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Paciente – Cliente: Cristina

Motivo de consulta: “Mis hijas no me dejan vivir con mi marido, necesito ayuda para que mi familia
vuelva a ser la fue”

Cristina es una mujer que actualmente tiene 65 años, pensionada, pero aún trabaja como secretaria en
el senado de la república hace 40 años, el mismo tiempo que lleva casada con Raúl. De este
matrimonio nacieron tres hijas: Alexandra de 38 años, Beatriz de 33 años y Carolina de 30 años.
Cristina y Raúl se casaron en 1980 y desde ese entonces Cristina siempre ha velado por el bienestar
económico del hogar en su totalidad; Raúl por su parte, trabajó los primeros diez años de matrimonio
en la policía pero fue expulsado de la fuerza y posteriormente nunca pudo mantener un trabajo fijo y/o
estable ya que siempre aducía tener problemas con sus jefes, y frente a ello renunciaba o no le
reanudaban los contratos. En la actualidad, se dedica a labores de mecánica automovilística por gusto
propio.

Cristina menciona que la “familia siempre fue mi todo, siempre fue la joya de mostrar ante el mundo,
ante mis amigas, en el trabajo y en todo lado”, “puede que Raúl no fuese un hombre exitoso
laboralmente pero no se notaba, yo cubría todo”, “y como él al principio no estaba por que estaba en la
policía, entonces iba y venía y si habían problemas no importaba por que igual se iba a ir en un tiempo
y volvía meses después”. En la historia de este sistema familiar aparece un evento que en términos de
Cristina, “cambió el rumbo de la familia”, y es que cuando Beatriz cumplió los 18 años, ella misma en la
fiesta de su cumpleaños, y delante de toda la familia extensa, decidió develar el hecho que su padre
(Raúl) había abusado sexualmente de ella entre los 13 y los 15 años. En términos de Cristina, “ese día
me gustaría haberlo borrado de mi vida, preferiría que mi hija nunca hubiera hecho eso”. Ese evento
sucedió hace 15 años pero aún resuena en el interior de la familia: Para empezar, ese día toda la
familia insultó a Raúl y decidieron echarlo del hogar, aspecto que para Cristina fue difícil puesto que a
pesar de conocer de antemano la situación y considerar que Raúl debía irse de la casa, ella no quería
separarse, “siempre pensé que debía estar con mi esposo”.

Ante la salida de Raúl de la casa, Cristina asumió la postura que respaldaba a sus hijas pero seguía
viendo a Raúl a escondidas de ellas. “no quería ser juzgada por mis hijas, pero tampoco quiero perder
mi marido, yo no quiero estar sola cuando sea vieja”, “me pude ver con Raúl a escondidas durante siete
años, pero mis hijas me descubrieron”, “se rompió mi familia”. Ante la situación descrita en el
cumpleaños de Beatriz, Carolina la hija menor cayó enferma; en ese momento tenía trece años y
empezó a presentar comportamientos extraños hasta que a la edad de 18 años fue diagnosticada con
esquizofrenia. Carolina y Alexandra por su parte, según lo refiere su madre, nunca pudieron
comprender por que su padre había abusado de su hermana, “todos nos volcamos sobre Beatriz y tal
vez descuidamos a Alexandra y sin duda a Carolina”. Según lo mencionó Cristina, Carolina en
solidaridad con su hermana Beatriz siempre se ha sentido mal por que a ella no le pasó nada.

Alexandra, Beatriz y Carolina no le dirigen la palabra a Raúl hace quince años y siempre están
pendientes de Cristina. Siempre una de las tres la acompaña día a día, pero en palabras de la misma
Cristina, “yo siento que no me acompañan, me llaman y me llegan a la casa de sorpresa siempre para
vigilar que no me vea con mi marido”, “y les digo, yo no necesito guardaespaldas, puede que Ustedes
hayan peleado con su papá, y siempre lo odiaré por eso, pero su papá es mi marido y yo no lo voy a
perder”. A pesar de que esto sucedió hace quince años, Cristina nunca les contó a sus amigos más
cercanos (incluso familiares lejanos) lo sucedido. Y actualmente, ha tomado la decisión de volver a vivir
con Raúl sin consultar con sus hijas, al respecto menciona: “yo no tengo por qué pedirles permiso a mis
hijas para vivir con mi marido en mi casa”. Frente a esa decisión, sus tres hijas han escrito una carta
dirigida a sus dos padres que dice:

“Estimada Mamá y Raúl,


Puede que hayan pasado quince años desde que decidimos abrir la verdad ante todos, pero quince años no es
nada para la atrocidad que Usted, Raúl, hizo a la familia. Usted ha manipulado a nuestra madre durante
quince años y ahora ella, ya manipulada por Usted, ha decidido volver a vivir con un animal: Raúl. Queremos
pedirle como hijas de nuestra madre que piense dos veces antes de volver a la casa. SI Usted lo hace
pondremos la denuncia y la demanda pertinente por la violación reiterativa y sistemática de mi hermana
cuando tenía 13 años, además de volverlo público y de no volvernos a ver. Lo que Usted hizo no tiene arreglo,
cada vez que vemos a nuestra madre arreglarse para salir con un animal como Usted, Carolina se enferma,
Beatriz se deprime y Alexandra se aleja. Déjenos en paz. ¿no le bastó con lo que hizo? Nuestra madre fue débil
cuando todo se develó y no fue capaz de denunciarlo pero nosotros no lo dudaremos.”

Preguntas orientadoras:

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