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Conocimientos previos
Antes de hacer cualquier procedimiento la enfermera debe tener conocimientos
sobre la temperatura corporal, cuando es normal, elevada o baja.
Elevada
44 °C o más - Es casi seguro que la muerte se producirá; sin embargo, se
sabe que la gente llega a sobrevivir hasta los 46,5 °C.
43 °C - Normalmente la muerte, o puede haber graves daños cerebrales,
convulsiones continuas y shock. Es probable que se produzca un colapso
cardiorrespiratorio.
42 °C - El sujeto puede ponerse pálido o permanecer enrojecido. Puede
entrar en coma, estar en delirio grave, vomitar y pueden producirse
convulsiones. La presión sanguínea puede ser alta o baja y la frecuencia
cardíaca será muy rápida.
41 °C - (Emergencia médica) - Pueden producirse desmayos, vómitos, dolor
de cabeza intenso, mareos, confusión, alucinaciones, delirio y somnolencia.
También puede haber palpitaciones y falta de aire.
40 °C - Pueden producirse desmayos, deshidratación, debilidad, vómitos,
dolor de cabeza, dificultad para respirar y mareos, así como sudoración
intensa. Comienza a ser una amenaza para la vida.
39 °C - Sudoración severa, enrojecimiento. Frecuencia cardíaca rápida y
falta de aire. Puede haber agotamiento acompañando a esto. Los niños y
las personas con epilepsia pueden ser muy proclives a tener convulsiones
en este momento.
38 °C - (Clasificada como hipertermia si no es causada por una fiebre) -
Sentirse caliente, sudar, tener sed, sentirse muy incómodo, tener un poco
de hambre. Si esto es causado por la fiebre, también puede haber
escalofríos.
Normal
El rango comúnmente registrado de temperaturas corporales normales va
de 36,5 a 37,5 ºC.
Baja
36 °C - Sentir frío, escalofríos de leves a moderados. La temperatura
corporal puede bajar a este nivel durante el sueño. Puede ser una
temperatura corporal normal.
35 °C - (La hipotermia es menor de 35 °C) - Escalofríos intensos,
entumecimiento y coloración azulada/grisácea de la piel. Existe la
posibilidad de irritabilidad del corazón.
34 °C - Escalofríos intensos, pérdida de movimiento de los dedos,
coloración azulada y confusión. Pueden producirse algunos cambios de
comportamiento.
33 °C - Confusión de moderada a grave, somnolencia, reflejos reducidos,
pérdida progresiva de escalofríos, ritmo cardíaco lento, respiración
superficial. Los escalofríos pueden cesar. El sujeto puede no responder a
ciertos estímulos.
32 °C - (Emergencia médica) - Alucinaciones, delirio, confusión total,
somnolencia extrema que se vuelve progresivamente comatosa. No hay
escalofríos (el sujeto puede incluso pensar que está caliente). El reflejo
puede estar ausente o ser muy leve.
31 °C - Comatoso, muy pocas veces consciente. No hay reflejos o son muy
leves. Respiración muy superficial y ritmo cardíaco lento. Posibilidad de
problemas graves de ritmo cardíaco.
28 °C - Es probable que se produzcan graves alteraciones del ritmo
cardíaco y que la respiración se detenga en cualquier momento. El paciente
puede parecer estar muerto.
24-26 °C o menos - La muerte suele ocurrir debido a la irregularidad de los
latidos del corazón o a un paro respiratorio; sin embargo, se sabe que
algunos pacientes han sobrevivido con temperaturas corporales tan bajas
como 14,2 °C.
Hay señales corporales no verbales que pueden indicar que un individuo está
experimentando una baja temperatura corporal, que pueden ser utilizadas para
aquellos con disfasia o para los niños. Entre los ejemplos de indicios no verbales
de frío figuran la quietud y el letargo en relación con el movimiento quinesiológico,
los estornudos, la palidez inusual de la piel en los caucásicos y, en los hombres, la
contracción y el encogimiento del escroto.
