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HONORABLES MAGISTRADOS
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE BUCARAMANGA
(REPARTO)
E. S. D.

REF: ACCIÓN DE TUTELA.


DEMANDANTE: OLIVER OMAR CLAVIJO LIZARAZO.
DEMANDANDO: MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL, EJERCITO
NACIONAL DIRECCION DE SANIDAD Y TRIBUNAL MEDICO LABORAL DE
REVISION MILITAR.

OLIVER OMAR CLAVIJO LIZARAZO, mayor de edad con domicilio en Girón,


portador de la cedula de ciudadanía número 88.237.343 de Cúcuta, actuando en
nombre propio, acudo ante usted Señor Juez para instaurar ACCION DE
TUTELA en contra de MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL, EJERCITO
NACIONAL DIRECCION DE SANIDAD Y TRIBUNAL MEDICO LABORAL DE
REVISION MILITAR con el objeto de que se me protejan los derechos
fundamentales Constitucionales a la salud, a la vida, a la seguridad social, al
mínimo vital, a la igualdad, al trabajo, a la dignidad humana y al debido proceso
administrativo derechos de persona discapacitada, entre otros.

HECHOS
PRIMERO. En el año de 1997 ingrese como soldado regular y preste servicio
militar por 18 meses al Ejército Nacional en el municipio de pamplona, en enero
2000 ingrese como soldado voluntario a esta misma institución y municipio al
batallón de infantería No 13 “General CUSTODIO GARCIA ROVIRA”, en el año
del 2003 pase a ser soldado profesional del Ejército Nacional, cumpliendo con
todos los requerimientos físicos solicitados por la dirección de reclutamiento de las
Fuerzas Militares. (folios1 al 7)
SEGUNDO. El dia 10 de marzo del 2000 encontrándome en la vereda tres
esquinas – san Bernardo, municipio de Toledo (Norte de Santander), la compañía
a la que estaba asignado nos encontrábamos cumpliendo la operación CRISOL, y
en una de las maniobras de avance hacia el objetivo me resbale y al caer sufrí un
rayonazo en el ojo izquierdo con un árbol, especialista manifestó que requería
cambio de córnea. (Folio 33)
TERCERO. El 08 de junio de 2000 en valoración médica realizada por la Dra.
Carmen Alicia Castillo Ramírez MD Oftalmólogo, de la fundación oftalmológica de
Santander consigna en historia clínica “paciente quien presenta Queratitis 1 severa
central OI QUE DEJARA SECUELAS VISUALES
Biomicroscopia OD noveculas2 irregulares nasales poco densas, y DIAGNOSTICA
QUERATITIS VIRAL OI”. (folio 9)
El 04 junio de 2001 en valoración médica con el Doctor Mario Andrés Montañez
Romero especialista en Oftalmología consigno en historia clínica: “Presento al
examen físico agudeza visual AV OD 20/20
OI PL Biomicroscopia ODI NORM

1
inflamación de la córnea, que es la estructura hemisférica y transparente situada en la parte
anterior del ojo, a través de la cual entra la luz y la imagen al interior del mismo.
2
Opacidad densa y blanca de la córnea.
2

OI edema corneal central que no permite ver detalles del segmento anterior,
sensibilidad disminuida de la córnea, se hizo diagnostico por edema disforme ojo
izquierdo. (Folio 11)

CUARTO. Así continuo mi tratamiento médico hasta que en el dia 27 de marzo de


2003 se me practica trasplante de córnea del ojo izquierdo (folios 12 al 17),
después de la cirugía presente problemas en el ojo izquierdo hasta que el dia 07
de mayo ingrese a la clínica Carlos Ardila Lulle por presentar sospecha de rechazo
de córnea de ojo izquierdo. (Folios 18 al 25)
QUINTO. El 26 de noviembre de 2009 en valoración médica por el Dr. Carlos Abel
Quintero Díaz Neurólogo sugieren que se continúe el manejo por Oftalmología.
(Folios 26 al 28)
SEXTO. El dia 13 de abril de 2009 se me practica LA CALIFICACION DE
PERDIDA DE CAPACIDAD LABORAL con el ACTA DE JUNTA MÉDICA
LABORAL No 29977, en donde se me califica con una disminución laboral del
10% y se me da una “INCAPACIDAD PERMANENTE PARACIAL, NO ACTO
PARA ACTIVIDAD MILITAR y se me diagnostica “TRAUMA OJO IZQUIERDO
CON LEUCOMA OJO IZQUIERDO”, y se me da una imputabilidad del servicio
“LESION 1 OCURRIO EN EL SERVICIO PERO NO POR CAUSA Y RAZON DEL
MISMO LITERAL (A) (AC),y se da se da una fijación de los correspondientes
índices “DE ACUERDO AL ARTICULO 15 DEL DECRETO 1796 DEL 14-SEP-
2000 LE CORRESPONDE POR 1A) NUMERAL 6-053, LITERAL (A) INDICE
TRES(3) (Folios 29 a 312), junta que se me realizo sin tener en cuenta el
INFORMATIVO ADMINISTRATIVO POR LECIONES, en donde obviaron el
concepto del comandante de la unidad que “de acuerdo a lo estipulado en el
decreto 1796 de 2000 Art 24 literal B la lesión sufrida por el soldado profesional,
ocurrió en el servicio por causa y razón del mismo” y es firmado por el señor
Teniente Coronel JOSE OSCAR GARCIA BATTE, Comandante batallón infantería
No 13 “GARCIA ROVIRA”. (Folio 33)
Junta médica que fue notificado el dia 14 de abril del 2009 y a la cual interpuse el
respectivo recurso. (Folio34)
OCTAVO. El dia 07 de octubre de 2009 se reúne el tribunal médico laboral de
revisión militar y de policía No 3925 en donde se me da una disminución de
capacidad laboral del 44.24% y se ratifica el diagnostico diagnostica “TRAUMA
OJO IZQUIERDO CON LEUCOMA OJO IZQUIERDO”, y en esta nueva
calificación tampoco se me tiene en cuenta el INFORMATIVO ADMINISTRATIVO
POR LECIONES, y se me da una imputabilidad del servicio “afección 1-) Se trata
de enfermedad común, literal (A) (EC), y se fijan los correspondientes índices
1a). Se modifica Numeral 6-053 Literal (A) índice tres (3) por índice diez (10) 1b).
Se asigna Numeral 6-110 Literal (A) Índice siete (7).
Y se determina que NO APTO PARA ACTIVIDAD MILITAR. (Folios 35 al 37)
NOVENO. El dia 16 de junio de 2010 acta adicional de tribunal médico laboral de
revisión militar y de policía con No 4213 (9) se reúnen para hacer revisión de mi
expediente médico laboral en donde se solicita se aclare la disminución de
capacidad laboral que quede sufriendo, y el DCL que se me califico fue del
CUARENTA PUNTO VEINTICUATRO POR CIENTO (40.24%). (Folio 38 y 39), y a
raíz de esto el dia 28 de febrero de 2010, que de acuerdo al orden administrativa
de personal de comando ejercito No 1103, para el dia 28 de febrero del 2010
quedaba retirado del servicio activo de las fuerzas militares como soldado
profesional por DISMINUCIÓN DE CAPACIDAD LABORAL. (Folios 40 al 43)
3

