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Aerosol

Para otros usos de este término, véase Aerosol (desambiguación).


En ingeniería ambiental, se denomina aerosol a un coloide de partículas sólidas o
líquidas suspendidas en un gas. El término aerosol se refiere tanto a las partículas
como al gas en el que las partículas están suspendidas. El tamaño de las
partículas puede ser desde 0,002 µm a más de 100 µm, esto es, desde unas
pocas moléculas hasta el tamaño en el que dichas partículas no pueden
permanecer suspendidas en el gas al menos durante unas horas.[1]
Dentro de los procesos que ocurren a nivel troposférico en contacto directo con la
vida del planeta, se incluye la emisión de material particulado (PM, Particulate
Matter1). La notación PM10 se refiere a las partículas que pasan a través de un
cabezal de tamaño selectivo para un diámetro aerodinámico de 10 μm con una
eficiencia de corte del 50%, mientras para que PM2,5 representa partículas de
menos de 2,5 µm de diámetro aerodinámico.2 De forma análoga pueden utilizarse
otros valores numéricos.
La generación de aerosoles puede ser de origen natural o debida a la
actividad humana. Algunas partículas se dan de manera natural, las cenizas
volcánicas, las tormentas de polvo, la erosión del suelo, los incendios forestales y
de pastizales, y la pulverización de agua marina. Las actividades humanas, como
la quema de combustibles y la alteración de la superficie terrestre también
generan aerosoles. En términos globales, los aerosoles artificiales generados por
las actividades humanas, representan aproximadamente el 10% [cita  requerida] del total
de aerosoles en nuestra atmósfera.

Origen y composición[editar]
Los aerosoles atmosféricos pueden ser originados de forma natural o
antropogénica. Algunas de estas partículas son emitidas directamente a la
atmósfera (emisiones primarias) y otras son emitidas como gases que por
reacciones químicas de coagulación o condensación entre moléculas reactivas
forman partículas en la atmósfera (emisiones secundarias). La composición de las
partículas de un aerosol depende de la fuente donde son generadas.
Las mayores fuentes naturales son la actividad volcánica, suelos erosionados,
plantas, flores, microorganismos, la superficie de mares y océanos, las tormentas
de polvo y los incendios forestales y de pastizales. La pulverización de agua
marina también es una gran fuente de aerosoles aunque la mayoría de estos caen
al mar cerca de donde fueron emitidos.
La mayor fuente de aerosoles debida a la actividad humana es
la quema de combustibles en motores térmicos para el transporte y en centrales
termoeléctricas para la generación de energía eléctrica, la fundición de metales
como cobre o zinc, la producción de cemento, cerámica y ladrillos, además del
polvo generado en las obras de construcción y otras zonas de tierra donde el agua
o la vegetación ha sido removida. Algunos de los principales componentes que
desprenden son sulfatos, nitratos y aerosoles orgánicos.
La composición química de los aerosoles afecta directamente a la forma en que
interactúa la atmósfera con la radiación solar y el contenido de agua líquida. Los
componentes químicos de los aerosoles alteran el índice de refracción global de la
atmósfera. El índice de refracción determina la cantidad de luz que es dispersada
y la que es absorbida.
Pulverización de agua marina[editar]
La pulverización del agua marina es considerada como la segunda fuente más
importante de aerosoles a nivel global. Las partículas procedentes de la
pulverización del agua marina tienen la misma composición que el agua del mar:
agua y sustancias como cloruro
sódico, sales de magnesio, calcio, potasio y sulfatos. Además los aerosoles de
origen marino pueden contener compuestos orgánicos. Estos aerosoles no
absorben la luz solar.
Polvos minerales[editar]
Los polvos minerales son aerosoles atmosféricos originados por la erosión de
la corteza terrestre y su posterior dispersión en el aire. Están constituidos
principalmente de óxidos (SiO 2, Al2O3, FeO, Fe2O3, CaO, y otros) y carbonatos
(CaCO3, MgCO3) que constituyen la corteza terrestre. Estos aerosoles absorben la
luz solar.
Las emisiones de polvos minerales a nivel mundial se estiman en 1000-5000
millones de toneladas por año,3 de las cuales la mayor parte se atribuye a los
desiertos. El desierto del Sáhara es la principal fuente de polvo mineral, que es
dispersado en el mar Mediterráneo y el Caribe hacia el norte de América del Sur,
América Central, América del Norte y Europa. El desierto de Gobi es otra gran
fuente de polvo mineral, que afecta a Asia oriental y al oeste de América del Norte.
Aunque este tipo de aerosoles generalmente se considera de origen natural, se
estima que alrededor del 30% de la carga de polvos minerales en la atmósfera
podría atribuirse a las actividades humanas a través de la desertificación y la
utilización indebida de tierras.4
Compuestos de azufre y de nitrógeno[editar]
La generación de la materia a partir de la cual se originan los aerosoles
secundarios, puede ser de origen antropogénico (a partir de la combustión de
combustibles fósiles) o de origen biogénico natural. Las partículas secundarias se
derivan de la reacción de los gases primarios.