El sitio adecuado para colocar el termómetro
Esto viene a cuento porque precisamente se estima que la temperatura puede
variar hasta un grado dependiendo del punto donde coloquemos el termómetro, de
modo que creamos que no tenemos fiebre cuando en realidad hemos cruzado el
umbral. De todos modos la medición no es el único patrón, ya que debemos tener
también en cuenta la sintomatología. Además la variación media no suele superar
el medio grado.
Recto: es la zona donde tenemos una medición más exacta de la
temperatura corporal, de modo que en uno o dos minutos podemos tener
las medidas exactas. Se utiliza sobre todo en bebés y niños pequeños. En
adultos tiene el inconveniente de la comodidad y la higiene.
Vagina: da buenas medidas pero tiene el inconveniente de que puede
presentar alteraciones por la ovulación, además de ser una zona muy
incómoda. De todos modos se utiliza para medir la temperatura basal y
calcular el periodo de fertilidad de cara a aumentar las probabilidades de
fecundar el óvulo.
Ingles: En un caso similar se encuentra la ingle en el caso de los hombres,
aunque los testículos también pueden alterar la medición, dado que suelen
tener una temperatura menor a la corporal. Por ello hay que procurar que
no entren en contacto con el termómetro.
Boca: es otra zona donde se obtienen medidas bastante precisas en corto
espacio de tiempo, aunque de nuevo es incómodo y la saliva nos puede
alterar un tanto la medición al no ser un buen transmisor del calor.
Axila: es la medición más cómoda y por tanto la más utilizada, a la par que
la más inexacta; requiere un mayor tiempo para determinar la temperatura y
puede ser entre medio y un grado más baja que en el recto.
PRECAUCIONES
Tanto el calor y el frio son agentes lesivos para la piel del individuo, por tanto y
como normas generales debemos tener en cuenta las siguientes precauciones:
No poner en contacto directo con la piel, para ello proteger con algún elemento
que impida el contacto directo y que permita al mismo tiempo el efecto
beneficioso perseguido (gasas, telas, etc)
En la aplicación de calor por radiaciones, en el uso de las lámparas se dejara
al descubierto únicamente la zona afectada. Entre el cuerpo y la lámpara debe
haber un mínimo de 60cm de distancia. El tiempo de exposición será prescrito
por el médico.
Hay que tener en cuenta que los efectos del calor aplicado de forma local tiene
más repercusiones sobre la piel. Los resultados óptimos del tratamiento
aparecen a los 20 o 30 minutos tras su aplicación. Cuando continuamos el
tratamiento corremos el riesgo de desencadenar una vasoconstricción en el
paciente, así como una lesión térmica; a esta situación se puede llegar cuando
la aplicación excede de una hora.
El frío aplicado localmente produce vasoconstricción en la zona de aplicación y
adyacentes, es decir, disminuye el calibre de los vasos sanguíneos. La
repercusión que tiene en la zona de aplicación es que disminuye el aporte de
sangre a los tejidos. La piel se torna pálida y fría.
Asegurarse que el paciente tiene fiebre.
No poner nunca hielo sobre la piel.
En enfermos con trastornos circulatorios, valorar la conveniencia de la
aplicación de frío.
Valorar la tolerancia habitual al frío del paciente.
- Los medios físicos no aplicarlos directamente sobre la piel, poner ropa de
cama entre éstos y el paciente. Las bolsas de hielo no administrarlas más de
30 minutos.
- En pacientes pediátricos la hipertermia puede producir convulsiones. Evitar
también los descensos bruscos de temperatura pues produce el mismo efecto.
- Los medios físicos no aplicarlos directamente sobre la piel; poner ropa de
cama entre éstos y el paciente.
- Vigilar tiempo de exposición a los medios físicos para evitar quemaduras.