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DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

ÍNDICE

Introducción…………………………………………………………………………… 3

Antecedentes de los Derechos Reproductivos……………………………………. 4

Derechos Sexuales y Reproductivos………………………………………………… 6

Alcance de los Derechos Sexuales y Reproductivos……………………………… 7

Principales Derechos Reproductivos………………………………………………… 7

Conclusión………………………………………………………………………………. 9

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INTRODUCCIÓN

En la actualidad todos y todas hablan de derechos en cualquier espacio


familiar, escolar y colectivo. Pero, saber a qué te refieres cuando hablas de
derechos es entrar en un campo enriquecedor y diverso. Las personas tienen la
responsabilidad de conocer sus derechos y también de exigir su cumplimiento. La
capacidad plena de ejercer los mismos se reconoce como ciudadanía y conlleva al
reconocimiento de límites y responsabilidades.

Es así, como los desarrollos conceptuales y políticos en materia de


reconocimiento de los derechos humanos han permito posicionar los derechos
sexuales y reproductivos como tales, considerando su respeto y garantía como
condiciones esenciales para el ejercicio y disfrute de los derechos de la mujer o el
hombre como base de su verdadera ciudadanía, que no alude únicamente a tomar
decisiones en el ámbito público, sino que se refiere a tener un verdadero dominio
sobre su propio cuerpo de manera que sea autónomo en el ejercicio de la
sexualidad y en lo relacionado con la reproducción. La toma de decisiones
autónoma e informada sobre el propio cuerpo es asumida desde entonces como el
primer territorio de ejercicio pleno de la ciudadanía.

Por esto, se ha considerado que los derechos sexuales y reproductivos no


se reducen a ser el marco ético que regula los servicios de salud sexual y
reproductiva, sino que son el primer escalón para el ejercicio de la ciudadanía.
Abren el camino a su ejercicio cotidiano en el escenario de la democracia. Esto
conduce a señalar que una verdadera democracia parte de las elecciones
realizadas por personas aptas para adoptar también decisiones libres sobre el
propio cuerpo y el proyecto de vida de cada una.

Por lo antes expuesto, el presente taller propositivo muestra una


perspectiva en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos del individuo y
plantea que los derechos no son regalos, son producto de procesos históricos de
luchas colectivas que se expresan en las normas jurídicas. Asimismo, para ejercer
tus derechos sexuales y reproductivos debes estar en conocimiento de cuáles son
y poder tomar decisiones responsables.

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Antecedentes de los Derechos Reproductivos

La normatividad de los derechos sexuales y reproductivos se origina en la


Declaración Universal de Derechos Humanos en el marco de las Naciones Unidas
(1948) que establece el ideal común hacia el que todos los Estados deben
esforzarse. Los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y de
Derechos Económicos Sociales y Culturales de 1966 dieron más contenido a
estos derechos e indicaron los deberes y las responsabilidades de los Estados
frente a los particulares y definieron mecanismos para verificar su cumplimiento

Es así como, los derechos sexuales y reproductivos lograron su


reconocimiento internacional en las Conferencias Mundiales convocadas en la
década de los noventa, en el contexto mencionado surgen los antecedentes de los
derechos sexuales y reproductivos, los cuales aportaron a la construcción
conceptual de los derechos sexuales, a seguir llenando de contenido a los
derechos reproductivos y a darle un alcance jurídico y normativo a ambos.

En tal sentido, los antecedentes se pueden ubicar en dos grandes grupos.


En primer lugar están los Pactos y Convenios que regulan derechos de grupos
poblacionales específicos, como las mujeres, los niños y las niñas y las
poblaciones en condiciones de conflicto armado. Entre estos instrumentos se
encuentran: la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la Mujer, la Convención de los Derechos del Niño, la
Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
la mujer y el Estatuto de la Corte Penal Internacional. La importancia de estos
radica en el carácter jurídicamente vinculante para los Estados que los han
ratificado.

En segundo lugar, se encuentran los documentos originados en algunas


conferencias temáticas celebradas en los años noventa en el marco de las
Naciones Unidas. Estas fuentes, a diferencia de los convenios y pactos
mencionados, no vinculan a los Estados firmantes, pero representan un
compromiso político. Las conferencias que contribuyeron a darles contenido e
impulso a los derechos sexuales y reproductivos son:

 La Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en 1993 en el


marco de la Organización de las Naciones Unidas en Viena (Austria).
 La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, realizada en el
año de 1994 en El Cairo (Egipto)
 La Conferencia Mundial sobre la Mujer llevada a cabo en 1995 en Beijing
(China).

