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Naturaleza de la ética

Autor: Patricia Debeljuh

Las cuestiones propias de la ética atañen a cada persona de un modo íntimo. Aunque el ambiente social dominado por el
relativismo lleva muchas veces hasta una cierta indiferencia ante la moral, nadie puede evitar enfrentarse con dile mas éticos en
la vida cotidiana. Tales problemas afectan a todas las personas porque se refieren a su conducta y a su modo de relacionarse
con los demás. Ante estos planteos morales, los hombres han tenido que buscar una solución y han adoptado alguna
postura frente a ellos.
 
Cada persona juzga inaplazable la respuesta satisfactoria a preguntas como: ¿debo cumplir las promesas hechas en cualquier
circunstancia? ¿Cómo se puede distinguir lo bueno de lo malo? ¿Es siempre malo mentir? ¿Basta la buena intención p ara actuar
bien? ¿Las normas morales son fijas o cambian con el tiempo? Frente a estos interrogantes y a tantos otros que resulta
imposible enumerar se advierte, claramente, que la persona necesita ajustar sus acciones a ciertos parámetros.
 
En este primer capítulo se analiza la naturaleza de estas cuestiones mora les, se define que es la ética y cuál es su objeto de
estudio y, después de considerar su método, se explica la relación de este saber con otras ciencias. Una reflexión acerca del
trasfondo ético que funda todo quehacer profesional cierra este apartado.
 
1.    Naturaleza de la ética
 
Todos los hombres, a lo largo de las generaciones, se han cuestionado la esencia del bien y del mal en el mundo. Lo han hecho,
siempre, partiendo del análisis de las acciones humanas. En cualquier dimensión de la vida, cabe reflexionar acerca de un modo
bueno, virtuoso de comportarse o, al revés, de una manera deshonesta y viciosa de actuar. Se puede trabajar bien o mal,
ser un buen amigo o no serlo, manejar un vehículo correctamente o de modo imprudente, en definitiva, desempeñar un buen o
un mal papel en cada una de las actuaciones. Permanentemente se valora la realidad. A través de los juicios éticos, se
compara lo que pasa con lo que debería pasar. En última instancia, esa cuestión del bien y del mal esta íntimamente relacionada
con el obrar humana. Se puede decir que una persona es lo que es su comportamiento moral y por eso la ética resulta tan
importante que no deja indiferentes a los hombres.
 
La persona comenzó a plantearse estas cuestiones cuando tomó conciencia de que el ejercicio de su acción libre no significaba
simplemente una elección sobre cosas externas a ella. Esta es la más inmediata y evidente dimensión de la libertad, pero no la
única. Su libertad tiene un alcance más profundo y decisivo: al optar sobre esta o aquella cosa, sabe que está decidiendo sobre sí
mismo, esta eligiendo el tipo de persona que quiere ser. Es el propio sujeto el que, como consecuencia de sus decisiones,
alcanzara la felicidad o la frustración. Por eso, al tomar conciencia de su libertad y ejercerla, el hombre se enfrenta con la
cuestión de su responsabilidad.
 
Cada persona es protagonista de su propia vida y, por lo tanto, de su existencia moral. Teniendo en cuenta un conjunto de ideas,
valore y criterios, toma determinadas decisiones y enjuicia el comportamiento de los demás. Partiendo de este conocimiento
moral espontaneo, el hombre es capaz de investigar racionalmente los fundamentos de la moralidad de sus acciones. La
ética pretende esclarecer filosóficamente la esencia de la vida moral, con el propósito de formular normas y criterios de juicio
que puedan constituir una valida orientación en el ejercicio responsable de la libertad personal. La ética es la parte de la filosofía
que estudia la vida moral del hombre. Se centra en una dimensión particular dentro de la realidad humana: el comportamiento
libre de la persona y, por ende, su conducta responsable. Como toda disciplina filosófica, la ética reflexiona sobre la realidad por
sus últimas causas, por sus últimos porqués. De manera racional y sistemática, estudia la verdad última acerca del sentido de la
vida humana, desde una perspectiva de totalidad y con el propósito de sacar a la luz sus aspectos más profundos y universales.
La ética reflexiona sobre el significado último y profundo de la vida moral y se pregunta por el fin que persigue el hombre en su
vivir, para determinar, a partir de esa meta, aquellos comportamientos mediante los cuales podrá alcanzar la feli cidad. De
estas consideraciones se deduce fácilmente que la ética está al servicio del hombre para ayudarlo a vivir mejor, en un sentido
más humano.
 
