Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Olódùmarè creo la semana espiritual (Ose) de 4 dias (Ijo,Ojo), estas son hijas de Obàtálá y Òrùnmílà
quien les dio cada una a un Òrìsà Mayor donde seria fijada su adoración.
Esta ciclo se repite cada semana. Esta es la semana espiritual creada por Olodumare. Esto nos habla
Ìwòrì Wotu-Ìwòrì Òtura.
Los dias de la semana social son de 7 dias fue creda por Olódùmarè en Òkànràn Òfun donde asignó a los
801 Irunmole esta misión y cada dia recibió un nombre según la experiencia de cada Irunmole en esos
dias. Esto sucedió en el Ogba-Ase.
La semana original es de cuatro días, por influencia de los blancos se usa el calendario gregoriano con su
semana de siete días, existen dos versiones:
Una con que se enumeran los días:
La semana yorùbá es de cuatro días, se enseña que fue creada así por Ọbàtálá.
* Ọ̀ sẹ̀ Awo , Día de ifá Ọ̀ rúnmìlà; también se venera a Ọ̀ ṣún, Èṣù, Yemọja, Olókun, Ajé, Òsányìn, Òrìsà
Odù, Osun
* Ọ̀ sẹ̀ Ògún , Día de Ògún; también se venera a Ọ̀ ṣọ́ọ̀sì, Ija, Ẹgbẹ́, Erinlè, Òrìsàòkó
* Ọ̀ sẹ̀ Jakuta , Día de Ṣàngó; también se venera a Aganjú, Ọya, e Ìbejì, Ayan
* Ọ̀ sẹ̀ Òòṣà, Día de Ọbàtálá; también se venera a Egúngún (Eégún), Ìyámi Òṣòròngà, y Ṣọ̀ pọ̀ nná
(Obalúayé).
La vida de San Francisco de Asís es apasionante. La historia nos cuenta cómo, hace muchos años, hacia
el año 1100, un joven como cualquiera de nosotros comenzó a escribir una historia que hoy resuena en
el mundo y que llama a revolucionar nuestras mentes, reglas, órdenes y corazones.
El amor es el centro de esta historia. Aquello que la humanidad hoy pide incansablemente, aquello que
cada uno de nosotros necesitamos. A este joven lo invadió esa locura y decidió jugarse por amor y dejar
absolutamente todo: casa, comida, familia, orgullo y aplausos, algo que la sociedad de aquel entonces,
feudalista y elitista, consideraba la mayor deshonra.
Fue así que lo comenzaron a llamar “El loco de Asís”. Adjudicaban a una enfermedad, “la locura”, el
haber optado por no seguir siendo parte de un sistema sumamente individualista
Él es Francisco, un gran Santo que abrazó y defendió ideales que hoy sostienen muchas personas e
incluso el mismo Papa. Un loco por la paz, la simpleza, la libertad y la pasión por la hermandad. Conocé
la historia de este hombre que imprimió su huella en la historia, más allá de la religión.
Francisco de Asis
Nació en 1182, en la Ciudad de Asís, Italia, y su nombre de nacimiento fue Juan. Fue hijo de Pica y Pedro
Bernardone, un importante comerciante de telas que trabajaba con Francia y que decidió apodar a su
hijo “Francesco” por ese motivo.
Eran una familia rica y muy acomodada para su época. Francisco no demostraba mucho interés en el
trabajo de su padre ni en sus estudios, sino que gastaba su abundante dinero en diversión, amigos y
fiestas para mostrar lo ostentoso de su vida. Siempre soñó con las tradiciones caballerescas y a sus 20
años fue a la Guerra entre las ciudades de Perugia y Asis. Así fue que en 1202 cayó prisionero y estuvo
un año encerrado, en la soledad del cautiverio, hasta que su padre pagó el rescate. Fue una experiencia
fuerte, de profunda reflexión, donde descubrió que había algo de la vida que estaba llevando que le
generaba una gran incomodidad, y se despertaron en él muchas preguntas.
Desde ese entonces, comenzó a interesarse por los enfermos, incluso por los leprosos, cuidándolos y
hasta regalándoles sus bienes. Llevaba un testimonio renovador, basado en las enseñanzas del Evangelio
que habían sido ignoradas por muchos otros religiosos.
Diversos fueron los elementos que marcaron su espiritualidad, pero su principal característica fue sumar
a todo aquel que había sido ignorado de la sociedad, entre ellos la participación de la mujer en su
misión.
