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REVISTA PSICOGENTE

Corporación Educativa Mayor del Desarrollo Simón Bolívar


2003 No. II 43-64

,
HERMENEUTICA
DEL CUERPO
STELLA GONZÁLEZ QUINTERO·

YIDY PÁEZ CASADIEGOS'"

RESUMEN

La forma como se percibe el cuerpo indica, a su vez, la forma como se concibe el poder en
una sociedad. Un análisis de cada una de las épocas de Occidente (Antigüedad, Edad Media,
Renacimiento, Época Contemporánea), propuesto desde una perspectiva hermenéutica, que se basa
en las acepciones denotativas y connotativas (metafóricas) de la palabra cuerpo a lo largo de la
historia, sugiere esta hipótesis, la cual se sustenta, además, con un análisis explicativo de obras de
arte concebidas en cada uno de los periodos ya señalados.

Palabras clave: cuerpo, isomorfismo, denotación, connotación, soma-cosmos (microcosmos),


cuerpo-cárcel

ABSTRACT

The way the body is perceived indicates, as well, the way the power is conceived in a society.
An analysis of each period in the West (Antiquity, Middle Age, Renaissance, Contemporary Time),
proposed from a hermeneutical perspective, that is based on the denotative and connotative meanings
(metaphorical) of the word body throughout history, suggests this hypothesis, which is sustained,
in addition, with an explanatory analysis of works of art conceived in each of the periods already
indicated.

Key words: body, isomorphism, denotation, connotation, body-jail

,', Antropóloga. Profesora. Universidad del Norte


,,,', Médico. Profesor, Universidad Simón Bolívar. Universidad del Norte
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PRE-LUDIO ción, conexa pero con una metodología diferente


a la hipótesis de Arturo Rico. Se trata del enfo-
A partir del Renacimiento la corporalidad que hermenéutico, como una manera de leer e
parece haber adquirido un estatuto racional co- interpretar un sistema de signos. Considerando
mo realidad empírica indubitable. Su arcaica su- al cuerpo como un sistema de signos, puede, en
jeción a la existencia de un alma rectora de sus consecuencia, construirse un discurso sobre una
funciones se hace etérea ante las evidencias de hermenéutica de la corporalidad.
su concreción física avaladas por la física, la
química, la biología y la medicina. En su lectura, a partir de dicho discurso,
el signo cuerpo puede tener varios significados
Pero también existe la evidencia social de yesos significados corresponden a distintas per-
ese aserto. Hoy vivimos en una cultura del cepciones e imaginaciones de la realidad.
cuerpo. Toda la dinámica social podría conje-
turarse como un epi fenómeno de la concreción Proponemos la existencia de un isomor-
corporal. El cuerpo, al fin, sustancia y reflejo fismo entre estructura de poder, digamos cuerpo-
de lo real. sociedad, y el tipo de corporalidad que se im-
pone. En otras palabras, el signo cuerpo denota
Sin embargo, a pesar de las inconsisten- diferentes significados y connota varios sentidos
cias de los dualismos de distinto cuño que asig- de acuerdo con los valores, la ideología, las es-
nan a lo corporal un status valorativo inferior y, tructuras sociales o la ordenación social domi-
también, de los monismos que le adscriben una nante.
realidad estrictamente mecánica o fisicalista, el
cuerpo no parece ser una realidad homogénea Esta hermenéutica del cuerpo nos permite
y discreta cuando se le examina desde la antro- proponer la lectura de una relación estructural
pología cultural y, últimamente, desde lo que e isomorfa del cuerpo-individuo con el cuerpo-
se ha dado en llamar filosofía de la corporalidad, sociedad.
a partir del excelente ensayo introductorio de
esta temática, publicado en 1990 por el filósofo Así, creemos ver el cuerpo materializado
mexicano Arturo Rico.' De manera sucinta, re- en determinada forma "objetiva": un contorno,
sumo el discurso de este autor en la hipótesis un cierto "estar" en el espacio múltiple donde
de una realidad corporal construida bajo las lo encontramos o lo situamos. Lo vemos alto o
presiones de una práctica socio-histórica deter- bajo, cubierto o descubierto, más o menos suge-
minada. Se infiere, entonces, que el cuerpo no rente o perdido en su propia concreción mani-
es una realidad concreta, sino un constructo que fiesta. Pero esta percepción es equívoca porque
cambia de forma y de valoración, según las hay otro cuerpo, no fácilmente reconocible co-
necesidades y las vicisitudes de la práctica mo tal, constituido por el simbolismo de las je-
social. rarquías dominantes y que llamaremos cuerpo-
social (o cuerpo-sociedad), entronizado en las
Pero, se puede proponer otra aproxima- mentes individuales que luego proyectan, a tra-
vés de su propia morfología social-cultural, una
imagen 'artificial' de su cuerpo.
A. Rico Bovio. Las fronteras del cuerpo. Crítica de
la corporalidad. México: Joaquín Mortiz, 1990. En los planteamientos anteriores está
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implícita la hipótesis de que el cuerpo humano De esta manera, el concepto se refleja en


--en el nivel de lectura que proponemos- es una palabra, la cual, debido a los sentidos que
la metáfora de las cosmovisiones,? a través de se originan en su propia etimología -con res-
la cual se desarrolla una sensibilidad y un imagi- pecto a un uso posterior-, se convierte en metá-
nario que simbolizan los valores sociales. Según fora. Por ejemplo, una lectura de la institución
esto, podemos identificar a través de la historia educativa como escuela no comienza con una
metáforas del cuerpo que expresan la ideología revisión erudita de sus desarrollos y sus formas,
de cada época. Podríamos hablar de cuerpo-cos- sino con la palabra griega crXOAll (skhole), que
mos, cuerpo-cárcel, cuerpo-máquina o cuerpo- pasó al latín como schole y al español como
mercancía, para tipificar, de manera respectiva, escuela. Descubrimos, por esta vía, que la
los idearios colectivos de la Grecia Clásica, el skhole denota un lugar o espacio para la ense-
Medioevo, el Renacimiento-Barroco y la socie- ñanza, pero, también, connota un estado de jue-
dad contemporánea. go, de ocio como contemplación creativa y dis-
frute del espíritu, opuesta al trabajo ta-skhole,
o en latín, nec-otium, negocio)." Como podemos
J. HERMENÉUTICA O LA DANZA ver, mediante esa sencilla indagación etimoló-
DE LAS PALABRAS gica, se comienza una Lectura de la escuela con
la palabra 'escuela' considerada primero en su
En esta aproximación utilizamos la pala- dimensión metafórica. A partir de ese hallazgo
bra hermenéutica con un sentido de metáfora. inicial, se siguen las vicisitudes de esta imagen
Ello responde a las necesidades metodológicas en su decurso histórico.
de una propuesta de interpretación desarrollada
en varios seminarios y ensayos de intención pe- Con la misma palabra hermenéutica po-
dagógica. ~Se trata de iniciar una lectura de dis- demos proceder de idéntica manera. De la raíz
tintos aspectos de la realidad -sociales, histó- griega epu (herm), derivan palabras como
ricos, estéticos, científicos, etc.- partiendo no Epur«; (Hermes), "el que inventó la palabra'?
del conjunto de los conceptos actuales o pasa-
dos que establecen la diacronía de sus múltiples
significaciones, sino de la "historia" o periplo 4 Nec-otium, no-ocio; es decir, negocio. Cfr, F. Munne.
vital de sus significantes; es decir, no partimos Psicosociologia del tiempo libre: un enfoque crítico.
del significado sino de la etimología de las pala- México, 1980.
En el Cratilo o del lenguaje, de Platón (407c - 408" Y
bras empleadas para enunciar los conceptos.
b), Sócrates le dice a Hermógenes: "En realidad, pa-
rece que Hermes tiene algo que ver con la palabra al
menos en esto, en que al ser intérprete (Hermeneai y
Ya en la Edad Media, Juan de Salisbury en su Poli- mensajero, así como ladrón, mentiroso y mercader,
erutes (1 159) consideraba al cuerpo humano como la toda esta actividad gira en torno a la fuerza de la
"imagen metafórica de la sociedad." Véase, Jacques palabra. Y es que, como decíamos antes, el hablar
Le Goff y otros. El hombre medieval. Madrid, 1987, (eirein) es servirse de la palabra y lo que Homero
p.19. dice en muchos pasajes (emesato, dice él) es sinónimo
González, Stella y Páez, Yidy. "Dimensión lúdica de de maquinar (niechanesasthaiv. Conque, en virtud de
la educación". Barranquilla (inédito), 1997; "El juego ambas cosas, el legislador nos impuso, por así decirlo,
de la pedagogía" (seminario), 1997; "Hermenéutica a este dios que inventó el lenguaje y la palabra (y
de la Escuela" (seminario). Barranquilla, 1998; legein es, desde luego, sinónimo de eirein¡ con esta
"Hermenéutica del cuerpo" (seminario), 1998; orden: hombres, al que inventó el lenguaje teirein
"Cosmovisiones de la medicina" (seminario), 1999. emesato¡ haríais bien en llamarlo Eirenies. Ahora,
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(herma), guijarro o agrupación de piedras"


