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Juzgado Décimo Administrativo del Circuito Judicial de Ibagué

Ibagué, () de agosto de dos mil veinte (2020)

RADICADO 73001-33-33-751-2014-00190-00
ACCIÓN: REPARACIÓN DIRECTA
DEMANDANTE: EDIMER RODRIGUEZ Y OTROS
DEMANDADO: NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA
NACONAL – HOSPITAL FEDERICO LLERAS ACOSTADA
E.S.E
ASUNTO: Falla servicio médico
SENTENCIA:

I. ANTECEDENTES

Surtido el trámite legal y de conformidad con lo establecido en el artículo 179 y 187 del
Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, se procede
a dictar sentencia en el proceso que en ejercicio del medio de control de reparación
directa promovieron los señores EDIMER RODRIGUEZ quien actúa en nombro propio
quien actúa en nombre propio y en representación de su hijo mejor IKER SAMUEL
RODRIGUEZ, RAIMUNDO RODRIGUEZ y LUZ AMPARO DE RODRIGUEZ, DIANA
MARIA RODRIGUEZ AGUIRRE, CLAUDIA PATRICIA RODRIGUEZ AGUIRRE,
SANDRA SULEDY RODRIGUEZ AGUIRRE Y VICTOR ALFONSO QUINTERO en contra
de LA NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL y el HOSPITAL
FEDERICO LLERAS ACOSTA E.S.E DE IBAGUE.

1. PRETENSIONES

1.1. Que la NACION-MINISTERIO DEFENSA-POLICIA NACIONAL y el HOSPITAL


FEDERICO LLERAS ACOSTA E.S.E de Ibagué, son administrativa, civil, patrimonial y
extracontractualmente en forma solidaria de todos los perjuicios morales, materiales y
daño a la vida en relación por la lesión cerebral, incapacidad e invalidez causadas al
señor Edimer Rodríguez Aguirre al ser impactado en su cabeza por proyectil de arma de
fuego disparado por miembros de la Policía Nacional Metropolitana de Ibagué en hechos
ocurridos el 12 de noviembre de 2012.

1.2. Que como consecuencia de la anterior declaración, se condene a las entidades


accionadas a pagar a los actores como reparación o indemnización del daño
ocasionado, los perjuicios de orden material (daño emergente y lucro cesante presente-
futuro) morales y daño a la vida de relación o alteración en las condiciones de la
existencia, los cuales se estiman en la sima de MIL ONCE MILLONES SETECIENTOS
OCHENTA MIL PESOS MODENA CORRIENTE ($1.011.780.000) de acuerdo con la
estimación razonada de la cuantía o conforme con lo que resulte probado en el proceso.

1.3. Que se condene a las entidades demandadas a pagar al señor EDIMER


RODRIGUEZ AGUIRRE una pensión mensual vitalicia para mitigar sus pérdidas
irreparables, su invalidez y el estado de incapacidad en que ha quedado.

1.4 Que se condene a las entidades demandadas a liquidar y pagar sobre el total de las
sumas que correspondan a favor de los demandantes, la indexación que determina el
Acción: Reparación Directa
Rad. 73001-33-33-751-2014-00190-00
Demandante: Edimar Rodríguez Aguirre y otros
Demandado: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional y otros
Decisión:
articulo 187 CPACA y respecto de los perjuicios morales se tenga en cuenta el SMLMV a
la fecha de la ejecutoria de la respectiva sentencia que ponga fin al proceso.

1.5 Condenar a las entidades demandadas dar cumplimiento a la sentencia, de


conformidad con los artículos 187,189 y 192 del CPACA

1.6 Condenar en costas a las entidades demandadas de conformidad con el artículo 188
del CPACA.
2. HECHOS

Como fundamento de las pretensiones, el apoderado judicial de los demandantes relató


los hechos y omisiones que se sintetizan a continuación:

2.1. Que el señor EDIMER RODRIGUEZ AGUIRRE el día 12 de noviembre de 2012,


aproximadamente a las 02:30 pm se encontraba presenciando una carrera de
motociclismo en la intersección de la calle 41 con carrera 6 de esta ciudad, cuando fue
impactado en su cabeza por proyectil de arma de fuego, disparado por Unidades de la
Policía Nacional Metropolitana de Ibagué, que se incurso en la región parietal izquierda.

2.2. Que, por la gravedad del hecho y su lesión cerebral, el señor Rodríguez Aguirre fue
recogido y trasladado en estado de inconsciencia por miembros de la Policía Nacional en
una de sus patrullas al Hospital Federico Lleras Acosta E.S.E de la cuidad de Ibagué,
donde manifestaron que este había sido golpeado con una piedra.

2.3. Que, en el Hospital Federico Lleras Acosta, sin ordenar ni practicar examen alguno
al demandante procedieron a cocerle y saturarle la herida que presentaba en su cabeza.

2.4. Posteriormente llego al Hospital el señor Jorge Armando Duque conocido del
demandante, reclamando por la atención que a este se le había brindado al suturársele
la herida cerebral sin practicársele los exámenes y diagnósticos técnicos y científicos.

2.5 Que el señor Edimer Rodríguez Aguirre permaneció por amplio espacio de tiempo,
hasta el momento en que le practicaron los exámenes.

2.6 Que ante los reclamos del señor Jorge Armando Duque, el personal médico y
paramédico del hospital, procedió a practicarle un TAC cerebral al paciente Rodríguez
Aguirre, arrojando como resultado presencia en su cerebro de proyectil de arma de
fuego, heridas craneoencefálicas, laceración cerebral, fractura conminuta temporal
izquierda, con contusión hemorrágica.

2.6. El día 13 de noviembre de 2012, se le practico al señor Rodríguez Aguirre cirugía


consistente en craniectomía fronto+ temporal izquierda drenaje+ de hematoma subdural
e intracerebral+ esquirlectomia+ injerto dural.

2.7. Posteriormente, el paciente es trasladado para la Unidad de Cuidados Intensivos,


para cuidados post operatorios, donde permaneció durante 5 días. Al ingreso de la UCI,
esta consiente, con intubación orotraqueal, con soporte ventilatorio mecánico, asistido
por el anestesiólogo.

2.8. El 14 de noviembre, se deja constancia en la Historia Clínica, que el paciente se


encuentra en malas condiciones generales, con soporte ventilatorio, sedado y soporte

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inotrópico con noradrelina; el paciente mejora y sale para piso de la Unidad de Cuidados
Intensivos el día 17 de noviembre de 2007 para manejo de neurocirugía.

2.9. El demandante permaneció en el Hospital Federico Lleras Acosta E.S.E en la unidad


de cuidados intensivos y en piso, desde el día 12 de noviembre de 2012 hasta el 21 de
noviembre del mismo año, lapso en el cual se le practicó la craniectomía y múltiples
terapias y procedimientos de rehabilitación. Al darle salida del hospital el señor
Rodríguez presenta secuela dado por limitación para la apertura busca y la masticación,
y continua con manejo ambulatorio.

2.10. El día 05 de noviembre de 2013, le toman RMN articulación temporomandibular,


que muestra disminución en la movilidad de excursión condilar y disminución de la
amplitud del espacio temporomandibular en su aspecto posterior en la ATM derecha, por
los resultados del RMN articulación temporomandibular, se practica cirugía maxo facial.

2.11. El señor Edimer Rodríguez Aguirre, por la lesión sufrida presento convulsión y
trastorno de estrés postraumático, vio comprometido el funcionamiento de sus
mandíbulas, su cavidad oral, con marcada limitación de la apertura bucal y su sistema de
la masticación.

2.12. Según los dictámenes forenses y de especialistas, como consecuencia de la herida


recibida el señor Rodríguez Aguirre, se le han originado secuelas irreversibles
presentando el siguiente diagnostico “Herida penetrante en cráneo (proyectil arma de
fuego), secuelas funcionales definitivas: paresia ramo superior nervio facial izquierdo,
limitación apertura bucal, hipoacusia, síndrome vertiginoso …”

2.13. La Fiscalía General de la Nación a través de la Fiscalía Quinta delegada de la


unidad de delitos con la Unidad Individual, inicio investigación de los hechos con sus
colaboradores del CTI, por el delito de Tentativa de Homicidio contra al señor Rodríguez,
proceso con radicación 730016106625201202240, investigación que fue enviada a la
Juzgados de Instrucción Penal Militar de Ibagué.

2.14. La junta regional de calificación de invalidez del Tolima, en dictamen solicitado por
la Fiscalía General de la Nación, rendido el 29 de noviembre de 2013 le dictamino a el
demandante, invalidez y perdida de su capacidad laboral.

2.15. Al momento de sufrir la lesión causada por arma de fuego y la omisión e


inadecuado tratamiento del Hospital Federico Lleras Acosta, el señor Rodríguez Aguirre
laboraba como vendedor de una perfumería, actividad donde obtenía un salario minino
más comisiones por venta.

2.16. El señor Rodríguez Aguirre, al momento de su lesión se encontraba afiliado a la


EPS “Cafesalud de Ibagué”

3. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

3.1. HOSPITAL FEDERICO LLERAAS ACOSTA DE IBAGUE (fls. 147 – 415 del
cuaderno principal del expediente)

Actuando por intermedio de apoderada judicial la entidad accionada contestó la


demanda de la referencia, por medio de la cual se opuso a todas y cada una de las

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pretensiones de la demanda, solicitando se nieguen las suplicas de la misma por no
tener fundamento los hechos en que se sustenta ni razón en derecho.

Dentro de sus argumentos, señala que las secuelas que le causaron al señor EDIMER
RODRIGUEZ AGUIRRE son consecuencia directa del impacto de proyectil de arma de
fuego que impacto su cráneo en el área frontal, siendo por ende la responsabilidad de
sus lesiones y secuelas quien le propino el disparo.

En relación con la responsabilidad de la entidad que representa indica que se puede


aseverar sin duda alguna que su compromiso médico- hospitalario se hizo dentro de los
lineamientos y protocolos que para el tipo de procedimiento determina la lex artis, los
protocolos y guías de manejo institucionales

Indica que el Hospital Federico Lleras Acosta a través de su personal médico, cumplió
con el deber de prestar la mejor atención al paciente que conllevo a la recuperación de
salud de este evitándole la muerte, así mismo manifiesta que la atención prestada
durante el lapso que estuvo al cuidado del hospital y hasta el día de su salida fue la
apropiada para este tipo de pacientes, por lo que no se presentó ningún incumpliendo a
la norma de atención, siendo realizada de manera oportuna y satisfactoria, pegada a los
protocolos y guías medicas institucionales según la mecánica de trauma referida para el
paciente.

Arguye que el diagnostico dado, los exámenes, el tratamiento, la medicación y medidas


de atención antes y durante la hospitalización no representaron una falla en el servicio ni
una morosidad en la atención, por el contrario fueron oportunos descartándose la falla o
falta de atención en la prestación del servicio médico, en este sentido sostiene que la
obligación de prestar asistencia médica la cumplió a cabalidad el hospital, como quiera
que al paciente se le brindo una atención compleja, toda vez que se le presto un
tratamiento completo, eficiente y necesario para su restablecimiento sin que sea viable
afirmar que las secuelas que le causaron al lesionado fueron por falla del servicio.

Por otro lado considera que el caso objeto de estudio no se evidencia ni aparece
demostrado el nexo de causalidad que lleva a la responsabilidad médica, pues asegura
que nunca se dejó de cumplir con lo que era mandatario de la norma de atención, no se
configuro una falta de oportunidad, se fue eficaz y eficiente en la prestación del servicio
de salud, adicionalmente agrega que durante su estadía en la entidad se le prestaron
todos y cada uno de los servicios de calidad, oportuna y eficientemente de conformidad
con los protocolos y guías de manejo institucionales, cumpliendo con la Lex artis.

Argumenta que las secuelas en la salud del señor Edimer Rodrigue Aguirre, no se
produjeron por una atención dispar y errática por parte del Hospital y menos por no
haberlo dejado más tiempo hospitalizado, pues siempre en el hospital se le ofreció un
tratamiento que siempre estuvo dirigido a permitir con cierta probabilidad la
supervivencia del paciente. En este orden de ideas concluye que hay ausencia de la
prueba del vínculo causal, que haga posible imputar a la entidad el daño por el cual se
demanda la indemnización el cual ni siquiera se encuentra acreditado de manera
indirecta mediante indicios.

Agrega, que la conducta del Hospital Federico Leras Acosta se ajustó al deber de
protección de los derechos del paciente al brindarle la atención requerida diligente que
confirma que le paciente fue valorado, diagnosticado, tratado, formulado, observado por

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especialistas, hasta lograr la recuperación de su salud no existencia falla de los servicios
de salud brindado al señor Edimer Rodríguez Aguirre hasta su egreso el día 21 de
noviembre de 2012.

