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“Para frenar el escándalo me dijeron que abortara”:

Claudia Tovar

Claudia Tovar el día de su grado con César Moreno.


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Una barranquillera aviva la tormenta en el movimiento político religioso Mira, al


revelar que fue rechazada por la líder de la Iglesia cuando mantenía relaciones
sentimentales con su hijo, Eduardo Moreno Piraquive.
La barranquillera Claudia Tovar, quien tuvo una relación sentimental con César Eduardo
Moreno Piraquive, hijo de María Luisa Piraquive, líder del Movimiento Mira, envuelta en un
escándalo por discriminación contra los discapacitados, relató ayer a EL HERALDO que hace
13 años, los Piraquive le pidieron que abortara apenas supieron que estaba embarazada.
(Leer Polémica porque madre de senadora dice que discapacitados no pueden subir al púlpito).
De esa unión nació una jovencita que la próxima semana cumplirá 13 años de edad.
(Vea Video revela discriminación a discapacitados en Iglesia cristiana de Colombia).
Claudia señala que cuando estudiaba comunicación social en la Escuela Superior de
Telecomunicaciones, en Bogotá, sostuvo un noviazgo de cuatro años con César, hermano de
la senadora Alexandra Moreno Piraquive que fue elegida por el Movimiento Político Mira, que
nació de la iglesia de Dios Ministerial.
Recuerda que vivió con César seis meses en Estados Unidos, y lo acompañaba a todas las
iglesias a recoger el dinero. “Teníamos una vida de pareja normal, pero María Luisa nunca me
quiso porque según ella, no tenía los dones espirituales y era costeña”.

A pesar del rechazo de su madre, -agrega- César prometió que no la dejaría y la relación
siguió en contra de la voluntad de María Luisa.

Claudia recuerda que una de las pocas veces que se encontró en Estados Unidos con María
Luisa, ésta le dijo: “tú no eres la mujer para mi hijo, Dios me dice eso”.

Ella se resignó a vivir con ese rechazo. En el año 2000 cuando salió embarazada y le dio la
noticia a César, “me pidió que abortara para evitar el escándalo en la iglesia y que me
regresara a Barranquilla, que si no había escándalo me pagaría una mesada”.

Claudia se negó a hacerlo, terminaron la relación en julio y en agosto, César se casó con otra
mujer que le había escogido María Luisa quien explicó en la iglesia que “César no se había
casado conmigo porque yo estaba en pecado”.

Claudia Tovar con su hija cuando cumplió tres años.

Claudia volvió a Barranquilla, donde nació su hija Valentina.

Al mes, viajó a Bogotá donde demandó a César en el Juzgado 14 de Familia y comenzó un


pleito jurídico. El juez solicitó prueba de ADN para verificar la paternidad y una vez se
demostró en el laboratorio del genetista Emilio Yunis, el juez dictó sentencia y le impuso
obligaciones.
“César alegó que no tenía dinero, que él vivía con su mamá, María Luisa, que lo mantenía. El
juez le respondió que él había declarado que la niña no podía ser suya porque él se la pasaba
en el exterior y una persona que pasa en el exterior tiene la solvencia económica para estar en
el exterior y le colocó una pensión de $500.000 mensuales, que sube cada año de acuerdo
con el aumento salarial”, narra Claudia.

Recuerda que hace dos años, César y María Luisa estuvieron en Barranquilla, por lo
que Valentina quiso conocerlos.

La niña fue a la iglesia, la encerraron en una oficina y a las dos horas un pastor le dijo: “te
mentí en el nombre de Dios, tú papá y tu abuela no te quieren conocer, perdóname, algún día
por esto, ven para imponerte manos”.

Claudia asegura que eso es ilícito porque nadie puede tocar a un menor sin autorización de
sus padres. “Valentina salió llorando y estuvo deprimida por un tiempo, preguntándose porque
su papá y su abuela no la quieren”.

Hace dos años, Claudia quedó desempleada, por lo que sacó a Valentina del colegio Boston
International School, donde estudiaba y llamó a conciliación a César para que no le pasara
plata, pero se encargara de la educación de su hija. “Estuve a punto de pasarle la custodia,
con tal de que Valentina estudiara en un buen colegio y se hiciera profesional, pero él nunca
fue a las tres audiencias. Mandó al mensajero diciendo que no tenía dinero para pagar el
tiquete y venir de Bogotá, además solicitó que le bajaran la pensión”, expresa.

Claudia afirma que todo el dinero de la iglesia lo maneja César. “A sus otros hijos los tiene
bien y viajando por todo el mundo, pero a Valentina no le da ni cariño. La única vez que la vio
fue a los dos años cuando le hicieron la prueba de ADN”.

Valentina solo conoce a su padre por las fotos en internet y por las que conserva su madre de
la época en que estuvieron juntos.

Claudia no ha vuelto a la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional después de


que fue expuesta al escarnio por quedar embarazada y negarse a practicar un aborto. “Tenía
temor de que me lincharan por ser el diablo”, asegura.

Héctor Padilla, vocero del movimiento Mira en el Atlántico, dijo que sobre este caso no se
puede pronunciar porque es un caso personal en el que no intervienen, porque en la iglesia
nadie se mete en la vida privada de otros. Pero manifestó que si rechazan el aborto.

Con respecto a las palabras de María Luisa sobre los discapacitados , Padilla dijo que eso no
afecta el trabajo del movimiento, porque han demostrado que realmente están preocupados
por sacar leyes que beneficien al país.
“Como creyente tengo 19 años de pertenecer a la iglesia y nunca he sido objeto de
discriminación ni tampoco he visto que se discrimine a la gente. Lo que sucede es que como
en toda organización, hay unos reglamentos o requisitos y son tan respetables los requisitos
de la iglesia al momento de subir al púlpito como los que se tienen en todas las
organizaciones, incluso, para poder laborar en ellas".

POR:
LEONOR DE LA CRUZ

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