El origen etimológico del término "ética" puede aclarar la naturaleza de esta ciencia. Ética es un término muy antiguo, usado con
frecuencia ya en el mundo griego. Procede del vocablo éthos y se traduce por ciencia de las costumbres. Lo mismo se aplica al
término "moral", que deriva del latín mos, es decir, costumbre. Sin embargo, si se quiere precisar aún más la significación de la
palabra ética hay que remontarse a dos interpretaciones. En su origen, se encuentran dos términos griegos que tienen la misma
raíz semántica: éthos (con epsilon) y éthos (con eta). El original parece ser éthos que significa costumbre y se refiere a los usos
y principios que rigen en una comunidad y guían la vida de la polis.
 
No hay que olvidarse de que se trataba de una época cultural en la que el individuo era considerado miembro de un grupo social
y, en consecuencia, se debía regir por aquellos principios que favorecían la convivencia. Tal tipo de conducta fomentaba ciertos
usos o costumbres sociales que motivaban hábitos de comportamiento en cada persona. "En tal acepción, `ética' evoca la
conducta social más que la valoración de las acciones que se originan en la propia concien cia individual. Pero es evidente que la
eticidad de cada persona se enriquece en la medida en que interioriza esas normas morales que rigen en la vida social, al
mismo tiempo que la conducta personal se reflejaría de inmediato en su comportamiento en la convivencia social.
 
El término éthos (con eta), tal corno lo usa Aristóteles se refiere al "carácter", o “modo habitual de ser”. Esta significación tiene
más connotaciones individuales que' sociales pues hace referencia a la personalidad. Remite al conjunto de cualidades que
distinguen a una persona en su obrar. Cuando se habla de "carácter " o "modo de ser" no se alude al temperamento o a la
constitución psicobiológica innata de una persona, sino a la forma de ser que ella adquiere para sí mis ma a lo largo de su vida,
emparentada con el hábito que es bueno, si la perfecciona (virtud), o malo si la pervierte (vicio). De aquí se desprende que, muchas
veces, la ética se identifica con el ejercicio de las virtudes o hábitos que el hombre se esfuerza por adquirir:
 
En latín, un solo término expresa esa doble aceptación indicada más arriba. Mos, del que deriva “moral”, significa “costumbre” y de
ahí que se considera la moral como la ciencia de las costumbres. Si bien es cierto que ética y moral se identifican en su significado,
en el curso de la historia recibieron contenidos diversos ética se utilizaba para la ciencia filosófica, y moral para el ámbito de la
teología que estudia las acciones que tienden a alcanzar el fin sobrenatural del hombre. Moral, a su vez, podía tener un
significado sociológico referido a las valoraciones morales de una sociedad, o bien un sentido meramente psicológico, como un
estado de ánimo que indica una experiencia habitual de todas las personas. Así, por ejemplo, se dice que una persona tiene "una
moral alta" o bien que esta "desmoralizada". En sentido estricto, "moral" se aplica al acto humano con relación al bien y por eso
actualmente se presenta una tendencia a usar ambos términos -ética y moral- indistintamente.
 
Lo ético comprende las disposiciones del hombre, su carácter y sus costumbres, que constituyen un modo propio de ser, una
forma de vida que se va adquiriendo día a día a lo largo de la existencia. "En resumen, la ética hace referencia etimológica a las
'costumbres' y al `carácter' o `modo de ser'. Y, si bie n la et i mología -a1 menos latina- alude como más cercano al
tratado sobre las `costumbres' -y de ellas se ocupan extensamente los manuales-, la ciencia ética no ha de limitarse a este
estudio. Sin menoscabo de que deba enjuiciar y ayudar a la creación de costumbres, tanto individuales como sociales, no
obstante, en la línea de Tomes de Aquino, la moral ha de preocuparse, preferentemente, de la `personalidad o modo de ser
moral', o de lo que el Aquinate denomina 'virtud moral'. La ética o moral, con idéntica significación, estudiara los principios que
orientan la conciencia en la búsqueda de la elección de la elección del bien.
 

El hombre, constantemente, va construyendo su propia vida y, a través de sus acciones, está llamado a proyectar su futuro. Por
eso, la ética considera las acciones humanas en su relación con el modo de ser que la persona adquiere a través de
ellas, teniendo en cuenta el fin que se propone alcanzar. La ética estudia la conducta humana voluntaria incluyendo todas.las
acciones y omisiones sobre las cuales el ser humano ejerce, un control personal porque desea y entiende esos actos en relación
con un fin que tiene en vista.
 
A modo de conclusión, se puede definir la ética como aquella parte de la filosofía que estudia las acciones humanas consideradas
en relación con su fin último, tratando de obtener, mediante un método adecuado y apoyada en unos principios de validez
universal, un conocimiento cierto y sistemático de la debida ordenación de la conducta humana.
 
 

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