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Dichos documentos indican que los derechos de la mujer y los derechos
sexuales y reproductivos forman parte de los derechos humanos; contribuyeron a
reconocer que la salud sexual y reproductiva de todas las personas es un asunto
de justicia social y que la realización de la salud en hombres y mujeres, desde una
perspectiva integral sólo puede llevarse a cabo a través de la defensa y protección
de los derechos humanos en el plano sexual y reproductivo.

De igual forma, los documentos mencionados son importantes


específicamente para los derechos sexuales, porque pusieron de presente que
mediante la planificación familiar no sólo se estaba promoviendo la autonomía
reproductiva de las personas, sino que se estaba reconociendo la independencia
entre la sexualidad y la reproducción, y por ese camino se puso de presente que la
sexualidad es un aspecto constitutivo de la identidad y la libertad personales que
abarca la sexualidad, los roles e identidades de género, la orientación sexual, el
erotismo, el placer y la intimidad. Con base en los documentos emanados de estas
conferencias, poco a poco, los países han desarrollado políticas, normas e
interpretaciones jurisprudenciales que les han dado alcance, a nivel nacional.

Por lo cual, Colombia no ha sido la excepción, cuenta desde el año 2003


con una Política de Salud Sexual y Reproductiva, emitida por el Ministerio de la
Protección Social y con una normativa dispersa en códigos, leyes, decretos y
resoluciones, así como en numerosas interpretaciones jurisprudenciales de jueces
y magistrados de Tribunales y de las Altas Cortes. Por ello, el conocimiento y la
difusión de los derechos sexuales y reproductivos, así como de los mecanismos
para hacer efectiva su protección y garantía, constituyen la principal herramienta
para prevenir su vulneración y restablecer los derechos en caso de que ocurra.

Es por ello, que los derechos sexuales y reproductivos representan el pilar


fundamental para el ejercicio de la ciudadanía, entendida más allá de la simple
posibilidad de tomar decisiones en el ámbito público (elegir y ser elegido). La
ciudadanía además implica la posibilidad para mujeres y hombres de tomar
decisiones autónomas sobre su propio cuerpo y vida en los campos de su
sexualidad y reproducción.

Finalmente, desde la perspectiva de género, los derechos sexuales aportan


al reconocimiento de la ciudadanía de las mujeres, pues involucran el derecho a
ser reconocidas como ciudadanas plenas, dignas, libres y, en consecuencia, a ser
tratadas como personas integrales y no como seres exclusivamente reproductivos,
así como a ejercer su sexualidad de manera placentera sin que ésta implique
necesariamente el embarazo. También contribuyen a pensar a las mujeres como
protagonistas de los procesos de desarrollo en los que la salud es una condición
que exige respeto durante todo su ciclo vital y no sólo durante la “edad
reproductiva”.

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Derechos Sexuales y Reproductivos

Los derechos sexuales y reproductivos son un componente fundamental de


los Derechos Humanos. Son aquellos derechos humanos interpretados desde el
punto de vista de la sexualidad y reproducción de hombres y mujeres, cuya
garantía es requisito fundamental para el goce de una vida sexual plena y libre.
Los derechos sexuales y reproductivos están arraigados en los principios más
básicos de los derechos humanos y los intereses que protegen son diversos.

Es por esto, que el reconocimiento de los derechos sexuales y


reproductivos como derechos humanos ha sido reciente. Estos derechos no están
consagrados en un solo cuerpo normativo. Sus fuentes se encuentran en el ámbito
internacional en instrumentos y documentos internacionales. En el ámbito interno,
su sustento está en la Constitución y se desarrollan en códigos, leyes, decretos y
otras disposiciones, así como en la jurisprudencia de Cortes, Tribunales y jueces
que los interpretan y fijan su alcance.

