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SEGUNDO PARCIAL MED 930 PSICOPATOLOGIA CLINICA

Trastornos de ansiedad Generalizada


El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es uno de los trastornos de ansiedad, junto
con las fobias específicas (orientadas hacia un objeto determinado), la fobia social,
el trastorno por estrés postraumático, la agorafobia, el trastorno de pánico o el trastorno
obsesivo-compulsivo.
Se caracteriza por un patrón de preocupación y ansiedad frecuente y persistente respecto de
una variedad de acontecimientos o actividades. Los síntomas deben extenderse al menos por
6 meses para poder efectuar el diagnóstico.
Descripción
Como su nombre lo indica, se refiere a la situación en la que el individuo experimenta una
ansiedad constante y a largo plazo, sin saber su causa. Estas personas tienen miedo de algo,
pero son incapaces de explicar de qué se trata. Debido a su ansiedad no pueden desempeñarse
en forma normal. No logran concentrarse, no pueden apartar sus temores y sus vidas
empiezan a girar en torno a la ansiedad. Esta forma de ansiedad puede, al final, producir
problemas fisiológicos. Las personas que padecen del trastorno de ansiedad generalizada
pueden comenzar a sufrir dolores de cabeza, mareos, palpitaciones cardiacas o insomnio.
Síntomas
El síntoma principal es la presencia casi constante de preocupación o tensión, incluso cuando
no existen causas objetivas que lo motiven. Las preocupaciones parecen flotar de un
problema a otro, como problemas familiares o de relaciones interpersonales, cuestiones de
trabajo, dinero, salud y otros problemas. Incluso siendo consciente de que sus preocupaciones
o miedos son más intensos de lo necesario, una persona con trastorno de ansiedad
generalizada aún tiene dificultad para controlarlos.
Los síntomas psicológicos son: preocupación crónica y exagerada, agitación, inquietud,
tensión e irritabilidad, aparentemente sin causa alguna, o más intensas de lo que sería
razonable en esa situación en particular. La gente que la padece también puede tener
problemas de concentración y dificultades para conciliar el sueño y permanecer dormido
(siendo el primero que se afecta en cualquier trastorno) y sueño no reparador ni satisfactorio.
Con frecuencia suelen aparecer signos físicos, como temblores, dolor de cabeza, mareos,
agitación, tensión y dolor muscular, ojeras, pérdida de peso, molestias abdominales,
sudoración, falta de aire y bostezo constante

Criterios para el diagnóstico de crisis de pánico o crisis de angustia


Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más)
de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en
los primeros 10 min:
1. palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
2. Sudoración
3. Temblores o sacudidas
4. Sensación de ahogo o falta de aliento
5. Sensación de atragantarse
6. Opresión o malestar torácico
7. Náuseas o molestias abdominales
8. Inestabilidad, mareo o desmayo
9. Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno
mismo)
10. Miedo a perder el control o volverse loco
11. Miedo a morir
12. Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
13. Escalofríos o sofocaciones

Causas
El TAG está probablemente causado por una combinación de factores biológicos y de
circunstancias vitales. Los genes pueden desempeñar un papel. Muchas de las personas que
la padecen también experimentan otros trastornos médicos, como depresión y/o pánico, que
al parecer implican cambios en los procesos químicos cerebrales, en particular anomalías en
los niveles de la serotonina. El estrés también puede contribuir en su aparición.
Podemos definir las respuestas de ansiedad como reacciones defensivas e instantáneas ante
el peligro. Estas respuestas, ante situaciones que comprometen la seguridad del sujeto, son
adaptativas para la especie humana. Significa esto que ejerce una función protectora de los
seres humanos.
El ser humano durante miles de años se ha tenido que enfrentar a infinidad de peligros;
cuando estos se presentaban, las respuestas más eficaces para preservar la integridad del
sujeto eran dos: huir o luchar. Los mecanismos, psicofisiológicos humanos, que preparan
para la huida o la lucha (respuestas de ansiedad) han cumplido un eficaz papel a lo largo de
los tiempos. El problema es que el ser humano ya no tiene que enfrentarse con animales que
corren detrás de él para convertirlo en su cena; en cambio otros muchos agentes estresantes
le rodean y le acompañan a lo largo de su existencia, haciendo que el fantasma del peligro le
aceche detrás de cualquier situación inofensiva.
E. Echeburúa lo ilustra con un ejemplo de cómo funciona el mecanismo de la ansiedad:
En el caso de los trastornos de ansiedad, la respuesta de miedo funciona como un dispositivo
antirrobo defectuoso, que se activa y previene de un peligro inexistente. Precisamente el ser
humano actual está abocado a abordar el fascinante problema de cómo controlar los aspectos
perjudiciales de las respuestas de miedo (que se pueden manifestar psicopatológicamente en
forma de trastornos fóbicos y de ansiedad) conservando, sin embargo sus beneficios
protectores.1
Incidencia
El trastorno de ansiedad generalizada es una afección común por lo que cualquier persona
puede sufrir este trastorno, incluso los niños. La mayoría de las personas que sufren este
trastorno dicen que han estado ansiosas desde que tienen memoria. El trastorno de ansiedad
generalizada es un poco más frecuente en las mujeres que en los hombres. Cabe señalar que
los trastornos de ansiedad son los problemas de salud mental más comunes. Pueden afectar
de igual manera a adultos, niños y adolescentes.
Situaciones que pueden aumentar el riesgo de padecer TAG:
 Tiene un familiar cercano que sufre de un trastorno de ansiedad.
 Consumo y/o abuso de drogas.
 Problemas de aprendizaje o de memoria.
 Condición prolongada, como diabetes, depresión, uso de drogas ilícitas, o alcoholismo.
 Embarazada o recientemente tuvo un bebé.
 Es mujer.
 Tiene 25 años de edad o menor.2
Tratamiento
El tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada incluye la utilización
de antidepresivos (tricíclicos, ISRS), buspirona y (a corto plazo) benzodiacepinas, y formas
específicas de psicoterapia. El tratamiento más efectivo para el TAG suele combinar la
psicoterapia con la medicación.
Las investigaciones han demostrado que la psicoterapia cognitiva-conductual es efectiva
para el tratamiento del TAG. También son útiles las técnicas de reducción de estrés: técnicas
de relajación y respiración profunda (diafragmática o abdominal), meditación, mejor manejo
del tiempo, ejercicio físico, yoga, caminar, Tai chi y Bio-retroalimentación (Biofeedback)
para controlar la tensión psíquica y muscular. También suelen ser de utilidad cambios en la
alimentación: por ejemplo, la eliminación gradual del café, bebidas estimulantes, alcohol y
refrescos que contengan cafeína (bebidas cola).
Farmacológico
Los psicofármacos son muy efectivos para mitigar los síntomas de ansiedad.
Ansiolíticos
Se pueden utilizar medicamentos ansiolíticos o antidepresivos con efecto ansiolítico (no
todos los antidepresivos lo poseen). Los ansiolíticos benzodiazepínicos no deberían utilizarse
por períodos mayores a un mes ya que con el transcurso del tiempo pueden llegar a
producir efecto tolerancia y a una necesidad de incrementar la dosis.
ISRS
Para tratar un TAG de larga duración lo más recomendable para el manejo
psicofarmacológico de los síntomas de ansiedad es la utilización de antidepresivos con efecto
ansiolítico asociado (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina). Los siguientes
antidepresivos se encuentran aprobados por la FDA para el tratamiento del
TAG: escitalopram, venlafaxina XR/LP, duloxetina y paroxetina.
Los antidepresivos, a diferencia de los ansiolíticos benzodiazepínicos, no producen
tolerancia, por consiguiente no existe riesgo de generar una adicción farmacológica. Por esto
es preferible utilizarlos en el tratamiento a largo plazo de la ansiedad. No obstante, estos
fármacos tienen diversos efectos secundarios entre los que se encuentran los problemas
sexuales e insomnio.3
Antiepilépticos
La pregabalina (Lyrica) actúa sobre el canal de calcio voltaje-dependientes con el fin de
reducir la liberación de neurotransmisores tales como el glutamato, noradrenalina y la
sustancia P. Su efecto terapéutico aparece después de 1 semana de uso y es similar en eficacia
al lorazepam, alprazolam y venlafaxina. La pregabalina ha demostrado ser superior al
producir efectos terapéuticos más consistentes para los síntomas de ansiedad psíquica y
somática. Estudios a largo plazo han demostrado su eficacia continua sin el desarrollo de la
tolerancia y, además, a diferencia de las benzodiazepinas no interrumpe la arquitectura del
sueño y produce menor deterioro cognitivo y psicomotor; además tiene un bajo potencial de
abuso y dependencia, y es por ello que puede ser preferible a las benzodiazepinas. Los efectos
ansiolíticos de la pregabalina aparecen rápidamente después de la administración, similar a
las benzodiazepinas, lo que da a la pregabalina una ventaja sobre muchos de los
medicamentos ansiolíticos tales como los antidepresivos.
Algunas personas con TAG que sufren de ataques de pánico graves pueden beneficiarse con
el tratamiento de Lamotrigina (Lamictal) o Gabapentina(Neurontin), que fue desarrollado
inicialmente para el tratamiento de convulsiones.
Las personas con síntomas de insomnio invalidante pueden beneficiarse de un
medicamento no-benzodiacepínico perteneciente a la categoría de fármacos
Z llamado Zolpidem (solo a corto plazo ya que puede producir dependencia al igual que las
benzodiacepinas). En este sentido a largo plazo es preferible el uso de neurolépticos como
la quetiapina (Seroquel).

Trastornos facticios
El trastorno facticio, que engloba al antiguamente denominado síndrome de
Münchhausen, es un trastorno que se caracteriza por la aparición de síntomas producidos
deliberadamente por el mismo paciente con la intención de recibir atención médica y
asumir un rol de enfermo.