DECIMO. Días después de mi despido de las fuerzas militares me dedique a


buscar trabajo para poder mantener a mi familia y a mí y generar los recursos
necesarios, cosa que fue imposible ya que las empresas a las que creía eran
potencial de trabajo me rechazaban a raíz de mi discapacidad visual y era
rechazado desde el momento en que presentaba los exámenes de ingreso que
exigía la empresa, y hasta el dia de hoy no me he podido vincular a la fuerza
laboral del país, debido a la discapacidad visual que adquirí prestando mis
servicios a la patria como soldado profesional; y al encontrarme sin trabajo y sin
ingresos me vi obligado a afiliarme al régimen subsidiado en salud en
CAFESALUD ARS, los cuales han venido autorizando mis tratamientos médicos y
los de mi familia, es así como en consulta con médico general de la ARS al ver la
secreción del ojo izquierdo; me remite a OFTALMOLOGÍA valoración que fue
practicada por la Dra. Andrea Juliana Morales Becerra el dia 24 de mayo de 2016
en donde diagnostica: H545 VICION SUBNORMAL DE UN OJO – OJO
DERECHO, H353 DEGENERACION DE LA MACULA 3 Y DEL POLO
POSTERIOR DEL OJO, y da tratamiento y control con exámenes. (Folios 44 al 46)
DECIMO PRIMERO. El dia 18 de agosto de 2016 en consulta con el Dr. German
Hernández Duran medico Oftalmólogo DIAGNOSTICA H186 QUERATOCONO
OJO DERECHO, Z947 TRANSPLANTE DE CORNEA OJO IZQUIERDO, H522
ASTIGMATISMO - MIOPICO COMPUESTO, H 545 VISION SUBNORMAL OJO
IZQUIERDO, H104 CONJUNTIVITIS CRONICA, H049 TRANSTORNO DEL
APARATO LAGRIMAL, H530 AMBLIOPIA EX ANOPSIA 4 – AMBOS OJOS, Y SE
SOLICITA IMPLANTES DE ANILLOS INTRAESTROMALES EN OJO DERECHO,
Y ORDENA MEDICACION CARBOXIMETIL CELULOSA AL 0.5% Y
ALOPATADINA 1 MG, ambos medicamentos no pos, por lo cual se expiden los
respectivos documentos de comité técnico científico para la aprobación de los
medicamentos, los cuales no han entregado puntualmente para el inicio del
tratamiento médico solicitado por el galeno tratante. (Folios 47 al 53)
DECIMO SEGUNDO. El dia 18 de abril fui valorado en el Hospital Psiquiátrico San
Camilo por la Dra. Rosmary Ulloa Chacón Psicóloga en donde me diagnostica
TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMETICO, TRASTORNO DEPRESIVO
RECIDIVANTE MODERADO, y me envía a PSICOTERAPIA INDIVIDUAL
CONGNITIVO Y VALORACION POR PSIQUIATRÍA DEBIDO A SU CLÍNICA
MENTAL Y AFECTIVA. El dia 19 de abril del 2016 debido a mis problemas con mi
esposa mi hijo y demás personas fui a valoración Psiquiátrica con el Dr. Camilo
Umaña Valdivieso, porque en el Hospital Psiquiátrico san camilo la cita con los
especialista me la dieron muy lejos, el galeno me diagnostica episodio depresivo
grave sin síntomas psicóticos, me receta medicina y me envía a consulta prioritaria
en el hospital Psiquiátrico San Camilo; es como así puedo conseguir cita con la
Dra. Blanca Margarita Barrera González Psiquiatra quien hasta el dia de hoy es la
médica tratante por esta especialidad, y me diagnostica F332 EPISODIO
DEPRESIVO GRAVE SIN SINTOMAS SICOTICOS Y F431 TRASTORNO DE
ESTRÉS POS TRAUMATICO. (Folios 54 al 69)
DECIMO TERCERO. Debido a todas estas patologías y problemas médicos, me vi
en la necesidad de consultar con el Dr. Julio Omar Gamboa Amaya MÉDICO Y
CIRUJANO Y ESPECIALISTA EN SALUD OCUPACIONAL en donde en su
CONCEPTO DE MEDICINA LABORAL hace un recuento de todos los
antecedentes médicos que padezco y que no se me tuvieron en cuenta en la junta
médica y tribunal médico laboral.

3
es una capa amarillenta de tejido sensible a la luz que se encuentra en la parte posterior del ojo, en
el centro de la retina. Esta área proporciona la agudeza visual, la que permite al ojo percibir detalles
finos y pequeños.
4
hace referencia a un tipo de discapacidad visual consistente en una visión vaga o débil de un ojo o
ambos ojos (en los casos más raros)
4

Y en el ORIGEN DE PATOLOGÍA describe “de acuerdo al informativo


administrativo por lección # 16 del 10 de marzo de 2000 el TC Comandante
batallón de infantería # 13 “García Rovira” conceptúa Clavijo Lizarazo Oliver
sufrió una lesión en Ojo Izquierdo y de acuerdo a lo estipulado en el decreto
1796 de 2000, Art 24, literal B la lesión sufrida por el soldado profesional,
ocurrió en el servicio por causa y razón del mismo, y en su concepto
manifiesta “se evidencia que el paciente actualmente presenta patologías
crónicas de tipo Ocular y Psiquiátrico que requieren de manejo continuo, por
lo que es necesario que sean atendidas por la administradora del plan de
beneficios a la cual se encuentra afiliado. (Negrilla fuera de texto)
En este caso en particular la consecuencia de la actividad laboral que
desempeño y en donde se ocasiono la lesión ocular debería ser atendida por
la entidad que cubra los riesgos derivados de la labor que desempeñaba, de
tal manera que le corresponderían a la dirección de sanidad militar, dado que
su ARS no le está entregando medicamentos ni está teniendo una atención
oportuna por la actual crisis que se encuentra atravesando esta entidad”. (Negrilla
fuera de texto) (Folios 71 al 72)
DECIMO CUARTO. Debido a todo esto he visto como mi salud ha ido
deteriorándose días con dia, y como no he podido conseguir trabajo por mi
discapacidad visual y Psiquiátrica no he podido solventar las necesidades básicas
mías y de mi núcleo familiar como son alimentación, salud, educación entre otras.

PRINCIPIOS Y DERECHOS VULNERADOS


Estimo que por los hechos antes expuestos el MINISTERIO DE DEFENSA
NACIONAL, EJERCITO NACIONAL, DIRECCION DE SANIDAD Y TRIBUNAL
MEDICO LABORAL DE REVISION MILITAR está vulnerando los derechos
fundamentales a la SALUD, VIDA, MININO VITAL, A LA IGUALDAD, AL
TRABAJO, A LA DIGNIDAD HUMANA Y AL DEBIDO PROCESO
ADMINISTRATIVO a los cuales tengo derecho y el derecho a CONTINUAR UN
TRATAMIENTO MÉDICO Y UNA PENSION DE INVALIDEZ, En condiciones
dignas y justas, así como la clara violación a mis DERECHOS HUMANOS, LA
INTEGRIDAD DE LA PERSONA, DERECHOS A UNA PERSONA
DISCAPACITADA, MINIMO VITAL, PRINCIPIO DEL ESTADO SOCIAL DE
DERECHO QUE NOS IMPERA.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

 Fundamento las pretensiones de acuerdo a lo dispuesto en los


artículos 02,11,13,14,25, 29, 48, 49, 53 y 86 de la C.P., en la ley 100
de 1993, decreto 1796 de 2000 y en los decretos 2591 de 1991 y
306 de 1992.y acuerdo # 260 de 2004.

 Sentencias de la Corte Constitucional:


 Sentencia T-121 de 2015.
 Sentencia T-745 de 2013.
 Sentencia T-286ª de 2012.
 Sentencia T-769 de 2013.
 Sentencia T-839 de 2011.
 Sentencia T-279 de 2009.
 Sentencia T- 696 de 2011.
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Respecto a casos similares la corte ha establecido lo siguiente:


Protección del derecho a la salud - derecho a la vida.
Según jurisprudencia de esta Corporación, la salud ha sido considerada como un
servicio público y un derecho prestacional que, sin embargo, adquiere carácter
fundamental cuando está en relación de conexidad con otros derechos que
ostentan esa calidad, como la vida y la integridad física. En estos casos, ha
precisado la Corte, el derecho a la salud puede ser amparado por vía de acción de
tutela, toda vez que su amenaza o vulneración, también pone en riesgo alguno de
los derechos fundamentales con los cuales tiene directa relación. En este sentido
la sentencia T-1036 de 2002, dijo lo siguiente: “... la Corte Constitucional ha
sostenido, que si bien el derecho a la salud no es en sí mismo un derecho
fundamental, si puede llegar a ser efectivamente protegido, cuando la
inescindibilidad entre el derecho a la salud y el derecho a la vida hagan necesario
garantizar éste último, a través de la recuperación del primero, a fin de asegurar el
amparo de las personas y de su dignidad. De ahí que el derecho a la salud sea un
derecho protegido constitucionalmente, en los eventos en que por conexidad, su
perturbación pone en peligro o acarrea la vulneración de la vida u otros derechos
fundamentales de las personas. Por consiguiente, la atención idónea y oportuna,
los tratamientos médicos, las cirugías, la entrega de medicamentos, la práctica de
exámenes etc., pueden ser objeto de protección por vía de tutela, en situaciones
en que la salud adquiere por conexidad con el derecho a la vida, el carácter de
derecho fundamental.”.
Podemos ver que la corte constitucional ha expuesto que “la salud se trata de un
servicio público vigilado por el estado, y es un derecho que ha sido reconocido por
el legislador estatutario como fundamental” por lo cual este servicio debe ser
oportuno, eficaz, de calidad e igualdad y es un conjunto articulado de principios,
normas entre otras como se expresa

EN SENTENCIA T-121/15

 PRINCIPIO DE INTEGRALIDAD EN LA PRESTACION DEL SERVICIO


DE SALUD-La prestación del servicio de salud debe ser oportuna, eficiente y de
calidad

El derecho a la salud implica el acceso oportuno, eficaz, de calidad y en igualdad de


condiciones a todos los servicios, facilidades, establecimientos y bienes que se
requieran para garantizarlo. De igual manera, comprende la satisfacción de otros
derechos vinculados con su realización efectiva, como ocurre con el saneamiento
básico, el agua potable y la alimentación adecuada. Por ello, según el legislador
estatutario, el sistema de salud: Es el conjunto articulado y armónico de
principios y normas; políticas públicas; instituciones; competencias y
procedimientos; facultades, obligaciones, derechos y deberes; financiamiento;
controles; información y evaluación, que el Estado disponga para la garantía y
materialización del derecho fundamental de la salud. (Negrilla fuera de texto)

Necesidad de continuar un tratamiento médico ordenado por médicos


tratantes.

El artículo 48 de la Constitución Política destaca que la seguridad social es un


servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección,
coordinación y control del Estado. Característica fundamental de todo servicio
público es su continuidad, que implica la prestación ininterrumpida, constante,
permanente, dada la necesidad que de ella tienen los usuarios del sistema de
salud.
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La misma corte constitucional ha reiterado “que la atención medica que debe


prestar una EPS debe ser en todos los casos integral y completa, incluso en los
eventos en que los médicos tratantes no hagan una remisión o sugieran
determinado tratamiento cuando este es totalmente necesario” por consiguiente la
salud debe ser continua y sus tratamientos no deben ser interrumpidos y se debe
prestar su permanente atención y no haber entorpecimientos para el servicio
médico, como se reitera.

