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Tricomonosis

Trichomonas vaginalis
Donne, 1836

Trofozoítos de T. vaginalis obtenidos Trofozoítos de T. vaginalis en una


de cultivo in vitro, Tinción Giemsa citología vaginal, Tinción Giemsa

DEFINICIÓN

Es la presencia de protozoos flagelados del genero Trichomonas, que


parasitan el tracto digestivo o reproductor del ser humano y una gran variedad de
animales vertebrados e invertebrados (monos, roedores, aves, termitas y babosas).

El ser humano puede estar infectado por tres especies: Tricomonas vaginalis
(única con poder patógeno y produce tricomonosis urogenital), Trichomonas tenax
y Trichomonas hominis, ambas especies comensales del aparato bucal e intestino
grueso, respectivamente. En el año 1837, Donné descubrió a Trichomonas vaginalis
y crea el género taxonómico. En 1854, Davaine observó por primera vez a
Trichomonas hominis y para el 1939, Dobell clasificó a Trichomonas tenax.

CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA

I. REINO ----- Protista


Subreino ----- Protozoa
II. PHYLUM ----- Sarcomastigophora
Subfilum ----- Mastigophora
III. CLASE ----- Zoomastigophorea
IV. ORDEN ----- Trichomonadida
V. FAMILIA ----- Trichomonatidae
VI. GÉNERO ----- Trichomonas
VII. ESPECIE ----- T. vaginalis
MORFOLOGÍA

Trichomonas vaginalis presenta una sola fase en su ciclo de vida que es el


trofozoíto, el cual se caracteriza por:

 Es ovoide o periforme.
 Mide aprox. 10 a 30 micras de longitud y 10 a 18 micras de ancho.
 Axostilo que atraviesa el parásito.
 Membrana ondulante que bordea los 2/3 tercios anteriores
 Cuatro flagelos (órganos de locomoción).
 Un núcleo grande, ovalado y excéntrico en el extremo anterior.

CICLO DE VIDA

El ser humano es el único huésped natural conocido. El mecanismo de


infección más frecuente es la transmisión del trofozoíto en forma directa de
persona a persona por contacto sexual; empero, debido a su presencia en menores
de edad e incluso recién nacidos, existen referencias que plantean la transmisión
por medio de fómites (ropa, agua, toallas e instrumentos de aseo vaginal y
exploración ginecológica) o durante el parto. El hábitat en la mujer es la vagina y la
uretra, y en el hombre es la próstata, vesículas seminales y uretra, sitios en los que
se alimentan principalmente de bacterias, leucocitos y células de descamación.
La acidez normal de la vagina (pH de 4 a 4.5) dificulta el establecimiento del
parásito, pero una vez establecido provoca un cambio con tendencia hacia la
alcalinidad (pH de 5 a 6) y de ahí su frecuencia en mujeres embarazadas.

MANISFESTACIONES CLÍNICAS

El periodo de incubación varía de cinco a 30 días. La infección con frecuencia


ocurre en forma asintomática, sobre todo en el sexo masculino; los casos
sintomáticos pueden presentarse en forma aguda o crónica en ambos géneros. En
la mujer la presencia de T. vaginalis está asociada a la producción de flujo vaginal y
disuria, con las siguientes características:
 Flujo es abundante, espumoso y con grumos, de color blanquecino o
amarillento y maloliente, en especial durante la menstruación
 Prurito vulvar
 Sensación de quemadura o ardor en genitales externos y vagina
 La vulva, el periné y la piel adyacente de los muslos, están generalmente
enrojecidos y edematosos, en la forma aguda de la enfermedad
 El prurito y el ardor llevan a la paciente a producirse excoriaciones y
dermatitis.
 Mucosa vaginal y el cérvix, se encuentran congestivos y con un punteado
rojizo muy característico ele esta enfermedad, que algunos describen como
''picadura de pulga"
 Dispareunia
 Puede producir síntomas psicológicos, como irritabilidad, insomnio, etc...
 Su presencia en el tracto urinario puede dar sintomatología de uretritis o
cistitis, especialmente disuria y polaquiuria.

La infección en el hombre es predominantemente subclínica. Cuando es


sintomática aparece una secreción matutina, mucoide y a veces purulenta. Es por
lo tanto una de las causas de la uretritis no gonocóccica. Algunos pacientes tienen
disuria, prurito y excoriaciones en el surco balanoprepucial. Cuando hay síntomas
en el varón, lo más frecuente es encontrar cuadros de uretritis, prostatitis o
epididimitis con escasa secreción transuretral. La próstata raramente puede ser
invadida. En la mayoría de los hombres la infección se autolimita.

En la mujer se han descrito, como complicaciones de esta entidad, la


presencia de absceso perinefrítico, y en casos de infección en el embarazo se
observó rotura temprana de membranas y productos con bajo peso, y durante el
parto, neumonías en recién nacidos. En raros casos se ha encontrado T. vaginalis
en infecciones extragenitales como pulmones, cavidad pleural, abscesos
peritoneales y conjuntiva.

