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CLASE 01

Conceptos generales en orientación vocacional

Autor: Sergio Rascovan

INTRODUCCIÓN

Hola...

Les doy la bienvenida a una nueva edición del curso Orientación Vocacional. Teoría y Técnica. La
gratificante experiencia que venimos desarrollando desde Punto Seguido nos entusiasma y nos
da ánimos para seguir trabajando en esta tarea de transmisión, pero también de intercambio y
de enriquecimiento entre colegas que viven y trabajan en regiones muy diferentes.

A partir de esta clase empezamos a transitar un itinerario común en el que esperamos aportar
conceptos, recursos, experiencias, inquietudes que nos ayuden a avanzar en la comprensión de
un campo de problemáticas humanas muy particular al que, genéricamente, se conoce como
vocacional. Del mismo modo nos interesa también aportar en dirección de la optimización de las
intervenciones que venimos realizando.

Por eso decimos que a lo largo de este curso iremos recorriendo los tópicos que consideramos
centrales en los discursos y en las prácticas de la orientación vocacional en la actualidad.

La propuesta para esta primera clase es compartir con ustedes una especie de hoja de ruta del
camino a transitar. Comenzaremos por plantear los objetivos generales y luego el desarrollo de
los contenidos distribuidos por clases.

A continuación, abordaremos algunos de los principales conceptos de la orientación vacacional y,


finalmente, haremos una presentación técnica del entorno virtual de trabajo. A su vez, en el
cierre, les propondremos llevar a cabo una actividad de intercambio para “romper el hielo”.

¿Están de acuerdo?

Me pareció escuchar que sí.

Entonces... los invito a empezar la tarea.

OBJETIVOS GENERALES

 Los objetivos generales que nos planteamos son:


Transmitir las principales categorías conceptuales de la Orientación
Vocacional: clínica y psicotécnica.

Promover la construcción de un paradigma critico en Orientación


Vocacional.

Proveer de herramientas para el diseño de programas en diferentes


campos: educación, salud, trabajo.

Proveer recursos y técnicas para distintos tipos de intervenciones


(psicológica, pedagógica y social) y para diferentes niveles de abordaje
(individual, grupal, institucional y comunitario).

Promover la creación de un espacio de intercambio entre las participantes


del curso a partir de la diversidad de procedencias: disciplinares,
institucionales y geográficas.

Consideramos necesario partir de las líneas que fueron configurando la matriz de origen de la
orientación vocacional: el discurso psicotécnico. Desde allí intentaremos caracterizar la crítica
que, principalmente desde el psicoanálisis (al menos en Argentina), se hizo a esta práctica y que
inauguró la denominada modalidad o estrategia clínica.

Lo que vamos a intentar puntualizar a lo largo del curso es que ambas maneras de concebir y
operar en orientación vocacional, esto es, la psicotécnica y la clínica, comparten -en sus
evidentes diferencias- cierto molde conceptual hegemónico, que consiste en recortar la
problemática en aspectos estrictamente individuales, y también en considerar el contexto como
una escenografía donde se despliega un problema y no como un contexto que se hace texto, en
tanto una dimensión constitutiva.

 Adherimos precisamente al paradigma crítico y es el que proponemos como superador de los


criterios reduccionistas de los modelos precedentes. El mismo se basa en considerar lo
vocacional como un campo de problemáticas atravesadas por variables de distinto orden,
irreductibles a lo psicológico, lo social, lo económico, etc. La idea será pensar lo vocacional como
un nudo, como una encrucijada donde las diferentes variables que lo componen se entrecruzan
configurando una trama inextricable. Lo central será pensar y operar con los problemas
vocacionales articulando permanentemente lo singular con lo colectivo.

Explicitar lo conceptual, lo teórico está al servicio de esclarecer y de optimizar las


intervenciones. Como diría Cornelius Castoriadis, se trata de "pensar lo que hacemos y saber
lo que pensamos".
Así nos planteamos distinguir los sectores en los que se puede intervenir (salud, educación,
trabajo) con el propósito de identificar sus cualidades específicas y proveer de herramientas para
el diseño de programas. Es decir, nos proponemos identificar lo común y lo diferente que tiene la
intervención de orientación vocacional en cada campo, en cada sector o institución social. A su
vez al establecer las cualidades específicas desde una perspectiva conceptual, nos proponemos
proveer de recursos prácticos para cada tipo de intervención (psicológica, pedagógica y social), y
para diferentes niveles de abordaje (individual, grupal, institucional y comunitario).

Por último será nuestro propósito que el curso sea un espacio de intercambio entre tod@s
los participantes de experiencias, concepciones, discursos, prácticas, que nos permitan
recuperar la diversidad de procedencias tanto desde lo disciplinar como por las diferentes
inserciones institucionales y/o lugares de residencia geográfica.

CONTENIDOS DISTRIBUIDOS POR CLASES


Como decíamos, en esta primera clase trabajaremos con los principales contenidos de
orientación vocacional en un recorte relativamente arbitrario, pero cuyo propósito es empezar a
situar algunas ideas que iremos desplegando ulteriormente.

En la clase dos caracterizaremos el actual escenario social y su impacto en la subjetividad. La


nueva configuración del contexto social ha generado la necesidad de una redefinición de los
problemas vocacionales. Será una clase teórica que nos permitirá armar el “perchero”
conceptual desde donde pensamos y operamos en este campo. Incursionaremos en conceptos
tales como metamorfosis de la cuestión social, la sociedad salarial y los problemas vocacionales,
el derrumbe de la sociedad salarial, la “institución carrera” como forma privilegiada de construir
un itinerario vocacional, así como también las alternativas de itinerarios en tiempos de derrumbe
de la sociedad salarial. Dicho así resulta un tanto complicado. Pero tranquilos, ya lo iremos
viendo en detalle.

