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ALUMNA:
CARRION QUINTANA MARIANGELICA
CENTENO HANCCO MARISOL
CHOQUE HUAYTAN YANETH
HUAMAN MENENDEZ MAXIMINA
MENDOZA SANDOVAL PATRICIA
SANTIAGO HINOSTROZA NATALIA
SERPA SARAVIA MARIANELA
CURSO:
PROBLEMA DE APRENDIZAJE II
DOCENTE:
ZAIDA ESPICHAN
CARRERA:
PSICOLOGIA
CICLO:
VIII
LIMA-2017
AGRADECIEMIENTO:
Agradecemos a Dios por haber permitido
Llegar a nuestro objetivo y agradecer a
Nuestro profesor por brindarnos
Su conocimiento y apoyo del mismo modo
Agradecer a nuestra familia.
INDICE
1.-INTRODUCION
2.-CONTENIDO
3.-CONCLUSIONES
4.-FUENTES DE INFORMACION
1.- INTRODUCCION
3. CONTENIDO
Etapa escolar
*Problemas de atención
*Comienzan los problemas de rendimiento académico.
*Parecen inteligentes pero inatentos con menos actividad motora, registrándose
mayor impulsividad.
Impulsividad
¿Qué es?
Definir las normas ,definir y trabajar las normas de la clase y las consecuencias de su
incumplimiento, estando esta información a la vista. ¸ recordar las normas
frecuentemente.
Definir y estructurar normas personalizadas, como permitirle que muestre sus tareas al
profesor.
¸ Hacer que diga las normas específicas de cada situación en voz alta antes de iniciarse.
ESPERAR Y PENSAR.
Hiperactividad
¿Qué es?
Es una cantidad excesiva de actividad motora o verbal en relación con lo
esperable para la edad y situación concreta en la que se encuentra el sujeto. Es una
pauta de actividad excesiva en aquellas situaciones que requieren inhibición
motora.
• Son torpes. Se les rompen las cosas, se les caen los objetos, son poco cuidadosos y
ruidosos.
• Se implican en actividades más peligrosas.
• Tienen accidentes con frecuencia.
• Son incontrolables, y en ocasiones molestos.
• Distorsionan el ritmo de la clase.
• Estas circunstancias provocan el rechazo de compañeros y adultos.
• Repercute en la adquisición de los aprendizajes escolares.
MITOS DE LA HIPERACTIVIDAD
Hay muchos mitos sobre el TDAH, la gente opina sin saber, y todos "saben" cómo
cambiar el comportamiento descontrolado del niño. Generalmente la familia, amigos y
profesores tienden a culpar consciente o inconscientemente a los padres. Esto es una
defensa natural ante una situación difícil del niño. Lo lógico es buscar la respuesta en un
problema de los padres o de la familia.
En el presente trabajo veremos algunos de estos falsos mitos. Ya que Nuestro objetivo
es reducir el estigma del TDAH y favorecer su reconocimiento y detección precoz.
Así podremos prevenir y evitar que los niños sufran los síntomas durante años antes de
recibir un diagnóstico correcto y el tratamiento que está disponible. El tratamiento del
TDAH es muy seguro y eficaz y lo apoyan muchos estudios científicos.
Es por ello, que el TDAH no es culpa de los padres, y el trastorno no "aparece" por una
mala educación, por falta de comunicación padres-hijos, por falta de afectividad,
desacuerdos entre los padres, por separación o divorcio, por estar viudos o solteros, por
el nacimiento de un hermano menor, porque la madre o el padre se ponga a trabajar,
porque el padre o la madre trabajen mucho y pasen poco tiempo en casa, por cambiarle
de colegio, por cambiar mucho de casa, por tener niñera, porque le cuiden los abuelos...
aunque todos estos factores pueden agravar la situación cuando sí existe el trastorno de
base.
Los padres no deben aceptar nunca que nadie les culpe del trastorno de su hijo,
Mito 2: El TDAH es una enfermedad nueva, es una moda y un invento para vender
tratamientos farmacológicos. ¡Falso!
El TDAH fue descrito ya en 1865 por el Alemán Hoffman en el cuento Der Struwwelpeter
y en 1902 por el Inglés Still . Describiera a una serie de niños que presentaban un
exceso de actividad motora y un escaso control de sus impulsos; y esos niños son los
que hoy se conocen con las siglas TDAH. Además, es importante saber que el
tratamiento no debe basarse solo en la medicación, ya que también contempla una
Desde 1994 se llama TDAH, con tres subtipos: combinado, inatento e hiperactivo-
impulsivo. La frecuencia es similar en todo el mundo, entre el 2 y el 6% según diferentes
estudios. Los padres no vienen el psiquiatra por capricho, sino porque el niño tiene
problemas serios en casa, en el colegio, con su rendimiento escolar, con su
funcionamiento social, y con su control de impulsos.
