Actividad de desarrollo:

Consigna 2:

a) Explicar las consideraciones en torno a la función docente expuestas en la bibliografía. (La

formación de maestros y profesores: Hoja de ruta.)

b) Analizar lo expuesto en el texto en relación al interrogante ¿Cuál es la función de este

trabajo? ¿Cuál es tu postura al respecto? (pág. 94-95).

c) Nombrar y explicar las características de la actividad docente.

Actividad Final:

Consigna 3:

Volcar las ideas más relevantes trabajadas en la consigna 2 en un mapa conceptual o red
conceptual.

Diseñar una preparación específica para la tarea docente supone analizar todas
las dimensiones involucradas en el ejercicio del rol, y a partir de ello definir
cuestiones a ser cubiertas en la formación a fin de posibilitar su desarrollo. Por
esta razón es crucial detenernos en el análisis de la práctica para la que se
pretende preparar, aproximarnos a la “identidad de la actividad”

La primera consideración gira en torno a la naturaleza de la función docente.

Cabe comenzar estableciendo que se trata de un trabajo; en cuanto tal, sujeto a
unas determinadas condiciones materiales que definen y enmarcan las
instituciones, ya caracterizado por un conjunto determinado de saberes,
específicos de tipo particular de actividad laboral de que se trata.
La docencia es un trabajo que tiene lugar en instituciones especializadas.

Este centro está estructurado por medio de recursos y relaciones que pueden
hacer que trabajo sea más fácil o más difícil, fructífero o fútil, remunerador o
desalentador” (Hargreaves, 1996:42).

¿Cuál es la función de este trabajo? En este punto se enfrentan diferentes

concepciones acerca de las funciones que desempeñan los docentes en la
institución escolar: facilitador, enseñante, asistente educacional y aun social…No
siempre la propuestas formativas se condicen con estas caracterizaciones:
abundan los planes de estudio precedidos por consideraciones genéricas acerca
de la complejidad de la tarea, la necesidad de formar docentes críticos,
capacitados para modos específicos de intervención en el ámbito institucional y en
el comunitario, en los que, sin embargo, es imposible encontrar un dispositivo
concreto, o un conjunto específico de saberes, de los que sea posible pensar que
habrán de conducir a tan elevada aspiraciones.

Por otro lado,el acuerdo en torno a la multiplicación de funciones, que afecta a la

definición misma de la tarea del docente, dista de ser general. Por el contrario,
numerosos especialistas ponen hoy el énfasis en la necesidad de recuperar para
el trabajo docente la centralidad de la función de enseñanza.

La formación de los docentes se ha centrado generalmente en modelos

restrictivos de la enseñanza que han dado preeminencia a una sola tarea
pedagógica: la fase interactiva, el “dar clase”. En este esquema se desatienden
no solo las otras fases de la enseñanza (la fase preactiva o planificación,la fase
posactiva