Finalmente manifiesta que la conducta del Hospital Federico Lleras Acosta E.S.E, se
ajustó al deber de protección de la vida humana al dársele el tratamiento idóneo de
acuerdo a la sintomatología y signos del paciente, con lo que queda plenamente
demostrado que al señor Rodríguez Aguirre, se le proporciono el tratamiento idóneo de
acuerdo a los signos encontrados, al disponer de un grupo interdisciplinario de
especialistas desvirtuándose la falla del servicio y/o error en el diagnostico por parte del
Hospital Federico Lleras Acosta.

Como excepciones propone: 1. Ausencia de nexo de causalidad, 2. Ausencia de culpa


de profesional, 3. Cumpla exclusiva de un Tercero y 4. Excepción Genérica.

3.2. Nación- Ministerio de Defensa Policía Nacional. (Fls. 416 – 491 del cuaderno
Principal Tomo 3 )

Actuando por intermedio de apoderado judicial, la entidad demandada contesto


oportunamente la demanda oponiéndose enfáticamente a cada uno de los hechos,
argumentando que a simple vista es posible avizorar una posible culpa exclusiva de la
víctima, pues en realidad se le causaron los daños, pero el nexo de responsabilidad
estatal se rompe cuando quien genera este es propiciado por la víctima y peor aun
cuando se está frente a un obrar ilícito de la administración.

Sostiene que no hay prueba alguna que permita establecer que haya sido un proyectil de
arma estatal el causante de las lesiones del señor Edimer Rodríguez Aguirre, incluso
afirma que no hay certeza si fue impactado sobre la cuadra donde se llevaba a cabo el
procedimiento policial o por si el contrario fue víctima de una gresca continua a estos
hechos , por lo que pudo haber sido lesionado en otro contexto diverso al de los hechos
materia de estudio, siendo el creador de su propio riesgo cuando en efecto y sin medir
las consecuencias se enfrenta a otras personas civiles que esgrimían armas de fuego.

Indica que el régimen aplicable es la falla probada del servicio y es al demandante a


quien le corresponde probar la ocurrencia de la falla aducida y el origen estatal del arma
causante de las lesiones.

Arguye que se adelantó una investigación disciplinaria y la misma fue archivada, que en
síntesis esta determino que no habría lugar a efectuar juicios de reproche policial
alguno, puesto que no hay prueba que señale que hubiese sido un arma estatal la que
causo las lesiones al señor Rodríguez Aguirre, dado que se allegaron las pruebas en
material penal y fue allí donde se arribó el dictamen técnico que indicaba que no es
posible cotejar las armas estales con el proyectil que le fue encontrado el demandante.

Asevera que no es factible que la Policía Nacional le pague al demandante una pensión
mensual vitalicia, dado que el demandante no está en carrera policial por tanto sería
ilegal acceder a la petición.

Concluye manifestando que no es posible atribuir responsabilidad patrimonial a la


entidad demandada por lo que no es responsable patrimonialmente por los perjuicios
que reclaman los demandantes, al presentarse los eximentes de responsabilidad de

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CULPA EXCLUSIVA Y DETERMINANTE DE LA VICTIMA en concurso con el actuar
LEGAL DE LA ENTIDAD demandante y la CULPA EXCLUSIVA DE UN TERCERO
AJENO DE LA ADMINISTRACION, solicitando se nieguen las pretensiones de la
demanda por advertirse que no reposa responsabilidad patrimonial de la Policía Nacional
en el hecho dañino.

3.3. LLAMADA EN GARANTÍA PREVISORA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. (Fls. 36


– 87 Cuaderno Llamamiento en Garantía)

Actuando por intermedio de apoderado judicial la entidad Previsora Compañía se


Seguros S.A, contestó el llamamiento de la referencia, indicando que no le constan los
hechos narrados por la parte demandante, puesto que de los mismos fue enterada con la
notificación del llamamiento en garantía por tal motivo dicho hechos deben ser
aprobados por el demandante.

En cuanto a la prosperidad de las declaraciones y condenas se opone rotundamente,


como quiera que las mismas carecen de respaldo factico y probatorio, no existiendo
responsabilidad imputable al Hospital Federico Lleras Acosta ya que se evidencia una
inexistencia del nexo causal entre el procedimiento médico y el perjuicio inferido, por
ende, no surge responsabilidad alguna de la aseguradora al pago de una indemnización.

Como excepciones propone: 1. Inexistencia de falla en el servicio, por parte del Hospital
Federico Lleras Acosta, 2. Inexistencia de daño antijuridico por parte del Hospital
Federico Lleras Acosta de Ibagué, 3. Inexistencia de nexo causal, por parte del Hospital
Federico Leras Acosta, 4 Inexistencia de Responsabilidad por parte del Hospital
Federico Leras Acosta y 4. Inexistencia en cuantificación del daño.

Frente a la pretensión del llamamiento en garantía manifiesta que se opone, siempre y


cuando resulte demostrado en el proceso que el hecho por el cual se demanda y llaman
a la entidad en garantía le es imputable a título de responsabilidad civil y la
responsabilidad de la aseguradora se enmarque dentro de lo pactado en el contrato de
seguro y sus condiciones generales.

Como excepciones frente al llamamiento en garantía propone: 1. Evento no amparado


por el contrato de seguro, 2 Limite del valor asegurado y deducible pactado, 3. Límite de
pago de daños morales y 4. Excepciones genérica o ecuménica.

4. ALEGATOS DE CONCLUSIÓN

4.1. Parte demandante (Fls. 704 – 704 del cuaderno principal del expediente tomo
4)

El apoderado de los demandantes en el escrito de alegatos de conclusión indicó que, del


material probatorio recaudado en el proceso de la referencia, está acreditado
plenamente el daño antijuridico causando al demandante, con las secuelas permanentes
e irreversibles consistentes en la invalidez y pérdida total de la capacidad laboral.

Refirió, que el perjuicio sufrido por el señor Rodríguez Aguirre constituyo un daño que no
estaba obligado a soportar legalmente, toda vez que jamás lo genero ni tiene
socialmente el deber jurídico de soportarlo como carga publica, por lo que este daño
quebranta su principio de igualdad ante las cargas públicas que tiene en relación con los
demás coasociados. En este orden de ideas indica que existe relación de causalidad

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Decisión:
entre la actuación de las entidades demandas y el daño antijuridico por el cual se
reclama la indemnización de perjuicios como quiera que la lesión sufrida por el
demandante fue causada por arma de fuego de dotación de policía, accionada o
disparada por sus agentes.

Argumenta, que es notable la culpa con la que se obro por parte de los agentes de esta
institución en el caso concreto, pues dispararon imprudentemente el arma de fuego
causando el perjuicio reclamado haciendo más gravosa su culpa cuando trasladan al
paciente inconsciente al Hospital Federico Lleras Acosta y lo entregan a este centro
asistencial omitiendo informar que la herida era causada por arma de fuego.

Señala que la policía nacional es responsable como quiera que el demandante resulto
lesionado en unos hechos, en donde si bien la policía intervino para defender la
integridad de los ciudadanos, sus agentes dispararon las armas que crearon confusión y
caos, poniendo en grave peligro la integridad de quienes se hallaban en el sector.

Por otra parte, afirma que se observa la negligencia y descuidado del personal médico y
paramédico del Hospital Federico Lleras Acosta cuando atienden al demandante y
proceden imprudentemente a suturar la herida, sin ordenar ni practicar ningún examen
que permitiera establecer una causa, máxime cuando se observa que se trataba de una
herida penetrante en la cabeza, por lo que al no haber tomado oportunamente el TAC dio
lugar a que la lesión cerebral avanzara.

Considera que además de la responsabilidad objetiva de la Policía Nacional por las


lesiones sufridas del señor Edimer Rodríguez Aguirre, existe falla probada del Hospital
Federico Lleras Acosta en la prestación del servicio de salud, médicos y asistenciales
hospitalarios como quiera que se procedió inadecuadamente en su atención, se efectuó
un indebido procedimiento de sutura, negando la oportunidad de evitar secuelas en la
salud.

Finalmente solicito declarar responsable administrativa y patrimonialmente a los entes


demandados por los graves perjuicios ocasionados a los demandantes, con ocasión a la
grave lesión sufrida al señor Edimer Rodríguez Aguirre y consecuencialmente sean
condenadas al pago de los perjuicios en orden material, moral y daño a la vida de
relación y/o alteración a las condiciones de existencia, daño a la salud que fueron
irrogados a este y a todos los demandantes con quienes convivía.

4.2. Parte demandada

4.2.1. NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL (Fls. 661 – 666 del
cuaderno principal del expediente tomo 4)

El apoderado de la entidad accionada en el escrito de alegatos de conclusión se refirió


que nada permite establecer que los miembros de la Policía Nacional tengan incidencia
en la lesión del señor Edimer Rodríguez Aguirre, pues ninguna prueba hay sobre el
particular, no existe nexo de causalidad alguno entre dichas pretensiones y la víctima, ya
que la parte demandante no allego ni un solo elemento de prueba que permitiera
sostener que el daño causado obedeció al uso de armas de fuego por parte de la Policía
Nacional.

Arguye, que de esta manera no se encuentran acreditados los elementos de


responsabilidad extracontractual del Estado, en los términos del artículo 90 de la

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Constitución Política pues el daño no es imputable al Estado cuando este se ha
producido por culpa exclusiva de la víctima o hecho de un tercero, al no configurarse el
nexo causal entre el hecho que se imputa a aquel y el daño aplicando la teoría de
causalidad adecuada.

Asegura que hay lugar a la exoneración de toda responsabilidad en cabeza de la Nación-


Ministerio de defensa- Policía Nacional, toda vez que quedó demostrado que se
configura la causal excluyente de responsabilidad la cual es el HECHO DE TERCEROS
constituyéndose así una exoneración de responsabilidad administrativa, con lo que
solicita sean despachadas desfavorablemente las pretensiones de la demanda en
relación con la entidad demandada.

Concluye manifestando que, a la parte demandante, le corresponde probar todos y cada


una de los hechos expuestos como también sus pretensiones en plena y debida forma,
por lo que corresponde a la parte actora demostrar no solo los daños sufridos, sino que
los mismos resultan imputables a la entidad policial.

4.2.2 HOSPITAL FEDERICO LLERAS ACOSTA E.S.E (Fls. 674 – 703 del cuaderno
principal del expediente tomo 4)

La apoderada de la entidad demandada presento sus alegatos de conclusión


manifestando que a lo largo del proceso no se probó falla alguna por parte de la entidad
que representa, por el contrario, indico que los servicios de salud prestados al señor
Edilmer Rodríguez Aguirre fueron los indicados dando total cumpliendo a la Lex artis, no
arrojando secuela algún producto de la intervención a la que tuvo que ser sometido.

En este sentido la apoderada de la entidad transcribió lo manifestado por los testigos


técnicos del Hospital Federico Lleras Acosta E.S.E, así mismo relaciono el peritazgo
rendido por el señor Fernando Soto Arboleda médico especializado en Neurocirugía y
reitero los argumentos de la demanda transcribiendo cada uno de los fundamentos y
fragmentos jurisprudenciales que presento en la contestación .

En síntesis afirmo que el diagnostico dado, los exámenes, tratamiento, medicación y


medidas de atención antes y durante la hospitalización, no representaron una falla en el
servicio o una morosidad en la atención, por el contrario, fueron oportunos
descartándose la falla o falta de atención en la prestación del servicio médico, en este
sentido sostiene que la obligación de prestar asistencia médica la cumplió a cabalidad el
hospital, como quiera que al paciente se le brindo una atención compleja toda vez que se
le presto un tratamiento completo, eficiente y necesario para su restablecimiento sin que
sea viable afirmar que las secuelas que se le causaron al lesionado fueron por falla del
servicio pues no se puede catalogar como el nexo causal que produjo el daño a la salud
del señor Edimer Rodríguez Aguirre.

Finalmente solicito despachar favorablemente las excepciones de fondo denominadas


AUSENCIA DE NEXO DE CAUSALIDAD, AUSENCIA DE CULPA PROFESIONAL Y
CULPA EXCLUSIVA DE UN TERCERO, por cuanto la institución no le ocasiono daño
alguno de los demandantes puesto que los servicios se prestaron con prudencia,
diligencia, eficiencia, oportunidad y calidad de conformidad con la patología presentada
no existiendo mala praxis.

