de un jubileo.
Que es bella, ¿Ves como es cosa muy clara Tan caros me han de costar.
Cortés, discreta y galUuda; Que con celos te enamora? Que te tengo de rogar
Mas quiero bien á Gerarda, ¡Qué bien, Lucindo, un discreto Que me encierres.
Y vase el alma tras ella. Cañas de pescar las llama
Celos es suelo traidor, BEMSA.
Pescan honra, hacieiRia y fama.
Resbaladizo, de suerte, Aunque cañas en eleto. No lo creo.
Que liara caer al mas fuerte ¿No te afrentas que una cosa FENISA.
En los lodos del amor. Que a tildo viento blandea,
¿De qué te quejas de mí,
Terrible cosa es mii ar Para derribarle sea
Cna mujer desdeñosa
Que siem{)re me andas riñendo?
Enemiga poderosa?
Hablar otro hombre celosa. UELISA.
A tu hacienda pone cebo,
Cuando se quiere vengar. De celos hace sedal De tu libertad me ofendo.
Aunque mi amor fuera poco, Pues ¿cabe que en hilo igual FENISA.
Que poco debe de ser, Cuelgue un discreto mancebo? ¿Libertad?
Ver lan libre una mujer Lo que aquel saiiio decia BELISA.
Bastaba á volverme loco. Por las leyes, muy mejor Yo ¿no lo vi?
, , , ;! , : ;

CÜHEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FEMSA. FEMSA. Porque en eso imaginé,
j Qué mnnccho me pasea Golpes siento. Señoras, que me la daban;
DtíStos ([Uií \;in dundo el talle? Fuera de que el ser vecino
DEI.ISA.
Qué guijas desde la calle Desde que vine de Plándes,
Mira, Fenisa, quién llama.
Meanoja, porque le vea? Me alíenla á cosas mas grandes.
Qué seña me has visto hacer {Llégase Fenisa á mirar por la reja.)
BELISA.
tü la iglesia ? Quién me sigue, FEMSA.
{Ap. Lo que me(|uiere imagino.)
Qr.e a estar celosa te obligue? Por entre la reja vi Agra\io se nos hiciera.
¿Qué vieja me vino á ver? El capitán lu vecino. Sí vuestra merced no entrara,
Que Iiiiletes me has hallado BELISA. Y en esta casa mandara
Con palabras deshonestas?
Qué pluma para respuestas. Ya lo que quiere adivino. Como si en la suya aera. i

FEMSA. Llega esas sillas, Feni.sa.


Qué tintero me has (|uebrado?
Qué cinta, que no sea tuya ¿Ya lo sabes? ¿Cómo ansí? {Siéntase el Capitán.)
O comprada por tu mano? BELISA. CAI'ITA.N.
Que chapín, qué loca? Há que da en mirarme.
dias Vosotros salios allá.
ULLISA. Creo que me quiere bien {A sus criados, que se van.)
En vano Yo le he mostrado desden liF.I.ISA.
Quieres que mi honor te arguya. Y (lueir.á en bodas hablarme. Pena, Fenisa, me da {.\p. á ella.)
Ko me quejo de que sea Y |)or lu vida, Fenisa Que me cogiese de prisa.
Verdadera la ocasión. Que no me estuviese mal ¿Está bien puesta esta toca?
FEMSA. Que es un hombre principal.
FE.MSA.
Pues, ¿qué es esto? FEMSA. Nunca mejor te la vi.
BtLISA. Perdona, madre, esta risa.
II I-LIS A.
Prevención. BELISA.
Mi 1-opor el tuvo desea. ¿Tengo alegre el rostro?
Querría que te guardases
¿Deque lories?
FE.Má.A,
De'^o mismo que me adviertes, FFMSA. Si.
Y que .á esas puertas mas fuertes De ver BELISA.
Nue\os candados echases. La santidad que tendrías
¿Parécete que provoca?...
FKMSA. {.\p.)
Cuando mas moza serías,
Que ejemplo debió de ser FE.MSA.
Tanto me podrás guardar... En casa, en calle, ven templo. Sí, madre.
BtLlSA. De llamar el capitán BELISA.
¿Qué dices? ¿Esos barruntos le dan? ¿A qué?
FEMSA. Tomar quiero el ])uen ejemplo. FE.MSA.
Que haré tu gusto';
Pero cáusnme disgusto
BEi.lSA. A devoción.
Tanto gruñir y encerrar.
Loca, es un hombre muy rico, B LISA.
I

Y esta casa está sin hombre ¡Maldita seas, amen!


¿Fuiste santa, por tu vida,
Serate padie en elnondne. Nunca me has querido
tn tu tierna edad? bien.
FEMSA.
BF.I.ISA. FEMSA. {Ap.)
Fui ejemplo Que me escuches te suplico.
¡Oh santas de privación!
En ¿Es para guardarme á mi?
casa, en calle y en templo, Cuando no pueden comer,
I

De una mujer recogida. I


BEI.ISA. Les pesa de ver con dientes
Los ojos tuve con llave. No es otra mi prevención A las otras. ¿Que esto intentes?
I

FEMSA. : Que ver en casa un varón No me espanto; eres mujer.


¿Cómo te casaste? i Que te guarde y honre á tí. BELISA.
BELISA. 1 Fl'.MSA. Hoy me descuidé en ponerme
El cielo Pues cásame á mi primero, Un'poquíto de salud
i

Vio mi virtud y mí celo; Y guárdeme mí marido. FEMSA.


Que el cíelo lodo lo sabe. BEMSA. No tengas tanta inquietud.
FEMSA. I
Cuando se hubiera ofrecido, BtLlSA.
Mi lia me dijo á mi I
Lo hiciera, y hacerlo espero. ¿Cómo?
Que haci;is mil oraciones, FEMSA. FEMSA.
Y andabas por estaciones. Yo en los términos le arguyo. Tu galán se duerme.
BELISA. BELISA. BKLISA.
¿Yo para casarme? Este guardará tu honor. Ahora bien, voy á sentarme.
FEMSA. FKMSA. FE.MSA.
Si; ¿No me guardara mejor La vergüenza de su amor
Y n:il viernes ayunabas Sli marido que no el tuyo? Te dará, mudre, color.
A un padre del yermo igual; BEI.ISA. {Siéntase Uelisa.)
\ I aciendo esto, es señal
Hijo liene, y serpodria BEI.ISA.
Que casarle deseabas. I

! Concei'lar esto tand)ien. Ya, Señor, podéis i.aj)li)rme.


nELISA.
Nunca imaginé.
tal ¡
FEMSA. (.4p.) CAI'IIAN.

Miente, por lu vida y mia; ¡ Ay, mí Lucindo y mi iiion ! Belisa, el ser vecino ((pie en efi'lo,
Q>ue antes monja ser quería, ¡
Quién viese tan dulce día Me repararen vuestra c;is;i)
obii|,':i á
Y sin gusto me casé. De su me ha dado buen conecto.
viiiuii

FEMSA.
ESCENA VII. Veo larde y mañana cuanto pasa
Tras esto sé de coro su nobleza,
Pues ¿cómo fuiste celosa EL CAPITÁN HERNARDO, muii gnJan,
('orno suele inforniar.se (|uien se casa;
De mi pudre, que Dios haya? con áíi gorra de plumas, c.í/juda // da-
\

Y como la virtud y la belleza


BEI.ISA. ga, como capitán á lo antijiio; FLL- Sean (lespertadw'es del sentido.
Porque no había joya ó saya
Plata en casa, ni olia cosa.
j
MINATÜ >j oíao (.riado. — Dicius Aunque duerme la edad con mas pereza,
Yo me he animado á daros un marido
Que no diese á cierla dama. I
CAPITÁN. Tal como yo, (pie tengo menos años
Hacia aquel sentimiento ;
Como en salirse tardaban, De los que habréis, de verme, conocido;
Por vosotras. La licencia no aguardé; Sino que esto de andar reinos extraños
! ! ; , , ,!, ! , ! , ;

LA DISCRETA ENAMORADA. 1S9


Con armns, dormir en la campaña,
los Mas á la fe.) Madre mia, {Ap. á ella) Juntando á tus hebras de oro
Caminos, velas, militares daños, Pensé f|ué fuérades vos Estos cabellos de plata ,

Correr l.i posta áFiáiides desde Kspañ?, La novia del Capitán. Supliré en regalo y galas
Consumen la robusta í^aliardia BELISA. Los defectos de la'edad.
Que los lloridos años acompaña. Lejos sus intentos van FEMSA.
Dios haya á Carlos Quinto, (pie decia Y estoy corrida por Dios. Con tu honor y calidad.
,
Que la posta y la mar le envejecieron, Señor, mis años igualas.
Cuando apenas cuarenta y seiscumplia. FEMSA. {.Ap.)
Deja la humildad aquí.
Yo naci el año de sesenta, y fueron ¡Ay sueño de mi afición
Pues ya soy tuya.
El Du(pie y la Duquesa mis padrinos, ¡Qiié bien pues que me engañé
.
CAPITÁN.
Cuvas Albas España dieron.
tal luz á Por vuestras burlas diré ,

Que los sueños sueños son ¿Soy tuya


Heme hallado en jornadas y caminos, !

Dijiste?
Que si fuera de bronce me acabaran. BEI.1SA.
Kn lin, señoras, somos hoy vecinos. FEMSA.
Fenisa aunque estoy corrida
Mucho los viejos una casa amparan
,
ya no es suya
Sí ,
;
De haber pensado casarme. Quien se ha de llamar de tí.
Los mozos son polilla de la hacienda, No lo estoy de imaginarme
[ran. CAPITÁN.
De tu verde edad vencida.
Que unos á andar comienzan, y otros pa- Discreta eres procura ;
¿Otro favor ? Pesia tal
¡

Mi edad no es bien vuestra virtud ofenda; Persuadirte á lo que ves. ¡No fuera en Flándes aquesto,
[mo, Para que se echara el reslo
FEMSA.
Que eslov muy ágil fuerte, como y d uer-
, Con un feslin general!
Y sé á un caballo gobernar la rienda. Si á tuedad vence interés Torneo habia de haber.
[fermo; A mi edad vence hermosura. Por vida del Capilan ;
Yo ])iensn que en mi vida he estado en- Los viejos que habéis gozado
,
Y si licencia me dan ,

Solo mano enemií^a me ha sangrado, Vuestros años atendéis ,


En Madrid le pienso hacer.
Y un desafio público en Palermo. A lo que gozar podéis FEMSA.
Ese hijuelo que tengo es bien criado, Con avariento cuidado.
Queréis regalo, dinero. Suplicóos por vida mia,
,
Mañana le daián una bandera, La corte no alborotéis.
Y un hábito le tengo negociado :
Descanso y ociosidad ,
Y envidiando nuestra edad, CAPITÁN.
Ko dará pesad uml)re.
Esto pretendéis primero. Haré lo que me mandéis
FEMSA. {Ap.)
Desobedecerle fuera Dulce esjiosa y ¡¡renda mia;
¡A Dios pluguiera Cosa indigna á mi virtud; Mas si no fuera por vos...
Que ya estuviera en casa Pero fáltame salud. FEMSA.
CAPITÁN. El término considera,
Un poco tengo que hablaros.
Finalmente, Y pídele por un mes CAPITÁN.
Se Lucindo por momentos fuera.
irá Mientras se concierta todo.
Yo mucho que regalaros.
Supli(Oos pues, Delisa, humildemente BELISA.
Que me deis á Fenisa vuestra hija; FEMSA.
Yo lo sabré hacer de modo
Que yo pienso dotarla honestamente, Que muchas gracias me des. Mil años os guarde Dios.—
Para que ella gobierne, mande y rija {Llégase á hablar al Capitán.)
Yo no sabia que era vuestro hijo
La poca hacienda que ganó mi espada. {.\p. á él.)
FEMSA. {Ap.) Lucindo, un caballero que solía
Si no es que mi cansada edad la aflija
Que muy presto verá que no es cansada. Discreta he sido en decir Entrar en vuestra casa algunas veces.
Que este casamiento aceto. Mi madremelo dijocuandoeiilrábadcs;
BtLISA.
Pues de mi amor el efeto Y pues es vuestro hijo y vos mi esposo.
¡A mi hija. Capitán. Puedo por él conseguir. Que lo seréis, sí Dios fuere ser\ido,
Me pide vuestra merced Que si luego le negara Y me diere salud para gozaros...
CAPITÁN. Y con disgusto se fuera CAPITÁN.
\' tendré mucha merced, Tarde á mi Lucindo viera.
á ¡Qué palabras tan dulces Por Dios vivo. !

Si esas manos me dan.


Tarde á mi Lucindo hablara.
la Que el sol de aquella boca de claveles
Con entrar su padre aquí.
FEMSA. (Ap.) Habrá comunicación.
La nieve de las canas me derrite.
¡Triste de mi! ¿Qué es aquesto? {Hablan á solas el Capitán y Belisa.) FEMSA.
Penseque á mi madre amaba, Digo, Señor, que importará atajarle
CAPITÁN.
Y que ya Lucindo estaba La loca pretensión con que me sirve.
A mi remedio d¡si)uesto.
Todas esas cosas son
CAPITÁN.
Sueño fué mi fantasía De gran gusto para mí.
El término acepto, y digo ¿Mi hijo os sirve?
En una ocasión tan alta. FEMSA.
Pues la gloria que me falla, Que un mes la quiero esperar.
Pero déjamela hablar. Si el servirme fuera
Suñabayoque tenia.
FEMSA. (Ap.) Con la cordura y cortesía lícita
BELISA.
¡Qué notable intento sigo A una mujer de'mis iguales prendas.
Pensé que vuestro deseo No me quejara con melindres vanos;
A quererme se inclinaba. CAPITÁN.
Que nunca me precié de gusto hipócrita.
CAPITÁN. Nunca desa discreción
CAPITÁN.
No, Belisa. En Madrid tan celebrada,
Salió mi Fenisa amada.
,
Pues i cómo os sirve?
BF.I.ISA.
Mas cuerda resolución. FEMSA.
Alegre estaba...
Tu virtud he conlirmado ; Con papeles locos, f/
Y estoy de lo que veo.
lo
Que no apetecerlo edad Por manos de terceros, que á mi casa /
—Hija , ya ves su intención.
Muestra bien la calidad Vienen con mil aciiaques y invenciones,
FF.MSA. De ese pensamiento iionrado. Echando mis amigas por ierceías
{Ap. La fe que tuve en mi bien Seré de hoy mas, pues me honra Y en todo aíiiiesto, ni por iiensamiento
Me hizo tener tamhien Tanto el saber que le igualo, Se le acuerda traíanle casamiento.
Alegre mi corazón. Un padre de tu regalo CAPITÁN.
Mas como era fe engañada Y un alcaide de tu honra.
Del sueño que imaginé, Y dándome Dios salud, Es loco el mozo nerdonalde os ruego;
: ,

Fe falsa y (ingida fué, Esla misma barba anciana


Que yo saldré liaaor que no os enoje
Fe traidora y fe burlada, Servirá de i)arbacana De aquí adelante.
Fe de un sueño que dormía; Al fuerte de tu virtud. FENISA.
Y si soñada ha de ser, Y si esla nieve no irata Pues que ya es mi hijo.
Yojurodenocreer Bien el juvenil decoro, Os suplico, Señor que cüerdameaie,
, ; ; ; —
ICO COMEDÍ AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Está muy puesto en ra/on LUCINDO.
Le (ligáis que me quejo deste agravio, I

Y t'iolü lie vos pues sois tan sal)io.


,
Pero que el ser nuiy querido Prado han concertado.
Ir al
Descuido engendre y olvido, HERNANDO.
CAPITÁN.
Efectos bastardos son. - Tú fueras mejor á fe.
Di^jaiimeesecuitiailo.KIcielrtOí: guarde. ,

— Üclisa, yo le lie iliclio a mi Feíiisa


LL'CINDO. Tus mismos celos te han dado.
Que [lienso legalaiia, y que no (|uiero El sale y ella se ha puesto
, DORISTEO.
Villa por otra cosa : á Dios te queda; A la venlana. ¿Qué me mandáis mas?
HERNANDO.
Que vo volveré á verle: pero advierte GERARDA.
Que "me has de dar licencia para verte. Querrá
Serviros.
BELISA. Verle galán y dispuesto.
DORISTEO.
Guárdete el cielo.
ESCENA X. Adiós.
{Vase el Capitán.) FINARDO.
DORISTEO que sale con FINARDO
,
de ¿No nos quiere nada?
ESCENA VIII casa (le GERARDA, la cual se asoma DORISTEO.
BELISA, FEMS.\. ú su ventana. — Dichos. ¿Puedo irme?
FINARDO.
GERARDA. (.4p.)
BF.LISA. Podéis iros.
Gran ventura ha sido, Lucindo en la calle está.
[Vanse Dorisíeo y Finanlo.)
Feíiisa . la que el cielo uos ha dado. LTJCINDO.

FEMSA. ¡Tantas desdichas! ¿Qué es esto? ESCENA XI.


¿Estás contenta? DOUISTEO.
LUCINDO V HERNANDO, en la calle;
BELISA. ¿No es gallarda?
GERARDA, en la ventana.
¿No lo ves? FINARDO.

FE.MSA.
Es extremada. LUCINDO.
Sospecho ¡Qué discreta y qué cortés! ¿Que no he sacado la espada,
Que disimulas el pesar que tienes. DORISTEO. Haciéndome tantos tiros?
BELISA. Todo en su talle me agrada. Pues vive Dios, que he de darte
¡

Celos, por ver si con celos


¿Cómo? FINARDO. {Ap. ü Dorisíeo.)
FEMSA. Puedo á quererme obligarte,
¿Si es este Lucindo?
Ya que no quieren los cielos
Porque quisieras tú casarte. DORISTEO. Que pueda amando obligarte!
BELISA. El es.
HERNANDO.
Malicia tuya. Vén. FINARDO.
¿Cómo se los piensas dar?
FEMSA. (Ap.) ¿Si viene á sacar la espada ?
LUCINDO.
Ay mi Lucindo!
¡ DORISTEO.
Quiero esta noche llevar
Si no me entiendescon aqueste enredo, Venga á lo que mas quisiere Al Prado alguna mujer.
No eres discreto ni en Madrid nacido Vo se que es aborrecido. Adonde me pueda ver
[nes.
GERARDA. Hablar, requebrar y amar.
Mas si y á buscarme vie-
me entiendes,
{Ap. Celoso está; desespere; HERNANDO.
Tü nucisteen Madrid , discreción tienes.
Que por desdenes y olvido Y ¿quién ha de ser?
{Vaiise.)
Yo se lo que un hombre quiere. LUCINDO.
Mas para picarle mas.
Quiero hablar con Doristeo,
No sé.

Calle. A quien no (luise jamás; HERNANDO.


Que por abreviar rodeo, Hallarla será imposible.
ESCENA IX. Y por sallar vuelvo atrás.) LUCINDO.
¡Ah, caballero! No importa.— Yo te pondré
LUCLNDO, HERiNANDO. LL'CrNDO. Un manto...
I.L'CINDO. ¿Es á mí? HERNANDO.
Aun no sale aquel galán. GERARDA. Doña Terrible
No OS llamo Señor, á vos. Me podrás llamar.
IIERNAMjO. ,

DORISTEO. LUCINDO.
¿Qué es salir? Está despacio.
Si haré.
LICINDO. ¿Y á mí. Señora?
GERARDA. HERNANDO.
Mis celos no me le dan.
¿Estás loco?
HERNANDO.
A vos SÍ.
LUCINDO.
LUCINDO.
Es esta casa un palacio; Pues ¿qué importa?
Mostrándosele estarán. ¿No ves aquello ?
HERNANDO.
En solo ver niñerías HERNANDO. [Ap. Ú LUCilldO.)
¿No importa, si toi)0 acaso
Huv dos semanas enteras. Por Dios,
Gente de palabras corla?
Andarán las galerías... Que es infamia estar aquí.
— Mejor esté yo en galeras, LUCINDO.
LUCINDO.
Que la sirviera dos dias. Saldré vo muy
presto al paso.
Duscarémos invención Hernando, voz reporta.
la
LUCINDO.
I'ara (|ue entienda que vengo
de Gerarda Llega, y habla esa mujer.
Si en galeras Aquí con otra ocasión. Pregunta si vio unas damas.
Amia al remo este dichoso GERARDA. [A DOTlSteO.)
Que agora en salir se tarda, HERNANDO.
Salir esta noche tengo; Bien dices, déjame hacer.
í\o sé yo cuál envidioso
A la ribera le aguarda.
Acompañarme es razón.
Pues no agradas porque amas,
¡Av de mi, Hernando, que quiero DORISTEO. Celos serán menester.
Una mujer diestra astula , ¿Dónde iréis? ¡Ah , mi señora Gerarda!
De amor vano y lisonjero, GERARDA.
GERARDA.
Des[it;ja(la y resoluta, Pienso que al Prado.
¿Eres tú, Hernando?
Y con una alma de acero! Venid por mí.
DORISTEO. HERNANDO.
HERNANDO.
Yo vendré. Vo soy.
Que el amor cause aücion
! ,! .! ! . ;! , , , ;

LA DlSCr.ETA ENA.NíOIlADA. IGl


GER.\^RDA. HERNANDO. Rompe esas paerlas.
Tengo que hacer. Tu padre. ! HERSANDO.
9 LrCINDO.
HERNAXBO Aguarda.
Oye aguarda. ¡Válgame el cielo!
. j
LrcrvDO.
GERARD.\.
I
ESCENA xn Sal aquí , infame Gerarda.
: Por lí en la ventana estoy HERNANDO.
UER>A>DO. EL CAPITÁN.— LUCLNLU. HER- Con mas tiento ; espera on poco.
NANDO.
Eres discreta y gallarda. I

GERARDA. CAPIT.\N. ESCENA Xin.


I

¿Qué quieres? Todo hoy ando en busca tuya. ! GERARDA. -LUCINDO. HERNANDO,
HERX.\>DO. LUCINDO. I

Saber querría Lo que me quieres recelo '


GERARDA.
En qué casas desías vive Que no es mucho que lo arguya ¡Golpes en mi casa , loco I
Cierta doña Estet'aiiia, De mi inquietud y desvelo. LCCINDO.
Poríjue un loco no me prive Pero advierte padre mío.
Déla ración deste dia:
.

Que querer una mujer


¿Qué respeto me acobarda
Que me
Que no te quito la vida ?
la mandó seguir, No es en mi edad desvario
Y la perdí por mirarte. .Antes señalde tener GERARDA.
GERARDA. Generoso talle y brio. ¡Daguila : ¡ Oh qué
, lindo cuento 1

Oh qué gracioso íingir !


Si es porque no es muy honrada... LCCINDO.
¡

Dígale a su Durandarte C\P1TAN. ¿Tú con mi padre fingida , . 1

Que me suelo yo reii" ¿Cómo que honrada no es? Has tratado casamiento? [

De tietillas tan groseras. Lengua en escorpión bañada, GERARDA.


¡Ah, mi señor Beltenébros (A Lucinda. ) !
i
¿Mereces besar sus pies. La tracilla es escogida.
¿ Para que son las quimeras ? Ni aun tierra dellos pisada? Si para volver acá
Trueque celos en requiel.iros ; LUCI>"D0. Buscas embustes. Lncindo,
Llegúese . hablemos de veras. Estoy con enojo ahora Ese ¿en qué razón está?
¿De qué se finge valiente De mil celos que me ha dado. LCCISDO.
Si está, de verme, temblando? Con un hombre ó dos que adora,
Muestre pulso ¿Por qué en mirarte me rindo?
el : ¿a ver la frente?
CAPITÁN. Por qxié no te mato ya?
¡Jesús que se est:i abrasando
,

¿Qué dices de hombre adorado, ¿No viste á mi padre aquí?


¡Qué temerario ac-cidente
Hola lleva a aquel celoso
!
Y tan principal señora? Pues él me ha dicho cruel. .
¡

Dos tragos de agua de azar. Pero diraslo por nu Que para matarme á mí,
A quien debe de adorar. Quieres casarte con él.
HERNA>DO. (Ap.)
LUCINDO. GER.\RDA.
Macacao.
¿Que también te quiere á ü? ¿Yo que en mi vida le vi?
GER.iRDA. .

¡Cuento donoso! CAPITÁN. ¿Dióte la industria este necio


¿El me viene á amartelar? ¿No la merezco agradar? Para tener ocasión
LCCINDO. De hablarme?
LLCINDO.
Corrido estoy. Sí, Seüoi'. HERN.iXDO.
CAPITAX. Menos desprecio
HERNANDO.
Yo furioso.
¿Mascas el si? Que no es aquesto invención
LCCINDO. Sino verdad.
¿Conoces algún poeta?
Pésame que hables con ella GERARDA.
LLCINDO. :

¿Para qué? Que es mujer que á veinte trata. No hatilar r-ecio.

HERNANDO. C.VPITA.N. HERN.i^NDO.


Para enviar jTo lengua pones en ella. ¿Por qué no? Con la verdad
Una sátira en receta Porque de celos te mata. Hable bajo la mentira.
A estj bruja, ó hazle dar Siendo tan noble doncella! La verdad cuu libertad.
Una hermosa cantaleta. ¡Vive Dios que si no fuera
.
GERARDA.
Haya pandorga esta noche; Por no dejar de casarme.
Tu desvergüenza me admira.
Yo comprare los cencerros Que una estocada te diera
Aunque hasta el alba trasnoche. LCCINDO.
LCCINDO.
Haya sabanas y entierros. ¿Casarte? Eso si es matarme.
Y mí tu temeridad.
á
Campanillas , "hacha y coche. ¿Cuando viste al padre mió?
Padre Señor, considera...
,

¡Vive Dios I... ¿Dónde te habló?


CAPITÁN.
LCCINDO. GERARDA.
¿Qué debo considerar?
Calla , ignorante. ¿Qué es aquesto?
¡Ah mi bien LCCINDO.
, ah mi Gerarda! ¿Hay mas loco desvario?
Que es una mujer de amores.
GER.VRDA. LCCINDO.
¿Llamas? CAPITÁN. (Ap.)
[Yase. ¿Posible es que has descompuesto
Dado me ha que sospechar...
LICINDO.
¿Quitaste delante?
— Pero póneme temores
>us canas con ese brío?
Demonios sois las mujeres.
—¿Adonde te vas? Aguarda, Por estorbarme el casar.
Como el que con los esi>ejos GERARDA.
Oye la voz de tu amante.
¿Para qué es matarme ansí ? Puestos al sol da <?n los ojos ¡Muy ángeles son los hombres!
.\1 que viene desde lejos. Lucindo", ¿ para qué quieres
HERN.WDO. Quiere el necio darme enojos Disfrazar con estos nombres.
¿Vive Estefanía aqm ? Con estos vanos consejos. Que por mis desdenes mueres?
LrCINDO. Mas quiero volverla á hablar, ¿Qué padre es este? ¿No adviertes
¿Quieres callar, bestia? Y" decirle esta respuesta; Que entiendo tus invencioües?
Que me ha dado qué pensar. (Yase.) LtCDÍDO.
HERN.\ND0.
HERNANDO. ¡Plegué á Dios tan mal aciertes
No.
Por aquí pienso que entró. ¿Qué te parece? En casarte . ya que pones
LCCINDO. Mi vida entré tantas muertes,
LlClNDO.
Por esta Que te viva dos mil años
¡Mi bien duélele de mí
,
Mujer hov me he de matar. El viejo por quien me dejas
L-i. ii
; .!,
!! ;, , , : ! ; , ! , ; ;

162 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPID.


En tantós penas y daños, Dijísteme mil infamias CAPITÁN.
Y quien por ojos y orejas
;i De aipiel ángel de Fenisa \ , Quita , necio.
Le has daiio liecliizos y engaños! Hija de Uelisa honrada \ ; LUCINDO.
¡Pleiíue á IMos!... Mas ¿qué inliunianas Voylas á hablar, y por poco Advierte.
Mali^iriones puedo hacer Saliera, traidor, sin c^ua;
CAPITÁN.
Mas que verte las mañanas Que caída de vergüenza,
No era menester cortarla. Guarda. [Xase.)
r.onio sierra, anianecer
nieve de sus canas?
('.on la Yo tengo mujer mas noble
¿Qué mas que ver un anciano Que tu luadre. ESCENA XVI.
A tu lado hermoso y tierno LUCINDO.
I'e tu belleza tirano? LUCINDO, HERNANDO:
¿De quién hallas?
¡Qué gentil hielo en invierno
CAl'lTAN. LUCINDO.
\ qué espantajo en verano
De Fenisa. ¿Qué es esto, triste de mi ?
Adiós madrastra cruel
,
LUCINDO. ¡Testimonios n)e levanta
Que presto, estando con él
Te pesará el ver en vano Pues, Señor, .\ntcs ijue su rostro vea
Que te bese yo la mano , Fenisa es doncella, y basta;
HERNANDO.
Y (pie tú la boca á él. Que la que yo te decia
Es Gerarda, cortesana. ¿No es aquesta aípiclla dama
¡Je^us . qué mala elección Que te miró tiernamente
Que vive en este balcón.
CERABDA. (Cuando el lienzo de las randas ?
CAPITÁN.
ncmando, ¿ de veras,
es esto LUCINDO.
O vuestras quimeras son? ¿Qué tiene que ver Gerarda
La misma.
Con Fenisa?
HERNANDO. HERNANDO.
LUCINDO.
¡Ojala fueran quimeras! Pues que me maten /
Yo, .Señor,
Si no es enredo que traza, /
CEnARPA. En aquesta calle estaba ^
Enamorada de ti. /
Ya entiendo vuestra intención. Cuando me reprehendiste
Oisteisme concertar De que amaba aquella dama. LUCINDO.
Ir alPrado aciuesta noche, CAPITÁN. ¿Qué me cuentas?
Y (]ueréismelo estorbar.
Otro enredo habrás pensado HERNANDO.
Pues i>or Dios que ha de haber coche Lo que pasa.
Con atpiella buena cara
Y quien nos venga á cantar.
De tu criado. Yo cuatro renglones
leí
Piquen por hacerme gusto En sus ojos, de una carta.
HERNANDO.
En ca.sa de Estefanía. Que al darte el lienzo escribió
¿Yo enredo?
Ll'CINDO.
Siempre piensas que le engañan
A tu ausente pecho y alma.
Matarcte. I'ejóle caer adrede.
Propia condición de viejos.
GERARDA. Si la vista no me engaña,
CAPITÁN. Y lo que á tu padre dice
¡Ay Dios, qué susto! {Vase.)
Niega , Lucindo, que amas De que la escribes y cansas.
ESCENA XIV. A Fenisa. Es decirte que la escribas
LUCINDO. Y que por las rejas bajas
LLCINDO, HERNANDO. ¿Yo, Señor? Vengas á hablaría de noche.
CAPITÁN. LUCINDO.
HERNANDO.
Entróse. ¿Luego tampoco la cansasi Cosas me dices extrañas.
(>on papeles y alcahuetas? \
LLCIJiDO. HERNANDO.
Pues en este punto acaba
¿Cerraste, arpia? Qué se pierde en que las pruebes?
¡Mal haya amor tan injusto!
De decirme que antenoche. ¿
Por aciuella reja baja. LUCINDO.
Abre esta puerta, mi bien.
— Acecha ¡lor esta llave (.1 Hernando )
Enfrente de tu aposento,
Muy tierno llegaste á hablarla.
No se pierde, Hernando, nada
Que esa doncella podría.
Si sus criadas se ven.
LUCINDO. Con su bellísima cara
HERNANDO.
¡Yo papeles! ¿Yo alcahuetas? Con su rico entendimiento,
¡Qué bien engañarte sabe Con su voluntad esclava.
Yo por reja ni ventanas?
LLCINDO. Hernando... Desamartelarme el pecho,
Matarme sabe también. CAPITÁN. Des[)icarme de Gerarda.
Qué buen testigo Vámosla á hablar esta noche
IIKRNANDO. i

Falsos ojos, lengua falsa. Que si es verdad queme llama


Al viejo ha desvanecido
Falsa la cara y la boca.
Con esta industria que dices,
Para darle mas enojos. Es la cosa mas gallarda
Falso el pecho y falsa el alma.
LLCINDO. Que ha sucedido en el mundo.
Pues mira lo que te aviso
Liviano en extremo ha sido ¡Vive el cielo, que si pasas HERNANDO. ,

Mas ¿qué no podrán tus ojos,


Por su imerta, ni la miras, Mucho importa enamoralla, \
Dulce Argel de mi sentido? Ni por la reja la llamas, Asi por dejar del todo
Que para siempre jamás Esta fementida ingrata.
ESCENA XV. Has de salir de mi casal Como porque nos perdenres
CAPITÁN. — Dichos. LUCINDO. Si el viejo otra vez se casa.
Y si se quiere casar,
Escúchame.
CAI'ITAS. CAPITÁN. ¿Qué co.sa mas acertada
¿Para qué? Que con Relisa, su madre
¿Estáste aquí todavía?
Desta bellísima dama?
LUCINDO. LUCINDO.
LUCINDO.
Pues ¿eso. Señor, te espanta? Escúchame una palabra.
Si me (luiere, Hernando mió,
Si con la mujer que adoro, CAPITÁN. Te mando ropilla y calzas.
En esos años te casas, ¿Qué palabra?
¿Es mucho que me
despida HERNANDO.
I.ICINDO.
Destas puertas y ventanas. Bien puedes dármelas luego.
Que le digas
Si mañana han de ser tuyas, LUCINDO.
Que si hf de ser mi madrastra,
\' hoy su dueño me llamaban?
ii

No comience antes de serlo, Pues con discreción tan alta ,

CAPITÁN. Píies aun agora lo tratas, Supo engañar á dos viejos j

Pienso que le has vuelto loco. A hacerme tan malas obras. De edad y ex|)er¡enc¡a tanta ; >
, ! ! ; !; , , ,,!

LA DISCRETA ENAMORADA. 1Ü3


Y enamorada de quien Mas como por su desden \
HERNANDO.
Apenas le vio la cara. Be ¡os vuestros me retiro. Sin extremos;
Ha dicho su pensamiento, De amor suspiro; Que te podrá conocer.
Y se le ha entendido el alma Y cuando no os veo.
LLCINDO.
Bien la |)odemos llamar Suspira por mi el deseo.
¿Está en su regazo?
La discreta enumorada.
ESCENA II.
HERNANDO.
¡ Y cómo
LUCINDÜ, HERNANDO.— Dicnor,. LLXINDO.
ACTO SEGUNDO. LLXixüo. [Ap. á Hernando.)
Celos por los ojos tomo ,
Y el alma comienza á arder.
Dijeron que llevarían ¡Oh veneno, que desalmas
El Prado de San Jerüuimo. — Es de nuche. Quien cantase. La vida con tus enojos
HERNANDO. Siendo la copa los ojos
ESCENA PRIIVIERA. Ellos serán. Donde le beben las almas,
Pues aquí cantando están. Nunca yo viniera acá
DORISTEÜ Y FINARDÜ, en hábito de
noche; GERARDA, co7i rebociño y LUCINDO. HERNANDO.
sombrero ; LISEÜ FABIO. ,
Ni cantan mal ni poríian. Vamonos de aquí, Señor,
HERNANDO. ¿No es aquel ángel mejor,
DORISTEO. Que esperándonos está?
Cesaron como las aves
,

Notable frescura. Luego que alguno se acerca. LlíCINDO.


FIXARDO. LUCINDO. ¿Cuál ángel?
HERNANDO.
E.\traña. Llega y míralos mas cerca.
Fenisa bella.
GERARDA. HERNANDO.
LUCINDO.
Mucho de sus fuentes gusto. Plegué á Dios, Señor, que acabes
De ser necio.
No estoy para hablar agora
DORISTEO. Con ángeles.
LICINDO.
No hay sitio de tanto gusto, HERNANDO.
Gerarda bella, en España. no es horaSi
Sí le adora
Para hablar con mi Fenisa,
GERARDA. ¿No será justo querella?
¿Qué importa, pues todo es risa?
¡Qué lindas tazas! LUCINDO.
HERNANDO.
DORISTEO. Esa peligro no corre
Celos ríen, y amor llora.
Famosas. Yo paso á lo caballero Que como es amor primero
GERARDA. Por delante; espera aquí.
Estará, como otra Hero,
Aguardándome en la torre;
Con perlas brindando están. LUCINDO. Pero esta que está en los brazos
,
DORISTEO. Yo aguardo. Deste venturoso amante.
•^^Qué liberales que dan [Pasa Hernando embozado por delante Si me descuido un instante
bus aguas claras y hermosas de los sentados , y vuélvese adonde Haráme el alma pedazos.
¿Haste holgado dé venir? quedó su amo.) ¿Traes el manto?
GERARDA. FINARDO. HERNANDO.
Casta venir á tu lado. ¿Qué mira ansí ¿Pues no?
Este necio majadero? LUCINDO.
DORISTEO. .

Póntele.
Sentémonos. DORISTEO.
HERNANDO.
FINARDO. Algo debe de buscar
Gran mal recelo.
Todo es Prado. Que de casa se le fué.
LUCINDO.
DORISTEO. GERARDA.
Canta solo.
Haz saya del herreruelo. 1
Asi se suele decir.
¿Templaron vuesas mercedes? LISEO. HERNANDO. |

LISEO. Cantaré. ¡ Yo mujer ¡Tu dama yo! !


>

La prima se me bajó. GERARDA. LUCINDO.

GERARDA. Sí ;
pero no has de templar. A esos árboles te vé,
Subilla. HERNANDO.
Y de mujer te disfraza.
(.4;;. a su amo.)
DORISTEO. En voz la conocí.
HERNANDO.
la
Eso digo yo. Voy mas temo que
; esta traza...
LLCINDO.
FACIÓ. LUCINDO.
¿Luego es Gerarda?
¿Comienzo? Vé, majadero.
DORISTEO. HERNANDO. HERNANDO.
Empozar Sin duda. Yo iré
podéis.
FABIO. LUCINDO. Mas defenderme le toca , \

¿Qué diremos? ¡Ay! Y si hacerlo no quisieres.


HERNANDO. No te espantes si me vieres
DORISTEO.
¿ Es menester ayuda? Con la barriga á la boca. ( Yase.)
La de Lope,
Por vida del buen Liseo. LLCINDO.
ESCENA III.
LISEO. Y el otro ¿es su galán?

La del suspiro y deseo. HERNANDO. LUCINDO, enpiéy lejos de GEnxm.k,


FIXARDO.
Sí. DORISTEO FINARDO LISEO Y , ,

A fe, que hay bien donde tope.


LLCINDO. FABIO sentados. ,

i
Triste de mí
MÚSICOS. {Tocan y cantan.) LUCINDO. fnes!
HERNANDO.
Cuando tan hermosa os miro, Qué mal se cura
invencio- amor con
De amor suspiro, ¿Qué tenemos? ¡

Qué vano error sobresanar la herida,


Y cuando no os veo. ¿Date por ventura el parto?
Si en las muertas cenizas escondida
Suspira por mí el deseo. LLCINDO. La viva lumbi-e al corazón le pones!
Cuando mis ojos os ven, Mientras mas de tí me aparto, Celos desdenes, ¡ras, sinrazones
,

\an á gozar tanto bien; Mas me acerco. Tienen el alma alguna vez dormida:
; ! ! ! ,! , ,

16 i comedí AS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA C ARPIO.


ESCENA VI.
Mas ¿qué letargo habrá que no despida Pero el mucho amor que os
tengo
j

La fuerza de coIosüs preveneiones? A mas me puede obligar. LUCINDO, GERARDA, HERNANDO.


¡Oh eelos eon razón os lian llamado
! Ll'CINDO.
Mosquitos del amor, de amor desvelos: Señores, ¿quieren cantar? GERARDA.
El humo de su fuego os ha engendrado. Ah mi señora
iiERNANDo. {Con VOZ demujcr.)
¿Qué importa que se duerma un lioni-
¡

[bre (¡oheielos!), ¿Déjanlo por(|ue yo vengo? HERNANDO. {Cou VOZ femenil.)


De pesadumbres del amor cansado. ¿Es ámi?
GERARDA. (A/J.)
Si con sus voces It despiertan celos? GERARDA.
Lucindo es este. ¡Ay de mi
Veiihid sinduda seria Veros y hablaros deseo.
ESCENA IV.
Que ¡upiella damaqueria. HERNANDO.

HERNANDO, coH un manto puesto, y la Por (juien preguntar le vi.


'
¡Verme y hablarme! ¿Por qué?
Celos que jiensé fingidos GERARDA.
capa por sni/a.— Ll'CINDO ; y en el
Me han salido verdaderos. Porque soy vuestra vecina.
GKRARD.\ DORISTEO,
proscenio, ,
¡ Av, amores lisonjeros,
FLNWRUO, FARIO yLISEO. De engaño y traición vestidos! HERNANDO.
Entendidome ha la letra. ¡Jesús, qué extraña mollina!
HERNANDO. (.4/;. rf Liiciudo.)
Herido me ha por el filo. GERARDA.
¿Vengo bien ? Vengóse del mismo estilo.
¿Desto solo os enfadé?
LICINDO.
HERNANDO. {Ap. á LuCUHIo.) HERNANDO.
Vienes tan bien,
Que espero que bien me vaya. Ya se altera y inquieta :
Hace notable calor;
¿Qué te parece el jarabe? Vamos, Lucindo, de aquí.
HEnN.\ND0.
LUCINDO. LUCINDO.
¿Qué le parece la saya?
Que hace su operación. Mi bien, enfaldarse ansí
LCCINDO.
GERARDA. Parece mucho rigor.
.Muy bien.
Descubrios á esa dama,
HEnNANDO. {Ap. ¡Qué bien sabe dar pasión!
Pues Dios os dio lal belleza
¿Y el manto? Qué mal el lomarla .sabe!)
Por vida ch; Doristeo, Y esa hermosa gentileza
LLCINDO. Tiene en la corte tal fama.
Que un poco de agua traigáis.
También. Descubrid los ojos bellos,
DORISTEO.
HERNANDO. Den envidia y den amor.
¿No voy muy apetecible? Y traeré con que bebáis; HERNANDO.
Que regalaros deseo. No estoy agora de humor,
LÜCINDO. Entreteneos aquí
Vamos. Ni está enjuto el llanto en ellos;
Mientras voy por colación.
HERNANDO. Que los traéis hechos mar
¿Llevo malos bajos?
GERARDA. De celos de esa Gerarda,
Que vais solo no es razón. Que me dicen que es gallarda.
Ll'CINDO.
FINARDO. LUCINDO.
Llega.
HERNANDO. ¿Acompaüaréle? ;Gerarda os los puede dar?
En notables trabajos GERARDA. Ño sé de ciué los tenéis. _

¡Plegué á Dios que si la quiero,


Me pone tu amor terrible. Sí;
los amigos.
Que i)ara el mal de que muero
{Acércanse á los otros cinco.) Que aquí quedan Nunca remedio me deis
DORISTEO. FIKARDO. Plegué á Dios que si la estimo
l'n galán con cierta dama Pues vamos. Nunca merezca estos brazos.
Hacia donde estamos viene. 1 DORISTEO. Ni á mis amorosos lazos
GERARDA. Venid. Den vuestros muros arrimo!
Gentil brio y arte tiene FINARDO. Plegué á Dios que si la amare,
Nunca mi ventura poca
¡

A fe que es ropa de fama. Adiós.


Goce de esa dulce boca,
DORISTEO. {Yanse Doristeo y Finardo.) Ni por mi bien se declare!
¿Cómo? Plegué á Dios que si la viere,
GERARDA.
1 ESCENA V. Janíásmeveaconvos,
Dióme el buen olor.
Ni nos casemos los dos!
DORISTEO. I GERARDA, LUCINDO, HERNANDO, GERARDA. (.4p.)
Tomó pastilla al salir. LOS MÚSICOS. ¿Que esto sufra? Que esto espere?
FI NARDO. HERNANDO.
Pastilla y Prado es decir GERARDA. {Ap.)
¡Ay Dios! ¡qué de maldiciones!
Quoes dama... Muérome porque las dos GERARDA. {Ap.)
DORISTEO. Quedásemos sin testigos.
^De qué? Todas vengan sobre mi.
LISEO. mas te sufriere aquí
Si
FINARDO.
¿ Queréis que cantemos? Traidor, tantas sinrazones.
De amor.
GERARDA. HERNANDO.
DORISTEO.
No. Dicenme que vais allá,
A tu lado toma asiento. Antes merced recibiera Y estoy muy descolorida.
GERARDA. En quedar sola.
LUCINUO.
¡Qué de golpe se ha asentado I FADio. {Ap á Usen.) mi vida;
Pues tomad color,
FINARDO. Algo espera. Que á vos os adoro ya.
Debe de tener pesado LlSEO. GERARDA.
Lo que es el quinto elemento. Lindamente los echó.
No será, infame, en mis dias.
LL'CINDO. (A Hernando.) FABIO. {Embiste á Hernando.)
Bella doña Estefanía, Pues no estorbemos, Liseo. LUCINDO.
¿Qué os parece esta frescura? LISEO. ¿Cómo ansí te has descompuesto?
HERNANDO. {Cou VOZ detmijcr.) Fabio , venid por aciui. HERNANDO.
Fué mucha descompostura {Vanse ¡os jnúsicos.) ¡A Estefanía! ¿Qué es esto?
Veuir aquí sin mi tia
: ; !, ! , ; ! ! ! ,, !

LA DISCRETA ENAMORADA. íGj


GERAflÜA. La causa deste rigor. GERARDA.
Y á cuarenta Estefanías. Celos ,
por tu vida , han sido. Sola estaba.
No seas tirano, vén;
I.UCl?iDO. DORISTEO.
Vén Lucindo vén mí
, ; , bien.
Déjala, Gerarda. Los músicos...
LUCINDO.
GERARDA.
HERNANDO. En efeto ¿ me has querido?
Libres son.
¡
Ay cielo!
GERARDA.
¡A una mujer como yo! FINARDO.
Siempre te quise, mis ojos.
¡Que no hubiese colación
GERARDA. LUCINDO. ¡Y en el verano se alaba
Matarla tengo.
Yo haré que sangre te cueste... Madrid, para quien trasnoche
LUCIXDO. Sin cotas ni sin broqueles
Eso no ESCENA VIII. Que tiene nieve y pasteles
Huye. Vino y dulce á media noche
HERNANDO. HERNANDO ,
ya en su traje.— Bicaos. GERARDA.
Mi muerte recelo. ( Vase.) Tarde llegara el favor
HERNANDO. ;

Que no estoy buena.


ESCENA Vil. ¿Qué sacrificio es aqueste?
DORISTEO.
LUCINDO.
LUCINDO, GERARDA. Sospecho
El haberme dado enojos.
GERARDA. Que este fresco mal te ha hecho.
HERNANDO.
¿Qué mujer es esta, perro? GERARDA.
Si Lucindo quiere hacer
LUCINDO. Una venganza gallarda
Mas me ha dañado el calor.

Una mujer que me adora, Y Gerarda el golpe aguarda, Finardo.)


DORISTEO. (.4

Y eso que tú has hecho agora El ángel vengo yo á ser. ¿Entiendes de estrellas?
Ha sido un notable yerro ¿Qué es esto Señor ? , FINARDO.
Que es señora principal, LUCINDO. Sé
Y te ha de costar la vida. ¡Oh Hernando! Que el carro ha de estar allí

GERARDA. Seas mil veces bien venido. Para amanecer.


¿Puede ser ya mas perdida. HERNANDO. DORISTEO.
Que viéndome en tanto mal? Dos horas ando perdido, ¡Ahlsf.
Déjame pasar. Todo este Prado buscando Pues ya muy alto se ve.
LCCINDO. Que en casa han echado menos Vamos y descansarás.
,

Detente; A esta dama. ¡Qué amigos


Que á quien me aborrece á mí LUCINDO. FINARDO.
Nunca licencia le di Pocos hay buenos.
Otra seria.
De hablarme tan libremente. GERARDA. [Ap.)
HERNANDO.
GERARDA. Cuando tú me quieres menos,
¿Luego no es Estefanía?
¿Yo te aborrezco, mi bien? Lucindo , te quiero mas.
LÜCINDO. LUCINDO.
(Vanse.)
fia habido rayos y truenos.
¿Tu bien soy?
GERARDA. HERNANDO.
¡Ay prenda mía! ¿Es Gerarda?
Calle.
Cuanto te dije Ungía, LUCINDO.
Y cuanto hablaba también. ¿No lo ves? ESCENA X.
Aborrezco á Doristeo; HERNANDO.
Solo te adoro, Lucindo :
Déjala triste de mí
LUCINDO Y HERNANDO.
, ¡

De nuevo el alma te rindo. Que te ponen culpa á ti.


HERNANDO.
LLCINDO. LUCINDO. Tan consolado vienes, que presumo
¡Cielos! ¿Qué es esto que veo? Gerarda hablemos después.
, Que no te acuerdas ya de aquella loca.
GERARDA. GERARDA. LUCINDO.
En prenda de que tú eres Oye. No lo digas de burlas.
Mi verdad, vente conmigo. LÜCINDO.
HERNANDO.
LUCINDO. No hay remedio.
¿Quién ha hecho
Mucho os alienta el castigo; GERARDA. Milagro tan notable en tu sentido?
Como bestias sois, ninjeres. Aguarda.
Ahora bien ya se acabó,
:
LUCINDO.
HERNANDO. (Ap. á LltCUldo.)
Yo adoro en Estefanía. La confianza de que soy querido,
Grande valor has tenido. Bendiga el cielo la invención, la traza.
GERARDA. i

LUCINDO. Labora, el movimiento, el maulo, d


¿Por qué me dejas, luz mia? El saber qne soy querido Los celos, los disgustos ! [Prado,
LUClNDO. Me ha despicado , Gerarda. HERNANDO.
Porque tu noche llegó. \uHse los (tos. Y ¿no dices
( )
GERARDA. Que bendiga tandiien á Estefanía?
Vén conmigo hasta mi casa. ESCENA IX. Pues en verdad, (¡ue aun traigo lasseña-
De algunos mojicones de Gerarda. [les
LUCINDO. DORISTEO, FLXARDO.— GER.\RDA.
No hay remedio. LÜCINDO.

DORISTEO.
La ventanahan abierto; espera, aguarda.
GERARDA.
Que esto veo Desgracia ha sido, por Dios,
¡

El no haber ya tienda abierta. ESCENA XI.


LUCINDO.
Presto vendrá Doristeo, FINARDO. FENISA en , la ventana. — Dichos.
Que es el que agora te abrasa. Quebrada queda una puerta.
GERARDA. {De rodUIüs.) GERARDA. FENISA.
De rodillas, mi señor, Cansado os habéis los dos. ¡Ah , caballero
Que vayas quiero pedirte. DORISTEO. LUCINDO.
Porque allá quiero decirte ¿Sola estabas? ¿Quién llama?
! ,; ,, !,,,;
! ; ;,, , , ; ; ; : ,
! , ;

Í66 COMEDÍ AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEG.^ CARPIÓ.


FEMSA. Y era justo pensamiento; i No me eche menos mi madre.
Mas viéndole porliar, LUClNDO.
Llegad quedo. Una mujer. que ya veo.
Vine á ver lo Pide licencia á mi padre
HERJiANDO.
FENISA. Para verte.
Fenisa dehe de ser. HEUNANDO.
Conocéis mi buen deseo.
Que babrá dejado la cama. La luz crece.
LCCINDO.
FEXISA.
El conocerle es pagar LUClNDO.
Vuestro nombre me decid
Que tras el conofimieiito Dame alguna prenda tuya
Autes que os empiece á hablar.
De una deuda, pagar sobra. Con que me vaya á acostar.
LuciNDO. (A Hernando.) Pero si se pone en obra FENISA.
Mira no echemos azar. De mi padre el casamiento,
A mí me quisiera dar.
HERNANDO. ¿Qué tal vendré yo á quedar?
HERNANDO.
Todos duermen en Madrid FENISA.
Dile , Señor, que concluya.
Hasta el viejo Arias Cíonzalu. No creáis que ellos lo ¡luedan
Que los dos ([ue los heredan FENISA.
LL'CIXDO.
Lucindo Señora soy
, ,
Son los (jue se han de casar. Truécame esa cinta. ( Echa un listón.)

Que de vos quejoso estoy, Mal conocéis lo sutil LUCINDO.


Si esta queja no es regalo. De una rendida mujer. ¿A qué?
¿Sabéis que del capitán LUClNDO. FENISA.
Bernardo soy hijo? Discreta debéis de ser A deseos.
femsa'. Y de ánimo varonil. HERNANDO.
Si. Bien se ha visto en la invención. Bueno está.

LUCINDO. FENISA. LUCINDO.


¿Sabéis que en mi vida os vi? Pues hasta agora no es nada. Todos los tienes allá.
¿Cómo soy vuestro galán? LLCINDO. FENISA.
¡Yo, Fenisa, os solicito! La discreta enamorada Adiós. (Retirase.)
Yo os escribo mil papeles Llamaros será razón.
Yo á estas rejas y verjciles
FENISA.
ESCENA XII.
La casta defensa os quito
Yo os desvelo con paseos Perdóneme vuestro padre LUClNDO, HERNANDO.
Y terceras os envió Que del me pienso valer.
Para daros á entender LUCINDO.
FENISA.
Lo que no quiere mi madre. ¿Fuese?
No os enfaden señor raio
,
Cuanto deciros quisiere HERNANDO.
Mis amorosos rodeos. Será quejarme de vos
Ki me habéis solicitado, Va se fué.
Y veremonos los dos
Ni habéis cansado mis rejas. LUCINDO.
Por donde posible fuere.
Ni son verdades mis quejas. Cuando os riña, estad atento, i
Gran ventura!
Supuesto que me lie quejado. Que son recaudos que os doy. HERNANDO.
Jamás escrito me habéis. Di que estás
LUCINDO.
Ni f>or vos nadie me habló Enamorado.
En lo que esto se fundó. Digo , Señora que estoy
,
LUCINDO.
Pues venis, vos lo entendéis. En el mismo pensamiento.
¿Pues no?
No halló mi recogimiento FENISA.
HERNANDO.
Cómo decir mi pasión Así sabréis lo que pasa
Amor me dio la invención
¿Y Gerarda?
Desta puerta adentro vos LUCINDO.
Y vos el atrevimiento. Casándonos á los dos
Vuestro padre me ha pedido Ya pasó.
I
Cuando él piensa que se casa
'
Mas yo nací para vos. Que ya estaremos casados HERNANDO.
Si algún dia quiere Dios Él día que se descubra. ¿Cómo?
Que os merezca por marido. LUCINDO.
LUCINDO.
Y hacerle mi tercero
el Lo que oyendo estás.
Quiera el amor que se encubra
No os parezca desatino; Es bella es noble, es gallarda.
,

Que es cuerdo, viejo y vecino, Él lili de nuestros cuidados.


Y os quiere como yo os quiero. —Y dad orden como os vea. HERNANDO.
Pues no os falla discreción. Brava cólera española
Este camino busqué ¡

Para que sepáis mi amor; FENISA. LUCINDO.


Solo os suplico Señor, , He pensado otra invención Mas precio esta cinta sola
Que agradezcáis tanta fe. Para que el remedio sea; Que mil almas de Gerarda.
Y si mi hacienda y mi talle. Y es (lue diré á vuestro padre (Yanse.)
Puesto que mas merecéis, Que os envíe á que toméis
Os obligaren... Mi bendición , y vendréis
LCCINDO. Sin que se enoje mi madre.
Zaguiin (le casa de Gerarda.
No echéis Pero tratadme verdad
Mas favores en la calle. O desengañadme aquí. ESCENA XIII.
Sembrarla de almas quisiera LUClNDO.
En esta buena lórluna El alma Señora os oí
, , DOniSTEO, GERARDA.
Porque palaljra ninguna Por fe de mi voluntad.
Menos que en alma cayera. Preguntadle allá si os quiero. DORISTEO.
\

A mi ventura agradezco HERNANDO. ¿Para qué es tanto desden


Saber, mi bien que os agrado;
j

Sino decirme verdad ?


,
Señor, advertid que al alba
Que bien sé que no he llegado i

Hombre soy y hombre de bien


Hacen las calandrias salva, ,

A pensar que lo merezco.


Y está muy alto el lucero.
Habíame con libertad
El dia , mi bien que os vi ¿Quieres á Lucindo bien ?
,
En cas deste mercader
De aquel santojubiieo, Una codorniz cantó, GERARDA.
Despertastes el de-eo; Pensé ípie no le quería
amor avisó
(>on (jue á tu
Nunca mas con él dormí. Y anoche...
Mi poco merecimiento
De que quiere amanecer.
FENISA. DORISTEO.
Que entendiese me impedia Pasa adelante.
Lo que mi padre decia Vele, mi amor; que amanece;
, ,, ; ! ,, ! : , .;; ;, , ) ;;, !; , )

LA DISCRETA ENAMORAD.A. 107


GERAnDA. GERARDA. Me caso en efeto.
, viejo
Ouiso la desdicha niia ¡Su marido! Mayor daño ¿Quién duda que le parezca
Que fuese un desden bastante Es el que me viene agora. Mejor, y que le dé pena
A encender nieve tan fria. DORISTEO. Ver que á mí edad se condena
¿No viste aquella mujer Donde sin gusto padezca?
Pues ¿hay otro desengaño?
Que se sentó junto á mí? Fuera de eso es mal consejo ,

GERARDA. Que venir aquí le mande


DORISTEO.
¡Bien vivirá quien le adora, Que á vista de un hijo grande
Lucindo debió de ser Si le casas Parece un hombre mas viejo.
El que la trujo. DORISTEO. Ya comienzo á estar celoso;
GERAHDA. No entrará otra vez acá.
Caso extraño!)
{Ap. ¡

Es ansí. Pues ¿puede ser de otra suerte?


DORISTEO. GERARDA.
ESCENA XV.
Eso me basta saber. Dame primero la muerte. LUCINDO, FULMINATO. — BELIS.\,
¡Ay Gerarda cuánto pueden
, ,
DORISTEO. EL C.\P1TAN, FENISA.
Unos celos!
Vete de aquí.
GERARDA. FULJIINATO.
GERARDA. {Yétidose.)
Muerta estoy. Aquí el alférez está.
¡Nunca hablara!
En fuerza al amor exceden; LUCINDO.
No hay desden mi fe te doy, ,
DORISTEO.
(Ap. Cielos, que fui tan dichoso!
De quij triunfando no queden. ¡Con mi hermana! ¿Quién pensara \

Estudiado parecía Una venganza tan fuerte? Aquí mis ojos están.
Señor...
Lo que Lucindo decía Buscar á Finardo quiero.
CAPITÁN.
Y lo que ella preguntaba; Para que á Lucindo saque
Supe que se llamaba
al fin IJonde, pues es caballero, {Ap. De enojo estoy lleno.
Esta dama
Estefanía O saquemos el acero Para danzar eras bueno.
Y que es mujer principal O casándose me aplaque. LUCINDO.
Que un criado, á un rayo igual Hoy muere sí no se casa ¿Cómo?
Vino á decir que en su casa ¡Oh vil hermana! ¿Esto pasa? CAPITÁN.
La echaron menos. Mas, justa ley me condena Eres cierto y galán.
DORISTEO. Que no anda bien en la ajena LUCINDO.
Que pasa Quien ha de guardar su casa.
¡

{Vaiise.)
¿No me mandaste venir?
Por mí una desdicha igual CAPITÁN.
Pero es dicha ¿cómo dices :

Que esa dama se llamaba? Besa la mano á tu madre.


LUCINDO.
GERARDA. Sala en casa de DeÜsa.
Yo voy.
¿Hay de qué te escandalices?
ESCENA XIV. CAPITÁN.
DORISTEO.
¡Qué presto!...
Pensando en el nombre estaba BELISA, EL CAPITÁN, FENíSA LUCINDO.
De esa mujer que maldices. FULMINATO. Mí padre...
GERARDA. FEMSA. {Ap.)
FEMSA.
Estefanía decía. Ya me comienzo á reir.
Hacedme aqueste placer.
DORISTEO. LUCINDO.
Para mayor regocijo
¿Estefanía? Que vea yo vuestro hijo , [.
Como á madre que sois mía
GERARDA. Pues su madre vengo á ser! Me manda ¡oh bien soberano!
Esto pasa. CAPITÁN. Que os bese esa hermosa mano.
DORISTEO. CAPITÁN.
Digo que tenéis razón.
Buena venganza sería ¡Qué superflua cortesía!
i
FEMSA.
Sí porque he entrado en tu casa. La mano basta decir;
Diese Lucindo en la mía! Pues todo queda tan llano. ¿Para qué es decir hermosa?
Venga á besarme la mano
GERARDA. LUCINDO.
/ Y á tomar mí bendición.
¿Cómo? Quiere mí boca dichosa
BELISA.
DORISTEO. Este epíteto añadir.
Una hermana que tengo Ya sois dueño desta casa
FENISA.
Estefanía se llama. Venga vuestro hijo acá.
CAPITÁN.
Hablan ansí los discretos.
GERARDA. liELISA.
Ella es. Digo que á veros vendrá
Que ya sabe lo que pasa. ¿De eso recibís disgusto?
DORISTEO.
¿Cómo detengo —Fulminato... CAPITÁN.
FULMINATO. Levántate ; que no gusto
La defensa de mí fama,
Y del traidor no me vengo? Señor... Que beses con epítetos.
CAPITÁN. BELISA.
GERARDA.
Corre, Dejalde , no seáis extrañe
El la sirve porque un día
,
Llama al alférez mí hijo. Bese la mano á su madre.
Dijo que se vengaría
Deste agravio. FtLMI.NATO. LUCINDO.
Voy. (Vase.)
DORISTEO. Señor, siendo vos mi padre,
FENISA. (Ap.)
Y lo cumplió;
No resulta en vuestro daño.
Que le llamasen dijo: CAPITÁN.
Porque anoche me contó
Todo el cielo me socorre.
Que fué al Prado Estefanía.
Hoy te verán estos ojos No me llames padre aquí.
Alto, mí honor es perdido. LUCINDO.
En esta casa , mí bien.
Vete en buen hora Gerarda... ,
CAPITÁN. (.4;;.) Llamo madre á una señora
GERARDA. Tan moza y á vos agora
Aunque lemuestre desden , ¡

Mas que quisiera he sabido. Os pesa que os llame ansí


Me ha dado el llamarle enojos.
DORISTEO. Es galán mozo
, v discreto, CAPITÁN.
Que si mí deshonra aguarda. Y dirá acaso entre sí Adonde la edad no sobre
Hoy ha de ser su maiído. Que no le caso , y que á mi Padre dulces, letras son
; , ! , , ,
; , ;, , : ,

108 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Mas á unno es razón
viejo . Que me besó la mano, por si es cosa ESCENA XVI.
fio siendo ermitaüo ó pobre. Que importa darle luego la respuesta!
Acaba, besa la mano. BELISA. (.1/ Capitán.) BELISA, FENISA, EL CAPITÁN,'
FEMSA. (Ip.) Escuchadme á esta parte dos palabras. FULMINATO.
¡
Que me veo en tanto bien FEMSA. [tatlo, FENISA.
LL'CINDO. (Lee.) «Mi bien, mi padre tieneconcer- No tengo mal ninguno, por tu vida.
Dadme esa mano, por quien «De celos (le(]ue has dicho ([ue te quiero, CAPITÁN.
])e mano esta suerte f,'a:io. »Euviarme á Portugal; remedia, amo- Así lo creo yo.
(Ap. á ella. Ten, mi vida este , papel.) [res, FENISA.
(Métele un papel en la mano.) ))Esta locura ó cuéntame por muerto
,

«Esto escribí sabiendo que venia


,
¿Fuese mi hijo?
FEMS.X. (Ap.)
» Abesarte la mano á Dios te queda CAPITÁN.
Ya le tengo.
;

LCCINDO. ))Y quiera el mismoquegozartepueda.» Tu hijo se fué ya.


(.4/;. ¿Hay desdicha semejante? FENISA.
Y dadme aquí
ílay celos con tal locura?
Vuestra bendición que en mí Mil males tengo.
Asi Dios me dé ventura
;

Tendréis un hijo fiel. BELISA. [to!


Que he de hablarle aqui delante.)
CAPITAX. — Lucindo, el papel leí; ¿Quieres verle? Beatriz, ¡hola, ven pres-
¡Hijo Re! ! mas ¿que quiere (Ap. á Lucindo.) FENISA.
Comprar algún regimiento? No me haga el cielo este mal No quiero por tu
,
vida.
LICINDÜ. (Ap.) Que vayas á Portugal CAPITÁN.
¡Qué gloria en los labios siento! ivi que una hora estés sin mí Aquel grosero
FEMSA. Y si dicen que mejor Debió de daros causa á la caída.
Vive en él su desvarío. No hade eslaren mi casa un punto solo.
Dios te bendiga y prospere.
Vive en mí, Lucindo mió. Ni entrar en esta mientras tengo vida.
Dios te dé mujer que sea
Tal como la has menester;
Que soy Portugal de amor. BELISA.
Enefeto, venga á ser LUCINDO. ¡Qué poco amor tenéis á vuestro hijo!
Como tu madre desea. ¡Ay Dios! ¿Quién pudiera hablarte? Que os prometo que es gentil mancebo,
Itios te dé lo que á este punto Quién abrazarte pudiera? Y que le miro yo con tales ojos
Tienes en el corazón FEMSA. Que si en mis mocedades me cogiera,
Quien te da su bendición Holgara de tenerle por marido.
Yo sabré hacer de manera
Todo el bien te diera junto. FENISA. (Ap.)
Que me abraces.
Dios te haga , y sí serás,
LUCINDO. Asíte la ocasión por el copete.
Tan obediente á mi gusto.
Que jamás me des disgusto, ¿En qué parte? CAPITÁN.
Y que á nadie quieras mas. FENISA. ¿Este loco os agrada?
Dios te haga tan modesto, Fingir quiero que caí FENISA.
Que queriendo estos envites, Tilme irás á levantar, Escucha, madre.
A tu señor padrequites Y me podrás abrazar. BELISA.
Esta pesadumbre presto.
LUCINDO. Como sois capitán, la casa es guerra.
{Señala en el pecho.) Tropieza. Todo es escucha.
Y te dé tanto sentido FENISA.
En querer obedecer, CAPITÁN.
y Caigo. ¡Ay de mi!
Que le pueda yo tener, Tal me la dan celos.
(Cae; Lucindo la abraza para levan-
Como en lugar de marido. tarla.) FENISA. (Ap. ásumadre.)
CAPITÁN. El papel que te dije, no es vestidos,
CAPITÁN.
;.Qué libro matrimonial Ni me le dio Bernardo.
¿Qué es aquesto?
Te enseñó esas bendiciones? BELISA.
Acaba abrevia razones. LUCINDO.
,
¿Qué me cuentas?
FEMSA. (Ap.) Tropezó
FENISA.
Celos tiene. Mi señora madre aquí,
LUCtXDO. (Ap.) Y yo levantóla aiisi. Lucindo me le dio.
BELISA.
¿líay cosa igual? CAPITÁN.
Y levantóla ansi yo. (Sepáralos.) Pues ¿qué te escribe?
FEMSA.
Una palabra madre de mis , ojos.
— Salte de a(iuí noramala. FENISA.
LUCINDO. Una cosa que á risa ha de moverte.
[Habla aparte Fenisa con su madre, y
Pues cayendo es cortesía?... BELISA.
el Capitán con Lucinda.) ¿

BELISA. BELISA. No me tengas suspensa.


¿Qué quieres? ¿Haste hecho mal , hija mia? FENISA.
FEMSA. CAPITÁN.
Al fin, me dice |

¿Ves este papel? Que se quiere casar. \


Despeja luego la sala.
BELISA.
BELISA. LUCINDO. ¿Con quién?
Si veo.
Yo me iré. FENISA.
FEMSA. CAPITÁN. Contigo.
Pues es memoria de vestidos míos, Vete al momento. BELISA. ^

Que el Capitán me ha dado yo querría ;


¡Conmigo! ¿Qué me cuentas?
I.UCINDO.
Leerle y no quisiera que él lo viese
,

¿Ansí me arrojas? FENISA.


l'orf[ue nu me tuviese por tan loca
Que pensase queestimo en mas las galas CAPITÁN.
Lo que pasa.
fjue no el marido; por tu vida, madre, Dice que pareces en extremo
le
Camina. Y que esa gravedad esa cordura
Que le entretengas. ,

LUCINDO. (Ap.) Le agrada mas queyoá SU padreagrado.


BELISA.
¡Ay mi Fenisa divina! Dice mas que con este casamiento
:

Que me place. Ay (li\iiio entendimiento! Se juntan las haciendas, de manera


FEMSA. (Ap.) Ay discreción extremada! Quéloshijosdeentranibosquedanricos.
¡Ay cielo! Por vos se puede enleiider Si supieras leer, mil cosas vieras;
¡Qué industria hallé para leer agora Lo (¡ue puede una mujer Mas dice que le pidas que no trate
El papel que me dio Lucindo, al tiempo ]
Discrela y enamorada. ( Vase.) Enviarle á Portugal ; que antes le mate.
, ,, , , , ! , ; , , ,

LA DISCRETA ENAMORADA. 1G9


BKI.IÍA. FEMSA. LtClNDO.
¿Qué es ir á Porm.nal? Hijo, las hijas Ser padre os dará cuartana. ¿No me mandaste tú que le besase
Cuerdas y honradns, todo el gusto suyo Sosegaos. La mano como á madre? ¿Es por ventura
Ponen en solo dársele á sus padres: CAPITÁN. Porque llamé su blanca mano hermosa?
Ya sabes que soy moza, y que en efeto No puede ser. CAPITÁN. [blanca.
Estaré mas honrada con marido, Yo le tengo de buscar. {Vüse.)
Hermosa entonces y ahora herniosa y
,
Y marido que así te logres, hija ¡Qué lindo bellacon te vas haciendo!
Qué me lleva los ojos en mirándole. ESCENA XVIII.
LUCINDO.
¡Qué cortés qué galán Qué lindo talle!
! !

FENISA. Cosas te enfadan de tan poco tomo, [lio


FEMSA. [puede? Que es ponerte á la sombra de uncabel
Si esto pasa, ¿qué hará quien mandar ¡Qué bien le he dado á entender ¡Válgame Dios! ¿En quéte ofendo tanto?"
BELISA. Dónde el papel ha de hallar! CAPITÁN.
¿Qué dices? Que le quiero responder,
¿No es nada si Fenisa me ha contado
,

FENISA. i'ara (]uequede advertido


Que con mi madre he trazado Que anoche hiciste en su ventana mido,
Que le estorbes la partida. Y que entre el suelo della y de la reja
Que diga que es su marido,
BELiSA. [noche i'ara que quede estorbado
Le pusiste un papel?
¡Partida!¿qué partida? Haz que esta El camino prevenido. LUCINDO.
Me venga á hablar Lucindo de secreto. Que mi madre hará por él ¿Yo?
FEMSA. Que se impida la tormenta CAPITÁN.
Vete, y déjame hablar con mi marido. Desta partida cruel; Tú , villano.
Porque si mi bien se ausenta, LUCINDO.
BELisA. (A/j.) [porta; Todo se pierde con él. {Vase.) Pues di que te le dé que ;
si mi letra
¡Que me cogió á descuido! Mas no im- Tuviere ese papel...
Ponernie quiero menos largas tocas; CAPITÁN.
Consultaré el espejo. Ay mi Lucindo
¡
Calle. Detente un poco;
Si tú me quieres cuanto soy te rindo.
,
Que si es ajena , mayor mal seria.
(Vase.) ESCENA XIX.
LUCI.NDO.
HERNANDO, LUCINDO. Hernando. (Ap. á
ESCENA XVII.
HERNANDO.
él.)

EL CAPITÁN.— FEMSA. HERNANDO. Señor.


¿Que todo eso ha pasado? LUCINDO.
CAPITÁN. LUCINDO. .Oyes?
Milngro , Fenisa fué, , vieras Si me HERNANDO.
Dejarnos solos Belisa; De rodillas, Hernando , á mi Fenisa, Ya lo entiendo.
Y pues que nadie nos ve, Que era imagen bellísima dijeras. Sinduda que papel quiere escribirte,
Dame gallarda Fenisa
,
HERNANDO. Y que te avisa que á buscarle vayas
Tus manos. Entre la reja y la ventana.
No lo dudes, muriérame de risa.
FEMSA. CAPITÁN.
¡Bien por mi fe! LUCINDO.
Escucha .:

Mucho os preciáis de galán. Si á Tántalo en el agua consideras. Que pasa alguna gente, y no querría
CAPITÁN.
Verás que ya le tengo por divisa Se dijese en Jladrid mi casamiento.
Porque si aquel ni fruta ni agua toca. [Hablan bajo.)
Si celos enojo dan
Yo vi su boca y no llegué á su boca.
Dame la mano de amigos.
FEMSA.
HERNANDO. ESCENA XXI.
No me atrevo sin testigos.
¿No te bastó la mano?
DORISTEO, FINARDO. — Dichos.
LLCINDO.
CAPITÁN".
Presentes , Señora , están
Templó el fuego DORISTEO.

Celos , amor y deseo. Arrimando la nieve de su mano. Hablando está con su p^dre.
Porque salió á la boca el alma luego. FINARDO.
FEMSA. Hecha un volcan de amor, por agua en Pues apártale; que importa.
Con justos celos Señor, ,
[vano. DORISTEO. {A Lucindo.)
De vuestro Lucindo os veo. ¿Qué me dirás cuando á la boca llego?
Una palabra os quisiera.
CAPITÁN. HERNANDO. LUCINDO.
¿Prosigue en tenerte amor? ¿Mordístela?
Estoy con mi padre agora;
FEMSA. LUCINDO.
Pero sepamos loque es
Y aun me cansa. No sé ¿mármol
;
indiano
iUiscarnie con tanta cólera;
CAPITÁN. Cristal de roca, quieres que mordiese? Que después habrá lugar (.1 su padre.)
Yo lo creo.
¿No basta, si es imagen, que la bese? De responderos á solas.
FEMSA. HERNANDO. {Apártase á hablar con Lucindo.)
Anoche sentí ruido
Tu padre. CAPITÁN.
LUCINDO.
A la reja , y dióme un miedo. ¿Qué quieren estos Hernando? ,

Queme privó de sentido. Calla , y déjale que pase. HERNANDO.


Levantóme como puedo, Amigos son.
Sin luz no acierto el vestido ESCENA XX. CAPITÁN.
Topo el manteo en efeto EL CAPITÁN. — Dichos. Serán cosas
Salgo á la reja, y en ella... Del juego.
— ¿De qué estáis tan inquieto? CAPITÁN. HERNANDO.
CAPITÁN. ¡Qué cabizbajo en viéndome te pones! Asi lo sospecho.
Es cólera , esposa bella Como si lio me vieses. CAPITÁN.
De ese rapaz indiscreto. LUCINDO. Nunca del resultan pocas.
FEMSA. Si pensase DORISTEO. (A Lucindo.)
Y entre la reja y ventana Que contigo ese crédilo'tonia Sin tener obligación
Hallo en lo hueco un ¡¡apel. Ño á Portugal , hasta el Japón me iria. Ni conoceros (que sobra
CAPITÁN. CAPITÁN. Para no guardar la cara
Eso ya es cosa inhumana. Pues no te admires que peor le tienes.
;
Que un hidalgo no os conozca)
Hoy seré un león con él. ¿No te avisé que es mi mujer Fenisa? Puse en Gerarda los ojos.
, , ,, , ; ! ! !! ,;

i70 Cü.'ilEDFAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


LLCIXDO. ! CAPITÁN. Notifícale luego la partida
Si es esa la queja sola. ¿Si es desafio? Cálzate botas.
Yo os doy desdo aquí a fioiarda. HEnXANDO. HERNANDO.
DORISTEO. Habla esos hombres. Cásate primero.
No es esa. CAPITÁN. CAPITÁN.
LrCINDO.
¡Ah señores! creo. No quiero dar lugar á que lo impida;
Pues ¿cómo? ¿Hay otra? Si no me engaña de mi sangre el brio, Que sirva al Rey, y no á Fenisa, (juiero.
DORISTEO. Que lie reñir los dos tenéis deseo. No ha de entrar en Madrid mas en mi v¡-
Otra tan grande, que creo Sabed que aquel hidalgo es hijo mió;
HERNANDO. lA'"^'
Que solo el ver me reporta Y pues va solo y dos con armas veo,
,

Yo iré con él y dos á dos podremos Que templarás aquese enojo espero.
Aqui vuesti'o anciano padre. ,

Probar los corazones que tenemos. CAPITÁN.


LCCl.NDO.
Soldados fuimos ya los dos en Flándes; Daréte, vive Dios, con la de Juanes.
Engaños son de esa loca.
Fui capitán, y él fué mi alférez: vamos. ¡Oh , qué lindo soy yo para trulianes!
DOÜISTEO.
FINAIIDO.
Vos de picado de ver
,
Los dos que servir los mandes;
irán á
Que á vuestro amor me anteponga,
Que es bien que de soldados te sirva-
'
Habéis j^ensado vengaros
Quiíandome á mi la honra.
[mos. ACTO TERCERO.
De hoy mas serán. Señor, amigos gran-
'
Servido íK^beis á mi hermana
[des;
\ ella mal sabia y l)ien moza ,
Que aunque por unos celos le buscamos, Calle en que vive Delisa. — Es de noche.
Fué anoche con vos al Prado. El nos aseguró que no servia
LfCIMlO. La dama que este hidalgo presumía. ESCENA PRIMERA.
Extraíía invención de historia Ya sabemos quién es á iiuién pasea,
¡
LUCINDO, con capa con oro, y plumas;
ISiconozco á vuestra hermana. Y Fenisa nos dijo que se llama.
Ni trato vuestra deshonra HERNANDO.
CAPITÁN.
Ni sé , por Dios , vuestra casa.
'¿Cómo? ¡Fenisa! LUCINDO.
FINAIíDO. '
FINAIÍDO. ¿Que mi padre les contó
La tercera es sospechosa. En lin , como desea Que era su esposa ,y no mia?
¡Vive Dios, que os ha engañado Casarse y que á esta sola adora y ama.
, HERNANDO.
EORISTEO. CAPITÁN. ¿Que siendo yo Estefanía,
¿Cómo engañado si nombra ,
Antes su muerte á vuestras plantas vea. Ande en estos cuentos yo?
A Estefanía mi hermana
,
DORISTEO. LUCINDO.
De un indiano muerto esiiusa ?
LLC1^D0.
¿Mandáisnos otra cosa? Elnombre ha dado á entender
CAPITaN. Que es su hermana á Doristeo.
Ya entiendo todo el engaño.
La dama. Señor, iué otra , Que esa dama HERNANDO.
Con quien me pienso casar; Tengáis por mujer mia que no suya. ; Tan ciego á tu padre veo.
Que porque a(|uesta celosa DORISTEO. {Ap. úVinardo.) Que te íia de echar á |)eider.
Por el nombre no supiese Pienso que van á buscarte
El cobarde mintió.
Quién era antes de las bodas, Que de Fenisa el amor.
FIKAUDO. Dirán que ha sido temor
La puse el nombre primero
Que me vino á la memoria; La culpa es tuya. Y término de escaparte.
Que lo mismo
fuera Inés DOniSTEO. ¿Para qué se lo decías?
Francisca, .luana ó Antonia. ¡Vive el cielo, que sirve á Estefanía! LUCINDO.
Esto es la verdad , [)or Dios. FINAUDO. Para asegurar un hombre.
DORISTEO. Disimula y busquémosle. No enteiulíendo que aquel nombre
Pues siendo verdad notoria DORISTEO. Se le acordara en sus dias.
Para satisfacion mia El soldado HERNANDO.
-Aunque decirlo vos sobra. Se fué de aqui de pura cobardía. ¿Piensas ir á Portugal?
Holgaré que me digáis
Fi\ARDO. [do LUCINDO.
El nombre de esa señora.
¡Que este es hijo de un padre tan lionra- ¿Cómo , si mi bien me avisa
LCCINDO.
{yause Doristeo y Finardo.) l)(!(ine madre Belisa
su
Porque habéis de ver muy (iresto
Ha de remediar mi mal?
Que connii.^'o se desposa,
ESCENA XXIII.
Fenisa, Señor, se llama. HERNANDO.
Esta quiero, ella me adora; ¿Fuiste ala reja?
EL CAPITÁN, HERNANDO.
La calle de los Jardines LUCINDO.
Es la esfera donde posa, CAPITÁN. ¿Pues no?
Y yo soy vecino suyo. ¡Que sirva este traidor la esposa mia, HERNANDO.
Recelo "mi |iadre loma, (^on quien casarme tengo concertado,
Y yo querría dejarle; Y ¿hallaste el papel?
Y que se alabe que ha de ser su esposa!
Dadme licencia. LUCINDO.
HERNANDO.
DORISTEO. Estaba
¿Posible es que lo dijo? ¡
Extraña cosa
Donde á mi padre avisaba.
Estas cosas
Hace el honor. Perdonad.
CAPITÁN. Cuando á mi |)adre engañó.
Mil años gocéis la novia. Alto; pónle.suropa en la maleta. Hállele al lin en la reja,
No ha de (luedar aquí ni solo un dia Leíle, y dice que luego
{Vase Lucindo.) ;

Camine á Portugal. Me linjá de amores ciego


De su madre.
ESCENA XXII. HERNANDO. {Ap.)
HERNANDO.
No fué discreta
EL CVPITA.N, DOmSTEO, FÍNAP.DO. La industria de Lucindo. ¿Déla vieja?
HERNANDO. LUCINDO.
CAPITÁN.
De la misma.
¿Hay tal porfía ?
HERNANDO.
CAPITÁN.
De noche por las rejas la inquieta ;
¿Dónde va aquel ? ¡Extraño caso!
Resó su mano y ,
dijo : « madre mia,»
IIER?iA>D0. Y esposa » entre los labios.
(|uizá dijo « LUCINDO.
No sé. No se pueden sufrir tantos agravios. Pues mas me ha mandado hacer.
;; , ; , , ;;, , , , , ;,,,; ,;;, ,; ,

LA DISCRETA ENAMORADA. i 71

HERNANDO. Que quiero á Lucindo hablar. La edad de Fenisa


tierna
¿Yes? FENISA. Yo, como mozo, os adoro
LUCIXDO. Por ese grave decoro.
¿De qué sabes que ha venido?
Pedirla por mujer. FENISA.
BELISA.
HERNANDO.
Veo dos hombres parados
Muñéndome estoy de risa.
¿Por mujer? HERNANDO,
Mirando nuestro balcón.
LtCINDO.
Esas tocas reverendas.
Habla mas paso; FENISA.
Ese estupendo monjil
Que hade salir al halcón, Bien conoces , ellos son
Ese pecho varonil.
¥ acaso te puede oir. Que hacen señas embozados. Testigo de tantas prendas
HERNANDO.
Vovme , y Dios te dé ventura... Ese chapín enlutado,
Solo pudiera impedir
— Mas dame licencia un poco Que del pié los puntos sabe.
De hablar á Hernando. Que pisa el suelo mas grave
Tu partida esta invención. ,

¡Discreta mujer! BELISA. Que un tíison recien heVrado


Es mi loco. Esa bien compuesta voz
LLCINDO.
FENISA. Ese olor, de amor esjmela
Notable.
Agrádame su locura Que es azúcar y canela
HERNANDO. Y téngole que decir De aquestas tocas de arroz
¿Y piensas con ella hablar? Un recado al Capitán. Esos antojos al lado.
LICINDO. BELISA. Para encubrir los de enfrente;
Tú has de estar en mi lugar, Vé á esotra reja.
Ese manto, en que consiente
Para que contigo iiable. Ser el amor manteado;
{Reí ¿rase Fenisa.)
Fíngete Lucindo, y yo Esa encarnada nariz.
HERNANDO. Donde amor destila y saca
Mientras hablas á Helisa,
Estaré con mi Fenisa
Ya están Ámbar, mirra y tacamaca.
Que así el papel me avisó. Donde nos pueden oir. Mas que el Arabia feliz
LICINDO. En fin , tocas , pies , frison
HER.NANDO.
Nariz, monjil, manto, antojos.
¿Qué hablaré? Fenisa se fué de allí.
Voz , chapín , son á mis ojos
LUCINDO. HERNANDO. Selvas de varia lición.
Cosas de amor. Su madre la despidió.
LCCINDO.
HERNANDO. CELISA. ¿Escuchástelo?
MucIk) sabe esta doncella ¿Sois Lucindo? FENISA.
Mil veces pienso si es ella... HERNANDO. Sospecho
LLCINDO. No soy yo Que ha de entender el engaño.
¿Quién? Después que vivís en liii LUCINDO.
HERNANDO. Pero soy el que os adora En que yerre está mi daño,
La doncella Teodor. Con el alma que le dais, Y en que acierte mi provecho.
LLCINDO. Pues mi humildad levantáis Pero dime prenda mía
, ,

Hoy quiero probar tu seso. A vuestro valor. Señora. ¿Qué ha de ser de nuestro amor,
Veamos cómo requiebras — ¿No va bueno? {Ap. á Lucindo.) Sí de tí con tal rigor
Esta vieja. LUCINDO. Este padre me desvia?
HERNANDO. Pesia tal ¡
No te descuides, mi bien
Hoy me celebras Que hablas con gran discreción !
Que apresura mi partida.
Por único. HERNANDO. FENISA.
LLCINDO. No tengas pena mi vida.
Estoy hecho un Cicerón. ,

Yo confieso Ni esos miedos te la den


Que por inferior me nombre BELISA.
Que mi madre loca y vana
A tu ingenio, si laengañas. Puesto que parece mal Está por tu amor de modo.
HERNANDO. Lucindo, i|ue una mujer. Que pondrá remedio en todo.
Mis telas son telarañas. Que en lin de Fenisa es madre.
LUCINDO.
¿Qué importa ser gentilhombre, La case con vuestro padre
Y á vos os venga á querer, Sí; mas la boda cercana
Si faltan galas? Me amenaza como ves
Que en eleto Süis^su hijo; ,

LüCINDO. Y si él se llega á casar,


Llegado á que me queráis
Pues bien... Yo confieso que me dais ¿Cómo podras remediar
HERNANDO. Un juvenil regocijo. Mí ausencia, y muerte después?
Dame esa capa con oro. ¿Es posible que os agrado A la fe, que aunque es tan cierto

LlCINDO. Y (jue os parezco tan bien? Que eres discreta y sutil


Diérate, Hernando, un tesoro.
Que no halles modo entre mil
Para dar la vida á un muerto.
Toma el sombrero también. ESCENA III.
FENISA.
HERNANDO.
Tú podrás ponerte el mió. FENISA , (7?/^ sale á otra reja; DELI- Si soy tuya , si nací
S.\. <?« la primerareja ;LVCI'S])0 v Para tí sola, y si estoy
( Cambian de capa^j sombrero.) Cierta que como yo soy
LLCINDO. HERNANDO , en la calle.
Tuya tú lo eres de mi
,

A fe que quedo galán. FENISA. {En voz baja.) Da traza cómo salgamos
HERNANDO. ¡Cé, Lucindo! padres enemigos.
l)<>stos
¡.\h Lucindo, cómo dan Hacienda tienes y amigos;
LUCINDO.
Los vestidos talle y brio! Adonde quisieres vamos.
¿Quiénes? Discreta y enamorada
LLCINDO.
FEPilSA. Me sueles Lucindo hacer;
Quedo; al balcón han salido. Quien Mas ya solo quiero ser
El alma y vida te ha dado. Mujer y determinada.
ESCENA II. Llega, mientras entretiene LUCINDO.
FENISA Y BEL1S.\ que salen , á una re- A la loca de mi madre Si tienes resolución
ja alta.— bicnos. Tu criado. De que te saque de aqui
HERNANDO. Animo me sobra á mí
KELISA. Si mi padre. Para igual ejecución.
Dame Fenisa, , lugar Como viejo , á querer viene Esta noche, gloria mía,
,,
, ,, , ; ,, ! ;

172 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Joyas y vestidos coge, BELISA. DORISTEO.
Y aunque lu madre se enoje, ¡Qué menudo hacerte espero! No lo entiendo.
Te sacaré á mediodía ;
HERNANDO.
Que no temo de mi patire GERARDA.
Él mal queme pueda hacer. No será peor la gana. ¿Cómo 110?
BELISA. Si pensó que la cuestión
FEMSA.
¿Menudo comes? Era por Fenisa alli,
mujer.
Si voy á ser tu No fué sutil invención
¿
Máteme después mi madre. HERNANDO.
Hacerla su mujer?
BELISA. No pudo
DORISTEO.
Ponerse ese gusto en duda
¿Que tiene determinado Sí,
Poixpie quien sirve á viuda
fc aviarte á Portugal? Tienes , Gernrda , ra/.on
Se obliga á comer menudo.
lIERNAXDa Pero mi celoso honor
Ll'ClNDO.
No be visto locura igual Aun quiere desto mas prueba.
Gente pasa. ¡Cé!
Como en la (|ue el viejo lia dado. GERARDA.
Dice que adoro á Fenisa, BELISA.
También la pide mi amor.
Que la sirvo y solicito. ¿Quién llama?
DORISTEO.
Que el sueño'y quietud le quito, HERNANDO.
S sigo en saliendo á misa; Esta sospecha me
lleva
Hornnndillo, mi criado. De un temor á otro mayor.
Y de celos me destierra.
Que allá con Fenisa ha hablado.
BELISA. GERARDA.
BELISA.
Mi bien y ¿quereisla vos? ¿Quieres que los dos sepamos
, ¡Lindo picaro!
Si es verdad que ama á Fenisa?
HKnN.VNDO. HERNANDO.
¡Yo á Feni?a! Plegué á Dios DORISTEO.
¡ De fama. Sí quiero.
Que aquí me trague la tierra, Diceme que pasa gente. GERARDA.
Que me maten seis villanos Adiós.
ku su lieredad ó su aldea BELISA.
A su casa vamos.
Porque no liay muerte que sea El , mi bien os guarde.
,
DORISTEO.
Mas infame que sus manos; ¿Cuál ignorancia te avisa
LL'CINDO.
Plegué á Dios que un arcabuz Que si le quiere digamos?
Probándole me traspase, Pues pasa gente y es tarde
Adiós. GERARDA.
O que una espada me pase
Desde la punta á la cruz FENISA. ¿Digo yo que sea ansí? *
Si en mi vida tuve intento ¡Ay mi gloria ausente! DORISTEO.
De amalla ni pretendella — ¡Qué bien que la has divertido! Pues ¿cómo?
Ni Jamás hable con ella HERNANDO. GERARDA.
De amor ni de casamiento!
Famosamente la hablé. Yo entraré huyendo. '^

LIJCINDO.
LUCINDO. DORISTEO.
Muy bien lo puede jurar.
Vén tras mí. Pero ¿qué fué ¿De quién has de huir?
BELISA.
Aquello que le has pedido? GERARDA.
Satisfecha estoy, mi bien.
De tí, 5
HERNANDO.
HERNANDO. Un menudo. Que eres mi esposo diciendo. *
Dejando aquesto tamhien LUCINDO. Sacarás la daga...
¿Tienes algo que me dar? ¿Yeso pudo DORISTEO.
Porque en dándome un enojo Pedir tu lengua, grosero? I5ien.
O en jurando alguna cosa
HERNANDO. GERARDA.
Me da una hambre esi)antosa;
Soy preñada con antojo. TÚ negocias por entero, Pondrános en paz su gente;
Yo negocio por menudo. Quedarémealli también.
BELISA.
(Yanse.) Donde á Fenisa le cuente
¿Gana tienes de comer? Que quiero á Lucindo bien,
HEUNANÜO. Y que por él me matabas;
Rabio, por Dios. Que te llame, y en secreto
Sala en casa de Gcrarda.
Te diga lo que dudabas.
BELISA.
Todo es malo ESCENA IV. DORISTEO.
Cuanto hay en casa un regalo ¡Gentil industria! En efeto
;
DORISTEO, GERARDA. De mujer.
Jiañana te quiero hacer.
¿Qué conserva comes bien ? GERABDA.
GERARDA.
Que soy en dulces notable; ¿Su ingenio alabas?
Sosiega el pecho celoso
l3e guindas es ra/.onahle DORISTEO.
Que yo sabré si es verdad.
Y de perada también. ¡ Oh mujeres
Duraznos es extremada. DORISTEO. GERARDA.
¿Qué conserva haré? Sospecho que temeroso Y españolas...
HEItNANDO. De alguna temeridad,
DORISTEO.
A (|ii(: o!)liga un caso honroso,
Un menudo Dijo (pie el nombre íingia,
Camina.
Con su perejil que dudo GEftARDA.
;
Y ii!('! á tiento Estefanía,
Que la haya tal, bien lavada. I'()r(|ne su padre en mi daño
Si estamos solas,
BELISA. Me (lijo por desengaño Ella dirá la verdad.
¿Deso gustas? Pues hallaste Cómo á Fenisa servia. DORISTEO.
La limpieza la sazón ,
GERARDA. Mujeres con voluntad
Y el buen gusto. El padre acaso pensó Son como la mar con olas.
HERNANDO. Que á Fenisa amabas... (Vanse.)

Cosas son DORISTEO.


En que el tuyo confoiniaslc. 12 34 Una cuarteta entre quintillas.
?.Yo?
(
Envíamele mañana.
GERARDA.
LUCINDO. Y para en jiaz os poner,
¿Hay villano tan grosero? Dijo que ora su mujer.
; ; ; ;; ; _

LA DISCRETA ENAMORADA. 173


Sala en casa de Belisa. ! FKNISA. (Áp.) GERARDA.
A ti poco te ha burlado. ¡Ay Señora! que estoy temblando toda.
ESCENA V. Si burla te quiso hacer ¿Dónde me podré ir?
Pero á mí, que me engañó
EL CAPITÁN, FENISA, DELISA.
Fingiendo amarme de veras...
FENISA.
No tengáis miedo.
CAPITÁN. BELISA. Contadme vuestro mal.
Si supiera vuestro intento, ¿Qué dices? GERARDA.
No le echara de mi casa. FENISA.
Si haré, si puedo.
liELlSA.
Que no creyeras \'o soy, gallarda señora.
que pasa.
Lo que este viejo contó Una mujer desdichada;
Yo OS he dicho lo
Que con los celos que tiene Aunque esto ya lo sabéis,
CAPITÁN. Finge dos mil desatinos. Pues lo veis en mi desgracia.
Huélgome del casamiento BELISA. Nací en Burgos, ciudad noble,
Daros quiero el parabién.
¡Por qué notables caminos Y mis padres, que Dios baya.
BELISA. A darnos enojo viene! Me trajeron á la corte
Si mi bien camino va, Gente se nos entra acá. Niña en brazos del ama.
los
El paramal me dará FENISA. Criáronme con regalo,
Quien me ha dado el parabién. Y de mi talle ó mis galas
Dejóse abierta la puerta.
CAPITÁN. Rendido el hombre que veis,
BELISA. Me pide con grandes ansias.
Si yo estuviera avisado
Bien hará lo que concierta. Casáronme á mi disgusto;
De qucLucindo os quería ¡

Si otra mujer tiene ya ¡


En tin, sobre estar casada
(Que en opinión le tenia
De hombre menos asentado). De la manera que digo.
Yo propio tratara aqui, ESCENA VII. Carga el peso desta infamia.
Belisa, del casamiento; Vime, sin gusto con él.
GERARDA, huyendo de DORISTEO, la
Mil veces determinada
Que es dar á mi bien aumento
Que nos troquemos ansí.
daga desnuda. — Dichas. Para quitarme la vida.
Casado con quien es madre GERARDA.
FENISA.
De mi bien como confio
, No digáis tal.
Socorredme presto
Favor, señores !
De vos misma, el hijo mió ¡
GERARDA.
Vengo yo á tener por padre Que me mata este bárbaro tirano.
Esto pasa.
Y Fenisa, mi mujer DOBisTEO. [tera?
FENISA.
Y vuestra hija, tendrá ¿Quién te ha de dar favor, infame adúl-
Pues, por desdicha ninguna,
Padre en Lucindo; y dará BELISA.
¿Dice una mujer cristiana
A todo el mundo placer Tened, Señor; no la matéis, os ruego. Que se ha de quitar la vida?
La discreción del trocar
FENISA. GERARDA.
Las edades por los gustos.
Paso, Señor: ¿por qué le dais la muerte? Señora, experiencia os falta.
BELISA.
GERARDA. No sabéis lo que es tener
Dado me habéis mil disgustos En la mesa y en la cama
En pretenderle ausentar; ¡Yo adúltera, Señor!
Un enemigo de dia,
Y no os descuidéis en ir BELISA.
\' de noche una fantasma.
Donde camino estorbéis.
el Tened la mano.
Mas mi desesperación
FEMSA. Respetad esas tocas norabuena. Fué en este medio templada
Gran rigor usado habéis. DORISTEO. Con la vista de un mancebo.
CAPITÁN. Si no mirara esa presencia noble. Soldado y sol dado al alma.
No me supe resistir. De vuestra calidad notorio indicio. Era un alférez galán.
El corazón le hubiera atravesado. Por quien por puntos les daba
FENISA.
GERARDA. A las niñas de mis ojos
;,Fué celos, por vida mia. Alferecía sin causa;
Del destierro la ocasión? Y matáraste en él ;
que en él le tengo.
Que en la mala compañía
CAPITÁN. DORISTEO. Del marido que me daban,
Celos de su vida son; ¡Ahora amores, falsa, vil, perjura! Pensé que con un alférez
Que una cierta Estefanía ¡Ahora hechicerías! ¡Vive el cielo!... Pudiera sufrir las faltas.
Le trae de manera ciego. FEMSA. Pagóme la voluntad,
Que le han querido matar Acabad, queréis ; que venis loco,
si
Y con obras y palabras
Dos hombres deste lugar, Y algún demonio revestido en celos Marchamos diez y seis meses.
Y' le matan si no llego. Os debe de mover la lengua y manos. Llevándose amor las armas.
BELISA. Mas como en marchando amor
BELISA. (A Dorisleo.)
Pues ¿quiere á alguna mujer? Toca la envidia las cajas,
No habéis de estar aqui, por vida mia. Oyó el bando mi marido
FEMSA. (.4/).) [sentó; Ylos tiros á su fama.
¿Qué es lo que escucho? ¡Ay de mí! Venid que os quiero hablar en mi apo-
;
Comenzó á tener sospechas;
CAPITÁN. Descansaréis de vuestro mal conmigo. Puso un espantajo en casa.
A sí entonces lo entendí DORISTEO. Para que el jiájaro huyese
Mentira debe de ser. Yo OS quiero obedecer, y referirle. Que al hoi'telano burlaba.
No me acordé que le amáis. Aunque traiga mi infamia á la memoria. ÍJusqué medios por vecinos.
• Perdonad; que por él voy. {Vase. BELISA.
Hubo puertas y ventanas,
Porcpie cuando quieren dos,
Pues con mi hija quedará esta dama.
ESCENA VI.
¿Qué nombre iiene?
Fácilmente se baraja.
Mas i)ara abreviar. Señora ,
BELISA, FENISA. DORISTEO. Con mi amor y mi esperanza.
Estefanía se llama. No ha faltado quien me ha dicho
BELISA. {Vanse Belisa y Doristeo.) Que el ver mi marido en arma
Confusa, Fenisa, estoy. Hizo á Lucindo mudar
FENISA. ESCENA VIII. (Que así el allérez se llama)
El alma y el pensamiento
Mi pensamiento imitáis.
FENISA, GERARDA. Adonde agora se casa
BELISA. Con una Fenisa, dicen,
alguna mujer,
Si tiene FEMSA. A quien de discreta alaban ;

¡Buen lance habernos echado! De gran peligro os ha librado el cielo. Que quien la alaba de hermosa.
; , ! ,, ,, , ; , ! , , ,
;

474 ( lOMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Dicen que á su rostro ngravia. Mirad que os ha de quitar LUCINDO.
He perdido tanto el seso, i
El honor. Dulce prenda
due lie salido de mi casa FENISA. Del alma, ¿a qué blanco tiras?
Y buscado de tal suerte Perded el miedo. ¿Hay alguien con quien cumplir?
Este ingrato que me agravia GERARDA. ¿No es hora ya de salir.
One hoy, como veis mi marido
,
Como anoche concerté?
Ya Señora, que me puedo
,
jlo tojiado disfrazada;
lia
De mi marido librar, FENISA.
Que ¡lensaha iiallarle aquí;
()ne aquí vive(|uien me mata.
Dadme licencia quiero
; (jue ¿Con quién el concierto fué?
;,tjonoeeis en esta calle
Irme en casa de una hermana. Eso me vuelve á decir.
Ésta dama, hermosa dama? FEXISA. LUCINDO.
Sabéis quién es por ventura
;, ¿Querréis verme? ¿No me hablaste anoche?
La que mis desdichas causa? GERARDA. FEXISA.
Que va que de mi marido Cosa es llana. Si.
Tomé puerto en vuestra casa. Ser muy
vuestra amiga espero. LUCIXDO.
Tras el remedio del cuei'po, ¿Hay puerta falsa? Lo que concertamos di.
De vos esi)ero el del alma.
FEXISA. FEXISA.
FEMSA.
Sí habrá. Que te cases con mí madre.
¿ Que Lucindo os quiere bien? Si por Lucindo salís. Pues yo lo estoy con tu padre.
GEIURDA. GERARDA. LUCIXDO.
¿Conoceisle? ¿Con tu madre? Eso
¡
Qué bien, Señora, decís lingí.
FEXISA.
Adiós. FEXISA.
¡ A Dios
pluguiera FEXISA. Ya no puede ser fingido.
Que ni yo le conociera,
Presto; que os verá. Tesligos hay (|ue has tratado
Áiél áiiiil
GERARDA. (AjO. IJCtldOSe.) Ser de mi madre marido.
GEKARDA.
Famosamente he sabido LUCINDO.
¡Ñivos también!
¡Cosa que á liento haya dado De Lucindo el pensamiento, <, Luego tú me has engañado?
Con la causa de mi mal! Y su gusto y casamiento FEXISA.
Por notable estilo impido. El engaño tuyo ha sido.
FENISA.
¡Relia mujer, lindo talle! De mi no hay que pretender;
£l vnieslro no ha sido igual Muriéndome voy de celos. Que soy mujer de tu padre,
Al mal que me habéis cansado. Guardad á Lucindo, cielos; Y mí madre es tu mujer.
Yo soy Fenisa, ay de mi j Que he de matarle en la calle. ( Yase.)
LUCIXDO.
Engañada de ese ingrato.
¿Cómo mi mujer tu madre?
Que no sabiendo su trato. ESCENA IX.
Demonio debes de ser.
Mucho del alma le di.
Yo soy con quien de secreto ¿No te acuerdas que tú luíste
FENISA.
Su casamiento trató. La que primero me quiso?
Tercero á mi padre hiciste,
Porque no pensaba yo Salga del alma aquel violento rayo
Tanto nial en tal sugeto. Que la dejó como ceniza fría
Mi padre me dio el aviso,
Pero ()ues h tiempo estoy, Porque parezca la esperanza mía
Y te hablé donde quisiste.
Y mi honor salvo, creed Palma sobre las nieves de Moncayo.
En orden á nuestro intento
Que agradezco la merced, [mayo Fingimos el casamiento.
Y quede mano le doy. Ya estaba en flor, cuando en mitad de ¿Qué me dices de tu madre?
Hoy con su padre me caso, El hielo derribó su lozanía; [día FEXISA.
/

/ Por solo hacerle pesar Que cuando muda el tiempo, basta un Yo soy mujer de tu padre,
Que le tengo de abrasar Para que su verdor trueque en desmayo. Esto es verdad y esto siento.
Con el fuego en que me abraso. [ños, Si mi madre no te agrada.
Y pues que vos le queréis No mas gustos de amor, que son enga- Mas señora, mas honrada
Gozadle por largos años. Que llevan la razón por los cabellos"; Que tu dama Estefanía,
GERARDA. No sufra el alma tan injustos daños. Vete á buscarla, y porfía;
No quiero bienesya, por no perdellos; Que es dulce la fruta hurtada.
;.Que vos me hacéis tantos dafsos Blas ¿cómo olvidaré con desengaños. Mas guarda; que su marido
Y que vos nmerto me habéis? Si dicen que se aumenta amor con ellos? Te busca.
Que vos os llamáis Fenisa? LUCIXDO.
FEXISA. ESCENA X. En lo que has hablado,
Estad segura que ya Celosa te he conocido.
Lucindo vuestro será. LL'CINDO.— FENISA. Sin duda te han engañado
GERARDA. Con ese nombre fingido.
LUCINDO. Mi lacayo Hernando fué
Mi desengañóos avisa.
Con determinación,
la Una ii'kíic Estefanía;
Es el hombre mas traidor. Helia Fenisa, de ser
Mas mudable y lisonjero Que asi al Prado le Heve.
lín tan dichosa ocasión No dilates fénix mía
,
Que ha visto el mundo. Tu esposo, y tú mi mnjcr, El galardón de mi fe;
FENISA. Que nombres seguros son, Que si he visto á Estefanía,
No quiero lie tenido atrevimiento , La vida me quite el cielo.
Mas desengaños, amor. De llegar á tu aposento, Fálteme el sol, falte el día
Adiós, gustos atrevidos. Y dejo un coche en la calle, Sepúlteme vivo el suelo,
¿Vuestro nombre? Que de ese gallardo talle Y pierda tu luz , luz mia.
GERARDA. Viene á ser alojamiento. Mira quete han engañado.
Vén sin poner dilación
, Porque Hernando disfrazado
Estefanía.
Al coche, fénix divina Ha sido la Estefanía.
FEXISA. Porque en aquesta ocasión FENISA.
Bien su padre me decía Te quiero hacer Proser[)ina Conozco tu alevosía;
No eran sus celos fingidos. Deste abrasado Pluton.
Tarde, Lucindo, has llegado,
Ya sabia vuestro nombre. ¿Qué te suspendes? Qué miras?
Ya sé todo lo que pasa.
Y no me hagas perder
FENISA. El respeto que has de ser
;

GERARDA. ¿No quieres que me suspenda? Antes de un hora mí padre


No admitáis en vuestra casa ¿Qué dices? ¿Burlas? ¿Deliras? Que al marido de mí madre
Pues que sois cuerda, tal hombre; ¿Con quién hablas? Debo por padre tener.
, ,, , , ; ; , , ; .!

LA DISCRETA ENAMORADA. 475


LCCrXDO. FENISA.
¿Qué dices? Hay amores casados; ¿A quién?
FEMSA. No era bueno para mí. BELISA.
Lo que has oido. ¿Quién es una Estefanía A Lucindo.
LUCINDO. A quien Lucindo quería ? FENISA.
¿Tienes seso? HERNANDO. Bien
¡

FEMSA. ¿Hasta acá llega el enredo? ¿Que de Lucindo son celos?


El que te falta. FENISA. BELISA.
LLCl.XDO. ¿Qué enredo? Y á mí me los dan también
o tú ó yo le hemos perdido. HERN.\ND0. 1

' FEMSA.
FEMSA. Decirle puedo
Pusieron en paz los celos
Eso da voces , salta ; Que fui yo esa dama un día.
sí ,
Su verdad y mí desden.
Que ya vendrá mi marido. FENISA. {Ap. Perdí gallarda ocasión
LCCINDO. ¿Tú esadama? De gozarle á mí contento;
¡Válgame Dios! HERNANDO. Mas no faltará invención.
FEMSA. Hoy será mi casamiento
Disfrazado
Valga pues. Con un manto, estuve al lado
En casa y con bendición.)
Madre, no estés divertida.
LL'CINUO. De cierta dama. En efelo
larérae? " Después que esta cautelosa

Di celos, y esto secreto.
FEMSA. Mujer, falsa y atrevida,
No sepa que lo he contado.
Vino sin vida, celosa,
Necedad. Que mí señor la quería
Para quitarnos la vida.
LCCINDO. Antes que os viese; y después
Os juro, señora mía. Ha estado Lucindo aquí
Pues ¿qué haré? Y me ha dicho que te adora.
FEMSA. Que un tigre á sus ojos es,
Casarte.
Aunque se cansa y porfía BELISA.
Que anda perdida y celosa. ¿Es cierto?
LUCIXDO. FEMSA.
¿Ves FENISA.
Esto pasa ansí.
Como fué mi amor verdad Sin dúdame han engañado.
Pero díceme. Señora,
Y tu liviandad lo es? HERNANDO. Que hablando á su padre en tí
¿Ves cómo vine por tí, Yo sé que no hay otra cosa Le halla muy desabrido
Y que como hombre cumplí Que le dé en Madrid cuidado En que .sea tu marido,
Loque anoche concerté? Sino vos, Fenísa hermosa. Y que es forzoso en efeto
Ves cómo mujer te hallé, Mas ¿qué le diré? El casaros de secreto.
Y no mujer para mi ?
Ves cómo es bien empleado FENISA. BELISA.
Todo cuanto mal decimos No sé Siempre lo tuve entendido.
De vosotras? Ves que he estado. Que viene mi madre aquí. No quisiera el capitán
Conforme el concierto hicimos, Huye. Que su hijo se casara
Prevenido y confiado? HERNANDO. Porque murmurar podrán
Pues plegué á Dios que te veas,
¡
Por allí me iré. {Vfíse.) Que el viejo goza esa cara,
Y tan presto, arrepentida, Y que á Lucaido me dan.
Que tú mi venganza seas! ESCENA XII. — Pues mí marido ha de ser.
Que en lo que toca á mi vida FE.MSA.
Será que tú deseas.
lo BELISA.— FENISA.
El dice que en tu aposento
Goza á mi padre que es padre ;
Te quiere esta noche ver.
BELISA.
Y es mejor que yo en efe lo
Ya, Fenísa, despedí BELISA.
Puesto quémenoste cuadre;
Que yo seré tan discreto Aquel hombre. ¿Qué sientes de eso?
Que la mujer trueque en madre; FENISA. FE.MSA.
Que pues mi padre me envía Y ¿cómo fué? ¿Qué siento?
A Portugal, porque tal BELISA. Que allí serás su mujer.
Delito en quererte hacia.
No sé si podré, de risa, BELISA.
Me pasaré á Portugal Contarte lo que ha pasado.
Por la libertad, que es mía. Trázalo, pues anochece.
(Vase.)
FENISA. FENISA.
FEMSA.
¡Ay Dios! detente Señor... <
De todo, madre, me avisa. Vete á prevenir, y calla.
— Pero no, que es cauteloso. ^ BELISA. BELISA.
Vaya esta vez el traidor. ^ De verle se ha enamorado. Mi ventura me enloquece
FENISA. Por no darle que envidíalla.
ESCENA XI. ¿Tan presto? No digo lo que me ofrece.
BELISA. Voy á perfumarlo todo
HERNANDO.— FEMSA. Y que esté con grande aseo.
Escucha, Fenísa;
HERNANDO. Que te quiere por mujer. FE.MSA.
Oye, escucha. FENISA. Hazlo, madre, de ese modo.
FEMSA. ¿Siendo casado? {Vase Belisa.)
¿Que haces señas?* BELISA. ¡Qué bien mis bodas rodeo,
HERNANDO. Es enredo Y el nuevo engaño acomodo!
¡Tan en esta ocasión! ^
tibia Que esta mujer quiso hacer.
¿ Cómo ese rigor me enseñas? '^

FENISA.
ESCENA XIII.
¿No vino Lucindo aquí,
Según me dijo, Que son celos tengo miedo. EL CAPITÁN.— FENISA.
por tí?
FENISA. BELISA.
Celos debieron de ser. CAPITÁN.
Ya estamos desconcertados.
Contóme que concertaron ¿Es mi Fenisa?
HERNANDO.
¿Cómo? Que se hiciese su marido. FENISA.
Porque los dos sospecharon Soy quien te desea.
12 3 4 5 Seis versos de dos quintillas in- Él que su hermana ha servido, ¿Adonde está Lucindo? Que mi madre
completas. Y ella que aquí le engañaron... Ya quitíre efeluar el casamiento.
! , , ! , : ! ; !

170 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


CAPITÁN. ¿Hasla |)or dicha gozado? Hame dicho que te diga
¿Qué casamiento? Que te veo muy mirlado.
i
Rondes esla noche allí.
FEMSA. i
LUCINDO. ¿Harásloansí?
El suyo con el mió. Y aun muerto me ves Uunbicn. LUCINDO.
CAPITÁN. nER.NANDO. Señor, sí
[minos;
Mandármelo tú me obliga.
Dien dice, y no aguardemos á mas tér ¿Hablas de veras?
Que ya los dos tenemos corla vida. CAPITÁN.
Ll'ClNDO.
FF.MSA. Pues yo vengo muy de prisa.
Llegué Ármate, y guárdete Dios. (.Yase.)
Yo estoy, Señor, también desengañada Para sacalla de alli,
De que lio era LucIirIo el que venia Y de manera la vi,
Üe noche á mi ventana. Que (laudo voces bajé.
ESCENA XVI.
CAPITÁN. Volví el coche, y los amigos
LUCINDO, HERNANDO.
¿Qué me cuentas? Se volvieron á su casa.
FEMSA. HERNANDO. LUCINDO.
Hoy supe que era un cierto amigo suyo; Pues ella toda se abrasa Hoy nos casamos los dos.
Y íisi, quiero que vayas á buscaiie, Y estos ojos son testigos... HERNANDO.
\ le digas nue ronde aquesta noclie LUCINDO. ¿Cómo?
La puerta aesta casa con Hernando; ¿Cómo? LUCINDO.
Porqueanoclic á las diez, por la ventana HERNANDO. Ya entiendo á Fenisa.
Del huerto entró el amigo que te digo, De celos crueles. Quiere que entre á su aposento
Y' á la puerta llamó de mi aposento. Por el huerto.
Levaniéme, pensando que mi madre LCCINDO.
HERNANDO.
Venia á visitarme, y si no cierro, Pues ¿de quién?
Dices bien;
No dudes que sucede una desgracia. HERNANDO. Y que ella estara también
CAPITÁN. Do Estefanía. Allí con el mismo intento.
¡Hay maldad semejante! ¡Vive el cielo, LUCINDO. Mas los celos la han picado
(Jue he de ser yo quien ronde Que esto dure todavía Hoy se cumplen tus deseos.
¡

FEMSA. No me aflijas, como sueles; LUCINDO.


No, mis ojos; Que lodo nace de amor. ¡Por qué notables rodeos
Que en ese tiempo habéis de estar con- HERNANDO. A mi remedio he llegado
CAPITAN. [™'o^- Tu padre. Vente á armar, porque has de entrar
¿Adonde? LUCINDO, Al huerto y guardar la puerta.
FENISA. No importa nada. HERNANDO.
En mi aposento, de secreto.
Beatriz es dama encubierta;
CAPITÁN. ESCENA XV. Pero allá la pienso hallar.
Dadme esas manos.
FEMSA. CAPITÁN. — Dichos. (Yanse.)

Advertid que quiero CAPITÁN,


Que vengáis muy galán y rebozado
la jornada. Calle.
Y que os hagáis la barba que no gusto Dien aprestas
;
LUCINDO.
De verla de esa hechura que en electo
; ESCENA XVII.
Pareceréis mejor mas atusado. Mañana me voy, Señor.
CAPITÁN. CAPITÁN. DORISTEO, FINARDO.
Quien para tanta gloria se previene. ¡Bueno es eso! Estás casado
FINARDO.
No dudéis que vendrá galán del todo. Con lielisa, y vaste luego!
La barba haré cortar á vuestro gusto, Yo no sé si le llame desengaño [do.
LUCINDO.
Pues hacerse la barba es muy de novios; El que de vuestra hermana habéis teni-
Y yo lo he de ser vuestro. Eso ha sido burla y juego. Pues veo que resulta en vuestro daño,
CAPI'IAN. Viniendo de Fenisa lan rendido.
FEMSA.
Yo que tomas estado;
sé DORISTEO.
Ya es muy tarde,
Hablad á vuestro hijo.
Pero que sea ó no sea, Hizo Gerarda aquel enredo extraño.
Ya te quedarás aquí. Entré ílngiendo que era su marido;
CAPITÁN, Peni en viendo á Fenisa, quedé luego
LUCINDO.
El cielo os guarde. Ciego del rayo de su ardiente fuego.
¿Porqué?
{Va7i8e.) Estuve con su madre en su aposento;
CAPITÁN.
Y si verdad os digo, dije el caso,
Porque ya entendí Y pedíle á Fenisa en casamiento.
Sala en casa del Capitán. Quién á Fenis:i dcM'a ,
FINARDO.
Y aun es grande amigo tuyo.
ESCENA XIV. Estas son sus ventanas; hablad paso.
LUCINDO.
DORISTEO.
Ll CINÜO, HEliNANDO. También te habrán engañado.
¡ y dichoso alojamiento
Ay divino
CAPITÁN. De" la décima musa del Parnaso,
LUCINDO.
Ya Fcnisa me ha contado De la mujer mas bella, y fénix solo.
Arrepintióse.
Que fué todo engaño suyo. Que en sú giro veloz ha visto Apolo
HERNANDO. Dice que anoche pasó FINARDO.
¿Qué dices? I'or la pared de la huerta
Cierla persona incierta,
Y qué¡
! ¿ os pensáis casar?
LtCINDO.
Lo que oyes. Y á su aposento llegó : DORISTEO.
HERNANDO. Llamó, salió á abrir, y viendo Si ella me quiere.
No lo creas. El engaño, cerró. FINARDO.
LLCINDO. LUCINDO. ¿Es gente principal?
Ni tú mudanzas que veas. Extraño DORISTEO.
Hubiera sido el engaño. De virtud tanta,
HERNANDO.
Son retóricos matices CAPITÁN. Que la doncella á las demás |)reliere,
Para encarecerme el bieu. Dió voces, y fuese huyendo. Y la madre, Finardo, es una santa.
! ! ! ,
! - ; ) ; . , , ! !

LA DISCRETA ENAMORADA. ITT


FINARDO.
ESCENA XIX. DORISTF.O.
¿Qué hacienda tiene? Hoy habernos sido espías.
DORISTEO. LUCFNDO HERNANDO.-DORISTEO, Mas mira
, ¡(|ué casa aípiesta!
Sea la que fuere, FINARDO. Tres hombres tienen allá.
Virtud en dolé á lodos se adelanta. GERARDA.
De su recogimiento y virtud (¡uiero LUCINDO.
¿Tres hombres ?
Hacer, Finardo , el dote verdadero. Pies, en mi amor os tened. *

FINARDO.
DORISTEO.
Y aun treinta habrá.
ESCENA XVIII. ¿Echó escala ?
GERARDA.
FINARDO.
EL C.\P1TAN, con barba diferente, ¡A fe que es Fenisa honesta
Y suben ya.
muy hecha, en habito de noche ; VUL- Llama con una invención
DORISTEO. Para que quién son sepamos.
RUNATO.— Dichos. ¿Qué casa es esta?
FINARDO.
FINARDO.
CAPITÁN. (.4 Fulminato.) Fuego, que hay fuego digamos.
No sé.
Ya puedes volverte á casa. Que esfuerza es lo mas seguro, DORISTEO.
FINARDO. {Ap. á borisleo.) Pues por la puerta y el muro Y no con poca razón
Gente pasa. Tanto enemigo se ve. FINARDO. (A voces.)
DORISTEO. DORISTEO. ¡Fuego, fuego!
Y encubierta. ¿Suben los dos? DORISTEO.
FINARDO. FINARDO. ¡Fuego!
Creo que para á la puerta; Así pasa. GERARDA.
Que de la puerta no pasa. DORISTEO. Fuego
¡

FULMIN.\TO. Muchas mujeres habrá.