EPIJ.<X tado la cítara y la manera de tocarla.
y también EPIJ.<XlOV (hermaion), hallazgo feliz.'
Mientras tanto, Apolo iniciaba la búsque-
La palabra Hermes denota al conocido da del ladrón de su rebaño. Una vez aprehen-
dios griego, hijo de Zeus y la ninfa Maya. Los dido, Hermes es llevado ante Zeus y acusado
elementos de la narración mítica que dan forma de robo, no quedándole otra alternativa que
y vida a esta deidad son extremadamente llama- devolver lo sustraído.
tivos si se quiere hacer una lectura (etimológico-
metafórica) de la palabra hermenéutica. Por esa De regreso al monte Cilene -donde
razón, consideramos necesario hacer un resu- vivía-, mientras Apolo observaba satisfecho
men sobre la vida de este personaje mítico." su ganado, Hermes toma la cítara y, rasgando
sus cuerdas, comienza a cantar las excelencias
Hermes comenzó a mostrar desde niño del dios Apolo, quien, arrobado por la música y
condiciones que lo distinguían de los demás el canto, le propone el cambio de sus vacas por
dioses griegos. ese instrumento maravilloso que había embria-
gado su alma. Hermes acepta el cambio y le
Notable fue su precocidad. Estando to- enseña al dios Apolo el arte de la música.
davía envuelto en pañales, hurtó cien bueyes del
rebaño de su hermano Apolo y luego de ofrecer Poco después, Hermes corta unas cañas
la carne de once de estas a los dioses, con los de cebada verde y con estas hace una zampoña
intestinos de tales animales, secados al sol, y comienza a tocarla. De inmediato, el ambiente
extrae unos hilos que extiende, tensa y aplica se inunda de una celeste melodía. Apolo, a punto
sobre la parte cóncava del caparazón de una de partir, pero seducido nuevamente por la mú-
tortuga. Al pasar sus dedos sobre las cuer-das, sica, le propone a su hermano el cambio de la
escucha un sonido dulce y embriagador. En las zampoña por su báculo sagrado, que tenía el
noches, mientras su madre intenta dormirlo, poder de atraer el ganado. Pero Hermes le re-
Hermes tañe el instrumento musical (cítara) y plica que su invento vale mucho más que el sa-
la ninfa queda sumida en un profundo sueño, cro bastón y pide, además del báculo, que le
que es aprovechado por el rapazuelo para enseñe el arte de la predicción (adivinación).
escapar de su cueva. Así, Hermes habría inven- Entonces, Apolo lo envía al Parnaso, con las
ninfas Trías para que le enseñen el arte de
adivinar mediante la observación del mo-
sin embargo, nosotros lo llamamos Hernies por
vimiento o danza de los guijarros en un cuenco
embellecer, según imagino, su nombre ... ". Herrnes de agua.
eran también los bustos que se colocaban en los
caminos para orientar al viajero. Cfr. E. Hernández
Complacido por el aprendizaje y las in-
y F. Restrepo. Llave del Griego - Comentario semán-
tico. etimología v sintaxis. Bogotá, 19H7, p. 297; (107,
venciones del dios niño, Apolo lo lleva de nuevo
/808). ante la presencia de Zeus, quien le advierte a
~ También significa apoyo, sostén, escora de madera Hermes que en adelante no debe robar ni decir
para sostener la nave en tierra; defensa. J.M. Pabón y
más mentiras. "Tú eres un niño muy ingenioso,
E. Eehauri. Diccionario Griego-Español, 1955.
Ibídem.
persuasivo y elocuente -le dice Zeus-, pero
Roben Graves. Los mitos griegos. Madrid: Alianza, debes comprometerte con lo que te he pedido".
1985, VI., p. 74 ss. Hermes acepta respetar la propiedad ajena y no
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decir más mentiras, pero no se compromete a claro que hay una dimensión metafórica de los
decir la "verdad completa". signos guijarro, agua, cuenco. ¿Cuál podría ser
su sentido?
Le pide, finalmente, a Zeus que lo nombre
su mensajero y, como retribución, se compro- Dada una situación de lectura (no necesa-
mete a promover la libertad, a ser el guía de los riamente textual) hay unas imágenes o signos-
viajeros en los caminos peligrosos y solitarios. guijarros (palabras, íconos, figuras, etc.) que
Otras versiones le atribuyen a Hermes la inven- permaneciendo "quietos" en alguna superficie
ción del alfabeto, las matemáticas, la astro- de enunciación permitirían un tipo de interpre-
nomía, la gimnasia y los juegos. tación, pero que colocados en una superficie
inestable o fluente (el agua) pueden cambiar su
Por sus resonancias metafóricas mencio- distribución (y sus tensiones internas), de modo
namos algunos hallazgos dentro de la narración: que la interpretación seguirá las "señales" de-
jadas por los nuevos ordenamientos. Esta agua
l. Creatividad: Hermes inventa la cítara, la se nos aparece como la sustancia-vehículo de
zampoña y el alfabeto. un sistema simbólico utilizado como sistema
11. Persuasión-negociación: en su negocia- de referencia. En este vehículo flotan mediante
ción con Apolo, cambia la cítara por los reglas de articulación y separación, de ritmo y
bueyes sagrados y la zampoña por el bá- entonación, los signos-guijarros. El agua se
culo (también sagrado) y el aprendizaje puede mover por acción del viento, por un soplo
de la adivinación (interpretación). o, simplemente, al mover el cuenco que la con-
\11. Elocuencia: conmueve a Zeus con el en- tiene. Este movimiento puede verse como una
canto de su palabra. danza o escucharse como un fenómeno musical
IV. Carácter relativo ("incompleto") de la -según el mito, Hermes le enseñó el arte de la
"verdad" (o los "mensajes" o las "inter- música a su hermano Apolo--.
pretaciones").
v. Mensajero (hermeneus): comunica infor- El cuenco aparece en esta metáfora asimi-
mación, aunque opaca, proveniente de una lado a la idea de continente. Hasta sus bordes-
instancia sagrada (jerárquica, olímpica- límite refluyen los signos-guijarros como uni-
luminosa) a otra de nivel inferior (o dife- verso de sentido para la infinidad de danzas y
rente). figuras de una interpretación.
VI. Guía (¿intérprete?): aparece en los cami-
nos solitarios y peligrosos para orientar La palabra-metáfora que surge de esta her-
al caminante. menéutica tiene dos niveles semánticos: uno
VII. Tekhne (¿tike?): en cuanto herma significa constituido por el uso técnico o cotidiano que
también escollo, apoyo, sostén y pro- corresponde al significado literal y otro --<::asi
tección. siempre dado por la etimología- originado en
su empleo metafórico. El primero corresponde
A partir del etimon "Hermes" y de la a una denotación. El segundo, a una connota-
forma como el dios se desempeña en la na- ción. El significado de las metáforas que se
rración mítica, la palabra hermenéutica se refiere originan en el etimon suele tener un carácter ar-
a la interpretación del movimiento o la danza caico o fundante y remite al imaginario socio-
de los guijarros en un cuenco con agua. Está histórico en el que se desarrollaron. La denota-
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ción, por su misma condición histórico evolu- y la causa es que, de los sentidos, este es el que
tiva, enuncia un universo de cosas y relaciones, nos hace conocer más, y nos muestra muchas
por lo general, recientes. Para retomar un ejem- diferencias ... 9
plo anterior, la connotación-metáfora skhole
(estado contemplativo-lúdico-creativo) nos con- La cita anterior corresponde al comienzo
duce imaginativamente a la Grecia Clásica. En de la Metafísica de Aristóteles, y nos parece ver
cambio, la denotación de escuela -que provie- en ella el camino gnoseológico dominante de
ne del latín- nos remite a la cultura latina, con la cultura occidental, tendido como dos puntos
el sentido actual de un espacio escolar o una de un puente que solo permite un contacto indi-
institución educativa. recto del sujeto con sus objetos, porque la mira-
da llega primero o más lejos que el olfato, el
Entre denotación-connotación no solo hay gusto y tacto, de manera que puede obtener sa-
una transferencia (phora) de sentido mas allá ber sin necesidad de tocar o saborear el objeto;
(meta) del significado literal sino que el vuelo es un puente que permite un tipo de comuni-
metafórico lleva la "mirada" a otros espacios cación sin contacto, de saber sin sabor. 10
cargados de sus múltiples realidades simbólico-
sociales. La metáfora skhoLe nos conduce a tra- La sensación del cuerpo es, entonces, más
vés de su lectura al espacio abierto -físico y una visión-audición que una experiencia sen-
mental-de la paideia en una sociedad también tida. A través del oído se nos hace saber la infor-
abierta, que, de paso, por uno de sus meandros, mación obtenida por los ojos. Esas dos sensa-
nos puede también mostrar imágenes de la ciones -más bien percepciones- comunican
democracia ateniense en ciernes. algo que, por la naturaleza de los órganos sen-
soriales involucrados, está distante. Es todo un
Pero no solo reconocemos dos niveles se- conocimiento seguro de sus alcances, aunque
mánticos sino que cada uno de ellos se ve con solo puede percibir sus objetos a distancia, de
una forma -en todos los casos en que es cerca o de lejos, sin tocarlos, irrumpe en el ám-
pertinente la idea de espacio- y un contenido. bito sensorial de los otros sentidos y da razón
Entre estos ordenamientos de nivel y de sentido de lo que estos perciben. La vista y el oído cono-
se leen las imágenes creadas por los movimien- cen o comunican la sensación del olfato o del
tos, las relaciones, las tensiones, de los signos- gusto. y ya interiorizada la posición jerárquica
guijarros en el cuenco-cultura que los contiene de la audición-visión, la idea de que estamos
gustando algo que tocamos, será tamizada por
la visión, y sentiremos, pero a través de la expe-
2. SABER DE LA SENSACIÓN Y SABOR riencia mediata de la visibilidad de nuestra expe-
DE LA IMAGINACIÓN riencia concreta, como sucede con muchos faná-
ticos que mientras observan el desarrollo de un
Todos los hombres desean por naturaleza
saber. Así lo indica el amor a los sentidos; pues,
al margen de su utilidad, son amados a causa 9 Aristóteles. Metafísica, 980".
de sí mismos, y el que más de todos, el de la 10 Saher, del Lat. "s apere" ("primero, saborear y tener
sabor; después, entender de cierta cosa"). María
vista. En efecto, no solo para obrar, sino tam- Moliner. Diccionario del uso del Español. Madrid:
bién cuando no pensamos hacer nada, preferi- Gredos, 1984, V2.; "sapor-is", sahor. Ambas palabras
mos la vista, por decirlo así, a todos los otros. tienen la misma raíz latina.
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partido de "fútbol" u otra competición depor- que esconde.