4.3. Llamada en garantía

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4.3.1. LA PREVISORA- COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A (Fls. 667 – 673 del cuaderno
principal del expediente tomo 4)

El apoderado de la entidad llamada en garantía argumentó que en el caso concreto no


obra prueba que demuestre la falla del servicio por parte de la entidad que representa,
toda vez que al señor Edimer Rodríguez Aguirre, se le prestaron todos los servicios de
atención medica necesarios de manera oportuna, realización de sus cirugías y cuidados
posquirúrgicos desde el momento que ocurrieron los hechos hasta el momento que se le
dio de alta, es decir que le dio una atención medica idónea y completa por lo cual el
hospital no está llamado a responder teniendo en cuenta que los servicios prestados
fueron adecuados, oportunos y sin negligencia alguna, ya que estos velaron y se
preocuparon por la salud del demandante.

Argumenta que no se produjo daño antijuridico alguno, como consecuencia de la


atención prestada por parte de la entidad, como quiera que el médico que efectuó la
cirugía del demandante actúo sin culpa, sin dolo, sin imprudencia, sin omisión alguna al
no existir comportamientos alejados de la adecuada praxis por parte del médico, aflora la
ausencia de responsabilidad y por ende no existe obligación encaminada a indemnizar a
los demandantes.

Señala que tampoco se probó el nexo causal, por parte de la entidad hospitalaria pues
no ejerció acción alguna que causara perjuicios en la salud del demandante, puesto que
las dificultades sufritas por este fueron consecuencia de un disparo producido por una
agente de policía; frente a la presunta omisión por parte de la entidad manifiesta que con
todo el material probatorio allegado al proceso se logró demostrar que se prestaron los
servicios médicos demandados para su rehabilitación.

Indica que está demostrado que el accidente que lesiono al demandante, fue causado
por un disparo efectuado por un agente de la Policía, disparo que se alojó en la región
pronto temporal del cráneo del demandante tal como quedó demostrado en la etapa
probatoria, siendo así las cosas que se excluye de responsabilidad al hospital por existir
culpa exclusiva de un tercero.

Por otra parte, afirma que no es procedente el llamamiento en garantía efectuado por el
Departamento del Tolima, en razón de que existe ausencia de cobertura en la póliza No.
1002129, por la cual fueron vinculados.

Finalmente solicita no se condene al Hospital Federico Lleras Acosta, en razón de que


fue debidamente probado que no existió falla en el servicio por parte de dicha entidad
hospitalaria y consecuentemente se excluya a la Previsora S.A; en caso de que la
sentencia sea condenatoria solicita se tenga en cuenta lo anteriormente expresado, con
relación a la improcedencia del llamamiento en garantía como también las excepciones
que se presentaron en la contestación del llamamiento y en consecuencia exonerar de
responsabilidad economía a la Previsora de Seguros S.A

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS DEL DESPACHO

5. PROBLEMA JURÍDICO PLANTEADO

Conforme se indicó en la audiencia inicial se trata determinar si cabe imputar a la Nación


Ministerio de Defensa- Policía Nacional la responsabilidad administrativa por los

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Decisión:
perjuicios ocasionados al señor Edilmer Rodríguez Aguirre, ocurridos el 12 de noviembre
de 2012 en la calle 41 con Cra 6ª de la Ciudad de Ibagué, en momento donde se
presentó un intercambio de disparos entre presuntos delincuentes y miembros de la
Policía Nacional, así mismo, si el Hospital Federico Lleras Acosta ESE es responsable
de los perjuicios causados a los accionantes con la presunto falla del servicio médico en
que incurrió durante la atención del señor Rodríguez Aguirre; y si en caso de accederse
a las pretensiones de la demanda le asiste o no algún grado de responsabilidad a la
sociedad llamada en garantía La Previsora S.A ?

6. TESIS QUE RESUELVEN EL PROBLEMA JURÍDICO.

6.1 Tesis de la parte accionante

Argumenta que debe declararse la responsabilidad administrativa y patrimonial de las


entidades demandadas por la falla del servicio que ocasionaron los hechos del día 12 de
noviembre de 2012 mediante el cual un proyectil de arma de fuego disparado por
unidades de la Policía Nacional impacto en la cabeza del señor Edimer Rodríguez
Aguirre dejándolo gravemente herido y con secuelas permanentes, así mismo afirma que
existió falla del servicio médico por parte de la entidad hospitalaria toda vez que hubo
morosidad, descuido y negligencia por parte de los galenos que atendieron al paciente al
ordenar suturarle la herida sin ordenar los exámenes necesarios para diagnosticar su
verdadero estado de salud.

6.2. Tesis de la parte accionada

6.2.1. NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL

Considera que en el presente asunto no le asiste responsabilidad como quiera los


hechos que ocasionaron el accidente que sufrió el demandante se dieron por culpa
exclusiva de la víctima lo cual rompe el nexo causal del daño ocasionado y la
responsabilidad de la entidad, así mismo indica que no existe prueba que determine que
la lesión causada al señor Rodríguez Aguirre hubiera sido con un arma estatal por lo cual
no se acreditan los elementos de responsabilidad extracontractual del estado en los
términos del artículo 90 de la Constitución Política de Colombia.

6.2.2. PREVISORA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A

La entidad llamada en garantía considera que deben negarse las pretensiones de la


demanda, toda vez que el señor Edimer Rodríguez Aguirre se le prestaron todos los
servicios médicos necesarios de manera oportuna, dándole una atención idónea y
completa sin negligencia alguna, no existiendo comportamientos alejados de la Lex artis
por lo cual no existe responsabilidad ni obligaciones por parte de la entidad encaminada
a indemnizar a los demandantes.

6.3. TESIS DEL DESPACHO

Conforme a los elementos de prueba aportados, no es posible imputar a la accionada ni


a la llamada en garantía el daño antijurídico reclamado, en razón a que no se acreditó la
existencia de una falla en el servicio médico prestado, por el contrario, se observa que la
atención brindada a la paciente fue oportuna y acertada, como quiera que se realizaron
los procedimientos médicos convenientes para la atención del trabajo de parto de la
demandante Chirley Yojana Duque Arias, y el posterior nacimiento de su hijo, sin que

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pueda determinarse, de acuerdo con las pruebas practicadas, la presencia de
negligencia médica o atención tardía dieran lugar al retardo leve en el desarrollo motor
del menor J. S. M. D.

7. HECHOS PROBADOS JURÍDICAMENTE RELEVANTES

HECHOS PROBADOS MEDIO PROBATORIO


1. Que el 12 de noviembre de 2012, el Documental.
señor Edimer Rodríguez Aguirre es llevado - Copia de Epicrisis del 12 de noviembre
al Hospital Federico Lleras Acosta por de 2012(fl. 209 del cuaderno principal
conocidos ante la presencia de trauma Tomo II).
contundente causado por una piedra
arrojada en medio de una riña callejera
entre pandillas y la policía.
2. Que, a su ingreso, se deja como Documental.
diagnóstico, insuficiencia respiratoria, - Copia de Epicrisis del 12 de noviembre
herida craneoencefálica por proyectil de de 2012(fl. 212 del cuaderno principal
arma de fuego, por lo que se le realiza Tomo II).
sutura por abundante sangrado que
presentaba, mientras efectuaba valoración
por neurocirugía.
3. Que de acuerdo con TAC practicado al Documental.
paciente, se advierte proyectil en región - Copia de Epicrisis del 12 de noviembre
temporal izquierda con fractura conminuta de 2012(fl. 212 del cuaderno principal
con contusión hemorrágica izquierda Tomo II).

4. Que al señor Rodríguez Aguirre se le Documental.


realiza craniectomía frontotemporal - Copia de Epicrisis del 12 de noviembre
izquierda, drenaje de hematomas subdural de 2012 (fl. 210 del cuaderno principal
e intracerebral izquierdo continuando con Tomo II).
postoperatorio en la UCI.
5. Que el 21 de noviembre de 2012, el Documental.
señor Edilmer Rodríguez Aguirre es dado - Copia de Epicrisis del 12 de noviembre
de alta ante examen neurológico normal, de 2012 (fl. 217 del cuaderno principal
con formula oral de anticonvulsivante, y Tomo II).
retiro de puntos en 12 días.

6.Que el 25 de julio de 2013, el accionante Documental.


es examinado por Medicina Legal, - Copia de informe pericial de Clínica
señalando que al señor Edimer Rodríguez Forense del Instituto de Medicina Legal y
Aguirre incapacidad definitiva por 70 días, Ciencias Forenses (fls. 71 del cuaderno
con secuelas medico legales por principal tomo I).
perturbación del funcional del sistema
nervioso central por síndrome convulsivo
postraumático, alteración de la memoria y
del equilibrio, de la fonación, de la
masticación de carácter permanente,
7. Que conforme a Junta de Calificación de Documental.
Invalidez realizada al señor Rodríguez - Copia de la de dictamen médico Junta
Aguirre el 01 de noviembre de 2013, se de Regional de Calificación de Invalidez
determinó pérdida de capacidad laboral del del Tolima ((fls. 71 del cuaderno principal
50.68%. tomo I).
8. Que mediante oficio No. 20460-02-02- Documental.
0094 FGN-CTI-SC el coordinador del - Copia oficio No. 20460-02-02-0094
grupo de balística del CTI informa que FGN-CTI-SC ((fls. 380-384 del cuaderno
“revisada la cadena de custodia del EMP pruebas parte demandante tomo II).
correspondiente al NUC

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230016106625201202240 “1 proyectil con
cubierta” se encontró que entre los
registros de continuidad figura el señor
Ricardo Huepa Briñez perito especialista
del CTI, quien manifestó haber realizado
experticia al proyectil con la OT 27419 del
cual rindió informe numero No. 73939337
el 29 de septiembre de 2014 dirigido al
señor Carlos Eduardo Ramírez Caicedo
secretario del Juzgado 192 de Instrucción
penal militar, en copia obtenida del
mencionado informe en el punto 6
CONCLUSIONES se lee “ Ni siendo apto
para correlación de identidad de arma de
proyectil..”
9. Que según dictamen número Documental.
220122013 del 01 de noviembre de 2013 - Copia dictamen número 220122013 del
expedido por la Junta Regional de 01 de noviembre de 2013 expedido por
Calificación del Tolima el señor Edimer la Junta Regional de Calificación del
Rodríguez Aguirre tuvo un porcentaje total Tolima ((fls. 73-77 del cuaderno principal
de pérdida de capacidad laboral del 50.68 tomo I).
%

8. FUNDAMENTO DE LA TESÍS DEL DESPACHO

Para abordar dicho problema jurídico esta judicatura examina en primer lugar si el
daño ocasionado al demandante reviste las características de ser antijurídico para,
luego de ello, proceder a valorar si el mismo es imputable a la demandada.

8.1 Daño Antijurídico

El daño antijurídico comprendido desde la dogmática jurídica de la responsabilidad


civil extracontractual1 y del Estado, impone considerar dos componentes: a) el
alcance del daño como entidad jurídica, esto es, “el menoscabo que a consecuencia
de un acaecimiento o evento determinado sufre una persona ya en sus bienes vitales
o naturales, ya en su propiedad o en su patrimonio” 2; o la “lesión de un interés o con
la alteración “in pejus” del bien idóneo para satisfacer aquel o con la pérdida o
disponibilidad o del goce de un bien que lo demás permanece inalterado, como
ocurre en supuestos de sustracción de la posesión de una cosa” 3; y, b) aquello que
derivado de la actividad, omisión, o de la inactividad de la administración pública no
sea soportable i) bien porque es contrario a la Carta Política o a una norma legal, o ii)
1
“(...) el perjudicado a consecuencia del funcionamiento de un servicio público debe soportar el daño
siempre que resulte (contrario a la letra o al espíritu de una norma legal o) simplemente irrazonable,
conforme a la propia lógica de la responsabilidad patrimonial, que sea la administración la que tenga
que soportarlo”. Pantaleón, Fernando. “Cómo repensar la responsabilidad civil extracontractual
(también de las administraciones públicas)”, en Afduam, 4, 2000, p. 185. Martín Rebollo se pregunta:
“¿Cuándo un daño es antijurídico? Se suele responder a esta pregunta diciendo que se trata de un
daño que el particular no está obligado a soportar por no existir causas legales de justificación en el
productor del mismo, esto es, en las administraciones públicas, que impongan la obligación de
tolerarlo. Si existe tal obligación el daño, aunque económicamente real, no podrá ser tachado de daño
antijurídico. Esto es, no cabrá hablar, pues, de lesión”. Martin Rebollo, Luis. “La responsabilidad
patrimonial de la administración pública en España: situación actual y nuevas perspectivas”, en Badell
Madrid, Rafael (coord.). Congreso Internacional de Derecho Administrativo (en homenaje al prof. Luis
H. Farías Mata).Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 2006, pp. 278 y 279.
2
Larenz. “Derecho de obligaciones”, citado en Díez Picazo, Luis. Fundamentos de derecho civil
patrimonial. La responsabilidad civil extracontractual. T.V. 1ª ed. Navarra, Thomson-Civitas, 2011, p.
329
3
Sconamiglio, R. “Novissimo digesto italiano”, citado en Díez Picazo, Luis. Fundamentos de derecho
civil patrimonial. La responsabilidad civil extracontractual. T.V. 1ª ed. Navarra, Thomson-Civitas, 2011,
p. 329.