Descripción
El nombre lo toma porque, según la RAE, facticio significa «artificial»
Este trastorno implica síntomas físicos inexplicables que traen un malestar significativo y un
gran deterioro funcional. Un paciente que padece este trastorno crea deliberadamente los
síntomas de una enfermedad orgánica o exagera sus síntomas e impide la cura porque
necesita una atención permanente del personal médico y puede llegar a someterse a
operaciones y estudios innecesarios con tal de mantener su rol de enfermo. El riesgo es que
termine enfermándose realmente.3 Por ejemplo, un paciente que toma intencionadamente un
fármaco que le produce determinada sintomatología pero lo niega al momento de la consulta,
los médicos desconocen, así, el verdadero origen de su patología y el paciente puede terminar
enfermándose en serio.
La OMS los considera pacientes peregrinos ya que van de hospital en hospital. La OMS lo
distingue de la simulación (ficticio, fingido o falso) porque en el caso de la simulación, el
paciente tiene como objetivo un beneficio o una ganancia específica, por ejemplo, ser
declarado inimputable para no ir a prisión, o recibir una indemnización laboral. Otro ejemplo
sería el de un adolescente que finge un dolor de cabeza o de estómago para no concurrir a un
examen.
Una enfermedad fingida no es un trastorno facticio. En ese caso no existe ninguna patología
psiquiátrica real. En cambio, el trastorno facticio implica siempre un grado de psicopatología.
En el DSM IV aparece con la nomenclatura F68.1 Trastorno facticio.
Como estos pacientes se presentan con quejas orgánicas son primero tratados por médicos
generales. Son pocos los casos en los que se les ocurre derivarlos a un psiquiatra.
En muchos casos es complicado hacer el diagnóstico diferencial, sobre todo cuando
aparecen síntomas psiquiátricos y psicológicos superpuestos a los orgánicos.
El trastorno facticio es considerada una enfermedad mental. Sin embargo, no suelen
responder a los tratamientos psiquiátricos porque prefieren mantener su enfermedad.8

Criterios diagnósticos
Para poder diagnosticar este trastorno el paciente debe presentar una producción intencionada
de síntomas médicos, sean estos físicos o psicológicos, debe desear asumir el rol de enfermo
y no puede aparecer ningún incentivos externo que explique ese deseo de hacerse pasar por
enfermo, o sea que no se trata de una simulación consciente que le permitiría, por ejemplo,
salvarse de la cárcel o que le reportaría un beneficio económico.
Se trata siempre de pacientes difíciles porque los hallazgos médicos no son consistentes con
una enfermedad orgánica conocida y el personal de la salud no logra descubrir el origen de
la enfermedad. Eso incluye una amplia utilización de la atención médica y es llamativo el
hecho de que el tratamiento y los intentos de tranquilizar al paciente resulten
contraproducentes lo cual genera muchos sentimientos de frustración en el médico. 2
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial debe realizarse con la enfermedad orgánica y física verdadera y
con el trastorno mental verdadero. Es importante diferenciarlo del trastorno somatomorfo y
de la simulación.

Clasificación
Se pueden clasificar en distintos subtipos

 Trastornos facticios con predominio de signos y síntomas psicológicos [300.16].


 Trastornos facticios con predominio de signos y síntomas físicos [300.19].
 Trastornos facticios con combinación de signos y síntomas psicológicos y físicos
[300.19].

Trastornos esquizofrénicos y otras psicosis


Esquizofrenia

Este trastorno se caracteriza por distorsiones fundamentales y típicas de la percepción,


del pensamiento y de las emociones, estas últimas en forma desembotamiento o falta de
adecuación de las mismas. En general, se conservan tanto la claridad de la conciencia como
la capacidad intelectual, aunque con el paso del tiempo pueden presentarse déficits
cognoscitivos. El trastorno compromete las funciones esenciales que dan a la persona normal
la vivencia de su individualidad, singularidad y dominio de sí misma. El enfermo cree que
sus pensamientos, sentimientos y actos más íntimos son conocidos o compartidos por otros
y pueden presentarse ideas delirantes en torno a la existencia de fuerzas naturales o
sobrenaturales capaces de influir en los actos y pensamientos del individuo afectado. Este se
siente el centro de todo lo que sucede.
Son frecuentes las alucinaciones, especialmente las auditivas, que pueden comentar
la propia conducta o los pensamientos propios del enfermo. Suelen presentarse además otros
trastornos de la percepción: los colores o los sonidos pueden parecer excesivamente vividos
o tener sus cualidades y características alteradas y detalles irrelevantes de hechos cotidianos
pueden parecer más importantes que la situación u objeto principal. La perplejidad es
frecuente ya desde el comienzo, la cual suele acompañarse de la creencia de que las
situaciones cotidianas tienen un significado especial, por lo general siniestro y dirigido contra
el propio enfermo.
En el trastorno del pensamiento característico de la esquizofrenia los aspectos
periféricos e irrelevantes de un concepto, que en la actividad mental normal están soterrados,
afloran a la superficie y son utilizados en lugar de los elementos pertinentes y adecuados para
la situación. Así el pensamiento se vuelve vago, elíptico y oscuro y su expresión verbal es a
veces incomprensible. Son frecuentes los bloqueos e interpolaciones en el curso del
pensamiento y el enfermo puede estar convencido de que un agente extraño está grabando
sus pensamientos. Las características más importantes de la afectividad son la
superficialidad, su carácter caprichoso y la incongruencia. La ambivalencia y el trastorno de
la voluntad se manifiestan como inercia, negativismo o estupor. Pueden presentarse también
síntomas catatónicos.

El comienzo puede ser agudo, con trastornos graves del comportamiento conductal o
insidioso con un desarrollo gradual de ideas y de una conducta extraña. El curso también
presenta una gran variabilidad y no es inevitablemente crónico y deteriorante. Un porcentaje
de casos, que varía en las diferentes culturas y poblaciones, evoluciona hacia una
recuperación completa o casi completa. Ambos sexos se afectan aproximadamente por igual,
pero el comienzo tiende a ser más tardío en las mujeres.

Trastorno Esquizofreniforme

Las características esenciales de este trastorno son idénticas a las de la esquizofrenia


excepto en dos diferencias: la duración total de la enfermedad es de mínimo de 1 mes, y
máximo de 6 meses; y por otra parte, no se requiere que exista deterioro de la actividad social
y laboral, aunque puede haberlo. Para diagnosticar el trastorno esquizofreniforme se puede
hacer de dos maneras, por una parte, se diagnostica el trastorno cuando el episodio ha durado
entre 1 y 6 meses, y el sujeto está recuperado; y por otra parte, se le aplica dicho diagnóstico
sin que hayan transcurridos los 6 meses, pero en este caso, el diagnóstico debe calificarse de
provisional, ya que aún no se sabe si el paciente se recuperará dentro de esos 6 meses
establecidos, por lo que si la alteración persiste, deberá cambiarse el diagnóstico por el de
esquizofrenia.

Trastorno Esquizoafectivo

Trastornos episódicos en los cuales tanto los síntomas afectivos como los
esquizofrénicos son destacados y se presentan durante el mismo episodio de la enfermedad,
preferiblemente de forma simultánea o al menos con pocos días de diferencia entre unos y
otros. No es clara aún su relación con los trastornos del humor (afectivos) ni con los trastornos
esquizofrénicos típicos. Los enfermos que sufren episodios esquizoafectivos recurrentes, en
particular aquellos cuyos síntomas son de tipo maníaco, más que de tipo depresivo,
generalmente se recuperan completamente y sólo rara vez desarrollan un estado defectual.

Trastorno Delirante

Grupo de trastornos caracterizado por la aparición de un único tema delirante o de un


grupo de ideas delirantes relacionadas entre sí que normalmente son muy persistentes, y que
incluso pueden durar hasta el final de la vida del individuo. El contenido del tema o conjunto
de ideas delirantes es muy variable. A menudo es de persecución, hipocondriaco o de
grandeza, pero también puede referirse a temas de litigio o de celos o poner de manifiesto la
convicción de que una parte del propio cuerpo está deformada o de que otros piensan que se
despide mal olor. Lo más característico es que no se presente otra psicopatología, pero
pueden aparecer de modo intermitente síntomas depresivos y, en algunos casos,
alucinaciones olfatorias y táctiles. Las voces alucinatorias, los síntomas esquizofrénicos tales
como las ideas delirantes de ser controlado, el embotamiento afectivo y la presencia de una
enfermedad cerebral son incompatibles con este diagnóstico.
Sin embargo, alucinaciones auditivas ocasionales o transitorias, no típicamente
esquizofrénicas y que no constituyen una parte principal del cuadro clínico, no excluyen el
diagnóstico en enfermos ancianos. Suele comenzar hacia la edad media o avanzada de la
vida, pero algunas veces, especialmente en casos de creencias sobre deformaciones del
cuerpo, surge en el inicio de la madurez. El contenido de las ideas delirantes y el momento
en el que aparecen y suele poder tener relación con algunas situaciones biográficas
significativas, por ejemplo, ideas delirantes de persecución en personas que pertenecen a
minorías sociales. Fuera del comportamiento directamente relacionado con el tema de las
ideas o sistema delirante, son normales la afectividad, el lenguaje y el resto de la conducta.

Trastorno Psicótico Breve

La principal característica del trastorno psicótico breve es una alteración que implica
el inicio súbito, de cómo mínimo, uno de los siguientes síntomas positivos: ideas delirantes,
alucinaciones, lenguaje desorganizado o comportamiento catatónico o gravemente
desorganizado. Esta alteración, dura, por lo menos, 1 día, pero debe durar menos de 1 mes,
para luego el sujeto acabar recuperando por completo el nivel de funcionamiento previo. Esta
alteración no puede ser atribuible a un trastorno del estado del ánimo con síntomas psicóticos,
a un trastorno esquizoafectivo o a una esquizofrenia, y no puede ser atribuido a los efectos
directos de ninguna sustancia o enfermedad médica.

Trastorno Psicótico Compartido

La característica esencial de este trastorno consiste en una idea delirante que se


desarrolla en el sujeto implicado en una relación con otra persona, a la que suele denominarse
inductor o caso primario, que padece un trastorno psicótico con ideas delirantes. El sujeto
pasa a compartir las creencias delirantes del inductor en parte o en su totalidad.

La idea delirante no debe explicarse mejor por la presencia de otro trastorno psicótico
(como por ejemplo, esquizofrenia) ni de un trastorno del estado de ánimo con síntomas
psicóticos y no es debida a los efectos de ninguna sustancia o enfermedad médica. El
contenido de las creencias delirantes compartidas dependerá del diagnóstico del caso
primario. Normalmente, el caso primario es el dominante en la relación, y gradualmente va
imponiendo el trastorno a la otra persona. Si la relación con la persona inductora es
interrumpida, las creencias delirantes de la otra persona suelen disminuir e incluso pueden
llegar a cesar.
Aunque lo más común es que este trastorno aparezca entre dos personas, puede ocurrir
que este trastorno se presente en un número mayor de individuos. Es raro que los sujetos que
padecen este trastorno busquen ayuda profesional.