tiva, tienen el receptor de radio adherido a la
oreja, para "escuchar-ver" la transmisión de ese La construcción jerárquica '2 del cuerpo
mismo evento por el locutor de tumo. Así como se inicia desde la más temprana edad, con el fin
ese espectador no está viendo a través de sus de neutralizar, en el proceso de desarrollo, el
ojos, sino de los oídos, tampoco el cuerpo nece- descubrimiento y el contacto con la ampulosa
sariamente es gustado o tocado cuando lo to- urdimbre del poder. Por eso la búsqueda de un
camos. cuerpo diferente al sancionado por la ley, reli-
giosa o seglar, es considerada una desviación
En la relación individuo-sociedad obser- o, en general, una actitud contestataria.' ~ Las
vamos un proceso semejante al ejemplo anterior, neurosis pueden ser una manifestación de los
de tal forma las visiones del cuerpo contienen conflictos vividos en el cuerpo por las manipu-
en su campo de luz las imágenes simbólicas de laciones, los prejuicios, los esquemas del deber
las estructuras de poder dominantes. Cuerpo ser. '4 Entonces, la sensación del cuerpo no solo
será entonces un tipo de realidad proyectada- nos da su sabor sino un saber de la corpora-
introyectada en la conciencia, tan opaca o trans- lidad, que será saber-sabor en la imaginación
parente como la ideología permita mostrarla a de una realidad menos deformada por la do-
través del proceso educativo o cultural. Por eso, minación.
vemos, tocamos o gustamos un cuerpo a través
de una compleja memoria visual-auditiva que En la Edad Media, el cuerpo solía tener
selecciona lo que debe ver y esconde lo prohibi- el olor del azufre diabólico y el sabor de la carne
do. El cuerpo tiene la materialidad de aquellas putrefacta. Las "hijas del demonio" hacían presa
imágenes condensadas" en el proceso educativo de los cuerpos, incluidos los clericales, según
y de la práctica social que se corresponden con comenta Le Goff.'5 De otra parte, la actual
las ideas dominantes de aquello que debe verse. sociedad de consumo parece estar promo-
Es una especie de constructo canónico. ASÍ,des- cionando o vendiendo un cuerpo dietético: sin
de la cosmovisión o los valores del momento, calorías y sin sabor, como el vino sin alcohol,
la experiencia directa del cuerpo entraña, mu-
chas veces, una contravención porque supone
haber introducido la mano por entre sus velos y I! Es decir, en la hermenéutica que proponemos. la
dobleces para sentir sus espacios y sabores ordenación sagrada del cuerpo humano (o construc-
ocultos, isomorfos con otros ocultamientos en ción canónica del cuerpo); de iepox; hieros, sagrado,
divino, superior y apXl1, primigenio, orelen cosmo-
el cuerpo social tejidos por la dominación. El gónico, molde.
cuerpo se transforma, de este modo, en algo peli- l' Como ejemplo histórico-simbólico. podemos ver el
groso no tanto por lo que muestra, sino por lo impacto de los descubrirnientos anatómicos ele
Renaldo Mateo Colón en el Renacimiento, que toca-
ron ele manera "diabólica" el corazón del organismo
inquisitorial. Puede verse, Antonio Andahazi. El
" En su ensayo: "Syrnbolic uses ofpolitics". Chicago., anatomista. Santa Fe de Bogotá, 1997, pp. 59, 154-
1964. p. 6, Murray Edelrnan menciona dos tipos de 156.
símbolos en la dinámica proyccción-introyección de I~ Cfr., Leon Rozitchner. Freud y el problema del poder.
la política: referenciales. que aluden a imágenes de México, 1982. pp. 14-15. Puede verse también, Luis
situaciones y objetos concretos. y de condensación, C. Restrepo, La trampa de la razón. Bogotá, 1995
que representan imaginaciones, deseos. expectativas, (tercera edición).
etc. " Jaeques Le Goff y otros, Op. cit., p. 37.
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el café sin cafeína y el cigarrillo sin nicotina; Como en la Edad Media, ahora el cuerpo
toda una visión tipificada por las "top model" o es el asiento de una lucha terrible del imaginario
princesas postmodernas. ¿Cuáles son los demo- popular, dirigido y controlado desde las esferas
nios que hoy se quieren exorcizar en el cuerpo? del poder (político-eclesiástico) para el rescate
¿Quiénes son los agentes de esa cruzada y de de un cuerpo 'sagrado' que se halla dentro de
ese nuevo tribunal ordálico? un sepulcro custodiado por fuerzas 'diabólicas'
(los infieles). Para el guerrero-cruzado, o el
En La nueva religión del cuerpo, escribe aventurero-mercader -a veces era ambas co-
F. Medina, 16 "el ejercicio corporal es el equiva- sas-, está a mano la oportunidad de una asee-
lente de la penitencia: se mortifica el cuerpo, se sis, pero también, como fuerza soterrada domi-
reprimen las pasiones y los sentidos, como re- nante, está la ambición por las mercaderías del
sultado del dolor y el arrepentimiento por los infiel, 18 las cuales comienzan a circular, a embe-
excesos y abusos". A esta dialéctica de restric- llecer y a nutrir el cuerpo social de los cruzados.
ción/exceso creada por los imperativos del mer-
cado que inducen al consumo compulsivo de En esa época y aún hasta hace poco, el
alimentos altamente procesados, pero, a la vez, cuerpo era el escenario __sobre el que aparecían
generan una corriente mercantil que vende mer- y se ensañaban todo tipo de monstruos: demo-
caderías para suprimir o corregir los excesos del nios, fantasmas, animales (reales o imaginarios),
consumo en espacios asépticos, cuasinaturales, etc., roque suponía un dominio de lo irracional
"ecológicos", en los cuales se busca la expan- sobre sus límites. Hoy, el cuerpo es tasajeado
sión del espíritu -una especie de aeróbica light por cuchillos invisibles pero muy efectivos, ob-
de la mente y el cuerpo-, en esa tensión, se ar- servado por ojos minúsculos en su propia inti-
ticula la corporalidad humana y se expresa noso- midad morfológica, medidos sus centros cere-
lógicamente en las dos entidades más publici- brales para establecer cuánto amor o cuánto odio
tarias del momento: la obesidad o sobrepeso, hay en él de acuerdo con las fluctuaciones de la
producto de la claudicación moral ante las glucosa o de los llamados opiáceos endógenos;
tentaciones del placer y la anorexia, como en resumen, el cuerpo está hoy diseccionado,
respuesta de un hedonismo culposo que aspira
explorado, descubierto, por dentro y por fuera;
desesperadamente al perdón social mediante la esta racionalizado. Esa razón es la que ahora
exhibición narcisista de un cuerpo caquéctico,
se introduce y posee a los cuerpos como antes
consumido --() mantenido en "forma"- por las
austeridades de la gimnasia o de la ingesta."
profundas de la ingesta. Cfr, H. Posavac el. al.
«Exposure lo media images of female attractiveness
16 Federico Medina Cano. "El cuerpo en la postmo- and concern with body weight among young wornan".
dcrnidad: la salud, el ejercicio físico y el cuerpo Sex Roles. Vol. 38, Nos. %, 1998, p. 187; Th. Cash &
perfecto". En: Signo y pensamiento. Fac. de Comu- P. Henry. "Women's body images: the results of a
nicación y lenguaje. Pontificia Universidad Javeriana, National Survey in the U.S.A". Sex Roles. Vol. 33.,
p. 112. Nos. Y2., 1995, p. 19; J. Maguire & L. Mansfield.
17 lbid., p. 105. Según estudios recientes, la exposición "No-body's perfect": women, aerobics, and the body
activa o pasiva a los medios y la publicidad ha influido beautiful", Sociology of Sport Journal, 15, 1998, p.
notoriamente en la intcrnalización de estos "valores" 109 ss.
contradictorios (austeridad/exceso), que terminan IX Cfr, Jose Luis Romero. La revolución burguesa en el
produciendo cambios masivos y "perversiones" de la mundo feudal. Buenos Aires: Sudamericana, 1967,
imagen corporal que se reflejan en alteraciones pp. 252-254.
STELLA GONZÁLEZQUINTERO. YIDY PÁEZCASADlEGOS )1