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porque sea “irrazonable”4, en clave de los derechos e intereses constitucionalmente
reconocidos5; y, iii) porque no encuentra sustento en la prevalencia, respeto o
consideración del interés general6, o de la cooperación social7.

En cuanto al daño antijurídico, la jurisprudencia constitucional señala que la


“antijuridicidad del perjuicio no depende de la licitud o ilicitud de la conducta
desplegada por la administración sino de la no soportabilidad del daño por parte de la
víctima”8. Así pues, y siguiendo la jurisprudencia constitucional, se ha señalado “que
esta acepción del daño antijurídico como fundamento del deber de reparación estatal
armoniza plenamente con los principios y valores propios del Estado social de

4
“(...) que lo razonable, en buena lógica de responsabilidad extracontractual, para las
administraciones públicas nunca puede ser hacerlas más responsables de lo que sea razonable para
los entes jurídico-privados que desarrollan en su propio interés actividades análogas”. Pantaleón,
Fernando. “Cómo repensar la responsabilidad civil extracontractual (también de las administraciones
públicas)”, ob. cit., p. 186.
5
“¿Cuál es entonces el justo límite de la soberanía del individuo sobre sí mismo? ¿Dónde empieza la
soberanía de la sociedad? ¿Qué tanto de la vida humana debe asignarse a la individualidad y qué
tanto a la sociedad? (...) el hecho de vivir en sociedad hace indispensable que cada uno se obligue a
observar una cierta línea de conducta para con los demás. Esta conducta consiste, primero, en no
perjudicar los intereses de otro; o más bien ciertos intereses, los cuales, por expresa declaración legal
o por tácito entendimiento, deben ser considerados como derechos; y, segundo, en tomar cada uno su
parte (fijada según un principio de equidad) en los trabajos y sacrificios necesarios para defender a la
sociedad o sus miembros de todo daño o vejación”. Mill, John Stuart, Sobre la libertad, 1ª reimp.,
Alianza, Madrid, 2001, pp. 152 y 153.
6
Santofimio Gamboa, Jaime Orlando. “La cláusula constitucional de la responsabilidad del Estado:
estructura, régimen y principio de convencionalidad como pilares en su construcción”, en Brewer-
Carias, Allan R.; Santofimio Gamboa, Jaime Orlando, Control de convencionalidad y responsabilidad
del Estado, 1ª ed., Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2013.~
7
Este presupuesto puede orientar en lo que puede consistir una carga no soportable, siguiendo a
Rawls: “la noción de cooperación social no significa simplemente la de una actividad social
coordinada, organizada eficientemente y guiada por las reglas reconocidas públicamente para lograr
determinado fin general. La cooperación social es siempre para beneficio mutuo, y esto implica que
consta de dos elementos: el primero es una noción compartida de los términos justos de la
cooperación que se puede esperar razonablemente que acepte cada participante, siempre y cuando
todos y cada uno también acepte esos términos. Los términos justos de la cooperación articulan la
idea de reciprocidad y mutualidad; todos los que cooperan deben salir beneficiados y compartir las
cargas comunes, de la manera como se juzga según un punto de comparación apropiado (...). El otro
elemento corresponde a “lo racional”: se refiere a la ventaja racional que obtendrá cada individuo; lo
que, como individuos, los participantes intentan proponer. Mientras que la noción de los términos
justos de la cooperación es algo que comparten todos, las concepciones de los participantes de su
propia ventaja racional difieren en general. La unidad de la cooperación social se fundamenta en
personas que aceptan su noción de términos justos. Ahora bien, la noción apropiada de los términos
justos de la cooperación depende de la índole de la actividad cooperativa misma: de su contexto
social de trasfondo, de los objetivos y aspiraciones de los participantes, de cómo se consideran a sí
mismos y unos respecto de los demás como personas”. Rawls, John, Liberalismo político, 1ª ed., 1ª
reimp., Fondo de Cultura Económica, Bogotá, 1996, p. 279.
8
Corte Constitucional, Sentencia C-254 de 2003. Así mismo, se considera: “El artículo 90 de la Carta,
atendiendo las (sic) construcciones jurisprudenciales, le dio un nuevo enfoque normativo a la
responsabilidad patrimonial del Estado desplazando su fundamento desde la falla del servicio hasta el
daño antijurídico. Ello implica la ampliación del espacio en el que puede declararse la responsabilidad
patrimonial del Estado pues el punto de partida para la determinación de esa responsabilidad ya no
está determinado por la irregular actuación estatal —bien sea por la no prestación del servicio, por la
prestación irregular o por la prestación tardía— sino por la producción de un daño antijurídico que la
víctima no está en el deber de soportar, independientemente de la regularidad o irregularidad de esa
actuación”. Corte Constitucional, Sentencia C-285 de 2002. Debe advertirse que revisada la doctrina
de la responsabilidad civil extracontractual puede encontrarse posturas según las cuales “debe
rechazarse que el supuesto de hecho de las normas sobre responsabilidad civil extracontractual
requiera un elemento de antijuricidad (sic)”. Pantaleón, Fernando. “Cómo repensar la responsabilidad
civil extracontractual (también de las administraciones públicas)”, en Afduam 4, 2000, p. 168

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derecho debido a que al Estado corresponde la salvaguarda de los derechos y
libertades de los administrados frente a la propia administración” 910

La Jurisprudencia Constitucional considera, que el daño Antijuridico se encuentra en


los “principios Consagrados en la Constitución tales como la solidaridad (art. 1º) y la
igualdad (art. 13), y en la garantía integral del patrimonio de los ciudadanos, prevista
por el artículo 2º y 58 de la Constitución”
Debe quedar claro que es un concepto que es constante en la jurisprudencia del
Consejo Estado, que debe ser objeto de adecuación y actualización a la luz de los
principios del Estado social de derecho, ya que como lo señala el precedente de la
Sala un “Estado social de derecho y solidario y respetuoso de la dignidad de la
persona humana, no puede causar daños antijurídicos y no indemnizarlos” 11. Dicho
daño tiene como características que sea cierto, presente o futuro, determinado o
determinable12, anormal 13 y que se trate de una situación jurídicamente protegida 14

En el caso en particular, como el que ocupa a este juzgado, es preciso advertir que
en la sociedad moderna En casos, como el que ocupa la atención de la Sala, se
precisa advertir que en la sociedad moderna el instituto de la responsabilidad
extracontractual está llamada a adaptarse, de tal manera que se comprenda el
alcance del riesgo de una manera evolutiva, y no sujetada o anclada al modelo
tradicional. Esto implica, para el propósito de definir el daño antijurídico, que la
premisa que opera en la sociedad moderna es aquella según la cual a toda actividad
le son inherentes o intrínsecos peligros de todo orden, cuyo desencadenamiento no
llevará siempre a establecer o demostrar la producción de un daño antijurídico. Si
esto es así, solo aquellos eventos en los que se encuentre una amenaza inminente,
irreversible e irremediable permitirían, con la prueba correspondiente, afirmar la
producción de una daño cierto, que afecta, vulnera, aminora, o genera un detrimento
en derechos, bienes o interese jurídicos, y que esperar a su concreción material
podría implicar la asunción de una situación más gravosa para la persona que la
padece.
Se trata de un daño que la víctima Edimer Rodríguez Aguirre, y sus familiares no
estaban llamados a soportar como una carga ordinaria, ni siquiera extraordinaria, en
9
Corte Constitucional, Sentencia C-333 de 1996. Puede verse también: Corte Constitucional,
Sentencia C-918 de 2002. A lo que se agrega: “El artículo 90 de la Constitución Política le suministró
un nuevo panorama normativo a la responsabilidad patrimonial del Estado. En primer lugar porque
reguló expresamente una temática que entre nosotros por mucho tiempo estuvo supeditada a la labor
hermenéutica de los jueces y que solo tardíamente había sido regulada por la ley. Y en segundo lugar
porque, al ligar la responsabilidad estatal a los fundamentos de la organización política por la que optó
el constituyente de 1991, amplió expresamente el ámbito de la responsabilidad estatal haciendo que
ella desbordara el límite de la falla del servicio y se enmarcara en el más amplio espacio del daño
antijurídico”. Corte Constitucional, Sentencia C-285 de 2002. Sin embargo, cabe advertir, apoyados en
la doctrina iuscivilista que “no puede confundirse la antijuridicidad en materia de daños con lesiones
de derechos subjetivos y, menos todavía, una concepción que los constriña, al modo alemán, a los
derechos subjetivos absolutos, entendiendo por tales los derechos de la personalidad y la integridad
física, el honor, la intimidad y la propia imagen y los derechos sobre las cosas, es decir, propiedad y
derechos reales”. Díez-Picazo, Luis. Fundamentos del derecho civil patrimonial. La responsabilidad
civil extracontractual. 1ª ed. Navarra, Aranzadi, 2011, p. 297
10
Según lo ratificado por la sala en la sentencia de 9 de mayo de 2012, Expediente 20334: “El daño
antijurídico comprendido, desde la dogmática jurídica de la responsabilidad civil extracontractual[1] y
del Estado impone considerar aquello que derivado de la actividad o de la inactividad de la
administración pública no sea soportable i) bien porque es contrario a la Carta Política o a una norma
legal, o ii) porque sea “irrazonable”, en clave de los derechos e intereses constitucionalmente
reconocidos.
11
Agregándose: “Para eludir el cumplimiento de sus deberes jurídicos no puede exigirle al juez que,
como no le alcanzan sus recursos fiscales, no le condene por ejemplo, por los atentados de la fuerza
pública, contra la dignidad de la persona humana”. Sección Tercera, sentencia de 9 de febrero de
1995, Expediente 9550.
12
Sección Tercera, sentencia de 19 de mayo de 2005, Expediente 2001-01541 AG.
13
por haber excedido los inconvenientes inherentes al funcionamiento del servicio”. Sección Tercera,
sentencia de 14 de septiembre de 2000, Expediente 12166.
14
Sección Tercera, sentencia de 2 de junio de 2005, Expediente 1999-02382 AG.

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atención al respeto de su dignidad humana y de sus derechos constitucionales y
convencionales a la vida y a la integridad personal, que es incuestionable en un
Estado social de derecho15, desde una perspectiva no solo formal, sino también
material de la antijuridicidad16

Los elementos probatorios que pueden valorarse en el proceso de referencia a la


forma en que los hechos sucedieron, permite establecer que las lesiones celebrares
del señor Edimer Rodríguez Aguirre, ocurrieron en la calle 41 con cra 6ª en la Ciudad
de Ibagué – Tolima el día 12 de noviembre de 2012, conforme a lo que indica la
copia de epicrisis (Cuaderno principal No 2 Fl 209).

Además que el día de los hechos se presentaron en una carrera de motos que
organizo la Alcaldía, de allí surgió una riña callejera entre pandillas y la policía, los
uniformados se llevaron a un corredor de motos con el fin de restablecer el orden
público, el corredor de motos se les escapo a los uniformados momento en el cual se
presentó un intercambio de disparos y, finalmente que, en medio de estos últimos
acontecimientos observaron herido en el suelo al señor Edimer Rodríguez Aguirre.

Así resulta, en efecto, de lo dicho por el señor Martin Emilio Gaitán Gonzales
(Cuaderno principal tomo IV Fl. 682), quien manifestó que fueron a buscar donde
orinar y vieron que la policía llevaba a un corredor de motos, cuando empezaron a
sonar disparos, momento ese en que se vio al señor Edimer Rodríguez Aguirre en el
lugar de los hechos tendido en el piso.

