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Recuerdos en Violeta

Hoy como siempre me levante a desayunar, tomar el diario para pelear o reírme de las
estupideces que siempre trae la prensa: Asaltos, accidentes, peleas de políticos, nada que me
agradaba, y que no sé si por morbo o masoquismo, eran parte mi desayuno diario su lectura.
Pero esta vez no fue así. Sentí dolor, pena, un nudo en la garganta que no me permitía siquiera
probar bocado, ya que luego de la portada, en un pequeño recuadro de la siguiente hoja decía:
“Mañana 8 de Abril comenzaran los trabajos de demolición para la construcción del mall que
traerá muchos beneficios al sector, pese a reclamos de vecinos que retasaron casi 20 años su
construcción”. Ese viejo barrio donde crecí y que paradójicamente justo un día 7 de Abril, hace
20 años había dejado de verlo.

El recuerdo, fue como el flash de una foto que encandila, la cantidad de imágenes que vinieron
a mi mente, aquellos recuerdos de mi niñez: esos partidos improvisados en la calle, las carreras
luego de tocar el timbre de algún vecino o esos cumpleaños, ah y por supuesto Elisa. Aún
siento nervio al pensar en ese pálido rostro, su pelo tomado, esa tierna sonrisa, ese aroma a
violetas que siempre tenía y la forma en que me eludía cuando quería que me mostrara aquella
libreta roja con candado, ese diario de vida que “algún día lo vas a ver, pero hoy no”. Ella me
dijo que no quería que la llevaran a otro barrio, pero según lo que dijeron en el barrio su padre
había vendido la casa por mucho dinero, a aquel tipo de maletín que quería construir un centro
comercial y se fueron de noche sin decirle nada a nadie para que no tuvieran reclamos de los
vecinos por su actuar, lo extraño es que mis padres hicieron lo mismo el día siguiente aquel 7
de abril.

Por alguna razón, esos recuerdos me levantaron de mi asiento dirigiendo mis pasos hacia ese
viejo barrio. Cuando llegue estaba cerrado todo el lugar una pared de madera con un cartel
de no pasar. Como pude me las arregle para entrar, no podía salir de ahí, sin despedirme y
reconciliarme con mis recuerdo de infancia. Toda la manzana estaba oscura, vacía sentí pena
al pensar que por aquellas calles donde corrí tantas veces y ahí mismo donde tuve tantas
alegrías se siente un ambiente de silencio, penumbra como si el lugar supiera lo que le pasará
mañana a esta hora. Recorrí las calle vi mi casa, la de mis amigos y justo en esa esquina, la
puerta que siempre golpeaba para ver sus ojos con la excusa de querer leer su diario, la casa de
Elisa. No sé porque cuando me acerque a esa puerta, advertí que estaba entreabierta, pero, mi
asombro fue mayor al asomarme y ver en un rincón entre unos periódicos viejos una libreta
roja que siempre quise ver. Me acerque, la tome y la abrí solo quería saber porque se fue y no
se despidió de mí.

Así que, no pude evitar leer la última página: “6 de abril. Querido diario, Hoy nuevamente ese
muchacho raro me pidió que te mostrará, no quiero pues se enterara que me gusta y no quiero
que lo sepa hasta que me lo diga ahí podrá leerte ojala sea pronto, pues papá está molesto pues
no quiere vender la casa a ese señor extraño pero dice que tiene miedo a lo que pueda pasar
a mamá y a mí. No quiero irme, como le comente a ese chico, pero no entiendo bien porque
papá y mamá hace más de un mes cada noche hablan de si venden o no y mamá llora mucho,
lo único que sé, es todas las noches tiran cosas raras y dicen palabras extrañas a la puerta y en
la mañana viene ese señor a ofrecer más dinero, pero lo que me tiene feliz es que hace un rato
papá dijo nos vamos a quedar, sea lo que sea”.

Estaba consternado no se iban a ir ¿porque desaparecieron, dejando todo?, no entendía nada,


sentí que alguien se acercaba, probablemente el cuidador del lugar, por lo que me oculte,
adentrándome más en la casa, no sé como pero me oculte en la pieza de Elisa pues tenía ese
arbusto de violetas, que con los años es gigante y tiene impregnado su aroma en toda la pieza.
Ví ahí con sorpresa en un closet interior, entre mucha basura, botellas desde quien sabe cuánto
tiempo que estaban ahí, otra libreta roja con número 2, tome esa libreta y comencé a leer: “7
de Abril. Querido diario fue raro cuando mi papá llamo al señor del maletín anoche cuando
escribía en el otro diario, diciéndole que no quería vender y que lo dejara de molestar no le
tenía miedo a él y que no se acercara a ninguno de nuestros seres queridos, pues puso algo
como protección a nosotros. Lo extraño es que, se escuchó después muy tarde un grito y
después ya no escuche nada, pero cuando desperté hoy en la mañana aún no hay ruido, no hay
nadie en mi casa y la calle está vacía, no contesta nadie, tengo miedo no sé qué ocurre quiero
ver a mis papás solo te tengo a tí querido diario … espera sentí un ruido voy a ver, de ahí te
cuento.” Cuando cerré el diario sentí el abrazo de alguien y escuche esa voz que hace mucho
tiempo no oía, que susurraba “tengo mucho miedo no me sueltes por favor”. Se me heló el
cuerpo, quede inmóvil y no quería mirarla, solo fije la mirada al pis, en donde había un diario
antiguo que decía en su portada. “Encuentran cuerpo de dos niños con data de muerte ayer, 7
de abril a las 11:00 horas, se presume que está relacionado con las presiones de la empresa
constructora para ejecutar el proyecto del Mall, por lo que se frenara el proceso de
construcción de este Centro Comercial”.

Daniel Villalobos M.

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