¿Mandas que te aguarde aquí, FINARDO. ESCENA XXI.
O que llame otros criados? Pues mas gente viene ya;
CAPITÁN.
BELISA, y luego, FENISA y LUCINDO.
Que aun no está llena la casa. — Dichos.
No; que aquellos embozados
Vienen á guardarme á mí. ESCENA XX. CELisA. (Dentro.)
Entro: vuélvete.
GERARDA, en hábito de hombre.— ¡Fuego en mi casa ! ¡ Ah , criados!
FULMINATO.
¿Quién son? DORISTEO FINARDO. , DORISTEO.
¡Fuego!
CAPITÁN. GERARDA. BELISA. (Dentro.)
Lucindo y Hernando. (Éntrase.) (Ap. Por ver si aquel mi enemigo ¡Ah vecinos honrados!
FULMINATO. Viene á rondar por aquí, ¡Fenisa, levanta luego!
Quiero Salgo de mi casa ansi FEXisA. (Dentro.)
Hablarlos. Con mi amor y sin testigo.
¡Fuego, madre!
No creo que níe he engañado
FINARDO. DORISTEO.
El y su Hernando serán
Entró. Los que en esta esquina están. Que se abrasa
DORISTEO. ¡A qué buen tiempo he llegado !
La casa.

¿Qué espero? ¿Eres tú , cruel? LUCINDO. (Dentro.)


DORISTEO. Luces de presto.
FJNARDO.
¿Quién va?
¡Gran virtud ! Gran religión ESCENA XXII.
FULMINATO. GERARDA.
¿Es menester compañía? •
Yo soy Lucindo.
, EL CAPITÁN, BELISA, LUCINDO,
DORISTEO. FENISA, HERNANDO, con una ha-

.

FINARDO.
¿Quién? cha encendida. GEnxnüX, DO-
Pase adelante, galán.
GERARDA. RISTEO, FINARDO.
FÜLMl.NATO.
Yo. CAPITÁN.
Perdonen...
DORISTEO. DORISTEO. ¿Fuego en la casa?
¿EsGerarda?
Perdón le dan. C ELISA.
GERARDA.
FULMINATO. ¿Qué es esto?
Tuya no, ;
Que por otros los tenia. LLCINDO.
(Vnse.) De Doristeo soy ya.
DORISTEO. ¿Fuego en casa?
DORISTEO.
Yo soy ese Doristeo.' FENISA.
¡Corrido estoy , vive Dios
GERARDA.
¿Fuego en casa?
FINARDO.
¡TÚ! Pues ¿(|ué buscas aquí? HERNANDO.
iQué gran dote es la virtud
• DORISTEO.
¿Dónde, Señor, está el fuego?
DORISTEO.
A tí te busco. GERARDA.
Tal les dé Dios la salud.
GERARDA. Entre vosotros está
FINARDO. Pero nadie lo verá,
Pues quedo. ¡ Túá mi
Estando el honor tan ciego.
DORISTEO. FINARDO.
¡
Dentro de una casa honrada
¿Cómo? Con un mismo intento os veo. De una mujer como vos
FINARDO.
Tú por Fenisa venias , Hay dos hombres!
Y tú por Lucindo vienes. DORISTEO.
Otros dos.
DORISTEO. ¿Cómodos?
Es sin duda. Y aun tres.
GERARDA. HERNANDO.
Razón tienes. ¡Hermosa empanada!
BELISA.
• Dos vpr.sos sueltos entro dos redon-
2
dillas: deben faltar otros dos. Yo con mi marido estoy.
L-! 19
; , , . ,, , , ,

CAHPIO
COMCm.VS r.SCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
178 FENIS\.
Aunque mis contrarios sean ,

.luzguen , Señor, nuestra causa.


Y el alma.
mi mujer.
Y vo e?toy con ¿No es mejor que el padre mío CAPITÁN.
BFMSA. Con esta señora honrada vos también la vuestra.
Dadme
Otro pensé yo tenor. Que es madre de mi mujer, BEl-ISA.
Se case pues que se igualan
Dais honra y remedio á entrambas.
C\PIT.\>'. ,

que aborrezco soy. En méritos ven edad,


De otra HERNANDO. {Ap.)
EEUSA.
Y que como nuestras almas,
Los dos juntemos los pechos? Para tan viejo rocin
¿Cómo es aquesto , Fenisa? Habla, y perdona, Gerarda. Cualquiera silla le basta.
FKJilS.A. GERARDA. GERARDA.
Con Lucindo me he casado. Aunque celosa venia Los dos me acompañaréis.
BEMSA. La razón Lucindo es tanta
, ,
DORISTEO.
Pues ¿ cómo me has engañada? Que con los dos asesores
Llevarémoste á tu casa.
Mas ya lo dice tu risa. Que á este pleito me acompañan
CAPITÁN.
CAPITÁN.
Digo que tu padre sea
noble De Belisa y que esta dama
, Hernando avisa en la mia
,

Di Lucindo, ¿á un padre
.
Te goce amen muchos años.
, ,
Que allá cenan estas damas.
Los buenos hijos engañan? DORISTEO. HERNANDO.
LICINDO. I

La sentencia está bien dada Para en uno sois, por Dios.


Señor, yo adoro íi Fenisa ,
Y yo la confirmo. I

LUCINDO.
\ ella , como ves me paga.
,
FiNAuno. I

Cuanto contigo trató Vyo. I Si es para muchos la farsa

Son enredos que buscaba IX'CINOO.


I Mi amor lo diga, y dé fin
Para casarse conmigo Lri Discreta enamorado.
Dame esa mano.
Lns que presentes se hallan
EL BOBO DEL COLEGIO,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CABPIO,

DIRIGIDA AL LICENCIADO DON LORENZO VAN DER IIAMMEN Y LEÓN.

Desigual paga de mi obligación, desigual titulo á un hombre tan discreto, y desigual lugar al que
vuestra merced tiene en mi opinión es el ofrecerle esta comedia pero igual la voluntad á las deu-
;

das, y igual la escuela donde sucede el alma desta fábula á los estudios de vuestra merced, y igual
mi conocimiento de su ingenio al deseo de servirle. Leí el Secretario, obra tan digna suya, con la
atención y gusto que merecía (que no hay pasar deste encarecimiento); y deseando que salga
á luz, le suplico no sea de los que esperan á dejar sus obras en el peligro de los amigos, en la me-
moria de los olvidos, ó en el hurto de los ambiciosos de honra con las vigilias ajenas. El libro es
tal, que si algo le puede hacer sospechoso, es mi aprobación, ya sea por mi amor, ya por mi igno-

rancia y cierto que el confesarla no es lo que llamó san Agustín hermosa templanza, sino tenerla
;

por cierta. Si se hallara en el mundo un secretario como vuestra merced le pinta, pensáramos
que podia haber un Ciro como le describe Jenofonte pero justo es poner tan altamente sus vir-
;

tudes y partes para que sepan los que lo son á qué grado pueden llegar, y las que han menester
para ser perfetos ; que no porque piense el Filósofo en sus Físicos que aquel lo es cui nihil deest,
quedan excluidos los que de aquel todo tienen las mayores partes. Las de un insigne poeta me
holgara mucho que describiera vuestra merced; aunque no sé de qué podia servir á muchos, que
con solo un limitado natural se atreven á imaginarse perfetos. ¡Bien haya el que repartió los jui-
cios de los hombres, pues no hay uno que quisiese trocar el que tiene, ni conocer que hay otro!
Cuidado causa esta milicia, que es como batallón intestino, alojado en nuestros oidos, aunque nos
pese. Dichoso quien se retira asi! Que para saber esto, también es soledad la corte como el aldea;
¡

y en un carmen de esa insigne ciudad pueden los deseos acompañar á un hombre con los ejér-
citos de Jérjes. Vuestra merced lea esta fábula, con la noticia que tiene de que en aquel célebre
Colegio nunca falta un bobo esto sin malicia, pues no pasa á sus dueños; que fuera de alU, bien
;

sé que no falta; pero es mas lejos de las ciencias y mas cerca de la ignorancia.

Capellán de vuestra merced y


Lope de Vega Carpió.
, , ,,; , ; ; ,, ; , ; ,, ; ; ,
! ,, ! ! , ;;

EL BOBO DEL COLEGIO.


PEUSONAS.
DONJUÁN. MARÍN, lacaiio. LISARDA. REINEL.
TlllSTAN. ful(;encia. CELIA. 1 ARIO.
OCTAVIO. RISELO. FERMÍN , lacaiio. (lERARDO.
GARCEHAN. LICINDO. CWmcmU A, escudero. RODRIGO.— MÚSICOS.

/.'/ escena es cu Salamanca y en Valencia.

PON JUAN. Cosas de sufrir? ¿Qué dudo.


ACTO PRIMERO. Pues (lime, ¿(jué puedo hacer? Que no me doy muerte aquí?
TRISTAN. TRISTAN.
Calleen Salamanca. Si fueras cuerdo, don Juan Su tia , en fin á Valencia
,

Vieras que cualquiera ausencia, Llevó en un coche á Fulgencia.


ESCENA PRIMERA. Pues era nmjer Fulgencia, DON JUAN.
¿No era segura?
DON .HAN TRISTAN. ,
¡ Demonio fué para mí
DONJUÁN.
¡Oh tía, nuevo Pintón,
DON JIAN. ¡Ay, Tristan, Que en ese coche camina
^o nic consueles, Tristan; Que pintan muy ciego á amor! Con la bella Proserpína
Que daré voces al cielo. TRISTAN. Que me abrasa el corazón
TRISTAN. Sola en casa de su hermano. Tristan, ¿hay cosa en la tierra

Pues ¿qué has de hacer sin consuelo Que vive á lo cortesano, Que se pudiera excusar
En tal desdicha, don Juan? Seguro de su valor, Como una tia , ó que dar
A sus deudos parecía Pueda á un hombre mayor guerra?
DON JUAN.
Formando desto querella. ¿Qué es estoque llaman tía?
Matarme perder la vida
,
Que á una principal doncella Di , Tristan, ¿(juién lo inventó.
En que mi pena consiste Ni era bien ni convenia. ¿Por dónde en el mundo entró
Porque una cosa tan triste Entrábanle á visitar Tan grande desdicha mía?
Mejor estará perdida. Mil caballeros mancebos ¿Hay mar que mas naves sorba
Hoy me han llevado á Valencia Y estos generosos luievos Que una fia de parientes ?
El aliento en que respiro. Que aquí vienen á gastar ¡Qué tiene de inconvenientes!
La misma luz con que miro, La primer .sangre y la plata ¿Qué no enfada? Qué no estorba?
Del alma la misma esencia Primera del avariento Padres y bermanas se mueren
El movimiento con quien Padre, en cuyo pensamiento Siempre queda alguna tia,
Se sustenta el corazón, Mas el amor se dilata Que nos desliace y porfía
Mi propia imaginación Que los esperados cursos. Contra lo que todos quieren.
\' mis discursos también;
Aquí espadas negras luego El primer tío del mundo
Hoy la junta y armonía O naipes eran su juego; j
Fué Cain mira ¡quién son
;

Que para vivir iguales Aquí sus largos discursos Pero basta una razón
Los instrumentos vitales Sobre aticiones y votos En que sus malicias fundo,
Con tal concierto tenia. Aquí cenas y meriendas. Y es que á todos los villanos
Hoy no soy y si algo soy
; En que se alargaban riendas, Llaman tios siendo gente ,

Es una sombra de mí Y aun iban los frenos rotos. Maliciosa , impertinente


Un retrato del que fui. Y aunque Fulgencia no estaba Debajo de hábitos llanos.
En confianza de un tío
I

TRISTAN. Presente á aquestas locuras, '

¿Hoy , dices ? Juraré , si tú lo juras i


O de una tia avarienta
DON JüAN. Que á este tiempo no rezaba Llena de hacienda y de renta
Luego ¿no Sino que por los resquicios Pasa un sobrino hambre y frió
es hoy?
.Miraba el que mas galán, Y después de noventa años
TRISTAN.
Daba como tú don Juan
, , (Que vive mucho una tia)
líá un mes que falta de aquí De haberla mirado indicios. Suele darlo á quien le hacia
Fulgencia , y hoy ¡ te parece! Esto es cosa natural !
Un jiresénte y mil engaños.
DON JUAN. Y así , fué justo el i levarla j
Vén conmigo que yo haré ;

Si lo mismo se padece Adonde [luedan guardarla I


Con que en Valencia la vea,
Hoy es ayer para mi; Que aquí la guardara mal Si mi padre no rodea
I

Hoy es, aunque pase un mes. Ln mozo hermano, brioso. ;


Lo que ayer imaginé
Si en la misma pena estoy; Lleno de amigos, que todos, ; Que se nmere por casarme.
Que lo que atormenta hoy, Aun(|ue por diversos modos !
TRISTAN.
Tan hoy Cíjmo entonces es. Y el mejor mas cauteloso. Mejor será ya olvidar.
;

Allá me estaba en mi aldea Venían por la doncella,


Que mi mal no presumía, C-omo moscas á la miel. DON JUAN.
Aunque el alma me decia Vino su tía, y con él ,
Sipuedo el alma forzar,
Que no hay bien que tirme sea Habló largamente en ella ; j
Podré á deiarla esforzarme.
Vine á Salamanca á ver Y aunque resistió, no pudo \'anse.)
(
Lo que no veré jamás. Negar tanto la razón.
.Muerto soy. Que no la diese.
TRISTAN. DON JUAN.
; Gracioso estás! Estas ¿son
! ;, , ; , , , ; ; , ,, , ,. , !, !

EL BOBO DEL COLEGIO. 181


Una calle de Valencia. Mil aves la lengua humana MARÍN.
Porque están entre la gente. ¿Ojos dormidos?
ESCENA II. MARÍN. Malo.
Aunque es Julio tu pariente GARCERAN.
GARCERAN, MARÍN.
Y su mujer castellana , Porque á mis sentidos
GAnCEKAX. Que suelen liarse mas. Despertase el corazón.
Para ser tan nuevo amor. Mira biencómo te portas. MARÍN.
No ha sido el favor petiueño. Cómo alargas cómo acortas ,
Esto de dormir los ojos
Desde este punto el compás ; Cuando no quieren hablar.
MARÍN. Porque ya podria ser
Enseña , á ver.
Suele en un alma causui-
Que se enfadasen de ti. Mil amorosos antojos.
GARCERAN.
Ya le enseño.
GARCERAN. — Pero ¿no es esta?
Como ella me (pilera á mi GARCERAN.
MARÍN. ¿Qué i>uedo Marin temer
I
, , ? Ella es.
¿Flor?
Sin visitarla no puedo
GARCERAN. MARÍN.
Conquistar su voluntad
Si. De Predicadores viene.
Que se engendra la amistad
MARÍN. GARCERAN.
Perdiendo al respeto el miedo.
¡Buen agiiero, íJor! Hoy entré segunda vez ¡Qué lindo talle que tiene
GARCERAN. En su sala, y vi, Marin... MARÍN.
¿Porqué? MARÍN. Con tales ojos la ves.
¡

MARÍN.
¿Mas que dices serafín
Por que es esperanza Y que su candida tez ESCENA III.
Üe fruto.
La comparas á los ampos
GARCERAN. LISARDA V FULGENCIA , con muñios;
Que de la nieve descienden
Dices verdad Cuando por enero emprentien EN ESCUDERO.— Dichos.
Pero la facilidad Igualar montes y campos?
Con una dicha se alcanza.
(|ue FCLGENCIA.
Mas que dices que tenia
Suélese también tener Por mejillas dos claveles?
Mucho madruga el calor,
Eo perderse. Señora tia , en Valencia.
GARCERAN.
MARÍN. LISARDA.
No podrá ¿Burlaste ya, como sueles? Ks esta tierra Fulgencia ,

Si ella te ha mirado ya, MARÍN. De mas templanza y mejor.


Y es tan principal mujer. El amor todo es poesía. ESCUDERO.
GARCERAN. De cuando yo fui gorrón, ¡Y cómo si es mas templada
No sé que me haya mirado; Que llaman aquí en Valencia Líbreme Dios de Castilla.
Sé que desde que llegó A/«c//?/Cffs, esta sentencia
FCLGENCIA.
A Valencia he sido yo ,
Aprendí de Cicerón
Quien la ha mirado y buscado. Que dijo que la i)oesia ¿Es mala tierra. Chinchilla?
Fué notable dicha iiiia Era de amores un monte, ESCUDERO.
Posar de mi casa en frente linblando de Anacreonte: Es por todo extremo helada.
Su tio, y ser mi pariente. Tan dulces versos hacia. Cuando á Salamanca fui
MARÍN. GARCERAN. Con cartas de mi señora
¿Xo es castellana su Yo la vi, y para pintalla
(Pienso que era por agora),
íia?
iMe pensé quedar alli.
GARCERAN. Poeta quisiera ser;
51as para no la ofender.
No es tierra para viudos.
Sí, Marin;(juesecasó Vale Dios que cierta bota
Con aqueste deudo mió. No quiero agora alaballa.
Llegué , y mirando ei tocado Con un licor, que una gota
MARÍN. Dije á hurto en voz sutil :
Puede hacer hablar los mudos,
La moza es de lindo brio. «Con razón ha sido abril A mi lado se acostaba,
¡Bien haya quien la parió! Y' pasábamos el frió.
En Valencia celebrado;
GARCERAN. Pero esta vez ha venido MARÍN. {Aparte á Garceran.)
No le faltará mi amen. Su azar de donde es el hielo.» Verás el ingenio mió.

MARÍN. MARÍN. GARCERAN.


¡Pesia á tal qué ojos tiene f Sí que el castellano suelo Llega pues.
, y ;

Pues pico Es por el hielo encogido MARÍN.


¡

GARCERAN. Y los naranjos


de allá Espera.
¡Ay Marin que viene
,
Se tienen entre algodones GARCERAN.
,

De donde se estudia bien! Con tiendas y pabellones, Acaba.


Por el hielo que les da.
MARÍN. MARÍN.
Son los de acá mas corteses;
Pues ¿pégase á las mujeres Mientras la tia entretengo.
Los de allá si no te ries
,
Algo de los estudiantes, Podrás con Fulgencia hablar.
Son como guadamecíes.
O son con ellos pasantes
Que sirven solos tres meses, GARCERAN.
De sus cursos ?
l'ero ¿ qué te respondió ? Hoy quiero experimentar
GARCERAN. Qué ingenio en mi casa tengo.
GARCERAN.
Necio eres. MARÍN. {A Lisarda.)
Salamanca encierra en si Dióme aquesta tlor de azar.
Toilü lo bueno del Mil años te guarde el cielo.
mundo MARÍN.
Es un Liceo segundo, LISARDA.
¿Azar paua comenzar?
Atenas se cifraalli. ¡Oh Marin! ¿Adonde vas?
De su luz el resplandor GARCERAN. GARCERAN. {Ap. á Fitlgeiicia.)
También en las casas da. Eso dije entonces yo; ¿Puedo hablarle?
Como donde el fuego está Pero ella abriendo la rosa
,
FULGENCIA.
Alcanza en torno el calor. O las hojas del clavel
Donde sabidnria
la
No podrás.
Mostró á lo falso por él
Está en su trono Marin Ya sabes lo que recelo.
, l'na risa vergonzosa,
¿Quién ha de ignorar? Que en fin Y durmiéronsele al son GARCERAN.
Vemos hablar cada dia Los ojos... Marin engaña á tu lia.
,, , ,,,, ;, ;, , ,, ; , , , , , , ,

182 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FILGENCIA. Que habiendo pedido ayer. MARÍN.
¿Y si parla el escudero? También hoy vuelve á pedir. Importan á mil saludes.
gauceran. LISARDA. Dame un instante atención.

Como eso puede el dinero. Cesa ya; que es infinito LISARDA.


Ft!LGE>ClA. El proceder por enfados. ¿Qué es aquello? ¿Es Garceran?
Chinchilla... MARÍN. MARÍN.
ESCUDERO. Por amorosos cuidados Sí;que dándole estarán
Seiiora mia... Me enflaquezco y debilito. La primera bendición.
FiLGENCiA. (Ap. á Chinchilla.) El remedio que me dio LISARDA. {A Fulgencia.)
ün astrólogo es notable... Pues ¿tú hablas de esa suerte?
Mirad qué os da Garceran.
— Mas porque de veras hable. FULGENCIA.
GARCERAIS. Todo aquesto sucedió,
Padre, todo aquesto es nada Lisarda hermosa, ¿dirélo? El lienzo se me cayó
Id mañana á mi posada. A mi amo Garceran Que Garceran le alcanzó.

ESCLDERO. A quien de honesto y galán LISARDA.


Dio tantas partes el cielo. ¡Bien!
No hay mancebo tan galán
Señora , en toda Valencia.
Solicitanle mil damas FULGENCIA.
Si (is casárades con él
Y él es tan casto Señora , ¿Es delito de muerte?
Yo os doy palabra por él Que sus amores ignora LISARDA.
Que os adorase , Fulgencia. Y solo atiende á sus famas.
Entra en casa que hay acá
Esta que de mí decia ;

Codicíale la hermosura Muy diferente recato.


De toda aquesta ciudad. A Garceran hechizó.
Porque no correspondió GARCERAN.
GARCERAN. Al amor (jue le tenia. La llaneza con que os trato,
Allí, padre, os retirad. Dicen que el desasosiego Esta licencia me da;
ESCUDERO. Que trae el pobre señor Que soy deudo y soy vecino.
No hay sino llamar al cura, De los hechizos de amor LISARDA.
Y Dios os haga dichosos. Y este conjurado fuego Entra adentro.
Se le quitará si halla
FULGENCIA.
FULGENCIA. I'na mujer recogida
Fuerza del oro en rigor. Esto pasó.
De inculpable y limpia vida
GARCERAN. Tal que pueda el mundo honralla LISARDA.
,

Mas fuerza tiene el amor Por su honesta castidad Lo que Marin me contó
Ea esos ojos hermosos. Y en ayunas le bendice Tengo yo por desatino.
Siete mañanas. MARÍN.
MARÍN.
LISARDA. ¿No quieres que le bendiga?
Como digo, no se halló,
Lisarda mi mal remedio,
á
¿Quién dice, LISARDA.
,

Aunque puse de por medio Marín, esa necedad? ¿Por qué le ha de bendecir,
Cuanto Galeno alcanzó. MARÍN. Ni yo tengo de sufrir
Dijome cierta mujer ¿Necedad? Por Dios Lisarda , Que esto en Valencia se diga?
Oue estaba hechizado, y creo Que no hay en toda Valencia MARÍN.
Que si es hechizo un deseo. Mayor hombre. Da licencia.
¿No? Pues yo haré que mañana
Hechizos deben de ser. Aunque el decillo acobarda, Amanezcan á esa puerta
LISARDA. A Fulgencia, tu sobrina. Mil pobres.
Que bendiga á Garceran. LISARDA.
Gordo estás para hechizado.
LISARDA. ¿Y es cosa cierta?
MAP.IN.
El verte medio truhán MARÍN.
No es hechizo que enflaquece; Apenas me determina
Que amor que no se merece Tenia por cierta y |ior llana.
Para enojarme contigo.
Corre despacio y templado. Mira si es mejor sufrir
MARÍN. Que bendiga á Garceran.
Lo que enflaquece es deber,
Es fiar y es confiar; En cosas de caridad , LISARDA.
Mujer que quiere mandar, Tu virtud y santidad
¿Quiere enojarse conmigo? (Ap. Ahora bien , estos darán
Que basta decir mujer.
El servirá ingrato dueño, ¿Esa es la buena opinión A Valencia qué decir
Que teda toda Valencia? Si no consiento en su ruego.)
El pleitear con razón
Garceran venga , no mas.
El forzar la inclinación LISARDA.
El poco sustento y sueño MARÍN.
Pues ¿por qué ha de echar Fulgencia
El andar en opiniones A uu hombre su bendición? Ahora sí que darás
La honra que hailos padecen
,
¿Partes pueden concurrir, A sus hechizos sosiego.
Los estudios enflaíiuecen Marin, en una doncella. Si entra dentro.
Y las largas pretensiones. Ni por c;)st;i ni por bella. FULGENCIA.
Enflaquece el intentar, Para poder bendecir? Yo ¿qué sé
Y el sufrir verse su jeto MARÍN. De lo que te enoja á tí?
Á un necio, que por discreto LISARDA.
Le quieren canonizar. Si está la virtud en ser
También enflaquece oir Doncella casta y hermosa, Venid cuando no esté aquí
Malos versos, cantar mal, ¿Parécete á tí que es cosa Julio.¿Entendéis?
Y al que era ayer vuestro igual Que no puede suceder? GARCERAN.
Hoy mandar y hoy presumir. LISARDA.
Yo vendré.
Enflaquece una visita. De los hechizos oí
{Vanse Lisarda Fulgencia y el escu-
Si no os da mucho contento Que todos son cosas tales.
,

Vn noble lleno de viento , dero.)


MARÍN.
Que á nadie el sombrero quita; Si sabes que son iguales,
ESCENA IV.
L'n lindo, todo alfeñique,
¿Por qu('; te quejas de mí?
Hecho mujer con bigotes
;.No sabes tú las virtudes GARCERAN, MARÍN.
Y unos ciertos marquesotes
Que os hablan por aliimbique;
De una doncella en ayunas?
El ver á un tonto reir, LISARDA. GARCERAN.
Y el querer á una mujer, Di ; á ver si sabes algunas. ¿Qué es esto, Marin?
; ;,
, ,! ,, ,, ; ; ,; ; , , , , ,;
; , !, , , ,,

EL BOBO DEL COLEGIO 18o


MARÍN. Que apenas hay para tí. ESCENA VI.
Alioia Esta es rica , y con su dote
De mi ingenio ¿(jué iliiás? Vivirás con mas sosiego. DON JUAN TRISTAN , . - Dichos.
Siete mañanas ¡¡utlrás GARCERAN.
Hablar con esta señora, TRISTAN.
Lo que es silencio te ruego,
Consinliéndolo su lia. Hablando los cfos están.
Marin porcpie nadie note
,

GARCEBATí. Que ya de Fulgencia soy. DON JUAN.


¿Qué dices? ¡Buena libertad por Dios
MARÍN. ,
MAUI.V.
Ya sabes tú mi lealtad. OCTAVIO.
Lo que ha pasado.
GARCERAN. Ya nos han ^^sto á los dos.
GARCERAN.
Agradeced voluntad CELIA.
¿Siete mañanas ? ,

El noble dueño que os doy. ¿Quién es?


MARÍN. OCTAVIO.
Yo he dado MARÍN.
Tristan y don Juan.
En la mayor picardía ¡Adiós, rapante nación!
Que se puede imaginar. DON JUAN.
GARCERAN.
¿Qué es esto? ¡Octavio! ¿Tú aquí?
GARCERAN. ¡Ay divina castellana! Y tú Celia ¿esto tratabas?
,
¿Cómo? ,

MAIilN. OCTAVIO.
MARÍN.
Dije que en Valencia Madruga mucho mañana; Cuando tú en mi casa entrabas.
Muchas hacen diligencia
Que has de ir por su bendición. ¿Preguntábate eso á ti?
Para poderte engañar {Vanse.^ DON JUAN.
Mas que tú de puro honesto
,
Yo nunca tu hermana hablé.
Resistes á su aíicion,
OCTAVIO.
Y una dellas con pasión Sala en Salamanca en casa ile don Juan. El venirte yo á buscar
Te ha hechizado y descompuesto
Mas que un remedio te dan ¿Puede dar que sospechar,
Bendecirte una doncella.
:
ESCENA V. Si de paso pregunté
I
A tu hermana cómo estaba?
GARCERAN. OCTAVIO, CELIA.
I

DON JUAN.
¿Y ha de ser ella?
CELIA. Si la enviaste á Valencia
MARÍN. Por recatos de tu ausencia
Después que mi hermano vino,
Con Y alguno que la miraba
i

ella
Ando con este recato.
Puedes hablar, Garceran. I

¿Parécete que no son


Por(]ue en saliendo su tio, OCTAVIO. Los demás tan cuidadosos?
Puedes , con esta invención Yo menos le trato
Celia,
,
OCTAVIO.
Venir por su bendición. Por mas que á su amor me inclino,
Esos recatos celosos
GARCERAN. Después que faltó en mi casa
De solos mis deudos son.
El juego y conversación.
De tus embustes me rio. Mas si te parece á tí
Ello va como ha de ir: CELIA. Que ha sido justa advertencia
Fulgencia me muestra amor. jSí ha entendido tu aíicion, Como yo envié á Fulgencia
MARÍN. Y sabe ya lo que pasa? Envía á Celia de aquí;
Pues ¿qué te ha dicho. Señor, OCTAVIO.
Que si venirte á buscar,
Si esque se puede decir ? Como á buscarme venias
Recelóme de Tristan Te pone esas fantasías
GARCERAN. Que andan juntos estos dias. Ya no te quiero obligar
Que me quiere responder; CELIA. Ni tenerte por amigo.
Que licencia le pedí
Yo sé que á prendas mías
las DON JUAN.
Para escribirla.
Tiene respeto don Juan Pues ¿qué me puedes querer ?
MARÍN. Y si de algo está celoso, OCTAVIO.
¡Eso sí! Es porque si quiso bien
A tu hermana hará también Que me la des por mujer.
Y pare en ser tu mujer. ,
Mira qué presto lo digo.
No mas esas bellaconas Ese argumento forzoso,
Que te gastan cuanto tienes. Si tú me miras ámí; DON JUAN.
¡Vivirás si te entretienes Y mas después que á Valencia No niego Octavio que es justo
, ,

Con semejantes personas Has enviado á Fulgencia, Y que en ello ganaremos


Ama y sirve una doncella De (pie está fuera de sí Pero si un trueco no hacemos,
Para servicio de Dios, Y no querrá que me veas No podré hacerte ese gusto.
Pues que lo estaréis los dos Pues no hay donde se esquitar. OCTAVIO.
En casándote con ella. OCTAVIO. ¿Cómo?
¿Hay locura de un mancebo DON JUAN.
No la envié por pensar
Como verle andar perdido (Y esto es razón que me creas) Que me des tu hermana
Tras una destas que ha sido Y que
,
Que me importaba guardalla la traigas aquí.
De mil ignorantes cebo,
Pero porque solo estoy. OCTAVIO.
Muy |)agado de sufrir
Y por disculpa te doy. Bien me atrevo á darle el sí
Otros cuarenta galanes?
Siendo justo acreditalla.
Ya esconderse por desvanes Y hacerte escritura llana.
Ya por corrales huir La llaneza y la verdad Perotraella no |)uedo.
Del alguacil y escribano...
Con que siempre te he servido. Menos queeslMinio rasado;
Y después, muy flaco y tierno CELIA. Que con eso (üsciilpado
Quejarse por el'invierno, Confieso, Octavio , que ha sido be itedirla á Julio quedo
Pelarse por el verano. Cosa que mi voluntad Pues diré (¡ue en Salamanca
Pues ¿qué, si es alguna vieja Pudo rendir á la tuya; Podrá estar con mi mujer.
Con cabellos de azatVan Porque si no procedieras DON JUAN.
De las que polvillos dan Tan casto lo que perdieras,
,
Con eso te quiero hacer
Ni queda barba ni ceja? De mi condición se arguya. Mí sangre y mi hacienda franca;
Sirve este ángel , eso sí Que venida aquí Fulgencia
No gastes mal esta herencia, Mi herinana negociará
Tan limitada en Valencia Su voluntad.
,, ;
, ; ,, ,;, , ; , , ,!; ; , , ! ,

,184 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


OCTAVIO. Ver el agua y no teniella: Si.luliosabe que yo
Ella está. ¡Gran tiesta para nuijer Lo sufro me ha de matar.
,

Como sabes , en Valencia Es apacible su gente. FULGENCIA.


Y no lie muy buena gana Es en extremo amorosa. Pues ¿quiéresme tú (juitar
Aunijue es íu tierra tan bella LISARDA. La gracia que Dios me dio?
Yo me partiré por ella Para como estoy celosa LISARDA.
Y la traeré con tu hermana. Me pesa que te contente ¿Cómo gracia?
DON jiAN. {Á Celia.) Que decir bien de un lugar FULGENCIA.
Dale la mano. Tan presto, me da sospecha. En bendecir.
CELIA. FULGENCIA. LISARDA.
El concierto Estás á tus celos hecha Ahora lo confirmo mas.
Que habéis liecbo me ha obligado, Con que me quieres culpar.
Pues que de su parte estás.
Aunque con pecho turbado Yo digo bien de Valencia
FULGENCIA.
A no mostralle encubierto. Por si misma.
Mi mano es esta. LISARDV. No acabes de decir.
lo
Di , Marin , á Garceran
TRISTAN. Y ¿quién llegó
Cuando el coche se apartó Que venga al instante á casa;
Yo os doy Que la gracia se me pasa,
A los dos el parabién De nuestra gente Fulgencia?
,
Y no le aprovecharán
Pues que me alcanza también FL'LGENCIA.
Mis bendiciones después.
Por lo (|ue tan vuestro soy. ¿Piensas tú que yo le vi ?
LISARDA.
OCTAVIO. LISARDA. ¿Hay libertad semejante?
Para serviros será. Luego también ¿no le hablaste?
MARÍN.
DON Jl'AN. FULGENCIA. Ya está Garceran delante.
De Celia el dote es tan claro Lo poco que tú escuchaste
Que en decirle no reparo. Al que me habló respondí. ESCENA IX.
OCTAVIO. LISARDA.
GARCERAN.— Dichos.
Ese en su virtud está. TÚ veiiiste á defenderte
DON JIAN. A este reino donde estás GARCERAN.
Venid comeréis conmigo,
;
Pero pienso... Ya estoy , Señora á tus pies,,

Y Tristan se quedará FULGENCIA. Pidiendo la bendición.


Por amigo y porque ya
, No hables mas; FULGENCIA. (Ap. á Garceran.)
Es el mas cierto testigo. Que me enojas desa suerte.
Haz que me quieres besar
TRISTAIT. Que yo en Salamanca luí
La mano, y podréte dar
Espejo de honestidad Un
Ninguno de vuestro bien papel.
Y' seré en esta ciudad
Mayor contento recibe. GARCERAN. {Ap. áFulgencitt.)
Lo que tú sabrás de mí.
OCTAVIO. (A Celia.) Linda invención
\

Ya no hay quien de vos me prive. ESCENA VIII. Pero advierte que también
CELIA.
Traigo del de ayer respuesta.
mi de tan alto bien
Ni á MARÍN. — Dichas. LISARDA.
Aunque hace resistencia ¿Hay insolencia como esta?
Al gozo deste placer MARÍN. ¿Que es lo que mis ojos ven?
Ln pesar. ¿Estás aqui? FULGENCIA.
LISARDA.
OCTAVIO. Dios, Garceran , te bendiga.

¿Cuál? ¿No me ves?


¿Cómo te entras desa suerte? GARCERAN.
CíLtA. Dame , Señora , lá mano.
MARÍN.
El saber LISARDA.
Que os habéis de ir á Valencia. Licencia tengo de verte,
Y vengo á que me la des ¿La mano?
OCTAVIO. Para que le dé Fulgencia MARÍN.
No temáis que sabré
;
ser A Garceran , mi señor, Pues eso es llano ;

Tan galán , que alcance al ir Su bendición. Que la bendición le obliga.


El mal de verme partir LISARDA. LISARDA.
Al bien de verme volver. ¿Hay rigor, Y ¿qué le ha dado?
(Vanse.) Hay crueldad y impertinencia MARÍN.
Como la deste lacayo? La ofrenda
FULGENCIA. A modo de feligrés.
Valencia. — Sala en casa de Lisarda. Pues ¿qué importa que bendiga Mas óyeme que después ;

A un hombre, si el mal le obliga Tomarás de todo enmienda.


ESCENA VII. A tanta pena y desmayo? LISARDA.
LISARDA. Pues ¿delante délos dos
LISAP.DA, FLLGEACIA.
¿No importa que hables con él? Te pones?
FULGENCIA. FULGENCIA. MARÍN.
Todo , Señora , me agrada Hablo en su salud no mas. Oye una cosa
Cierto que es bella ciudad La mas nueva y prodigiosa
MARÍN.
De notaiile majestad Que ha visto el mundo, por Dios.
Extraña, Señora, estás,
Y hermosamente cercada. LISARDA.
Parece toda un jardin
Y con Garceran cruel.
Después que su bendición Alcahuete ya te entiendo.,

Ricos edificios tiene; MARÍN.


Esta señora le ofrece.
A ser á mis ojos viene
La mejor que he visto , en fin. De sus males convalece. Eso es poco y mal hablado.
Es de linda vista mar, «.'I
LISARDA. Mas oye lo que ha pasado;
Y tan cerca de sus muros. ¿Hay semejante invención?
Que es un caso tan horrendo,
Que á no estar de si seguros ¿Qué santidad has hallado
Que han de temblar cuantos viven.
LISARDA.
Pudiéralos alterar. En Fulgencia mi sobrina,
,

Hame dado gran placer Que sirva de; medicina Ya sé que me engañas ; mira
Ir en el coche por ella A un caballero hechizado? ;
Que me provocas á ira.
)! , , ; , , , ! ,

EL BODO DEL CÜLEGÍO.


MAniN. ESCENA OCTAVIO.
XI.
De las damas se ri'(¡l)en ¿Qué dices?
Porfavor los lintcluncs; OCTAVIO de camino ; FERMm.
, LL- FULGENCIA.
Pega, bien tienes oii qué. SARDA, FÜLGENCIA. Que no es razón
LISARDA. Que tan aprisa me lleves.
¿Mas que lias de hacei" que te dé FÜLGENCIA. OCTAVIO.
Si delante te me pones? {Dale.) ¡Icsus, hermano! ¿En Valencia? Tú cumplirás lo que debes.
MARIX. OCTAVIO. Conforme á tu obligación.

¡Dasme, y dices que darás Tales son las ocasiones. FULGENCIA.


¿Volver ádarme pretendes? Mas primero que te abrace. Lleva , Señora , á mi hermano

Pero mientras mas me ofendes. Me ha de dai' su bendición A descansar.


Pienso que me quieres mas. Mi tia. OCTAVIO.
LISARDA. vergüenza
Si es
ESCEFÍA X. Mejores son Haz, Fulgencia, que la venza
Unas f[ue Fulgencia hace. El estilo cortesano;
fERMIN, de camino. — Dichos. Dale la tuya, (¡ue ya Que esas dudas y temores
Tendrás bien heclia la mano. Ya son para las aldeas.
FERMÍN.
FULGENCIA. LISARDA.
;No hay un hombre en esta casa
¿Qué venida es esta, hermano? Vén sobrino
, deseas , si
Ó no es por ventura aquesta? Descansar destos calores;
¿Es á verme? No será
LISARDA. Y' créeme que agradezco.
Que no te dehe mi amor
¿Qué grita y qué gente es esta? Finezas tan de galán. Aunque á Fulgencia he perdido ,

FiLGENCiA. (Ap.á Garceran.) Que tenga noble marido.


OCTAVIO.
Mira mi bien lo que pasa. FULGENCIA. (Ap.)
, ,
¿Cómo mis tios están?
FERMÍN. Yo en extremo me entristezco.
LISARDA.
¿Vive Julio aqui? OCTAVIO.
Julio está mucho mejor
LISARDA, De sus achaques, y yo No le pesa aunque parece
,

Sí vive, Como me ves. ¿ Vienes bueno? Que lo siente de otro modo.


FERÍIIN. OCTAVIO. LISARDA.

í,Es VTJesamerced Lisarda? Bueno, y de contento lleno; Suceda sobrino todo


, ,

LISARDA. Que tu vista le aumentó, Como Fulgencia merece;


Yo soy. Y el hallar buena á mi hermana Que me huelgo, porque acá
FERMÍN. Causa de aqueste camino. Se excuse una bendición
FULGENCIA.
Que me puso en confusión.
Su
licencia aguarda
Y para entrar se apercibe Que me has casado imagino. OCTAVIO.
Un caballero que llega OCTAVIO. Allá también la tendrá.
De Salamanca.
No fué tu esperanza vana.
— Fermín.
FÜLGENCIA. FERMÍN.
Pero queda concertado
Áp. Ay de mí Y yo desposado ya Señor.
( ¡ !

¿Mi hermano? Con quien dos veces hará OCTAVIO.


FERMÍN. Tu marido mi cuñado. Parle luego,
Señora, sí. {Yase.) FULGENCIA. Y busca y concierta un coche,
LISARDA. ¿Desposado estás? Porcjue sola aquesta noche
;0h mocedad siempre ciega! Tendré en Valencia sosiego.
OCTAVIO.
¿Qué ha de hacer si aqui Tos ve? FERMÍN.
Sí, hermana;
FLLGENCIA. Que ya con Celia lo estoy.
Que no falte estoy muy cierto.
Tía detrás de aquel paño LISARDA.
,
FULGENCIA.
Podrán estar. ¿Tanta prisa?
¡Bueno ! El parabién te doy. OCTAVIO.
MSARDA.
LISARDA.
Este daño Y ¿no es forzosa?
No me dirás que no íué No penseque castellana
LISARDA,
Avisado y aun temido. Me ganara jior la mano;
Pensé casarte en Valencia. ¿Amores son de tu esposa?
GARCERAN.
OCTAVIO. OCTAVIO.
Señoras, ¿qué ini|)orta verme?
Ya no diréis que Fulgencia Estoy en su ausencia muerto.
LISARDA.
No |)uede estar con su hermano. {Vanse Octavio, Lisarda y Ferniin.)
Darle sospecha á tenerme Por ella vengo, Lisarda.
Por lo que jamás he sido.
Métanselos dos allí;
LISARDA. ESCENA XII,
Bien lo echaba yo de ver.
Que luego que entre se irán. FULGENCIA.
OCTAVIO.
MARÍN. [do!
De don Juan eres mujer. ¡Qué poco dura el bien aun desdicha-
Temblando voy, Garceran. Que |)or momentos te aguarda. Qué cortas son las horas que le tiene.
GARCERAN. Apenas me desposé. Pues con la prisa que á su casa viene
Entra, gallina. Cuando hizo que por tí Mas es huésped partido que llegado
MARÍN, Tomase la posta. ¡Ay, Garceran , para perdido hallado!
¿Yo? FULGENCIA. ¡Qué imposible paciencia nos conviene!
GARCERAN. Y di, Parece que la suerte el mal previene
¿Cómo sabes que yo iré? Para que corra tras el bien que ha dado.
Sí.
OCTAVIO. Aun apenas misdichasfueron dichas,
{Vanse Garceran y Marín.)
Cuando fortuna se desdice dellas,
LISARDA. Como es para tu remedio,
Trocándolas en penas y desdichas.
En estas cosas me Y quieres bien á don Juan.
pones ¡Av Dios! Cuan mejor fuera no tene-
i

Por tus locuras, Fulgencia. FULGENCIA. (.4/;.) [llas!


¡Ay, ciclos Garceran
, (pie Que al desdichado, si le vienen dichas,
Está ahora de por medio! Es para la desdidia de perdellas.
,, , ; , ,; , , ;
; ; ,, ,, ; , , ,; ! ,

186 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA Xni. Ni de su lumbre me sirvo Que de todas mis acciones,
Todo es contusa tiniebla. .Mispotencias y sentidos,
GARCERAN, MARÍN.- l'ILGENCIA. Sola esa prenda me dejas.
MARÍN.
GARCER.W. Mira que este mozo altivo MARÍN.
Detente, Fulgencía , un [xico.
Es hermano de Fulgencia Aunque es también desatino
Y de Lisarda sobrino ; Tomarse tanta licencia
FILGEXCU. \ que siente tus voces
¿Xoeres ido?
si , Un lacayo tan intrínseco,
Por su honor y el de su lio Por ser el último bien
GARCERAN. Ha de hacer un disparale. Auní'ue le manche el vestido.
No he podido.
FULGENCIA. Te suplico que me abraces.
Aunque de verme tu liei mano
Me puse á tanto pelii;io. Garceran , en este sitio FULGENCIA.
¿Qué es esto ? Ay eii-lo! A qué viene? Te vi, te quise y te amé;
; ;, Marín seamos amigos,
,

Que aunque lo tengo entendido, Y en el mismo me despido Y acuérdale á Garceran


Es amor, De tí tan firme, que todo
,
tan incrédulo Lo mucho que me ha debido
Que no quiere como has Lo que le he dicho conlirnio.
, visto Por esle amoroso abrazo.
Porque estaba en medio un paño. Ya puede ser que don Juan
Viniese á ser mi marido, MARÍN.
Dar crédito á los oidos.
Puesto que sabrás muy presto ¡Ay Dios ! quién fuera contigo
FILGENCIA. Lo mucho que le resisto Por gozar en Salamanca
;,Qué te puedo yo decir. Pero poderle olvidar, Los aires del Tabladillo!
Si escuchaste lo que dijo? No lo creas en mas siglos FULGENCIA.
A Salamanca me vuelve, Que han de vivir nuestras almas
Y ha de ser tan de improviso, Adiós, Garceran.
Y tristezas van conmigo.
Que aunque lia sido atrevimiento Que me ([uitarán la vida GARCERAN.
Queiiarte aquí, lo he tenido Antes que llegue á los riscos Adiós.
Por notahie dicha mia. Que del alto Guadarrama
Para hablar, mi bien , contigo {Vase Fulgencia.)
Encubren nieves y pinos.
Estas últimas palabras. Escríbeme , Garceran
GARCERAN. Y'verás cómo te envió ESCENA XIV.
¿Qué dices? Mil almas en cada letra.
fulgencía.
GARCERAN, MARÍN.
GARCERAN.
Que te suplico Haz cuenta que ya te escribo MARÍN.
Tengas memoria de mí Que Marin irá y Vendrá *
Pues con lágrimas la pido Por la posta este camino Sal presto;que anda ruido,
Que aunque en ojos de mujer Mas veces que tiene rayos Y pienso que Julio viene.
Son fáciles, yo te digo El sol que en tu frente miro. GARCERAN.
Que salen del corazón.
MARÍN. Marin ponte de camino
,

GARCERAN. Que há mucho que estoy ausente.


Yo iré Señora y vendré
, ,
¡Ay, Fulgencia que no quiso
,
Como navio de aviso MARÍN.
Mi fortuna que durase Por el mar de vuestro amor.
Tu bien mas tiempo conmigo, De tus locuras me rio.
Todos los lienzos tendidos.
Vase Fulgencia mañana,
Del que ha sido menester \'a iré picando alazanes, Y' apostaré que has escrito
Para llorarle perdido! Y'a melados ya morcillos,
;.Quete llevan de Valencia?
, Mil cartas en tu memoria.
Y'a bayos , ya 'machos rucios
Que te he de perder, y vivo? GARCERAN.
Ya zainos y ya mohínos.
Que no es desta casa incendio No se habrá visto estafeta ¡Qué mal conoces mis brios
El aire de mis suspiros? Haz cuenta, Marin que entrambos
De los yanaconas indios ,

Que no doy voces? Que estoy?... Que vaya con mas presteza A Salamanca partimos.
FULGENCIA. Desde Chacona á Tampico. MARÍN.
Advierte Garceran mió
, Cuando estés en Salamanca
¿Túá Salamanca?
Que aunque de muchos dolores Seré arriero de libros
Se descansa dando gritos, De vuestras cartas de amor; GARCERAN.
En este importa el silencio Y por no ser conocido. Yo , pues.
Tu vida y mi honor. Me fingiré licenciado Pon tres ó cuatro vestidos
GARCERAX. Que yo sé que por lo lino En una maleta luego.
Me ha dado borla Segovia. MARÍN.
No ha sido
Este suceso desdicha, GARCERAN. Ni respondo ni replico.
Ni fuerza del hado impío, Mi bien aunque es desvarío
,
GARCERAN.
Ni influencia de los cielos. Tomarse tanta licencia
Ni mudanzas de los signos, Un hombre que es tan indigno Adiós, amada Valencia
Ni oposición de la luna Por ser el último bien Hermosos campos Elisios;
Ni otro sangriento prodigio; Dame un abrazo. Que voy siguiendo mi sol
Sino rayo acelerado FULGENCIA.
A los castellanos fríos.
Que sobre nosotros vino MARÍN.
Ya he dicho
Para abrasar hasta el alma Que he de ser tuya. Eso es menos. Adiós, dulce malvasia,
Las potencias y sentidos. Congrete, hipocrás, mariscos;
(Abrázanse.)
¿Dónde vas? Dónde me dejas? Que voy siguiendo á mi amo
¿Es posible que han tenido GARCERAN.
Al Tórmes salamantiuino,
Trtn tristes y ásperos fines ¡Ay Dios! quién fuera contigo! Donde sin ser estudiante,
Tan regalados principios ? ¿Acordarásle de mi. Me den algún beneficio.
¿Que DO te han de ver mis ojos? Que con un amor tan limpio
MARI>. Te he querido en solo un mes
De tu locura me admiro. ¡
Lo que pudiera en mil siglos ?
Advierte, Señor, que estás FULGENCIA.
Donde, si fueres sentido, Por esos brazos lo juro
Nos han de quitar la vida. Pero yo también te pido
GARCERAN. Que de mi tengas memoria.
Marin, ya estoy sin juicio. GARCERAN.
Ni discurre laíazon, Fulgencia , Dios me es testigo
, ; ,, , ,, , , , ; ;; , , , ; , :: ,;

EL BOBO DEL COLEGIO. 187


No, Fulgencia, por cuñada. DON JUAN.
ACTO SEGUNDO. Y' estad cierta que venis No, por Dios, sino pesar
Donde hasta el alma os darán; De perder vuestro valor.
Que no vi vis con don Juan FULGENCIA.
i'.on vuestro hermano vivis.
Sala en casa de Octavio, en Salamanca. Yo os ten go don Juan amor;
, ,
Ni él ni yo ni el que os adora
, ,
Mas no me puedo casar
ESCENA PRIMERA. Por fuerza os quieren casada. ¡

Con la priesa que he venido.


FLLGENCIA. Esperad, que bien podéis,
CELIA, FULGENCIA.
I

Vos sois mi hermana y cuñada, I Por un mes, no os moriréis


Y' mi amiga y mi señora, Este de término os pido
FÜLGENCIA. Y' con vuestra compañía Para ver lo que me escriben
I

Con ese nombre de hermana Recibo yo mucho honor. De Valencia.


Mucho mas me enri([ueceis. DON JUAN.
CELIA. ESCENA II. Vuestro soy.
Grande tristeza traéis.
DON JUAN. — Dichas. FULGENCIA.
Presto fuistes valenciana. Con esto don Juan me voy
, ,

Pues acuerdóme que aquí DON JDAX. {A Fulgencia.) Que pienso que me aperciben
No os hallábades tan mal. El cuarto en que he de vivir
Esta vez me dijo amor
FULGENCIA. Que sola hallaros podría Y' quiero verle asear.
Es mi patria natural; Creíle , por lo que tiene DON JUAN.
Que en Salamanca nací. De adivino, y vine á veros. ¿De espacio queréis estar?
Y esta tristeza es cuidado Dadme , divinos luceros. FULGENCIA. (Ap.)
Del que mis lios tendrán. La luz que del sol os tiene
,
Apriesa pienso morir. {Vase.)
CELÍA. Tan cerca que me abraséis. ,

Pensaba yo que don Juan FULGENCIA. ESCENA III.


Mucho os hubiera alegrado; Desviad don Juan, los brazos;,

Que le debistes amor Que anticipáis los abrazos DON JUAN, CELIA.
Y no le mirastes mal. Que en esperanza tenéis.
FÜLGENCIA. DON JUAN.
DON JUAN.
De un hombre tan principal ¿Qué es esto?
¿No he de ser vuestro marido? CELIA.
Siempre lo tuve á lavor. FULGENCIA.
Y muy contenta he venido Ya ¿no lo ves?
De saber vuestro concierto; Pues por eso es bien don Juan ,
DON JUAN.
Que no merezco por cierto Que os tema como á galán Di hermana ¿ qué ha de ser esto?
, ,

Tan noble y galán marido. Tan cerca de arrepentido. ¡Bien que esperaba tan presto.
Mas no puedo por ahora DON JUAN. Hoy se me dilata un mes!
Determinarme á casar. Y'o os vi mas tierna en Castilla. CELIA.
CELIA. FULGENCIA. Melindres son valencianos;
¿Qué es lo que os puede faltar. No he perdido en Y'alencia.
lo Allá los aprendería.
Si no es contento Señora ?
,
DON JU.AN. DON JUAN.
FLLGEXCIA. ¡Bravas mudanzas de ausencia! Les estilos, Celia mía,
Salud; que en ella consiste FULGE.NCIA. Son allá muy cortesanos.
El tener, Celia contento. ,
No creas que es aprendido;
De ausencia ¿qué ,
os maravilla?
CELIA. Natural debe de ser.
DON JUAN.
¿Salud os falta? CELIA.
I
Sien ir, estar y volver
FULGENCIA. i
Dos meses no habéis estado... Querrásete encarecer
Esto siento, Por el nombre de marido.
FULGENCI.A.
Y sin ella vengo triste.
I Todas nos hacemos graves
Montes se hubieran mudado, En tocando en este nombre.
CELIA. Cuanto mas una mujer.
I
DON JUAN.
Si lo ha causado el camino DON JUAN.
Tu marido Octavio es hombre
Ño será , Fulgencia nada. ,
I

Luego ¿mudada venis?


Mas pienso que os desagrada Del buen estilo que sabes
FULGENCIA. No se burlará con él
O es malicia que imagino
Vos ¿no decís que lo veis? Mas si esto adelante pasa.
Haber venido á mi casa i

Que soy cuñada en efeto. '


DON JUAN. Octavio por ti se abrasa,
Muéstrate, Celia, cruel.
FULGENCIA. Con burlas no me matéis;
No te vea alegre un hora
Que eso me alegra os prometo; Que pienso que lo lingis.
Hasta hacer mí casamiento.
Y mirad que andáis escasa : Á vuestro hermano le he dado
A mi hermana, aunque era justo, CELIA.
De la merced que os merezco. I

Sin mi gusto que ese gusto ¿Y'o fingiré descontento,


Si tal sospecháis de mí. ;

1
Tuve en el vuestro, y fiado Que sé que Octavio me adora?
CELIA.
,
Que él se obligó de hacer cierto DON JUAN.
veo venir aquí.
Si os Lo que tratamos los dos. Ay, que muero por Fulgencia!
Donde alma y casa os ofrezco FULGENCIA.
¡

Y que estáis sin alegría


CELIA.
¿Y fué?
Y que don Juan no miráis
á Efectos de ausencia han sido.
DON JUAN.
/.No he de pensar que os halláis DON JUAN.
Sin gusto en mi compañía?
Casarme con vos.
Algunas verbas de olvido
'

FULGENCIA.
FCLGEXCIA. Debió de'hallar en Valencia.
¿Hálleme yo en el concierto?
Pues si yo os doy la razón ,
{Vaiise.)
Señora Celia no es justo
,
¿Qué firma tuvistes mía?
Que atribuyáis á disgusto DON JUAN.
Cosas que del cielo son. ,
Entre honrados caballeros
CELIA. Remíteiise á los aceros
No os quiero humilde forzada Las palabras.
Pero si me hacéis merced FULGENCIA.
Por hermana me tened
I
¿Valentía?
, ; , : ! ;, ,; ,

,188 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Villafuertes, noble casa Y Aristóteles se honraran
Sala en uii luosoii iIc S.ilam;iiu\i. Yáfiez, Enriquez, Ovalles, De oponerse á qui(;n las rige ;

Guzmanes de claras armas, Y si el amor no me engaña.


ESCENA IV. Y Manriques.
,

No pienso yo que el bnperio.


GARCERAN. Cuando á su elección se hallan
FADIO, (le camino; HEINEL. de gorrón Los pi'incipes electores.
GAUCEHAN MAUIIS. ¡Brava cosa!
,
Ya con nutras ya con armas.
,
FAlllO.
Resplandece en mayor vista
VAUIO.
Esta máquina levantan Que cuando ocupan sus gradas
Estellaninii el mesoii Al cielo cuatro colegios Tantas borlas de colores
Del Estudio. Que aqui los mayores llaman : Verdes, azules y blancas.
GARCERAN. El Viejo, el del Arzübis|)o, Carmesíes y amarillas;
Aunque no vengo De Cuenca y Oviedo, y basta Ponuie este jardín esmalta
A estudiar, desde lioy le tenjío Que uno d(! los cuatro tliga La madre Universidad,
Por posada.^ Hola, Chacón Para saber (pie se igualan. Naturaleza del alma.
¡

Tiene el de la Madaleua, Tiene iglesias parroquiales.


MAIUX. Que digo acompaña.
los (pie Que para alabarlas basta
Sefior. Verdes, y SaiUa María, Decir que todos sus curas,
CAItCFRAN. Santo Tomas y el de varias Que lian de ser de sangre hidalga.
La ropa acomoda. Lenguas, con Monte Olívete, Son capellanes del Rey
MAniN. Sin otros. Y puesto que en dar se alargan
Llave de aquel aposento GARCERAN. Trecientas puertas á Tébas
Me han dado. ¡Oh Fabio! para. Las historias ó las fábulas.
¡Qué de personas famosas, Once Salamanca tiene,
FAüio. (.1 Garceran.) Que con mayor arrogancia
Mucho contento Qué insignes, qué celebradas.
Ya en los consejos del Rey, Su nuno aniiguo ennoblecen,
jornada toda
Ti:ij(> la Pues i)uede decir España
Señor C.larindo, hasta aqui; Ya en las religiones santas
Habrán salido de ahí! Que há tres siglos que por ellas
Que por vuestra coni|)afiia Entra muda la ignorancia,
Me pesa que llegue dia FARIO.
Y sale con mil laureles
En que os apartéis de mí. Antes , Clarindo , contara Docta, ilustre, eterna y sabia.
Vuelvf) á cursar, como veis; Sus llores á abril, sus frutos Hay un hermoso hospital
Mis padres tengo en Madrid. A junio, á enero su escarcha, De Santa María la Blanca,
GARCniAN. Su arena al Tórmes, al sol Donile se curan reliquias
Yo he de ir á Valladolid, Sus átomos, que bastara De las llaquezas humanas,
A cinco dias ó seis A referirte los hombres Y el General, cuyo nombre
Que descanse en Salamanca. Que dellos dan gloria á España. Da á entender de lo que trata.
¿Dónde entretanto os veré? Las órdenes militares Hay una gran cofradía
Con otros cuatro la ensalzan. Que de Roíiue Amador llaman
FADIO.
Que son, Santiago, San Juan, De hijosdalgo conocidos.
Agora. |)or Dios, no sé Xlcárdara y Calatrava. Hay los padres de la patria
Que con esta feria franca El del Rey al de Santiago (Ya entendéis) , los regidores.
No me(|UÍero declarar. Llaman es insigne fábrica,
; Cuya nobleza bastaba
Por holgarme cuatro dias. A quien hace reverencia A honrar provincias y reinos;
GARCERAN. Tórmes, besando sus plantas. Y si de escuchar le cansas.
Los monasterios famosos Acabaré con decir
Por ciertas tristezas mias
No salgo á ver el lugar.
Son tan notables, que pasan Un colegio que me falta.
Id con Dios, y holgaos en él.
Los limites que el ingenio Que se llama el de los mudos.
Puede hallaren su alabanza. Este es una sala baja
FABIO. Oido habrás en Valencia .lunto á la cárcel; mas tiene
Luego ¿verle no pensáis? D(> San Esteban la fama. Sus dos puertas á la plaza.
GARCERAN. Cuya capilla mayor Aquí arrimados los cueros
De noche, si me lleváis .lusiameiite se compara Del vino de partes varias
A divertirme por él. Con el dia mas hermoso, Hasta que se distribuye.
Si en ella se encierra el alba; Calla entonces, después habla
FABIO.
Del santo humilde (|ue dicen Tabernilla y Tabladillo
Dejais de ver un lugar Que fué de (histo la estampa; Tienen por tierras extrañas
De los famosos de España. bel que escribió la Ciudad Tal fama, que no me excusa
GARCERAN. De Dios con tanta elegancia ; De que en esta cifra vayan.
Tal grandeza le acompaña. Del (|ue á golpes de una piedra La provisión no te alabo,
Llamaba en el [)echo al alma; Porque has de experimentarla
FAUIO.
De Vicente, de Bernardo, Los dias que ver mereces
Pues yo OS le quiero cifrar. De la Compañía sacra La divina Salamanca.
Yace en el sitio que veis De aquel dulcísimo nombre GARCERAN.
Mirándose Salamanca Que los inliernos espanta;
En los cristales del Tómies, Trinidad, Carmen, Merced
Hay unos hombres aquí,
Cuyas celebradas aguas Aniígo Fabío, y trataban
Y otras órdenes descalzas.
Carcilaso pinta hien Con el huésped una cosa
Insignes son los de monjas,
En aíjuella égloga rara Santa Isabel, Santa Clara,
Que me dio gusto escucharla.
Que lia eternizado en el mundo Oye, por tu vida.
Santa María de las Dueñas,
El nomhre del duque fie Alba. FABIO.
La Penitencia, Santa Ana,
De niayurazgos ilustres Carmelitas y agustinas Di.
Tiene las siguientes casas Y otras (pje para contarlas GARCERAN.
Piodriguez de las Varillas, Era menester el dia.
Zúñigas, Monroyes, Dandas, El colegio que aquí llaman
La iglesia mayor se alaba
Solises, Paces, Dónales, El Viejo, dicen (jue tiene
De ser en las maravillas
Sosas, Manzanos, Anayas, Constitución (pie se guarda
,
La mayor, que no la octava.
Vázquez, Herreras, Drocheros, Inviolabl(;mente, y es
Hay tres escuelas que exceden
Pimenteles, Flores, Arias, Que esta sabia ilustre casa
Las de Grecia y las de Italia,
Coronados y Codinez, Sustente un simple.
De tan divinos maestros
Ordóñez, .Juárez, Abarcas, Y cát<;dras adornadas, FACIÓ.
Maldonados yPeieiras, Que Escoto, Hipócrates, Baldo Es verdad.
, ;, ; , ; ;

EL BOBO DEL COLEGIO. 189


GARCERAK. MARÍN. El haberme aborrecido
Notaliles cosas contaban ¿Pruebas mi paciencia, ó tratas Y vivir con descontento;
De los bobos que han tenido. Tu deshonra con mi muerte? Mas no me cuadra ninguno.
GARCERAN.
Y auiuiue pienso que en VafMicia
FABIO.
Se pudo prendar Fulgencia,
Suelen tener mucha gracia. Si me replicas palabra,
Y mudable amar á alguno.
¡Vive Dios!...
GARCERAN. En dos meses no podia
MARÍN.
Entre sus cuentos graciosos, Venir tan triste de allá
Señor... Como en Salamanca está
Dicen que ahora les falta.
GARCERAN. Y es necia sospecha mia.
FABIO.
Marin, TRISTAN.
Debe de ser ; mas ¿qué importa? Ciego es amor: no repara Antes no, porque el amor
GARCERAN". En la vida ni en la muerte. Mas fuerza al i>rincipio tiene;
No rae importa mas espanta
; En la honra ni en la infamia. Que es como rio que viene
Que falle un bobo en el mundo Cuando Ovidio y otros pintan Hasta la mar con furor,
Para que adelante vaya A .üipiterque tomaba. Y luego se pierde allí.
Tan santa constitución, Ya de cisne, ya de toro
Ya de fuego, formas varias. DON JUAN.
Que por sustentarle es sania.
Esto (|uis¡L'ron decir; Pues si Fulgencia quisiera,
FABIO.
QiK' pai a hablar á sus damas ¿No escribiera?
Malicia es esa.
Se tiansfonnan los amantes. TRISTAN.
GARCERAN. Ponte un sayo y capa parda, Sí escribiera.
No es. Y dirás que eres mi lio.
DON JL'AN.
FABIO. MARÍN.
Pues creed, Tristan, de mi
Relnel. Y con ese talle y cara, Que he hecho mi diligencia.
REINEL. ¿Han de creer que eres bobo
Señor. Hombres doctos? TRISTAN.
FABIO. GARCERAN.
Vendrá con particular.
¿Tengo cama? Tantos andan DON JL'AN.
REINEL. De esa manera, Marin, Aquí nadie puede entrar.
Sábanas echaba ahora Por las ciudades de España, TRISTAN.
Una entre gallega y galga Que antes quitará la duda. Deso está triste Fulgencia.
Que con la santa limpieza MARÍN. DON JUAN.
Tiene inmortal repugnancia. Pues ánimo, á la batalla Su hermano intenta alegralla.
FABIO. Que para todo los cielos Hoy traerá música aquí.
Quedad, Clarindo, con Dios. Me dieron ingenio y maña.
GARCERAN. ¿Qué nombre te han de llamar? ESCENA VII.
ií\ os guarde. GARCERAN.
MARIX.
Pablos. OCTAVIO, FERMÍN.— Diciros.
MARÍN.
Edad muy larga. OCTAVIO.
El nombre me agrada.
(Yanse Fabio y Reinel.) Y ¿deque lugar? ¿Vendrán presto?
G.4RCERAN. FERMÍN.
ESCENA V. De Coria. Señor, sí.

GARCERAN, MARÍN. MARÍN. OCTAVIO.


Camina, y estudia gracias. Aunque pienso que canlalla
MARIX. GARCERAN. Ha de ser enlristecella...
Desesperado he que aqueste Por lo menos por el nombre DON JUAN.
("esase sus alabanzas; Seré agradable á mi dama. Si música le traéis,
Que yo no entiendo á qué efeto {Vaiise.) .Insta sospecha tenéis;
En este sucinto mapa Que es de los efetos della
Ha querido reducir Añadir tristeza al triste.
Todo lo mejor de Espaiía.
{Yase Fermín.)
Ya con nombre de Clarindo Sala en casa de Octavio.
( Y yo de Chacón) te hallas,
TRISTAN.
Sin saber lo que has de hacer,
I
ESCENA VI. Ella y Celia juntas vienen.
Carceran, en Salamanca.
;.Cómo sin ser conocido DONJUÁN, TBiSTAN. ESCENA VIII.
Intentas ver á tu dama?
i DON JUAN. CELIA, FULGENCIA.— DON JUAN,
Y ¿qué ha de ser de nosotros?
: Esto que os digo responde, OCTAVIO, TRISTAN.
GARCERAN.
Y da en acjueslas tristezas.
Marin, lo que preguntaba
TRISTAN. FULGENCIA.
Deste bobo del Colegio
A Fabio, no era sin causa; I
¡
Qué bien á vuestras firmezas Mis males remedio tienen
Que dicen que aqueste bobo Ese desden corresponde! Pero en la muerte consiste.
I

Tiene en las casas entrada I


DONJUÁN. CELIA.
De todos los caballeros Estoy tan desesperado, La mayor enfermedad
]

Y aun estiman (jue en sus casas !


Como de Octavio (¡uejoso. Llaman la melancolía.
Entre el Bobo del Colegio. Porque no admite ak^gría
TRISTAN.
Busca dos sayos y capas !

Y anda á buscar soledad.


De labradores groseros. ;
Que os cumpla será forzoso Vuelve en tu acuerdo, Fulgencia,
Y pues que bobo le falta I La palabra que os ha dado. Mira que está aquí mi hermano.
Al Colegio, allá me lleva DON JtAN.
DON JUAN.
Que yo , ungiendo ignorancia. Mientras Fulgencia, Tristan
Quiero ser aqueste simple; Que yo la entristezco es llano.
No dispusiere de si,
Pues si el traje me disfraza. Pues toda su diligencia
Mas (pie de Octavio, de mi
i

Podré entrar con libertad Ha puesto en huir de mí.


Queja mis celos tendrán.
Tardes, noches y mañanas i'or iiiíl caminos inlento FULGENCIA.
A ver V hablar á Fulgeiicia. Sai)rr de (pié ha procedido No soy yo tan descortés.
; ; ; ; ;; ! ,

CO.MEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Ni vuestro término es i MISICO. Toda esta casa ha de ser
Paní trataros ansi. .\tuique en Salamanca vive Juego y liestas desdo hoy.
Mi enrenneilaii lia crecido El poeta que esto escribe. FULGENCIA.
Cou presuntaniie la causa. ,
No es bien t|ue esa tiueja formes, Cantad ;
que á fe de quien soy.
DON JIAN. Porque es de Valencia, y tiene Que me dais mucho placer.
se causa
La música esui iniluencia Pero no lia de ser acjui
No saber de qué Allá en Valencia.
Toda la cul|ia lia tenido. Hacia el jardín nos entremos.
Fl'I.GENCIA.
Y uoos espantéis -jue sea MÚSICO.
En esto tan porliado ¿En Valencia? Cantando, Señora, iremos.
El que con tanto cuidado MÚSICO.
FULGENCIA.
Vuestra vida y bien desi-a De allá la influencia viene ¿Será de Valencia?
Que a lo menos me debéis Con que estos versos distila.
Oue mil que tuviera. i>s diera MÚSICO.
rULGENCIA.
Porque se ilisminuyera Sí.
Con eso tan dulces son.
la tristeza que tenéis. (Cantan.)En el Grao de Valencia,
¿Tienes del otra canción?
Noche de San Juan,
ESCENA IX. MÚSICO. Todo el fuego que tengo
Una letrilla. Truje de la mar.
FERMÍN. — Dichos. FL'LGENCIA.
(Vanse.)
Puesdila.
FERMI>". MÚSICOS. (Cantan.)
Los músicos han venido. Karatijitas me tira la niña Calle.
OCTAVIO. En Valencia por Navidad;
Diles que pueden entrar. Pues (i fe que si se las tiro, ESCENA XI.
Que se le han de volver azar.
{Vase Fermín.)
CELIA.
TRISTAX. GARCERAN ya con sayo de colores
,

No vien mi vida poeta polainas; MARÍN, de labrador.


Todos OS podéis sentar. Cou tanto azar.
KÜLGESCIA. (Ap.) DONJUÁN. GARCERAiV.

; Oh qué mal cubre el olvido Si jugara, ¡Qué presto me recibieron


amor!
t'n desatinado Poco pienso que ganara. MARÍN.
¡Ay Garceran si en ausencia
!
MÚSICO. Tales gracias les dijiste.
Dejólo un mes de Valencia GARCERAN.
Es metáfora secreta
Usas de tanto rigor,
De ciertos ramos de azar ¿Fingí bien?
¿Qué esperanza vive en mi? Que de sujardin cogió. MARÍN,
¿Es esto lo que decias.
Lo que escribir promelias, FCLGENCIA. Tan bien fingiste

Y loqueesiieréde ti? Cantad que os escucho yo.


;
Que mil sospechas me dieron
¿Tienes allá \nir ventura MÚSICO. Que ya habias hecho otras veces
Oíro dueño? Si tendrás; Esta figura del bobo.
Ya volvemos á cantar.
Que el no jiensar verme mas (Cantan.) A una máscara salí, GARCERAN.
Tu mudanza me asegura. y páreme ásu ventana; TÚ verás que á lodos robo
Amaneció su mañana, La voluntad.
ESCENA X. Y el sol
en sus ojos vi. MARÍN.
Naranjilas desde allí Tú mereces
MÚSICOS.— FILGENCIA, CELIA, DON Me tiró para favor Ser bobo del Gran Sofí.
JUAN, OCTAVIO, TRISTAN. Como tío sabe de amor; GARCERAN.
Piensa que todo es burlar;
Y tú del Gran Turco tío.
Pues á fe que si se las tiro.
han de volver azar. MARÍN.
Aquí, Octavio, nos tenéis; Que se le
Mirad qué es lo que mandáis. Naranjitas me tira, etc. ¿Qué te parece del brío
OCTAVIO. FULGENCIA. Con que el villano fingí?
Bien ganáramos partido
Que hoy Anfiones seáis Gracia tienen estas cosas
Los dos en una comedia.
'
De aquesta piedra que veis. De Valencia.
(Cantad para que se mueva; DON Jt'AN. GARCERAN.
Que es fundanuínto del muro Sí tendrán. La nuestra llega á la media :

De todo el bieiÉ (jue procuro. Favor al amor le pide


CELIA. (Ap. á Fulgencia.)
Para la postrer jornada.
MLSICO.
Celos has dado á don Juan. Que es el gusto de la acción.
Oiduna nueva.
letra
FULGENCIA.
(Cantan.) Claros airexdr Valencia, MARÍN.
Mis tristezas son loi'znsas. Aun te queda la ocasión
Que dais á la mar embutes,
A sus verdes plantas flores Lo que me ha d;iil(i alc^iia De hablar con tu prenda amado,
Ya me vuelve á entristecer. demás, que ha de ser
Yá sus naranjos azares. (-on lo
Huéspedes frescos de abril, TRISTAN. Degusloy de habilidad.
instrumentos de sus aves, Valencia debe de ser Hoy causarás novedad
Campanitas del amor Toda su melancolía. Paciencia habrás menester,
Que despertáis los amantes. OCTAVIO. GARCERAN.
Llevad mis suspiros, En esta ocasión quisiera Un bobo muchos hará.
Aires suaves, Ser un principe. MARÍN.
Al azar de unas manos CELIA. Pues á fe que si anduvieran
Que en ellas nace.
¿Aquéefeto? De colores los que fueran
FCLGENCIA.
OCTAVIO. Para vestírsele ya,
Mucho me habéis alegrado Que hubiera más de color
Con el poder, te prometo
Muy linda es esa canción.
Que tales fiestas hiciera. Que de negro, á lo que entiendo.
DON JL'A!<. Que mi hermana se alegrara
Si pero en esta ocasión
;
Y con lo i)OCO que puedo,
Mas hubieran acertado Si pobre gastando (¡uedo.
Si Celebraran el Tórraes. He de ver en lo (pie para.
• ! ; :

EL RORO DEL COLECIO. 191


ESCENA XII. I
GERARDO. Su hermano, que prometida
la tiene
Nueva. A don Juan, su cuñado, en casamiento
RISELO, GERARDO. — Dictios. I

niSELO.
Y'o pienso que le haría un gran servicio
I
Si este bobo á su casa le irevase.
Extraña. I

RISEI.O. I

GARCERAN. i
RISELO.
Que me declaréis prelentlo I

No dudo que en extremo se alegrase;


¿Teneisme por nóvalo, mentecatos?
Eso que decís mejor. , I
Que talvez las tristezas de un discreto
j
Pues el mundo está lleno de novatos.
GERARDO. Suele alegrar un ignorante.
RISELO.
Pues desto ¿no hacéis conecto? GERARDO.
¿Qué nuevo bobo es este?
MARÍN. {Ap. ú Garcernn.) Pablos,
MARÍN. ¿Queréis venir conmigo á cierta casa
Estos arguyen.
Es
del Colegio. Donde os darán de merendar?
GARCERAN. No le hagan mal, señores, por su vida;
¿Qué haré? GARCERAN.
[cia.
Sí tienen
MARIX. Caten que es mi sobrino en mi concien-
Allá muchos buñuelos y pasteles
Disimular. Y que há tan poco tiempo que le traje, Y algunas manecillas de ternera,
Que no le oso dejar.
GARCERAN. Pardiez que vaya allá de buena gana.
GERARDO.
O diré GERARDO.
Un disparale en efeto. ¿Cómo es tu nombre?
Todo eso y mas habrá.
GERARDO. GARCERAN.
GARCERAN.
Digo que de los cuerpos celestiales
¿Dice á mi?
Pues vamos, lio.
Han dudado, Riselo, los antiguos GERARDO.
MARÍN.
UtrUm siiit animata an non. Si.
GARCERAN. No me parece mal.— Garceran, 03-6.
MARÍN.
(.4jo. á su' amo.)
Escucha. Pablillos, y mi tio
GERARDO. Se llama Juan Vicario, y es hermano GARCERAN,
Los que pensaron que animados eran, [mana. ¿Qué sientes?
imaiiinaron que electivamente De mi padre, y mi madre no es su lier- MARÍN.
Su movimiento procedía del ánima. Sino mi madre, y yo soy hijo suyo; Que ahora es bien á los principios
[vengo Acreditarte de apacible.
RISELO.
Que me hubieron en casa; y aunque GARCERAN.
Pues eso la verdad lo contradice; Con mi tio, mi tio no es mi padre •
Que ni vegetativa, sensitiva, ,
Vamos,
Ni mi madre tampoco, sino tio.
ISi racional virtud existe en ellos. Con tal que en esa casa merendemos.
Que le viene de zaga por alcurnia.
GERARDO. Mas todos somos muy polida gente, GERARDO.
Si por agentes intelectuales, yo vengo á estudiar á Salamanca;
Y' Pues seguidme los dos.
hileligencias digo movedoras. Qiíe diz que tengo de ser presto cura GARCERAN. {.Ap. Ó Marín.)
Animados parecen, no me espanto. Y me han de graduar de bobaluruin. ¡
Ay cielo santo!
RISELO. MARÍN. ¿Si acaso en esta casa hallaré nuevas
Esas inteligencias no se juntan Señores, no le piquen porsuvida; De mi Fulgencia ?
A los orbes celestes, como al cuerpo Que si se enoja es un demonio suelto. MARÍN.
Se junta |)or unión formal el alma Siendo gente noble.
GARCERAN.
Y sustancial información. No se puede esconder.
Callad, tio que yo, de dos la una, [za.
;

GERARDO. Meto un ladrillo á un hombreen la cabe- GARCERAN.


Repugna Pero á aquestos borrachos que decian , Así lo creo,
A la intelectual naturaleza Del cielo, que no han visto, disparales, Y donde no, la hallara mi deseo.
Angélica , como es patente y claro, Les quiero pescudar una conseja. {Vanse.)
Cum njateriúcomponere rem unam. RISELO.
Porque entre el alma racional, Riselo,
Y la naturaleza ilustre angélica Pues ¿entendiste tú lo que tratábamos?
Hay esta diferencia, que es unible GARCERAN. Sala en casa de Octavio.
El alma al cuerpo, quamvh rtiam possit Y cómo entendí los lengromentos!
si
Separatím subsistere, y nacida
¡

¿No dijistes que el cielo era una cosa ESCENA XIII.


Con él sola una cosa componerse;
Que por .sus diligencias se movía,
Pero poder naturaleza angélica Y que andaban por él algunas ánimas? CELIA, FULGENCIA.
Al cuerpo ó la materia ser unible.
Nequáquam; porque solo per se nala GERARDO. FÜI.GENCIA.
Est subsistens. ¡ Oh qué gracioso bobo Persuadida de tu amor
RISELO. GARCERAN. Y de un desprecio, que es cosa
Pues cómo se le junta ? Pues, borrachos, Que una pasión amorosa
¿
¿Cómo llamastes desalmado al cielo. Suele volver en furor,
GERARDO. Y por vengar el rigor
Si está hirviendo de ánimas, que esgro-
.lúntase al orbe que se mueve y tócale , Del mal termino y grosero
[ría.
Solo con su virtud, y no se puede De un villano caballero.
Decir que el cuerpo celestial tiene alma,
Que algunas de ellas han estado en Co-
Indigno de mi lirmeza.
Mas que la nave que moverse vemos, RiSELO. Tria?
Hoy, Celia, de mí tristeza
Porque hay dentro el piloto (¡ue la rige. El tonto es gran persona. Que sepas la causa quiero.
RISELO. GERARDO. {.Ap. á Riselo.) Hasta agora no podía
Rien habéis declarado lo que os dije. Este mi mal declarar,
Visitando
Porque un incierto esperar
MARÍN. {Ap. á Garceran.) A O.navio que es un grande amigo mío.
,
Engañada me tenia
Para que te acredites mayormente Vi, Riselo, su hermana... Ya sospecho
Pero hame dailo osadía
Con estudiantes, llega ahora y habíalos. Que habéis visto su hermana. Su ingratitud de manera,
GARCERAN. RISELO. Que como quien ya no espera,
Que estáis diciendo necedades, ¡hola! Ya la he visto. Diré con desconfianza
GERARDO. GERARDO. Que mereció mí mudanza
¡Qué figura! Perderse en su misma esfera.
Está de unas tristezas tan al cabo.
RISELO. CELIA.
Que anda buscandn músicos y haciendo
Notable. Mil fiestas solo á efeto de alegrarla Yo te confieso, Fulgencia,
, ; ; . — ;; ; . ;

i 92 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ


Que tu tristeza entendi. FILC.KNCIA. DON JUAN.
Porque enamorada vi ¿Agravio? Poco há que estaba aquí.
Que te partiste á Valencia, DON JIUN. GARCERAN.
Y con lios meses ile ausencia Señora, sí. ¿Es esta la dama?
De tal manera volviste, FILGENOIA.
MARÍN.
Que á don Juan aborreciste,
Don Juan, pues he conocido Si.
Y mataste de pesar
Y'uestro valor en (luererme.
Cuantos te vieron estar GARCERAN.
No (jniero mas defenderme
Tan melancólica y triste. Hola, alio! mirad (jue rabio;
Vu(>stra soy y vuestra he sido. ¡
¿Qué te pudo suceder. Por eso mandad sacar
Licencia cóii esto os |)ido;
Que tan presto te mudaste? La merienda
Que he dicho mas que pensé.
FILGENCIA. GERARDO.
DON JUAN.
Desconfiar (que esto baste) La tristeza
Pues ¿no os agradeceré
Celia, de voher á ver Que oprime tanta belleza
Siquiera tanto favor?
A don Juan y ser mujer.
,
Nos ha obligado á sacar
FCLGENCIA. Este del Colegio Viejo,
Vi un caballero galán.
Cuyo noml)re es Garceran Bastará pagar mi amor. Que es pieza de Rey.
Quísome bien con pasión. Que vuelve á ser el que fué. {Vene.) GARCERAN.
Escúchele una razón, Y vos,
Y unas tras otras se van. ESCENA XV. ¿Sois, que mal os haga Dios,
Al principio no entendí La enferma del sobrecejo?
Que hiciera mas de escuchar DONJUÁN, CELIA.
¿Para qué os entristecéis,
Para poder aliviar Con esos años y cara?
DON JUAN.
El mal que sa(|ué de aquí;
Eres bien, volando vas. MARÍN.
Pero tal sirena oí,
Que llorando me engañó :
¿Qué es esto, Celia? En lo que dices repara.
Cierto fué (¡ue se burló. CELIA. GARCERAN.
Pues no he visto letra suya. Mudanzas Reparad vos, si queréis
CELIA. Pero, pues el viento alcanzas, Que aun yo no he visto el azí^r
¿Para qué preguntas mas? De las huertas de Valencia.
Que toda culpa es tuya
la
.íiiraré, Fulgencia, yo.
Mas si palabra me das. CELIA.
no te rindieras,
Si presto
Te diré todo el secreto. Allá bien curan de ausencia.
* DON JUAN.
¡Cuan mejor te aseguraras! GARCERAN.
FCLGEMCIA. Como quien soy lo prometo.
También saben enfermar.
CELIA. CELIA.
¿Qué importan palabras raras
Ñi de burlas ni de veras? Soy tu hermana y soy mujer; No soy yo la que estoy triste.
El. con todas sus quimeras. Que á no callar nuestro ser GARCERAN.
Solas palabras me debe. Dicen que nació sujeto.
Fulgencia (juiso en Valencia,
¿No? Pues ¿quién?
CELIA. CELIA.
Y fué amada de un galau,
Y amor ¿ no es nada ?
Cuyo nombre es Gaiceran Soy su cuñada.
FCLGE.NCIA. Hizo de Valencia ausencia, GARCERAN.
Ese en breve Y vuelve á querer Fulgencia Y estáis con este casada?
Saldrá del alma tirana. A lo (jue quiso primero.
DON JUAN.
Como frió de terciana. DON JUAN.
No que yo soy quien resiste
;
CELIA. Golpe me has dado tan fiero. Las tristezas desa dama.
¿Tienes guardada la nieve? Que con celos se olvida.
si GARCERAN.
Presto quieres; pero ¿luego Harán (jue toda mi vida
Harto trabajo tenéis.
Truecas amor en desvio? Aborrezca lo que quiero.
¿Cómo ¡)odré ya casarme A la cuenta la queréis,
FLLGENCIA.
Con tan mudable mujer? Y ella sin cuenta os desama.
Es como me viene el Trio DON JUAN.
CELIA.
Después del calor del luego. Esa fué verdad de loco.
CELIA.
¿Qué importa un fácil querer?
GARCERAN.
rue^o DON JUAN.
Que á querer vuelvas te Echail acá la mujer;
Mi hermano, pues que podras. Importa poder matarme.
¿Cómo [lodré conliarme? Que la tengo de morder
FILGENCIA. Solo porque os tiene en poco.
CELIA.
Agora querré mas.
le DONJUÁN.
Que tengo este desengaño. Luego ¿habrá muchas doncellas
¿Cómo te llamas?
Que de (jtierer y querellas
GARCERAN.
Se escapen en verdes años?
ESCENA XIV. ¿Yo?
DON JUAN.
DONJUÁN. — Dichas. Pues ¿por ([ué lamenta engaños
DON JUAN.
Sí.
Quien pone esperanza en ellas?
DOS JOAN. GARCERAN.
No camines tanto, engaño ESCENA XVI, ¡Mal año si lo dijese,
Que va la esperanza atrás. Y alguno me conociese
Mira que no puede ser GARCEHAN MARÍN , , RISELO , Gl
De los (jue andan por ahí!
Que te alcance, aunque es de viento; RARDO.— Dichos. MARÍN.
I'orque sigu(! el pensamiento
MARÍN. Pablos, Señor; y yo soy
De una mudable mujer. Su lio, y es Juan Vicario
Mira que vayas con seso.
FCLGENCIA. Mi nombre de calandario.
El eco me hace creer GARCERAN. Que para moslrallé, estoy
Que os vais (¡uejando de mí. Pues si yo seso tuviera, En el Colegio con él,
DONJUÁN. ¿Pensáis que en esto anduviera, Las oraciones.
Mortero con ajo y queso? DON JUAN.
La razón lo dice así
RlSELO. Aquí
Y el amor, que no es tan sabio,
¿Está aquí el .señor Octavio? Viene la que es para mí
Que sepa callar su agravio.
, ; ;

EL BOBO DEL COLEGIO. 103


Por lodo extremo cruel. MARÍN. GARCERAN.
Dile con tus boberias Ten prudencia. Y yo también, á la fe.
Y coa tus simples razones. GARCERAN. Aunque no me desmayé
Pues no bastan discreciones, Que es el desmayo adivino Porque me riñó mi lió.
Pablos, las congojas mías. De verme loco, Marin. Hola, tristísima dama,
Dile que cure mi mal. Catadnos acá, y calad
MARÍN. Cuál vamos poV la ciudad
GARCERAN. *.

Señora, aunque labrador, Tal sabe hacer quien bien ama.


Si es sarna, yo sé un ingüente
Yo sé uu salmo. No os espantéis otra vez
C-on (jue el mal se os acreciente,
Y os íleveu al hospital.
CELIA. De ver un bobo, aunque fuera
¿Tú? Como yo, porque si hubiera
GERARDO.
MARÍN.
Pesquisidor ó juez
Pablos, vos quedáis adonde Deste delito en el mundo.
Os sabrán regalar bien. El mejor.
La cárcel fuera mayor,
Quedad con Dios. CELIA. Y mentecatos de amor
GAKCEUAN. Dile. Tienen el lugar segundo.
Digo amen. MARÍN. Solo tuve por agüero
Ya limpio el magin... Lo que aqueste me mandó.
r.lSELO.
—Pero habéis de estar aparte. Porque os quiere como yo
Por si esta dama se esconde
CELIA. Que bien sabéis vos qué os quiero.
Viéndonos aquí, nos vamos.
¿Volverá? Dice que no le queréis.
D0>' JUAN. Deque algo estoy consolado
MARÍN.
Diré á Octavio esta merced. Si. Que lo que me habéis costado
GARCERAN. <:elu. Es razón que lo estiméis.
¡Hola! por acá volved. Llega y di. ¿Cómo os llamáis?
FULGENCIA.
RISCLO. MARix. [Ap. á Fulgencia.)
¿Cuándo? ¿Yo? La Firme.
Garceran, loco por ti,
GARCERAN. Fulgencia, viene á buscarte. GARCERAN.
El domingo de Ramos. Está en el Colegio Viejo ¡Plegué á Dios que lo seáis!
{Yaitse Riseloy Gerardo.) Disfrazado en bobo. Buena estáis si lirme estáis.

FULGENCIA.
Como agora se confirme.
FULGENCIA.
ESCENA XVII. ¡.AyDios!
Presumiendo ingratitud.
CELIA.
FÜLGENCI.\.— CELl.Y, GARCER.\N, ¿Habló? Cerca de mudarme estuve.
DO.\JUA>,M.\RL\. Salió el sol, pasó la nube.
GARCERAN.
GARCERAN.
FÜLGESCIA. Mal conocéis vos
Templado habéis el laúd.
Aquel salmo ó salmorejo.
Con vergüenza vuelvo á veros. DONJUÁN.
MARÍN. [Ap. á Fulgencia.)
DON JIA>. Si el simple os enoja, haré
Estaréis arrepentida. Advierte que aunque es locura, Que se vaya.
Es nacida de tu amor. FULGENCIA.
GARCERAN.
Hola, mujer relamida, Antes me alegra.
¿Por qué no amáis á Gaiféros?
ESCENA XIX. GARCERAN.
FLLGENCIA. DON JU.\N, con agua. — Dichos. Pues, señor cara de suegra,
¡Jesús! ¿ Sabe cómo le daré?
DOX JCAN. DON JIAN. DON JUA.X.
¡Ay Dios! Esta es el agua. ¿Qué me darás?
GARCERAN. GARCERAN.
GARCERAN.
¿Qué leba dado? Pesadumbre.
Mejor
DON JUAN.
DON JUAN. Tengan mis cosas ventura
Que la ha de beber Fulgencia. .Ahora bien, quiéreos dejar;
Fulgencia se desmayó.
Que á Celia tengo que hablar.
CELIA. DON JLAN.
GARCERAN.
Tal sobresalto le dio ¿Porqué, Pablos?
Ver este simple á su lado. Pues nunca Dios os alumbre,
GARCERAN. Por mas preñado que estéis
MARÍN. Porque ya De deseos y de antojos.
No es feo que obligue á exiremos. Lágrimas beber podrá, CELIA.
CELIA. Agua de azar de Valencia. Vamos.
Id, don Juan, mandad sacar Dad el agua á Juan Vicario. FULGENCIA. {Ap. á Garceraii.)
Un poco de agua de azar. MARÍN. ¿Que te ven mis ojos?
GARCERAN. ¡Malos años para vos! MARÍN.
Naranjos somos, lloremos. GARCERAN. Quedo, paso; que os perdéis.
DON JUAN. Pues sus, dénos á los dos... CELIA.
Voy por agua. ( Vase.) Aguardiente y letuario. Bien quedas entretenida.
GARCERAN. DON JOAN. Luego á verle volveré.
Traed vino. ¿Qué tenéis, Fulgencia mia? DON JUAN.
FULGENCIA. ¡Desmayo , Celia ¿Qué fué?
!

ESCENA XVUI. Lo que tener no pensé.


CELIA.
Melindres.
FULGENCIA, desmai/ada, CELIA DON JUAN. DON JUAN.
GARCERAN, MARÍN. ¿Es mal? ¡Bien, por mi vida!
FCLGENCL4.
GARCERAN,
CELIA. j-Cia! Ya el mal olvidé. ¿No se van?
¡Fulgencia ! ¡ .\h hermana Ah Fulgen-
! Como vi que el bien venia. MARIN.
GARCERAN. {Ap. á Marin.) DONJUÁN. Aguarda un poco.
¡Ay, Marin, ay! Aquí estoy; vos sois bien niio. {Vanse Celia y don Juan.)
L-i. 13
, , ! ; , ;, ; !

i9i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA XX. El lugar que
amor os da, OCTAVIO.
¿Noveis (|ue se correrá ? ¡Gracioso simple!
FULGENCIA, GARCEUAN, MARÍN. Advertid que hay gente afuera,
Y que os faltará ocasión. FULGEXCIA.
M.VRIX. Extremado.
Cierra, hijo. GARCERAN. Obliga á tenerle amor.
GARCF.n.\X. No hará con este disfraz.
GARCERAN.
¡ \\ |)rciKla amada FULGENCIA. Si yo le tengo
mayor,
FULGENCI.\. Si en esto estás pertinaz, ¿Qué mucho que haya obligado?
Tente ; que estoy enojada Aquestos mis brazos son.
OCTAVIO.
De verte , mi bien, tan loco. GARCERAN. Dice cosas en razón.
GARCERAN. Y estos, Señora, los míos.
GARCERAN.
¿Los brazos me niogas? MARÍN. No creáis mis beberías
FULGEXCIA. Bendígaos el cielo, amen. Antes después de los días
Sí.
GARCERAN. Que os hurte la bendición.
¿Por qué hecho esta locura?
lias
Agradéceme, mi bien OCTAVIO.
GARCERAN. Estos locos desvarios. Vamos á comer, hermana.
Porque tu n)uclia hermosura
FULGENCIA.
Me tiene lucia de mí. ESCENA XXI. Coma huésped con nosotros.
el
Fi;i,GE>CIA.
¿Cómo podré yo ser tuya, OCTAVIO. — Dichos. GARCERAN.
honor?
Si te quitas el
'
O con ellos ó con otros.
Siempre me sobra la gana.
GARCERAN. OCTAVIO.
Pero de mi historia toda
Como á tu gracia y mi amor ¿ Está aquí mi hermana? No cantarán villancicos
Esta hazaña se atribuya. GARCERAN. Hasta que coma los picos
FULGEXCIA. Y yo. De las roscas de la boda.
Quítate, por Dios, mi bien. Que la abrazo , aunque no quiera. OCTAVIO.
Ese traje tan extraño. Entra que tengo que hablarte
OCTAVIO. ;

GARCERAX. ¿Quién eres? Del contento dé don Juan.


Eso no, porque este engaño GARCERAN. GARCERAX. '

Me desengaña tanilñen. Quien antes era. Y á mi tio ¿no darán


FL'LG ENCÍA. Que del tejado cayó. De mis buenas dichas pai-te?
En traje de caballero, FULGENCIA. OCTAVIO.
¿ rs'o puedes servirme? Pablos es mi grande amigo. ¿Es ese buen labrador
GARCERAN. Que es del Colegio, y le quiero Tu tio?
No, Mucho. MARÍN.
Porque no te veré yo GARCERAN. Pues ¿no lo ve?
Cuando quiera y como quiero. Y yo ando al retortero. Yo le truje y le asenté
Con el hábito qiie ves, Por esto que hace conmigo. En el Coiegio, Señor
Entraré y saldré en tu casa; ¿Sois vos su hermano? De donde espero que presto
Y sin saber lo que pasa OCTAVIO. Saldrá á ser hombre do bien.
Fulgencio, tu miedo es, (Vanse Octavio y Fulgencia.)
.¡Buen lance habemos echado
Yo soy.
Aventurando el honor!
Alegra mucho á mi hermana.
Que si leInviste amor GARCERAX. ESCENA XXII.
Y me has, Fulgencia, olvidado. Tan sana os la doy mañana.
No querrás que yo Como yo con verla estoy.
GARCERAN, MARÍN.
te vea
Aprisa y con libertad. FULGEXCIA. GARCERAN.
FL'LGEXCTA. Mucho me he holgado con él. Todo nos sucede bien.
No hay, Garceran, necedad, GARCERAN. MARÍN.
Que de mas quilates .sea
Por eso vine yo acá Hoy la fortuna te ha puesto
Que la de un discreto.
Que bien me estaba yo allá ;
Donde puedes desear.
GARCERAN. Pero en fin vine por él. GARCERAN.
¡Ay cielos! OCTAVIO. Que me conserve deseo.
FÜLGENCIA. ¿Por mí has venido? MARÍN.
Es verdad que este es don Juan, Bien haces bobo.
GARCERAN. el
A quien por dueño me dan...
¿Pues no? GARCERAX.
GARCERAX. Si él no fuera, no viniera; Creo
No eran sin causa mis celos. Que me trajo la mollera Que habemos hoy de engañar
FCLGEXCIA. Y sin seso me dejó. Álgun discreto.
Dios sabe lo que me debes, Secóse todo el azar MARÍN.
Garceran. Luego que faltó el abril Qué efetos
¡

GARCERAX. Descuídeme del candil Tan propios de ambición la


Y quemóseme el pajar.
Porque ya los bobos son
Pues .siendo así.
(>omo vi que no quedó Quien engañan los discretos.
Déjame sin honra aquí,
Y mi paciencia no pruebes; Esperanza de provecho.
Puse á la fortuna el pecho. GARCERAN.
Que quien llega á estas locuras Hoy levanto un templo egregio
También se sabrá matar. Que este albornoz me vistió.
Aconsejóme mi tio Al amor.
FULGEXCIA. Viniese á estudiar acá. MARÍN.
No te quiero aconsejar. Aunque hace calor allá, ¡
Qué bien harás!
GARCERAX. Y acá tememos el frió. Y su puerta honrar podrás
Mas de tu amor me aseguras? Pero todo se hará bien, Con las armas del Colegio.
¿
Y yo saldré graduado.
MARIX.
Como vos me deis el grado,
Si estimáis desta manera
Y vo os hurte la sartén.
; ; — ,! ! ! !

EL BOBO DEL COLEGIO. 195


CELIA. GARCERAN.
ACTO TERCERO. Si ella adora en Garceran, Yo, sí queréis.
Caballero de Valencia,
CELL\.
¿ Cómo quieres que se case
Si la carta le fiáis
Con mi hermano? I

ESCENA PRIMERA. !
A su tio deste bobo,
OCTAVIO. Que ha dado
; ya en estudiar,
OCTAVIO, CELIA. ¡ Y de mi hermana '

¿Quién mejoría puede dar?


Dices cosa tan li\iana!
¡Vive el cielo, que la abrase GARCERAN.
OCTAVIO. ¿La oveja le dais al lobo?
Aun para ser tu galán GARCERAN.
Oxte, puto CELIA.
Es ese niucbo rigor, ¡

CELIA. En hábito de estudiante


Y que tengas mas amor, Sirve en Salamanca ya,
Aunque es tu hermano, á don Juan. Yo sé bien
Que porque en Valentía Y en los principios está.
Advierte que soy marido, vio
A Garceran, á quien dio Según dicen, adelante.
Y que en posesión estoy. Dalde dineros y parta.
CELIA.
Su fe y palabra también,
A mi hermano trata ansí. OCTAVIO.
Sipesadumbre te doy. La carta voy á escribir.
GARCERAN.
Pon la venganza en tu olvido;
Demás que solo te ofendo ¡Hi de puta, ruin mujer! CELIA.
En estar triste. OCTAVIO. Y yo ayudar á decir
á
ocT.\no. Fulgencia ¿pudo querer Lo que es de esencia en la carta.
Ni hablar ningún hombre allí ? {Vanse Celia y Octavio.)
Y ¿es poco,
Si basta ávolverme loco CELIA.
Cuando tu gusto pretendo? Pues ella me lo ha contado; ESCENA ni.
Vuelve, Cetia, esposa mia, Bien sabré yo lo que digo.
A
tu contento y placer
G.\RCERAN.
GARCERAN.
Que
es prudencia en la mujer
No queráis mejor testigo.
Mostrar al hombre alegría.
¿Dónde me llevas, pensamiento loco.
OCTAVIO. De una desdicha en otra hasta la muerte?
¿Nunca ha de faltar un triste?
¿Eso en Valencia ha pasado? ¿Por qué medio Uin áspero y tan fuerte
Cuando Fulgencia lo estaba.
Cortos principios de mis dichas toco?
Tú alegre y cuando ella acaba
; GARCERAN.
Si con mi deshonor no te provoco,
La tristeza en que la viste, ¿Eso en Valencia pasó ?
Comienza la luya en casa.
Y el verte en tanto mal no te divierte.
OCTAVIO. Acaba de matarme de otra suerte,
CELU. ¡ Fiad honor de mujer Sí te parece que padezco poco.
Ella no tuvo ocasión; GARCERAN Adviertequeno hay músicasin pausa:
Yo sí. Descansa un poco porque tome aliento.
¡Fiad cosas de comer
OCTAVIO. Sí lo permite de tu amor la causa.
De pajes!
Pero note acobardes, pensamiento;
Pues ¿por qué razón OCTAVIO.
Que mas vale tu mal por quien le causa.
Si no es porque no se casa?... Pensaba yo Que verme libre del dolor que siento.
CELIA. Que la llevaba su tía
Para guardarla mejor,
¿Qué mayor, pues no cumplís
Y hame quitado el honor I
ESCENA IV.
¡
Vuestras palabras los dos?
GARCER.AN. MARÍN, en hábito de capigorrón. —
ESCENA II.
¿Hay tan gran bellaquería? GARCERAN.
OCTAVIO.
MARÍN.
GARCERAN.— Dichos. Y ¿quién es el Garceran?
En busca vengo.
tu
GARCERAN.
GARCERAN. GARCERAN.
Será un hombre como yo;
¡Bueno me ponéis, por Dios Hombre que si la pescó, Aquí
Pues esperad, pues huís Siempre, Marín, me hallarás.
Buenas noches.
Que yo cojo dos lanches,
si CELIA. MARÍN.
A Roma iremos por todo. Un galán ¿Cómo al Colegio no vas?
¿Qué hacéis los dos deste modo, Mas bien nacido que rico. Que se me quejan de ti.
Desocupando los ranchos
GARCERAN, GARCERAN.
Donde os puso el casamiento?
Siempre mujer y marido Sí, porque
rico fuera
si Quedóme en aquesta casa
Han de tener en el nido. Como noble, no sufriera Por actos de posesión,
Como palomas, asiento. Que le pongáis tanto hocico. Y porque ya mí pasión
Muy cuerdos estáis. ¿Qué es esto? OCTAVIO.
A tales extremos pasa.
¿No estáis con gusto? ¿Hay celera? Desde aquí á Fulgencia veo.
Iré á Valencia y haré
Ya desnuda, ya vestida.
OCTAVIO. Que no la escriba ni engañe.
Cuelga en su vista mi vida,
Pablos, allá fuera espera. GARCERAN. Y la suya en mi deseo.
GARCERAN. Si queréis que os occmpañe. Ella pues, como me ve
Porque allá le halléis, yo iré. Sobre esas mesas quedar,
¿Vos también estáis compuesto ?
OCT.WIO. Busca con qué me pagar
OCTAVIO. La tírnieza de mi fe.
Mataréle sobre el caso.
Yo no soy el enojado. Levántase de mañana
GARCERAN. (A hacerme este bien sospecho),
GARCERAX.
Sobre caso ó sobre el queso,
el Y ya el cuello, el blanco pecho.
Luego ¿vos dais en celosa? Pardiez, hacelde un proceso Me muestra por la ventana.
CELIA. De versos de Garcilaso. Deja que al descuido esté
Es muy diferente cosa. CELIA. La manga de la camisa.
Mejor es que le escribáis
Por doinle el brazo divisa
OCTAVIO.
Con propio Quien desde abajo la ve.
Celia, yo no estoy culpado y le amenacéis.
Yo, mas bobo que mi traje
De que' no quiera Fulgencia OCTAVIO. Con el sol que me amanece.
Desposarse con don Juan. ¿Quién irá? Le digo que me enloquece,
,
! ! ,

,196 COMEDLVS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Y hago pensamiento paje.
al I
TRISTAN. Y díceme Garceran
Va y viene con mil recados ; Atento este bobo está. Que aproveche el tiempo ansí,
Pagados pienso que son : Y eslále perdiendo aquí,
DON JUAN. i

ílira si tengo razón. Donde mil penas le dan.


I

Escribir el papel quiero,


MARiy. Ay Valencia de mis ojos
Y que se le lleve un paje. ¡

Ay plaza de la Olivera!
Piensan los enamorados ¡

TRISTAN. ¿Quién por el aire te viera,


Que los que ios ven son ciegos.
¿Cosa que des á entender Yo os le ayudaré á notar. Para templar sus enojos?
Lo que nos venga á poner DON JUAN.
En nuevos desasosiegos? A Fulgencia me ha de dar, ESCENA IX.
GAHCEnAX. O he de abrasar su linaje.
Entra, Marin, por tus ojos, (Vanse.) RISELO, GERARDO, LUCINDO. —
Y mira lo que hace alia
MARÍN.
;

Que hay desdichas por acá, ESCENA VI.


RISELO.
Que me hacejí dar mil enojos.
A Celia dijo Fulgencia GARCERAN. En tu busca venimos.
Que aborrecía á don Juan MARÍN.
Por amará Garceran, ¿Qué es esto, cielos? ¡Ya trata
Don Juan de matar á Octavio, ¿Quién os dijo
Caballero de Valencia.
Que tiene el ver por agravio Que estaba por acá?
INo sé si fué por locura,
O para echarme á perder. Que su gusto se dilata! GERARDO.
¿Para las once en !a puente? Las amistades
MARÍN.
Pues basta que amigo habrá
; Que en esta casa á tí y á tu sobrino
¡Olí secretosen mujer! Que al camino le saldrá. Os hacen con regalos tan notables.
GARCERAN. Porque 9e excuse la gente.
MARÍN.
Por ellas ninguno dura.
Pues ¿qué se ofrece?
«ARIN. ESCENA VII.
Voy. RISELO.
GARCERAN, MARÍN.— GARCERAN. Holgamos esta nocl¡e.
Dlle que espero aquí, Porque el señor Lucindo es grande ami-
Y que escriben á Valencia GARCERAN. Y tiene prevenido gira y cena. [go,
Que yo les deje á Fulgencia. ¿Qué hay, Marin? LUCINDO.
MAR1.\. MARÍN.
Dícennie del honor, donaire y gusto
¿Que tú se la dejes? Salir quería, Del señor licenciado Juan Vicario
Y no salió por don Juan. Tantas cosas aquestos caballeros.
GARCtRAN.
Si.
GARCERAN. Que quiero conocerle. Toque.
Peor nuestras cosas van MARÍN.
MARÍN.
De lo que yo te decia. Toco.
¿Cómo, si con ella estás? Búscame luego un vestido, RISELO.
GARCERAN. Capa y espada.
Y ¿cómo MARÍN. Yo digo que la fiesta será buena
la dejaré?
Vendí
En este modo.
MARÍN.
Los tuyos para que ansí MARÍN.
En fin, eso le diré. ,

Fueses menos conocido; Dé vuarcé la traza.


GARCERAN. .
Que estaban en el mesón RISELO.
Y que la espero dirás. Dando sospecha.
Ay de mi, que ya no puedo A la puerta de Toro hay cierta ninfa
¡
GARCERAN. Que se nos hace á todos del Parnaso,
Vivir sin ver lo que vi
Es verdad. Y entre las cantaletas y matracas
Vasc Marin.)
(
MARÍN. Que merecen sus ascos y melindres.
ESCENA V. Mas yo tengo en la tñudad Me ha parecido que llevando á Pablos
Amigos, que algunos son Vestido de galán, se le dejemos
DON JUAN TRISTAN.— GARCEHAN. Hombres
, de bien y galanes. En figura de príncipe reciente
Entra, y verás á Fulgencia, En la Universidad , á solas.
TRISTAN. Que está llorando tu ausencia MARÍN.
Esto se ha de hacer asi, Con divinos ademanes. ¡Bueno!
Y muera Octavio.
GAUCERAN. Cuádrame la invención pero el vestido
;

DON J CAN. ¡ Ay, Marin qué mal agüero!


!
¿Adonde se ha de hallar?
Hablad quedo. MARÍN. LUCINDO.
TRISTAN. ¿Agüero? Yo le he traído
El bobo está aquí, no importa. GARCERAN. I
Para de noche, de Sevilla, bueno.
GARCERAN. (Ap.) Llorar el sol, I
MARÍN.
¿A Octavio quiere matar? ¿Es poco? Pues yo voy á sacarle como un trueno.
MARÍN.
DON JUAN. GERARDO.
A de español.
fe
Yo le he de desafiar. Que eres lindo majadero. ¿Dónde le vestiremos?
Porque vea lo que corta RISELO.
La espada con el agravio {Vase Garceran.)
En el amigo mayor; En mi casa.
Que me ha ofendido el honor ESCENA VIII. MARÍN.'
Con aqueste engaño Octavio. MARÍN. Pues no sepa ninguno lo que pasa.
TRISTAN. LUClNDO.
Amor, ¿en qué han de parar
Pues escribilde un papel á Pablos!
Tus enredos y quimeras? ¡Qué gracia será ver vestido
Para las once en la puente,
Ya, Tórmes, en lus riberas MARÍN.
Y llevad alguna gente
Otra vez vuelvo á estudiar.
Por si lo fuere con él. La ninfa se ha de dar á treinta diablos.
Vesme aquí de licenciado.
DON JCAN. Siempre pensando en latin, {Vanse.)
Eso no que es caballero,
; Habiendo sido un rocin
Y yo seque solo irá. Los piensos de mi cuidado.
,, ! ; ! , , ;, , ,, , ! ;; ! ,

EL BOBO DEL COLEGIO. 197


ESCENA X. En de tu habla
los ecos Sin esto , me has de firmar
Dulcemente divertido! Dos cartas para Valencia.
FULGENCIA, GARCERAN. Cuántas descomodidades GARCERAN.
De estudiantes descorteses
Bien dice su reverencia
GARCERAN. He padecido en dos meses,
Sufriendo tantas crueldades!
Y yo las he de llevar.
Pues ¿ (]\n' te pudo obligar OCTAVIO.
El picarme cada día,
A decirle tu secreto?
A que apenas respondí... En ellas has de decir
FüLCEXCIA. Pero estábalo de tí, Que á Garceran aborreces.
Desconfiar ; que en efe'o Y de nadie lo sentía. GARCERAN.
Causa me pudiste dar. Agora, ¡
muy tibia sales
Con que te quieren forzar, ¿Mas que os doy pan como nueces
GARCERAN. Si tal la hacéis escribir?
Y á un caballero dejar
Fiaste poco de mí. Estas infames señales FULGENCIA.
FULGE.NCIA. De tu crueldad Pues, Fulgencia !
Yo haré cuanto tú quisieres;
Carceran, lardaste un mes, Con mi lengua he de morir; No me digas vituperios
Y ya tú lias visto después Lo que soy he de decir Que por eso hay monasterios
Lo que lia pasado por mi. Antes que vuelva á Valencia. Para amparar las mujeres.
Cuando á Celia le conté Aquí te dejo el vestido Y yo me sabré vengar
yue te amaba, Garceran, Aunque el engaño no dejo Dé Celia y de tí. (Vase.)
Fué agradecida á don Juan Como culebra el pellejo
OCTAVIO.
Por tanta firmeza y fe Entredós piedras metido.
Y de ti desconfiada; De alma y condición tan dura. No importa;
Pero luego que \ eniste. —Octavio, Celia don Juan , {A voces.) ,
Que á la larga ó a la corta
Ya mis resistencias viste, Oíd yo soy Garceran.
;
Con don Juan te has de casar.
Y que al fin no estoy casada. FULGENCIA. GARCERAN.
GARCERAX. ¡Hay tan extraña locura! ¡Malos años para vos
¿Casada liabias de Ko te desnudes. ¿Qué es esto? Que se ha de casar conmigo.
estar,
Y vivo yo? GARCERAN.
FULGENCIA.
Garceran soy. ESCENA XII.
FULGENCIA.
Si la fuerza
Vuelve en tí.
RODRIGO.— GARCERAN, OCTAVIO.
A un desatino me esfuerza,
¿Podrélo yo remediar? '* GARCERAN. RODRIGO.
Don Juan la palabra pide Garceran soy.
¿Está aquí Octavio?
A mi hermano, y él á mí FULGENCIA.
Celia vive mal por mí, Ay de mí! OCTAVIO.
¡

Y Octavio la boda impide. Que vienen. Vístete presto; Rodrigo,


Ya dice que á un monasterio Que mi palabra te doy ¿Qué quieres?
Mañana la llevarán. be ser tuya basta la muerte GARCERAN.
¿Qué puedo hacer, Garceran, Y (¡ue fué probarte advierte.
¿Qué es esto? ¡Ay Dios!
Si mi hermano tiene imperio GARCERAN.
Para casarme y forzarme? RODRIGO.
¿Probarme? Vestido estoy.
GARCERAN. Este papel que te diese
¿Agora estamos ahí? ESCENA XI. Me dio mi señor don Juan.
¿Desto me ha servido aquí GARCERAN.
Él venir á deshonrarme? OCTAVIO. — Dichos. ¿Escriben y en casa esláu?
,

¿Masque quieres que me quede RODRIGO.


En el Colegio de veras? OCTAVIO.
¿Quién |)ensara que dijeras ¿Quién daba voces aqui, No me dijoque volviese
Que Octavio forzarte puede? Llamándose Garceran? Con la respuesta.
¿Es eso lo que decías FULGENCIA. OCTAVIO.
En Valencia, castellana. Aquí los que ves están. Pues vete.
Cuando el alma valenciana Yo estoy quejosa de tí. (Yase Rodrigo.)
Pensaba yo que tenias?
¡Mal haya yo, que creí OCTAVIO. Quejas serán.
Palabras de una mujer, ¿De mí? ¿Por qué? GARCERAN.
Para venir á perder FULGENCIA. sin duda.Es
La honra y la vida ansí Porque has dado {Ap. Dice que á la puente acuda.)
Bien te dije que temía En creer á tu mujer. OCTAVIO.
Y era justo mi temor; Que desde Adán viene á ser ¡Breve y sangriento billete!
Que traías el amor, A lodo el mundo vedado.
Fulgencia, á tierra muy fría. Pues ¿don Juan me desafia?
Las voces que daba aquí Parentesco y amistad
AUii amaste en tiempo breve ; Es decir que Garceran
Pero acá, para mi mal, ¿Permiten tanta crueldad?
Dice que fué mi galán.
Volviste á Innatural,
Pues ni por su valentía
GARCERAN. Ni por su razón , Octavio
Y está cubierlo de nieve.
¡Bueno quedaré sin tí Y yo, cuando las oí. Quedará en mala opinión.
Y con aquestas colores. Dije que era yo también Pésame que ya no son
Ya de vergüenza mayores. Y lo digo y es verdad, ;
Las once.
Que andando por la ciudad GARCERAN.
De ver que el honor perdí
Yo tomé propia figura Aunque me ven no me ven. ,
Haced como sabio
De lo que he venido á ser; Garceran soy aunque os pese. ,
Si acaso estáis de pendencia,
Que tal es quien por mujer ¿No soy yo vuestro galán ? Y calaos las once mil.
La vida y honra aventura. Luego yo soy Garceran. OCTAVIO.
¿Qué no he pasado por ti? OCTAVIO.
¡Oh hermana! Oh Fulgencia vil
Que á ser tú cielo, Fulgencia Fulgencia engaño cese. tu
¡Nunca fueras á Valencia (Yase.)
,

Cunara por penitencia O con don Juan mi cuñado ,

Lo que por Luzbel perdí. GARCERAN.


Has de amanecer casada
¡Cuántas noches he dormido O dar causa mas honrada Concertóse el desafio;
Oesta suerte en una tabla. Que basta aqui á los tres bas dado. Que es honrado caballero.
; ,, ; , ,; ,, , , ,, ; ,,, —
, , , ,;

198 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA XIII. i Es mi esposo y no galán ,
Para mañana en escuelas!
Como vosotros hacéis. le GERARDO.
MARÍN. — GARCERAN. I
Y háceme ser atrevida Para Teodora es muy presto;
Lo que conmigo lo estáis Por<[ue andarán sus galanes
Y ver (pie los tres me dais
I

MARÍN.
Por su calle á solaviento,
Mas há de un que espero
hor;i Tan cruel y áspera vida Y es menester hacer hora
l'ara hablarte, dueño niio. Que sois del alma enemigos
Porque no erremos el juego.
GARCKRAN. Mas tuertes que ella los tiene.
mundo viene MARÍN.
¿Has buscado con cuidado Octavio á ser
Lleno de falsos amigos; Pienso que en el Tabladillo
Él vestido'? Algunos nos conocieron
MARÍN. Tú, la carne (pie manida
,

Por la sangre de tu lierniaiio Y que nos siguen U longe.


El se ha venido.
Me lientas (¡ue dé la mano RISELO.
ÜARCFRAN. A una mano aborrecida Dalles, si llegan á vernos.
Pues ¿de qué manera ha sido? Pues si el demonio es don Juan Seis pares de cuchilladas.
MARÍN. Las obras mira. Pablos, ¿serás para ello?
Cuatro ainijrosnie han rogado CELIA. GARCERAN.
Que dejase vestir
te Ya tarda ¡Pesia tal! Juro á mi sayo
Para burlar una dama De llegar tu ángel de guarda. Que si le mondo el hollejo,
Que hay una cena de lama. Venga el señor Garceran Que no hay en treinta estoriantes.
GARCERAX. Y líbrete de nosotros. Para que corte, pescuezos.
>o estoy yo para reir. FULGENCIA. MARÍN.
MAUIN. Pues sí vendrá que alas ;
liene. No sabemos qué hora es.

¿Qué tenemos? ¿ Hay mareta ? CELIA. ¿Hay quien conozca del cielo?
GARCERAN. Justo castigo me viene LUCINDO.
Y aun fortuna habrá Marin. ,
De emparentar con vosotros. Por allí he visto á Saturno.
Locos, necios, ignorantes. RISELO.
MARÍN.
FULGENCIA. Dadle diablo; que es un puerco,
al
¿Anda á la orilla el delfin,
Quedo Celia , poco á poco. Mortífero y desabrido
O qué viento la iiuiuiela? ,

CELIA. Porque si nascitur foetus


GARCERAN.
Don Juan en darme fué loco Ipso dominante, ó muere,
El mas cruel huracán O vive falto y contrecho.
Que sus ondas levantó A villanos semejantes.
Naciendo en el mes octavo.
A las estrellas. FULGENCIA.
Morir las criaturas vemos,
MARÍN, Sé que eres necia en extremo, Píjrque allí reina Saturno,
Pues yo Y no quiero responder. Y vivir en el seteno.
Piloto soy, Garceran. CELIA. LUCINDO.
GARCERAN. Soy de tu hermano mujer, Yo con Júpiter nací.
Oye la historia. Mas vén ,
Y ninguna lengua temo. Que mis nueve meses tengo.
Sabrásla por el camino. Ni me quiere Garceran. ¿Vos, Pablos?
MARÍN. FULGENCIA. GARCERAN.
Confieso que sois mas buenos No sé par Dios
Sino hay mareta de vino. ,

No puede parar en bien. Por mi honor; pero á lo menos Que solamente me acuerdo
No ha de gozarme don Juan. ;)e íjue mi madre y la burra
{Yaiise.) Parieron á un mismo tiempo
{Yanse.)
Y muriéndose mi madre,
ESCENA XIV. A la burra me pusieron
De cuya leche salí
CELIA, FULGENCIA. Calle.
Con aqueste entendimiento.
FÜLGENCIA. ESCENA XV. GERARDO.
Muy necia Celia anduviste
, ,
La hora se ha de saber
Y muy cuQada conmigo.
l'dSELO, GERARDO, LUCINDO MA- ,
Por el norte.
RÍN; GARCERAN, muy bizar7-o, con RISELO.
CELIA.
capa, eítjiada y broquel; los músicos, Allí esta Venus,
Yo usé Fulgencia contigo
, ,
con instnimenlos. Temperans Mariis malitiam
Lo mismo (jue tú quisiste. Con su femenino aspecto.
Pues nada le pregunté RISELO. Es paraninfo del sol.
De lo que á tu boca oí,
Por Dios que vestido Pablos, Llámase á las tardes Héspero,
¿Por qué te quejas de mí ,

Si el secreto no guardé?
No pudi(!ra conocerlo Como lo dijo Virgilio
Ningún hombre en Salamanca. En sus bucólicos versos:
Cuando tú, desconliada
¡te domum saturae, venlt
De ver mas á Garceran GARCERAN.
Hesperus, ite capellae.
Me dijiste que á don Juan ¡A la fe que vengo bueno!
GARCERAN. (Ap. á Marín.)
Estabas mas inclinada No me I(j (luiten señores. ,

¿Cómo no echaste de ver Hasta hacer mi casamiento. ¡Oh, si me pudiese ir.