Lo siguiente son los apartes de su declaración que este despacho encuentra


pertinentes remeter (se cita el texto tal cual aparece en el expediente, inclusive los
errores):

“Ese día 12 de noviembre de 2020, estábamos en la carrera 5ª con


41,en unas carreras de motos organizadas por la alcaldía , había
mucha gente y estábamos ahí viendo las carreras cuando repitente,
pues nosotros fuimos a buscar donde orinar si, en esos momentos
llevaban a uno muchacho que corría motos, un corredor de motos lo
llevaban unos policías hacia el lado de la sexta , nosotros íbamos por
ese lado, cuando siguieron por la sexta hacia la 40 , si sobre la 40,
cuando había mucha gente por ahí en la esquina de la sexta con 41 , ya
veníamos pasando cuando empezaron a sonar unos tiros, yo le dije a
este muchacho corra hermano que están echando bala , yo sentí alfo
que hizo flinn, cuando voltee a mirar a tras él estaba tirado en el piso y
pues lo mire y tenía un huequito acá (Lóbulo frontal) al lado izquierdo y
ahí se cumulo gente y llego una patrulla de la policía lo echaron ahí y se
lo llevaron (…)
15
“La Corte Constitucional ha entendido que esta acepción del daño antijurídico como fundamento del
deber de reparación estatal armoniza plenamente con los principios y valores propios del Estado
social de derecho debido a que al Estado corresponde la salvaguarda de los derechos y libertades de
los administrados frente a la propia administración (Sent. C-333/96). Igualmente ha considerado que
se ajusta a distintos principios consagrados en la Constitución, tales como la solidaridad (art. 1º) y la
igualdad (art. 13), y en la garantía integral del patrimonio de los ciudadanos, prevista por los artículos
2º y 58 de la Constitución (Sent. C-832/2001)”. Corte Constitucional, Sentencia C-038 de 2006.
16
Cabe fundarse en la aproximación al derecho penal, de manera que “se admite que al lado de una
antijuridicidad formal, definida abstractamente por contraposición con el ordenamiento jurídico, existe
una antijuridicidad material que está referida a juicios de valor... solo desde un punto de vista
valorativo se puede explicar que en la antijuridicidad tengan que encontrar su fundamento y su asiento
las causas de justificación. En sentido material, la antijuridicidad es un juicio valorativo o juicio de
desvalor que expresa... el carácter objetivamente indeseable para el ordenamiento jurídico, de una
lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos y puede ser un juicio de desvalor acerca del resultado o
un juicio de desvalor acerca de la conducta cuando esta pueda ser considerada peligrosa ex ante”.
Díez-Picazo, Luis. Fundamentos del derecho civil patrimonial. La responsabilidad civil
extracontractual, ob. cit., p. 303

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De los tiros pues venían del lado donde estaba la trifulca, los policías
que tenían ahí el muchacho agarrado. La policía eran los únicos que
estaban armados (…)” (se destaca).

De igual manera el señor Lubin Antonio Delgado Aramedis, (Cuaderno principal tomo
IV Fl. 686), también testigo presencial de los hechos, narro en forma semejante lo
ocurrido e informo que los agentes que estaban disparando se encontraban en la
calle 40 y 6ª, se encontraban más o menos 5 agentes más los que tenían al
capturado, este se les voló en otra moto y comenzaron a disparar y al instante se
entere que el señor Edimer Rodríguez Aguirre se había caído que por una bala
perdida.

Lo siguiente son los apartes de su declaración que este despacho encuentra


pertinentes remeter (se cita el texto tal cual aparece en el expediente, inclusive los
errores):

“Bueno pues eso fue un lunes de noviembre que nos encontrábamos


viendo una competencia con un amigo y con él, eso era una valida
Nacional nos encontrábamos en la 41 con 5ª, entre 40 y 41 con 5ª , no
encontrábamos ahí en las vallas de ahí, se fomo como una, estaban
cogiendo a alguien más, más abajo por la 5ª frente a billar uno club y
entonces siguieron las carreras , pues yo no le puse mayor cuidado y
me fui para la casa para ir al baño, vivo cerca y ellos se quedaron ahí,
yo pues la gente que no le pudieron coger pasaron por la 5ª yo seguí
para arriba para mi casa y de ahí me devolví , fui al baño y después ya
estaban sobre la 6ª los problemas , entre 40 y 41 con 6ª casi a la mitad
de cuadra que estaban , vi cuando al señor lo estaban montando a la
moto y volvió y se les bajo, entonces había gente en la 41 con 6ª que
estaban pasando y observado y de ahí se formaron unos disparos, yo
venía llegando casi a la 40 faltaba por ahí una casa , casa y media para
salir a la 40 cuando los agentes que estaban disparando se
encontraban en la calle 40 y 6ª en diagonal a un callejoncito que ahí,
ahí se encontraban más o menos 4 o 5 agentes más los que tenían el
capturado pero ya se les había volado el capturado y se les había
volado en otra moto ahí empezaron a disparar y ahí cuando termino fue
que yo salí cuando ya siguieron al perseguido , Salí a la 41 con 5ª y fui
a buscarlos a ellos , a Martín y a Edimer y la prima que estaban con
ellos y me encontré con Martín me conto que Edimer se había caído
que no se sabía que había pasado , que decían que era una bala
perdida (...)”(se destaca).

En la misma dirección se encuentra la declaración de la señora Yuri Marcela


Jaramillo Castillo, (Cuaderno principal tomo IV Fl. 690-691) testigo presencial de lo
acontecido quien sobre la forma como ocurrieron los hechos, manifestó que empezó
a escuchar una algarabía de la gente como en forma de protesta, pudo ver que la
policía empezó a disparar hacia el aire, fueron varios tiros y varios policías, y en ese
momento vio a su primo que de desplomo con una herida en la parte izquierda de la
cien. Estas son las palabras (se cita del texto tal cual aparece en el expediente,
inclusive los errores):

“ Era un festivo un lunes, el 12 de noviembre de 2012 a las 2:30 de la


tarde íbamos para unas carreras de motos me quede de encontrar con
mi primo a las 2:30 ahí en la 41 con 5ª, ahí me encontré con él
estuvimos hablando mirando la carrera , cuando empecé a escuchar

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una algarabía de la gente como una protesta la gente empezó a echar
vidrios piedras pues a la policía, la policía también de ahí un amigo de
mi primo se fue pues necesita ir al baño a orinar, entonces se fue
primero, nosotros nos quedamos ahí, entonces al ratico nos fuimos con
ellos , yo me fui con ellos acompañarlos , como a mitad de cuadra me
quede entonces ellos siguieron entonces me quede ahí sola , cuando
volví otra vez como el problema ahí con la policía la gente empezó a
correr para un lado para el otros y todos asustados , yo alcance a ver
que la policía empezó a disparar hacia el aire fueron varios tiros , varios
policías , pues todo el mundo asustado , todo el mundo corriendo para
un lado y para el otro yo también pues buscando a mi primo pues
porque me encontraba sola y estaba a cargo de él, entonces cuando yo
vi que, bueno cogí como hacia la sexta y ellos venían cuando vi a mi
primo fue que se desplomo entonces yo asustada alcance a ver en la
parte izquierda de la cien que tenía un impacto , como un huequito
redondo muy pequeñito y un reguero de sangre entonces yo me asuste
(…) (se destaca).

Las anteriores declaraciones, en síntesis, reproducen los aspectos más


fundamentales que narran los hechos ocurridos el 12 de noviembre de 2012.

Ahora bien, vista cual es la versión ofrecida por los testigos civiles que dispusieron
en este proceso o en el marco de las investigaciones penales y /o disciplinarias, se
tiene además que la parte demandante allego al expediente el informe de novedad
presentado por el Subteniente Carlos Arturo Moreno Núñez, quien para ese entonces
fungía como Comandante CAI Ferias Metropolitana Ibagué, a través de la cual da
cuenta de lo acontecido el día 12 de noviembre de 2020, ( Cuaderno de pruebas
parte demandante Fl. 193-194), así ( Se cita el texto tal cual aparece en el
expediente inclusive los errores):

“Siendo aproximadamente las 14:30 horas, momento en que me


encontraba en el

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FALLA DEL SERVICIO MÉDICO

El artículo 90 de la Constitución Nacional establece la cláusula general de


responsabilidad, la cual señala de manera taxativa: “que el Estado debe responder por
sus actuaciones u omisiones cuando estas causen un daño antijurídico; de modo que
para que se configure esta situación debe reunirse elementos como el daño antijurídico,
la imputabilidad del mismo al demandado y el nexo de causalidad.”

El Consejo de Estado ha señalado que los elementos que sirven de fundamento a la


responsabilidad son en esencia el daño antijurídico, esto es la lesión patrimonial o extra
patrimonial sufrida por la víctima sin que tenga el deber de soportarla, y la imputación,
como la atribución que de esa lesión se hace al Estado a partir de la acreditación de los
títulos que corresponden a los diferentes sistemas de responsabilidad.

En relación con la falla del servicio médico, en principio la jurisprudencia estableció un


régimen de responsabilidad basado en el deber de probar a cargo del actor del proceso
judicial, de suerte que, a quien le correspondía acreditar la totalidad de los elementos
que integran la responsabilidad extracontractual era al accionante, y a su vez, la entidad
hospitalaria debería demostrar que su conducta fue diligente o cuidadosa.

Sin embargo, en 1992 dicho criterio fue revaluado por el Máximo Tribunal Contencioso
Administrativo, dándose campo a un régimen de presunción de la falla, al estimarse que
la prueba de la diligencia y el cuidado correspondía al demandado en atención a la
capacidad en que se encuentran los profesionales de la salud de satisfacer los
cuestionamientos que puedan formularse contra sus procedimientos 17, dado sus
conocimientos técnicos. De suerte que se estableció en cabeza de la entidad una
presunción de hecho, que en términos del Doctor Enrique Gil Botero suponía “prima
facie, en cada caso concreto, que el daño antijurídico en la atención médico –
hospitalaria (…) derivaba de la ocurrencia de una falla del servicio (…)” 18

No obstante, la aplicación generalizada de la presunción de la falla en el servicio y las


lagunas conceptuales de la misma, permitieron la postulación de una teoría de la carga
dinámica de la prueba, según la cual el juez debe establecer en cada caso concreto cuál
de las partes está en mejores condiciones de probar.

17
Sentencia del 30 de julio de 1992. Consejo de Estado - Sección Tercera, M.P. Daniel
Suárez Hernández. Exp. 6897.
18
GIL BOTERO ENRIQUE. Responsabilidad Extracontractual del Estado, Editorial Temis
S.A. Bogotá, Colombia, 2013, pág. 549

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En efecto, el Consejo de Estado19 señaló que las circunstancias relevantes para
establecer la actuación debida o indebida de la administración tienen implicaciones
técnicas y científicas, y en tal medida habrá situaciones en las que, es el paciente quien
se encuentra en mejor posición para demostrar ciertos hechos, siendo entonces
necesario el dinamismo de las cargas, cuya aplicación se hace imposible ante el recurso
obligado a la teoría de la falla presunta, donde simplemente se produce la inversión
permanente del deber probatorio.

Empero, de forma reciente la jurisprudencia del Alto Tribunal cambió su postura,


haciendo énfasis en que es al actor a quien corresponde asumir la carga de probar los
elementos de la responsabilidad, regresando al régimen general de la falla probada, que
señala la obligación de acreditarse en el proceso todos los elementos que la configuran,
a través de todos los medios probatorios legalmente aceptados, destacándose entonces
la utilidad de la prueba indiciaria construida con fundamento en las demás pruebas que
obran en el proceso, para demostrar el nexo causal entre la actividad médica y el daño.
En este sentido, consideró el órgano de cierre:

“Se acoge dicho criterio porque además de ajustarse a la normatividad vigente (art. 90 de la
Constitución y 177 del Código de Procedimiento Civil), resulta más equitativa. La presunción de la
falla del servicio margina del debate probatorio asuntos muy relevantes, como el de la distinción entre
los hechos que pueden calificarse como omisiones, retardos o deficiencias y los que constituyen
efectos de la misma enfermedad que sufra el paciente. La presunción traslada al Estado la carga de
desvirtuar una presunción que falló, en una materia tan compleja, donde el alea constituye un factor
inevitable y donde el paso del tiempo y las condiciones de mas (impersonales) en las que se presta el
servicio en las instituciones públicas hacen muy compleja la demostración de todos los actos en los
que éste se materializa.”20

De manera que el régimen por excelencia para comprometer la responsabilidad de la


administración como consecuencia de la actividad médica es la falla probada, siendo
obligación de quien la alega, comprobar la actuación contraria a los postulados de la lex
artis, o el funcionamiento anormal, negligente o descuidado del servicio médico 21; siendo
a cambio carga de la entidad, desvirtuar dichas imputaciones, a partir de la prueba de su
ejercicio diligente y adecuado a las necesidades exigidas en cada caso.