Trastornos del estado de ánimo


La depresión y el trastorno bipolar (también conocido como depresión maníaca), son
enfermedades muy tratables. Desafortunadamente, muchas personas no reciben la ayuda que
necesitan por no comprender los problemas asociados a estas enfermedades o por el miedo
asociado con el estigma. Las siguientes son breves descripciones de la depresión y el
trastorno bipolar. Para obtener información más a fondo, asegúrese de ver nuestras páginas
sobre depresión y trastorno bipolar.
Depresión: No Está Solamente en su Cabeza
Todos, en diferentes momentos de la vida, nos sentimos tristes o melancólicos. Es normal
sentirse triste en algunas ocasiones. A veces esta tristeza es producto de los sucesos que se
presentan en su vida: se muda a una ciudad diferente y deja atrás a sus amigos, pierde su
empleo o un ser querido muere. Pero ¿cuál es la diferencia entre un sentimiento "normal" de
tristeza y el sentimiento causado por la depresión clínica?
 Magnitud en los cambios del estado de ánimo: La depresión es más que un simple
mal humor.
 Duración del estado de ánimo: Un mal humor normalmente desaparece en unos
días, pero la depresión dura dos semanas o más.
 Efectos que produce el estado de ánimo en su vida: Un mal humor no le impide ir
a trabajar, a la escuela o pasar el rato con los amigos. La depresión lo puede privar de
hacer estas cosas e incluso puede hacer que no desee salir de la cama.
A pesar de que es normal que las personas experimenten altos y bajos en sus estados de ánimo
a lo largo de sus vidas, aquéllos que sufren depresión clínica experimentan síntomas
específicos a diario por dos semanas o más, lo cual les dificulta hacer su trabajo, ir a la escuela
o mantener relaciones con otras personas.
La depresión clínica es una enfermedad tratable marcada por cambios en el estado de ánimo,
el pensamiento y el comportamiento. Esa es la razón por la que es llamada trastornos en el
estado de ánimo .
Personas de todas las edades, razas, grupos étnicos y clases sociales sufren de depresión.
Aunque ésta puede aparecer a cualquier edad, la enfermedad a menudo se desarrolla entre
los 25 y 44 años. El porcentaje de mujeres que sufre depresión durante toda la vida es de 24
por ciento y de 15 por ciento en los hombres.
Trastorno Bipolar: Más que un Cambio del Estado de Ánimo
El trastorno bipolar (también conocido como depresión maníaca), es una enfermedad tratable
marcada por cambios extremos en el estado de ánimo, el pensamiento, la energía y el
comportamiento. Es conocido como trastorno bipolar porque el estado de ánimo de una
persona puede cambiar en los "polos" de manía (estado de ánimo alto y elevado) y depresión
(estado de ánimo bajo y depresivo). Este cambio del humor o "cambio del estado de ánimo"
puede durar horas, días, semanas o incluso meses. Estos "altos" y "bajos" del estado de ánimo
con frecuencia son temporales. Muchas personas que sufren de trastorno bipolar manifiestan
sentir síntomas de depresión con mayor frecuencia en el invierno y de manía con mayor
frecuencia en la primavera.
El trastorno bipolar afecta a casi seis millones de adultos estadounidenses. Al igual que la
depresión y otras enfermedades graves, el trastorno bipolar también puede afectar de manera
negativa a los cónyuges y parejas, familiares, amigos y compañeros de trabajo. Por lo general,
comienza en la última etapa de la adolescencia (a menudo aparece como depresión durante
los años de adolescencia), aunque puede empezar en la niñez temprana o hasta a los 40 ó 50
años. Un igual número de hombres y mujeres desarrollan esta enfermedad y ésta se encuentra
entre todas las razas, grupos étnicos y clases sociales. La enfermedad tiende a ser hereditaria
en las familias.
Los Trastornos del Estado de Ánimo Son Tratables
La mayoría de las personas que sufren de trastornos del estado de ánimo pueden encontrar
tratamientos adecuados para ellos. La terapia del habla, los medicamentos o una combinación
de ambos ayudan a la persona a sentirse mejor y a hacer cambios en situaciones que pudieran
estar influyendo en su enfermedad (abuso de las drogas, relaciones nocivas, etc.)
Trastornos mentales orgánicos
La Décima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), de 1992, de la OMS,
considera como Trastornos Mentales Orgánicos (TMO) a un amplio, variado y complejo
conjunto de desórdenes psicológicos y conductuales que se originan en una pérdida o
anormalidad de la estructura y/o función del tejido cerebral. Fueron llamados anteriormente
síndromes orgánicos cerebrales.
Esta disfunción puede ser calificada como primaria, en el caso de enfermedades, lesiones o
daños que afectan el cerebro de un modo directo y selectivo, o secundaria, cuando otras
enfermedades sistémicas o alteraciones orgánicas determinan el mal funcionamiento
cerebral. Los trastornos cerebrales secundarios al consumo de sustancias (incluyendo
alcohol), lógicamente, pertenecen a este grupo, pero por conveniencia taxonómica se les
considera en una sección aparte.
La Asociación Psiquiátrica Americana (USA) en 1994, en su cuarta revisión de los trastornos
mentales (DSM IV), propone que el término mental orgánico no sea usado, pues parecería
implicar el concepto erróneo de que algunos desórdenes mentales no incluidos en este grupo,
como la esquizofrenia, la psicosis maníaca, y otros, no estarían relacionados con procesos o
factores biológicos.
SINTOMATOLOGÍA
Se distinguen dos categorías de síntomas:
a) Síntomas básicos o propios del trastorno. Tales son:
- Alteraciones del estado de la conciencia: incapacidad para fijar la atención y desorientación
en todas las esferas.
- Alteraciones cognoscitivas: compromiso de la memoria reciente, deterioro intelectual,
mengua del juicio y comprensión.
- Alteraciones de la afectividad: pérdida del control afectivo, labilidad emocional.
b) Síntomas accesorios o facultativos (que pueden o no presentarse), se vinculan al
funcionamiento de la personalidad premórbida y a conflictos psicosociales actuales. Pueden
ser:
- Compensatorios, como respuesta de adaptación a los síntomas primarios, tales como el
aislamiento, la perseveración, el orden exagerado, la fabulación. De fallar este intento de
adaptación pueden presentarse actitudes inadecuadas de dependencia, regresión, negación de
la enfermedad, rechazo al tratamiento, u otros que suelen llevar a un estado de invalidez.
Síntomas de tipo neurótico; como ansiedad, depresión, fobias, obsesiones; o de tipo psicótico,
como ideas delusivas, generalmente de contenido paranoide, pseudopercepciones, u otros.
Esta sintomatología se presenta mayormente con síntomas primarios leves o moderados.
CLASIFICACIÓN
Atendiendo al tipo de síntomas los T.M.O. pueden diferenciarse en dos grupos principales:
a) Con predominio de síntomas básicos, en los cuales destacan los disturbios de las funciones
cognoscitivas (memoria, inteligencia, capacidad de aprendizaje) o los del sensorio
(alteraciones de la conciencia y atención).
b) Con predominio de sintomatología accesoria o facultativa, en los cuales las
manifestaciones cognoscitivas o sensoriales son mínimas o difíciles de comprobar, siendo lo
más destacable las alteraciones de la percepción (alucinaciones), del contenido del
pensamiento (ideas delusivas), del humor y de las emociones (depresión, euforia ansiedad),
o de los rasgos generales de la personalidad y formas del comportamiento.
De un modo más específico, la CIE-10 establece las siguientes entidades clínicas:
1. Demencia
2. Delirium
3. Síndrome amnésico
4. Alucinosis orgánica
5. Trastorno catatónico orgánico
6. Trastorno delusivo orgánico
7. Trastorno afectivo orgánico
8. Trastorno de ansiedad orgánico
9. Trastorno disociativo orgánico
10. Trastorno de labilidad emocional orgánico
11. Trastorno cognoscitivo leve
12. Trastorno orgánico de la personalidad y del comportamiento
13. Trastorno mental orgánico o sintomático sin especificación
Según Lipowski, la Demencia y el Delirium, son síndromes con alteración simultánea y
global de todas las funciones cognoscitivas, aunque no en el mismo grado, debido a patología
cerebral difusa.
Los síndromes amnésicos, alucinosis y trastorno de la personalidad y del comportamiento de
origen orgánico, pueden ser selectivos o parciales de acuerdo a la anormalidad o menoscabo
psicológico dominante. La etiología es más focal que difusa y tiene un cierto valor
diagnóstico de localización e implicancia terapéutica, para compensar este defecto
circunscrito.
Los síndromes delusivos, afectivos y otros, pueden no tener rasgos evidentes de organicidad
(síntomas primarios), pero se les vincula a un trastorno orgánico por que la presencia de una
enfermedad sistémica, daño o disfunción cerebral se relaciona con su inicio, desarrollo y
recuperación. Si desaparece el factor orgánico desaparece la sintomatología.
El DSM-IV señala dos grandes grupos de trastorno de causa orgánica:
1. Delirio, demencia, trastornos y otros desórdenes cognitivos, señalando sus variedades, y
2. Trastornos mentales debidos a un Estado Médico General
DESCRIPCIÓN CLÍNICA DE LOS TRASTORNOS MENTALES ORGÁNICOS
SEGÚN LA CIE-10.
1. DEMENCIA
Viejo término, antiguamente usado como sinónimo de locura, ahora significa síndrome
adquirido debido a enfermedad del cerebro; usualmente de naturaleza crónica o progresiva,
aunque a veces, reversible. Sin etiología específica ni trastorno obligado de conciencia, hay
un déficit más o menos global y de diverso grado de las funciones cognoscitivas, que son las
que permiten el procesamiento de la información mental mediante la obtención,
almacenamiento, organización y utilización del conocimiento intelectual. Este déficit es, a
veces, precedido o acompañado por un deterioro del control emocional y alteraciones en la
personalidad. Puede darse junto a un estado de delirium, aunque en otros casos, mientras
aquel no desaparezca, no debe hacerse diagnóstico de demencia.
Los síntomas fundamentales son:
- Pérdida global de la capacidad intelectual premórbida, en grado tal que causan una mengua
en el adecuado funcionamiento social y laboral; hay pérdida del pensamiento abstracto
(interpretación concreta de refranes, incapacidad de establecer similitudes y diferencias),
dificultades en la comprensión de palabras y razonamiento y, además, reducción en el flujo
de ideas.
- Deterioro de la memoria reciente (incapacidad de registro, almacenamiento y recuperación
de nueva información, por ejemplo, incapacidad de recordar 3 objetos después de 5 minutos),
el cual tiene gran importancia clínica por ser uno de los primeros síntomas en aparecer y se