lo hacían los demonios. Desde el Renacimiento sentidos por calidades que le son propias. 19

se comenzó a ver el cuerpo como una máquina,


pero todavía con un alma o mente, creada por Como vemos, la primera acepción, entre
Dios. Para el primer tercio de este siglo, el cuer- más o menos 50, del Diccionario de la Real
po es una máquina con un fantasma adentro, Academia Española de la Lengua nos denota
como señaló alguna vez un famoso científico cuerpo como una realidad material, densa, car-
conductista (ese «fantasma» era una metáfora gada y delimitada.
para aludir al alma, espíritu, mente, conciencia,
etc). Desde la racionalidad científica se ha pro- El cuerpo humano se puede definir en una
yectado un aparato para exorcizar ese fantasma. especie de literalidad, cargada de materia, hecho
El cuerpo debe ser razonable porque está racio- en sí mismo material, sustrato de todas las pre-
nalizado. dicaciones reales o ficticias. Tenemos, entonces,
una primera aproximación interpretativa al cuer-
Pero la razón no es solo un recurso de la po humano: como una determinada forma y un
ciencia. Lo es también del poder en todas sus contenido orgánico.
manifestaciones. Es también un recurso del mer-
cado. Y el cuerpo, en ese mercado, se parece Para abordar la forma y el contenido se
mucho a las mercancías. realizará primero la lectura de acuerdo con su
denotación y luego, según su(s) connota-
ción(es), considerando el siguiente esquema:
3. HERMENÉUTICA DEL CUERPO

Cuerpo (Lat. corpus): lo que tiene exten- 19 Diccionario de la Real Academia Española de la
sión limitada y produce impresión en nuestros Lengua. Vigésima primera edición. Madrid, 1992.

HERMENÉUTICA DEL CUERPO

FORMA CONTENIDO FORMA CONTENIDO


52 HERMENÉUTICA DEL CUERPO

a. Denotación b. Connotación

1) Forma: el cuerpo humano se denota Aquí se encuentra la dimensión interpreta-


como recipiente (modelo) de las estructuras y tiva más rica para nuestro propósito de una lec-
funciones. Es un esquema corporal delimitado tura lúdica del cuerpo. Las sospechas y las intui-
por la piel y/o el vestido. En su forma vemos ciones que nos dejó la interpretación denotativa
una doble función material: una protectora, del cuerpo aparecen ahora, en esta dimensión,
como separación de la interioridad orgánica con cargadas de sentido, iluminadas por el acceso
respecto al ambiente externo, y otra cosmética, de la mirada a los espacios ocultos del cuerpo,
como armonizadora del esquema corporal con a la misma realidad corporal oculta o plegada
el esquema social que la regula (qué color de sobre sí misma para esconder o realzar otros
piel, vestido o forma se "ve" bien) o dicho de atributos.
otra manera: qué piel o vestido no transgreden
una determinada regulación sobre la imagen 1) Forma: espacio social
corporal.
El sentido delimitador aislante y, a la vez,
A pesar de su carácter claramente definido conector entre la interioridad orgánica y el am-
y material, las codificaciones externas sobre la biente externo es connotativamente un espacio
forma del cuerpo parecen esconder secretas y simbólico que representa la casa, el templo, la
extrañas manipulaciones. El escote o la oculta- escuela, la ciudad, el Estado." Se puede ima-
ción del torso femenino, las enaguas transpa- ginar, así, un isomorfismo entre el espacio cor-
rentes, el colorete, el "vestido recto y las zapati- poral y el espacio sociocultural que lo determina
llas de moda" (al decir de Aristófanes) ofrecen de una manera sutil a través de metáforas enun-
a la mirada unas visiones mucho más complejas ciadoras de jerarquizaciones y valores. De algu-
y provocativas que la simple función protectora na manera, las oposiciones del poder entre lo
o cosmética del vestido (o de la piel). El esque- establecido como normal, legal o contractual y
ma corporal mantiene sutiles nexos con una di- todo aquello que escapa a su delimitación y se
mensión metafórica, que parece sustentarla, más percibe entonces como realidad contraria ne-
que calificarla algo arbitrariamente con los tro- gada, amenazante, tiene su expresión metafórica
pos o las licencias poéticas. en dicotomías valorativas aparentemente ino-
cuas: el cuerpo puede ser delgado o grueso, alto
2) Contenido: visto como la estructura o bajo, blanco o negro, puro (limpio) o impuro
y la función viviente. (manchado), vestido (opaco) o desnudo (trans-
parente), oculto (vestido) o visible (desnudo).
A pesar de su materialidad, como en el El espacio social, como imagen en espejo del
caso de la forma, no dejamos de percibir tam- espacio del cuerpo, es el vestido en la fachada
bién una realidad que la desborda: consideradas de la casa y el espacio orgánico en su interior.
en su pureza morfo-fisiológica, sus estructuras Las jerarquías del todo social están ahí, en la
y funciones son clasificadas como superiores o casa, testimoniando su vínculo isomorfo en es-
inferiores, altas o bajas, arriba o abajo, etc. ¿Qué
lecturas sutiles se esconden detrás de estas
clasificaciones, más allá de su pragmática des- 111 Stella González y Yidy Páez. "Dimensión lúdica de
cripción de una objetividad orgánica? la educación". Barranquilla (inédito), 1996.
STELLA GONZÁLEZ QUINTERO. YIDY PÁEZ CASADlEGOS 53

tancias privilegiadas por el poder representado (funciones de dirección-poder), tórax (órganos


en ellas (desde el hogar del megaron micénico vitales dependientes y contiguos al caput-ca-
pasando por las salas principales, los estudios beza) y las extremidades como simples lejanías
del jefe del hogar, el tálamo o habitación de los ejecutoras y extensoras orgánico-funcionales de
padres, o estancias marcadas por su dependencia los estratos superiores del cuerpo. De otra parte,
jerárquica como la habitación de los niños o de la casa, el templo, la escuela, con sus espacios
la servidumbre y espacios huidizos como exten- y cuerpos simbólicos y concretos están dentro
siones o escapes de la casa, a veces como una del esquema corporal-social de la ciudad, admi-
conexión con el espacio abierto o el cielo en nistradora-ejecutora del orden jerárquico en una
los patios, jardines, propileos, etc., donde se escala mayor (pero todavía no suprema) con el
juega la parte protegida (vestida) de la casa en arconte, el burgo-maestre, el alcalde, etc. (padre-
otra dimensión lúdica abierta al espacio cós- cabeza), los ediles, secretarios, burócratas, etc.
mico y, por eso mismo, desguarnecida de sus (adultos-función y contenido torácicos), los es-
seguridades espaciales (desnuda). Es también clavos, siervos, feligreses, obreros, ciudadanos
el templo isomorfo del cuerpo-casa-sociedad, comunes, etc. (niños-extremidades). Pero esta
a veces abierto para que las concreciones corpo- realidad opulenta de la ciudad está encerrada
rales de la deidad no pierdan su contacto con el por el contorno del Estado que representa las
cielo ni le nieguen al hombre desamparado su formas absolutas, autoritarias, de la sensibilidad
contemplación (vemos el cuerpo escultórico del poder; fragmentado en estructuras mecáni-
imponente de Atenea accesible y lejano desde co-celulares (trono-cabeza-espíritu) o, por el
las alturas hieráticas del Partenón sobre una contrario, organizado en una dimensión ideal
acrópolis-casa-cabeza también abierta), pero holística (cuerpo-cosmos), abierto, desnudo,
también, y casi siempre, cerrado, misterioso, re- con una jerarquía que se reproduce en todas las
cipiente de las extensiones clericales del poder, partes-órganos, sueños más que realidad con-
oscuro y laberíntico, aun para sus mismos mani- creta de un cuerpo que se mira a sí mismo esca-
puladores (vemos un cuerpo crucificado, empe- moteado por las introyecciones del poder que
queñecido por las luces, la pedrería, las dimen- lo hace depositario de sus lugares ocultos, esca-
siones gigantescas del altar en un espacio gótico tológicos o profanos, de sus miserias y su apa-
monumental cerrado interiormente, o apenas rente inagotable necesidad de ser por detrás de
una máscara-cuerpo.
iluminado desde una bóveda caprichosa, aunque
genial, como "el transparente" de la opulenta
Catedral de Toledo).
2) Contenido
Como la edubba sumeria," la escuela es
Como imagen especular de los valores
la casa con sus dominios jerárquicos bien esta-
estético-sociales, el cuerpo es el fetiche de las
blecidos: el rector (padre), los profesores (adul-
cosmovisiones, el crisol de las imágenes jerár-
tos-parientes mayores) y los alumnos (niños-
quicas del poder. Como en las oposiciones de
hijos) como en el cuerpo humano la cabeza
la forma, el contenido objetual en el nivel de
metáfora también aparece disociado:
21 Edubba, "Casa de la tableta". C.B.F. Walker. Cunei-
forni (reading the past}. London: British Museum -Alma/cuerpo: el cuerpo, casi siempre en
Press, 1987, p. 33. el estrato inferior, recibiendo la influencia-
54 HERMENÉUTICA DEL CUERPO