Sobre el particular, el órgano de cierre de esta jurisdicción ha señalado:

“La responsabilidad estatal por fallas en la prestación del servicio médico asistencial no se deriva
simplemente a partir de la sola constatación de la intervención de la actuación médica, sino que debe
acreditarse que en dicha actuación no se observó la lex artis y que esa inobservancia fue la causa
eficiente del daño. Esa afirmación resulta relevante porque de conformidad con lo previsto en el
artículo 90 de la Constitución, el derecho a la reparación se fundamenta en la antijuridicidad del daño,
sin que sea suficiente verificar que la víctima o sus beneficiarios no estaban en el deber jurídico de
soportarlo para que surja el derecho a la indemnización, dado que se requiere que dicho daño sea
imputable a la administración, y sólo lo será cuando su intervención hubiera sido la causa eficiente del
mismo.”22

19
Sentencia del 10 de febrero de 2000. Sección Tercera, M.P. Alier Hernández Enríquez.
Exp. 11878
20
Sentencia del 31 de agosto de 2006. Consejo de Estado, Sección Tercera, M.P. Ruth
Stella Correa Palacio. Exp. 15772.
21
Ver. Sentencia del 28 de abril de 2010 Sección 3ª C.P. Mauricio Fajardo Gómez. Exp
20087; Sentencia de 12 de mayo de 2011 Sección 3ª C.P. Hernán Andrade Rincón Exp.
19835
22
Sentencia de marzo 22 de 2012 Consejo de Estado - Sección 3ª. Subsección B, M.P. Ruth
Stella Correa Palacio. Exp. 23132

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En ese orden de ideas, el demandante con el fin de obtener un resultado favorable a sus
pretensiones, debe acreditar que se presentó la referida irregularidad o falla en el
servicio, esto es, que el mismo no se brindó con los estándares de calidad previstos por
la ciencia médica vigente y no se prestó empleando todos los medios técnicos,
científicos, farmacéuticos y humanos que el ente hospitalario tenga al alcance.

En efecto, el órgano de cierre de esta jurisdicción señala que a la parte actora le


corresponde demostrar que el servicio no fue prestado de manera adecuada, bien
porque el médico omitió consultar al paciente o sus acompañantes sobre la
sintomatología; no realizó el examen físico respectivo; no hizo uso de los recursos
tecnológicos a su disposición; omitió efectuar el seguimiento a la enfermedad o
sencillamente cometió errores inexcusables para un profesional de la medicina. Además,
le corresponde demostrar el daño y el nexo causal entre este y la deficiente prestación
del servicio médico, para lo cual puede hacer uso de todos los medios probatorios
legalmente reconocidos.23

A su vez, el demandado tiene la posibilidad de exonerarse de cualquier responsabilidad


demostrando que su actuación no constituyó un quebrantamiento del contenido
obligacional que le era exigible, es decir, que actuó bajo los parámetros a los cuales
estaba obligado, o acreditando que el nexo causal no le es imputable, probando que el
resultado dañoso o perjudicial fue causado por fuerza mayor, hecho exclusivo y
determinante de la víctima o de un tercero.

Por su parte, corresponde al operador judicial valorar en conjunto la prueba aportada en


orden a establecer si se demostró o no una falla del servicio, teniendo en cuenta que la
actividad médica conlleva una obligación de medios y no de resultados, es decir, que al
demostrarse que en la actuación médica asistencial y hospitalaria se actuó conforme la
lex artis, no se compromete la responsabilidad por el resultado obtenido, aun cuando
este sea negativo para la salud del paciente.

Específicamente, respecto de la prestación del servicio médico de obstetricia, en


reciente pronunciamiento24 el órgano de cierre de esta jurisdicción señaló:

“Finalmente, aún con más precisión, esta Corporación señaló que el acto obstétrico tiene una dinámica
propia dentro del tratamiento, el cual ha sido reseñado en los siguientes términos:

“En relación con la responsabilidad médica en el servicio de obstetricia, la Sala se había inclinado por
considerar que en los eventos en los cuales el desarrollo del embarazo haya sido normal y, sin embargo,
éste no termina satisfactoriamente, la obligación de la entidad demandada es de resultado25.

23
Sentencia del 26 de febrero de 2014, expediente 76001-23-31-000-2004-01210-02(33492)
24
Consejo de Estado – Sala de lo Contencioso Administrativo – Sección Tercera Subsección
B, sentencia de fecha 10 de abril de 2019, proceso radicado no. 25000-23-26-000-2006-
01800-01(41890), Consejero Ponente Dr. Alberto Montaña Plata.
25
Original de la cita en la sentencia del 10 de febrero de 2000, exp: 11.878 dijo la Sala: “...en el
campo de la obstetricia, definida como ‘la rama de la medicina que se ocupa principalmente del
embarazo, parto y los fenómenos posteriores al alumbramiento, hasta la involución completa
del útero, la responsabilidad médica tiende a ser objetiva, cuando ab initio el proceso de
embarazo se presenta normal, es decir, sin dificultades o complicaciones científicamente
evidentes o previsibles. En casos como estos, parte de la doctrina se inclina por encontrar una
obligación de resultado, puesto que lo que se espera de la actividad médica materno-infantil, es
que se produzca un parto normal, que es precisamente la culminación esperada y satisfactoria
de un proceso dispuesto por la naturaleza, en donde la ciencia médica acude a apoyarlo o a
prever y tratar de corregir cualquier disfuncionalidad que obstaculice su desarrollo normal o
ponga en riesgo a la madre o al que está por nacer. Lo especial y particular de la obstetricia es

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“En decisiones posteriores se insistió en que la imputación de la responsabilidad patrimonial debía
hacerse a título objetivo, pero siempre que desde el inicio, el proceso de gestación fuera normal, es decir,
sin dificultades evidentes o previsibles, eventos en los cuales era de esperarse que el embarazo
culminara con un parto normal (…)”

“No obstante, en providencias más recientes se recogió dicho criterio para considerar que los eventos de
responsabilidad patrimonial del Estado por la prestación del servicio médico de obstetricia no pueden ser
decididos en el caso colombiano bajo un régimen objetivo de responsabilidad; que en tales eventos, la
parte demandante no queda relevada de probar la falla del servicio, sólo que el hecho de que la evolución
del embarazo hubiera sido normal, pero que el proceso del alumbramiento no hubiera sido satisfactorio
constituye un indicio de dicha falla26”.

“En síntesis bajo el cobijo de la tesis que actualmente orienta la posición de la Sala en torno a la
deducción de la responsabilidad de las entidades estatales frente a los daños sufridos en el acto
obstétrico, a la víctima del daño que pretende la reparación le corresponde la demostración de la falla
que acusa en la atención y de que tal falla fue la causa del daño por el cual reclama indemnización, es
decir, debe probar: (i) el daño, (ii) la falla en el acto obstétrico y (iii) el nexo causal. La demostración de
esos elementos puede lograrse mediante cualquier medio probatorio, siendo el indicio la prueba por
excelencia en estos casos ante la falta de una prueba directa de la responsabilidad, dadas las especiales
condiciones en que se encuentra el paciente frente a quienes realizan los actos médicos, y se reitera, la
presencia de un daño en el momento del parto cuando el embarazo se ha desarrollado en condiciones
normales, se constituye en un indicio de la presencia de una falla en el acto obstétrico, así como de la
relación causal entre el acto y el daño.

“No se trata entonces de invertir automáticamente la carga de la prueba para dejarla a la entidad
hospitalaria de la cual se demanda la responsabilidad. En otras palabras no le basta al actor presentar su
demanda afirmando la falla y su relación causal con el daño, para que automáticamente se ubique en el
ente hospitalario demandado, la carga de la prueba de una actuación rodeada de diligencia y cuidado.
No, a la entidad le corresponderá contraprobar en contra de lo demostrado por el actor a través de la
prueba indiciaria, esto es, la existencia de una falla en el acto obstétrico y la relación causal con el daño
que se produjo en el mismo, demostración que se insiste puede lograrse a través de cualquier medio
probatorio incluidos los indicios, edificados sobre la demostración, a cargo del actor, de que el embarazo
tuvo un desarrollo normal y no auguraba complicación alguna para el alumbramiento, prueba que lleva
lógicamente a concluir que si en el momento del parto se presentó un daño, ello se debió a una falla en la
atención médica”27 (Se deja destacado en subrayas).

Se concluye entonces que la posición actual de la Corporación se orienta en el sentido de que la


responsabilidad médica, en casos como el presente, debe analizarse bajo el tamiz del régimen de la falla
probada, lo que impone no sólo la obligación de probar el daño del demandante, sino, adicional e
inexcusablemente, la falla por el acto médico y el nexo causal entre esta y el daño.” (Subrayado fuera del
texto original).

Establecido el régimen de responsabilidad aplicable al asunto de la referencia, se


procederá a efectuar el análisis probatorio respectivo, a fin de determinar si se
encuentra acreditado el daño antijurídico alegado en la demanda, y si el mismo resulta
imputable a las accionadas.

9. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD

9.1. DAÑO

De las pruebas aportadas al plenario, se encuentra probado que el señor Edilmer


Rodríguez Aguirre tuvo un porcentaje de perdida de capacidad laboral del 50.68 %,

que tiene que ver con un proceso normal y no con una patología’.”.
26
Original de la cita: Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección
Tercera, Subsección B, sentencia del 7 de abril de 2011, exp.17001-23-31-000-1995-02036-
01(19801).
27
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 17 de
marzo de 2010, exp. 17.512.

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debido al accidente que tuvo al ser impactado en su cabeza por proyectil de arma de
fuego en hechos ocurridos el día 12 de noviembre de 2012.

9.2. IMPUTACIÓN

Ha señalado el Máximo Tribunal de lo Contencioso Administrativo que en materia de


responsabilidad médica, el elemento decisivo para determinar la imputabilidad del daño
tiene que ver con el desbordamiento de la carga que el paciente está obligado a asumir;
así pues, ha advertido que lo único que le corresponde soportar es la “consecuencia
directa y exclusiva de la vulnerabilidad y mortalidad propias de la condición humana, así
como de la concreción de los riesgos previsibles, conocidos y consentidos del acto
médico”28.

Por consiguiente, ha reiterado la misma Corporación que el paciente no se encuentra


obligado a sufrir los efectos de una atención médica por debajo de los estándares éticos
y científicos, como tampoco está en el deber de tolerar las consecuencias naturales de
la progresión de la enfermedad evitable por la ciencia, pues ni siquiera tiene que asumir
el riesgo propio del acto médico si el mismo no ha sido consentido.

En el presente asunto, la parte demandante considera que la atención del parto


brindada a la señora Chirley Yojana Duque fue deficiente, como quiera que no se realizó
un estudio de desproporción cefalopélvica de la primigestante, se erró en el diagnóstico
como quiera que no se determinó la condición macrosómica del feto y el ginecobstetra
no hizo el debido acompañamiento y vigilancia del trabajo de parto, omitiéndose la
práctica de una cesárea, que provocó que la fase expulsiva fuera prolongada.

Refieren los accionantes que, las circunstancias descritas en precedencia ocasionaron


la asfixia perinatal, el sufrimiento fetal y la broncoaspiración de meconio del recién
nacido que ocasionó el retardo de su desarrollo motor.

Para efectos de determinar si se encuentran acreditados los fundamentos fácticos que


aduce la parte demandante, y si los mismos son atribuibles a las entidades
demandadas, se realizarán las siguientes precisiones.

De conformidad con la historia clínica de la paciente Chirley Yojana Duque Arias de las
atenciones médicas brindadas en las diferentes instituciones de salud y en especial
67de los controles prenatales practicados, se encuentra acreditado que el desarrollo de
su embarazo estuvo dentro de los parámetros normales.

Si bien es cierto, en el primer trimestre de gestación la demandante fue diagnosticada


con toxoplasmosis gestacional, y se ordenó tratamiento médico para esta patología, en
atención ginecológica del 24 de diciembre de 2010 se determinó que esa infección había
sido adquirida con anterioridad al embarazo, por lo que le ordenó suspender el
tratamiento médico y clasificó la gestación como de bajo riesgo.

Así mismo, se encuentra acreditado que en todos los exámenes de imágenes


diagnósticas, ecografías, ecografías de detalle y ultrasonografía genética fetal, los
resultados fueron positivos, sin que se evidenciara alguna condición anómala en el feto
sin alteraciones orgánicas.

28
Sentencia del 01 de agosto de 2016. Sección Tercera – Subsección B. Consejera Ponente: Stella
Conto Díaz del Castillo. Radicación número: 13001-23-31-000-2001-01592-01(34578).

