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TECNICATURA SUPERIOR EN

ADMINISTRACIÓN DE
EMPRESAS

ASIGNATURA:

TEORÍA Y TÉCNICA IMPOSITIVA

AÑO: Tercero

APUNTE 01 – TEORIA DE FINANZAS PUBLICAS

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Derecho Tributario:

El Derecho es un conjunto de reglas de conducta establecidas o


autorizadas por el Estado y respaldadas por su poder. El mismo se puede
clasificar en dos grandes ramas:

• El Derecho Natural: Es la idea de justicia que tiene el ser humano.


• El Derecho Positivo: Es el derecho escrito que emana del legislador.

El Derecho Positivo se divide a su vez en:

• Derecho Privado: cuando los sujetos que intervienen son particulares, esto
es: sin participación del Estado.
• Derecho Público: cuando por lo menos una de las partes intervinientes es
el Estado.

Dentro de la rama del Derecho Público se encuentra el Derecho Tributario,


que comprende al conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones entre
el Estado y los particulares en materia de tributos, esto es, las relaciones jurídico-
tributarias.

Forma parte del Derecho Público porque el derecho tributario implica la


intervención del Estado, como una de las partes de la relación jurídica.

El Derecho Tributario comprende el análisis y estudio de un conjunto de


normas: leyes, decretos, resoluciones ministeriales, y de los organismos de
recaudación (AFIP por ejemplo) por las que se establecen, reglamentan e
interpretan los tributos y las relaciones jurídicas que se producen en relación a
ellos.

El Derecho Tributario analiza aspectos que cubren los técnicos del derecho
sustantivo en materia tributaria como los relativos a los principios
constitucionales, penales y formales o administrativos que componen el amplio
ámbito de la tributación.

Se entiende por relación jurídico-tributaria al vínculo entre el sujeto activo


(siempre el Estado) y los sujetos pasivos (particulares), en virtud del cual estos
últimos están obligados a pagar el tributo al primero, el cual tiene
correlativamente el derecho para exigirlo.

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Sujetos:

Quién debe abonar el tributo se conoce como “Sujeto Pasivo de la


obligación” a diferencia del Estado (Nacional, Provincial o Municipal) que es el
único que tiene derecho a exigir el pago de los tributos y por ello se lo conoce
como “Sujeto Activo de la obligación tributaria”

Dentro de los sujetos pasivos de la relación jurídico-tributaria, podemos


distinguir:

• Contribuyentes: son los responsables por deuda propia.


• Responsables: son los que responden por el cumplimiento del pago de
deuda ajena, tales como el representante de un incapaz, el síndico de una
quiebra, un directivo o gerente de una sociedad, etc.)
• Solidarios: son los que responden junto al deudor principal con sus bienes
propios.

Entre los responsables por deuda ajena podemos citar muy especialmente
a los que deben recaudar por cuenta de terceros y que son designados al efecto
por la autoridad fiscal pertinente. Se los conoce según el caso como agentes de
retención o de percepción. Retiene quien al pagar, debe detraer parte del monto
que abona y depositarlo por cuenta del beneficiario a favor del Fisco. Percibe,
quien al cobrar determinado importe, debe adicionar al precio un mayor valor
también para ingresar a las arcas fiscales.

Tributo:

El tributo es la prestación exigida por el Estado a los particulares en virtud


de las normas del derecho tributario. Es una prestación pecuniaria coercible de
uno o más sujetos hacia el Estado, el cual por ley tiene derecho a exigirla.

Cuando se dice que es pecuniaria se hace referencia a que lo que se da es


una suma de dinero. Antiguamente existían otras formas de pagos, tales como la
entrega de cosas diferentes del dinero y hasta obligaciones de hacer, en lugar de
obligaciones de dar. En la actualidad sólo excepcionalmente podríamos
encontrar un pago que no se exprese en dinero, por lo cual reiteramos que el
tributo requiere prácticamente siempre “entrega de dinero”

Es coercible por cuanto no requiere del consentimiento del sujeto que


debe hacer el pago, a quien se lo puede obligar judicialmente y por el empleo de
la fuerza si fuere necesario.

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Actividad Financiera del Estado:

Desde un punto de vista estrictamente económico podemos considerar al


gobierno como un gran productor de bienes y prestador de servicios, que tiene la
finalidad de satisfacer las necesidades públicas. El estudio de cómo el gobierno
obtiene sus ingresos y el destino que les da, dio origen a una rama de la
economía denominada Finanzas Públicas y a una rama del Derecho Público
denominada Derecho Financiero, que tiene por finalidad estudiar el aspecto
jurídico de la actividad financiera del gobierno.

Las finanzas públicas se ocupan de:


• La corriente de Recursos Públicos.
• La corriente de Gastos Públicos.
• La incidencia que ambos producen en la economía.

