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ARKINKA N º 224 • J U L I O 2 01 4 Por HÉCTOR ABARCA*

›› MEMORIA

COLISEO GRAN CHIMÚ


WALTER WEBERHOFER, 1965-1971

E
n 1959, cuando Walter Weberhofer ex- dernidad de mitad siglo, o mid-century modern,
hibía su trabajo en el Congreso del Na- una nueva época que certifica que la batalla ya ha
tional Association of Home Builders sido ganada.
(NAHB) en Chicago y luego por dos meses en el La presencia de Weberhofer en Chicago corrige
Housing Center, su sede central en Washington el descuido de Paul Linder, curador de la muestra
D.C., mostraba nuevamente que su arquitectura, si peruana, y en particular de Henry-Russel Hitch-
bien diseñada para una pequeña caleta a 50 km al cock, quienes dejaron de lado el recién terminado
*Héctor Abarca sur de Lima, era capaz de mostrar la universalidad Edificio Atlas de la exposición de 1955, Latin Ame-
Arquitecto por la Universidad del movimiento moderno. rican Architecture since 1945, del MoMa; la última
Nacional de Ingeniería con
Pocos años antes, en 1952, Phillip Johnson, en exposición apologética a la arquitectura moderna
maestría en Diagnóstico y
Rehabilitación de Edificaciones el prólogo del catálogo de la exposición Built in que culminaría en el libro Historia de la Arquitec-
(Universidad de Sevilla) y USA: Post-war Architecture, del Museo de Arte tura de los siglos XIX y XX, publicado por Nicolás
en Revitalización Urbana Moderno Nueva York, curada por Henry-Russel Pevsner para Penguin Books, finalizando un ena-
(Politécnico de Lublín). Posee
Hitchcock, anota que la selección de hoy ha ma- moramiento latinoamericano que empezó en la
postgrados en Cultura y
Desarrollo (ITC–ILO, Turín) durado y está lejos de recordar a los rígidos y si- Feria de Nueva York de 1939 e hizo de la escuela
y en Mantenimiento de métricos proyectos de veinte años atrás, como la carioca el modelo que representó al Brasil, doce
Edificaciones (Universidad de famosa exhibición Estilo Internacional de 1932; años antes en Brazil Builds, para luego volverse el
Lund). Ha trabajado para Walter
pues en 1952 Johnson da la bienvenida a la mo- catalizador del sentir latinoamericano en 1955.1
Weberhofer, Manuel Llanos
John y Low-Hammond-Rowe,
en Lima y Victoria (BC); en
el 2014 se une al Instituto de 1
Patricio del Real. Building a Continent: The idea of Latin American Architecture in the Early Postwar. Columbia University, 2012, pp 22.
Conservación Getty (GCI). Este 2
Patricio del Real: Building a Continent: MoMa’s Latin American Architecture since 1945 Exhibition. Journal of Latin American Cultural Studies. En el
artículo pertenece a un interés artículo The Latin American Manner, Architectural Review, diciembre, 1955.
particular y no está afiliado 3
CIAM. A Decade of New Architecture, pp 37.
al GCI. 4
Rayner Banham. The New Brutalism, 1955.

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Sin duda, Santa María del Mar es la etapa ma-
dura, vital, experimental e irrepetible de Weber-
hofer, un hecho identificado por los expertos en
vivienda del viaje de estudios Latin American
Housing Study - Tour ‘round South America de la
NAHB, que reconocieron la transferibilidad de las
propuestas weberhoferianas al contexto nortea-
mericano. De igual manera, el Edificio Atlas mos-
traba una cualidad similar: Patricio del Real califica
su cualidad brasileña, no de negativa, sino como
una manifestación de la naturaleza cosmopolita
de la cultura arquitectónica del momento, de una
universalidad nacida en la región y que no hace de
este un edificio regional; por el contrario, lo hace
un edificio a tono con su tiempo. La revista Archi-
Vista del Coliseo Gran Chimú en obra.
tectural Review2 ya reconoce el nuevo Edificio At-
las como “un impactante ejemplo de la creciente
asimilación a lo largo del continente sudamericano
del lenguaje arquitectónico originado con el Minis-
terio de Educación de Río”.
Este mismo número de Architectural Review
contiene el artículo seminal de Reyner Banham,
The New Brutalism, que posteriormente será ex-
pandido en el libro homónimo de 1968 y que sig-
nificó una revisión de los valores del movimiento
moderno de la post guerra hasta la década del 60.
Posición compartida por el joven Aldo van Eyck3,
quien reclamaba al CIAM el derecho al uso de ele-
mentos que pudiesen añadir mayor expresividad
arquitectónica; una calidad más escultórica, sin
Sección de la tribuna.
obstaculizar su funcionalidad. En este nuevo or-
den, Weberhofer nos entregó en la ciudad de Tru-
jillo dos obras fundaméntales: la elusiva Galletera
del Norte y el Coliseo Gran Chimú; ambas de una
sólida imagen de clara recordación, de estructu-
ras simples, directas y viscerales que celebran los
materiales “tal como son”. Precisamente los pos-
tulados que Banham4 identifica como característi-
cas de la época.
Entre las vigas prefabricadas de sección varia-
ble, rótulas y el zuncho post tensado de 80 me-
tros de diámetro, Weberhofer nos regala otra obra
peruana de contemporaneidad internacional que
elogia los principios de racionalización, estanda-
rización, repetición y el compromiso de movilidad,
evolución y mutación; tal y como lo promovían
los colectivos metabolistas, estructuralistas y del Boceto de la marquesina.
Team X, al momento en que sus líderes: Candilis-
Josic-Woods, Aldo van Eyck, Oskar Hansen y Kis-
ho Kurokawa se encontraban trabajando en Lima
en el importantísimo, pero no tan bien ponderado
proyecto UN-PREVI.

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