Que te podias mudar, Mientras se divierten estos,
GERARDO.
Y él volverte á conquistar. Al plazo del desafio!
Luego tú ¿quieres casarte? MARÍN.
Como ya debe de ser?
Si yapor cartas estáis GARCERAN. Quiero para entretenerlos
En los amores pasados, Y concertado lo tengo; {Ap. á Garceran.
Y por dicha concertados, Sinoíjiie se mete agora Esforzar lo que comienzan.
Y de secreto os casáis, El demonio de [)or medio, Dime , estudioso Ríselo
¿Qué ofensa te pude hacer? Y no sé en (¡ué ha de parar. Ya (jue del cielo tratamos
FULGENCIA. RISELO. ¿Cuál es la causa que vemos
Ahora bien dejemos esto, Cuantas naciones se saben
Celia, no te culpo en nada. ,

Y demos con en casa Tantos ingenios diversos?


Porque añadiste cuñada él
De Teodora. ¿Es el cielo el que lo causa?
A condición de mujer.
Desengañaros podéis LUCINDO. RISELO.
Tu y don Juan que Garceran ¡Bravo cuento Las influencias del cíelo
,, !, ! . , ; , , ,,, ; ,. ; ;, ;,, ,, ;,,,,; ,

EL BOBO DEL COLEGIO. 199


Vencen hombres, ni hay patria
los Si han probado sus aceros GARCERAN.
Donde algún sabio no hallemos. La mayor dilicultad. Matarme con vos primero
Mira en la Scitia á Anacársis, Mas no pienso que han venido; Que llegue Octavio.
-Plinio refiere unos versos Porque mi mucho cuidado DOX JLAX.
En sus epístolas tales, , Me ha traído anticipado Yo espero
Que como el escultor diestro Aunque el menos ofendido.
Con aqueste tafetán
A Octavio.
Hace de cera una imagen
GARCERAN.
Formándola con los dedos, Haré mucho en andar bien
Que si los ojos no ven... Matadle en mi.
Así las artes con docta
Mano forman los ingenios. Pero ¿si es este don Juan? DOX JUAX.
La razón dentro del hombre
, El es sin duda. ¿Para qué si estáis casado
,

Como lo dijo Galeno Desde Valencia y Fulgencia ,

De usu partiuin, libro primo, ESCENA XVII. Os trujo á vos de'Valencia?


Compreheude los sujetos GARCERAX.
De las artes; lo que dijo DON JUAN.— GARCERAN.
Vos honrado
sois caballero
Julio Firniico no creo. Y como yo os conociera
DOX JÜAX.
Porque fué por alabar Tanto respeto os guardara
Sus astrólogos efetos No ha sido
[Ap.
Octavio muy perezoso Que á cualquier hombre matara
Dándoles álos planetas Que en Valencia la quisiera.
Siendo cualsoy el quejoso
Las causas de los sucesos. No lo supe ; ya me quiso
Pues que primero ha venido.
Pero si quisieres ver Ya con ella me casé.
De mil naciones y pueblos Es principal caballero
La calidad y en España Y habrá sentido el papel. DON JUAN.
,
Bien será acercarme á él Que yo no os la quitaré
La condición que tenemos.
Del uso de astrología
Y hablarle en esto primero.) Desde este punto os aviso
Leerás á Le\inio Leninio.
¿Es Octavio? Y por ese buen respeto
(Durante esta relación se ha escapado
GARCERAX. Y la razón que tenéis
No don Juan.
, Cuando descubierto estéis
Garceran sin que le vean. )
DOX JL'AX. Solicitarla os prometo,
GERARDO. Y teneros por amigo.
Si nos salimos á holgar,
¿Cómo no? Pues ¿qué es aquesto?
GARCERAN.
¿Para qué hablamos en esto? GARCERAN.
¿Daisme esa pahibra?
Lleve el diablo á los astrólogos Un hombre que ocupa el puesto.
Y á mí si á ninguno creo. DOX JIAX.
.
DOX JUAN.
Sí.
Pablos, Pablos, ¿creeislo vos? ¿quien es¡
LtCIXDO. GARCERAX. GARCERAX.
¿Cumplíréisla?
¡Ah , Pablos ¿Qué es del ? Qué es esto?
! Soy Garceran
DON JOAN.
RISELO. DOX JUAN.
No la di
¿Dónde está vuestro sobrino ? ¿Garceran?
Jamás , el cielo es testigo,
MARIS. GARCERAN.
Que no la cum|)liese.
¡Vive Dios que no le veo El mismo soy
, GARCERAX.
RISELO. Que de Valencia he venido.
Adiós.
Pues ¿cómo se pudo ir?
DON JUAX.
DOX JUAX.
Si de Octavio habéis sabido
MARIX. Pues ¿dónde vais?
Lo cpie concertamos hoy
¿Mas que se volvió al Colegio GARCERAX.
Ha sido término injusto.
Porque le viese el Retor? A Valencia.
GARCERAX.
GERARDO.
A mi no me ha dicho nada DOX JUAX.
Ello fué descuido nuestro.
Que yo estaba en mi posada Luego ¿dejais á Fulgencia?
Por hablar en disparates.
Y supe vuestro disgusto GARCERAX.
LICIXDO.
Y quise ganar á Octavio No que habemos de ir los dos. (Vase.)
¡Por Dios, quesería muy bueno Por la mano, pues por mí
;

Topar quien le desnudase DON JUAN.


Le desafiáis aquí,
Que ningún vestido tengo ¿Hay suceso tan extraño?
Y satisfacer mi agravio.
Que estime como el que lleva. ¿Es hombre, es fantasma es sombra? ,

DOX JCAX. Pues ya se declara y nombra


GERARDO.
Luego ¿ Tristan me ha vendido? ¿Para qué dura mi engaño?
Vamos á buscarle presto.
GARCERAX. Si Fulgencia se ha casado
MARIX. ¿Por qiié Octavio me entretiene?
Yo no conozco á Tristan.
Sin duda al Colegio es ido. Un hombre á la puente viene.
DOX JÜAX.
LICIXDO.
¿Que estáis aquí Garceran?
,
ESCENA XVIII.
Nunca ha sucedido menos
GARCERAX.
A quien las estrellas mira OCTAVIO. — DON JUAN.
Y se descuida del suelo. Y de Fulgencia marido.
[Van fe.) DON JUAN.
OCTAVIO.
¿Marido sois de Fulgencia? Perdonadme si he tardado;
GARCERAX. Que voces de vuestra hermana
Entrada al puente. Ella lo dirá por mí (jon Fulgencia me lian tenido
Que á este efecto la serví Casi fuera de sentido.
ESCENA XVI. Desde que vino á Valencia. DOX JUAX.
GARCERAN con una mascarilla de
,
DON Jl'AX. Si cuando yo esta mañana
tafetán negro, levantada sobre la ¿Quereisos desembozar? Os escribí aquel papel
falda del sombrero. GARCERAX. Supiera vuestras quimeras
Yo me holgara de poder. No tomara tan de veras
GARCERAN. DOX JUAN. Las quejas que puse en él.
Esta es la puente del Tórmes Encubrís á Garceran
Luego ¿no os tengo de ver?
Y la hora concertada; En vuestra casa , casado
GARCERAN. Que ac]uí ha venido, embozado
Que ella y mi fortuna airada
Parece que andan conformes. Cuando me dejéis casar. El rostro de un tafetán
Extremada soledad DON JUAN. Contaisle mi desafio,
Para honrados caballeros, ¿Qué era vuestro intento aquí? Y por eso os detenéis
; .; , ;, , , , , : , ; ! ; ;, ! ,,, ! , ! , .

«00 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FCLGENCIA. Haránte mi. epigramas,
Y agora que ya le
.
veis
Visitaránte las damas,
Desoirá parte tiel rio Mi bien tarda , y amanece.
.'remos al Puche, al Grao,
¡Venis de nuevo á engañarme! MARÍN.
líuñaráste en aiguarrós,
OCTAVIO. ;Nunca le diera el vestido V mas limpia que un jazmín
Yo no sé lo que decís ¿Si se han muerto él y don Juan ? Serás valenciana, en fin.
Y con la espada venis, FULGENCIA. FCLGENCIA.
No con la lengua, á matarme. Lo que es mal siempre es lo cierto.
Ni conozco á Garceran ¡Ay, Marín , pluguiera á Dios
(Sale Gañeran.)
Ni sé mas de que mi hermana
Habló en él esta mañana , GARCERAN. ESCENA XX.
Y esta es la verdad . don Juan Garceran vive no es muerto.
,
CELIA.— Dicho
Y i'orque somos cuñados
;

FLLGENCIA.
No me arrojo á un desatino. Señor mió , ¡ tan galán
I

CELIA.
Dox ¡v\y. GARCERAN. I
¿Tan pronto te has levantado
Pues digo otra vez que vino ¿Parézcoos mejor asi? ¡
M.ARIN.
Con los ojos embozados. FULGENCIA. Huye, Señor.
Para matarse conmigo
I

" GARCERAN.
Garceran.
Lo que sois me parecéis. I

¡Qué noche dado me habéis Y'a me voy.


OCTAVIO.
CELIA.
Bien puede ser GARCERAN.
I
¿Qué es esto?
Mas no que pudo tener Vos amanecéis en mí FLLGENCIA.
Conocimiento conmigo; Como el alba entre las flores. '

Aquí hablando toy


Porque quien esto dijere... FLLGENCIA. Con el señor licenciado.
D0>' JIAX. ¿Qué hay de Octavio y de don Juan? Que sus estudios me cuenta.
Verdad es qiie él lo negó, GARCERAN. MARÍN.
Preguntándoselo yo i

Ya sospecho que vendrán Como digo, estoy opuesto


Pero dice que le quiere De sí mismos vencedores; A una cátedra.
Fulgencia. y que es su marido Que yo dispuse el suceso
I

FCLGENCIA.
Desde que estuvo en Valencia. Para'aplacarlos así. j

¿Tan presto?
OCTAVIO. Primero que entrambos fui
CELIA. (Ap.)
Si Garceran por Fulgencia Con otro intento , os confieso; 1

Kn Salamanca escondido
,

Pero sucedió mejor. ¡ i


Hombre aqui No me ! conten
Sabe todo lo que pasa MARÍN.
FüLGENCU.
Y ella misma se lo cuenta ¿Desopoco te alborotas?
Luego ¿ya los dos sabrán
Lejos estoy de su afrenta Con exceso se la llevo
Que estás aquí Garceran? ,

Ni de saber que se casa. De lo añejo á lo que es nuevr


MARÍN.
DON JUAX. Por mas de cuarenta botas.
Necio has andado. Señor. Mi lección de oposición
Veo que tenéis razón;
I

GARCERAN. Tiene á Salamanca loca.


Y pues ya sabéis de mí
¿Qué quieres? Cánsame el traje,
Que Garceran está aquí, Y el Colegio está mohíno ESCENA XXI
Y que los conciertos son De lo poco que me inclino
Dar hermana por hermana DON JUAN. OCTAMO, TBTAN
espada pluma.
Como no sabe mi ultraje
Vuélvase la
A asistir y estar en él FULGENCIA, CELIA, MilN.
OCTAVIO. Sin esto, "al bien que deseo DON JC.AN.
(Pleito? Me parece que es rodeo,
DON JUAN. I
Puesto que la causa es poca
Y que nunca llego á él.
Si.
Grandes los efetos son.
Determínate, bien mío,
OCTAVIO. TRISTAN.
A ser tú loca por mí,
Nadie presuma Pues yo lo he sido por tí '
¿Ya tan de mañana están
Que su justicia es tan llana. Al aire , al calor y al frío. Éstas damas levantadas?
D0>" JüA>". Vente conmigo á' Valencia 1
OCTAVIO.

Entre tanto no tendréis Haz una hazaña de amor. Andan desasogadas


ACeüa. FCLGENCU. '

De nuestras cosas Trístan ,

OCTAVIO. Temo... TRISTAN.


¿En eso os vengáis? GARCERAN. Grande merced me habéis y.ho
DON JUAN. ¿Qué temes? Eu llamarme.
Lo mismo que me quitáis FLLGENCIA. DON JÜ.AS.
Eso mismo sentiréis. Mí honor. Tu prudencia
OCTAUO. GARCERAN. Lo merece.
OCTAVIO.
¿Soy culpado? No tienes amor, Fulgencia.
DON JUAN. MARÍN. Di, Fulgencia.
No os condena Ea Señora ¿qué aguardas?
.
i
¿Cómo con tan falso pecho
,

La culpa mas no os disculpa


;
Si á este loco quieres bien
I
Encubres á Garceran
Ser de Fulgencia la culpa A Valencia vamos : vén
'

Y tienes atrenmíento
Para no suí'rir la pena. Que no hay mar, montes ni guardas. De tratar su casamiento
{Yanse.) Desde aqui á Madrid habrá i Y despreciar á don Juan ?
¡Vive Dios que si no fuera
Lindas posadas secretas ,

Por ser en esta ciudad


Que yo conozco las tretas
Fábula que una crueldad
Sala en casa de Octavio.
Con que en el mundo se va. .

Desde Madrid á Toledo, j


Con tu desatino hiciera
¿Tú eres mi hermana ?
ESCENA XIX. Dulce cosa, tierra mansa;
I

DON JCAN.
Pues desde Toledo á Almansa
FULGENCIA, MAPJN ; á«/)Kí?s, GAR- ¿Qué puede ponerte miedo? I
Noget
CERAiM. Pues en entrando en ma térra, I Que hagas demostraciones
¡Cap de lilis! ais hordegats, I
Octavio , con tus razones
MARÍN. Dorinots cfiatellanats, I
De pecho enojado y íiero.
¿Oué puede haber sucedido, Nafrarles la (/alta esquerra. I
A Celia me he de llevar;
Pues que ninguno parece? Casarásle, habrá sarao. I Tristan depósito sea.
,? ; , ,, : ; ;,,,:,; . ; ,, , , ,,;; !, ,

£L T'í^L 'L'LEGIO. 331

OCTAVIO. La maí ¡
Que á mi me dijo im discreto
m Joan , que lo vea
Qae nacieron los podas
.u lo ha de mandar. y De la falta dd dinero.
TBISTAS.
SOTE JCA5.
Pues si es noble , aunque sea psAsre
> cTiinplido d coocierto \ 1 tinos. ;Qoé importa? Demos un medio.
i es de Garceran. Pues d(m Juan dio su palabra
Gaü CERAS.
OCTATK». Pira aqueste casamiento,
e tú. don Joan,
Si yo atinara al remedio
!No fuera desatinado.
Y con buen gusto de Octavio
j
Iré á buscarlo y traerlo.
,, I.:. V ^r ¡I ¡a puente, TBISTAX. OCTAVIO.
.1 ier ilusión. Señores, alguno demos; Por mi . si gusta don Juan,
DOS jrA:5. Que no es razón que esto pase A serle amigo me ofrezco.
verdades son. Entre tales caballeros.
DOS JCAS.
CELU.
DOS JCAS. Yo , que lo consioito digo.
--!á presente; El medio es llevarme á Celia.
GARCERAS.
de aquí OCTAVIO.
Ir-
Pues alto, cásenme luego.
- plumas
.
y galas. Si yo sin la vida quedo. CELU.
TAVio. {A FulQfncia.) GARCERA5. Desvíate , bestia , allá.
c'^r.--^ igualas.
.
..
Tate . tate , borrachMies GARCERAS.
Di, -
Tate , tale , majaderos '

Calla TOS, urraca en zuecos;



te mate. Que helo , helo por dó viaie Que yo be de ser Garceran
Garceran con un recuero
II

;xcu. ||
Si ninguno quiere serlo.
- hablé. La barba trae crecida TBISTAS.
&JiBI5.
Y' d
sayo con mil remiendos.
Di . Fulgencia , dónde eStá
FCLGESCU. Y acábense estos enredos.
Yo Ñovjeñora; á la fe
i^'ue es Idemás disparate.
Don Juan , ¿por qué á Celia llevas? FCLGESCU.
DOS JCAS. Yeisle ahi.
CELU.
Porque fué nuestro concierto OCTAVIO.
-tronóle vi, ¿Quién? ¿Pabks?
yue tu fueses mi mujer.
liarceran
.1

rCLGESCIA. GARCERAS.
•.
. ,; roio galau.
_
Si:
¿Y si ya no puedo serlo?
ESCENA DOS JCAS. XOL Yo . que va lo digo en seso.
Garceran soy. veisme aquí,
GARCJAN, en hábito del bobo, como Eso aguardo de lumeboca
acuerdo
Y el que anoche los aceros
\ anoche . si bien
antes. — Dichos. Dije á Garceran (ese hombre
Quiso s-acar con don Juan.
Vi ea Valencia el bien que esp«o.
GARCER.OÍ. Que >^ se llama tu dueño, Con vuestro gusto, este dia
l'or verle tan comedido.
*
1se trata de mi.) Quitáronmele tan presto
Tan galán y tan discreto, Que con desesperación,
«^Tachos! ¿Qué es esto?
oue me dijo que si acaso
"ana os juntáis t Lo«) le vine siguiendo.
Lntendiera mis deseos
iuerzo concertáis Paredóme didbrazarme
>"o solo no te quisi^a.
Por poder hallar mi centro
II

iíicadle presto. I

.
Mas que al mas amigo y deudo
-á ;ii2un convidado? ,

Dióme el Colegio esta ropa,


BOX ívxy.
:
Matara si lo intentara)
Y el amor me dio d consejo.
Que á su justo casamiento
j¿lQi¿é redondas?
Pabs; nn Garceran. Ayudaria aquel dia
nos JÜAS.
gabceeas. Que le viese descubierto. Ij

Que sea suya


par Dios, doa Joan, TBISTAS.
Por muchos años y buenos.
:

uü veis disfrazado. .
Espoad una palabra. GARCERAS.
Octavio ii-'.-'a GABCERAS.
m- dé 'jtl;:^ Dame Señora . esos brazos
.
: :

Oigan al señor Borrego Pues sabes que los merezco.


-Í...UV. i.t.b-.. . yo sabré
Dará su alcaldada aquL FCLGESCU.
:.er paz vuestro agravio.
(
TBISTAS.
OCTAVIO. ¡Qué me cuestas , Garceran
Fulgencia . ¿ ea qué topa esto? GAP.CERAS.
:ia . declara iarceran ¿es hombre noble?
'U esto al momento Züngnna cosa te debo.
rriGESCu. MABIS.
^.^ -ata Garceran
Tan noble que sé muy cierto
.
I

FCIGEXCU. Conózcanme á mi . señores.


Que con ser Yaiaicia ilustre
- -los OCTAVIO.
Ln antiguos caballeros
I
Ninguno mas limpia sai^re. ¿Eres caballero?
GARCERAS. WARIS.
este bobo Menos.
quiero. Para menudo era bueno.
¡Y» OCTAVIO.
-:;¡t<iejamas
TBISTAS.
j Pues ¿quién ?
asamiento. Paes¿qné falta á Garceran? ILiRIS.
I

atretengo aquí... FCl-GESCU. ¡


Cerca de caballo;
id que me entretMigo Ventura. Tan cerca, que con el pecho
'

.,5de que vine, TEÍSTAS.


Sude tocar mis espaldas.
:lll, usos reqiadebros?
Y ¿qué mas? OCTAVIO.
GARCERAN. FCLGESCIA. ¿Lacavo?
ray norevienü, j

Dinero HARtS.
I
~ t.>ijos creerlo, De medio a medio.
--dad. CABCEBAS.
Esto hice por mi amo.
• '
la tengo Por esa faltilla sola
GARCERAS.
.: ...Bjer. Hay en el mundo escuderos
que padezco I)u'eñas pajes y lacayos
.
Mi hacienda tendrás en premio,
Porque demos con mis bodas

:na vez la vi Oiiciales y boaibres buenos


Y poetas hay también Fin al Bobo del Colegio.
i'on pastelero.
; , ,; ; ; ; , !

LA NOCHE TOLEDANA.
PERSONAS.

FLORENCIO. LUCINDO. AURELIO.


BELTRAN. BISELO. HELARDO.
JULIO. GERARDA. I' INEO cahaUero. ,

UN HUÉSPED ó MESONERO. LUCRECIA. TORIBIO.


EL CAPITÁN ACEBEDO. CELIO su criado., UN ESCRIBANO.
EL ALFÉREZ CARRILLO. LISENA. Dos ALGU.\C1LES. — GeM E.

La escena es en Toledo

BELTRAN. I
Una lición para olvido
ACTO PRIMERO. Vé, Julio, y con discreción. .. Ni una treta para engaños?
JULIO. I
Es posible que no ves
De la manera que llego
Voy con la que á tí te sobra. ( Yasc.)
Sala ó patio de un mesón.
A jugar de amor el juego,
Con mas alas en los pies
ESCENA II. i

Que le pintan á Mercurio,


ESCENA PRIMERA. I

I Y con mas llave en la mano


FLORENCIO, BELTRAN. Que estaba el templo de Jano?
FLORENCIO, BELTRAN, JULIO.
FLORENCIO. FLORENCIO.
FLORENCIO. Mi soledad fuerzas cobra. I
A mi condición injurio
Veré la iglesia mayor. No habiendo conversación : Cuando no guardo lealtad,
Beltran, á cualquier mujer.
BELTRAN. Que en dejándome, Beltran, 1

Entra Granada y su historia BELTRAN.


Pues quítale las espuelas. j

-V hacer mártir la memoria Bellas querrás aprender,


FLORENCIO. I

Donde mis celos están. Que traían siempre verdad.


Si es que iiuporla, quitarélas; ¡Oh cuitado moscatel
BELTRAN.
Si 110, parécenie error,
¿Tenemos ya tabarreras? FLORENCIO.
Pues habernos de pasar
A dormir aquesta noche ¿Agora quieres volver ¿Es de entendimiento
falta

A Illescas.
A memorias de mujer, Ser firme de pensamiento,
BELTRAN. Causa de tantas quimeras? O tener nobleza en él?
Dala al diablo treinta veces; BELTRAN.
Hoy se va un coche.
Que asi nos puso á los dos. Yo soy de amor un fullero;
Que el sol le puede invidiar
Que aun aqui temo por Dios , Que al juego de los amores.
Para salir en su oriente.
El rigor de ios jueces. Aunque mas le den favores.
Después que el otro quebró
Faetón, cuando no llegó FLORENCIO. Siempre gana el lisonjero.
Con su carrera á occidente. Elmió me da mas pena En baraja desatada
FLORENCIO. Que la herida de aquel hombre. Que otro primero jugó,
BELTRAN. ¿Porque he de perderme yo.
De damas debe de ser. Ni en la que está cercenada?
¿A quién habrá que no asombre
BELTR.\N. Si la que conmigo juega
Tu fe, de fealdades llena?
Y hermosas, á fe de hidalgo. Los encuentros me señala,
¡
Con mujer que te obligó
yo tengo voto en algo ¿Parécete á ti que es gala
Si A celos y á cuchilladas
Desto que llaman mujer. Ser yo su gallina ciega?
Tienes fe Bien empleadas
!

Fueran en ti que en él no.


Con fulleras tan taimadas
FLORENCIO. ;

Atiende con mas concierto,


Que nos corren como á toros,
Tu voto en esta materia Pues siempre se toman oros,
No es para feas ni hermosas Florencio, en este lugar
Que por dicha puede estar Y siempre nos dan espadas.
Siempre hablas de sus cosas Yo, como sé sus derrotas.
Conforme te va en la feria. Aquel caballero muerto
Y que cuando no lo esté, De tal manera he jugado.
¿Estaban ya de camino? Que tengo en lo tripulado
No es negocio un desafio
CELTRAN. Mas de setecientas sotas.
Que se ha de quedar tan frío,
Del coche las vi apear.
Aunípio tan honrado fué
FLORENCIO. Poicjue la Cliancilleria ESCENA m.
JULIO. — Dichos.
¿Sabes tú de qué lugar No sufre burlas allá.
El coche á Toledo vino? FLORENCIO.
BELTRAN. Si muerto ó si vivo está JLMO.
Un mesón mas adelante Ya fué, Beltran, suerte mía. A una criada llegué
Deste, presumo que están. ¿Cómo haré que el corazón De aquellas damas. Señor,
FLORENCIO. Honi[)a la estampa que impresa Que á ver la iglesia mayor
Pues vaya Julio, Beltran,
Tiene amor? iban , si no me engañé,
Si te parece importante, BELTRAN. Y dijome que á Toledo
\ sepa dónde caminan Con darte Venían desde Madrid.
priesa
Porque si á Madrid se van A no perder ocasión. RELTRAN.
Conversación llevarán. ¿Es posible que en seis años Si son de Madrid, el Cid,
Si á conversación se inclinan De amistad no has aprendido Vive Dios, les (endrá miedo;
,, ! ! ! ,! ; ,;

'SJ04 CO.MEÜLAS ESCOGID.AS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


yin* \¡e!)Oii tlesoloilad '
FLORENCIO. No le traiga su deseo
Üespués que el alma faltó ¿Qué haremos? Donde nuestro gusto impida
y lie la discreción le dio Que quien pregunta no yerra. Que también me agrada á mi
i;i despejo y libertad; DELIRAN. Esta ciudad generosa.
Y querrán hablar de modo LUCRECIA.
Estarnos hoy sin comer.
Que mataran el primero
Da un doblón á ese lacayo, Allí va una dama hermosa.
yue topen.
FIORESCIO.
Y partirá como rayo... r. ERA RÚA.
FLORENCIO. Y un hombre gallardo allí.
Seguirlas quiero
¿.\dónde?
Por darte contento en todo, LUCRECIA.
RELTRAN.
Y para ver de camino Qué buen manto!
Esta famosa ciudad. A Zocodovor... i

GERARDA.
O de Ecija... y luego
al rollo
JL1.I0. ¡Qué buen aire!
Comprará un par de capones.
Las espuelas os quitad. Pues ya no habrá perdigones; CELIO.
BKLTRA.N. Y poniéndolos al fuego. La gallardía advertid.
Bien dices, porque imafiino Se asarán y estando asados,
;
GERARDA.
Que ellas á la iíjlesia van, Comerás en esta tierra.
Dios leperdone, Madrid,
Y porque es bien (¡no las veas. Si quien pregunta no yerra.
Que tuviste de donaire
Aunque me pesa que seas FLORENCIO.
¡

Sin las espuelas galán, CELIO.


Donaires tienes cansados.
Porque siempre el que es discreto ¿No tengo de preguntar? Yo sé que aqui parecéis
Se las debiera poner Muy bien \wv lo ballenato,
2 BELTRAN. Y que en la iglesia gran rato
Pues ¿estamos en la China? Os miraron mas de seis,
FLORENCIO.
FLORENCIO. Que me dijeron á mi
¿Espuelas? pues ¿áqué efeto? Algunas cosas.
Ahora bien, Julio, camina.
BELTR.VN.
HUÉSPED. LUCRECIA.
Y aun dos pares. ¿De veras?
Yo iré con él á comprar.
FLORENCIO. CELIO.
FLORENCIO.
Buen decir. Y cómo
Merced me haréis. ¡

liELTRAN. GERARDA.
BELTRAN.
Dos. Florencio, ha de llevar, Ser forasteras
Las unas para alcanzar, De aqui á un rato Lo merece siempre ansí
Y las otras para huir. Volveremos á comer. Que van tras la novedad
FLORENCIO. FLORENCIO. Los hombres con desatino.
¿Que Otra mujer voy á ver? LUCRECIA.
¿Qué mujer hará favor
Ay Lisena Mucha gente de camino
A un hombre tan de camino? ¡

BELTRAN. He visto por la ciudad.


BELTP.AN.
Ay mentecato
i
GERARDA.
Es un saínete divino {Yanse.)
Que llama á tener amor. Todos vienen á la fiesta.

La mujer siempre apetece CELIO.


Aquello que se leva, Estos, forasteros son.
Porque lo que en casa está. Calle.

Como á seguro, aborrece. ESCENA VI.


¿No has visto un ave enjaulada. ESCENA V.
Que no da tanto contento
GERARDA y LUCRECIA, üe cambio,
FLORENCIO BELTRAN. —
, Dichos.
Como que va en el viento,
la
Libre, hermosa y despenada? con capotillos y sombreros; CELIO. FLORENCIO. (A Beltran.)
Pues asi vienen a ser En las armas
y blasón
CELIO.
Los hombres ya de camino: El milagro manifiesta.
Porque se van, imagino La fiesta se dilató.
Aunque á lodos ha pesado. BELTRAN.
Que los emprenden coger.
GERARDA. La misma Reina del cielo,
FLORENCIO. Dando á Alfonso premio honroso
Ahora bien... — ¡Huésped! ¿La fiesta se ha dilatado?
De su ingenio milagroso
LUCRECIA. Y su católico celo,
ESCEKA IV. ¿Que no es el miércoles? Tomó por armas la iglesia.
CELIO. FLORENCIO.
EL HUÉSPED. — Dichos. No. Con razón prima se llama,
GERARDA. Mas digna de eterna fama
HUÉSPED. ¿Qué pesadumbre se iguala? Que la maravilla Efesia.
Seüor. Pues ¿cómo se ha descompuesto? ¡Qué sagrario, qué tesoro.
FLORENCIO.
CELIO. Qué reliquias y grandezas!
¿Habrá de comer? Qué de fuentes, qué de piezas,
Dicese que está indispuesto
HUÉSPED. Don Pero López de Avala, Qué de ricas joyas de oro!
Si habrá. Un gran caballero, hijo BELTRAN. (Aparte á Florencio.)
FLORENCIO. Del conde de Fuensaíida. Quedo; que son estas dos
¿Qué hay agora? LUCRECIA. Las forasteras gallardas.
Note pese, porta vida. Llega y habíalas ¿qué aguardas?
:
HUÉSPED.
IVo hay acá. Que se alargue el regocijo; FLORENCIO.
Puesto que fuera mei»)r. Que me [¡arece 'l'oiedo Donaire tienes, por Dios.
La costumbre de la tierra Muy bien, y cuanto ?e tarda ¿No hay mas de llegar y entrar,
Donde venis; mas podremos Laliesta, tanto, Gerarda, Como en casa que se alquila?
Traer de lodo. Me alegro mas. BELTRAN.
GERARDA. Ea pues, la lengua afila
1 La corte habia pasado á Víillüdülid. Tengo miedo Corta la f)luma de hablar.
' Falla un verso. Quizá diría: Que so|)a nuestra venida Pon los ojos para ver
»A1 seguir una mujer.» Aquel loco de Finco; En cierta forma compuestos
, ; ! , ; ! ; ' ;! , , !

LA NOCHE TOLEDANA. 205


Hazme tres ó cuatro ííe<;tos, LLCRECIA. FLORENCIO.
Para que puefla escotíer. Si; Ocasión quiero buscar
Serena el rostro, endereza Que y vestido son
ol brio Para hablarlas.
El cuerpo, limpia zapato. el Al usodeaíjuclla tierra.
Finge vergüenza y recata. BELTRAN.
GERARDA.
Volviendo atrás la cabeza Llega.
Frisa el pelo de la frenie.
Bien puede el mozo hacer guerra.
FLORENCIO.
Pasa cá la barba
tnano, la LUCRECIA.
Voy.
Y muy tierno y cortesano Pues no es malo el bellacon.
Medio enamorado estoy.
Llega con la voz doliente, FLORENCIO.
Y jugando del vocablo, BELTRAN.
¡ Oh (|ué bello serafm
Diles alguna razón Amor, comer y rascar,
A quien por solo un doblón BELTRAN.
Todo en el principio estriba.
Suelen hablar con el diablo. De los de pesuña y zanca.
FLORENCIO. {A Gerarda.)
FLORENCIO. FLORENCIO.
¡Gentil moza! Si es que puede un forastero...
Extraño estás boy, Beltran.
BELTRAN. BELTRAN. [Ap .)
BELTRAN.
Y la potranca ¿Hay tan grande majadero?
¡Bien haya mi gusto, amen! No es mala, á fe de rocin. GERARDA. {A}}.)
En pareciéndome bien
No miro si soy galán. GERARDA. ¡
Gallardo mozo, asi viva
Sino compro," si es mediana, No he visto en esta ciudad FLORENCIO.
Un corte de primavera Hombre de tan buen despejo. Hablar á una forastera...
O catalid'a ligera, LUCRECIA. GERARDA.
Y esto de muy mala gana. ¿Ni el'que dejas?
Enviólo con lin paje
Aunque noble y principal
;
GERARDA. Siendo el forastero tal...
Y cuando es de lo parejo,
Ni el que dejo. BELTRAN.
Envió perdiz, conejo,
O cosas deste linaje. LUCRECIA. Todo es moneda forera.
Y lo que sueles gastar No hay ley en la voluntad. FLORENCIO.
En pulirte y componerte Pues ia sombra con quien viene Suplicóos, señora mia...
(Oye y la lición advierte), No me desagrada á mi.
BELTRAN.
Gasto en dalle de cenar. FLORENCIO.
Señora, no le escuchéis
FLORENCIO. En cuantas be visto aqui
Que ya cansada estaréis
¿Todas han de ser ansí? Ninguna su talle tiene. De lauta forastería.
BELTRAN. BELTRAN. Tenía talle, por Dios,
;,.\ quién pesa que le den? ¿Ni L i sen a? De no parar en un año.
Dime tú en el mundo, ¿á quién? FLORENCIO.
LUCRECIA.
Ni Lisena.
FLORENCIO. ¡ Oh cómo es negro el picaño
¿No hay nadie? BELTRAN. BELTRAN.
BELTRAX. ¡Eso sí, cuerpo de tal! Mucho me parezco á vos.
Escúchame. FLORENCIO. FLORENCIO.
FLORENCIO. Tenlo por buena señal. ¿Que aun en las cosas do verar-
Di. BELTR.\N. Tus burlas has de mezclar?
Ya lo tengo por muy buena. BELTRAN.
El médico está mirando Pues la hermana compuñera... ¿Tan de veras es llegar
Cuándo el de á ocho le encajas ; FLORENCIO. A hablar á dos forasteras?
El letrado cuándo bajas ¿Parécete bien? Diga, señor forastero.
La mano al párrafo, dando;
FLORENCIO.
BELTRAN.
El juez cuándo le toca
No á fe Déjame por Dios, Beltran. *
La parte del denunciado;
El procurador no ha dado
Mas ¿cuánto va que es ó fué BELTRAN. [A Lucrecia.)
Paso hasta que el plus le toca Desla guitarra, tercera? Beltran me llamo, ¿es delito?
El que escribe, solo atiende ¡Qué ojos!
LUCRECIA.
FLORENCIO.
Cuándo sacas el doblón Que por muchos años sea.
Cualquiera negociación Bellos.
BELTRAN.
Eu la puente de Alcolea
De solo el dinero pende.
¿Tomastes el sobrescrito?
El (jue viene á ser tu amigo. Y escasos ¿Llevastes la delantera
Si nunca le has dado naila. De hacer á ninguno bien. Á los ciento y veinte ciegos?
Culpa tu amistad honrada FLORENCIO.
Y deja de andar contigo. BELTRAN.
¿Qué sientes dellos?
El que se pone á mirar, ¿No dije que éramos legos
BELTRAN.
No está mirando aquel ralo Para gente bachillera
Si es flux, sino el barato
Que ven De la que en Madrid nacía? —
Aguarda que le has de dar. Una bolsa á treinta pasos. Vamonos de aqui, Florencio. [Ap. ó él.)
¿Quién ha hecho algún placer, FLORENCIO. FLORENCIO.
Que no espere el galardón? Poco te deben, Beltran, Ten un momento silencio.
Pues la misma condición Las mujeres. Por tu vida o por la mia:
Tiene cualquier mujer. BELTRAN. Que me agrada esta mujer.
Llega dando, y llegarás Antes tanto, BELTRAN.
Siempre en ocasión tan buena, Queá pagármelo...
Que excusando mucha pona. A mí esotra no me agrada.
FLORENCIO.
Lo que quisieres harás. FLORENCIO.
Me espanto ¿Porqué?
FLORENCIO. Del crédito que te dan.
BELTRAN.
Si yo te creyese á tí, BELTRAN. Saco poco ó nada
Lindas locuras haría.
Todo lo que les he dado Y sabe muy bien volver.
GERARDA. {Ap. Ó Lucrecitt.) Me lo deben muy dtíbido.
¡Buen talle, por vida mia Porque mal tomado ha sido, t 2 Do.s versos sueltos entro dos redondi-
¿Si son andaluces? Y es deuda 1» mal lomado. llas : faltun, lo menos, otros dos.
, —
; , ;, ! . ; ; , ; : ;

206 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FL0REi\"C10. Si llega mañana aquí Haced me pariente á mi
tenéis, por ventura Mi gente y un alazán. Decid que soy vuestro hermano.
Si no
Quien en aquesta ocasión Saldré á la plaza galán. GERARDA.
condición
(>s sirva, y la GIT.AROA. En el parentesco gano...
De vuestro estado es segura. Y' ¿qué es lo que haréis por mí? — Pero tracémoslo ansí
Suplicóos que me mandéis, Que |)ues (pie vos queréis ser
FLORENCIO.
Si es que la tiesta esperáis , Mi hermano, habéis de guardar
Que busque en qué la veáis Aunque tienen por leones
Como mi hermano el lugar
Con el gusto (jue veréis A los toros de Jarama, Que él supiera defender.
Que no soy tan pobre aijui Y sé que es cierta la fama.
Gastaré cuatro rejones FLORENCIO.
Que no pueda en un balcou
En sus cuellos arrugados. Digo que el partido acolo,
Promeleros colación.
LICRECIA.
Y que guardaré de mí
LicRECiA. (A Deliran.) La belleza que en vos vi.
Y él ¿qué me promete á mí? Y vos ¿no saldréis por mi? Teniéndoos justo ies|)eto.
BELTRAN. BELTRAN. Desde a(iuí soy vuestro hermano
Si acaso desde el mesón Si llegan mañana aquí Si algo hiciere contra vos,
En que estoy se puede ver, Con lín frison mis criados. De nii mano entre los dos
Señora, á Zocodover, Palabra os doy... de no entrar Os defenderá mi mano.
Alli tenéis un balcón; En la plaza en todo el dia. GERARDA.
Mas pensar que quien aquí LICRECIA. Pues con esa condición
Casas ni raíces tiene ¡Gallardo, por vida mia! Entraré en vuestra posada.
Y con los muebles se viene. BELTRAN. (Ap. Basta, que el hombre me agrada
Ha de hacer lances en mí. Nunca me pongo á jugar Si es amor, principios son.
Es cosa de disparate. Con quien no tiene dinero ¿Qué puedo en esto perder?
LICRECIA. Nunca con el poderoso ¿No me sabré yo guardar?
Cierlo que sois descortés. Truje pleito, auniiue forzoso, Pero ¿qué puede liar
Ni desenvainé el acero. De sí misma una mujer?)
DELTRAX.
No soy hombre de interés Nunca del mar me creí, FLORENCIO.
Solo de gusto me trate.
Nunca por vado pasé, Beltran, aquestas señoras
Ni con loco me burlé. Han de ir a nuestra posada.
GERARDA. (A Floreticío.) Ni con amigo esgrimí. BELTRAN. {Ap. tí Floreiicio.)
Aceto el ofrecimiento. Nunca he rogado á villano.
Por ver que esa cortesía Ni he hecho por mal nacido,
¿Está hecho el precio?
No es lisonja ni osadía. Ni desquité lo perdido. FLORENCIO.
Sino honrado nacimiento. Ni dejé pájaro en mano. ¿Que en nada
Vuestro talle da á entender Ni dije anadie malicia, Tendrás silencio dos horas?
Que me puedo confiar, Ni con secreto escuché. BELTRAN.
Porque es lo mismo que obrar Ni gusto á nadie quité.
En casa del mercader,
L'n hidalgo prometer. Ni acuchillé la justicia.
Del joyero ó del platero,
\ ya no es por ver la fiesta, Ni dije á nadie su falta
Deja un hombre al compañero
Sino por veros á vos. Adonde alguno lo oyese. (Mientras precio quiere hacer)
FLORENCIO. {Ap. á Beltran.) Ni vi toro, que no fuese
A la puerta de la tienda,
Esto es hecho. En la ventana mas alta
Y cuando sale y se juntan.
BELTRAN. LUCRECIA. Esto mismo se preguntan.
¡Bien , por Dios Vos tenéis gracioso humor. FLORENCIO.
BELTRAN. ¿Qué hay aquí que compre ó venda?
FLORENCIO.
¡Vitoria! Así me parió mi madre. BELTRAN.
BELTRAN. FLORENCIO.
Estepardecatalufas,
¿Cuánto te cuesta? Señora, un honrado padre Buena vista y poco tomo.
FLORENCIO. Me ha dado aqueste valor. {Alto.) Ea, yo soy mayordomo:
Una ventana no mas De Granada soy, y della
Habrá paños, habrá estufas,
Y un poco de colación. A Madrid iba seguro Habrá temerario plato.
De perderme, ponjue os juro Gastemos esos doblones.
BELTRAN. Que me parecéis tan bella Aunque el amor en mesones
Y¿quién te ha dicho que son? Y me dais tan dulce guerra.
Suele comprarse barato;
FLORENCIO. Que tardaré mas que Ulíses Que cuando desta ocasión
En la calidad estás. que la sangre de Anquíses Salga tu hacienda medrada.
BELTRAN.
En dar la vuelta á mi tierra. Volveremos á Granada,
Decidme vuestra posada Tú el pródigo y yo el lechon.
Pensarás que del anzuelo Que pues sola habéis venido,
Ya cuelga alguna lam[irea, FLORENCIO.
Y mi buena dicha ha sido
Y será algún tollo. Que de nadie estéis guardada. Señoras, Beltran es hombre
FLORENCIO. Ovo me pasaré allá, Deste humor: del os servid;
Sea. O vos adonde yo estoy. Que á fe que aprendió en Madrid
El buen humor como el nombre;
BELTRAN. GERARDA.
Que dejando estos donaires
Que te ha de engañar recelo. Con algún recelo voy.
Es hombre para las veras.
FLORENCIO. FLORENCIO. BELTRAN.
¿Cuál mujer, Beltran, cuál dama ¿Qué pensamiento os le da? ¡Qué intentan de quimeras,
.se
Pudo ser que hombre engañase. Los dos somos forasteros. Cuando anda el seso en los aires!
Que manchada no quedase Aquí nadie nos conoce: ¿ Con qué invención han de
entrar
En las obras ó en la fama? Dejad que si(juiera goce, En la posada?
Déjamela ver, desvia; Mientras aquí estáis, de veros. FLORENCIO.
Que aquella rara belleza GERARDA. Eso es llano
Es efeto de nobleza.
Dije en Madrid que venia Yo diré que soy su hermano,
Como de la luz el dia.
Señora, ese
A íllescas, á mis parientes. Y que la vine á buscar
talle y brio
De tal manera me allana, 1 FLORENCIO. Para llevarla á Granada,
Que no digo la ventaira. Injustos inconvenientes Y que ella partió también
Mas por vuestro gusto y mió, Estorban la dicha mia. Para buí carme.
, ! ! , , , , — ! :

LA NOCHE TOLEDANA. 207


BFLTRAX. BELTRAX. Seguro podéis tener
¡ Oh qué bien De que no toca interés. Su tratamiento y regalo.
Digo que es traza extremada, Vanse.)
( .AURELIO.
Que á todas las aventajo.
Así de vos lo confio.
Pues viene á ser esta vez
El mesón Ai anjüez HUÉSPED.
Sala del mesun.
Que junta á Jarama y Tajo. Seré padre si sois tío.
En íin, ¿eres ya su liermano? ESCENA VII. AURELIO.
FLORENCIO. Ya por sn padre os señalo.
LISENA, en hábito de labradora
¿No lo ves? Cunii)l¡ü \uestra obligación
AURELIO. HUÉSPED.
BELTRAX. (A Lucrecia.)
Y yo ;.qué soy AURELIO. ¿Adonde vais?
De vuesamerced? AURELIO.
¿Que aquí te quieres quedar,
LUCRECIA. Lisena, en este mesón ? A Madrid.
Que es bien nacida advertid,
Estoy LISENA.
Aunciue por cierta ocasión
Por asentalle la mano. Es, Aurelio, la ocasión
Ha venido á tal pobreza.
¿El mi pariente? Como la pude pintar.
No quiero pasar de aquí. HUÉSPED.
BELTRAN.
Pues, como ves, disfrazada En echa de ver;
ella se
¡Pues qué!
Sirviendo en esta posada. Mas la virtud ha de ser
;,No puedo ser su pariente.
Ninguno repara en mí. La verdadera riqueza.
Siendo hidalgo, y decendiente
De ua rey mago? El huésped me convidó {\ase Aurelio, y el huésped le sigue)
LICRECIA. A servirle viendo el traje
¡ Bien á fe
Humilde, y tosco lengu.ije ESCENA X.
Que estaba fingiendo yo.
BELTRAX. Asi .á la ocasión la frente, JULIO. — EL HUÉSPED.
Pero ya sé la ocasión Y con él me concerté,
De que no lo quieres ser. Aurelio, mientras no sé JULIO.

De aquel mi adorado ausente. Entre, seor huésped.


LICRECIA.
¿Yes? Porque, como esta ciudad HUÉSPED.
BELTRAX. Es paso á tantas ciudades, ¿Qué hay?
Por no te detener Y siempre las novedades JULIO.
En buscar dispensación. De ó baja calidad
alta
Aquellas damas.
Llegan (porque ya son leyes Que en mesón mas adelante
esotro
GERARDA.
Defama y tiempo ligero) Se apearon de un coche, son las mismas
¿Cómo os llamáis? A las posadas primero Que á buscar á Madrid iba mi amo;
FLORENCIO. Que á las cortes de los reyes. Que la una es hermana, y la otra prima.
¿Yo? Florencio. Sabré lo que hay en Granada Hanse pasado acá, y es necesario
¿Y vos? Y en Madrid lo que hay sabré. Que aderecen las camas de esa sala,
GERARDA. Donde mi Florencio fué. Y otra para un criado, porque quieren
Gerarda. AURELIO. Quedarse á ver las tiestas.
BELTRAX. La industria poco me agrada ; HUÉSPED.
Decid, Pero de tu entendimiento Sea en buen hora.
¿Cómo os llamáis?
Podré en aquesta ocasión — ¡Hola, Toribio,Inés!
Fiar la rara invención
LUCRECIA.
Advertid...
De encubrir tu pensamiento. ESCENA XI.
El huésped sale: repara
rELTRAX. En que te ha de conocer. TORIBIO. — Dichos.
Un hora os daré silencio. LISEXA.
TORIBIO.
LUCRECIA. Mal sabes lo que es mujer.
¡Tan noramala
Yo tengo el nombre de aquella AURELIO. Hubo fiestas de toros en Toledo
Ejemplo de castidad. Semiraniis lo declara. Que á fe que lo paguemos bien nosotros.
RELTRAX. Querer su hijo fingiendo,
HUÉSPED.
Si;mas no será verdad ianto imperio gobernó.
¿Qué aposentos están desocupados?
Que la guardéis como ella. LISEXA.
TORIIUO.
GERARDA.
Gobernar agora j;o
Solo un corazón pretendo. La sala del balcón y tres de arriba.
Celio...
CELIO.
HUÉSPED.
ESCENA Vm. ¿La del segundo corredor?
Señora..
GERARDA. EL HUÉSPED. — Cienos. TORIBIO.
Bien dices
iMi ropa
HUÉSPED. La sala adonde estuvo aquel indiano
Muda luego h la posada
Destos hidalgos. Siquiera para que veas Y el aposento del rincón.
La casa que lias de servir, HUÉSPED.
FLORENCIO. Arriba iiuedes subir, Pues alto:
Robada Inés, si verla de.seas; En esa del balcón estén las damas.
Hoy llevo la bolla Europa. Que también habrá (¡ué hacer.
Dadme la mano. TORIBIO.
LISEXA.
Venid conmigo.
GERARDA. Tic Aurelio, adiós. JULIO.
Esta es. AURELIO. Vamos.
BELTRAX. Adiós. {Vanse Toribio y Julio.)
¿Y la vuestra? {\ase Lisena.)
HUÉSPED.
LUCRECIA.
Esta es la mia. ESCENA IX. Estos dias
Aun pienso que el alcázar fuera estrecho;
BELTRAX. EL HUÉSPED, AURELIO. Quetodoel inundoacudeá verlastiestas.
Fria está
¡Inés! ¿Qué digo? ¡Inés! Ella eshermosa.
LUCRIXn. HUÉSPED. No habrá en Toledo cosa mas famosa.
¿Do qué está iVia? Como si fuérades vos {Yase.)
! ; ;

208 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Cayendo en varias cabezas
ESCENA XII.
I
ESCENA XIII
Alegrías ó tristezas.
— EL CAPITÁN, EL AL- Como la suerte alcanzaba.
£L CAPITÁN ACEBEDO y EL ALFÉ- LISENA.
Sin duda á mala ocasión
REZ CARRILLO, de camino; des- FÉREZ. Llegué, por irme de espacio,
pués, EL HUÉSPED. Pues pidiéndole un palacio,
LISENA.
Me ha dado aqueste mesón.
ALFÉREZ. I En esta sala de eninodio [Apártase de los dos.)
Buena posada. Puede entrar el capitán.
CAPITÁN.
CAPITÁN. CAPITÁN.
Alférez... (.1/). áél.)
Y quieta. Si laque decis me dan.
ALFÉREZ.
ALFÉRKZ. En casa hallé mi remedio.
Gentil nio/.a! ¿Sois por dicha ¿Qué hay?
Mañana lo estará mas. ¡

Hija del huésped, Señora? CAPITÁN.


CAPITÁN. (.1 un criado, que está dentro.)
IISENA. En mi vida
De aqui á un ralo quitarás No, Señor ; soy labradora, Tal placer me habéis de iiacer
La tunda dt'sa jineta, Natural de mi desdicha, Como hablar á esta mujer.
Y saldremos |ior Toledo.
Que es un lugar bien desierto. ALFÉREZ.
{Sale el huésped.) Donde nacen á morir Un ciego os verá la herida.
HiÉsPED. (.1;^.) Los que \ienen á servir.
CAPITÁN.
Nunca nos falla un soldado. CAPITÁN.
Decilde que si conmigo
CAPITÁN'. No lo merecéis por cierto; A Italia quiere pasar,
Pues, huésped, ¿liabrá recado? Que debiérades mandar. Que la sabré regalar,
HUÉSPED. Si aquel (pie lo pudo hacer Y desto vos sois testigo.
bien puedo
No os obligara á nacer Que la vestiré de tela,
Si, gracias á Dios;
En ese estéril lugar.
Y bordaré de modo.
la
En mi casa aposentar
Toda vuestra compañía. ALFÉREZ. Que sea de perlas todo.
ALFÉREZ. ¡ Hay tal moza de mesón ALFÉREZ.
La de agora bien podiia. CAPITÁN. ¿Y Marcela?
CAPITÁN.
HUÉSPED. ¡Hay labradora tan bella!
ALFÉREZ.
No hay Marcela.
¿Vaisla á hacer? Decilde que le daré
CAPITÁN. ¡Que aquestos se sirvan dellal
Un manteo tan galán.
Locos y bárbaros son. Que gaste el oro á Milán
Voyla á buscar.
CAPITÁN. Í)esde la cintura al pié.
HUÉSPED.
Venidacá, por mi vida; Decilde que de una extraña
¿Adonde? Tela le haré una gorgnera,
CAPITÁN. Volveros quiero á mirar.
LISENA. Que valga mas que si fuera
A Ocaña , pues , voy.
Gran capitana de España.
¿Qué hay de fiestas? Digo que podéis entrar,
Y también quiero advertiros
HUÉSPED. Po'rque es la sala escogida.
Que para que valga tanto,
¡Bravas fiestas!
CAPITÁN. Le haré de soplillo el manto
CAPITÁN. Y vos mas que no la sala. De soplos de mis sospiros.
Aunque del Alcázar fuera.— Y en señal de mis prisiones,
En como estas
ocasiones
¿qué pareciera
Alférez, Una cadena tan bella,
No hay hombre á fe de quien
, soy, ^
Con alguna honesta gala Que tenga la de Marsella
Que no procure mostrar Labradora tan hermosa? Menos gruesos eslabones.
La fe que debe á su rey. Para telas y cojines
ALFÉREZ.
HUÉSPED. Mil piezas juntas desata;
Una dama, un seralin.
Sois noble, y es justa ley. Di que en "las minas de plata
CAPITÁN.
¿Qué cosa pUede alegrar Haré bañar sus chapines.
Mas á un español que ver ¿Que en una mina tan ruin Y por la fe de español.
Nacer un principe á España? '
Ha va piedra tan preciosa?— Si no es amor lo que digo,
ALFÉREZ. ¿Cómo os llamáis? Que ha de caminar conmigo
Pienso que en la tierra extraña
LISENA. En los caballos del sol
Yo, Señor, Y que en no viendo serenos
Fiestas se deben de hacer.
porque le asombres,
CAPITÁN. Con perdón me llamo Inés. Sus ojos,

ALFÉREZ. Que me mate con mil hombres,


En las Indias Orientales Y esto será lo de menos.
Y Antárticas las habrá; Donaire ó malicia es.
ALFÉREZ.
Pero no es mocho, si allá CAPITÁN.
Son vasallos naturales.
Yo voy.
Y el mió parece amor. CAPITÁN.
En los reinos extranjeros
¿Cómo? qué fortuna airada
Dios te guie.
Habrá justo regocijo. Trajo, Inés, tu condición ALFÉREZ.
ALFÉREZ. A servir aun mesón? Inés,'
Dios guarde ese sol , f ue es h ¡jo
i
LISENA.
Ue tan hermosos luceros. Oye aparte.
Porque nunca acierta en nada. LISENA.
Id, huésped, á procurar
Oí cantar en mi aldea ¿Qué mandáis?
Que pongan las mesas luego.
Que fortuna tenia
la ALFÉREZ.
HUÉSPED. Un árbol , donde ponia
(yase.) El que ves...
Voy. El bien que el muniio desea LISENA.
CAPITÁN. Y que en las ramas colgadas
Que prosigáis
¿Habrá un poco de juego? Estaban joyas, banderas.
armas fieras, Aguardo.
ALFÉREZ. Libros, hrniras, ALFÉREZ.
Si hubiere con quien jugar.
Dineros, sogas, espadas.
En fin, todo estado humano; En fin, el que ves...
{Ap. á Lisena.)
Debajo estaba la gente,
< Kl que fué después l'elipe IV. Nació en
Y la iorluna insolente Es el mavor fanfarrón
Valladolid á 8 de abril de leOü.
Con una vara en la mano. Que hay desde Flándesaqui.
Con ella en el árbol daba, El te ha visto, y yo te vi.
,, — ; , ; ; :

LA NOCHE TOLEDANA. 203


LISENA. A cuchilladas, por Dios, Sin quedar cosa en Toledo.
Tendréisme mucha afición.
En servicio de la una.
FLORENCIO.
ALFÉREZ. RISELO. Regálense por mi vida
hombre trató ¿Hay guarda? Que estoy...
Jamás esle
LUCINDO.
Mujer que no hi azotase, BELTRAN.
Y las joyas le quitase. Poca ó ninguna No me digas mas.
Aunque se llegaron dos,
LISEXA. FLORE.NCIO.
Al parecer forasteros,
Por esos me muero yo. Y las han acompañado. Pónganla mesa.
ALFÉREZ. RISELO. BELTRAN.
Yo soy un hombre muy tierno, Aquí hay un galán soldado. Hoy verás
(íran reí^alailor, llorón Una espléndida comida.
LUClNDO.
Tan fácil ele condición Para principio les doy
Que sin fieno me gobierno. Y no de malos aceros. De Juanelo el arlilicib.
iVo pido celos, no guardo. ¡Jesús, señor Capitán!
FLORENCIO.
No me enojo, no hago fieros, ¿Vos en Toledo?
¿Que siempre has de estar de vicio?
Juego y sóbranme dineros. CAPITÁN.
BELTRAN.
LISENA. ¿Pues dónde? "

Esta grandeza os responde. ¿Qué quieres? Deste humor soy.


Sois soldado y sois gallardo. Galanes hay.
En lin ¿tengo de escoger? LL'CINDO.
FLORENCIO.
ALFÉREZ. ¿Qué hay del Marqués?
Dices bien,
Eso te vengo á rogar. CAPITÁN. Y que parecen soldados.
LISENA. Fuese á Oran. CAPITÁN.
Pues yo lo voy á pensar. LUCINDO. Hasta á amigos tan honrados
Mañana podéis volver. iVase.) Ya me acuerdo. Que la voluntad les den.
CAPITÁN.
LUCINDO.
ESCENA XIV. Con él fué Yo siempre me llego á ella
Don Lorenzo, nuestro amigo. Mejor que á la mesa.
EL CAPITÁN, EL ALFÉREZ.
LUCINDO.. CAPITÁN.
CAPITÁN. ¡
Qué bueno venís Yo os digo!
Vamos,
¿Fuese? Que se os luce y que se os ve Porque esas mozas veamos.
ALFÉREZ. El regalo déla corte.
RISELO.
¿No lo ves? ¡Grandes fiestas!
La una en extremo es bella.
CAPITÁN. CAPITÁN.
{Vanse el Capitán , Lucindo y Riselo.)
Pues bien, La ocasión
FLORENCIO.
¿Qué dijo? Es grande. En este mesón
¿Qué puede haber que os importe? Estos se van á comer;
ALFÉREZ.
Nosotros ¿no comeremos?
Que yo le habia LUCINDO.
BELTRAN.
Parecido bien. Siguiendo á dos forasteras,
CAPITÁN. Desde la iglesia he venido.
Como tanto amor tenemos.
,
Sustentémonos de ver.
Sí haría. CAPITÁN.
Voy á hacer que aquel bergante
ALFÉREZ. Solo he sentido el ruido. Traiga lo que hubiere lucgi). (Vase.)
Y que conmigo también LUCINDO.
Iria á llalla y á Flándes. Agradóme tan de veras ESCENA XVII.
CAPITÁN. Una dellas, que he de hal)lalla
Tú ¿quiéresla? Si vos espaldas me hacéis. VLOnEíiClO; después, EL HUÉSPED,
ALFÉREZ. CAPITÁN. dentro.
¿Para qué? Bien seguras las tenéis,
FLORENCIO.
CAPITÁN. Si amor os deja gozalla.
Y para hablalla mejor. Tuve vista, y estoy ciego;
¿Con qué pensamiento fué? Era amado, y soy amante.
Comeréis aquí conmigo;
ALFÉREZ. Extraños efetos hace
Que bien se sufre á un amigo.
De que hará cuanto le mandes. El ciegoamor cuando quiere
LUCINDO.
Habíala que me decia
;
Donde un fuego apenas muere.
Que era muerta por soldados; Yo soy vuestro servidor. Otro mayor luego nace.
Que durarán tus cuidados Pero al revés ha de ser: ¡Huésped, hola! Huésped, hola!
Menos que durare el dia. A mi casa habéis de ir. Haced traer agua á manos.
Pero dice que la lleves CAPITÁN. HUÉSPED. (Dentro.)
Como paje. No puedo de aquí salir. ¿Dónde están estos villanos?
CAPITÁN. LUCINDO. Vé, Inés, pues tú sirves sola.
¡Vive Dios, ¿Porqué? FLORENCIO.
Que habemos de andar los dos CAPITÁN.
Como el miércoles y el Jueves!
Con razón agua he pedido
Por cierta mujer, Pero si está el fuego dentro,
¡Pesia á tal, que es como un oro!
LUCINDO. Iráse metiendo al centro
{Vase el Alférez.)
Pues alto ; con vos me quedo. Del corazón encendido.
En lavándome las manos.
ESCENA XV.
ESCENA XVI.
LUCINDO, RISELO.— EL CAPITÁN. ESCENA XVIII.
FLORENCIO Y BELTRAN, un lado.—
LÜOINDO. A otro, EL CAPITÁN, LUClNDO Y
íi

LISENA , con plato, jarro y toalla. —


En este mesón entraron. RISELO. FLORENCIO.
RISELO. FLORENCIO. LISENA.
¿Tan de veras te agradaron? ¿Hubo qué comer, Deliran? ¿Qué voces dais? Veisme aquí.
LUCINUO. BELTRAN. FLORENCIO.
Prometí matar un toro Loque hubiere le^- darán, ¿Sabéis qué fuego hay en mi,
L-i. •14
— , , — ,; , ,

210 t :OMEDL\S ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Y qué pens;imientos vanos ? Como son mis daños ciertos
;
De comida y me ha valido ; ,

Echad, por ver si loniplais Que á fe (pie el amante mió


i Para no perder la fama;
Por la mano el corazón. 1
Que no me ha guardatlo Ce. Que dando con su hermosura I

¿De qué es tanta suspensión? Dulces cosas de comer.


! FLORENCIO.
¿Qué tenéis? Qué me miráis? '''

Echad agua. No reparastes en ver


LISEN.V. (Ap.) LISENA.
La mesa.
LUCINDO.
Cielos! ¿no es este Florencio? ¿ Para qué.
¡

Estando el fuego tan frió?


Y fuera locura
FLORKNCIO. (.1/;.) Porque do:ide el alma come.
Otra mujer (jniere ya.
¡Cielos! ¿no es esla Lisena? El cuei i>o es razón que ayune.
FLORENCIO.
IISEXA. (.Ip.) CAPITÁN.
El remedio suele ser;
¡En tanto gozo tal pena! ¿Vos queréis que la im{)ortune
Que para mal de mujer.
FLORENCIO. (.l/J.)
Purga de mujer soda; Y que oslo á mi cargo tome?
¡En tanto bien tal silencio! Aun(iue esta será triaca. ALFÉREZ.
LISENA. (.1;^.) LISF.NA. De aquí á las fiestas, no creo
¡ Ah traidor! ¿Damas aíjui? ¿Mujer con mujer? ¡qué lüíeno!
Que habéis de tener lugar;
¿Tan presto tanta nuidanza? Que nmy ¡toco le ha de dar
FLORENCIO. La guarda con que la veo.
FLORENCIO. (.4;;.)
Sí ; (pie como son veneno.
RISELO.
Hoy pierdo, amor, la esperanza
Una con otra se saca.
De gozar el bien que vi. Debajo de que es hermano,
LISENA.
MSENA. (Ap.) No Iki de ser tan codicioso;
Quiero negar que yo soy, Lavaos que aun no podréis.
; Que no es amante celoso
Aunque no puedo negar. Aunque os diese yo mi llanto, Ni marido cortesano.
Lavaros, mi señor, tanto, Esta tarde se irá á ver
FLORENCIO.
Que limpio y salvo íiuedcis. La ciudad.
[Ap. Lisena en este Iniíar!
;

FLORENCIO. LUCINDO.
O está loca ó yo lo estoy
¡Quiéralo el cíelo!
O la fortuna está loca. Dadme el paño.
O el tiempo perdió el jiiicio. LISENA. CAPITÁN.
Hasta saber con qué indicio Veisle allí. Mas corto levanto el vuelo.
De amor en mis celos loca, FLORENCIO. Con el temor de caer.
Teniío de negar quien soy.
¿Quién OS trujo á este niesou? Nunca pongo el pensamiento
Aunque niasme llore y diga.) Donde lenga fuerza alguna
¿Há mucho que estáis, amiga LISENA. El tiempo \iila fortuna.
Aqui en casa? El decirme el corazón Ni pueda llevarle el viento.
LISENA. Que estaba su dueño aquí. ¿Vos estáis enamorado
Habrá que estoy FLORENCIO. Desla dama de Madrid?
Cosa de un año y un mes. Y ¿si es ya de otra? LCCINDO.
FLORENCIO. Perdido estoy.
lis::na.
Echad agua. CAPITÁN.
Los dos Advertid
LISENA.
Sabremos mudar de prendas.
Que me place. En la bajeza que he dado.
FLORENCIO. Ni yo camino en el mar
FLORE.NCIO.
Id á hacer vuestras haciendas. Ni en el viento ni al sol miro.
,

¿Un año? LISENA. Ni por el fénix suspiro


LISENA.
Quedad con Dios. Ni estrellas quiero alcanzar;
Ahora lo hace.
Ni me matan seda ó tela,
FI-ORENCIO.
FLORENCIO. Ni artificio, ni cabellos
Id con Dios.
Y ¿cómo OS llamáis? Rizos ni anda el alma en ellos
,

LISENA. Como anda el viento á la vela.


Inés. Solamente me parezco
FLORENCIO. ACTO SEGUNDO. A vos, en que hoy me ha nacido
Hermo.sa sois.
En casa este amor, que ha sido
Legítimo.
LISENA. Patio mesón.
(Ifl LUCINDO.
Yo .solía
ESCENA PRIMERA. No
os ofrezco
Parecerlo á algún mudable.
Ser padrino de ese amor,
FLORENCIO. sugeto;
EL CAPITÁN, EL ALFÉREZ, LUCIX- Hasta saber el
Si se mudó, razonable DO RISELO. ,
Y si no importa el secreto,
Causa ese galán tendría. Teiidrélo á mucho favor.
LISENA. CAPITÁN. CAPITÁN.
Los hombres luego (|ue olvidan Perdonad que en un mesón
; Los soldados no podemos
Dicen que causa les dan. INo puede haber mas regalo. Amar con secreto, y ser
FLORENCIO. LLCINDO. Constantes en el querer;
Que oslas dos fallas tenemos.
Sin ella, firmes están. Al de Atalante le igualo.
Aunque mil almas les pidan. Apenas entra el soldado
CVPITAN.
C(tn las medias de color.
LISENA. Si es la mesa el corazón. Calzón de extraña labor.
El que yo digo , tomó ¡Qué atrevida es la amistad!
Sombrero rico emplumado
Por excusa ciertos celos. ALFÉREZ. Ligas con oro, zapato
FLORENCIO. Amor es atrevimiento. Ülanco, jubón de Milán,
Los inciertos culparélos; RISELO. Cuando ya todos están
Pero si sou ciertos, no. Murmurando su recalo.
Donde sirve el cumplimiento Llevan colores y brío
LISENA. .
No asiste la voluntad.
Yo pienso que eran inciertí'S.
Los ojos, y en galas solas
LL'CINDO. Mas jarcias y banderolas
FLORENCIO. dama
;Qué os pareció de la Que, por la barra el navio.
Pensáis en vuestro favor. De Madrid? Pues ¿constancia en el querer?
LISENA. CAPITÁN. ;Cómo puede ser constancia?
Ya está en Flándes, va está en Francia,
I

Yo .sé que es cierto mi amor, Que os ha servido


, , ; ! ; ; ; ! , ; ; ,, , : ;, ;

LA NOCHE TOLEDANA, í21l

Fl ausente, ella mujer... CAPITÁN. {Ap.) CAPITÁN.


— ¡Bioa haya mi condición Ya tengo el alma turbada; ¿.\ barrer?
RISELO. Respeto , por Dios, me ha puesto. LISENA.

Solo fie oíros hablar ¿Pues cómo yo , (|ue atrevido Aquel palacio.
He venido á sospechar Andando con el marqués CAP'TAN.
Que hay dnencie en este mesen. De Santa Cruz y después ,
Manos hermosas, ¡ku' Dios,
Y si es ansi no penséis
,
Con el Archiduque, he sido Que otro instrumento os conviene.
Que sois el doliente vos Del turco y del rebelado
LISENA.
I )e ese dolor (|ue por Dios,
;
Flamenco rayo en la guerra
,

Y en propria y ajena tierra {Ap. ¡Cielo, mi enemiga viene!


Que hay mas de cuatro y de seis. Mí remedio espero en vos.
Soy por quien soy respetado
CAPITÁN. Valedme, industria, ayudadme,
Temo una Haca mujer.
Por vida del capitán Moza que sirve un mesón? Cíelos; que no quiero aníor.)
Que sosi)echo y sin .sospecho.
,
Mas de amor efetos son Id en buen hora , Señor.
Que ha de entrarme en mal provecho Que es niño, y dios en poder. CAPITÁN.
ti ser hoy de Inés galán ¿Quién sino arnor ha burlado Oye, Inés.
Porque ninguno ia ve Libros y armas? Quién ha sido LISENA.
Que no piense que ya es suya. El que fuertes ha vencido Señor, dejadme;
ALFÉREZ. Y sabios ha derribado? Que viene Gerarda aquí.
Inés es como aleluya Amor poderoso es. CAPITÁN.
No hay verso donde no esté. LISENA.
Pero ya es del Capitán Pues ¿vendrásme á ver?
¿No acabáis?
Esta empresa. CAPITÁN. LISENA.
RISELO. Si haré.
Quiérote un poco.
Y es razón. CAPITÁN. {Ap.)
LISENA.
CAPITÁN. Decildo. ¡Vitoria Vine llegué
! ,

Eso no que en un mesón


; CAPITÁN. Vencí á Inés, á Inés vencí. ( Yase.)
No ha de haber solo un galán. Vuélveme loco
Sirvan todos, y ella escoja. Yo te lo diré después. ESCENA ni.
LUCINDO. (Ajo. ¿Haytal temor? Hay tal fuerza

X rio vuelto, señores. ye amor? ¿Qué temo? Qué aguardo? GERARDA.— LISENA.
Ganancia de pescadores. ¿ Soy yo el que fuerte y gallardo,
,
GERARDA.
CAPITÁN. Anima, acomete, esfuerza?
¿El que asalta al escuadrón, ¿Con quién das voces, Inés?
¿También á vos se os antoja?
A la galera, al navio? LISENA.
LUCINDO. Amor, ¿ dónde está mi brío?
No; pero el que hablare á Inés, ¡Oh mi señora Gerarda!
¿Qué has hecho á mi corazón ?
Tercie por mí con Gerarda. Con ese necio, que aguarda
Vuélvemelo ¿tú no ves :

CAPITÁN.
I

Que soy soldado de amor?) Lo que de otro dueño es.


Persuadirme pretendia
Inés viene: aquí me aguarda. LISEXA. Que esta noche visitase
LL'CINDO. ¿Qué es lo qué queréis. Señor? Su aposento.
Adiós. CAPITÁN. GERARDA.
CAPITÁN. Que intentase
Un poco te quiero, Inés. »
Hablemos después. LISENA. Tu amor con descortesía.
{Yanse el Alférez, Lucinda y Riselo.)
¿Qué puede ser que os obligue
Fué culpa; mas no lo es
Quererte , siendo Ui gusto
A suspenderos asi ?
ESCENA £1. Antes parece muy justo
CAPITÁN. Quererte todos, Inés.
LISENA. — EL CAPITÁN. Verle , Inés.
LISENA.
LISENA.
Sí esohubiérades tratado.
LTSENA. {Sin ver al Capitán.) ¿ Qué veis en mí ?
Rendida de algún dichoso.
Andan mis males ¡)or volverme loca, CAPITÁN.
Ya fuese galán , ya esposo
Como yo negase que lo he sido
si
Yo callo, y amor prosif^ue
Andan mis bienes por cubrir de olvido Que os hubiese conquistado,
Y espantóme que no des ¿Seria entonces razón
Lo que coniicsa el alma por la boca;
Eu que quien te ve te adora.
Andan mis penas por decirque es |ioca
,
Que otro que os persiguiese,
La que por tal sugeto he padecido:
LISENA. La misma noche quisiese
Y mis agravios, como lo han sentido. ¿Hay mas? La misma conversación?
CAPITÁN. GERARDA.
Dicen que la venganza al honor toca;
Si.
Andan mis celos por cpie amor intente Eso, Inés, no puede ser;
LISENA.
.\lguna sinrazón , viendo que puedo Que es de comunes mujeres
Andamiamorpor([ue de acjuí me ausen- Decildo agora.
Y si guardar honra quieres,
Anda él con artilicios en Toledo [te. ;
CAPITÁN. Uno solo has de querer.
Mas es andar y andar; que finalmente Yo te lo diré después. LISENA.
Hedeanegarmeentreelamoryelmiedo. LISENA. Tengo mi palabra dada
CAPITÁN. ¿Cuándo ó cómo? De ser de cierto galán,
¡.\h, señora Inés! CAPITÁN. Y también el Cypitan
LISENA. Si tú vienes Quiere ocupar la posada
¿Quiénes? Esta noche á visitarme. Cosa que no puede ser.
CAPITÁN. Sabré mejor declararme. GERARDA.
Un hombre, un huésped de casa. LISENA. {Yéndose.) Notable placer me has hecho
LISENA. ¡ Bien por Dios En descubrirme tu pecho.
Pase en buen hora , si pasa. CAPITÁN. LISENA.
CAPITÁN. ¿Qué prisa tienes? Sois mujer, y soy mujer.
Un poco te quiero, Inés. LISENA. ¿Qué queréis? Flaquezas son.

LISENA. GERARDA.
¿Cómo puedo estar despacio
Si es muy poco , diga presto Adonde hay tanto que hacer? Dime la verdad , Inés:
Que ando, como ve, ocupada. Suelte; qué voy á barrer. ;Ha sido amor ó interés?
;; ; : , , , ! , ,, ; , . . ,

'212 r.ÜMEDI AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LISENA
HSF.NA. El galán que ha de tener
Aquesta noche mi lado. Señora , á hacer voy las camas.
DosdeditosiIeaCi'inn.
Pues ni el mió ó su decoro GERARDA.
GERAKDA.
Me han iletenido, por Dios. Mejor dirás si las llamas
¿Aficionado le lias? Sino el ver que os loca a vos Llamas de inlierno,
USEXA. Lo que yo Gerarila adoro.
, ,
LISENA. {Ap.)
¿Soy piedra? GERARDA. Bien siente.
GERARDA. ¡A mí en aqueste mesón Quiérome quitar de aquí
Pensé que amor LISENA. Y dar lugar á sus celos.
Se trataba á lo señor, A vos. FLORENCIO. (A Gerarda.)
Y andaba entre ellos no mas. GERARDA.
tu vida los cielos.
Guarden
No creí que en ios mesones ¿Quién es?
Hallaba el amor posada. GERARDA.
LISENA.
LISKNA. Como la guarden de ti.
Vuestro hermano.
{Ilublun bajo Florencio y Gerardo.)
Al amor tal vez le agrada
GERARDA. BELTRAN.
Dejar ealzas por ealzones.
Suele enfadar el faisán. ¿Mi hermano? Es buen cortesano, Ove , Inés.
Suele la vaca dar gusto i'edirá alguna invención. LISENA.
Que no hay vestido mas justo LISE>A. ¿Qué quiere?
Que aquelque nuevo le dan. Si soy la que las saetas BELTRAN.
Si del ver nace el amor, Escuche.
De amor [¡udiera guardar,
Y de privación deseo, ¿No pudo alguna tocar Bien la quiero... ya me enliend^\
En los que caminan creo
Que sera mas
,

el ri^íor.
Su pecho? —
¿Qué te inquietas? LISENA.
Que tienes? No puede ser.
GERARDA. GERARDA. BELTRAN.
Tú á lo menos disculparas ¿Qué be de tener? ¿Cómo?
Cualquiera deseo, Inés; Mi hermano es hombre. LISENA.
Que es muy justo que le des LISENA. Hay duende.
Sien tus méritos reparas. Es ansí.
Mas , pues me has declarado BELTRAN.
GERARDA.
Lo mas , que es decir que quieres Y la daré...
Y que el galán que pi-elieres ¿Que le quiere tanto? LISENA.
Tendrá esta noche tu lado, LISESA. ¿Qué?
Dime cuál de los dos es Si, BELTRAN.
Ansí logres tu deseo. Si bien me supo querer. Un esluche.
LISENA. GERARDA. LISENA.
Muy cuidadosa le veo ¿Que esta noche ha concertado Barbero debe de ser.
Vo te lo diré después. Verle? BELTRAN.
GERARDA. LISEXA.
Muy su servidor sí soy. ( Xase Lisena.)
Vuelve, dótenle y advierte Y con tanta afición
Que solo es este cuidado Que en prendas que de amor son ESCENA V.
Gusto de ver si has echado me ha dado.
Esta sortija
El dado con buena suerk>. Y aunque tan pobre me ves. FLORENCIO.-GERABDA, BELTRAN.
¿Quién por mi vida? Y no mientas.
, Cree de mis pensamientos
LISESA. Que á tales atrevimientos FLORENCIO.
(Ap. Bien se traza mi inveficion.) No me moviera interés. ¿Cómo en tu desgracia estoy?
;.En amores de mesón Amor me mueve; que estoy GERARDA.
Saber secretos intentas? Perdida.
GERARDA. Di lú cómo soy mujer.
No te lo niego por mi BELTRAN.
Que confesar que ha de ser Gran bien me has hecho.
Es lo mas que puedo hacer (Ap. Y boy saldrá de mi pechp ¿Qué tenemos? ¿Hay capote?
Su amor , á fe de quien soy ílay ceño? Hay capa
aguadera?
En esta ocasión por tí.
Por honra del caballero, Y no será grande hazaña FLORENCIO.
Gerarda, te encubro el nombre. Que hoy salga quien hoy entró.) No Iiá un hora que tu bien era.
GERARDA. LISENA. (Ap.) BELTRAN.
Pues ¿qué pierde ningún hombre? Bravamenle lo sintió.
No bav paz que no se alborote,
Si entran de por medio
LISENA. celos.

Su calidad considero;
ESCENA IV.
¿Cuánto va que estás Gerarda ,

gallarda
FLORENCIO BELTRAN. — Dichas.
Y que nunca en el sayal De la fregona
Con principios de recelos?
,
Suele estar envuelto el oro
Sin que pierda su decoro. BELTRAN. Yo holgaría de saber
Si dest'e enojo soy
parte,
GERARDA.
Cosa, vive Dios, extraña Poríiue puedo asegurarte
No sientas de ti tan mal; Y que si yo no la viera. Con iiuc vive en mi poder.
Que si el mismo amor posara No la creyera á ninguno. Ksti-coiicicrlo hemos hecho
Inés, en este mesón, FLORENCIO. {Ap. á Beltran.) Siempre (pie vamos los dos
Pudiera con afición
Aqui están las dos. Algún camino; y por Dios,
Rendirse á tu hermosa cara.
BELTRAN.
Que te hablo abierto el pecho.
Y como se suele dar damas
El ha de hablar cuantas
A la huéspeda el dinero Si alguno
Le ofrecieren sus personas.
Que lo guarde, considero Me contara esta quimera Yo con todas las fregonas
oue amor te diera á guardar Lo tuviera á bernardina. Que nos hicieren las camas.
Las flechas de sus despojos, ¿Que esta es Li.sena , Florencio? Así que Inés me ha locado
,
Aunque de rayos son iiechas;
Que para guardar sus flechas.
FLORENCIO. Y es demi juridicion,
Eran muy propios tus ojos. Quedo, Beltrau con , silencio. Y al rededo" del mesón
BELTRAN. Cinco leguas.
LISENA. GERARDA.
Lisonjas os ha enseñado Quien ama y se determinp. Si has pensado,
El deseo de saber No habrá cosa que no intente.
, , ,:; ,;,;,,
,, , ,, ; ,, ; ,, , , ! ! , !

LA NOCHE TOLED.ANA. 215


líeliran, que en Madrid liay Lobas, FLORENCIO. Aunque mejor lo tomara
Y que el tiempo y la fortuna Calla, Deltran; que si vuelves De esos brazos en el cuello
No dejaron cosa "alguna. Por ellas, ha de pensar FLORENCIO.
Mué 1)0 en sus leyes inov^s. Que es mi gusto. Son de amor la firnia y sello,
es Madrid
lnKii;in:i ([uc
RELTRAN. En que obligarse declara.
En tempestad que fué,
la
¿He de callar. {AOrázaiise.)
Como el arca de Noé. Cuando á callar te resuelves,
BELTRAN. Tocándome en las dos niñas
De los ojos? ¡Vive Dios,
£SCENA VI.
Mas como el arca del Cid
(^ue en vez de oro llene ai ena. Que hay fregonas mas de dos LISENA.— Dichos.
Sin las bordadas basquinas,
G ERARÍA.
Sin el manto soplonesco LISENA. (Ap.)
De cada género tiene Sin el garbo ni ^1 chapín ¡Ay de mí!
Uos animales. Con el tranzado garbin , RF.LTRAN. (Aj).)
BELTRAN. Y el delantal blanco y fresco, Lisena es
Mas viene Que van vendiendo cuajada Delante ponerme quiero.
A de animales llena
estar Mas ([ue nieve y que tomillo
{Púnese Bcllratidelante, fingiendo que
Que Parque
los conejos del
Porque aquel amor sencillo
no la conoce.)
Se suben hasta San Juan. Es lo (|ue al buen gusto agrada!
¿Qué faldellín de persona Inés, ¿que en lin soy barbero:'
GERARDA. Crave iguala en nieve y llores ¿Que en lin soy barbero, Inés?
Cosas que en el arca están Al ver en paños menores LISENA.
Es justo que el tiempo embar/jue. Una candida fregona? Déjame pasar, desvía.
Hay dos discretos, dos necios, ¿Para qué puede ser bueno
Dos ricos dos mendigantes
, Al marido ni al galán BELTRA\.
Dos sabios dos ignorantes.
, Dríndalle con .solimán Un abrazo me has de dar.
Dos altos dos bajos precios,
, Que es en efeto veneno? LISENA.
Dos túes dos señorías
,
GERARDA. Déjame, Deltran mirar ,

Dos grandes y dos pequeños, Celos por lu celosía.


Deltran , yo digo que Inés
Dos gordos y dos cenceños. Déjame, pues me conoces.
Dos palomas, dos arpías
Y otras fregonas de aquí
Serán pavos para lí BELTRAN.
Dos legos dos estudiosos
,

Dos jardines, dos desiertos, Pero mírales los pies; ¿Celosía yo? ¿Y qué tal?
Dos con ojos y dos tuertos Que yo conozco un discreto De ébano de Portugal.
Dos sucios y dos curiosos Que esa rueda deshacía LISENA.
Dos damas y dos fregonas Luego que los pies les vía ¡Deliran
Para que en pasando el agua, Que es espantoso defeto. BELTRAN.
Haya sin ir á la fragua Cuando pinta algún pintor
¡Inés!
.\I demonio, ya después
Aquellas mismas personas. LISENA.
Tú Deltran no has de pensar Que ha hecho el rostro, en los pies
, ,

Pone el quién es como autor. Daré voces.


Que soy de las bobas yo ,

Florencio no me engañó
Pues ¿qué pien.sas tú que son BELTRAN.
Pero quísome engañar. Fregonas? Diablos pintados. ¿Qué importa que tú las des?
Y si es que las ocasiones BELTRAN. LISENA.
Le dan las damas, sin duda Esas llevan mis cuidados Ya no imporla. ¡ Triste caso
Que, pues de dama se nmda Y nodamazasde don. BELTRAN.
Trocastes juridiciones. GERARDA. Cerarda, guárdame el paso; (/l/j.ffe//a.)
Ya Florencio en tu aíicion
Tiene tanta señoría
Al tinte huele, Deltran Que quiero abrazar á Inés.
Quien tíñe ; al olio el pintor, GERARDA.
Que como chanciliería
Se entra en tu juridiclon.
A lapesca el pescador.
Abrázala; que a(|uí estoy.
El que curte a! cordobán
Dilc que siendo galau Mas págame en otro tanto.
Las fregonas al fregado.
De las damas que no es justo , LISENA. {Ap.)
Que IVegonice su gusto, RELTRAN.
De lo (]ue sufro me espanto.
Pues es tu oíicio, Deltran; ¿Y no es pastilla mejor
Que Inés no es lugar que cae Que el ai lilicíal olor,
FLORENCIO. (A Gerarda.)
Cinco leguas del mesón El melindre y el cuidado? ¿Eres mía?
Pues de tu juridicion Ahora bien cuando de todas , GERARDA.
Hoy á la suya la trae. Digas mal déjame á Inés.
, Tuya soy.
Esta noche ha concertado GERARDA. LISENA.
Tener su lado de Inés, ¡Tuya soy!
¿Que en fin , luya es?
, Deltran
Y por prenda , si lo es. BELTRAN.
BELTRAN.
Una sortija le ha dado. ¿Que tú eresmia?
Pues quien me ha de amar á mi Y esta noche son las bodas.
LISEN.\.
No ha de tener pensamientos GER\RDA.
De tan bajos fundamentos, ¿Cómo, si ella me ha contado No digo á tí.

Ni ha de humillarlos así. BELTBAN.


Que mi hermano la requiebra?
Quien tanta gala pregona, ¿Cómo no?
BELTRAN.
Y me llama su mujer, «Tuya soy 1» dijiste.
Florencio el cuento celebra
Una estrella no ha de ver, , ¡
LISENA.
Cuanto y mas una fregona. ;Que soy su hermano ha pensado!
Yo
¡Jesús! ¡Qué asco! Qué infame FLORENCIO. Lo que escuché repetía.
Cusió! Qué sucio deseo! Si luhermano dijo, advierte Déjame pasar. Deliran.
Qué vil amor Qué ! trofeo Que i)iensa que lo es Deliran. GERARDA.
Tan bajo! GERARDA. Florencio, lü eres mis ojos.
BELTRAN. Mal en hombre tan galán LISENA.
Quedo no llame , Pensamientos desa suerte
Vuesamerced tales nombres ¡TÚ eres mis ojos!
Pudieran caber. Yo digo
Al buen gusto de Heltran Que engañada me enojé BELTRAN,
Porcjue es creencia en que eslán Y si en tu disgusto hablé. ¿Qué enojos
Muchos muy discretos hombres. Humilde espero el castigo. Tus ojos no quitarán?
, , , ! ;; , ,;, ,; , , ; ;; , ,

014 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


¡Tú eres mis ojos, me dices !

BELTRAN. Pintara en una señora
LISENA. Pues cuando el sol se le va Cuanto el ciclo puso en él
¿Quién encubre cuanto está Si le dieran los colores
No soy Inés.
El sol , las piedras preciosas
BELTRAN. Debajo del? Luego yo
Soy aqui su semejante. Los cristales y las rosas,
Loca estás. -
La noche que es capa y manto Y el divino ofor las llores;
¿Cómo que no eres Inés? ' ,
Si el entendimiento, aquellos
Llama á su silencio sanio
FLORENCIO. {A Gerardo.) Las manos encubre el guante Es|)iritus celestiales.
Sola te quiero. Al cuerpo encubre el vestido. Si ios labios, los corales,
GFRARPA. El zapato cubre el pié. Y verter perlas por ellos,
Y lo creo El dosel al Rey, que fué No me pudiera obligar
Porque lo merezco yo. Majestad de su apellido; A un escrúpulo á una drama
,

La bolsa cubre el dinero. De amor! ¿Yo, Li.sena dama?


USE>A.
El retrato la cortina, Yo querer tierno y amar?
iSola te quiero? (Ap. Eso no, Yo escribir borracherías?
Cuando yo, traidor, te veo.)
A los diamantes la mina.
La cubierta al marinero; Y'oandar con cintas y enredos?
¡Sola te quiero! Y'ocon celos? Yo coii miedos?
El solimán los defetos
BELTRAN. ¡Ah santas fregonas mias.
De la cara de las damas...
Mi Inés, Si esto es ansi por qué infamas Volved por vuestro derecho!
, ¿
¿Que en fin solo me lias querido? A quien encubre secretos? ¡Vive Dios! me
afrentaras
si

LISEXA. LISENA.
Con cuantos nombres hallaras.
Si me pasaras el pecho.
Beltran, que pierdo el sentido. ¿Cómo, Deliran cuatro dias ,
Si me hicieras una afrenta
Lisena soy , ¿no lo ves? De ausencia á Florencio han puesto Pública , si me escribieras
FLORENCIO. (.4 Gerardo.) De tal suerte, y descompuesto Libelos , no me ofendieras
Sin ti no vivo. Las obligaciones mias? Mas, ni quien mi agravio intenta,
LISEXA. ¿Cómo Beltran? ¿No era ayer
,
Que con decirme que quiero
{Ap. ¿Esto sufre La que en Granada le vi Mujer de manto. Es verdad
El cielo? ¡Oh rigor eterno! Llorar mas tierno por mí
Que me muestra voluntad,
¡Oh celos, color de iniierno Que la mas tierna mujer? Y respondo lisonjero
Llama azul de piedra azufre I
Cómo, Beltran un hidalgo ,
Pero ¿yo interés ni amor?
¡Sin tino vivo!
Llora y miente vende infama , ,
Quédale con Dios, Lisena
BELTRAX. lina mujer que lo llama
Que me has dado mucha pena. (Yase.)
¿Es posible Su bien?
BELTRAN. LISENA.
Que sin mi no vives ya?
De juicio salgo Oye, espera. ¿Hay tal rigor?
LISENA. ¡Desdichada suerte mia!
Con ver lo que Beltraneas.
De los requiebros de allá
Lisena, si he de dejar Todo me deja. ¿Qué haré.
Soy, Deliran, eco invisible. Pues ya no hay cosa que esté
De llamarte Inés, y hablar
Respondo al postrer" acento En las cosas que deseas. En el lugar que solia?
A la voz de aquel Narciso Oye y mira que le has dado ¡Ah traidor, que disimulas!
Que en aquesta fuente quiso ,

Para mudanza ocasión Yo conozco bien tus tretas.


Volver mi espíritu en viento.
Que mudanzas siempre son
BELTRAN. Como el son que se ha tocado. ESCENA VIII.
¿Qué fuente? ¿Cómo? ¿ No ves Cuerpo de tal La mujer !

Que no hay fuentes en Toledo?


¡

(jue quiere no dé lugar


EL ALFÉREZ; FINEO, de camino.—
GERARDA. A que otro la pueda hablar. LISENA.
Vamos, mi bien. ¿Cómo pueda hablar? Ni aun ver.
FINEO. {A nn criado que está dentro.)
Sírvele Estacio, y tú gustas
{Vanse Florencio y Ge r arda.)
Del servicio y del favor Haz que guarden las maletas
Y tras ser competidor Y den recado á esas muías.
ESCENA VII.
(Cosas en buen trato injustas). ALFÉREZ.
LISENA, BELTRAN. Preciase de bravo , y viene
Cuando os vi pasar, Fineo,
A echarnos ya de su calle; Apenas os cunocia.
LISENA. Y quieres que el otro calle
FINEO.
¡ Buena quedo Las ocasiones que tiene.
Viene huyendo de Granada Habeisme hecho cortesía
BELTRAN. Y pagado mi deseo
Por ti , y á sus padres deja;
Sosiégate un poco , Inés. Y tú con graciosa queja En llamarme.
LISENA. Dices que has sido olvidada. ALFÉREZ.
Al infame alcahuete,
fin, ¿Qué respondes? ¡Bueno estáis!
Capa y manto de los dos. LISENA. No pasa dia por vos.
Se me escaparon por vos. Que aunque hubiera FINEO.
BELTRAN. Dado á Florencio ocasión Pues no es gusto que por Dios
;

¿ Y es mal oficio ir á Huele ? Porque en fin sus celos son


, Que hay mas mal del que pensáis.
Ño hay cosa de mas primor Autores de esa quimera ALFÉREZ.
Que ser alcahuete ó capa, El venir, como he venido,
¿Hay gusto como encontrarse
Mayormente cuando tapa Infamando mi linaje,
Dos amigos caminando?
Gustos y celos de amor. Y el servir en este traje.
FINEO.
Los árboles ¿no son buenos? La culpa hubiera vencido.
LISENA. ¡Ah Beltran Di tú que viste
! Y ¿dónde vais?
Buenos son. A la amiga de Gerarda, ALFÉREZ.
BELTRAN. Moza de .Madrid gallarda Voy gastando
Pues ¿quién encubre Y á Florencio persuadiste,
Tiempo que no ha de cobrarse.
Porque hallaste gusto aqui
Mas que un bosque , hasta que octubre Voy á hacer gente.
Seca sus troncos amenos? Y no digas que yo he sido
FINEO.
El cielo ¿es bueno? Causa de su injusto olvido.
BELTRAN.
¿Con quién?
LISENA.
ALFÉREZ.
¿Pues no? No me conoces tú á mí.
¡Vive Dios, que si el pincel El capitán Acebedo
í 2 3 Tres versos sueltos entre redondillas. De naturaleza agora Me lleva consigo.
,
! , ;, ; , —
,, ; , ; ,,,; ; , , ; ,, ,,,,
, ,! ,,, ,
,, , , ,

LA NOCHE TOLEDANA. 21j


FISEO.
'

LISENA. Los diques en medio e! agua


Pueflo Ninguno gusto me da. ( Vase.) (Contra su curso excesivo.
Daros de eso el paraltieii FINEO. Llego en tin á Aranjüez
;

Que es gran amigo, y un liombre Paso el palenijue , y admiro


Tenéis estragado el gusto.
De valor. En la huerta Tolipela .

ALFÉREZ. Tantos árboles distintos:


ESCENA IX. Cermeños melocotones
,

Vos ¿dónde vais? Albérchigos y membrillos,


FIXEO. EL ALFÉREZ, FINEO. Avellanos y nogales
Hay mil cosas que sepáis. Peros, duraznos y guindos.
! ALFÉREZ.
Veo la puente del tajo;
ALFÉREZ. ¿Es buena?
j

Tajo , que el nomltre latino


Va no hay cosa que me asombre. FINEO.
j
A pesar del fiero moro
FI.NEO.
I Como mil perlas. Conservó por tantos siglos;
ALFÉREZ. Por cuya causa en su iglesia
¿No nos darán aposento ? I

Ya estamos solos ; decid Toledo' en aljibes frios


LISENA. I

Lo que os saca de Madrid. Le deja entrar, como á hidalgo


Aquí está dellos la llave. i ¿Son tiestas? De cuatro costados limpio.
FL\EO. FINEO. Por la calle de Toledo
¡Brava fregatriz! No vengo á verlas. (Que así se llama), partimos
ALFÉREZ. ALFÉREZ. Aquel estanque, ó mar Tonta.
Suave. Pues ¿á qué? ALFÉREZ.
FINEO. ¿Mar Tonta?
FiNEO. {Ap. al Alférez.)
Sigo una dama. FINEO.
¿Déjase asir? Es su nombre mismo.
ALFÉREZ. ALFÉREZ.
.Muchos , tenidos por sabios
Es un viento. ¿Haos engañado? ''i en sus ondas sumergidos

Al Capitán ha vencido: FINEO. \ convertidos en cisnes,


No quiere salir de aquí; Tal vez. Los confiados por lindos
Hase liado de mi Que venia á Aranjüez Los que pasean , los que fian
Y estoy por ella perdido. Echó entre sus deudos fama. Los graves y los remisos,
Veremos aquí los toros Salí , seguila , y busqué Los que casan pobremente
Que ha de ser tiesta famosa, Sus huertas. Los avarientos y ricos
FLNEO. ALFÉREZ. Los mordaces , los que enfadan ,

¡Bella labradora
Y ¿estaba en ellas? Los cortos y los prolijos.
FINEO. ALFÉREZ.
ALFÉREZ.
No. Cisnes son de la mar Tonta
Hermosa
ALFÉREZ. Mi! pretendientes anfibios.
Y limpia como mil oros.
Mil cosas cuentan dellas. FlNEO.
FINEO.
FINEO. ¡Notable es aquel palacio
Si la quiere el Capitán ¡Edificio peregrino!
Y el Alférez , yo querria
Lo que yo he visto os diré.,
Crandes maravillas tiene Calerías, salas , cuadras.
Servir en su comiiafíia. Mármoles y jaspes lisos.
El católico Filipo,
ALFÉREZ. Aumentadas en España, La capilla y corredores
No sé, por Dios si os querrán
, De su abuelo y padre invicto; Y aquel retablo divino
Que es hosca como un novillo. Y si maravillas fueran Del Ticiano y el reloj
,

Personas como edilicios De tan notable artilicio;


FINEO.
Diera primero lugar Las huertas de los franceses,
¡Ab, mi reinal ¿Deque está Donde, de murta vestidos,
Triste? A sus sül.'eranos hijos.
Mil músicos vi tañendo.
LISENA. El templo del Escurial
Maravilla octava ha sido. Imagen de los de oficio;
En eso, ¿qué leva? Que no tienen mil que cantan
Desde nuestro polo al austro
FIXEO. Y del ocaso á Calisto. Alma gusto,
ni sentido.
Quiera el alférez Vi mil galeras de yerba ,
Carrillo, Tienen Toledo y Segovia
Tan tierno á vuesamerced Dos alcázares altivos, Toros, perros, cocodrilos.
Que, como amigo, querria Madrid su rico palacio, Pájaros y cazadores
Merecer su cortesía Culebras y basiliscos
De pintura y cuadras rico
Y que me hiciese merced. Pero dejando estas cosas. La huerta de las moreras.
Dadme por un rato oído, Donde con soberbios picos
LISENA.
Vi coronados pavones
Este aposento es fambso. Y veréis á Aranjüez
Puesto que es mai)a su sitio. Llenos de plumajes ricos.
¿Sois solo ? A la no acabada iiuente
FIXEO. A Vaciamadiid llegué;
Dios me libre de haber ido Fui del Tajo Ciistalino
Solo he de estar. \' alembocada del agua
A Vaciamadrid de noche
LISENA. Que no le tengo por limpio. Caracol y laberinto.
Yo le voy á aderezar. Allí vi el rico palacio
A la casa de las vacas
Con linda vista de rio Fui con igual regocijo,
FINEO.
Perdone la casa antigua Y |)or doce verdes calles
¡Qué gallardo tallel A la plaza vuelta dimos,
Ruina del tieiupo auüguo;
ALFÉREZ. Que mejor saben his damas A cuya sazón pasaron
Airoso. Su mala traza y abrigo. Siete camellos asirlos.
Y antes ninfa fiue os entréis
, , Partí á Arganda y vi la quinta Que en España aunque son de Asia
,

,
Me decid de qué estáis triste. Del Embajador prosigo Están sirviendo á Filipo,
;

LISENA. Y en San Martin de la Vega Que es rey de Jerusalen ,


Duermo. Y muestra que cuarto ó quinto,
De que bay hombres. Librará la Ciudad Santa
ALFÉREZ.
FINEO.
Aténgome al del vino.
Y el gran sepulcro da Cristo.
Si consiste Vide al fin , tras destas cosas
En alguno que queráis FINEO. Las bodas de los dos rios.
Que no os paga como es jílsto A la barca de Bayona Porque allí son para en uno
Escoged ; que otros habrá. Madrugo y atento miro
,
Sin firma del Arzobispo.
; ,, ; , , ; ! , , , , » ,; ! , ; , ,, ;;

'216 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


No os encarezco las fuentes. Que al mar de Austria se remita Para mi desdicha aquí!
Ya en mármoles , ya en
castillos, Pues el nácar Margarita Sime ve , soy muerta , Inés.
Los tiros de agua . las burlas, Pare una perla en España. LISENA.
Miifas . sátiros y niños
FLNEO. ¿Por qué , siendo vuestro hermano
Y a(|uellas calles de flores, El tercero y el primero Florencio?
Donde iba á iiacer ejercicio Tienen mas dilicultad. GERARDA.
La serenísima Infanta ', Entro á descalzarme.
Primavera desto sitio, Ya encubro en vano
ALFÉREZ. Mi desdicha: no loes.
Que adonde puso ios pies.
Puesto que tuese el estio, Entrad LISENA.
Nacieron rosas de nácar, Que hablando á Inés os espero. ¿Y eslo por dicha el que viene?
Como de Venus se dijo. {Vase Fineo.) Que estáis muy em|)arentada.
Allí está el blanco jazmin GERARDA.
Y el oloroso junquillo ESCENA X. Soy , Inés , muy desdichada
Con la pálida retama. Ditérente deudo tiene.
El adonis y el narciso; LISENA.— EL .\LFÉREZ.
Esta noche has de esconderme;
Allí el pinte azul y rojo, Que
ALFÉREZ. este sin duda se irá
La salvia, el cárdeno lirio, Por la mañana.
El alelí como jaspe. ;Ah mi Inés ¿No quiere
, ! ser
Vuesamerced cosa mía? LISENA.
Los claveles y el cítiso;
Y el agua que asierra piedras, LISENA. (M¿Siya
Y ciertos pájaros indios, Quiere el amor .socorrerme?)
Para mí melancolía
Con dos borlas coloradas
¡
Yo tengo en el corredor
Venis Dejadme barrer.
!

Sobre unas gorras de rizo. Desocupada una cuadra


ALFÉREZ. Que para secreto os cuadra
Que llaman zaidas sin ser
Descendientes de moriscos. Inés que, como el aurora.
,
En ella estaréis mejor.
Pudieras barrer estrellas Por de fuera os cerraré
Pero ¿qué me meto en aves,
O sus diferencias pinto. Pues en esas manos bellas Y en dando el tiempo lugar.
Ni en proseguir el retrato
Tal luz el cielo atesora, Os llevaré de cenar.
Del segundo paraíso?
Vente conmigo á la guetra. LUCRECIA.
liaste dar Ün á esta cifra
Toma las armas, In"é«, ¿Diráslo Inés?
Con decir quefuéedilicio Y verás...
LISENA.
De aquel soberano padre LISENA.
,
No podré;
Dd nieto de Carlos Quinto. Quedo; después. Que me va en callar la vida.
ALFÉREZ.
Cuando la noche se cierra
Me |)odeís venir á hablar. LUCRECIA.
Puesto me habéis mas deseo. Que ya sabéis mi aposento; La nuestra queda en tu mano.
Seis días no pasarán
Que de día no consiento LISENA.
Sin verle.
doy á nadie lugar,
iS'í Entrad quedo.
FIXEO.
Porque el huésped no querría Va)ise G erar da y Lucrecia.)
Puesto que están Que supiese esta flaqueza.
(

En él los bronces que veo


Y los mármoles que os digo,
ALFÉREZ. ESCENA XIII.
No estaba mi dama en él. Hoy á tu mucha belleza
Dejé Alférez , el verjel Igualas tu cortesía. LISENA ; luego, LUCINDO y RISELO.
,

Y el camino á llléscas sigo. Fiado de tu palabra,


Voy á rogar á los cielos LISENA.
Donde tampoco la hallo.
Supe esta fiesta de acá, Cierren velos,
al día los ¡ Oh soberano
Y que nunca el sol los abra. (Vase. Cíelo, esperanza cumplida!
Y vengo á ver si aquí está
Con lo que yo siento y callo; {Salen Lncindo y Riselo.)
Que os i)rometo que estoy loco. ESCENA XI. RISELO.
ALFÉREZ. LISENA. Yo la hablé de vuestra parle,
Ahora bien , dejad la pena; Y dijo que la hablaría.

Que hay ocasión harto buena Nunca Dios te dé salud Aquí está Inés.
Para divertirla un poco. Ni á ese necio capitán. LUCINDO.
En ese aposento entrad ¡Dueños mis negocios van! ¡Inés mia!
Quitaos espuelas y botas ; .Arded, celosa mquietud, LISENA.
Que desembarcan mil flotas Maladme el pecho , romped Por Dios, que ando á buscarte.
De damas en la ciudad, Salga el llanto por los ojos.
LUCINDO.
A ver la famosa liesta Destílense mis enojos.
Que hay rejones y lanzadas Arded corazón arded. , ,
¿Cómo has hablado á Gerarda?
Y las penas ocupadas Arded triste corazón , LISENA.
Siempre son menos molestas. Para que siendo alquitara. A las dos, Lucindo, hablé
Naturaleza, por varia^ Vierta el agua por la cara Por los dos.
Mas hermosa suele ser: Venenos de su pasión. RISELO.
También dicen que ha de haber Arded sin cesar de arder, Discreción fué.
Una justa literaria; Y aun(|ue es mi muerte al)rasarnie,
LUCINDO.
Y pues picáis de poeta Valedme vos con matarme.
Al premio escribir podeis- Pues yo no os puedo valer. Y ¿qué responden?
LISENA.
FIXEO.
¿Qué sugetos? ESCENA XII. Aguarda.
ALFÉREZ. Que aquesta noche os quedéis
Mas de seis.
GERARDA LUCRECIA.— LISENA. , A dormir en el mesoii
Y os harán conversación
FINEO. GERARDA. Desde las doce á las seis.
¿Hay glosa? ¡Oh Inés gran mal
!
¡ I.LCINDO.
ALFÉREZ.
Y un pié que aprieta:
LISENA. ¿A dormir ? Pues ¿de qué modo?
«De Dios es insigne hazaña Ay de mi ¡ LISENA.
¿Qué os puede haber sucedido? Dándoos aposento yo
í Ana Maurifia, á la sazón de cuatro años, GERARDA. Que Gerarda lo trató
primogénita de Felipe III. ¡Un forastero ha venido De aquesta manera todo.
, ,, ; , ! ; , , ! ; ,

LA NOCHE TOLEDANA. 217


P.ISELO. FINEO. {Ap.) Huésped con hombres que del mundo
,

¿Posible es que en un mesón [saben


Pues no habernos de dormir
Sin en su aposento entrar. Haya tan bella mujer? Que han sido tan de bien y tan de hecho,
Donde quiera habrá lugar. Mas nuestro común placer bien puede un hombre honrado decla-
Aumenta la estimación. HUÉSPED. [rarse.
LISENA.
Las cosas bajas hermosas ,
¿En qué os puedo servir?
Pues los dos os podéis ir
Tienen vil precio y eslima;
Y al Capitán rogaréis FLORENCIO.
Hasta declarar la enima
Que os convide á cenar. Estadme atento.
Solo se estiman las cosas.
RISELO. Yo di en Granada aun hombre cierta he-
Vamos. LISENA. {Ap.)
Crida,
LüCINDO. Mil cosas he prometido, De que á peligro estuvode ser muerto;
¡Gallarda noche esperamos! Y para esta noche todas Requisitoria dicen que ha venido.
L1SE>A.
¿Quién será de aquestas bodas Para salir de la ciudad es tarde.
El celebrado marido? ¿Hay en casa aposento donde pueda
Mañana me lo diréis.
El Capitán ya me aguarda Esconderme esta noche?
{Yanse Lucinda y Riselo.) Y el Alférez ya me espera
HUÉSPED.
Y aquí dice que le quiera
ESCENA XIV. Este galán de Gerarda.
Este de enfrente
A Lucindo y á Riselo Tiene á la Concepción unas ventanas,
FINEO. — LISENA. He prometido á las dos.
O al Carmen , si queréis ; que sin peligro
Daréis en un tejado de otra casa ,
¡Noche, remediakio vos!
FiNEo. {Sin ver á Lisena.) Y della en un corral, y deste al campo.
¡Tended , noche el negro velo ,

¡Cosas extrañas suceden! Que puesto que hasta mañana Por donde entrar podréis al monesterio.
Algunas parecen sueños Solo tengo de lugar, FLORENCIO.
Tales que los mismos dueños
, A fe (¡ue se han de acordar Pues alto ; en vuestro amparo meconfio.
Mi'nos entenderlos pueden. De /a Noclie Toledana. BELTRAN.
Vine siguiendo á Gerarda
Con muy celosa pasión Huésped, ¿es este salto peligroso?
Y vide en este mesón HUÉSPED.
lina villana gallarda,
Que me ha puesto mas antojos ACTO TERCERO. Es muy fácil , por Dios.
BELTRAN.
Que á un caballo desbocado
Por eso, digo;
Con que no poco he templado
La furia de aquellos ojos.
ESCENA PRIMERA. pue no soy muy ligero y pues el cielo .

Esta noche por lo menos


No me dio cara de ángel no querría ,

FLORENCIO, JULIO BELTRAN. ,


ilurtalles el oficio.
Quiero ver... Pero aqui está.
LISENA. FLORENCIO.
FLORENCIO. Abrilde , huésped.
{Ap. Este es quien buscando va
¿Qué dices, Julio?
Aciuellos ojos serenos.) HUÉSPED.
;.No agrada á vuesamerced JULIO.
¡Inés! ¿Oyes, Inés?
El aposento? Que OS conviene, digo,
FINEO. Salir de la ciudad , porque en la plaza ESCENA III.
Por Dios, Vi un receptor de la chancilleria
Que harto mas me agradáis vos. Preguntar por Florencio de Granada. LISENA. — FLORENCIO, BELTRAN,
LISENA. BELTRAN. [grO, EL HUÉSPED.
Haceisme en eso merced. Sin duda que aquel hombre está en peli-
(|ue ya no le tiene, ó será muerto. LISENA.
FINEO.
Sola esta noche he de estar Requisitoria viene tras nosotros. En comenzando
En Toledo. FLORENCIO. A dar en mi, no sabes otro nombre.
LISENA. Malo será para los dos , si agora ¡Válame Dios , ¿no llamarás á otra?
De la ciudad salimos. ¿Parécete que estoy poco cansada
Ansí lo creo.
De guisar á mil huéspedes la cena?
FINEO. liELTRAN.
lUÉSPED.
Quiéreos contar un deseo. ¿Por qué causa.
Siendo, cual ves, las nuevedela noche, Abre aquel aposento.
LISENA.
Y haciéndola tan lóbrega y oscura? LISENA.
Voy á guisar de cenar.
FLORENCIO. ¿Cuál?
FINEO.
Porque podrá toparnos la justicia, HUÉSPED.
Esta noche ¿no tendréis ¡Qué espacio!
Que ya estará avisada y el ser tarde
Lugar para que os lo cuente? ,

Es lo mas peligroso. Muestra esas llaves.


LiSENA. LISENA.
BELTRAN.
¡Jesús! ¡Y aunque fuesen veinte! No está aqui la suya.
Llama al huésped.
FINEO. HUÉSPED.
{Vase Julio.)
Pues, Inés, ¿dónde estaréis? ¿Cómo que no?
FLORENCIO.
LISENA. LISENA.
Al fin del dia , al comenzar
noche la
En pasando á la cocina Es el tiempo de todos mas seguro Perdióse.
A mano izquierda es mi estancia. Que como entonces se recogen todos, HUÉSPED.
FINEO. Es mas la confusión, el trato y gente. Aquí está. Presto.
Es la señal de importancia. LISENA.
LISENA. ESCENA n. ¿Paraquéquiereseste?Allí¿nohayolros?
A seguro camina.
lo
EL HUÉSPED JULIO.— FLORENCIO, HUÉSPED.
Mas yo íio mas de vos
BELTRAN.
,

Este ha de ser, rapaza , no replique.



¡Ved lo que en el mundo pasa Entrad , que camas hay ; y si sintiérecles
Pero no enlienilan en casa. JULIO. {.\p. á los dos.)
Señor, que hablamos los dos.
Id que á las doce sin duda
El huésped está aquí. Que llama la justicia, á la ventana,
Y dad con vuestros cuerpos en el Cár-
;

Entrará en vuestro aposento FLORENCIO.


FLORENCio.
[men.
Este humano jíensaniiento Salte allá fuera.—
Que de pensamientos muda. {\ase Julio.) Fiad, huésped , de mí que io agradezco.
,! ,; , , ;,
,, !
! , ! , ; ! , !

218 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ÜEI.TRAN. Mas ¿quién duda (lue se hablen? Cuarto (le la posada con ventanas á un
tejado.
Esto del salto llevo entre los ojos. Que alguno ha de hacer ruido,
Y el otro ha de pregunlalle.
IllÉSPED.
Ya por la respiración
ESCENA VI.
Yo iré entre tanto á ver si alguno atisba. Dirá con recelos tales
"**^)
FLORENCIO vGERAHDA, á osciirat
BELTR.VN. (.4p.) ( ^ Florencio: «¿Quién está ahí?»
después, BEL'mXN.
¿Que tengo de saltar? Con alterado sendjlante;
FLORENCIO. á Bel Irán.) Gerarda, oyendo su voz, FLORENCIO.
{.\p.
Entra, si quieres. ¿Cómo es |i"osible que aguarde?
Apenas puedo creer
Que anticipan á la lengua Que eres tü, bella señora,
BELTRAN. Los brazos de los amantes.
Por Dios, Florencio, que si está muy alto. Auncjue el alma que te adora
Pues ¿cómo, desdichas mias
Que te he de ver piiniero dar el salto. Queréis que os sufra y que pase,
Me ha dado luz [)ara ver.
(Va use los (los.) Porque se gocen los dos? GERARDA.
Mas yo haré fjue no se alaben. ¡Ay Florencio! ¿de qué suerte
ESCENA IV. Agora os liare pedazos. En este aposento entraste?
Puertas (¡ue mal fuego abrase. Sin duda á Inés sobornaste.
LISENA. Porque sea con mi muerte ¡Oh , cuánto me alegra el verle!
Sansón deste templo infame. ¿Eres tú? Apenas lo creo.
¿A quién habrá sucedido ¡Caed, caed, matadme, {Sale Beltran.)
Desventura semejante"? Pues di las llaves, y ocasiori tan grande ItELTRAN.
i^ues cuando estaba segura Que Florencio y Gerarda se gozasen
De que me ofendiese nadie, ¡Ce, Florencio! ¿Dónde estás?
Y esta noche . en ipie mis celos FLORENCIO.
ESCENA V.
Temi (jue fuesen verdades, Quedo. ¡Qué voces que das
Encerraba á mi enemiga. EL CAPITÁN.— LISENA. GERARDA.
Sin ser posible estorbarme ¡Deliran!
Dentro del mismo apusniío CAPITÁN. CELTRAN.
Los mete el huésped infame. ¡Ah, seoralnés! Ni te hallo ni te veo.
Aunque no; que esta inocente,
LISENA. {Ap.) GERARDA.
Y que están dentro no sabe.
Yo misma fui la ocasión Esto solo Por aquí vén por aquí.
,

Para que allí dentro entrasen A mi desdicha faltaba. BELTRAN.


Por estar yo mas segura CAPITÁN.
¿No sabes lo que ha pasado?
Trayendo siempre las llaves. Apenas la noche entraba En un rincón he topado
Sin duda que fué temor Por donde se ausenta Apolo, Otra sombra.
De la justicia; y por darles Cuando esperé que vinieras. GERARDA.
Aposento, que en lin tiene Has tardado, y son las diez. ¿Cómo así?
Por donde á sagrado escajien LISENA.
Los ha juntado á los cuatro. BELTRAN.
(.4/). ¿No se acaban de una vez
De mi desdicha ignorante. Ella hacia mi se venia
Desdichas que son tan fieras? Tentando por la pared;
Juntos están , ya están juntos
Lugar tendrán de gozarse. ¿Qué le diré? Pero ¡ay cielos! Yo Gerarda con la red
, ,

¿Si será bien?... Sí será; cama me encubría.


¡Celos, amor, maladme. De la
Éste antidoto dará Púsome en la limpiadera.
Pues di las llaves y ocasión tan grande
Que Florencio Al veneno de mis celos.) Digo en barba mano...
y Gerarda se gozasen , la , la
Capitán , este aposento No sé si parezco
¡Válame Dios ¿ Cómo vivo
!
alano;
Quisiera desocupar; Mas díjoine si lo era.
Imaginando mis males
Cuanto y mas viendo presentes Que no hay en otro lugar, Descuidóse hacia la boca
Desventuras tan notables? Y solo un remedio siento.
Un dedo ; apreté, y está
¡Florencio y otra mujer! CAPITÁN. Llorando.
¡Y que esto á mis ojos pase! ¡Vive Dios! si fuera el muro
¡Que estén en un aposento, De Ambéres ó de Mastriquc... GERARDA.
Que se gocen que se abracen
, LISENA.
Que lo sepa , que lo vea Quedo; la industria se aplique ¿Estaba loca?
Que lo consienta que calle, Que mas seguro.
Que no dé voces al cielo,
,
es ir á lo
ESCENA VII.
Venid comigo, y diréis
(Jue no diga disparales.
Que no llegue como loca,
Que lajusticia está aquí. LUCRECIA.— Dicno3.
CAPITÁN.
Y aunque fueran de diamante. LUCRECIA.
No ronqia estas puertas viles. ¿Disfrazaréme , ó ansí?
¡Maldito seas, Deliran!
Que no entre y no los mate! LISENA.
¡Qué pesadas burlas tienes!
¡Celos, amor, matadme. Mejor es que os disfracéis.
Pues di las llaves, y ocasión tan grande BELTRAN.
CAPITÁN.
r»ue Florencio y Gerarda se gozasen Quedo , y mira cómo vienes.
Traidor Florencio, yo soy Vamos pues que si gustaras
;
LLCRECIA.
Lisena si por dejarme.
;
Que á coces por tu contento
,

Derribase el aposento.... ¿Adonde están?


Te disculpas con mis celos, BELTRAN.
¿Por qué de engaños te vales? LISENA. ,
Aquí están.
Siempre te quise, cruel Creólo; mas ¿no reparas
Li;CREClA.
No me ensrrics á olvidarte. Que le dolerán los pies?
Tú fuiste mi amor primero; CAPITÁN. ¡Qué escuridad de aposento!
No he querido después ni antes. GERARDA.
Por Dios que tienes razón.
¡Av cielo! temblando estoy. ,

Mi bien, ¿cómo entraste en él?


;.SÍhabrán venido á encontrarse? LISENA. {Ap.)
FLORENCIO.
Si se habrán ya conocido? ¡Qué soldado fanfarrón ,
Si ella querrá que la abrace? CAPITÁN. (Ap.) Seguí una suerte cruel
Si callarán escondido.s, Con no esperado contento.
¡Qué fresca y qué limpia Inés!
Porc|ue Gerarda no salwi En el revés del azar
Quien entra y de que es Gerarda {Vanse.) Está el encuentro pintado;
,

Está Florencio ignorante ?


¡Ah terrible confusión 1 2 Fallan dos liomisliquios.
; , ; , , ; ,; , ! ! ! ! ;! ;, ,,

LA NOCHE TOLEDANA. 219


Sale el sol tras el nublado LICP.ECIA. Que vida es del amigo.
la
La tormenta allá en el mar. ¡Perdidas somos las dos ¿Hay quién la quiera tomar
Huyendo de un receptor De dos la una?
GERARDA.
f)e "Granada, le pedí
¿Si fué del huésped malicia? FLORENCIO.
Al huésped...
FLORENCIO. ¡Qué azar!
BELTRAX. Salto.
Sallemos. ( Salta por la ventana.)
;,Noesesoaquí,
BELTRAN. BELTRAN.
Florencio, notable error?
Necios son galán y dama Yo ¿cómo puedo? Dios vaya contigo.
Cuando á solas sepreguntan. ¡Ah noche, que eres mi dia GERARDA. (.4 Lucrecio.)
;No ves tú cómo se juntan ¡Venturosa suerte mia, Abre, y hallaránnos solas.
Callando Tajo y Jarania? Y mi venida á Toledo!
BELTRAN.
FLORENCIO. FLORENCIO. Sallaré antes.
Ni preguntes cómo entramos, ¿Agora burlas, Beltran? LUCRECIA.
Ni cómo estabas acá ¡Pesar de quien me parió ¡Buen gobierno!
Sino pues que el tiempo ya Saltemos.
,
BELTRAN.
Nos junla , no le perdamos. BELTRAN.
¡Que quiera un hombre al infierno
¡Venturosa suerte mia Pues ¿puedo yo?
irse haciendo cabriolas!
Y mi venida á Toledo! FLORENCIO.
¡Oh noche! llamarte puedo. (Salta Beltran , y abre Lucrecia la
Los tejados cerca están. puerta.)
Pues gozo claro dia.
el sol ,

¡Nociie bella toledana! BELTRAN.


Las noches áticas, digo. ¿Soy yo gato , que he de andar ESCENA IX. ,

Pierdan su fama contigo. Por los tejados, Florencio?