EN SENTENCIA T-286A/12

 “PRINCIPIO DE CONTINUIDAD EN EL SERVICIO DE SALUD-Prestación


del servicio debe ser continuo y no puede ser interrumpido súbitamente
Para la Corte Constitucional la protección del derecho a la salud implica la
continuidad en la prestación de los servicios de salud. Esto, significa que el
Sistema de Seguridad Social en Salud debe asegurar la permanente atención
médica requerida por los usuarios hasta obtener el restablecimiento de su
salud. es responsabilidad de las entidades promotoras de salud no suspender
los tratamientos médicos iniciados de manera injustificada, por razones
administrativas o presupuestarias, porque no es admisible constitucionalmente
interrumpir o abstenerse de prestar un tratamiento médico una vez éste se
haya prescrito y comenzado a suministrarse, pues se incurriría en el
desconocimiento del principio confianza legítima. Esta Corporación ha
reconocido que el paciente tiene una expectativa legítima en que las condiciones y
calidades de un tratamiento prescrito, no sean interrumpidas súbitamente antes de la
recuperación o estabilización del mismo, o por lo menos otorgando un periodo
mínimo de ajuste que le permita continuar la prestación del servicio con el mismo
nivel de calidad y eficacia.” (Negrilla fuera de texto)

En mi caso veo vulnerado este derecho en la continuidad del servicio médico ya que al
ser dado de baja del EJÉRCITO NACIONAL, no se pudo seguir con el tratamiento médico
al que tenía derecho y más por haber sido una patología consecuencia del accidente que
sufrí el día 10 de marzo del 2000 y que no se tuvo en cuenta al momento de la evolución
por parte de los médicos de las junta medico laborales y del tribunal médico laboral , que
como se puede ver en el informativo por lesiones debidamente diligenciado y firmado por
el comandante del batallón de infantería No 13 “García Rovira” TC Oscar García Batte; la
lesión sufrida por el soldado profesional ocurrió en servicio por causa y razón del mismo
(Folio 33), misma patología que certifico el Dr. Julio Omar Gamboa Amaya MÉDICO Y
CIRUJANO Y ESPECIALISTA EN SALUD OCUPACIONAL (Folios 71 al 72), y tratamiento
que debía seguir como lo expreso el Dr. Carlos Abel Quintero Díaz Neurólogo (Folios 26
al 28)

DERECHO A CONTINUAR TRATAMIENTOS.

La jurisprudencia constitucional ha establecido, en reiteradas oportunidades, que


la prestación de los servicios de salud en el Sistema General de Seguridad Social
en Salud –SGSSS- debe responder al principio de continuidad que consiste en
que el servicio de salud debe prestarse sin interrupción y es exigible en el marco
de los planes obligatorios, al igual que los ofrecidos a través de planes
adicionales.

En la SENTENCIA C-800/03, la Corte mostró cómo la jurisprudencia ha examinado


en cada caso, “si los motivos en los que la EPS ha fundado su decisión de interrumpir el
servicio son constitucionalmente aceptables”. En esa oportunidad concluyó que una
EPS no puede suspender un tratamiento, un medicamento o la práctica de una cirugía
aduciendo entre otras, las siguientes razones:
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“(i) porque la persona encargada de hacer los aportes dejó de pagarlos; (ii) porque
el paciente ya no está inscrito en la EPS correspondiente, en razón a que fue
desvinculado de su lugar de trabajo; (iii) porque la persona perdió la calidad que
lo hacía beneficiario; (iv) porque la EPS considera que la persona nunca reunió los
requisitos para haber sido inscrita, a pesar de ya haberla afiliado; (v) porque el
afiliado se acaba de trasladar de otra EPS y su empleador no ha hecho aún aportes
a la nueva entidad; o (vi) porque se trata de un servicio específico que no se había
prestado antes al paciente, pero que hace parte integral de un tratamiento que se le
viene prestando”. (Negrilla fuera de texto)

De lo anterior se observa que la Corte Constitucional no ha tolerado que la suspensión de


los servicios de salud a los pacientes se afecte, porque en tales situaciones se ha reconocido
el derecho a seguir gozando de los beneficios de un tratamiento médico, “pues suspenderle
los servicios súbitamente puede significar peligro para su vida y su integridad física.”
Ratificando el contenido jurisprudencial del principio a la continuidad y con el fin de
asegurar el cumplimiento de las EPS en la prestación de los servicios de salud, se han
establecido unos criterios que ya han sido mencionados en varias sentencias de esa
Corporación:
“A partir del fundamento jurídico que identifica el principio de continuidad, la
jurisprudencia constitucional ha definido el alcance del derecho ciudadano a no ser
víctima de interrupciones injustificadas en la prestación de los servicios de salud,
fijando los criterios que obligan a las entidades promotoras y prestadoras de salud
(E.P.S, A.R.S., I.P.S) a garantizar y asegurar su continuidad. Sobre esa base, ha
sostenido la Corte (I) que las prestaciones en salud, como servicio público
obligatorio y esencial, tiene que ofrecerse de manera eficaz, regular, permanente y
de calidad; (II) que las entidades prestadoras del servicio deben ser diligentes en las
labores que les corresponde desarrollar, y deben abstenerse de realizar actuaciones
ajenas a sus funciones y de omitir el cumplimiento de obligaciones que conlleven la
interrupción injustificada de los servicios o tratamientos; (III) que los usuarios del
sistema de salud no pueden ser expuestos a engorrosos e interminables trámites
internos y burocráticos que puedan comprometer la permanencia del servicio; y (IV)
que los conflictos de tipo contractual o administrativo que se presenten con otras
entidades o al interior de la propia empresa, no constituyen justa causa para impedir
el acceso de sus afiliados a la continuidad, permanencia y finalización óptima de los
servicios y procedimientos médicos ordenados.”

En conclusión, la Corte ha reconocido la importancia que tiene el principio de


continuidad cuando se suspende la atención en salud por parte de las Entidades
Promotoras de Salud frente a un paciente al cual se venía prestando un
tratamiento médico, poniendo en peligro su vida o su integridad física, en virtud de
la aplicación de dicho principio la entidad debe mantener la asistencia médica y en
caso de no hacerlo la tutela es el medio idóneo para preservar los derechos
fundamentales involucrados ya que como se ha mencionado el servicio público de
la salud envuelve los fines del interés general y esta satisfacción no puede ser
discontinua.

El artículo 49 de la C.P. prescribe que a todas las personas se les debe garantizar
“el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la
salud”. La salvaguardia del derecho a la salud de los usuarios del SGSSS y su
consecuente rehabilitación, el acceso a los servicios contemplados en el Sistema
debe realizarse de manera oportuna, eficaz y con calidad.

Sentencia T-760 de 2008 señaló: “cuando el acceso a un servicio de salud no es


prestado oportunamente a una persona, puede conllevar además de un irrespeto a la
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salud por cuanto se le impide acceder en el momento que correspondía a un servicio de


salud para poder recuperarse, una amenaza grave a la salud por cuanto puede
deteriorarse considerablemente.”

Sentencia T-125 de 2015 señala sobre el principio de continuidad: “3.3.7.1. El principio


de continuidad en el servicio implica que la atención en salud no podrá ser suspendida al
paciente, en ningún caso, por razones administrativas o económicas, entre otras
razones, porque ello constituiría un agravio a la confianza legítima. Sobre este punto, en
reiteradas ocasiones, la Corte ha manifestado que: “Una de las características de todo
servicio público, atendiendo al mandato de la prestación eficiente (Art. 365 C.P.), la
constituye su continuidad, lo que implica, tratándose del derecho a la salud, su
prestación ininterrumpida, constante y permanente, dada la necesidad que de ella tienen
los usuarios del Sistema General de Seguridad Social. (…) [La] Corte ha sostenido que
una vez haya sido iniciada la atención en salud, debe garantizarse la continuidad del
servicio, de manera que el mismo no sea suspendido o retardado, antes de la
recuperación o estabilización del paciente.”

AL MINIMO VITAL

El derecho fundamental al mínimo vital ha sido reconocido desde 1992 en forma


extendida y reiterada por la jurisprudencia constitucional de la Corte como un
derecho que se deriva de los principios de Estado Social de derecho, dignidad
humana y solidaridad, en concordancia con los derechos fundamentales a la vida,
a la integridad personal y a la igualdad en la modalidad de decisiones de
protección especial a personas en situación de necesidad manifiesta, dado el
carácter de derechos directa e inmediatamente aplicables de los citados
derechos.

También es especialmente relevante para el caso el derecho fundamental al


mínimo vital, en particular el de las personas que apenas cuentan con lo
indispensable para sobrevivir (art. 13 de la C.P.). En cumplimiento de los fines
que explican su existencia (art. 2° de la C.P.), el Estado está obligado a
propender por la creación y mantenimiento de las condiciones materiales
necesarias para que una persona pueda sobrevivir dignamente; en determinadas
circunstancias de urgencia, gran peligro o penuria extrema, y en otras señaladas
en las leyes, está a su vez obligado a garantizar tales condiciones, usualmente de
manera temporal, para evitar la degradación o el aniquilamiento del ser humano.

