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Siglo XVIII, siglo de viajes, demanda de libros de viaje (público lector, Academias de
ciencia que demandan datos, Estados que financian viajes).
Qué ocurre en LCC? Heterogeneidad discursiva, las formas que apuntan a lo empírico
del viaje (estadística, datos objetivos, descripciones técnicas), se cruzan con otras
tradiciones discursivas, la picaresca, la cita literaria, el diálogo renacentista, la crónica
de indias, la égloga pastoral, la crónica virreinal (Pupo Walker, Campus). LCC produce
una mayor “inestabilidad” del género.
LCC como “libro de viaje” mantiene las dos vertientes que se derivan del viaje: el relato
y la guía. Es “relato de un viaje” y también guía (consejos al viajero).
Es viaje y es también “parodia” del género. El texto parodia el viaje educativo, propio
del siglo XVIII. Carrió instruye continuamente a Concolocorvo. Una instrucción muy
particular ya que aprovecha para recordarle continuamente su inferioridad. El texto
muestra una “escena de aprendizaje” de la escritura. El letrado enseña al iletrado: ser
conciso, ser preciso, “economizar” las palabras (frecuentemente el recrimina lo
“dilatado” de su informe). (ver Zanetti).
LCC apuesta por el viaje útil (científico, productivo): es básicamente un informe para
las autoridades, donde apunta al progreso, reforma y comercio (objetivos de la corona
española, bajo el imperio de los Borbones, particularmente Carlos III).
ACV: doble pertenencia: español metropolitano, español criollo. Su vida (ver Altuna,
Campus, para datos: nace 1716, en México 1736, en Lima 1746. 1771, Visitador de la
Superintendencia de Correos y Postas ruta BsAs-Lima). Funcionario español, pasa toda
su vida en América desde los 20 años, primero en Nueva España y luego en Perú. Se
presenta como un consumado conocedor del territorio. Se presenta como “español
americano”, pero su mirada es metropolitana, aunque manifieste pertenencia al grupo
criollo limeño (casado con limeña de familia encumbrada). Inicia viaje 1771, concluye
1772. Publica 1776-77 (aunque fecha de edición figura 1773).
El texto propone un pacto al lector: quien lleva el diario/memoria de donde salen los
datos es ACV, quien hace el resumen y escritura de lo que leemos es Concolocorvo.
Altuna habla de una “ficcionalización del plano autorial”. Plantea interrogantes.
Formulamos la pregunta ¿por qué el español “cede” (en la ficción que propone el texto)
la escritura al indio siendo la escritura la “tecnología” propia del europeo? Varias
hipótesis
Hipótesis: el texto coloca en escena, de un modo naif, de un modo casi ingenuo, una
relación colonial de “subordinación” y “aculturación”. Los discursos inocentes
(costumbristas, de doble sentido, fisiológicos, chanzas, pretendida armonía entre
español y americano) encubren la ideología colonial que sustenta el Visitador.
Enunciadores y personajes
Maurice Molho, “El pícaro de nuevo” (Campus), marca cuatro temas básicos del
“picarismo”:
1. discurso del yo, primera persona
2. linaje infame (bastardía, sangre conversa, vileza padre y madre) predetermina
conducta moral
3. antítesis honor (fundado en sangre) y des-honor (el pícaro encarna el des-honor,
marginalidad social, robo, mendicidad, obsesión dinero)
4. pone en cuestión código moral social dominante, es crítico-didáctico.
Molho habla de la “novela familiar” del pícaro (padre ladrón, madre prostituta, pater
semper incertus, mater certissima).
Preguntarnos ¿por qué la figura del pícaro en la América colonial? Los sujetos
coloniales pueden tener analogías con el pícaro:
Exordio
De ingreso, señala ese lugar “oblicuo” del enunciador. “Peje entre dos aguas”. Un habla
coloquial, popular, próxima oralidad, proclive a la “vulgaridad”. De entrada hace
alusión al “mundo del hampa”, su “destinatario”. La pregunta por el destinatario
(viajeros americanos, lectorado metropolitano, pero también americano, regional
(Zanetti se ocupa del público lector)
Establece dos “tonos”. Serio y jocoso – Pesado y leve. Serio: atribuido al “funcionario”,
ligado al “discurso burocrático” y a la cultura alta. Jocoso: atribuido a Concolocorvo.
Si bien ambos se terminan fusionando.
La estructura del libro obedece a la del itinerario del viaje (DA 1734, “la fórmula que se
da para dirigir algún viaje, en que se ponen regularmente los lugares y posadas por
donde se hace tránsito”). Itinerario: dos partes, de Montevideo a Jujuy y de Cuzco a
Lima.