Así, son reconocidos a mujeres, hombres y a parejas. El carácter relacional


y social de la sexualidad y reproducción, involucra la responsabilidad de mujeres y
hombres en estos procesos, por lo tanto, los Derechos Sexuales y Reproductivos
no corresponden sólo a las mujeres, son Derechos Humanos básicos, aunque de
manera general, hayan sido las mujeres las principales depositarias de la
responsabilidad en este campo y se haya prestado poca atención al análisis del
proceso reproductivo de los varones.

Uno de los aportes significativos de la Conferencia Internacional sobre


Población y Desarrollo (Cairo 1994), fue el llamado a los hombres a asumir una
conducta sexual responsable, así como a participar en todas las esferas de la vida
familiar, el cuidado de hijas-os y las labores domésticas. Sus responsabilidades
incluyen la provisión de apoyo financiero a su descendencia y la familia,
particularmente en los casos de abandono.

Por Salud Reproductiva se entiende “un estado general de bienestar físico,


mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los
aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. En
consecuencia la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida
sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o
no, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implícito el derecho
del hombre y la mujer a obtener información y de planificación de la familia de su
elección, así como a otros métodos para la regulación de la fecundidad que no
estén legalmente prohibidos, y acceso a métodos seguros, eficaces, asequibles y
aceptables, el derecho a recibir servicios adecuados de atención de la salud que

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permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas las máximas
posibilidades de tener hijos sanos.

En síntesis, son reconocidos como determinantes de los procesos para


mantener y mejorar la salud, ya que son garantía de una sexualidad e intimidad
libre de interferencias, de acuerdo a las expresiones y necesidades individuales.

Alcance de los Derechos Sexuales y Reproductivos

Los derechos reproductivos permiten a las personas tomar decisiones libres


y sin discriminaciones sobre la posibilidad de procrear, de regular la fecundidad y
de disponer de la información y medios para ello. También implica el derecho de
tener acceso a servicios de salud reproductiva que garanticen una maternidad
segura, la prevención de embarazos no deseados y la prevención y tratamiento de
dolencias del aparato reproductor como el cáncer de útero, mamas y próstata. Es
así como este tema abarca diversos intereses, en general abarcan 2 principios:

1. Autodeterminación reproductiva, entendida como el derecho básico de


todas las personas de decidir sobre su posibilidad de procrear o no, y en
ese sentido planear su propia familia.
2. Atención de la salud reproductiva, que incluye medidas para promover una
maternidad sin riesgos, tratamientos de infertilidad, acceso a toda la gama
de métodos anticonceptivos (incluyendo la anticoncepción de emergencia) y
programas de atención de cáncer uterino, de mamas y próstata.

Todos esos derechos están reconocidos en la Constitución y las leyes y


están contemplados también para los y las adolescentes.

Principales Derechos Reproductivos

1. A la vida, tienes derecho a no morir por causas relacionadas con el parto y


el embarazo.

2. Al matrimonio y a fundar una familia, una vez que adquieres la edad legal,
tienes derecho a contraer, o no, matrimonio y a decidir cuándo es el mejor
momento para fundar familia.

3. El derecho de hombres y mujeres de decidir de manera libre y responsable


la posibilidad de ser padres o madres.

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4. El derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos y el
intervalo entre ellos, y a realizar tu propio plan de procreación con asistencia
médica y disponer de la información, educación y medios para lograrlo.

5. A la privacidad e intimidad, puedes decidir libremente y sin interferencias


arbitrarias, sobre tus funciones reproductivas.

6. El derecho a decidir libremente el tipo de familia que se quiere formar.

7. A la libertad, seguridad e integridad personal, nadie puede someterte a


torturas, penas, tratos crueles, inhumanos, degradantes o a violencia
sexual.

8. El derecho a acceder a métodos anticonceptivos seguros, aceptables y


eficaces (incluyendo la anticoncepción de emergencia).

9. El derecho de las mujeres a no sufrir discriminaciones o tratos desiguales


por razón del embarazo o maternidad, en el estudio, trabajo o dentro de la
familia.

10. A la igualdad y a la no discriminación, nadie puede juzgar tus decisiones


relacionadas con tu salud reproductiva por motivos de color, etnia, edad,
sexo, religión, opinión política o de cualquier otra índole.