Por otra parte podemos encontrar que en Sentencia T-839/11 nos habla de la
controversia de los actos administrativos ya que estos tienen que ser ajustados al
ordenamiento jurídico, y en mi caso como lo he manifestado anteriormente no se
tuvo en cuenta el informativo por lesiones del accidente de trabajo que sufrí y que
está expresamente manifestado en el decreto 1796 de 2016 en su Art 01 expresa

 “CAMPO DE APLICACION. El presente decreto regula la evaluación de la


capacidad sicofísica y la disminución de la capacidad laboral, y aspectos sobre
incapacidades, indemnizaciones, pensión por invalidez e informes administrativos
por lesiones, de los miembros de la fuerza pública, alumnos de las escuelas de
formación y sus equivalentes en la policía nacional.” Y en su Art 16 SOPORTES
DE LA JUNTA MEDICO – LABORAL MILITAR O DE POLICIA, en su literal
E habla del informe administrativo por lesiones es un soporte.
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 SENTENCIA T-839/11 ACCION DE TUTELA PARA CONTROVERTIR


ACTOS ADMINISTRATIVOS EN MATERIA PENSIONAL-Procedencia
excepcional 

Por regla general, la acción de tutela es improcedente como mecanismo principal para la
protección de derechos fundamentales que resulten amenazados o vulnerados con ocasión
de la expedición de actos administrativos referentes a temas pensionales, como quiera
que existen otros mecanismos judiciales para su defensa. Pero, en efecto, es procedente el
amparo cuando el acto administrativo es manifiestamente contrario a la legalidad, se
vulneran gravemente derechos fundamentales y se observe que no se decidió de manera
ajustada al ordenamiento jurídico, en caso de que los pronunciamientos respectivos
recaigan sobre personas en estado de indefensión o de debilidad manifiesta.

 Régimen jurídico aplicable en materia de pensión de invalidez para miembros de


la Fuerza Pública

En Colombia existe un régimen jurídico especial en materia de pensiones aplicable a los


miembros de la fuerza pública, ello, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 217 de la
Constitución Política. En su función legislativa el Congreso de la República ha expedido
distintas normas que reglamentan el proceso de reconocimiento de la pensión de invalidez
de los miembros de la fuerza pública, indicando que, inicialmente, se debe efectuar un
informativo por lesiones que está a cargo de los comandantes de las unidades;
posteriormente se convoca la Junta y el Tribunal Médicos Laboral a fin de que
dictaminen la disminución de la capacidad laboral,  en adelante -DCL- y así mismo, se
reglamentaron los requisitos que debe cumplir el candidato a la pensión de invalidez. El
desarrollo legislativo al respecto ha sido el siguiente: (negrilla fuera de texto) 

1) El Decreto 094 de enero 11 de 1989, es aplicable al personal de oficiales y suboficiales


de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, soldados, grumetes, agentes, alumnos
de las Escuelas de Formación y personal civil del Ministerio de Defensa Nacional y la
Policía Nacional. En su artículo 14 establece que: “Se entiende por incapacidades la
disminución ó pérdida de capacidad sicofísica y de trabajo, causada por lesiones o
enfermedades adquiridas durante el servicio del personal de que trata el presente
Decreto”. De igual forma, el decreto señala que le corresponde a las autoridades Médico
- Militares y de Policía, la función de determinar la disminución de la capacidad laboral,
de los miembros que son objeto de valoración por distintos eventos

Los artículo 89, 90 y 91, Ibídem, señalan que cuando el personal de oficiales y
suboficiales de las Fuerzas Militares, la Policía Nacional y agentes, soldados, grumetes
de las Fuerzas Militares y los alumnos de las escuelas de formación de oficiales,
suboficiales de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, adquieran una incapacidad en
actos del servicio y por causa y en razón del mismo, que implique una pérdida igual o
superior al 75% de su capacidad sicofísica, tendrán derecho a que mientras subsista la
incapacidad, les reconozcan una pensión mensual pagadera por el Tesoro Público,
liquidada de la forma como allí se señala.

2) Seguidamente, se expidió el Decreto Ley 1796 del 2000, igualmente aplicable a los


miembros de la fuerza pública, alumnos de las escuelas de formación y sus equivalentes
en la Policía Nacional, el cual fijó un mínimo de 75% de disminución de la capacidad
laboral para hacerse acreedor a la pensión mensual; señalando a las autoridades Médico
- Militares y de Policía como las responsables de establecer la disminución de la
capacidad laboral.
10

De igual forma, en su literal b), artículo 24, indica que es obligación del “Comandante o
Jefe respectivo en los casos de lesiones sufridas por el personal bajo su mando, describir
en el formato establecido para tal efecto, las circunstancias de modo, tiempo y lugar, en
las que se produjeron las lesiones e informarán si tales acontecimientos ocurrieron en
una de las siguientes circunstancias: b. En el servicio por causa y razón del mismo, es
decir, enfermedad profesional y/o accidente de trabajo.”

En el artículo 30, ibídem, se define la enfermedad profesional así: “Se entiende por


enfermedad profesional todo estado patológico que sobrevenga como consecuencia
obligada de la clase de labor que desempeñe o del medio en que realizan su trabajo las
personas de que trata el presente decreto, bien sea determinado por agentes físicos,
químicos, ergonómicos o biológicos y que para efectos de lo previsto en el presente
decreto se determinen como tales por el Gobierno Nacional. PARAGRAFO. El Gobierno
Nacional determinará en forma periódica las enfermedades que se consideran como
profesionales.”

 PENSION DE INVALIDEZ PARA LOS MIEMBROS DE LA FUERZA


PUBLICA-Régimen jurídico aplicable

 El régimen especial aplicado a las fuerzas militares y de policía, obedece al riesgo que
dicho sistema debe asumir en razón de las actividades propias que desarrollan sus
miembros, los cuales, en algunos casos, pueden verse afectados de manera severa por lo
que tienen derecho a la atención, recuperación, protección, reubicación y al
reconocimiento de la pensión de invalidez dado el caso, sin mayores dilaciones o
interpretaciones normativas que impidan la especial protección constitucional de la que
son sujetos. Las autoridades médico laborales deberán hacer una valoración integral,
evaluando las condiciones materiales de la persona, apreciadas en su conjunto, sin que
quepa hacer discriminación en razón del origen profesional o común de los factores de
discapacidad. Por su parte, el Ministerio de Defensa Nacional - Grupo de Prestaciones
Sociales, Dirección de Veteranos y Bienestar Sectorial deberá aplicar el Decreto 4433 de
2004, y reconocer la pensión de invalidez.

 En el año 2004, el Congreso de la República expidió la Ley 923 que reglamenta el


régimen pensional, la asignación de retiro de los miembros de la Fuerza Pública,
en relación con la pensión de invalidez. En el numeral 3.5, del artículo 3°,
autorizó al Gobierno Nacional para que fijara, entre otros aspectos, la pensión de
invalidez, para lo cual debía tener en cuenta los siguientes elementos:

“El derecho para acceder a la pensión de invalidez, así como su monto, será fijado
teniendo en cuenta el porcentaje de la disminución de la capacidad laboral del miembro
de la Fuerza Pública, determinado por los Organismos Médico Laborales Militares y de
Policía, conforme a las leyes especiales hoy vigentes, teniendo en cuenta criterios
diferenciales de acuerdo con las circunstancias que originen la disminución de la
capacidad laboral. En todo caso no se podrá establecer como requisito para acceder al
derecho, una disminución de la capacidad laboral inferior al cincuenta por ciento (50%)
y el monto de la pensión en ningún caso será menor al cincuenta por ciento (50%) de las
partidas computables para la asignación de retiro.”

En cumplimiento de lo anterior, al siguiente día, el Presidente de la República mediante


el Decreto 4433 de 2004, reglamentó la citada ley. Al efecto distinguió que el
reconocimiento de la pensión de invalidez se puede originar por distintas causas, para lo
cual exigió el 75% de DCL para eventos ocurridos en el servicio activo o durante el
11

mismo y entre el 50% y 75%, para aquellos eventos ocurridos en combate, o actos
meritorios del servicio, o por acción directa del enemigo, o en tareas de mantenimiento o
restablecimiento del orden público o en conflicto internacional, o en accidente ocurrido
durante la ejecución de un acto propio del servicio, de conformidad como a continuación
se lee:

 “Artículo 30. Reconocimiento y liquidación de la pensión de invalidez. Cuando


mediante Junta Médico Laboral o Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y
de Policía, al personal de Oficiales, Suboficiales, Soldados Profesionales y
personal vinculado para la prestación del servicio militar obligatorio de las
Fuerzas Militares, y de Oficiales, Suboficiales, miembros del Nivel Ejecutivo,
Agentes y personal vinculado para la prestación del servicio militar obligatorio de
la Policía Nacional se les determine una disminución de la capacidad laboral
igual o superior al setenta y cinco por ciento (75%) ocurrida en servicio activo,
tendrán derecho a partir de la fecha del retiro o del vencimiento de los tres meses
de alta cuando se compute como tiempo de servicio, mientras subsista la
incapacidad, a que el Tesoro Público les pague una pensión mensual…
 Artículo 32. Reconocimiento y liquidación de la incapacidad permanente parcial
en combate o actos meritorios del servicio. El personal de Oficiales, Suboficiales y
Soldados de las Fuerzas Militares, y de Oficiales, Suboficiales, Miembros del
Nivel Ejecutivo y Agentes de la Policía Nacional, que adquieran una incapacidad
permanente parcial igual o superior al cincuenta por ciento (50%) e inferior al
setenta y cinco por ciento (75%) ocurrida en combate, o actos meritorios del
servicio, o por acción directa del enemigo, o en tareas de mantenimiento o
restablecimiento del orden público o en conflicto internacional, o en accidente
ocurrido durante la ejecución de un acto propio del servicio, tendrá derecho a
partir de la fecha del retiro o del vencimiento de los tres meses de alta cuando se
compute como tiempo de servicio y mientras subsista la incapacidad a que el
Tesoro Público les pague una pensión mensual…
 Artículo 33. Reconocimiento y liquidación de la pensión de invalidez del personal
de alumnos de las escuelas de formación. Cuando, mediante Junta Médico
Laboral o Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, al personal
de alumnos de las Escuelas de Formación de Oficiales y Suboficiales de las
Fuerzas Militares, y de Oficiales y miembros del Nivel Ejecutivo de la Policía
Nacional, se les determine una disminución de la capacidad laboral igual o
superior al setenta y cinco por ciento (75%) ocurrida durante el servicio, tendrán
derecho a partir de la fecha del retiro, mientras subsista la incapacidad, a que el
Tesoro Público les pague una pensión mensual…”