manifiesta, usualmente, en olvidos de números, de direcciones, conversaciones, citas, etc.;
posteriormente, en casos severos, se pierde también información vinculada al pasado del
paciente (ocupación, aniversarios familiares, etc.) Estos trastornos llevan
a desorientación, primero en el tiempo, y posteriormente en el espacio y persona.
- Mengua del juicio y pérdida del control de impulsos y emociones, especialmente cuando
hay compromiso de los lóbulos frontales, que se expresa en incapacidad para hacer planes
razonables frente a problemas diversos, lenguaje grosero, bromas y conducta inadecuados;
descuido del aspecto personal y del cumplimiento de normas sociales.
- Cambios en la personalidad, sea con acentuación de sus rasgos (irritable, histriónico,
compulsivo, etc.) o alteración de los mismos (de activo y sociable a retraído y aislado; de
meticuloso y ordenado a descuidado, etc.).
- Aunque no hay alteración de conciencia, existe dificultad en variar el foco de atención de
un tópico a otro, siendo por tanto difícil atender más de un estímulo a la vez, fracasando en
la conversación con varias personas.
- Puede acompañarse de alteraciones de las funciones corticales superiores tales como afasia,
apraxia, agnosia y dificultad constructiva, las que tienen cierto valor para localizar la
disfunción cerebral.
1.1 Inicio, Curso y Pronóstico. Al comienzo o en casos leves, la sintomatología se presenta
sólo en situaciones que requieren un alto rendimiento intelectual y suelen aparentar un mero
estado de fatiga o frustración que conduce al abandono de tareas.
En la práctica se considera demencia cuando el trastorno comienza a los 18 ó más años,
aunque teóricamente puede comenzar a cualquier edad por lesión de un cerebro previamente
normal. A menor edad, debe diferenciarse del retardo mental. Rara vez comienza antes de
los 40 años; es más frecuente a partir de los 60, y más aún, en la vejez. En los países
desarrollados, con numerosa población anciana, la incidencia de demencia se está
incrementando generando un grave problema de salud pública.
La forma de comienzo puede ser brusca, a raíz de un paro cardíaco, de un traumatismo
encéfalo craneano o una encefalitis; con mayor frecuencia es insidiosa o gradual como en la
enfermedad de Alzheimer, enfermedades cerebro vasculares o hipotiroidismo. La OMS
postula el criterio de que para hacer un diagnóstico clínico confiable de demencia, los
síntomas y pérdidas anteriormente descritos deben tener por lo menos 6 meses de evolución.
La intensidad de la sintomatología clínica no está en relación directa con el grado de daño
cerebral; los trastornos cognoscitivos pueden, en cierto grado, modificarse y compensarse.
Diversos factores, tales como un buen nivel premórbido de inteligencia, una buena
adaptación psicosocial, sin estrés, ansiedad o depresión, o un ambiente motivador y de apoyo,
pueden hacer pasar desapercibido un severo daño cerebral; la aparición de la sintomatología,
es decir, la descompensación cerebral, puede ocurrir luego de una jubilación, retiro, despojo
de bienes, desamparo u otras situaciones.
El curso puede ser:
- Con frecuencia progresivo e irreversible, sea continuo (enfermedad de Alzheimer) o
escalonado (demencia por múltiples infartos)
- Reversible, mejorando gradualmente en semanas, meses o años en relación con la etiología
y el tratamiento.
- Estacionario
1.2 Etiología y Clasificación. Según la zona de alteración funcional pueden ser corticales o
subcorticales; y, según la etiología, vasculares o no vasculares.
Tomando en cuenta estas 4 condiciones, se puede clasificar todos los tipos de demencia. Las
más importantes, por su mayor frecuencia son:
a) Enfermedad de Alzheimer. Es una demencia cortical no vascular (más o menos un 50%
de todas las demencias) cuya etiología, aún no bien comprendida, lleva a un trastorno
degenerativo primario cortical con lesiones histopatológicas muy características, a veces con
un factor hereditario importante (las de inicio precoz y evolución más rápida). Se inicia en
las edades presenil y senil, y su frecuencia aumenta en relación con la edad; su curso es
progresivo e irreversible y lleva a la muerte; al comienzo hay una precoz alteración del
lenguaje (afasia) que es, quizá, anterior a los trastornos de memoria y al deterioro intelectual;
el diagnóstico se hará descartando otros tipos de demencia, sean de origen vascular o
asociadas a otras enfermedades sistémicas, intoxicaciones, etc. No tiene tratamiento
específico.
b) Demencia vascular. Ocupa el segundo lugar en frecuencia. Es una demencia vascular,
cortical y subcortical. Anteriormente se le llamó, impropiamente, arterioesclerótica. Para su
diagnóstico es necesario evidenciar, por exámenes auxiliares de neuroimagen, un daño
cerebrovascular, principalmente múltiples infartos que comprometen la corteza y también la
sustancia blanca; por ejemplo, tromboembolias de las pequeñas arterias penetrantes de la
cerebral media que van a los ganglios basales y lóbulos frontales y que determinan signos y
síntomas focales neurológicos. Clínicamente, el inicio es brusco y el deterioro escalonado y
desigual (recuperación de los episodios iniciales pero acumulación gradual de déficit
neurológicos hasta llegar a la demencia) la conciencia de enfermedad y la capacidad de juicio
y personalidad pueden estar relativamente conservadas. Suelen presentarse, además:
hipertensión arterial y soplos carotídeos; labilidad emocional y estados depresivos
(especialmente si los infartos son más en el hemisferio izquierdo y en el lóbulo frontal); y
episodios transitorios de confusión o de delirium.
Las demencias tipo Alzheimer y la vascular resultan muy difíciles de diferenciar sólo por el
examen clínico. Ambas entidades pueden coexistir en un mismo paciente.
c) Demencias debidas a otros trastornos médicos. Pueden comenzar en cualquier período
de la vida, pero rara vez en la edad avanzada. Deberá, descartarse las demencias de Alzheimer
y vascular así como la existencia de una depresión mayor. Está asociada temporalmente con
el comienzo, exacerbación o remisión del trastorno médico del cual depende y cuya etiología
puede ser debida a:
- Alteraciones estructurales en el cerebro, focalizadas o difusas, tales como en las
enfermedades de Parkinson, Huntington o Pick, en tumores cerebrales, hematoma subdural,
hidrocéfalo de presión normal u otros.
- Infecciones por virus (SIDA) y otras debidas a parasitosis cerebral.
- Abuso de alcohol y drogas.
- Traumatismos encéfalocraneanos.
- Otros trastornos médicos generales, endocrinos, nutricionales, renales o hepáticos.
1.3 Diagnóstico diferencial. Se hará con el delirium, la esquizofrenia, los desórdenes
afectivos mayores y la pseudodemencia psicógena y depresiva. Teniendo en consideración
las características clínicas de estos cuadros, se diagnosticará demencia sólo cuando la
severidad del deterioro intelectual interfiera con un buen funcionamiento social u
ocupacional.
2. DELIRIUM
Síndrome transitorio que tiene una duración de horas o días, mayormente una semana, rara
vez un mes, cuyo síntoma fundamental es un estado de anublamiento oentorpecimiento de
la conciencia, es decir, una dificultad de identificar y reconocer el entorno, de estar vigilante.
Aunque el paciente está despierto responde a los estímulos en forma inadecuada; como
consecuencia hay desorientación en el tiempo, lugar, persona, dificultad en fijar la atención,
mantenerla o cambiarla voluntariamente, siendo fácil la distracción por estímulos
irrelevantes; hay incapacidad de registro en la memoria reciente, por lo cual, pasado el
síndrome, habrá una laguna amnésica de lo sucedido, total o parcial, según las fluctuaciones
del trastorno. El pensamiento es fragmentado e inconexo (lenguaje incoherente, embrollado).
Con frecuencia hay psicopatología accesoria:
- Alteraciones perceptivas del tipo de falsos reconocimientos, ilusiones, alucinaciones
(frecuentemente visuales).
- Interpretación delusional de la realidad.
- Estados emocionales inadecuados sin control de impulsos; por ejemplo, miedo e intento de
huida creyendo reconocer algún peligro; ira y agresión ante presuntas amenazas; estados de
euforia, depresión, etc.
- También son frecuentes disturbios del ciclo sueño-vigilia, con insomnio en las noches y
agravamiento nocturno del síndrome y somnolencia en el día; pesadillas, pensamiento
oniroide (ensueños en vigilia).
La actividad motora puede ser de hiperactividad (inquietud, agitación), como sucede en el
delirium tremens por abstinencia alcohólica o en la suspensión brusca del consumo de
barbitúricos en un paciente dependiente; otras veces, es hipoactividad, con apatía y
somnolencia que puede llegar al estupor; en realidad, son los polos de un continuum que va
de un aumento del "despertar" del sistema reticular activador a una disminución del mismo,
pero en ambos casos, con desorganización de la actividad cortical y pérdida de la claridad de
conciencia y de los procesos de información.
Los síntomas neurológicos son relativamente escasos; puede presentarse tremor, mioclonía,
trastornos afásicos y signos autonómicos como taquicardia, sudoración, vasocongestión
facial, hipertensión arterial, y otros.
2.1 Inicio, Curso y Pronóstico. Un delirium puede comenzar con síntomas prodrómicos de
ansiedad, inquietud, hiperestesia sensorial (luz, ruidos), dificultad para pensar, insomnio.
Evoluciona en forma intermitente, es decir, fluctúa, aún en el mismo día; típicamente es más
pronunciado en la noche; hay intervalos de mayor lucidez, durante minutos u horas en que el
paciente está más atento y vinculado al ambiente.
El pronóstico puede ser:
- Recuperación completa de la función premórbida.
- Muerte en relación a una evolución negativa de los factores causantes del delirio.
- Transición hacia la demencia u otro síndrome orgánico, cuando el trastorno cerebral se hace
persistente.
- Rara vez evoluciona hacia otro trastorno psiquiátrico no orgánico, como psicosis paranoide
o esquizofrenia.
Para referirse al delirium, algunos autores emplean los términos Síndrome Cerebral Agudo,
Psicosíndrome Agudo, Estado Confusional Agudo, Encefalopatía Metabólica (que deben ser
considerados como sinónimos).
2.2 Etiología. Al igual que en otros T.M.O., la etiología del delirium es multifactorial (ver
Etiopatogenia).
Son factores predisponentes:
- Historia de delirium previo.
- Inmadurez o senilidad del cerebro. (aunque puede presentarse a cualquier edad). Es más
frecuente en niños y después de los sesenta años.