De esta manera el gobierno estima los Recursos o Ingresos y prevé los


Gastos o Egresos Públicos. Estos ingresos y egresos serán especificados en la Ley
de Presupuesto Anual.

Todos los Estados, tienen su propia economía, conocida como “Actividad


Financiera del Estado”, que consiste en la producción de servicios públicos
prestados a la comunidad en su conjunto y a los habitantes en forma individual.
Para poder prestar estos servicios, el Estado necesita incurrir en erogaciones para
proveerse de bienes y reclutar funcionarios y empleados. Estas erogaciones son
conocidas normalmente con la denominación de “Gasto Público”.

Para afrontar estos gastos, el Estado requiere fondos, para lo que se vale
de distintos procedimientos. Estos fondos, son los recursos del Estado y en tal
sentido éste último debe realizar una actividad financiera.

La actividad financiera del Estado incluye aspectos políticos, económicos,


técnicos y jurídicos. Podríamos decir que la ciencia de las Finanzas Públicas se
ocupa del estudio de los tres primeros aspectos, mientras que el cuarto es materia
del Derecho Financiero, o sea el que establece el conjunto de normas jurídicas
que regulan la actividad financiera del Estado en sus diversas manifestaciones:
órganos que la ejercen, medios por los que se exterioriza y contenido de las
relaciones que genera.

Son varias las fuentes del Estado para obtener los recursos. Podría citarse
el endeudamiento, la locación de bienes estatales, la venta de tales bienes, la
emisión monetaria, etc. Pero sin duda, la fuente más importante de recursos del
Estado la constituyen los pagos obligatorios que las leyes imponen a los
habitantes y que se denominan Tributos.

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Al recaudar los Tributos el Estado persigue dos objetivos:
• Fines Fiscales: como se mencionaron anteriormente, se requiere de los
tributos para financiar los gastos que le demanda la prestación de
servicios que lleva a cabo.
• Fines extra Fiscales: el estado puede perseguir objetivos económicos o
sociales a partir de la tributación. Por ejemplo, promover las economías
regionales.

Autonomía del Derecho Tributario

Si bien han existido distintas corrientes doctrinarias que analizaron la


naturaleza del Derecho Tributario, se podría concluir que finalmente la gran
mayoría de los autores aceptan la autonomía del mismo. En el sentido de
considerarlo como una rama del derecho que dispone de principios generales
propios y que actúan coordinadamente, en permanente conexión e
interdependencia con las demás disciplinas, como integrantes de un todo
orgánico. Entre los juristas que adhieren a esta corriente podemos citar a los
destacados maestros Giuliani Fonrouge y Dino Jarach, entre otros.

Por eso se dice normalmente que el Derecho Tributario tiene aspectos


diferenciales respecto del resto del derecho y que se rige por sus propias normas,
que frecuentemente se apartan de las leyes civiles y comerciales. Posee su propio
régimen procesal y penal, e incluso sus propias pautas de interpretación.

Fuentes del Derecho Tributario

Las fuentes de donde surgen las normas tributarias son varias:

• Constitución Nacional: es la principal fuente del Derecho Tributario. En


ella se delimitan las potestades tributarias del Estado y también se
establece la distribución de los recursos tributarios entre la Nación y las
Provincias. La Constitución contiene los principios generales de la
tributación, tales como el de legalidad, igualdad, equidad,
proporcionalidad y no confiscatoriedad.
• Leyes: como fuente del Derecho Tributario, se corresponden con el
principio de legalidad de la Constitución. Las leyes impositivas deben
emanar del Poder Legislativo, a través del proceso de formación de las
mismas que prevé la Constitución.
• Decretos reglamentarios y delegados: Son dictados por el Poder
Ejecutivo. Se dividen en reglamentarios (los que reglamentan,
complementan e interpretan la ley) y delegados (los que legislan en

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ejercicio de atribuciones o facultades que el legislador dejó en manos del
Poder Ejecutivo, importando verdaderas atribuciones legislativas).
• Resoluciones Administrativas: son actos que dictan los funcionarios
competentes del Poder Ejecutivo, con rango menor al del Presidente.
Pueden ser resoluciones ministeriales o de la AFIP, de la DGI o de la
DGA. En materia tributaria nacional, el Administrador Federal de
Ingresos Públicos y los directores generales de DGI y DGA tienen
facultades para reglamentar e interpretar las normas tributarias.
• Tratados: son los celebrados tanto en el orden interno como los de tipo
internacional Por lo general se ocupan de temas tales como doble o
múltiple imposición y distribución de recursos tributarios entre distintas
jurisdicciones estatales.
• Jurisprudencia: es el conjunto de fallos dictados, respecto de casos
concretos, por los jueces. En principio se entiende por jurisprudencia sólo
a las sentencias que emanan de las diferentes instancias del Poder Judicial,
pero en sentido extendido, también configuran jurisprudencia los fallos
del Tribunal Fiscal de la Nación y aún los pronunciamientos de los
organismos técnicos y jurídicos de la Administración Tributaria, llamados
dictámenes que emanan de las asesorías técnicas y legales de estos
órganos recaudadores.
• Doctrina: es la opinión de autores y especialistas, publicada en libros y en
revistas técnicas y jurídicas especializadas.