A partir del marco jurídico citado, es claro que inicialmente se había establecido el
75% de DCL, para que los miembros de la fuerza pública accedieran a la pensión de
invalidez, pero, a partir de la autorización de la Ley 923 de 2004 y según lo dispuesto
por el Decreto 4433 de 2004 el porcentaje exigible para la pensión de invalidez es el
50% de DCL, bajo los eventos allí señalados. A partir de la expedición del decreto
presidencial, tendrá derecho al reconocimiento de la pensión de invalidez el personal
de oficiales, suboficiales y soldados de las Fuerzas Militares, y de oficiales,
suboficiales, Miembros del Nivel Ejecutivo y agentes de la Policía Nacional, que
adquieran como mínimo el 50% de DCL, a consecuencia de: (i) combate, (ii) actos
meritorios del servicio, (iii) por acción directa del enemigo, (iv) en tareas de
mantenimiento o restablecimiento del orden público, (v) en conflicto internacional o,
12

(vi) en accidente ocurrido durante la ejecución de un acto propio del servicio. Es


decir, que en aquellos eventos no ocurridos bajo las circunstancias descritas se
deberá exigir el 75% de DCL, para hacerse acreedor a la pensión de invalidez.

Es necesario precisar que, a propósito de la revisión de acciones de tutela que ha efectuado


este tribunal constitucional, en las Sentencias T-829 de 2005 y T-038 de 2011, se
interpretó que, a partir de la vigencia de la Ley 923 de 2004, en todo caso, frente a una
DCL superior al 50% se reconocería la pensión de invalidez, precedente que no fue lo
suficientemente preciso, pues, lo que se dispuso, en realidad, fue que el gobierno nacional
reglamentaría esta materia y como límite se dispuso que a la pensión no se podría acceder
con un porcentaje inferior al 50% de DCL, en los eventos ya referidos.

Ahora bien, cuando parte de la incapacidad ocurrió bajo los eventos descritos en el artículo
32 del Decreto 4433 de 2004, pero, además, se suma una enfermedad de origen
profesional, o común y un accidente de origen profesional o común, es preciso determinar
cuál es el régimen aplicable en los eventos de concurrencia de factores de distinto origen
en la estructuración de dicha pérdida de capacidad laboral. Este asunto ya ha sido objeto
de estudio en la Sentencia T-518 de 2011, en la que se aplicaron las siguientes reglas:

“… cuando sea preciso calificar la pérdida de capacidad laboral de una persona, las
entidades competentes deberán, en todo caso, proceder a hacer una valoración integral,
que comprenda tanto los factores de origen común como los de índole profesional. 

Cuando concurran eventos de una y otra naturaleza -común y profesional- en la


determinación de la pérdida de capacidad laboral que conduzca a una pensión de
invalidez, para establecer el origen y la fecha de estructuración, se atenderá al factor
que, cronológicamente, sea determinante de que la persona llegue al porcentaje de
invalidez

Cuando se trate de factores que se desarrollen simultáneamente, para determinar el


origen y la fecha de estructuración se atenderá al factor de mayor peso porcentual.” 

En síntesis, las autoridades médico laborales deberán hacer una valoración integral,
evaluando las condiciones materiales de la persona, apreciadas en su conjunto, sin que
quepa hacer discriminación en razón del origen profesional o común de los factores de
discapacidad. Por su parte, el Ministerio de Defensa Nacional - Grupo de Prestaciones
Sociales, Dirección de Veteranos y Bienestar Sectorial deberá aplicar el Decreto 4433 de
2004, y reconocer la pensión de invalidez de acuerdo con las reglas descritas en la
Sentencia T-518 de 2011.

Por otra parte esta misma sentencia ampara el derecho al que tenemos a que se
nos practiquen unas nueva valoración de pérdida de capacidad laboral ya que
como en mi caso la enfermedad que me aqueja se fue desarrollando de manera
progresiva tanto en la parte Oftalmológica como en la parte Psiquiátrica que
nunca se tuvo en cuenta, ya que son patologías que se cronificaron como lo
expresa el Dr. Julio Omar Gamboa Amaya (folio 70 al 72), y en las calificaciones
medicas no se tubo esto en cuenta que como expresa en historia clínica del dia
08 de junio de 2000, se empezaban a presentar en el ojo derecho Noveculas
nasales poco densas la misma medico expresa que la visión del ojo izquierdo
quedaría con secuelas visuales (folios 09 y 10)
13

 DERECHO A NUEVA VALORACION DE LA PERDIDA DE CAPACIDAD


LABORAL-Procedencia de la acción de tutela

Algunas afecciones o enfermedades con el paso del tiempo se van desarrollando de


manera progresiva deteriorando la salud de quien las padece y por lo tanto esta eventual
circunstancia deberá ser objeto de protección y revaloración por parte de las autoridades
competentes. Lo cierto es que ante una eventual omisión procede el amparo
constitucional.

 Derecho a la revaloración de la pérdida de capacidad laboral

De conformidad con lo estipulado en el artículo 15 del Decreto 1796 de 2000, le


corresponde a la Junta Médico-Laboral, la valoración de la capacidad psicofísica, así:

“1. Valorar y registrar las secuelas definitivas de las lesiones o afecciones


diagnosticadas.
2. Clasificar el tipo de incapacidad psicofísica y aptitud para el servicio, pudiendo
recomendar la reubicación laboral cuando así lo amerite.
3. Determinar la disminución de la capacidad psicofísica.
4. Calificar la enfermedad según sea profesional o común.
5. Registrar la imputabilidad al servicio de acuerdo con el Informe Administrativo por
Lesiones.
6. Fijar los correspondientes índices de lesión si hubiere lugar a ello.
7. Las demás que le sean asignadas por ley o reglamento. 
De las controversias que surjan contra las decisiones de la Junta Médico-Laboral, conoce,
en segunda instancia, el Tribunal Médico –Laboral de Revisión Militar y de Policía. 

 El artículo 22, Ibídem, también señala que las decisiones que adopten las
autoridades médico laborales son “irrevocables y obligatorias y contra ellas sólo
proceden las acciones jurisdiccionales pertinentes”.

No obstante lo anterior, esta Corporación en la Sentencia T-131 de 2008, indicó que, en


casos excepcionales, resulta procedente la solicitud de una re-valoración “cuando el
estado de salud se ha agravado considerablemente y la enfermedad es causa directa del
combate”.

Así mismo, en pronunciamientos efectuados en las Sentencias T-493 de 2004 y T-140 de


2008, se indicó que: “en principio, no parece de recibo, a la luz de los principios y
valores constitucionales, una interpretación del régimen legal y reglamentario de las
fuerzas militares y de policía en materia de salud, que excluya toda responsabilidad del
Estado en relación con desarrollos patológicos posteriores al retiro de una persona del
servicio activo que no fueron tenidos en cuenta al fijar la condición de salud en la Junta
Médica, con base en la cual se determinó el retiro, pero que pueden atribuirse de manera
clara y directa a una situación de servicio.”

A través de la Sentencia T-493 de 2004, se previeron tres requisitos para establecer la


procedencia de una nueva valoración médica: “(i) que exista una conexión objetiva entre
el examen solicitado y una condición patológica atribuible al servicio; (ii) que dicha
14

condición recaiga sobre una patología susceptible de evolucionar progresivamente; y (iii)


que la misma se refiera a un nuevo desarrollo no previsto en el momento del retiro.”

Es decir, algunas afecciones o enfermedades con el paso del tiempo se van desarrollando
de manera progresiva deteriorando la salud de quien las padece y por lo tanto esta eventual
circunstancia deberá ser objeto de protección y revaloración por parte de las autoridades
competentes. Lo cierto es que ante una eventual omisión procede el amparo constitucional.

Y en SENTENCIA T 279 DE 2009 podemos ver como en esta oportunidad la


Honorable Corte Constitucional nos habla:

 La situación de los miembros de la Fuerza Pública que sufren daños o


detrimentos en su estado de salud durante la prestación del servicio. 
Reiteración de jurisprudencia.