Mito 3: Los síntomas de TDAH son leves, se trata de una enfermedad falsa, fruto del
poco aguante de los padres de hoy, del perfeccionismo y la exigencia excesivos.
Debido a los múltiples problemas en las relaciones con los compañeros por su
impulsividad, los niños con TDAH tienden a tener pocos amigos, poco duraderos, y las
relaciones son menos estrechas. Por los fracasos repetidos en el colegio, las
discusiones con los amigos y con los padres por malas notas y mal comportamiento, son
frecuentes los síntomas depresivos e incluso la depresión en los niños con TDAH. Los
niños con TDAH no tratado desarrollan con frecuencia comportamientos negativistas:
desobediencias progresivas, desafío a la autoridad y poco a poco problemas de
conducta mayores, e incluso abuso de alcohol y drogas .
No es un trastorno "cosmético", fruto del perfeccionismo de la sociedad. Los niños con
TDAH que no reciben tratamiento correcto suelen alcanzar trabajos o profesiones por
debajo de su capacidad. También son más susceptibles de tener otros problemas si no
se les trata adecuada y tempranamente, como mayor tasa de embarazos en edades
tempranas, mayor tasa de abuso de sustancias, menor tasa de retención de un trabajo, y
menor progresión laboral.
que las del paciente, que a veces minimiza sus síntomas. Se estima que la tercera parte
de los niños con TDAH dejará de tener TDAH antes de la adolescencia, la tercera parte
dejará de tener TDAH antes de la edad adulta, y la tercera parte seguirá teniendo TDAH
de adultos. Pero como hemos indicado, aunque algunos ya no cumplen criterios
completos de TDAH, siguen teniendo síntomas que les afectan, por lo que cada vez más
se considera al TDAH como un problema crónico que requiere manejo a largo plazo.
Las niñas con TDAH suelen pasar desapercibidas con más facilidad, porque tienen
menos hiperactividad y menos conductas negativistas desafiantes. Comparadas con los
niños tienen menos comorbilidad con trastornos de conducta, trastornos del aprendizaje
y depresión, pero más comorbilidad con trastornos de ansiedad.
A veces hemos visto a estas chicas en la consulta a los 17-18 años, y a pesar de llevar
tanto tiempo con un rendimiento muy por debajo de su capacidad, mejoran mucho con
medicación. Por eso les digo a los padres que nunca es demasiado tarde para empezar
a mejorar.
Un diagnóstico correcto y temprano es el primer paso para un buen manejo del TDAH y
para prevenir sus complicaciones.
Siempre que se sospecha un TDAH debe existir una evaluación por un médico experto
en el diagnóstico y tratamiento de niños con este problema. El psiquiatra infantil y
adolescente es un médico que puede ayudar a los padres y al niño. Debe verse como un
experto en el TDAH al que los padres consultan para poder tomar mejor las decisiones
médicas que afecten al niño. Lo mejor es buscar un psiquiatra con el que los padres se
sientan cómodos. Primero porque tenga una calidad técnica reconocida, y luego porque
sea capaz de hacerse entender y de ser cercano a las necesidades de los padres. Si el
psiquiatra no escucha a los padres o les hace sentir culpables por los problemas del niño
les recomiendo que busque a otro más adecuado.
Mito 7: El tratamiento del TDAH deber ser primero sin medicación, y si no mejora se
puede usar medicación, porque los fármacos son peligrosos.
Entrenamiento a los padres sobre el TDAH y cómo manejar aspectos de la conducta del
niño.Apoyo y adaptación a nivel escolar. Además es imprescindible un tratamiento
médico con una medicación que ayude a mejorar los déficits en neurotransmisores en
algunas zonas del cerebro.El tratamiento del TDAH no debe ser nunca solamente dar la
medicación, pero ésta es imprescindible en la inmensa mayoría de los casos.
Cuanto más sepan, lean y pregunten los padres sobre el TDAH mejor podrán ayudar a
su hijo. Deben buscarse un médico para que evalúe y trate al niño, un médico que sea
experto en niños con TDAH y que tenga tiempo y paciencia para seguir al niño a lo largo
de su enfermedad.
La psicoterapia que ayuda al niño con TDAH es el entrenamiento de los padres sobre los
síntomas del TDAH, y sobre cómo controlar y manejar mejor el comportamiento del niño.