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Sin embargo, en el interrogatorio de parte rendido por la señora Chirley Yojana Duque
Arias (audiencia de pruebas celebrada el 4 de junio de 2015. Fls. 622 – 630 del cuaderno
principal del expediente tomo 4 – medio magnético CD minutos 14:05 – 30:57) indicó
que, en ninguno de los controles prenatales, se realizó una pelvimetría, con la que se
hubiera podido establecer, a su juicio que, debido al tamaño del feto, la conducta médica
apropiada era la práctica de una cesárea.

La parte demandante se apoya en el criterio científico del médico Martín Alfonso Botero
Cañón, expuesto en audiencia de pruebas celebrada el 4 de junio de 2015 (Fls. 622 –
630 del cuaderno principal del expediente tomo 4 – medio magnético CD minutos 45:30
– 2:21:23), diligencia en la que rindió su concepto respecto de la atención pre y post
parto de la demandante, quien consideró que en el caso de la demandante no se
cumplieron los estándares de la norma técnica para la atención del parto.

Indicó que en el control prenatal debía sospecharse una posible distocia céfalo pélvica,
por lo que en el último control debía hacerse un examen para medir la capacidad de la
pelvis y relacionarla con el peso calculado del bebé, o valorarse al inicio del trabajo de
parto con la práctica de una ecografía, lo cual no se realizó, no obstante, señaló que la
distocia o desproporción cefalopélvica no es fácil de diagnosticar.

Refirió que, en su criterio, las ecografías tomadas a la madre daban cuenta que el
neonato era relativamente grande, circunstancia que según él no fue tenida en cuenta.

El profesional de la salud consideró que la paciente cumplía con los factores de riesgo
para llevar a cabo la práctica de una cesárea y no haberla sometido a un parto vaginal
traumático como ocurrió en el presente asunto.

Textualmente indicó:

“La indicación de una cesárea no es que esté perfectamente delimitada, pero sí se le


debió haber brindado una atención de parto de riesgo medio alto porque había unas
condiciones clínicas que debieron tenerse en cuenta. Primero la condición clínica que
había existido un diagnostico confirmado de una toxoplasmosis y que estuvo en
tratamiento y que una de las indicaciones de la guía técnica del Ministerio frente a la
atención del parto implica que en ocurrencia de un diagnóstico de toxoplasmosis o
sospecha del mismo debió haber sido manejada en un centro de mediana alta
complejidad, cualquier centro de mediana alta complejidad implica necesariamente la
concurrencia o la presencia, perdón, de un ginecobstetra todo el tiempo durante la
atención del parto, yo pienso que ahí, en las complicaciones gestacionales es claro que
existen unas que son previsibles y hay otras que son imprevisibles, porque son dadas
por circunstancias especiales durante la ocurrencia del parto, en este caso en particular
habían condiciones previsibles que se sumaron a condiciones emergentes. Una de las
condiciones emergentes clara y llanamente definida fue la presencia de una distocia
céfalo pélvica que no fue diagnosticada y terminó siendo un parto supremamente
traumático relacionado con un expulsivo muy prolongado, dado que la historia menciona
que a las 2 de la mañana es pasada a la sala de partos a las 4 y 20 es cuando se
produce el expulsivo previo a una instrumentación que dadas las condiciones técnicas
actuales las instrumentaciones, ósea la colocación de fórceps o espátulas es última
ratio, casi que colocan por excepcionalidad porque la norma técnica si implica que esta
práctica genera mayores riesgos para el fruto, en este caso el que debía ser
garantizado era el bebé”

Así mismo, el declarante manifestó que conoció a la paciente Chirley Yojana Duque
Arias cuando estaba en gestación, en el control prenatal con la E.P.S. SaludCoop, quien

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aseguró que hizo seguimiento a su caso, con la concurrencia de los demandantes a
consulta, sin embargo, al plenario no fue aportada la historia clínica o anamnesis de
dichas atenciones, razón por la cual esta afirmación no se encuentra acreditada.

Sin embargo, las conclusiones señaladas por el declarante se controvierten con los
medios de prueba que se relacionan y analizan a continuación.

El testimonio técnico del médico Diego Alejandro Marín (audiencia de pruebas celebrada
el 4 de junio de 2015. Fls. 622 – 630 del cuaderno principal del expediente tomo 4 –
medio magnético CD minutos 2:35:20 – 3:35:23), quien atendió a la paciente el 23 de
enero de 2011 en la Unidad de Cirugía del Tolima UNICAT S.A. y monitoreó su trabajo
de parto.

El profesional de la salud puntualmente indicó:

“El 23 de enero, un domingo, realizaba yo turno de 24 horas, domingo 7 de la mañana


a lunes 7 de la mañana, hacia las 5 de la tarde la señora Chirley consulta refiriendo
inicio de actividad uterina desde la 7 de la mañana de ese día, se hace una valoración
inicial, se encuentra que la señora está en un trabajo de parto en fase latente, con
unos hallazgos iniciales, que me permito relacionar, se encuentra que es una paciente
de 20 años, con un AG 1, con un embarazo de 40 semanas, que como se ha dicho
tuvo inicio de actividad uterina desde las 7 de la mañana sin presentar hidrorrea o
sangrado, refiriendo movimientos fetales positivos dentro de la anamnesis se
encuentra que no reporta antecedentes patológicos, quirúrgicos, farmacológicos, o
toxico alérgicos, dentro de los ginecobstetricos se trata de una paciente que tiene
menarquia a las 12 años, los ciclos menstruales son de 30x3, la última menstruación
la refiere el día 18 de abril de 2010, con una fecha probable del parto para el día 25 de
enero, no se registra o no reporta métodos de planificación familiar al momento del
ingreso, dentro de los antecedentes se encuentra que tiene un grupo sanguíneo A+ y
exámenes paraclínicos de control prenatal tanto los de hepatitis como los de sida
negativos y los reportes de toxoplasma positivos. Frente al reporte del toxoplasma hay
una valoración previa en el mes de diciembre del Doctor Juan Carlos Rodríguez
ginecólogo que realiza o revisa un estudio de test de avidez que resulta positivo, y por
tanto determina que se trata de una infección pasada de toxoplasma y suspende un
tratamiento que venía recibiendo, se reportan también cuatro ecografías que dan o
determinan una edad gestacional, la primera que es tal vez la más confiable, tomada
el día 4 de junio, reporta una edad gestacional de 5 semanas, que daría una edad
gestacional de 39 semanas a la fecha del ingreso, tiene una del 15 de julio con 14.6
semanas, que daría una edad gestacional de 41 semanas, una del día 27 de
noviembre, perdón, de septiembre, con una edad gestacional de 24.2 extrapolada a la
fecha del ingreso sería de 40.2, una del 17 de noviembre con una edad gestacional de
31 semanas extrapolada a la fecha del ingreso sería de 40 y una final que sería del 22
de diciembre con una edad gestacional de 36 semanas que extrapolada a la fecha del
ingreso sería de 40 semanas.

Dentro de los hallazgos del examen físico de ingreso se encuentra que es una
paciente normotensa con una tensión arterial de 110/70, un examen físico
básicamente normal, se evidencia una altura uterina de 35 cm, movimientos fetales
positivos dentro del examen, actividad uterina dada por contracciones, se presentan 2
en 10 minutos de menos de 30 segundos de duración, al tacto vaginal se encuentra el
cuello posterior con un borramiento del 90% y una dilatación de 1 cm, se determina
entonces que se está con un embarazo de 40 semanas un trabajo de parto en fase
latente, se hace la atención de la paciente, es valorada hacia las 7 de la noche por el
doctor Roberto Marín el ginecólogo de turno, quien en ese momento del ingreso de la
valoración la encuentra con una dilatación de 3cm, una presentación cefálica de 0
membranas íntegras y determina proseguir con el trabajo de parto. Básicamente esas
serían las condiciones al momento del ingreso de la paciente”

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El testigo técnico, adujo que su labor fue estar al tanto de la evolución de la paciente y
del trabajo de parto, para determinar varias condiciones: 1. bienestar fetal y 2. La
progresión del trabajo de parto, dado por los cambios a niveles cervical y por el
descenso en la presentación del feto.

Indicó que, contrario a lo señalado por la señora Chirley Yojana Duque Arias, fue
monitoreada constantemente por él y por el personal de enfermería de la clínica UNICAT
S.A., con control de signos vitales, tacto vaginal, y la toma de la frecuencia cardiaca fetal.

Sobre el particular indicó:

“Frecuencias cardiacas reportadas: 1. La de ingreso con 140 2. 7:30 pm con 142. 3. A


la 1 am con 132. 4. A las 2 con 120. 5. A las 2:30 con 126. 6. A las 3 con 128. El
monitoreo fetal tiene como base uno el Doppler para poder verificar la FCF pero lo
cruza, se hacen estudios con variables tiempos continuos de aproximadamente 20
minutos y se cruzan con el estudio de la actividad uterina para verificar como se
comporta la FCF con las contracciones. Entonces ya hay todo un protocolo que
determina como deben interpretarse esas variaciones en caso de que se presenten de
la FCF respecto a la contracción uterina, como se decía a la señora durante su
seguimiento se le tomaron tres estudios y de acuerdo a esos protocolos los estudios
fueron normales”

La mencionada información, se encuentra registrada en la historia clínica de la paciente.

Así mismo, se señaló que las fases latente y activa del parto de la demandante se
desarrollaron dentro de los parámetros normales y que la circular de cuello 1 presentada
por el neonato pudo ser la causa de la distocia de la fase expulsiva y la consecuente
asfixia perinatal, debido a que por momentos el neonato no recibe oxígeno, advirtiendo
que ninguna ayuda diagnóstica puede prever una circular de cordón umbilical.

Respecto de la condición del feto, afirmó que no se trató de un niño macrosómico, así
como tampoco se presentó distocia cefalopélvica en el presente asunto, ya que ninguna
de las ecografías determinó una desviación en el crecimiento fetal, señalando
puntualmente:

“ni los estudios imagenológicos realizados durante el control, los 5 estudios realizados,
ni la evaluación inicial de la mamá ni la altura uterina inicial registrada permitían hablar
de distocia cefalopélvica, incluso la misma vía de terminación del parto, si hay una
desproporción cefalopélvica durante la instrumentación que sea, ese es un parto que
va a terminar en cesárea, porque básicamente lo que quiere decir es que la cabeza
del niño, la presentación fetal no va a pasar por el canal vaginal”

Por su parte, el Doctor Juan Carlos Rodríguez Leonel, médico especialista en


ginecología y obstetricia, subespecialista en embarazos de alto riesgo y en medicina bio
reproductiva, quien rindió testimonio en la diligencia de continuación de audiencia de
pruebas celebrada el 24 de mayo de 2018 (fls. 698 – 701 del cuaderno principal del
expediente tomo 4, medio magnético cd minutos 8:00 al 49:05), indicó que el embarazo
de la demandante fue descartado como de alto riesgo, toda vez que no reunía los
criterios de esta calificación.

En la mencionada diligencia reconoció la autoría del acta de comité técnico del caso
clínico de la paciente Chirley Yojana Duque Arias (fl. 155 del cuaderno principal del
expediente), indicando:

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“Si evidentemente este comité en el cual se establece que se trataba de una paciente
con su primer embarazo, con un embarazo de término, ósea 40 semanas, quien
ingresó con un trabajo de parto en fase latente y la progresión de ese parto hasta la
finalización del mismo fue de características normales, con un expulsivo dentro de los
parámetros que consideramos normales desde la lex artis y con la instrumentalización
de un parto, obteniendo un feto de 3970 gramos, el cual fue recibido en sala de partos
por el pediatra y requirió ingreso a cuidados intensivos”

Con relación a la práctica de la cesárea que aducen los demandantes, el especialista


indicó:

“(…) En este caso ninguna de las condiciones que aparecían daba para pensar que se
requería realizar una cesárea de emergencia, la prueba está en que se instrumenta el
feto, sale y ni siquiera hay un desgarro en la vagina de la señora, entonces era una
pelvis que era competente para tener un parto, normalmente cuando uno coloca las
espátulas o la instrumentación vaginal uno puede desgarrar la vagina, si la vagina y la
pelvis de la señora no es competente, pero en este caso ni siquiera hubo un desgarro,
entonces cuando uno analiza en el comité técnico científico todas estas
circunstancias, pues hombre, lo que se hizo era lo que había que hacer, estuvo muy
bien hecho, estuvo perfectamente dirigido, los tiempos eran los que correspondían no
había ninguna indicación para hacer una cesárea de emergencia en esta paciente, la
prueba está en que se obtiene un parto vaginal, dentro del momento del expulsivo
está, en la instrumentación, está el pediatra, la unidad de cuidado intensivo está lista
por si alguna cosa no saldría bien y de hecho ni siquiera hubo un desgarro en la
paciente entonces pienso que todo está ajustado a lo que es un parto en nuestro país
(…)”

Si bien es cierto, en las notas de enfermería de la atención del parto de la demandante


se registró un desgarro, señaló que hay cuatro (4) grados de desgarro, el de la
demandante fue considerado como sencillo, toda vez que obedeció a la episiotomía
realizada en la fase expulsiva.