En múltiples ocasiones, esta corporación ha analizado la situación de miembros de la


Fuerza Pública que durante el tiempo de prestación de sus servicios contrajeron
enfermedades, sufrieron accidentes, fueron víctimas de acciones bélicas o, en general,
afrontaron situaciones que afectaron su estado de salud, quedaron con secuelas y
limitaciones irreversibles. En todos estos casos la Corte ha señalado de manera general y
reiterada, que existen en cabeza del Estado especiales deberes de solidaridad y protección
a la salud de aquellos ciudadanos que habiendo ingresado al servicio de la fuerza pública
en óptimas condiciones, presentan al momento de su retiro un serio detrimento de su
estado de salud, que limita de manera considerable sus condiciones de vida y su capacidad
para procurarse el propio sustento y el de sus familias, como consecuencia de hechos
acaecidos durante o con ocasión del servicio patriótico que han desempeñado.

En los pronunciamientos de los años más recientes, en cumplimiento de su misión de


recopilar, unificar y reiterar la jurisprudencia constitucional, la Corte en sus distintas Salas
de Revisión ha señalado que, tratándose de miembros de la Fuerza Pública, los derechos a
la salud en conexidad con la integridad personal y con el derecho a la vida digna tienen un
plus de protección constitucional que, entre otras consecuencias, permite la protección
inmediata y prioritaria de tales derechos mediante la acción de tutela.

Las anteriores reglas jurisprudenciales son resultado de la aplicación conjunta de varios


postulados constitucionales enmarcados dentro del Estado social de derecho y
ampliamente desarrollados por la jurisprudencia de esta corporación, como son: i) la
posibilidad de proteger mediante tutela el derecho a la salud de cualquier persona residente
en Colombia, como en aquellos casos en que ello resulte indispensable para hacer efectivo
el derecho a vivir en condiciones de dignidad; ii) las especiales obligaciones del Estado, en
el sentido de lograr que la igualdad sea real y efectiva, de proteger a aquellas personas que
debido a su condición física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad
manifiesta y de adelantar acciones en beneficio de los disminuidos físicos, sensoriales y
psíquicos (arts. 13 y 47 Const.), y iii) la especial misión de servicio a la comunidad que
cumplen los miembros de la Fuerza Pública y el carácter especial y permanente de los
riesgos que ellos enfrentan en el cumplimiento de dicha misión.
El primero de los referidos criterios ha sido desarrollado por esta corporación de manera
constante en innumerables sentencias, en las que ha insistido que el derecho a la vida no se
reduce apenas a la evitación exitosa de una muerte inminente, sino que incluye el disfrute
más amplio posible de las alternativas vitales que implica la existencia del ser humano, lo
que ha conducido, también en múltiples ocasiones, a la protección por la vía tutelar del
15

derecho a la salud, pese a que la Constitución no lo incluyera en el capítulo de los


derechos fundamentales.
En relación con el derecho a la salud en conexidad con la vida digna, una consideración
fundamental para su prevalencia es la importancia de asegurar la continuidad  de su
prestación, siempre que para garantizar la dignidad de la subsistencia exista necesidad de
atención en salud, aspectos que dependen directamente de la naturaleza y estado de avance
de las enfermedades padecidas. Sobre esos criterios esta corporación ha discurrido
ampliamente, tanto en relación con la situación de miembros de la fuerza pública, como en
otro tipo de ámbitos.
Por su parte, el deber estatal de especial protección en beneficio de las personas con
limitaciones de carácter físico y/o mental se desprende, como ya se dijo, del contenido de
los artículos 13 y 47 superiores, y se materializa de manera evidente frente a la situación
de aquellos ciudadanos que al terminar su tiempo de servicio como miembros de las
Fuerzas Militares o de la Policía Nacional, egresan con graves limitaciones de carácter
permanente en su estado de salud (como mutilaciones corporales o trastornos mentales),
más aún cuando, como en el presente caso, son esas alteraciones la causa inmediata que da
lugar a su retiro.
En tales circunstancias, tal como lo ha resaltado la jurisprudencia de esta corporación, se
trata de ciudadanos necesitados y merecedores de especiales medidas que hagan posible su
recuperación y faciliten su plena reintegración a la sociedad, las cuales debe adoptar el
Estado tanto a nivel general, en la forma de normas y preceptos abstractos encaminados a
ordenar y realizar tales acciones, como a nivel individual, a través de los distintos
operadores jurídicos encargados de la provisión de servicios sociales o de adoptar
decisiones que inciden en el efectivo goce de estos derechos.
Finalmente, existe una especial consideración debida al trabajo y la misión que
desempeñan los miembros de la Fuerza Pública de Colombia, a quienes la Constitución
Política (arts. 216 a 218) asigna tareas esenciales para la preservación de la democracia y
el funcionamiento del Estado como son, entre otras, la defensa de la soberanía nacional, la
independencia y la integridad del territorio y el mantenimiento de las condiciones
necesarias para el ejercicio de los derechos y las libertades públicas. Ello por cuanto, como
antes se indicó, no sólo se trata de importantes funciones cuya ejecución debe beneficiar a
toda la población, sino que, además, su cumplimiento implica un permanente e importante
riesgo para la vida y la integridad de quienes las desarrollan.
Precisamente en consideración a la particular finalidad de beneficio colectivo que inspira
el trabajo de quienes integran las Fuerzas Armadas, y en virtud del principio de
solidaridad, ha establecido la Constitución (art. 216) que todos los colombianos tienen la
obligación de participar en el cumplimiento de esta misión cuando las necesidades
públicas lo exijan; pero paralelamente, y en atención al mismo principio, existen también
especiales deberes de atención para con aquellas personas que, en provecho de toda la
comunidad, cumplen estos importantes encargos.

Todas las anteriores consideraciones explican y nutren la línea jurisprudencial de esta


corporación en relación con estas materias. Por ejemplo, en la ya citada sentencia T-534
de 1992 (M. P. Ciro Angarita Barón), sostuvo la Corte:

“Como seres humanos dignos que prestan un servicio a la patria, los soldados de
Colombia tienen derecho a esperar que el Estado les depare una atención médica
oportuna y adecuada, sin eludir responsabilidades mediante consideraciones que ponen
en tela de juicio la buena fe del ciudadano que la Constitución presume.”

 Más adelante, en la misma providencia se lee:

“El soldado colombiano tiene como ciudadano y como servidor de la patria títulos
suficientes para que en todo caso, pero particularmente cuando su salud se resienta por
actos u omisiones del Estado, se le respete su derecho a que el gobierno le suministre la
16

atención médica, quirúrgica, hospitalaria y los servicios odontológicos y farmacéuticos


en los lugares y condiciones científicas que su caso exija.”

En sentencia T-107 de 2000 (M. P. Antonio Barrera Carbonell), ampliamente citada y


reiterada en relación con estos temas, señaló esta corporación:

“… no es justo que el Estado, a través de las Fuerzas Militares, se niegue a prestarle los
servicios médicos, quirúrgicos, hospitalarios y farmacéuticos a quien al ingresar a
prestar sus servicios a la patria, ostentaba unas óptimas condiciones de salud y a su
desacuartelamiento le persisten unas lesiones ocasionadas por causa y razón de la
prestación del servicio militar.”

Estas reflexiones han llevado también a la Corte a considerar que las normas legales que
rigen las prestaciones y servicios a que tienen derecho los miembros de la fuerza pública, a
las cuales se hizo referencia en el punto anterior, deben ser interpretadas de manera tal que
se acompasen plenamente con los mandatos constitucionales relativos a la especial
protección que les es debida. En este sentido ha señalado la corporación:

“… las normas legales y reglamentarias que regulan la asistencia médica que las fuerzas
militares están obligadas a dispensar a quienes prestan el servicio militar obligatorio,
deben ser interpretadas en consonancia con los principios, valores y derechos
constitucionales y, en particular, con el derecho a la vida, el principio de igualdad
material y la vigencia de un orden social justo.”

En esa línea, expresó también la Corte en misma providencia:

“... de los riesgos físicos y psíquicos que entraña la prestación del servicio militar
obligatorio se desprende el derecho de los soldados que resulten lesionados o que
adquieran alguna enfermedad a ‘reclamar a los organismos de sanidad de las Fuerzas
Militares - quienes tienen atribuidas las funciones de prevención, protección y
rehabilitación en beneficio de su personal - la atención médica, quirúrgica, servicios
hospitalarios, odontológicos y farmacéuticos necesarios, al igual que elementos de
prótesis cuando sean indispensables, por el tiempo necesario para definir su situación y
sin perjuicio del reconocimiento de las prestaciones económicas a que haya lugar...’.”

En años recientes, la sentencia T-063 de 2007 (M. P. Humberto Antonio Sierra Porto)
realizó esta precisa síntesis sobre los aspectos que se comentan:

“(i) De las disposiciones legales y reglamentarias que establecen las obligaciones de la


Policía y el Ejército Nacional frente a las personas que prestan el servicio militar
obligatorio, se derivan, entre otras, aquella relativa a la atención en salud a partir de la
incorporación y hasta el desacuartelamiento o licenciamiento.

(ii) No obstante lo anterior, el término de cobertura del servicio de salud por parte de los
Subsistemas de Salud de la Policía y el Ejército Nacional debe ser ampliado en casos en
que quien haya prestado el servicio militar padezca quebrantos de salud física o mental,
obligación que se ve reforzada cuando éstos han sido contraídos durante la prestación del
servicio militar y con ocasión de actividades propias del mismo.