Pues tan hermosa Diana FLORENCIO. LISENA. — GERAPiDA , LUCRECL\.
Aquesta noche me alumbra. Salta, Beltran, con silencio.
LISENA.
BELTRAN. BELTR.4N.
Sosegaos; que ya se han ¡do.
Deja las exclamaciones; ¿Con silencio he de saltar?
Nunca á lo escuro , razones GERARDA.
¡Vive Dios que se ha de hundir
El que es discreto acostumbra.
,
¿Quién era?
Conmigo medio tejado!
LISENA.
LUCRECIA. FLORENCIO. Alguaciles son
Tú por no decirme á mí
, Acaba , no seas pesado. Que buscaban un ladrón.
Beltran , cosas que no sientes Salta que quieren abrir.
;

Juzgas |)or impertinentes GERARDA.


BELTRAN.
Amantes que hablan ansí. ¡Qué pesadumbre he tenido!
Pues si yo fuera ligero
BELTRAN. LISENA.
¿Ya no hubiera yo volado
Lucrecia yo supiera si ¿Saltó Florencio?
,
Por maromas, y ganado
Que lo que dicen amantes Gran cantidad de dinero? LUCRECIA.
Eran cosas importantes. Saltó.
FLORENCIO.
Muchas también te dijera;
Salla. GERARDA.
Pero son todas mentiras.
BELTR.\N. Por esos tejados van.
Si sol te llamo ya ves ,

Que miento pues el sol es ¿Soy perro que , sallo


LISENA.
,

Macho, y tú mujer te miras. Por el rey de Francia?


¿Sintiólo mucho Beltran ?
Pues luna es hacerte agravio
, FLORENCIO.
LUCRECIA.
Que es gran falta el ser mudable Sí.
\' húmeda. Pues cuando
hable
En extremo lo sintió.
BELTRAN.
Del fénix , muy
á lo .sabio,
Pero ¿quién los trujo aquí?
Pues voy delante de tí.
Es darte tanta nariz.
Pues decir que eres diamante
— ¡Vive Dios, que está muy alto
Yo por haceros
LISENA.
placer
Haz cuenta que el perro salla ,

Es hacerme pujavante Por la mala tabernera. Y de suerte supe hacer.


De los tus pies de perdiz. Que eché el alguacil de aquí.
Pues decir que eres coral FLORENCIO.
GERARDA.
Es hacerte algún rosario Gran gente suena allá afuera.
Buena suerte hemos tenido.
Pues nieve, es grande contrario BELTRAN.
Del gusto y crueldad mortal; LUCRECIA.
, La cárcel no está tan alta.
Pues plata no la hay agora
,
Creo que es menor el daño Envíalos á llamar.
Pues oro á peligro estás
, '

De irme á la cárcel á pié. Para que vuelvan á entrar.


De cercenarte no hay mas :
LISENA.
FLORENCIO.
De que te adoro Señora. ,
Luego en cesando el ruido
Salta, acaba. ,

BELTRAN. Se volverán al mesón.


ESCENA VIII.
Sallaré. Tú en mi aposento estarás,
Y á solas con él tendrás
EL CAPITÁN, de?itro. — L\ciios. ¡Vive Dios, que estás extraño
¡Noche bella toledana! Gerarda, conversación
Pierdan su fama contigo Y Lucrecia , en el de enfrente '

CAPITÁN. (Dentro.)
Las noches áticas. Quiero que á solas esté.
-Vbran aquí.
FLORENCIO. GERARDA.
FLORENCIO.
Golpes dan. ¿Digo ¿Dónde mi Florencio fué?
liELTRAN.
Que nos prendan? LISENA.

La hora llegó menguada. BELTRAN. ¿Sientes mucho verle ausente?


¿Es vara ó pomo de espada? Cosa es llana GERARDA.
Que soy pesado, por Dios, ¡Ay Inés! haz de manera
FLORENCIO.
Para danzar sallarelo. Qiie le goce.
Llega á la |)uerta , Beltran.
FLORENCIO. LISENA.
CAPITÁN. (Dentro.)
Pues yo ya sallo. Vén conmigo.
Abran aqui á la justicia.
BELTRAN. GERARDA.
BELTRAN. Yo apelo... Como á mi estrella te sigo;
¡A la justicia, por Dios! — Pero sallemos los dos; Tráome el sol queol alma espera.
;, , , ,;; ;, ,

220 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


I.1SENA. FLORENCIO. FINEO.
Digo que hasta la mañana Morderte perro es seda sobre seda. Otro huésped embozado
PoilriMs al seguro hablar. r.EI.TRAN. Ronda de Inés el terrero.
{Ap. A te que se han de acordar Irme con descuido quiero.
No quiso resiH'taral parentesco;
De ¡a Noche Toledana.) Que perro soy, aunque parezco hidalgo. Para no le dar cuidado ;

{Va use.) Que él se quitará de acpií. ( Vase.)


FLORENCIO.
ALFÉREZ.
¡Cruel noche ,
por Dios!
Otro huésped aquí estaba,
BELTRAN. Que por ventura esperaba
Vista de tejados.
Si yo creyera Lo (|ue liK's me ofrece á mí.
ESCENA X. Al buen humor que tengo, escarmentara Pero en viéndome se fué.
De enamorarme. No hay de t\nr lenei' recelos;
FLORENCIO, DELTRAN. FLORENCIO. Que en mesón no ha de haber celos,
Amor ¿qué culpa tiene? Aunque el amor me los dé.
FLOREXCIO.
hecho mal? BELTRAN.
,,Haste
Amores en Toledo son muy buenos.
ESCENA XIII.
BELTRAN.
Si son de dia pero no de noche
No tengo hueso sano. ,
EL CAPITÁN.— EL ALFÉREZ.
Que hay cuestas espantosas y ladrillos,
FLORENCIO. Honibresdeldiablo,avispas.perros, pul- CAPITÁN.
¿\dúnde estamos? Tejados, gallineros y alguaciles, [gas,
Negra, desaseada, descompuesta,
BEI.TRAN. VOCES. (Dentro.) Htísafeitada noche, deslucida
;,PuedoyosaI)elio? Ladrones son. ¡Ladrones! De manto , y de cal)ellos esparcida,
;.Hay tejados en el mundo?
mapa de envidiosa del sol, con sombra opuesta;
BELTRAN.
Hay carta que señale rumbo ó linea Remisaen bienesy en traiciones pres-
Estoes bueno.
De chimeneas ni de caballetes? Adültera, ladrona yhomicida, [ta.
Hay Tolonieo ni otro algún cosmógrafo FLORENCIO. Disfrazada cobarde y atrevida.
,

Que trate de azoteas? ¡Oh pesia tal la casa se alborota.


,
! Del ganado terror, del lobo fiesta ;
FLORENCIO. LNA voz. (Dentro.) Por tus mismas traiciones le conjuro.
Miedos, engaños, laberintos, celos.
Esta casa Dame aquesearcabuz, suelta ese perro.
Me parece mesón. Que me dejes gozar lo que procuro.
BELTRAN. Así te canten buhos y mochuelos,
BELTRAN. Por mí lo dice ya me sabe ;
el nombre; Y igualen con el sol hermoso y puro
Y eslo sin duda Conocido nos han. Tu negro curso los piadosos cielos.
Porque lo son las desta acera todas FLORENCIO. ALFÉREZ, (.ip.)
Desde la Concepción al Carmen. Por aquí abajo, Un huésped se ha levantado,
FLORENCIO. En nos entremos
la caballeriza Y de Inés el aposento
Creo Y en saliendo algún huésped nos iremos. Mira curioso y atento.
Que es palomar aqueste ó gallinero. Va7ise.)
( CAPITÁN. (Ap.)
BELTRAN.
Por la mano me han ganado.
Yo pienso que en algún tejado destos ¿Quién este huésped será?
¡lay alguna colmena. ¿Si por dicha aguarda á Inés?
Palio del ineson.
FLORENCIO. ALFÉREZ. f.4/>.)
Y no de abejas, ESCENA XI. ¿Si es el Capitán ? É 1 es.
Sino de aleves zánganos ó avispas
FINEO. CAPITÁN. (Ap.)
Que la cara, las piernas y las maoos
Me tienen hechas criba. ¡Aquí el Alférez está!
Noche pues te llamaron los poetas
,

BELTRAN. Escura y negra máscara del dia ESCENA XIV.


En las narices Cúbreme á mí con la liniebla fria.
Me ha dado un avispón un picotazo, Como al planeta de oro (pie respetas. FINEO. — Dichos.
Que me ha hecho elel'ante , vive el cielo. A tus aras ofrezco las bayetas
FLORENCIO. Mas blancasqueelllamenco suelo envia, FINEO. (Ap.)
¿Si estaremos mejor con las gallinas? Si de y mia.
la bella Inés, lu luz Por ver si aquel hombre es ido,
BELTRAN.
Dejas que goce en horas tan secretas. Otra vez al puesto vengo. —
Él mesón de Atalante y sus encantos ¡ Muy buena venturatengo!
Dalas diablo ; porque entraba apenas,
al Están en este, donde me han traído l?asta, que dos han venido.
Cuando cerró conmigo el señor gallo. Para que en él sucedan otros tantos. ¿Cosa que vengan aquí
Creyendo que robarle quise alguna Haz, noche, como á Síquís y Ciqádo, Con el mismo pensamiento?
Y' me ha sacado un ojo con el pico. Sábanas y frazadas de tus maiitos, El uno me mira atento,
FLORENCIO. Y dormirán ñúscelos en lu olvido. Y el otro se viene á mí.
¿Estoy muy sucio? Quiero por disimular,
,

BELTRAN. ESCENA XII. \ olverme á entrar otra vez. [Vase.)


Estás como un estiércol. CAPITÁN. (Ap.)
EL ALFÉREZ.— FINEO.
FLORENCIO. Muchas piezas de ajedrez
fmOS? Comienza Inés á entablar.
¿Qué es aquello primero donde entra- I
ALFÉREZ.
Noche, que dasdescaiiso cuanto vive Pienso que sus pensamientos
á
BE1,TRA>\ I

Son sacar de la talega


Yalsondearroyosydefuentesduerines;
Una pocilga, de donde he sacado [to. Tú, que madres solicitas aduermes Los lie.éspedescon que juega,
,
Tal cantidad de pulgas que estoy inüer- D(! l(j(los los ;iposení(JS.
,
Cuando sus ojos Argos a|)ercibe
i

¿Si í.'Sla el AHéi'ez picado?


FLORENCIO. Tú cuyo manto azul el cielo escribe
,
J

Que si no es mi fantasía
Escapar de aquel perro fué milagro. De íiguras é imagines inermes,
Así jamás de su humedad enfermes,
|

A toda la compañía
BELTRAN. Inés ha desaliado.
Ni el tiempo de sus céliros te prive
Y'o, ii lo menos, no fui tan venturoso. j
Sin duda que lodos salen.
Porque goce, primero que te huyas,
FLORENCIO. I Otros dos viniendo van;
I De Inés, corona de tus luces Jiellas,
¿Mordióte? Haz que me miren con piedad las tuyas;
Que rendido el capitán,
BELTRAN.
¡

Que ansí la suya gozaré por ellas


Poco los soldados valen.
I

Traigo menos libra y media Si no es <|ue por invidia de las suyas


De carne desta izquierda [¡autorrilla. Contrarias se me vuelvan tus estrellas.
, ,; ; ; . ! , ! ; , ! ! ,!, , ,; ,

LA NOCHE TOLEDANA. 221

ESCENA XV. De amantes desatinados FLORENCIO.


Húmido patio, ;,qué es esto? ¿La una? V aun las tres son.
LUCINDO BISELO. — EL CAPITÁN,
, ¿Estos robles producís?
BELTRAN,
EL ALFÉ1\EZ. CAi'irAN. {Bajo.)
No; que ya salido hubieran
¡Ce, Inés! Las siete hermanas Cabrillas,
LrCINDO.
ALFÉREZ. {Bajo.) Y del cielo en las orillas
Noche serena, dulce, hermosa y clara. .

Hola, Inés! ¿Oís? Trepando al norte subieran.


BISELO. i

LISEXA. {Ap.) ¡Tros horas dos pobres hombres


Noche escura, cruel, fiera, enojosj... En una caballeriza.
¡Qué ciertos vienen al puesto! Haciendo mil pulgas riza
LÜCIXDO.
No hay ave simple, engañada. En sus cuerpos
Eücúbreme en tus alas amorosa.
Como "el hombre, á nuestro cebo.
RISEI.O. A hablar ninguno me atrevo. FLOREJiCIO.
Cúbreme, noche, á sombra de tu cara. FiNEO. {Bajo.) No las nombres
LL'CIXDO. ¡Inés bella Pulgas ; demonios las llama.

Mi pensamiento con tu mano ampara. LiCiNDO. {Bajo.) CKLTRAN.


RISELO. ¡Inés amada! Pulga vi yo que tenia
Ha/.meTarquino de Lucrecia hermosa. ¿Qué digo? ¡Inés! Tenazas con que mordía.
LISEJiA. FLORENCIO.
LICIXDO.
Dame á Gerarda, noche venturosa. Ahora bien{Ap. ¡Linda noche!
Mala noche han de llevar;
RISELO. BELTRAN.
Que lütlus se han de trocar,
Tu curso, noche, en mis venturas para. Kl amor sabe con quién. ¡Linda cama!
LrCINDO. Pero para recogellos FLORENCIO.
Noche lú , sola amores satisfaces. Industria será forzosa.) Enamoraos en Toledo
¡

¿Hay tal descuido? Hay tal cosa?


De las mozas del mesón
RISELO.
{Da voces.)
Noche, tú eres de amor cifra sucinta. BELTRAN.
¡Fuego, fuego, fuego!... {Ap. En ellos.)
LL'CINDO. Noches toledanas son..,.

Tú la vergüenzay el desden deshaces. ESCENA XVIII. FLORENCIO.


RISELO. Sosiégate.
Danos el bien que tu silencio pinta... EL HUÉSPED. — Dichos. BELTRAN.
LL'CINDO. ¿Cómo puedo?
HIÉSPED.
Y en tus aras pondremos, si lo haces... FLORENCIO.
¿Por qué das voces, Inés?
RISELO. ¿Porqué?
LISEXA. BELTRAN.
Carbón...
LL'CmDO. A la cocina. Señor. ¡Con pulgas cebadas!
Ébano... CAPITÁN. (.4;;.) Cada una vale dos.
BISELO. Ofrezco al diablo el amor. {Vase.) FLORENCIO.
Mirra... ALFÉREZ. {.Ap.) ¡Terrible noche, por Dios!
LUC1>D0. Voyme, y volveré después. {Vase.) Trocara las cuchilladas
Lápiz... Con el que en Granada está
LLciNDO. {Ap. á Biselo.)
RISELO. Si estos ministros envía.
Tinta.
Vén, y volveremos luego. BELTRAN.
LUCINDO. {Yanse Lucinda y Biselo.) huésped no salía
Si aquel
Gente, Riselo, hay aqui; {Ap. úél.) FINEO. {Ap.) Hoy nos quedamos allá.
Florencio y Deliran serán. Esta mujer desatina. { Vase.) Pues mas mal me vino á mi.
HUÉSPED. FLORENCIO.
ESCENA XVI.
¿Cómo?
Oscura está la cocina.
FINEO. — Dichos. LISENA.
BELTR.AN.
Al salir, de la puerta
FIXEO. {Ap.) Calle , Señor. — ¡
Fuego fuego ,
En la aldaba larga, tuerta,
¡Dueño, por Dios! Cuatro están, (
Vanse.) Todo este muslo me asi
Y por dos solos me fui. Y alíame dejo el un lado
Pues no me quiero volver Del calzón, y traigo acá.
A esperalla me resuelvo Calle. De la forma que está allá.
Que hallaré tantos, si vuelvo, El hierro que está eslampado.
Í)ue no [)()damos caber, ESCENA XIX. FLORENCIO.
(iinco somos, ¡cosa extraña!
FLORENCIO, DELTRAN. No vengo muy bueno yo
Notable es de Inés el brio
Porque una muía al salir, ,
Que sin duda es desafío Sin que lo fuese á pedir.
Conforme al fuero de España. BELTRAN.
Huye. De tal manera medió,
Tres donde los pies estampo,
?ue traigo rota una pierna
Y aun cuatro quiso que fuesen, FLORENCIO. deaipiella puerta baja.
Y que si cinco saliesen. ¿De qué sirve ya? En el madero que ataja
No piensa huirles el campo
BELTRAN. El umbral, sin la linterna.
Y para mayor hazaña
¡Ventura habemos tenido! Tal golpe, Deliran, medí,
A todos campo aplazó,
Quc'á no ser en el celebro
Y armas les midió.
las FLORENCIO.
Nariz y frente me quiebro,
Conforme al fuero de España. ¡Famosa la noche ha sido!
Y vengo fuera de mi.
De todosestos llamadas BELTRAN. ¡Válgate el diablo el amor!
¿Quién ha de ser escogido?
Si ha sido; ¿qué hora será? ¡Nunca mas noche en Toledo!
ESCENA XVII. FLORENCIO. BELTR.\N.
Por Dios , que tienes razón
LISENA. — Dichos.
Gente es esta.
Que aun no es la noche pasada. FLORENCIO.
LISERA. (Ap.) I BELTRAN. Tengo miedo
¡Válame Dios ! qué han salido I
La una pienso que es dada. Que aun nos falta lo mejor.
¡
; ! ;; , ;;! ,

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CAIIPIO.


FLORENCIO. Ya deseo la mañana
¿QuL" haremos': Señores . menos codicia Por ver en qué ha de parar.
FLORENCIO. No hay qué mirar. BELTRAN. (Ap.)
Ya es imposible ALGUACIL 1." I Por Dios, queme he de acordar
Huir. Diga el nombre. !
De la Noche Toledana.
FLORENCIO.
ESCENA XX. (Vanse.)
Don Fernando es mi apellido.
Dos Ai-GiACiLFS IN ESCRIRANO
, ALGUACIL 1."
GEXTE de ronda.
, Dichos. — Y que con
el él ha venido
Patio del mesón.
¿Quién es ?
ALGUACIL 1." FLORENCIO. ESCENA XXI.
¿Quién va? Cierto geiililliombre.
FLORENCIO. ALGUACIL i." LISENA, GERARDA, LUCRECIA.
¿No lo ven? ¿El nombre?
ALGl].\CIL 1." FLORENCIO. GERARUA.
¿Quién son? Marzal se llama. Pues ¿para qué nos vistes desta suerte?
FLORENCIO. ALGUACIL i." LISENA.
Dos hombres de bien. ¿De dónde son? Entra en este aposento con silencio;
ALGUACIL \.° FLORENCIO. Que en él estáFlorencio: eso me advierte.
¿A. eslas horas? No es posible. De Jaén. LUCRECIA.
BELTRAN. ESCRIBANO. Luego ¿del Carmen vino ya Florencio?
Luego ellos no lo serán. Eso está dicho muy bien. LISENA.
ALGUACIL 1." Florencio es muy ligero, Beltranfuerle,
A la justicia se tengan. BELTRAN. Y apenas de Sansón los diferencio.
FLORENCIO. {Ap. á Deliran.) ¿Qué es lo que quieren de mí? Volvieron á subir por el tejado,
Y' en sus dos aposentos se han entrado.
¿Cosa que á prendernos vengan? ESCRIBANO.
BELTRAN. ¿Cómo os llamáis? GERARDA.
Pues no dudes que vendrán. BELTRAN. Y ¿aquí está mi Florencio?
FLOUENCIO. ¿Yo? Tomé. LISENA.

Múdate el nombre. Tomico mi nombre fué Habla mas quedo;


Tomé después que crecí. Que andan desvanecidos mil galanes.
BELTRAN. Finge que eres ínés, entra sin miedo,
ESCRIBANO.
Si haré Y no cruja el chapín los tafetanes;
Y tú no digas el tuyo. ¿Qué sois deste caballero?
Que te espera el mancebo mas gallardo
ESCRIBANO. BELTRAN. Que en Granada nació.
¿Huir queréis? Su lacayo solía ser;
GERARDA.
BELTRAN. Y ya soy su botiller.
Enjerto en su despensero. ¿Qué me acobardo?
Yo no huyo La palabra me dio de ser mí esposo.
Cansóme de estar en pío. ESCRIBANO.
LISENA.
ESCRIBANO.
¿Cómo se llama ?
Él te la cumplirá.
Tráiganle una silla aquí.
BELTRAN.
(Éntrase Gerarda.)
¿Qué gente? Don Blas.
FLORENCIO. ESCRIBANO.
¿De dónde es?
ESCENA XXII.
Dos forasteros.
BELTRAN. LISENA, LUCRECIA.
ESCRIBANO.
¿Qué ejercicio?
De Talavera.
ALGUACIL 1." LUCRECIA.
FLORENCIO.
Asildos. Dime, Inés bella,
Caballeros.
BELTRAN. ¿Adonde está Bellran?Queaquel gracioso
ESCRIBANO. Pues ¿qué os altera? Donaire me ha i-endido, ó fué mi estre-
¿Caballeros? ¿Cómo ansí? LISENA. t"^-
ALGUACIL i."
Pues ¿dónde á tal hora van ?
Esa relación no mas. En aquel aposente, deseoso
BELTRAN. ¡Picaños ladrones viles
, De merecer tu voluntad que en ella ;

A la posada.
ESCRIBANO. Consiste de un amante el bien mas alto.
ALGUACIL i."
Estos son de la cuadrilla LUCRECIA.
Y ¿de dónde
De aquel hurto de Sevüln. Por dicha, ¿hízose mal?
Vienen?
ALGUACIL 1." LISENA.
ALGUACIL 2." (.4;^ al Escribano.)
Turbado resiionde.
Si; pero poco sutiles. ¿Deque?
Tomé dice el bellacon, LUCRECIA.
Estos, ladrones serán
Y' el otro dice Marzal.
Apartadlos. Del salto.
Vayan á la cárcel real.
ESCRIBANO. LISENA.
FLORENCIO.
Decís bien. Entra; que bueno está, pues te desea.
Señores...
Este asid , y apartad este. Mas por sí te escuchare algún curioso,
ALGUACIL 1."
{Sepáranlos.) Finge que eres Inés porque no sea
,
Vaya el ladrón.
BELTRAN. (Ap.) Deslustrado tu nombre generoso.
ALGUACIL 2."
;Plegueá Dios que no nos cueste LUCRECIA.
Que ha de ir mañana á galeras.
M'is de lo pasado , amen Como toda esta noche se pasea
¡Brava prisión hemos hecho!
¡Mala noche por tejados, Este patio por tí , será forzoso.
Jiesvanes y palomares, BELTRAN. (Af.)
LISENA.
Caballerizas, pajares; Que nos azotan sosi)echo.
De que os llamen Inés tengo avisados,
Pulgas, coces y bocados FLORENCIO. (Ap.)
Lucrecia, á vuestros dos enamorados.
Por huir de la justicia; ¡Hay mas extrañas quimeras!
Y al cabo venir á dar LUCRECIA.
Con ella! ¡Gentil azar! 1 Falta un verso. ¿Que no dirán jamás el nombre nuestro?
— ;; , ,, , ! , ! ! , , ) —, ,

LA NOCHE TOLEDANA.
LISE.XA. Cuando arrebatoáun corchapinla hoja, ESCRIBANO.
Ni vosotras. Y lo mismo Beltran dilo; que creo
:
Vístase , acabe.
LUCRECIA. Que cuanto me ha pasado se me antoja.
HUÉSPED. [Dentro.)
Ya sé lo que me importa. BELTRAN.
Ya voy.
Quédate á Dios. (Vase.) ¿Qué es menester en esto mas rodeo? ¡Qué dichoso en mozos soy!
A cintarazos cada cual se arroja Todo es comer y desorden.
ESCENA XXIII. Hacia el Alcázar; mas con gran vent.')ia. ¿Quién es? [Asúmase á una ventana, j
Puesto que a([uel nos sigue, aijiiel ataja.
LISENA. Damos los dos en una zanja abierta ALGUACIL 1."
Y pasa la justicia por encima La justicia es.
Oh sol ! si el rayo nieslro
i
Tan ciegos, por un lado, que fué cierta HUÉSPED.
De mis enredos el discurso acorta
La libertad, que el hombre tantoeslima. Pues qué quiere antes del día?
La vaisa iinkistria del ingenio diestro ¿
Salimos, y llegamos á la puerta ALGUACIL 2."
Será muerte corla
la lela (¡ue la
Deste mesón , á deshacer la euima.
Mas yo espero que el alba matizada ¿Qué huéspedes tiene?
Me verá de sus flores coronada. ¿Qué hay de las damas?
HUÉSPED.
Yo triunfaré del enemigo mió [ño; ,
LISENA.
Había
Puesque su dama he dado al propio due- Entra que te aguarda;
Anoche de Madrid tres
,
Que en la verdad de mi tirmeza lio A tí Lucrecia aquí, y á tí Gerarda. l>os do Granada , un soldado,
Que le despierte del injusto sueno. FLORENCIO. Y pienso que un capitán.
¡Oh fuerza de mujer Oh industria ! ! Oh Voy. Adiós ; que pues tú la causa diste,
[hrio, ESCIIIBANO.
Gerarda es ya mi dueño.
Que de una noche el término pequeño Llame luego donde están.
LISENA.
De suerte á sus desdichas acomoda. HUÉSPED.
Que excede al curso de la vida toda! Entra mas quedo. ¿Si se habrán ido á sagrado
(.4p.
Yo, sin perder aquel honor que debo Iré por ella; que mi amor resiste
Por donde los avisé ?
A los mayores de quien vengo honrada, A tu crueldad con el valor que puedo.
Vístanse todos, señores.
Con nueva industria , con engaño nuevo, BELTRAN. ¿Hay algo?
Tengo toda esta gente sosegada En fin, ¿por ella vas? ALGUACIL 1."
Mas primero dará su lumbre Febo LISENA.
Que esté su pretensión desengañada Los dos mayores
Porque todos me esperan de mil modos,
Sí voy. ¡Ay triste! Ladrones...
Y están cerrados y engañados todos, [lo? BELTRAN. HUÉSPED.
Golpes sientoen la puerta. ¿Qué es a([ues- ¿Si para aquí la noche de Toledo? ¡Rúen lance eché!
¿Hay nuevo mal? Hay nueva desventura? LISENA. {Ap.) ALGUACIL 2.°
No paraaqui; que con mayor engaño Que han venido á esta ciudad.
ESCENA XXIV. Comienza el vuestro, y cesará mí daño. ESCRIKANO.
BELTRAN, FLORENCIO.—LISENA. {Vanse.) ¿No se acaban de vestir?
HUÉSPED.
BELTRAN. (Deiitro.)
Ya todos quieren salir.
Abran aqui. Calle y vista exterior del racsoii.
LISENA. [Quítase de la ventana el Huésped ij

¿Quién llama?
ESCENA XXV. abre después la puerta.)
ALGUACIL 1.°
FLORE.NCio. (Dentro.) Los ALGUACILES, EL ESCRIBANO,
Abrid las puertas. Entrad.
Abre, Inés, presto. GEJiyE.; después, EL HUÉSPED.
[Entran en el mesón los alfjuaciles,
LISENA.
ALGUACIL I." Escribano y gente.)
La voz es de Florencio. ¡Oh gran ventura!
Yo voy á abrir. Digo que entraron aqui
Y que esta puerta se abrió.
(Abre y salen Florencio y Beltran.)
ALGUACIL 2." Patio del mesón.
Señor, tan descompuesto!
¡
El ruido sentí yo.
FLORENCIO. ESCRIBANO.
ESCENA XXVI.
¡Oh noche, la mas áspera y escura Yyo los golpes sentí.
Que he tenido en mi vida
EL CAPITÁN, LOS alguaciles, EL ES-
i
Llama. CRIBANO EL HUÉSPED, gente; ,
LISENA. ALGUACIL 1."
¿De qué suerte? después, EL ALYÉnEZ.
¡Ah de arriba!
FLORENCIO. ALGUACIL 2." capitán.
Con mil peligros de prisión y muerte. Ah de casa! ¿Es muy gran delito acaso
i

Referirte las cosas que he pasado Esperar una mujer


ESCRIBANO.
Era esperar en este patio el día. Que ahora acabo de ver
i\o responden. ¡Linda cosa
Vengo muerto perdido y quebrantado
, Pasar del umbral el paso?
Y Rellran casi en brazos me traia. HUÉSPED. [Dentro.)
Inés ALGUACIL 2."
Dilo, Beltran. ¡

ALGUACiL 1." Salga esa mujer acá.


BELTRAN.
El huésped repesa. [Sale el .Alférez.)
Después de aquel tejado,
Y de otras circunstancias que tenia ALGUACn, 2." ALFÉREZ.
Venimos á parar en esta calle. El no sabrá lo que pasa. Yo soy el que estoy atjui...
Llenos de polvo, y lo demás se calle. ALGUACTL i." CAPITÁN.
Topónos la justicia yo no puedo ; Decís verdad ; (pie es honrado; Alférez, ¿vos erais?
Decirte mas Florencio
; lo prosiga. Y como venga al mesón ALFÉREZ.
Respondimos, turbados con el miedo; La gente honrada el ladrón ,
Sí.
Quemiedoal hombre mas honradoobli- Será en su traje estimado.
Y entre dos alguaciles de Toledo, [ga; Solo conocen aquí CAPITÁN.
Y otra gente que agarra sin ser liga. Por el vestido al que viene. ¡Gracioso el engaño está!
Nos llevan á la cárcel por ladrones. ALGUACIL 2." ALFÉREZ.
LISENA. El huésped disculpa tiene. Aqui mo dijo que entrase
iExtraño mal , extrañas ocasiones! ¡Que se os escapase ansí Inés ; (¡ue aqui la hallaría.
FLORENCIO. HUÉSPED. [Dentro.) CAPITÁN.
Pero apenas las cuatro calles veo, ¡Inés , Toríbio! ¿No hay orden? Y á mí también que vendría
! ; ; ,. , ;; ! ; , , ,,

224 ^ COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Y que callando esperase ESCRIBANO. HUÉSPED.
Y puesto que entrar sentí ¿Otra mujer? ¿Inés también? Bueno es esto.
Callé hasta ver quién entraba. HUÉSPED.
j CAPITÁN.
ALGUACIL 2." Ay de mí
!
¡ \
¡Buenos Inés nos ha puesto!
¿Es esta Inés vuestra esclava? ESCRIBANO. BELTRAN.
HUÉSPED. Hágase santo después. Capitán ¿á vos también?
,
No; que ayer la recebí.
i HUÉSPED. ALGUACIL 1.0
ALGUACIL 2.*" ¿Qué mujer decis?
I
Salga aquesta Inés aquí;
¿Quién son estos caballeros? Que me muero ya por ver
I FINEO.
HUÉSPED. Inés Tan espantosa mujer.
I

Alférez y Capitán. ¡
Que entró verme, y está aquí.
á HUÉSPED.
ESCRIBANO. ¿Es delito una fregona Pues ayer recebí;
la
Y los demás, ¿no abrirán?
i
Con un hombre que camina? Que si hubiera cuatro días,
¡
Ayer la hablé en la crocina. A la gente que juntara,
CAPITÁN.
{Sale Gerarda.) Zocodover no bastara.
De me caigo en veros
risa
i

Alférez ¿ vos me buscáis? ALGUACIL 1."


:
j

¿Fregona con tal persona?


ESCENA XXX.
ALFÉREZ. I

Y vos ¿ me esperáis á mi ? GERARDA. FLORENCIO. — Dichos.


\
De Florencio soy mujer
ESCENA XXVII. I
Yo con mi marido estoy. FLORENCIO.
¿Tantas voces y porfías
FlNEO.
LUCI.NDO, saliendo (le nno de ¡os ctiar- Para cosa tan .segura
¡Gerarda!
/os. — Dichos; después, LUCHECIA. GERARDA.
Si es Gerarda mi mujer?
¿Quién es? GERARDA.
LL'CINDO. Eso ¿cómo puede ser?
FINEO.
¿Qué es lo que quieren aquí? FLORENCIO.
ALGUACIL \.'^ Yo soy
¿Cómo aquí te vengo á ver? Como mi amor lo procura.
Ver quién sois y dónde vais.
GERARDA. GERARDA.
LUCINDO. ¿No veis que Gerarda soy^?
¿Eres Finco ?
Esta dama es mi mujer FINEO. FLORENCIO.
Y asi, yo con ella estoy. Pues ¿quién? ¿Luego otra mujer ha sido
HCÉSPED. GERARDA. La que por vos he tenido?
¿Qué mujer? De vergüenza no te miro. GERARDA.
LÜCINDO. FINEO. En el mismo engaño estoy;
Su esposo soy. De tu deslealtad me admiro. Que yo soy ya de Fineo.
Convertido desde ayer. — GERARDA. FLORENCIO.
Salid , señora Gerarda.
(Sale Lucrecia.)
Yo de la luya también. A mí me ha engañado Inés.
FINEO. GERARDA.
Ll'CUF.CIA.
Inés me ha engañado ansí. Y á mí también.
Lucrecia soy yo, Beltran.
GERARDA. huésped.
LLCINDO.
También á mí me engañó. Salga pues;
Soy Lucindo. Que pienso, si no la veo,
HIÉSPED. ALGUACIL 2.° Que debe de ser la mía
¡Buenos van! Todo Inés lo concertó. Según es su grande enredo.
La Imrla ha sido gallarda. ESCRIBANO.
LUCRECIA. Venga Inés.
ESCENA XXXI.
Beltran me dijo que aquí {Llaman á otra puerta.) LISENA. — Dichos.
Me esperaba. Hay tal maldad!
¡
ALGUACU. 1."
LUClNDO. ¿'Quién está aquí? LISENA.
Yá mi Gerarda. Yo que vine á Toledo,
soy,;

ESCRIBANO. ESCENA XXIX. Siguiendo mí fantasía,


Y no Inés, como pensáis,
En verdad — Dichos. Sino Lisena, mujer
Que está bueno todo ansí.
BELTRAN y RISELO.
Del valor que podéis ver.
ALGUACIL 1." BELTRAN. Si á los dos lo preguntáis.
Ábranse esos aposentos. Par Dios, donaire tenéis. Siguiendo vine á Florencio,
¿Qué es esto huésped?,
¿Desa suerte me abrazáis? Celosa de su mudanza.
HUÉSPED. En traje de labradora.
RISELO.
No sé.
Le hallé en aquesta posada:
Si vos áabrazarme entráis, Serví , como veis en ella ,
¡Vive Dios , que me acosté
,

¿Qué es lo que de mí queréis? Donde vi que desta dama


Libre destos pensamientos
Y que Inés debe de ser BELTRAN. Pagándome ingratamente
Algún demonio Yo por Lucrecia os tenia. Tenia cautiva el alma.
Valíme, como mujer,
ALGUACIL 2." RISELO.
Del ingenio.
Abran presto. Y yo á Lucrecia esperaba. ALGUACIL \°
¿Quién os dijo que aquí estaba?
Cosa extraña!
ESCENA XXVIII. BELTRAN.
i

Huésped , ¿hay mas gente?


¿Quién os dijo que vernia ? huésped.
FiN'EO.— Dichos; después, GERARDA.
RISELO. No;
FINEO. Inés fué. Sola esta gente hay en casa.
Con BELTRAN.
, ¿qué es esto?
tanta furia ALGUACIL i."
Hombre soy, y ella mujer. Y á mí también. ¿Es alguno destos hombres^'
, , ,
;

LA NOCHE TOLEDANA.
ALGLACIL 2.'^ FLORENCIO. BELTRAN.
Este parece en el habla; Y a mi Yo á Biselo.
Mas dicen todos que son Lisena.
ALFÉREZ.
(iaballeros de Granada; ALGUACIL 2.°
Eso no; guarda la cara.
Y pues que son caballeros, Pues eso basta.
Escúchenme dos palabras. FLORENCIO. (A los alguocUes.)
Dense las manos aquí
<,Son estas damas iguales Con fe y palabra jurada Vuesas mercedes se vengan
A su valor? Oá la cárcel juntos vengan. Hoy á cenar á esta casa
ALGUACIL 1." FINEO.
Llevarán cincuenta escudos
Para principio de paga.
Todos callan. Yo doy la mano á Gerarda.
ALGUACIL i,°
ALGUACIL 2.° LUCINDO.
Yo á Lucrecia. Mil años todos se gocen.
Si son ¡guales les digo.
FLORENCIO. RELTRAN.
FINEO.
Yo á Lisena ¡ Bueno ! la vida nos tasan.
A mi Gerarda me iguala. Y cumpliré la palabra. FLORENCIO.
LUCIXDO. CAPITÁN. Aqui da Senado noble
,

A mí Lucrecia. Yo al Alférez. Fin la Noche Toledana.

L~i.
LA CORONA MERECIDA
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DIRIGIDA A DOÑA ANGELA VERNEGALI.

¿A quién se podia dedicar mas justamente La Corona merecida, que á quien merece tantas cuan-
tas virtudes la adornan, donde se verifica que si las cosas convienen con los nombres, el que le
dieron á vuesamerced no fué sin causa ? Diferencias de coronas tenia Roma cuando premiaba la
virtud militar de sus soldados: asi las tienen las gracias y virtudes, no de los árboles de Mai'te,
sino de aquellas que con diversas flores dan las musas, aun en las naciones bárbaras, porque
la virtud es de la naturaleza del sol, que haciendo de la fama cielo, discurre el mundo. La se-
gunda parte de mis Rimas di á luz con el nombre de vuesamerced, poniendo á la puerta un án-
gel que supliese con su respeto lo que faltó mi pluma; y de entonces, ni mis sucesos me han
dejado continuar el agradecimiento fn público, ni tuvo cosa digna de tan alto ingenio; mas vien-
do agora que el sugeto desta comedia era la historia de una señora tan celebrada por La Corona
merecida, que con ella dio honor á España, gloria á su nombre, y nombre á sus descendientes,
valiéndome mas del título y de la hazaña que de lo que de mi parte pudiera con otro ingenio
servirle de ornamento, quise, atrevido, dedicar á vuesamerced mas el nombre desta dama que
mi estudio y así, le suplico afectuosamente reciba La Corona merecida de mano de las musas, en
;

tanto que de sus mismas virtudes se las ofrezcan mayores mis deseos. Dios guarde á vuesamerced.

Su capellán ,

Lope de Vega Carpid.


, , ; ; — ! ; ,: , , , ,;

LA CORONA MERECIDA.
PERSONAS.
KL REY DON ALFONSO MU. ! UN ESCUDERO. SAUSO, alcalde villtmo. Villanos.
DOyi^lGO, con de. DOSA SOL. AGÓN, re oidor villuno. Danzantes.
DON MANRIQUE. DOS A ELVIRA. UN SACRISTÁN. acompañamiemo.
DON PEDIU) DE LARA. LUCINDA. VIVAR. Damas.
DON .ALVARO. RELARDO, alcalde villniw. ORDOiVO. Músicos.
MADAMA LEONOR. ÜN LACAYO. UN PAJE.

La acción pasa en Burgos, en una aldea y en Toledo.

Que imaginado me mata. Porque dé vida á los ojos


ACTO PRIMERO. Vámosla, amigos, á ver;
I

I
Quien mata por los oidos.
Que disminuye el placer {\anse.)
La gloria que se dilata.
i

Salón Olí el alcázar de Burgos. DON i.ÑIGO.

Con justa imaginación


ESCENA PRIMERA. Formas Señor, en tu idea
,
Plaza de un pueblo á cuatro Ifguas de Burgos.

EL REY DON ALFONSO VIII, DON PE- Un ángel que después sea
, ESCENA II.
De la misma proporción.
DRO DE LARA, DON MANRIQUE,
REY. BELARDO , SALISO, AGÓN.
EL CONDE DON IÑIGO.
No solo será la fama
REY. Igual al vivo ; mas veo
Que ha de encender mi deseo Mira , Retardo que echáis
,
¿Qué nuevas hay de mi esposa? A perder todo el Concejo;
DOX i.ÑIGO. En mas verdadera llama.
Dice el regidor Alejo
Que nueve leguas eslá DON PEDKO.
Que todo el pueblo empeñáis.
De Burgos. Tiempo tienes de llegar Gastar lo que es necesario
REY. Antes que eutre, si ahora parles. Es bueno , por buenos modos
;, Dicese ya REY. Pero empeñarnos á todos
Queesbeniiosa? Sus encarecidas partes Es negocio temerario.
DON IÑIGO. Me obligan á anticipar Celébrese á maravilla
Y muy hermosa. Estas vistas con razón. La venida de la Reina
¿Qué vestidos tomaremos? Que en tin en las almas reina
REY.
DON IÑIGO.
Como en Burgos y en Castilla;
Es inglesa y es Leonor. Pero querer que quedemos.
DON MANRIQUE. Si al solencubrir queremos, Por gastar vos los ducados
Y es divina maiavilla.
Nubes necesarias son Toda la vida empeñados
Aunque pienso que si nace Los que de propios tenemos
DON PEDRO. Tu sol, y la luna ves.
No habrá tenido Castilla Eso no es de buen alcalde.
Que es fuerza que Inz le des.
Señora de mas valor. BELARDO.
Como el del cielo lo hace.
REY. ¿Queréis vos, por vuestra vida,
DON PEDRO.
¿Dónde llegan á comer? Que una reina tan lucida
Si te disfrazas galán , Viniese á vernos de balde?
DON MANRIQUE. Luego han de conocer;
te
¡Voto al sol , ([ue he de empeñar
Cuatro ó seis leguas de aquí. Pero puédeste poner Las dehesas y los pozos
REY. Una montera y gahan. Y hasta las mozas y mozos
¿Estará esta noche allí? En forma de labradores. Casados y por casar
Como que á las fiestas vamos. Si viene el Rey de Toledo
DON MANRIQUE.
Habrá por fuerza de ser, REY. A Burgos, adonde está,
Pues entra en Burgos mañana. Ya por disfraz comenzamos; Pudiendo casarse allá
No es mala señal de amores. Y estarse en su casa quedo,
REY.
Deseo amarla por Dios, Solo por hernos servicio,
Agora, fñigo, loes; ¿Quién dejará de empeñar
Por quién es y por mi gusto.
Y pues las leguas son tres Cuanto pudiera topar?
O cuatro, y la tierra es llana. DON ÍÑIGO.
AGÓN.
Gusto me darla, embozado, Es deseo noble y justo
Queeu un coche... Que sois un alma los dos. Calla que estáis sin juicio.
;

¿ No bonda lo que ya estaba


DO.N i.ÑIGO. REY.
Prevenido?
¿Querrás vclla? Pues alto, saquen el coche:
RELARDO.
REY.
Que no se echará de ver.
Regidor,
Será vella , si es tan bella DON MANRIQUE.
Cumplir cosas del honor
Fineza de desposado. Y es bien que puedes volver
;
No es loque la hacienda acaba.
Mudado el traje, (lodrémos A Burgos aquesta noche. Esta reina es extranjera
Y.n ¡aplaza desa aldea. REY. ¿Qué escribirá de nosotros
Ver, sin que nadie nos vea. Muero por ver á Madama A su tierra, si vosolios
Sus alabados extremos, Antes (|ue entre en la ciudad, La traíais desa manera?
Esa nieve, e.se coral, Por saber si la beldad Y ¿es bueno que de un lugar
Eseorodelngalaterra, Se conforma con la fama. Que cien vecinos encierra
Que ha de enriquecer mi tierra Vamos á mudar vestidos; Se diga en Ingalaterra
Con su valor celestial Cumplamos estos antojos. Que no sabemos gastar
, —
,; , ,, , ,, , :, ,!, ; : ,; ,; , ; ,

LA CORONA MERECIDA. 220


Niempeñar lo que topamos Una boca colorada AGÓN. (A Belardo.)
Cuanto y mas nuestras haciendas? Digna de ser comparada Digo que tenéis razón
SALISO. Con los pies de las perdices. Pues es honra desta tierra
No quiero con vos contiendas. Dientes, cual cristal de roca Que se le haga un presente.
No sé cuantos, que era lejos;
AGÓN. BELARDO.
Pero sé que eran parejos
¿No sobraba juncia y ramos? Y que estaban en la boca. Pues vámoslo á negociar.
BELARDO. Era rojo su cabello SALISO.
No son las fiestas honradas Y , si no me engaño estaba ,
Y ¿quién se lo ha de llevar?
De la menor aidegüela En la cabeza, que daba BELARDO.
Si no hay grana y lentejuela Luz al sol puesto cabe ello. El Cura es hombre insolente,
Arroz y danza de espadas. Tan blanca era su garganta, Y
,
le dirá un buen sermón.
La danza está en el lugar Que pidió un poco de vino
Y cuando pese á los dos REGIDOR.
Tinto y como en cristal fino.
,

La Reina es mejor que vos, Lo vi por blancura tanta ¿Qué habernos de presentalla?
Y los ha de ver danzar. Descender hasta los pechos. SALISO.
AGÓN. Que, si vinieran desnudos. Cuanto en el suelo se halle.
Ello va ya de borrasca. Fueran de Medusa escudos Desde el durazno al melón
SALISO.
Contra amorosos despechos. Aunque no sé bien si ingleses
Y por estas soberanas Son muy amigos de fruta.
Dejalde; que es un erizo.
Partes, en un fabordon
BELARDO.
AGÓN. Canté dos kiries al son
Si el presente se ejecuta.
Ya que la danza se hizo, De las mejores campanas.
Tendrán que comer dos meses.
¿De qué sirvió la tarasca? BELARDO.
( Vanse Belardo Saliso y Agón.)
,
y BELARDO. Par Dios, Mendo , que podéis,
Yo la hice y no hagáis fieros
, Por deste dia
la gloria , ESCENA V.
Aunque os pese hasta los codos, Ser sacristán en Turquía.
Porque á los ingleses todos ¡Qué hermosa vista tenéis DOxÑA SOL, LUCINDA EL ESCU- ,

Ha de coger los sombreros. .lamas con ese mirar. DERO.


Mirad si soy buen alcalde. Por mas que su dueño asista
SALISO. Se os pierde pollo de vista. LUCINDA.
¿Sigúese algún interés? Ni tinaja del lugar. ¡Cuáles andan los villanos
Pues ¿mozas? No hay ballestón Coa la entrada de Madama!
BELARDO.
Del tiempo del Cid qiie acierte DOÑA SOL.
Que vendiéndolos después, Como vos.
Sale la fiesta de balde. Es Castilla , adora y ama
SALISO.
Sus señores soberanos
desa suerte
Si
ESCENA m. Veis Mendo, cierto lechon
Vence sin duda en lealtad
,
Todas las demás naciones.
UN SACRISTÁN.— Dichos. Se me perdió el otro dia
ESCUDERO.
¿No me diréis dónde está?
¿No lo dicen los pendones
SACRISTÁN. (Saliendo.) SACRISTÁN.
De Roma? En buena verdad
Sube presto á repicar, Éntrelos tres estará. Que nunca César bastó
Beuilo; que ya se acerca. Si ser tan grande podia.
A sujetar sus montañas.
BELARDO. Quédense ¡os muy camellos
Que me voy á repicar DOÑA SOL.
¿Qué hay, Mendo? ¿Viene muy cerca? ¿Ya comenzáis con hazañas?
tu kirie que haga bailar
SACRISTÁN. A Ires asnos como ellos. Vase.]
Media legua del luí^ar.
(
ESCENA VI.
BELARDO.
SALISO. Este sí que es ballestero. EL REY, DONÍÑIGO, DON MANRIQUE
¿De dónde la viste, Mendo? AGÓN. Y DON PEDRO , todos de labradores.
SACRISTÁN. Ahora bien , ¿qué se ha de hacer? — Dichos.
Dende la tórrela vi.
{Rebúzanse doña Sol y Lucinda.)
BCLARDO. ESCENA IV.
¿Es hermosa REY.
DOÑA SOL, vestida de labradora; LU-
SACRISTÁN.
CINDA UN ESCUDERO. — BELAR- Digo que se me salió
,
A la í'e, sí. De los dedos como arena
DO, SALISO, AGÓN. Y entre la gente que había,
SALISO.
¡Ved lo que le está diciendo! EsciDERo. (A doña Sol.) Se me escapó.
Mas de media legua viene DON MANRIQUE.
Desde aquí la puedes ver,
Del lugar. Señora mía , primero Bien podría;
BELARDO. Que entre en la iglesia á rezar Que estaba la iglesia llena.
¡Bueno, por Dios! Porque es de tal condición REY.
AGÓN. Que antes va á hacer oración Yo tengo de buscar.
la
¡Qué pregunta! Que entre en casa del lugar. DON PEDRO.
DOÑA SOL. ¿De qué provecho ha de ser?
BELARDO.
¿Sabéis vos
No pienso que, disfrazada REY.
La vista que esotro Aquí seré conocida.
tiene? De amar el principio es ver,
¿Es muy blanca? LUCINDA. Y el ün de amar es gozar.
SACRISTÁN. Descubierta , por tu vida DON PEDRO.
Era
Lo mismo que rebozada. ¿esto quieres , Señor,
tan bella, Pues
i dio de suerte en mirarme DOÑA SOL. No habiéndola apenas visto?
Que estuve para arrojarme Cortesanos hau venido. REY.
Desde la torre por vella. LUCINDA. Confiepo que no resisto
Unos ojos verdes claros No te conocen Señora , Este principio de amor;
A los dos lados tenia Pues los que vienen ahora Que es lo (¡ue pretendo en fin
De las narices, que hacia Aun no saben si has nacido. Por deleitarme, pensar
Con ellos dos mil reparos. Unos son de Ingalaterra, Que del cielo puedo hallar
Entre la barba y narices Y otros de Toledo son. En la tierra un serafin.
;; ;
, , —
,; , , ;, , ' , , ,
; !

2oO COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DON ixico. (.4/).) — Mas tiene cubierto el velo. Que hablando á tu hermano estemos.
DOÑA SOL.
Es mozo el Rey no me espanto ; REY.
Que le agrade una mujer; Tente, íñigo. no le atrevas; ;
Aun no sabes lo que intenta.
Pero jiésame de ver Que son arrogantes i)ruel)as i LUCINDA.
Que abora le agrade tanto. Quitar la cortina al cielo. i ¿Cómo?
REY. Mas la inocencia te salva DOÑA SOL.
j

Si os dijese, caballeros,
De no ver que en su arrebol Por el Rey me habla,
Desta bella labradora Cuando se levanta el sol
LUCINDA.
la cortina el alba.
I

La gracia y Ui?. ijue atesora Corre


DON ÍÑIGO. Pues si ese negocio entabla,
En dos hermosos luceros,
Di que le tome á su cuenta.
Y aquel donaire de hablar Tan de veras te ha tocado
DON ÍÑIGO.
r.onque del peligro avisa Que será bien procurar
Por una boca de risa Que dé á tu gusto lugar, ¿llabeislo ya conferido?
Tan compás del mirar,
al Y quede ese amor templado; DOÑA SOL.
Dastaria mi aticion Que mil que |)or eso mueren. A Sancha se lo conté,
Para despertar la vuestra. Luego olvidan su pasión Y me dijo en buena hé
DON M.\NRIQl'E. Porque ven la im])erfecion Que era el Rey un mal marido,
Harto en la tuya se umestra
De acpiellas cosas que quieren. Pues habiendo de gozar
Su divina pert'ecion.
¿Quieres que la hable ? De su madama Leonor,
REY. Quiere <'iina( iicccr su amor,
Pero á todos maravilla I

Que una humilde labradora Parte, Y á lo que debe faltar.


tet)lvidede verahora íñigo, y di cuál me veo. ¡Pardiez , á mucho se atreve
Una reina de Castilla. DON ÍÑIGO. Decid que estime su nombre;
Que no le tendrán por hombre,
An.si de España lo seas, En sabiendo tudesco.
Y con atributo igual Si no hace loque debe.
Esos pies querrá besarte.
De Navarra y Portugal {Llégase ú doña Sol.) DON ÍÑIGO.
Y de Aragón la poseas. Dios os guarde, labradora. Mira , labradora hermosa
Que diviertas ese gusto DOÑA SOL. Que puede ser tu ventura
Que la Reina, mi señora. Tan grande , que estés segura
Y á vos , señor labrador.
Se acerca. De ser de nadie invidiosa
DON PEDRO. DON ÍÑlGO. Que según se maravilla
Una labradora ¿Conoceisme ? Él Rey de verte mirar.
Que enloquezca á un rey no es justo DOÑA SOL. Temo que te ha de quedar
Dt")cni(isia de seguir; No, Señor, Un infante de Castilla.
Vuelve a la iglesia, Señor. Ni os lie visto mas que ahora. DOÑA SOL.
REY. DON IÑIGO. ¡Oh pues seria importante
,

Fué agüero ser labrador ¿Ni á los que vienen conmigo? Llamarme en mi aldea ahora
Y el tosco traje vestir. DOÑA SOL. La señora labradora.
De lo que me ha sucedido. No los he visto jamás.
Madre del señor Infante!
Sin duda y es justa ley ¡Gentil fama! ¿No lo ve?
DON ÍÑIGO. [Ap. (i doña Sol.)
,

Que no ha seguido el Rey,


la DON ÍÑIGO.
Sino el labrador vestido. Pues el que está allí detrás
I

Es el Rey. Aquí tengo yo una hermana.


Y pues él no ha de pasar I

Que por hermosa y lozana.


De aquesta imaginación ; DOÑA SOL.
De la ciudad la saqué
Ni de Madama es razón ¿Quién?
Y en su casa le hablarás.
Que me jiueda deslundirar,
I

DON ÍÑIGO. DOÑA SOL.


No será muy gran flaqueza El que OS digo.
Ejecutar un deseo. ;Y si á vuestra hermana topa
DOÑA SOL. Éste rey y es tan de estopa.
Movido del bien que veo I
,

mas
Hinca , Sancha la rodilla, se Vuelve á encender
.'

En su celestial belleza.
(
,
Que
Date en los pechos. DON ÍÑIGO.
Esta es pobre labradora... i

Gozarla y dejarla. 1 DON IÑIGO. Eso no que la he guardado


;

DON ÍÑIGO. Teneos Del sol aunque Sol se llama.


,

¡Rien! !
Que os quieren ciertos deseos Porque no queme su fama
Y' aborrecerla también
i Hacer reina de Castilla. Y de Rúrgos la he sacado.
Que todo acaba en un hora I DOÑA SOL. Cerraréla en un retrete.
Y es condición de los hombres. I
No se burle palaciego
,
DOÑA SOL.
REY. j
Que no son Ijestias acá. Pues ¡qué! ¿querrías, hermano
'
{Descúbrese.)
Quedo, por Dios. Véisla allí. I
DON ÍÑIGO.
Si el Rey es mozo y liviano,
DON MANRIQUE. Por poco tiempo será:
¡

Ser desé sol alcahuete?


¿Es la que nos dices? ! Lo que larde en ver un ciego.
DON ÍÑIGO.
REY. DOÑA SOL.
¡Jesús! Sol, ¿tú eres?
I

Sí. i
Y eso ¿ es poco?
DOÑA SOL.
DON MANRIQUE. {Apártase á hablar con Lucinda.)
Yo soy.
Pues no temas no te asombres. , \ DON íÑiGO. (i;;.)
;De qué te has descolorido? DON ÍÑIGO.
i ¿Que es posible
¿Qué te ha dado esta mujer? Que esto haya agradado al Rey? Cúbrete.
DOÑA SOL.
REY. Como en el gusto no hay ley
Ya estoy cubierta. {Cúbrese.)
¿Qué mas hechizos que ver? I
Es un bárbaro terrible.
DON MANRIQUE. DOÑA SOL. {Ap. á SU criada.) DON ÍÑIGO.
j

Luego ¿basilisco ha sido? I Rasta, Lucinda; que aijuel Solo advierte que á la puerta
REY. Que allá en la iglesia w.a habló De mi deshonor estoy.
No soy de aquellos que pueden
I

No; porque es su condición I


Era el Rey, que se vistió,
(>on los que vienen con él, Infaníar sus deudos.
Matar mirando, y morir I

Si le miran. I
En el traje que traemos, DOÑA SOL.
Por ver antes á su esposa. Ríen;
DON
i

i.VIGO.

Quiero ir
LUCINDA. Ni yo soy mujer también
A ver tanta perfecion... '

Si ;
pero os graciosa cosa Para quéinfamados queden.
; ; ; —
, , ? , , , ,; ,, ; , !, ;

L.\ CORON.\ MERECIDA.


231
Vé seguro y desengaña
,
Que mereció vuestro amor, De aquesta vez te retira
Al Rey. Gracia y privanza algún día. Donde apenas de pié humano
DON iÑlGO. REY. Haya eslampa.
Conozco tu pecho. ¿Cuya, Iñigo? DOÑA SOL.
{Vase al Rey.) DON ÍÑIGO. Si mi hermano
¡Buen viaje habernos hecho! Señor, mia. Con estos ojos me mira
REY. REY. ¡Ay de don Alvaro, amigos!
¿Cómo , Iñigo? ¿Vuestra , Conde ? ¡Ay de mi ventura corla
DON Í^IG0. DON IÑIGO. ¡Muerta soy!
Es cosa extraña. Sí , Señor. ESCUDERO.
REY. REY. La VOZ reporta;
¿Habrásete defendido? Que hay testigos y enemigos.
Acabóse no haya mas.
DON PEDRO.
;
Y no prevengas tu mal
¿Vive aquí?
Que yase le habrá olvidado,
¡Qué! ¿Diria á un rey de no? DON ÍÑIGO.
Estando tan ocupado
DON MANRIQUE. Cuando yo fui Con la persona real.
Tendrá temor. A Toledo, no entendí
Que os viera en Burgos jamas, DOÑA SOL.
DON ÍÑIGO. Vé, Laínez, y en la aldea
Y de Burgos retírela
Pienso yo Busca á don Alvaro luego.
A esta aldea.
Que otra la razón ha sido. ESCUDERO.
REY.
REY. Ten mi señora sosiego
¿No es casada? , ,

¿Cómo? Mientras el mal no lo sea


DON ÍÑIGO.
DON IÑIGO. Que no será menester
Es mujer principal
No, Señor , mas concertada
Y si Buscalle.
gustáis casaréla.
Que se disfrazó por ver ,
DOÑA SOL.
La Reina. REY.
¿Porqué razón?
REY. Si yo fuere necesario,
Haré lo que me es forzoso. (Vase.)
ESCUDERO.
¿Eso pudo ser?
¿Qué os parece? ¿ Hay cosa igual DON MANRIQUE. Porque darás ocasión
Que el Conde lo pueda ver.
El Rey se va vergonzoso.
LUCINDA.
DON MANRIQUE. DON ÍÑIGO.
Pienso que se distrazó
Gran ruido suena ; sin duda
Mi honor le ha sido contrario.
Por verle, pues que te vio. Entra madama Leonor.
DON PEDRO.
DOÑA SOL.
DON PEDRO. Sigámosle.
Tanto mejor, si es señora DON MANRIQUE. Temo un poderoso amor,
Que sera digna de ti. Porque hasta los montes muda.
Será sueño
DON IÑIGO. Viendo su esperanza vana. ESCENA VIII.
Si; bien lo pudiera ser, DON ÍÑIGO. (Ap.)
Como fuera su mujer. Villanos, danzantes, coh espadas; BE-
Sihoy puedo casar mi hermana,
REY. No amanecerá sin dueño. LARDO, SALISO, AGÓN. Dicuos. —
¿Tanto vale? Tope en otro el mal cercano
UNO DÉLA DANZA.
DON ÍÑIGO.
De un poderoso atrevido
Porque en habiendo marido Ea que hoy no lia de quedar
;

Señor, sí. En nuestros cuerpos pedazo.


No toca infamia al hermano.
REY. OTRO.
(Vanse don íñUjo, don Manrique y
Pues si Castilla tenia düH Pedro.) Anda , hijo, alarga el brazo.
Mujer de mi igual valor, SALISO.
Y segura de mi amor ESCENA VII.
En su liermosura vivia No hay mas que verlos danzar.
,

¿Para qué me aconsejastes DOÑA SOL,LUCINDA, EL ESCUDERO. RELARDO.


Que enviase á Ingalaterra? ¿Va adelante la tarasca?
DOÑA SOL. SALISO.
DON ÍÑIGO.
Sin duda le declaró
Señor, en eso no yerra Va con un palmo de boca.
Castilla.
Lucinda que era ,
.su hermana.
UNO.
REY. LUCINDA.
Vuela.
Todos errastes. Que lo dijo es cosa llana OTRO.
Pues el Rey no prosiguió. Corre.
DON IÑIGO.
DOÑA SOL. UNO.
Hay de la sangre real
Mujeres; mas notan cerca. No debe de ser muy cuerdo, Salta.

Madama Pues tal intenta en tal dia. OTRO.


, Señor, se acerca,
\ aquesto parece mal Mas ¿que ha de ser culpa mia, Toca.
Que los hijos de los reyes Y tú verás lo que pierdo? AGÓN.
No es bien que tengan'vasalios Mas ¿que ha de decir mi hermano ¡Ved los sombreros que masca!
Parientes, no por no honrallos Que yo he dado la ocasión,
Trocando mi estimación DOÑA SOL.
Que fueran injustas leyes;
Por este disfraz villano? Mirad ¡con qué la recibe
Mas por no tener iguales
Como si pudiera ser La pobreza desta aldea!
Donde el reino se posea me emplea
Que yo imaginar pudiera Aqui mi hermano
Que es bien que nadie lo sea Mientras en la corte vive.
üe las personas reales. Quedesla suerte viniera
El Rey á ver su mujer. Pero pues tengo paciencia,
REY. Y no replico á su gusto,
¿Cuánto va que hay monasterio
No me iré sin que primero Y perpetua reclusión Ni alejarme mas es ju.slo
La disfrazada villana Y que me llama ocasión Ni lo será mi obediencia.
Diga quién es.
De su infamia y vituperio? RELARDO.
DON ÍÑIGO. Cuánto va que no doy señas Habladla, Saliso, vos,
Es hermana, De las bodas que se hacen? Que tenéis mejor caletre.
Gran Señor, de un caballero LUCINDA. SALISO.
No dudes que te amenacen Pues ¿quién hay que mas penetre
* Falta un verso. De las montañas las peñas. Que vos?
, ;;,! ! , , ,,,; , ,;.
, . ; ——
;, ; , , ,

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


AGO\. REY. REY. .

Ninguno, par Dios. Doña Sol me agrada mas. Llegado á que ansí lo vea
BELARDO. Porque me abrasó de amor. Dos cielos sus ojos son.
DON PEDRO. Dos mil soles sus cabellos,
Yo ¿queréis que ánimo lenga? Perlas y coral la boca
SALISO. Mírala desde esta parte,
Sus manos cristal de roca,
Y mira lo que merece.
Ea, Belardo, aoabati; Claveles sus labios bellos.
Decidle á su majestad REY.
Es de un cisne su garganta
Que nuiy en buena liora venga Como un ángel me parece En blancura y en color,
Y no os turbéis. Mas no es posible que aparte Sus pechos cárcel de amor,
BEI.ARPO. De Sol la imaginación. Con grillos de nieve tanta.
Daisnie grita. Esto Pedro, es dar la palma
,

Pero el Cura ¿no puiliera?... ESCENA X. A la razón, que es querella;


SAl-ISO. Mas llegado á estar sin ella
Acompañamiento, ?/ detrás, MADAMA Doña Sol me lleva el alma.
Allá en la iglesia laespera
LEONOR, muy bizarra. — Diciios. SALISO.
Coa la cruz\v agua bendita.
BEI.ARDO. UNO. Ea, que se quiere ir;
Hablad , si la habéis de hablar.
Pues ¿quiérela conjurar? ¡Plaza á su alteza!
BELARDO.
SAl.lSO. SALISO.
Temblando estoy de llegar;
No sé , por
Dios ; cruz sacó Ea, Alcalde,
Mas par Dios que ha de salir.
El sacristán, y encendió Llegad ; la mano besalde.
Reina niuesa de Castilla,
Dos velasen cada altar. BELARDO. Salud y gracia: sepados
Quedo; que la gente viene. Turbado estoy. Que aunque habéis visto ciudades
AGÓN. SALISO. Nunca habéis visto esta villa.
¿Si nos ha visto? Y es razón. No lien cerca ni arrabal
BFLARDO. Por eso no hay luminarias
REY.
No sé.
Basta , don Pedro que aquí Pero aquí vino Pedro Arias,
;
AGÓN. Está doña Sol. Vuestro quillotro real
Mirad que entréis con buen pié. Y mos suplicó y rogó.
DON PEDRO.
De vuestra parte , barrer
ESCENA IX. Señor, Las pertenencias ayer,
Mira á madama Leonor, Y el camino se allanó.
EL REY, DON PEDRO.— Dicho.s. Que está como un sol allí. Dábanme todos consejo
REY. Que os trajese á la memoria
REY. ¡Ay don Pedro! el sol que miro Aquella famosa historia
¡Buen don Pedro, tiene!
talle, Es doña Sol que Leonor,
; Del pródigo y san Alejo;
DOX PEDRO. Si tiene algún resplandor. Pero no lo (piiera Dios;
Bueno, y muchas veces bueno; Es del sol por quien suspiro. Que vos sabéis el suceso.
Tórnala á ver desde aquí. Ya miro la majestad No habemos hallado queso
REY. De una reina y su grandeza; Para quien viene con vos;
Pero miro la belleza Mas hay garbanzos tostados,
Estoy, desde el sol que vi.
Desta divina humildad, Y no falta vino y pan.
De ver el del cielo ajeno.
Y miro adonde estuviera Ni para vos faltarán
DON PEDRO. Mejor el cetro y corona. Arroz ni patos asados, .

Calla, Señor, no te acuerdes. DON PEDRO. Con otra fruta y legumbres.


REY. Señor, no aciertas, perdona A este tiempo semejante.
¡Con qué notables mudanzas En hablar de esa manera. Un hijo tengo csrudiante,
Marcliiln mis esperanzas ¿Cuál ángel, en la pintura Que lile da mil pesadumbres.
Aun no llegaron á verdes. De un lienzo, períicionara Querría qne obispo fuese;
DON PEDRO. El pincel como su cara? Que ya lo fué de San Blas
Señor, el Conde es un hombre REY.
Y pues que no es para mas.
La presente es bien que cese,
A quien has de hacer merced. Mira esta rara hermosura Y no de rogar á Dios
BEY. Y verás que no hay pintor Por su esquilencía real
¡Ay, esperanzas , creced Que á retratarla se atreva
Seis de junio , porte un real
Que aun no merecéis el nombre! Porque es maravilla nueva Año doscientos y dos '

Como tras amor terrible De las del cielo de amor. LEONOR.


El imposible llegó.
Creció amor, porque intentó
DON PEDRO.
¡Notable oración Pedilde ! — (.1 uno.)
Mira aquella compostura Que la escriba y me la dé.
Igualar al imposible. Y celestial armonía. UNO.
Ún rev ¿no puede?... ¿Yo soy REY.
Rey de Castilla? Siempre el que es grande se ve
Mira el sol que alumbra el dia, En oir al que es humilde.
DON PEDRO. Y mira lanoche escura. Escribildo, Alcalde, todo,
En las cosas
DON PEDRO.
Graves
Y daréiselo á su alteza.
y dificultosas
Mira el norte donde mira BELARDO.
En ninguna duda estoy
Castilla su gran señora. No lo tengo de cabeza
Mas en e.sLas, que ya son
De tan diferente ley, REY. Como puedo lo acomodo.
Alfonso, no reina el Rey, Mira tú mi norte agora Pero yo lo llevaré.
Porque reina la razón. Y que el del cielo se admira. LEONOR.
DOÑA SOL. DON PEDRO. La iglesia ¿está lejos?
El Rey ha vuelto. Ay de mí ¡ Mira si estas luces bellas UNO.
LUCINDA. Son de diamante mejor. Poco.
Retírate,no nos vea. REY. LEONOR.
Mira las Indias de amor. Caminad.
DON PEDRO.
Que tienen minas de estrellas. {\ase la Reinaysu acoinpañumienlo)
Los ojos Señor, emplea
,

En quien es digna de tí DON PEDRO. 1 El casamiento de Alfonso VIII de Casti-


Que ya madama Leonor Mira aquí lo que es razón lla con Leonor de Inglaterra se verilicó cii el
Llega al puesto donde estás. Cuando otra cosa no sea. año de Cristo 1170, era de 1208.
! , , ; ;;
! , , , ,
! ; , ,,
; , ,, ,

LA CORONA MERECIDA.
SAL ISO. Que no se gana en un hora. ¡Hablando á Sol ¿Qué es aquesto ?!

DON PEDRO. Pero ya se van del puesto.


Volveráos loco.
Sol habrá dado ocasión.
BELARDO. El Rey no se atreve á h:;blaros.
{Vanse el Re y y don Pedro.)
¡Lindamente lo encajé! DOÑA SOL.
Suplicóme que lo escriba. En eso se ve que es rey ESCENA XIII.
Seguidla; ala iglesia va Pues guarda al Conde esa ley.
SALISO. DON PEDRO. DOÑA SOL, DON ÍÑIGO, LUCINDA,
En tanto que llega allá S ;
pero intenta agradaros, EL ESCUDERO.
Digan lodos ¡viva! Y es quien es.
VILLANOS. DOÑA SOL. DON ÍÑIGO.

¡Viva Yo soy quien soy. Sol para mi honor nublado,


DON PEDRO. ¿Cómo aquí parado estás.
{Vanse los aldeanos y danzantes.) Pues sin milagro jamás
Todo su reino os promete.
Pudo estar el sol parado?
ESCENA XI. DOÑA SOL. Mas pues alargas el dia
Cuando al Rey por rey acete. Sin duda debe de ser
EL REY, DON PEDRO, DOÑA SOL, Lejos de su reino estoy. Para que pueda vencer
LUCINDA, EL ESCUDERO. DON PEDRO. El que vencerte porfía.
BEY. Mirad que erráis en no errar. Dejóme el Rey con engaño.
DOÑA SOL. Volvió el Rey para engañarte;
Don Pedro, el no replicar
Y tú en esta misma parte
Es el servicio mayor; Yo acertaré no acertando. Estás buscando mi daño.
Solo el gusto del señor. DON PEDRO. No lies en lo forzoso
Bien ó mal , se lia de mirar. Vuestro sol se va eclipsando. Que mal podrás detener
DON PEDRO. DOÑA SOL. Con defensa de mujer
El consejo en el privado Vos me habéis hecho eclipsar. Un hombre tan poderoso.
Es ley de buen caballero DON PEDRO. Pero yo pondré remedio
Un privado lisonjero A la amorosa malicia
Es un veneno dorado. Soy tierra entre el Rey y vos.
Como temor de justicia
Yo cumplí mi obligación DOÑA SOL. Que es lo mejor tierra en medio.
Lo que intentas no lo apruebo; Si sois tierra os desengaño;
,
DOÑA SOL.
Pero lo que mandas, debo Que os ha de alcanzar el daño Dirás que yo soy culpada
Poner en ejecución. Del eclipse. Y que con'el Rey hablé;
Yo parto. DON PEDRO.
Que le llamé y le incité.
REY. Bien por Dios
i ,
Libre, loca y despeñada.
Yo espero aquí. No porfío. Y aun dirás "que no su esposa
DON PEDRO. (A doña Sol.) DOÑA SOL. Le trajo aquí de Toledo
Siacaso me conocéis Acertaréis; Sino yo y aun tengo miedo
;

Suplicóos que me escuchéis, Que es de necios poríiar. Que no digas otra cosa,
Y no os encubráis de mi. {Vuélvese don Pedro al Rey.) i'ues mal tu sangre conoces;
DOÑA SOL. REY. Que si rey del mundo fuera
Que os conozco negar puedo; ¿Podréla, don Pedro, hablar? No llegara ni pudiera...
Pero no que no he sabido DON PEDRO. DON ÍÑIGO.
Que hayáis con el Rey venido Mejor es que la dejéis, Quedo , Sol ; no demos voces.
A Burgos desde Toledo Cran Señor, por vuestra vida; DOÑA SOL.
Que aunque el traje oculta al hombre. Porque no hay cosa tan loca A que le tocara un rayo
Aquí el hombre se declara. Como una miijer que toca Desle sol que su temor ;
DON PEDRO. Eti discreta y presumida. Solo pone á su calor
Yo soy don Pedro de Lara. Habla de vos de la suerte Nieblas con tan vil desmayo.
DOÑA SOL. Que si fuera el alma el traje. DON IÑIGO.
Ya OS conozco por el noml)re. REY. No te alteres.
DON PEDRO. Como el traje fué el lenguaje, DOÑA SOL.
Hoy ¿habéis al Rey hablado? Pero mas dulce que fuerte. ¿Cómo no?
Su hermano lo habrá causado;
DOÑA SOL. DON ÍÑIGO.
Esto el tiempo lo ha de hacer.
Hoy hablé al Rey. óyeme hasta el fui.

DON PEDRO. ESCENA XII. DOÑA SOL.


Hoy venia
DON ÍÑIGO. — Dichos.
Prosigue.
A ver SU mujer. DON ÍÑIGO.
DOÑA SOL. DON íÑiGO. {Sin ver al Rey.) No es menester que te obligue,
Sí haría
Tanta gente para ver Sol el ser tu hermano yo.
,

Desde Burgos disfrazado. La nueva Reina ha llegado. Ni el ser hijos de quien sabes.
DON PEDRO. Que al Rey no he podido hallar. Ni nietos de quien oisle;
Al Rey habéis muerto. REY. Porque la virtud consiste
En los pensamientos graves.
DOÑA SOL. Si á quien soy no desdijera
Satisfecho estoy de ti;
¿Yo? A hablarla , don Pedio, fuera.
Pero sé la condición
DON PEDRO. DON PEDRO. Deste hombre.
De una flecha queda herido, Bien puedes; llégala á hablar.— DOÑA SOL.
DOÑA SOL. Tente que el Conde ha venido.
; ¿Por qué razón
¿Era yo Dólfos ISellido, REY. Quieres persuadirme asi ?
Que al rey don Sancho malo? Haz como que no le ves DON ÍÑIGO.
DON PEDRO. Y vente tras mí. Porque pongamos remedio
¡Pluguiera á Dios que á Zamora DON PEDRO.
Al poder que pues volvió
; ,

Conquistara Des|)ués Amor tiene, y del sé yo


DOÑA SOL. Podrás hablarla escondido. Que si viese el mundo en medio
Y ¿puede ser? DON ÍÑIGO. (Ap.) Su esposa, su obligación.
Porque hay ciudad y mujer El Rey y don Pedro son... Su reino cuanto en él ves
,
; , ; , ,;
,;
, ;,, ;,;
,, , —
, , ; ; ,,
, ,

234 comedí AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Fué causa deste recato. LUCINDA.
Lo pondrá todo á los pies I

Por salir cou su intención. La linqtieza de mi trato Dad lugar.

DOÑA SOL. Conoced en que á esos pies Señor, á vuestros criados.


Rindo la espada y las manos. ESCUDERO.
No prosigas. Todo eso
DONÍÑIGO. Y á mí que os doy parabién
¿Se reduce á reducirme ,

A un monasterio? Mas llano os quiero también Como á quien en vuestro bien


DON iSiGO. Que me ha dicho no sé quién Tantos i)asos tiene dados.
Que somos ya medio hermanos. DON Alvaro.
Mas lirnie
Si es ansí, ¿le acjuesta espada
Pretendo el fin del suceso. A todos daré la vida ,
Y delpecho estaréis cierto
Y el alma daré ámi Sol
Hablemos mas claro, hermana. Que no estará, sin ser muerto,
Enemigos que has tenido Nunca el oriente español
A vuestro lado envainada.
Vio el alba tan bien vestida.
Me han escrito, no (jue has sido
DON ALVARO.
En cosa alguna liviana , ¿Es posible que me veo
Pero que le quiere bien ¿Quién , señor Conde, me hacia ¿Con vos , viendo vuestro hermano
Ln hombre tu igual y inio. tanto bien y honor ahora? Que os tomo esta blanca mano?
Si esto es asi , yo cunlio DON IÑIGO. DOÑA SOL.
Que quierestú lambien
le ¿Conocéis la labradora ? Esto ha podido el deseo.
Porque a su primero amor DON ALVARO. DON ÍÑIGO.
Corresponden las mujeres Conozco al sol por el dia. La partida será breve
Con mas tuerza; y si tú quieres, Es doña Sol vuestra hermana.
,
Y el desposorio; que es justo
La tierra en medio, mejor DON ÍÑIGO. Que sea luego.
Es casarte que casada ;
DON Alvaro.
El Rey no podrá quitarle Y vuestra mujer también
A marido y es darte
tu
Que yo os doy el parabién Ese es mi gusto.
,

Eso mismo que te agrada. Con voluntad limpia y llana, DON ÍÑIGO.
Y á ella licencia doy Temor de Alfonso me mueve.)
Y cuando tal haya sido {Ap.
La violencia de su mano, Para que os dé mano y brazos. Sea dentro de seis dias
Mejor podrá que tu hermano, DON ALVARO. Que de Burgos volveré;
Defenderte tu marido. Suspended Sol los abrazos.
, , Que casadoel Rey podré ,

DOÑA SOL. En que tan dichoso soy; Acudir á cosas mías.


Habiéndote declarado Que me ha puesto en confusión DON Alvaro.
Conmigo desa manera. Darme tanto bien tan presto.
Sea como vos gustáis.
Fuera error que yo dijera DOÑA SOL. Venid, mi Sol.
Conde, que te han engañado. Pues ¿hay que dudar en esto? DOÑA SOL.
Don Alvaro me ha servido DON ALVARO. Solo OS muestro
Seis papeles tengo del ¿Esto es verdad ó es traición ? El alma.
Toda tu ofensa es papel Conde, ¿qué os dicen de mí? DON Alvaro.
De la mano de un marido. DON ÍÑIGO. Siendo tan vuestro
Entró con los pies que ves
Sol vuestro amor me ha contado. Sol , ¿para qué me abrasáis?
Que si esto no pretendiera ,
Ando en palacio ocupado {Yanse doña SI, don Alvaro Lucinda
Luego que el conq)ás perdiera, ,

Voy con el Rey desde aquí y el escudero.)


Le hiciera cortar los pies.
Pensé que era cosa hecha
Disfrazado vino aquí;
Que es muy propio no haber paz
Y por eso me arrojé. ESCENA XV.
En los dias de disfraz, DON Alvaro. DON ÍÑIGO.
Aunque la habrá para mi. Luego, ¿bien. Conde, (jodré
Vaya Lainez que sabe Asegurar mi sospecha? Agora Alfonso procure.
,

DONÍÑIGO. Solicite, intente quiera


Adonde está. ,

podéis tener? Ponga yo á Sol en su esfera


DO-N íÑiGO. {Al escudero.) ¿De qué la
Sois mi igual ó sois mejor; Y élen la conquista dure.
Corred presto. ,

No hay que vivir temeroso


Ni le diera á tal valor
de mujer. Deste género de afrenta
ESCENA XIV. Valor el tal
Que ya corre por la cuenta
DON Alvaro.
DON ALVARO. — Dichos.
be don Alvaro su esposo. ,

Sol,¿qué es esto? Que estoy loco.


Mas si es de una mujer bella
DOÑA SOL. Vidrio honor que trabaja
el ,
DON ALVARO. (Ap.) Ver que mi hermano se va ¿Quién pone el vidrio en la caja
La ofensa fué en este puesto, Y querer, pues aqui está Si después se quiebra en ella ?
Y aqui quiero que se acabe. Y es el término tan poco
ESCUDERO. Que me deje acompañada.
Ya Señor, no es menester;
,

Don Alvaro viene acjuí. A todos beso los pies;


DON Alvaro.
ACTO SEGUNDO
DON ALVARO. (Ap.) Que estriba en tanto interés
Mi.indigiiidad atajada. Calle en el pueblo.
Turbóse el sol para mi.
A Iñigo |ii<lo perdón,
Porque era sol de mujer.
Y á vos la mano de esposa.
ESCENA PRIMERA.
Conocí al Rey disfrazado
Y he visto que el Rey la habló. Hoy en su centro reposa EL REY, DON PEDRO y DON MANRI-
¿Qué es aquesto? Triste yo! — ¡
Mi abrasado corazón. QUE, de noche.
¡Con su mismo hermano he dado! DOÑA SOL.
DON Í.ÑIG0. Mirad que estáis desposado; DON PEDRO.
Esperad , si sois servido No digáis lo que otros suelen. Segura estará la aldea
Don Alvaro; no empuñéis DON Alvaro. De que el galán mas honrado
De Castilla disfrazado
La espada si no sabéis , Cuando tantos me consuelen ,

Que me tenéis ofendido Quedaré, Sol disculpado. ,


Sus viles calles pasea;
Que en tal caso la conciencia Dadme vos. Conde, á besar Y segura estará Sol
Es la que rige al temor. La mano como señor De que en noche tan escura
DON Alvaro. Y padre. Venga á buscar su luz pura
DON IÑIGO. El mejor cielo español.
No conoceros. Señor,
REY.
Y salir de una pendencia Quiere mi amor
Con un caballero inglés Que os abrace. Segura estará de mí
, !, , ,, , , ; ,!, ,,,, ; , ; !,, ;, ,

LA CORONA MERECIDA.
Quien sola una vez me vio; REY. ESCENA II.
Pero no lo estaré yo Bien dices; porque en efeto
Si sola una vez la vi. Mas para tener dolor DON IÑIGO, dentro.— EL REY, DON
Presto, amor, el alma encantas, Mueve el mas necio amador PEDRO Y DON MANRIQUE, en la calle.
Aunque á la razón le pese. Que eltercero mas discreto.
¡Que sola una vez la viese, DoH íñigo ¿quedó allá? DON IÑIGO. {Dentro.)
I que me matase tantas Alzad las mesas, y venga
DON MANRIQUE.
DON MANRIQUE. Hoy no le he visto en palacio. Música.
¿Posible es que tanto daño REY.
REY.
Causó de una vista amor, ¡Válgame Dios!
Pues vamonos mas de espacio
Aunque la vieras. Señor, No esté por ventura acá.
¡Cómo música á las dos!
Gomo á Bersabé en el baño? Dado me ha en el pensamiento. DON PEDRO.
REY. Si hoy todo dia ha faltado
el Puede ser. Señor, que tenga
Lo que no agrada y convida ,
Que á ver á su hermana ha estado. Huéspedes.
Don Manrique, en el instante DON MANRIQUE. REY.
Que el hombre lo ve delante, Ruido en su casa siento. ¡Una mujer
No agrada en toda la vida. REY. Por casar! Manrique, no;
El verdadero veneno Si no es que íñigo volvió
¿Ruido tan farde? Mira
Es el que hace luego estrago Y fiestas la quiere hacer.
Tanto con tomar un trago
Que ya todos dormirán.
DON MANRIQUE. DON MANRIQUE.
Como todo el vaso lleno. Sin duda has dado en lo cierto;
Despiertos Señor, están ,
DO.N MANRIQUE. Porque viendo que acomodas
Y hay tantas voces que admira. ,
¿Cómo, Señor, la grandeza
DON PEDRO.
Tu partida hechas las bodas.
,

Destos seis famosos dias. Tornó del cansancio muerto


,
íñigo es bravo español
Las comunes alegrías. Hoy en casa de su hermana ,
La sin par rara belleza Con doña Sol tendrá voces Y la regocija ansí.
De la Reina mi señora De celos.
DON PEDRO.
REY.
Seis noches de ti gozada El rumor crece.
\ en su cara ver cefrada Mal le Qonoces.
Toda Castilla en un hora ; Es como es casa del sol
, REY.
Saraos, liestas, torneos.
Que ya quiere amanecer; ¡ Ay de mí!
Juegos de cañas y toros ,
Y ese ruido , al sacallos Toda mi esperanza es vana.
Libreas galas , tesoros
Deben de hacer los caballos DON M.ANRIQÜE.
,

Sortijas, motes, trofeos.


Que allá le quieren poner. Un hombre sale de allá.
Arcos versos , epigramas.
,
DON PEDRO.
Fuentes fingidas , jardines ¡Qué bien lo encareces todo! ESCENA III.
Música , voces, clarines, Todo el amor es poesía.
Comedias, galanes, damas. DON MANRIQUE. UN LACAYO , borracho, con una espa-
No fueron parte á que baste
A divertirte otra cosa
Por lo que miente podía ,
da desnuda. —
EL REY. DON MAN-
Ser poeta amor. RIQUE DON PEDRO.
,
De una mujer, aunque hermosa. REY.
Que sola una vez miraste? ¿De qué modo? LACAYO.
Tantas imágenes juntas ¿Piensan que todo está hecho?
DON H.VNRIQUE.
¿No pudieron algún dia Pues si saco el pié derecho...
Borrar de tu fantasía Amor dice que suspira
Y abrasa miente en rigor. DON MANRIQUE. {Ap. ol Rey.)
Una sola? ;

Que se hiela dice amor. Este, Señor, lo dirá.


REY.
Cuando á su dama no mira LAC.WO.
Bien preguntas; También miente. Dice luego
Mas como un hombre que atento ¡Oh qué bonito soy yo
,
Que llora en ausencia tanto, Para tú con tú conmigo
Solo ver su rostro trata. Que crece el rio su llanto
Aunque el espejo retraía DON PEDRO.
Y abrasa el mundo su fuego.
Lo que hay en el aposento Pues ¿quién ha visto creciente ¡Amigo!
En el alma y sus dispuestas Con lágrimas de amador? L.\CAVO.
Partes, espejo luciente. Dice que está muerto amor, ¿Quién es amigo?
Miraba á Sol solamente, Y está vi\o; también miente. DON PEDRO.
Sin reparar en las fiestas. Jura de amar lo que mira Yo soy amigo.
DON MANRIQUE. Mil siglos, de enamorado;
LAC.WO.
Altamente has declarado Y en habiéndolo gozado
No vuelve luegoes mentira. Yo no.
Tu enamorado deseo. ;

Juro á Dios no dar la mano


REY. Ansí prosigue , y ansí
Miente también el que escribe, Aunque el Rey me la pidiese.
Mi rostro en su espejo veo Hágase allá, no le pese;
Y mas si en pobreza vive.
De lo demás descuidado. Téngase todo cristiano.
REY.
Y pues, dejando á mi esposa, ¿Es cosa de burla dar
Oso esta noche venir. De qué manera me di.
A un hombre una bofetada?
Si no puedo á ver, á oir DON MANRIQUE. DON MANRIQUE. (.4/ ReiJ.)
Esta sirena engañosa. Dando siempre en versos vanos Desnuda tiene la espada
Bien sé que mi amor inQeres. A su dama un gran tesoro. Y apenas acierta á hablar.
DON PEDRO. Hacen sus cabellos oro.
REY.
Bruñida plata sus manos.
¿Qué fuerzas qué edad qué honor.
, , Desvíate en esas dudas
Perlas sus hermosos dientes.
Qué santidad y valor De espada y lengua turbada
Coral su boca, esmeraldas
No han derribado mujeres? Que la mujer y la espada
Sigue tu empresa Sus ojos hasta en sus faldas
;
si estás
,
Ponen auroras y orientes. Son peligrosas desnudas.
En ese estado, y sosiega;
DON PEDRO.
Que á veces lo que se niega REY.
Es lo que atormenta mas. ¡Ojaláque esto mi amor, El debe de haber bebido.—
Llama y ruega á esta mujer; Manrique, fábula fuera ¡Ah, gentilhombre!
,

Que los ruegos del amante DON PEDRO. LACAYO.


Suelen romper el diamante El ruido persevera. ¿ Quién es?
De la mas dura en querer. Sepamos lo que es Señor. , ¿Es castellano ó inglés ?
, — ! ! ; ; , ;, ,,, ;,;,
,,, ; ,, ;

230 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA C.VRPIO.


PON PEDRO. DON MANRigiE. Mas siendo fuerza.
Alevín inglés lo ha orenclido. Oya hermano.
,
Anima el alma, el corazón esfuerza.
Tenga laVspada y advierta... , LACAYO. REY.
LACAYO. Ya lo entiendo; Dime, don Pedro de Lara
Cuando se vierta ¿qué iniporla? Ya sé que está previniendo ¿De temerosa cueva
(|ué
¡Oh cuánto el aire conforta
, .\rmas dobles el contrario. Donde don Rodrigo
vio el rey
Que sale por esta puerta ! DON MANRIQUE. Lanzas y alarbes banderas;
DON PF.DRO. Pronuncie bien. De qué aposento de Circe,
Oiga: }o seré el padrino. LACAYO. Como el capitán de Grecia
LACAYO.
De qué selva como Alcides ,
Pues no hay fieros
Deque iníierno, como Eneas;
nanme dado un hoieton... Conmigo. Fuera embozados;
De qué Libia oiigciKliaddja ,

DON PEDRO. Que á dos mil hombres armados De monstros y de culebias


Tuvieron poca razón. Esperaré solo en cueros.
De qué India, donde admire
L.\CAYO. DON MANRIQUE. Alejandro tantas fieras.
Con un hueso de tocino.
Y tan en cueros, que temo Sales tan turbado y triste
No se resfrie. A apercebir mi paciencia,
D0> PEDRO. (Al Bci/.)
LACAYO. Que en el estado en que estoy,
Por Dios, Señor, que no Labia
No haré Es imposible tenella ?
Entendido su desgracia.
Que aunque en cueros me quedé, Mas siendo fuerza
REY. Si amor desmaya , la razón esfuerza.
¿Qué tiene?
Bien sabe Dios que me (juemo.
DON MANRIQUE. DON PEDRO.
D0>" PEDRO.
Don íñigo ¿está accstado? Vi una mesa rey Alfonso ,
Vino.
LACAYO. Luego que llegué á la puerta,
REY. Con un grande aparador,
Olí qué gracia ¿Quién le mete á nadie en eso?
¡ , Vestido de ricas piezas.
Habíale por vida niia.
,
DON MANRIQUE. Gran cantidad de criados,
Pregunta qué es la ocasión ¿Hay en casa algún suceso? Unos salen otros entran,
,

Deste ruido. LACAYO". Estos con platos vacíos,,


DON PEDRO. A mí me han descalabrado; Y aquellos con fuentes llenas.
Oya hermano.
, Pero he muerto mucha gente. Cuál en la dorada copa
LACAYO. DON MANRIQUE. El vino oloroso lleva.
¿Es inglés ó castellano? Con la toalla en el hombro
No hay sacalle una palabra. [Al Rey.)
DON PEDRO. — Oya hermano; éntrese, y abra
,
Y el agua en la mano izquierda
Cuál con las hachas delante.
Dígame por qué razón Esta puerta solamente.
Lleno de imperio , gobierna
Hay en casa este ruido. LACAYO. Pajes con diversos platos
LACAYO. Ábrala Dios, que la hizo. Llenos de frutas diversas.
Porque no han acostado.
.se DON MANRIQUE. {Al Reí/.) Parecióme que era el fin
DON PEDRO. No está el hombre de provecho. De aquella abundante cena,
Muy buena razón me ha dado. LACAYO. Y dándome tu cuidado
Licencia sin su licencia
,
LACAYO. Cinco traiciones me ha hecho
Este ¡)eno advenedizo.
A la puerta de la cuadra
¿No ve que no se han dormido? Llegué donde, vi una mesa
DON PEDRO. DON MANRIQUE. Que Cleopatra á Mareo Antonio
Qué es la causa, le pregunto. La señora doña Sol No puso con tal ri(|iii'za.

LACAYO.
¿Duerme ya? Estaba el conde don Iñigo
Don íñigo , el sacristán LACAYO. Sentado en la cabecera,
Lainez y Sol están Yo lo declaro. Y al lado derecho estaba
,

Y lodo el proceso junto. Siendo noche, ¿no está claro Doña Sol como el sol bella.
,

Que ha de estar durmiendo el sol? No reparé en el vestido


DON PEDRO.
REY. (A don Manrique.)
Ni en los diamantes y perlas;
¿Que don íñigo está en casa? Que donde lucen sus ojos,
REY. Déjale, (luilateacá ;
Escurécense las piedras
No dirá cosa que iniporle.
Esa ¿es la fiesta? Mas á mí me parecieron
LACAYO. LACAYO. Mas galas que para fiestas, •

Escogida. Estos lacayos de corte Mas tiestas que para hermana


BEY. {Ap. á don Pedro.)
Luego presumen que está Y no hermano el .señor dellas.
El hombre fuera de si. Estaba un mozo gallardo
Abierto está por tu vida,;
Afuera... Junto á Sol , que su belleza
Que entres á ver lo que pasa.
REY. Parece que le pedia
DON PEDRO. Sol para abrasar la tierra
Guárdate del.
¿Vsi me ven? Deshaciéndose en sus ojos
LACAYO.
REY. Como si fuera de cera;
No verán.
Que no lemo yo bro(|ucl.
Que hay almas que se derriten.
¡Qué cuchillada le di Vase.) Si da de rostro en ellas.
ei sol
DON PEDRO. (

\o haré lo que mandas. No coiniincslo como huésped


ESCENA V. Ni ella poesía como dueña,
REY.
Seregalahan los dos
Entra. DON PEDRO. — EL REY, DON MAN- Y se miraban apenas,
( f)nn Pedro entra en casa de don íñigo.) RIQUE. Sino con la libertad
Que los casados se ceban
ESCENA IV. DON PEDRO. A imitación de palomas
No sé por dónde te diga Que el primer nido comienzan.
EL REY, DO.N MANRIQUE, EL LA- Lo que vi desde e.^a puerta Alzaron la mesa en fin ;
CAYO. Que pienso que no tendrás Y dando el Conde licencia
Paia escucharlo paciencia; A su cuello echó los brazos,
LACAYO. Que según tienes el alma. Como vid al olmo envuelta.
Cosas un cristiano encuentra Del nuevo sol que te quema. Mostró las perlas con risa
Qnceii la Cartilla no están, No estarás para sufrir Sol y él mirando las perlas.
,
Ni aun en lodo el Calendario. Nuevas Alfonso, tan nuevas;
, Penseque hablaban de oido;
,
; ,, ,, , , , — , ,; ; , ,, ,

LA CORONA MERECIDA. 23i


Mas si algo hablaron fué eii ellas. Y todo un reino esta piedra , Con la pena de esperar?
Besóla como marido. Fuera, como ahora es, tuyo. Cenó á las ocho y son ya ,

REY. DON MANRIQUE. Las cuatro.


¿Qué dices, don Pedro? Espera. Deso los pies de tu alteza. I
DOÑA ELVIRA.
DON PEDRO. REY. Las horas pasan
Ella debió de esperar Mañana escribo la carta. Por los que amando se abrasan
Ko yo, que estaba á la puerta. Vengan las postas. Mas apriesa.
REY. DON MANRIQUE. LEONOR.
¿Que la besó? No creas ¿Dónde está?
DON PEDRO. Que te ha dañado el casarse. DO.ÑA ELVIRA.
¿Que lo dudas? Para lo que ahora intentas. Yo pienso que descansando.
REY. REY. No pienses tanto una cosa
¿Quebayun hombre que merezca Vamos; que me da cuidado Que vendrás á ser celosa
Aquella angélica boca? Que me eche menos la Reina. Y morir imaginando.
DO.N PEDRO. DON MANRIQUE. Llaman hijos del amor
Los celos y son sus nietos
Angélica ó no , él la besa. Con el primer punto suelto. ,

No hay brio en mujer ni en media. Que por los mismos efetos


REY. Se ve la causa mejor.
Agora es fuerza perder REY. Amor la imaginación
El alma con la paciencia. ¡Ay Sol !
¿ que es fuerza Engendra y ella los celos;
,

Sin duda que la casó Que tú me olvides y que yO te quiera? Elamor es de los cielos,
Iñigo porque no fuera
,
{Vanse.) Y ellos del infierno son.
Un rey señor de aquel mar, LEONOR.
Donde nacen tantas perlas.
La traza ha sido del Conde; Vuelve á llamar, doña Elvira
Salón del alcázar de Burgos. Los músicos.
El Conde Manrique muera., ,

DOÑA ELVIRA.
DON MANRIQUE. ESCENA VI.
Mira Señor, que te engañas
,
Bien harás
Y advierte que amor teciega. MADAMA LEONOR DOÑA ELVIRA. , En divertirte ,y podrás ;

No puede el Conde en seis'dias. Porque ya el alba nos mira. [Vase.)


Pues siempre ha estado en tus tiestas. LEONOR.
Hacer este casamiento ¿No dicen que está en palacio ? ESCENA VII.
A efeto de darte pena. DO.ÑA ELVIRA.
Concertado io tendrá Sí estará. Tu amor me admira. LEONOR.
Para en viniendo á esta tierra.
Y cuánto le está mejor!... LEONOR. Amor, amor, ¿por qué tellaman gloria.
¡

Quiero apriesa, doña Elvira, Siendo forzoso, amando, el mas querido


REY.
¿Cómo? O quiéreme el Rey de espacio. Vivir con celos y temer olvido ,
DOÑA ELVIRA. Afrentoso blasón de tu Vitoria?
DON MANRIQUE.
Como es tan grande el camino Entras á los principios de tu historia
Que casada sea.
Con dulcísimos pasos al sentido;
De un casamiento , es muy loco
REY. Quien no se va poco á poco. Mas, el estilo del hablar perdido,
¿Por qué? A
mitad ofendes la memoria.
la
LEONOR.
DON MANRIQUE. ¡Oh , qué duro capitulo los celos
Porque la podrás
Como apriesa desatino.
\ aquel imaginar ajenos gustos
Cozar. DOÑA ELVIRA. Quitando á la verdad confusos velos!
REY. En seis días... Y si se handeíemer,justosó injustos.
¿Cómo , si se queda LEONOR. Vuélvete, amor, tus gustos á tus cielos;
En esta aldea y me voy, ,
Pues ¿quién duda Que no quiero tu bien por tus disgustos.
ü á la montaña la lleva? Que es mas furioso el rigor
DON MANRIQUE. En los principios de amor? ESCENA VIII.
Después se templa ó se muda.
Yo daré un remedio.
DOÑA ELVIRA. DOÑA ELVIRA, músicos. — LEONOR.
REY.
Puede ser que su salud
¿Cuál? DOÑA ELVIRA.
Retire de vuestra alteza
DON MANRIQUE. Al Rey, y tanta belleza Los músicos han venido;
Escríbele, aunque te pesa, Causa dé á tanta inquietud. Y mas, que tienen lem[)lado.
A Iñigo el parabién... No hagamos mas diligencia. LEONOR.
REY. Por ventura está acostado. No dudes que han aceitado,
Para mal del novio sea. LEONOR. Y que mi ventura ha sido;
DON MANRIQUE. Jamás hombre enamorado Que á un iníiuieto corazón
Se fué sin pedir licencia. ()¡r teni|)lar un instrumento
Y que por su servicio.
di
Quieres que á servirte venga DOÑA ELVIRA. Ks darle mayor tormento
Este marido de Sol, Y doblalie la pasión.
Nunca los maridos son
Y á tu persona le acerca. Cantad algo , si sabéis
Galanes tan prevenidos,
Dale un olicio en tu casa Poriiue los tiene dormidos
De celos.

Que á su persona convenga: La segura posesión. UN MÚSICO.


Traerá la suya á la corle Ya en casa están , ya no están; Quien no lo sabe
Y podrás entrar en ella Tienen gusto y no lo tienen No sabe de amor.
Que servicios , y de un rey Porque cuando quieren vienen , LEONOR.
Conversación y asistencia Y en no (jueriendo se van. Sea grave.
Ruegos terceros, papeles.
, Hablo á vuestra alteza aquí
Joyas, honras y promesas {Ap. Ay celos !¿qué me queréis?)
Con lenguaje de casada i

Harán por fuerza [ra. Y no de reina, obligada (Siéntanse las damas, y cantan los mú-
Que un duro mármol se convierta en ce- sicos.)
De verla aíligiransí.
REY. LEONOR. MÚSICOS.
VuéKoniehas el cuerpo al alma. ¿No me pudiera avisar Ahora sabréis de celos, corazón;
diamante valiera
Si este De cualquier cosa (|ue hiciera, Que pensáis que son celos.
si
Don Manrique , seis ciudades, Para que yo no estuviera Infiernos del alma son.
, ,
; , ; , , , ;;,; , ,

258 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA IX, V á favor y á cortesía Que vos? Quién caballos? Quién
El no os haber acostado. Cuando las damas leven
EL REY, DON PEDRO, DON MANRI- Creodnie que me ha pesado En las calles y en las salas
Que me aguardéis hasta el dia. Lleva tantas bendiciones,
QUE.— Dichos,
Vo me entro. -Adiüs, caballeros. ( I ase.) Y en ellas tantos deseos?
REY. Y'opensé que estos trofeos,
¡Viiisioa ahora! ESCENA X. Vitorias, tiinnlbs, blasones.
DOÑA ELVIRA.
Eran mios desde el día
LEONOR, DOÑA ELVIRA PON MAN- Que me pedistes licencia
El Rey viene, ,

Para servirme. Paciencia.


REY, RIQUE DON PEDRO, MLSicos.
,
Sois hombre ; la culpa es mía.
¿Qué es esto señora niia ,
't
DON MANRIQUE. (Ají. á don Pcdro.) DON PEDRO.
LEONOR. Enfado lleva. ¿Toda una noche. Señora?
Esperaros hasta el dia DON PEDRO. Por mí no creáis que fuera
La que sin vos no le tiene. Notable. De noche donde no hubiera
,

REY, De amanecerme esta aurora.


DOÑA ELVIRA. ú la Reina.)
{Afi.
¿Que no os habéis acostado? Para estar en el terrero
¿Quieres que á uno destos hable?
LEONOR. Hasta que el sol me llamara.
LEONOR. Si el vuestro me despertara
Sin vos ¿ cómo'?
¿Como? (Que es vuestra la luz que espero),
DON PEDRO. DOÑA ELVIRA. Toda la noche estuviera
¡Extraño amor! Los dias primeros Desvelado; no por ver
(Ap. Yo pienso que esta Leonor Dio en servirme, y me ha mostrado La mas hermosa mujer
Mas viste azul (lue leonado.) Amor. Que en toda Rúrgos hubiera.
REY. LEONOR. Sacóme el Rey fui con él ,

Como el alba hermosa y pura Pues habíale, y sabe A la aldea que él contó;
Con música amanecéis. Dónde fué el Rey. Que cierto sol le llevó
LEONOR. {\anse la Reina y los músicos.) Que nunca amanece en él

Noche sov que me tenéis Y es porque en otro anochece


;

Con tan larga ausencia escura. ESCENA XI. Con (luien está desposada.
Dorad coa nuevo arrebol DOÑA ELVIRA.
Nubes de agua engendradoras, DOÑA ELVIRA DON PEDRO DON, ,
Mentira tan bien formada
Pues en venir á estas horas MANRIQUE. Algún crédito merece.
Teoeis condición de sol.
DON PEDRO. {Ap. á don Manrique.) DON PEDRO.
REY.
por Dios, Hoy la llave, No tenga de vida un hora
Cuando lo fuera
Don Manrique, el Roy me hadado;
,
Si no es el Rey el galán,
Que muy nuevo lo parezco,
Mirad sí importa agradar Y si á otros negocios van
Si en dos albas amanezco,
A los reyes en su gusto. Mis pensamientos. Señora.
Que son la del cielo y vos. Y aun los suyos son en vano,
Dos albas y dos orientes, DON MANRiQUE.
Y será su intención vana
En las Indias y en España Fuera de que hacello es justo
Que es de don Iñigo hermana
El sol dora y acompaña ; Es camino de medrar.
Que llaman el Castellano,
Pelo en cielos diferentes. DOÑA ELVIRA. Hombre de tanto valor.
Mal puedo en el vuestro solo Con vuestra licencia quiero , Que aun el Rey no le hace ofensa,
Lo que él en dos cielos hace. A don Pedro hablar.
LEONOR. DOÑA ELVIRA,
DON MANRIQUE.
Acostaos, mi bien; que nace
Pues ¿qué es lo que Alfonso piensa
Señora,
Con invidia vuestra Apolo Con ese imposible amor?
Vos la tenéis desde ahora.
Que habéis venido cansado. En el corredor le espero DON PEDRO.
REY. (Áp. á don Pedro.) Y mirad si hay otra cosa Mocedades.
En que os sirva esta merced. DOÑA ELVIRA.
¿Quién le ha dicho donde fui?
DON PEDRO. DOÑA ELVIRA. Pues ¿ahora
Que soy muy vuestra creed. Es tiempo de mocedades?
Sino ha enviado tras tí
Nadie puede haberla hablado. {Yase don Manrique.) DON PEDRO.
REY. Nunca con las majestades

Mi bien yo fui á ese lugar


ESCENA XII. Me pongo en puntos Señora, ,

,
Yo te he dicho la verdad
De noche,' porque temía DOÑA ELVIRA, DON PEDRO. Y te suplico no creas.
Al sol que el sol me podia
Si hacerme merced deseas,
;

En cuatro leguas matar. DON PEDRO. Ofensa en mi voluntad


Fui , pensando ser padrino
¿Qué mandáis, Elvira hermosa? Que es la que en mi pecho reina,
De una dama de un privado ¿Posible es que se ha ofrecido
Oi!e tengo y llegué cansado; DOÑA ELVIRA,
,
Én que os pueda servir yo? Tu mismo valor me abona,
5,0 os di cuenta jiorque vino ,

Tarde el aviso. (Ap. Por Dios, DOÑA ELVIRA. Don Pedro adiós, y perdona;
,

Que la verdad le confieso La Reina no los pidió, Que está esperando la Reina,
Porque se temple con eso, Y yo á vos celos os pido. DON PEDRO.
Y descansemos los dos; ¿Pareceos bien , es bien hecho
Dame un favor.
Que no hay gu.slo como hablar Que quien me ha dicho (¡ue soy
DOÑA ELVIRA,
bel agravio al agraviado. Su dueño y por él me estoy
,

En lo mejor de su pecho, Mi deseo


Cuando él está descuidado
De que le puede agraviar.) Toda la noche galán Y esta cinta.
Ande por Burgos perdido? DON PEDRO.
Pero fué tan encubierto.
Que pienso que me han burlado, Pero sois recién \enido, ¿Aun eso mas?
Porque ya estaba acabado Vei'us y liahl.ims querrán. Esta noche la verás
Cuanflo yo sufie el concierto. Tenéis mil alicioiíadas En las plumas del torneo,
Venid conmigo y creed ,
De la fama entre los moros, {Vanse.)
Que aunque de noche, estoy loco Y de haber dado á los toros
Del sol , con darme tan poco; Estos dias mil lanzadas.
Mas aunque tenga á merced ¿Quién ha sacado las galas
,! , ,,
; ! — ;, ! , ;

LA CORONA MERECIDA. 259


Sala en casa lie don ifíigo, en la aldea. I De su desposorio el día. La carroza y la litera
!
Y por dicha yo me engaño; Que de Toledo traia,
ESCENA XIII. Que el Rey trocará el amor Y algunos de mis criados.
'

En virtud que es gran señor,


; DON Alvaro.
DOÑA SOL, DON ÍSlGO, DON ALVARO. Y no puede hacer gran daño. Vuestros servicios pasados
Y algo se ha de confiar Fueron mi dote este dia.
DON ALVARO. De una mujer tan discreta.
¿Carta tenéis ? Drava cosa
Vamos, Sol que ya tenemos
;
;
La virtud no está sujeta Concertada la partida.
DON Í.ÑIGO. Ni á la tierra ni á la mar Porque el alma agradecida
En la iglesia me la dio Ni á todo el poder humano. A tan gran señor mostremos.
Un hidalgo quo envió Esta es mujer virtuosa.
.
^
Rien estaba conocido
Su montero de Espinosa Que furor de ser hermosa
al
Que á quien á tal sol llegara,
Y quiero albricias pediros Lleva la rienda en la mano. Cualquiera rey estimara
De la parte que os alcanza. DOÑA SOL. Como de Alfonso lo he sido.
DON ALVARO. Mirad Conde, qué ha de hacer
, Dirá quien ve lo que pasa.
Si no acetáis la es|)eranza Don Alvaro. Que ansi á levantarme prueba,
Y eldeseo de serviros, DON ÍÑlGO. Y de junto al sol me lleva
Mi mayorazgo tomad Para servirle en su casa.
Hermana mia.
Sujiuesto que todo es poco. Vamos, y poneos gallarda,
Partirse este mismo dia
¿Ya por la parte que os toco Porque él Rey eche de ver
Con vos, que sois su mujer,
Me ha honrado su majestad? Que supe elegir mujer,
Y besar al Rey la mano.
DON IÑIGO. Y qué camarero aguarda.
DOÑA sol.
Por lo que vos merecéis DOÑA SOL.
¿Y' después?
Señor don Alvaro, es llano; ¿Ha dicho mi hermano ya
DON IÑIGO.
(Jue no porque sois mi hermano. ÍMmo habéis de entrar,' Señcr?
I Servir después;
DON Alvaro. DON IÑIGO.
Que es el mayor interés
Vos loque gano sabéis. I

De un hidalgo castellano. Que sea presto es mejor,


j

DOÑA SOL, » Y antes que se sepa allá.


DON Alvaro.
Dejemos los cumplimientos, Para no dar ocasión
No sé dónde mi alegría A tantos deudos y amigos.
Y esa carta nos leed.
j

Puede caber en mi pecho.


¡
Ni á tantos falsos testigos
DON IÑIGO.
I
El alma es corta, y estrecho De mi perdida opinión.
Aun no iguala la merced Mi valor; la sangre mia
DOÑA SOL.
A vuestros merecimientos. No alcanza; mi "entendimiento
(Lee.) «He .sentido, como es razón, Ciega mi vista mi lengua ;
Vamos; que ya no hay en mi
«quenome hayáis dado Teme de caer en mengua Voluntad ; vuestra es": partamos.
parle del casa-
jimienlo de vuestra hermana , sabiendo En tanto encarecimiento. DON Alvaro.
ícuáuá mi cuenta estaba honraros; pero Sola mi memoria pueda Gran señor á servir vamos.
vpara que entendáis lo que va del amor Tener la que es justa ley,
" (Yansedun Iñigo y don Alvaro.)
))del señor al del criado, hago á don Álva- Pues de servir á mi rey
))ro,vuestro cuñado, mi camarero ma- Tanta memoria me queda. ESCENA XIV.
))yor, ansípor sus méritos como por sa- {Hablan bajo don Alvaro y don Iñigo.)
utisfacer vuestros servicios y pues. yo ;
doña sol. (Ap.)
DOÑA SOL.
j>pongo casa, es razón tenga cerca de ini
«persona tales cabal leros en ella: á quien ¡ Ay, cómo me
dice el alma, ¡Qué alegre parte! ¡Aydetí!
.\lfonso, que son fingidas me manda amor

>doy el parabién. Diososguarde. El
Estas honras mal nacidas.
Mil veces
Decir lo que el Rey intenta
y>Rétj.y>
DON ALVARO.
Que |)onen la nuestra en calma Pero es linaje de afrenta
¿Qué decis ? No llamas sin ocasión Probar á nadie el valor.
DON
X don Alvaro á tu casa Donde hay amistad jurada.
ÍÑIGO.
Si el Conde por esto pasa. Por ver lo que el otro piensa,
Esto que digo. Bárbaros los hombres son. No se ha de decir la ofensa
DO.N ALVARO. ¡Ay mi bien! temo tu muerte. Ni se ha de probar la espada.
¡Yo camarero mayor No te llaman á servir; Callar tengo prometido
DON IÑIGO. ¿Si tellaman á morir? Cuanto pueda suceder:
Desdichada fué mi suerte. Seré la primer mujer
Basta que el Hey, mi señor.
;

Es bueno para enemigo. Querrá el Rey quitar tu vida Discreta con su marido.
Nunca estando muy contento,
,
De enmedio ile su deseo;
Mis servicios ha pagado; Y será mayor rodeo
Y ahora estando enojado
,
De .su es|)eVanza perdida.
Salón del alcázar de Rúrgos.
Del secreto casamiento Vive tü, que has de vivir
.

(En que conozco que erré, En mi alma eternamente. ESCENA XV.


Pues licencia no pedi). Si estuviese de ti ausente,
Nos ha honrado á vos y á mi. Y no pudiese morir. LEONOR, DO.ÑAELVIR.\.
¿Si le diré lo que pasa?
DON Alvaro. Ño ; que es fuerza obedecer LEONOR.
Sol, ¿qué es aquesto? Al Rey, pues no puede hacer Extremada vida es esta;
DOÑA SOL. Menos que entrar en su casa. Pero no hay de qué me espante
No sé. Pues callar, ¡qué crueldad! Que á la nodie se levante
Servicios son de mi hermano, Pero ¿qué crueldad mayor Quien salido el sol se acuesta.
Que los ha pasado en vos Que anticipar deshonor' ¿Es hoy, Eh'ira. el lomeo?
Por enojos de los dos. A una inocente lealUid ? DOÑA ELVIRA.
DON IÑIGO. {Ap.)
Vamos; (|ue yo haré de suerte, No, Señora quo ha dormido
;
Pidiendo remedio á Dios, El Rey como quien ha sido
¿Qué intenta el rey castellano?
Que sea igual en los dos. Galán sobre tal de.'íeo.
¿Qué es esto? Mas ¿que me estov
Deshaciendo? Qué he de hacer'?
Como la vida ,la muerte.
Pagado te ha con el dia
De don Alvaro es mujer; DON Alvaro. Lo que la noche faltó.
Ni es mia ni suyo soy. ¿Iré bien desta manera? LEONOR.
La sangre que mia tenia DON IÑIGO. i Si el Roy, Elvira, pagó,
Y' de mi padre heredó, Iréis por extremo bien j
Señal es que me debia
Su marido la cobró, Y podéis llevar también Amores.
; ;, ) ! ! ;

210 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DOÑA ELVIHA. LEONOP. LEONOR.
Debia, bien dices. Si él loha dicho, cosa es clara. I ¿Cómo os va?
¿Como podrá remediarse? REY.
LEONOR.
DOÑA ELVIRA.
Como con vos,
De mi ofensa es lo que digo.
Que mi
sois sol y mi esfera.
DOÑA F.LMRA. Mostrándole al Rey amor; {.\p. Miento ; (¡ue mejor me fuera
Sí: pero con el castigo
Que tú gozas y él desea. Con la que viene, por Dios.)
Del agravio te desdices.
Pero no has de hacer que crea
LEONOR.
;.Qiié"es tanto tiempo tener
Flaqueza de tu valor.
Gran merced de vos recibo.
Én los brazos al que agravia? LEONOR.
Sois mi luz.
LEONOR. ¿Cómo? REY.
Es venganza en mujer sabia. DOÑA ELVIRA. Vos sois mi estrella.
Cuando es la propia mujer; En
dárselo á entender (.4/3. ¡ Oh
llegara ya aquella
si

Que si aborreced marido, Que en viendo mujer celosa. Por quien estoy muerto y vivo!)
¿Qué castigo ni qué lazos No hay para los hombres cosa, LEONOR. {Ap. á doña Elvira.)
Cómo tener en los brazos Y mas si es propia mujer. ¿Voy bien?
Lo que tiene aborrecido? Que los desatine tanto, DOÑA ELVIRA.
DOÑA ELVIRA. Y obligue á cualquier desprecio. Es el propio modo.
De cualquier manera acierta LEONOR. Venccrásle.
La que le regala en ellos j
Amor con celos es necio. LEONOR.
Que no se alcauza sin ellos De que ya callo me espanto. No lo creo.
Lo que en ellos se concierta. DOÑA ELVIRA. REY. {Ap.)
Retirarse con los celos Si tarda el bien que deseo,
Pues cuéntate por perdida.
Y dividir el estado, Declararéme del lodo.
LEONOR.
Es libertad del casado,
Y de la casada duelos ¿Es esa la del aldea? ESCENA XVII.
Que ella en soledad le llora, DOÑA ELVIRA.
Y él se alegra en compañía. ¿Cuál otra quieres que sea?
DON MANRIQUE. —Dichos.
LEONOR. LEONOR. D0.\ MANRIQUE.
Llegarse á quien se desvia Don íñigo el conde pide
Pues ya estamos de partida:
Mucho del amor, desdora. Quedaráse en Rúrgos ella, A vuestra alteza licencia.
Tibieza en Alfonso, Elvira, REY. {Ap. á don Pedro.)
Yirémeá Toledo yo;
Tan al principio, no es bueno. Y ¿cuál hombre se ausentó. Que topase en la presencia
O vino á mi pecho ajeno, Que no olvide á la mas bella?
¡

De la Reina!
U otra causa le retira. DON PEDRO.
Ya se duerme si le hablo, DOÑA ELVIRA.
Y' tan helado se junta. Esa verdad concedo.
te ¿Qué te impide?
Que mil veces me pregunta Si á cortes quiere llamar DON MANRIQUE.
Una razón y un vocablo. El Rey, cuando quiera hablar Tu camarero mayor
Pues quien'no escucha en la cama Burgos, hablará Toledo. Viene con él.
Donde hay tal silencio, Elvira, LEONOR. LEONOR.
O tiene amor con mentira, Oh qué contento me has dado ¿Habéis hecho
¡

O en otra parte la dama. Camarero?


Trato estas cosas, amiga REY.
Como el alma de mi pecho.
ESCENA XVI. Satisfecho
De la nobleza y valor
DO.ÑA ELVIRA. (A]).) EL REY DON PEDRO. —Dichas.
,
De un caballero asturiano.
¿Posible es que á quien me ha hecho
REY. {Ap. á don Pedro.) Deudo del rey de León
Tanta merced, no le diga
Y mió,, por ocasión
La causa de su tristeza? ¿Que don Alvaro ha venido? De ser íñigo su hermano...
Desleal soy.
DON PEDRO. Digo, que le dio su hermana
LEONOR. Toda su casa ha traído. Doña Sol en casamiento...
¿Qué decias? REY. Y por ver en este intento
DOÑA ELVIRA. ¿De quién viene acom.pañado? La nobleza castellana,
Que pongas. Señora, espías Hice, Señora, elección
DON PEDRO.
Estos (lias á su alteza. De don Alvaro Lain,
El Conde viene con él. Que es benemérito, al fin,
Porque ha dado en ser galán
De una recien desiiosada. REY. Entre muchos que lo son.
LEONOR. La Reina, Pedro, está aquí. LEONOR.
¿Por tu vida? DON PEDRO. ¿Es esta Sol, doña Elvira, {Ap. á ella.)

DOÑA ELVIRA. ¿Qué puede entender de mí? La que dices?


Bien sabes que soy fiel. DOÑA ELVIRA.
Todo es nada.
LEONOR. Señora. Sí,
Muy en el principio están;
Mas Señor mió... LEONOR.
será bien alajalle.
LEO.NOR.
REY. Luego ¿irá á Toledo ahora?
¿Quién es? ¡ Oh mi señora DOÑA ELVIRA.
DOÑA ELVIRA.
LEONOR. Lo que te he avisado mira.
Doña Sol se llama. ¿Cómo os halláis? LEONOR. {Ap.)
Hermosa y bizarra dama, REY. ¡ Triste de mí ! muerta .soy.

De divino rostro y talle. Como quien


Yo veré tu discreción "* Tiene en vos todo su bien.
ESCENA XVni.
Si disimulas. {Ap. Digo, en la que viene ahora.) DON íiÑTGO, DON ALVARO, DOÑA
LEO.NOR. LEONOR. SOL, ACOMPAÑAMIENTO. — Dichos.
¿De qiiií'n ¿Habéis descansado?
Sabes que la quiere bien? REY.
DOÑA ELVIRA. Sí; DOÑA SOL. {Ap.)
La mas sutil invención Que el alma en vos descausó. Qué turbada
!

Que pudiera imaginarse (.1;;. ¡Igual descansara yo


Hice á don Pedro de Lara. En esta que viene aquí !
1 2 Faltan un verso y un hemistiquio.
;!! ; , ; ; : ; , ; ,;
; ;,
, , ;

LA CORONA MERECID.A. 2tl


De verme en palacio estoy Voy á acompañar la Reina Vencer amor con engaño?:,
DON IÑIGO. Vedme después. Porque es cobarde y desnudo
Dadme, Señor, esas manos. DON ÍÑIGO. {.^p.) Apolo á Dafne Pene'a,
nON ALVARO. Tiemblo. A Porcia el cónsul Octavio,
Uno solo y otro sabio :

Y á mí esos pies grau Señor.