11. El derecho a tener acceso a servicios de salud y atención médica que


garanticen una maternidad segura, libre de riesgos en los periodos de
gestación, parto y lactancia y se brinde las máximas posibilidades de tener
hijos sanos, accediendo a servicios de calidad, gratuitos y confidenciales.

12. El derecho de contar con servicios educativos e información para garantizar


la autonomía reproductiva, teniendo derecho a la educación sexual y
reproductiva sin discriminación y a una información oportuna, completa y
clara.

13. El derecho a tener acceso a los beneficios del progreso científico, para
contar con servicios accesibles que satisfagan las necesidades dentro de
los mejores estándares de calidad y a disfrutar de dicho progreso en el área
de la reproducción humana, dando consentimiento, o no, para ser objeto de
experimentación en el área de la reproducción humana.

14. Al empleo y a la seguridad social, tienes derecho a la protección legal de la


maternidad y paternidad en materia laboral, a trabajar en un ambiente libre
de acoso sexual, y a no ser discriminada por embarazo.

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15. A modificar tradiciones o costumbres que violan los derechos de las
personas, puedes exigir al Estado que adopte medidas para erradicar
patrones socioculturales que generan prejuicios y estereotipos sobre las
personas.

CONCLUSIÓN

Luego de efectuar este taller se concluye que, la construcción de políticas


públicas que transformen profundamente las realidades sociales es el mayor
anhelo de las instituciones verdaderamente comprometidas con la población como
depositaria real de la acción del Estado. La complejidad de este propósito exige
aplicar todos los recursos humanos, conceptuales y metodológicos posibles, para
que esas políticas se conviertan en el camino que debe ser recorrido, marquen el
norte de un presente y un futuro mejor y apalanquen diversos procesos centrados
en el desarrollo de las personas.

En tal sentido, la sexualidad y la reproducción humanas tienen un valor en


sí mismas y su ejercicio no se limita a las relaciones sexuales ni al embarazo. Por
el contrario, la sexualidad y reproducción se componen de múltiples espacios
como el individual, el de pareja, el social; y de diversas vivencias, como la
posibilidad de sentir placer, de expresar los afectos, sentimientos y emociones,
con la manera de descubrirse a sí mismo, de expresar la orientación sexual, el
proyecto de vida, la construcción de la identidad, las relaciones interpersonales y
la posibilidad de ejercer derechos y deberes. De ahí que cuando se habla de salud
sexual y reproductiva se entiende a la persona humana desde un enfoque integral
y completo.

Por ello, la Política Nacional de Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos


Reproductivos, se concibió como idea, para desarrollar una de las dimensiones
prioritarias definida en el Plan Decenal de Salud Pública, por ello tiene como
vocación concreta y la preocupación constante del Ministerio de Salud y
Protección Social de velar por la salud integral, la salud sexual y la salud
reproductiva de las personas y su entendimiento como medio para que el
bienestar físico mental y social sea posible, para los pueblos, grupos y
comunidades de este vasto país, sin ningún distingo propiciado en la diferencia o
las condiciones de vulnerabilidad en que puedan encontrarse inmersos y donde el
enfoque de derechos, género y diferencial sea realmente materializado, a través
de la prestación de servicios de calidad, humanizados, dignos y solidarios.

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Aunado a lo anterior, este ha sido el propósito que ha inspirado de manera

esencial todos los momentos de construcción de la Política Nacional de

Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos que hoy se presenta a

Colombia, en la cual la combinación del conocimiento surgido de la revisión de

fuentes secundarias, con la información primaria, recabada de diferentes agentes

sectoriales e intersectoriales nacionales y territoriales, las organizaciones de la

sociedad civil y los expertos temáticos, marcaron los derroteros y proporcionaron

el soporte a todas y cada una de las apuestas que se plasmaron en la presente

Política, las cuales pretenden darle un nuevo sentido y resignificar la vivencia de la

sexualidad como condición esencialmente humana y su pleno disfrute.

En resumen, desde la expedición de la Nacional de Salud Sexual y

Reproductiva (PNSSR), el Gobierno Colombiano, con las herramientas

constitucionales y legales de que dispone, ha venido trabajando arduamente en la

promoción de los derechos humanos, sexuales y reproductivos. Más que

retrocesos, hay un largo camino por recorrer en la búsqueda de consensos para

que el contrato social respete y proteja estos derechos. En esto radica su

compromiso.

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