(iii) La Corte ha establecido dos reglas de procedencia de la ampliación del término


referido, según las cuales cuando se ‘(i) padece una dolencia que pone en riesgo cierto y
evidente [el] derecho fundamental a la vida en condiciones dignas; y (ii) esta dolencia
encuentra relación de causalidad con la prestación de las labores propias del servicio
17

militar obligatorio”, es imperioso que el Estado, a través de las instituciones de la Fuerza


Pública continúe prestando la atención que el caso demande hasta tanto la salud de quien
sufrió una lesión o adquirió una enfermedad, se recupere.

(iv) El derecho fundamental a la salud de las personas que han sufrido una pérdida
importante de la capacidad física, mental o sensorial, ya sea de naturaleza permanente o
temporal, que limita la capacidad de ejercer una o más actividades esenciales de la vida
diaria  no puede verse afectado, en ningún caso, por las instituciones del Estado sobre las
cuales recae la obligación de protegerlo y darle plena vigencia.”

Recapitulando, la jurisprudencia ha entendido y ahora reitera, que los miembros de las


Fuerzas Militares o de la Policía Nacional, que durante la prestación del servicio o con
ocasión de él hayan sufrido un menoscabo importante en su estado de salud, que dé lugar a
su desvinculación definitiva del servicio activo y que se proyecta hacia el futuro limitando
sensiblemente o de manera absoluta sus posibilidades de procurarse el propio sustento y de
gozar de una adecuada calidad de vida, tienen derecho a que la correspondiente institución
continúe suministrándoles, más allá de la fecha de su retiro, los servicios médicos,
quirúrgicos, farmacéuticos, terapéuticos y los demás que resulten necesarios para hacer
posible su plena recuperación o, según el caso, aliviar el sufrimiento, controlar los
síntomas o manifestaciones de la enfermedad y si fuere posible, retardar su avance. 
Como consecuencia de lo anterior, se ha considerado que en las circunstancias antes
descritas la inmediata terminación de los servicios de salud a partir de la fecha en que se
hace efectivo el retiro, resulta vulneratoria de tal derecho. Por ello, en varios de esos
eventos el juez constitucional ha ordenado a las respectivas entidades demandadas
reanudar o mantener, según el caso, la prestación de los servicios médicos requeridos para
superar las patologías o afecciones que agobiaban a los demandantes.
Debe advertirse también que la Corte ha aplicado estas reglas jurisprudenciales de manera
uniforme, tanto a personas que al sufrir el accidente o enfermedad en cuestión se
encontraban prestando el servicio militar obligatorio como a quienes, más allá del
cumplimiento de este deber ciudadano, hacían parte de la Fuerza Pública de manera
permanente, ya que las consideraciones relacionadas con el altruismo y el servicio a la
comunidad que caracteriza esta misión, así como los riesgos que le son inherentes, se
encuentran igualmente presentes en ambas circunstancias.

De otra parte, bajo similares consideraciones, la Corte ha encontrado que, en algunos


casos y debido a excepcionales circunstancias, las evaluaciones realizadas por los órganos
médico-laborales competentes sobre el estado de salud del demandante, a efectos de fijar
el índice de disminución de su capacidad psicofísica, no reflejan de manera justa y
adecuada la magnitud de las limitaciones laborales que le aquejan.

Teniendo en cuenta que del volumen del referido índice viene a depender de manera
directa el logro o no de la pensión de invalidez, y con ello, la posibilidad de tener mejores
condiciones de vida y poder así mismo cuidar de manera adecuada de la propia salud, se
ha considerado entonces que esta situación irregular resulta así mismo violatoria de los
derechos a la salud y a la seguridad social, además de la vida digna, por lo que en tales
casos se justifica ordenar a las autoridades competentes realizar una nueva y completa
evaluación del paciente, que tome en cuenta la gravedad de las afecciones que actualmente
sufre, y pueda así resultar precisa a efectos de determinar su derecho o no a percibir la
anhelada pensión de invalidez.
En todo caso, en estas mismas sentencias la Corte ha precisado que no le corresponde al
juez constitucional decidir el otorgamiento o no de dicha prestación social, asunto que
debe ser determinado por las autoridades competentes y con sujeción a las normas que
regulan la materia.
Para concluir este análisis reitera la Corte que, conforme se expuso desde la sentencia T-
534 de 1992, los ciudadanos que sean o hayan sido miembros de la Fuerza Pública tienen
18

derecho suficiente a que el Estado les suministre la atención médica, psiquiátrica,


quirúrgica y hospitalaria que resulte necesaria, cuando quiera que su salud se vea afectada
por situaciones sucedidas durante su vinculación al servicio público que cumplen dichas
instituciones armadas.

También en la sentencia T - 696 de 2011, esta corporación nos vuelve a recordar


el derecho que tienen los miembros de las Fuerzas Militares y de Policía Nacional
a obtener una nueva valoración médica y más cuando se necesita establecer con
máxima precisión posible, si la dolencia que el soldado dice padecer en verdad
existe y cuál es su magnitud, y en mi caso lo podemos ver; ya que todo se
encuentra plasmado en la historia clínica y que son médicos calificados los que
han podido determinar mis dolencias médicas y no solo eso, que desde antes de
las calificaciones médicas, estos no lo tuvieron en cuenta, como lo fue con mi
problema Oftalmológico como lo planteo la Dra. Carmen Cecilia Castillo Ramírez
en el año 2000 (folios 9 y 10) que en el ojo derecho “noveculas nasales poco
densas” y tampoco pudieron precisar mi problema Psiquiátrico; que como se
demuestra en la historia clínica del dia 02 de mayo del 2016 (folios 60 y 61), en el
concepto médico que hace la especialista es salud mental la Dra. Blanca
Margaría Barrera médico Psiquiatra del Hospital Psiquiátrico San Camilo plasma
en la historia clínica:

“paciente con historia de síntomas afectivos de 7 años de evolución, animo triste,


impulsividad, agresividad, insomnio, con pesadillas sobre combates minisencias,
en el momento muy deprimido, alucinaciones auditivas, ideas suicidas e ideas
marcadas de agredir a la esposa”.

Y pasado el tiempo de tratamiento da un diagnóstico de EPISODIO DEPRESIVO


GRAVE SIN SINTOMAS SICOTICOS Y TRANSTORNO DE ESTRÉS POS
TRAUMATICO, diagnostico que se ha mantenido hasta la fecha y que como se
puede observar son de siete (7) años de evolución, ósea que desde el año 2009
ya las estaba padeciendo y que cuando se hicieron las juntas médicos laborales
no hicieron los estudios pertinentes, exhaustivos y a fondo para dar una precisión
posible de mi patología Psiquiátrica y Oftalmológica.

SENTENCIA T – 696 DE 2011

 Derecho de los miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional a


obtener una nueva valoración médica. Reiteración de Jurisprudencia

Ahora bien, en relación con el asunto concreto del derecho de los miembros de las Fuerzas
Militares y de la Policía Nacional en servicio activo o retirados, que resulten lesionados o
adquieran una enfermedad en actividades propias del servicio, a obtener una nueva
valoración médica, la Corte ha señalado, que tratándose de estas solicitudes, las
autoridades militares se encuentran obligadas a realizar, de manera exhaustiva, todos los
exámenes y evaluaciones médicas que se requieran para establecer, con la máxima
precisión posible, si la dolencia que el soldado dice padecer existe verdaderamente y cuál
es su magnitud.

En sentencia T-140 de 2008 se sistematizaron los criterios que sustentan la anterior


obligación, en el sentido de explicar que ella se deriva, en principio, del carácter de
sujeción en que se encuentran los militares en servicio y el deber de atención con el
personal acuartelado. Por ello “... las autoridades militares se encuentran obligadas a
19

proteger la vida y la salud de los soldados y a adoptar todas aquellas medidas necesarias
para que su permanencia en filas constituya una experiencia lo más humana, dignificante
y enriquecedora posible...” proporcionándoles “atención suficiente para satisfacer sus
necesidades básicas de salud, alojamiento, alimentación, vestuario, bienestar, entre otros,
desde el día de su incorporación, durante el servicio y hasta la fecha de licenciamiento”.

De igual manera, en relación con la obligación de practicar de manera oportuna los


exámenes de diagnóstico solicitados por el personal militar en servicio activo o para aquel
que se encuentre retirado con derecho a atención médica en razón de pensión de vejez o
invalidez, se ha sostenido que dicha obligación “... se deriva del principio constitucional
que obliga a las autoridades públicas a presumir la buena fe de los ciudadanos y a no
eludir sus responsabilidades.” De la misma forma ha afirmado la Corte que el deber de
atención diagnóstica y de indagación exhaustiva en torno a las condiciones de salud de los
miembros de las Fuerzas Militares y de Policía, resulta extensivo al personal retirado sin
derecho a pensión.

Tal como se consignó en el anterior acápite en sentencia T- 493 de 2004, se afirmó


que “en principio, no parece de recibo, a la luz de los principios y valores
constitucionales, una interpretación del régimen legal y reglamentario de las fuerzas
militares y de policía en materia de salud, que excluya toda responsabilidad del Estado
en relación con desarrollos patológicos posteriores al retiro de una persona del servicio
activo, que no fueron tenidos en cuenta al fijar la condición de salud en la Junta
Médica con base en la cual se determinó el retiro, pero que pueden atribuirse de
manera clara y directa a una situación de servicio.” (Negrilla fuera de texto)

Con base en lo anterior, se debe concluir que “gozan de amparo constitucional, aquellas


patologías de desarrollo incierto y progresivo o recurrente, de carácter eventual, en
cuanto que pueden ocurrir o no y no pueden anticiparse con certeza, que no fueron
valoradas al momento de clasificar las lesiones y secuelas, valorar la disminución de la
capacidad laboral para el servicio y fijar los correspondientes índices para fines de
indemnizaciones y por tanto no han sido objeto de protección.” (T-140 de 2008)
(Negrilla fuera de texto)

De ahí que, se haya establecido en la jurisprudencia constitucional, la procedencia de una


nueva valoración médica cuando (i) que exista una conexión objetiva entre el examen
solicitado y una condición patológica atribuible al servicio; (ii) que dicha condición
recaiga sobre una patología susceptible de evolucionar progresivamente; y (iii) que la
misma se refiera a un nuevo desarrollo no previsto en el momento del retiro.