Uno de los momentos más importantes, que marcó su vocación, fue cuando, orando en el templo de
San Damián, sintió una inspiración que le decía: “Francisco, ve y repara mi Iglesia, no ves que está en
ruinas”
El joven, muy drástico en sus decisiones, vendió las telas de su padre y, con ese dinero, comenzó a
reparar ladrillo por ladrillo la parroquia, sin darse cuenta de que Dios le pedía que repare todas las
rupturas, carencias y egoísmos que mantenían los creyentes de la Iglesia de ese entonces.
Francisco contaba con un gran don para predicar y hacer milagros. Sus enseñanzas eran su ejemplo de
vida propio, su principal valor era la pobreza, de modo tal que nada del mundo lo limitara. Proponía una
forma de vida basada en la entrega a los demás, dando “gratuitamente lo que hayan recibido
gratuitamente.”
Su transversal conversación despertó el alma de muchas personas y sumó una gran convocatoria. Aún
así, Francisco jamás creó grandes mandatos para sus hermanos. Con una sencilla y breve regla, que
consisten en consejos benevolentes, se dirigió a Roma para que su Orden fuese aprobada por el Papa
Inocencio III. Fue él quien entendió que era una nueva cara del Evangelio y destacó su especial contacto
con los pobres. Así aprobó su regla y lo ordenó Diácono.
Con el correr del tiempo, el número de seguidores se volvió masivo y cada vez más personas se
convirtieron por sus palabras y, especialmente, por su testimonio de vida. De este modo, conformó su
Orden religiosa, que hoy en día se conoce como “Orden Franciscana”.
Donde fueron asesinados miles de hombres, mujeres, niños y ancianos. Por no compartir una creencia
religiosa llamada FE cristiana.
La cruzada fue algo más que una expedición militar. He hablado de peregrinación, y alguien
seguramente se sorprenderá. Pero el asombro se disipa si recordamos que la principal razón que
condujo a la Cruzada a tantos hombres y mujeres, a jóvenes y ancianos, también a los niños, a
potentados lo mismo que a rústicos labriegos, dejándolo todo para ir a liberar Tierra Santa era una
motivación de carácter religioso. Escribe el profesor Don Luigi Negri. "Las Cruzadas fueron un gran
movimiento de carácter misionero cuya motivación es básicamente la fe". Por lo tanto, la fe y el espíritu
misionero son el mismo fundamento de la cruzada...
Es sabido que de este extraordinario santo de la Iglesia Católica se nos viene transmitiendo una visión de
conjunto que dijéramos "dulzona y aguada".
Pero qué difícil se hace, incluso dijéramos que se hace sorprendente, creer que San Francisco de Asís fue
un defensor de la Cruzada.
En efecto, San Francisco de Asís acompañó a la quinta cruzada, iniciando en primera persona la misión
franciscana entre los musulmanes. No es verdad la creencia de que San Francisco acompañó a los
cruzados sin compartir la necesidad de armarse y, por lo tanto, luchar para liberar los Santos Lugares.
"El Sultán le dijo a Francisco de Asís: "Vuestro Señor enseña en los Evangelios que no se debe devolver
mal por mal, y que incluso no hay que negar el manto a quien quiera quitarte la túnica. ¿Qué hacéis
entonces los cristianos invadiendo nuestras tierras?".
Como puede verse, aquí nos hallamos frente a un San Francisco desconocido para muchos de nosotros
los católicos. Se trata de un defensor de los derechos de los cruzados, un partidario de la necesidad de
combatir por la fe en ese momento, presto a ofrecer en la medida de sus capacidades su tributo para el
éxito de la cruzada, aunque él no fuera un hombre de armas. Pero podemos entender esta postura de
San Francisco como algo común al cristiano medieval, entendiendo que la motivación fundamental de la
Cruzada fue la fe.
Tengamos en cuenta que la ocupación de Jerusalén por los turcos había puesto en peligro la memoria
histórica de los lugares en los que se había visto terrenalmente a Jesús. Y la fe, nuestra fe católica, se
cimenta en datos históricos y si estos datos históricos se ponen en peligro, estos hechos relativos a la
vida de Jesús, pueden poner en riesgo la fe.
Exhortó a todos los lectores de estas líneas que saquen sus propias conclusiones sobre SAN FRANCISCO
DE ASÍS.
QUIEN LIDERÓ CRUZADAS DONDE ASESINABAN A CIENTOS DE PERSONAS Y QUIEN DEDICÓ SU VIDA A LA
PROTECCIÓN DE LOS ANIMALES EVIDENTEMENTE REPUDIABA LOS SACRIFICIOS DE LOS MISMOS ENTRE
OTRAS COSAS.
*FASHOLA FAMILY*