 Óxidos de azufre

El dióxido de azufre, alrededor de la mitad que llega a la atmósfera vuelve a


depositarse en la superficie y el resto se convierte en iones sulfato; otro aerosol
secundario se forma cuando el dióxido de azufre reacciona con el oxígeno en la
atmósfera formando trióxido de azufre, que luego reacciona con el agua
formando ácido sulfúrico. Ambos contaminantes secundarios contribuyen a la
formación de la lluvia ácida. Son producidos principalmente por combustión de
carbón, petróleo, la metalurgia y las actividad volcánica.

 Óxidos de nitrógenos

Tienen como aerosoles primarios a la denominación NO x (conjunto del óxido


nítrico y el dióxido de nitrógeno) que se oxidan rápidamente en la atmósfera,
dando lugar a nitrato o ácido nítrico, son importantes en la formación de smog
fotoquímico e influye en reacciones de formación y destrucción de ozono
troposférico y estratosférico. son procedentes de las combustiones a altas
temperaturas. El óxido nitroso en la troposfera es inerte, desaparece de la
estratosfera en reacciones fotoquímicas y también tiene un efecto invernadero, su
origen son fuentes naturales como procesos microbiológicos en suelo y océanos. 5
Los aerosoles de sulfatos y nitratos son fuertes dispersores de la luz. 6
Merece especial atención el N2O, que transmite la radiación de alta frecuencia
pero refleja la radiación de baja frecuencia.
Materia orgánica[editar]
Los aerosoles de materia orgánica pueden ser primarios o secundarios. Los
secundarios se derivan de la oxidación de compuestos orgánicos volátiles (COV,
o VOC del inglés Volatic Organic Compounds). El material orgánico en la
atmósfera puede ser de origen biogénico o antropogénico. Los aerosoles de
materia orgánica influyen en el comportamiento de la atmósfera ante la radiación,
algunos dispersándola y otros absorbiéndola.
Otro tipo importante de aerosol lo constituye el carbono elemental (también
conocido como negro de carbono). Este tipo de aerosoles tienen una
alta absortancia de la luz y se cree que favorecen el efecto invernadero.
El metano (CH4) es el más abundante e importante de los hidrocarburos
atmosféricos, es un contaminante primario formado de manera natural por
reacciones anaeróbicas del metabolismo, desaparece de la atmósfera al
reaccionar con radicales OH, formando principalmente ozono, es uno de los gases
de efecto invernadero considerados en el protocolo de Kyoto. En algunas
estadísticas se distinguen las emisiones de compuestos orgánicos volátiles
excluyendo el metano como NMVOC (del inglés Non-Methane Volatile Organic
Compounds).

Permanencia de las partículas en suspensión[editar]


El tamaño es un parámetro importante para el comportamiento de las partículas,
por los que las más pequeñas (de menos de 2.5 μm de diámetro) tienen periodos
de vida media en la atmósfera de días a semanas, viajan distancias de 100 km o
más y tienden a ser homogéneas en áreas urbanas, por lo que sufren
transformaciones. En cambio, las partículas gruesas (de alrededor de 10 μm de
diámetro)generalmente se depositan más rápido, con una vida media en la
atmósfera de solo minutos u horas, por lo que presentan mayor variabilidad
espacial.7

Cambios radiativos de los aerosoles[editar]

Reducción de la radiación solar debido a erupciones volcánicas.