De conformidad con lo explicado al carácter irrevocable de los dictámenes del Tribunal


Médico-Laboral de Revisión Militar y de Policía, debe mediar la consideración del tipo
de patología y su potencialidad de empeoramiento progresivo, mucho más cuando
ésta ha tenido como origen un hecho propio del servicio. En consecuencia se habrá de
valorar la situación particular del demandante de acuerdo a los criterios constitucionales
que se acaban de exponer. (Negrilla fuera de texto)

No obstante, previamente se hará referencia a la posibilidad de que los mencionados


criterios constitucionales sean aplicados en sede tutela, en tanto se trata de la oposición al
contenido de un acto administrativo que es susceptible de ser controvertido en sede
judicial. 
20

 Procedencia excepcional de la acción de tutela contra actos administrativos.


Reiteración de jurisprudencia

 De manera constante, la Corte ha considerado en relación con la procedencia de la acción


de tutela como mecanismo efectivo para la protección de derechos fundamentales que
podrían verse vulnerados o amenazados por mandamientos consagrados en actos emitidos
por la administración, que por regla general aquélla no es adecuada para controvertirlos,
sino que, por el contrario, la competencia se encuentra radicada en la jurisdicción
contencioso administrativa. Sin embargo, en algunos casos excepcionales, esta
Corporación ha considerado que el amparo procede como mecanismo definitivo de
protección de derechos fundamentales, y no transitorio. 
Se puede afirmar que por regla general, la acción de tutela es improcedente como
mecanismo principal para la protección de derechos fundamentales que resulten
amenazados o vulnerados con ocasión de la expedición de actos administrativos, pese a
que existan otros mecanismos judiciales para su defensa. Sin embargo, procederá el
amparo contra las actuaciones administrativas cuando el acto administrativo sea
manifiestamente contrario a la legalidad y se vulneren gravemente derechos
fundamentales, es decir, cuando del análisis del caso concreto se observa una real o
aparente intención de no decidir de manera ajustada al ordenamiento jurídico, propiciando
y forzando la utilización innecesaria y dilatoria de vías judiciales. Todas estas
circunstancias deberán ser analizadas en el caso concreto.

Podemos ver también que en el año 2015 en SENTENCIA T – 507 DE 2015, la


corte constitucional habla nuevamente al respecto del derecho al que tienen los
miembros de las Fuerzas Armadas y de Policía Nacional a obtener una nueva
valoración médica y nos reitera:

 “El derecho a la seguridad social puede verse eventualmente vulnerado,


cuando se niega a los soldados retirados una nueva evaluación, después
de que el acta de calificación de la junta médica está en firme cuando ésta
no se ha controvertido, o con posterioridad a que se haya expedido el
dictamen del Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, si
las enfermedades reconocidas han progresado, afectando los derechos de
las personas que prestaron en algún momento sus servicios
diligentemente al país. El Ejército Nacional tiene la obligación de practicar
una nueva valoración médica a los soldados retirados que no acrediten el
porcentaje requerido para acceder al derecho a la pensión de invalidez,
siempre que (i) exista una conexión objetiva entre el examen solicitado y
una condición patológica atribuible al servicio; (ii) se trate de una patología
susceptible de evolucionar progresivamente; y (iii) se refiera a un
desarrollo nuevo, que no haya sido previsto en el momento del retiro.”

Y también son muy enfáticos en cuanto al principio de continuidad de la


prestación del servicio de salud a ex soldados y nos dicen:

 Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional tienen la obligación de


continuar prestando el servicio médico, a la persona que estando en retiro
lo necesite, cuando i.) El afectado estaba vinculado a la institución en el
momento en que se lesionó o enfermó, es decir, cuando la atención
solicitada se refiera a una condición patológica atribuible al servicio y ii.)
Siempre que el tratamiento dado por la institución no haya logrado
21

recuperarlo sino controlar temporalmente su afección, la cual reaparece


después. Dicho servicio debe incluir asistencia hospitalaria y farmacéutica
completa pues de negarse a ello se vulneraría el derecho de los afectados
al restablecimiento de su salud y a la dignidad humana. En conclusión, la
jurisprudencia de esta Corporación ha reconocido que el derecho a la
salud puede ser eventualmente vulnerado, cuando a consecuencia del
retiro del servicio de un soldado profesional que padece una enfermedad
originada durante el servicio, se suspende el tratamiento médico, siempre
que (i) las lesiones hayan ocurrido durante el servicio y (ii) el tratamiento
ofrecido no haya sido suficiente para lograr su recuperación.

DE OFICIO

Señor juez, si es de su voluntad que se deba realizar valoración por parte de


medicina legal para determinar las patologías que sufro tanto Oftalmológicas
como Psiquiátricas y se haga un estudio de mi historia clínica y se dé un
concepto definitivo de mi situacion medica.

PRETENSIONES
Teniendo en cuenta los hechos y consideraciones jurídicas relacionadas y para
restablecer los derechos fundamentales vulnerados solicito respetuosamente a
usted Señor juez disponer y ordenar a la parte accionada lo siguiente:

Tutelar los derechos fundamentales Constitucionales a la vida, a la salud, a la


dignidad humana; de la persona discapacitada, mínimo vital y demás que estén
siendo vulnerados o en peligro de vulneración, y que se libre MEDIDA
PROVISIONAL y

1) Que se ordene a MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL, EJERCITO


NACIONAL, DIRECCION DE SANIDAD Y TRIBUNAL MEDICO LABORAL
DE REVISION MILITAR de manera urgente y atendiendo a la medida
provisional se empiece a dar servicios médicos, hospitalarios,
farmacéuticos necesarios, por parte de sanidad militar y se entreguen los
medicamentos recetados por los galenos tratantes en las consultas, ya que
por el régimen subsidiado de salud ha sido imposible el tratamiento médico.

2) que se ordene en un tiempo moderado una nueva junta de medicina


laboral y se tengan en cuenta:
I. el informativo administrativo por lesiones firmado por el TC.CDTE. BAT.
No13 “GARCIA ROVIRA” JOSE OSCAR GARCIA BATTE del 13 de nov de
2001
II. la nueva historia clínica aportada, incluido el concepto medico de medicina
laboral emitido por el Dr. Julio Omar Gamboa Amaya.

3) Que si se hace merecedor de una pensión de invalidez se hagan todos los


trámites respectivos para este asunto.

4) Solicitar a CAFESALUD ARS certificado de la medicina entregada y desde


cuando no han hecho entrega de la medicación que está pendiente que
solicitaron los médicos tratantes con respecto de mis patologías médicas.
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PRUEBAS
Con el fin de establecer la vulneración de los derechos fundamentales, solicito al
señor Juez tener en cuenta las siguientes pruebas:
1. Fotocopia cedula ciudadanía mía y de mi esposa.
2. Copia del registro civil de nacimiento de mi hijo.
3. Copia del informativo administrativo por lesiones.
4. Junta medico laboral No 29977.
5. Copia del tribunal médico laboral0 No 3925.
6. Copia del acta adicional del tribunal médico laboral No 4313 (9).
7. Copia de la orden administrativa del personal de Comando del Ejército No
1103 del 28 de febrero de 2010 de retiro de soldados profesionales.
8. Copia de historias clínicas de ingreso al Ejército Nacional.
9. Copia de la aceptación de decretos 1793 y 1794.
10. Copias de historias clínicas de la clínica Carlos Ardila Lulle, Hospital militar
Nororiental, cedco s.a.s, Hospital Psiquiátrico san camilo.
11. Concepto de medicina laboral del dia 25 de septiembre de 2016.

COMPETENCIA
Es usted Señor Juez para conocer de este asunto por su naturaleza y el lugar de
ocurrencia de los hechos que motivan la presente acción al haber sido
violentados, de acuerdo con el artículo 37 del decreto 2591 de 1991.

JURAMENTO

Bajo la gravedad de juramento manifiesto no haber interpuesto tutela por los


mismos hechos ni las mismas pretensiones ante otra autoridad judicial.

ANEXOS

Los documentos relacionados en el acápite de pruebas

NOTIFICACIONES

 A la parte accionada: ministerio de defensa nacional Cra 54 No 26 – 25


CAN
Ejército nacional Cra 54 No 26 – 25 CAN, dirección de sanidad ejército
nacional Cra 7 No 52 -48/60, tribunal médico laboral de revisión militar Calle
13 No 26 -50 edificio residencias Tequendama piso 6

 la parte accionante: cra 21 c no 22-04 villa campestre tercera etapa piso


dos
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Atenta y cordialmente,

_____________________________________________
OLIVER OMAR CLAVIJO LIZARAZO
C.C. No 88.237.347 de Cúcuta.

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