mandato del poder (sagrado), imitando, refle- convirtiendo en un televisor de una famosa
jando el orden superior, sea este religioso, polí- marca japonesa) o aparece transfiriendo a los
tico o económico (o militar). objetos sus cualidades humanas, como un ve-
hículo que enloquece de amor a un joven, poten-
-En el orden superior religioso, el cuerpo cial comprador (en un comercial de una pres-
responde al espíritu mediante la purificación fí- tigiosa marca de automóviles de Estados Uni-
sica o simbólica de sus impurezas y aspira a la dos.)
transparencia negando o mortificando su opaca
realidad culposa. El cuerpo se esconde, la piel
se cubre para ocultar el descubrimiento peca- 4. METÁFORAS DEL CUERPO
minoso del paraíso terrenal. Pero el poder reli-
gioso ostenta un vestuario pomposo, con todos En la parte denotativa el cuerpo se percibe
los emblemas del poder terrenal (oro, telas en su materialidad a través de la sensación-
costosas o 'valiosas' dentro de su contexto percepción. La dimensión connotativa, en cam-
cultural) y divino (tiaras, bonetes, criptogramas, bio, enuncia un nivel simbólico del cuerpo por
etc.). medio de la imaginación. No existe un hiato en-
tre lo corporal y lo simbólico sino una transfe-
-En el orden político, el cuerpo se rodea rencia (phora, en griego) de sentidos y conteni-
de los mismos símbolos del poder usado por el dos desde la literalidad (cuerpo-materia) hacia
clero: un ropaje de gran elaboración para los y más allá (meta, como preposición griega) que
nobles y muy simples para el pueblo. El orden podríamos interpretar, (si convertimos meta en
jerárquico se reproduce en el vestido" y, a través prefijo de phora, metaphora) como un cons-
de sus diferentes niveles de visibilidad, impreg- tructo que se elabora en la mente para sugerir
na el cuerpo y le da su status homólogo de poder. una realidad nueva o diferente, inexpresable por
El vestido del rey, es el vestido del rey y le da a los signos conocidos. El sustrato del signo está
su cuerpo esa connotación arbitrariamente sa- ahí, como significante de una realidad que ve-
grada aunque desfile desnudo, como en el fa- mos más o menos Definida por sus caracterís-
moso cuento de Andersen. ticas distintivas de forma y contenido (la piel,
el vestido, la figura y los órganos, las estructuras,
-En el orden económico, el cuerpo es una los sistemas físico-s Y fisiológicos, etc.). Pero
mercancía, con su valor de cambio de acuerdo también es una realidad imaginada, intuida,
con la oferta y la demanda. Es un fetiche -re- difícil de expresar como no sea en tropos, en el
cordando a Marx- que toma de los objetos juego de las metáforas. El caput (cabeza) latino
valiosos sus cualidades o sus formas (una bella podría representar el senado romano y las ex-
modelo, mostrando su abdomen desnudo, en tremitatis (miembros), la plebe," pero ambos
una especie de metamorfosis comercial, se va constituían el "cuerpo romano". Así, en la anti-

~2 ••...Ios estratos del vestido aparecen como una tota- B Jacques Le Golf. "¿La cabeza o el corazón? El uso
lidad detallada, verdadera metáfora del cuerpo so- político de las metáforas corporales durante la Edad
cial.. .••.D. Regnier-Bohler. "Ficciones". En: G. Duby Media" En: Feher Michael y otros (eds). Fragmentos
(Ed.). Historia de fa vida privada- el individuo en la para una historia del cuerpo humano, (vol. 3). Ma-
Europafeudal. (Vol. 4). Buenos, Aires, 1990, p. 67. drid, 1992, p. 17.
STELLA GONZÁLEZ QUINTERO, YIDY PÁEZ CASAD lEGOS 55

güedad greco-romana el cuerpo se dividía físi- presenta al rey-nobleza. Si bien el corazón es


camente en tres partes bien diferenciadas: ca- vital para el funcionamiento del cuerpo, al estar
beza, entrañas y miembros. Durante la Edad bajo el control de la cabeza, le debe a esta, por
Media el cristianismo hace uso de esta clasifi- lo tanto, obediencia. Aquí se trata del poder divi-
cación para enunciar su credo jerárquico ante no expresando su supremacía sobre el poder te-
el todo social: la cabeza representa a Cristo, que rrenal simbólicamente en el cuerpo."
expresa su poder terrenalmente en las figuras
del Papa y el Rey (isomórficas simbólicamente Así, encontramos un isomorfismo entre
con este poder que es el mismo del Padre-Dios); cuerpo y sociedad y, por las mismas razones
las entrañas, vientre o hepar de la antigüedad que validan esa relación especular, también los
griega pierden su status inicial y son relegadas, grandes períodos o épocas de la historia tienen
en el imaginario cristiano, a la parte baja, como con el cuerpo su relación simbólica, cuya im-
asiento de la concupiscencia. Los miembros pronta se puede contemplar en las distintas for-
representan al pueblo, la feligresía, los hijos de mas como el cuerpo se muestra en el arte y en
Dios -por haber entronizado en ellos al "hijo el imaginario colectivo. Esa manera de ser y de
de Dios'; con el rito del agua bautismal-o aparecer del cuerpo es la enunciación meta-
fórica de los paradigmas" o cosmovisiones de
En resumen, para este imaginario, el
cuerpo es la iglesia (sin la parte concupiscible,
claro está). Este isomorfismo del cuerpo-materia 2~ También podrían configurarse interesantes trans-
con el cuerpo-social se aprecia mejor cuando ferencias y mixtificaciones sobre el cuerpo-sexual y
el cuerpo-social sobre una serie de lugares del cuerpo-
se presenta una lucha de poder, porque infe-
institución-social acerca de la masturbación, la pros-
rimos que las relaciones jerárquicas del cuerpo titución, la esterilidad y, en general, sobre el disfrute
en el nivel simbólico-metafórico deben reflejar sensual del cuerpo. Puede verse, Thomas Laqueur.
en espejo ese conflicto. Por ejemplo, en las pos- "El mal social, el vicio solitario y servir el té". En:
Feher Michael. Op. cit., vol. 3, p. 334. Negado so-
trimerías de la Edad Media se enfrentan los po- cialmente por interdicción religiosa el disfrute del
deres del Papa y el clero contra el Rey (o los cuerpo por parte de la mujer significaba, hasta finales
reyes) y la nobleza. La nobleza defiende sus te- del Barroco, una doble perversión: moral -debido
rritorios que ve cada día esfumarse hacia las al mito fundacional judeo-cristiano- y corporal,
porque requería la existencia de una anomalía morfo-
manos de los prelados" y el clero responde de lógica: la presencia de un pene, el cual les permitía a
manera contundente con su brazo armado. Pues las mujeres darse mutuamente placer. Este miembro
bien. el discurso de la iglesia sobre el cuerpo "aberrante" (clítoris), símbolo de poder en el esquema
patriarcal (como pene), originaba en la mujer -de-
establece unos cambios y distinciones cualitati-
bido a su flagrante distopia- un apetito de placer
vas que intentan salvaguardar ante el imagina- condenable, médica y moralmente. A estas mujeres
rio popular su jerarquía sobre el rey y la nobleza. (dentro de estas fantasías corporales) se les deno-
Ahora, en relación subordinada a la cabeza (Pa- minaba entre los griegos tribades, frotadoras. Puede
verse, Katherine Park. "The rediscovery of the c1itoris-
pa-clero) aparece en escena el corazón, que re-
French medicine and the tribade, 1570-1620". En: D.
Hillman and C. Mazzio (eds.). The body in parts-
Fantasies of corporality in early modern Europe.
1. Jacques Le Goff. Mercaderes y banqueros de la Edad London: Routledge, 1997, pp. 175 ss.
Media. Buenos Aires, 1969, p. 104. Vertambién, John 2~ Paradigma, en el sentido etimológico de nupu-
Harrison y otros. Estudio de las civilizaciones occi- OEt"(I.l.U, para-deigma, alrededor de un molde (o
dentales. (vol. 1). Bogotá., 1991, pp. 216-217. modelo). De OEt1CVUl.l.l, deiknumi, mostrar, indicar,
56 HERMENtUTICA DEL CUERPO

cada época. En su forma más directa, literal, La palabra cosmos (kosmos) denota, en
como "sensación" (matizada siempre por los el contexto de la cultura griega, no solo esa reali-
valores acerca de lo bello, lo feo, lo bueno, lo dad genérica, inespecífica, a la cual aludimos
malo, puro-impuro, etc.), el cuerpo es el sustrato cuando usamos la palabra universo, sino tam-
de las transferencias metafóricas, desde el bién, y sobre todo, connota unas ideas-valores,
significante (en su escueto significado sausse- que no parecen en principio esenciales o defi-
riano) a otro signo cuyo significado y referentes nitorias del concepto cosmos.
se encuentran en la imaginación; no se com-
prenden solamente por sus relaciones de equiva- Una de estas ideas o imágenes es la de ar-
lencia signo-significante-significado, sino por monía. En la contemplación del kosmos se des-
intuición (o abducción como diría Pierce). Pro- cubre un sentido de proporción entre todos sus
ponemos, entonces, un paradigma-metáfora pa- elementos. Una especie de equidad esencial pa-
ra cada época en su relación especular con el rece sostener el ritmo uniforme de la naturaleza.
cuerpo, de acuerdo con el esquema que aparece Naturaleza que está también en el ser humano
al pie de esta página. y, como tal, señala en él la misma necesidad de
equidad-proporción no solo en la imagen exter-
na de su cuerpo sino en sus profundos y rítmicos
a. Soma-cosmos (micro-cosmos) equilibrios orgánicos. Esta noción de armonía
se denota con la palabra dike27(justicia).
El hombre es un cosmos pequeño
Anaximandro Otra idea-valor no menos importante es

señalar. Entonces,' ztapq-OetKVVLL1. para-deiknumi,


"mostrar una cosa al lado (para) de otra (deigma); 27 dike, OtK1l,justicia; puede verse: Pedro Laín Entralgo.
paradigma. Ver, E. Hemández y F. Restrepo. Op. cit.• La medicina hipocrática. Madrid: Alianza Editorial.
p.160. 1982. p. 51.