,
DOÑA SOL. {Ap.)
¿Qué habrá que posible sea?
REY. Temo. Dióse Sofronia muerte. la
Mi camarero mayor, LEONOR. L\p.) Huyendo al príncipe Decio;
Alzad. Yo me abraso. Hizo Raldraca desprecio
DOÑA ELVIRA. (Ap.) REY. (.4;).) De Otón de la misma suerte;
,

¡ Ay
consejos vanos Yo me quemo. Viendo que el padre la emplea
LEONOR. {Ap. á doña Elvira.) LEONOR,
En hombre que no la amó,
{.^p.)
Celos viven. Fara llorando cegó :
¿Esto tengo de sufrir?..
REY.
¿Qué habrá que posible sea?
DOÑA ELVIRA. {.\p.)
Si Dula con una toca
Señora, haz peclio español. Amor reina.
Se dejó matar primero
REY. {\anselos reyes.) Si á Hipólito en el mar fiero
Reina, haced sentar á Sol. DON IÑIGO. Le despedazó la foca,
Vamos, Sol. Y si Es[iurina se afea
DOÑA SOL.
DON ALVARO. El rostro con mil heridas,
Señor, yo os vengo á servir.
Contento estoy. Y se quitara mil vidas,
LEO.NOR.
{Yanse doña Sol, don ín/go y don Al- ¿Qué habrá que posible sea?
Sentaos, Sol.
varo.) Si Cíane y Medulina
REY. A sus padres degollaron.
Sol, sentáog DON MANRIQUE.
Porque, ciegos, las gozaron.
La Reina lo quiere ausi. El Rey se abrasa.
Del vino, que á amor inclina;
LEONOR. {Ap.) DON PEDRO. Sino pudo Estenobea
Rasla ; que estamos aquí A Sol mira. Vencer á Relerofon,
Celos y amor en saraos..^ DON ¡ÜANRIQUE. Ni aquel romanea Damon,
REY. ¿Qué os ha dicho doña Elvira? ¿Qué habrá que posible sea?
A don Alvaro cubriera, DON PEDRO. DON PEDRO.
íñigo, á no ser criado :
Que muy en su gracia estoy. Verdad es que tu paciencia
Mucho en verle me he pagado. Gran Señor, tiene la culpa
DON MANRIQUE.
DON IÑIGO. Relia es Sol. Aunque es bastante disculpa
Señor, quisiera que fuera DON PEDRO. Una honrada resistencia,
El mayor César del mundo, De un ángel copia. ün año y mas, desde el día
Porque tuviera valor Que en la gran Toledo entraste,
DON MANRIQUE.
Para serviros, Señor; Vencer á Sol procuraste
Pero en su lealtad lo fundo. Mucho temo que este sol Con ruego y la porfía
el
No es muy rico caballero; A nuestro rey español Y con ser verdad ansí
Pero su antigua nobleza Nos le ha de hacer de Etiopia.
Que dos solsticios pasó.
Sangre ha dado á vuestra alteza. Nunca este sol acabó
REY. De querer hacerle en ti.
Darle con que viva espero. En los ejemplos que das.
Sea, Sol, para bien vuestro ACTO TERCERO. Con que su alabanza intenfrs.
El casamiento. Griegas y romanas cuentas
DOÑA SOL. Pero españolas jamás
Señor,
Salón del alcázar de Toledo. A principes poderosos
Hicieron ese holocausto
Vos solo tenéis valor.
Vos solo sois el bien nuestro. ESCENA PRIMERA. De sus vidas por un : casto
Hallarás dos mil viciosos.
REY. EL REY, DON PEDRO. REY.
Reina, dalda el parabién.
Sol merece que la honréis. DON PEDRO. Don Pedro ya tuvo hermana
,

LEONOR. Pues Hércules sujetó Algún castellano rey,


Las estinfálidas aves, Qiie á un bárbaro de otra ley
Yo sé que el bien que tenéis,
Sol, es de todos el bien. Y pues Jason en las naves La dio con fuerza tirana
El marfurioso allanó Y resistiendo al marido
Goceisos por muchos años.
Pues á la sierpe Lernea, Que bajase mereció ,

DOÑA SOL. Del cielo un ángel que dio


El hero toro y dragón ,

Esos vuestra alteza viva, Temor al moro atrevido.


Trajo á humilde sujeción,
Y mil coronas reciba Ni menos merece gloria
¿Qué habrá que imposible sea?
De otros mil reinos extraños. Por sus mujeres España
Los griegos con sus engaños.
REY. Por aquella hurtada joya. Que hay muchas, conio esta hazaña.
Aposenten en mi ca^a Rindieron la antigua Troya Dignas de eterna memoria.
A don Alvaro. Con paciencia de diez años. Mas cuando ninguna hubiera
LEONOR. {.\p.) A la corriente Letea Doña Sol sola bastara

De Orfeo detuvo son Para que Roma callara


Esto es hecho el
Si la lengua calla, el pecho Jérjes abrió el monte Aton: Y Atenas enmudeciera.
Hoy coniü Troya se abrasa. ¿Qué habrá que imposible sea? Yo muero al cabo de un año
Irme es mejor. En el romano teatro Que la vi y de suerte nmero,
,
{Levántase.)
REY. Conoció un león á un hombre; Don Pedro", que mas la quiero
De Semiramis el nombre Mientras mas me desengaño.
¿Dónde vais? Mi camarero mayor
Romijió los muros de Ralro;
LEONOR. Hice á un monlañés hidalgo.
A Jason venció Medea,
v,No basta para visita
A Aníbal venció Sagunto, Que si me ha servido en algo
De criados? Y merece mi favor.
Alejandro al mundo junto
DON PEDRO. {Ap.) ¿Qué habrá que imposible sea? Otros en la fiera guerra
¿Qué le incita? Del rey de León mi tio. ,

REY.
REY.
A quien debo el reino mió
A Penélope no pudo Y posesión dest;i tierra,
Muy bien venidos seáis. En ausencia de veinte años. Y aun la vida que pequeño ,

L-i. 16
,, ; ; : ,.,
; ; , , ;, !; ,
, !

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Nifioquitnrme ¡nieiiló. Que quizá la eclii>sarás. LEONOR.
Hallara niasdiiiiios yo, Sabe Dios que estoy corrido Como tanto al sol andáis
\ menos amor enseño: De aconsejarte tan mal ¡Qué mucho que la tengáis
Toilo á eleto de obligar Mas veo á nú rey mortal Indispuesta cada dia!
A uiía mujer, y no puedo. Enfermo, loco y perdido, REY.
DON PEDRO. Y procuro su salud. (Ap. Algo madama Leonor
Mas presto pudo á Toledo REY. De doña SoLha sabido.)
t»iro AH'onso conquistar, ¡ Av Pedro! no digas eso. Poco, Señora, he salido
Con¿er tal su íorialeza. Tu lealtad tu amor conlicso.
, Al sol... Mas diré mejor
REY. Tu piedad y tu virtud. Que al sol de vuestra belleza
¿Que causa puede tener Eres mi amparo no pares. ; Tanto me suelo poner.
Igualar esla nuijer Pues ves que ayuda me das. Que de eso podría ser
La crueldad y la lielloza? DON PEDRO. El tlolerme la cabeza.

D0>' PEDRO.
Como esas cosas verás LEONOR.
Mientras á Sol no gozares No es mi sol el que os ofende,
La que le lie dicho mil veces
Querer tanto á su marido.
Mas dame tú que te ame Que ese apenas os calienta
Pues no le pone en olvido Y que pase amor por ti Otro mas bajo lo intenta
Lo mucho que tú mereces.
Que luego dirás de mí Y mas sobre vos se extiende;
Que he sido tercero infame. Que como tan bajo está ,
RF.Y.
REY. Alcanza mas á ofenderos;
¿Será ausentarle de aquí Que mal puede daño haceros
Algún remedio? Pedro, bien puedo decir
Que es de poco entendimiento El que por alto se va.
DON PEDRO. REY.
Quien castiga el [lonsamiento
INinguno. Y olcnde por venir.
lo Sí es bajo aseguróos yo
,

REY. Vote á vestir esos moros. Que no os ofenda una tilde.


¿Pues no ha de haber, Pedro, alguno Finge esas cartas, y luego Ni ofende sol que es humilde
Para dolerse de mi? Saquea , rompe y pon fuego Rey que el vuestro mereció.
¿ Ha de morir un rey vuestro A mi riqueza y tcíoros. LEONOR.
A manos de la hermosura Tú no eres el cauteloso Quejaisos de la cabeza,
De una mujer, que es tan dura , Sino el que me da remedio; Y por eso habia pensado
Como en mis desdichas muestro? Tú eres la virtud en medio, Que es de andar asoleado.
DON PEDRO. Y' yo el extremo vicioso.
REY.
Si tú pudieras poner
Ansí agradezco tu celo.
Que ciiando falle á tu amor Engañóse vuestra alteza
En peligro de la vida Que aunque es el tiempo en sus leyes
A don Alvaro, rendida Muera á manos de un traidor.
Igual, mas son las calores
Vieras su esquiva mujer; DON PEDRO.
Del sol para labradores
Que es cierto que por libralle. Que vivas le pido al cielo.
Que para frente de reyes.
Aventurara su honor ; Aquí aguarda que en un punto
;
Y esto está bien hasta aquí.
Y ansí, prendelle es mejor Verás ios moros y el pliego. Si no es desafio español
Que no intentar ausentalle. REY. Porque nos partan el sol.
Sabe Dios que me pesa
lo Ven preslo. LEONOR.
De ayudarte en este engaño DON PEDRO.
Pero considero el daño Gran parle me toca á mí
Haz cuenta que llego Aunque me juzgáis ajena.
De no salir con tu empresa; Al bien que pretendes junto. (Yase.)
Que eres mi rey en eielo. Del sol que hiere á los dos
Porque, aunque os abrasa á vos.
REY. ESCENA II.
Soy yo quien siente la pena.
Con qué causa podré yo
;,

Prendelle, si no la dio EL REY. ESCENA IV.


En público ni en secreto?
¿Enviarle no es mejor. ¿Quién es amor? Infierno de la vida. DONÍÑIGO,DON ALVARO. — Dichos.
Como David hizoá Urias?... ¿Dequién nace? Del ciego atrevimiento.
DON PEDRO. ¿De qué vive? El favor es su alimento. DON ÍÑIGO.
Mucho Señor, le desvias
,
¿Qué fuerza tiene? Estar al alma asida. Los caballos han llegado
De la luz de tu valor. ¿Da muerte amor? Amoreshomicida. Que envia el rey cordobés,
IS'o quedó ese ejemplo escrito
¿Da vida amor? Mezclada con tormento. Y de todos ellos es
¿Dóndeasiste?Enelciegoenlendimiento. El mas gallardo el melado.
Para darte esa advertencia ;

Imita su penitencia, Pues ¿algo tiene amor? Gloria ungida. De telas de plata finas
Y no imites su delito. ¿Qué tiene bueno amor? Algún secreto. Las cubiertas con mil franjas,
Todo lo vence amor, griegos y godos. Y de hechuras de naranjas
REY.
Nadie se escai)a el mundo está sujeto.
,
Rorlas á las cuatro esquinas.
Pues ¿qué industriame darás ¿Con qué engaña el amor? De varios
Para prendelle? Verlos podrá vuestra alteza
[modos. Desde aqueste corredor.
DON PEDRO. ¡Oh amor! vuelve por ti; dime, ¿á qué REY.
Vestir [efeto
Dos moros, que han de venir Todos le infaman y te buscan todos? El moro muestra valor
Cuando tú en consejo estás Y agradec ida nobleza.
En Otra ocasión y dia, ESCENA III. ¿Son los doce que me escribe?
Con una carta imitada DON ÍÑIGO.
Que Almanzor, rey de Granada, LEONOR. — EL REY. Si , Señor.
Has de decir que fe envia REY.
LEONOR.
Y con ella otra también. Dad el melado
Que de don Alvaro tenga ¿Cómo se halla vuestra alteza? A don Alvaro.
Firma falsa y que contenga,
REY. DON ALVARO.
Una traición." Mejor, mi bien , me he sentido. Obligado
REY. LEONOR. Queda el que de tí recibe
Dices bien. ¿Durmió bien? Caballo de tanta eslima ,
DON PEDRO. REY. A emplealle en una hazañn.
Con esta le prenderás Rien he dormido LEONOR. {Ap.)
Y al querer darle la muerte. Duéleme algo !a cabeza, ¡Con qué lisonjas le engaña
Vendrá doña Sol de suerte, Y entretenerme querría. Con qué favores le anima
, ;
. — —
, , ,! ,, ; , ! , ! « , ! , ,

LA CORONA MERECin.\. 2Í-Í

¡Pobre marido , ¡nocente DON PEDRO. DON MANRIQUE.


De la traición (leste ingrato! Gran Señor, ¿en qué reparas? Suya parece , Señor.
Mas quiero hablar con recato DON ÍÑlGO. (.4/>.) DON Í.ÑIGO.
Qne (}uien ama luego siente Misterio la carta tiene. A mí también. {Ap. Esto es hecl.o.)
A quien de su amor mormura.
LEONOR. DON Alvaro.
REY.
Señor, ¿de qué os alteráis? Mi letra habrá contrahecho
Dien está empleado en vos Y mi firma algún traidor.
REY.
Pues que conmigo, por Dios Y' á quien dijere que es mía.
Don .íl varo...
Tenéis la opinión segura. Osaré decir que miente,
DON ALVARO.
LON ALVARO. Y manda que lo sustente
Gran Señor...
A merced que me hacéis
la
REY.
En campo á tercero dia.
Quede íñigo obligado, REY.
í'.omo fiador abonado ¿Túhas escrito á Almanzor ?
le
Donde tu letra es testigo,
De que pagado seréis DON ALVARO.
¡Traidor! en tu infame hazaña,
Que yo no basto por mí Pues ¿eso me preguntáis? No iniiM)rta el fuero de España
Siendo la misma humildad. REY. Ni so ha de entender contigo.
REY. Almanzor me escribe aqui — Llevadle preso.
Yo os tengo gran voluntad. Esta carta... DON Alvaro.
DON ALVARO.
Señor,
ESCENA V. Movimiento Déjame siquiera ver
Ni primero pensamiento La carta.
DON PEDRO, DON MANRIQUE.— LOS Tuve de escribirle. DON ÍÑIGO. {Ap.)
REYES, DON ÍÑIGO, DON ALVARO. REY. ¿Que puede ser
¿Ansí? Que es don Alvaro traidor?
DON PEDRO.
DON ALVARO. No lo creo.
Dos moros están aqui. VIVAR.
Sí Señor. Yo ¿para qué
,

REY. Tengo de escribir á un moro? Un mensajero


¿Son, Pedro, los que han traído REY. Cristiano llegó á Granada
De Córdoba los caballos? Lee esta carta. Con esta carta, sellada
Porque luego saldré á hablallos. {üon Alvaro la mira.) De tu mismo camarero.
DON PEDRO. Si es este ó no, no lo sé.
DON ALVARO. Habló al Rey en gran secreto,
Eso, Señor, no he sabido. El Dios que adoro
Estos de Granada son, De que resultó el efeto
Y de quien vivo en su fe, Que en tu presencia se ve.
Y traen cartas de su rey. Como cristiano primero
REY. REY.
Y luego como quien soy,
Mande á la muerte que hoy Mira lo que dice el moro.
Aunque de diversa ley
Y de bárbara nación Me llegue al punto postrero, DON Alvaro.
En fin son embajadores. Si tal escribí , ni puedo Leeré la carta , Señor.
Dadnos sillas y entren luego.
,
Imaginar lo que sea. {Lee.) Por otra rey Almanzor, ,

Y que los oigáis os ruego. (A la Reina.) REY. {Leyendo otra carta.) »Que te ha dado Maniloro,
LEONOR. ¿Es posible que se crea )jSabes que tengo deseo
Haceisme dos mil favores. De un cristiano tal enredo? «De dar á Alfonso la muerte,
Qué es lo que mis ojos ven »Y la corona ponerte
¡

ESCENA VI. »Que en su indigna frente veo.


DON ÍÑlGO.
»V espanta tu remisión
Señor, ¿mi cuñado escribe miedo,
))No sé si diga tu
VIVAR Y ORDOÑO , vestidos de inoros.
Al rey Almanzor?
— Dichos. REY.
«Pues llegar hasta Toledo
«Puedes en esta ocasión.
VIVAR.
No vive «El Rey alcalde me ha hecho
Seguro aun quien hace bien. «Del alcázar; esta parte
Alfonso, que guarde el cielo
Don Alvaro, ¿qué es aquesto? «Puedo en llegando, entregarte,
,
Para bien de tus cristianos.
Después de besar tus manos... DON ALVARO. «Que es mas que entregarte el pecho
Pues ¿puédolo yo saber? «Daré en rehenes, si quieres,
REY. «A doña Sol, mi mujer...»
DON ÍÑIGO. {Ap.)
Alzaos, amigos , del suelo.
Ah hermosura de mujer
— ¿De qué me sirve leer.
VIVAR
¡
Ni (jue tú á matarme esperes? ^
¡En cuanto daño me has puesto! Esla es letra contrahecha.
El granadino Almanzor... Todo viene por aquí.
r.EY.
Yo no la he escrito.
REY.
REY.
Tomad asiento primero. Lee esa carta.
Qué bien tinge el escudero ¡Traidor!
¡ DON Alvaro.
{Ap. á don Pedro.) Para disculpar tu error
Ya leo.
DON PEDRO. Ninguna cosa aprovecha.
{Lee recio.) «Mil dias há que deseo
>jQue sepas mi amor de mi,
¿Qué os parece, Leonor mia,
Es otro Ulises Señor. ,

)Á' Desla maldad?


VIVAR. llegando la ocasión,
«Verás si aquesto es verdad, LEONOR.
Aqueste pliego te euvia.
»Pues yo te guardo lealtad Que merece
REY. bY tus vasallos traición. Pasar por lo que este ofrece,
¿Tenéis algo que tratar? ))Don Alvaro, camarero Quien de tales hombres lia.
VIVAR. »Tuyo, esta carta me escribe.» ¿Til eres caballero üifame
, ,

Engrandecer y alabar — Señor, el cielo me prive A tu rey? á quicu te alzó


Tu grandeza y cortesía, De vida... De la tierra ?
Y decirle que apercibe REY. DON Alvaro.
Para tu esposa un presente. ¡Oh mal caballero! ¡
Que oiga yo
Que hasta el fénix del oriente No prosigas; que esta carta Que esto su alteza me llame
Que solo en el mundo vive Tuya es , la firma es tuya. Siendo la misma inocencia
Pienso que en él te previene DON PEDRO. ¡Abiavidia!
Entre tantas cosas raras. LEONOR.
Muestra á ver. La letra es suya.
{Lee para sí el Rey.) Ansí las líneas aparta. Llevadle luego.
! , , ; , —
, ; ! ; ,

í)l-i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DOX IMGO. REY. I
nrv.
Déjamele hablar, te ruego. Vos no sois aqui cnli)ado. Licito es que un rey que muere.
viva
líF.Y. DON ÍÑIGO. DON PEDRO.
Ilaiiln yo te doy licencia.
;
Antes yo la causa he dado: Excuse de morir el Rey, y viva.
noN IÑIGO. {Áp. á don Alvaro) Creeranlo vuestras altezas; REY.
Porque si yo no tuviera Las pasiones del alma ¿no le excusan?
Don .\lvaro ya he caiilo ,
Lo que tuve por mi mal,
Kn la razón porque has hecho DON PEDRO.
Nunca sucediera tal
Ksta maldad que es despecho .
NidonÁlvaromuriera.(V«Sí//<'rífnf/fl.) Luego ¿ya la razón no puede nada?
l;e haberte el rey ofendido. REY.
LEONOR.
Pero ¿qué importa su ofensa ¿Qué puede la razón si eslá sujeta?
Llorando va.
Si de parte de tu esposa
REY. DON PEDRO.
Casta , honesta y virtuosa,

Hay tan seiiura defensa? No lo entiendo. No puede estar sujeto el albcdrío.


hila es un aniíei y ha hecho ,
LEONOR. REY.
I.o que pudo la romana Piadosa soy ; yo me voy. ¿Nunca has sabido tú lo queamorpuede?
]>e mas valor que es mi hermana :
REY. DON PEDRO.
\ soy alma de su pecho. Por prender á Sol estoy. Ya sé que puede amor lo que la ira
Soy Iñigo, que por honra Y
LEONOR. otras pasiones naturales nuestras
Me llaman el Castellano, Que se pueden sufrir y resistirse
Y hermana de tal hermano De que laprendáis me ofendo. ;

No lo hagáis, por vida mia. Pero ay de quien se deja llevar dellas!


¡
No puede hacer tal deshonra. ¡

Echaráslo bien de ver. REY. REY.


I

En que si te deshonrara. Por vos la doy libertad; Pesado estás, habiéndome tú puesto
Nunca el Rey te castigara
I

i
Que á fe que desla maldad En aquesta invención.
Respeto de til mujer. ¡
Alguna parle tendría. DON PEDRO.
DON ALVARO. (Vase la Reina.) Harto bien dices,
¿Que el Rey pretende á mi esposa? —Id , Manr¡([ue, y en la torre Y esto es lo mismo que te dije.

voy IÑIGO. De Visagra le poned. REY.


Moros, yo os haré merced ¿Cómo?
¿No lo sabias?
Ya veis el tiempo que corre. DON PEDRO.
D0\ ALVARO. I

Venidme mañana á ver.


!
Que ya dices que yo la culpa tengo.
No, hermano. VIVAR. REY.
DON IÑIGO. Mahoma Señor, guarde.
, te Pues ¿para qué me matas y me animas?
Mal hablé.
(Vanse Virar y Ordoño.) DON PEDRO.
DON ALVARO.
DON ÁLVAliO. {Ap.) Porque negar no puedes que te engaña
No ha sido en vano
Esta traición cautelosa. Cuando el sol arde, hace alarde La luz de la razón, que no conoces,
Quitarme quiere la vida. De nubes para llover. _ En viéndote perdido de remedio.
Sol , notable desventura
DON ÍÑICO. ESCENA VIII.
Me vino de conocerte.
¡Qué arrepentido he quedado Que el cuchillo de mi muerte
De habértelo dicho ¡

Se alilase en tu hermosura UN PAJE. — EL


REY DON PEDRO; ,

DON ALVARO. Mas, pues nos hemos amado. después, DOÑA SOL y EL ESCUDERO.
Has dado Hagamos , Sol , una cosa :

PAJE.
Luz á un alma que ofendida , Yo muero por ser tú hermosa,
De confusión, no acertaba Muere tú por ser yo honrado. Doña Sol viene aquí.
A salir de 3(jueste enredo. {Don Manrique se lleva á don Alvaro.) DON PEDRO.
Esa es la causa. ¿Que puedo ¡Mira si obra!
Hacer? Hoy mi vida acaba. ESCENA VII. Fingete grave.
Sol , Iñigo , es virtuosa. REY.
Yo lo sé ; mas los casados EL REY, DON PEDRO. Fingiréme piedra;
Son mil veces desdichados Mas no podré. Di que entre.
Que tienen mujer hermosa. DON PEDRO. (lase el paje.)
Dame esos brazos, y di A compasión me mueve. Ahora creo
A Sol que muero por ella; REY. Que voy derecho al fin de mi deseo.
Mas que me holgara de vella ¿Do qué modo {Salen doña Sol y su escudero.)
Menos bella para mí. Puede moverte á compasión don Alvaro? DOÑA SOL.
Suelen los que aman decir DON PEDRO. No te pido con lágrimas mi esposo,
Que los mata, ó lo procura, Nohabiendode morir, temblando quedo Ni que de mi dolor tengas mancilla.
be su dama la hermosura, El íin desle suceso; que es muy jiropio Invito rey, Alfonso poderoso.
Y todos suelen mentir;
Alta rama del tronco de Castilla
De la mentira no tener salida
Pero yo, aunque injusta ley.
Sin mucho deshonor de quien la intenta. Porque .si en los delitos es forzoso
Diré con verdad forzosa
REY. [humilla,
Que por ser Sol tan hermosa,
Debajo de que todo va fundado Cuando que pide al que ha de dar se
el
Me ha dado la muerte un rey. Como sé (jue en don Alvaro no cabe.
DON ÍÑIGO. En que viva tu rey, ¿de qué te afliges?
Vengo contenta de que e! Rey lo sabe.
Hago testigo este llanto
DON PEDRO.
Don'Alvaro, Señor, es caballero
í>on (|ue me has enternecido Quisiera que vivieras de olra suerte. De vuestra casa y sangre, decendienle
(Porque en mi vida he sentido REY. De Lain Calvo, aquel juez primero
Ninguna desdicha tanto), Consígase mi gusto, fjue estoy loco, Que ansí eslimó la castellana gente.
Que ese dia moriré; Y no repares en el lin que nunca ;
¿Porqué hadedaráun bárbaro tan liero
Pero yo espero en el cielo Fué valiente jamás quien el íin mira. La corona real de vuestra frente.
Que tendrá tu mal consuelo. DON PEDRO. Habiéndole vos hecho mil mercedes?
Pues que tu inocencia ve. No sé si escucharán estas paredes; [ro.
Muestra valor, pues Por eso son los mas valicmtes locos,
le tienes.
Porque no consideran la salida.
Mas no lo harán ; y ansí hablarémoscla-
,

(Apártaxe de él.) Bien seque estraza vuestra, Alfonsono-


— Señor, mi hermano está aqui
REY. [hlc.
Y pues á pagarme ansí ElReyes preferido ¿cualquier subdito. Viendo que á vuestros tiros me reparo.
Mis largos servicios vienes DON PEDRO. Querer queansimi honor su mármol do-
torta á los dos las cabezas. [ble.
AI Rey conviene solo lo que es lícito.
; ; , ; } ! ; , ;

LA CORONA MERECIDA. 24o


No liay contra un rey, si no es del cielo, DOÑA SOL. .Malóíe encendiendo el fuego.
,
"
[amparo. Eso pretende. En que se deshizo luego
;,Dequé sirve ser palma ni ser roble. ESCUDERO. Por honra de su marido.
Si el viento del poder,cuando se enoja,
No hay cosa que no se rinda. LUCINDA.
Hojnsy ramas por el suelo arroja?
DOÑA SOL. El alma la pondrá miedo.
Ríndome á vos: guardad á mi marido,
Y venid á mi casa que ya quiero ¿Quédecis? ESCUDERO.
;

Que el fuerte vencedor goce al vencido. ESCUDERO. Yo pienso que, aunque cristiana
Con el secreto que de vos espero. Que me ha espantado Querrá, como la romana.
Aili podéis entrar desconocido: El ver que te hayas rendido. Ser Lucrecia de Toledo.
Hasta que os acompañe un caballero; DOÑA SOL. LUCINDA.
Que yo sé bien quehabiéndoniegozado, La vida de mi marido ¿Quieres que vaya á mirar
i'agar no puedo lo que os he costado. Me ha forzado y me ha obligado. Muy quedilo lo que intenta?
Acabaréis con tantas pretensiones, {Vase el escudero. ESCUDERO.
Y acabaré con tantas amenazas LUCINDA. Vé, Lucinda, con gran cuenta,
Yo dejaré las vanas dilaciones,
Y vos las falsedades y las trazas. ¿Es posible que intentase Por si se quiere matar.
El Rey tan gran testimonio? LUCINDA.
Ni quitéis á mi esposo las prisiones.
Porque mi honor se escape de las plazas DOÑA SOL. Voy que aunque tenga cerrado,
;

Y no entienda la Reina, mi señora. Cosa que traza el demonio, Daré mil voces al cielo.
Que á su cama real nací traidora. ¿En qué quieres que parase? ESCUDERO.
Venid, Alfonso, gozaréis por fuerza ¡Cuan desdichada nací! •

Yo con la puerta en el suelo.


Una mujer de piedra, un mármol frió, Triste fué, Lucinda, el dia
Aunque caduco y turbado.
A quien la honra sin amor esfuerza, Que á buscar la suerte mia
{Vase Lucinda.)
Que está en la vida del esposo mió. De donde sabes salí.
Sinohayrazon quedeste intento os íner- ¡Nunca madama Leonor — ¡Triste de mí! ¡cuántas cosas

Ni tiene libertad vuestro albcdrío, fza, Viniera de Ingalaterra, Nacen de un injusto amor
Tiempo vendrá que le paguéis al doble Para desventura y guerra
Tan gran ofensa á Dios y á un hombre De mi vida y de mi honor! ESCENA XII.
¿Quién pensara tanto mal?
REY. [noble.
Y si esto habia de ser, EL REY , DON PEDRO. — EL ESCU-
Espera, Sol, espera. DERO.
¡
Nunca yo fuera mujer
{Yanse doña Sol y el escudero.) De un hombre tan principal! {Está oscura la sala.)
Gozárame el Rey entonces,
ESCENA IX. Y no donde ahora escrita DON PEDRO.
La infamia que solicita Entra quedito. Señor.
EL REY, DON PEDRO. Quede eternamente en broncos.
Las carnes me están temblando. REY.
DON PFDRO. Dadme esas manos hermosas.
{Vuelve el escudero con una hacha en-
No des voces; cendida.) ESCUDERO.
Que llegarán á oidos de quien sabes. Soy, Señor, el escudero.
ESCUDERO.
REY. r.EY.
Señora, el Lacha está aquí.
¿Desa manera mi amistad conoces? 1 Ah hermano mió!
DOÑA SOL. . . . . i

D0>" PEDRO.
¡Ay cielos! volved por mi. ¿Dónde está Sol?
¡Graves palabras! ESCUDERO.
Pues veis que os estoy llamando.
REV.
ESCUDERO. Con gran frío.
En extremo graves. ¿Es para que al Rey alumbre REY.
DON PEDRO. Cuando suba? Andad decid que aquí, espero.
Pues da lugar, Señor, á que la goces, DOÑA SOL. ESCUDERO.
Y te da como á rey su honor las llaves, Necio estás Voy, Señor. {Vase.)
néjate de buscalla y persuadilla. Que un ciego no ha de ver mas REY.
REY. A escuras que con la lumbre. De la pasión.
¡Quién ¡apudierahacerreinaen Castilla! Dame el hacha. Le ha dado algún accidente.
¿Es posible, don Pedro, que ha rendido ESCUDERO. DON PEDRO.
Esta liera mujer su altivo pecho? ¿Para qué? Como por fuerza consiente,
DON PEDRO. DOÑA SOL. Tendrá mucha alteración.
Tanto pudo el amor de su marido : Quedaos entrambos aquí. Con su gusto una mujer.
Mira si fué la iudustiia de provecho. ESCUDERO. Presto á la traición se arroja
REY ¿Dónde vas, Señora, ansí? Mas sin él mucho se enoja. ,

Mudémonos, don Pedro, de vestido; Porque no le ha de tener.


DOÑA SOL.
Que([uiero,ásudisgusto,ásudespeclio, Dios lo sal)e v yo
Gozarla, despreciarla y obligarla.
¡Elmevaiga!)
lo sé.
ESCENA XIII.
(4;>. (Vase.)
DON PEDRO.
LUCINDA, EL ESCUDERO.— EL REY,
Vendrá á quererte cuando tú á dejarla.
ESCENA XI.
DON PEDRO.
{Vanse.) EL ESCUDERO LUCINDA. ,

LUCINDA.
LUCINDA. Solo dice mi señora
¿Dónde irá? Que esperéis, Señor, aquí...
Sala cu casa de don Alvaro, en Toledo.
ESCUDERO. REY-
No lo sé. Temblando estoy. Salios todos.
ESCENA X. LUCINDA.
LUCINDA.
DOÑA SOL, EL ESCUDERO, LUCLNDA. Todo es desventuras hoy. Que ansí

ESCUDERO. Quiere hablarte.


doSa sol. REY.
Matarse quiere.
Toma este manto, Sea en buen hora
Lucinda LUCINDA.
Y tú una hacha presto enciende. Mas dos
partid entre los
No hará.
Esta cadena y diamantes.
LUCINDA. ESCUDERO.
¿Viene el Rey? Lo mismo cuentan de Dido. 1 Verso inconiiílelo.
; ; , ,! ! ,
; ,, ; ,, ,,!, ,, ; ,; !,! , , , ,: , ; , ,;

215 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCLDERO. Porque tu salud guardaba, DON ALVARO.
Mas que la gozaras antes. Y porcpie mi propio esposo ¿Para soltarme
LUCINDA. Huye de mi. Con tal facilidad, mandó prenderme?
Dios te guarde. REY. DON MANRIQUE,
REY. Con razón.
Dice que ha sabido que fué envidia
Guárdeos Dios. ¡Extraña y fea pensión
De alguno á quien quitastes la privanza,
(Yanse don Pedro ij los criados.) Para un rostro tan hermoso!
Y que lingienilo vuestra letra misma
Suele tras haber gozado
ESCENA XIV. Ha enviado estas cartas á Granada,
Un hombre de su contento.
Ver del arrepentimiento
De donde el moro al Rey se las eavia.
EL REY. DON ALVARO.
La espada y el rostro airado.
¿ Hay cosa que seiguale en las pasiones Pero es al revés aquí, ¡Que ya lo entiendo todo, don Manrique!
De un liondue al lia huiuano á que está \' contra mi pensaniienlo; Rien sé que en los palacios hay envidia,
[junio? Porque el arrepentimiento Y que la envidia es hija de la borle
¿Qué sientes hoy, mi alma, te pregunto, Primero que el gusto vi. Y que los que del Rey fueron espejo,
Después de tantas penas y ocasiones? ¡Ah sol el mas eclipsado Están mas cerca de quebrarse de ojo
Ya llega el tin de tantas pretensiones, Que de sangre ha visto el suelo, Que como la mujer con el aliento
Que me tuvieron sin morir difunto Nunca te quitara el velo Escurece al cristal cuando se mira.
Pues aunque es de la guerra amor tra- El desdeñoso nublado Ansí al privado donde miran todos.
[sunto. ¡Falsa cadena dorada DON MANRIQUE.
Mas valen que las armas las traiciones. Roja adelfa venenosa Yo siempre imaginé vuestra inocencia.
¡Venci vitoria La ciudad es mia.
! ! Espada sucia y mohosa
Ya se canta la paz, la guerra cesa, DON Alvaro.
Con la guarnición dorada !

\ suspende el furor la artillería. ¡Oh castigo á la memoria Aun no la sabéis bien.


Mas con todo confieso que me pesa,
, Que te imaginó tan tierno DON MANRIQUE.
Aunque llegó de mi vitoria el dia. Cuerpo hermoso Oh fiero infierno
!
Iñigo viene.
Haber vencido por traición la empresa. Con apariencia de gloria!
¡Casa famosa desierta
ESCENA XV. Con excelente portada! ESCENA XVIII.
¡Oh pared negra y borrada
D05'A SOL, LUCINDA, con
— EL REY.
el hacha.
Con tela de oro encubierta DON IÑIGO. — Dichos.
Oh dulce imaginación
DOÑA SOL. Con el suceso siniestro! DONÍÑIGO.
Sea vuestra majestad Oh imagen de pintor diestro. Dadme esos brazos.
Eu hora buena venido. Que de cerca es un borrón DON ALVARO.
REY. Voyme, pues ha permitido ¿Dónde con tal prisa?
¿Qué mejor que recebido. Dios, aunque le ofenda á él
DON ÍÑIGO.
Mi Sol, de tu voluntad? Con intención tan cruel
No ofendiese á tu marido. Solo á buscaros para que al momento,
,
Perdona las invenciones
Rien en encubrirte hacías Aunque sea no entranilo en vuestra casa,
De amor, si le persuades Pidáis licencia al Rey para volveros
Que no han bastado verdades, Pero admiróme que hagas
Y Medicina de tus llagas. A Rürgos, á la aldea ó la montaña.
te han vencido traiciones.
Con que has curado las mias. (Vase.) DON ÁLVAKO.
DÜ.\A SOL.
Rien pienso que acertáis; pero decidme,
Señor, yo no resistiera ESCENA XVI. ¿Hay novedades mas de que guardarme
A vuestro invicto valor.
Lleno de alicion y amor. DOÑA SOL, LUCINDA. De la fuerza del Rey?
Si para servirle fuera DON ÍÑlGO.
LUCINDA.
Que siempre estimé ansíle En este punto
iodo el favor que me hacia Celébrese tu valor, La Reina me llamó con gran secreto,
Pero no le agradecía. Gran Señora, en todo el mundo Y me dijo que sabe lo que i)asa
Por las faltas que hay en mí. Que no ha de tener segundo. Del loco pensamiento de su esposo;
Mas viendo que ya es forzoso. Ni le ha tenido mayor. Que aunque me dijo poco, entendí mr-
La que como ;.Es posible que has sufrido
soy, y estoy, Sale al teatro para ver las fiestas [cLo.
Llana posesión os doy. Con esta hacha ardiendo ahí Esta mañana con real aplauso
Como si fuera mi esposo. Haberte abrasado ansí No pude darle cuenta del suceso
Y plega á Dios que no sea
¡
Y del pié al cabello herido? Pero conviene que á las fiestas vaya
Causa del mal que sospecho! DOÑA SOL. Eu todo caso vuestra amada esposa.
Que los brazos cuello y pecho , Llévame á curar, amiga DON Alvaro.
Quiero que primero vea. Que me muero de dolor.
Estoy llagada de fuego
¿Cómo es posible, si á la Reina enfada?
LUCINDA.
Que há que tengo casi un año DONÍÑIGO.
¡Que á tanto obliga el honor'
Por cuyo peligro y daño Por la misma razón y porque entienda
;
DOÑA SOL.
A mi marido no llego La invidia que mi herinana no se escon-
Que aunque bizarra y vestida Tanto á quien le tiene obliga. Como quien vive libre y inocente, [de,
Me veis y tan adamada, LUCINDA. DON Alvaro.
,

Soy manzana colorada ¡Piensa el Rey que tienes fuego! Decismuy bien; hablad ádonManriquc.
En el corazón podrida. ,
DOÑA SOL. DON ÍÑlGO.
Mire estos brazos su alteza Fuego tengo, fuego ha sido.
{Descúbrelos.) A que os tenja
las obligaciones
Oue no lo digas te pido,
Llenos de sangre y llagas. De nuevo añadiré la de don Alvaro.
la Y que me cures te ruego.
REY. Contóme la merced que le habéis hecho.
{Va?ise.)
¡Quedo, quedo! No me hagas DON MANRIQUE.
Mas asco. ¡Oh falsa belleza! Yo fui su preso y ,
á él y á vos os pido
Quita estos paños sangrientos Calle. Me perdonéis la falta del regalo.
Que estómago me mueven.
el DON ÍÑlGO.
¡Cuántas hermosuras deben ESCENA XVII. ¿Vais á palacio?
De tener estos cimientos
¡Ved lo que yo deseaba
DON ALVARO DON MANRIQUE.
, DON MANRIQUE.
Ved por lo que me perdía! DON MANRIQUE. Voy.
DOÑA SOL. Mandóme el Rey de la prisión sacaros DON ÍÑIGO.
Señor, yo me defendía Con aqueste papel. Pues juntos vamos.
, — , ,, ,; ,, ;,!,, ;;, , , , , ,, , ;;, ,; ; ,'

LA CORONA MERECIDA. 2i7


DON ALVARO. I DON ÍÑIGO. Por mil siglos tu alabanza
!

Luego me partiré si al Rey hablamos. j


Habla Sol , , di la verdad. Contra la muerte y la envidi.i
Callen romanas y griegas
( Vanse.) DOÑA SOL. {De rodillas.)
I Porcia Evadne y Artemisa
,

¡
Reina niia de Castilla, Que tú sola á todas llevas
!
Que á serlo vengas de España Laureles, [taimas y olivas.
Salón dispuesto y adornado para ver nuas i
Oye á una noble mujer España queda obligada
fiestas. Eii defensa de su fama. A la virtud peregrina
Que tú con el pié me arrojes, De tu casto y noble pecho.
ESCENA XIX. Gran Señora, destas gradas. Por (|uien ganó tanta estima:
Me obliga públicamente Castilla dirá tus loores,
Por un con música , salen LA
lado , A que te diga la causa; Sol hermosa, Sol divina.
REI>".\, con corona, y damas ; por Que Luzbel cayó del cielo Desde la cuna del sol
otrosalen ELREYy acompañamiento; Por soberbia y- arrogancia Hasta la cama en que espira
después, DOÑA SOL , DON ÍÑIGO v Pero no es justo que yo Que tú nuevo sol has sido
Del luyo inocente caiga. Con aquella hacha encendida.
DON .\LVARO. Salió de Burgos su alteza Otro Faetón en el carro
LEO>OR. Cuando veuisle, Madama, Para abrasarte á tí misma.
A verte , á una pobre aldea Yo me quito esta corona
Ya se pueden comenzar
Donde yo tenia mi casa. Porque es razón y justicia
Las fiestas,
Yióme i>r¡niero que á ti, Que corone tu cabeza
REY.
Y contento de mi gracia, Como á reina de Castilla.
No hay para mí Solicitóme en secreto...
Fiestas como vos.
Y porque el famoso hecho
Los presentes ¿por qué callan? En memoria eterna viva
LEONOR. Casóme mi hermano apriesa De tu resistencia honrada
Aquí Tan apriesa que no estaba
, Y de mi corona rica
.\ penas casado el Rey
Tome doña Ana lugar. Tú y cuantos de tí desciendan
{Siéntase una dama á los pies de la Rei-
Y mis bodas celebradas. Dejen de su casa antigua
na.— Salen doña Súpolo, y dióle este oGcio; El apellido, pues hoy
Sol, don Alvaro y
Y' aunque imaginé la causa
don Iñigo.) Tu virtud los apellida,
Callé porque mi marido
,
Y'por aquesta corona
bO.\ .ÍLV.\R0.
No sospechase la infamia. Se llamen desde este dia
Ya están los Reyes sentados. De Burgos vine á Toledo Coroneles pai-a siempre.
D0>" IÑIGO. L'n año habrá que me cansa
Y la coronada Reina Con terceros con promesas
,
REY.
Hoy entre las damas reina. Pero no le importa nada. Cuanto ha dicho el Rey confirma.
.

De su sol rayos dorados. Solo le valió la industria Doy á la Reina mis brazos.
DON ALVARO. Pues con una carta falsa Por lo que en esto me obliga
Le prendió por la sospecha
,
Don Alvaro los dé á Sol
¿Sentaráse Sol allí?
De los moros de Granada. Y yo les doy cuatro villas.
DON ÍÑIGO. Yo, por librar mi marido, Y' crea mi camarero

Por fuerza se ha de sentar. Al Rey llamé, y con mía hacha ,


Que desta fuerte conquista
Toma, Sol, aquel lugar. Metida en un aposento Ha ganado mas honor.
(Va doña Sol á sentarse á los pies de la Desnuda sobre la cama DON ALVARO.
Reina, y esta le da con el pié.) Gasté la media en mi cuerpo.
Señor, yo lo tengo á dicha
LEONOR. Cubriéndome de mil llagas
Que bien se ve que en el sol
Cuya sangre sale ahora
;,Tú te sientas junto á mí Que es una cosa tan limpia
infame baja mujer? Por los pechos y las mangas.
, No puede caber la mancha
Entró el Rey nioslréle el cuerpo,
,
DON ALVARO. De alguna pasión indigna.
Diciéndole que yo estaba
¡Triste de mí ¿qué es aquello
! ? Enferma de mal de fuego REV.
REY. Mostrando el pecho mil ansias. Abrazadme , caballeros.
¡Señora! Huyó e) Rey como si viera ,
DON ÍÑIGO.
LEONOR. De noche alguna fantasma ,
Jurando de aborrecerme Aquí perdiera la vida.
Yo puedo Lacello,
Si otra cosa resultara.
Por lo que podéis hacer. Con la vida y con el alma.
{Arremete á echalla.) Si por hecho tan honrado REY.
Soy digna de tu desgracia Para mayor alegría.
DON ALVARO.
Las gradas Señora es poco , , Coman conmigo á mi mesa.
Mire vuestra majestad Arrójame de tu alcázar.
Que es mi mujer, y que soy... DON PEDRO.
LEONOR. Y' aquí es justo que se pida
DOÑA SOL. (.4/).)
¡Oh mas que mujer famosa Perdón Senado, y se acabe
,
¿De qué tiemblo? Muda estoy. Dígate la fama diga , La Corona merecida.
, ,,; . ; , , ; ,! ,

EL AUSENTE EN EL LUGAR.
PERSONAS.

AURELIO, viejo. SABINA, criada. LISARDO.


FELICIANO , caballero.
OCTAVIO, su hijo. ELISA dama. , LN PAJE.
FISBt;P,TO,cmí/o.
CPi^hQS, caballero. MAESE JUAN. PALLA , criada. Músicos.

ESTEBAN, cmrfo. LAURENCIA dama. , MARQLINA. Criados. — Gt.Nrt.

La escena es en Toledo.

Que no venga á misa aquí. SABINA.


ACTO PRIMERO. ¿Há mucho que sirves? Y ¿será el señor
PAULA. Su paje?
Sí.
PAULA.
Calle.
SABINA. En el blanco das.
SABINA.
ESCENA PRIMERA. Y ¿qué casa Paula , , es esta?
¿Quieres recio? <, ' '

PAULA.
ELISA LAURENCIA, PAULA
, y SABI-
Muy honrada y principal.
PAULA.
NA con mantos; MAESE JUAN y Estoy perdida.
,
SABINA.
MARQUINA. SABINA.
¿Hay madre?
¿Págate?
PAULA.
ELISA. PAULA.
Pues si la hubiera
Mánrleme vuesanierced; Landre le dé;
A misa también viniera.
Que se va tras cuantas ve.
Que le quedo aticionada.
SABINA. Mas ya que sabes mi vida
LAURENCIA.
¿Tienes buen dueño? ¿Cómo no me dices algo
Yo á serviros obligada.
Por muy vuestra me tened PAULA. De lo que hay allá también?
¡Y qué tal Tu señora ¿quiere bien?
ELISA.
SABINA. SABINA.
De hoy mas ser devota quiero
Desla iglesia. ¿Hay mas hijos? Quiere bien á cierto hidalgo.
LALREXCIA. PAULA. PAULA.
Un mancebo. Criado tendrá.
Guárdeos Dios;
Que es un retrato de Elisa SABINA.
Que yo por veros á vos
,

Me lo prometí primero. Mi señora. Y criado


ELISA. SABINA. Que se arremete á pariente.

¡Bellas manos, por mi vida! ¿Ha estado en misa? PAULA.


Fuera de lo natural PAULA. ¿Quiéresle apretadamente?
¿Qiu' hacéis en ellas, si es tal No; porque en él fuera nuevo SABINA.
Nuestra amistad, que no impida Acompañar á su hermana. Sí , pues nunca le he soltado.
Que me deis aquestas muestras? 1 Allá sigue un monasterio PAULA.
LAURESCIA. Adonde cierto misterio Yo nunca soy tan leal ; {Bajan la voz.)
¡Qué graciosas niñerías! I
Es deste león cuartana. Dellos aprendo mudanza.
Creo que habláis en las mias. I
SABINA.
MAESE JUAN. {A Murqulna.)
Porque os alabe las vuestras ¿Es Elisa tan honesta agua no alcanza.
I

Que con mas razón pudiera La sal al


i Como parece?
Preguntaros qué os ponéis. MARQUINA.
PAULA.
ELISA. Dicen que es el mayor nial
Sí , á fe.
negar queréis El servir, á la vejez.
;,Es poi(iuc SABINA.
Lo que os suplico'.' MAESE JUAN.
¿No tiene algún no sé qué? ¿Qué os dan, en fin, de ración?
LAlItENCIA.
PAULA. MARQUINA.
Eso fuera
Usar do li-rmiiio injusto
Tú misma te das respuesta. Es vergüenza cosas son ;

A laaniisiad pniíésada.
Un no sé qué la desvia Que no pasaran en Fez.
De la quietud de su estado
No suelo püiR'inie nada MAESE JUAN.
Pero á veces tengo gusto
Poro con mucho cuidado
De su honor, por vida mia. ¿Pan y dos reales ?
De ponerme... Oid aparte, MARQUINA.
SABINA.
{Lajan la voz.
Yo fuera
Si le tenéis de sabello. ¿Quién duda que será gala
Principe.
PALXA. {A Sabina.) Y amor para casamiento?
MAFSE JUAN.
PAULA.
Digo que me huelgo dello; ¿Quitaré el medio?
Que vendré mañana á hablarle. En honesto encerramiento MABQllNA.
SABINA. La mas recogida iguala.
SABINA. Aun eso fuera remedio
No ha de faltar ocasión De toda mi casa.
¿Til á la cuenta , no estarás
Pues nuestras amas han hecho ,
MAESE JUAN.
Sin otro poco de amor?
Amistad de que á mi pecho
,
Hiciera
Pagues tan justa afición. PAULA.
Juramento que era gente
Fuera dcstó no habrá fiesta
. Sí tengo.
; , ,; ; — ;!, ; ;, ;;

-2o0 comedí AS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


(Jue os trataba como a padre. MARQUINA. IXLIOlANü.
MAROIINA. Yo OS buscar allá.
iré á Di presto
Después que murió su uiadre MAESE JUAN. LAURENCIA.
j

Se vive miseramente. Gente que pasa.


No no por Dios que he de
, ; ,
ir
M.\ESE JCAN. Para veros componer. FELICIANO.
A ninguno faltan duelos; ¿.\ qué hora suele ser? Con ellas sé que has estado
Que si yo no me valiese MARQUINA. Contado me lo ha Fisberto.
i)e otras cosas, y anduviese A todas podéis venir. LAURENCIA.
Con mil penas y'desvelos MAESE JUAN. Gente piinripal por cierto;
líuseando algiu'i dinerillo.
Ello ¿untaisos antes? No hay de qué tengas cuidado.
Muriera . no lo dudéis. FELICIANO.
MARQUINA.
MAROIINA. Díceme que por tres horas
No.
Pues ¿en qué os entretenéis?
MAESE JUAN. No habéis dejado de hablar
MAESE jla:v. \ no suele ese lugar
Pues ¿cómo os aiiercebis? Darle á las que son señoras.
No falta algún reniendillo. MARQUINA.
MARQll>A. LAURENCIA.
Vos lo veréis si venis.
Por san Payo maese Juan ¿Qué quieres? Somos mujeres.
,
MAESE JUAN. Presto amistad conlirmanios,
Que si yo no me valiera
Y ¿podré aprenderlo yo? Y las vidas nos contamos.
i)e otras cosas, que estuviera
Como mis padres están. MARQUINA. FELICIANO.
MAESE JUA\. A la fe, si vos queréis. Fácil en tus cosas eres.
Que en menos de un año os baga Dirías nuestros amores.
¿Sabéis vos algo también?
Poeta con tanta llaga.
MARQUISA. LAURENCIA.
MAESE JUAN. Huélgome de hablar en
Sé una cosa. tí.

MAESE JUAN. Pierna de pobre me hacéis.


FELICIANO.
.Mas quedaos con Dios, Marquina;
Y ¿qué es la cosa?
Que se han despedido ya. Y ella ¿qué te dijo á tí?

MARQLINA. LAURENCIA. (A El'lSa.)


LAURENCIA.
Es un poco vergonzosa Por esa receta irá Otras historias mayores.
,
Mas vauíe con ella bien. Después de comer, Sabina; Prometíla al despedirme
MAESE JUAN. Y Dios os guarde mil años. Que te enviaría allá
¿Curáis exquisitos males? Que quiere verte.
ELISA.
MARQUINA. FELICIANO.
Adiós señora Laurencia.
,

Peor. ¿Y podrá
LAURENCIA.
MAESE JUAN. De visita recibirme?
Sentir tengo vuestra ausencia.
¿Lleváis recaditos? LAURENCIA.
ELtSA.
MARQUINA. Iráscon un papel mío.
Ea ,
i)or mi vida engaños.
,
Fingiéndole mí 'criado.
Esos no fueran delitos.
LAURENCIA. FISBERTO. {A Sabina.)
MAESE JUAN.
¿Engaños? ¡Guárdeme Dios! Y ella , diga ¿cómo ha estado?
¿Suele valer esto reales? ,

SABINA. SABINA.
MARQUINA. Paula, adiós.
Y entra al nombre de escudero Hábleme con menos brio
Í'AÜLA.
Por la puerta de la hambre. Que estoy un poco celosa.
Adiós , Sabina.
MAESE JUAN. LAURENCIA. (A FeHcíano.)
ELISA.
Quedo: ¿hacéis medias de estambre? Dame la mano, Marquina.
No me puedo detener.
MARQUINA. FELICIANO.
MARQUINA.
Ahora bien decirlo quiero En fin, ¿la tengo de ver?
,
¿Qué habéis hablado las dos
Pero, hablando con perdón. LAURENCIA.
Que así os habéis detenido?
Sabed que yo soy poeta... ELISA. Verás una dama hermosa.
MAESE JUAN. Cosas de mujeres son. FELICIANO.
¿Poeta? Guárdete, Señora, el cíelo.
{Vanse Elisa Paula ^ ij Marquina.)
MARQUINA. FISBERTO. (A Sabina.)
Tan mala seta. ESCENA II. Adiós, reina.
Que os puede dar compasión. SABINA.
MAESE JUAN. FELICIANO FISBERTO. LAUREN-
, — Estoy sin gusto.
¿Deso lloráis? CIA SABINA MAESE JLAN.
, ,
{Vanse Laurencia, Sabina y Maese
MARQUINA. Juan.)
FiSRERTo. (Aj). á Feliciano.)
¿No queréis
Llegaste á buena ocasión.
Que lo sienta?
FELICIANO.
ESCENA III.
MAESE JUAN.
IVo, por iJios;
No poca ventura ha sido. FELICIANO, FISBERTO.
Que conozco mas de dos Detente un poco , Laurencia
¿Mas de dos? y aun mas de seis. Así Dios te haga dichosa FELICIANO.
Que se holgaran de sabello. Como gallarda y hermosa. ¡Gallardo talle!
Vos ¿ no estáis examinado? LAURENCIA. FISBERTO.
MARQUINA. ¡Qué graciosa impertinencia Es al justo
Eso es ello, ¡mal pecado! i*udisteme ver aquí De un ángel cifra y modelo.
Todo el dia, y cuando vienes FELICIANO.
MAESE JUAN. De tu gusto, me detienes.
Pues qué, ¿castigan por ello? Merece, Fisberto, amor;
FELICIANO. Y este amar en esperanza
MARQUINA. Agora por Dios , salí Mientras el bien no se alcanza.
,
Nuestras amas se van ya; Que me ha detenido en casa Hace la causa mayor.
Veámonos y os diré
, Persona de obligación. ¡Qué bien pisa Qué bien lleva
!

Lindas cosas. ¿Quién son estas damas? El cuerpo!


MAESE JUAN. LAURENCIA. FISBERTO.
Allá iré. Son... ¡Gentil donaire!
,;; , ;,, , ,, ;
,; ; ,; ,
, ,, , , ! ,; ,, , , , , , ,, ;
,,,

EL AUSENTE EN EL LUGAR. 2ül


Toda la mujeres aire; Destos á quien dio fortuna Nunca temas hombre pobre.
No es mucho que bien se mueva. Sangre , y sustancia ninguna ;
FISBERTO.
FELICIANO. Es noble entre carne y cuero.
Cuando entendimiento sobre
Una gallarda mujer , FELICIANO. Se ha de temer, y aun temblar.
Que pisa con alie y brío, ¡Mísera cosa, y bajeza
FELICIANO.
Es como ver un navio Del alma, aunque honor lo sobre
Que lleva vieulo á placer. Vivir en cuerpo tan pobre
;.Quieres tú que piense yo
Que sirve á Laurencia?
Son los chapines la quilla ,v FISBERTO.
Las sayas las obras muertas FISBERTO.
Si !a virtud es riqueza
Con las jarcias que cubiertas Solo es rico el que la tiene. Sí.
Salen de la verde orilla ; FFllCIANO.
El pecho es árbol los brazos FELICIANO.
,
Pues no nos vamos de aquí.
Mesana , la gavia el cuello, Todos lo dicen ansi
Cuando son ¡¡obres, y á mí
FISBERTO.
Velas tocas y cabello
Como de perlas me viene ; Aquel si convierte en no;
Del viento prisión y lazos.
Y como llevando viento Pero alaban la virtud Que en aquellas rejas mira
Parte con gala y donaire Que es blasón de la nobleza Muy diferente lugar.
Y no puede andar sin aire Y procuran la riqueza FELICIANO.
Que el aire es su movimiento Con toda solicitud. Sigúeme.
Ansí la mujer sin él FISBERTO. {Vatise Feliciano y Fisberto.)
Es como un navio en calma Estemancebo es galán
Porque en la mujer es alma Aunque ser pobre se suena ESCENA V.
El aire y se mueve en él.
, Porta cintillo y cadena,
FISBERTO. Viste raso y górgueran CARLOS ESTEBAN. ,

Harto bien la comparaste Y tal vez á la bayeta


CARLOS.
Bien sabes su calidad Remite la mejor gala.
Quiero esperar.
Mas conforme á su humedad FELICIANO.
Aquí, Esteban te retira ,
En las aguas la fundaste. ¿Piensas Fisberto , que es mala?
,
Hasta ver si Aurelio sale.
Por lo que toca á mudanza FISBERTO.
Y á inquietud , le viene bien
Mas ¿quién es aquel mancebo?
Por el navegar también No que es de
;
los pobres treta. ESTEBAN.
¡Oh bien haya su inventor.
,
A decirte no me atrevo
No poca parte le alcanza
Que es navio la mujer, Que hizo honrados y galanes Lo que busca y lo que vale
Con quien en Indias se trata A pesar de gorgueranes Por no darte pesadumbre.
Que oro, piedras perlas, plata, Y de la seda mejor!
, CARLOS.
Suele cargar y traer. FELICIANO.
Lo que vale bien lo veo.
Ninguna cosa sin alma Si diera titulo acaso.
Lo que busca su deseo
Tanto ¡mita al cuerpo humano Atributo ó epíteto Lleva delante una lumbre
Hal)la anda, duerme, es liviano.
, Un poeta en un soneto Que lo dice á cuantos viven
Ya corre ya vive en calma
,
Destos que pica el Parnaso, En la calle donde estamos
Ya tiene el tiempo en bonanza A la señora bayeta ,
ESTEBAN.
Ya con la tormenta incierto, ¿Cómo te parece á ti
Y hasta llegar á su puerto Que la llamara? Si mil veces la pasamos,
Le animan fe y esperanza. Tantas los dos nos reciben.
FISBERTO.
Es este mozo un hidalgo
FELICIANO. Siámi Perdóneme Dios si miento
De las burlas te has pasado Me recibiera esa seta Compuesto de nada y viento
A lo moral. Muy ilustre la llamara, Agora sabrás si es aÍgo.
FISBEUTO. FELICIANO. Dióle ejecutoria el oro
Es verdad ¿Por qué razón , muy ilustre? De galán de cuatro abuelos
,

Tal vez de una liviandad Y de ingenio, que los cielos


FISBERTO.
Se sigue un mote pesado. Dan por divino tesoro.
Por gala , por el lustre,
la
Y por ser cosa tan rara. No hay trencellín de diamantes
ESCENA IV. Que se acabe en otro nombre
FELICI.ANO.
Ni tiene la corle un hombre
CARLOS Y ESTEBAN, queúünúose (lis- ¿Rara? Cuyos coletos y guantes
tantes í/e— FELICIAKO Y FISBEUTO. FISBERTO. Espiren olor igual;
porque el valor
Sí; Porque andan en competencia
CARLOS. De un hombre es no depender Los jazmines de Valencia
¿Qué te dijo? De nadie, ni tener ser Y el ámbar de Portugal.
ESTEBAN. De otro igual ni otro mayor. Las cadenas lian perdido
Que se iba Y esto hace la bayeta. Invención y esmalte en él
Su padre á la quinta luego. Que no admite compostura Y de noche no hay verjel
CARLOS. Cuchillada, aprensadura, '^

Como su galán vestido.


Ni está á guarnición sujeta. Tiene, como iglesia , temos
Pues cese del alma el fuego
Ella se está guarnecida, De todas festividades
Que de su quietud la priva;
Ella tiene sus labores; Con bravas curiosiilades
Cobren su perdida fuerza
Mis sentidos pues verán,
Y ansí , es de grandes señores Y' pensamientos modernos.
,

Si agora lugar les dan


Venerada y admitida. Tiene gala tle desden.
La gloria que los esfuerza. FELICIANO. De celos y de favor.
Demos vuelta á las ventanas De esperanza , de temor,
ESTEBAN.
De Laurencia ipie yo sé ;
Y' de posesión también.
Bien te puedes prevenir,
Que este galau todo es fe No hay ¡ilinendro por hebrcro
Carlos , á un grande favor. Que no se rinda á sus plumas;
Y que tardes y mañanas,
CARLOS. Con bayeta 6 sin bayeta invidia el mar con espumas
Bien me lo debe el amor No sale de nuestra calle. La margen de su sombrero.
Por tanto amar y sufrir.
FISBERTO.
Y sobretodo , le viste
FELICIANO. (A su CriüClo.) El alma tanta arrogancia ,
¿Date cuidado su talle,
¿Quién es este? Que no hay mujer de importancia
O el ser su gala discreta? Que no pretenda y conquiste.
FISDERTO. FELICIANO. No le falta entendimienlo
Un caballero En conquista de casar Üesto que llamar solía
,
: , ..! , , ,
; , ,, ,, ;,

2o2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Un discreto argentería ESTEBAN. OCTAVIO.
Que brilla y que luce al viento. No tiene Moza por casar y hermosa
.

iso sé lo quiere aquí


(iiie Mas negro algún borceguí. ¿Tendrá algunos "pretendientes?
Pur(iue esta calle es el centro CARLOS. AURELIO.
De Venus, y viven deutro ¿Hay dote? Haber mi hacienda perdido
Muchas diosas. ESTEBAN. En Cádiz, la causa ha sido
CARLOS. Seis mil ducados. Destos locos accidentes.
i
Ay de mi Tras ella vive Laurencia Ella estuviera casada.
¿Quién duda que esa fantasma , Mujer de linda presencia OCTAVIO.
Compuesta como quimera Padres y liermanos honrados.
¿Has sentido de su parte
.V mi Elisa adore y quiera? CARLOS. Cosa que pueda enojarte?
ESTEBAN. Retírate; que han salido AURELIO.
Aqui se alfeñica y pasma Aurelio y su hijo.
No, Octavio que aun ciño espada,
;
Aíjui pica y aqui tiende ESTEBAN. OCTAVIO.
La discreta arquitectura Van Algo has visto pues que tratas
De su endiosada ligura. A la quinta.
,

De Elisa con pesadumbre.


CARLOS. CARLOS.
AURELIO.
¿Sabes tú si la pretende ? i
Qué galán!
Es de aquestos ojos lumbre.
ESTEBAN. ESTEBAN.
OCTAVIO.
No puedo certiticallo; Es para el campo el vestido.
¿De quién Señor, te recatas?
,
La calle el ieslii>o sea
Despide á quien da ocasión.
Tal vez á pié la pasea ESCENA VI. AURELIO.
Tal vez la pasa á caballo.
Trae consigo un bellacon,
^
AURELIO, OCTAVIO.— Dichos. Ninguno ocasión me ha dado.
Entre valiente y gigante, OCTAVIO.
AURELIO.
Que no hay cosa que no espante. ¿Hanle dado algún recado?
CARLOS.
¿No quiso venir Elisa? ¿De casa ó de fuera son?
OCTAVIO. AURELIO.
Los celos gigantes son.
¿Cómo se llama? No, Señor; que no anda buena, No es mas de ver en su edad
ESTKBAN. AURELIO. Que importa darle marido.
Fisberto. ¿Tiene acaso alguna pena? OCTAVIO.

CARLOS. OCTAVIO. Algo has visto ó has oído


Antes con alegre risa Que ofenda su honestidad.
¿Qué damas viven aqui?
ESTEBAN. A todo me respondió. AURELIO.
AURELIO. Elisa tiene valor.
Algunas conozco y vi: Aunque ya vive sin madre,
De la que es estoy incierto. Pues avisa los criados.
Para asegurar á un padre
ahí vive una viuda. OCTAVIO. Que le tuviera mayor.
De ojos por enviudar, Ya están todos avisados. No es mas de que honestamente
Que es lindo censo al quitar: CARLOS. (Ap. á Esteban.) Se mostrara agradecida
Puede ser que á verla acuda. ¿Hanme visto acaso? A algún amor.
Enfrente está una doncella OCTAVIO.
Hubia como un alemán. ESTEBAN.
No. Por mi vida.
Que no hay oro de Milán
Que lo pintas cuerdamente. '-^

Que se compare con ella. CARLOS.


¿Qué llamas agradecer?
A tres casas , la casada Pues vamos adonde vea
AURELIO.
Henos casada que vi. El dueño de aquestos ojos,
CARLOS. La gloria de mis enojos Mirar con honesto íin
V el bien que el alma desea. De que puede ser en fin
¿Hay duende?
De quien la mira mujer.
ESTEBAN. ESTEBAN.
Mas si le digo verdad.
Pienso que sí Hasta que todos se partan. El hombre no me contenta.
Porque es mudable, aunque honrada. No es razón. OCTAVIO.
CARLOS. CARLOS.
Si eldecírmelo te ausenta
se estima ?
Vén por aquí.
¿IS'o Del pueblo á la soledad
ESTEBAN. {Vanse Carlos y Eslébun.) Ya que me lo has declarado,
Si seeslima A casa puedes volver.
Mas hay amor de mujer ESCENA VII. AURELIO.
Cuyo trato viene á ser AURELIO, OCTAVIO. ¿Qué causa podré tener?
Como el juego de la esgrima; OCTAVIO.
Que cuando ¡jicadosves AURELIO. Di que la gota te ha dado.
Algunos mozos de cuenta. Deste lugar, y aun de mí AURELIO.
Para entrar donde uno asienta Justos cuidados me apartan;
Están aguardando tres. Alejóme, Octavio , del
Hame dado todo un mar,
¿Y una gota he de decir?
CARLOS. Solo para descansar.
OCTAVIO.
Esa no es estimación OCTAVIO.
De ese hidalgo. Mucho tienes que sentir,
¿No es tu casa en el lugar
ESTEBAN.
Y me has dado que i>en.sar
De las buenas que hay en él?
Yo pensé que el alegría
Y viene mal á mi intento.
En esta acera , Si no ha sido prevención
Hay una imagen de cera, Del campo te lleva allá.
De tu cuerda discreción
Como los milagros son. AURELIO. Tratarme su casamiento.
CARLOS. Cuidado Elisa me da , ; AURELIO.
¿Es descolorida? Pensar en su bien querría. ¿Cómo ?
ESTEBAN. OCTAVIO. OCTAVIO.
Si. Pues Elisa virtuosa Porque yo querría
CARLOS. ¿Qué cuidado puede darte? Tratarte de otro.
Linda hermosura , si viene
AURELIO. AURELIO.
Con ojos negros. Tengo mucho que contarte. ¿De quién?
,,; ; ,; ,, ; ;, ,, ,
;; , ,, ; , !

EL AUSENTE EN EL LUGAR. 2¿)3

OCT.íVlO. Por que yo pueda mudarme. ESTEBAN.


Mío.
MndarMKí para casarme; ¿Quién la ha dicho mis delitos?
AlRELIO. Que no mudarme en querer. PAULA.
¿Casaste también?
ELISA. í^ Esa cinta del sombrero
OCTAVIO. Pues yo tejuro mi bien
, ¿Le parece al majadero
¿Xo puede ser? Que el tiempo ni la fortuna Que no son mil sobrescritos?
AURELIO.
Y entre la muerte también ESTEBAN.
Derriben esta coluna Paula por ver tu crueldad,
Bien podria. ,
Por mas golpes que le den Encarnada la compré.
¿Guíate virtud ó amor? Porque son temores vanos
ocr.wio. PAULA.
La muerte ni mil tiranos
Entrambas cosas. A quien te ha da amar después. Eso ¿es cierto?
ESTEBAN.
Aurelio. CARLOS.
Esto es verdad.
¿Quiénes? Pedirte quiero los pies.
PAULA.
OCTAMO. ELISA.
Pues démela.
Algunas veces la ves. Agraviaránse las manos. ESTEBAN.
AURELIO. CARLOS. Sí daré.
¿Es Laurencia? Esas tantas veces beso, Como hagamos amistad.
OCTAVIO. Cuantas en esas razones PAULA.
Sí, Señor. Hay letras; y te confieso
No es poderosa ausencia el
Que de mis obligaciones
AURELIO. Ni la muerte á no quererte;
Ya se rinde el alma al peso.
No escoges mal ansí fuera Solo te hará competencia
:
¡Ay Elisa! ¿que ni ausencia
La elección de Elisa. Vamos Una cosa.
Ni muerte harán competencia
Pues sin Campo, en campo entramos ESTEBAN.
A tu amor?
De una batalla tan Cera. ELISA. Eso me advierte.
OCTAVIO. Sola una cosa PAULA.
¿Es á Elisa desigual En el mundo es |)oderosa : De mi padre la obediencia.
Ese mancebo que mira? De mi padre la obediencia. ESTÉr.AN.
Al' RELIO. CARLOS. ¿Padre tienes tú también?
El ser pobre me relira Tu padre ¿puede mandaríe PAULA.
Que en lo demás es su igual. Que me olvides? Jure que me quiere bien.
Y casamiento nacido F.LISA.
ESTEBAN.
Por gust o de una mujer, No podrá
Ponme Paula en , el verano
De milagro suele ser Carlos, mandarme olvidarle;
,
'"
Al pié de un peral enano , > • <^'-
Acertado. Que en lo que en el alma está.
OCTAVIO. Cuyas ramas sombra den
Solo el cielo tiene parte
Con una bota que sea
Estoy corrido. Pero podráme mandar
De lUana, y un pemil tierno
AURELIO. Que no me case contigo.
Con hebras de taracea
Remedio habrá. CARLOS. O ponme á una chimenea
OCTAVIO. ¡Gentil manera de amar! En el rigor del invierno
Cuerdo eres. ELISA. Con una ollaza podrida
Cuanto es de mi parte obligo; Y si de ti me olvidare.
AURELIO.
No tengo mas que te dar. Si no me duermo, esta vida,
Hoy veré con experiencia Después de mi muerte pare
Estos ojos tuyos son ,

Si puede mas la obediencia Donde tú fueres servida.


Estas manos y este pecho
Que el amor en las mujeres.
A cualquieraposesion
(Vanse.)
Del alma tienes derecho
ESCENA IX.
Que mi amor te ha dado acción. MARQUINA.— Dichos.
Pero en llegando á que diga
Sala en casa de Aurelio. Mi padre: « De otro lias de ser, »
MARQUINA.
Vana fué nuestra fatiga. Un criado de Laurencia
ESCENA VIII. Por fuerza me lias de perder. Pide licencia: ¿entrará?
Como quien lo ajeno obliga. ELISA.
ELISA, CARLOS, PAULA ESTEBAN.,
c.írlos.
¡
Jesús ! qué poca advertencia
No querrá el cielo. Señora
¡

CARLOS.
Que llegue tan fuerte día.
Apenas pude esperar Por el alma (jue le adora.
¿Dónde está?
Que de la villa saliese. MARQUINA.
ESTERAN. {Ap. (i Paula.)
ELISA. En la sala está.
¿De qué es la melancolía ?
Ya estaba para espirar ELISA. (.4 Carlos.)
PAULA.
No hay nave que padeciese ¿Quieres que le dé licencia?
¿Quién le mete en eso agora ?
Tanta tormenta en el mar. CARLOS.
Pero advierte Carlos mío ESTERAN.
,
¿Quién es Laurencia?
Que no es bien que á desvarío ¿No me puedo yo meter?
ELISA.
.luzgues esta liberlad PAULA.
Una dama
Si miras mi voluntad Ni él ni su ánima.
Como de tu amor conlio. Con quien hoy he estado en misa.
ESTEBAN.
CARLOS.
CARLOS. Advierla
¿Libertad te ha parecido Que me suelen responder Toma el recado.

Que pueda en tu casa entrar ELISA.


Con respéquelo.
Quien ha de ser tu marido? PAULA. Antes llama
ELISA. Estoy cierta El paje.— Y tú , amigo, aprisa,
El tiempo suele mudar Que en su vida me ha de ver. {Vasc Marquina.)
Grande amor en grande olvido. ESTEBAN. Ponte detrás desla cama;
CARLOS. ¿Son calazos? Que será descortesía
No hay cosa , fuera de ser PAULA. i Cuando á visitarme envía,
Mudable tu [larecer, Ni aun celitos. !
Que el paje no pueda entrar.
, , ,; , ,, ! ; —— ; —
, ;

COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


cÁr.i.os. FELICIANO. MARQUINA.
Y Esteban idónde ha de estar? ¿Que Otro quiere? De amor no me maravillo,
ELISA. FISBERTO. Masde(|iie(iiieraisdecíllo
Con liso. ¿Por(|ué no. Por fuerza. Salios, que es tarde.
CARLOS. Si se ha de casar con él ? FELICIANO.
Adiós, prenda mia. FELICIANO. No quiero.
(Escúndense Carlos y Esteban.) Confieso que es liviandad MARQUINA.
Pero por Dios , que me agrada
,
¿No? Pues aguarde.
ESCENA X. Su talle y su honestidad. FELICIANO.
ELISA. ¿Qué traeréis?
FELICIANO FISBERTO MARQUINA.
. ,
Inquieta estoy y turbada. MARQUINA.
—ELISA, PAULA. Señor, desla novedad La del perrillo.
Que no entran hombres aquí.
FELICIANO. Id con Dios. ESCENA XI.
Dadme esas manos. FELICIANO. AURELIO, OCTAVIO.— Dichos.
ELISA. No sé, por Dios,
¿Quiénes? Cómo he de salir. AURELIO.
FELICIANO. ELISA. ¿Tan ocupada estás, que no respondes
Un hombre en quien hoy hablastes. Yo sí.
Ni tú ni los criados desta casa?
Muéstrales, Paula, á los dos ¿Qué es cslü ?
ELISA.
La puerta. FELICIANO. (Ap.)
¿Qué es aquesto?
PAULA. ¡Vive Dios , que soy perdido!
MARQLIXA.
Venid tras mí. OCTAVIO.
Lo que ves.
FELICIANO. ¡ Hombre en tus aposentos ! \
ELISA.
Teneos ; no tan aprisa. AURELIO.
¿Por paje. Señor, entrastcs?
PAULA. Hombre y hombres.
FELICIANO. Pero deten la espada.
Quiero enseñaros la puerta.
Y lo soyá vuestros pies. OCTAVIO.
FELICIANO.
¿No quedó ansí concertado. ¿Eso me mandas?
Que yo os trújese un recado? Antes para entrar á Elisa,
La quisiera ver abierta. AURELIO.
ELISA. Espera, hasta saber á qué le obligan.
PAIÍLA.
Es verdad. ¿Qué hacéis aquí? (A Feliciano.)
¿Requiebros? Cosa de risa.
FELICIANO. FELICIANO. (Turbado.)
ELISA.
Pues paje soy; Señor... quise... y llegando...
Y recado no os doy
si el Ea, Señor, salid luego.
Cuando... no sé... mas yo...
Es porque me habéis turbado. FELICIANO.
OCTAVIO.
ELISA. Que me permitáis os ruego ¿Qué aguardas?
Si el veros, para saber Ver un momento esta casa.
AURELIO.
Que está Laurencia empleada FISBERTO.
Tente;
Como principal mujer. Señor... Que no todas las veces se remedia ,^

En persona tan honrada FELICIANO. [Ap. á su cviodo )


La honra con la espada. \

Y de tan buen parecer. La mujer me abrasa. ELISA. (Ap.)


Fué el recado del concierto FISBERTO.
Que le recibo os advierto; ¡Hay tal desdicha!
¡Linda estopa AURELIO.
Y á Laurencia responded
Que me ha hecho gran merced FELICIANO. No en vano á la cordura y á la furia
FELICIANO. ¡Inmenso fuego! Pintaron un mancebo y ún anciano;
Entreten esa criada. El mozo con las manos pretendiendo
¿Parézcoosbien?
FISBERTO. {A Paula.) Arrancar una cola de un caballo.
ELISA. Jamás pudo , y cayó rendido en tierra
¿Quiere oír tres mil razones?
Sí por cierto El viejo , cerda á cerda, poco á poco
Diga , señora entonada.
FELICIANO. La vino á deshacer.
PAULA.
Miradme de espacio. ¡Oh
OCTAVIO.
, qué lindos gigantones!
ELISA. Pues ¿qué pretendes
FELICIANO.
Aquí En tanta desventura sin la espada?
¿Porqué, mi bien, tan airada?
No tenéis que me agradar; AURELIO.
ELISA.
Allá le diréis que os vi ¿Quién sois, hidalgo?
Y que quiero enviar
!e Mirad que es descortesía.
FELICIANO.
Otro que me agrada á mí Marquina...
Soy un caballero.
Que pues se me ha descubierto MARQUINA.
AURELIO.
Hasta enseñarme á quien ama Señora mía.
¿El nombre ?
No es bien que tenga encubierto ELISA. FELICIANO.
Lo que yo adoro , á esa dama. ¿Qué me habéis traído aquí? Feliciano.
FELICIANO. {Ap. á Fisberta.) MARQUINA. AURELIO.
Como de un sueño despierto. ¿No hablaste á Laurencia? ¿Vuestro padre?
No he visto mayor belleza. ELISA. FELICIANO.
FISBERTO. Sí.
Lisandro.
¿Nunca habías visto á Elisa? MARQUINA. AURELIO.
FELICIANO. Pues de su parle venia. — Conocíle. ¿Sois casado?
Nunca vi su gentileza. Caballero, no es razón
FELICIANO.
FISBERTO.
Que procedáis deste modo.
No soy casado.
No es de las que hizo aprisa FELICIANO. OCTAVIO.
La varia naturaleza. Padre, efetos de amor son. ¿Qué preguntas?
Aquí detuvo el pincel, A buen lin camina lodo.
AURELIO.
Hizo, deshizo, quitó. ELISA. (Ap.) Calla;
Todo el arle puso en él. ¿Hay tan notable ocasión ? Que voy sacando celdas á la afrenta.
, ;; —
,, ; , . , ,, , , . ? ..,,; , : ,

EL AUSENTE EN EL LUGAR.
OCTAVIO. AURELIO. Que quieren forzarte el alma.
en forma de bestia, nomeespanta.
Si está Mis brazos quiero daros. ¿Qué respondes?
AURELIO. FELICIANO. ELISA.
¿Sabéis acaso que esta casa es mia? Yo los míos. Carlos mió...
FELICIANO. AURELIO. Mió no. que hablé turbada...
Vamos en casa de mi hermano. Carlos tuyo y mió un tiempo.
,
A no sal)er que es niestra aquesta rasa,
Que para mi muerte basta
No hubiera puesto yo los pies en ella. FELICIANO.
Cuando palabra te di
AIRELIO. Vamos.
De ser tuya ¿quién pensara ,
Pasaos allí. FISBERTO. (Ap. á su amo.) Que hallara un Sansón tan fuerte
FELICIANO. (Áp.) ¿Que te casaste? El templo de mi esperanza?
Yo pierdo aquí la vida. FELICIANO. Aqueste mancebo ciego
AIRELIO. Sí. A las colunas se abraza
Di , Elisa , que mejor dijera Eiicia FISBERTO. De mis pensamientos hoy,
¿Quién es este mancebo ? ¿Qué hará Laurencia
Y á todos juntos nos mata.
ELISA.
Entre cuantos imposibles
FELICIANO.
El que
Tu imaginación hallara
él ha dicho. Lo que hice yo. Para olvidarte, mi bien
AURELIO.
FISBERTO. Ni hacer de mi amor mudanza.
¿Cómo entró aquí?
¿Qué fué? La obediencia de mi padre
ELISA.
FELICIANO.
Fué , como ves , reservada
Con un recado falso En llegando áque es mi dueño,
Tener paciencia.
De Laurencia su dama.
, Cesa el gusto , el amor para.
(Vanse Aurelio, Feliciano, Octavio, El me
dio este ser que tengo;
OCTAVIO.
Fisberta y Marqidna.) A la sombra de sus alas
(Ap. ¡ Vive el cielo.
Que estees el mismo que Laurencia ado- He vivido no es razón
:

Y por quiensoyaborrecido!)Pad^e, [ra,


ESCENA Xn. Ser á tanta deuda ingrata.
Si aquesto se desconcierta,
Si no casáis á Elisa y Feliciano, \ CÁRLOS,ESTÉDAN.-ELISA. PAULA.
No tengo honor. \
O tu ingenio y amor hallan
Remedio conque se impida.
AURELIO. CARLOS.
Aquí está Elisa.
Detente, que estás loco. Si se tardan un momento.
CARLOS.
Elisa,que haya entrado honestamente Fiera Elisa mas ingrata
,

Este mancebo aquí , no lo tratemos Que á las manos que la siembran ¿Qué llamas
Que de La verde «Aquí está Elisa»? Mujer,
tus pensamientos yo lo creo. y soberbia palma.
Soy padre, tengo un hijo que á mi crédito Sospecho que como mina Que es el nombre que declara
Sucederá mañana. No repliques Por la boca reventara Mejor la mudanza vuestra;
i.
A cuanto vieres que mi honoremprende. El alquitrán que en el pecho
Porque sois muerte y mudanza.
Si Elisa estuviera aquí
ELISA. Me estaba abrasando el alma.
Cuando vi que Feliciano Cumpliérame su palabra.
Si yo fui desdichada, si mi estrella
No está en sí pero está en mí
Me puso en ocasión de tantos daños, Te hablaba te enamoraba
,
;

Mil veces para salir


Como inlierno queme abrasa.
El tiempo te dirá qué culpa tengo. "Este fué concierto tuyo
AURELIO.
Puse la m;ino á la espada;
Pero viendo que tu honor. Todo concertado estaba
Caballero, yo os hallo en esta casa,
El de tu padre y tu casa
El hablar hoy á Laurencia
Y en el mismo aposento de mi hija. Se pusiera al blanco vil No ha sido, Elisa , sin causa.
No os hago fuerza porque no era justo
,
Del vulgo que errando enclava
,
En tu cama me pusiste
Por hallaros aquí, casaros luego;
Detuve mi justo enojo. A que viese mi desgracia.
¿Queréis ser su marido? ¡Mal haya fe que pretende
Qué mal hice pues fué causa
!

Gloria (ie cielo de cama!


¡

felicia.no. {Ap. á Fisberta.) Que Aurelio y Octavio entrasen.


¿Qué diremos? Hija de uno y de otro hermana. Trujisteme á que lo viese.
,

FISBERTO. Donde por cobrar su honor ¡Oh , qué bien me desengañas!


Yo pienso que te engañan que si dices Bajaron mis esperanzas Tuya la cania . león yo
;

Que no quieres casarte, han de matarte. Del cielo de tus favores Que á sus pies dorados brama.
Al infierno de mis ansias.
Camaleón vengo á ser.
mete mano
Si quieres defenderte ,

Quizásaldrémos,aunquenohayapuerta. ¡Cuántas veces presumí Pues el dia que te casas


Que lo que vía soñaba Vengo á sustentar de viento
FELICIANO.
Tantas esperanzas vanas.
¿Quién dudaqueestarán todascerradas? Y que sin duda dormía.
Pues me escondiste en tu cama! Don Fernando de Toledo
FISBERTO. Hace gente. Afuera, España.
Mas limpiándome los ojos,
Pues di que si que habrá después reme- No mas patria no mas nda.
;
Y despertándome el alba ,

Si esto no fuere cosa de tu gusto, [dio, Del dia de mis desdichas,


Todo, contigo, me falta.
FELICIANO. Iré á morir plega á Dios
Y' el tocar tu engaño al arma
; ¡

Señor, yo gano tanto en ser esclavo. Conozco que estoy despierto; Que en la primera batalla
Que no esposo, de Elisa, vuestra hija Porque, aunque en sueños, me espanta Una pistola me borre
Que alabo la piedad del justo cielo Que [)or quien no fuera yo Tu rostro. Elisa, del alma.
Que os trujo en ocasión que aquí me ha- Tantas desdichas pasaran. ¡Obediencia dices ¿Cuándo !

[llásedes; Mas ya que ha traído el tiempo Amor obediencia guarda


Aunque os prometo que es lavez primera La prueba de tus palabras Ni á padre ni á honor, ni á esposo.
,

No te castigue el amor Nial cielo?


AURELIO. r^l^Q ELISA.
Que has hecho sus firmas falsas;
Pues porque no penséis que me aprove- Espera, repara...
No diga mi amor, Elisa,
De la ocasión agora, id en buen hora,
Que cuando me diste tantas CARLOS.
Y pensad lo de espacio en vuestra casa
Torres en el viento hacías,
Que puesto que soy pobre, rico he sido, Y escribías en
Tú ¿vienes conmigo ?
el agua. ELISA.
Y no es mi hacienda, no, tan limitada Mientras van á susconciertos,
Que no os importe; aunque el valor de Vamos á mi casa honrada No.
Hace muchas ventajas á su dote. [Elisa CARLOS.
O á las del juez del cielo
FELICIANO. Que las voluntades casa. Pues, loca ,
¿por qué me llamas?
Porque veáis con cuánto honor procedo Soy tu primeroinarido ELISA.
En vuestra estimación venid conmigo, , Til mi mujer; pues ¿qué aguardas? Si pudiera Carlos mió,
.

Y haremos los conciertos v escrituras. > ¿Cómo te detienes? Mira Yo fuera; he nacido honrada,
, ;, ; , ! ; , ! : ,

256 CO.MEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE \ EGA CARPIÓ.


¿Qué dirá el mundo de mi? A Feliciano, Sabina.
Pieusa aiguii medio. i lELlCIANO.
SABINA.
CARLOS. Un temor.
Gloriosa eslás de (picrer I

Qiñou ama Hombre tan galán. LAURENCIA.


Y piensa , no tiene amor ¡Temor conmigo! ¿De qué?
O el quetuvo se le acaba. LAUnENCIA. ¿Vistea Elisa?
Hante hablado en casamiento. Inclina
A amarle FELICIANO.
Palabra que os an ebata á cualquier mujer.
El seso: ¿quién duda, Elisa. SAlilXA.
Ya la vi.

Que a este son hagas mudanza? Tienes, Señora, razón; LAURENCIA.


Dios te haga tan dichosa , Une cuando pienso en Fisberto, ¿Con suspiro?
Que aquella misma mañana Se me baña el corazón FELICIANO.
l>e la noche de tu boda De un cierto incendio encubierto ¿Suspiré?
Te traigan de Tlandes cartas ¡.\grailable suspensión.
En que digan que soy muerto. LAURENCIA.
Que no deja á mis sentidos
Lugar de volveren mi!
Si , mis ojos. ¿ Fué por mi?
ELISA.
' FELICIANO.
Escúchame una palabra. LAURENCIA.
Del alma á lus ojos fué.
CARLOS. Amando están divertidos.
Obras quisiera escuchar No dirá Elisa que fui LAURENCIA.
íjue palabras todo es nada. Sirena de sus oidos. ¡Válanie Dios ! ¿Donde has ido?
iVú'sc.)
Habrá visto en Feliciano FELICIANO.
PALLA.
Que lómenos le conté. A verá Elisa.
Esteban, ¿qué dices desto? Pues con atrevida mano
ESTEBAN. En corlo mapa cifré LAURENCIA.
¡Plega á Dios que una l)ombarda Todo un cielo soberano. ¿V de allá
Pase de mi treinta leguas, ¿Quién duda que está invidiosa Esta tristeza has traido?
Si vol viere á verle, Paula! De verme tan venturosa? ¿No está buena ?
Ao mas España cruel, FELICIANO.
SABINA.
No mas vida no mas patria. Buena
,
No hará porque quiere bien.
está.
Arrieros van á Flándes, ,

LAURENCIA.
Allá me lleven sus cargas LAURENCIA.
;
¿Parecerále tan bien ? Algo has visto ó has oido.
V si le casares...
¿No te dijo que te quiero.
PAULA. SABINA. Que le alabo que le adoro ,

Oye. ¡Qué necedad tan famosa! Y que te estimo?


ESTÉI1A>'. LAURENCIA. FELICIANO.
De aqni á mil años te traigan Quiero mucho. Si espero
Nuevas de que el Draque'es muerto, Para guardarte
SABINA. el decoro
ü el rey Chico de Granada. ( Vase.)
Tus deseos Que es mas rigor considero.
ELISA. Conozco. Laurencia , yo he visto á Elisa
Parte, Paula y llama á Carlos. Porque tú me lo mandaste.
,
LAUBENCIA.
Entré en su mismo aposento,
PAULA. Pues no le espantes Libre de tantos pesares.
Señora, desfa ventana Que encarezca mis empleos.
Le daré una No habia hablado con ella
voz. SABINA. Dos palabras, cuando el padre
ELISA. Los hijos y los amantes Y Octavio entraron diciendo
Camina. No pueden parecer feos. Y haciendo mil (lispurates;
PAULA. — Pasos siento. Que como deben de andar
No irá lejos ; que quien ama LAURENCIA. Sospechosos, esta tarde
Cuanto sale mas furioso. Vellos son; Fingieron aquella ausencia
Tanto mas despacio para Que en los amorosos casos. Para que Carlos entrase.
Porque se aleja del centro, Quien espera con pasión Halláronme en su lugar...
\ lleva violenta el alma. {Vase.) Siente trasladar los pasos — No permitas que te canse
Desde el suelo al corazón. Con decirte sus locuras
ESCENA XIII.
SABINA.
Y amenazas desiguales.
Basta saber que salí...
ELISA. Pienso que has engañado.
te

LAURENCIA.
—¿Cómo lo diré?
¡Ay, fuerte obligación
A v, honra, asi- ! LAURENCIA.
A de un generoso jieeíio
la virtud
Tuyo el engaño habrá sido.
[da !
Mi bien y el tuyo han llegado. No tardes;
La justa que habéis hecho
resistencia Que me matas.
En tanto amor, me cosUirá la vida.
FELICIANO.
No sé si ya me siento arre[)eiitida ESCENA XV.
Que contra ainorno havfiieizíi dcprove- i
Ay Laurencia!
Pero saldrá del alma á mi despcclio cho;
|
FELICIANO, FISBERTO. - Dichas. ¡Casado!
Cuando al honor la [>osesioii le inijiida.' LAURENCIA.
¡Casada yo sin tí Triste suceso
!
FISBERTO. Calla.
¡

ímaginallo .solo me desalma ¡Sabina!


FELICIANO.
Pero ya que en el alma estás impreso SABINA.
¡Fisberto amado!
¿Que calle?
El tendrá los despojos, tú la palma •
¡Pluguiera á Dios que pudiera!
Que quien tiene en Argel el cuerpo preso, Triste viene tu señor.
LAURENCIA.
1 endra por puntos en su tierra nSBERTO.
el alma.
Pues ¿qué razón hay bastante
Vase.) No sé qué pena se tiene.
( A hacerte casar por fiiei'za?
LAURENCIA.
FELICIANO.
Saín en lasD de I>aurcncia. ¿No me hablas? Solo en su aposento hallarme.
FELICIANO. (Ap.)
ESCENA XIV. ¡Qué rigor!
LAURENCIA.
¿Estabas desnudo?
LAURENCIA, SaSíNA. SABINA.
FELICIANO.
¡Qué descolorido viene
LAURENCIA. ¿Yo?
Laurencia.
Doíco en extremo ver LAURENCIA.
¿Qué le enmudece? Pues ¿por qué un rigor tan grande?
, ; , , , , , ,

EL AUSENTE EN EL LUGAR, áaí


FELICIANO. FISBERTO. Si estorbas qué
esta mujer,
Porque se dan á entender ¡Qué linda traza de amante! Carlos, se llegue á casar.
Que soy quien entra y quien sale ¿Amas, y pides dineros? CARLOS.
A deslustrar su nobleza FELICIANO. No hay tratar deso; es partida
Y deshonrarles su sangre. ¿Sabes tú lo que es casarse? Tan cierta ([ue antes de un mes
,
Las escrituras se han hecho. Me verá el país de Artués.
FISBERTO.
LAURENCIA.
Sé que es carga. ESTEBAN.
¿Qué dices? ¿Por tu vida?
FELICIANO. FELICIANO.
CARLOS.
Con penas tales, Pues si es carga,
Dineros y bestia, y ande.
Por mi vida.
Que no se podrán romper,
O es decirles que me maten. ESTEBAN.
Confiésote que pensaba
LALREXCIA.
Que era máscara de celos.
¡Válame Dios! ¿Eres tú
Quien eso dices? ACTO SEGUNDO, CARLOS.
No vuela el ave á los cielos
FELICIANO.
Ni la Hecha de la aljaba
La cárcel
Puesta en el arco ni el rayo
Sala en casa de Carlos. ,
^'i lamuerte, ;,me pudieran De la nube, como yo
A lo que has visto forzarme,
Si no fuera alguna estrella
ESCENA PRIMERA. Parto á Flándes.
Cuya influencia es bastante ESTEBAN.
C-\RLOS Y ESTEBAN, con botas, espue-
A que con quien nunca vi, Luego ¿no
Por fuerza un hombre me case? las ?j plumas. Tendrá fuerza algún desmayo,
Y no es este el daño solo Lagrimilla ó papel tierno?
Que el venir agora á hablarte CARLOS.
CÁRI.OS.
También es otro dolor ¿ Está todo prevenido?
¿De unos ojos tan crueles.
Para que tantos me acaben. ESTEBAN. Lágrimas, ni mas papeles
Octavio ya le conoces
, No hay cosa por prevenir. De tales manos? ¡Qué infierno!
Quiere que contigo trate CARLOS. Pues ¿de tal pecho desmayo?
Que te cases con él. ¡Fuego del cielo!
En fin , ¿ me puedo partir?
LAURENCIA. ESTEBAN.
ESTEBAN.
Calla. Por Dios,
Sí ,
pues no te dan partido.
FELICIANO.
CARLOS. Que sillera solas dos,
Esto me dijo en la calle.
¿Cómo ha salido esta gala ?
Que el ave la Hecha el rayo
, ,

LAURENCIA. Se detengan y se queden.


ESTEBAN.
Todo lo entiendo ya sé :
CARLOS.
Que Elisa vino á engañarme. Como de tu gusto, en fin. Llamaron.
Concierto de todos fué. CARLOS. ESTEBAN.
FELICIANO. ¿Come, Esteban , el rocín? Dirás que son
Espera. ESTEBAN. Sus criados.
LAURENCIA. Comiendo queda en su estala. CARLOS.
¿En quién? CARLOS. ¿No es razón?
FELICIANO. ¡Buen nombre Bien se autoriza. !
ESTEBAN.
En mis males. ESTEBAN. Ni es razón ni son ni pueden.
,
,'

Eslaráles ya bailando
LAURENCIA. Como á Flándes nos partimos.
La boda en el cuerpo á todos
Déjame saber mi muerte. {Yase.) Los soldados no decimos,
V de diferentes modos
FELICIANO. Como aquí, caballeriza.
Comida y galas buscando;
Escucha. CARLOS. ¡Y quieres que á verte vengan!
FISBERTO. ¿Salen estas plumas bien? CARLOS. {Asomándose.)
Furiosa parte. ESTEBAN.
Digo que son , majadero.
FELICIANO. Que pareces un virote. &- -•

ESTEBAN.
Tenia Sabina. Pero di, mi matalote c* 1 i.-
,
¿Tú lo ves?
SACIÑA. ¿Ha de ir á Flándes también ?
CÁBEOS.
No puedo. {Vase.)
Que tiene talle, por Dios
Üe quedarse á hacer la cuenta A SU escudero
FELICIANO. Y á Paula.
Aquí en la prímei a venta.
¿Qué he de hacer? ESTEBAN.
CARLOS.
FISUERTO. Pues alto tengan ;
¡Qué! Bien andarán los dos.
Note acobardes; Las bestias en compañía Las puertas de par en par.
Que alguna industria ha de haber. .\ndan mas. CÁHLOS.
FELICIANO. ESTEBAN. Abre borracho.
,

¿Quieres que de veras hable? Es pensamiento ESTEBAN.


FISUERTO. Tomado del casamiento, ¿Tú eres
¿Pues no? Que andan de noche y de dia. El bravo? ¿Tú á Fláudes quieres
FELICIANO. Mas , por Dios que aunque vestido
,
Partirle?
Pues, por Dios Ya de camino te vea, CARLOS.
que Elisa...
,
Y á mi con osla librea
FISBERTO. Déjala entrar.
A lo flandi'sco lucido.
Dilo. ESTEBAN.
Que no creo que de Illéscas
FELICIANO. manos
Has de pasar. ¿Yo papel de tales
Me parece un ángel. Lágrimas de tales ojos?
CARLOS.
FISUEKTO.
¿Cómo no? Mas como de esos enojos
El dote es poco. Tiene amor por tierra llanos.
ESTEBAN.
FELICIANO. CARLOS.
Como te conozco yo
Y muy
poco. V se las truchas que pescas. Abre, ¡maldígate Dios!
Si algo mas al dule aiiadeu, Para mi, tu quieres dar (
Va Esteban á abrir.)
Vo soy marido de Elisa Martelo de ausencia y ver Ya está abierto, y ya han entrado,
,

L-i. 17
; ! ,, , , ——
;,, ! , ; ,
; , , .

258 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA U. CARLOS. Vamonos de aquí Marquiua. ,

(Lee.) «una mujer principal


Si MARQUINA.
MARQUI.NA, PALLA.— Dichos. íPorque á su padre obedece Vamonos; que está furioso.
))Cárl0s del alma merece ,
PAULA.
PAILA. íQue VOS la tratéis tan mal No te espantes; que un celoso
¡Oh qué gallardo soldado DSea en buen hora, bien mió,
Con el dolor desatina.
ESTÉÜAN. «Aunque para mí no es buena
MARQUINA.
¿Uno solo? ¿no vos dos? «Que os agradezco la pena
»Y mil gracias os envió. ¿Quién le podrá resistir?
PAILA. Vamos. Esteban, adiós.
»Que como me ha de malar
¿Dónde bueno desta suerte? uDe vuostia ausencia el dolor, ESTEBAN.
CÁULOS. líMientras mas peno, Sefior,
Está adorando en los dos
AFIándes, smiga.voy. !)!\Ias me queréis ol)ligar.
Y quiere fuerzas ungir.
PAULA. «¡Oh qué bien lie conocido,
PAULA.
»Mi bien , lo que tengo en vos,
¡Jesús! por reirme esloy.
«Sabiendo tan bien los dos_ ¿Tú no me verás primero
béjame despacio verte. «Lo que vos me habéis debido! Que le ausentes?
CARLOS. ESTERAN.
«No quiero yo que no os vais;
Bien dices; porque jamás «Mas no sea tan a|»risa ;
Allá iré.
Me volverás , Paula , á ver. «Ijue aun no está casada Elisa, PAULA.
¿Qué hace Dios de esa mujer? «Á quien vos dccis que amáis. á pié?
¿Vas á caballo ó
PAULA. «Hacetime merced, mis ojos,
ESTEBAN.
¿Esa mujer ya no es mas? «Que nos veamos primero
«Que con vos descansar quiero Vov con este majadero
CARLOS.
«be tantas penas y enojos. En un camello persiano.
Kunca el nombre le ha venido «Esta noche habrá lugar. Allá nos despediremos.
Como en aquesta ocasión. «Vuestra Elisa, aunque me maten.» MARQl INA.
Mujeres dicen que son
—¿Que esto escriban , que esto traten Vamonos, Paula, ¿qué hacemos?
Las que va tienen marido;
Manos que á otro se han de dar? Mira que en el viento vano
Y ella, |)ues que tiene dos, ¿Hay traición, hay fingimiento Anda deste mozo el seso.
Mas mujer debe de ser
Como este? Mira los gestos que hace.
Que para el mundo es mujer PAULA. PAULA.
De otro, v mia para Dios.
ay, Paula, ay, amigos!
¿Deque
es traición?
Adiós. De sus celos nace.
\X\\ padre ,

Nadie mejor rñi razón CARLOS. MARQUISA.


Sabe, pues de mi pasión Pues ¿trae el papel razón Temblando voy, te confieso.
Son vuestros ojos testigos. Que impida su casamiento?
(Yanse Paula y Marquina.)
Cásese Elisa, bien hace; ¿No ves que me dice aquí
Obedezca, como dice, Que me vaya, y que no quiere ESCENA III.
A su padre Dios bendice
: Detenerme?
Quien tan obediente nace. PAULA.
CARLOS, ESTEBAN.
Cuanto á mi no hay que tratar,
, Quien le oyere
Paula consolado estoy.
; Jurará que adora en tí. ESTEBAN.
No la he de ver, ya me voy. ¿Puede ser cosa mas tierna? Mal has andado en tratar
PALLA. CARLOS. Esta gente deste modo:
Pf gado se le ha el hablar ¿Esto es tierno? Es fuego, es ira. Misales culpa de lodo,
TiiH resuello y consolado Es embeleco, es mentira. Della te debes quejar.
¿L'l habito soldadesco. PAULA. No viene Paula á ofenderle
Ese es estilo flandesco. Ni ella es parte á que se case.
¡
Qué mal humor te gobierna?
CARLOS. si Elisa no te adorara, CARLOS.
Bien di-'-es ; ya estoy soldado t ¡Si escribiera bien ni mal. ¡Oh qué mal fuego te abrase!
\ de manera lo estoy, CARLOS. ¿A Elisa nombras?
Que la palabra de estar Como es mujer principal ESTLBAN.
lin Flándes no he de quebrar
En su término repara. Advierte
P;ula, si en el aire voy.
Tras esto, no le ha movido Que si no es que loco estás
¿A qué bueno es la venida?
Amor ((¡ue bien se ve aquí). A lo menos lo pareces.
PALLA. Sino lástima de mi CARLOS.
A traerte este papel. Viéndome quedar perdido.
CARLOS. Que aun no está casada Elisa Pena á mis penas ofreces,
Dice aquí fuego de Dios Celosa mis celos das.
Contará su boda en él. :
i
ESTÍRAN.
Pagaréisme, papel, vos
PALLA.
Palabras de tanta risa. ¿No era mejor responder
Contará su triste vida. PAULA. Que esta noche á verla irías
CARLOS. CARLOS.
No le rasgues.
Vuélvele , Paula, por Dios. CARLOS. ;Fuéronse?
Letra de Elisa es veneno. Ya está hecho ES1EUAN.
PACLA. Habrá cuatro días.
Que me abrasaba la |)alma.

Léele, acaba. ( Asi quisiera algún alma. CARLOS.


ESTEBAN. Asi quisiera algún pecho.
Quicrolos hacer volver.
¡Oh qué bueno! PAULA. Parte á llamarlos.
¿Melindres? Luego ¿no responderás? ESTEBAN.
CARLOS. CARLOS. Yo voy.
Venis los dos ¿Responder? Vete de aquí, CARLOS.
Y quiéroos tener respeto. O haré lo que del en tí. Déjalos.
ESTEBAN. PAULA. ESTEBAN.
¡Lindo achaque! ¿En mí? Ya me estoy quedo.
MARQCINA. CARLOS.
CARLOS.
Vete.
Tú verás Mas llámalos; que no puedo
PAILA.
Que Elisa no puede mas Vivir si sin verla estoy.
Pues eres Carlos discreto.
, ,
Loco estás. 1
! !! , , , ;, ,

EL AUSENTE EN EL LUGAR. 2j9


ESTÉBAJÍ. CARLOS. Elisa; que deste modo
Voy volando. Sí. Te podrás en todo
veiigiir
cÁnLos. ESTERAN. Dtí cuantos agraciado.
te lian
Aunque te iliga ¿Cómo? ¿De noche? Pon los ojos tiernamente ,

Que vayas, de estar quedo.


te luis En Carlos que tú verás
; ¡
CARLOS.
ESTEBAN. Qué dolor á Elisa das,
De día. Y lo que lu ingrato siente.
Que enloquezcas tengo miedo, ESTERAN.
Si tanto el dolor te obliga. LAURENCIA.
¿ De dia ? ¿ Con qué invención ? Elisa de Feliciano
CÁliLOS. ,

CARLOS. Contenta, ¿ qué ha de sentir,


¿Que no respondí que iria?
Vén conmigo. Ni Feliciano, de oir
Animo tuve y valor,
ESTKBAN.
Poniue es cómo negro amor,
Que quiero á Carlos?
Todo entono y fanlasia. E fetos son SABINA.
Mas cómo sufrir podré De amor. ;
Qué en vano
;,

El no verla?— Parle luego, CARLOS. Gasta un discreto el consejo


Y llama á Paula. ¿Estás ciego? ¡Ay, Elisa mia! Con quien está peitiiiaz !

¿Estás sordo? ¿Oyes? {Yanse.) Haz lo que


digo en paz;
te

ESTEBAN. Que amor escomo el espejo.


No sé.
Que cuando se compra nuevo
j,No me mandaste no hacer Sala en casa de Laurencia. No agrada ni satisface
Hasta que el rostro se hace.
Lo que me mandases? ESCENA IV. LAURENCIA.
CARLOS.
LAURENCIA SABINA. ,
Luego si á quererle pruebo,
Sí.
¿Vendrá á parecerme bien ,
ESTEBAN. LAURENCIA. Aunque agora no me agrade?
Pues yo te obedezco ansí. ¿Cómo quieres que sosiegue, SABINA.
CARLOS. Sabina , en tanto dolor ? A querer te persuade;
Ya que no me pueden ver, SABINA. Que si tus ojos se ven
Cojamos estos pedazos ¿Es posible que el amor Cada dia en los de Carlos ,
De aquel rompido papel. De un hombre ingrato te ciegue Tü vendrás á estar segura
ESTÉÜAN. A tanta descompostura? Que retratan tu hermosura
¿ Agora adoras en él ? LAURENCIA. Y por lo mismo á adorarlos.
CARLOS. Si no fuera amor mi mal LAURENCIA.
¡ Oh letras, rasgos y lazos
Dices bien es igual
; mas Ahora bien, dime verdad,
De aquella mano divina .\ la furiosa locura. ¿ Hale sucedido á ti ?

ESTEBAN. No se curan amor y ella : SABINA.


Paula vuelve. Si sabes remedio , di
Estoy por decir que sí
CARLOS. Cómo me vuelvas en mi.
Porque tuve voluntad
Y él al suelo. SABINA. A quien tan mal me pagó,
ESTEBAN. Queriendo tú salir della. Que en Fisberto la mudé,
Pues no es.
Amor se deja curar, Y que ya le amaba hallé
CARLOS. Si es el enfermo obediente. Cuando el otro me buscó.
¡Maldiga el cielo LAURENCIA. LAURENCIA.
Tu condición A tu mano diligente Luego ¿vínote á buscar?
ESTEBAN. Hoy me quiero .sujetar. SABINA.
Imagina Di que quiero obedecer
; Picóse y volvió.
Que es entretener á un loco La cura en que me pusieres. LAURENCIA,
Ciencia, humor, industria y flema. SABINA. Qué espero?
¿
CARLOS. Haz lo que muchas mujeres, Amor es tretas : yo quiero
¿Es celos , Esteban tema ,
Pues eres también mujer. Amar, ó fingir amar.
Para estarlo un hombre poco? LAURENCIA. Mas ¿cómo habernos de hacer
Estos papeles quisiera ¿Qué he de hacer? Para que Carlos me entienda?
Juntar. Que puede ser que le ofenda
SABINA.
ESTEBAN. Si le comienzo á querer.
El mismo amor SAHÍNA.
Yo sé cómo. Poner en otro sugeto.
CARLOS. Finge que fe ha dicho un hombre
LAURENCIA.
Quedes astrólogo, y que quieres
El cielo ¡Fuerte remedio!
Te dé en tus niales consuelo.
Saber, como otras mujeres,
SABINA. Señas, trato vida y nombre ,
ESTEBAN.
Discreto, DeFTiue ha de ser tü marido.
Escucha. El mas breve y el mejor. El negará, ludirás
CARLOS.
LAURENCIA. Que lo sabes, y que estás
¿De qué manera? C.ierta de loqiíe has oido.
Siamor fué en mi natural
ESTEBAN. ¿Qué podrá un amor violento? Darásie luego la mano:
Llevándolos al molino SABINA.
Creo de su discreción
Del papel majados luego.
, Que aproveche la ocasión,
Ocupar el pensamiento
Volverán á hacer el pliego. Y que no la dé de mano.
Y ir entreteniendo el mal.
CARLOS. De aquí la tendréis los dos
LAURENCIA. Para que el juego se entable.
¡
Hay
tan cruel desatino
¿Y las letras? ¿A quién tengo de querer? LAURENCIA.
ESTEBAN.
¿No hay mas de decir yo quiero? Carlos es hombre notable:
Pues si allí SABINA. Consuelo me das, por Dios.
La quedar pudiera,
letra A quien tu amante primero Toma Sabina , tu manto, ,

Molino y emprenta fuera. Haga de celos arder. Vele á hablar, habla con él.
CARLOS. LAURENCIA. SABINA.
Hoy veré á Elisa. i Quién ? Escríbeme tú un papel.
ESTEBAN. SABINA. LAURENCIA.
¿Tü? £1 mismo que ha dejado De mi libertad me espanto.
, ,; !,, ,, ,
, , ! ! , ! ,

260 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA ( ARPIO.


Pero nmor me (t;i licencia Y' el valor que viendo estás. No pude excusar hablaros.
Que con discreción me cure, !
FELICIANO. Suplicóos me perdonéis.
Y que el remedio procure Mientras que lo trato mns, AURELIO.
Que me muestra la experiencia i

Mas, Fisbei'to, me resfrio. Aquí una silla tenéis.


Y el deseníiafio me avisa. No porque de su hermosura OCTAVIO.
¿Querranie Carlos? No esté en extremo contento; En esta podéis sentaros. •

SABINA. El modo del casamiento


ELISA. {Ap.)
Sospecho Me ha parecido locura.
Bueno es que yo venga aquí Cielos qué es esto que veo
Que ha de quererle, á despecho ¡
¡ ,

Üe las traiciones de Elisa. Solo á ver una mujer, PAULA.


{Van se.)
\' que mia lo ha de ser ¡Ay Señora !¿á qué vendrá? {.Kp.áella.)
No mas de porque la vi FELICIANO.
FISBERTO. Fisberto , Carlos se va. {Ap. á él.)

Si te hallan en su aposento, FISBERTO.


Sala en casa de Aurelio.
Y' es gente tan |)rincipal Saber causa deseo.
la
ESCENA V. No sé que procedan mal.
CARLOS.
FELICIANO.
Antes que en mis cosas hable
AIT.ELIO, OCTAVIO, FELICIANO, Fisberto, la burla siento. Desto (lue aquí viendo estoy.
FISBERTO ELISA Y PAULA. ,
¡Vive Dios, que he sospechado Parabién Señor, os doy.
,

Que, codiciando mi hacienda,


AURELIO. ELISA. [Ap. á Paula.)
Me han hecho comprar la prei¡(!:i
Toda la ciudad me ha dado Al jirinier precio que he dado! ¡
Qué atrevimiento
De la boda el parabién. ¿Nunca has visto los roperos, PAULA.
FELICIANO. Que á quien su calle pasó Notable.
A mi es bien que me le den, No mas de porque miró CARLOS.
Pues tanto bien he ganado. Ya le ha de costar dineros? Gocéis, señor Feliciano,
;,Que le llaman y le tiran
OCTAVIO. De la que tan vuestra es ya,
Y le fuerzan á comprar?
No sé cómo
se ha sabido , ,

Pues así me hacen casar.


FELICIANO.
Señor, eu tiempo tan breve. Para serviros será.
FISBERTO.
ALRELIO. AURELIO. {Ap. á su hijo.)
Mira Señor, que te miran.
,

Como Feliciano debe Buen mozo


Habla á tu esposa , no dés ¡

De ser bienquisto y querido, OCTAVIO.


Ocasión para que entiendan
Está en los ojos de todos. Que te pesa.
Es muy cortesano.
OCTAVIO. FELICIANO. CARLOS.
Las escrituras sospecho Aunque se ofendan Y VOS, mi señora Elisa,
Que también su parte han hecho, Digo que es poco interés. Mil años el desposado.
Y cuéntase de mil modos. Si yo esta mujer pidiera ELISA.
AL'RELIO. Bien es que me contentara. Los que me habéis deseado
Como quisiere se cuente. FISBERTO. Viváis.
Ya es mi yerno Feliciano. Si Aurelio con mas se hallara, CARLOS.
FELICIANO. No dudes que mas te diera. Porque estoy dé prisa

Todos saben lo que gano. Está de suerte perdido. No encarezco la elección


Que aun á la hacienda de Octavio Que en amar habéis tenido
ELISA. (Ap.)
Sé yo que ha hecho agravio. Un hombre tan bien nacido.
Y'o me pierdo eternamente. Puesto que él lo ha consentido, Suplicóos me deis perdón.
AURELIO. Por tener tan buen cuñado. ELISA.
Tráigannos sillas aquí. FELICIANO. Si en eso tengo de qué.
OCTAVIO. ¡Seis mil ducados á mí Yo os perdono.
Sillas hay. Que con mas renta nací CARLOS.
FISBERTO. {Ap. á SU (llUO.) Que este dote que me han dado! Dios os guarde.
¿ Qué dirán cuantos lo
saben ? Digo, Aurelio íporque es tarde.
Ya estás casado.
FELICIANO. FISBERTO. Que ya las postas dejé
Que has escogido mujer Puestas á punto), que yo
¡Qué necio, Fisberlo, he andado!
Que de un rey lo puede ser, Voy á Flándes: el dinero
FISBERTO. Que tengo, entregaros quiero;
Para que todos te alaben.
Luego ¿ arrepién teste? Porque en piala me le dio
felicia.no. ESCENA VI. Un mercader de Toledo
Sí. Y no le puedo llevar.
UN PAJE. —Dichos ; después, CARLOS ELISA. (Ap. á Paula.)
FISBERTO. ESTEBAN.
Y
Pues antes del desposorio
;,
Este me viene á matar.

Te muestras arrepentido? PAJE. PAULA.


Disimula.
FELICIANO. Un caballero está aquí
ELISA.
Siento el saber que haya sido Que á mí señor quiere hablar.
¿Cómo puedo?
A todo el mundo notorio, AURELIO.
Pues ya estamos empeñados CARLOS.
Dile que bien puede entrar.
En no deshacer lo hecho. (Yaseelpaje.) Para algún correspondiente
FISBERTO. De los que en Flándes tenéis,
OCTAVIO.
Cédula darme podéis,
Que te ha de estar bien sospecho. ¿Si es parabién? O pues voy forzo.samente
FELICIANO. AURELIO.
Por Francia, para cualquiera
Pocos son seis mil ducados. Creo que sí.
Lugar.
FISBERTO. {Salen Carlos y Esteban , de soldados.) AURELIO.
No es mal dote con Elisa CARLOS. Fuera dicha mia.
Que te aseguro por Dios Por estar tan de camino Sí el crédito que tenia.
Que la piden mas de dos Como lo veis en el traje Agora en Flándes tuviera,
Como dicen en camisa. , Aunque me dijo este paje Poderos, Señor, servir.
Tiene eulendimiento y brio, Lo que eu veros imagino, Ya ese tiempo se acabó.
, !,, —
;
, , , !; , , ——
; ,,, , ,,,

EL AUSENTE EN EL LUGAR. f6i


CARLOS. Y'esta injusta deslealtad ELISA.
Mi desdicha lo causó. Blasona que es obediencia; Una carta os quiero dar.
tl.ISA. Yo, por no verlos andar {Vase Esteban.)
Siempre juntos , del lugar
A no ser fuerza partir
Hago , como veis , ausencia.
Esla larde, yo os dijera ESCENA VII.
Voy á Flándes, donde ruego
Quien |)ara Flándes ó Francia
Al cielo que me traspase ELISA, AURELIO, FELICIANO, OC-
Os lo diera cou ganancia.
Una bala, porque abrase TAVIO PAULA FISBEUTÜ. , ,
CÁP.I-OS.
Un fuego con otro fuego.
¡Pluguiera á Dios que pudiera Y para ser desta suerte PAULA. (Ap. ú SU ama.)
beleuerme , mi señora No tengo mas que llegar. No sabes disimular.
ELISA. Pues yo me pondré en lugar
ELISA.
Deteneos, por vida mia. Que el menos diestro me acierte.
Paula quisiera poder.
,
FELICIANO. (.4;;. á Fisberta.) ELISA.
AURELIO.
¿ Es este el que la servia ? Extraña resolución
La vuestra me ha parecido. Pensó aqueste gentilhombre
FISBERTO.
Para partiros no lia sido Que trato en Flándes tenia.
Pienso que el partirse agora FELICIANO.
Legitima la ocasión
Kace de verla casada.
Que el amigo que decis Si, Señor, si pensaría.
FELICIANO.
Por diciía no os ofendió, AURELIO.
Si por el tanto la quiere,
Si obediencia le forzó Carlos decís que es su nombre?
¿
Kü se vaya , sino espere. Como vos mismo advertís. FELICIA.NO.
FISBERTO. Demás desto, no habéis hecho
¿Son celos? Diligencia por cobri.r Carlos se llama.
Aquel perdido lugar AURELIO.
FELICIANO.
A la trocada.
Que Invistes en su pecho; ¿Porqué?
Porque no faltaran medios, FELICIANO.
ELISA. (.4 Carlos.)
Noches, puertas, cartas, rejas,
¿Tan forzosa es la partida, Sacóle el Emperador
Si lo que gastáis en quejas
Que no os podéis detener? Depila.
Gastárades en remedios.
AURELIO.
CARLOS. Y ¿qué señales mas grandes,
¡Extraño favor!
Impórtame no perder. Aunque encarecéis la costa,
Si me detengo, la vida. De que amastes por la posta. Pero ¿ dónde y cómo fué ?
Pues las tomáis para Flándes? OCTAVIO.
ELISA.
Muy colérico amador ¿ ves que se está burlando
No
¿Qué os puede haber sucedido?
Debéis de ser. Feliciano?
CARLOS. AURELIO.
FELICIANO.
Una desgracia tan fuerte. Él se entiende Yo entendí
Que aunque el partirme es mi muerte, Que era de veras. Aquí
Ha sido el mejor partido.
Y ¿quién de entender se ofende
De una mudanza el rigor? Os podéis quedar hablando,
ELISA. Ni sé yo para qué es bueno En tanto que voy á ver
El deseo de saber Mudarse ni hacer traición. Un caballo que he comprado.
Es en las mujeres tal. Ni á los que inocentes son OCTAVIO.
Que el dolor de vuestro mal Darles celoso veneno. Dejemos al desposado.
We obliga como á mujer. Mas para injustas mudnnzas Padre pues ya lo ha de ser,
,
¿Puedo saber la ocasión? Hizo el cielo las ausencias Donde con menos recato
CARLOS. Por no andar en diligencias Hable un rato con su esposa.
Si os sirvo enque la sepáis, De celos y de venganzas. AURELIO.
Oidme, porque tengáis l'artid. Callos, bien hacéis;
Cien dices: pues se desposa
Ce mi dolor compasión. Dad á ese amigo en castigo
Mañana que hoy hable un rato.
El iros ; que si es amigo.
,

Yo tuve en este lugar {Yav.se Aurelio y Oitavio.)