Los aerosoles, naturales y antropogénicos, pueden afectar al clima cambiando el


modo en el que la radiación electromagnética se transmite a la atmósfera. Las
observaciones directas de los efectos de los aerosoles son bastante limitadas, por
lo que cualquier intento por estimar su efecto global implica necesariamente el uso
de modelos computarizados. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático,
IPCC (por sus siglas en inglés), dice: Mientras que los cambios radiativos debidos
a los gases de efecto invernadero se pueden determinar con un alto grado de
precisión [...] las incertidumbres relacionadas con los cambios radiativos debidos a
los aerosoles siguen siendo grandes, y dependen en gran medida de las
estimaciones de los estudios de modelos mundiales, que son difíciles de verificar
en la actualidad.8
Aquí hay disponible un gráfico que muestra las contribuciones (para 2000,
comparado con 1750) y las incertidumbres de varios cambios.
Actualmente la red MPLNET, gestionada por la NASA, es capaz de medir
continuamente determinando la distribución de aerosoles y nubes en la atmósfera
en diferentes localizaciones. El objetivo perseguido es caracterizar la evolución a
largo plazo de los aerosoles y refinar así los modelos de evolución del clima
terrestre.
Aerosol de sulfato[editar]
Un aerosol de sulfato tiene dos efectos principales, uno directo y otro indirecto. El
efecto directo, a través del albedo, tiende a enfriar del planeta: el valor más
esperado del forzamiento radiativo según el IPCC es de -0.4 W/m², con
un intervalo de confianza de -0.2 a -0.8 W/m².9 Sin embargo, existen
incertidumbres importantes.
El efecto varía significativamente con la localización geográfica, con la mayoría del
efecto de refrigeración posiblemente situado a sotavento de los principales centros
industriales. Los modelos climáticos modernos que tratan de calcular la atribución
de los cambios climáticos recientes deben incluir efectos de los sulfatos, que
parecen contribuir, al menos en parte, al ligero descenso de la temperatura
mundial en la mitad del siglo XX. El efecto indirecto (por la acción de los aerosoles
como núcleos de condensación de nubes, modificando por lo tanto las
propiedades de las nubes) es más incierto, pero se cree que es un efecto de
enfriamiento.
Carbono negro[editar]
El carbono negro está compuesto de agrupaciones de carbón que forman
pequeñas esferas y es uno de los tipos más importantes de aerosoles de
absorción en la atmósfera. Debe distinguirse del carbono orgánico que forma parte
de las moléculas orgánicas. La contribución del carbono negro procedente de
combustibles fósiles ha sido estimada por el IPCC en el Cuarto Informe de
Evaluación del IPCC con un forzamiento radiativo global esperado de +0,2 W/m²
(fue +0,1 W/m² en el segundo informe de evaluación El IPCC), con un intervalo de
confianza de +0,1 a +0,4 W/m².

Efectos sobre la salud[editar]


Véase también: Norma europea sobre emisiones

Estación de medición de contaminación en Emden, Alemania.