METÁFORAS DEL CUERPO

IMAGINACiÓN
STELLA GONZÁLEZ QUINTERO, YIDY PÁEZ CASADIEGOS 57

la de belleza. Pero aquí no se trata solo de una entre las manifestaciones humanas-cósmicas,
denotación genérica para aludir a un atributo una expresión natural de lo bello y armónico.
externo según un canon de lo bello. Una idea, Esta imagen-idea se puede expresar con la pa-
un concepto, una obra, una persona. un cuerpo, labra isonomia"; la cual pasó a la doxografia, a
son bellos debido a que producen en quien los la historia y a la medicina, a partir de un texto
percibe un estado de equilibrio interior, y una (solo un fragmento) atribuido al médico- filósofo
reacción bondadosa no solo hacia el objeto bello Alcmeon de Cretona". Aquí está implícita la
sino hacia los otros. Esta idea de lo bello se ex- idea de justicia (dike) porque se trata de una ley
presa con la palabra griega kalos", La idea de (nomos) que es la misma Uso) para los elemen-
kalos se hace manifiesta en "lo bello" debido a tos de un todo.
lajusticia (dike) o equilibrio interior del objeto
bello. Para muchos griegos ilustrados, Sócrates En este contexto, el cuerpo humano se ve
era bello, a pesar de que si hemos de creer a la especularmente con los atributos kásmicos co-
doxografia, su aspecto físico era tan feo que se mo un mikro-kosmos", Esta idea médica tiene
le comparaba con un sileno. repercusiones sociales, porque si no hay isono-
mía en la sociedad, entonces prevalecerá ei
Pero lo bello no solo requería el equilibrio poder de uno (monarquía) o de unos pocos (oli-
de lo justo sino también el atributo de la bondad garquía). Si no hay isonomía en el cuerpo, por
o "lo bueno". La bondad es agathos'". Esta idea ejemplo, entre lo caliente y lo frío, entre lo seco
se actualiza como lo bueno. Este valor califica y lo húmedo, entonces se presentaría el predo-
a los otros valores, indicando su condición bon- minio de una de las anteriores potencias (monar-
dadosa; es decir. "aquello por medio de lo cual quía de lo frío, lo seco, etc.) yeso produciría, a
su vez, un desequilibrio, la enfermedad. Esta
todo lo justo, lo bello, etc., es provechoso y salu-
falta de isonomía es también una a-dikia, "in-
dable", como afirma Platón en la Repúblico":
justicia"." Nótese como el mismo principio de
Como su función adjetiva, todos los valores,
agathos, señalan también la esencia de la arete,
pues esta define el desarrollo y posesión de todas
JI isonomía, lcro~ (isos) igual, justo y VOIlO~ (nomos)
las cualidades, humanas y cósmicas. norma, ley; Cfr., José M. Pabón S. de Urbina y Eus-
taquio. M Echauri. Diccionario Griego-Español. Bar-
No menos importante que las anteriores celona, 1955; puede verse también, Eusebio Hernán-
dez y Feliz Restrepo. Llave del Griego. Comentario
es la idea de orden. Aquí tampoco se trata sola-
semántico, etimología y sintaxis. Bogotá, 1987, p. 312;
mente de una idea de secuencia, un imperativo además, Pocket. Dictionary English-Modern Greekl
o una jerarquía, como sugiere la simple denota- Modem Greek- Anixi Attikis: Efsthiadis Group, 1995;
ción. Aquí connota una relación equilibrada para ver su uso en la medicina del siglo V. a.n.e., cf. P.
Laín., Op. cit., pp. 33-4.
~2 G.S. Kirk y J.E. Raven. Los filósofos presocráticos.
Historia crítica con selección de textos. Madrid, 1970,
2X kalos, 1(w..o~, bello; cf. P. Laín., Op. cit., p. 142 YW. p.329. Ver también el mismo texto doxográfico en:
Jacger, Paideia. México: F.C.E., 1985 (1962), p. 584 José María López Pi ñero. Medicina. Historia. So-
ss. ciedad. Barcelona, 1969, p. 23 yen: Pedro Lain
2') agathos, (X)'Ueo~,bueno; cf. P. Laín., Op. cit., p. 390; Entralgo. La medicina hipocrática. Madrid., 1982,
tambien: W. Jaeger. Op. Cit. México: F.C.E., 1985 p.193.
(1962), p. 504 (pero Jaeger le da la traducción pro- '.1 Ibidem.
blemática de "el bien"). .14 Según Anaximandro, los seres vienen de la "nece-
:1(1 Platón, 505" (Cit. por Jaeger, Op. cit., p. 679). sidad, pues se pagan mutua pena y retribución por su
58 HERMENÉUTICA DEL CUERPO

esta naciente patología "científica" es isomorfo Pero también en estas condiciones emergentes
con la patología "social" y su incipiente tera- del movimiento democrático, ellogos se abre
péutica: la democracia. ante las urgencias participativas del demos. Esta
razón (logos), que en el pensamiento cosmogó-
Este soma-kosmos (cuerpo-cosmos) ex- nico precedente solo iluminaba al demos desde
presa un antropocentrismo y un pensamiento las nébulas del poder, ahora está dispuesta a
holístico como paradigma. La mirada del filó- compartir la indagación filosófica y las incerti-
sofo ya no escruta los cielos o indaga solamente dumbres ante la realidad subyacente a los gran-
por la physis (esencia) cósmica, sino que con- des valores de la arete. Ahora, bajo las presiones
templa la physis humana. Este conocimiento del terapéuticas de la democracia con su ideal iso-
hombre se convierte, con Sócrates, en la mayor nómico, se abre y se deja atravesar por los otros
aspiración del filósofo. Pero, no obstante esta logos y, en esa experiencia de darle, en principio,
orientación antrópica de la mirada, el método o al auditorio la posibilidad de dia-logar" puede
tekne desarrollado para observar lógicamente someter a prueba las definiciones vigentes acer-
(según ellogos) la naturaleza del kosmos se apli- ca de la justicia, la bondad, la belleza. El cuerpo,
ca ahora para conocer al anthropos, como una en consecuencia, se ve traspasado ahora por un
tekhne iatrique, el procedimiento o método del logos que busca encontrar en este no solo las
médico (Sócrates solía conversar con los médi- confirmaciones de la visión arcaica de su phy-
cos acerca de su método y Platón hace abundan- sio-logia sino también su negación en el caso
tes citas sobre el saber de los médicos hipocráti- de que la actividad reflexiva no encontrara aque-
cos). En esta contemplación de la physis hu- llo que hubiera sancionado la tradición. El cuer-
mana el médico-filósofo descubría la physis cós- po convulsivo de un paciente no estaría poseído
mica, porque el hombre era un micro-kosmos. por una fuerza sobrenatural (enfermedad "sagra-
da?"), como en los tiempos homéricos, sino que
Esta visión holística del cuerpo es iso-
morfa con el espacio, la dinámica social y los
hábitos intelectuales. Así como los espacios so- ~~ El hecho de que la argumentación poético-dialogal
se adscriba a una postura aristocrática (paradigmá-
ciales están abiertos (abierto el templo, la vivien-
ticamente en Sócrates-Platón) no invalida el supuesto
da, la escuela, la plaza pública, la ciudad), el de que los cambios de mentalidad y los problemas
cuerpo está desnudo, abierto a la indagación y surgidos por el aumento de la población y de la cultura
la contemplación. Así como el gobierno de la material en Atenas, bajo la presión democrática, sean
factores que contribuyeran a la percepción del otro-
polis está abierto para permitir la participación
auditorio como digno acompañante en la indagación
del demos y legalizar, en consecuencia, el con- acerca de la arete. Cf. y Páez. "De la argumentación
trol del poder por los ciudadanos, también el poético-dialogal a la argumentación ekdótica". Psi-
cuerpo descubre los velos de su intimidad orgá- cogente. Revista de la Facultad de Psicologia. Univer-
sidad Simón Bolívar. Barranquilla, diciembre 1999,
nica y muestra en su desnudez la plenitud o pp. 48-57.
deficiencia de sus atributos. En las grandes fes- ~6 "Acerca de la enfermedad que llaman sagrada", dice
tividades panhelénicas, el cuerpo de los atletas el autor hipocrático, "sucede lo siguiente. En nada
solo se cubría con una pátina de aceite de oliva. me parece que sea más divino ni más sagrado que las
otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las
demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su fun-
damento y causa natural lo consideraron los hombres
injusticia [adikia] según la disposición del tiempo ... " como una cosa divina por su inexperiencia y su asom-
Simplicio, Fis. 24, 17 en: Ibídem, p. 169. bro, ya que en nada se asemeja a las demás. (oo.) Tiene
STELLA GONZÁLEZ QUINTERO, YIDY PÁEZ CASA[)JEGOS 59

ante ellogos de la tekhne iatrique, este cuerpo hermano Hermes) y la majestad que le da el
enfermo estaba dominado (injustamente) por la conocimiento supremo del arte de curar y su
monarquía de alguno de sus humores básicos. preeminencia como adivino. vt