Un amigo que servia ¿Qué mas venganza queréis?
De alma al cuerpo en que vivia; FisnERTO. {Ap. á mamo.) ESCENA \III.
Que nos pudo amor juntar. No te declares ansí.
Y era tanto nuestro amor. FELICIANO. ELISA FELICIANO PAULA
, , , FIS-
Que el tiempo de estar ausentes BERTO.
Los menores accidentes Todos tres nos entendemos.
Eran despecho y furor. F.STÉBAN. FISBERTO.
Comunicábamos jautos Señor, ya es tarde ¿qué hacemos?
:
Señora Paula pues ya ,
Los menores pensamientos, CARLOS. Nuestros dueños se han casado,
Hablándonos por momentos,
Dices bien , vamos de aquí. Yo quedo muy obligado,
Ik'galándonos por puntos.
Dadme, señores, licencia. Y vuesamerced lo está
A veces jurarle oi A que de la misma suerte
Que ser mi cuerpo quisiera AL RELIO.
Nos queramos bien los dos.
Porque siempre en él viviera El cielo os lleve con bien.
P.VULA.
Sin apartarse de mi. OCTAVIO.
Pero á que esto me ofendiese Estoy agora por Dios ,
Y os vuelva Carlos , tamljien
,
Poco menos que á la muerte.
Llegar mi afición solia
Con salud de aquesta ausencia. Déjame; que se me va
Y' ser yo el cuerpo quería
(Vffse Carlos.) Cierta cosa de los ojos
Para ser el que muriese.
Pues entre aquestas finezas ELISA. Que me ha de causar enojos.
OQuién creerá tal sinrazón?) ¡ Ah gentilhombre FISBERTO.
Hizo tan cruel traición ESTEBAN. Luego ¿ deso triste está ?
A este amor, á estas ternezas. Señora. PAULA.
Que fué lo menos dejarme;
ELISA. {Ap. á Esteban.) ¿No le parece ocasión?
Y de suerte me dejó
Si hoy no fuere la pan ida FISBERTO.
Que á ser del su cuerpo yo.
Me muriera por vengarn;e. Venidme á ver, por mi vida. Teníala por mujer
Hizo con otro amistad ESTEBAN. De Otra estima.
A quien siempre aborrecí; Mi dueño dice que agora P.AULA.
üióle el aluií» en que viví Mas yo le haré detener. Puede ser.
, ,; ; , ——, , , ; ,

262 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


riSBERTO. 1 FISBERTO. F.IISA.
Mal guslo. A Feliciano he mirado, Iba tan celoso y ciego
PADI-A. Y no habla con su esposa. Que no ha de querer volver.
¿Por qué razón? PAULA. PAULA.
FlSaERTO. Ni ella con él. ¡ Brava cosa! Sí hará ; que te adora el hombre.
Es aquel liomhre de aqucMos FISBERTO. ELISA.
Que se llaman en la corte ¡Buen principio de casado! Honor, ya por vuestro nombre
Fiij'uras. (Ap. ásu amo.) Hice cuanto pude hacer;
PAILA. ¿Qué es esto? Pues ¿cómo estás Perdonad, y dad licencia
De hablar
acorte: Sin hablar á Elisa ansi? A mi amor."
¿En qué le parece delios? FELICIA>0. PAULA
FISBERTO. Como ella no me habla á mí. ¿ Adonde irás ?
Todo hombre cuya persona No quiero enfailarla mas. ELISA.
Tiene alixuna garatusa FISBERTO. De Laurencia fio mas.
O cara que no se usa, ¿Sois los novios de Hornachuelos? PAULA.
O habla que no se entona Éso es, comed, desposado, Pues cerca vive Laurencia.
Todo hombre cuyo vestido
Es flojo ó amuñecado
— ¿No come ella? {Xanse.)
FELICIANO.
Todo espetado ó mirlado,
Todo efetero ó fruncido Estoy turbado.
;

Todo mal cuello ó cintura, Ni sé si es amor ni celos.


Sala en casa de Laurencia.
Todo criminal bigote, Para amor, no se lo debo,
Para celos es temprano.
Toda bestia que anda al trote,
Dad licencia á Feliciano, (A Elisa.)
ESCENA X.
Es en la corle tigura.
Que cierto negocio llevo LAURENCIA, SABINA.
PAC LA.
Para palacio forzoso.
Con malos ojos miró
ELISA. LAURENCIA,
Al soldado, por los suyos.
Vos mi señor,
, la tenéis. Presto, Sabina, le hallaste.
FISBERTO.
FELICIANO. SABINA.
A mirarle con los tuyos,
Suplicóos que me.niandeis De en cas de Aurelio salia.
¿Fuera galán?
PAULA.
Como á esclavo y como á esposo. LAURENCIA.
Algo en que conozca yo
¿Porqué no? Y ¿díjote que vendría ?
Que el serlo vuestro estimáis.
Eso que figura llama, SABINA.
ELISA.
Es un mocito en efeto , Hablélecomo mandaste,
Entre bellaco y discreto. Para que de mí os sirváis,
Y leyendo lu papel.
Que de todo tiene fama. Licencia ese nombre os dio.
Viene perdido de risa.
Con la mano en el registro Id en buen hora y creed ,
LAURENCIA,
Hace una guitarra hablar, Que estimo tanto favor.
Y con la espada callar FELICIANO. Pues baja, y ábrele aprisa.

A todo mortal ministro. SABINA,


Es muy propio del valor
Es por lo agudo un milagro, Hacer á íiumildes merced. Esteban viene con él.
Y entre engañosas quimeras, {Yaiise Feliciano y Fisherto.) LAURENCIA.
Tiene las burlas y veras No es Esteban de importancia.
Como [)ernil gordo y magro.
Es poeta de donaire
ESCENA IX. SABINA.
Ellos entran.
Para seguidillas solas
ELISA, PAULA. LAURENCIA.
Danza y con mil cabriolas
,

l);ira de coces al aire.


Tiemblo toda.
PAULA. Sillas y estrado acomoda.
Por lo que es noble yo salgo
No hay que mirarle á los pies: Ya que Feliciano es ido.
l'n diin I iego Ordóñez es; Te quiero reñir. Señora ESCENA XI.
El haberle hablado agora
CARLOS, ESTEBAN. — Dichas.
Que aunque pobre, es buen hidalgo.
Con rostro tan desabrido.
FISBERTO.
Ya sé (lue nace de ver
Hablas, Paula, con pasión ; Que Carlos se vaya á Fhíndes LAURENCIA.
Que este hombrecillo es un mico. Pero en desdichas tan grandes ¿De camino?
PALLA. Es el valor menester. CARLOS.
Reportoriole suplico ¿ En qué piensas ? Vuelve en lí. Voy
á Francia,
Con los que difuntos son. ELISA. Y en ninguna cosa veo
FISBERTO. ¡Ay Paula! Mi bien se va. Cuan desconocido estoy,
¿Cómo difuntos? ¿listará en las postas ya? Como en que digáis que soy
PAULA. Cosa que afienas la creo.
PALLA.
¿ Quién
Laurencia os ha engaííado
,

Ausentes; Presumo, Elisa, que sí.


,

LAURENCIA.
Que si presente estuviera... ELISA.
Estoy de vuestra partida
FISBERTO. Pues ¿qué haré yo, que me muero?
La vida me ha de costar. Tan helada , que en mi vida
Le diera... Me he visto en mayor cuidado.
PAL'LA. PAULA.
¿ Cómo ó por (jué causa os vais?
¿Con qué le diera? Bien lo puedes estorbar, ¿Es por celos esta ausencia?
FISBERTO. ELISA. Que ya, sin saber Laurencia
Con este pomo en los dientes. Paula, remediarlo quiero. La ciencia que profesáis,
Vaya en buen hora el honor. Adivina la ocasión.
PALLA.
Si es que algún remedio sabes. CARLOS.
¡Pomo! ¡Jesús! ¿es de azar?
PAULA. Para con vos, lo he fingido.
FISBERTO. Por dar pena á quien ha sido
Como eso contigo acabes
Por temer á Feliciano... Me ha par(!Cido el mejor La causa.
PALLA. Dejar esta casa luego, LAURENCIA.
Bueno eslá, baje la mano; Y irte á la de alguna amiga, Tenéis razón.
Que no es libro de cantar. Donde yo que estás le diga. Y con saber que no os vais
! , ,,,, , —
! ; , , ,; ! ! !, ;

EL AUSENTE EN EL LEGAR. 263


Carlos, tan coníenta quedo, LAURENCIA. ESTEBAN.
Que diera albricias. Y aun pienso que á vos os pesa. Vuestro concierto
cÁiaos. CARLOS. Habernos visto los dos.
No puedo Pesábame pero ya A mi Paula me ha dejado.
;
Si me quieres, aquí estoy.
Pensar por qué me llamáis Que desta mano me así,
Para consultar conmigo La que por celos perdí SABINA.
Vuestras bellas manos hoy. Hoy la venganza me da. ¡Ay, mi Esteban , tuya soy!
Quién os ha dicho que soy
;, LAURENCIA. LAURENCIA.
Quien buenas venturas digo, ¿Quédecis? Carlos, verdad te he contado.
Teniéndola yo tan mala? CARLOS. Yo te comienzo á querer
LAURENCIA. Que aquí se ve Por venganza y por furor;
Carlos, no me lo neguéis; Que vengaros intentáis Pero acabará en amor,
Que bien sé que lo sabéis, Con otro hombre. Y en que seré tu mujer.
Y que ninguno os iguala. LAURENCIA. CARLOS.
CARLOS. ¿Y vos pensáis Cuando no fueras quien eres,
Esteban. Que si lo intento podré ? Por vengarme te adorara.
ESTEBAN. CARLOS. Tuyo he de ser.
Señor... (Ap.áél.) Ya lo estoy aquí mirando, LAURENCLV.
CARLOS. Y me parece que sí. Pues repara
Qué es esto ? LAURENCIA. En que mi honor consideres.
¿
ESTEBAN. Miraldo en vos; porque en mí CARLOS.
Ya está mirado. ¿Llamaron?
¡Qué desatinado estás LAURENXIA.
Pues conocido no has CARLOS.
Pienso que si,
Lo que esta pretende en esto! En vos, ¿cuándo?
Como á Feliciano amó. LAURENCIA.
Que i'or Elisa la deja , ESCENA X!I.
Antes que os diese ocasión
Y tú della tienes queja Para adivinar mi gusto. MAESE JUAN.— Dichos.
Pues que por él te dejó CARLOS.
Con este achaque ha querido MAESE.CAN.
Que juntéis venganza y celos.
Que hablemos aparte es justo.
LAURENCIA. Aquí está Elisa Señora. ,
CARLOS.
Hablemos. CARLOS.
No han hecho animal los cielos
CARLOS. {Ap.) Elisa aquí
¡
Tan agudo y entendido.
¡ Brava invención LAURENCIA,
ESTEBAN.
{Bajan la voz.) ¡ Elisa agora
Toma la mano á Laurencia, ESTEBAN. CARLOS.
Y lo que piensa adivina
Mientras le digo á Sabina Y ella , señora Sabina, Sabe que te ofende á ti,
Otro poco desia ciencia; ¿No sabe que soy criado Y querráse disculpar.
Que en amarla tomarás Del astrólogo? LAURENCIA.
SABINA.
Gran venganza de los dos. ¿Qué haré? Qué es fuerza esconderte.
CARLOS. ¿Ha tomado
CARLOS.
Algo de aquella dotrina?
Bien me aconsejas , por Dios. Esconderme fué mi muerte;
Porque deseo saber
No quiero negaros mas {A Laurencia.) Mas de mil cosas. Mas no se puede excusar.
Lo que desta ciencia entiendo LAURENCIA.
Pero ha de ser condición ESTEBAN.
Yo soy Ponte detrás dése paño.
El silencio , que es razón
Tal, que mil \"ucltas le doy. {Yase iMaese Juan.)
Porque en extremo me ofendo
De que entiendan que adivino. Mas quiero darle á entender CARLOS.
LAURENCIA. Que en Valladolid había Amor niño, ¿qué ha de hacer?
Un astrólogo estudioso. .luega, y juega al esconder.
A todo, Carlos, me allano. Que un pronóstico famoso daño.—
Cuando mas descubre el
CARLOS. iodos los años hacia. Ponte, Esteban, á este lado;
Dadme , Señora, la mano. Este tenia un criado, Veamos esta iúvencion.
LAURENCIA. Que todo al revés do aquel, ESTEBAN.
Veisla aquí. Escribía otro papel
Y era siempre el acertado. No es mucho si toros son,

CARLOS. Que andemos siempre en tablado.


Murió el asti'ólogo en íin,
¡Favor divino! {Escúndense Carlos y Esteban.)
Y el criado no escribió
Hago la cruz y la beso. Y á quien se lo preguntó ,
LAURENCIA. Contésó que era un rocín, ESCENA XIII.
Quedo mano Y que acertaba después
, ¿ la besáis ?
CARLOS. Que al amo contradecía ELISA, PAULA. LAURENCLV, S.V- —
Que alquimia y astrología BINA CARLOS y ESTEBAN ocuUvs.
; ,

La cruz no mas.
Se han de entender al revés.
I-AURENCIA. ELISA.
SACIÑA.
Bien entráis. Porque de mí tendrás, Laurencia hermo-
Nuestros amos me parece ,

CARLOS. Formada justa queja, no lie querido [sa,


Que con gran contento están. Yaierme de otra casa, ni á olí a amiga
¡qué extraño suceso
¡.íesus! ESTEBAN. Descubrir el secreto de mi honra.
Aquí se ve claramente
Vengarse los dos querrán. Dirás que me he casado con tu esposo.
Que un hombre en extremo amáis,
SABINA. Dirás que te he quitado á Feliciano
De quien mal pagada estáis.
Ansí en el mundo acontece. Mi padre me forzó, mi humilde pecho
LAURENCIA. Por su obediencia aventuró su grsto.
Qué ingenio ESTÉDAN.
¡ Determíneme á ser hija obediente;
CARLOS. También tenemos los dos Verdad es que forzada obedecía ;

Es cosa evidente. De qué vengaj-nos. Mas viendo que mí bien se parte á Fl;'n-
Esta raya que atraviesa SABINA. Por no me ver casar, y tan aprisa, [des
Es que otra mujer llegó, Fisberto Que ya queda en la posta, mis entrañas
Y este galán os quitó. Me deja. Se han de manera enternecido, > tan o
! , , ,, ! ! . , , ; ;; ; ; !

264 COMEDLVS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Pudo el ver en sus ojos una lagrima, CARLOS. LAURENCIA.
Que loca, sin honor, sin alma vengo ¡Ah, cielos, Si sonmentiras lo verás mañana,
A pedirte que envies quien le llame; Que se me nniere aquel cisne! Primera monición de nuestras bodas.
Que aqui en tu casa le daré la mano, i
Ay, cuan dulcemente canta! OCTAVIO.
Y elernamenle quedaré por suya. Dójnnie que resucite Feliciano, yo estoy sin seso: vamos
.\(juella fénix de amor.
LAURENCIA. Donde me informe si verdad nos dice.
Elisa mia. ya acordaste tarde. ELISA.
FELICIANO.
r.;ii lo> se lué: yo vi pasar las postas, i ¿Cómo los cielos permiten Digo que es ido Carlos por la posta.
\ tlesdc oslas ventanas, admirada, I
Que viva Elisa muriendo,
(aiando Carlos se despide? LAURENCIA.
Lo [iromnilé la causa por (|uo hacia ¡

Tan jornada y respondióine


suliila ,
'.
I Poro verá el mundo agora Digo que está muy cerca de mí Carlos.
«Por no aguardar que goce Feliciano, j
Que es Piramo, soy Tisbe.
si OCTAVIO.
Laurencia amiga, el Lien mayor que tu- ¡üh nolable imposible! Vamos por Dios ; que yo sé dónde vive.
[ve.)j ¿Que es ido Carlos y que Elisa vive?
FELICIANO.
Diciendo ansi , cubrió los ojos Carlos
ESCENA XIV. Vamos porque sosiegues; mas yo creo
De un lienzo, y con dolor picó la posta, ,

(Ap. á Octavio.)
De suerte que ¡lasó cual suele el rayo.
OCTAVIO FELICIANO.— Dichos. Que por dar pesadumbre, por darcelos,
Que apenas de la vista se percibe. ,

Laurencia íinge lo que no es posible.


ELISA.
OCTAVIO. (Dentro.) OCTAVIO.
;.Que es ido Carlos y que Elisa vive?
Mis parles has de hacer como cuñado Ay triste yo si fuese verdad esto
Desventurada de riii
¡

LAURENCIA. De qué ciclo he caldo á tanta pena.


Tan tarde á buscarle vine!
¡

Elisa este es Octavio , y tu marido


Cuando mas la esperanza soslenia
Alma loca, pies cobardes, ,

Viene con él; atápate y escóndete. La villa que guardé para Laurencia!
¿Que tan poca prisa os distes?
FELICIANO. (Ap.)
;X'né obediencia fué lamia? ELISA.
El alma ¿no nació libre? ¡Válame Dios
No voy menos picado y afligido
Dios ¿no me dio libertad? Que no la quiero menos. ¡Qué venganza
LAURENCIA.
Pues ¿qué es lo que dije y hice? Ha lomado de mi si fuese cierto!
Poneos las dos los mantos.-
¿Adonde hallaré mi bien ? SADiNA. [Ap. úsu ama.)
¿Por dónde podré seguirle? ELISA.
Con una piedra misma los has muerto.
¡Cielos Si el alma me deja
! Aquí detrás me escondo. {Vanse Feliciano y Octavio.)
El cuerpo ¿de qué me sirve? {Éntranse Elisa y Paula donde están
¡Oh notable imposible! Curios 1/ Esteban. Salen Feliciano — ESCENA XV.
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? y Octavio.)
¡Plega á Dios que si volviere,
Donde mi padre me obligue
OCTAVIO. CARLOS, ELISA, ESTEBAN y PAU-
¿Porqué causa, LA saliendo de donde estaban ocul-
Á obedecerle jamás. Laurencia se escondieron estas damas?
,

Que antes la vida me quite! tos ; LAURENCIA SABllNA.


,
,

Vé amiga y di que soy muerta,


,
LAURENCIA.
,

Di á mi padre que me viste Vienen de Atocha y por aquí se entraron; CARLOS.


Hacer pedazos : ¿qué aguardas? Que vienen por tocar, y las mujeres Detente y no seas extraña
,

PAULA. No quieren que las vean en bosquejo. Que me quitaré la vida.

Señora, lárdete afliges;


Mas ¿qué es la causa de que en esta casa ELISA.
Tengas esta licencia , Feliciano? Detente tú, y no me toques
Advierte...
FELICIANO. Porque daré voces.
ELISA.
Yo, Laurencia no pienso que tuviera
,
CARLOS.
¿Qué he de advertir?
Atrevimiento de venir á verle Mira
PAULA. Menos que por hacerte este servicio. Que soy tu Carlos, mi bien.
Mira... No cree Octavio que te tengo hablado ELISA.
ELISA. Soy su cuñado y obligado amigo,
¿Tumi Carlos?
¿Qué quieres que mire? Su bien deseo, y lo será muy grande
Para los dos que con mi Elisa vivas. CARLOS.
PAULA.
Concluyamos aquesto si te agrada Sí , mi Elisa.
Laurencia , ayúdame. Pues de sus partes todo el mundo tiene ELISA.
LAURENCIA. Tanta salisfacion : ¿qué me respondes? Tú mi muerte tú mi infierno
,

¿Cómo? LAURENCIA. Que tu mi bien es mentira.


ELISA. (
Que estoy casada. CARLOS.
¿ Que no le he de ver ? Ay triste
¡ FELICIANO. ¿Eres tú, Elisa del alma,
¿Que le dije que se fuese? Tú, ¿con quién? La que á buscarme venias.
Que pudieron dividirse
LAURENCIA. Como la cierva las aguas.
Dos almas que junta el cielo? De la ardiente yerba herida?
Con Carlos.
¡Ah Carlos! ¿dónde te fuiste? Pues ¿cómo, si me has hallado.
OCTAVIO.
¡Gilnotable imposible! Huyes de mi?
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? ¿Qué Carlos?
ELISA.
LAURENCIA.
cÁKLos. {Ap. á Esteban , donde están Mas me incitas
escondidos.) ¿No conoces á quien digo?
Con ver que negar no puedes
OCTAVIO,
No puedo sufrir, Esteban Kl amor que me debías.
Aunque mas celos me animen El Carlos que conozco es ido á Flándes. Cuando yo vengo á buscarte,
M las lágrimas que llora FELICIANO. Alma fama iionra y vida
, ,

Ni las palabras que dice. muy bien Octavio,


Dice ese mancebo Perdidas, ¡te hallo escondido
Salir quiero.
Tomó la posta agora. Adonde yo me escondía
ESTEBAN. LAURENCIA. De mi hermano y de mi esposo!
Tente un poco. No mas hoy verás á Elisa
:

Fué fingido
Casada conFelíciano.
CARLOS. Por cosas que le importan mas lo cierto ;

CARLOS.
Que me tenga no es posible. Es que Carlos, Octavio, es mi marido,
¿No ves que me está adorando? Yo soy mujer de Carlos. Mi bien, escucha.
ESTEBAN. FELICIANO. ELISA.

Ya que sabes que es tan Orme ¿A quién piensas, No digas


Véngate, ensáuchate. Laurencia que ,
(Jas celos con mentiras.' Palabra ; que no hay disculpa.
, , —
!, ; ; , ,; ;,, ; ;!;

EL AUSENTE EN EL LUG.\R. 263


¡Oh qué graciosa partida! FISBEUTO. FISBERTO.
¡Qué lindas postas á Flándes ! ( Vase.) Porque estando escrito. Gente por la calle ha entrado.
CARLOS. Es en ley de hombres delito, FELICIANO.
¡Elisa, Elisa divina, Y infamia en el (¡ue es honrado. Rebózate.
Dulce Elisa de mis ojos, Cuando la palabra dieras FISBERTO.
Estrella y luz de sus niñas! Solamente, Feliciano, ¿No es mejor
ESTEBAN.
En posesión de villano Entrar en cas de Laurencia?
Quedaras si la rompieras,
Fuese no te canses mas.
, FELICIANO.
Cuanto mas una escritura.
Aguarda Paula querida
, Es tarde para visita.
Paula, Paula de mis ojos, FELICIANO.
FISBERTO.
Lagaña de sus orillas. Eso fué en tiempos atiás Pues desta puerta te quila
Oye. Que agora, ¿dónde hallarás No obligues que la paciencia
PAULA. Fe ni palabra segura? De Octavio se vuelva en furia.
Vayase picaño el La firma, el prometimiento,
FELICIANO.
Con la señora Sabina Son como nubes ó espumas;
Pues que le escondió en su casa. (Vase.) Porque palabras y |)kimas ¿Qué me puede hacer Octavio?
CARLOS. Dicen que las lleva el viento. FISBERTO.
Sentir de Elisa el agravio
Dame licencia que siga riSBERTO.
\' satisfacer su injuria.
Esta cruel. Esas plumas y palabras
LAUPEXCIA. No son las que á ti te obligan
Oye, Carlos. Porque estas prenden y ligan
,
ESCENA II.

CÁIU.OS. Cuando bien los ojos abras.


El amigo que promete
CARLOS Y ESTEBAN, en traje de no-
Tu discreción me permita
Por palabra ó i)or papel che. — Dichos.
Que la detenga. (Vase.)
Será su amigo fiel
SABINA. ESTEBAN.
Desde una vez hasta siete
Ove, Esléban. Y no lo cumple, no importa Mira que hay gente en la calle.
ESTÉUAX. Kl principe ó el señor CARLOS.
Harélc el rostro una criba. (Vase.) Que promete hacer favor, Arrímate por ahí.
LALRENCIA. Y en la ocasión se reporta, ESTEBAN.
¡Buenas habernos quedado! Mal hace ;mas es costumbre Dos hombres están aquí.
El juez y el escribano
¡
Oh qué mala aslroloí^ia CARLOS.
ftlas yo buscaré remedio; Que os promete dar la mano,
Y os da después pesadumbre. ¿De qué talle?
Que quien ama y solicita
Ño es del honor detrimento ESTERAN.
Todo cuanto quiere alcanza.
Que os haga prender después De buen talle.
SABINA.
Ni es maravilla, pues es CARLOS.
Luego ¿ya Carlos te pica? Vara sutil, pluma al viento; Mas ¿si fuese el desposado?
LAURENCIA. Que pretendiendo el (¡ue ama ESTÉIIAN.
Si te digo lo que siento Escriba y diga mil cosas,
Quien bien ama tarde olvida. Y otras tantas fabulosas ¿Quieres que le dé un paseo?
,

Mi verdad es Feliciano Al mismo amante la dama. CARLOS.


,

Si me le dejase Elisa. Es negocio que se usa Ver tu buen pecho deseo.


Que un sastre, que un oficial ESTEBAN.
Mienta, es cosa natural. Voy.
Porque con mentir se excusa ; CARLOS. .

ACTO TERCERO. Pero que habiendo lirmndo


Una escritura algún hombre,
Vé alerta y embozado
Pon de manera' la capa
En infamia de su nombre Que no estorbe al broquel.
te
Calle.
La niegue, no es hecho honrado Porque hay antuvión cruel.
Demás de que le podrán Si ven que" un hombre se escapa.
ESCENA PRIMERA. Por justicia convencer.
ESTEBAN.
FELICIANO.
Y'a estoy en mortal postura.
FELICIANO, FISBERTO. En cosas que entra mujer CARLOS.
Mayor licencia nos dan;
FISBERTO. Camina que aquí te espero.
Qué hasta dar un hombre el sí ;

¿Eso le dijiste? Delante de un sacerdote, (Vase Esteban á Feliciano y Fisherío.)


FELICIANO. No hay quien de infame le note FISBERTO. (.1;). á Feliciano.)
Si. Ni fuerce á cumplirlo ansi. Aquí viene un caballero;
Este medio imaginé. Ya sabes que es ordinario Encubrirte bien jirocura.
Con que fuera lo dejé El no hacerse un casamiento. FELICIANO.
Del casamiento y del si. FISBERTO. ¡ Oh cómo viene arrogante
FISBERTO. Que le hayas dejado siento. FISRERTO.
¿En cfeto le pediste
FELICIANO. El parece, ó es malicia,
Cuatro mil ducados mas?
Dirán que soy hombre vario F.spiade la justicia,
Pues ¿cómo volviste atrás
Y fundado en interés; Destosque vienen delante.
La palabra que le diste?
Pero á lo que ves me esfuerza ESTEBAN.
FELICIANO.
Querer casarme por fuerza ¿Quién son?
Celos de Laurencia son.
Que es muy mal hecho. FELICIANO.
FISBERTO. FISUERTO. Decid VOS piimero
Señor, en tu honor repara. Quién sois, que lo preguntáis.
No es,
FELICIANO. Pues dejaron el concierlo ESTEBAN.
Mas vale vergüenza en cara En tus manos, aunque visto ¿No me ven?
Que mancilla en corazón. Que hallado en su casa fuiste. FELICIANO.
FISBERTO. FELICIANO. Despacio estáis.

No pienso que has acertado. ¿Quién sois?


\'a estás muy
necio, Fisberto.
ESTEBAN.
FELICIANO. No ha de apretar al señor
¿Porqué? L'e esa manera pl criado. Soy un caballero.
— ; ,, — , ; ! ; ;

ZOO COMEDL\S ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FELICIAMO. ESCENA IV. ELISA.
Pues ¿por qu(^ os toca saber Pues ¿á qué te deja á tí?
Quiéu soy ó cómo me Hamo? ELISA Y PALLA, que salen á una r<?«- CARLOS.
ESTEBAN. /(///a. — CARLOS y ESTEBAN, en la A despachar lo que lleva.
Porque lo manda mi amo. calle, embozados. ELISA. {Ap.)
(.4jD. Creo que lo eché á perder.) Basta que le engaño, y prueba
;

FELICIANO. (Ap. á Fisberta.)


EM«A. Carlos engañarme á mí.
Justicia es esta, camina ¿Aqui dijo que vendría
CARLOS. {Ap.)
Que aunque son principal gente,
Esteban á hablarte agora?
¡Qué lindo picón le he dado!
El que sale impertinente PAULA. Que piensa que estoy ausente.
Al mas cuerdo desatina. Esto me dijo. Señora, ELISA. {Ap.)
FISBERTO. Hoy, que le hablé á mediodía.
Este piensa llanamente
Cierto que es tenerla en poco, ELISA. Que su ausencia me ha picado,
Siendo de tan alto precio Gente á nuestra puerta veo. Y véole desde aquí.
Porque es la vara en un necio Que soy tú quiero fingir. CARLOS.
Palo en ciego, espada en loco. PAULA. Ahora bien, ¿qué le diré?
{\anse Feliciano y Fisberta.) ¿No le sabré yo decir Porque mañana me iré.
Lo que tú tienes deseo? ELISA.
ESCENA ni. ELISA. Lo que quisieres le di;
Desvíate; que ya llega. Que yo sé que mi señora.
CÍRLOS, ESTEBAN. ¿Es Esteban? Viendo que quiere á Laurencia,
CARLOS. No solo siente su ausencia,
ESTEBAN. Y tú acaso Pero que me dijo á mi
¿Qué te parece? ¿Eres Paula? Que mañana se casaba.
círlos. ELISA. {Ap.) CARLOS.
¿Qué hcs hecho? ¡Extraño caso! ¡Fuego del cielo en Elisa
ESTEBAN. ¡Oh cuánto amor puede y ciega! ¡Oh qué bien dice esa prisa
En la voz he conocido Con la que á Carlos amaba!
Llegué como un paladín
A Carlos. ¡Plega al cielo que casada
A estos hombres, porque en fin
CARLOS. {Ap.) Quede con tan mala estrella,
Imjiorta mostrar buen pecho,
Y dijeles Caballeros
: u
Elisa es esta; Que se l'.aya dicho por ella
(V por mostrarme cruel Que la voz lo manifiesta. La bella malmaridada!
Hice sonar el broquel Aunque la voz ha fingido. Plega al cielo que su esposo
Con los temidos aceros), ELISA. Sea siempre perseguido
Yo he menester esta calle, Esteban, ¿dónde ha quedado De un cobarde bien nacido
O matarlos á los dos. — Aquel tu dueño cruel? Y de un bajo poderoso!
Tomalda, Señor, por Dios, .Mas ¿qué pregunto por él. Que el bien nacido cobarde
Dijo aquel de mejor talle, Si sé dónde le has dejado? Compra y busca algún traidor,
Y dejadnos ir en paz. Ksmrá con su Laurencia. Y el humilde con favor
Váyan.se, dije, á sus casas Tú entre tanto á verme \ienes. Hace mal temprano ó tarde.
Y acuéstense.» ¡Plega al cielo!...
CARLOS.
ELISA.
CARLOS. ¡Buena disculpa te tienes,
Poco á poco
El mundo aln'asns. Después que sabes su ausencia!
Carlos nunca tuvo amor.
Que es mucho, señor lacayo.
¡Oh cuánto encubre un disfraz!
Ni aun pensamientos de amar
CARLOS.
ESTEBAN.
A Laurencia. Soy Carlos, soy furia y rayo.
¿Qué es lo que habernos de hacer ?
Soy... ¿Qué soy? Basta ser loco.
ELISA.
CARLOS. ELISA.
negar
Si á
;.No dices que has concertado Obliga tanfo furor ¡Carlos! Pues ¿no estaba ausente
Hablar con Paula? Lo (|ue s(i sabe que es cierto, Ponjue á Laurencia no amaba ?
ESTEBAN. Lo que se ve, ¿qué será? CARLOS.
He pensado CARLOS. Ausente de Elisa estaba,
Que te podrán conocer. Ya que ella casada está Puesto (¡ue estaba presente
CARLOS. Y tú (¡uieres á Fisberío, Que ausencia es como el olvido.
No harán que estaré escondido.
;
¿Para (¡r.é pueden ser buenos Ausente está el olvidado;
Aun(]ue mucho mejor fuera Los celos á sangre fría ? Mas tú, que me has escuchado,
Que yo ser tú me fingiera ELISA. Dile que mi mueite ha sido,
Y hablara á Paula atrevido. Ni ella lo está, ni aun querria, Dile que es fiera cruel,
ESTEBAN. Ni yo á Fisberto á lo menos Dile que es ira del cielo,
Pero Carlos á Laurencia Dile que no tiene el suelo
¿No podré decirle yo
Bien sabemos que Hoja, pluma, Hor, papel
Lo que tú le has de' decir? la adora.
Mas ligera ni mudable.
CARLOS. CARLOS.
Dile...
No sabrás tú sentir.
lo ¿Cómo la adora, si agora ELISA.
¿Abrióla ventana? Emprende tan larga ausencia? Paso que soy yo.
;

ESTEBAN. ELISA.
CARLOS.
Abrió. ¡Que ! No se irá. '

Ya el alma te conoció.
CARLOS.
CARLOS. Luna veloz, mar instable.
Apártate, como
¿Cómo no.
agora no tenia
que eres Ibista
Si esta tarde se ha partido? Pensamiento de partirme;
Y'o, que estoy allí animado.
ELISA. Qu(! soy hombre, que soy firmo,
ESTEBAN.
¿Carlos es ido? Y eia verdad mi porfía.
Habla como yo, embozado,
CARLOS. Peio agora desde aquí
Ya que ser ¡o fjue soy quieres.
Ya es ido. I'ienso salir del lugar.
{Embózame.) ELISA. Pero quiérome vengar.
¿Se partió? Oye.
CARLOS. ELISA.
Ya se partió. Lo que quieres di.
, , ! ; ! ,

EL AUSENTE EN EL LUGAR. 267


CAntos. CARLOS. ¿En qué os bace agravio?
Estos tus pnpeles son No hay palabra á quien las quiebra. MAUQDINA.
Tus relralos y cabellos; {Yase.) En nada.
Ni yo iré con ellos, ni ellos PAULA. ELISA.
Conmigo en esta ocasión. \ Esteban Esteban
, ¿Aun no acabáis de buscar?
ESTEBAN. ESTEBAN. MARQUINA.
Tente, Señor. Cebra ¿Quién es?
CARLOS. Salmonada como trucha, PAULA.
¿Tú me tienes? Quínola soy sin descarte. {Yase.) Mi señora es,
ESTEBAN. Que está en la ventana.
Porque te tías de arrepenlir; ESCENA V. MARQUINA.
Que no has de poder vivir, Admira
ELISA V PAULA, en la ventana.
Si á hallarte sin ellos vienes. Su cuidado.
Que por lo demás, no hay cosa PAULA. PAULA.
Mas discreía que rasgallos, El papel mira.
Fuéronse.
Por no ver después tocallos
ELISA. MARQUINA.
Una mano escrupulosa
Que sin ver sus mocedades
no supiera
Si Vesle aquí junto á tus pies.
Dirá que son desatinos,
Que no es esta la primera PAULA. (A su ama.)
Porque siempre en los vecinos Que se queda y que se parte,
¿Rasgólos todos aquí
Perdiera el seso; mas creo
Se ven mas las liviandades. Carlos cuando se partió?
Da ese retrato al demonio Que no se irá del lugar.
;
ELISA.
No diga algún mentecato PALLA.
Sí.
Que adoras en un retrato, Tanto partir y quedar
MARQUINA.
Y te ponga un testimonio Fué siempre de amor rodeo.
En ocasión de perderte. Parece el cielo nublado. Naipes solo hallo yo.
CARLOS. (Ap. á Esleían.) Que no acaba de llover. PAULA.
¿Tienes un papel ahí? ELISA. ¿Cómo?
Fingiré que los rompí. Eso que pudo romper. MARQUINA.
ESTEBAN. Me ha dado, Paula, cuidado. Naipes.

Buena industria. Llama á ese viejo, y deciende PAULA.


Con una vela á la calle, ¿Naipes?
CARLOS.
Y por(|ue ninguno halle MARQUINA.
Amor me advierte. Mi letra, el papel enciende
Sí.
ESTEBAN. Que puede ser que mi hermano
PAULA.
vengo
Si á darte otra cosa O mi padre entiendan esto.
Tan buena, no has de enojarte. PAILA. Mira no sea el retrato.
CARLOS. Que está en naipe.
Yo bajo á llamarle presto.
No haré. MARQUINA.
ELIS.V.
ESTEBAN. La que ves,
Yo espero.
Pues escucha aparte. PAULA. La sota de bastos es.
Diez ó doce naipes tengo. Jugó, perdió y dio barato.
Esperas en vano, ( Yase.)
CARLOS. PAULA.
¿Naipes? ESCENA VI. Mira que el revés será.
ESTEBAN. MARQUINA.
Son para encajar. ELISA á , la ventana.
Por acá no hay otra cosa.
[tan,
Si necesidad se ofrece. PAULA.
¡Qué propioes en amor, como lo can-
CARLOS. ¿Hay industria mas graciosa?
Ir y quedarse, y conquedar partirse
Muestra. Mira si por dicha está
¡Oh cuántos pensamientos quieren irse,
ESTEBAN. Quealprimerpasodelpailirseespantan! Entre ellos algún [lapel.
Lástima parece. Los pies con el agravio se adelantan MARQUINA.
CARLOS. A la tierna piedad del despedirse; La guarnición está aquí
Estotros puedes guardar. — •
Mas sueleanioralmismoagravio asirse,
Y' sentarse donde ellos se levantan.
Del as de espadas.
Elisa, hoy te dejo rota, PAULA.
Hoy rompo... Si amor es un colérico accidente.
¿Que ansí
No puede hacer efelos de cobarde;
ESTEBAN. (Ap. á .VI amo.) Nos burle aqueste cruel
Que es fuego, es ira, es furia, es rayo ar- tantos lloros?—
Y pudiera ser. Costándonos
[diente.
Si fuera mala mujer, Vuelve estas espaldas blancas.
Mal huyequien de amor se abrasa V ár-
Y rompes alguna sota. lele;
MARQUINA.
CARLOS. Que como amor de valiente,
se precia Vuelvo.
PAULA.
Tu retrato, que es razón, Vuelve la espalda á su enemigo tarde.
Por ligura, que del alma ¿Es papel?
Te rompe ausencia y desalma. ESCENA VII. MARQUINA,
La emprenta del corazón. Son las ancas...
Rasgo estos falsos papeles MARQUINA Y PAULA, saliendo á la
PAULA.
De la manera que miras. calle. —ELISA en la ventana.
,

Para rasgar las mentiras ¿De quién?


MARQUINA.
Que escribir y decir sueles, MARQUINA.
liasgo amores y locuras Del caballo de oros.
¿No me dejaras vestir?
Y encarecimientos vanos. PAULA.
PAULA.
¡Ay, quién tuviera en las manos Brujulea aquestos dos.
Esas tus entrañas duras! ¡Qué bueno para la prisa
MARQLINA.
Mas no quiero enternecerme Que nos está dando Elisa!
Ni quiero volverá hablarte; MARQUINA. Este el dos de copas es.
PAULA.
Partirme quiero y dejarte. ¿Qué bestia podrá sufrir
ELISA. Tan extraño madrugar? ¿Que no hay papel?
PAULA. MARQUINA.
Oye, mi bien, vuelve á verme.
Una palabra me escucha. Si ella está ya levantada, ¿No lo ves?
,

2C8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA C.\RPIO.


PACLA. Quise. Octavio, inlentai- laiiia locura. No hay defensa <Ie provecho.
Notable enredo, por Dios. I Casárase mejor con Carlos ella, Muchos tratan de casarse,
ELISA.
I Pobre en efeio, pero bien nariiio, Que no llega á ejecución.
Y quehoy presumoyoqueadoraenella. ELISA
¿Qué es eso, Paulad
PAl'LA. I
OCTAVIO. Cuando es no mas de tratarse,
Pues (ú ¿qué piensasque la causa ha sido No suele quedar razón
H.1 rompido
Para irse áFlándes? Para (¡uc puedan quejarse;
Este amador de venlaj;i.
AURELIO. Mas cosa tan recebida.
Por vengarse, una baraja.
Este casamiento Tan hecha, tan admitida
EI.ISA.
De Feliciano debe de haber sido. De amigos y de parientes,
La baraja de Cupido ¿Cómo, di, Aurelio, no sientes
Llama á Elisa, diíjámosle su intento.
billetes dicen que son. One me ha de costar la vida?
OCTAVIO.
PALIA. i l'ues bien creerás que no son
¿Estará levantada? Nacidas estas razones
Esin tiene, en mi conciencia.
Le su majestad licencia. AURELIO. De tencile yo aíieion.

KL15A. Si ; (¡ne sale AURELIO.


Nn ha sido mala invención. Paula vestida ya de su aposento. Con verte triste me [iones.
Éntrate, Paula, á acostar. OCTAVIO. Clisa, en mas confusión.

PALLA. Con el espejo entró. ¿Qué puedo yo hacer en esto.


Si este mancebo se ha ¡luesto
¿Cómo acostar, si amanece? AURELIO.
En tener el dote en nu-.s
ELISA. Pues entra, y dale Que tu virtud?
¿Esyaeldia? La nueva del desheciio trato nuestro.
ELISA.
MAnQlINA. OCTAVIO.
Dien podrás
f^l dia, y crece. Yo voy. {Xane.) Tomar un partido honesto.
ELISA. AURELIO. Dale dcso que ha pedido
Ansi me pienso quedar. ( Vasc.) ¿Qué pena habrá que á tanta ¡guale? La mitad.
deseos no le muestro
Si á Octavio los AURELIO.
PAILA. (.1 Marquina.)
Que de vengarme tengo deste agravio, No ha de querer.
Va no sois mas menester. Es porque estoy en el sufrillos diestro;
MAIiQLLNA. ELISA.
Porque esmejorquenoperderá Octavio.
Dalo todo.
Pues á comi-oiier me voy.
AURELIO.
PALLA. ESCENA IX.
¿Tú has sabido
¿Qué tenéis que escribir hoy? ELISA, OCTAVIO.— AURELIO. Lo que he perdido?
MAIiQlINA. ELISA.
Nunca me f;ilta que hacer. ELISA.
El perder
Un villancico á un mezquino ¿Qué dices? ¿No es hacienda?
Que no mira por si; casa, OCTAVIO.
AURELIO.
Y corrii;e lo que pasa Que no te casas;
Hacienda ha sido.
En casadfisu vecino. Que [lide ob OS cuatro mil
Sobre los seis. ELISA.
PALLA.
ELISA. [Llorando.) Pues diferente valor
No os prendan.
Tiene el honor.
MARQLINA. ¡Hombre vil!
AURELIO.
La torre es alta. OCTAVIO.
Pues ¿qué honor
Scfniró estoy del papel Elisa, ya en eso pasas Pierdes?
Pues no le prenden .i é!. Del ánimo varonil. ELISA.
Que es el que tiene la falta. ¿Qué se te da de perder
Iji hombre que mas estima
Decir que me deja
{Vanse.) Por algún defeto'.
El oro que tal mujer?
AURELIO.
AUr.ELlO.
Esqueja
Sala en casa de Aurelio. Pues, Elisa, ¿ansí n:e anima De poca fuerza en rigor.
Tu discreto jiroceder? Yo no tengo ese dinero.
ESCENA VIII. ¿Llorando vienes á verme. Si no vendo hasta la casa
Cuando tu consuelo espero? En que vivo.
AURELIO, OCTAVIO. ELISA. ELISA.
ACRELIO. Si acaba de sucederme En mal tan fiero.
Tanto mal, rigor tan fiero, La casa, la hacienda abrisa,
No me consueles, porque no es posible.
Qn(; ha de acal)arme y perderme, V guarda el honor pi imcro.
OCTAVIO. ¿Qué te espanta el sentimiento? AURELIO.
¿Es posible que tanto entendimiento AURF.LIO.
No pueda hallar remedio convenible? Tiene Octavio parte aquí.
¿Piensas que te ha de fallar ELISA.
ALHELIO. Mas honrado casamiento?
Ni..pun remedio en mis dosdichassiento.
Oflavio es hombre, y por mí
ELISA.
¡OiK^afíora [ida cuatro mil ducados, Se quedará sin hacienda.
El ver mi honor murmurar, OCTAVIO.
Lleno lodo el lufíar del casamienlo!
Señor, solamente siento.
¿Kslos tienes por.términos honrados?
¿Qué dirán todos de mí, Digo que se empeñe y venda
Los que miran el oro, y no la esposa. Mi^iíacienda, Elisa, [lor tí.
Sino (píe de un hombre fui
Suelen después Yo iré á buscar en la guerra
i

vivir desesperados.
Por delétos despreciada?
OCTAVIO. La muerte ó la vida.
AURELIO.
Pienso, Señor, quedeLanrenciahermo- ELISA.
Debe de estar prendado Feliciano, [sa No será persona honrada
Hermano,
Y cjue esta ha sido treta cautelosa. Quien lo [¡resuma de ti.
Tuya soy, mi rostro hierra.
Df jale estar ; que tiene de villano ELISA.
OCTAVIO.
Algo, que por la corte se murmura. ¿Cómo no, si estando hecho,
Por casar á Feliciano,
Al'RELIO. Y cerca de ejecutar.
Quedaré fiobre en mi (ierra;
menos Queda, como ves, deshecho?
El por lo es hombre liviano. (.\p. Que lo que yo gat:o a(|uí
;>!;! haya la sospecha mal segura AURELIO. Es, <|ue si él queda casado,
Que tuve de mi tlisa! pues por ella Contra el rigor popular Me queda Laurencia á mi.)
; ; ; ,

EL AUSENTE EN EL LUGAR.
ACÜEl.IO, El venir mi amor agora ,
Aprestemos la jornada,
Que Octavio sea soldado A traerte el desengaño? i Pues queda desengañada,
Por d^rle remedio á tí LAURENCIA. 1 Y yo de su engaño cierto.
Bien te dijo yo mil veces
Es cosa puesta en razón ¿Tú desengaños á mi?
Mas yo ¿con qué viviré? Que era todo falsednd
FELICIANO.
Que mujer trate verdad.
ELISA. Luego ¿pueden ser maj-oros?
LAURENCIA.
Padre, á mi honor y oi)iii¡oa
FISDERTO.
Ahora remedio se dé, ¿Qué mejor trato mereces?
Laurencia, porque no ignores FELICIANO.
Pues los iuiitortantes son;
Que todo ha sido por ti.
Que vos viviréis conmigo.
Yo quiero satisfacerte.
Quédate, Laurencia, adiós.
ALRELIO. Ya el casamiento cesó, LAURENCIA.
Ahora bien, pues quieres darte Y' quien ayer te ofendió. Va se de veras?
A quien ha usado contigo Hoy vuelve rendido á verte. FELICIANO.
Ese término, no es parte Ya'queda todo acabado; Qué bien!
¡
Ver que á ser pobre me obligo No tienes mas que temer. LAURENCIA.
Para no dar tu belleza LAURENCIA. ¿A Flándes?
A quien con tanta bajeza Pues ¿puédese deshacer FELICIANO.
Ha tratado tu valor,
Jurado, escrito y firmado? ¿Pues no?
Y hombre en lin que puso amor,
No en ti, sino en tu riqueza. FISEERTO. SABINA.
Yo digo que soy contento De común conseutimieuta ¿Y también
De pasar lo qué me queda Se deshizo. Fisberlo?
De vida en un aposento LAURENCIA. nSBERTO.
Pobre, porque hacerse pueda, Luego ¿ya También.
Elisa, tu casamiento. Carlos seguro podra SABINA.
Si quien comienza á vivir, Pi'oseguir su pensamiento? ¿Los dos?
Como Octavio, está animoso. FISBERTO. FISBERTO.
Yo, tan cerca de morir,
Carlos se fué ayer ; no creo Los dos, pues que tú nos dejas.
;.Por qué he de estar temeroso,
Que le verá Elisa mas. SABINA.
Sino esforzarme y sufrir?
LAURENCIA. ¿No que es muy fria?
Vé, Octavio, y di á tu cuñado ves tierra
Que álos seis mil, cuatro añado, ¿Cierto?
FISBERTO.
FELICIANO.
Y que diez mil le daré. Llevar desta se podria,
Basta; que me das
OCTAVIO. Sabina, algunas pellejas.
Celos por lindo rodeo.
Yo voy. SAItlNA.
Carlos es ido, ¿qué quieres?
ELISA.
LAURENCIA. No, sino algunas albardas.
El cielo te dé.
verme es ido? LAURENCIA.
Por el remedio que has dado ¿Que Carlos sin
A mi honor, tan larga vida. FELICIANO. Quiero parecer mujer.
Que alcances los casamientos ¿Fingirás que le has querido? FELICIANO.
De tus nietos. FISBERTO. {A Laurencia.) ¿En qué, Laurencia?
ALRELIO. LAURENCIA.
En dia que las mujeres
Si ofendida En creer.
Pueden vengarse de quien
De los bajos pensamientos
Les dio celos, no hay tratar FELICIANO.
De quien no fuiste querida,
De que sabrán perdonar, Side mi fe te acobardas
Me pones en tal rigor.
Y' mas si buscarlas ven.
Que ruegues será mejor ¿Enquién la tendrás?
Laurencia, pues Feliciano LAURENCIA.
Que abrevie el cielo mis años. Tus celos ha satisfecho.
ELISA.
¿Que soy
Vuelve su amor á tu pecho,
Por quien has dejado a Elisa?
Tú verás mis desengaños Y no le abrases en vano.
FELICIANO.
De los engaños de amor. Deja de decir que quieres
{Vatise.) A Carlos ausente ya Mi bien, todo es burla y risa.
Habíale, pues ves que está Esta palabra te doy
Rendido. De ser tuyo hasta la muerte.
LAURENCIA. LAURENCIA.
Sala en casa de Laurencia.
¡Qué extraño eres! Diga mal della.
ESCENA X. Vayase á buscar á Elisa FELICIANO.
Déjeme estar en mi casa. No es justo;
LAURENCIA. FELICIANO, FISBER- FELICIANO. Que es mujer.
TO SABINA. , Da celos, castiga, abrasa, LAURENCIA.
Mátame, véngate aprisa. Déme este gusto.
LAIRENCIA. Pues ¡vive Dios que he de ser FELICIANO.
¿Que te atrevas desa suerte Otro Carlos, y irme á Flándes!
A entrar donde estoy? Pues ¿querrásme?
FisuERTo. (A Laurencia.)
LAURENCIA.
FELICUXO. Habíale.
Mucho.
Laurencia, LAURENCIA.
¿Quién podrá hacer resistencia FELICIANO.
No me lo mandes. Advierte.
A un enemigo tan fuerte? FISBERTO.
Y yo no viniera atjui Digo que es necia y que es fea.
¡Qué temeraria mujer!
Si no te hubiera obligado. LAURENCIA.
Mira que está reventando
LAURENCIA. Por llorar. No digas mas, tuya soy.
¿Cómo, habiéndote casado? LAURENCIA. (Abrázanse.)
FELICIANO. Descanse un poco. FISBERTO.
No me he casado por ti. FISBERTO. Y yo, ¿voyme ó no me voy?
LAURENCIA. SABINA.
¿Quieres que se vuelva loco?
¡Por mí! ¡Qué gracioso engaño! I FELICIANO. ¿ Cómo quiere que le crea?
FELICIANO. FISBERTO.
I
Deja de estarla rogando;
¿Engaño llamas, Señora, No le digas mas, tisberlo; Porque te quiero.
; ! ;

270 CO.MEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VECA CARPIÓ.


SABINA. Lo que es palabra,quejamás la guardan, SACIÑA. 1

¿Elámí? Lo que es espada, que no ven ni ciñen. ¿Y Esteban también?


FISBlíüTO.
Piensan que lodo... LAURENCIA. I

Pues ¿no ves que estoy mortal? LAURENCIA. T.imbien.


SAtllNA.
Ya lo entiendo todo. i CARLOS.
Ya sé quf-es ley entre hombres la palabra.
Dígame de Paula mal. Dios te guarde.
Y'a sé que con espadas se defienden.
nSBERTO. Vete con Dios y cásate. LAURENCIA.
¿Queríame? Carlos mió,
FELICIANO.
SABINA.
Pues oye. ¿No eras partido?
cpígoquesi.
LAURENCIA. CARLOS.
FISBEIiTO.
¿Qué lengoyaqueoir? Veteen buenhora; Fingí
Digo que es un estropajo. Que te aguarda la novia y se resfria. Partirme ya te ad\eiii
, ;

SABIMA. De mi loco desvarío.


FELICIANO.
\ yo que soy tuya.
Sipudiera excusarlo, sabe el cielo
Pero agora lo estoy mas,
KisiiKnro. Porque se ha desconcertado
Que túfueras mi dueño. —Vén, Octavio.
Tente El casamiento tratado.
OCTAVIO. (Ap.) De que albricias me darás
Que siento en la sala gente.
Mia serás, Laurencia, aunque te pese. Por Feliciano, y yo á ti
SAHÍNA.
{Yause Feliciano y Octavio.) I'or Elisa.
Bien dices, hablemos bajo.
FISBERTO. LAURENCIA.
ESCENA XI. Sabina, ya tú sabes que danzamos De
tu engaño
Los criados al son de nuestros dueños. Viene á resultar mí daño;
OCTAVIO.— Dichos. El vuelve á Elisa, y yo me vuel\ o á Paula; Que agora se van de aqui
Dios sabe que me' pesa. Feliciano y su cuñado.
OCTAVIO. SABINA. Tan vueltos á concertar,
l'n paje tuyo que en espera
la calle Yo lo creo. Que esta noche ha de quedar...
¡Me dijo, Feliciano, que aqui estabas, ¡Maldiga Dios la loca que se arroja CARLOS.
Y con licencia de Laurencia, quiero A quereros, bellacos, socarrones! No me lo digas.
Hablarte dos palabras. FlSBERTO. LAURENCIA.
LAinENCIA. Tienes razón pero por vida mia,
; Casado.
Como sean Que os sabéis desquitar famosamente
CARLOS.
En mi presencia, yo la doy. Octavio. El dia que leaeis la vuestra en frente.
Pues ¿ danle lo que pedia?
OCTAVIO. {Yase.)
LAURENCIA.
Poco importa, Laurencia, que las sepas. ESCENA XII. Es rico : en nada reparan.
FELICIANO.
LAURENCIA, SABINA. CARLOS.
Prosigue,Octavio,ydiloquemequ¡eres.
Hoy mis esperanzas paran,
OCTAVIO.
.SABINA. Si alguna en mi amor tenia.
Firmados los conciertos y escrituras
Feas habernos quedado, Hasta perderse una cosa,
Peí casamiento de mi Elisa y tuyo, Parece que da dolor;
Pediste nuevamente, Feliciano, LAURENCIA.
Pero perdida, es menor,
Que á los seis mil ducados se añadiesen Perdiendo el juicio estoy,
Porque ya el alma reposa.
Otros cuatro: mi padre, alborotado, Pues que tal venganza doy
No quiero hacer desatinos,
See;iojó de aquel término; mas viendo Después de haberme vengado.
No quiero decir tampoco
Lo (pie pierdeen perderte, y loquegana ¡Qué mal acuerdo tomé!
Despechos de amante loco,
En ganarte, ha hecho cuenta con su ha- ¡Oh quién esto adivinara,
Y de un honil)re honrado indinos.
[cienda, Y á Feliciano le hablara
Pues Elisa se consuela,
y halla que puede darte lo que pides, Como al principio le hal)lé!
Quiérome yo consolar.
A\ud;hidose un poco de la mia. Somos mujeres, no hay duda
La que mas piensa que sabe, LAURENCIA.
Por mi te ofrece los diez mil ducados,
Y para aquesta noche tiene juntos Tiene elcorazón sin llave Y yo aprender á callar,

A todos sus amigos y parientes. Y toda el alma desnuda. Carlos, de tan buena escuela.
Vente conmigo, y bésale las manos; Pero sobre todo siento Si te consuelas de Elisa,
Que va queda la novia componiéndose, Que Carlos se haya partido; De Feliciano lo estoy.

Y toda nuestra casa alborotada. Que piensoque hubiera sido CARLOS.


Contracifra de su intento.
FELICIANO. Sus firmas al viento doy
¡Oh cómo soy desdichada Con mucho contento y risa.
¿Qué dices desto?
Sin remedio estoy; ¿qué haré? Ya sus papeles cancelo,
LALlíENCIA.
SABINA. Sus obligaciones rasgo.
¿Yo?Pues¿áquéefeto
¿Que Carlos en fin se fué LAURENCIA.
Me pides parecer? Para tan larga jornada?
FELICIANO. Basta ; que este amor es trasgo.
También yo pierdo con él Ya es de fuego, ya es de hielo.
Laurencia hermosa. Mi poquito de venganza. Ya eslá aqui, yano está aquí,
Estas son cosas de honra, y de tal suerte,
LAURENCIA. Ya asoma poi' otra parte.
Que si dijese no, no pongas duda
Ya no me queda esperanza Carlos, si yo quiero amarte,
De (;ue nuestros linajes se perdiesen,
De poder tomarla del. ¿Querrás tú quererme á mi?
Y que en mi vida...
CARLOS.
LALKENCIA.
Paso, no prosigas.
ESCENA XIII. Eso rogarte querría,
;,Quieresdecirquepord¡ez mil ducados
Y que esta noche embozados
CARLOS, ESTEBAN.— Dichas. Vamos á ver los casados.
ISo dejarás á Elisa?
LAURENCIA.
FELICIANO. CARLOS. (Ap. á su criado.)
Pues ¿tú piensas ¿Qué mayor venganza mia?
Laurencia nos dirá bien
Que me mueve interés? Yo me pondré de disfraz.
Cómo ha sido el desconcierto.
LAURENCIA. CARLOS.
SABINA.
¿Y no está claro? ¿Es Carlos? Yo iré á tu lado también.
FELICIANO. LAURENCIA. sahína. (A Estelan.)
Laurencia,lasmujeres,queiioenl¡enden Carlos es, cierto. Y él ¿quiere quererme bien?
: ! ; , ;

EL AUSENTE EN EL LUGAR. 271


ESTEBAN. UN MÚSICO. CARLOS.
Es un traigo este rapaz. Es la letra de Marquina. Bizarra la novia está.
Ya conserva lo que topa, No sé si os ha de agradar. LAURENCIA.
Ya pone en n:uital destierro, MARQUINA. ¿Tú no ves que me das celos ?
Ya da con mano de liici ro, Puédela el Sofí cantar.
Ya da con mano de estopa. CARLOS.
Pero rogarte querría OCTAVIO. No han hecho cosa los cielos
Que me tuvieses amor.
¿Qué verso? Que iguale contigo ya.
MARQUINA.
SABINA. ESTEBAN.
Cientopesina.
{Ap. Hoy me vengo de un traidor.) ¿No ves á Paula gallarda?
AURELIO.
'1
uva soy. SABINA.
ESTEBAN. No la cantéis que no habrá ;

Noche en que pueda caber. ¿Quiéresme dar pesadumbre?


¿Que tú eres mia?
CARLOS.
MARQUINA.
CARLOS.
Hachas podéis encender. ¿Qué aguardan?
Vo, Lanvencia, estoy cansado
LAURENCIA.
líe sufrir competidores,
amigos traidores
Ije ver ESCEriíA XV. Lo que es costumbre.
A mi mesa y á mi lado. A la bendición se aguarda.
Todo es enviiüa y mentira, UN PAJE. — Dichos ; después , FELI- CARLOS.
Todo es ti'atar con engaño. CIANO FISBERTO , tj GENTE. Esteban... {Ap.áél.)
Quien mas puede hace mas daño ESTEBAN.
Diciioso el que se retira. PAJE. Señor...
Contigo lo quiero estar. Aquí Feliciano está.
CARLOS.
LAURENCIA. AURELIO. Por Dios,
Y yo ser tuya, mi bien. ¿Viene acompañado? Que de mirarla me muero.
CARLOS. PAJE. ESTEBAN.
Pues yo soy tuyo también. Viene Tente firme.
LAURENCIA. Con sus deudos. CARLOS.
La mano quiero obligar. AURELIO.
Considero
CARLOS. Entre pues. Qué gloria tendrán los dos.
Vén conmigo. [Llégase el paje á la puerta, y salen Fe- ESTÉüAN.
LAURENCIA. liciano, Fisberta y gente. ¿Qué gloria podrán tener,
Voy contigo. FELICIANO. Que á dos días no sea infierno?
{Yanse los dos.) Dame, Señor, esos pies. CARLOS.
ESTEBAN. AURELIO. Yo tomara, y eterno,
le
Snbina, yo estoy cansado Mi pecho estos brazos tiene. Al lado de tal mujer.
Uo ser paje mesurado OCTAVIO. ESTEBAN.
Del señor hijo podrigo.
Aquí están también los míos. ¿Cuál dices?
Yo me quiero retiiar,
FELICIANO. CARLOS.
Dame esa mano.
SABINA. j Oh hermano El de casado.
Soy luya. OCTAVIO. ESTEBAN.
ESTEBAN. Hablad vuestra esposa. ¿Que noel de luego?
Para que esto se concluya FELICIANO. CARLOS.
Y podamos Casar,
i:(!S Dad licencia, Elisa hermosa, Eso no
Véii conmigo á ver á Paula. k que os diga desvarios; Aunque aquí le tengo yo
SABINA. Que á los desposados dan En mis entrañas cifrado.
¿A quién Licencia para ser necios. ESTEBAN.
te parezco? Di.
ELISA. Considera una mujer
ESTEBAN.
A Oiiana. ¿Yyo á tí?
Hoy queréis ganar dos precios, A tu lado al acostar,
De discreto y de galán. A tu lado al levantar,
SABINA.
AURELIO. Y al mismo lado al comer
Al mismo Amadís de Gaula.
Sentaos, por mi vida, aquí Luego otra noche á tu lado.
{Yanse.) Si el pié alargas, mujer topa,
Hasta que venga Lisardo.
Si quieres tirar la ropa.
OCTAVIO.
Mujer te gana el cuidado;
Aqueste lugar os guardo.
Sala en casa de Aurelio. Si echas un brazo, mujer;
Vos solo estáis bien aquí.
Si miras, á mujer miras,
FELICIANO.
ESCENA XIV. En mujer das si respiras,
Besóos mil veces las manos; Y aun te sabrá responder.
AURELIO, OCTAVIO, ELISA, muy ga- Que como hermano me honráis, Considérala también
llurda, de novia; MARQUiNA, mú- ¿i'orqué, Señora, calláis? Con dos mil imperfecciones.
sicos, CRIADOS. ELISA. Que no caben en razones
La lengua espera á las manos; Ni en boca de hombre de bien
AURELIO. Y verás que esta Diana,
En tomándolas diré
Llegad las sillas.— Tü, querida Elisa, Que hoy como el sol maravilla,
Lo que siento, y antes no.
Ocupa esta almohada. Por cualquiera fregoncilla
{íiiénta7ise.) Querrás trocarla mañana.
OCTAVIO.
ESCENA XVI.
Ya pareces CARLOS, LAURENCIA, SABINA y ES- ESCENA XVII.
Novia en estar turbada y vergonzosa.
TEBAN ; ellas con capotillos y som-
LISARDO.— Dichos.
AURELIO. breros , y ellos embozados. — Dichos.
De la virtud es hija la vergüenza.
LISARDO.
MARQUINA. [ne? CARLOS. {A Esteban.)
Gocéis los novios mil años.
Quienno tiene vergüenza, ¿québieu tie- Embózate como yo. Mi querido hermano Aurelio,
AURELIO. LAURENCIA. Y ellos os gocen á vos
Cantad alguna letra mientras viene. ¡ A qué buen tiempo llegué! Con daros hermosos nietos.
; ,: , , !

272 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


AtREilO. ¿Tú has osado entrar aquí? Y el término deste hidalgo.
¡Oh Lisardo! ¿viene ya ESTEBAN. FELICIANO.
El señor dolor? Aquel principe encubierto Señora...
LISARDO. De pluma y cintillo de oro ELISA.
Ya enliondo Es Carlos. Calla ,
grosero.
Que se quedaba aprestando ELISA, AURELIO.
Levantaros podéis luejío; ¿Quién dices? Hija, mira lo que pierdes.
Que 00 tardará uu instante. ESTEBAN.
ELISA.
(Todos en pié.) ¡Bueno!
Señor, si este hidalgo pierdo,
FELICIANO. ELISA.
¿Cuál Carlos?
Tú ganas diez mil ducados.
Mil años se hace el momento
ESTERAN. AURELIO.
De locar tu hermosa mano, ¿Cómo?
Bella Elisa. ¿Cuál? Carlos Quinto,
ELISA.
CARLOS. .\unque mas quisiera el sexto.
Porque esposo tengo
(.\p. ¡Oh fieros celos!) ELISA.
Que sin dineros rae quiere.
¿No sabrás tú hacer, Esteban, {Ap. á él.) Dile que de aquí se vaya
Aquí ancora aljíun enredo Dile que se salga luego. OCTAVIO.
Con que no puedan casarse? ¿Adonde está?
ESTEBAN. (Ap.)
ELISA.
ESTEBAN. Resolvióse. ( Vdse á su amo.)
¿Cómo enredo? Yo le veo.
CARLOS.
CARLOS. AURELIO.
¿Qué hay, Esteban?
Un ungimiento. ¿Es acaso el embozado?
ESTEBAN.
ESTEBAN. ELISA.
Ea, que todo está hecho.
¿Son á propósito aquí Desembózaos, caballero.
CARLOS.
Unas cuchilladas ? CARLOS.
Besarte quiero en la cara.
CARLOS. Carlos soy.
ESTEBAN. ELISA.
¡Dueño! Ten á las barbas respeto, ¿Quiéresme?
ESTEBAN. Si no quieres que los dos
CARLOS.
¿Coa quién tengo de reñir? Parezcamos en el beso.
Sí.
CARLOS. Tú á Ganasa y yo á Tristulo.
ELISA.
Conmigo. CARLOS.
La mano.
ESTEBAN. ¿Qué es lo que dice en efeto? CARLOS.
¿No eres mas necio? ESTEBAN. El alma y el pecho.
Pondránnos estos en paz, Que te vayas y no pares LAURENCIA.
Vendrán dos grifos de aquestos Diez leguas deste aposento. ¿Para aquesto me trujisle,
Que llaman campo una sala CARLOS. Carlos ?
Y desafio un teneos, hagan mis desdichas.
Mal te CARLOS.
Llevaránnos á la cárcel,
ESTEBAN. Cumplo lo que debo.
Huíannos tanto proceso,
\ entre tanto los dos novios Siempre esas albricias medro. FELICIANO.
Cenarán diez huevos frescos, AURELIO. ¿Es Laurencia?
Dormirán en seis colchones, Para que quede entendido, LAURENCIA.
Y nosotros al sereno. Antes, hijos, que os casemos Soy Laurencia.
CARLOS. Que esta es vuestra voluntad. FELICIANO.
Pues llega, y dilc «Señora El sí de los dos espero.
:
lías mejor tie;mpo
venido al
Aquí está Carlos. » ¿Queréis, Feliciano, á Elisa?
Del mundo. Dame esa mano.
FELICIANO.
ESTEBAN. LAURENCIA.
Si, Señor.
Si puedo Tengo dueño.
AURELIO.
Yo llegaré por detrás FELICIANO.
Ten tú cuenta, como herrero. ¿Es cierto?
¿Cómo dueño?
Que mientras los fuelles soy, FELICIANO.
LAURENCIA.
Pongas en la fragua el hierro. Cierto.
¿Quiéresme, Octavio?
ALIÍELIO. AURELIO.
OCTAVIO.
Aqui pudieran tomarse ¿Vos, Elisa, á Feliciano?
L;is manos que despui'S dcsto, ELISA.
¿Pues no?
;

Viniera lo que esperamos, No, Señor. FISBERTO.


Y fuéranse nuestros deudos. AURELIO. ¡ Bueno quedas
LISARDO. ¿Qué dices? FELICIANO,
Muy bien dice Aurelio. ELISA. Bueno quedo.
ESTEBAN. Esto. SAlilNA.

E\\?.^.,(Áp.áeU(i.) AURELIO. Luego ¿yo»seré de Esteban?


Elisa, ¿qué digo? Pues ¿ cómo públicamente ESTEBAN.
ELtSA. Dices que no? Mejor es que de Fisberlo,
¡Ay cielos! ELISA. Porque soy de Paula yo.
ESTEBAN. Porque puedo. AURELIO.
Quedo. ¿Si le quiero no preguntas? ¡Qué valor!
ELISA. Pues digo que no le quiero; FISBERTO.
¿Quiénes? Que hombre que en dinero mira, Famoso hecho.
ESTEBAN.
Y que se vendió por |)recio, FKLICIANO.
Mas parece bestia que hombre,
¿No lo ves?
Y bestia ¿para qué es bueno?
Ahora bien seré padrino.
;

ELISA. En seis mil ducados era Ya (¡ue otra cosa no llevo.


¿Quién? Del casamiento el concierto; CARLOS.
ESTEBAN. Pidió otros cuatro, y si dije El Ausente en lugar el
Estebanico. Que se los diese Aurelio, Se (jueda en él, y contento
ELISA. Fué porque públicamente Da íin, y os pide perdón
¡Ob perro! Supiesen lo (jue merezco, De sus fallas y sus celos.
, , . ; ,,
;
, ;; ;; , , ; ,, , ,

LA NINA DE PLATA.
PERSONAS.
DOROTEA , la Niña de Plata. DON JUAN. FÉLIX hermano de Dorotea.
, Moros.
TEODORA, Ha suya. CHACÓN, /ffcayo. MARCELA, (/flWff. Criados.
DON ENRIQUE, infante. ZULEMA. LEONELO. Gente.
EL MAESTRE DE SANTIAGO ALÍ. UN ESCUDERO. Mtísicos.
DON ARIAS. EL VEINTICUATRO pa- UNA ESCLAVA. Acompañamiento.
EL REY DON PEDRO. dre de don Juan UN PAJE.

La escena es en Sevilla.

DOROTEA. De sus armas, de su brio.


ACTO PRIMERO. Yo te confieso que yo De su regalo y riqueza
Soy aficionada á Enrique. Todo se acaba y remata
TEODORA. Con que la Niña de Plata
Calle. Es cifra de su grandeza.
¿Quién hay que á tanto valor
ESCENA PRIMERA. Su pensamiento, su amor DON ENRIQUE.
Y su esperanza no aplique? Oí de su discreción
DOROTEA Y TEODORA , en nn balcón. Y' gentileza en Castilla.
ESCENA II. MAESTRE.
TEODORA.
ACOMPAÑAMIENTO EL INFANTE DON No hay mas qué ver en Sevilla.
,
Por aquí dicen que pasa DON ENRIQUE.
El infaute don Enrique.
ENRIQUE Y EL MAESTRE DE SAN-
DOROTEA.
TIAGO, de camino;DOíi JUAN, gen- Los dos Maestre al balcón , ,

Pues bien es que signifique


te. —Dichas.
Hagamos lo que es tan justo;
Que cuando de aquesta dama
Tanto placer nuestra casa. No lo mandara la fama
MAESTRE. (A don Enriquc.)
Haz , por tu vida , colgar Lo hiciera por vuestro gusto.
Aquel tapete de seda ; ¿Qué OS parece la ciudad?
TEODORA. {A Dorotea.)
Que auntjue es tan pobre, y no pueda DON ENRIQUE.
Una Haz reverencia al Infante.
Las riquezas igualar otava maravilla
De tanto noble vecino. Pero con decir Sevilla DOROTEA.
Mostrará nuestra afición. Se dice todo. Guarde Dios á vuestra alteza.

TEODORA. (A una esclava que está dentro MAESTRE. DON ENRIQUE.


de la casa.) Es verdad. En viendo tanta belleza.
Cuelga Inés este balcón.
, , DON ENRIQUE. No hay que pasar adelante.
— Pero ya dicen que vino. ¿Cómo esta calle se llama? MAESTRE.
Gran música y alegría MAESTRE. No os detengáis que después ;

Suena en la Puerta Real. Délas Armas. Habrá mejor ocasión


DOROTEA. DON ENRIQUE. Que aguarda el Rey, y es razón
¿Vendrá el Rey ? Con razón Ir á besarle los pies.
TEODORA. Mas pienso que de amor son, {\anse el Infante, el Maestre, acompa-
LlévaDsemal. Con tanta bizarra dama ñamiento y gente.)
Y son las mas peligrosas.
DOROTEA. ESCENA
Si esta calle es de sus armas III.
Pues no le aconsejaría
Que mas que á cien hombres de armas
Que en Sevilla se quedase; Temo unas manos hermosas. DOROTEA Y TEODORA en el halcón; ,

Que es don Pedro muy severo. ¿Quién es de aquel balcón?


la DONJUÁN, en la calle.
TEODORA. MAESTRE.
Enrique es gran caballero DON JUAN.
Una dama cuya fama
Y puede ser que envidiase Décima musa la llama ,
Sirena debéis de ser,
El Rey la mucha afición Por ingenio^' discreción Bellísima Dorotea
Que lo muestran cada dia Cuarta gracia por tener Pues donde liay tanto que vea, '

,
Castilla y Andalucía. Tantas que á las tres la añaden A un rey hacéis detener.
,

DOROTEA. Por que no se persuaden Ya no se puede pasar


Rigurosa condición Que otra mayor puede haber La calle en que lo habéis sido,
Clcnpatra por gentileza Sin ir atado el sentido
Tiene el rey don Pedro, lia.
Y Venus por hermosura Del oír y del mirar
TEODORA.
Porcjue competir procura Al árbol de la prudencia
No fuera tan riguroso, Como Ulíses le llevó.
A no vivir sospechoso; Con su talle y su belleza.
En ella en fin se retrata DOROTEA.
Pero crece cada dia
El temor de sus hermanos. Una imagen del deseo. Cuando hubiera sido yo
¿Qué sirve tanto rodeo? Sirena de la presencia
DOROTEA.
Esta es la Niña de Plata De un rey de tanto valor.
Como no son de su madre, Que habréis oído en Castilla, Resultaba en vuestra gloria
Sino de solo su padre Porque tanta peifecion Don Juan [mes que mí Vitoria
,

Pareceranle tiranos Es monstruo y admiración Hace la vuestra mayor;


De las honras que les dio Y grandeza de Sevilla. Porque quien tanto rindió
Y los estados que tienen. Cuando tratan de su rio A quien rinde á quien decís,
TEODORA. De su alcázar eminenle Mas merece, si advertís
Ya me parece que vienen. De sus calles, de su puente. Que él es mío y vuestra yo.
,

L-i. 18
; ,,
,; , ;, ;, ,,,
, ;,; ,:,,
; ,,, ,, , , ; ,! ; ,, , ; , ,,,; ;
,;,, ,,,,, ,; ,

>27t COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DON jrAN. ESCENA IV.
Con licencia de Teodora, Que está
Os querría responder. CHACÓN.— DON JUAN. Muy tierna y enamorada
TEODORA. Que siempre me ha de querer,
CHACÓN. Aunque la venga á tener,
Harto quisiera poner Como casada, olvidada.
Fin á este amor desde agora ¡
Qué bravamente ha lucido
Manto y sombrero andaluz Mas como su entendimiento
Si no viera tan perdida Es tan notable Chacón
Locos van los castellanos, ,

Y tan loca á Dorotea Creo que estas cosas son


Sevilla en ver tu grandeza
,
No porque la culpa sea Un discreto cumplimiento.
Rlanco ha sido tu belleza
De vuestro amor merecida Cortesanos han venido
Mas por ver que no ha querido De mil pensamientos vanos.
Cual suele nuevo zaguán Dorotea es celebrada
Vuestro padre el Veiitlicuatro, Hoy, hermosa y despejada,
Verse escrito de carbón.
Rogado una vez y cuatro Contra mis celos ha sido
Dequien sabéis que lo lia sido DOX JL'AN.
Retrato de su balcón :

Que os caséis con mi sobrina En tales días, Chacón


Todos la vieron, y hablaron
Fues no habiendo de ser vuestra ¿Los amos solos se van ?
Con los ojos , y enviaron
La misma razón os muestra. CHACÓN. Recados al corazón.
Por mas que amor desalina. Perdona que me cegó
; Principios son de olvidar
Lo que pierde nuestra casa El concurso de la gente Dejarse en público ver
Honor y reputación. Y un forastero valiente Que esconderse una mujer
DON Jl'AN. Que echando juncia llegó, Es alta señal de amar.
Su avarienta condición Con el cual palabras tuve No dudes , los castellanos
Como sabéis no me casa , De rumbo y temeridad Por la fama han de servilla.
Por ser pobre Dorotea Entre cuya tempestad
CHACÓN.
Y preténdeme casar Cerca de asentarle estuve
Dos mojadas de antuvión Mildamas tiene Sevilla
Donde me venga á comprar
Con oro una necia y fea. Mas llegó la cofradía Que á tus pensamientos vanos
De la sangre y de la mia Pondrán entonces remedio.
Mas yo que en el corazón ,
,

Templaron la tentación. Dos mil veces te he rogado


Tengo una mina de plata
Que me enriquece y me mata Abogóse linalmente Que dejes este cuidado
Si las del alma lo son La cólera en tinto y blanco; Y que pongas tierra en medio.
Que anduvo medroso y franco Amasuna'cosaquees \ v
Estoy tan determinado
Espíritu, entendimiento
Que antes de un mes ha de ser Conmigo y la demás gente.
Dorotea mi mujer, Decía bien un mohíno, Eco, acento, pensamiento,
Serafin donde no hay píes
Con el dote mas honrado Que estas pendencias habladas ,

Eran castañas asadas Orosutíl,sí deTibar,


Que llevan las que lo son
Que es virtud y entendimiento; Que todas paran en vino. Un junco mimbre ó taray,
,

Que esto que perder consiento DON JUAN. Un aljófar, un cambray.


De vuestro honor y opinión Un alfeñique un almíbar, ,

¡
Quién estuviera de humor Un extremo en tilígrana
Es á cuenta de lamia; Paraoir tus valentías!
Y no hay en qué reparar. Un dije un hilo de pita
,

CHACÓN. Y un familiar que te incita


Pues se viene á restaurar
De mi casamiento el dia. ¿Qué tenemos? En un confite de mana
DON JUAN. Finalmente, una mujer
TEODORA.
Estos días Que llamó, por engreilla
De vuestra parte don Juan , ,
Niña de Plata Sevilla
Anda como loco amor.
\o hay mas que pida el deseo. Semanas debe de haber.
Eso y'mucho mas os creo CHACÓN. Cuerpo de tal Si quisieras !
¡

Que de vuestra parte están Como demonio dirás; Una mujer para todo
La inclinación y el amor; Porque el dia que se suelta Para polvo y para lodo
Pero de un avaro viejo, No hay libertad tan resuelta, Para burlas , para veras
La codicia y el consejo Que no se le rinda mas. Destas de rúa y camino
.Masde hacienda que de honor. ¿"Han venido aquestos celos Sin melindre, sin milagro.
Con esto rae voy de aquí í)e Castilla, por ventura? Que tienen su gordo y magro,
No quiero que nadie vea DON JUAN. Como perníl de tocino
Que si habláis con Dorotea, Mujeres que duran mas
Bien pudiera la hermosura.
Pasa delante de mi. ( Vase.) Que un zapato de batjueta
Admiración de los cielos
DOROTEA. Dárselos al mismo sol. No vieras en esta seta
Don Juan bien , dice mi tia. No son celos, es desden. Tus pensamientos jamás;
Va que vuestro padre os casa CHACÓN. Que mejores son mostrencos.
Ño es justo que en esta casa Mas ya que desto te incitas
Lueco ¿note quieren bien? ¿No has visto en unas cajitas
Aunque es mas vuestra que mia de español.
MeliVidr(í,á fe
Tan públicamente habléis. Unos bolilos flamencos?
Pero sangraste en salud. Pues así imagino yo
Lo que es el recato os ruego
DON JUAN. Esas damas delicadas:
Al Alcázar vamos luego,
Y allá mi bien, me veréis
, Por abundancia de gusto Son buenas para miradas.
Que yo haciéndole á mi honor No me fjuejo que no es justo
;
Mas para jugadas no.
La salva pues es tan justo
,
Mas traigo justa inquietud ¡Rúen boiazo, fjue es mohína.
Os quiero bien por mi gusto De que ñiude Dorotea Pesia tal y estese en pié.
!

; Y os tendré perpetuo amor. De intento en esta ocasión Aunque un manchego le dé


Que os caséis , que no os caséis Pues mi !)adre sin razón Con una bola de encina.
Que me olvidéis ó queráis. Le niega lo que desea, DON JUAN.
Que aquí os estéis ó que os vais Porque en esto ha respondido
Que es pobre, aunque muy honrada. Ah, Chacón! ya fué mi suerte.
Me escribáis ó me olvidéis ¡

Simi padre, por dinero.


Que si no sois mi marido, Y aunque se muestra obligada
Al amor ([ue la he tenido, No quisiere lo que quiero.
iSo ha nacido de quien sea
Temo (]ue viendo que ya
Ten [)or segura mí muerte.
En el mundo Dorotea.
Niña de Plata ha de ser
Vuestra soy y vuestra he sido. (Vase.) No es posible el casamiento
lia de mudar pensamiento. De mis ojos , esto es cierto.
hoy JIIA>.
CHACÓN. CHACÓN.
Señora, mi bien, mi luz...
— Fuese el sol; su noche he sido. Pues ¿qué responde? A Dios ruegas por ser tuerto.
; ! , ! , , ,, ,, , ,, , ; ,, ,; ; ; , , , , :

LA NIÑA DE PLATA.
DO.N JUAX. I Principio y fin, como precioso anillo, No por eso llegó donde podia ,
¿Cómo? ! Doña Sol de Guzman dijo su esfera: Porque un órgano mismo, menos diestro
CHACÓN. !
De tela de oro y de diamantes era. Le tañe un sacristán que un gran maos-
¿Xolo echas de ver? La de lo verde (y con razón se atrevo [tro.
Si esa niña que te mata, A lo verde su rostro) es por quien vela No aboga el que jamás vio las escuelas
Quieres que en tu vista asista, Desnudo amor entre su blanca nieve. Como aquel que inventó los textos mis-
("uando uno no tiene vista MAESTRE. Ni cura la mujer ó el sacainuelas [mos,
Se pone niñas de plata. Su nombre di. Queá Hipócrates no vio los aforismos.
DON JL'AX. DON ARIAS. DON ARIAS.
Vén al Alcázar conmigo Doña Casilda
Vola. Señor, injustamente te desvelas.
Que allá me dice que Va. De grande ingenio y de estatura breve, No iguala Dorotea los abismos [racio;
CHACO:<. Vestida de color flor de canela Del arte de escribir, no á Homero, á Ho-
Colgado y ^^stoso está.
Estaba en un balcón doña Teodora Escribe á uso de corte y de palacio. —
Enriquez: no era sol; maseraaurora. Pero entre algunas queá mirar las salas
Voy al Alcázar contigo.
Doña Ana Téllez carmesí vestía, Del Alcázar vinieron , serafines
DON JUAN.
Y nácar doña Juana de Arellano ; Desta ciudad, aunque les faltan alas,
Pues quedo y no te alborotes, Raso color de mar doña María
,
La Niña está. Señor, en susjardines.
Y aquella sierpe la riña. Núñez y doña Laura Altamirano
,

CHACÓN. De turquí; celestial, doña Mencia ESCENA VI.


¡Oh! válate Dios por niña De Rojas, cifra del tesoro humano;
¡Quién la diera veinte azotes Doña Luisa Cerón morado y palmas. DOROTEA Y TEODORA, con maíllos,
(Vanse.) Cera que alumbra á amor y arde en las UN ESCUDERO.— Dichos.
[almas
DoñaLennorCabrera de leonado, DON ENRIQUE.
Jardín del Alcázar. Y doña Inés de Zúñiga y Fonseca ¡Oh blanca Niña, queen tu nieve igualas
De plata sobre raso naranjado Azares, azucenas y jazmines,
ESCENA V. Que al fruto de! azar las flores trueca; Y el carmesí de la color hermosa
Doña Francisca de Padilla y Prado, A la pura vergüenza de la rosa !

DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON Vestida de tabí de rosa seca... Tu fama me robó desde Castilla
ARIAS. Mas ya la vista en un balcón retrata La memoria, y aquí me roba el alma.
La niña celestial. Niña de Plata. DOROTEA.
DON ENRIQIE.
DON ENRIQUE. ¿Eso causa á su alteza maravilla?
Ninguno lo sabrá como don Arias.
El Maestre se ríe , y por mi vida DON ENRIQUE.
MAESTRE.
Que no sé yo por qué. Allá me hirió y aquí metiene en calma.
Es caballero noble de Sevilla. MAESTRE. DOROTEA.
DON ARIAS. Malicia es esa. Famosa es la Giralda de Sevilla
Aunque sus maravillas sean tan varias Que aunque la celebráis, estáis sin vida. La del escudo, el cáliz yla palma
Esa fuera mas alta maravilla. DON ENRIQUE, Por la fama pudiera y fa grandeza
Las regiones remotas y contrarias
El mar innavegable, cuya orilla
Que reparéis en que la \i me pesa. Su alteza enamorarse de su alteza.
Álabástesla vos de entretenida DON ENRIQUE.
.lamas áncora vio de nave nuestra
Y de que hasta la envidia la confiesa Volved: ¿no pasáis de aquí?
De sus grandezas el ai)lauso muestra.
Por única entre damas de Sevilla DOROTEA.
MAESTRE. Décima musa octava maravilla. ,

No os pide Enrique que digáis las cosas Antes me quiero volver.


DON ARIAS. Porque si yo vengo á ver,
Que en muchos libros no cupieran; pide Cuandoel Maestre,gran Señor,la alabe,
Y'a no hay'mas de lo que vi.
Que le digáis quién fueron las hermosas Puede con gran razón que Dorotea
Damas con quien el sol sus rayos mide. ;
DON ENRIQUE.
Sevilla, sabe Es la sibila'de y
DON ARIAS. Cómo ha de parecemos que lo sea. Pues ¿qué es lo que á ver venistes?
Lasquehoy vistas de vos fueron dichosas, Sabe las burlas y el estilo grave DOROTEA.
Con quien términos divide
el cielo Llamáronla de plata porque crea Las riquezas de allá arriba ,
Y la jurisdicion de nuestras vidas. Quien oyere este nombre, que retrata Y aquí el jardín que cultiva
Son estas, aunque en cifra referidas :
Una pieza bellísima de plata. De esmeraldas y amatistes
Es la de blanco y plata doña Elena, Canta y compone en punto diestramente El cielo con mil primores
Por quien llorar segundaTroyaaguardo, A cinco voces. Y en vos hizo todo fin.
Que con vestido blanco, de morena DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Se precia. ¿Y no á dos? ¿Cómo?
DON ENRIQUE. DOROTEA.
DON ARI.AÍ.
¿Qué apellido? No, cierto. En jardín,
el talle el
DON ARIAS. Pinta como el mas célebre y valiente Y en el ingenio las flores.
El de Fajardo. Danza con gala y con igual concierto. DON ENRIQUE.
Aquella en su hermosura Madalena Escribe versos con tal gracia...
¿Hay niña? Hay tal tesoro?
tal
Masque en su penitencia, dcoro y pardo, MAESTRE.
Era Ramírez. Muy necio fué quien os trata
Tente Nina, por Niña de Plata.
DON ENRIQUE. Que cuando en esta diferencia advierto, DOROTEA.
Fuéralo si al cuello Que los escribe una mujer y un loco,
¿Porqué?
Desatara las trenzas del cabello. El arle de escribirlos tengo en poco. DON ENRIQUE.
DON ARIAS. DON ENRIQUE. Porque sois de oro.
Doña Angela de Vargas, de azul y oro, Maestre, esto de hablar en consonancia DOROTEA.
Tanto parece á Angélica la Bella Y juntar de los versos la armonía
No es la sentencia, el arte y la elegancia Antes anduvo
discreto
Que aunque no conocemos el iMedoro,
Mil Orlandos furiosos hay por ella. Con que se adorna y viste la poesía. Que á haberme de oro llamado,
Naciera en siglo dorado
La de lo negro con real decoro, Muchos la escribirán con ignorancia.
vieja en efeto.
Que era en escura iioche blanca estrella, Padeciendo las musas tiranía [ñas, Y fuera
;

Peroestosnoson hombres, que son mo- De plata


fué cortesía,'
Doña Leonor del Águila; ya sabes
Que el águila es la reina de las aves. Muertos, en fia, por parecer personas. Porque es un siglo después.
La de pajizo, que con mil memorias Algún desvanecido pensamiento DON ENRIQUE.
El vestido bordó de cañutillo Probó á hacer versos, no acertó, y porOa, Verdad lo que dicen es.
Dina de dulces versos y de historias Como miró incapaz su entendimiento, Maestre, por vida mía.
Se llama doña Brígida Carrillo ; Que no es entendimiento la poesía. El ingenio es milagroso:
Por no tener sus conocidas glorias Si alguno la escribió sin fundamento, Yo soy desde hoy su galán.
, ;, ,, ,; ,, , , , . , ; ,;
!

COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DOROTEA. DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Miraiulo, Señor, están. A todo digo que salgo. ¿Saldrá la Niña?
DON ENRIQUE. ESCUDERO. ESCUDERO.
¿Es por dicha algún celoso? Pues vuestra alteza Señor, ,
No sé...
DOROTEA. Crea que soy Cueva, Arjona — Ello ¿no es encamisada?
No tengo á quien dar enojos; Méndez, López, Juárez, Fáñez ,
DON ENRIQUE.
Mas como con pocos trata Renavides, Santibáñez,
Córdoba, Enríquez, Cardona,
Buena y con galas crueles.
,
Oigo decir que la jilata
Sánchez, Vázquez y Loyola: ESCUDERO.
Lacodician muclios ojos.
Cuesta en mi tierra. Señor, En oyendo cascabeles
Vuestra alteza dé ÜL^encia.
I n dedo el papel mayor... Yo la doy \wy asomada. \ase.)
Porque á alguno no le sobre (

Que vuelva nii plata en cobre. DON ENRIQUE.


DON ENRIQUE. ¿Cómo? ESCENA VIII.
ESCUDERO. DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON
Como VOS me deis paciencia...
Por mi firma sola. ARIAS.
DOROTEA.
DON ENRIQUE.
¿Para que?
Creo que sois bien nacido MAESTRE.
DON ENRIQl'E.
Y en la persona se os ve. El viejo es alia (igura.
Parasufrilla.
ESCUDERO. DON ENRIQUE.
DOROTEA.
Por desdicha el servir fué Entrémonos á vestir;
Luego ¿ya mi galán ?
sois Quien pudiera ser servido. Que ya por vernos salir
¡Ay Jesús! y ¿que dirán Mal pecado! en la montaña La noche el carro apresura.
;

Las señoras de Sevilla? Tuvo mi abuelo un casar MAESTRE.


Vamos, tia ; que el Infante
Que le pudiera envidiar
Habla de recien venido. El Rey ¿estará vestido?
Para granja el rey de España
TEODORA. {Ap. á Dorotea.) DONARÍAS.
MAESTRE. De su cólera lo creo.
Discreción hubiera sido No lloréis; lomad consuelo
Que pasaras adelante. DON ENRIQUE.
Como hidalgo bien nacido.
(Vanse las dos.) Sois de solar conocido?
Hoy me ha nacido un deseo.
¿
ESCUDERO. MAESTRE.
ESCENA VII.
Zapatero fué mi abuelo.
Niño pintan á Cupido.
DON ARIAS.
DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON DON ENRIQUE.
Dien conocido solar. Su madre sabrá crialle.
ARIAS, EL ESCUDERO.
[Ap. El viejo es precioso humor.) MAESTRE.
DON ENRiQiE. {Al cscuilero.) ¿Coméis bien? ¡ Bueno vas, por vida mia
Ina palabra, buen viejo. ESCUDERO. DON ENRIQUE.
ESCCDERO. Bebo mejor. Niña, alcanzarte querría;
Dueña vuestra vida sea. DON ENRIQUE. A correr voy á tu calle.
DON ENRIQUE. Para todo os quiero dar. (Yanse.)
¿Servis vos á Dorotea? Veis aquí cinco doblones
¿Sois de los de su consejo ? Todos cinco son de á cuatro.
ESCUDERO. ESCUDERO. Habilacinn de don Juan.

Escudero suyo soy. Con ellos soy veinticuatro.


ESCENA IX.
DON ENRIQUE. Oid cinco bendiciones.
¿Quién la visita?
— Diosos dé salud. DON JUAN CHACÓN. ,

DON ENRIQUE.
ESCUDiíRO. DON JUAN.
Quisiera
Muy bien.
ESCUDERO. Vísteme esa cota luego
Que .su alieza conociera Que es noche de regocijo.
Quién es la casa en que esloy. Siempre tengáis buena fama ,

Buena mesay buena cama CHACÓN.


El sol no ha entrado ni tiene
Licencia de entrar en ella. Y buena mujer también. Algún ángel te lo dijo.
DON ENRIQUE. De tales noches reniego.
DON ENlilQUE.
¿La tercera? DON JUAN.
Adonde la luz es ella,
fIscudero. Las noches de las desgracias
Dien hace el sol si no viene.
¿Podréla yo visitar? Plata en mano, Un discreto las llamó.

¿Querréisledar un recado? Ccm las armas de Castilla. CHACÓN.


ESCUDERO. DON ENRIQUE. Al hombre que la inventó
¿La cuarta? Se deben honras y gracias.
No le hubiera pronunciado, ESCUDERO. En cayendo una cuitada
Cuando me hiciera malar. Que traigo en el trato vil
Casa en Sevilla.
DON ENRIQUE. Me calo once mil.
las
DON ENRIQUE.
Esto habéis de hacer por mí ¿La quinta? DON JUAN.
Que si os echare de casa ESCUDERO. Ella es defensa extremada.
Quien á mejor lugar pasa No hay lado, no hay amistad
Nieve en verano.
Medra y no pierde. Mas fuerte.
DON ENRIQUE.
ESCUDERO. CHACÓN.
¿Cuándo me vendréis á ver?
Es ansí. Yo sé, Señor,
Que el Rey mi hermano ha venido.
DON ENRIQUE. Otra mejor.
ESCUDERO. DON JUAN.
Haré al Rey (jue alcaide os haga Mañana, y no me despido.
Del alcázar. ¿Cuál mejor?
DON ENRIQUE. CHACÓN.
ESCUDERO.
Con portero Haréisme mucho placer; Un aposento.
Me contento. Mas primero Y la librea os daré , DON JUAN.
Que de mi se satisfaga Que esta noche he de sacar. Es verdad
Corre peligro mi honor 1 ESCUDERO. Pero habiendo de salir.
Que soy muy gentil hidalgo. Por allá podéis pasar. Famoso amigo es un jaco.
, , ,! ,, ; ; ;, ,,: ;
,. ;, ! , : —
, ,, ;
,

LA NISA DE PLATA.
CHACOX. DON JUAN. Fueran ó reales 6 barr:\s,
[

Cuando dos azumbres saco, I


Advierte, Niña en mis ojos la hiciera. ;

No se trate desto mas.


I

Puedo al diablo resistir. I Si no piensas vanos casos. I

¿Quieres espada ó esloque? I


Que no tengo yo en mis pasos I Mo te caso con dos rail
DON JDAN. ¡
Cosa que este me concierte. I
Ducados de renta.
Estoque para broquel. VEINTICUATRO. I DON JUAN.
CHACÓN. Eres tú muy
concertado. ¡
i
Oh vü
Hay mayor peligro en él j
Ya sé dónde entras y sales. I
Fortuna
Como ei contrario se emboque. DONJUÁN. VEINTICUATRO.
I

Yo, si no llevo recado ]


Mis pasos son tan iguales Con esto harás
Para el tajo y el revés, Que el fin es santo y honrado. Casi cinco mil y aun seis.
Voy eu cueros. VEINTICUATRO.
Esta es noche peligrosa
DON JÜ.\N.
!

No tengo por justa cosa


¿Santo y honrado? Sin duda
Que en sus peligros andéis.
I

Ansies, Vas á rezar á la x\nt¡gua.


Entrad ; que desde el balcón
Si hubo cena y te han brindado.
DON JUAN. Podréis ver la encamisada
CHACÓN. Pues pregunta y averigua Si de Holanda mas delgada
iRemoque tico Ahora bien,
!
Si hay juego donde yo acuda. Las de esa niña no son.
¿ Dónde va tu valentía? Ni otra cosa deshonesta. Ea ¿qué me están mirando?
:

DON JUAN. Sola una calle paseo Entren dentro.


Chacón a mi niñería
,
De una mujer, que deseo CHACÓN.
Y á mi gigante desden. I
Con buen tin. ¿Hablas de veras?
CHACÓN. CHACÓN.
DON JUAN.
Loco estás. ¡Liúda respuesta!
¿A qué doncella dijeras
DON JUAN. VEINTICUATRO.
Lo que te estoy escuchando ?
No hay en Sevilla Es muy linda.
VEINTICUATRO.
Niña de tal perfecion. CHACÓN.
Ea pues.
CHACÓN. Pues querer
DON JUAN.
Parece que al corazón Para matrimonio santo
Mujer que merece tanlo Obedecerte
La echaste por zapatilla. Quiero. Ya voy, vé delante.
Ahora bien , yo solo debo Y que ha de ser su mujer.
Que te cuadre ó no te cuadre. ¿Puédelo ningún cristiano VEINTICUATRO.
Seguirte el humor. Tener por injusta cosa? Es á tu vida inportante. ( Yase.)
VEINTICUATRO. DON JUAN.
DON JUAN.
Mi padre
Con mujer pobre y hermosa Mas lo parece á mi muerte.
¡
Y bachillera, es en vano; Chacón por el azotea
,

ESCENA Porque mientras yo viviere, Podré saltar á la casa


X.
Don Juan no se ha de casar. De don Luis ; las armas pasa. (Vasc.)
EL VEINTICUATRO.- Dichos. DON JUAN. CHACÓN.
¿A qué tengo de aguardar? Quiera Dios que por bien sea
VEINTICUATRO.
¿Qué es lo que mandas que espere? Que temo que por burlalle
¿Adonde bueno, mancebo? ¿Soy doncella, que he de estar Caigamos sin resistencia.
DON JUAN. Aguardando en mi labor Como gatos en pendencia
Señor, ya lo ves es noche , A que tú tengas humor Desdeel tejado á la calle. {Vase.)
De encamisada y de luces. Para quererme casar?
Castellanos y andaluces... Si te gastara tu hacienda
VEINTICUATRO. Con alguna mujercilla
Y en un caballo ó un coche Si anduviera por Sevilla Salón del .\Icázar.
¿No salieras mas seguro? Como caballo sin rienda
DON JUAN.
Si tú me hubieras librado ESCENA XI.
De dos muertes ó de tres
Ríñeme ya como , sueles. Si no pusiera los pies DONENTlIQüE, DONARÍAS.
VEINTICUATRO. Menos que en lugar sagrado
¡Jacos, estoques , broqueles Si fuera mi desconcierto DON ENRIQUE.
Y Chacón!... De mil mohatras perjuras No está acabado el vestido
CHACÓN. Haciendo veinte escrituras Y el Rey, gran prisa.
Su bien procuro. Para cuando fueras muerto;
DON ARIAS.
¡Con lindos regalos vienes! O quien me las socorriera
Buscara con fingimiento Señor,
VEINTICUATRO. Fué poco tiempo.
A real y medio por ciento, el
Si el que yo pienso tuvieras...
Y otros enredos hiciera DON ENRIQUE.
CHACÓN. Si plata acaso tomara El amor.
¿Dónde estu\iera? El marco á cómo quisiera De boy en el alma nacido.
VEINTICUATRO. Quien el dinero me diera Ydehoy en ella tan viejo
En galeras. Y al mismo
se lo entregara Como si de un siglo fuera
CHACÓN.
I
Si te vendiera la tuya Me da prisa de manera
Pues ¿en qué opinión me tienes?
O hurtara joya ó cadena Que me ha fallado consejo.
I
A mi hermana y por tu pena
, El que me diste lomé.
VEINTICUATRO. Disimulara la suya; Y con industria he llamado
Del alcahuete mayor
I

I Fuera yo el hijo querido, A su hermano.


Que puso mitra en cabeza. !
Anduviéraste tras mí. DON ARIAS.
CHACÓN. VEINTICUATRO. Has acertado.
¿De quién? Todo lo que lias dicho aquí, DON ENRIQUE.
VEINTICUATRO. Menos lo hubiera sentido
De esa buena pieza. Que casarte sin mi gusto, Poco, don Arias, podré,
ñien sé lo que allá se trata O tendré entrada en su casa
DON JUAN. De aquesta niña (¡ue adoro.
No tengo de quién Señor. ,
De aquesta Niña de Plata
Nace todo mi disgusto. DON ARIAS.
VEINTICUATRO.
Si ella como el nombre fuera Ella es de plata ; hazla de oro
Ya sé tus pasos. Y aquellas gracias bizarras Y tú verás'lo que pasa.
— ; ; ; , — ! , ! , ,, —
,; ,; ,;

578 COMEDIAS ESCOGIDAS DL LOPE DE VEGA CARPIÓ


ESCENA XII. ESCENA XIII. DOROTEA.
No; que aventuras mí honor
FÉLIX, UN CRÍADO. — Üiciios. EL CRIADO. —DON ENRIQUE, DON Y tu vida. Aquí detrás
ARIAS, FELIX. Mientras se vuelve , estarás
CRIADO. Que tiene un poco de amor,
CRIADO.
Aquí está Félix , señor, Y es noche do luminarias.
Honiiiino de Dorotea. Ya está el vestido,
DON JUAN.
DON EXRIQIE. Y lo demás que llevas ,
prevenido.
Entra, Chacón.
DON ENRIQUE.
Cue muy bien venido sea. CHACÓN.
(Yase el criado.) ¿EstáloelRey? A no ser
CRIADO.
Llegad, no tengáis temor. Hermano...
Y el Gran Maestre. DON JUAN.
FÉLIX.
DON ENRIQUE. Acaba...
¿Quién no le lia de tener en la presencia Félix,
De un principe tan alto y i^encroso? {Escóndense don Juan y Chacón.)
Vea monos mañana.
Con cuidado lie venido, parecicndunie
Cosa muy nueva que imiiortarie pueda
FÉLIX. ESCENA XV.
El servicio de un hombre tan humilde. Guarde el cielo
Tus años, gran Señor; que yo y mi her- FÉLIX.— DOROTEA, INÉS.
DO.N E.MIIQI'E.
Rogarcnios á Dios eternamente [mana
Félix, ámí me han dicho que en Sevilla Que tus estados y tu vida aumente. FÉLIX.
No hay hombreque conozca los caballos DON ENRIQUE.
El placer
Como" vos, y que en casa habéis criado Y el seso, cosas contrarias,
¡Ah, si! ¿Cómo se llama? No me han de dar, Dorotea
Un potro que de Córdoba os.trujerou
Que es excelente cosa. Yo querría FÉLIX. Lugar de hablarle con él
Que le feriemos esto lo primero;
,
Dorotea. (Yase.) Que caber mi dicha en él
Y lo segundo, que con gran cuidado DON ARIAS. Es imposible que sea.
Ocho ódiez me busquéis para Castilla. ¿Qué vas trazando? DOROTEA.
FÉLIX. DON ENRIQUE. ¿liante dado algún favor,
Pienso que bay otro Félix en Sevilla Junto materiales l'apel , cinta , abrazo ó puertas?
Que yo. Señor, ni sé ni tengo gusto Para aqueste edificiode mi gusto. FÉLIX.
De caballos ni potros; que muriendo DON ARIAS. Mal con mi gusto conciertas;
Mis padres , y harto pobres por lianzas, Y'a elescudero y el hermano tienes. Que no es negocio de amor.
Dejaron una hija casi en pelo DOROTEA.
DON ENRIQUE.
En el pesebre humilde de mi casa, ¿Pues qué?
Que con necesidad y honor se cria ¡Ay, Arias, por aquella niña ingrata
FÉLIX.
l5ebajo delamparo de su tia. Daré un gigante de la misma plata
Por yerro un criado ,

Otro debe de ser del nombre mió (Vanse.) Del Infante me llamó,
El que tiene ese potro y que conoce i'orque imaginó que yo
De caballos. Señor; que solo tengo Era algún Félix que ha dado
Esloqueosdigo y veinte ó treinta libros, Sala en casa de Dorotea. En criar potros y hacer
A que soy en extremo aficionado Estudio en caballos fui :

Que un pobreen elloshalla sus jardines. ESCENA XIV. Desengáñele de mí


Sus casas , sus caballos y sus galas. Y'díle, hermana, á entender
D0>' ENRIQUE.
DOROTEA, DON JUAN, CHACÓN, Que á ti sola te tenia
INÉS. Én mí casa, tu belleza.
Pasta que se engaño por vuestro nombre
;

El queel recado os dio. Masvuestrolalle Tu virtud y tu pobreza ;


DOROTEA. Y fué tal la dicha mía
Y' buen entendimiento me ha obligado,
Y'aqueos llamaron quedevosmesirva. ¿Cómo has entrado aquí?
te Que desde hoy soy su criado
,

¿Es casada esa hermana? DON JUAN. Y te quiere remediar.


FÉLIX. Porque hallé la puerta abierta. Yo voy, hermana, á llevar
Si lo fuera, DOROTEA. A mi cuidado;
las fiestas

No estuviera, cual dije en otro amparo. No quise verlas sin veiie


, ¿No sabes tú que esta puerta
Es doncella discreta y virtuosa Y esto de |)aso contarte.
Es para mi esposo?
El parabién vengo á darte
Que lo menos que tiene es ser hermosa. DON JUAN. De nuestra dichosa suerte,
DONENRIQLE. Si, Porque también me le des.
¿ Por qué no la casáis ? Y'por eso intento yo, Voy por mi requiebro. Adiós
FÉLIX. Como tu esposo el ganar
,
No te acuestes que los dos ;

Puerta que me la ha de dar Tenemos que hablar después. Yase.)


Porque no tengo (

tan recebido tiene el mundo.


Adonde ninguno entró. DOROTEA.
Lo que
Pues ya no es dote la virtud ; que lodo No me muestres, Dorotea
Desden por Dios te suplico; ¿Hay historia semejante?
Se haVeducido á plata y á dinero; ,
Rieu puedes salir.
Y con poderla dar toda de plata, Que si eres pobre y soy rico.
{A don Juan, y él sale.)
No es plata de virtud la que se trata. Amor quiere hacer que sea
El medio destos extremos
DON ENRIQUE. El casarnos, que es virtud.
ESCENA XVI.
Estas, don Arias , son las cosas justas
A que debe acudir el justo princifit-.
DOROTEA. DON JUAN, CHACÓN. — DOROTEA,
Estoy con grande in(|uietud. INÉS; después y gente, dentro.
¡
Qué lástima, qué pena que me ha dado
El ver pobre un hidalgo tan honrado ! INÉS.
¡Ay, Señora! DON JUAN.
Quedaos en mi servicio ; que yo quiero
DOROTEA. De aqui
De hoy mas haceros bien y remediaros. Dirás mejor, ó de mí.
FÉLIX.
¿Qué tenemos?
Si ya te sirve el Infante.
INÉS.
Tus generosos pies beso mil veces. DOROTEA.
Tu hermano.
DON ENRIQUE. DOROTEA. (A don Juan.) ¡ El Infante á mí ¿Por qué?
!

Yo miraré el oficio que convenga


Tú lo has querido, DON JUAN.
Con vuestra calidad. En qué confusión estoy En el Alcázar te habló.
i

DON JUAN. DOROTEA.


¿Hay mas de decir que soy Lo que mi hermano contó,
Claramente tu marido? Ni lo entiendo ni lo sé.
;! ;, , ; , ,, , , — ! ; ;! ! ;

LA N15ÍA DE PLATA. 279


DO JUA>. El uno es rey por lo menos BEY.
¡
Ay, Dorotea ! no es yerro Y los otros dos también Ella muestra algún disgusto.
Si eres ámi amor ingrata Pues i|ue son sus dos hermanos,
Imaginar que tu plata El .Maestre y don Enrique. MAESTRE.
Para mí se vuelve en liierro. DON JUAN.
Por SU opinión le tendrá.
¿Qué es esto? ¿A qué quieres que lo aplique? DON ENRIQUE.
DOROTEA. Si vuestra alteza viniera
DOROTEA.
¡Gracioso estás! Con mas espacio, me holgara
Deja pensamientos vanos.
Dame culpa de tu pena. Que Dorotea cantara,
ESCUDERO. Y' demostración hiciera
CHACÓN.
Agua piden, y han sabido De muchas gracias que tiene.
Señor, la música suena. Por ella.
REY.
DON' JUAN. DONJUÁN. Eso quiere mas lugar;
¡Celos principes me das! Los mismos son. Allá la podéis llevar
I.NÉS. ¡
Escóndete aquí Chacón. ,
Para la tiesta que viene.
Señora, la encamisada
¡ CHACÓN. DON ENRIQUE.
¿Los cascabeles no escudias? Paróceme que has venido ¡Qué tal será para mí!
DOROTEA. (A don Juan.) .A jugar al escondite.
[Vuelve el escudero con un barro de
Nunca de palabras muchas DON JUAN. agua, y paño.)
Fué satisfacion bonrada. ¡Y' dice que es testimonio!
En pocas digo que estoy ESCUDERO.
CHACÓN. El agua es esta.
De esas culpas ignorante.
Al rey don Pedro, el demonio BEY.
[Dentro ruido de cascabeles.)
Que le dijera venite.
vy\ voz. [Dentro.) i
Bizarro
[Vuelven á esconderse don Juan y Gentilhombre!
Gallardo pasa el Infante. Chacón.)
M.\ESTRE.
DOROTEA.
Bien ves que á verle no voy. ESCENA XVIII. ¿Cómo en barro,
Señora , se bebe aquí?
DON JUAN. EL REY, DON ENRIQUE Y EL MAES- DOROTEA.
A lo que pasa en la calle TRE, con sayos de fiesta, plumas, Lo poco que se contrata
EBtás atenta y no á mi.,
botas y espuelas.— DOmJE.\, INÉS. No da para mas valor;
ij>"A voz. [Dentro.)
Que en esta casa Señor, ,
Dios te guarde. REY.
Sola yo soy la de plata.
OTRA. ¿ Sabéis vos que nos darán
REY.
¿Es el Rey? Agua en esta casa?
Brindara con vos á Enrique,
OTRA. MAESTRE. A ser vuestra boca taza.
Sí. Aquí MAESTRE.
VOZ. [Dentro.) La pediremos. Bien se pudiera dar traza
Enrique es de mejor talle. DOROTEA.
Como á la boca se aplique.
DON JUAN. Si á mí
DOROTEA.
Ea no estés tan inquieta Vuestras altezas me dan
,

Título de mar de España


La traza , Señor, condeno
Vele á ver. Porque laza de mujer
DOROTEA. Daréles agua que sobre ;
Sin su gusto , suele ser
Pero si no , soy tan pobre
Mira, don Juan... Sospechosa de veneno.
Que aun agua no me acompaña.
VOZ. [Dentro.) REY.
DON ENRIQUE.
El Maestre es muy galán. Bien dicho , por vida mía
Siéntese aquí vuestra alteza ¡

DOROTEA. Doyle esta cadena , y doro


Descanse un poco por mí.
Que aunque no soy muy discreta Aquella plata con oro.
,
REY. [Ap. á don Enrique.)
Siento tus atrevimientos. MAESTRE.
Donde hay honra y opinión ¿Sabes quién es esta? Qué ingenio
¡

Nunca los príncipes son DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.


Para iguales casamientos. Sí.
Qué bizarría
Yo estoy contigo, y allá REY.
¡

Pasa en la calle
la fiesta REY.
Gran discreción gran belleza.
Si tiene bueno ó mal talle
,
Por qué os llamaron, deseo
Ea, venga el agua luego.
No lo habernos visto acá. Saber, en toda Sevilla,
DOROTEA. De plata. ¿Es por maravilla
Estima aquesta quietud.
Yo voy.
De las gracias que en vos veo?
DON JUAN. DON ENRIQUE.
DOROTEA.
Si estimo; mas estoy loco. Eso no.
Todo me parece poco, No, Señor ; mas porque he sido
DOROTEA. [Al escudero.) De muchos solicitada
Y conozco tu virtud.
Escalante, Y'por estar obligada
ESCENA Traed agua al señor Infante. Del honor, con que he vivido.
XVII.
[Vaseel escudero.) Enfermé de pensamiento;
UN ESCUDERO. — Dichos. DON ENRIQUE. [Ap. ú Durotca.) Y temiendo que amor mata,
Quise ofrecerme de plata
Quedaos vosa darme fuego.
ESCUDERO. Ál templo del casamiento.
¿Con este descuido estás? REY.
MAESTRE.
DOROTEA.
¿Qué tiene Enrique, Maestre? [Ap.áél.)
¡Bien, por el hábito santo
¿De qué he de tener cuidado? MAESTRE. De Santiago ! —
Yo traía
ESCUDERO. Antojos desta mujer. Estas reliquias, que habia
Tres reyes se han apeado REY. Estimado siempre en tanto.
En nuestro zaguán, no mas. ¿Tan presto? Que á mi hermano no las diera
MAESTRE. Y á Dorotea las doy.
CHACÓN.
Dicen que al ver REY.
Ni fueron mas á Belén.
No es meiiosler quien le muestre Vamonos.
ESCUDERO. Por donde alma
al .se va, DON ENRIQUE. [Ap.)
Reyes son , si son tan buenos A la voluntad y al gusto. Confuso VOY.
,, ; , —,,! ,, , ! ! ;! , ; !

$80 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


DOROTEA. La espalda con muchos palos. {Yase.)
REY. I

¿Tú? CHACÓN.
Pero primero quisiera
dama DON JUAN. Fuese.
Que nos dijera esta
DON JUAN.
Cuál le agrada de los lies Si.
¡Ah fiera
Por mas galau. DOROTEA.
MAESTRE. CHACÓN.
Muestra el pulso.
¡Ah puerco espin!
Justo es. DON JUAN.
¿TÚ mi mano? DON JUAN.
DO«OTE.\.
fama. ¿Tú me la llegas á asir? Vuélveme todas mis prendas.
Preguntádselo á la
Daréte mil puñaladas. CHACÓN.
BFY.
de decir.
DOROTEA. Llamemos un alguacil.
Vos uos lo habéis
¿Sin confesión? DON JUAN.
DOROTEA.
DON JUAN. Mi muerte Chacón , celebras
,
Que me place, si es forzoso. ¡

mas poderoso Fuiste en , fin, Con burlar y con reír


Él galau
Para poder competir Mujer. CHACÓN.
DOROTEA. ¿No sabes que las mujeres
Es el Rey; el mas valiente
Para de iioclie en la calle. ¡Qué! ¿pensaste que era Son como vidrio sutil?
El Maestre el que del talle
;
.\lbahaca ó toronjil? DON JUAN. ,

Se precia mas justamente DON JUAN.


¡Oh cruel Niña de Plata,
Es Enrique y si yo fuera ; ¿Así pagas mis deseos? Y de piedra para mí
Digna de tanto interés, Corazoii, ¿esto sufrís? Pues sí fueres Anajarte,
Uno que fuera los fres Ojos , demonio se ha vuelto llis soy.
Para mi gusto quisiera. Quien tuve por seraíin. CHACÓN.
REY. DOROTEA. ¿Eres gentil?
¡Notable mujer! Las tres de la noche han dado, DON JUAN.
MAESTRE. Corazón , ¿y no dormís? ¡Venga la muerte venga contra mi ,

Famosa. CHACÓN. Que para desdichados no es vivir.


DON ENRIQUE. Ea ; que son muchas burlas
Para quien muere por ti.
Estas memorias le doy.
Consuélale y dile que esto
DOROTEA.
Pienso que obligada estoy
No se pudo
Por ser violencia de un rey,
resistir
ACTO SEGUNDO.
A decir muy vergonzosa: Y no te burles ansí;
Tendréla de vuestra alteza Que supuesto que sé yo, Calle.
Lo que tuviere de vida. De lo que fui matacliin
REY. Que cuando amor es carnero, ESCENA PRIMERA.
Ella es gallarda. Celos son su perejil
No es justo darle ocasión
MARCELA , cotí manto; FÉLIX.
MAESTRE.
Escogida.
A que un hombre como un Cid FÉLIX.
Llore como una doncella.
REY. DOROTEA.
Huélgome de haberte hallado
Para de plata, ¡gran pieza! En cal de Francos: ¿qué esperas?
Chacón , ¿en qué le ofendí ?
MARCELA.
{Vaiise el Rey y sus hermanos.) CHACÓN.
Creyéralo, fueras como
Habíale acaba.
ESCENA XIX.
,
O veinticuatro ó jurado.
DOROTEA. Félix , el ánimo tuyo
¡Ah mí bien!
DON JUAN, CHACÓN. -DOROTEA, Bien conocido le tengo.
INÉS. Volvedme esa cara oíd. , A comprar chapines vengo.
DON JUAN. Que por momentos destruyo.
DON JUAN. ¿Qué tengo deoirte, fiera? FÉLIX.
Para que no digas que es Si mas me vieres aquí Alabo tu discreción
Acaso ahora el venir Todo el cíelo me persiga, Que viendo las prendas mías,
Tres príncipes á tu casa Conmigo trato tan vil
i
No dijiste que venías
Salgo comenzando ansí. DOROTEA. Por tela , raso ó gurbión.
Dorotea, yo te quise. ¡Cómo vil ¿Esa es palabra
! No por Holanda ó Cambray,
Cuando mi engaño crei Locodon Juan, para oír No por cortes milaneses.
Como al alma mis intentos ;
Una mujer como yo? Puntas y encajes franceses.
Ya los supistes de mí. Si tú, ni cosa por tí, Que por estas tiendas hay.
Pensé que mi mujer fueras; Vuelve á esta casa jamás A chapines te humillaste:
Pero viéndote servir Ni en calle , iglesia, en jardín Concierto haremos los dos,
De reyes y de maestres... Donde estuviere , me vieres, Porque parece , por Dios
DOROTEA. Yo haré... Que mí bolsa consultaste.
DON JUAN. Por la discreta humildad,
Acábalo de decir.
que tale. Ah mi vida ! Advcrli J Añado á<li;iiiinfs guantes;
Infantes, otro ¡

Que lo dije con enojo.— Que dan cosiis s(ínifjantes


DON JUAN. Galanes de voluntad.
Chacón , ruégala por mí.
Bien haces ;dilo por mí. CHACÓN. MARCELA.
Porque yo estoy de manera...
Ea, Señora.. Por tu vida , que te engañas
DOROTEA. DON JUAN. Que no te brindo á chapines;
¿Masque vienes á decir: Llega mas Voy con diferentes fines.
«Venga venga la muerte contra mi
,
I Llega mas. Que verás si me acompañas;
Que para desdichados no es vivir»? CHACÓN. Que el gastar tantos agora
DON JUAN. Temouncliapín.- Es buscar casa.
¿Curiaste cuando me muero ? Señora, ¡misericordia! FÉLIX.,
I

DOROTEA. {Vase Dorotea.) Dejaste


¿Tú te mueres? Inés...
'
La tuya porque pensaste
DON JUAN. INKS. ! Poder vivir con Leonora.
Haréte medir Dos de diversas naciones,
Sí.
. ;;, , , ; ; ;
, , , , : ,,

LA NIÑA DE PLATA.
Í281
Marcela vivir podrán MARCELA.
,
Yo llamo con mas razón
Juntos juntos vibran Y'o la quisiera ocupar
,
,
Pues del alma la recibo.
Dos tiffres y dos leones. En ocasión semejante, Mi libertad reden jioii.
Un hidalgo y un villano, Mientras junto á la Alameda La amorosa enfermedad
Y dos poetas en paz, Una me deja un letrado En salud se me ha trocado,
Cosa extraña y incapaz Que han proveído. La cárcel en libertad;
De trato y concierto humano Que á dármela se han juntado
FÉLIX.
Y dos damas no podrán La Merced y Trinidad.
Vivir juntas, siendo hermosas; He pensado
Que todo el tiempo que (jueda La merced de un desengaño,
Oue envidiosas y celosas La trinidad del acuerdo
Será mucha discreción
Eternamente andarán. De tres potencias, que el daño
Que ahorres ese dinero.
MAKCEL4. Miraron donde me pierdo
MARCELA.
Añade, si es una dellas En el Argel de mi engaño;
Si tienes las llaves, quiero
Necia Que á desengañarme del
Pasarme luego.
FÉLIX. Con la Trinidad que digo.
FÉLIX.
IS'o es poco Leonora. Vino la Merced á Argeí;
Estas son. Mucho pudieron con'inigo.
MARCELA.
MARCELA. Que estaba prendado en él.
Preciase muy de señora
Vamos los dos. Despertó mi entendimiento
Compite con'las estrellas.
FÉLIX. A mi memoria dormida,
FÉLIX.
Luego al punto Y dando consentimiento
¿No sabes cómo mi hermana Haz que la ropa te pasen. La voluntad ofendida.
A la casa se pasó Fué trinidad en mi intento.
Que tú dejaste , aunque yo
MARCELA.
Si algunos hombres Y en librarme convenidos.
La vivo de malagana? se hallasen,
Podrá venir todo junto. De limosnas de mis daños.
MARCELA. Para cobrar mis sentidos.
¿A FÉLIX.
la casa que dejé? Di por rescate dos años.
A traértelos me ofrezco. Aunque ya estaban perdidos,
FÉLIX.
A La casa en el dueño gana. Oh santa Merced yo adoro
la misma. i !