EPIDEMIOLOGÍA

La trichomonosis se propaga en todas partes, debido a que el ser humano es


el único hospedero natural del parásito y de ahí su elevada frecuencia. Se calcula
una infección anual de 180 millones de personas en el mundo. El porcentaje de
infección en mujeres varía de 25 a 60% y sólo se ha comprobado en 4% de los
compañeros sexuales (tal vez por dificultades técnicas para el aislamiento en el
varón). Este parásito tiene una resistencia relativamente alta a las condiciones
ambientales; el trofozoíto muere a temperaturas superiores a 40°C, pero resiste
hasta cinco días a 0°C y durante varias horas entre 17 y 30°C, y hasta 24 horas en la
orina.

La transmisión de esta parasitosis se hace por contaminación directa de las


secreciones vaginales y uretrales de las personas infectadas. Se considera una
enfermedad sexualmente transmitida, por que es el modo más frecuente de
transmisión. Con menos frecuencia se hace por medio de objetos contaminados
como toallas, esponjas, inodora, etc...

Es una infección parasitaria cosmopolita, mas frecuente es mujeres


sexualmente activas (entre 16 y 35 años). Ocasionalmente en niñas y mujeres de
otras edades, por transmisión no venérea. La incidencia de infección en el hombre
es menor que en las mujeres por lo general la se presenta de forma asintomática.

Es frecuente la ocurrencia simultánea de más de una enfermedad


sexualmente transmitida. La infección concomitante con microorganismos de los
géneros Neisseria y Candida es frecuente.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico clínico diferencial de la tricomoniasis hay que establecerlo


con otras infecciones clínicamente similares, como candidiasis genital, blenorragia,
infección por Chlamydia, etc. La paciente no se debe aplicar duchas o lavados el día
del examen; el líquido o flujo se toma directamente de la vagina con aplicadores o
pipetas; e l espéculo bivalvo sin lubricante, ayuda a obtener el exudado de los
fondos de saco vaginales.

La presencia de flujo vaginal en la mujer o de secreción uretral en el hombre,


hacen sospechar la enfermedad, la cual se debe comprobar mediante la
visualización del trofozoíto, única fase que presenta el parásito. Este se puede
encontrar en el examen directo de Weigerth, en 50% a 70% de las mujeres
infectadas." '' Las muestras donde se busca el protozoo son: secreciones vaginales,
uretrales, líquido prostático y sedimento urinario.
Algunas investigaciones han de mostrado que la identificación de los
parásitos por inmunofluorescencia directa, tiene mayor sensibilidad que el
examen en fresco, pero la utilidad del método fluorescente tiene las limitaciones de
equipos y costos. La coloración de las tricomonas no se utiliza en e l diagnóstico de
rutina, pero son útiles los métodos de Gram y Papanicolaou. Existen dos
hallazgos que son positivos en prácticamente todos los casos de tricomoniasis
vaginal pero no son diagnósticos, estos son: pH vaginal elevado mayor de 4,5 y
aumento en la presencia de leucocitos polimorfonucleares.
El cultivo de tricomonas es sencillo y mejora notablemente el diagnóstico,
pues la sensibilidad es de 95% a 98%. (Medios de Diamond, Trichosel o Hollander),
en donde se obtiene crecimiento en lapso de dos a siete días. La limitación del uso
rutinario de cultivo es la de costo y tiempo.
La prueba de PCR se ha utilizado por su mayor sensibilidad y especificidad.
Existen estuches comerciales como pruebas rápidas con 88% de sensibilidad y
98% de especificidad.

PREVENCIÓN

Puesto que el contacto sexual es la forma más frecuente de transmitir la


infección, el problema más importante es la promiscuidad, por lo que es necesario
administrar el tratamiento a todos los compañeros sexuales del paciente; el uso del
condón es una buena alternativa para la prevención no sólo de estos casos, sino de
todos los padecimientos de transmisión sexual. Se hace aplicando los cuidados que
se deben tener en todas las enfermedades venéreas como son: consulta precoz y
abstenerse a tener relaciones sexuales hasta haber confirmado la curación.

TRATAMIENTO

Debe instituirse de manera simultánea a la pareja, incluso si no existen


síntomas. Hasta hace unos años el medicamento de elección era el metronidazol,
pero en la actualidad, debido a la toxicidad comprobada de éste, se recomienda el
uso de otros antiparasitarios por vía sistémica. Los medicamentos utilizados son
los derivados nitroimidazólicos.

Metronizadol: 250 mg c/8h durante 7 días o 1.5 a 2 g. dosis única.


Tinidazol: 2000 mg dosis única (4 comprimidos de 500 mg)
Secnidazol: 2000 mg dosis única (4 comprimidos de 500 mg)

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