Los cambios estético-sociológicos del El soma (cuerpo) es isomorfo con el kos-


imaginario griego, como el paso de la tragedia mos; reproduce en su materialidad orgánica y
a la comedia, de lo dionisíaco a lo apolíneo, pa- en su esquema corporal, la totalidad; es, enton-
ra utilizar la ya clásica interpretación nietzs- ces, un cosmos pequeño (mikro-kosmosv. El cos-
cheana de la sensibilidad griega, dejan su im- mos se reproduce o refleja en cada parte del
pronta en la imagen corporal: del cuerpo exul- cuerpo, visto y sentido a través de la sensación
tante en la celebración orgiástica de las fiestas (aisthesis) como cuerpo bello y equilibrado.
primaverales, cuya pertenencia cósmica era ac- Pero en la imaginación es cuerpo-cosmos, sín-
tualizada por la evocación ritual de Dionisos, tesis de lo universal como cuerpo-bien, o cuerpo
va apareciendo un cuerpo más lento, formal, do- bondad (somatos aghatos). Está abierto en su
mesticado por la sujeción a un canon estético candidez natural y desnudo para el ejercicio
nuevo de fría proporcionalidad y equilibrios arti- intelectual y social de la contemplación de su
ficiosos pero opulento, sí, para la sensibilidad belleza. (Tomamos "bien" en su acepción griega
popular, frívola y decadente, en opinión del filó- socrático-platónica de agathos, :18 no en su pos-
logo-filósofo alemán. terior sentido moral). Por eso es una instancia
para la escuela (skholey" o la contemplación
Entonces, primero tendríamos un cuerpo creadora y reproduce especularmente la polis y
dionisíaco, libre, bello y festivo como el de los todos los valores de la paideia.
animales en las fiestas primaverales, imagen en
espejo de una sociedad vibrante aún por el senti- El paradigma implícito en esta cosmovi-
do trágico de la existencia, en esa tensión perma- sión es el de un antropocentrismo holístico, por-
nente del pathos o sufrimiento colectivo por que no se cierra en lo corporal-humano, sino
sostener un ideal heroico cantado por Homero que está abierto en su múltiple simbolismo a la
y los grandes trágicos. Y segundo, está ese otro plenitud cósmica," aún en sus momentos agó-
cuerpo, desnudo, pero a pesar de ello más opaco, nicos de dolor (nosos) y sobre todo, en ese sufri-
porque está bajo la regulación canónica de miento colectivo catártico (pathos) que lo agi-
Apolo, dios sabio y ordenado, que no anda por ganta en la tragedia. Para la medicina de esta
ahí en los bosques con las ménades (como
Dionisos) seduciendo los cuerpos festivos, em-
briagándolos con vino enteogénico; sino que .17 Robert Graves. Los mitos griegos. Madrid: Alianza,
tiene el rigor en el arte de tocar el aulos y la 1985, V. l., pp. 64-67.
zampoña (arte aprendido de su travieso y díscolo 'x Cfr, Platon. Symposion, 205".
W Cf. cit. # 3.
40 Esta idea la representan algunos autores con el tropo
de la sinecdoque, indicando no solo que se toma la
su origen, como sucede también en otras enferme- parte por el todo, sino también, que el todo es repre-
dades, en la familia" (alude el autor a una causa 'ge- sentado por la parte: "el más por el menos o el menos
nética'). Sobre la enfermedad sagrada (peri hieres no- por el más". Puede verse, Hillman & Mazzio (eds.).,
sou). En: Tratados hipocráticos (3T). Traducción del Op. cit., p. XIII. Como forma especial de la metoni-
Griego de Carlos García G. Madrid: Gredos, 1983, mia, puede verse, Michel Le Guern. La metáfora )' la
pp. 399,405 (Tl). metonimia. Madrid: Cátedra, 1985, p. 13.
60 HERMENÉUTICA DEL CUERPO

época (siglo V. a.n.e) el cuidado del cuerpo re- La metáfora del soma-kosmos se puede
fleja el cuidado del alma. resumir en este esquema:

CUERPO
BELLO
EQUILIBRADO

GRECIA
ANTROPOCENTRISMO
MICRO-COSMOS

CUERPO-COSMOS
CUERPO-BIEN

El cuerpo de la diosa está totalmente


desnudo. Una ligera torsión del tórax y el muslo
derecho un poco inclinado hacia el miembro
ipsilateral produce una densa sombra que es-
conde cromáticamente la zona del pubis. Si to-
mamos el punto de vista de la luz, incidiendo
desde la parte superior izquierda del plano, esta
parece atravesar el sombreado transparente di-
luido por la claridad desde su origen en la zona
púbica hasta alcanzar, en su máxima delgadez,
una parte del pecho izquierdo.

La cabeza está inclinada y mira hacia la


izquierda. La cabellera, ondulada cae con gracia
sobre el muslo que oculta-insinúa la zona pú-
bica. La rodilla izquierda descansa sobre una
pequeña base circular.

La visión de conjunto deja una sensación


de equilibrio exterior. Pero el juego de las som-
bras abre la mirada para descubrir la belleza de
la piel, de la superficie corporal. El brillo difuso
del mármol parece dar vida al cuerpo desnudo.
Un orden interno de la materia escultórica emer-
Afrodita de Rodas ge a la superficie por efecto de la plastia y la
STELLA GONZÁLEZ QUINTERO, YIDY PÁEZ CASADlEGOS 61

tekhne del artista. La superficie cerúlea de la hundimiento de la polis en el período alejan-


Afrodita de Cnido (Praxíteles) nos deja la misma drino, el cuerpo-cosmos del período clásico
impresión. La mano derecha distraídamente sobrevive, aunque feneciente, en el imaginario
oculta el pubis de la diosa. Pero allí surgen tam- colectivo. En la fase tardía del helenismo ya
bién sombras que arrastran la mirada, que sugie- podemos encontrar la influencia de los cambios
ren o desocultan el equilibrio interior; además, del imaginario sobre el cuerpo, ya virtualmente
está el manto sobre la mano izquierda, una salida desarticulado de sus nexos cósmicos, más
de baño de la deidad. La Afrodita de Frejus (Fi- anecdótico y decorativo.
dias) está vestida. Pero parte de la túnica trans-
parente hace un "drappeado' en forma de bucle,
dejando al descubierto el seno izquierdo de la b. cuerpo-cárcel (cuerpo-podredumbre)
diosa. La túnica esta húmeda y se adhiere al
cuerpo resaltando sus redondeces. (... ) Porque el deseo de la carne es contra
el espíritu, y el del espíritu es contra la carne;
Es el mismo orden-cosmos, cuyo modelo y estos se oponen entre sí, para que no hagáis
explica la racionalidad de la polis -cuerpo lo que quisierais.
social/cultural- abierta entre ya través de los Gálatas 5, 17
espacios de sombra de la reflexión, de la crea-
ción artística, del trazado hipodámico de las ca- Durante la crisis y decadencia del imperio
Hes, los edificios públicos y las viviendas. romano irrumpe una noción nueva del poder a
través de la rápida diseminación del cristia-
La misma sensación-imaginación del nismo. Ante el poder terrenal del emperador,
cuerpo se refleja en la arquitectura, no solo la aparece en boca de los vasallos, esclavos y evan-
monumental de las acrópolis más grandes, sino gelizadores semitas, una ideología religiosa que
hasta en los edículos de las ciudades pequeñas. opone a la jerarquía romana (que ya había llega-
Desde los propileos hasta las construcciones do a ser divinizada por el pueblo "pagano") un
internas, se percibe el espacio abierto, y los edi- poder divino al cual el rey-emperador-magis-
ficios abiertos también -a través de su sistema trado debía obediencia. Al "profesar" la nueva
columnar y de los patios centrales reminiscentes fe mediante la aceptación del cristo-crucificado,
del megaron micénico-- al espacio natural. Y hijo-encamación de Dios, tanto el ciudadano
en los frontispicios están los cuerpos, mostrán- romano como el esclavo se igualaban porque
dose y narrando el periplo de sus agonías heroi- eran hijos de Dios, y debían primero obediencia
cas, sus excelencias abiertas a la mirada a través a Dios y luego al César.
de sus desnudeces y transparencias.
Esta jerarquía del poder divino sobre el
No es solo la estética del artista que mues- humano se fundaba en un formidable tránsito
tra su visión particular del cuerpo, sino la expre- de lo divino hacia lo terrenal, de lo eterno a lo
sión, a la vez, de la cosmovisión dominante: un histórico, en virtud de la encamación de la mis-
paradigma o metáfora de la realidad. La polis ma deidad suprema en un hijo terrestre (iso-
representa como microcosmos una visión espe- morfo con el Padre), quien, en una especie de
cular del gran cosmos, aunque se trate del cuer- contrato escatológico, había renunciado al poder
po de una Afrodita helenística, como la de Ro- (terrenal), a la carne y sus placeres y había per-
das, ya comentada. A pesar de la confusión y el mitido también la flagelación y crucifixión de
62 HERMENÉUTICA DEL CUERPO