MARCELA. MARCELA. La tuya y mi redención.


¿No es mejor Donde ha vivido tu hermana ¡Oh libertad gran tesoro,
,

La suya? Félix, vivir no merezco Por que no hay buena prisión


FÉLIX. Mas no quiero ser ingrata Aunque fuese en grillos de oro!
Al bien que los dos liie dan. No mas Argel pues engaña
Fué cierto humor ,

(Que otra ocasión no la sé); FÉLIX. La razón. Vamos, deseo:


Que siendo en la misma calle Con mas razón te tendrán
Que ha sido librarme hazaña.
¡Gracias á Dios que me veo
Y peor casa, fué locura. A tí por niña de plata.
Entre cristianos de España!
MARCELA. MARCELA.
Debe de probar ventura LEONELO.
De su valor soy despojos;
Que es lástima que aquel talle Y aunque su sombra he de ser, Vuestro discurso, don Juan
Ño halle un rico marido Yo me contento con ser... (Si como vos lo decís,
Que hay casas que topa en ellas. FÉLIX.
Y este desengaño os dan,
FÉLIX. Dilo.
En el alma lo sentís).
Os hace un cuerdo galán.
¿Casas hay contra doncellas? MARCELA.
Nunca lo he visto ni oído. Ya por ejemplo os contemplo
Niña de tus ojos.
Del desengaño en el templo
Notables supersticiones ~
(Vanse.) ¡Dichoso vos, á quien hieia.
Tenéis todas las mujeres.
Pues lo que abrasa y desvelai
MARCELA. Os sirve de claro ejemplo!
Así nacimos: ¿qué quieres? Sala en casa de don Juan.
Pero guardaos bien del daño
FÉLIX. Que suele hacer en quien ama
ESCENA II.
La pena de un desengaño;
Mas valian los balcones
Con las macetas que deja DON JUAN, LEONELO. Que es una secreta llama
De claveles v verduras, De mas rigor que el engaño.
Que un jardín. DON JLA\. Pensaréis que no queréis;
MARCELA. Como os lo cuento ha pasado. Y cuando os imaginéis
LEONELO.
Mas libre en mas confianza,
Tristezas puras:
Con razón della se aleja. El ha sido extraño cuento.
Iréis á darle venganza,
Pruebe otra casa, otras mil Yá sus puertas iToraréis.
D0\ Juan.
Hasta que halle casamiento. DON JL'AN.
Pues nadie me lo ha contiido
FÉLIX. Que yo en su mismo aposento ¡Plegué al ciclo que ese día ,

Necedad. Lo vi corrido y turbado.


,
O prnnero que le vea
MARCELA. Cabestrillo el Rey le díó. Para tal desdicha inia
Diré otras ciento; Reliquias le dio el Miieslre; El fin de mi vida sea!
Mas si el ingenio sutil Pero el Infante mostró Tanto un desengaño enfria.
De tu hermana Dorotea Mas amor. Yo quise mientras creí
De aquella casa se muda ,
LEONELO. Que me querían licirné ;

Claro está que no la ayuda Í)onde lo contrario vi


eNo hay mas que muestre.
Para que dichosa sea. ¿Quién su memoria olvido? Y de la suerte olvidé,
Que se olvidaron de mí.
FÉLIX. DON JIAN. No mas no mas. niña ingrata
,
Cuatro meses nos faltaban Memorias le dio el Infanle, Pues qu(! ya tu edad de piala
Marcela , del alquiler. Con que yo pasé la mía Se ha vuelto en hierro.
MARCELA. Un mundo mas adelante.
LEONELO.
¿Habeisla arrendado? LEONELO.
El valor
FÉLIX. Un desengaño de un día Se muestra en rendir á amor.
A ver Es redención de un amante.
Ciertos hombres la arrondaban
DON JUAN.
DON JUAN.
Que vienen con el Inlaule, Si los redimidos .son
Cualquiera traición le mala.
Y no se la quise dar.
El enfermo y el cautivo,
, ; ; —
; ,, , ,, ,

282 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LEONELO. ESCENA V.
ESCENA ni.
Luego ¿es verdad en
CHACÓN. — Dichos.
cl'eto

LN P \.1E. — DON JUAN LEONELO


,
Que hace versos?
DON JUAN.
después, UN ESCUDERO. CHACÓN.
Estos sí. [pretendas ¿Está mi señor aquí?
PAJE. (Lee.) «Ingrato dueño mió, aunque DON JUAN.
Matarme coii rigores y desdenes
Aquí de la señora Dorotea ¿Qué hay, Chacón?
Y sin oir las partes me condenes
Uu escudero quiere hablarte. Quiero que mi verdad y amorentiendas. CHACÓN.
DON JUAN. )jMas no es razón que sin razón me Escucha.
Pile [ofendas; DON JUAN.
Qne se vaya con Dios y que me deje, Y pues en otros gustos te entreliencs, Di.
i'orque crea Leoncio lo que digo. Y de mi honor mayores prendas tienes, CHACÓN.
LEONEI.O. Triunfa también ilesas humildes pren- Quiere , sirve , alaba , adora
Eso. don Juan, no es justo, ni conviene ))Cesen,porvidamia, losenojos; [das. La niña de Bercebú,
Al trato de tan noble caballero. Que principes conmigo siinciuinifra, Que pasando por su calle...
Recebid el recado en cortesía. Sueño del gusto, ongíUMMJf losdjds. — Mas mejor es que lo calle.
>jY cuando como piensas los rindiera, DON JUAN.
DON JUAN.
¿Qué pierdes en tenellos por despojos. Pues necio ¿ no sabes tú
¿Por voshede hacer cosatanmalbeclia? Pues a tus pies con ellos me pusiera?»
,
,

Que una razón comenzada


I.EONELO.
LEONELO. No se puede dilatar?
Poneldo por mi cuenta que yo os juro
;
Notable humildad No hay gracia
! Pues no supiste callar,
¡

Que no lo sentis mucho. Habla.


Queuo tenga esta mujer.
DON JtAN. DON JUAN. CHACÓN.
Dile que entre. No importa no es nada. ,
De pudo nacer
tantas
{Retirase el paje y sale el escudero.)
, Sudesdicjia y mi desgracia. DON JUAN.
ESCUDERO. LEONELO. Habla digo.
Este papel me ha dado mi señora.
CHACÓN.
El sonetees amoroso,
{Da á don Juan un papel y una caja.) Y muestra bien ser de dama. En
cuatro dias
¿Cómo con esa cara le recibes í Pero ¿cómo, cuando os llama. Que no habernos parecido
Estáis tan tibio y celoso? Por su calle hay tanto olvido
,
DON JUAN.
En esa caja ¿os envía De pasadas niñerías
No la tengo mejor para papeles Vuestras prendas? Que agora acabo de ver
De quien se deja visitar de principes. A su puerta con mil cargos
DON JOAN.
ESCUDERO. De ropa dos carros largos.
Por cobrar ¡Ah falsa , ah fiera mujer!
Solias tú con palio recebirme,
Las suyas; que es engañar Vieras sillas, colgaduras,
Mandarme regalar, darme aguinaldo Con regalo y cortesía.
Ya te veo de suerte, que no quiero Camas doradas , tapices
Yo las enviaré, cruel. Colchas de seda...
Pedirle aquellas calzas y ropilla
LEONELO.
Que me mandaste. Ya conozco: amantes DONJUÁN.
Son como arroyos que lloviendo corren, Abrílda, á ver. ¿Qué dices?
Tras sí lo llevan todo con la furia DON JUAN. CHACÓN.
Y en cesando, no dejan mas de piedras. ¿Qué es aquesto? Vidros tarimas , pinturas
,

Mas no quiero culparle, á mi me cuIijo; LEONELO. Hasta asadores morillos


,

Que siempre he sido desdichado en cal- Y aderezos de cocina.


¿Cómo?
DON JIAN. L^^^'
DON JUAN. DON JUAN.
Idos con Dios :que estoy con pesadumbre. Otras prendas ha puesto; Bien el dueño
se adivina.
Decid a la señora Dorotea Mas estas , dice el papel. ¿Son celos para sufrillos?
Que con Chacón responderé. ¡Las reliquias del Maestre ¿Pareceos que viene bien
ESCüDEUO. Y memorias del Infante Con este papel , Leoncio ?
No quiero Me envía! LEONELO.
Parecer, en cansaros, escudero. (
Vase.) LEONELO. Digo que me libre el cielo
¡Dichoso amante! De sus embustes.
ESCENA IV. ¿Qué mas fe queréis que os mueslrc? DON JUAN.
DON JUAN. ¿Que den
DON JUAN, LEONELO. Hasta del Rey la cadena Licencia un honrado hermano
Viene aquí. Y una tia semejante
LEONELO.
LEONELO. A que tan libre el Infante,
¿Cómo no abrís el papel? Sin otro respeto humano
Tal desengaño
DON JCAN. Bien ha disculpado el daño
Cubra de sus telas de oro
Casa que con tal limpieza
Como ya el tiempo pasó I ¡)e la recebida pena.
Que diera mil besos yo i
Id á ver á Dorotea
Tuvo el honor por riqueza
Y la virtud por tesoro?
A cualquiera letra del. Humilde y agradecido. V
¡
Ah, vil interés, que puedes
LEONELO. DON JUAN.
Rendir la virtud y honor!
Acabad que;
csláis muy necio. ¡
Hazaña discreta ha sido ¿No estaban , niña, mejor
DON JUAN. Pero no sé si la crea. Desnudas esas paredes?
Leerle quiero por vos. LEONELO. ¿No supiera yo veslillas
LEONELO. Eso es grande ingratitud. be seda, sin ser infante?
Enojaréme con vos. No he visto amor semejante.
Por mí y por vos ; que por Dios, ¡Camas, tapices y sillas!
Que es ese mucho desprecio. DON JUAN.
¡Bravo amor De asiento están.
!

DON JUAN. [Abriendo el papel.) Digo que iremos los dos: CHACÓN.
¡Bueno es esto!
Tal es la fuerza y virtud
Desla dulce encantadora. Cuando asadores.
vi los
LEONELO. Me .salieron mas colores
¿Cómo ansí? Que á un ave que asando van.
DON JUAN. ¡Ah perros! dije entre mí,
El papel es un soneto. ¿ No era mejor un marido
; ,,, !, ! , ,, ;; ; ,,! , !;
, ,,

LA NIÑA DE PLATA. 285


Noble rico y bien nacido?
, Que todos venenos que le dieron
los , Traigo cincuenta alfombras ,
que en la-
DON JUAX. Miichosnonibre de hermano de la niuer- [borcs
¡Ohcuántosá sus manos perecieron, [te.
I

Comi)iten con las nubes de los cielos,


Chacón mejor es ansí.
,
j

Pues yo no pienso morirme


De que se ven tan miseras memorias i
Al tiempo que las sombras son mayores.

¿Quién iiayen lodo el lugar


Oh cuántos de su triunfo esclavos fue- ;
Traigo dos cajas de listados velos
¿Eslá en Castilla esa mujer? [ron! De amarillo , de nácar, de morado,
Con quien la pueda picar,
\' yo alegrarme MAESTRE. De tlor de malva y de color de celos;
y reirme ?
\

Las glorias
'

Y digno solamente de tu lado


LEOSELO. l'n cuchillo de monte damasquino,
De amor siempre consisten en violencias.
En su misma calle vive De que testigos son tantas historias. En mi cinto de lobo tachonado ,
Marcela. Que por las cerdas del color marino.
Los desdenes. Señor, las resistencias
DO>JUA?í. Sale tan bien el oro y los diamanies.
De aquella dama que una noche viste
Tienes razón. (Que dijera mejor impertinencias), Que deslucen desnudo el temple lino.
¿Conóceslatü, Chacón? Tan mal Enrique y sin valor resiste. Esto, con otras cosas semejantes,
CHACÓN. Que se deja morir de puro amante ¡
Te presenta mi rey por obediencia
A escribilla apercibe fe ISi duerme ya, de despechado y triste. Para que á tu grandeza le levantes.
Que es una dama gallarda, REY. REY.
j)ue sabrá bien despicarte ¿Hay lástima, hay suceso semejante? Bien debe vuestro rey correspondencia
Y yo la he visto mirarte, ¡Eu dos dias de amor Justa a mi grande amor, moros honra-
Y sé que há dias que aguarda [dos.
MAESTRE.'
Que le digas que deseas Que le he puesto en tan alta préminen-
Visitarla. Verdad te digo, Vencí sus enemigos, que postrados [cia.
DON ivxy. Y que de plata es niña de diamante Yacen ante sus pies , y en paz procuro
' jy
querríaY'o REY. Conservar con mi fuerza sus estados.
No verla agora de dia. Esta noche los dos iréis conmigo Agradezco el presente, y aseguro
LEONELO. Que yo se la traeré tan blanda y tierna. Las treguas por los añosdel concierto.
Si con regalos de quien soy la obligo
Pues ¿no es mejor que la veas? ALÍ.
Que viva Enrique, á quien tan mal go- Tú solo has sido su defensa y muro.
DON Jt'AN. La razón natural de su albedrio. [bierna El queda de tu amor y amparo cierto,
No porque aquella cruel
;
DON ARIAS. Y por nosotros á tus pies se inclina.
No vea que á rogar voy.
Sino que admitido soy. Piensa ganarla niña fama eterna REY.
Con mostrar al Infante mas des\ ío Maestre...
LEOXELO.
Que si fuera su igual tanto se precia
:
MAESTRE.
Bien dices rasga el papel
:
Del casto honor.
Y del oro que te en vi a Gran Señor...
REY.
Haz un presente á Marcela REY. {Ap. áél.)
Para que el golpe le duela. Extraño desvarío
¡
Agora advierto
Si se le viere algún dia.
La casadas imiten á Lucrecia, Que sabiendo este moro medicina
En resistirse digo no en matarse
,
Con la curiosidad que estos la saben,
DON JUAN.
Que en esto todos dicen que fué necia. Que con yerbas es cosa peregrina
Si verá ; que á San Antón ¿Que lal quimera pudo levantarse
A misa las liestas van. Podrá ser que curándole se acaben
La noche de la máscara Maestre? ,
Las tristezas de Enrique.
I.EONELO. MAESTRE.
MAESTRE.
Linda venganza , don Juan
i No puede el pobre Enrique repararse Ser podría,
DON JCAN. No hay hombre á quien alegre el rostro O no será razón que los alaben.
Esta noche tú y Chacón DON ARIAS. [muestre.
REY.
Iréis conmigo que quiero ; Ya están aquí los moros de Granada. Moro...
Liberal del oro hacerme. REY. ZCLETA.
Porque se arroje á quererme.
¿Y será menester quien los adiestre? Señor...
LEONELO.
DON ARIAS. REY.
Notable venganza espero.
Cien saben nuestra lengua. De gran melancolía
CHACÓN. Tengounhern anoénlernio, á quien ado-
Yo quiero ser tu alcahuete ESCENA VII. Y qiie le cures deste mal querría, [ro,
Y si te acierta á agradar ZDLEHA.
Marcela bien puedes dar
, ZULEMA, ALÍ, moros.— Dichos. Pondré en darle salud , á fe de moro,
Con la niña en Tagarete. La diligencia que verás.
{Vanse.) ZULEMA.
tu sagrada En ALÍ.

Frente pongan los cielos mil laureles, Bien puedes


Cañados por los lilos de tu espada. Fiarle deZulem.a.
Salón del Alcázar. El alcaide. Señor, de los donceles REY.
Con la embajada de Mahomad venia, Si un tesoro
ESCENA VI. Moro de lo mejor de los Gómeles Me cuesta su salud , quiero que quedes
EL REY, EL MAESTRE, ÜON ARIAS, Pero llamóle Alá casi en el dia Del amor que le tengo satisfecho.
Que entrara por Sevilla si viviera. ZULEMA.
El Rey, que lia de la ciencia mia,
REY.
Partir me hizo ; pero ya no era
En mandarme. Señor, mehacesmerce-
¿Adonde está mi hermano? ALÍ. [des.
Tiempo de medicinas; que la muerte
MAESTRE. Nunca vuelve á envainar laespada llera. Curas notables en Granada ha hecho,
No está bueno; Murió y en vez de Zaide vengo á verle,
,
Y adivinado cosas por las manos
Que desde ayer le ha dado una tristeza, Traycndole las treguas contirmadas Que hacen temblar el mas robusto pe-
Que de todo placer le tiene ajeno. Y la obediencia á rey tan alto y fuerte. [c''0-
REv.
REY. Con ellos treinta yeguas alheñadas mi son cuentos vanos.
Juicios para
¿Al Infante tristeza? Con dos potros al lado cada una Ve Maestre y enséñale mi Enrique.
, ,
Y con mantas de grana encubertadas.
MAESTRE. MAESTRE.
No se parece en el color ninguna
Labelleza Y todas en las alas se parecen Vén conmigo.
[na.
De una mujer íe tiene desta suerte,
; i

ZULEMA.
Que corren mas que el tiempo y la fortu-
Preciada de su honor y su nobleza. Los cielos soberanos
Adargas y jinetas las guarnecen '

REY. Cuyos campos ocupan mascolores [cen. ;


Guarden tu vida.
Maestre , es el amor tanto mas fuerte Que en los verdes de abril cuando llore- {\anse el Maestre y todos los moros.)
|
,, , , ; ;; ! ; , ,, ;; ! , , ; ,

2»í COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA Vin. Te dije que osle don Juan DOROTEA.
Era un liiiiiido galán ¿Pasarásio tú por mí?
EL REY, DO.N ARIAS. Bien lü quo lioiies mereces (Vase Teodora.)
Solamente pietendia
^^'''' i

Tu deslionor, no casarse
En tanto que este aplique Pretendió desol)lij;aise,
ESCENA X.
Remedios á su amor ó a su accidente, Vio tu ürmeza y la mia
i DOROTEA.
Don Arias, y su vida pronostique. Y con tan poca ocasión
Por otra parte quiero yo que intente ¡Ay triste! ¡cuan necia di
Como entrar aqui el hilante,
Mi libertad á un tirano
El interés curar á esta señora Muy á lo celoso amante
De dureza que en
¿Qué mas he podido hacer
la el pecho siente. Finge mal de corazón.
Que darle satisfacion?
fiO.N ARIAS. No (piisd mas de una sombra Yo mudé casa, en razón
¿Cómo? Para huir de obligaciones,
De i)retendenne esconder
REY. Eu que muy necia le pones. A los ruegos del Infante
En
de las Armas mora
la calle DOROTEA. Promesas y montes de oro;
Son señas de su casa dos halcones ¿Sombra de un rey se asonihr;
, si Por el suyo y mi decoro
Azules que al salir el sol los dora.
,
¿Qué sabes tú si ha sabido He sido un lirme diamante.
Si á mano izquierda como vas te pones. Yo le escribí y le envié
Las diligencias que ha hecho?
Te llamarán las llores y claveles Las joyas: ¿cómo su trato
TEODORA.
Que encubren de su dueño las traiciones. Con un destien tan ingrato
Llévale pues seis pares de doseles Si no han sido de provecho,
¿De (jne se muestra orendido? Paga mi amorosa fe?
(Asi llaman aquí las colgaduras). No\!S posible. Subir quiero
Con cuadros que ensidiarlos pueda Apc- Que solo el mudarte aquí
Al balcón ; ([ue podrá ser
Acom|iaña doseles y pinturas [les
Por(|ue de ti no supiese
Le obligaba á que te diese Me venga esta noche á ver;
De dos piezas de lela y terciopelo. Que bien creerá que le espero.
Satisfaciones á tí.
D0> AlilAS. El no responderme abona
El oro ablanda hasta las peñas duras. DOROTEA. Que para verme se apresta
REY. De eso está tan olvidado. Ponpie no hay mejor respuesta
Llévale mil escudos (que recelo Que aun no sabe que acjuí vivo. Que de la misma persona. ( Vase.)
Que es pobre esa mujer) y dos cadenas TEODORA.
Que valgan otros mil. Pena de verte recibo
my ARIAS. Con tan injusto cuidado. Calle en que están las casas de Dorotea y
Cayó en el suelo.
Y esta noche mucho mas Marcela.
Que con la pena que tienes,
REY. A lareja vas y vienes, ESCENA XI.
Como es Enrique nuevo en estas penas, Pero sin provecho vas
No sabe que las damas quieren oro Que don Juan entretenido
DON JUAN, LEONELO CHACÓN, ; á lo
Que no viven de sangre de las venas. Én casa de alguna dama. bravo.
Con él le curaré mejor que el moro. Eso que debe á tu fama LE0\EL0. (Señalando la casa eu que vi-
{Vanse.) Tendrá ya puesto en olvido. vió Marcela.)
¡Bien le casarás agora!
Esta es, don Juan casa de Marcela;
, la
DOROTEA. Mas pienso que con mas gusto
te inclinas
Sala en la nueva casa de Dorutca. Pues ¿qué he perdido? A la de aquella niña en quien la tienes.
TEODORA. Porque despuésqueentramosen la calle,
ESCENA IX.
Opinión. Todo es mirar sus puertas y balcones.
DOROTEA, TEODORA. DOROTEA. DON JUAN.
Ea comience un sermón.
,
No te espantes, Leoncio, que se vayan
TEODORA. Vayase Al hábito los ojos, que tenian,
á acostar. Señora.
Tengo, por recien mudada, Baste mi pena: ¿qué quiere? Y mas viendo tan cerca aquella casa.
En esta casa temor. Donde está una mujer, que á ser de pie-
TEODORA.
DOROTEA. Y no de plata, mereciera de oro [dra,
Aun no ha venido tu hermano. Estatuas por divina.
Todo nace del rigor
De tu condición cansada. DOROTEA. CHACÓN.
Pues ya no tienes por quien ¿No sabes ya cuan liviano Ya tenemos
Estar celosa de mí. Por Marcela vive y muere? Memorias de la niña: ¡buenos vamos!
Porque con mudarme aquí. No sabes ya que hoy le ha dado Pues porque se te quiten los bostezos
Todo se mudó también. La casa en que hemos vivido? Con que sospiras ya, como borrico
Después que el Infante entró TEODORA. Que ha conocido el prado de su aldea
En la casa que dejamos Harta desvergüenza ha.sido; Quiero decirte loque vi esta tarde.
Y después que nos mudamos. Dios sabe que me ha pesado. DON JUAN.
Nunca mas don Juan me habló. DOROTEA. ¿Qué? por tu vida.
¿Qué es hablarme? Ni aun pasar
Pues ¿qué daño se te sigue, CHACÓN.
La calle.
TEODORA.
Si ya no vives allí? Que en su casa entraba
Véie a acostar. Don A rías, gran privado del Infante.
¿Senecios del?
TEODORA. Llevaban dos criados ricas piezas
DOROTEA. De telas de oro, y otros dos dineros
Eso sí.
Hoy en un tierno papel En cantidad al íin joyas de principe.
¿Es posible que te obligue ,

Tía, le quise obligar Propuse no decirteio; mas viendo


Un celos?
(h'sdeii á tales
A nuestra amistad pasada Querrás muy loca esperar Que te enterneces viéndote en su calle,
Y con tal .satisfacion Yque es contra tu honor volver á verla,
Que mereciera perdón
,
A ver si te viene á hablar.
Quise con este desengaño darte
No estando con él casada. DOROTEA. De tu desdicha y su mudanza parte.
Pero ni me ha respondido. Esos .serán tus consuelos. D0\ JUAN.
Ni al criado preguntado Vete con Dios; f|ue á lomar
Confiésote, Chacón , que enternecido
Nuevas de mí. El fresco voy al balcón.
De memorias pasadas, me llevaba
TEODORA. TEODORjV. El alma á las ventanas de esa liera,
Tu cuidado Para fuego de afición Y (|ue pudiera ser que me rindiera
Merece tan justo olvido. No hay aire fresco en la mar. Mas ya con este santo desengaño.
¡Ah sobrina! ¡cuántas veces Tú te cansarás en vano. Con este saludable advertimiento,
, ;; : ; ,, ; , , , :, , , ,,, , , ,, ,

LA NLNA DE PLATA. 28o


Para siempre de verla me despido. DOROTEA. Desde una vez que os hablé.
No mas, no liías afuera, pensamiento.
:
¡Jesús! ¿qué buscáis aquí? Pasando acaso á Triana,
Si alguno estaba en mi, quecomoespírilu Tapada en un barco.
DON JUAN.
No queria salir á tanto apreniio. DON JUAN.
Dias há que os busco á vos.
No se defienda á la violencia santa
DOROTEA. Echad
Deste conjuro que Chacón me ha dicho.
La cinta.
¿No es esia la ventana de Marcela? ¿A mí? Engañaisos, por Dios;
Que no me buscáis á mi. DOROTEA.
Tira una china, llama. Aquestoes hecho.
Si vuestra Niña de Plata Tomad y atad. (Echa ¡a cinta.)
LEONELO. Entrarán por la ventana,
Os ha hecho algún desden,
Si va á decir verdad , yo te queria
O vos (con celos también Y vos , joya de mas precio,
Conducir á tu niña, imaginando De que nuevos gustos tratíi) Por esa puerta otro dia.
Que te hacia lisonja ; que un amante La queréis amartelar DONJUÁN.
I
Suele siempre negar lo que desea,
[

Y quiere que le riiegiien lo que qniere


Tan enfrente que lo vea , En esta caja os envia
Soy yo muy necia y muy fea, Marcela, un amante necio
Mas viendo que ya tiene don Enrique Y antes la podréis vengar. Los ricos despojos de oro
Posesión tan pacifica en su casa
Id con Dios que no soy buena
; De aquella Niña de Plata.
Digo que ni la busques ni la nombres.
Para dar celos conmigó. (.\ta con la cinta la caja.)
DON JUAN. (.4;?.) DON JUAN. DOROTEA.
Abrasándome estoy de puros celos. Oid,o¡d. ''''''
Quien bien ata bien desata.
Quiero disimular. Paciencia ¡oh cielos! DOROTEA. Creed , mi bien , que os adoro.
¡Ay amigo! DON JUAN.
ESCENA XII. A anda en pena.
estas horas Subid quedo.
Vaya, llame, llore, diga DOROTEA.
DOROTEA, saliendo al balcón.— Di-
Que se casará con ella. Gente viene.
chos , en la calle.
DONJUÁN. (Sube la caja.)
D0R0TE.\. {Ap.) Si sabéis, Marcela bella, Perdonad , mientras que pasa
Lo que á olvidarla me obliga Por el honor desta casa. (Vase)
Tres hombres hay en la calle;
Mirando el balcón están: Mirad que soy caballero.
O es deseo de don .Juan, DOROTEA. ESCENA XUI.
O lo parece en el talle. Luego ¿tratáis de olvidalla?
Sin duda es él, que celoso
FÉLIX.— DON JUAN. LEONELO,
DON JUAN.
No quiere llegar á hablarme. CHACÓN.
No; que ohidalla era honralla
DON JÜAX. Pues confiesa que primero FÉLIX. {.\p.)
Todo fué determinarme. Tuvo amor quien olvidó. ¿Que siempre esta calle tiene
Amor, ya estoy en el co.so DOROTEA. Gigantes por las esquinas?
Muera del engaño el toro, Pues ¿nunca la habéis querido? DON JUAN. (A Leoncio.)
Si eldesengaño le mata.
Ríndete, Niña de Plata,
DON JUAN. ¿Cómo Chacón ha dejado
Rindete á Marcela de oro. Quien la ha puesto en tanto olvido, Pasar aquel embozado?
¿Cómo dirá que la amó? LEONELO.
CHACOX.
DOROTEA. De miedo: ¿no lo adivinas?
Eso sí juega al rentoy,
,

Y embida tres piedras mas. Eso es mentira. ¿Cómo te fué con 3Iarcela?
DON JUAN. (A Dorotea.) DON JUAN. DON JUAN.
Esperad, Todas las joyas le di.
Si oyendo, Marcela , estás
Que desde aquí tuyo soy.
líoy me ha escrito este papel LEONELO.
Y liie ha enviado con él ¿Las joyas?
Abre ese balcón y advierte...
Para mas seguridad DON JUAN.
DOROTEA. (Ap.) Unas joyas q\ie le dieron Si.
¡Ay triste! Aqueste es don Juan El Rey y los dos Infantes LEONELO.
Que de Marcela galán Si el dar prueba los amantes
¿Todas?
La requiebra desta suerte. Y amores las obras fueron,
DON JUAN.
Sin duda que no ha sabido Para que vos entendáis
Que á su casa me he mudado. Lo que la estimo, un listón ^í;
Él viene á verla engañado Echad por ese balcón Que amor sin alas no vuela.
Ventura notable ha sido. Puesto que al sol le [ñdais LEONELO.
Fingirme quiero .Marcela Del cabello que os enlaza ¿Y tomólas?
Quierome desengañar. Y atadas en él, veréis DON JUAN.
DON JUAN. (.4 Leoncio y Chacón.) Si quiero que las gocéis. Con la mano.
En las rejas oigo hablar; DOROTEA. LEONELO.
Los dos os poned envela No me disgusta la traza. ¿De qué suerte?
Guardando esas dos esquinas. Pero ¿qué'os mueve á desprecio DON JUAN.
LEONELO. Tan grande? A su balcón
Ponte á esa esquina. Chacón. DON JUAN. Las subió con un listón :

CHACÓN. Echad el listón; Estoes negociar, hermano.


Que aun de hablar desta ocasión Mañana soy dueño a(|ui
Habla, y venga un escuadrón
Me afrento y tengo por necio. Y á la niña doy martelo.
Yo basto á treinta gallinas.
DOROTEA. FÉLIX. {Ap.)
DON JUAN.
Béseos las manos, don Juan Estos andan con recelo
Marcela, Marcela, ce.
Por las joyas; y aunque siento Pues que se encubren de mí.
DonoTEA. {Fingiendo la voz.) Que es liviandad de mi intento Quierome entrar á acostar,
Quien llama?
;. Tomar joyas de un galán Pues traigo llave. {.\bre y éntrase.)
DON JUAN. Tan recien venido á verme.
Un nuevo galán. Por sola salisfacion ESCENA XIV.
DOROTEA.
De que es cierta esa afición
Y asegurarme á perderme, DON JUAN LEONELO CHACÓN.
, ,

¿Es por ventura don Juan ?


Quiero tomarlas; queá fe
DON JUAN. Que deseaba esledia. DON JUAN.
Ventura el hallaros fue. Porque en el alma os tenia Oye , espera.
. ,; , ! , ! ,

COMEDL\S ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LEOXKLO. Y en parte está disculpado.
I
¡
DON ARIAS.
¿Qué quieres? ¿Eso te altera? Mas las joyas que le ha dado El Rey mismo está alli, que por ti viene.
nON JUAN. Fué gran ínoscateleria. MARCELA.
Pero él las sabrá cobrar,
¿No viste aquel hombre entrar? ¡Tanta merced, Señor!
Hacieudo alguna invención.
LEONKLO. REY.
DON JUAN.
¡Y cómo! Vente conmigo;
DON JUAN. Llama á esa puerta Chacón.
,
Que puede la vida de un hermano.
esto
Pues ¿dónde entró? LEONELO. {\'unse el Rey, Marcela, el Maestre y
I.EONELO. ¿Mejor no fuera llamar don Arias.)
A la de Marcela, di, DON JUAN.
¿ Dónde? En casa de Marcela.
Y sacarle de los brazos
DON JUAN. Leoncio el Rey es este , y Dorotea
,
El galán á cintarazos?
Se va con él.
¿Hay tan notable cautela? DON JUAN. LEONELO.
LEONELO. ¡Linda cabeza Eso si. !
¿En qué
le has conocido?
¿Cautela, don Juan? Cuando bien,
la (¡uisiera
Perdcrnie lucra razón.
DON JUAN.
DON JIAN.
Llama á esa [)uerla Chacón. En el traje, en el talle, en mi desdicha.
¿Pues no? ,

Sin duda (pie es el otro don Enricpie.


1.E0NEL0. CHACÓN.
¡Malo estaba de ver! ¡Yo soy perdido!
No, porque si este era el dueño. ¡Con qué gracioso desden
Te ha de recobir la Niña, CHACÓN.
Por fuerza Labras de callar.
Viendo que á rogarla vas ¿Quieres que acuchillemos estos reyes?
DON JUAN.
DON JUAN. DON JUAN.
Ya me ha pesado de dar
El amor me obliga á mas. Hablas, gallina, en cosas imposibles.
Las joyas mi fe te empeño.
,

¿Qué se me da que me riña? ¡Ay Dios! cómo pretende asir el viento.


¡Pesia tal con la!...
¡

LEONELO. Parar el sol y detener los rayos,


LEONELO. Cuando abrasando las confusas nubes )y\A-
Detente. Quedo; que viene gente por la calle.
Ronipen el aire con horribles truenos,
CHACÓN. CHACÓN. Quien piensa en la mujer poner firmeza!
¿Qué tenemos? ¿Hay quistion ? Tres hombres son. Señor, arrodelados. Puesnoniehedemorir. Ánimo, amigos.
DON JUAN. DON JKAN. Volvamos á las rejas de Marcela;
¿Deque tiemblas, gallina?Sean cuarenta. Que solo desquitarme me consuela.
Basta ; que he dado , Chacón
Mis joyas livianamente LEONELO.
A ládamadesla c;isa. ESCENA XV. Rion dices: por ventura habrá salido
CHACÓN. El galán, y entraremos á conversa;
EL REY, EL MAESTRE, DON ARIAS, Quecaiilaun poco, y tiene dos esclavas
;Rien!
DON JUAN.
en hábito de noshe. — Dichos. Que bailan por extremo y bufonizan.
Y apenas se las di. REY. {Acércanse á la casa que habitó Mar-
Cuando entrar un hombre vi. Gente hay aquí. cela.)
¡Hay tal maldad listo pasa!
! ¡
MAESTRE. DON JUAN.
CHACÓN. ¿Qué importa que haya gente? Tiro esta piedra. ¿Abrieron?
¿DijotP que no entraría. REY. CHACÓN.
Si se las dabas? Preciado eslá el Maestre de valiente. No se acuestan
DON JUAN. DON ARIAS. En esta casa hasta que sale el alba.
No. ¿No tiene obligación?
CHACÓN. REY.
ESCENA XVII.
Pues, Pues yo os promoto DOnOTEX , saliendo á la reja. —DON
Demás de que eso no es Queaunque soy rey yreservarnie esjusto, JUAN, LEONELO, CHACÓN.
Traición ni descortesía Qu(i me saben tan bien seis cuchilladas
¿No es justo que entre el primero, Como al bravo mejor de aquesta tierra. DOROTEA.
Si es el platero? DON ARIAS. ¿Quién llama?
LEONELO. ¡Y cómo si se sabe de experiencia! DON JUAN.
¡ Duen trato Mas (juisieía topar con tieinta bravos Don Juan soy, Marcela mia.
DON JUAN. Que a vuestra majestad sin conocerle. DOROTEA. (Fingiendo la voz.)
No lo entiendo. REY. Tú debes de hacer hora en esta calle;
CHACÓN. '

¿Eslá avisada esta mujer que vengo Y como tu ocupada Dorotea


Al que hace el plato Para ser su escudero? Debe de estarlo, en tanto te entretienes
Llaman las damas platero. DON ARIAS. Inquietando mis [luertas y ventanas.
DON JUAN. En dando un silbo, {Ctiacou se aparta á un lado.)
Pues si tengo de sufrir Saldrá á la puerta. DON JUAN.
Que entre un hombre como yo REY. Marcela mia , la verdad te digo.
Donde el desden me forzó Pues ¿qué aguardas? Silba. Yo vine á despicarme , amartelado
Mas que el amor, á veniry De los celos de aquella ingrata niña,
Mejor es sufrir á un rey DON {Llegándose á la casa don-
ARIAS.
Si de mis ojos, ya de mis enojos.
Donde tengo gusto: vamos de vivió Dorotea.)
Volvióme aniorVí requerir sus puertas;
A Dorotea y suframos Miraba aquellos hombres.
, Llegó filcciilo quiero ) el Rey, y al punto
De amor la tirana ley. REY. Que hicieron una seña Dorotea ,

No me repii(|ue ninguno Silba, acaba. Salió á la puerta , y del acompañada,


Que mas quiero á Dorotea DON ARIAS. Y el Infante también , si allí venia
Con gusto y rey, que á quien sea Silbé. — Salió. Se fueron al Alcázar. Mira agora
De otro y yo sin gusto alguno.
, ¡Qué doncella serví ¡jara casarme!
En esta resolución ESCENA XVI.
¡De quién fié mis locos pcnsamíenlfls!
Reventó mi amor celoso. Ábreme que ya estoy desengañado.
¡Guardaos; que corre furioso!
MARCELA, con sombrerillo y reboci- ;

llo saliendo de la casa donde vivió Mi hacienda te daré, todo soy tuyo.
,
LEONELO.
¿Qué dices desto. Chacón?
Dorotea, —
Dichos.
Robaré
Mañana
al
te
Veinticuatro, por Dios vivo.
daré dos mil escudos.
{Ap. fi él.)
CHACÓN. MARCELA. DOROTEA. [do.
Que esto ya me lo sabia Las señas esperaba. Quedo, quedo, don Juan; que si hecalla-
, : ,; ,;, ; ; ; ,

LA NLNA DE PLATA.
Mas cuando tocas tanlo al honor mió, LEONELO. Que tiene toda Sevilla.
Quiero que de tu error te desengañes. Ven Chacón.
,
MÚSICOS. {Cantan.)
¿No conoces mi voz? ¿ Tan ciego vives"? CHACÓN.
Caminad, suspiros,
Dorotea soy yo no soy Marcela ;
, ¿Qué tenemos? ¿Hay tinieblas? .Adonde soléis,
Marcela esla que el Rey lleva consigo. LEONELO. y si duerme mi niña^
Aqui vivió Marcela; que esta casa No la recordéis.
¿Por qué lo dices?
Pul' liuir del Infante vivo agora
Y esa Marcela, en la que yo vivia. CHACÓN. DON ENRIQUE.
Óyeme bien, y mírame á la cara Si hay lamentaciones ¡Extremada, y mas que buena!
ISo me afrentes mañana por Sevilla ; Y' escuridad , ¿qué quieres que te diga ? ¡Linda letra!"
Que soy mejorque tú y en honra puedo. LEONELO. MÚSICO.
Decir que puedo competir conmigo La Kiña está enojada por Marcela. te agrada?
¿Esta
Quenohaymashonraquelaqueyotengo, DON ENRIQUE.
CHACÓN.
Testigos éstas joyas que me has dado.
Pues déle un tres , y cesarán las riñas Niña dormida y guardada
Pues que yo te las di por no tenellas;
Que es antiguo remedio para niñas. Fué la causa de mi pena.
Que quiero mas desnudas mis paredes
(Vanse.) ¡Excelente, linda cosa!
\ vestido mi honor, que á treinta infantes. ¿Quién la hizo?
Vete villano, vete con Marcela ;
,

Sigúela donde va: para ti es propria MÚSICO.


Que los hombres quereisquienosabrase; Yo Señor.
,
Salón del .Mcázar.
Porque con malas obras andáis finos, DON ENRIQUE.
Y en amándoos pagáis con desatinos. ESCENA XIX. Agora diste en mi humor.
DON JLAN. Con niña es letra famosa.
DON ENRIQUE ,melancólico; músicos,
Quedo, quedo, señora Dorotea; MÚSICO.
CRLADOS.
Que esos blasones fueran muy bien di- ¿Esto llamas novedad?
Y los oyera yo de buena gana [chos,
,'

DON ENRIQCE. Sin niña y madre no hay letra.


(-uando no hubiera visto"; ah santo cielo! DON ENRIQUE.
Cantad otra, por mi vida;
Entrar uq. hombre coa su misma llave
Qiieesesa muy enfadosa. Esta el alma me penetra.
Por esas puertas.
CN Mrsico. Cantad, que duerme, cantad.
DOROTEA.
La de Cleopatra es famosa.
Y' eso ¿quién lo niega?
DON ENRIQUE. ESCENA XX.
Entró mi hermano; que mi hermanopue-
Vaya. ¿Es nueva?
[de UN CRIADO.— DON ENRIQUE, músi-
Entrar sinque mi honor manchadoque- Mrsico.
EL MORO
cos, criados; después,
Y para que lo veas , vive el cielo [de. Es nunca oida.
(Que otra vez no te he dicho tal palabra),
ZULEMA.
{Cantan.) El blanco y nevado pecho,
Que has de entrar en mi casa y has de Posada del dios Cupido... CRIADO.
DON jrA\. [hablarle. DON ENRIQCE. El moroá quien iioy mandaste
,

No mi vida no es justo, yo lo creo


, , No mas mataisme el oido.
;
Aquella ligura hacer.
Sino que yo te adore, y que tú muestres Dice que te quiere ver.
MÚSICO.
Tu generosidad en perdonarme. DON ENRIQUE.
Que es triste el tono sospecho.
Vesme aquí de rodillas á tus rejas. Entre.
DON ENRIQCE. {Sale Zulema con un papel.)
DonoTEA.
¿Perdonarte? ¡Oh qué bien! Vete en buen
[hora; No topa en eso.
MÚSICO.
—A buen tiempo llegaste.

Que Marcela saldrá por la mañana ZCLEM.A.


¿ Es secreta Dame esos pies.
Hermosa , linda colorada y fresca
,

Y le darás tu bacienday tus regalos, [so La causa?


DON ENRIQUE.
DON ENRIQCE.
Hiibando al Veinticuatro, áquien vo pien- No es razón
Escribir un papel de tus maldades; Fué porque llama
Que de esa manera estés.
No piense que conmigo vas gastando A los pechos de esa dama
¿Qué hay de la ligura?
Eso que con la rabia y la cautela Mesón de amor el poeta.
ZCLEMA.
Le pensabas robar para Marcela. {Yase.) MLSICO.
Esta escucha. Que es
DON ENRIQl'E. Contraria á tu pretensión
ESCENA XVUI. Venus, que á la Luna mira
Quiero oi Ha.
Con grande malicia opuesta
DON JUAN LEONELO CHACÓN,
, ; re- MÚSICO. Y' con Marte maniliesla
tirado. Si no te agrada perdona. , Que por un hombre suspira
(Canían.) Por los cañosde Carinona De su calidad igual.
DON JUAN. Por do va el agua á Sevilla... Los dos se miran de trino;
Mi bien, espera: espera, niña mia, DON ENRIQUE. Después que tu alteza vino.
Hermosa plata, limpia, tersa, pura. No mas. Por celos se tratan mal.
Lustrosa mas que suele estar
nieve la Mrsico. Aqui muestra el sol que un dia
En los extremos de los altos montes. Pues ¿qué te da pena Sola contigo estará;
Mi vida , escucha , ó matarénie. De aquesta lena Señor? , Pero libre (piedará
DON ENRIQCE. Su honra de tu porfia.
LEONELO.
Pero retírate mas
.Advierte Cantalda á algún aguador.
Que despiertas las gentes. ¿Estás loco?
Que aunque de aquesta mujer {.ip. á él)
Para algún enfermo es buena.
Miré tu amor, puede ser,
DON JLAN. MÚSICO. Aunque tan seguro estás,
¿Habéis oido lo que aqui ha pasado? Tú ruego.
lo estás; oye, te Que haya visto algunas cosas
LEONELO. DON ENRIQUE. Que son de mas importancia.
Y ¿no es mejorque aquella sea Marcela, Esta enfermedad no fragua DON ENRIQUE.
Y' sea Dorotea tan honrada? Amor con deseos de agua ; ¿Cómo?
DON JIAN. Hidrópico soy de fuego. ZCLEMA.
Tienes razón ; y por mirar su honra MÚSICO. TÚ has de hacer por Francia
Quiero dejar la calle; que mis voces Cantemos una letrilla Dos jornadas peligrosas.
Pueden ."^er causa de que alguna pierda. Que podrá ser agradarte. Huyendo del Rey tu hermano.
Vamos al muro; que sus diiras piedras DON ENRIQIE. DON ENRIQUE.
Se moverán, Leoncio, al llanto mió. Ni .aun las letras serán parle, ¿Qué dices, que adora en mí?
, ,; ,,
; , , ,, , ,, ; ,, : , , :

288 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ZULEMA. DON ENRIQUE. MARCELA
Agora, Enrique, es ansí; ¿Es Dorotea? Desprecio extraño
i

Que taniliien Nerón romano MAESTRE. Pues aunque un rey me tripula


Cinco años gobernó Y me descarta enojado.
La misma.
Su república de suerte. Yo sé que para su runfla
Que una sentencia de muerle DON ENRIQUE,
Me quisiera algún vasallo.
Con mil lágrimas firmó. Fuera criados ,

Séneca del se admiraba; Despejad la cuadra luego.


Pero matóle después ( Yanse los criados y músicos.)
Y esta blandura que ves Tú, moro astrólogo falso
En Pedro ya el curso acaba.
, Mira qué presto mentiste!
¡
ACTO TERCERO,
A doña Leonor, íu madre. Pues sin trinos ni cuadrados,
Ha de matar. Sextiles ni oposiciones.
Galería del Alcázar.
D0\ ENRIQUE. Me traen el bien que aguardo.
¿Estás loco? ZULEMA. ESCENA PRIMERA.
ZL'LEMA. ¿Eso es cierto?
DON ENRIQUE.
EL REY, DON ARIAS.
Esto que digo es poco
te
Que á don Alonso , su padre, ¿No lo ves?
Pienso que no perdonara. ZULEMA. ¿Que no era aquella la dama
Si en esta ocasión viviera. Por quien Enrique padece?
Haré mis libros pedazos,
Tú lo verás cuando muera Si fuere verdad.
Tu hermano el 31aeslre. DON ARIAS.
DON ENRIQUE. La historia , Señor, merece
DOS ENRIQUE.
Despeja. Verso y prosa , nombre y fama.
Para Todas las joyas se dieron
Di que entre y déjame, hermano.
Para astrólogo cruel
,
,

A Marcela por engaño.


Para esas locas mentiras. MAESTRE.
Voy á decírselo. REY.
ZULEMA.
VuHse el Maestre y el moro.) ¡Notable suceso!
Enrique desto te admiras?
, ;,
(

Pues tú has de matarle á él. DON ENRIQUE. DON ARIAS.


¡Cielos!
¡Extraño!
DO.N ENRIQUE.
¡Yo á Pedro! No lo tengáis por agravio. REY.
Perdonad ; que amor me fuerza. ¡Qué mal empleadas fueron!
ZULEMA.
Dejad que roben mis brazos DON ARIAS.
Y has de quedar Aquesta imagen de plata
Rey pacífico en Gaslilla. A no ser merced de rey.
Aqueste rai'o milagro Que no se puede quitar.
DON ENRIQUE, Del templo de la hermosura
Se las hiciera tornar.
¿Sueñas? Como otro París troyano.
REY.
ZULEMA.
ESCENA XXII. Eso ni es razón ni es ley.
¿Qué te maravilla? Por su lance las ganó
Sus hijos no han de heredar
Que bau de morir en prisión.
;
MARCELA. — DON ENRIQUE. Háganle tan buen provecho.
Como de Enri(|ue sospecho
DON ENRIQUE. MARCELA. Que daño igual le causó.
Yete , moro , enhorabuena ; Encareciéndome el Rey DON ARIAS.
Que quien aumenta la pena Señor Infante, que cuando
ÍVo merece galardón. Mayor pienso que es su daño
Vuestra alteza entró en Sevilla Qué el provecho de Marcela.
¿Hay tan grandes desatinos? Con tantas tiestas y aplauso. Creció el amor la cautela
Me vio en un balcón... Y' la pena
desengaño;
el
ESCENA XXI. DON ENRIQUE. Pero tendrá buen remedio.
EL M.\ESTRE.— Dichos. ¿Qué es esto? REY.
MARCELA. Eso deseo saber.
MAESTRE. Y que de amor y cuidado DON ARIAS.
¿Está aquí Enrique, mi hermano? Estaba enfermo... Dos cosas quiere poner
DON ENRIQUE, DON ENRIQUE. Del mar deste amor en medio.
Aquí estoy, hermano mió. ¿Quién eres? REY.
MAESTRE. MARCELA. ¿La primera?
Echa fuen los criados La que, agradecida tanto, DON ARIAS.
Que el Rey y yo le traemos Rompo la vergüenza justa El interés.
Para tu mal... Atropello el honor casto REY.
DON ENRIQUE. Por dar remedio á tu vida. ¿Y la segunda?
Habla paso. DON ENRIQUE. nON ARIAS.
¡Maestre , Maestre , hermano
MAESTRE. Una tia.
Un Hipócrates divino.
lióla !
¿ Qué mujer es esta?
REY.
Un Galeno soberano. MARCELA.
Señor, Marcela me Cualquiera dellas podría
Una yerba de Tesalia llamo.
Dar con el mundo á sus pies.
Una epítima un reparo , DON ENRIQUE.
Es el interés don Arias,
Y un alkérmes de los cielos ¿No eres Niña? la
Alta confección de Alkérmes,
En un cristalino vaso. MARCELA. Por mas que del gusto enferme?.
DON ENRIQUE. ¿Qué niña? Compuesta de cosas varias;
¡Ay Maestre ¿Qué me dices?
!
DON ENRIQUE. Pero aunque es tan poderoso,
Que no hay remedio en mis daños Asegurarte podría
Pues ¿cómo con este engaño
Fuera de unos bellos ojos Quees alta cosa mía tia
Pensastes curar á amor?
Fuera de unos blancos brazos. Para el caso mas dudoso.
¡Criados , hola , criados!
MAESTRE. Notables cosas se acaban
Llevad de aquí esta mujer;
Esos mismos que deseas Que me muero , que me abraso. En casa de una parienta.
Esos están aguardando C.recido habéis mi locura. DON ARIAS.
Que estés solo. ¡Muerto soy! {\ase.) Luego ¿buen remedio intenta?
, ,, ; ;! ;; ,, , , ; ; ,; ; ;
.

L.\ NíSA de PLATA. 280


TEODORA. TEODORA.
t-uantos escriben le alaban, ¿Mil años? Malicia es esa. Cuando te alejes
"ero ¿qué tratáis con ella? De los que tengo me pesa. Desta esperanza imposible.
DON ARIAS. Los que me faltan recelo. En un mes ó en quince dias
Que le venga á hablar aquí. DON ARIAS. Se te olvidará Teodora ". i\.^
REY. Los que te deseo digo DON ENRIQUE.
Y ¿qué responde? Que no hablo en los que tienes. Si asi me tratas. Señora,
¿Cómo vienes? Hoy será el lin de mis dias.
donarías.
TEODORA. Duélete de mi, que estoy
Que si.
Con mil bienes. A la muerte.
REY.
DON ARIAS. TEODORA.
Todo el oro lo atropella.
Hoy cobras un grande amigo. ¿Pena en tí?
DON ARIAS.
TEODORA. DON ENRIQUE.
Es el mas dulce tirano
De la voluntad. No lo seré poco suya, ¿No soy hombre?
Si este contento le doy. TEODORA.
REY.
Pero ¿sabe bien quién soy? Señor, sí.
No creo
Quebay imposibleal deseo, DON ARIAS. DON ENRIQUE.
Si Wéva plata en la mano. De su sobrina lo arguya 1 Pues ¿qué quieres si hombre soy?
La Niña se hará muy sania QiK^ si |)inlai'a un pintor
TEODORA.
Y irán horras tia y sobrina. Al honor, virtud divina.
I ¿Lloras?
Con pintar á tu sobrina
DON ARIAS. 1 DON ENRIQUE.
Dijeran que era el honor.
Rompe la cuerda mos fina Pero ja viene el Infante. I
Estoy me muriendo;
Si el interés la levanta. j
No duermo, como, ni vivo.
REY. ESCENA III. ¡
TEODORA.
No de la mano,
lo dejes
I
Extraña pena recibo;
Pide que es menester;
lo DON LNülQLE.— Dichos. De verte penar me ofendo,
Que al lin la Niña es mujer, DON ENRIQUE.
Poco mas que viento vano. DON ENRIQUE. Remedíame.
No te esiianten sus razones Sea mil veces bien venida TEODORA.
Ni te engañe un rostro honrado Mi amiga la mas querida ¿Cómo?
Que rompe un nuevo obligado Mi joya perla diamante
. ,

Mil viejas obligaciones. DON ENRIQUE,


Mi antidoto del veneno
DON ARIAS. Que amor me dio por los ojos Escucha
La gloria de mis enojos Yo casaré tu sobrina.
Como eso saben hacer
í-uando hay tierra de por medio, Y el sol mas claro y sereno, TEODORA.
(VaseelRey.) La luz de mi confusión La honra es prenda divina.
Y el bien del mal que padezco DON ENRIQUE.
ESCENA 11.
A quien los brazos ofrezco La fuerza del oro es mucha,
Por señal del corazón.
TEODORA.
TEODOR.\ ', con manto; UN ESCUDE- ¿Cómo viene? Cómo está
Mi señora QaCQteaJJ ¿Qué le darás?
RO.— DON ARIAS.
Y ¿cómo haré yo que crea DON ENRIQUE.
TEODORA. {Al escudero.) Que lo es de mis prendas ya? Bien podrá
No hay para el amor remedio Estimo mas su salud Casarse: .seis mil ducados.
Como querer no querer. Que la de! Rey, vive Dios. Y no te cause cuidados
Pero si no hay discreción Arias ¡qué veces los dos
, Que el secreto se sabrá
En saberse reportar, Hablamos en su virtud Que no será la primera
Dos caminos suelen dar ¿Qué te he dicho desta amiga ? Que lleve el honor en plata.
Fin al amor. ¿De qué manera la (¡ulero? TEODORA.
ESCUDERO. DON ARIAS. Agora, á su honor ingrata
¿Cuáles son? Todo lo sabe. \ á su opinión verdadera.
TEODORA. Tendrá con mucha ocasión
TEODORA.
Ya espero Nombre de Niña de Plata.
El oro entre desiguales
Que des lugar á que diga DON ENRIQUE.
Como aquí lo intenta Enrique,
Cuando el que yo pienso aplitjue; Siquiera alguna razón Mi bien, mi remedio trata
Y el casamiento entre iguales. En que parezca que siento... Ten de mi mal compasión.
« Teuiiora.) DON ENRIQUE. No le faltará marido
ESCUDERO. (-4/;.
Deja todo cumplimiento Con estos seis mil ducados
Ifabla hajo;^ue ha salido Porque yerros tan dorados
Don Arias al corredor. Que en hn cumplimientos son.
Dinie qué tienes pensado Presto se cubren de olvido.
TEODORA. De mi salud, pues don Arias ¿Qué piensas hacer por mí?
Y el corredor deste amor Te habló. TEODORA.
También don Arias lo ha sido, TEODORA. Ahora bien, dame el dinero.
DON ARIAS. Mil cosas contrarias No por quererlo primero
Mil años te guarde el cielo. A tu gusto y á mi estado. Que está bien seguro en tí
Puesto me has en confusión. Mas por no volver después
Mirando tu mocedad; Por el precio de mi honor.
< En este acto el autor equivocó los nom-
bres de lá tia y la sobrina , aplicando cons-
Mas también mi calidad DON ENRIQUE.
tantemente á aquella el de Doroleu, y lla- Da voces á la opinión. Que me place.
mando á esta Teodora. Kl impresor (o algún Repórtate si es posible.
cómico antes que él trató de remediar el
i
DON ENRIQUE.
descuido; pero enmendando los nombres, 3 Dorotea dice la impresión ; pero la pa-
estropeó los versos. La edición común de La ¡Oh , mi bien no me aconsejes
,
labra señora, en que termina el verso si-
JNíwo rie Plata es una refundición de la pre- Tanto mal 1 guiente, prueba que el autor escribió Teo-
sente en ella está corregido este cambio de
: dora. Lo mismo sucede en otros pasajcs.dc
nombres y hay también otras enmiendas este acto. líntienda el lector que los nom-
acertadas; pero no parecen de mano de Lo- 2 Tendora puso el impresor ; pero el con- bres de Dorotea y Teodora, fuera del diálo-
pe. De todos modos, creemos que no es su- sonante ara del siguiente verso maniüesta go van bien puestos ; en el diálogo están
jo el acto tercero de La Mña de Plata. que el autor escribió Dorotea. equivocados.

L-i. 19
, , ; ; ; , , ; : ;;

290 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


TEODORA. Llanto, voces y crueldad Toda la multitud de los criados

Pues, Señor, Esa misma resistencia El cuerpo, y inclinándole, es forzoso


Para que seguro estés. Pondrá en mi pecho valor. Que los cuartos traseros estén fuera.
Porque como es rayo amor. Y estar toda una sala en tal postura
A su liormaiio de Teodora
Muestra en lo fuerte violencia. Es peligroso en tiempo de castañas,
Con recado falso euvia
Donde no venga liasta el dia, Vén a tomar el dinero ;
Y no puede beber limpio, ni es justo
Pues en lin te sirve .ngora. Aqui en mi cámara está, Que toda la familia y coliseo
Y en escudos bien podrá Estén haciendo entonces el guineo.
Yo me acostaré temprano
Y recogeré la gente; Llevártelo el escudero LEONELO.
Tu ]iuih!cs seguramente Y si no, quien tú quisieres Déjale desos locos desatinos,
En dejando el Rey tu hermano. Que á su hermano, yo le haré Y despierta á tu amo.
Ir con aquestas tres llaves, Que nos deje. CHACÓN.
Qae de aqui á la noche harás TEODORA. (Ap.)
¡Ah señor amo!
Qae le imiten, y abrirás. Siempre fué
¿Qué tienen esas rejas?
DON ENniQUE. Mujer quien rindió mujeres.
DON JUAN.
Muestra. DON ENRIQUE.
Hierro tienen,
TEODORA. Arias, bien se ha negociado. {Ap. á él.)
Mármoles tienen de que están asidas.
La puerta que sabes. DON ARIAS.
CHACÓN.
Que es de la calle, con esta. Lindo dinero te cuesta.
DON ENRIOl'E.
Ea ¿mas que se suelta la poesía,
,
DON ENRIQUE. Y que encajas aciuí cualque soneto?
¿De qué son estotras dos? Mi vida comino. DON JUAN.
TEODORA. DON ARIAS. Si entendiera acabarle, comenzárale.
Esláme atento.
Si es esta, CHACÓN.
DON ENRIQUE. Poco dinero costó.
Por Dios, Pocos saben. Señor, cómo se acaban;
ESCUDERO. (A Teodora.) Y' asi,verás sonetos milagrosos.
Que ya es la noche molesta.
¿Habémonosdeír? Que entran con obeliscos y pirámides,
TEODORA.
TEODORA. Marfil, ebúrneo pecho, fuentes líquidas,
La puerta del corredor Y vienen á parar desustanciados.
Mirad
Cou esta llave abrirás.
DON JUAN.
Que el silencio es santa ley.
DON ENRIQUE.
ESCUDERO. ¿Has sido tú poeta?
Dime, mi bien, lo demás.
Pienso que ha de darte el Rey CHACÓN.
TEODORA.
La mitad desta ciudad. Cuatro veces
.Tunto á la .sala, Señor,
(Yanse.) La primera me dieron muchos palos;
Sobre la mano derecha.
La segunda vinieron cuatro curas
Verás un cancel, que allí I

A conjurarme por maligno espíritu


Hay una lámpara. '

La tercera me echaron de la calle


Cnllc.
DON ENRIQUE. ! Por ajiestado y hombre contagio.so;
A ti ESCENA IV. ;
Y la cuarta, ala fe, gané unos guantes
Vaya mi estrella derecha. Con un soneto.
TEODORA.
DON JUAN, LEONELO, CHACÓN. DON JUAN.
¿.\ mí? Luego ¿á mí me quieres? LEONELO. 1 Dile por tu vida.
DON ENRIQUE. En venimos á tu centro antiguo,
fin,
CHACÓN.
Ilablo, porque tú me guias. Después de dar mil vueltas á Sevilla. ¿Tendréis paciencia?
TEODORA. DON JUAN. I
DON JUAN.
Si de mí no te desvias, De dia no me atrevo á los umbrales I Sí.
Despertaras mis mujeres. De niña ingratísima que adoro,
la CHACÓN.
Lleva linterna, y enciende
I

Porque no entienda que á rogarla vengo; ¡


Va de soneto.
En lámpara que digo;
la Pero de noche este consuelo tengo. LEONELO.
Entra el cancel... y el postigo CHACÓN.
¡

Di el sugeto.
Que á mano
izquierda dccicnde.
Después que vimos que era todo engaño, CHACÓN.
Es de mi aposento, el cual V que es Teodora tan constante y lirnie,
I

Por de dentro ceri'aré En el mesmo está el sugeto.


líicn nos parece que á su casa vengas; I

soneto me manda hacer Violante,


Para que aunque voces dé. i
Un
i'ero venir, y con humildes ojos
Todas las oigamos mal. I Que en mi vida me he visto en tanto aprie-
Adorar estas rejas y balcones, '

Catorce versos dicen que es soneto ; [to;


Pasa la cuadra, y enfrente
Y hacer á cada balaustre del los Burla burlando van los tres delante.
Verás durmiendo á Teodora Masreverenciasqueáunseñorquebebe,
¡

Que una criada que adora ¡


Yo pensé que no hallara consonante,
Parécenos extraño desatino. Y estoy á la mitad de otro cuarteto
Está por cierto accidente i

Hoy en casa de su madre; DON JUAN. I


Mas si me veo en el primer terceto.
Que no fué poca ventura. ¿No lo es mayorcomparaciontan necia? No hay cosa en los cuartetos que me es-
Alli latendrás segura, CHACÓN. [ pan te.

Y cuanto á tu gusto cuadre Por primer terceto voy entrando,


el
Mas pienso quelo son losquelas hacen. j

<".omoel ánimo no sea I


Y parece que entré con pié derecho,
LEONELO.
Vista primera de amante; I
Pues lin con este verso le voy dando.
¿Mas que tenemos entretenimiento? Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
Que hay hombre como un gigante,
Que aunque mil espadas vea, CHACÓN. '

Que voy los trece versos acabando;


Por todas ha de romper, No sé; yo digo en esto lo que siento. Contad si son catorce, y está hecho.
I

Y' puesto en una ocasión, LEONELO. LEONELO.


Le da frió de cicion Pues , l)estia , ¿no es razón y policía !
¿Cuyo pudiera ser tal desatino?
Le mirar una mujer. Que se haga reverencia y corlesia? DON JUAN.
DON ENRIQUE. CHACÓN. Déjale hablar ; mi pena se entretenga
Yo quedo bien instruido La reverencia es justa, pero en tiempo. ;
De cualquiera manera.
De la casa y de las llaves CHACÓN.
LEONELO.
Cuanto al ánimo ya sabes
,
¡

'

Mas me holgara
Que estando el muro rendido, ¿Yenla bebida no?
I

De irme á acostar que entretener dos lo-


La misma facilidad CHACÓN. I

DON JUAN. t*^®^-


Hace cobarde al soldado; j
De ningún modo.
I

Pero donde habrá cuidado, I Cuando bebe el señor, verás que baja ¿Hay cuerdos con amor?
! : ;! ; ; :

LA-NIÑA DE PLATA.
29Í
CHACÓN'. CHACÓN. DOROTEA.
Sin amor, pocos. Diga Teodora agora qne es honrada. Pues ¿por dónde entraste aqui?
DON JUAN. Entre cuatro paredes encerrada.
DON ENRIQUE.
Yo me muero de amor. DON JUAN. Con estas llaves entré,
CHACÓN. ¡Válgame el cielo! De tu tia las compré.
Y yo de sueño. CHACÓN. Seis mil ducados me cuestan,
DON JUAN. Valga, y lleve presto. Y seiscientos mil se aprestan,
Si pagas tan (irme fe.
Yo me tenpo la culpa : fui celoso. DON JUAN.
Por meaos, de un ángel de los cielos.
lo Romper quiero las puertas. DOROTEA.
CHACÓN. ¡Mi tia!
LEONELO.
Don .luán, lente; DON ENRIQUE.
Extrañas sabandijas son los celos.
Que sin duda el que ha entrado es el In- La misma.
DON JUAN.
¿Haslos tenido tú? [fante, DOROTEA.
Porque este rebozado es el Maestre. Advierte
CHACÓN,
Vamonos de la calle por tu vida
, Que es noble.
¿No eres mas tonto? Que no es esta ocasión para [¡erderte.
¿No ves que son los celos como sarna, DON ENRIQUE.
Dios quiere que esto veas con tus ojos,
Que ninguno se escapa de tenerla? Para que des buena vejez, que es justo,
Amor me convierte.
LEONELO. A los padres que tienes, tan honrados. Como á Júpiter, en lluvia :

Cree que esta color rubia


¡Hermosa necedad Casando con tu igual porque bien sabes
;
La mas honesta divierte.
CHACÓN. Que aunque es noble la Niña, no merece
Recogida en su aposento,
Mayor es Que te iguale, con tales niñerías.
esa. A todo ha dado lugar.
LEONELO. DON JUAN. Ten de mi mal sentimiento;
La sama es mal de niños, y los celos ¿Cómoigualar? Leonelo,loquehe visto Voces no han de aprovechar.
Es mal mas ordinario en viejos. De tal manera me ha desengañado, Que ha de llevarlas el viento.
CHACÓN.
Que hago al cielo voto y juramento Hasta en la calle está gente,
Dime, De no ver en mi vida aquestas puertas. Que á nadie entrar dejará.
¿Estas puertas? ¿Qué dije?Niesta calle. Tandnen tu hermano está ausente
¿ Cómo pintan á amor?
Camina por ahi. Todo prevenido está.
LEONELO.
LEONELO. DOROTEA.
Niño.
¡ Famoso acuerdo Detente, Infante, delente.
CHACÓN.
Pues, sabio, DON JUAN. Desvia la luz de mi,
Siamor es niño, amor los celos tiene Tanta pena ¿qué loco no hará cuerdo? No me veas,
Luego ios celos son lo que yo digo. LEONELO. DON ENRIQUE.
LEONELO. Chacón, ¿qué te parece? Y'a te vi

Chacón, no quiero disputar contigo. Cuando durmiendo te hallé.


CHACÓN.
Que no es mucho
Tu voluntad conquisté;
DON JUAN. Pero no la merecí.
¿Que ofendiese yo un ángel, que perece Que esto haga una niña; mas no mandes
Por eso ha sido forzoso
Entre cuatro paredes por honrada? Que sufra enredos de mujeres grandes.
Valerme de mi poder.
CHACÓN. {Yanse don Juan, Leonelo y Chacón.)
DOROTEA.
Yo creo en Dios. MAESTRE.
No fué valor generoso.
DON JUAN. Despacio piensoque estará mi hermano. Para una flaca mujer
¿Qué dices? Vamos, don Arias, un momento al rio Te has mostrado poderoso.
CHACÓN. Que ha de llegar un coche á sus orillas Ah vil sangre de mi lia!
i
Con una de las siete maravillas. ¡Ah pobre, engañado hermano,
Que estornudo,
Y creo en Dios. DON ARIAS. Por su falsa alevosía!
Seguro puedes ir por mas de un hora, DON ENRIQUE.
ESCENA V. Y aun piensoquepodrás hasta elaurora. Y'a te lamentas en vano.
MAESTRE. Mira que se acerca el dia:
DON ENRIQI E EL MAESTRE, y DON Verás una mujer, no tan discreta Rasta lo que has peleado;
ARIAS, de noche.— Dichos. Como Dorotea, pero mas hermosa. Que el mas honrado soldado
DON ARIAS. Suele rendirse á partido
DON ENRIQUE.
No son buenas mujeres tan discretas. Que si el tiempo le ha rendido.
La puerta es esta.
MAESTRE.
No pierde nada el honrado.
MAESTRE. ¿Qué mas pretendes hacer?
Llega. Anda que buenas son para poetas.
;
l*rocura escapar la vida.
DON ENRIQUE. {Vaiise.) Si el honor no puede ser.
Dame, don Arias, la linterna.
DOROTEA.
DON ARIAS. ¿ Parézcote muy rendida?
Toma. Cuarto de Dorotea.
DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
ESCENA VI. Dígalo cualquier mujer.
Quedaos adiós.
DOROTEA, en manteo, con una ropa DOROTEA.
{Dirígese á la puerta de casa de Do-
rotea.) debajo del brazo; DON ENRIQUE, Mátame, y viéndome muerta,
LEONELO. (Bajo á don Juan y Chacón.) con una linterna. Se te quitará el amor.
¿Adonde va esta gente? DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. Pienso que aun no estás despierta.
DON JUAN.
¿Adonde huyes de mi? DOROTEA.
La puerta de Teodora abre aquel hombre.
DOROTEA. ¿Que para vencer mi honor
CHACÓN.
¡Dorotea! ¡Elvira! ¡Inés! Te dio mi sangre la puerta?
¿Aquel hombre la puerta de Teodora?
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
{.Abre el Rey , y éntrase.)
No des voces, vuelve en ti. Teodora, no es tiempoya
LEONELO.
DOROTEA. De perderle.
Abrió y entró, por Dios.
¿Quién eres? DOROTEA.
DON JUAN. DON ENRIQUE. Solo pido
¿Qué es esto, cielos? Ya ¿no lo ves? Que me escuches.

¡</,M^
t
, ; :; ; , ; « ; ; ; ; ;
! ; —
,, , .

252 r.0MrT>!.\«; escogidas de lope de vega carpío.


ÜO.N ENRIQIE. Y fué perdiendo el amor No se adelantara el mió.
¿Quién podrá? El respeto á los altares. Pero ya que sé que quieres
DOROTEA. Apretéle el casamiento, Yo preguntaré quién es,
Y él se lo dijo á su padre. Y será tuyo, pues eres
Un homlire tan hion naoiilo,
Hombre rico y veinticuatro, Tan lirme en tanto interés;
Pienso que obligado está. De buena opinión Cosa bien nueva en mujeres.
y sangre.
DON ENRIQUE. Como supo mi pobreza, Yo te prometo casarte.
Ilt' lleíiado por quererte ¡Oh Enri(|ue! pensó matarle; Aunque se interponga el Rey
Hasta la nmerle. Aunque en la sangre bien pienso Para (|ue venga á rogarle,
DOROTEA. Que fuéramos harto iguales. Aunque mujer de tal ley
Vo haré En lin. para divertirle, Mas honra (jue puede honrarle.
Quiere el viejo que se case Si cuentan de Cipion
Tu gusto.
Con una nnijer mas rica Que volvió por la opinión
DOS ENRIQUE.
Que de codiciosas partes. Í)eaquella hermosa mujer,
Di de esa suerte. Esjiaña le ha de tener;
Con esto celdsa y Iriste,
DOROTEA. Fingí, Señíir, relirarme; Que en ella lodos lo son.
Mala la luz. Que aprietan mucho desdenes Si con las hijas de Darío
DO.N ENRIQUE. Donde ha habido voluntades. Fué Alejandro al nombre igual.
No osaré. No fueras tú mal tercero Fué á su fama necesario;
DOROTEA. Con tu amor para abrasarle; Yo he sido mas liberal.
Pues ciérrala. Que donde hay competidor Si es amor mayor contrario.
No hay boda que se dilate; Algún tiempo me darán
DON ENRIQUE.
Mas hase alterado todo, Nombre de Cortés galán
Cierro. {Cierra la linterna.) Las historias de Sevilla
Como eres un mar tan grande;
DOROTEA. De suerte, que mi barquilla Mas soy por [ladre Castilla
Advierte. Se anega en tus tempestades. Y soy por madre Guzmau. ( Yase.)
El dia que con el rey Él sabe lo que me (juieres,
Don Pedro, lu herníano, entraste Mi resistencia no sabe ESCENA VII.
En esta ciudad famosa Por tí mi remedio pierda DOROTEA.
De Sevilla, ilustre infante, (Que yo supiera obligarle),
Años habia que un hombre Y mas agora que estás ¡Enrique, Infante, Señor!...
Pasaba esta misma calle Donde Dorotea infame Fuese. ¡Qué notable hazaña
Con mil honestos deseos, De mi honor y de sus puertas En hombre que tiene amor!
Para obligarme bastantes. Te ha dado, Enrique, las llaves, Pero es muy propio valor
Miróme con tales ojos. íüen sé que mi resistencia De un hijo de un rey de España.
Que pudieran bien entrarse Ya no puede ser que baste ¿Hase visto maravilla
Por el corazón mas duro, A la traición que me han hecho Que mayor que aquesta sea?
Si Dios le hiciera diamante. Por el interés infame; ¡Plega al ciclo que Sevilla
N'o le quise bien muy presto Mas como Pioma ha tenido Coronar su frente vea
Que después de mil "combates La matrona venerable Por príncipe de Castilla
Mis vent.anas consulté Que ha honrado con su laurel Ya por la escalera baja.
Con palabras semejantes: A la castidad triunfante. Aunque con mayor ventaja
« Hierros destas rejas duras. Haz pues no puedo
lu gusto, Por la de la fama sube.
Piedras que servis de engastes. Defenderme ni librarme; Ya el alba en dorada nube
Mármoles de aquesta puerta, Que también tendrá Sevilla Romper la noche trabaja.
/•.Querré bien? Aconsejadme. Una mujer que se mate. Quiero despertar la liera
Y parecióme que un dia Que con las viles me iguala
Me dijo un hierro: « ¿Qué haces,
DON ENRIQUE.
.
Por el interés que espera
Si me ves enternecido Teodora, yo te he escuchado Que no hubiera mujer mala
Solo deoirle quejarse?)» Con atento y tierno oído :
A no haber buena tercera.
Las piedras me respondieron : El amor me has reportado. Pero bien será cerralle.
« A suspiros semejantes El lirazo me has detenido, Porque, si vuelve, no halle
Ya nos volvemos en cera Y el corazón lastimado. La ocasión que puede asir,
No podremos .sustentarte.» Contásteme que quisiste Si se vuelve á arrepentir
Los mármoles me decian : Un hombre, y de verle triste. Con los aires de la calle. (Vase.)
« Donde los que miras nacen. Con tal lástima te oí.
No habrá tan duras entrañas, Que vengo á tener de ti
Si te resistes de amarle.» La que de mi no tuviste. Habitación de don Juan.
Credos , tú vele amor Bien me pudiera vengar
Trujóme un papel un paje De tus desdenes, Teodora; ESCENA VIII.
Entróme por casamiento Pero llegar á mirar
(Que no hay cosa que nos halle Mujer que por otro llora EL VEINTICUATRO LEONELO. ,

La voluntad mas dispuesta ¿A quién no basta á templar?


LEONELO.
Para cualquier disparate), No me has quitado el amor
¿TÚ me atribuyes las locuras suyas?
Piespondí tan desdeñosa. (Que nunca amor es mayor
Que pudiera, á no adorarme, Que cuando es tenido en poco) VEINTICUATRO.
Mudar de imaginación Pero has vuelto cuerdo aun loco, Su padre soy, Leoncio, no le espantes.
Y ponella en otra parte Dando materia al valor. LEONELO.
Pero amor, (jue verdadero.
, Toda estás en mi poder, Mucho me espantan las palabras luya¿:
Sufre y calla hasta vengarse, Y esto basta á darme nombre Esto es acompañar locos amantes.
Le dio para mis desdenes Que rendirse á su querer Pero de mi verdad quiero que arguyas
Paciencia y valor notable. Es mas Vitoria del hombre Que no lo hiciera en ¡lasos semejantes,
Con esto alcanzó de mí Que no el gozar la mujer. A no temer que un hombre poderoso
Venir una noche á hablarme: En efeto, has confesado Mostrara su poder en un furioso.
En medio estuvo una reja Que estás sujeta á mi gusto. Dios sabe (¡ue á don .luán he reportado
Pero no para escucharle. Con (jue ya estoy reportado Los ¡lasos desto loco pensamiento,
Sus tiernas quejas oí. Que á quien se rinde, no es justo Y con buenos consejos estorbado
Sus amores y humildades; No hacerle partido honrado. De la Niña de Piala el casamiento.
Porque en los firincipios son Y ha sido gran desvarío Sos|)eciio que por mí no está casado.
Muy humildes los amantes. No haberme dicho el desvío
VEINTICUATRO.
Esta noche trujo muchas Que ya por tu amor arguyo.
Si intentara don Juan tal ca.samienlo
Crecieron las amistades, Porque á haber sabido el luyo,
, ,, , , ; , ,, ,, ,, , , ! , , ,

LA NISA de plata. 295


;; Yo buscara un diera
esclavo á quien le Y tengan altos respetos. Don Juan esta mujer! ¡P>endilo scj
,

Mi hacienda,6n)ecasara, ónie muriera. Pero Señor, ¿ qué ocasión


, El primero renglón que le escribiste!
Cásese con mi guslu, y le prometo A tanta humildad os mueve? ¡Oh Niña de mis ojos, que á tenellos
Hacerle veinticuatro de Sevilla DON ENRIQUE. El alma en los del alma la pusiera!
,

Con tales alimentos que en efeto Concertados quedamos de (|ue luego


j

,
;
Cumplir un rey lo que debe:
Mas envidia le tengan que mancilla. -^
Deudas las palabras son. Vamos los dos donde esto se coacierte.
I-EONELO. Yo la he dado á aquel criado DON JUAN.
Üon Juan es mozo agora, aunque es dis- Que agora conmigo viene ¡Oh cuánto la codicia desatina!
[creto. Y una hermosa hermana tiene Cuando yo os suplicaba padre mió. ,

De ponerla en noble estado. Que con Teodora pobre me casárades


ESCENA IX. Y queriéndola cumplir. (Que entonces era pobre y virtuosa).
Me quise informar primero No fué posible ni aun oir nombrarla ;
UiN CRIADO.— Dichos. De algún mozo caballero Y agora que es Teodora infameyrica,
A quien pudiese elegir. Y un hábito os prometen de Santiago,
CRUDO.
Supe que un hijo tenéis ¡Ponérmele queréis de san Benito!
De don Enrique, infante de Castilla,
Pienso que el nombre es don Juan VEINTICUATRO.
Estáuncriaiio aquí. .Muy galán , y su galán ¡Teodora infame y rica
YEIMICCATRO. Que esto por vos lo sabréis. DON JUAN.
¿Qué es esto? Daré veinte mil ducados
No le obliga
LEONELO. De dote á aquesta doncella AI Infante deuda de su hermano,
la
Creo Aunque en las virtudes della Sino la dela honra, que la debe.
Que debe de cansarle su deseo. [des Van mas de cien mil guardados. Anoche vio Leonelo que entró Enrique
Querrá, jior dicha. que á don .luán leman- Sin estos , le daré cuatro En su casa á las doce y fuera desto ;

Que no pase la calle de la Niña. Para joyas á Teodora A Chacón envié cerca del alba
VEINTICUATRO. Que es'pobre en extremo agora; Y vio cómo salia y que en la calle ,
Y para vos , Veinticuatro Le esperaban don Arias y el Maestre.
Luego ¿quiérela él?
Me da mi hermano el Maestre VEINTICUATRO. (A Leofíelo.)
LEONELO. Un hábito de Santiago.
Celos tan grandes Con esto mi deuda pago. ¿Tú viste entrar á don Enrique?
Lo muestran bien. VEINTICUATRO.
LEONELO.
YEINTICÜATRO. En todo
No sé, Seiíor, cómo os mueslrc Dice don Juan verdad.
Querrá que á don Juan riña. Debido agradecimiento.
Dile que entre Adrián.
,
VEINTICUATRO.
DON ENRIQUE.
(Vase el criado.) ¿Y tule viste.
Con ir después á palacio. Chacón , alba?
salir al
LEONEI.O. Donde tratemos despacio
CHACÓN.
Por Dios, que andes La forma del casamiento.
•Ya quoria
Con él como quien eres. ¿Respondéis que si?
Correr la noche su cortina lóbrega,
VE1NT1CÜ.\TR0. VEINTICUATRO.
Y aparecer la luz del alba candida
Cuando ciña Señor Como dicen poetas en esdrújulos.
La espada que dejé, verás mi pecho. i
Mil veces digoque si. Cuando salió de ver la Niña el Principe,
LEONELO. DON ENRIQUE. Dejándola preñada de dos cónsules.
Será de tu valor heroico hecho. Quedaos con Dios. Yo cumplí VEINTICUATRO. [l)ÍtOS
Félix, mi deuda en rigor. Pues, hijo, aunque me dieran tanloshá-
ESCENA X. FÉLIX. Cuantos la religión darme pudiera,
Mil veces beso tus pies.
Y la dotara Eniique en las dos Indias,
FÉLIX. — EL
VEINTICUATRO, LEO- Mi hermana voy á avisar. Para Chacón no la tomara.
^ELO: después, DON ENRIQUE. {Yanse don Enrique y Félix.)
CHACÓN.
¡Cómo!
FÉLIX. VEINTICUATRO.
¿Nohallasleotro mas Iristey desdichado?
El Infante , mi señor. Vé me , Leonelo, á llamar DON JUAN.
En persona quiere hablarte. A don Juan.
LEOXKLO. Esto te digo estando enamorado.
VEINTICUATRO. VEINTICUATRO.
No tengo en mi casa parle Ya ¿no le ves?
Darte quiero mis brazos, y con ellos
Donde quepa tal favor;
Mi bendición. Mas vamos á palacio.
Pero pudiendo llamarme ESCENA XI.
Donde al Infante con honrada excusa
Su mucha
alteza, es
FÉLIX.
llaneza...
DON JUAN CHACÓN. ,
— EL VEINTI- Podré decir que estabas tú casado
CUATRO, LEONELO. Cuando lo prometí , no lo sabiendo.
Mira que llega su alteza. DON JUA^^
VEINTICUATRO. DON JUAN. Yo llevaré mujer, como tú quieras.
Quiero por la tierra echarme. Viendo, Señor, entrar á don Enrique, VEINTICUATRO.
{Sale don Enrique.) Tanta pena me dio que si pudiera
,
I
¿Fingida?
¿Qué es esto, invicto Señor? Me fuera en este punto de Sevilla. DON JUAN.
Infantes te visitan ¿ Qué te quieren?
¡ !
Si que no ha de ser de veras.
DON ENRIQUE. ;

VEINTICUATRO. VEINTICUATRO.
Veinticuatro aunque os espaule
,

La visita de un Infante Huélgomede que estés tan ignorante; Pues Leonelo y Chacón serán testigos.
,

Bien cabe en vuestro valor. Que, por lo menos, me darás albricias. CHACÓN.
La Niña es tu mujer: " ' '

VEINTICUATRO. Para falsos, yo tengo cuatro amigos.


DON )v\y.
Tomad , Señor, esta .silla (Vanse.)
Porque en mi linaje quede ¿De qué manera?
Por armas, que envidiar puedo VEINTICUATRO.
La nobleza de Sevilla. Cásala de su mano don Enrique, Salón de! Alcázar.
Dejaróla vinculada Por pagar los servicios de su hermano;
En mi mayorazgo honrado,
ESCENA XII.
Dale de dote veinte mil ducados.
Con un telliz de brocado Sin cuatro para joyas, y el Maestre, EL REY, DON ENRIQUE, EL MAES-
Y en blanca plata aforrada. Su hermanodel Infante, ineda un hábito, TRE DON ARIAS. ,

Sabrán mis hijos y nietos Cosa tan deseada de mi pecho,


Que estuvisles vos aquí Y que á mis enemigos dará envidia. REY.
Para que se honren ansí ¡Bendita sea la hora que miraste, En viéndole, presumí
; , ,;
, ! ,; , ,,, , , , ; , ,,; ,,!, , ; , ; » ,

294 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


De lo que estaba doliento. ESCENA XIII.
Quiero, generoso Enrique,
PON E\R1QL'E. Honor y gloria de España
Rendiréisnie fácilmente. DOROTEA. TKODOHA EL ESCUDE- ,
Venir á dar mi disculpa
Si sois los dos contra mi. RO.— Dichos. De no cumplir la palabra
Que, ignorante del suceso.
MAESTRE.
REY. Como á rey te di en mi casa.
Él es el mejor galán Tú me mandaste que diese
Seas Teodora bien venida
, ,
Que Haló cosas de amor. Cuéntanos este suceso Para Teodora á quien llama ,

REY. Porque pierde Enrique el seso Niña de Plata Sevilla


¡Qué gentil don Galaor! De que vengas ofendida. Por el valor de sus gracias,
DON EMllQUE. ¿Cómo fué? ¿Qué sucedió? A mi hijo por marido.
¿Tembló? ¿Lloró? ¿Tuvo frió? Diciendo (jue la dolabas
Basta ;
que vaya me dan. Para preciarse de brio Para pagar á don Félix
REY. Mucho crédito perdió. Su servicio.
Mucho me ha pesado Enrique .
DOROTEA. DON ENRIQUE.
Que seas Vjü para poco. Suplico á tu majestad Verd^id clara.
DON ENRIQUE. Que estime en mucho al Infante VEINTICUATRO.
¿Queréis que me v-uelva loco? Por el mas cortés amante Veinte y cuatro mil ducados
W.\ESTRE. Que ha tenido voluntad. De dote le señalabas
¡Que un liondue se sinilique Mire que no vengo aquí Y á mi un hábito.
Perdido de enamorado, Como presume, á quejarme. DON ENRIQUE.
Y que le dea la ocasión REY.
Es ansí
Sin gigantes, sin dragón, ¿A qué vienes? Aunque su virtud bastaba.
Sin pasar el mar á nado DOROTEA. VEINTICUATRO.
Sin escala puesta al muro.
Acasarme. Aceté luego el partido,
Sin fuerte competidor,
Sin alcaide del honor,
REY. Y en tus generosas plantas
¿A casarte? Puse mi boca ; y contento ,
Y todo el campo seguro
Que no temiese marido DOROTEA. A don Juan que ausente estaba
,

Hermano, padre ó criado; Señor, sí. Busqué y dije su ventura;


<)ue haya con su llave entrado, REY. Pero él respondió: « Una dama
Y todo el mundo dormido; ¿Cosa que fuese con él? Que conoces, es mi esposa
Y que en viends á quien buscaba Con obligaciones tantas
DOROTEA.
Se le hiele el corazón Que he de morir ó cumplillas.
Y que pierda la ocasión
No soy tan loca , Señor; — Entrislecióseme el alma;
Que solo quiere mi honor Y para que no creyeses
Que daba
los cabellos le
Que vuelva el suyo por él.
Mira Enrique, desde hoy mas
. [bres. Que á mi palabra faltaba.
No hables con hombres ni entre hom- REY. Los traigo á los dos.

DON ENIilQLE.
Mas confuso estoy agora. — DON ENRIQUE.
Enrique, aquesto declara. ¿Qué dices?
Maestre, mas viles nombres
Merezco que aquí me das DON ENRIQUE. VEINTICUATRO.
Pero yo sé que no ha sido Presto verás en qué para Lo que me pesa y me pasa.
Flaqueza. Que es en casarse Teodora.
DON ENRIQUE.
REY. REY.
¿Tú eres don Juan ?
Pues ¿qué? ¿Con quién?
DON ENRIQUE. DON JUAN.
DON ENRIQUE. Si Señor.
Ya viene con quién. ,

Valor. DON ENRIQUE.


REY.
REY. ¿Casado estabas?
Menos lo entiendo , por Dios.
Virtud es, teniendo amor, MARCELA.
El haberle resistido ESCENA XIV. Repara,
Mas querer hacer virtud
Señor, en que esto es mentira
Lo que entonces fué flaqueza, EL VEINTICUATRO, DON JUAN, MAR- Que soy de don Félix dama,
No lo crea vuestra alteza CELA, LEONELO CHACÓN. — Di- , El hermano de Teodora
Asi Dios le dé salud.
,

chos después FÉLIX. Que no sabiendo que tratas //^


DON ENRIQUE.
; ,

De casarla con don Juan , ^ ^-t» /

Mire vuestra majestad VEINTICUATRO. {Hahlaiido aparte á los Me sacaron de mi casa


Que entonces lo mismo hiciera, que vienen con él.) Para disculpar su engaño
Si una dama le pidiera Juntos lleguemos los dos. Y no hacer lo que les mandas.
Con las dos manos piedad. DON JUAN. REY.
REY. Llegue Marcela también. Pues Veinticuatro á los reyes
, , ¡

Anda Enrique no
, , [procures VEINTICUATRO. (A dou Juaii.) Que honrar sus vasallos andan,
Hacerte valiente agora. Estos engaños se hacen !
Después de besar sus pies,
DON ARIAS. ¡Así los reyes se engañan
Di cómo estabas casado,
Si Enrique casar (|ueria
Aquí ha llegado Teodora. Y que á Marcela obligado
MAESTRE. La mano es bien que le des. A Teodora, ¿no bastaba
Para que os viniera bien.
¿Mas que viene á que la cures? DON JUAN. Ser mi sangre y vos ser nada?
REY. No conozcan á Marcela ¡Vive Dios que desde aquí
,

¡Teodora! pues ¿á qué efeto? Y se entienda la invención. A los dos en esa plaza
DON ENRIQUE. Han de cortar la cabeza!
MAESTRE.
El novio y su padre son. VEINTICUATRO.
¿Mas que se viene á quejar
De la fuerza ? REY. Señor, escucha la causa,
Mas tu intención me desvela. Parecerále piadosa.
REY.
Anoche don Juan estaba
¿Qué
es forzar? {Sale Félix.)
Con los que presentes miras
Antes la tuvo respeto. VEINTICUATRO. A la puerta desta dama
Pues esiá su majestad Y vio que con una llave
Presente, haciéndole salva, Entró el Inlaní*' en su casa
,, , , ,, , ; ; ,, ,

LA MiÑA DE PLATA. 29S


Y que salió con et fiia
I
Y Dios puso las espaldas, MARCELA.
Sabe el Maestre y don Arias. Juro que esto pasa ansí Ya estás casada.
Honra me obligó, Señor. Y miente quien desta dama Ruega á Félix que me quiera.
DON ENRIQUE. Piense ó crea lo contrario.
FÉLIX.
Pues ya tanto le declaras DO.X JL"A>".
Yo Marcela aunque no haya
, ,
Diré verdad vive el cielo
, Señor, que lo digas hasta
I
Infantes que te aseguren
Poniendo mano á la espada, 1 Para que el mundo lo crea
;
Poniendo mano á la espada,
Con la cual sustentaré Y mas el que tanto gana.
Digo que soy lu marido.
De sol á sol en campaña
;

Pues en el'eto la adora.


A mi igual y á todo liidalgo CHACOX.
VEINTICCATRO.
Que es Teodora tan honrada '^odos se alegran y casan;
Llega pues, don Juan, ¿qué aguar das?
Que ninguna hay en Sevilla , Perezca el pobre Chacón.
IVi quiero para tu dote
Quesea mas, ni en Kspaña.
'

Nunca nadie le dé nada.


Mas que su virtud y gracia
Que entré es verdad mas compié
;
M mas hábito en mi pecho DON JLAN.
Con oro y pasos la entrada Que una nuera tan honrada. Yo te mando mil escudos.
Y sin que ella lo supiese
REY. CHACO.N.
Llegué anoche hasta su cama.
De sus lágrimas temblé; '
¿Cómo no? Si dio el Infante ¿Son de paciencia ó de pasta?
Veinte y cuatro mil , añadan t
Y escuchando sus palabras !
'. .

DON JUA\.
Me dijo toda la historia I Otros tantos que doy yo.
Del nombre de mí mujer.
Que entre ella y don Juanpasaba. ; . MAESTRE.
REY.
Matarse quiso ¡detuve Pues no es razón que se vaya
Su brazo; y viendo que tanta
i

Sin mi ofrenda. Aunque so\ pobre En llegando doña Blanca


Firmeza merece premio Dos villas le doy. Los dos seremos padrinos.
Allí prometí casalia. REY. D0>" JUAN.
I
Aprovechóme el valor, Aquí comedia acaba
la
Y quise mas ganar fama Aguarda i

'
Que á su padre quiero hacer
Llamada el Coritas í/ff/fl/f.
De hombre que sui)o \eucerse
Alcaide de nuestro alcázar. DOROTEA.
(Que es el mayor lauro y palma). I

Que dar rienda al apetito. MAESTRE. ¿Cómo?


Y asi en esta cruz sagrada
, I Hábito con eucomienda DON JUAN.
Adonde la mano pongo, 1 Le mando. Y la Mna de Plata
,,
! ,, , — ; ; , ; ,; , ,

*) ^

LA DAMA BOBA.
PERSONAS.

LAIRFXC.IO. MISF..\0. ' LN estudíame. CLARA.


DLARDÜ. OCTAVIO. FINE A. IJNMAESTRO PE ESCRIDIR.
FEMSO. TUHfN. iMSE. OTRO DE DANZAR.
LISEO. PEDRO. ,
CELIA. UN CRIADO.— Mtsicos.

La escena es en Illésras ?/ en Madrid.

Ha de cuanto pueda,
ACTO PRIMERO. Antes.
llegar,

Es natural
TURIN.

TÜRIX. Pero esa hermo.sa Finea


í'oilal (le una pof^aila cu Ilicscas.
Muy atrás .se (¡neda Con quien á casarte vas
Con repuesto Marín
el Comerá...
ESCENA PRIMERA. Pero ya traigo qué comas. LISEO.
LlSEO. Dilo.
LISEO yTURIN, de camino. ¿Qué traes? TURIN.
TURIN. No mas
LISEO. De azúcar, maná y jalea...
Ya lo verás.
¡Qué buenas posadas! Pasaráse una semana
I.ISEO.
TURIiN. Dilo. Con tres puntos en el aire.
Frescas. TUr.IN. De azúcar.
tlSEO. ¡(iuarda! LISEO.
No hay calor. LISEO. ¡Gentil donaire!
TURIi\. Necio estás. TURIN.
Cuartos y ropa TURIN. ¿Qué piensas dar á su hermana?
Tienen fama en toda Éuroj)a. Deslo pesadumbre tomas? LISEO.
¿
LISEO.
LISEO.
A Nise, su hermana bella,
¡Famoso lugar Illéscas Una rosa de diamantes
Pues ¿para decir lo que es?...
No hay en lodos los que miras ?ue así tengan los amantes
TURl.N. aleslinnezas con
Quien le iguale. ella ;

Hay á quien pesa de oír Y' una eadena lantlii(\n


TÜRL\.
Su nombre basta decir ; Que compite con la rosa.
Aun si supieses Que tu lo sabrás desjMiés.
La causa... TURIN.
LISEO. Oigo decir que es hermosa.
LISEO.
Entretiénese la hambre
¿Cuál es? I.ISEO.
Con saber qué ha de comer. Mi espo.sa parece bien.
TUniN.
TURIN. Si doy crédito á la fama
Dos Ineses
De guindas y de mentiras. Pues sábete que ha de ser... De su hermana nada sé;
LISEO. Pero basta (jue le dé
LISEO.
Presto. Lo que mas se estima y ama.
Como aquí, Turin, .se juntan
TURIN. TURIN.
De la corte de Castilla
. .

De Andalucía y Sevilla Tocino fiambre. De un macho con guarniciones


,
,

Unos á otros preguntan LISEO. Verdes y estribos de palo,


Unos de los otros cuentan Se apea un hidalgo.
Pues ¿á quién puede ¡lesar
Y entablan discursos largos De oír nombre tan hidalgo? LISEO.
De provisiones y cargos Turin me has de dar algo
, si Malo,
Cosas que el vulgo alimentan. ¿Qué cosa me puedes dar Si la merienda me pones.
¿No tomaste las medidas'/ Que tenga igual á ese nombre?
TCKIX. TURIN. ESCENA II.

Una docena tomé Esto y una hermosa caja.


ÜNESTUDIANTE,</eCfl/n¿ní).— Dichos.
De imagines, con la fe LISEO.
Que son de España adquiridas, Dame de queso una raja ESTUDi.\NTE. (Dentro.)
Por milagrosas en todo
Que nunca el dulce es muy hombre. Huésped ¿habrá qué comer? [Sale.)
Cuanto en aquesta ocasión ,

Las tiene la devoción TURIN. LISEO.


Do España, Esas liciones no son Seáis, Señor, bien llegado.
LISEO. De galán y desposado. ESTUDIANTE.
Pues de,se modo. LISEO. Y vos en la misma hallado.
Lleguen las postas y vamos. Aun agora no he llegado. LISEO.
TdlUN. TURiy." ¿A Madrid?
¿No has de comer? Las damas de corte son ESTUDIANTE.
LISEO. Todas un lino cristal. Déjele ayer,
Esperar Transparentes y divinas. Cansado de no salir
A que guisen es pensar LISEO. Con pretensiones cansadas.
Que á media noche llegamos; Turin , las mas cristalinas LISEO.
Y un desposado Turin , Comerán. Esas van adjetivadas
; ,; , ;: , , , , , : : , ,; ;:

CARPIÓ.
COMEDL\S ESCOGIDAS DE LOPE DE VEG.\
¿i)8 Tiene muchas flores de oro.
i
USEO.
Con esperar y sufrir. i NISE.
Holííara.porirconvos, Contemplo de sangre igual
Bien las merece Heliodoro,
Lleváramos un camino. Dos cosas tan desiguales ;

Griego poeta divino.


ESTUDIANTE. Mas ¿cómo en dotes lo son?
CELIA.
Que hermanas, era razón
alo que imagino,
Si vais tuvieran iguales. ¿Poeta? Pues parecióme
Que los
Nunca lo permita Dios. ESTUDIANTE. Prosa.
IiSEO. NISE.
Oigo decir que un hermano
No llevo qué pretender; De" su padre le dejó
Es que hay poesía
A negocio lieclio voy. Esta hacienda porque vio ,
En prosa.
¿Sois de ese lugar? CELIA.
Que sin ella fuera en vano
ESTUDIANTE. No lo sabia
Casarla con hombre igual I

Si soy.
A su noble nacimiento Miré el principio y cánseme.
LISEO. Supliendo el entendimiento NISE.
Luego ¿podréis conocer Con el oro. Es que no se da á entender,
MSEO.
La persona que os nombrare? Con el artiíicio griego.
ESTUDIANTE. Él hizo mal. Hasta el quinto libro, y luego

Es Madrid una talega ESTUDIANTE. Todo se deja entender


De piezas, donde se anega Antes bien , porque con esto Cuanto precede á los cuatro.
Cuanto su máquina pare. Tan discreta vendrá á ser CELIA.
Los reyes, Roques y aríiles 1
Como Nise. En fin ¿es poeta en prosa?
Conocidas casas lienen, TURIN. NISE.
Los demás que van y vienen ¿Has de comer?
Son como peones viles.
Y de una historia amorosa
LlSEb.
contusión. Digna de aplauso y teatro.
Todo es allí
LISEO.
Ponme lo que dices presto... Hay dos prosas diferentes
—Aunque ya puedes dejallo. Poética é historial
No es Octavio pieza vil. ESTUDIANTE. La historial , lisa y leal.
ESTUDIANTE. Muestra verdades patentes
¿Mandáis, Señor, otra cosa?
Si es quien yo pienso , es arfil LlSEO. Por frasi y términos claros
Y pieza de estimación. La poética es hermosa
Serviros.
EISEO. Varia, culta , licenciosa
{Vase el Estudiante.) Y oscura en ingenios raros
Quien yo digo es padre noble
Dedos"hijas. Tiene mil exornaciones
ESTUDIANTE.
ESCENA III.
Y retóricas figuras.
CELIA.
Ya sé quién LlSEO, TURIN.
Pero dijérades bien Pues de cosas tan obscuras
Que de una palma y un roble. LISEO. ;
"
Juzgan tantos?
Qué linda esposa !—
NISE.
LlSEO. ¡
No le pones,
¿Cómo? Ponte, Turin, á caballo;
ESTUDIANTE. Que ya no quiero comer. Celia, pequeña objeción
Que entrambas lo son TURIN. Pero asi corre el engaño
Del mundo.
Pues Nise bella es la palma Ten paciencia , pues no es hecho.
Finea un roble sin alma LlSEO. ESCENA V.
De discurso y de razón.
Que me ha de matar sospecho
Y aun pienso que oí contar Si es necia y propría mujer. FINEA, UN MAESTRO DE LEER.
Que la casaba. Dichas.
TURIN.
USEO. {Aparte á Turin.)
¿No escuchas? Como tú no digas sí, FlNEA.
¿Quién te puede cautivar?
ESTUDIANTE. Ni en todo el año
LlSEO.
Verdad es que no habrá muchas Saldré con esta lición.
Verla ¿no me ha de ma,tar. CELIA.
Que la puedan igualar
riquísimo dote Aunque es basilisco en mí? maestro.
Én el
TURIN.
Tu hermana con su
Mas ay de aquel desdichado
i NISE.
Que espera una bestia al lado No, Señor.
¿Conoce las letras ya?
Pues mas de algún marquesote LlSEO.
También advierte CELIA.
A codicia del dinero,
Pretende la boberia Que, siendo tan entendida En los principios está.
Destadama, y á porfía Nise me dará la vida
,
MAESTRO.
Hace su calle terrero. Si ella me diere la muerte. Paciencia , y no letras,
muestro.
LISEO. {Vanse.) ;QuéesesU?
*"
FINEA.
(4n.Yo llevo lindo concierto.)
voy. {Ap. á Turin.) Letra será.
A gentiles visUis Mailiid.
TURiN. {Ap. ú su amo.) Sala en casa de Octavio, en MAESTRO.
Disimula. ESCENA IV. ¿Letra?
"
FINEA.
LlSEO.
Tal estoy, {Ap- d Turin.) NISE, CELIA. Pues ¿es Otra cosa?
Que apenas á hablar acierto.— MAESTRO.
NISE. Qué hermosa
En fin, Señor, Nise ¿es bella ¡
sino el alba !{Ap.
No i

Y discreta? ¿Dióte el libro?


CELIA. Bestia!)
ESTUDIANTE. FiNEA.
Es celebrada Y tal ,
que obliga
¡Ah, si, ya, ya, ya, ya!
deseada A no abrille ni tocalle.
Por única , y El alba debe de ser.
Por las partes que hay en ella, NISE.
Cuando andaba entre las coles.
De gente muy principal. Pues ¿porqué? MAESTRO.
LlSEO. CELIA.
Por no ensucialle Esta es K: los españoles
¿Tan boba es esa Finea? No la solemos poner
Si quieres que le lo diga.
ESTUDIANTE. nuestra lengua jamas.
En
que lo sea.
En Cándido pergamino I

Mucho sentís
! ; ! , , ,,, , !, , ; , , ,

LA DAMA BUBA.
209
Usanla mucho alemanes MAESTpO.
!

NISE.
Y flamencos. Aprende á deletrear. Quiere ol padre uuestro
FINEA. (Dale una palmeta, y ella echa á correr Que aprendamos.
¡Qué galanes tras él.)
FINEA.
Van todos estos detrás! FINEA.
r.. ,
^3 yo sé
MAESTRO. ¡Oh perro! ¿Aquesta es palmeta? El padre nuestix).
Letras son estas también. MAESTRO. NISE.
FINEA. Pues ¿qué pensabas ? No digo
¿Tantas hay? FINEA. Sino nuestro , y el castigo
el
MAESTRO. Aguarda. {Le embiste.) Por darte memoria fué.
Veinte y tres son. CELIA. FINEA.
FI.NEA. Ella le mata. Póngame un hilo en el dedo
Ahora , vaya de lición MAESTRO. Y no aquel palo en la palma.
Que yo la diré muy bien. Ya tarda CELIA.
MAESTRO. Tu favor, Nise discreta. ¿Mas que se tésale el alma
¿Qué es esta? NISE.
Si lo sabe?
A tu maestro! ¿Qué FINEA.
FI.NEA. ¡ es esto?
MAESTRO. Muerta quedo.
¿Esta? No sé.
Ténganla ahí. ¡
üh Celia no se lo digas
!

MAESTRO. Y verás qué te daré.


FINEA.
¿Y esta?
FINEA.
Hame dado ESCENA
Causa. VII.
No sé qué responda.
MAESTRO. ¿Cómo?
NISE. CLARA.— Dichas.
¿Y estotra? FINEA. CLARA.
FINEA. Hame engañado. Topé contigo, á la fe.
¿Aquella redonda? MAESTRO. NISE.
Letra. ¿Yo engañado? Ya , Celia , las dos amigas
MAESTRO. NISE. Se han juntado.
¡Bien! Dilo presto. CELIA.
FINEA. FINEA. A nadie quiere
Luego ¿acerté ? Estaba aprendiendo aquí Mas en todas las criadas.
MAESTRO. La letra bestia y laK... CLARA.
¡Linda bestia! NISE. Dame albricias tan bien dadas
FINEA. La primera sabes ya. Como el suceso requiere.
¡Ah, si, sí, sí! FINEA. FI.NEA.
Bestia, por Dios, se llamaba; Es verdad , ya la aprendí — ¿De qué son?
Pero no se me acordaba. Sacó un zoquete de palo CLARA.
MAESTRO. Al cabo una media bola Que ya parió
Esta es R... y esta es I.
Pidióme la mano sola Nuestra gata la romana.
¡Mira qué gentil regalo! FINEA.
FI.\EA.
Y luego que la tomó ¿Cuándo, Clara?
Pues si tú lo traes errado... Toma , y zas, el palo asienta CLARA.
CELIA. (A Nise.) Que pica como piniieutá
Esta mañana.
] Con qué pesadumbre están Y la mano me abrasó.
FINEA.
MAESTRO. NISE.
¿Parió,^ el tejado?
Di aqui : B,a,?i, ban. Cuando el discípulo ignora,
Tiene el maestro licencia CLARA.
FINEA.
¿Dónde van? De castigar. No.
MAESTRO. FINEA. FINEA.
¡Gentil cuidado! ¡ Linda ciencia Pues ¿dónde?
CLARA.
FINEA. MAESTRO.
.\unque me diese Señora
I

En el aposento;
Que se van ¿no me decías? ,

Que cierto se echó de ver


Vuestro padre cuanto tiene,
MAESTRO. Su entendimiento.
No he de dalle otra lición. {Vase.)
Letras son , míralas bien.
FINEA.
Di aquí: B,e,n,ben.
FINEA.
ESCENA VI. Es mujer
Notable.
¿Adonde? NISE, FINEA, CELIA. CLARA.
MAESTRO. Escucha un momento.
Adonde en mis dias CELIA. Salía por donde suele
No te vuelva masa ver. Fuese, El sol, muy galán y rico,
Perdiendo el juicio estoy. NISE. Con la librea del rey.
FINEA. No tienes razón. Colorado y amarillo
¿Vén no dice? Pues ya voy.
,
Sufrir y aprender conviene. Andaban los carretones
FINEA. Quitándole el romadizo
MAESTRO.
Pues las letras que allí están Que (la la nothc á M;idiid...
Es imposible aprender.
Yo ¿no las aprendo bien? Aunciue no siMinií'i) me dijo
¡Vive Dios, que te he de dar
Una palmeta Vengo cuando dice ven , Que era la calle Mayor
Y voy cuando dicen vnn. El soldado mas antiguo ,
FINEA. Pues nunca el mayor de Flándes
¿Tú á mi ? ¿Qué quiere, Nísc, el maestro,
Quebrándome la cabeza Presentó tantos servicios.
MAESTRO. Con ban, bin,bon? Dormían las rentas grandes,
Muestra la mano. Despertaban los oficios
CELIA. (.4/í.)
FINEA. Tocaban los boticarios
Ella es pieza Sus almireces de pino.
Hela aquí. I

De rey.
i Cuando la gata de casa
, ,; :,
,;, . ,, , ! ,, , , , , ;

ÓOO COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FEMSO.
Comenzó con mil suspiros ESCENA IX. i

¡Profundos
A decir «¡Ay, ay, ay. ay.
:
I

Que quiero parir, marido! »


LAURENCIO ,Dr.MU)0. FEMSO Conceptos!
Í,ev;iuto?e H'H'iiiuiínocho. LAURENCIO.
Dichas.
\ fué corrieiuio a decirlo Mucho se esconden.
A sus |iaiientes y deudos. niAIÍDO. DUARDO.
Que debeu de ser moriscos ; Tres fuegos, que corresponden,
Aqui. como estrella clara
Porque el lenguaje que haldiiii
A su hermosura nos guia. Hermosa Nise á tres mundos , ,
'

F.n liple de niunacillos. Dan l'unilameuto á los otros.


l-EMSO.
Si uü es jerigonza cutre ellos. KISE.
Ni es español ni latino. Y aun es del sol su luz pura.
Bien os podéis declarar.
\'inü una gala viuda . DUARUO. DUARDO.
Lai^a y compuesta deliocico heiniosura
¡ Oh reina de la Calidad elementar
(Sospecho que era su alnielaj. j

FEMSO. Es el caloren nosotros.


l)e negro y blanco vestido. I

¡OhNise! La celestial es virtud


Trujóle cierta manteca !

LAimE>C10. Qué calienta y qut; recrea


Desafinóse, y previno I

¡Oh señora ni ia! Y la angclicaes la idea


Kn qiié recebir el parlo i

Del calor.
Hubo temerarios gritos. MSE. I MSE.
No es burla ()arió seis galos.
:
Caballeros... Con inquietud
Tan remendados y lindos, FF.MSO.
Escucho lo que no entiendo.
Que pudieran á ser pias, ,
Esta vez DUARDO.
Tirar el coche mas rico'.
De un soneto de Duardo El elemento en nosotros
Regocijados bajaron
Por vuestro ingenio gallardo. Es fuego.
De los tejados vecinos, Os hemos de hacer jiiez.
Caballetes y terrados. MSE.
MISE. ¿Entendéis vosotros?
Todos sus deudos y amigos
Lamicol , Aramizaldo ¡A mi que soy de Finca
, DUARDO.
Marfuz, Marramao. Miscito Hermana y sangre! \
El claro sol que estáis viendo
Tumbahollin con IMel de zorra , LAL'P.ENCIO. Fmel cielo, fuego es,
Rabicorto, Zapaqiiildo; A vos sola Y luego el entendimiento
l'nos vestidos de blanco, Que sois Sibila española, Seráfico ;
pero siento
Y otros de negro vestidos, No Cumana ni Eritrea ; Que así difieren los tres :

Y otros con ropas de martas A vos por quien ya las gracias


,
Que que elementar se llama,
el
Kn cueras y zapalillos. Son cuatro y las musas diez Abrasa cuando se aplica.
De negro vino á la tiesta Es justo haceros juez. El celeste vivífica,
El gailardo Golosino, MSE. Y el sobreceleste ama.
Lulo que mo.straba entonces MSE.
Si ignorancias, si desgracias
De su padre el gaticidio.
Trujéradesá juzgar. No discurras, por tu vida
Cuál la morcilla presenta.
Era justa la elecion. Vete á escuelas.
Cuál el pez cuál el cabrito. ,

FEMSO. DUARDO.
Cuál el gorrión astuto,
Cuál el simple palomino. Vuestra rara discreción
I
Donde estás,
Trazando quedan agora. Imposible de alabar. I
Lo son.
Fué justamente elegida. MSE.
Para mayor regocijo,
Fn su gatesco senado. Oid , Señora , á Duardo. I
Yo no escucho mas.
Correr cañas cinco á cinco. TVISE. De no entenderte corrida.
Vén presto que si los ves Escribe fácil.
; Vaya soneto ; ya aguardo
el
Dirás que parecen niños, DUARDO.
Aunque de indigna, corrida.
Y darás á la parida Platón
DUAiíDO. (Lee.)
El parabién de los hijos. A lo que en cosas divinas
«La calidad elementar resiste Escribió, puso cortinas;
FINF.A.
Mi amor, que á la virtud celeste aspira Que lalcscual eslas, son
No me pudieras contar Y en las mentes angélicas se mira Maleiiiá ticas figuras
Cosa para el gusto mió Donde la idea del calor consiste.
De mayor contenlamiento. Y enigmas.
«No ya como elemento el fuego viste MSE.
CLARA. El alma, cuyo vuelo al sol admira; Oye, Laurencio.
Camina. Que de inferiores mundos se relira
{Hablan aparte.)
FINEA. A donde el serafín ardiendo asiste.
Tras tí camino. »No puede elementar fuego abrasar- FEMSO. (A Duardo.)
{Yanse Fine a y Clara.) La virtud celestial, que vivilica, [me; Ella os ha puesto silencio.
Invidia elverme á la suprema alzarme. DUARDO.
ESCENA VIII. xQuedondeel fuego angélico me apli- Temió las cosas obscuras.
¿Cómo podrá mortal poder tocarme? ca,
FEíMSO.
NISE CELIA.
, Que eteino y íin conlradicion implica.»
Es mujer.
MSE. DUARDO.
MSE. Ni una palabra entendí. La claridad
¿Hay locura semejante? DUARDO. Esa todos agradable,
CELIA. Que se escriba ó que se hable.
Pues en parle se leyera.
Y Clara es boba también. Que mas de alguno dijera MSE. {Ap. a Laurencio.)
MSE. Por arrogancia «Yo sí.»:
¿Cómo va de voluntad?
Por eso la quiere bien. La intención ó el argumento LAURENCIO.
CKLIA. Es pintar al que ya llega. tiene en
Libre d<;l amor que ciega
Como quien la tí.

La semejanza es bastante MSE.


La luz del entendimiento,
Aunque yo pienso que Clara Yo te la pago muy bien.
Es mas bellaca que boba.
A la alta conlemi)lacion
De a(|uel puro amor sin lin , No traigas contigo á quien
MSE. Donde es luego el seraiin. Me eclip.se el hablarte, así.
Con eso la engaña y roba. MSE. LAURENCIO.
Argumento é intención Yo Señora no me atrevo,
, ,

Queda entendido. Por mi humildad, á tus ojos;


! ;; ;, ;; — , , , !, ,; ; , , ,

LA DAMA BOBA. ÓOI


Que dando en
Se afrenta el rayo de Febo
viles despojos
ESCENA XI. Denme pues las doce á mr.
Que soy |)obre, con mujer,
;

Pero si quieres pasar LAURENCIO. Que dándome de comer,


Ai alma, hallarásla rica Es la mejor para mi.
De la fe que amor publica. Hermoso sois sin duda, pensamiento, Doyme á entender que poniendo
MSE. y aunque honesto también, con ser her- En Finea mis cuidados,
Un papel te quiero dar [moso, A cuarenta mil ducados
Pero ¿cómo podrá ser Si es calidad del bien ser provechoso Las manos voy previniendo.
Que deslos visto no sea ? Una p;irte de tres, que os falta siento. Esta , Pedro, desde hoy
Nise con un divino entendimiento Ha de ser la empresa liiia.
LAUnEKCIO.
Os enriquece de un amor dichoso; PEDRO.
Si en lo que elalma desea Mas sois de dueño pobre, y es forzoso Para probar tu osadia.
Me quieres favorecer,
Que en la necesidad falte el contento.
Mano y i)apel podré aquí En una sospecha estoy.
Si eloro es blancoy centro del descanso,
Asir juntos atrevido, \' el
LAURENCIO.
descansodel gusto, yo os prometo
Como íiiijas que has caido. ¿Y es?
Que tarda en navegar coii viento manso.
{Déjase Nise caer.) PEDRO.
Pensamiento, mudemos de sugelo
Si voy necio tras vos, y en ir me canso,
Que has de arrepenlir.
te
NISE.
Por ser necia esta mujer.
¡ Jesús Cuando vengáis tras mi seréis discreto.
DUARDO. LAURENCIO.

¿Qué es esto? ESCENA XII. ¿Quién ha visto de comer,


De descansar y vestir,
NlSE.
PEDRO. -LAURENCIO. Arrepentido jamás?
Caí. Pues esto viene con ella.
(Laurencio da la mano á Nise para le- PEDRO. PEDRO.
vantarla, y ella le entrega un papel.) ¡Qué necio andaba en buscarte A Nise discreta y bella,
LAURENCIO. {Ap. á Nise.) Fuera de aqueste lugar Laurencio, ¿dejar podrás
Con las obras respondiste. LAURENCIO. Por una boba ignorante?
NISE. Bien me pudieras hallar LAURENCIO.
Con el alma en otra parte. ¡Qué ignorante majadero!
Esas responden mejor
Que no hay sin obras amor. PEDRO. ¿No vés que el sol del dinero
LAURENCIO. Luego ¿estás sin ella aqui? Va del ingenio adelante?
LAURENCIO. El que es pobre, ese es tenido
Amor en obras consiste.
Ha podido un pensamiento Por necio, el rico por sabio.
NISE.
Divertir mi movimiento No hay en el nacer agravio.
Laurencio mió, á Dios queda. Por notable (|ue haya sido.
Desde mi fuera de mí.
Duardo y Feniso, adiós. Que con oro no se encnbi^
¿Nmica has visto la saeta
DÜARDO. Del reloj que en un lugar Ni liay falta en naturaleza
,
Y tanta ventura á vos Firme suele siempre estar, Que con la mucha pobreza
Como hermosura os conceda. Aunque nunca está quieta No se aumente y se descubra.
(Vanse Nise y Celia.) Y tal vez está en la una Yo tengo de enamorar
Y' tal en las doce estii"?
A Finea.
Pues ansí mi alma ya PEDRO.
ESCENA X. He sospechado
Sin hacer mudanza alguna
LAURENCIO, DUARDO, FEMSO. Deste puesto en que me ves, Que á un ingenio tan cerrado
Desde Nise que ha querido No hay [luerta por donde enlrac.
FEMSO. A las doce se ha subido LAUKE>CI0.
Que es número de interés. Yo sé cuál.
¿Qué os ha dicho del soneto
PEDRO. PEDRO.
Kise?
LAURENCIO. Pues ¿cómo es esa mudanza ? Yo no por ,
Dios.