También es muy útil el apoyo escolar, con técnicas de estudio, remediando las
dificultades del niño, intentando recuperar las áreas en las que tenga especial dificultad o
retraso respecto a sus compañeros.
Hay muchos mitos sobre métodos mágicos "alternativos" que pueden mejorar el TDAH
pero que no tienen ninguna base científica. Estos "tratamientos" se suelen ofrecer en
consultas privadas con gran coste de tiempo y dinero para los padres, y sensación de
fracaso para el niño.
No existe evidencia de que métodos como oír música de diferentes tonos para
reducación auditiva sirva para nada, como mucho puede relajar al niño, pero se obtiene
el mismo efecto comprando un disco y oyéndolo en casa.
Los tratamientos homeopáticos como agua magnetizada, hierbas de diferentes tipos,
ácidos grasos Omega-3 tampoco han demostrado eficacia. Algunas hierbas, aunque
sean naturales, pueden ser peligrosas (no confundir natural con inofensivo). No por ser
naturales, estos remedios son buenos, y generalmente su eficacia no ha sido
demostrada científicamente. Los padres deben desconfiar de remedios fáciles que
prometan "curación" permanente, rápida, sin esfuerzo y que supongan un gran
desembolso económico inicial.
Este tema suele preocupar mucho a los padres y es importante que se entienda bien. Es
un falso mito que el metilfenidato produzca adicción. Aunque químicamente el
metilfenidato es similar a la anfetamina, a dosis normales en TDAH y por vía oral no
produce efecto euforizante. El metilfenidato, al tratar el TDAH, de hecho reduce el riesgo
de que el niño en el futuro abuse de drogas, porque disminuye su a impulsividad. Sin
embargo, dosis altas de metilfenidato podrían causar efecto euforizante. Por ello, si se
usa en chicos con problemas de abuso de drogas o alcohol, debe hacerse con control
cercano.
Los padres deben guardar bajo llave la medicación y darles sólo una pastilla cada vez
para evitar que tomen más de lo recetado. Esto limita el uso del metilfenidato en
adolescentes con problemas de abuso de alcohol o drogas o con trastorno de conducta,
pero no es el metilfenidato lo que produce éste abuso de drogas, sino el TDAH.
Mito 10: La medicación produce la medicación una reducción del crecimiento en altura del
niño.
Los investigadores no saben exactamente cuál es la causa del trastorno por déficit de
atención con hiperactividad (TDAH). Sin embargo, han identificado factores que indican
que se trata de una condición biológica del cerebro. Saber que hay razones médicas por
las cuales su hijo habla constantemente o no puede evitar estar en las nubes puede
ayudarle a tener una perspectiva diferente. Las posibles causas del TDAH incluyen:
Factores biológicos
El temperamento del niño, ya que esto influye en su actitud y personalidad.
Estudios de gemelos sugieren que existe un vínculo genético al TDAH. En un 80 a 90%
de los gemelos idénticos en que uno tiene TDAH el otro también lo presenta. Recientes
investigaciones sugieren que existe una gran probabilidad de heredarlo de parientes
masculinos, como abuelos y tíos.
Lesiones cerebrales debidas a un trauma de nacimiento o a problemas prenatales. Las
estructuras cerebrales que se creía que estaban vinculadas al desarrollo del TDAH son
vulnerables a las lesiones hipóxicas durante el nacimiento. La lesión viene causada por
cantidad insuficiente de oxígeno que llega a partes del cerebro mientras se reduce el
flujo sanguíneo.
Factores del entorno
Estrés familiar
Dificultades educativas
2. Hiperactividad e Impulsividad:
Seis (o más) de los síntomas se han mantenido
durante al menos 6 meses, afectando directamente las actividades sociales y
académicas/laborales:
• Mueve o retuerce nerviosamente las manos o los pies, o no se puede quedar quieto en
una silla.
• Tiene dificultad para permanecer sentado.
• Corre o se trepa de manera excesiva; agitación extrema en los adultos.
• Dificultad para realizar actividades tranquilamente.
• Actúa como si estuviera motorizado; el adulto frecuentemente se siente impulsado
Por un motor interno.
• Habla en exceso.
• Responde antes de que se haya terminado de formular las preguntas.
Trastornos de ansiedad.
DIAGNOSTICO:
No existe una prueba única que por sí sola permita hacer un diagnóstico exclusivo y
confiable.
1. Un examen médico completo para evaluar la salud general del niño y descartas
problemas de tipo visual, auditivo, anemias o la falta de componentes vitales para
su salud.
2. Una evaluación psicológica profesional para tener una idea clara de la condición
emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo
cognitivo.