A su juicio, el menor J. S. M. D. no fue un recién nacido macrosómico, destacando que


ese diagnóstico sólo puede realizarse a posteriori, una vez nace el feto, teniendo en
cuenta que los exámenes imagenológicos tienen un margen de error.

En relación con la hipoxia perinatal, el experto señaló:

“De hecho, por ejemplo, en estos momentos consideramos que todos los fetos nacen
hipóxicos, para nosotros todos, los de cesárea y los de parto vaginal, entonces el bebé
se deja conectado al cordón umbilical por aproximadamente entre 1 y 3 minutos, ¿por
qué? Porque mientras él se adapta y coge oxígeno y puede respirar hacia el exterior,
para hacer el intercambio de oxígeno en sus pulmones, el cordón umbilical que es por
donde viene el oxígeno de la mamá le continúa enviando sangre y le continúa
enviando oxígeno, entonces en estos momentos a todos los niños se les hace esa
maniobra, porque queremos disminuir que falte oxígeno en la sangre que es la hipoxia
perinatal.”

A su juicio, la atención del parto de la demandante cumplió con los estándares fijados en
la lex artis, se le brindó toda la atención especializada e idónea que requería, con alta
tecnología que solamente cuenta la clínica UNICAT S.A. en el Departamento.

De otra parte, revisadas las historias clínicas que reposan en el expediente, si bien es
cierto en la historia clínica del menor J. S. M. D. de las atenciones médicas brindadas en
la Unidad Materno Infantil UMIT, se indicó que se trataba de un recién nacido
macrosómico o “excepcionalmente grande”, según la historia clínica de las atenciones

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médicas prestadas en el Hospital Central de la Policía Nacional de la ciudad de Bogotá
el neonato tenía un peso adecuado (fls. 146 – 153 del cuaderno principal del
expediente).

Igualmente, se evidencia que, según el dictamen pericial realizado por el Instituto de


Medicina Legal y Ciencias Forenses y su aclaración (Informe pericial número UBARM-
DSQ-00498-C-2018 de fecha 26 de enero de 2018, rendido por el Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses. Fls. 1 – 5 y fls. 20 - 21 del cuaderno prueba pericial
parte demandante GESTAMOS S.A.S.), c on respecto de la macrosomía que refiere la
parte actora se determinó:

“Las ecografías realizadas durante la gestación, además, el examen físico durante los
controles prenatales (altura uterina 33 cm a las 39.4 semanas) no dieron cuenta que
se tratara de una macrosomía fetal. El peso del recién nacido no confirmó tal entidad.
Por lo anterior, no era posible prever el desenlace sufrido por el menor.

Desconozco con que equipos de ecografía cuenta la institución. Pese a lo anterior y


aunque la ecografía fetal permite la medición de varias partes del cuerpo fetal, su
precisión para predecir la macrosomía fetal ha sido poco fiable, máxime, cuando se
realiza de forma aislada; en mujeres sin diabetes gestacional, la biometría ecográfica
para detectar macrosomía tiene una sensibilidad del 22-44% y una especificidad del
99%. Un correcto diagnóstico de macrosomía fetal, puede ser hecho solamente
después del nacimiento del bebé, para el caso que nos ocupa, el peso de recién
nacido no da cuenta que se tratara de una macrosomía fetal.”

Así mismo, se señaló que aproximadamente el 10% de las causas de asfixia perinatal se
producen en el periodo neonatal, y no tiene relación con el trabajo de parto.

Con respecto del hecho de no haber practicado a la paciente una ecografía en el


momento en que ingresó al servicio médico en trabajo de parto la perito señaló:

“(…) Cabe anotar que la literatura menciona que no se recomienda la monitoria fetal
electrónica de rutina en embarazos sin factores de riesgo durante el trabajo de parto,
de igual manera, el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (ACOG, por sus
siglas en inglés) en su boletín 106 de julio de 2009, concluye entre otras que el uso de
MFE no reduce el riesgo de parálisis cerebral ni de mortalidad perinatal. Así las cosas,
fue suficiente la monitoria fetal realizada, teniendo en cuenta que no tengo datos del
segundo trazado que menciona (…)”

En relación con la presencia absoluta del especialista en ginecobstetricia durante el


trabajo de parte que alegan los demandantes, en el dictamen pericial se indicó:

“La guía de atención del parto vigente al momento de los hechos, no especifica que el
control del trabajo de parto, deba ser realizado por médico ginecobstetra, señala que,
cuando se encuentran alteraciones en el partograma se debe interconsultar a dicha
especialidad

(…)

Todo personal de la salud que trabaje en una sala de parto (médico general o
especialista en obstetricia) debe estar en la capacidad de realizar una adecuada
vigilancia del trabajo de parto de una gestante y definir la necesidad de una valoración
por el especialista si se trata de un médico general o, de realizar una intervención
mayor en el caso del especialista. Como se mencionó en el informe pericial, el
desarrollo del trabajo de parto (fase latente y pase activa) se presentó en un periodo
de tiempo establecido dentro de lo normal, por lo que no era posible prever que en el

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último estadio (expulsivo) iba a prolongarse, independiente del profesional que realizó
la vigilancia del trabajo de parto.”

Con fundamento en lo anterior, se desvirtúa la posición adoptada por la parte actora,


según las cual la falla médica en el presente asunto tiene fundamento en la prolongación
de la fase expulsiva del parto.

De suerte que, para este asunto, no hubo patrones de deficiencia en la prestación del
servicio de ginecología y obstetricia, pues efectivamente, a la paciente se le brindó la
atención médica adecuada para la clasificación de su embarazo, se reitera bajo riesgo,
de evolución y características normales.

La demandante no reunía los criterios médicos que hicieran viable la atención del parto
por cesárea, según las condiciones físicas anotadas en la historia clínica, el criterio del
médico tratante y los testimonios técnicos recepcionados.

Así mismo, se acreditó que la paciente no tenía diagnóstico de desproporción


cefalopélvica, atendiendo a su historia clínica obstétrica, su evaluación clínica, la talla
materna, la altura uterina, el cálculo del peso fetal y la progresión normal del trabajo de
parto.

Es importante señalar que los agudos dolores de parto no constituyen por sí solos una
causa para practicar una cesárea de urgencia, máxime cuando la demandante en su
interrogatorio de parte afirmó no haber realizado el curso psicoprofiláctico.

Ahora bien, ciertamente aparece en el registro médico que durante el expulsivo se


obtuvo líquido amniótico meconiado, procediéndose a realizar la succión a través de
laringoscopia, lavado gástrico, adaptación neonatal inducida e intubación de vía aérea
respiratoria, ordenándose su inmediata remisión a la Unidad de Cuidados Intensivos
Neonatal.

Pese a ello, de acuerdo con lo señalado por los médicos citados a rendir testimonio, la
deposición del feto dentro del útero no siempre es indicativo de daño a la salud del
menor, aunado al hecho que a las dos (2:00) horas de la mañana se tomó una
amniotomía obteniendo líquido amniótico claro, según anotación en la historia clínica de
la paciente “24/01/11 2 am FCF 140 TV B100% D completa. Estación E +1 se hace
amniotomía líquido claro contracciones 4 en 10 min.” 29, circunstancia de la que cabe
afirmar que el líquido adquirió esta condición durante la fase expulsiva.

En el mismo sentido, está acreditado que la instrumentación del parto, según el


dictamen pericial que fue practicado en el proceso, sí está indicado para aquellos partos
en los que la fase expulsiva se prolonga, cualquiera que sea su causa, por lo que el
actuar del ginecólogo se ajustó a la lex artis.

Respecto de la circular de cuello 1 presentado por el menor J. S. M. D. al momento de


nacer, corresponde señalar que de conformidad con lo indicado en la prueba técnica
practicada, se trata de una variable anatómica accidental, que eventualmente puede
ocasionar una prolongación de la fase expulsiva, circunstancia que no es previsible,
como quiera que el feto gira constantemente en el útero.
29
Transcripción de la historia clínica de la paciente Chirley Yojana Duque Arias e hijo que reposa en la Unidad de Cirugía del Tolima UNICAT
S.A. correspondiente al evento atención del parto con fecha de ingreso el 23 de enero de 2011 y egreso 25 de enero de 2011. (fls. 493 –
537; 559 - 580 del cuaderno principal del expediente tomo III).

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Así entonces, no habiéndose comprobado la negligencia en el actuar de los galenos,


sino que por el contrario, se advierte la diligencia con la que procedieron durante el
servicio prestado a la demandante, en tanto que resulta innegable, que no hubo
demoras injustificadas en la atención de su parto, que desembocara en el sufrimiento
fetal que pudo padecer el menor minutos previos a su nacimiento, máxime cuando no
había riesgo perceptible clínicamente por los médicos, para que la señora Chirley
Yojana Duque Arias pudiera dar a luz a su hijo mediante parto vaginal, toda vez que,
como se ha explicado, era un embarazo a término, la accionante no tenía antecedentes
de complicaciones, y el peso del neonato no permitía establecer una macrosomía, es
imposible, a la luz de la pruebas, determinar cómo causas de la deposición efectuada
por el neonato en el útero, un sufrimiento ocasionado por negligencia en la atención
médica.

En consecuencia, no es posible imputar a la accionada el daño antijurídico reclamado,


debido a que no se acreditó la existencia de una falla en el servicio médico prestado,
toda vez que se observa que la atención brindada a la paciente fue oportuna y acertada,
como quiera que se realizaron los procedimientos que los médicos consideraron más
convenientes para salvaguardar la salud y la vida de la paciente y del recién nacido, por
lo que corresponderá, en la parte resolutiva de esta providencia, negar las pretensiones
de la demanda.

10. RECAPITULACIÓN

De conformidad con las consideraciones realizadas en esta providencia, se negarán las


pretensiones de la demanda, como quiera que no se acreditó la falla en el servicio
médico imputable a la entidad accionada Nación – Ministerio de Defensa – Policía
Nacional y la llamada en garantía GESTAMOS S.A.S, en relación con la atención
recibida por la señora Chirley Yojana Duque Arias durante el parto, y el retardo leve del
desarrollo motor del menor J. S. M. D., toda vez que del material de prueba aportado no
se demostró que se hubiere actuado con desconocimiento de la lex artis, siendo
imposible imputárseles responsabilidad alguna por los daños reclamados.

11. CONDENA EN COSTAS

El artículo 188 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso


Administrativo, sobre la condena en costas señala que en la sentencia se dispondrá
sobre la condena en costas, cuya liquidación y ejecución se regirán por las normas del
Código de Procedimiento Civil, pese a ello y como quiera que el compilado normativo
antes mencionado fue derogado por el Código General del Proceso, serán estas las
normas aplicables en el caso concreto para la condena y liquidación de costas.

Ahora bien, el artículo 365 del Código General del Proceso dispone que se condenará en
costas a la parte vencida en el proceso, o a quien se le resuelva desfavorablemente el
recurso de apelación, súplica, queja, casación, revisión o anulación que haya propuesto.

En el presente caso se observa que las pretensiones fueron despachadas


desfavorablemente, razón por la cual de conformidad con el Acuerdo No. PSAA16-10554
del 2016 expedido por el Consejo Superior de la Judicatura, se fijarán las agencias en
derecho a cargo de la parte accionante en la suma equivalente al cuatro por ciento
(4%)de las pretensiones de la demanda, a la fecha de ejecutoria de la sentencia.

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Demandante: Edimar Rodríguez Aguirre y otros
Demandado: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional y otros
Decisión:

En mérito de lo expuesto, el Juzgado Décimo Administrativo del Circuito Judicial de


Ibagué, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: Negar las pretensiones de la demanda.

SEGUNDO: Condenar en costas a la parte accionante, de conformidad con lo dispuesto


en los artículos 188 del CPACA y 365 del C.G.P, para lo cual se fija la suma equivalente
al cuatro por ciento (4%)de las pretensiones de la demanda como agencias en derecho

TERCERO: Para efectos de la notificación de la presente sentencia, se ordena que por


Secretaría se realice conforme el artículo 203 del C.P.A.C.A.

CUARTO: Liquídense los gastos del proceso, si hubiere remanentes devuélvanse a la


parte demandante.

QUINTO: Una vez en firme, archívese el expediente, previa anotación en el sistema


informático “Justicia Siglo XXI”.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

LUIS MANUEL GUZMÁN


JUEZ

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