- Antecedentes de lesión cerebral.
- Dependencia a drogas, alcohol o ambos.
Son factores orgánicos causales:
- Intracraneales: epilepsia, alteraciones cerebrales, traumáticas, infecciosas, neoplásicas y
vasculares.
- Extracraneales: ingestión y supresión de drogas como el alcohol, tranquilizantes,
hipnóticos, agentes psicotrópicos (especialmente anticolinérgicos); muchas drogas de uso
médico general para el tratamiento de la hipertensión, convulsiones, parkinson; glucósidos
cardíacos, cimetidina, insulina, esteroides, y otros; envenenamiento por monóxido de
carbono y metales pesados.
- Disfunción endocrina, hipo o hiperfunción, de las glándulas pituitaria, páncreas, adrenal,
paratiroides, tiroides.
- Enfermedades no endocrinas, del hígado (encefalopatía hepática), renales y del tracto
urinario (encefalopatía urémica), pulmonares (hipoxia), del sistema cardiovascular (fallas
cardíacas, arritmias, hipotensión).
Déficit de tiamina.
- Infecciones sistémicas con fiebre y sepsis.
- Desequilibrio electrolítico de cualquier causa.
- Estado post operatorio.
2.3 Diagnóstico diferencial. Se hará con los estados psicóticos, que frecuentemente
presentan sintomatología similar. Delirium y psicosis pueden coexistir en un mismo paciente,
y es necesario insistir en la búsqueda de los síntomas primarios. También un desorden
disociativo puede simular delirium, pero en el examen psicológico y psicopatológico siempre
se detectan inconsistencias que orientan el diagnóstico. Un EEG normal excluye el delirium.
Lipowsky cree útil reconocer un síndrome intermedio entre la demencia y el delirium,
el ESTADO AMNÉSICO CONFUSIONAL SUBAGUDO, en el cual, en ausencia de
anublamiento de la conciencia o sólo con un compromiso moderado de la misma, ocurre una
constelación global de déficit cognoscitivo que, no obstante su comienzo insidioso y curso
continuo, es potencialmente reversible. Basados en estas características, algunos autores la
han denominado demencia reversible (ver capítulo de psicogeriatría). Este síndrome se
presenta con mayor frecuencia después de trastornos cerebrales agudos tales como
traumatismo encéfalo craneano, hemorragia subaracnoidea, encefalitis o en aquellos de
forma insidiosa y crónica como complicaciones de la anemia perniciosa, lesiones expansivas
intracraneales de crecimiento lento, hipotiroidismo, hidrocéfalo de presión normal,
enfermedades hepáticas o renales, intoxicación crónica por barbitúricos, bromuros o plomo,
etc.
3. SÍNDROME AMNÉSICO ORGÁNICO
Es un trastorno selectivo o circunscrito a las funciones de la memoria reciente y remota, con
un grado variable de severidad. No hay alteración del estado de conciencia (delirium) ni
deterioro intelectual (demencia).
El trastorno de la memoria reciente o de corto plazo determina marcada incapacidad para
aprender nueva información (después de unos minutos se olvida un nombre y una dirección,
una oración o secuencia de pares de palabras); no se recuerdan hechos comunes y corrientes
sucedidos en el transcurso de días y semanas (amnesia anterógrada). Como consecuencia,
hay desorientación en el tiempo.
La alteración de la memoria remota o de largo plazo impide el recuerdo de lo aprendido en
el pasado (amnesia retrógrada), se olvidan acontecimientos personales, familiares, históricos;
sin embargo, se recuerda mejor lo más antiguo, y la extensión temporal del período amnésico
disminuye cuando el proceso patológico subyacente tiende a recuperarse.
La memoria inmediata o de fijación (repetición de dígitos) está conservada. Hay un
síntoma asociado frecuente: la confabulación o falsificación del recuerdo, que consiste en
recordar como verídicos, datos incorrectos, relatos de acontecimientos no sucedidos, a veces
fantasías obviamente falsas. La confabulación suele ser transitoria y evoluciona en forma
diferente a la amnesia (se ha sugerido para este síntoma una disfunción del lóbulo frontal).
También se puede presentar pérdida del insight (comprensión) del marcado déficit de
memoria que el paciente trata de minimizar, racionalizar y aún negar. El afecto suele ser
superficial, o mostrar apatía y pérdida de la iniciativa.
3.1 Inicio, Curso y Pronóstico. Varían según la causa del trastorno; la enfermedad puede
ser transitoria, con recuperación total o parcial, o persistente, irreversible y aún de curso
progresivo.
3.2 Etiología. Este síndrome es causado por un daño o disfunción focal del sustrato orgánico
de la memoria: sistema hipotalámico-diencefálico o la porción medial del lóbulo temporal
(cuerpos mamilares, fórnix, hipocampo). Los agentes patógenos pueden ser: deficiencia de
tiamina, frecuente en el alcoholismo crónico (acompañado de neuropatía periférica
constituye el síndrome de Korsakov), enfermedades que comprometan bilateralmente al
hipocampo (a menudo postencefalitis, meningitis tuberculosa, trauma cerebral, infarto de la
región temporal por trombosis o embolias), anoxia cerebral (intento de ahorcamiento, paro
cardíaco, complicaciones anestésicas, intoxicaciones por CO2, hemorragias subaracnoidas,
etc.). Un síndrome amnésico de lenta evolución puede sugerir un tumor cerebral o
enfermedad de Alzheimer.
3.3 Diagnóstico diferencial. El síndrome amnésico debe diferenciarse de los trastornos
psicógenos de la memoria (estados disociativos de amnesia y fuga), caracterizados por sólo
amnesia retrógrada con cierta pérdida de la identidad personal y desencadenados por
conflictos emocionales.
4. ALUCINOSIS ORGÁNICA
Trastorno con sintomatología única y fundamental de alucinaciones, ya sea auditivas,
visuales, táctiles u olfatorias, causado por un factor orgánico específico. Su evolución es
recurrente o persistente. No se diagnosticará alucinosis orgánica cuando haya un estado de
delirium, demencia, esquizofrenia o trastorno afectivo mayor. El síndrome se
considerapsicótico cuando hay convicción de que las alucinaciones son reales e influyen en
el comportamiento del sujeto; y, no psicótico, cuando hay conciencia de que son causadas
por un mal funcionamiento cerebral. Puede haber fluctuaciones entre ambas situaciones.
La alucinosis puede presentarse en alteraciones de los órganos sensoriales, como cataratas
bilaterales, glaucoma y otoesclerosis, generalmente ya tratadas y con una enfermedad
cerebral concomitante; suelen ser crónicas, pero serán de breve duración si son consecuencia
de un trastorno sensorial pasajero. Las alucinaciones auditivas, son las más frecuentes; se
presentan en el alcoholismo crónico (alucinosis alcohólica). Las alucinaciones visuales
pueden presentarse en lesiones cerebrales focales de la región cortical (parieto-occipital)
derecha, en tumores del nervio óptico y del quiasma; por abuso de alucinógenos (LSD,
mescalina), junto a distorsiones de la imagen corporal y sinestesias; por efecto tóxico de
medicamentos como la levodopa, propanolol, efedrina, cocaína, anfetamina, etc.; en
enfermedades como la migraña y arteritis temporal. Las alucinaciones visuales pueden
estructurarse en forma de escenas con pequeñas figuras humanas (liliputienses) o de
animales. Las alucinaciones táctiles son menos frecuentes. En la epilepsia llamada del lóbulo
temporal, las alucinaciones auditivas, visuales o ambas pueden ser lo más destacado, y ser
paroxísticas (como parte de un ictus) con cierto grado de compromiso de conciencia.
El curso y pronóstico depende de la patología cerebral subyacente; puede durar días o
semanas o tener un curso crónico.
El diagnóstico diferencial se hará con el delirium, la demencia, el síndrome delusional
orgánico, la esquizofrenia, los trastornos disociativos, los síndromes afectivos en los cuales
con frecuencia hay síntomas alucinatorios. Hay que tener en cuenta las características
específicas de estos cuadros, y que en la alucinosis orgánica siempre debe encontrarse datos
clínicos o auxiliares de daño orgánico cerebral.
5. TRASTORNO CATATÓNICO ORGÁNICO
Presenta leves alteraciones en el área cognitiva, siendo lo más característico la presencia de
síndromes catatoniformes (estupor, agitación, estereotipias, negativismo). Las encefalitis y
las intoxicaciones con monóxido de carbono son los factores etiológicos más frecuentes en
este trastorno.
El diagnóstico diferencial debe hacerse con la esquizofrenia catatónica en la que no suelen
encontrarse trastornos cognitivos ni enfermedades orgánicas concomitantes.
6. TRASTORNO DELUSIVO ORGÁNICO (esquizofreniforme)
Se caracteriza por el predominio de delusiones, generalmente de contenido paranoide, sin
compromiso de conciencia y con evidencia de factores orgánicos. Como síntomas
secundarios puede observarse (no siempre) moderada alteración de la cognición,
manifestaciones esquizofreniformes como perplejidad, excentricidad en el vestir y lenguaje
incoherente; además, anormalidades psicomotoras como hiperactividad o apatía, conducta
ritualista o estereotipada. Si el síndrome es causado por el uso de sustancias químicas como
las anfetaminas, las delusiones pueden ser sistematizadas. Se observa también en
enfermedades generales que afectan el SNC, tales como en la epilepsia del lóbulo temporal,
Corea de Huntington y lesiones del hemisferio no dominante. La aparición de un cuadro
delusivo que por primera vez debuta en la edad media de la vida, impone descartar casualidad
orgánica cerebral.
El diagnóstico diferencial se hará con la esquizofrenia paranoide y con los estados
paranoides no orgánicos, en base a la historia clínica, las pruebas psicológicas, y otros
exámenes auxiliares que puedan evidenciar un factor orgánico específico.
7. TRASTORNO AFECTIVO ORGÁNICO
Trastorno caracterizado por variaciones del estado de ánimo, ya sea depresión o manía,
motivado por factores orgánicos cerebrales. No hay demencia, delirio, alucinosis ni
delusiones. De intensidad variable, puede llegar a tener manifestaciones psicóticas
moderadas o severas. A veces, es difícil diferenciarlo de un episodio afectivo mayor. Pueden
asociarse, ocasionalmente, alucinaciones y delusiones.
Se suele presentar:
- En un número apreciable de enfermedades generales que actúan como agentes etiológicos
de cuadros depresivos o maníacos: hipotiroidismo, Síndrome de Cushing, Síndrome de
Addison, hepatitis, anemia, desnutrición, carcinoma, procesos infecciosos generales como
tifoidea o tuberculosis; también en trastornos cerebrovasculares.
- Por uso de medicamentos: reserpina, clonidina, metildopa, cortisona, anfetamínicos,
antidepresivos tricíclicos, IMAOS, ansiolíticos, fenotiazinas y otros antipsicóticos.
- Por uso de sustancias psicoactivas. En nuestro medio: pasta básica de cocaína, cannabis,