LAURENCIO. LAURENCIO.
Que es muy extremado.
Porque la saeta soy. Clara, su boba criada.
DUARDO.
Que desde la una voy PEDRO.
Habréis los dos murmurado Por lo que el circulo alcanza. Sospecho que es mas taimi'il-.i
Que hacéis versos en efeto. Señalaba á Nise... Que boba.
LAURENCIO. PEDRO. LAURENCIO.
Ya no es menester hacellos Si. Demos los dos
Para saber murmurallos LAURENCIO. En enamorarlas.
Que se atreve á ccnsurallos PEDRO.
Quieu no se ati'eve á entendellos.
Pues ya señala á Finea.
PEDRO.
Oeo
DUARDO. Que Clara será tercera
¿Eso quieres que te crea?
Los dos tenemos que hacer Mas fácil.
Licencia nos podéis dar. LAURENCIO. LAURENCIO.
FEMSO. ¿Por qué no, si hay causa? De esa manera
Lasleyes de no estorbar PEDRO. Seguro va mi deseo.
Queremos obedecpr. Di. PEDRO.
LAURENCIO. LAURENCIO. Ellas vienen ; disimula.
Malicia es esa. Nise es una hora hermosa LAURENCIO.
Fiíiea las doce scni
FEMSO. Harélo, si está en mi mano.
Hora de mas bendición
No
es tal. Mas descansada y copiosa. PEDRO.
La divina Nise es vuestra A doce el olicial
las ¿Que ha de poder un cristiano
O por lo menos lo muestra. Descansa y bástale sor
,
Enamorar una nuila?
LAURENCIO. Hora entonces de comer. LAURENCIO.
Pudiera , á tener igual. Tan precisa y natural. Buena cara y talle tiene.
Quiero decir que Finca PEDRO.
{Vanse Duardo y Feniso.)
Hora de sustento es,
Asi fuera el alma.
(kiyo descanso , ya ve?
Cuánto el hombre le desea.
,; , ;, : ;; , , ! ,, ,, ! ,

30-2 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA XIII. LAURENCIO. CLARA.
Son los ospiritus nuestros; Si os vais, ¿cómo?
FLNEA, CLARA.— Dichos.
Porque el alma que yo tongo, {Vase Pedro.)
LAIREXCIO. A vuestro cuerpo se pasa.
Agora
FlNEA. ESCENA XIV.
Conozco, hermosa Señora, ¿Tanto pasa el que se casa?
FINEA, CLARA.
Que no solamente viene i'EiiRO. (.4 Clara.)
Él sol de las orientales Con él como OS digo, vengo
, FINEA.
Partes, pues de vuestros ojos Tan muerto por vuestro amor. ¿Has visto, Clara,
Sale con rayos mas rojos Que aijuesta ocasión busqué. Lo que es amor? Quién pensara
¡
Y luces piramidales. CLARA. Tal cosa
Y si agora , que salis , ¿Qué es amor? que no lo sé. CLARA.
Tan grande tuerza traéis, PEDRO. No hay pepitoria
Al mediodia ¿qué haréis?
¿Amor? Locura, furor. Que tenga mas menudencias
FINEA. De manos, tripas y pies.
CLARA.
Comer, no como decis Pues ¿loca tengo de estar? FINEA.
Vos, [liramides ni peros,
PEDRO. Mi padre, como lo ves.
Sino cosas provechosas. Anda en mil impertinencias.
Es una dulce locura.
LAURENCIO. Por (luieu la mayor cordura Mame (juerido casar
Esas estrellas famosas, Suelen los hombres dejar. Con un caballero indiano
Esos nocturnos luceros En comenzando á querer, Toledano ó sevillano.
Me tienen fuera de mi. Enferma la voluntad Tres veces me vino á hablar,
F1>EA. De una dulce enfermedad. Y esta postrera sacó
Si vos andáis con estrellas, CLARA. De la caja un naipecito,
¿Qué mucho que os tengan Muy repolido y bonito,
ellas No me la mandes tener
Arromadizado así?
Y luego (jue le miró,
Que no he tenido en mi vida Me dijo « Toma, Finea
:
AcosUJos siempre temprano, Sino solo sabañones.
Este es tu marido; » y fuese.
Y dormid con tocador. FINEA. (A Laurencio.) Yo, como en fin no supiese
LAl'RENCIO. Agrádanme las liciones. Esto de casar qué sea
¿No entendéis que os tengo amor LAURENCIO. Tomé el negro del marido.
Puro, honesto, limpio y sano? Tú verás, de mi querida Que no tiene mas de cara.
FINEA. Cómo has de querer asi Pero dime, amiga Clara
¿Qué es amor? Que es luz del entendimiento ¿Qué importa que sea polido
Amor. Este marido ó quien es
LAURENCIO.
FINEA. Si todo el cuerpo no pasa
¿Amor? Deseo. De la ropilla? que en casa
Lo del casamiento
FI.NEA.
Me cuadra. Ninguno sin piernas ves.
¿Deque? LAURENCIO. (Ap.) CLARA.
LAURENCIO. Y me importa á mí Digo que tienes razón.
De una cosa hermosa. FlNEA. Veamos, ¿tiénesleahí?
FINEA. Pues ¿llevaráme á su casa (Saca Finea de la manga un retrato en
¿Es oro ? Es diamante? Es cosa Y lendráme allá también ? nn naipe.)

Deslas que muy lindas veo? LAURENCIO. ¡Buena cara y cuerpo!


Sí , Señora. FINEA.
LAURENCIO.
FINEA. Sí;
No, sino de la hermosura
Yeso ¿es bien? Mas no pasa del jubón.
De una mujer como vqs.
LAURENCIO. CLARA.
Que como , lo ordena Dios
Para buen fin se procura. Y muy justo en quien se casa. Luego ¿este no podrá andar?
Y esta, que vos la tennis Vuestro padre y vuestra madre ¡Ay , los ojitos que tiene
Engendra deseo en njí. Casados fueron ansí FINEA.
De eso nacistes. Señor con Nise.
FINEA.
FINEA. CLARA.
Y yo ¿qué he de hacer aquí,
Si sé que vos me queréis? ¿Yo? ¿Si viene
LAURENCIO.
LAURENCIO. A casarte?
Sí. FlNEA.
Quererme. ¿No habéis oído
Que amor con amor se paga? FlNEA. No hay casar;
Cuando se casó mi padre, Que este que se va de aquí
FlNEA.
¿No estaba yo allí tami)Oco? Tiene pierna y tiene traza.
No sé yo cómo se haga
LAURENCIO. (Ap.) CLARA.
Que en mi vida no he querido.
Ni en la cartilla lo vi, ¡Hay semejante ignorancia! Y mas que con perro caza ;
Pedro me muerde á
.

Ni me lo enseñó mi madre Sospecho que esta ganancia Que el rní.

Preguntarólo á mi padre. Camina á volverme loco.


CLARA.
ESCENA XV.
LAURENCIO.
Esperad que no es
; ansí. Tu padre pienso que viene. OCTAVIO, NISE. — Dichas.
FlNEA. LAURENCIO.
OCTAVIO. {Ap. á Nise.)
Pues ¿cómo? Adiós , acordaos de mí.
FINEA. Por la calle de Toledo
LACRE.NCIO.
Que me place. Dicen que entró por la posta.
Destos mis ojos
[Vase Laurencio.) NISE.
Saldrán unos rayos vi\os
Como espíritus visivos CLARA. Pues ¿cómo no llega ya?
De sangre y de fuego rojos. ¿Fuese? OCTAVIO.
Que se entraráii por los vuestros. PEDRO. Algo por dicha acomoda.
FINEA. Sí,
Temblando estoy de Finea.
No, Señor; arredro vaya Y seguirle me conviene. NISE.
Cosa en que espíritus haya. Tenedme en vuestra memoria. Aquí está, Señor, la novia.
. ; —, ,, , !; , ; ,,

LA DAMA ÜOBA. 305


OCTAVIO OCTAVIO. OCTAVIO. (A Finea.)
Hija, ¿no sabes?... Calla, loca. ¡
Qué enfadosa
KISE. (Áp.) Sentaos, hijos, por mi vida. Que estás hoy! Calla, si quieres.
No sabe LISEO. FINEA. (.4 Liseo.)
Que esa es su desdicha toda. Turin... Aun no habéis dejado gota.
OCTAVIO.
TCRIN. Aguardad os limpiare.
,

Señor... OCTAVIO.
Ya está en Madrid tu marido.
FINEA. LISEO. (Ap. á Turin.) Pues ¿tú le limpias?
Siempre tu memoria es poca. ¡Linda tonta! FINEA.
¿i\ü me le diste en un naipe? OCTAVIO. ¿Qué importa?
OCTAVIO. ¿Cómo venis del camino? LISEO. (.4p.)
Esa es la figura soja ,
LISEO. Media barba me ha llevado.
Que estaba allí retratada; Con los deseosen hoja Lindamente me enamera.
Que lo vivo viene agora. Que siempre le hacen mas largo OCTAVIO. (Ap.)
FINEA. ¿Hay padre n)as desdichado?
ESCENA XVI. Ese mache de la noria Quiero , pues no se reporta
haber pedido, Llevarme de aqui á Finea.
CELIA, OCTAVIO, iMSE FFSEA. Pudieras ,
Que anda como una |)ersooa. LISEO. (Ap.)
CLARA luego LISEO y TLHLN.
; ,
MSE. Tarde descanso se cobra.
el
CELIA. Calla, hermana. Que en tal desdicha se pierde
Aquí está el señor Liseo, FINEA. OCTAVIO.
Alteado de una posta. Callad vos. Entrad adentro vosotras
OCTAVIO. OCTAVIO. A prevenirle la cama.
Mira, bija, que has de estar Aunque honesta y virtuosa FINEA.
Muv prudente y muy señora. Es Finea deste humor. La mía pienso que sobra
[Salen Liseo tj Turin, de camino.) I.ISEO. Para los dos.

Llegad sillas y almohadas. Turin, ¿Irujiste lasjoyas2 OCTAVIO. (Ap. á Finea.)


LISEO. TCRIJí. ¿Tú no ves
Esta licencia se toma No ha llegado nuestra gente. Que aun no están hechas las bodas?
Quien viene á ser hijo vuestro. Entra dentro.
LISEO.
FINEA.
OCTAVIO. Qué de olvidos se perdoi^an
Y quien viene á darnos honra.
¡
Que me place.
En un camino á criados
MSE.
LISEO. FINEA.
Agora, Señor, decidme ¿Joyas traéis? Vamos, hermana.
Cuál de las dos es mi esposa. TL'RIN. (Ap.) FINEA.

FINEA. Y le sobra Adiós, ¡hola!


Ya ¿no me ve? De las joyas el principio, (Vanse Nise, Finea, Clara y Celia.)
LISEO. Taiilo el jo se le acomoda. LISEO. (Ap.)
OCTAVIO.
Bien merezco Las del mar de mi desdicha
Los brazos. Calor tenéis. ¿Queréis algo? Me anegan entre sus ondas.
FINEA. (.4 Octavio.) ¿Qué os allije'í Qué os congoja? OCTAVIO.
Luego ¿no importa? LISEO. Yo también hijo , me voy
,

OCTAVIO. Agua quisiera pedir. Para prevenir las cosas.


Bien le puedes abrazar. OCTAVIO. Que |iara que os desi)Oseis
FINEA. liarnos mal el agua sola Con mas aplauso me tocan.
Traigan una caja. El cielo os guarde. (Vase.)
Clara... (Ap. á ella.)
CLARA. {Yase Celia.)
Señora... FINEA. ESCENA XVIU.
FINTA. A fe.
LISEO, TUWN.
Aun agora Si como venis agora
Viene con piernas y pies. Fuera sábado pasado.
el
LISEO.
CLARA.
Que hicimos yo y esta ilioza
Ln menudo... No sé
Esta ¿es burla ó jerigonza? NISE. De qué manera disponga
FINEA. Calla, hermana. Mis desdichas, Ay Turin! j

El verle de medio arriba TURIN.


FINEA.
Me daba mayor congoja. ¿Quieres quitarte las botas?
Mucha especie : es linda cosa.
OCTAVIO. (.4 Liseo.) LISEO.
Abraza á vuestra cuñada. ESCENA XVII. No, Turin, sino la vida.
LISEO.
¿Hay boba mas espantosa?
No fué la fama engañosa. CELI.V, con una caja y agua. — OCTA- TIRIN.
Que habló de vuestra hermo.sur.i. VIO. MSE , FLNEA , CLAHA LISEO,
,
Lástima me ha dado á mí,
NISE. TLÜIN. Consiileíando que ponga
Soy muy vuestra servidora. CELIA. En un cuerpo t;in hermoso
LISEO. Aquí está el agua. — Comed. El cielo un alma tan loca.
Lo que es el entendimiento LISEO.
LISEO.
A toda España alborota.
Cuando estuviera casado
La divina Nise os llaman: El agua sola provoca
Ponjue con su risa dice Por poder en causa protiia
Discreta sois como hermosa
Y hermosa con grande extremo. Que la beba y que no Coma. Me pudiera descasar.
La ley es llana y notoria
FINEA. {A su padre.) FINEA.
Pues concortando mujer
Pues ¿cómo requiebra esotra. El bebe como una muía. Con sentido, me des[)OSAn
Si viene á ser mi marido? TURIN. Con una bestia del campo
¿No es mas bobo? ¡Buen requiebro! Con una villana tosca.
, !, ; ,, , ; , ! , ,, , ,, ,

504 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE YEGA CARPIÓ.


TURIN. DÜARDO. Suelen enfermar los sal)ios.
Luego ¿no te casarás? No siempre vence el deseo FEMSO.
LISEO. El codicioso interés. Ella viene.
¡Mal haya la hacienda toda. FE.MSO. DUARDO.
Que coíi lal pensión se adquier*' De Nise la enfermedad Y con razón
Y con lal censo se cohva Ha sido causa bastante. Se alegra cuanto la mira.
Demás que aíinesla mujer. DUARUO.
Si bien es hermosa y moza ,
Ver á Finea ignorante
ESCENA II.
¿Que puede parii de mi
Templará su voluntail.
Sino tigres, leones y onzas? NISE, CELIA.— Dichos.
LAURENCIO.
TIRIN.
Menos lo está que solía. NISE. {Ap. á Celia.)
Ese es engaño, pues vemos Temo (pie amor ha de ser
Por experiencia notoria
Mucho la historia me admira.
Artilicíoso á encender CELIA.
Mil hijos de padres sabios
Piedra tan helada y fria.
Amores pienso que son.
Que, de necios, los deshonran.
D CARDO. Fundados en el dinero.
LISF.O.
Tales milagros ha hecho N1.SE.
Es verdad que Cicerón
:
En gente rústica amor.
Tuvo á Marco Tu lio en Roma Nunca fundó su valor
Que era un caballo, un camello. FEMSO. Sobre dineros amor;
TIRI.N.
No se tendrá por menor Que busca el alma primero^
Dar alma á su rudo pecho. DUARDO.
De la misma suerte consta
Que de necios padres suele LAURENCIO. Señora, á vuestra salud
Salir una íénix sola. Amor, señores, ha sido Hoy cuantas cosas os vert
Acpiel ingenio profundo Daii alegre parabién
LISEO.
Que llaman alma del minado, Y tienen vida y quietud¡^
Turin, por lo general
Y es el dolor que ha tenido Que como vuestra virtud
Y es consecuencia forzosa Fué sol (¡ue las alumbró,
La cátedra de las ciencias
Lo semejante se engendra. Porque solo con amor Mientras ella se eclipsó.
Hoy las palabras se rompan,
Aprende un hombre mejor También lo estuvieron ellas;
líómpanse letras y firmas
Sus divinas diferencias. Que hasta ver vuestras estrellas.
Que ningún tesoro cobra Fortuna tiempo
Ansí lo sintió Platón, el coiri<)»
La libertad. Aun si íuera
Mas como priinaveía
Esto Aristóteles dijo; la
^ise...
Que como del cielo es hijo Sale con pies de marfil
TCRIX.
Es lodo contemplación. Y el verde velo sutil .

¡Oh qué bien te repollas!


Deila nació admirarse.
el Tiende en la alegre; ribera ,
Dicen que un hombre enojado Del admirarse nació Corre el agua |jlacenlera
Que colérico se arroja.
que dio
El filosofar, Cantando los ruiseñores,
Si le ponen un espejo
Luz con que pueda fundarse. Y van creciendo las flores ;
Que represente su sombra Todo es ciencia arlilícial, Así vos salís, mostrando
En mirando en él su imagen
Y á amor se ha de agradecer; Vuestra salud y sembrando
,
Se templa y desapasiona. Que el deseo de saber En campos de almas amores.
Asi tú, como tu gusto Es al hombre natural. FENISO.
Miraste en su hermana herniosa
No dudo ya que á Fineo Ya se ríen estas fuentes,
(Que el gusto es cristal del alma Como comience á amar.
él la
Pues su libertad pregona), Y son perlas las que dierqn
Le deje amor de enseñar, Lágrimas, con que sinlier-on
Luego templaste tu ira. Por imposible que sea. Vuestros cristales ausentes;
LISEO.
FENISO. Ya las aguas sus corrientes
Es verdad porque ,
ella sola
Está bien pensado así"; Hacen inslrumcntos claros
El enojo de su |)adre,
Y su padre tendrá intento Para poder celebraros;
Que, como ves, me alborota ,
Por dicha en el casannenlo Todo se anticipa á veros,
Me puede quitar, Turin. Que ame y sepa. Y todo intenta ofreceros
TLRIN. Con que procure alegraros.
nUARDO.
¿Que no hay que tratar desoirá?
Y yo de aquí,
Pues si con veros hacéis

LISEO. Tales cfelos agora


Infamando amores locos,
Pues ¿he de trocar la vida En limpio vengo á sacar Donde no hay almas. Señora,
Por la muerte temerosa Que pocos saben amar Mas de las (pie vos ponéis.
,

Y por un demonio un ángel ? En lugar que saben pocos. En mí ¿(pié efetos haréis
Este venturoso dia,v
TÜRIX. LAURENCIO.
Visto con tanta alegría
Digo que razón te sobra; ¡Linda malicia! Después de tantos enojos,
Que no está el gusto en el oi o FENISO.
Siendo vos luz destos ojos.
Que son el oro y las horas Extremada. Siendo vos alma en la mia?
Muy distiulas. DUARDO. LAURENCIO.
LISEO.
Difícil cosa es saber. A estar enfermo llegué
Desde aquí
LAURENCIO. El tieiniiO(iue lio os serví;
Picnuncio la dama boba.
Sí pero fácil creer
;
Que fué lo mas que senU,
Que sabe el que poco ó nada. Aunque sin mi culpa fu¿.
FENISO. Yo vuestros males pasé.
Como cuerpo que ¡mimáis;
ACTO SEGUNDO. ¡Qué divino entendimiento
Tiene Nise
Vosmoviiiiiciito me dajs.

DUARDO. Yo soy instrumento vuestro;


Sala que da á un jardín
Que en mi vida y salud muestro
, en casa de Octavio. Celestial.
Todo lo (jue vos pasa-is.
FEMSO.
ESCENA PRIMERA. Parabién me den á mí
¿Cómo, siendo necio el mal, De la salud que hay en vos,
LALRENCIU, DLARUO, FEMSO. Ha tenido atrevimiento Pues que vivimos los dos
Para hacer tales agravios Con la (]ue mostráis aquí;
LAURENCIO. De tal ingenio y desprecios?
Solamente os ofendí.
En fin se ha pasado un mes,
, LAURENCIO. Ya que la disculpa osmuesiro.
Y no se casa Liseo. Porque de sufrir á necios En que este mal (juí; fué nuííslro
! ; ,;: ;;
!, ,,; ! , , ,

LA DAMA DOBA. oOo


Solo tenerle clebin, Y en un mes, y aun algo menos. ESCENA V.
No vos, que sois alma mia Es su creciente y menguante.
Yo sí, que soy cuerpo vuoélr^ Tú en la tierra, y de Madrid, LAURENCIO, LISEO.
MSE. Donde hay tantos vendábales
Pienso que de oposición De intereses en los hombres LAURENCIO.
Me dais los Ires parabién.
No fué milagro mudarte. ¡Qué airada!
Ay, Laurencio, qué buen pago
¡
LISEO.
LAURENCIO.
De fe y amor tan constante Espantóme que te trate
Y es bien, pues lo sois por quien Yo enfermé de mis tristezas.
Viven los que vuestros son. Con esos rigores Nise.
Que son bien terribles males
NISE. Por regalos tuyos tuve LAURENCIO.
Divertios, por mi vida, Engaños, mentiras, fraudes Pues, Liseo, no te espantes;
Cortándome algunas florfes Pero pues tan duros fueron Que es defeto en los discretos
Los^íIds, |)ues con sus colores Di que me diste diamantes. Tal vez el no ser afables.
La diferencia os convi(fti Dile, Celia, lo que has visto. LISEO.
Desejardin, porque quiero CELIA. ¿Tienes qué hacer?
Hablar á Laurencio un poco. Ya, Laurencio, no te espante LAURENCIO.
DCARDO. (Áp.) De que Nise, mi señora, Poco ó nada.
Ouien ama y sufre, ó es loco Desta manera te trate :
LISEO.
O necio. Yo sé que has dicho requiebros
Pues vamonos esta tarde
FEMSO. (Ap.) A Finca.
Por el Prado arriba.
¿Tal premio espero? LAURENCIO.
LAURENCIO.
DLARDO. (,4/J.) ¿Que levantes,
Celia, tales testimonios? Vamos
No son vanos mis recelos. Donde quiera que tú mandes.
CELIA.
FESISO. {Ap.) LISEO.
Ella le quiere. Tú sabes que son verdades
Y no solo tú á mi dueño Detrás de los Recoletos
DCARDO.
Ingratamente pagaste, Quiero hablarte.
Yo haré LAURENCIO.
Un ramillete de fe,
Pero tu Pedro, el que tiene
(Ap. Pero sembrado de celos.)
Detus secretos las llaves. Si el hablarme
Ama á Clara tiernamente No es con las lenguas que dicen
{Vanse Duardo y Feniso.) ¿Quieres mas que te declare? Sino con las lenguas que hacen
LAURENCIO. (Aunque me espanto que sea)
ESCENA III.
Tus Dejaré caballo y pajes.
celos han sido, Celia,
LAURENCIO, NISE , CELI.\. Y quieres que yo los pague. LISEO.
¡Pedro á Clara! ¡Yo á la boba! Bien puedes. (Vase.)
LACREXCIO. NISE. LAURENCIO.
Ya se han ido. ¿Podré yo; Laurencio, si la enseñaste, Yo voy tras ti.

Nise, con mis brazos darte ¿De qué te quejas de aquello


Parabién de tu salud ? En que de necio no caeg? ESCENA VI.
Astrólogo me
pareces;
NISE.
Que siempre de ajenos males LAURENCIO.
Desvia, fingido, fácil.
Sin reparar en los .suyos,
Lisonjero, engañador. ¡
Qué celoso y qué arrogante!
Largos pronósticos hacen. Finea es simple sin duda
Falso, inconstante, mudable, :

;0h quién os oyera juntos! De haberle contado, nace


Hombre que en un mes de ausencia Debéis de hablar en romances,
(Que bien merece llamarse Mis amores y papeles.
Porque un discreto y un necio Ya para consejo es tarde;
Ausencia la enfermedad)
No pueden ser consonantes. Que deudas y desafios,
El pensamiento mudaste.
Ahora déjame, Laurencio. A que los honrados salen.
Pero mal dije en un mes.
Porque puedes disculparte LAURENCIO. Para trampas se dilatan ,
Señora... Y no es bien que se dilaten.
Con que mi muerte creíste; (Yase.)
Y si mi muerte pensaste, ESCENA IV.
¡Con gentil atrevimiento ESCENA VII.
Pagaste el amor que sabes, LISEO. — Dichos.
Mudando el tuyo en Finca LISEO. {Ap.\
FINEA, UN MAESTRO DE DANZAR.
LACRENCIO. Esperaba tarde MAESTRO.
¿Qué dices? Los desengaños; mas ya
MSE. ¿Tan presto se cansa?
No quiere amor que me engañe.
FINEA.
Pero bien haces. NlSE.
Tú eres pobre y ella rica. Suelta.
Sí;
Tú discreto, eíla ignoraute; LADRENXIO. Y no quiero danzar mas.
buscaste lo que no tienes, No quiero. MAESTRO.
Y lo (|uetienes dejaste. LISEO. Como no danza á compás,
Discreción tienes, y en mí ¿Qué es esto? Hase enfadado de si.
La que celebrabas antes NISE. FINEA.
Dejas con mucha razón;
Dice Laurencio que rasgue Por poco diera de hocicos
Que dos ingenios iguales Unos versos (|ue me dio.
No conocen Saltando. Enfadada vengo.
superior,'
De cierta dama ignorante ¿Soy yo urraca que andar tengo
Y por dicha imaginaste Y yo digo que no quiero.
,

Que quisiera yo el imperio Por casa dando sálticos?


Queá los hombres debe darse. LAURENCIO. Un paso, otro contrapaso...
Tú podrá ser que lo alcances Floretas, otra llórela...
LAIRENCIO. De Nise: ruégala tú. ¡Qué locura!
¿Quién te ha dicho que yo he sido LISEO. MAESTRO.
En un mes tan inconstante? Si algo tongoque rogarte ¡Qué imperfeta
NISE. Haz algo por mis memoiias, -
Cosa! ¡En un in'rmoso vaso
¿Parécete poco un mes? Y rasga lo que tú sabes'. Poner la naturaleza
Yo te disculpo, no hables ; NISE. Licor de un alma tan ruda.
Que la luna está en el ciclo Dejadme los dos. Con que ya salga de duda.
Sin intereses mortales, (lase, y Celia la si'jue.) Que uo es alma la belleza
L-t. 20
, ,; , ; , ,, , , ! , , , , ) ,

snc. COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


riNEA. FINEA. riNEA.
Maestro... Yo os ¡uro aunqu(> nunca ingrata
.
¿Y el papel?
MAESTRO. Que no hay mayor monlocata CLARA.
Señora niia... En todo el mundo (¡ue yo. Libre quedó,
FINEA. MAESTRO. Como el santo de pajares.
El creer es cortesía.
Sobraron estos renglones
Traed mañana un lamboril. Donde hallarás mas razones
M..ESTRO. Adiós ; que soy muy cortés. (Vasc.)
Qut! en mi cabeza aladares.
Ese es instrumento vil Mas bien se podrá leer.
Aunque de imuha alegría. ESCENA VIII. Toma y lee.
FIXEA. FINEA.
CLARA.— FINEA.
Que soy mas afieionada Yo sé poco.
A cascabeles confieso.
CLARA. CLARA.
MAESTRO. ¿Danzaste? Libre Dios de un fuego loco
Es muy de caballos eso. FINEA. La estoi)a de una mujer.
FIXEA. ¿Ya no lo ves?
Haced vos lo que me agrada Persiguenme todo el dia ESCENA IX.

OCTAVIO. — Dichas.
(,>ueno es mucha rustiqueza Con leer, con escribir.
Kl traellos en los pies; Con danzar, y todo es nada ;

Harto peor pienso que es Solo Laurencio me agrada.


OCTAVIO. (Dentro.)
Traellos en la cabeza. CLARA. Yo pienso que me canso en enseñarla :
MAESTRO. ¿Cómo te podré decir Ni el leer ni el danzar aprender puede,
(Ap. Quiero seguilie el iiumor.) Una desgracia noíable? Aunque está menos ruda que solía.
Vü baié lo que mandáis. FINEA. (Sale.)
FI>EA. Hablando, porque no hay cosa FINEA.
Id danzando cuando os vais. Üe ilecir dilicultosa ¡Oh padre mentecato y generoso!
MAESTRO. A mujer (jue viva y hable. Bien seas venido.
Yo os agradezco el favor CLARA. OCTAVIO.
l'ero llevaré tras mi Dormir en dia de fiesta ¿Cómo mentecato?
Mucha gente. ¿Es malo? FINEA.
FINEA. FINEA.
Aquel maestro de danzar me dijo
Un pastelero, Pienso que no; Que era yo mentecata y enojóme; ,
l'n sastre y un zapatero Aunque si Adán se durmió. Mas él me respondió que este vocablo
¿Llevan la gente iras sí? Buena costilla le cuesta. Significaba una mujer que riñe,
MAESTRO. CLARA. Y vuelve luego con amor notable;
No; pero tampoco ellos Pues si nació la mujer Y como vienes tú riñendo agora
Por la calle iiaciendo van üe una dormida costilla Y has de mostrarme amor en breve rato.
Sus oficios. Que duerma no es maravilla. Quise también llamarte mentecato.
FINEA. FINEA. OCTAVIO.
¿No podrán, Por eso vengo á entender, Pues, hija, no creáis á todos hombres.
Si quieren 'i
Solo por esa advertencia. No digáis ese nombre; que no es justo.
MAESTRO. Por f|ué se andan tras nosotras FINEA.
Podrán bacellos; Los hombres, y en unas y otras No lo haré mas mas diga señor padre,
; ,

Mas yo no quiero danzar. Hacen tanta diferencia; ¿Sabe leer?


FINEA. Que si aquesto no es hablilla, OCTAVIO.
No entréis mas aqui. Deben de andar á buscar Pues ¿eso me preguntas?
MAESTRO. Su costilla, y no hay parar
FINEA.
Hasta topar su costilla.
No haré. Pues tome fior .su vida, y este lea.
CLARA.
FINEA. OCTAVIO.
Luego, si para el que amó
No quiero andar en un pié ¿Este papel?
Un año y aun mas, muy bien
Ni dar vueltas ni bailar. FINEA.
Le dirán los que lo ven.
MAESTRO. Que su costilla topó.
Si ,
padre.
Ni yo enseñar las que suenan FINEA. OCTAVIO
t
Disparates atrevidos. Oye Finea. ,
A lo menos los casados.
muy agradecido á la
FlNEA. {Lee.) «Estoy
CLARA. me haces aunque he p.>-
No importa que ;
los maridos «merced que ,

Sabia estás. »sado toda esta noche contemplando tu


Son los que mejor enseñan.
MAESTRO.
FINEA. «hermosura.» (Rásgale.)
Aprendo ya; FINEA.
¿Han visto la mentecata?
Que me enseña amor fpiizá ¿No dice mas?
FlNEA.
Con liciones de cuidados. OCTAVIO.
¿Qué es mentecata , villano?
No dice;
CLARA. y justamente
MAESTRO. Lo que falta rompí. ¿Quién te le ha dado?
Volviendo al cuento , Laurencio
Tened , Señora , la mano. M(í (lió un papel para tí. FINEA.
Es una dama que trata Piísemo á hilar... ¡Ay de mí! Laurencio, aquel discreto caballero
Con aspereza y rigor ¡Cuánto provoca el silencio De la academia de mi hermana Nise
\ quien la sirve... Puse en la estopa el papel Que dice que me quiere por extremo.
FINEA. Y como hilaba al candil, OCTAVIO.
¿Eso es? Y es la estopa tan sutil
(Ap.De su ignorancia mi desdicha temo.
MAESTRO. Prendióseme el copo en él.
¿Esto trujo á mi casa el ser hermosa
Cabezas hay disculpadas
Puesto que vuelve después Nise? EÍ galán, el lindo, el oloroso.
Con rnarisedumbrc y amor.
Cuando duermen sin cojines ¡

El afeitado , el limpio y el curioso


Y .sueños como rocines !

FI.\EA. ¿ Hale pasado mas con este acaso?


Que vienen con cabezadas.
¿Es eso cierto? Apenas el cofio ardió FINEA.
MAESTRO. Cuando, puesta en el de pies. Ayer en la escalera , al primer paso.
¿Pues no? Me chamusqué, ya me ves. Me dio un abrazo.
; , ; ,!! , ; , ,; , ; : , , ;

LA DAMA ROBA.
307
OCTAVIO. CLARA. ESCENA Xni.
{Ap. ¡En buenos pasos and a i
A tus palabras atenta
Mi pobre honor por una y otra banda ,
De tus mudanzas me admiro. OCTAVIO, TLRIN. — Dichos.
La discreta con necios en concetos, I Parece que te Irasformas
Y la boba en amores con discretos. I
En otra. OCTAVIO.
A estaño hay llevarla por castigo, [so.) FIXEA. Turin, ¿aquesta dices que es pendencia?
Ymas, quelo vendrá á entender suespo-
I

I
Én otro dirás. TURIX.
Hija mirad que estoy muy enojado.
,
I CLARA, Conocieron de lejos tu presencia
No os dejéis abrazar: ¿entendéis, hija? Y habrán disimulado.
I
Es maestro con quien mas
FIXEA. Para aprender te conformas.
I
OCTAVIO.
No haré mas ; y cierto que me pesa
k)
! FIXEA. ¡Oh caballeros!
Porclue nr.e pareció muy bien el hombre. ¿Solos aquí?
Con todo eso seré ,
OCTAVIO. Obediente al padre mió; LISEO.
i

Solo \niestro marido ha de ser digno i


Fuera de que es desvarío Como Laurencio ha sido
De esos abrazos. I Romper la palabra y fe. Tan grande amigo mió desde el dia
CLARA. Que llegué á vuestra casa ó á la mia,
ESCENA
I

X. Yo haré Salimonos entrambos mano á mano


lo mismo.
A
I

tratar nuesti'as cosas igualmente.


TÜRIN. — Dichos. I
FlNEA.
OCTAVIO.
I
No impidas
TIRIN. El camino que llevabas. Deesaamistadmelmelgo extrañamente,
Aquí vine aun jardín de un grande ami-
En
I

tu busca vengo. CLARA. I


[go
OCTAVIO. ¿No ves que amé porque amabas, Y me holgaré de que os volváis conmigo.
¿Quéhay, Turin? Y olvidaré porque olvidas?
LAUREXCIO.
TLRi>-. {Ap. á Octavio.) FIXEA. Vamos á acompañaros y serviros.
Que á matarse van al campo Harto me pesa de amalle
OCTAVIO. {Ap. á Turin.)
En este punto mi señor Liseo Pero á ver mi daño vengo.
Turin, ¿por qué lazon me has engañado?
Y Laurencio, un hidalgo marquesote. Aunque presumo que tengo
Que desvanece á Wse con sonetos. De olvidarme de olvidalle. TURIN.
{Yanse.) Porque en viéndolo habrán disimulado,
OCTAVIO.
[discretos, ^ Y porque en fin las mas de las pendencias
{Ap. ¿Qué importa que los padres sean Mueren por madurar; que á no ser esto,
Si les falta á los hijos la obediencia? No hubiera mmido
Campo. ya.
Liseo ¿habrá enfendido la imprudencia
OCTAVIO.
De ese Laurencio atrevidillo y loco, ESCENA
,
XII. Pues di, ¿tan presto
Y qne sirve á .su esposa? ¡Caso extraño!
¿Adonde irán? Se pudo remediar?
LAURENCIO, LISEO.
TÜRI>-. TURIN.
LAlíREXCIO. ¿Quemas remedio
Irán , si no me engaño,
Hacia los Recoletos agustinos. Antes , Liseo , de sacar la espada De no reñir que estar la vida en medio?
Me decid la ocasión que á esto os obliga.
OCTAVIO. {Yanse.)
LISEO.
Pueí vén tras mí. Qué extraños desati-
¡
Pues bien será que la razón os diga.
{\anse Octavio y Turin.) ["os
LAUREXCIO. Sala en casa de Octavio.
Liseo, si son celos de Finea,
ESCENA XI. Mientras no sé que vuestra esposa sea. ESCENA XIV.
Bien-puedo pretender, pues soy primero.
FL\EA, CLARA. NISE, FINEA.
LISEO.
CLARA. Disimuláis, á fe de caballero.
NISE.
Parece que se ha enojado Pues tan lejos andáis del pensamiento
De suerte te has engreído
Tu padre. De amar una mujer tan ignorante.
Que te voy desconociendo.
FINEA. LALREXCIO.
FINEA.
¿Qué puedo hacer? Antes de que lo diga no os espante
Que soy tan pobre como bien nacido De que eso digas me ofendo.
CLARA. Yo soy la que siempre he sido.
¿Por qué le diste á leer Y quiero sustentarme con su dote.
El papel? Y que lo diga ansí no os alborote. NISE.

FINEA.
Pues que vos, dilatando el casamiento. Yo te vi menos discreta.
Habéis dado mas fuerzas á mi intento FINEA.
Ya me ha pesado. Y porque cuando llegan obligadas Y yo mas segura á tí.
CLARA. A desnudarse en campo las espadas.
Va no puedes proseguir NISE.
Se han de decir verdades llanamente;
La voluntad de Laurencio. Que es hombre vil quien en el campo ¿Quién te va trocando asi?
Quién te da lición secreta?
FIXEA. LISEO. [miente.
Otra memoria es la tuya
Clara no la diferencio Pues yo os prometo de ayudaros
,
tanto. ¿Tomaste la anacardína?
Con el dejar desenlir. Que venga á ser tan vuestra como creo.
Yo no sé lo que esto ha sido FINEA.
LAURENCIO. Ni de Aria ni Catalina
Después que el hombre me vio.
Porque Y yo con Nise haré por bien , Liseo He tomado lición suya.
si es que siento vo
El se ha llevado
Lo (jue veréis. La misma (pie ser solía
el sentido.
Si como imagino en él
,
LISEO. porque solo he mudado
•Soy.

Si duermo le'estov soñando


,
Pues démonos las manos, Un poco de mas cuidado.
Y si bebo eslov mirando
,
Y no como fingidos cortesanos. NISE.
En agua su imagen del. Sino como si fuéramos de Grecia, ¿No sabes que es prenda mia
¿No has visto de qué manera Adonde tanto el amistad se precia. Laurencio?
Vuelve un espejo á (|uien mira LAURENCIO. FINEA.
Su rostro, que una mentira Yo seré vuestro Pilades.
Le hace forma verdadera?
¿Quien te empeñó
Pues lo mismo en ella miro
LISEO. A Laurencio?
Yo Oréstes. NISE.
Que el cristal me representa. {Abrázanse.) Amor.
, , : )! ! , , ; ; ; :

ÓOS COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CAlll'lO.


nXEA. kim;a. ESCENA XVI
¿A fe? ¿Veslotú?
Piios yo le desempeñé, LAVRE.NCIO. NISE. — Dichos.
Y el mismo amor me le dio. Yo no, jamás.
NISE.
MSE. FJNEA.
¡Oh qué bien!
Quitart'te dos mil vidas, Mi hermana me ha dicho aquí
Üoba dichosa. FINEA.
Que no has de pasarme á mí
FINFA. Huélgome, Nise, también;
Por el pensamiento mas.
Que ya no me dirás iuuÍík
No creas Por eso, allá te desvia,
Que Ya Laurencio no me pasa
si á Lanroncio deseas, Y no me pases por él.
Por el pensamiento á mi;
Í)t' Laiiiencio te dividas. LAURENCIO. Ya los ojos le volví,
Kii mi vida supe mas Piensa que ya estoy en él, Pues que contigo se casa.
lU' lo que él me dijo aquí:
Y echarme i'uera querría. En el lienzo los llevó,
liso sé y eso aprendí.
FINEA. Y ya me ha desabrazado.
MSE.
También ha dicho que en mi LAURENCIO. (Ap. áNise.)
Muy aprovechada estás.
Pusiste los ojos.
Desde hoy mas no ha de pasarte Tú sabrás lo que ha pasado
Por el iJcñsamiento. LAURENCIO. Con harta risa.
FI.NEA.
Dice NISE. {Ap. á Laurencio.)
Verdad no lo contradice
:
Aquí no.
¿Quién? El alma, que vive en tí. Vamos los dos al jardin
MSE.
nNEA. Que tengo bien que riñamos.
Laurencio.
Pues tú me has de quitar luego LAURENCIO.
riNEA.
Los ojos que me pusiste. Donde tú quisieres vamos.
Dices muy bieu.
¿No volverás á enojarle? LAURENCIO. {Vanse Nise y Laurencio.)
MSE. ¿Cómo, si en amor consiste?
Si los ojos puso en ti, FINEA. ESCENA XVII.
Quítelos luego. Que me los quites te ruego FINEA.
FI>EA. Con ese lienzo de aquí
Si yo los tengo en mis ojos. Ella se le lleva en fin.
Que sea
Como tú quieres. LAURENCIO. ;,Qué es esto que me da pena
MSE. No mas: cesen los enojos. De que se vaya con él?
{PóneJe el lienzo en los ojos.)
Estoy por irme tras él.
Finea
¿Qué es esto que me enajena
Déjame á Laurencio á mí. FINEA.
De mi propria voluntad?
Marido tienes. ¿Están en mis ojos? No me hallo sin Laurencio.
FINEA. LAURENCIO. Mi padre viene silencio.
:

No creo Sí. Callad, lengua; ojos, hablad.


Que reñiremos las dos.
FINEA.
MSE. Pues quita luego los tuyos, ESCENA XVUI. ^
Quédate con Dios. Que no han de estar en los míos.
FINEA. LAL'RENCIO. {Ap.)
OCTAVIO. — FINEA.
Adiós. ¡Qué graciosos desvarios! OCTAVIO.
{Vase Nise.) FINEA. ¿Adonde está tu esposo?
En qué confusión me veo
¡
Ponlos á Nise en los suyos. FINEA.
Hay mujer tan desdichada
¡
¿Llévastelos en el lienzo?
Todos dan en perseguirme.
Yo pensaba
LAURENCIO. Que primero en viéndome que hicie-
lo
Si , Señora ¿no lo ves?
:
Fuera saber de mí si te obedezco, [ras,
ESCENA XV. FINEA. OCTAVIO.

LALRENCIO.— FINEA. Laurencio, no se los des Pues eso ¿á qué propósito?


Que á sentir penas comienzo. FINEA.
LAUIIENCIO. Pues mas hay que el padre mío
; ¿Enojado
{Ap. Detente en un punto firme, Bravamente se ha enojado No me aquí que era mal hecl)o
dijiste
Fortuna veloz y airada Del abrazo que me has dado. Abrazar á Laurencio? Pues yo agora
Que ya parece que quieres LAURENCIO. Que me desabrazase le he rogado,
Ayudar mi pretensión, Mas ¿que hay otro desvarío? Y el abrazo pasado me ha quitado.
Oh qué gallarda ocasión OCTAVIO.
i
! FINEA.
¿Eres tú, mi bien? tal? Pues dime, bestia,
Taml)len me le has de quitar, ¿Hay ignorancia
IIXEA. No ine ha de reñir por esto. ¿Otra vez le abrazabas?
No esperes LAURENCIO. FINEA.
Laurencio, verme jamás Que no es eso
Todos me riñen por ti. ¿Cómo ha de ser?
Al principio fué hecho aíjuel abrazo,
FINEA.
LAURENCIO. Alto el brazo derecho de Laurencio,
Siendo [¡resto. Y agora levantó que bien me acuerdo,
Pues ¿ qué te han dicho de mi ? ,

¿No sabrás desabrazar? Ponjue fuese al revés,el brazoizquierdo.


FISEA.
Eso agora lo sabrás.
LAURENCIO. Luego desabiazada quedo agora.
¿Dónde está mi pensamiento? El brazo derecho alcé OCTAVIO. {Ap.)
Entonces, muy bien me acuerdo Cuando piensa que sabe, mas ignora.
LAtnENCIO. .Ahora alzaré el izípiierdo, Ello es querer hacer lo que no quiso
¿Tu pcnsamicnlo? Y el abrazo desharé. (Abrázala.) Naturaleza.
riXEA. FINEA. FINEA.
Sí. ¿Estoy ya desabrazada? Diga, señor padre,
LAURENCIO. LAURENCIO. ¿Cómo s(! llama aquello que se siente
En ti; Pues ¿no lo ves? Cuando se va con otra lo que se ama?
Porque estuviera en mí,
si OCTAVIO.
Yo estuviera mas contento. Ese agravio de amor celos se llama.
, ;;, , ,; ! , ; : ;;
, ,, ;, !

LA DAMA DOBA. -09


FINEA. ESCENA XX. ESCENA XXI.
¿Celos?
OCTAVIO. DUARDO, FEíMSO, PEDRO.— Dichos. OCTAVIO, NISE.-FINEA.
Si : ¿ tú no ves que son sus hijos? PEDRO. (Ap. á Dvardp y Feniso.)
MSE.
FINEA. Finea y Laurencio están Hablando estaba con él
El padre puede dítr mil reiíocijos. .Juntos. Cosas de poca importancia.
Yes muv hombre de bien; mas desdicha- DCARDO.
OCTAVIO.
Del que tan malos hijos ha criado, [do
Y fuera de sí.
él
Mira, hija, que esas cosas
OCTAVIO. {Ap.) LAL'RENCio. (Ap. á Duardo y Feniso.) Mas deshonor que honor causan.
Luz va tomando ya ; por cierto creo Seáis los tres bien venidos
Que si amor la enseñase aprendería. NISE.
,
A la ocasión mas gallarda Es un honesto mancebo
FINEA. Que se me pudo ofrecer;
¿Con qué se quita mal de celosía? Y pues de
Que de buenas letras trata,
el los dos el alma
A sola Nise discreta
Y léngole por maestro.
OCTAVIO.
inclina las esperanzas. OCT.WIO.
Con desenamorarse, si hay agravio.
Que es el remedio mas prudente y sabio. Cid lo que con Finea No era tan blanco en f.ranada
hermana está? Para mi remedio pasa. Juan Latino, que la hija
¿Dónde tu
DÜABDO. De un veinticuatro enseñaba
FINEA.
En esta casa parece
Y con ser negro y esclavo,
Junto á la fuente
Porque era su madre esclava
Con Laurencio se fué. Según por los aires andas.
Del claro duque de Sesa,
OCTAVIO. Que te ha dado hechizos Circe
Honra de España y de Italia,
¡Cansada cosa! ¡Nunca sales desta casa.
Vino á casarse con ella
Aprenda noramala á hablar su prosa. LAURENCIO.
Que gramática estudiaba
Déjese de sonetos y canciones. Yo voy aquí con mi ingenio Y la enseñó á conjugar
Allá voy á romperles las razones. ( Yase.) Haciendo una rica traza En llegando al amo amas;
FI>EA. Para hacer oro de alquimia. Que asi llama al matrimonio
¿Por quién en el mundo pasa PEDRO. El latín.
Esto que pasa por mi? La salud y el tiempo gastas. NISE.
¿Qué vi denantes? Qué vi Igual seria , Señor, De eso me guarda
Que ansí me enciende y abrasa? Casarte, pues todo cansa. Ser tu hija.
Celos dice el padre mib De pretender imposibles. FINEA.
Que son. Brava enfermedad
j LAURENCIO. ¿Murmuráis
Calla, necio. De mis cosas?
ESCENA XIX. PEDRO. OCTAVIO.
LAURENCIO. — FINEA. El nombre basta ¿Aqui estaba
Para no callar jamás; Esta loca?
LAl'RENCIO. Que nunca los necios callan.
FIXEA.
(Ap. Huyendo SU autoridad, LAURENCIO. {Ap. á Finea.)
De enojarle me desvio Ya no es tiempo
Si dices delante deslos De reñirme.
Aunque en parte le agradezco Cómo me das la palabra NISE.
Que excusase los enojos De ser mi esposa y mujer,
De Nise. Aquí están los ojos ¿Quién te habla?
Todos los celos se acaban.
A cuyos rayos me ofrezco.) FINEA.
OCTAVIO.
Señora... ¿Quién te riñe?
FIJÍEA.
¿Eso no mas? Yo lo haré.
FINEA.
Estoy por no hablarte LAURENCIO.
Nise y tú.
Porque te fuiste con Nise. Pues tú misma á los tres llama.
Pues sabed que agora acaba
LAURENCIO. FIXEA.
De quitarme el amor todo
No me fui porque yo quise. Duardo, Feniso, Pedro, Laurencio, como la palma.
FINEA.
Yo doy aqui la palabra OCTAVIO.
Pues ¿por qué? De ser esposa y mujer
De Laurencio. ¿Hay alguna bebería?
LAUREXCIO. FINEA.
FENISO.
Por no enojarle. Díjome que se quitaba
¡Cosa extraña!
FINEA. El amor con que le diese
LAURENCIO.
Yo estoy celosa de tí De su mujer la palabra
¿Sois testigos desto?
Porque ya sé qué son celos Y delante de testigos
Que su digno nombre ¡ay cielos! LOS TRES. Se la he dado y ya estoy sana
;
Si.
Me dijo mi padre aquí Del amor y de los celos
Mas también me dio el remedio. LAURENCIO. Que tanta pena me daban.
LAIREXCIO. Haz cuenta que ya estás sana 0CTA\n0.
¿Cuáles? Del amor y de los celos
Esta , Nise , ha de quitarme
FINEA. Que tanta pena te daban. La vida.
Desenamorarme FINEA.
MSE.
Y así podré sosegarme Dios te lo pague , Laurencio.
¡Palabra dabas
Quitando el amor de enmedio. LAURENCIO. De mujer á ningún hombre!
LAURENCIO. Venid los tres á mi casa ¿Tú no ves que eslás casada?
Pues eso ¿cómo ha de ser? Que tengo un notario allí. FIXEA.
FINEA. DUARPO. Para quitar el amor,
El que me puso el amor Pues ¿con Finea te casas? ¿Qué importa?
Me le quitará mejor. LAURENCIO. OCTAVIO.
LAlRENTtO. Sí , Duardo. Locura extraña
¡

Otro mejor puede haber. DUARDO. No entre aquí Laurencio.


FINEA. ¿Y Nise bella? NISE. (.4/;. á su padre.)
¿Cuál? LAURENCIO.
Es yerro
LAURENCIO. Troqué discreción por plata. engañan
Que él y Li,seo la
Los que vienen aquí {Vanse Laurencio, Duardo, Feniso y Y aquesta traza han tomado
.\1 remedio ayudarán. Pedro.) No mas de para ensoñaila.
. : ! ) , , ,, : ,, , : , ,,, ,

310 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


OCTAVIO. MSE. ESCENA II.
Quiéioine quitar de aquí;
¡Ob pues con eso yo callo.
!

Que (le maiKM-a me traía


CLARA. — FINEA.
FINtA.
Amor, que diré locuras.
CLARA.
¡Oh pues con eso nos lapas
!
LISEO.
La boca. En grandí! conversación
OCTAVIO. No os vais ¡oh Nise gallarda! Están de tu entendimiento.
Que después deslos favores.
Vén allá dentro. FINEA.
Quedará sin vida el alma.
{Áp. ;
Qné descanso de mis canas ! Huélgome que esté contento
NISE.
{Vaitse Octavio y Finca.) Mi padre en esta ocasión.
MSE. N'o puedo menos. (Va.?.-
CLARA.
Hame contado Laurencio Atribuyen al amor
ESCENA XXIV. De Liseo este milagro.
Que han tomado aquesta traza
El V Liseo poi- ver LAURENCIO , LISEO. FINEA.
Si aquesta rudeza labran, En otras ara? consagro
Y üo me parece mal LISEO. Mis votos, Clara, mejor.
Aqui Laurencio ha sido el maestro.
ESCENA XXII.
Estabas á mis espaldas!
¡

CLARA.
LISEO.— MSE. LALREACIO. Como Pedro lo fué mío,
Agora entré. FIXEA.
LlSEO. LISEO.
De verlos hablar me rio
:Hate contado mis ansias Luego ¿ á tí
En este milagro nuestro.
Laurencio , discreta Nise? Te hablaba y te requebraba.
CLARA.
MSE. Aunque me miraba á mí
Aquella discreta ingrata? Gran fuerza tiene el amor.
¿Qué me dices? ¿Sueñas ó hablas?
Catedrático divino.
LISEO.
LAURENCIO.
Liseo, aquesta es discreta;
Palabra me dio Laurencio
No podrás, si no la engañas,
ESCENA III.
Pe ayndar mis esperanzas,
Quitarle del pensamiento
Viendo que las pongo en ti. OCTAVIO, MISENO.— Dichas.
El inijiosible que aguarda;
NISE.
Porque yo soy de Finca. MiSF.xo. (.1/3. ú Octavio.)
Pienso que de hablar te cansas LlSEO.
Con tu esposa , ó que se embota Yo pienso (jue es el camino
En la rudeza que labras Simi remedio no trazas De su remedio mejot.
El cuchillo de tu ingenio,
Cuéntame loco de amor. Y ya pues habéis llegado
,

\ hablarla
[lara volver á
LAL'RENCIO. A ver con entendimiento
Quieres darte un filo en mi. Déjame el remedio y calla; A Finea que es
,
conteiyto
Porque burlar un discreto Nunca de vos esperad(^,
LISEO.
Es la mayor alabanza. A Nise podéis casar
Verdades son las que trata Con este mozo gallardo.
Mi amor, Nise; no mentiras. OCTAVIO.
Escúchame.
NISE. Vos solamente á t|uaido
¡Qué inconstancia, ACTO TERCERO. Pudiérades abonar.
¡\Iozuelome parecía
Qué locura, error, traición
Destos que se desvanecen,
A mi (ladre y á mi hermana!
Id en buen hora Liseo.
,
ESCENA PRIMERA. A quien agora enloquecen
La arrogancia y la poesía.
I-ISEO.
FINEA. No son gracias de marido
: manera me pagas
Desla Sonetos: Nise es tentada
Tan desatinado amor? Amor, divina invención
i
De académica endiosada,
MSE. De conservar la belleza Y á casa los ha Iraido.
Pues si es desatino, basta. De nuestra naturaleza. ¿Quién la mete á una mujer
Accidente ó elección! Con Petrarca y Garcilaso
ESCENA XXIII. Extraños efelos son Siendo su Virgilio y Taso
Los que de tu ciencia nacen, Hilar, labrar y coser?
LAURENCIO. — Dichos. Pues las tinieblas deshacen Ayer sus librillos vi
Pues hacen hablar los mudos Papeles y escritos varios;
LAURENCIO. (A/3.) Pues los ingenios mas rudOs Pensé qiie devocionarios
Hablando está con Liseo Sabios y discretos hacen. Y desta suerte leí
Si Liseo se declara, No há dos meses que vivia « Historia de dos amantes.
Nise ha de entender sin duda A las bestias tan igual Sacada de lengua griega,
Que mislisonjas la engañan. Que aun el alma racional RÍ7Tias de Lope de Vega,
Sospecho que ya me ha visto. '
Parece que nótenla: Calatea, áe CervanU's;
NISE. ¡
Con el animal sentía El zamores de Lisboa,
Ycrecia cnn la planta; Los pastores de Belén
Oh gloria de mi esperanza j

¡
La razón divina y santa Comedias de don Guillen
LISEO. I

Esta ha eclipsada en mí. De Castro, Liras de Ochoa,


¿Yo vuestra gloria , Señora? Hasta que tus rayos vi, Cien sinetos de Liñan
KISE. A cuyo sol me levanta. Y de Herrera el divino
Hanme dicho que me tratas Tú desalaste y rompiste Canciones. El peregrino.
Con traición; mas no lo creo; Laescuridad de mi ingenio, El picaro de Cuzman
Que no lo consiente el alma. Tú fuiste el divino genio Canción que Luis Vélez dijo
LISEO.
Que me enseñaste y me diste , En la academia del duque
La luz con que me pusiste De Pastrana, Obras de Luque,
¡Traición Nise! Si en mi vida
, »
En el lugar en que estoy Cartas de don Juan de Arguijo...
Mostrare amor á tu hermana, Mil gracias , doy,
amor, te Mas ¿qué os canso? Por mi vida,
Me mate un rayo del cielo. Pues me enseñaste lan bien Que se los quise quemar.
LAtKENCIO. iAp.) Que dicen cuantos me ven MISENO.
Es conmigo con quien habla Que tan diferente estoy.'
Casalda, y veréisla estar
Nise, y presume Liseo
Ocupada y divertida
Que le requiebra y regala.
, ; ;; , , ,; , , , , ! ;, ;

LA DAMA BODA. 3H
Ea el parir y el criar. A las dos llama á lición. TLRIN.
OCTAVIO. OCTAVIO. A ser dejar de querer
¡Qué gentiles devociones! Él viene á buena ocasión. A Nise, fuera el mejor.
Si Duardo hace canciones Vaya un criado á llamar LISEO.
Bien los podemos casar. Los músicos, porque vea El mismo, porque Finea
MISENO. Liseo á lo que ha llegada Me ha de vengar de su agravio.
Finea.
Es poeta caballero; TURIN.
No temáis, hará por gusto {Vase el criado.)
No te tengo por tan sabio.
Versos. Que esa discreción te crea.
OCTAVIO. ESCENA VI.
Y no ha de ser el casarse
Con mucho disgusto OCTAVIO, MSE, FINEA, LISEO, MI- Por vengarse de un desden
Los de Kise considero. Que nunca se casó bien
Temo y en razón lo fundo SENO, CLARA, TLHIN; iiK'go, EL
, Quien se casó por vengarse.
Si eu e.>to da que ha de haher ,
CRIADO, EL MAESTRO DE DAN- Porque es discreta Finea
Un don Quijote mujer ZAR, y MÚSICOS. Y porque el seso cobró
Que dé que reir al mundo. (Pues de Nise no sé yo
LISEO. (Ap.)
Que tan entendida sea).
ESCENA IV. Amor engañado. Será bien casarte luego.
Hoy volveréis á Finea;
íMSE LISEO, , TURLV— Diciíos. Que muchas veces anior.
LISEO.

Disfrazado en
Miseno ha venido rq tí;
LisF.o. (Ap. á Nise.) la vengau::a
Hace una justa mudanza Algo tratan contra mí.
Trálasme con tal desden,
Desde un desden á un favor. TURIN.
Que pienso que he de apelar
Adonde sepan tratar {Sale el criado.) Que lo mires bien le ruego.
Mis obligaciones bien. CRIADO. LISEO.
Pues advierte, Nise bella Ya losmúsicos venían. No hay mas: á pedirla voy.
Que ya Finea es sagrado (Salen los músicos y el maestro de TURIN.
Que un amor tan desdeñado danzar.) El cielo tus pasos guie
Puede hallar remedio eu ella. Y del error te desvie
OCTAVIO.
NI SE.
Muy bien venidos seáis. En que yo por Celia estoy.
Liseo , el hacerme fieros
LISEO. (Vase Liseo.)
(.4/;.)
Fuera bien considerado Que enamore amor á un liombre
Hoy, pensamientos, vengáis ]

Cuando yo te hubiera amado. Como yo! .\mor desatina.


Los agravios que os haciau.
LISEO. ¡
Que una ninfa de cocina.
OCTAVIO.
Los nobles y caballeros Para blasón de su nombre
NiseyFinea...
Como yo, se han de estimar MSE.
Ponga « .Aquí murió Turin,
:

No lo indino de querer. Entre sartenes y cazos «


Señor...
NISE.
Poner freno á la mujer OCTAVIO. ESCENA VIII.
Es poner límite al mar. Vaya aquí por vida mia
,

El baile del otro dia. LAURENCIO, PEDRO.-TUIUN.


Extrañas quimeras son
Que amor, como es acídente, (Cantan los músicos, y bailan Nisc y LAURE.\C10.
Tiéncse dontie se siente. Finea.)
Todo es poner embarazos
No donde fuera razón. LISEO. Para que no llegue el fin.
LISEO. Todo es mudanzas amor. PEDRO.
Eso, Señora, no es justo, MAESTRO. Habla bajo; que hay escuchas.
Y no lo digo con celos, Gallardamente por cierto. LAURENCIO.
Que pongáis falta á los cielos MISENO.
En la l)aieza del gusto.
¡Oh, Turin!
Dad gi-acias á Dios, Octavio, TURIN.
A lo que se hizo mal
No es bien decir: «Fué mi estrella.
Que os satisfizo este agi'avio. Señor Laurencio...
)>

• MSE.
OCTAVIO. LAURENCIO.
Yo no pongo culpa en ella (Ap. á Miseno. Tratemos nuestro con- ¿Tanta quietud y silencio?
Ni en
De Duardo con Finea.) [cierto TURIN.
el curso naturaJ
Hijas, yo tengo que hablar.
Porque Laurencio es un heliibre Hay obligaciones muchas
Tan hidalgo y caballero, FINEA. Para callar un discreto
Que puede honrar... \'o nací para agradar. Y yo muy discreto soy.
LISEO. OCTAVIO. (Ap.) LAURENCIO.
Paso. ¿Quién hay que mis dichas crea ? ¿Qué hay de Liseo?
NISE. (Vanse todos, menos Liseo y Turin.) TURIN.
Quiero A eso voy.
Que reverenciéis su nombre. ESCENA VII. Fuese á casar.
LISEO. PEDRO.
A no estar tan cerca LISEO, TURIN. ¡Buen secreto!
Octavio...
OCTAVIO. LISEO. TURIN.
¡
Oh Liseo! Turin... Está tan enamorado
LISEO. TURIN. De la señora Finea
¡Oh mi señor! Señor, ¿queme quieres? Sino es que venganza sea
MSE. (Ap.) LISEO. De Nise, que me ha jurado
Que se ha de tener amor
í. Quiérote comunicar
Que luego se ha de casar
Por fuerza ? Notable agravio í ¡ Uu nuevo gusto. Y es ido á pedirla á Octavio.
L.URENCIO.
TÜRIN.
ESCENA V.
Si es dar Podré yo llamarme á agravio.

UNCmADO. — Dicnos. Sobre tu amor par(>ceres. TURIN.


Busca un letrado de amor. Él no os pretende agraviar.
CRIADO. LISEO. LAURENCIO.
El maestro de danzar Yo he mudado parecer. Las palabras ¿suelen darse
, ,! , , ; ;,, ;;
, , ! ,;, ; ,

312 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


Para no cumiilirse? ¿Qué libro esperaba yo AciuKmi á m regalo
TÜRIN. De tus manos? ¿En qué pleito Con amores, con requiebros.
Habias jamás de hacerme Y csi)erandoel mayorazgo.
No.
Información en derecho? Tras tantos regalos hechos.
LAIRENCIO. Sale una hembra que corta
Inocente te queria
De no casarse la dio. Porque una mujer cordero La esperanza á sus deseos.
TIRIN. Es tusón de su marido. Según eso, si esperaron
Él DO la quiebra en casarse. Que puede traerle al cuello. Hijo varón y hembra vieron
,

LAURENCIO. Hable la dama en la reja Antes de nacer fingimos.


¿Cómo? Escriba, diga concelos LAURENCIO.
TÜRIN. En el coche, en el estrado, Es evidente argumento
Porque no se casa
De amor, de engaños, de celos; Pero yo veré si sabes
Pero casada sepa
la ilaccr, Señora tan presto
Con la que solia sor. ,

De su familia el gobierno Mudanza de extremos tales.


Sino con otra mujer.
Porque el mas discreto hablar FINEA.
LACRE.NCIO. como
No es santo el silencio.
¿Cómo es otra? Mira lo que ha resultado Paso; que viene Liseo.
TiRiy. De trasformarse tu ingenio. LAURENCIO.
Porque pasa Pues va á pedirle ay de mí ¡ Aquí me quiero esconder.
Del no saber al saber, Para su mujer Liseo. FINEA.
Y con saber le obliaó. Liseo te quiere bien Ya llega.
¿Mandáis otra cosa? El se casa ; yo soy muerto. LAURENCIO.
LAURENCIO. ¡Nunca, plegué a Dios, hablaras! Sigúeme Pedro. ,

No. FINEA. PEDRO.


TDRIN. ¿De qué me culpas, Laurencio? En grandes peligros andas.
Pues adiós. (Vase.) A pura imaginación LAURENCIO.
Del alto merecimiento Tal estoy, que aun no lo siento.
ESCENA IX. De tus partos, aprendí
{Vanse Laurencio y Pedro.)
El que tú dices que tengo.
LAURENCIO, PEDRO. Por hablarte supe hablar, ESCENA XI.
Vení'ida de tus requiebros;
LAURENCIO. Para responderte escribo; LISEO, TURIN.— FINEA.
¿Qué puedo hacer? No he tenido otro maestro
LISEO.
Lo mismo que presumí Que amor; amor me ha enseñado;
Y tenia sospechado tú eres la ciencia que aprendo. Yo lo dejo concertado.

Del ingenio que ha mostrado, ¿De qué te quejas de mi? TURIN.


Se viene á mostrar aquí. LAURENCIO. Al fin estaba del cielo
Como la ha visto Liseo De mi desdicha me quejo Que fuese tu esposa.
Discreta la voluntad
,
Pero, pues ya sabes tanto. LISEO.
Ha puesto en la habilidad. Dame , Señora , un remedio. (Ap. Aquí
PEDRO. FINEA. Está mi primero dueño.)
Y en oro algún deseo.
el El remedio es fácil. ¿No sabéis, señora mia.
Cansóle la bebería LAURENCIO. Cómo ha querido Miseno
La discreción le animó. Casar á Duardo y Nise
¿Cómo?
Y cómo yo también quiero
ESCENA X. FINEA. Que se hagan nuestras bodas
Sí porque mi rudo ingenio. Con las suyas?
FINEA. — Dichos. ,

Que todos aborrecían FINEA.


Se ha trasformado en discreto. No lo creo
FINEA. Liseo me quiere bien Que Nise me ha dicho á mi
Clara Laurencio me dio
, , Con volver á ser tan necio Que está casada en secreto
Nueva de tanta alegría. (>omo primero le tuve Con vos.
Luego a mi padre dejé; Me aborrecerá Liseo. LISEO..
Y aunque me lo callara,
ella LAURENCIO. ¿Conmigo?
Yo tengo quien me avisara, Pues ¿sabrás fingirte boba? FINEA.
Que es el alma que ,
te ve
Por mil vidrios y cristales.
FINEA. No sé
Por donde quiera que vas, Sí que lo fui mucho tiempo;
; Siérades vos ó Oliveros.
Porque en mi memoria estás Y la tierra donde nacen ¿Quién sois vos?
Con memorias inmortales. Saben andarla los ciegos. LISEO.
Todo este grande lugar' Demás deslo, las mujeres ¿Hay tal mudanza?
Naturaleza tenemos
Tiene cubierto de espejos FINEA.
Mi amor, juntos y parejos. Tan pronta para fingir. me acuerdo.
Ya con amor, ya con celos, ;
Quién decís? que no
Para poderte mirar. Y si mudanza os parece
Si vuelvo e! rostro allí veo
Que antes de nacer fingimos.
,
¡Cómo no veis que en el cielo
Tu imagen LAURENCIO.
; si á la otra parte, Cada mes hay luna nueva?
También y ;
así viene á darte ¿Antes de nacer? LISEO.
Nombre de sol mi deseo ; FINEA. ¿Hay tal locura?
Que en cuantos espejos mira Yo pienso TURIN.
Y fuentes de pura plata
Tu bello rostro retrata, Que en tu vida lo has oido. ¿Qué es esto?
Escucha. LISEO.
Y tu imagen bella mira.
LAURENCIO.
''

LAURENCIO. ¿Sí le vuelve el mal pasado?


Ya estoy atento.
¡Ay, Finea! A Dios pluguiera FINEA.
Que nunca tu entendimiento FINEA.
¿Daisos por vencido?
Llegara, como ha llegado, Cuando estamos en el vientre LISEO. {Ap.)
A la mudanza que veo De nuestras madres hacemos ,
Creo
Necio me tuvo seguro Entenderá nuestros padres,
Que era locura su mal.
Y sospechoso discreto. Para engañar sus deseos.
FINEA.
Porque yo no te queria Que somos hijos varones
Para pedirte consejos. Y así verás que contcQtos Guárdanlas para remiendos
— , , ;, :, :, : ! ,;

LA DAMA BOBA. 515


De que salen menguadas.
las Que era de daros el alma Pero no quisiera ver
¿Veis allí que sois un necio? No pudo tener efeto Cuñado tan regalado.
LISEO. Quedad con Dios. PEDRO, {.ip. á Finea.)
Señora, mucho me admiro FINE A. Tu hermana escuchando.
De que ayer lau alto ingenio Soy medrosa
Mostrásedes. De las almas, porque temo ¡Ay cielos!
FINEA. Que (le tres que andan pintadas Vuélvome á boba.
Pues Señor, , Puede ser la del iníierno.
LAURENCIO.
Agora ha llegado al vuestro; La noche de los difuntos
No saco, de puro miedo. Eso importa..
Que la mayor discreción Voyme.
Es acomodarse al tiempo. La cabeza de la ropa.
NISE. (A Laurencio.)
LlSEO. LlSEO. (.4;?.)
Los pasos reporta.
Eso dijo el mayor sabio. Ella es loca sobre necio.
Que es la peor guarnición LAURENCIO.
TL"RI>.
Decirlo á su padre quiero. ¿Qué quieres? ¿Vendrás con celos?
Y esto eácucha el mayor necio. NISE.
(Vanse Liseo y Turin.)
LISEO.
Celos son para sospechas
Volved mi señora en vos
, ,
ESCENA Xn. Las que trato son verdades.
' Considerando que os quiero
LAURENCIO.
Por mi dueño para siempre. LAURENCIO, PEDRO. — FINEA.
F1>"EA. ¡
Qué presto te persuades
FINEA. Y de engaños te aprovechas!
¿Por mi dueña, majadero? ¿Querráste casar ansí
¿Qué te parece?
LISEO. Levantando un testimonio,
LAÜREXCIO.
¿Así tratáis un esclavo Y de aqueste matrimonio
Que os da el alma?
Muy bien Echarme la culpa á mí?
Que has dado el mejor remedio Y si te quieres casar,
FINEA.
Que pudiera imaginarse. Déjame. (Vasc.)
¿Cómo es eso?
FINEA. NISE.
LlSEO.
Si; pero siento en extremo ¡Qué bien me dejas!
Que os doy el alma. Volverme boba, aun fingida; Vengo á quejarme ¿y te quejas? ,

FIXEA. Y pues fingida lo siento, ¿Aun no me dejas hablar?


¿Qué es alma? Los que son bobos de veras PEDRO.
LISEO. ¿ Cómo viven ? Tiene razón mi señor.
¿Alma? El gobierno del cuerpo. LAURENCIO. Cásate y acaba ya. (Vasc.)
FINEA. No sintiendo.

¿Cómo es un alma? PEDRO. ESCENA XIV.


LISEO. Pues si un tonto ver pudiera
NISE, FINEA, CELIA.
Su entendimiento á un espejo,
Señora
Como ¿No fuera huyendo de sí?
filósofo puedo NISE.
La razón de estar contentos
Diüiiirla, no pintarla. ¿Qué es aquello ?
Es aquella confianza
FINEA. CELIA.
De tenerse por discretos.
¿No es alma la que en el peso
FINEA.
Que se va
Le pintan á san Miguel ? Pedro con el mismo humor.
Habíame, Laurencio mió, Y aquí viene bien que Pedro
LISEO. Suülniente, porque quiero
También á un ángel le vemos Es tan ruin como su amo.
Despicarme de ser boba.
Con alas pero ól en tin
;
NISE.
Es espiritu. ESCENA XIII. Ya aborrezco y desamo.
le
FIXEA. ¡
Qué bien con las quejas medro!
Yo os creo. NISE, CELIA.— LALTiENCIO, FINEA Pero fué buena invención
¿Andan las almas? Y PEDRO, sin verlas. Anticiparse á reñir.
LISEO. CELLA.
á Celia.)
NISE. {.\p. ¿Y el Pedro? quién le vio ir
Las almas ¡

Obran por los instrumentos, Siempre Finea y Laurencio Tan bellaco y socarrón
Por ios sentidos y partes .luntos: sin duda se tienen NISE. (A Finea.)
De que se organiza el cuerpo. Amor; no es posible meaos.
Y tú, que disimulando
CELIA. Estás la traición que has hecho,
FINEA.
¿Longaniza come el alma?
Yo sospecho que te engañas. Lleno de engaños el pecho.
NISE. Con que me estás abrasando,
TL'RiN. {Ap. á su amo.)
Desde aqui los escuchen^s^ ¿Piensas que le has de gozar?
¿Por qué te cansas?
{Escóndense.) FINEA.
LISEO.
LAURENCIO. ¿TÚ me has dado pez á mí.
No puedo Ni sirena ', ni yo fui
Pensar sino que es locura. ¿Qué puede hermosa Finea,
,

Decirte el alma , aunque sale Jamás contigo á la mar?


TURIN. Anda Nise que estás loca.
De sí misma , (pie se iguale
, ;

Pocas veces de los necios CELIA.


A que el alma desea?
lo
Se hacen los locos. Señor. ¿Qué es esto?
Allá mis sentidos tienes
LISEO. Escoge de lo sutil NISE.
Pues ¿de quién? Presumiendo que en abril tonta se A vuelve.—
TL'RIN. Por amenos prados vienes. A una cosa te resuelve. (A Finea.)
De los discretos,
Corta las diversas llores Tanto el furor me provoca
Porque de diversas causas Porque en mi imaginación Que el alma te he de sacar.
Nacen efetos diversos. Tales los deseos son. FINEA.
LISEO. NISE. ¿Tienes cuenta de perdón?
¡Ay, Turin! vuélvome á Nise. Estos, Celia, ¿son amores, {Ap. á ella.)
Mas quiero el ciitendimieuto O regalos de cuñado? • Nise no ha mentado pez, ni sirena, ni
cosa parecida quizá falle una redondilla
:

Que toda la voluntad. CELIA.


después del verso con que me estás abra-
Señora, pues mi deseo, Regalos deben de ser sando.
,. , : ! :, , , ; :, ; , , —

óli COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


NISE. !
ESCENA XVI. A la justicia me voy.

LAURENCIO PEDRO. — Dichos.


Téngola de tu traición {Vaiise Octavio y Miseno.)
i ,

Pero no de perdonar. NISE.


¿El alma quieres quitarme, PEDRO. Vén, Celia , tras mí que estoy
;

Con quien el alma vivia? Contento en extremo eslás. Celosa y desesperada.


Dame el alma que solia LAURENCIO. {Vanse Nise y Celia.)
Traidora hermana, animarme. LAURENCIO.
¡Invención maravillosa!
Mucho debes de saber.
CELIA. Id los dos tras él, por Dios;
Pues del alma me desalmas.
Ya Laurencio viene aquí. No me suceda un disgusto.
FIXEA.
OCTAVIO. FENISO.
Todos me piden sus almas Por vuestra amistad es justo.
Almario debo de ser. Laurencio, cuando labré
Esta casa, no pensé DUARDO.
Toda soy hurtos y robos.
Montes hay donde no hay gente Que academia instituí. Mal hecho ha sido por Dios. ,

Yo me iré'á meter serpiente. Ni cuando á Nise criaba FENISO.


NISE.
Pensé que para poeta ¿Ya habíais como desposado
Sino que á mujer discreta De Nise ?
Que ya no es tiempo de bobos.
Con las letras la inclinabíi.
Dame el alma. DUARDO.
Siempre alabé la opinión Piénselo ser.
De que á la mujer prudente
ESCENA XV. Con saber medianamente
{Yanse Duardo y Feniso.)

OCTAVIO, MISENO, DÜARDO,FENI- Le sobra lamas poesías, ESCENA


discreción. XVII.
SO, PEDRO. Dichas.
No quiero —
Los sonetos se acabaron, LAURENCIO FINEA PEDRO
, , ; des-

OCTAVIO.
Y las músicas cesaron pués, CLARA.
Que ya son pocos mis dias.
¿Qué es aquesto? Por allá los podéis dar, LAURENCIO.
FINEA. Sí os faltan telas y rasos Todo se ha echado á perder.
Almas me piden á mí. Que no hay tales Garcílasos Nise mi amor le ha contado.
¿Soy yo purgatorio? Como dinero y callar. Dime , ¿qué habernos de hacer.
NISE. Este venden por dos reales, Si á verte no puedo entrar?
Sí. Y tiene tales sonetos FINEA.
Elegantes y discretos. No salir.
FINEA.
Que vos no los haréis tales. LAURENCIO.
Pues procura salir presto.
Ya no habéis de estar aquí. ¿Dónde he de estar?
OCTAVIO. Con ese achaque, id con Dios. FINEA.
¿No me diréis la ocasión LAURENCIO.
Yo ¿no te sabré esconder?
De vuestro enojo ? Y es muy justo , como vos laure;<cio.
FINEA. Me deis mí mujer á mí. ¿Dónde?
Querer OCTAVIO. FINEA.
Nise á fuerza del saber.
,
¿Qué mujer os tengo yo? Yo tengo un desván
Pedir lo que no es razón.
LAURENCIO. Famoso para esconderte.
Almas sirenas y peces
,
Finea. ¡Clara!...
Dice que me ha dado á mí.
OCTAVIO. {Sale Clara.)
OCTAVIO.
¿Finea? CLARA.
¿Hase vuelto á boba? L.\URENCIO. Mí señora...
MSE. Aquí FINEA.
Sí. Hay tres testigos del sí
Advierte
OCTAVIO. Que há mas de un mes que me dio.
Que mis desdichas están
Pienso que tú la embobeces. OCTAVIO. En tu mano por secreto
:

DUARDO. ¿Quién son? Lleva á Laurencio al desván.


LAURENCIO. CLARA.
¿No decían que ya estaba
Con mucho seso? Duardo, Feniso ¿Y á Pedro?
Y Pedro. FINEA.
OCTAVIO.
OCTAVIO. También.
Ay de mí
¡
¿Es esto verdad? CLARA.
NISE.
DUARDO. Galán,
No quiero hablar claro.
Ella de su voluntad Camine.
OCTAVIO. Octavio, dársele quiso. LAURENCIO.
Di. OCTAVIO. prometo
Yo te
MSE ¡Hay tal cosa! Que voy temblando.
Todo su daño se acaba. PEDRO. FINEA.
Con mandar expresamente ¿No
baslaJba
¿Deque?
(Pues como padre podrá», Que mi señor lo dijera ? PEDRO.
Y aunque en todo en esto mas ,
OCTAVIO. Clara , en llegando la hora
Pues tu honor no lo consiente) De muquir, di á tu señora
Que Laurencio no entre aquí. Que como simple la diera
A un hombre que la engañaba Que algún consuelo me dé.
OCTAVIO. CLARA.
No ha de valer. Di, Finea,
¡Cómo! ¿No eres simple? Otro cenará peor.
NISE. Vamos.
FINEA.
Porque
ha trazado
él Cuando quiero. PEDRO.
Que esta no se haya casado, ¿Yo al desván? ¿Soy galo?
OCTAVIO.
Y que yo te enoje á tí. (\anse Laure7icio, Clara y Pedro.)
,

Y ¿cuando no?
OCTAVIO. FINEA,
Pues eso es muy fácil cosa. No. ESCENA XVIII.
NISE. , OCTAVIO. FINEA.
En paz tu casa tendrás. ¿Qué espero?
Mas cuando simple no sea ¿Por qué de imposible trato
Con Líseo está casada Aqueste mí loco amor?
, ; ,,, ! ; ! — , ,! ,
;, ; ,

LA DAMA BOBA.
ólo
En llegándose á saber í OCTAVIO. Si no te casas , Señor,
Una voluntad no hav cosa Tente, loca
,
,
¿dónde vas? Te han de decir mas de siete:
Mas triste y escandalosa
FINEA. «¡Miren la bobada! ))
Para una honrada mujer.
Lo que tiene de secreto, Padre, yo voy á esconderme. LISEO.
Eso tiene amor de gusto. OCTAVIO. Vamos
Hija , Liseo no importa. Que mí temor se resuelve
ESCENA XIX. De no se casar á bobas.
FIXEA.
No yerra quien obedece; TCRIX.
OCTAVIO. — FINEA. Que no me ha de ver jamás ;
Qu'e se case me parece
OCTAVIO. (Dentro.) Sino quien mi esposo fuere. ^ ^ohus quien sin dinero
(Yasc \

Harélo, aunque fuera justo


^ "
•''
En tanta costa se mete.
Poner mi enojo eu efeto. (Sale.) ESCENA XXI. (Vanse.)
FI>EA.
¿Estás ya desenojado?
OCTAVIO, LISEO, TÜRIN. ESCENA XXIII.
OCTAVIO. LISEO. FINEA, CLAR.\.
Por los que me lo han pedido. ¿Qué es esto?
FINEA. OCTAVIO. FIXEA.
Perdón mil veces te pido. No
por Diossé Hasta agora bien nos va.
,

Ella ha dado en esconderse CLARA.


OCTAVIO.
¿Y Laurencio? De los hombres, porque dice No hayas miedo que se entienda.
FINEA.
Que la engañan fácilmente.
FIXEA.
Aquí ha jurado LISEO. Oh cuánto á mi amada prenda
i

No entrar en la corte mas. En gentil locura ha dado. Deben mis sentidos ja


OCTAVIO.
¿Dónde está Laurencio?
CLARA.
¿Adonde se fué? OCTAVIO. ¡Con la humildad que se pone
FIXEA. Fuéae En el desván
A A Toledo. FINEA.
Toledo.
LISEO.
OCTAVIO. No te espantes;
Muy bien hizo. Que es propia casa de amantes
¿Volverá?
FINEA. OCTAVIO. Aunque Laurencio perdone.
No tengas miedo Y tú ¿por ventura crees CLARA.
Vivir aquí sin casarte? En
Que vuelva á Jladrid jamás. desván vive bien
el
Porque el mismo inconveniente L'n matador criminal
OCTAVIO.
Hay de que tú entres aquí. Cuya muerte natural
Hija, pues simple naciste,
Y por LISEO. Ninguno ó pocos la ven.
milagro de amor
Perdiste el pasado error, ¡
Bien mi término agradeces En el desván un preciado
¿Cómo á ser boba volviste? Vengo á casar con Finea , De lindo, y es un caimán
Forzado de mis parientes, Pero tiénele el desván
FINEA. Como el espejo engañado.
Y hallo una simple mujer. ,

¿Qué quiere, padre? A la fe, ¿Que la quiera , Octavio, quieres? En el desván el quecanta
De bobos no hay que fiar. Con voz de carro de bueyes,
OCTAVIO.
OCTAVIO. Y el que viene de Muleyes
Tiene razón achacosa
Pues yo lo he de remediar. Pero es limpia hermosa, y tiene
Y á los godos se levanta.
,

FI>EA. Finalmente...
Tanto doblón, que podría
FIXEA.
¿Cómo, si el otro se fué? Doblar el mármol mas fuerte.
¿Querrías cuarenta mil Espera un poco;
OCTAVIO.
Escudos con una fénix? Que viene mi padre aquí.
Pues te engañan fácilmente
Los hombres en nendo alguno ¿Es coja ó manca Finea?
,

Te has de esconder; que ninguno Es tuerta? Y cuando lo fuese, ESCENA XXIV.


Te ha de ver eternamente. ¿Hay falta en naturaleza OCTAVIO MISENO DUARDO, FENI-
, ,
Que con oro no se afeite?
FlXEA. SO. Dichas.
¿Adonde? LISEO.
OCTAVIO. Dame á Nise. DUARDO.
OCTAVIO. ¿Que eso
En parte secreta. le dijistes?
No há dos horas OCTAVIO.
FI>EA. Que Miseno la promete
¿Será bien en un desván Si;
A Duardo en nombre mió.
Donde los gatos están ? Y Que á tal furia me provoco.
pues hablo claramente
¿Quieres tú que me meta? Pidióme resueltamente
allí Hasta mañana á estas horas
Ir doy para que lo pienses. Que con Nise le casase;
OCTAVIO.
Porque de no te casar. Díjele que no tratase
Adonde te diere gusto. De tal cosa eternamente,
Como ninguno te vea. Quiero que en tu vida entres
Por las puertas desta casa
Y así estoy determinado.
FINEA. NISEXO.
Que tan enfadada tienes.
Pues alto, en el desván sea. Oíd que
Haz cuenta que eres poeta. (Vase.) está aquí Finea.
Tú lo mandas , será justo.
;

OCTAVIO.
Y advierte que has mandado.
lo
ESCENA XXII. Hija, escucha.
OCTAVIO. FIXEA.
Una y mil veces. LISEO, TURIN.
Cuando vea
Como me lo habéis mandado.
ESCENA XX. LISEO.
Que estáis solo.
¿Qué me dices?
LISEO,TURIN.— Dichos. TIRIX. ' OCTAVIO.
Que te aprestes, Espera un poco;
LISEO. (Ap.) Y con Finea te cases. Que te he casado.
Si quise Porque sí veinte mereces FIXEA.
Con tantas veras á Nise Porque sufras una boba ¡Que nombres
Mal puedo haberla olvidad^». Te añaden los otros veinte Casamiento donde hay hombres!
, , , , , , , ; , ;, ,;

316 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA C.\RPIO


Para la boba seria. FINEA.
OCTAVIO.
TURIN. Pues, padre, ¿de qué se enoja?
Luego ¿tiénesnie por loco? OCTAVIO.
FINEA. ¡Qué bien que comen las bobas!
CELIA. Traidora, ¿nomedijisle
No, padre; mas hay aqui Que el dueño de mi desiionra
Hombres y voyme al desván Eso fuera , á no haber sido
,
Estaba cu Toledo ?
OCTAVIO. Para saberlo curiosa.
FINEA.
Corrí tras ella y cerró
Aqui por tu bien estáu. Padre,
La puerta.
FEMSO. OCTAVIO. Si aquestedesván se nombra
Vengo á que os sirváis de mi. Pues bien, ¿qué importa? Toledo, verdad le dije.
FINEA. Alto está pero no importa
;
CELIA.
¡Jesús, Señor! ¿no sabéis
Que mas lo estaba el alcázar
¿No importa en aquel suelo,
, si
Y puente de Segovia
la
Lo que mi padre ba mandado? Como si fuera una alfombra
1

MISENO.
Y hubo Juanelos que á él
De las que la primavera Subieron agua sin soga.
Oid : que hemos concertado En prados fértiles borda. Él ¿no me mandó esconder?
Que os caséis. Tendió unos blancos manteles, Pues suya es la culpa toda.
FINEA. A quien hicieron corona ¡ Sola en un
desván Mal año !

Gracia tenéis. Dos hombres, ella y Finea? Ya sabe que soy medrosa.
No ha de haber hija obediente OCTAVIO. OCTAVIO.
Sino yo voyme al desván.
:
¡Hombres! Buena va mi honra. Corlaréle aquella lengua
MISENO. ¿Conocístelos? Rasgaréle aquella boca.
Pues ¿no es Feniso galán? CELIA. MISENO.
flNEA. No pude. Octavio , vos sois discreto.
Al desván, señor pariente. NISE. Ya sabéis que tanto monta
{Vaiise Finea y Clara.) Mira bien si se te antoja, Cortar como desatar.
Celia. OCTAVIO.
ESCENA XXV. OCTAVIO.
¿Cuál me aconsejáis que escoja?
Noser.T Laurencio, MISENO.
OCTAVIO, MSENO,DU ARDO, FENISO Que está en Toledo. Desatar.
DÜARDO. OCTAVIO.
DÜARDO.
Reporta Señor Feniso,
Vuestra desdicha he sabido,
Señor, tu furia: los dos Si la voluntad es obra,
\ siento , como es razón.
Lo veremos. Recebid la voluntad.
FEMSO. OCTAVIO. Y vos, Duardo la propia.,

Y vo que en esta ocasión


Reconozcan Ya Finea se ha casado
Haya perdido el sentido. La casa que han injuriado {Vase.) Nise también se conforma
OCTAVIO. Con Liseo , que me ha dicho
Que va era cuerda entendí ESCENA XXVII. Que le quiere y que le adora.
\ estaba loco de vella. DUARDO.
MISENO. MSE, LISEO, MISENO, TURIN, DÜAR- Si fué Señor, su ventura
,

¡Qué lástima! DO, FENISO, CELIA. Gocen los que el premio gozan
DÜARDO. De sus justas esperanzas.
DÜARDO.
Nise bella LAURENCIO.
Con Liseo viene aquí., No suceda alguna cosa.
{Ap. Todo corre viento en popa.)
NISE.
¿Daré á Finea la mano?
ESCENA XXVI. No hará que ;
es cuerdo mi padre. OCTAVIO.
FENISO.
NISE, LISEO, TI RIN.— Dichos; des- Dásela, boba ingeniosa.
pués, CELIA. Cierto que es divina joya LISEO.
El entendimiento. ¿Y yo á Nise?
NISE. {Ap. á Liseo.) LlSEO. OCTAVIO.
Es doblar la voluntad Siempre Vos también.
De mi aticion. Yerra , Duardo , el que ignora. TURIN.
LISEO. DUARDO. ¿Y la Clara socarrona
Templa agora De eso os podréis alabar, Que llevaba los gazapos?
Bella Nise, tus desdenes; Nise, pues en toda Europa CLARA.
Que se va amor por la i)oáta No tiene igual vuestro ingenio. Mandómelo mi señora.
A la casa del agravio. MSEO. TURIN.
{Sale Celia.) ¡Oh cuál los engullirían!
Con SU hermosura conforma.
CELIA. PEDRO.
¡Señora!... ESCENA XXVIII. Y Pedro, ¿no es bien que coma
NISE. Algún hueso, como perro,
¿Qué hay? LAURENCIO, con la espada desmida; De la mesa destas bodas?
CELIA. FINEA, rf«/sís/?fl/das; PEDRO, CLA- FINEA.
Una cosa RA; OCTAVIO, tras d/os.— Dichos. Clara es tuya.
Que os ha de causar espanto. NISE. (A Tiirin.)
OCTAVIO. OCTAVIO. Y tuya Celia.
Di lo que es. Mil vidas he de quitar TURIN.
CELIA. A quien el honor me roba. Será mi bota y mi novia.
Yo vi que agora LAURENCIO. DUARDO.
Llevaba Clara un tabaque Detened la espada. Octavio. Vos y yo solos quedamos.
Con dos perdices dos lonjas ,
Yo soy, que estoy con mi esposa. Dadme acá esa mano hermosa.
Dos conejos, pan, toallas. DUARDO. FENISO.
Cuchillo, salero y bo(,a.
Teneos, Octavio.— ¿Es Laurencio? Al Senado la pedid.
Seguila y vi que al desvaa
OCTAVIO. Si nuestras faltas perdonan
Caminaba.
OCTAVIO. ¿Quién pudiera ser agora Que aquí para los discretos
Sino Laurencio , mi infamia ? Da lin la Comedia boba.
Celia loc^
! ;; ; ,

LOS MELINDRES DE BELISA.

PERSONAS.
TIBERIO. UN ALGUACIL. PRUDENCIO. FLORA.
LISARDA. UN ESCRIBANO. FELISA R DO.
)

I
UN ESCUDERO.
ELFSO. BELISA. CARRILLO. Alguaciles.
!

FABIO. CELIA. DON JUAN. I CUATnO LACAYOS.

La escena pasa en Madrid.

Codicia, tú quisieras El lindo... aunque no lo es


ACTO PRIMERO. 1

A mas de
si
seis pretendientes. Ninguno dellos con ella;
LISARDA. A todos faltas les pone.


¿Con dos hijos? TIBERIO.
Sala en casa de Lisarda.
TIBERIO. Pues Belisa me perdone;
ESCENA PRIMERA. Y con doce. Que aunque es tan discreta y bella.
LISARDA.
No se ha de desvanecer
LISARDA, TIBERIO. En arrogancias injustas.
Mal tu pecho me conoce.
LISARDA.
TIBERIO.
TIBERIO. Tiberio, si hablarla gustas,
Tú negarás lo que sientes.
En fin, ¿se ha quitado el luto? Y quieres darla á entender
LISARDA. Esta locura en que ha dado,
LISABDA.
¿Qué esnegar? Cien mil ducados Hoy está hermosa y gallarda.
Há mas de un año la muerte Mi marido me dejó Que ciertas vistas aguarda;
De su padre. Mas con dos hijos, que yo Habíala.
TIBEniO. Pienso ver pronto casados;
TIBERIO.
Desa suerte Y recogerme á la aldea
Podremos decir que es fruto Con una esclava no mas I
Estoy enojado,
De la tristeza el contento. Y un escudero. i
Y á fe que se ha de casar
LISARDA. De mi mano, aunque no quiera.
TIBERIO. j

No lo será para mí, LISARDA.


Pues das
Que tal marido perdí. En lo que es razón que sea, Hoy cuatro novios espera;
TFBERIO. ¿Cómo vas tan descuidada No sé si le han de agradar.
¡Oh qué inútil sentimiento En que se case Belisa, I
TIBERIO.
LISARDA.
Pues que ya su edad te avisa, ¿De cuatro en cuatro la piden?
Y el ser de mil conquistada?
¿Inútil? Pues ¿no es razón LISARDA.
Que llore su compañía Que don Juan al fin es hombre.
Pica el dinero. Tiberio.
Una mujer que tenia LISARDA.
TIBERIO.
Tanto amor y obligación ? ¿Cómo puedo yo casar
¿No sabes tú que aun las aves A Belisa, y dónde hallar Métase en un monasterio.
Dan ejemplo, pues que muda Un hombre tan gentil hombre,
Una tórtola viuda Y con partes tan notables ESCENA 11.
Su canto en quejas suaves, Como imaginadas tiene?
Y no se vuelve á casar TIBERIO. BELISA Y FLORA, s/n reparar en
Si una vez su esposo pierde. LISARDA Y TIBERIO.
¿En ese humor se entretiene?
Ni se sienta en ramo verde?
LISARDA.
TIBERIO. FLORA.
Hay mujeres incasables,
Pues ¿dónde se va á sentar? Las celosías impiden
Que dan en serían curiosas,
LISARDA. Que se les pasan las vidas Que no veas bien la calle,
En un espino, en un ramo En andar desvanecidas Pues dices que el del overo
Seco. Y á todo el mundo enfadosas. No era galán caballero.
TIBERIO. Y tardando en escoger. Bizarro y de lindo talle.
Desa imitación Lo mejor siicli-n pasnr, BEI.ISA.
Como tortolillas son Y andan d(;s|)Ucs a rogar. Flora, aquellas celosías
Las que deste nombre llamo TIBERIO. Los ojos me han afrentado.
Que así Dios me dé salud, Luego ¿piensas que ha de ser FLORA.
Que pienso que se han sentado Belisa (lesa manera?
Sobre espino por estrado, ¿Cómo?
'l'al es su grande inquietud.
LISARDA. BELISA.
No paran en todo el dia. Pues ¿ha hecho el Cielo cosa En las niñas me han dado
Mas cansada y melindrosa. De palos.
LISARDA.
Ni hombre que apetezca y (juiera?
Eso no me toca á mí; FLORA.
Y es que jamás pretendí, A codicia del dinero.
Del enlendiniiento y talle,
¡Qué niñerías!
Tiberio, otra compañía. BELISA.
Es una lonja esta calle
TIBERIO. Del ginnvés caballero. Como los ojos llegué
Pues en verdad que pudieras Del indiano portugués. A sus líalos, ellos fueron
Que bien moza has enviudado, Del papelista, el letrado, l'ales, que al lin me los dieron ;
Y con hacienda que ha dado El viejo rico, el soldado. Pero luego me vengué.
; ; ! ,

pi8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


FLORA. Te están sirviendo y amando. TIBERIO.

¿De qué suerte? BELISA. I


Siéntate, Lisarda, aquí.—
BELISA. ¡ Tráeme luego la labor 1 Tú, sobrina, junto á mi.
Del estuche No me vean tan ociosa. i
BELISA.

Saquó un cuchillo, y les di FLORA. ¡Oh cuánto sentar enfada


el
I

De [luñaiailas allí. Entre borlas de colores


¿Quieres las randas?
FLORA. BELISA. ! TIBERIO.

¿Quién hay que tal gracia escuche? Es cosa I La causa esperando estoy.
¿Mataste la celosía? Cansada, aunque es de luimor; BELISA.
BELISA. Y entre tantos majaderos Porque presumo que estoy
Hay uno que me ha quebrado Sentada en cuatro doctores^
Hice alo menos lugar
Las manos. Ay! queme han dado,
Por lioncle pude mirar ¡
TIBERIO.
Flora, dolores "tan lieros,
Quien por la calle venia. ¿Cómo va de casamiento?
Que no los puedo sufrir.
Mas presto vino el castigo BELISA.
Pues en vez del caballero. FLORA.
Mira que aun no te he traído i Mal, tio: nadie me agrada.
Pasó...
FI.OBA. La almohadilla. TIBERIO.

¿Quién? BELISA. ¿Qué es lo que dellos le ofende?


BELISA. ¿No has oído BELISA.

In aceitero. Que no has de contradecir? Tener mil faltas.


Tráeme una banda al momento TIBERIO.
FLORA.
En que descanse la mano. ¿Qué faltas?
¿Y miráslele?
BELISA. {Vase Flora.) BELISA.
Eso digo: LisARDA. {Ap. ó Tiberio.)
Un letrado me traían
Que le miré, y me manchó Persuadilla será en vano. Calvo.
Él vestido. TIBERIO. (Ap. á Lisarda.) TIBERIO.
FLOIíA. ¿Tan grande imposible intento? ¿Qué importa la calva?
¿Pues podia. — Sobrina... BELISA.
Tú detrás de celosía, BELISA.
Cuando yo fuera mujer
Y él en la calle? Señor... Espiritual y santa,
BELISA. TIBERIO. Y para vencer la carne,
¿Pues DO? A fe. Gran enemigo del alma
Mírame bien. Que sales del luto hermosa. Quisiera una calavera
FLORA. BELISA. tener de noche en la cama,
¿De mirar Lindamente me venia
A lo menos deseosa
El que va aceite vendiendo De servirte.
Un hombre al lado con calva.
Te has manchado? TIBERIO. LISARDA.
BELISA. Ríen se ve Era muy rico.
BELISA.
Asi lo entiendo Que andas de boda.
Vestido me puedes dar,
Ya quise
{Vuelve Flora.)
Y este harás luego vender. Asir la ocasión; estaba
LISARDA.
Sin copete por la frente,
FLORA. Hola, Flora, Y volvióme las espaldas.
Mira que muy limpio está. Sillas y dos almohadas. LISARDA.
BF.LISA. FLORA. maestre
¿Por qué dejaste al
Necia, ¿no te he dicho ya La banda es esta.
De campo?
Que daño me suele hacer BELISA. BELISA.
Quererme contradecir? Pesadas ¿No es casi nada
¡Jesús! ¡Qué üero accidente!
Hacen las tocas agora. Fallar un ojo?
FLORA. Toma que puede darme
allá LISARDA.
;
¿Cómo? Mas cansancio que provecho. ¿Qué importa,
BELISA.
FLORA. Pues se le pone de plata?
Este pulso, esta frente Sillas hay aquí. BELISA.
Mira, estoy para morir. BELISA.
¡Qué terrible calentura! Yo te diré la ocasión.
Sospecho
FLORA. LISARDA.
Que vienes á predicarme.
No pienso contradecirte Dila.
TIBERIO.
BELISA.
En mi vida que servirte
;
Pues ya si oirme procuras,
Mi amor y lealtad procura. Sí este hombre jurara
Toma almohada.
De rodillas te suplico « Como á mis ojos te quiero »,
FLORA.
Me perdones. Y le costaba el de plata
BELISA.
Yo voy Dos reales, en otros tantos
Por ella. Mi amor y vida estimaba.
Ya cesó I

TIBERIO.
La calentura. Fuera deso, no podia
FLORA. I Tu padre soy. Llamarme mis ojos.
BELISA. LISARDA.
¿Quedó I

Calla.
Calor alguno? I
No la traigas de verduras;
BELISA. 1 Que ayer de sentarme en ella BELISA.
Mal de estómago me dio. Pues llamarle yo mi ojo.
Tantico; I

Pero ya se va aplacando. I {Vase Flora.) Era ser negra.


TIBERIO. TIBERIO.
FLORA. {Ap. á Belisa.) 1

Tu madre y tu tío. i ¿Lo verde te resfrió? ¡ Oh qué gracia I

BELISA. LISARDA.
BELISA. I

Métanme las yerbas della. ¿Qué dirás del portugués?


¡Ay Dios!
¿A dos me nombras? {Vuelve Flora.) BELISA.

FLORA. FLORA. Que en pecho y las espaldas


el

Los dos Aquí tienes almohada. Se ha de poner el cilicio.


,: , !

LOS MELINDRES DE BELISA. 319


LISARDA. LISARDA. Vamos á misa, muchacha,
Ko te entiendo. No hay remedio de cobrar Y despídanse esos novios.
BEUSA. Los dos mil ducados. TIBERIO.
Aquellas barbas TIBERIO. ¿Dónde irás tan de mañana?
Ne.c;ras,cerdosas y espesas,
Basta; LISARDA.
Era ponerme en la cara Que olvida su obligación,
Y aun en la boca, un cilicio,
A San Jerónimo iré.
Y como á mujer te trata. BELISA.
Y en la lengua una mordaza.
LISARDA. ¡Ay! no, madre.
LISAKDA.
Un año habrá que murió LISARDA.
¿Y aquel caballero rico Mi marido, y que no acaba
De ¿Por qué causa?
aquel lugar de la Mancha? De pagarme; y si he callado. BELISA.
BELISA. Es por la amistad pasada,
Tiene á los pies un león,
Tenia grandes los pies. Y la que tiene de nuevo Que siempre que entro rae espanta;
LISARDA. Con don Juan, mi hijo. Y una vez, madre, no dudes
¿Esa es falta do importancia? TIBERIO. Que ha de saltarme á la cara.
CELISA. Vayan, LISARDA.
No, madre; que sol)ra era,
Y sáquenle prendas. Pues'nonos pongan el coche;
Y temí, si se enojaba. ALGUACIL. Que á San Miguel á pié basta.
Que era sepultarme en losa Vamos; BELISA.
Cubrirme de una patada. Que no está lejos su casa.
Y ¿no es nada el de los pies.
Vile algo negras las uñas; {\'anse el escribano , el alguacil Junto al peso de las almas?
Y' no pretendo en mi casa y Flora.) TIBERIO.
Cernícalo de uñas negras.
No vendré á verte en mi vida.
MSARDA. ESCENA IV.
FLORA.
;,Y no las tenia blancas LISARDA BELISA TIBERIO
, , ; des- Los novios, Señora, aguardan.
Él caballero francés?
pués, FLORA. BELISA.
BELISA.
madama qué alteración
.lesus, y
No quiero yo ser TIBERIO.
¡

Hola, dame un vidrio de agua.


Ni llamar mosiur mi esposo. Yo también me quiero ir.
i (Yanse.)
LISARDA. LISARDA.
Pues dime, ¿en qué hallaste falta
j Belisa está desmavada.
En don Luis, mozo y galán, I

Sala en casa de Eliso.


TIBERIO.
Cuyos pechos esmaltaba ¡

¿Qué tiene?
Un lagarto de Santiago? I

I
BELISA. ESCENA V.
BELISA.
Imaginé, ELISO, FABIO.
Calla,madre que me espantas.
;
¡

Como lo vi con la vara,


¿No dicen que las mujeres i
Que me sacara los ojos. FABIO.
A sus maridos abrazan?
intenta, por tu vida, el casamiento;
TIBERIO.
Con un laijarto en el pecho, I

Ojos no, mas prendas sacan. Que es rica, bien nacida y muy hermosa.
En mi vida le abrazara.
{Sale Flora) ELISO.
TIBERIO.
FLORA. Belisa tiene extraño pensamiento
Sobrina, llámase así En no agradarse de ninguna cosa :
Aquella cruz colorada. Cuatro novios por lo menos
Aguardan. Cada dia en la corte hay nuevo cuento
Que es espada, y no es lagarto. Desla dama cansada y enfadosa,
LISARDA.
BELISA. Porque son sus melindres, postres y an-
¿Dónde?
Hastaba la semejanza Alivio de cansados caminantes. [tes
FLORA.
Para matarme de miedo. Verdad es que mil cosas le levantan.
¡.Jesús! En la sala.
Costumbre de los cuciilos, que en efelo
TIBERIO. LISARDA. Van creciendo contados (jue adelantan;

¿Mas quedesmayas?
le ¿Quién son? Todos cuantos los cuentan un conecto.
'
Pues, sobrina, si ninguno FLORA. Todoslos hombres dice que la espantan,
Te agrada, y la edad se pasa Fabricio. Ni ella le quiere necio ni discreto.
í'.omo la flor, tiempo viene BELISA. Si es alto, porque sobra de lo justo.
A quien le tiene y le aguarda Ya he visto Si es bajo, porque falta.
En que después se arrepiente. A Fabricio. FABIO.
LISARDA. TIBERIO. ¡Lindo gusto!
¿Llaman? ¿En qué te cansa ELISO.
FLORA. Fabricio ? Un hombre desechó i)orque tenia
Si. BELISA. Un lunar en la cara, y por bermejo
LISARDA. En barba y cabeza A un caballero.
-Mira quien llama. Tiene ciertas mo.scas blancas, FABIO.
Y cuando ya hay tantas moscas. Mas razón tenia.
ESCENA III. Es que el verano se acaba. ELI.SO.
FLORA. ¿Porqué?
EN ALGUACIL y UN ESCRIBANO. El otro es médico. FABIO.
DjCHOS. BELISA. Por loque dicen del pellejo.
¡Lindo! ELISO.
ALf.üACIL.
Con médico si(Miipre en casa, Mirando un novio muy galán un dia,
Siempre entramos sin licencia.
Pensaré que esldv ciilVM'iua. Dijo, viénilole linipiocdinocsiicjo :

TIltERlO.
Frío me da de cuartanas. «Masque dormir con este inentccalo.
Siempre la tienen las varas. Tiemblo... Ti, ti, ti... ¡.Icsus! Quiero comer, que es bueno para plato.»
ALGUACIL. Hola, llévame á la cama. FABIO.
Los términos han pasado TIBERIO. (.4p. « Lisarda.) En Alcorcen pudiera hacer Belisa
Mira si quieres, Lisarda, Si no fuera mi sobrina. Un desposado, que es famoso el barro.
Que saque prendas á Eliso. La diera dos bofetadas. ELISO.
TIBERIO. LISARDA. Así le tuvo Eva burla y risa
:

¿Con Eliso en pleito andas? No lo oiga, ¡triste de mi! Hace del mas galán, del mas bizarro.
! ; ; , ; ; !; , !

520 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


ESCENA VI. FADIO. Elmar y el fuego, el hielo y la canícula.
Que aun apenas Yo seré Ulíses á tus cantos mágicos;
FELISARDO, que sale con la espada Cerraba las dos puertas de la calle. Pues solo vemos en tu acción ridicula
desnuda, — Dichos. Cuando veo que llega la justicia. Principios dulces para íines trágicos.
Llamaron, y yo haciendo que nooia,
FELISARDO. Cerré para decíroslo. ESCENA X.
¿Eslá aquiEliso? FELISARDO.
ELISO. ¿Qué haremos? EL ALGUACIL, EL ESCRIBANO, FA-
Oh Felisardo BIO.— ELISO.
¡ ELISO.
FELISAnDO. Esta casa no tiene parte oculta. ALGUACIL.
Aprisa; Ni menos de salir ventana ó puerta. Pudiera vuesamerced
Que aun caballero... FABIO. Tener estilo debido
ELISO. Seüor, bien estarán en mi aposento. A quien es.
¿Qué dices? ELISO. ELISO.
FELISARDO. En caso de buscar hombre por muerto. Nolo he sabido,
Navarro
No dejarán rincón que no le miren, Y que le tengo creed.
Pienso que lie niuerlo. acompañando á Y mucho mas,nohabiendoabierto luego. Cuentas de hacienda intrincada
Que venia del Pradoam Aurelia. [Celia, CELIA. Divierten, y yo no soy
Salieron de mañana á pasearse; Portero en mi casa.
¡Ay triste yo!
Salí; siguiólas este caballero ; ALGUACIL.
Volvieron, y él detrás, y sin quitarse ELISO.
Estoy,
De paso á fuente, á lo de bravo y tiero. Noosallijais, Señora.
Por ser de una casa honrada,
Llegaron las criadas á enfadarse; FELISARDO.
Dos horas á vuestra puerta,
Que no io estaba yo poco primero. Intentemos siquiera alguna industria. ¡Y sale vuestro criado
Habléle, respondió, vino derecho,
ELISO. Muy dormido y enfadado
Miréle, alzó, nietime, ya está hecho.
mano Yo tenia en mi casa dos esclavos : ELISO.
Huyeron las mujeres, di la
A Celia, y queda...
Pedro, que á los caballos asistía, La bestia ahora despierta
Porque era ya cristiano bautizado Que no sale mas temprano
ELISO.
¿Dónde?
Y Zara, una esclavilla granadina [bos :
De la cama ;

y, por mi vida
Los dos podéis ungiros, porque entram- Que este descuido no impida
FELISARDO. Están en la heredad. Tú, Felisardo, El estilo cortesano
A vuestra puerta. Vé á la caballeriza, y en la cuerda Digno de quien sois. Decid
ELISO. Que atraviesa de la una á la otra parte, Qué es lo que mandáis.
Mctedla presto. Hallarás el vestido que las liestas ALGUACIL.
El esclavo se pone; y tú. Señora,
FELISAÜDO. ¡ Muy bien
En la cocina el que se pone Zara. Eso diréis que también
¡Celia, Celia!
Tú toma la almohaza, tú los platos, Es estilo de Madrid.
Y no seréis de nadie conocidos.
ESCENA VII.
FELISARDO.
¿No os acordáis que se os hizo
Por Lisarda ejecución?
CELIA.— Dichos. Yo voy. ELISO.
CELIA.
¡Ah sí! tenéis gran razón.
CELIA. Yyoá lo mismo. En fin, ¿no le satisfizo
¡Hermano! {Vansc los dos.) Ningún concierto?
FELISARDO.
FABIO. ALGUACIL.
Aqui estarás segura y encubierta. Ya nos quiebran Pasó
CELIA. La puerta. La oposición, como veis
Pues ¿dónde vas? ELISO. Ningún término tenéis.
FELISARDO. Antes me espanto de la flema Porque todo se cum()lió.
Al Carmen. Con que llaman, buscando un delíncuen- Prendas os vengo á sacar.
CELIA. [te. ELISO.
Es en vano Baja, y d que yo estaba en mi escritorio.
i
No tengo qué responder:
Quedar aquí sin ti , menos que muerta. En papeles y cuentas ocupado, Lisarda lo puede hacer.
Sinchavpeligroaquí,¿porquéte alejas? Y que nadie hasta agora los ha oído. ESCRIBANO.
y si aun aqui le hay, ¿por qué me dejas? Y detente en hablar lo que pudieres
Licencia nos podéis dar.
ELISO. Porque tengan lugar para vestirse.
ELISO.
Dien dice. Cierra, Fabio, nuestra puerta; FABIO.
Entrad que Fabio os dará
Que á mas [leligro vais por tantas calles. Yo voy, y quiera el cíelo que suceda ;

Mi plata y tapicería
FABIO. Tan felizmente, que burlados queden.
Y si falta (que podría),
Yo voy. (Vase.) ELISO.
Satisfacion se os hará
ELISA. Por su desdicha conocerlos pueden. Con otras prendas.
Aqui estará Celia encubierta, {Vase Fabio.) ESCRIBANO.
Ytú,miénlrasremediobusquesóhalles.
Muy bien.
CELIA. ESCENA IX.
Vamos.
Bien dice, mientras algo se concierta el alguacil, el escribano
ELISO. ( \anse
Que dos mancebos de gallardos talles, y Fabio.)
Que me vieron venir, no dirán nada.
Tirano amor, cuya opinión temática
ELISO.
Nos muestra bien ia librería histórica, ESCENA XI.
No temas: que no harán sí es gente hon-
Escura ciencia en lengua metafórica ¡

[rada ELISO.
De la eslinge de Tébas enigmática :
ESCENA VIII. ¡ Dichoso el que se
queda en tu gra-
[mática, Yo estaba engañado.
FADIO. — Dichos. Y no y retórica,
llega á tu lógica Basta, que siendo el buscado,
Pues el que sabe mas de tu teórica. Y el perseguido también.
FABIO. Menos lo muestra en tu experiencia prá- Pensé que era Felisardo.
¡ Gran desdicha! ¡ ctica! Mas liien es que estén así.

ELISO. Pues igualas, amor, en tu matricula Por sí conoce aquí;


los

¿Qué dices? Los sabios y los bárbaros salvájicos, Que mi deuda presto aguardo
;, ; —; : ; —

LOS MELINDRES DE BELISA. 521


Remediarla con dinero, ¿Qué hará después con enojos? ALGUACIL.
Que espero en tin deste mes. Muy bien despedido va; Eso es mucho mas yo sé;
Tomé el consejo después Que vi la figura en él Que lo hará [lor ti y "por mí,
Que fuera mejor primero; I)el rey don Pedro el Cruel, Y que en caso de vendellos,
Porque si iiubiera pedido Que en Santo Domingo está. Gustará de hacerte gusto.
A Beiisa por mujer, LISARDA.
Pienso que pudiera ser LISARDA.
¿Y el que anteayer te ofrecí? I

Cualquiera precio es muy justo,


De sus melindres marido; !

Que toda mi cobardia BELISA. i Aunque muy grande, por ellos.


Nació de su condición. ¡Ay, Jesús! I ALGUACIL.
Entrar quiero, que es razón, LISARDA. j
Yo tengo qué hacer : el cielo
A ver esa hacienda mia No fe alborotes. Te guarde.
Que tiempo habrá de pedir BELISA. LISARDA.
A Heiisa y de trocar Veme después
La deuda en deudo, y pagar Muy caldos los bigotes !

Sobre la boca le vi. Que tuya esta casa es.


Con el mismo recebir;
Que Imaginé que seria ALGUACIL.
es la hacienda poderosa.
Pero bien es menester O perro de agua ó salvaje, Que no tendremos, recelo,
Para sufrir y tener O que estaba algún ¡¡otaje Necesidad de vender
Sorbiendo por celosia. Prendas.
Una mujer ínelibdrosa. {Va se)
Bien tiene, si come leche. LISARDA.
Con que poderla colar. Asi lo imagino.
LISARDA. ALGUACIL.
Sala en casa de Lisarda.
Pues ¿quién te ha de contentar? Adiós.
ESCENA XII. FLORA. {Yanse el alQuacily el escribano; Li-
Un marido en escabeche. sarda, Belisa y Flora se quedan ha-
LISARDA, BELISA, FLORA. blando entre si.)
ESCENA XIII.
ESCENA XV.
LIS.\RDA.
Este hombre es un pincel, EL ALGUACIL, EL ESCRIBANO. I

LISARDA, BELISA FELISARDO, ,


¿Por qué no te ha de agradar? Dichas.
CELIA, FLORA.
BELISA.
Cuando te quieras casar, escribano. FELISARDO. (.4/?.)
Elige alguno como él Hízose todo muy bien. Qué extraño camino
¡
Que á mi no me satisfizo. ALGUACIL. De desdicha, aunque ha de ser
LISARDA. Bien se ha hecho. Para mas remedio mío!
¿Porqué? LISARDA. Que en aqueste traje y casa.
BELISA. Mientras esta furia pasa.
¿De qué modo?
Porque allí contó Estar guardado confio.
ALGUACIL.
Una pendencia, y mostró... Pero ¿cuándo historia alguna
Depositado está todo, De cuantas ha visto el mundo
LISARDA. Y pídeme que te den
¿Qué mostró? Dio capítulo segundo
Dos prendas vivas á ti. Al libro de la fortuna?
BELISA. Que por fuerza le saqué. ¿Hay suceso mas gallardo?
Un puño postizo. LISARDA. ¡Que un hombre que hoy en Madrid
LISARDA. ¿Prendas vivas? Era mas noble que el Cid
¿Eso importa? ALGUACIL. Y mas libre que Bernardo,
BELISA.
Por mi fe.
Se vea esclavo y sacado
Hombre que á mí, Que en toda mi vida vi Por prenda de ejecución,
Señora, me ha de querer, Dos tan gallardos esclavos. No con mayor dilación
¿Postizo le ha de traer? Que lo qué habernos tardado
LISARDA.
Y cuando le traiga asi En vestirnos Celia y yo,
¿Ha de ser tan descuidado,
Hasme hecho gran placer. Sin morato, sin jafer,
Qu» por hacerse valiente ALGUACIL. Y sin poder responder
Se le caiga, cuando cuento El uno es mujer. A estos hombres sí ni no?
Las cuchilladas que ha dado. LISARDA. Yo estoy como loco aquí
Con el puño de la espada, ¿Mujer
No sé en qué podré parar.
El puño de la camisa? CELIA. {Ap.)
Herrada?
LISARDA.
ALGUACIL.
Si me pudiera quejar,
Esos melindres, Belisa, Cielo contrario, de ti.
No tiene clavos
Me tienen ya muy cansada. Por el traje en que me veo,
Pero puédelos poner
No sé á quién te has parecido: Pues él me diera licencia.
En cualquiera libertad.
Que yo no fui melindrosa. Hola, Pedro y Zara, entrad.
Perdiera a(|uella paciencia
BELISA. Que ya te pido y deseo.
LISARDA. No puedo de mí quejarme.
El ser yo limpia y curiosa
j
Bizarros No hay mas que ver.
!
Pues lo que me ha sucedido,
¿Por melindres has tenido?
Engaño, y no culpa ha sido. ,

LISARDA.
Pues dime que no

ESCENA XIV. Mas ¿qué podrá resultarme?
lo fué ¿Que daño puede venirme?
No querer al caballero FELISARDO v CELIA, de esclavos.- Todo es servir ocho días.
""
Toledano.
Dichos. BELISA.
BELISA.
Bien dices; y tú podrás
Darte espero alguacil.
Hablarle.
La razón.
Yo los saqué, porque creo LISARDA.
LISARDA.
Que un gran servicio te hago. Si él está firme,
Yo no la sé.
dinero
LISARDA. Yo le haré con el
BELISA. Que los deje, aunque no quiera.
Daréle carta de pago.
Tenia grandes los ojos, Tal gracia en los moros veo, Esclavo...
Y algo el mirar espantado :
De los dos mil, y aun á ti FELISARDO.
j

Si así mira enamorado, Albricias, porque los dé. i Señora...


L-L 21
— ,), ! ; ;, , !
; , , ,; ! , ; )
!; ; ,

322 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.


LISARDA. Cura de su coche agora ,
Quiere librarse de amor;
Espera. Los caballos, y á él un bayo. Cuál con ninyorcí jiorfias,
FELISARUO.
'

FELISARDO. En otro gnslo. Señor,


¿Qué he de esperar si esto espero? ¿Hijo tiene? Pasa sus mclancolias.
FLORA. Plinio dijo que se echase
LISARDA.
Y muy galán. Un amador ( qué molestia
(Tu nombre? Adonde se revolcase
¡
!

FELISARDO. FELISARDO.
Una muía y que una bestia
Pedro me llamo. ¿Anda fuera? ,

Asi otra bestia imitase;


FLORA.
LISARDA. Mas esto fué por mostrar
Está en la cama. Que era una bestia quien ama
¿Cristiano?
Ronda de noche una dama No poi (|ne puede quitar
FELISARDO. Y no niadm^a ilon .luán ;
por la gracia
Si
De aquella bestia la cama
, Las doce le dan en ella Esta enfermedad de amar.
De Dios, aunque por clesgracia Los mas días tú tendrás ;
Mas yo digo que el pedir
Mía te tenyo por amo. Dueño si en la casa estás,
,
Es remedio de amor.

LISARDA. Hermano dcsa iloncella
Que es ángel en condición,
DON JUAN.
¿Pésale de estar aquí?
Y yo te regalaré; ¿Dónde has oído decir
FELISARDO. Eso de Plinio?
Que tu talle obliga á fe
No. (A}i. Porque mas me pesara.
Y buena conversación. CARRILLO.
Si allá en la cárcoi paliara
De todo tengo las llaves.' Señor,
Lo que no te debo á ü. ;,Bel)es vino? ¿Comes, di. Hanse dado á traducir
LISARDA. Tocino? Tantos hombres que carecen
¿De dónde eres? FELISARDO. De ingenio que ya sabemos
,

FELISARDO. Pienso que sí Los tontos lo que encarecen


De Granada Porque nací donde sabes Los sabios, y merecemos
Aunque en Madrid he nacido Si no es que se me ha olvidado Los nombres que ellos merecen.
De esclava, que hubiera sido Desde anoche que cené. Yo 'e tengo traducido
Reina, á no ser desdichada. FLORA. Y aun á Horacio y á Lucano.
El hijo de Carlos Quinto, ¡Oh qué regalos te haré DON JUAN.
,
Don Juan de Austria , cautivó ¿Esos hombres has leído?
CELIA.
A mi madre, y naci yo. CARRILLO.
De la Alpujaií-a distinto. Sihas de ser tan regalado.
Alaba, Pedro, á los cielos. Pues si están en castellano,
Donde ella fué natural
¿Qué dificultad ha sido?
\ un caballero español FELISARDO.
Oye, Ya mi alaz

También podría gustarte