El género viaje es itinerario más digresión (ver Colombi, “El viaje…”, Campus). En
LCC se produce una tensión entre:
1. Descripción técnica/científica del itinerario: demografía, postas, carretas, caminos,
comidas, apunta a “utilitas” y necesidad – “relaciones sucintas”. Viaje “útil”,
científico/naturalista. El objeto es narrar el itinerario (ir de posta en posta y de de ciudad
en ciudad)
b) Digresión argumentativa.
Rebate sistemáticamente las tesis lascasianas (sin nombrarlo, la misma estrategia de Las
Casas respecto a los conquistadores), habla de “plumas ensangrentadas”. . Desmiente
así la “leyenda negra”
1. El trabajo forzado en repartimientos, obrajes. Defiende el repartimiento como
modo de combatir la holgazanería del indio. Visión productiva del indio, que
produce “como abeja” en un panal ordenado (el repartimiento)
2. Niega la despoblación (la “destrucción” de Las Casas), datos incorrectos, no hay
marcas de ciudades que atestiguen la mayor población.
3. lo atribuye a la “envidia extranjera”
El mapa de la colonia
Hipótesis: El LCC: cumple la misma función que las “Pinturas de casta”. Clasifica y
tipifica la diversidad colonial. También ofrece una “falsa armonía”, el “diálogo” entre el
español y el indio. Y representa continuamente las relaciones jerárquicas, de
subordinación y servicio.
Mestizos
Concolorvo (secretario, amanuense y compañero de viaje de Carrió). Devaluado
(asociado al pícaro, al gitano). Frecuentes alusiones a su color, su ignorancia, su
incapacidad para la brevedad del relato, su condición social ambigua (indio, inca,
mestizo). Esta alternancia de pertenencias ha sido leída como una suerte de
incongruencia. Altuna (Campus): “factor racial fluctuante”, “desestabilizado”.
Indios. El discurso del LCC suma nuevos estereotipos que tienen gran pervivencia:
haraganes, tramposos, borrachos, todo lo dudan, idólatras (Cap. XVIII). Como
componente positivo: habilidad en las artes y las ciencias. Pero aún lo positivo pasa por
negativo: los hacen porque no les gusta trabajar con el cuerpo. Exactitud, cuento de los
cien azotes.
Las ciudades. Su descriptio civitatis se atiene a los “índices de progreso” del presente
(no se pregunta por su historia, fundadores), los índices que toma son edificación,
vestimenta, mujeres/hombres, demografía y salud, estudios, autoridades, número de
habitantes, transitabilidad y comunicación, educación.
Buenos Aires: encuentra adelantos desde 1749. Frutas, casas bien edificadas, extensión
22 cuadras, vestimenta como europeos, mujeres pulidas, no lujosas, pero acicaladas y
delicadas costureras. Hombres circunspectos y de buen genio. No hay estudios públicos.
Virrey Vértiz. Número de almas (22000). Correos a partir de 1748. Dividida en cuadras
pero intransitable en tiempo de aguas. Plaza, cabildo, catedral, comerciantes, agua
(pesca con carreta). En la “anécdota” callejera centra la crítica (la carne desperdiciada).
La carne tópico de la ciudad de Buenos Aires, “El matadero” de Echeverría.
Bibliografía
Altuna, Elena, “Y dio fin este cansado viaje histórico”, en El discurso colonialista de
los caminantes siglos XVII-XVIII, Ann Arbor, Latinoamericana Editores, 2002.
Colombi, Beatriz, “El viaje, de la práctica al género”, en Mónica Marinone y Gabriela
Tineo (Editoras), Viaje y relato en Latinoamérica, Buenos Aires, Katatay, 2010.
Bataillon, Marcel, “Introducción a Concolocorvo y a su itinerario de Buenos Aires a
Lima”, Cuadernos Americanos, vol. 111, n. 4, 1860.
Ocasio, Rafael, “El lazarillo de ciegos caminantes, una visión de la organización social
en el mundo virreinal”, Cuadernos americanos, vol. 261, n. 4, 1985, 170-183.
Pupo Walker, Enrique, “Notas para una caracterización formal de El lazarillo de ciegos
caminantes", Anales de literatura hispanoamericana, n. 9, 1980, 187-210.
Stolley, Karen, El Lazarillo de ciegos caminantes: un itinerario crítico, Hanover,
Ediciones del Norte, 1992.
Zanetti, Susana, “La trama de lectura y escritura en El lazarillo de ciegos caminantes”,
en La dorada garra de la lectura, Rosario, Beatriz Viterbo, 2002,