clorhidrato de cocaína, inhalantes, alcohol, y alucinógenos.
Los síntomas afectivos se explican como una respuesta psicopatológica producida por la
interferencia directa de los procesos bioquímicos y neurofisiológicos que regulan el estado
de ánimo.
El diagnóstico diferencial se hace con los otros trastornos afectivos, en base a la historia
clínica y a la evidencia del factor orgánico específico.
8. TRASTORNO DE ANSIEDAD ORGÁNICO
El cuadro es similar al de Trastorno de Pánico o de Angustia Generalizada pero en este caso
la sintomatología es causada por un factor orgánico específico que debe determinarse. El
diagnóstico no se hará en estado de Delirium. Generalmente se debe a factores endocrinos o
uso de sustancias psicoactivas; por ejemplo, hipo o hipertiroidismo, feocromocitoma,
hipoglicemia o hipercortisolismo, intoxicación por drogas estimulantes, alcohol o
tranquilizantes; tumores cerebrales localizados en la zona del tercer ventrículo o cercanos a
él y en epilepsia de origen diencefálico. Otras causas pueden deberse a embolia pulmonar,
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, intolerancia a la aspirina, enfermedad del
colágeno y brucelosis. Deficiencia de B12, enfermedad desmielinizante e intoxicación por
metales pesados, son causas menos probables de cursar con angustia como único síntoma,
pero tal eventualidad puede ocurrir.
El diagnóstico diferencial se hará con los Trastornos de Angustia o de Pánico verdaderos,
tan frecuentes en psiquiatría pero que no reconocen una etiología orgánica.
9. TRASTORNO DISOCIATIVO ORGÁNICO
Presenta diversas disfunciones cognoscitivas, entre las cuales destaca la pérdida parcial o
completa de la integración normal entre ciertos recuerdos del pasado y la conciencia de la
propia identidad, de manera que la información que se recibe no se integra al resto de la
experiencia. Suele presentarse en conexión etiológica con los más diversos trastornos
médicos (intoxicaciones, traumas, tumores, etc.).
Se debe hacer el diagnóstico diferencial con el trastorno disociativo, siendo un dato
importante la personalidad premórbida y la presencia o ausencia de enfermedad orgánica.
10. TRASTORNO DE LABILIDAD EMOCIONAL ORGANICO
Se trata de un estado caracterizado por labilidad emocional persistente y fatigabilidad; se
presenta con mayor frecuencia en la enfermedad vásculocerebral.
11. TRASTORNO COGNOSCITIVO LEVE
Se caracteriza por una disminución del rendimiento cognoscitivo que puede incluir deterioro
de la memoria, dificultad de aprendizaje y de concentración; este trastorno puede preceder,
acompañar o suceder a infecciones o trastornos somáticos cerebrales o sistémicos muy
diversos
12. TRASTORNO ORGÁNICO DE LA PERSONALIDAD Y DEL
COMPORTAMIENTO
Es el conjunto de alteraciones o cambios de los rasgos de la personalidad que pueden seguir
o acompañar a una enfermedad, daño, o disfunción cerebral, a menudo focal. No diagnosticar
este síndrome es uno de los errores más serios cometidos por un psiquiatra.
Los cambios observables son:
Alteración en la expresión de emociones (deficiente o excesiva). Se presenta labilidad
emocional, estados de euforia y jocosidad que pueden pasar bruscamente a la apatía y crisis
de llanto o irritabilidad y, aun, explosiones de cólera y agresión; éstos suelen ser motivados
por estímulos mínimos. Hay cierto grado de desinhibición de impulsos y satisfacción de
necesidades sin importar las normas sociales establecidas (robos, requerimientos sexuales
inapropiados, voracidad al comer, descuido de la presencia e higiene personal, etc.). Algunos
suelen tener poca motivación e iniciativa para comenzar y completar acciones. Los defectos
cognitivos son casi exclusivos en el área de la planificación de las propias acciones con
incapacidad de valorar sus probables consecuencias personales y sociales. Las diferentes
alteraciones de personalidad están en relación con la localización y tipo de patología cerebral.
En relación con factores etiológicos se ha descrito los dos siguientes síndromes:
- Síndrome postencefalítico. Después de una encefalitis de origen vírico o bacteriano, puede
quedar una sintomatología residual de trastornos del comportamiento, muy variables y en
relación con la edad del sujeto al momento de la infección. A menudo es reversible.
- Síndrome postconmocional. Se presenta después de un traumatismo encéfalo-craneano
que generalmente ha producido pérdida de conciencia. La sintomatología, muy variada,
incluye cefalea, mareo (sin vértigo), irritabilidad, cansancio, baja del rendimiento intelectual,
deterioro de memoria, poca tolerancia al stress emocional. Los factores psicológicos son muy
importantes para determinar estados de ansiedad, depresión e hipocondría.
El curso y pronóstico de los trastornos orgánicos de personalidad depende de la etiología;
si es transitoria (drogas u otras sustancias) o si es persistente, secundaría a daño estructural
del cerebro.
El diagnóstico diferencial se hace con los desórdenes primarios de la personalidad, el
síndrome delusional orgánico y los desórdenes afectivos, en base a la historia clínica, las
características del cuadro y, específicamente, por la evidencia de organicidad.
El DSM IV distingue los siguientes tipos de trastornos orgánicos de la personalidad:
- Lábil, caracterizado por labilidad emocional.
- Desinhibido, con gran dificultad en el control de impulsos.
- Agresivo, con predominio de las pulsiones agresivas.
- Apático, con una marcada indiferencia y apatía.
- Paranoide, con desconfianza, suspicacia e ideación delusiva.
- Tipo mixto, en la que se combinan los caracteres anteriores.
- Otro tipo, cuando se manifiestan otras características.
ETIOPATOGENIA DE LOS TRASTORNOS MENTALES ORGÁNICOS.
Lipowski considera que la compleja manifestación del cuadro clínico se debe a la estrecha
interacción de múltiples factores inherentes a:
1. La causa orgánica o agente
2. El paciente o huésped y
3. El ambiente externo
1. LA CAUSA ORGÁNICA
Es el agente que causa disfunción metabólica del cerebro, daño en su estructura o ambos, y
es condición necesaria para la aparición del síndrome. En su modo de acción debemos tomar
en cuenta:
1.1 Grado de fuerza. Se refiere a la mayor cantidad o intensidad en la acción del agente: así,
el mayor grado de hipoglicemia, hipoxia, toxina circulante, etc., o la mayor severidad de un
traumatismo encéfalo craneano, aumentarán la probabilidad de disfunción cerebral.
1.2 Simultaneidad de varios factores patógenos. Tal como sucede en quemaduras severas,
cirugía, infecciones, etc. Así, por ejemplo, en el delirium postquirúrgico, se aúnan los factores
de estrés por la intervención, dolor postoperatorio, insomnio, medicación antálgica,
desequilibrio electrolítico, infección, fiebre y pérdida sanguínea. Factores de toxemia,
hipoxia, alteraciones del Ph sanguíneo potencian su efectividad y pueden causar un síndrome
de delirio. En un anciano, un infarto cardíaco causa hipotensión arterial que lleva a un estado
de delirium en un 13% de casos.
1.3 Extensión o amplitud del compromiso cerebral. El daño o disfunción cerebral puede
ser:
a). De tipo global o generalizado, tal como en la insuficiencia metabólica cerebral por déficit
en el aporte de oxígeno, glucosa, vitaminas y otros substratos esenciales; o en las
encefalopatías metabólicas de origen hepático, renal, pulmonar, etc.; o en los trastornos
estructurales generalizados, sean degenerativos o vasculares y que causan los síndromes de
delirium, estado confusional y/o demencia.
b). De tipo localizado o selectivo; así, la acción sobre la región reticular del tallo cerebral
causa entorpecimiento de la conciencia; algunas drogas y virus tienen afinidad específica por
el sistema límbico; el LSD 25 produce una hipersincronía en el hipocampo; la falta de tiamina
daña las estructuras diencefálicas provocando un síndrome amnésico.
1.4 Modo de acción. Si la alteración es repentina e intensa (crisis hipertensiva,
hipoglicémica, hipocalcémica) o rápidamente progresiva (invasión de una neoplasia
maligna), se puede producir grados variables de entorpecimiento de conciencia, delirium o
crisis convulsiva. Si el cambio es lento y prolongado (crecimiento de un tumor cerebral,
hematoma subdural crónico, intoxicación crónica con barbitúricos o monóxido de carbono,
hipotiroidismo crónico, anemia perniciosa, deficiencia nutricional prolongada, procesos
degenerativos del sistema nervioso central) o si los trastornos patológicos se repiten a
menudo (traumatismos cefálicos en boxeadores, reiterados infartos cerebrales, crisis
hipoglicémicas), se presentará una psicopatología de inicio gradual y de curso subagudo o
crónico, de tipo demencia, a veces irreversible. Si el trastorno patológico es único
(intoxicación por CO2, paro cardíaco, un TEC), resultará un grado de déficit psicológico
estacionario, sea global o selectivo, que salvo casos muy severos, puede ser compensado
permitiendo una buena adaptación y competencia. La patología de un curso irregular como
en los cuadros cerebro vasculares, resulta incierta e impredecible y en los estados iniciales
puede dar lugar a depresiones severas y/o ansiedad, a veces con tendencias suicidas. Pueden,
además, presentarse síntomas psicóticos.
2. FACTOR HUÉSPED
Se refiere a las variadas características de cada paciente, tales como:
2.1 Edad. El factor etiológico tiene efectos psicopatológicos diversos según la edad del
paciente. En un niño, adolescente, o adulto joven frente a un TEC, tumor cerebral, infección
o intoxicación, son frecuentes las manifestaciones de tipo delirium o estados confusionales,
con somnolencia e irritabilidad. Los daños irreversibles, moderados o leves tienden a causar
trastornos de conducta y déficit cognoscitivos circunscritos más que una demencia o
síndrome amnésico. Entre los 40 y 60 años se incrementa la tendencia a la patología crónica
cerebral acompañada o no de trastorno cognoscitivo. Es una regla dictada por la experiencia
clínica considerar que toda persona con más de 40 años, que presenta un cambio de
personalidad, tiene algún tipo de enfermedad cerebral, primaria o secundaria, de inicio
reciente, a menos que se demuestre lo contrario. Después de los 60 años, en que es común
un grado variable de degeneración cortical compensado, es frecuente que en relación con
factores orgánicos o psicológicos aparezcan alteraciones cognitivas que no se producirían
con un cerebro normal. Infecciones respiratorias, urinarias, anestesia general, deshidratación,
drogas, estrés psicológico, en un anciano, suelen causar un delirium que, si no recibe