su cuerpo para redimir de esa forma un pecado Pero el mundo era algo sucio, concreción
cometido, al parecer con sus cuerpos, por los evidente del infierno; la vida, una miseria que
«padres» míticos del género humano. solo se redimía con la muerte en la fe del cruci-
ficado. Se trataba de una visión teocéntrica con
El trasfondo sociocultural de esa transfi- una ideología religiosa que afeaba al mundo, al
guración fue lo que de modo sintético podría- paso que se lo apropiaba. En este "infierno"
mos llamar Edad Media: un mundo gris, frag- estaba preso el ~er humano, y su salvación se
mentado en infinidad de feudos cuyos señores encontraba más allá de la muerte, en las prome-
se agredían permanentemente por los problemas sas escatológicas, única forma de alcanzar el
suscitados en la defensa del territorio, en las reino de Dios, sobre todo para los más pobres
confusas filiaciones de sangre de las bastardías, (de dinero o de espíritu).
en la ambición, como diría Huizinga" para ex-
plicar el nervio y sustento de esta época. Pues La mirada sobre el cuerpo, como ya he-
bien, en ese trasfondo, con frecuencia desolado mos dicho, veía aquello que los valores domi-
nantes acentuaban para argumentar su metoní-
indiscriminadamente por la peste bubónica, el
mico discurso maniqueo acerca del cosmos
mundo era un lugar de dolor sostenido solo por
-una carne sucia pero provocadora debido a
la gracia de Dios a través de la mano y las ges-
una ilusión diabólica- y escondía aquello que,
tiones (simbólicas y clericales) de la iglesia. To-
si bien estaba ahí, implícito o "sub-yacente"
do este dolor (opresión, guerra santa o seglar,
-la sensualidad de la carne y su deleite- era
enfermedad-deformidad, etc.) mostraba la feal-
también sucio y despreciable, "pecaminoso".
dad del mundo, expresión de otro poder, mal-
Así como el ser humano, debido a su desobe-
dito, condenado por el Padre, pero que en virtud
diencia y consecuente "caída" del estado para-
de las peculiares necesidades lógicas del mito,
disíaco, estaba preso en el mundo, así también
estaba ahí tentando a los hombres -como en
el alma, que era de la misma esencia de Dios,
el episodio primordial, a través del cuerpo de estaba aprisionada en el cuerpo-materia pecante,
una serpiente al cuerpo de una mujer- que no envi-lecida por los apetitos de la carne.
era otra cosa sino la fealdad eterna del diablo
astuto y falaz", siempre deslizando en el oído
del hombre (y del cuerpo de la mujer) palabras
soberbias acerca del hombre y sus relaciones
con los poderes humanos y divinos, siempre
trastornando y desacreditando el orden natural
y, por extensión, poniendo en entredicho la infa-
libilidad del sumo-pontífice y haciéndole creer
a los señores feudales que su poder estaba al
mismo nivelo por encima que el de la iglesia.

~J Jo han Huizinga. El Of0110 de la Edad Media. Madrid.


1967, p. 23.
"2 De Ota-POA.O~, dia-bolos (diablo), calumniador,
perseguidor cn., Hernández E y Restrepo F., o». cit., Adán y Eva. Primera Biblia de Carlos el Calvo
p.167. (850 d.C). Biblioteca Nacional. Paris
STElLA GONZÁLEZ QUINTERO, YIDY PÁEZ CASADlEGOS 63

CUERPO CUBIERTO
MANCHADO,
QUEJUMBROSO

MEDIOEVO
TEOCENTRISMO
CUERPO-CÁRCEL

CÁRCEL-TUMBA
LUGAR DE
PODREDUMBRE

En el anterior esquema podemos resumir En la tercera, la pareja, ya vestida, es ex-


la metáfora del cuerpo-cárcel. pulsada del paraíso.

La composición de la página anterior El tema recuerda al devoto, antes de abrir


muestra unos cuerpos anodinos, con descuido el libro sagrado, la causa del pecado original y
-tal vez de manera intencional- del dibujo. de sus mediaciones cognitivo-corporales. El
Los cuerpos son una alusión. Un medio-pretexto árbol-fruto-cuerpo es tentación y ocasión de
para enunciar el tema fundamental: la caída del desobedecer-pecar. Y el primer cuerpo para pe-
ser humano y sus consecuencias: la culpa-con- car es femenino, sea el de la serpiente o el de la
dena y la redención. mujer. La descendencia, que opera verticalmen-
te a través de la corporalidad, arrastra consigo
En la primera escena los cuerpos están el estigma del mundo material, del cuerpo. El
desnudos (¿salvo la deidad?). La mujer (Eva) hijo nace manchado. De ahí la severidad de la
es creada a partir del cuerpo del hombre. La pa- ley patriarcal en relación con lo femenino, en
reja arquetípica recibe el primer tabú: no puede general (la virgen-mujer-madre de dios es tan
comer del árbol prohibido (¿el saber, la sexua- etérea, en el contexto cotidiano, como su hijo-
lidad, el disfrute del cuerpo?). hombre-hijo-de-dios); sí, es un gran misterio, y
las peticiones de principio que podría denunciar
La segunda escena muestra a Eva escu- la razón, dejan de ser un error del juicio cuando
chando de una serpiente --enroscada en el árbol son tamizadas por la fe. Pero en la vida cotidiana
prohibido-la fatal y maligna sugerencia. Aho- esa fe exigía la condena del cuerpo. Era nece-
ra, después de seducida la mujer por el poder saria. Era el núcleo aglutinador de toda la trama
oscuro-maldito, y consumada su desobediencia, mítica de la caída. Y una clave simbólica para
el hombre y la mujer tratan de ocultar sus cuer- comprender parte de la estructuración discursiva
pos. y punitiva de la sociedad patriarcal judeo-
64 HERMENtUTICA DEL CUERPO

cristiana, en este caso particular (pues encontra- Esa sensación, que generosamente podría-
mos una ideología religiosa isomorfa y homólo- mos llamar surrealista, predomina en las visio-
ga en la tradición islámica e hinduista). nes del infierno. El cuerpo humano se muestra
ultrajado, horadado en sus partes íntimas por
Como siempre, el arte, sobre todo la ico- los cuerpos infernales y sus objetos fálicos. Las
nografía, nos muestra con elocuencia y vuelo figuras del clero, ora aparecen ambiguas, ora
poético, la manera como la ideología dominante, con el aspecto o los emblemas de los siete peca-
se refleja en la visión del cuerpo humano. Un dos: (la codicia, la lujuria, la soberbia, etc.), que
paradigma de este aserto lo constituye El Bosco. acechan por igual al pecador y al virtuoso.
Aunque pinta ya en el Renacimiento, su cosmo-
visión es más bien medieval y la representa En El carro de heno ("el mundo es un
genialmente en su concepción de la figura y el carro de heno y cada quien toma de él lo que
espacio pictórico. Uno podría resumir su temá- puede") y en las Tentaciones de San Antonio, el
tica bajo los rótulos de: teoría del pecado-caída, creyente se llena de espanto al pensar en las con-
las virtudes cristianas y la redención. Sin em- secuencias de la falta de fe, de obediencia a las
bargo, la originalidad con que trata y relata el leyes (seglares y eclesiásticas, porque en el fon-
mundo del pecado, y el papel esencial del cuerpo do el poder político se sustenta en el temor que
para su comprensión y explicación, hace que la la Iglesia infunde en sus fieles, y el poder de la
mirada gravite fascinada en las multifacéticas Iglesia se sostiene en el brazo secular de los se-
y asombrosas criaturas del infierno y la relación ñores feudales, cuando no en su propio ejército).
de esos seres con las almas de los cuerpos que
han pecado. Es tal vez en esta metáfora del cuerpo,
como cárcel-podredumbre, donde se manifies-
Esta demonología se aprecia bien en Los tan de manera más elocuente los ocultamientos
siete pecados capitales, El carro de heno y El de la dominación.
jardín de las delicias.

En El jardín de las delicias aparece una


serpiente con cuerpo de mujer persuadiendo a
Eva. Los cuerpos, a pesar del dibujo limpio, de-
tallado, dan una sensación etérea de ingravidez
-por la casi carencia de perspectiva y el efecto
lumínico que preside sus relaciones espacia-
les-o

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