Los efectos sobre la salud de la inhalación de partículas en suspensión han sido


ampliamente estudiados en animales y en el ser humano. Los que se manifiestan
primero son dolores pulmonares, de cabeza, malestares en garganta, irritación y
lagrimeo de los ojos, mientras que para exposiciones crónicas algunos
son asma, cáncer de pulmón, problemas cardiovasculares, y muerte prematura.
Los efectos también están relacionados con trastornos de salud como el
incremento de la frecuencia de enfermedades respiratorias crónicas, disminución
de la capacidad respiratoria y el incremento de enfermedades cardiacas. El
tamaño de las partículas es uno de los principales determinantes de que estas
entren en las vías respiratorias por inhalación. Las partículas más grandes
generalmente se filtran en la nariz y en la garganta y no causan problemas, pero
las partículas de menos de unos 10 micrómetros (PM10) pueden instalarse en los
bronquios y en los pulmones y causar problemas de salud. Del mismo modo, las
partículas de menos de 2.5 micrómetros (PM2,5) tienden a penetrar en el de
intercambio de gases de las regiones del pulmón, y las partículas muy pequeñas
(<100 nanómetros) pueden pasar a través de los pulmones y afectar a otros
órganos. En particular, un estudio publicado en el Journal of the American Medical
Association (Diario de la Asociación Médica Americana) indica que las
PM2,5 tienden a formar depósitos en las arterias, causando inflamaciones
vasculares y la arteriosclerosis, un endurecimiento de las arterias que reduce su
elasticidad, lo cual puede conducir a ataques cardíacos y otros problemas
cardiovasculares10 Los investigadores sugieren que la exposición a altas
concentraciones incluso a corto plazo puede contribuir considerablemente al
desarrollo de enfermedades de corazón.
También hay pruebas de que las partículas de tamaño inferior a 100 nanómetros
pueden atravesar las membranas celulares. Por ejemplo, las partículas pueden
migrar en el cerebro. Se ha sugerido que las partículas pueden causar daños en el
cerebro similares a los encontrados en pacientes con Alzheimer. Las partículas
emitidas por los motores modernos de gasóleo (comúnmente conocida
como materia particulada de diésel (Diésel Particulate Matter o DPM en inglés)
tienen comúnmente tamaños en torno a los 100 nanómetros (0,1 micrómetros).
Además, estas partículas de hollín pueden transportar componentes
potencialmente carcinógenos, como los benzopirenos, adsorbidos en su
superficie. Cada vez es más evidente que aquellos límites legislativos para los
motores que se establecen en términos de masa de emisiones no constituyen una
medida adecuada de los peligros para la salud. Una partícula de 10 µm de
diámetro tiene aproximadamente la misma masa que 1 millón de partículas de 100
nm de diámetro, pero es evidente que es mucho menos peligrosa, ya que es poco
probable que entre en las vías respiratorias de un cuerpo humano y si lo hiciera
sería eliminada rápidamente. Existen propuestas de nuevos reglamentos en
algunos países, con propuestas para limitar el área superficial de las partículas o
el número de partículas.
La relación entre un mayor número de muertes y de enfermedades con la polución
por partículas fue demostrada por primera vez a principios de los años 197011 y se
ha demostrado varias veces desde entonces. Se estima que la polución por
partículas causa entre 22.000 y 52.000 muertes al año en Estados Unidos (desde
2000).12
Para conocer la relación entre la exposición o condición y el efecto en el
organismo existen diversos tipos de estudios, entre ellos los estudios toxicológicos
y los estudios epidemiológicos.
Estudios toxicológicos[editar]
Involucran la evaluación de la relación dosis-respuesta de un organismo
determinado en condiciones controladas, exponiendolo a diferentes dosis. Tienen
mayor utilidad para determinar efectos a exposiciones agudas o efectos causados
por exposiciones crónicas, generalmente se realizan en laboratorios. Ha
encontrado datos significativos entre la asociación de la exposición a partículas
indicadoras de efectos nocivos, aportando información a la mortalidad y
morbilidad, sin embargo, no ha dado las propiedades específicas responsables de
su toxicidad, como tamaño, número, forma, composición o reactividad. Uno de sus
principales problemas es que al llevarse a cabo en laboratorios, se conocen las
propiedades de las partículas, pero no son representativas de la mezcla real a la
que se expone la población.13
Estudios paremiológicos[editar]
Se enfocan a los padecimientos, causas de muerte, se evalúan relaciones entre
estos eventos o lo que pudo despachar en un grupo de personas , por lo que
enfocada a los estudios ambientales evalúa la exposición a algún agente
(contaminación atmosférica) y si este se asocia con padecimientos o muertes
prematuras. Los efectos se han documentado durante más de 70 años, donde, a
partir de las primeras evidencias (valle del Osa, Bélgica en 1931, Sonora,
Pensilvano, mexicano. en 1948 y Atolondres, Inglaterra en 1952) resultó la
asociación entre exposiciones a partículas y la mortalidad y morbilidad
gastrovascular, que desencadenó la creación y aplicación de medidas y
programas de control y prevención de la contaminación.
A nivel mundial se han hecho estos estudios en dos tipos para evaluar la
asociación entre indicadores de morbilidad y mortalidad prematura con la
contaminación atmosférica, siendo el primero los estudios de series de
tiempo, que se utilizan para evaluar la exposición aguda de las partículas debido a
la relación entre cambios en niveles de contaminación y fluctuaciones diarias en el
número de incidencia de padecimientos, admisiones hospitalarias o defunciones.
Mientras que el segundo tipo son los estudios longitudinales que dan seguimiento
a un grupo de personas previamente seleccionadas a través de muchos años para
evaluar la relación entre la exposición crónica de partículas y la incidencia de
indicadores de morbilidad o la tasa de mortalidad.

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