tratamiento adecuado, puede convertirse en déficit permanente.
2.2 Grado de vulnerabilidad personal. Los mismos factores orgánicos o de estrés
psicosocial, en personas de la misma edad, determinan diferentes tipos y severidad de
respuestas patológicas según la susceptibilidad de la persona afecta, lo que podría deberse a
una predisposición genética y/o a factores adquiridos neurofisiológicos o psicológicos; son
ejemplos, la conducta agresiva en casos de embriaguez patológica en personas con daño del
lóbulo temporal por TEC; los estados de delirium y síntomas alérgicos con dosis terapéuticas
de digoxina, antidepresivos tricíclicos, ansiolíticos, penicilina; el delirium y alucinosis
desencadenados por la abstinencia de alcohol, barbitúricos o sedantes en personas
dependientes.
2.3 Factores de Personalidad. Es evidente que muchas personas tienen una predisposición
psicológica permanente para responder con sintomatología cognoscitiva o psicótica a una
amplia variedad de factores que deterioran el normal funcionamiento cerebral. Hay factores
estructurados de la personalidad que parece tienen importancia predisponente como aquellos
relativos al campo perceptivo cognitivo y a síntomas de ansiedad por empleo inadecuado de
los mecanismos de defensa del ego.
2.4 Patología orgánica preexistente. El antecedente de daño cerebral de cualquier origen
predispone al delirium; igualmente, la presencia de enfermedades sistémicas crónicas
renales, cardiovasculares, autoinmunes, hepáticas o pulmonares, favorecen estados de
delirium, confusionales o demenciales. La deprivación del sueño y/o su fragmentación puede
iniciar un delirium, especialmente en ancianos.
3. FACTOR AMBIENTE
El exceso o defecto de la estimulación sensorial, el aislamiento social (pérdida de contactos
interpersonales), poca familiaridad con el medio circundante (hospitalización, cambio de
casa, por ejemplo) puede causar algún grado de deterioro cognoscitivo o anormalidad de
conducta en una persona con deficiente proceso de información por daño cerebral. La
población anciana es la más vulnerable a estas influencias ambientales que pueden facilitar
el comienzo de un delirium o agravarlo.
DIAGNÓSTICO
Los trastornos mentales orgánicos deben ser diagnósticados en clínica, con un amplio
conocimiento de su complejidad real y en forma sistemática, es decir, siguiendo árboles de
decisiones diagnósticas. Es necesario, a veces, el trabajo conjunto del psiquiatra, médico
general, neurólogo, neuropsicólogo y, quizá, del neurocirujano. El diagnóstico tiene dos
etapas:
1. Diagnóstico Sindrómico
Por los datos de la anamnesis y del examen mental se identificarán los síndromes
psicopatológicos de causa orgánica descritos, siguiendo los criterios diagnósticos
establecidos para cada caso, considerando no sólo el agrupamiento de síntomas y signos
específicos, sino su forma de inicio, curso y evolución en el tiempo y su respuesta terapéutica.
Se deberá establecer el diagnóstico diferencial, con entidades clínicas que tengan
sintomatología similar.
2. Diagnóstico Etiológico
El tipo de síndrome orienta a grandes rasgos sobre el factor causal; así, por ejemplo, en el
delirium se pensará en una alteración generalizada, bioquímica o metabólica; en la demencia,
alteraciones en la estructura cerebral; y, en los síndromes amnésicos, de alucinosis o de
alteración de la personalidad, en una patología más o menos localizada. No hay una relación
específica entre un determinado factor etiológico y el tipo de síndrome resultante. Este puede
ser la vía final común de diversas etiologías, por ejemplo, un delirium puede ser causado por
una infección, intoxicación, alteración metabólica, TEC, tumoración cerebral, etc.; y a la vez,
un mismo factor etiológico (por ejemplo un tumor) puede causar diversos síndromes, como
delirium, demencia, síndrome amnésico, alucinosis, trastornos de personalidad, etc.
Debe considerarse:
2.1 Datos de amannesis. Es importante averiguar historia de alcoholismo, consumo de
drogas, barbitúricos, trastornos de conciencia previos, (shock, paro cardíaco, convulsiones,
TEC, etc.), enfermedades metabólicas (diabetes, hipotiroidismo, etc.), infecciones,
parasitosis, intoxicación, etc.
2.2 Estudio clínico. Comprende: examen médico general, examen neurológico, que debe
incluir la búsqueda de reflejos de prensión, succión, palmomentoniano y otros que son muy
sugerentes de alteración cerebral difusa bilateral; examen mental; cuando sea necesario,
examen neuropsicológico, especialmente de las funciones corticales superiores (afasias,
agnosia, apraxia, y otras).
2.3 Exámenes auxiliares.
a). Exámenes de laboratorio: hematológico, bioquímica sanguínea, dosaje de hormonas,
líquido céfalorraquideo, etc. como ayuda al diagnóstico de procesos médicos subyacentes.
b). Electroencefalografía, convencional o computarizada, de gran ayuda para distinguir
entre delirium (fondo de actividad de ondas lentas, difusas) y otras psicosis funcionales y
trastornos episódicos. En la demencia, el EEG presenta alteraciones precoces pero
inespecíficas, y ayuda a descartar una pseudodemencia depresiva; un cuadro de demencia
bien establecido con un EEG normal o con muy ligera alteración, nos orienta a una
enfermedad de Alzheimer.
c). Exámenes radiológicos. La radiografía simple de cráneo da signos valiosos sólo en muy
contados casos. La tomografía axial cerebral computarizada (TAC), simple y contrastada,
es un valioso examen que ayuda a encontrar lesiones cerebrales con desplazamiento de
estructuras. Está indicada cuando el estudio de un paciente sugiere: 1) anormalidad focal en
el examen neurológico, 2) EEG con anormalidad focal o generalizada, 3) demencia, 4) estado
confusional persistente inexplicable, 5) convulsiones, 6) historia de ataques de rabia o
conducta agresiva, 7) pruebas psicológicas que denotan organicidad, 8) historia poco común
de cefalea.
- Imagen por resonancia magnética. Ahora más usada que la TAC, con más o menos
iguales indicaciones, es el método ideal para evaluación del S.N., tiene la ventaja de no
someter al paciente a radiación y da una imagen de mejor definición y contraste en tejidos
blandos, siendo muy útil en el diagnóstico de hemorragias e infartos cerebrales, aún pequeños
y multifocales, quistes, etc.
- Las pruebas psicológicas. Se empleará aquellas que permiten detectar organicidad. No
hacen el diagnóstico pero pueden confirmarlo; son útiles el de Bender (capacidad de percibir
y copiar exactamente ciertos dibujos); el de Benton, similar pero con intervención de la
memoria visual; en la prueba de inteligencia de Weschler, la escala de memoria tendrá
puntajes más bajos que la del cociente intelectual.
- Otros exámenes del cerebro, como el estudio poligráfico del sueño de interés en
diagnóstico diferencial (por ej. una demencia se inicia con marcada disminución de la
densidad del REM, mientras en la depresión hay gran aumento). Actualmente existe (aunque
aún no en el Perú) nueva tecnología para visualizar la dinámica del funcionamiento cerebral
mediante la inyección de sustancias marcadas, glucosa, oxígeno, etc., como el PET
(Tomografía por emisión de Positrones)
TRATAMIENTO
El interés creciente por el tratamiento de los T.M.O. está estrechamente vinculado al progreso
en el conocimiento de los factores etiológicos. Un enfoque total del problema de los TMO
supone tomar en consideración lo siguiente:
a) Prevención Primaria. Tendiente a impedir la acción de los agentes causales sobre el
S.N.C., tanto por educación de la comunidad cuanto por el empleo de acciones específicas
que eviten la intoxicación, infección, traumatismo, desnutrición, etc. Son un ejemplo, la
prevención de la demencia por múltiples infartos, que en un 75% de casos se puede evitar
con el control y tratamiento de la hipertensión arterial y, también, el control de otros factores
de riesgo que pueden evitar su progreso, tales como la hiperlipidemia, diabetes, enfermedades
cardíacas y alcoholismo. La prevención del delirium tremens en alcohólicos crónicos,
mediante el uso de benzodiazepinas o neurolépticos en los periodos de disminución o
supresión del alcohol, ya que sólo en estas circunstancias se presenta el delirium.
b) Prevención Secundaria. Referida al diagnóstico precoz de los diferentes trastornos
orgánicos enunciados y a su tratamiento adecuado e inmediato, según sea el caso. Se puede
diferenciar dos tipos de tratamiento:
- Etiológico o específico, referido al tratamiento, en cuanto sea posible, de los procesos
patológicos primarios causales mediante el empleo de técnicas médicas o quirúrgicas
apropiadas. En la demencia, que siempre es un proceso patológico y no un "achaque de la
vejez", hay un 10 a 15% de casos tratables, potencialmente reversibles, (meningeomas,
tumores, hematoma subdural, carencia de B12, intoxicación farmacológica, disfunción
tiroidea, hidrocefalia, meningoencefalitis subagudas, etc.). Los casos de seudodemencia
depresiva se benefician con un adecuado tratamiento antidepresivo. En el delirium es básico
encontrar y tratar la causa médica subyacente (enfermedades, intoxicaciones, infecciones,
etc.)
- Inespecífico, de otros factores, sintomáticos, de comportamiento y ambientales. En la
demencia, por ejemplo, tratándose de un trastorno mayormente crónico, al lado del
tratamiento médico general y de otros síntomas psiquiátricos accesorios que puedan
presentarse, es necesario conformar un equipo profesional-familiar para enseñar la
comprensión de la enfermedad y definir los cuidados del paciente, considerando además los
problemas psicosociales. En el delirium, por ejemplo, es necesario cuidar un buen balance
de líquidos y electrolitos, la nutrición, etc.; tratar con psicofármacos los estados de agitación,
delusiones, alucinaciones, etc. (con frecuencia benzodiazepinas, haloperidol, con pocos
efectos cardiovasculares); crear un ambiente sencillo, sin exceso ni privación de estímulos
sensoriales (luz, ruido, etc.), con personas cercanas al paciente para que lo orienten
constantemente y lo cuiden de accidentes y otras complicaciones.
c) Prevención Terciaria. Se refiere a un programa de rehabilitación psiquiátrica. Se evaluará
la personalidad premórbida y el grado en que los trastornos neuropatológicos y
psicopatológicos han determinado pérdida de capacidades, fijándose una estrategia que
utilice los recursos personales y sociales aún disponibles, con la finalidad de evitar la
invalidez, hospitalizaciones innecesarias y lograr, hasta donde sea posible, una readaptación
a la vida familiar, ocupacional y social.