3. Una evaluación familiar para la cual se utilizan las escalas de comportamiento.
4. Una evaluación escolar que incluya la historia académica y de comportamiento
del niño en el aula.
5. El diagnóstico se basará en el cumplimiento de los criterios del DSM-V, que son
los criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Psiquiatría
(1994) o los criterios de la CIE-10 (1992) reconocidos y establecidos por la OMS.
Las diferencias entre ambos sistemas son muy importantes para entender por qué el
TDAH se puede llamar también Trastorno Hipercinético, porqué se diagnóstica más en
algunos países que otros (los criterios de inclusión y excusión varían entre una guía y
otra), porqué se puede llegar a tratar a unos niños sí y otros no, porqué hay algunas
diferencias de prevalencia entre los estudios, etc.
Se trata del conjunto de síntomas que deben presentarse para realizar un diagnóstico.
En el caso del TDAH, existen dos sistemas de clasificación que comprenden unos
criterios diagnósticos específicos según han establecido la American Psychiatric
Association (APA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con estas
clasificaciones, lo que se pretende es establecer las condiciones y síntomas que se
deben dar en los pacientes para poder realizar un diagnóstico
DSM-5
1. Inatención
Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en
un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las
actividades sociales y académicas/laborales:
NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para
adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de
5 síntomas
a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se
cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por
ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con
precisión).
d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los
quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae
rápidamente y se evade con facilidad).
e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo,
dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y
pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del
tiempo; no cumple los plazos).
f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres
domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar
formularios, revisar artículos largos).
g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo,
materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo,
gafas, móvil).
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes
mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados).
i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer
las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las
facturas, acudir a las citas)
2. Hiperactividad e Impulsividad
Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en
un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las
actividades sociales y académicas/laborales:
NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para
adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de
5 síntomas.
a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el
asiento.
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota:
En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.).
e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por
ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo
prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está
intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las
conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras
personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o
adelantarse a lo que hacen los otros).
D- Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social,
académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos
CIE (OMS,1992)
CIE-10
Déficit de atención
1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a errores por
descuido en las labores escolares y en otras actividades.
6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas como los deberes
escolares, que requieren un esfuerzo mental mantenido.
7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, como material
escolar, libros, etc.
Hiperactividad
Impulsividad
4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales
Estos síntomas deben además estar presentes antes de los 7 años y darse en dos o
más aspectos de la vida del niño (escolar, familiar, social), y afectar negativamente a su
calidad de vida. Tampoco se considerará el diagnóstico de Trastorno Hipercinético si
cumple los criterios de: trastorno generalizado del desarrollo, episodio depresivo o
trastorno de ansiedad.
– requieren que los síntomas afecten a varios ámbitos de la vida del niño
DSM-5
CIE-10
– la ansiedad u otros trastornos del estado del ánimo excluyen el diagnóstico del
trastorno hipercinético.
PROBLEMA DE APRENDIZAJE ASOCIADO A LA HIPERACTIVIDAD Pá gina 26
2
UNIVERSIDAD PRIVADA TELESUP 7
Teniendo en cuenta estas diferencias, se constata que los criterios de diagnóstico del
Trastorno Hipercinético por el CIE-10 son más restrictivos que los criterios diagnósticos
del DSM-5 para el TDAH.
4.- CONCLUSIONES
A la vista de los datos expuestos, los avances diagnósticos están evidenciando cada vez
con mayor intensidad las causas del TDAH. Hasta la fecha todos los resultados apuntan
predominantemente a la existencia de una disfunción, (sin presencia necesaria de
lesión), del soporte cerebral para el controlador de la impulsividad y de la selección de
estímulos. También queda constatada la posible influencia de una base biológica basada
en la presencia de disfunciones en los neurotransmisores y las sustancias encargadas
de su regulación en los procesos atencionales. Según algunos de los estudios, una gran
parte de estos niños se beneficiarían de tomar alguna medicación. Pero, en cualquier
caso es ineludible una intervención psicopedagógica que ayude al niño a estructurar sus
propios recursos que le permitan controlar las respuestas impulsivas, planificar y
organizar su conducta. Sin embargo, no hay que olvidar que estos serían los criterios
diagnósticos de este trastorno en su forma genuina, es decir niños verdaderamente
afectos de un TDAH, y por tanto emitidos a través de una evaluación exhaustiva de
pruebas médicas especializadas. Hasta la fecha, el diagnóstico queda relegado a la
clínica, la experiencia profesional y la prudencia en el juicio clínico. Por esta razón es
vital no caer en la tentación de emitir juicios infundados, más aún cuando nuestro futuro
desempeño docente tiene un valor trascendental en las expectativas del trastorno.