Principios Constitucionales de la Tributación

Tal como se expresara anteriormente, los principios constitucionales


básicos son:

• Legalidad: es necesaria la existencia de una ley para validar la aplicación


de tributos.
• Igualdad y Proporcionalidad: todos los habitantes en principio son
iguales a efectos de los tributos, es decir que no deben existir en esta
materia privilegios de ninguna naturaleza, que importen una menor carga
tributaria como consecuencia de atributos vinculados con la raza, la
sangre, el nacimiento o la posesión de títulos de nobleza.
Esto no significa que todos los habitantes deben soportar igual cantidad y
monto de tributos, sino que los mismos deben ser igualmente soportados
en igualdad de circunstancias. Esto es, teniendo en cuenta lo que se conoce
con el nombre de “capacidad contributiva”. Aquí se introduce el principio
de proporcionalidad, por cuanto la carga tributaria debe ser proporcional
a la capacidad contributiva que exteriorice el sujeto pasivo, sin distinción
fundada en los atributos antes mencionados.

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Estos dos aspectos constitucionales surgen del Art. 16 cuando establece
que la Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de
nacimiento, no hay en ella fueros personales, ni títulos de nobleza. Todos
sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra
condición que la idoneidad. La igualdad es base del impuesto y de las
cargas públicas. Por su parte, el Art. 4 habla de la equidad y
proporcionalidad de las contribuciones que a la población imponga el
Congreso.
• No Confiscatoriedad: significa que ningún tributo puede absorber una
porción excesiva del capital o de la renta del sujeto pasivo. Este principio
surge del Art. 17 de la Constitución, cuando prohíbe la confiscación de
bienes bajo cualquier forma, al garantizar el derecho de propiedad. De
todos modos, no existe una pauta cuantitativa que establezca el límite
entre los tributos confiscatorios y los que no lo son. Tampoco en las leyes
dictadas en la materia. Como antecedente se podría enunciar un fallo de
La Corte Suprema de Justicia de la Nación que ha considerado
confiscatorio al impuesto patrimonial cuya alícuota sea superior al 33%.

Teoría del Beneficio y el Sacrificio

Teniendo en cuenta el presupuesto de Igualdad para distribuir la carga


tributaria, se formularon la teoría del beneficio y de la capacidad de pago (o del
sacrificio).
Para la primera, los impuestos deben pagarse por el beneficio recibido por
las funciones que desempeña el Estado o, más modernamente por los bienes
públicos que brinda el Estado.
En cambio, la teoría de la capacidad de pago, si bien no negó la
posibilidad de los beneficios, enfocó la cuestión desde un punto de vista distinto:
cuál es la capacidad de pago y el sacrificio que siempre representa para el sujeto
el pago de los impuestos. En este orden de consideraciones no cabe duda que el
pago de un impuesto al afectar la capacidad de pago del individuo, implica un
sacrificio para el sujeto que lo realiza, aunque más no sea el sacrificio de un
consumo.
Según la teoría del beneficio, los contribuyentes pagarán los impuestos en
la medida del beneficio que reciban. Esta concepción puede ser criticada por
cuanto no contempla la función redistributiva del ingreso que suelen tener los
impuestos. La teoría se despreocupa de este aspecto.
En cambio, la teoría de la capacidad de pago, si bien no resuelve (tan
ajustadamente como la anterior) el problema de la provisión de bienes públicos
(porque muchos individuos no pagarán tributos aunque reciban bienes
públicos), enfrenta con ventaja la cuestión redistributiva. Los expositores de la
teoría de la capacidad de pago siempre mostraron una gran preocupación por

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establecer elementos que permitieran determinar la capacidad contributiva de
cada individuo.
Para poder establecer cuál es la capacidad de pago de un individuo, la
doctrina buscó exteriorizaciones de la capacidad económica que permitieran
medir la concurrencia de cada uno al mantenimiento del Estado. En el desarrollo
de la búsqueda de elementos objetivos existió una coincidencia que, sin lugar a
dudas, puede enunciarse como universal. La doctrina encontró que la capacidad
económica global o el poder económico o riqueza total de los individuos para
concurrir al mantenimiento del Estado se exteriorizan objetivamente en la renta,
el patrimonio y el consumo.

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