Trastornos de la personalidad y del control de los impulsos


I. Trastornos De La Personalidad:
Son caracterizado por patrones conductales que son inflexibles y desadaptativos. Estos
trastornos causan dificultades personales y sociales, angustia o problemas de
funcionamiento.
También aparecen deficiencias temperamentales o aberraciones, rigidez al tratar con los
problemas de la vida y percepción defectuosa de sí mismo y de los demás.
Estos trastornos son difíciles por tres razones:
1. Muchas personas muestran rasgos que son caracterizado por la suspicacia, dependencia,
sensibilidad al rechazo o compulsividad.
2. Debido a que los síntomas de un trastorno de personalidad también puede ser igual a otros
trastornos, por eso el diagnóstico diferencial a menudo es un problema.
3. Los clínicos que emiten un dictamen puede no adherirse a los criterios diagnostico.
Los trastornos de personalidad por lo general se vuelven evidentes durante
la adolescencia.
El DSM-IV en lista 10 trastornos de la personalidad específicos y son reunidos entre grupos
dependiendo de sí pueden ser caracterizados:
1.a. Trastornos Caracterizados Por Conducta O Excéntricas.
Este grupo se incluye: la personalidad paranoide esquizoide y esquizotípica.
1.a.1 Trastornos Paranoide De La Personalidad:
Muestran desconfianza y suspicacia aguda de los demás e interpretan sus motivos como
malévolos.
1.a.2 Trastornos Esquizoide De La Personalidad:
Esta marcado principalmente por el aislamiento social. Las personas con este trastorno tienen
una historia larga de deterioro del funcionamiento social. A menudo son descritos como
solitarios y retraídos.
1.a.3 Trastornos Esquizotípico De La Personalidad:
Las personas muestran deficiencias sociales e interpersonales marcadas en las relaciones
intimas, muchos creen poseer capacidad de pensamientos mágicos o poderes especiales.
Estas personas parecen tener problemas para pensar y percibir, muestran aislamiento social,
hipersensibilidad y afecto.
2.a Trastornos Caracterizado Por Conductas Dramáticas Emocionales O Erráticas.
Se caracteriza por conductas dramáticas, emocionales o erráticas incluye 4 trastornos de
personalidad: Histriónica, narcisista, antisocial y limítrofe.
2.a.1 Trastornos Histriónico De La Personalidad:
Las personas se empeña en una autodramatización en la expresión exagerada de las emociones
y en conductas que buscan llamar la atención.
Expresan una cordialidad y encanto superficiales, las personas histriónica es típicamente
superficial y egocéntrica.
2.a.2 Trastornos Narcista De La Personalidad:
Las características implican un sentido exagerado de importancia de sí mismo y una necesidad
excesiva de ser admirado.
2.a.3 Trastornos Antisocial De La Personalidad:
Entre los patrones conductales antisociales, crónicos tenemos la
irresponsabilidad, la mentira, usar a otra persona y la conducta sexual
agresiva.
Las personas con este trastorno no pueden ajustarse a las normas sociales o los preceptos
legales y muestran poca culpa por su mal proceder.
2.a.4 Trastornos Límite De La Personalidad:
Es manifestado por impulsividad y fluctuaciones intensas en el estado de ánimo, autoimagen y
relaciones interpersonales. Las personas con este trastorno a menudo tienen sentimientos
crónicos de vacuidad, conductas o gestos suicidas recurrentes y relaciones interpersonales
inestables e intensas.
3.a Trastornos Caracterizados Por Conductas Ansiosas O Temerosas.
Son trastornos de personalidad caracterizados por conductas ansiosas o temerosas, incluye a las
personalidades evitativa, dependiente y obsesivo- compulsiva.
3.a.1 Trastornos De La Personalidad Por Evitación:
Se caracteriza por una hipersensibilidad al rechazo potencial la humillación y la vergüenza.
Tiene auto estima baja y son recios a entrar en relaciones sociales sin una garantía de
aceptación sin crítica a los demás.
3.a.2 Trastornos De La Personalidad Por Dependencia:
Son las personas que no están dispuestas a sumir responsabilidad debido a una incapacidad para
funcionar y tomar decisiones de manera independiente, carecen de seguridad en sí misma y
subordinan sus necesidades a los demás.
3.a.3 Trastornos Obsesivo- Compulsivo De La Personalidad:
Se muestra una capacidad limitada para expresar afecto o sentimientos cariñosos, asociado con
un perfeccionismo excesivo, obstinación, indecisión y devoción por los detalles.
2. Trastornos Antisocial De La Personalidad:
Se denomina personalidad sociopática o psicopática. Las personas con
Personalidades antisocial muestran una despreocupación por la reglas sociales y morales
convencionales.
2.1 Explicaciones Del Trastorno Antisocial De La Personalidad:
Las personas antisociales, en apariencia son incapaces de aprender de la experiencia pasada.
Realizan conductas antisociales a pesar de la crítica y desprecio de los demás la ruptura de las
relaciones personales íntimas y los encuentros frecuentes con las autoridades legales.
Existen las teorías de la etiología de la personalidad:
1. Teorías Psicoanalítica:
La ausencia de culpa y la violación frecuente de las normas morales éticas
en los psicópatas son el resultado de un desarrollo defectuoso del super yo.
2. Teorías Familiar Y De Socialización:
Las relaciones dentro de la familia son de una importancia en el desarrollo
de patrones antisociales.
Perspectivas Biógenas.
El trastorno antisocial es más común entre los parientes biológicos. Otra forma es la influencia
genética notada en la personalidad antisocial entre personas adaptadas con padres biológicos
antisociales.
Anormalidad Del Sistema Nervioso Central.
Algunas investigadores dicen que las personalidades antisociales tienden a poseer una actividad
anormal de las ondas cerebrales. Tal vez la patología cerebral inhibe la capacidad de aquellos
con personalidades antisociales para aprender como evitar el castigo y por consiguiente son
incapaces de aprender de la experiencia.
Anormalidades Del Sistema Nervioso Autónomo.
La incapacidad de aprender de la experiencia la ausencia de angustia y la conductas de
búsqueda de emociones son características prominentes del trastorno de personalidad
antisocial. Se identifican dos límites de investigación basadas en la suposición de que las
personalidades antisociales tienen deficiencia o anormalidades del sistema nervioso autónomo.
Intrepidez O Carencia De Angustia.
La personalidad antisocial se desarrolla debido a la intrepidez o niveles bajos de angustia. Las
personas que tienen niveles alto de temor evitan los riesgos, el estrés y la estimulación intensa;
las que son relativamente intrépidas buscan emociones y aventuras.
Perspectiva De Excitación De Búsqueda De Sensaciones Y Conductal.
Lukken sugirió que las personalidades antisociales pueden tener deficiencias en el aprendizaje
debido a una angustia mas baja.
Otra investigación realizada por Hare encontró que se necesita un estímulo más intenso para
producir una reacción en psicópatas que en no psicópatas. Los niveles disminuidos de
reactividad de los primeros pueden causar que ejecuten conductas impulsivas de búsqueda de
estímulos para evitar el aburrimiento.
2.b Tratamiento Del Trastorno Antisocial De La Personalidad.
Para el tratamiento se aplican los enfoques tradicionales que requieren de la cooperación del
cliente, el cual no ha sido muy efectivo. También están los fármacos con efectos tranquilizantes
los cuales son útiles para reducir la conducta antisocial.
Tal vez el tratamiento exitoso esta donde la conducta puede ser controlada. También se puede
recurrir a la terapia de grupo intensiva que ayuda a los clientes con personalidades antisociales
en el enfrentamiento requerido.
3. Consideraciones Etiológicas Y De Tratamientos Para Los Trastornos De Personalidad
En General.
Los hombres son diagnosticados con trastornos paranoide obsesivo-
Compulsivo y antisocial de la personalidad con mayor frecuencia que las mujeres, mientras
estas reciben un diagnóstico de trastornos límite, dependiente e histriónica de la personalidad
con mas frecuencia que los hombres.
Los enfoques genético, biológico del aprendizaje, cognoscitivo humanista y familiar
sistemático también han avanzado como marcos de referencia importantes para la comprensión
de estos trastornos. La socialización y educación familiar, aprendizaje y modelamiento,
desarrollo de cogniciones y la cultura contribuyen todos a la personalidad.
4. Tratamientos Del Control De Impulsos.
La categoría que incluye al trastorno: Explosivo intermitente, la
Deptomanía, el juego patológico, la piromanía y la tincotilomanía, los trastornos del control de
impulsos comparten áreas características: Estas personas fallan en resistir un impulso, se
experimenta tensión o excitación antes del acto, después de realizar el acto se siente una
sensación gratificante o alivio.
4.a Trastornos Explosivos Intermitente:
Las personas con este trastornos pierden el control sobre sus impulsos agresivos, lo cual da por
resultado asaltos graves sobre los demás o la destrucción de la propiedad.
La agresividad se sale de proporción por completo. Las personas con este trastorno no muestran
agresividad general.
4.b Cleptomanía:
Implica una falla recurrente para resistir los impulsos de robar objetos.
4.c Juego Patológico:
La característica esencial es la incapacidad para resistir los impulsos de jugar, a pesar de las
consecuencias perjudiciales que a menudo acompañan a la conducta, tales como la ruina
financiera, dedicarse a actividades ilegales para sostener el juego rupturas de la familia o de las
relaciones interpersonales y el sacrificio de las obligaciones y de las responsabilidades.
4.d Piromanía:
Se caracteriza por el inicio deliberado de incendios en más de una ocasión. Los piromaniacos
tienen una fascinación por el fuego y por objetos ardientes.
4.e Tricotilomanía:
Es un trastorno caracterizado por el arrancamiento del propio cabello que da resultado una
notable pérdida del mismo.
4.f Etiología Y Tratamiento De Los Trastornos Del Control De Impulsos.
Las características de los trastornos del control de impulsos parecen ser similares a las
encontradas en otros trastornos; tienen una cualidad obsesivo-compulsiva en la que la persona
siente una compulsión para ejecutar ciertos actos. Los trastornos del control de impulsos tienen
una característica impulsiva. Se asemejan a las de los individuos con trastornos sexuales en el
sentido de que la tensión fascinación y liberación pueden preceder o seguir a los actos.
Es probable que los trastornos del control de impulsos compartan síntomas similares pero
carecen de una causa específica común.
II. Clasificación De la Patología.
La patología la podemos clasificar de la siguiente manera:
1. Los Trastornos De La Personalidad:
Son caracteristizados por patrones conductales que son inflexibles y
desadaptivos que causan un deterioro funcional significativo o angustia subjetiva en el
individuo.
Esto se divide en:
1.a Trastornos De Conductas Rara, O Excéntricas.
Entre estas están:
Paranoide: Suspicacia infundada, hipersensibilidad y poco interés de
confiar en los demás.
Esquizoide: Socialmente aislado, emocionalmente frío, indiferente ante los demás.
Esquizotípico: Pensamiento y conductas peculiares, relaciones interpersonales ante los demás.
1.b Trastornos Dramática, Emocional, Errática.
Entre estos están:
Antisocial: Fracaso en conformarse con los códigos sociales o legales, carencia de angustia y
culpa, conductas irresponsables.
Límite: Fluctuaciones intensas en el estado de ánimo autoimagen y relaciones interpersonales.
Histriónico: Auto dramatización, expresiones emocionales exageradas y conductas de búsqueda
de atención.
Narcista: Sensación exagerada de auto importancia, explotador y carente de empatía.
1.c Trastornos Por Conductas Ansiosas, Temerosa.
Entre estos están:
Por Evitación: Temor al rechazo y a la humillación reacio a entablar
relaciones sociales.
Dependiente: Dependencia de los demás e incapacidad para asumir
responsabilidades.
2. Trastornos Antisocial De La Personalidad:
Se caracteriza por el fracaso en conformarse a las normas sociales y
legales, relaciones superficiales con los demás y una carencia de sentimientos de culpa por el
mal comportamiento.
3. Trastorno De Control De Impulsos:
La persona falla en resistir un impulso o tentación de ejecutar algún acto
que es dañino para la persona o para los demás.
Entre estos están:
3.a Trastornos Explosivo Intermitente:
Son episodios temporales y discretos de pérdida del control sobre
los impulsos agresivos.
3.b Cleptomanía:
Falla recurrente en resistir los impulsos de robar objetos.
3.c Juego Patológico:
Falla crónica y progresiva en resistir los impulsos de jugar.
3.d Piromanía:
Inicio de incendios de liberado y resulto en más de una ocasión.
3.e Tricotilomanía:
Incapacidad para resistir los impulsos de arrancarse el cabello.
III. Características.
Los trastornos Inflexibles Y Desadaptables Se Caracterizan Por:
Patrones inflexibles y desadaptativos.
Suspicacia.
Poca confianza en los demás.
Socialmente aislado.
Indiferente a los demás.
Fluctuaciones en el estado de ánimo.
Expresiones emocionales exageradas.
Sensación de autoimportanacia.
Temor al rechazo.
Dependencia de los demás.
De roción por los detalles y rigidez.
Los trastornos Antisocial De La Personalidad se caracteriza Por:
Fracaso en conformarse a las normas sociales.
Relaciones superficiales.
Carencia de sentimientos de culpa.
Sienten poca angustia.
Están pocos motivados.
Los Trastornos De Control De Impulsivos Se Caracterizan Por:
No resisten impulsos o tentación.
Perdida del control de los impulsos agresivos.
Roban objetos por simple emoción.
No resisten los impulsos de jugar
No se resisten al fuego les encanta.
Tienen impulsos de arrancarse el cabello.
IV. Tratamiento.
En los trastornos de personalidad es conveniente realizar terapias que hagan ver a los
pacientes las posibilidades de poder salir de sus problemas estas terapias contribuyen a
realizar una integración de los pacientes con su entorno.
En los trastornos antisocial de la personalidad es conveniente que se realicen los tratamientos
tradicionales, los cuales se realizan con la cooperación del cliente. Pero estos tratamientos no
son muy efectivos por eso no son tan recomendados. Dependiendo del caso se recomienda
fármacos que tienen efectos tranquilizantes.
Estos tratamientos sirve para reducir la conducta antisocial pero estos tratamientos no son tan
efectivos en todos las personas, ya que en algunas puede darse efectos secundarios tales como
visión borrosa letargo y trastornos neurológicos los cuales pueden complicar al paciente que
tiene este tipo de trastorno.
Se habla de un tratamiento donde la conducta pueda ser controlada; se habla de programas de
tratamiento que proporcionan suficiente control de tal modo que aquellos con personalidades
antisociales no puedan evitar enfrentar su incapacidad para formar relaciones íntimas y
cercanas y el efecto de sus conductas con los demás es posible que la terapia sea una de las
formas de controlar este tipo de problema.
En los trastornos de control de impulsos tenemos que los métodos conductal y cognoscitivo
conductal han sido exitosos en forma moderada. En estos se les enseña a los pacientes a
reconocer los estados de tensión que conducen a la conducta, los hace realizar una
autodeclaraciones, a ensayar respuestas alternativas o asociar su conducta con consecuencias
aversivas.
También se habla del enfoque cognoscitivo en el tratamiento puede ser benéfico para ayudar a
cambiar, también se habla de los enfoques orientados hacia el conocimiento interior dándole la
sensación de culpa.
También se habla de poner en contacto a los pacientes con su cólera o formas de enfrentar la
cólera de una manera productiva.
La aplicación de enfoques multimodales que implican a la familia y a los amigos e incluso a
asociaciones pueden ser beneficio.

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