La clase tres estará dedicada a profundizar sobre las problemáticas de la transición,


principalmente la referida al pasaje de los jóvenes escolarizados de enseñanza media a la vida
adulta (representada por el universo de estudios superiores y por el mercado laboral).
Procuraremos distinguir ciertas particularidades en este proceso basándonos en el concepto de
moratoria psicosocial.
A su vez, intentaremos indagar sobre cómo piensan y arman los jóvenes sus proyectos futuros
en una cultura caracterizada por el “no hay futuro”. Qué paradoja, ¿no?

En complemento con la anterior, destinaremos la cuarta clase a compartir los datos y las
hipótesis sobre una investigación realizada en ocho escuelas públicas de sectores populares de la
Ciudad de Buenos Aires cuyo título fue "Las elecciones vocacionales de los jóvenes
escolarizados. Proyectos, expectativas y obstáculos".

En la quinta clase, nos dedicaremos organizar conceptual y prácticamente las diversas formas de
intervenir en el campo de la orientación vocacional. A su vez, nos propondremos articular la
orientación vocacional con la llamada salud mental comunitaria, como una de las formas
prácticas que puede adoptar el paradigma crítico.

A partir de la clase seis y siete, comenzamos la “bajada” a terreno. Es decir, abordaremos los
aspectos más prácticos, planteando un modelo de programa escolar denominado Programa de
Orientación para la Transición al Mundo Adulto (POTaMA). Se transmitirán los principales
objetivos, contenidos, actividades y recursos para llevarlo a cabo.

La octava clase la dedicaremos al desarrollo de un programa de orientación para el pasaje entre


niveles escolares. Se trata del POpEM (Programa de Orientación para la Elección de Modalidad).
Una intervención que se realiza para acompañar a los adolescentes que tienen que elegir un
trayecto en el polimodal (para el caso de la gran mayoría de las escuelas del sistema educativo
argentino), o una especialidad entre el ciclo básico y el ciclo superior en las escuelas de
enseñanza media de otras regiones.

La novena, décima y décimo primera clase serán destinadas a transmitir la concepción teórica y
las herramientas prácticas para llevar a cabo un proceso de orientación vocacional, desde la
perspectiva de una intervención psicológica, tanto individual como grupal.
Pondremos énfasis en la idea de pensar el proceso de orientación como una experiencia
subjetivante y en la decisiva importancia que tiene la posición del profesional que acompaña al
consultante en la búsqueda de su proyecto futuro. Desde luego, tomaremos contacto con algo
seguramente muy esperado por todos ustedes, como son los principales recursos técnicos que
sugerimos utilizar.
Para cerrar la experiencia, la décimo segunda clase estará dedicada al análisis de la
problemática vocacional de los sectores no escolarizados y de los jóvenes que, habiendo
finalizado su escolaridad media, no siguieron estudiando y/o no consiguieron empleo. La
intervención comunitaria será abordada desde lo teórico, pero también se presentarán algunos
programas específicos que se vienen desarrollando en la Argentina

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CLASE 01

PRINCIPALES CONCEPTOS

¿QUÉ ES LA VOCACIÓN?

La palabra vocación proviene etimológicamente del latín vocatio, que significa “llamado”. Indica
la acción de llamar y, derivadamente, el hecho de ser llamado.

También se puede tomar el vocablo vocare, que significa llamado interno.

De manera que desde su etimología la palabra vocación abre a dos acepciones posibles:

1. Como un llamado que alguien hace desde el exterior, desde afuera de un sujeto.

2. Como un llamado interno, una voz interior que impulsa al sujeto hacia determinados
“lugares”, actividades, ocupaciones.

Por influencia del discurso religioso, la palabra vocación connota una forma duradera de vida, o
un estado de vida al que el ser humano está llamado.

Con el tiempo se extendió a otras actividades humanas más allá de lo religioso y se lo asoció a
vocación profesional. A lo largo de la historia -y todavía en el presente- hubo ciertas profesiones
que tuvieron -y tienen- una fuerte asociación entre profesión y vocación. Las más extendidas
tienen que ver con la “vocación docente”, la “vocación médica”, la “vocación artística”,
habitualmente vinculadas con la idea de entrega y sacrificio.

Es así que cotidianamente el término “vocación” es utilizado como predisposición, tendencia,


“deseo de”, o inclinación hacia una tarea o actividad.

Si la vocación -tal como expresa el diccionario- es la inspiración con que Dios llama a
algún estado, podremos afirmar que cada persona tiene, desde el nacimiento su vocación
preestablecida. Pero esta aptitud con la cual cada individuo nacería, es un don de Dios. Es
decir, se trataría la vocación como una expresión de la revelación divina.
La noción de vocación como algo dado (desde el nacimiento) y que puede encontrarse en el
interior del individuo está muy ligada a la idea que tuvo origen en las sociedades modernas,
a partir del desarrollo del conocimiento científico:

la vocación como algo hereditario, genético.

En ambos casos -revelación divina o constitución genética- la vocación es algo oculto y la misión
del individuo sería vivir para descubrirla. Dicho de otra manera, la vocación nos invitaría a
intentar descubrir para qué fuimos hechos cada uno de nosotros.

Esta manera de ver la problemática vocacional, en la actualidad, se hace casi insostenible. La


relación de la vocación con el momento histórico en el que un sujeto vive es insoslayable. ¿Quién
podría haber dicho tener, en el siglo XIX, una vocación en “educación virtual”? Por citar sólo un
ejemplo que nos involucra a todos quienes estamos compartiendo esta experiencia.

Por eso decimos que la vocación se construye a lo largo de la vida. Y esa construcción tiene
que ver con determinadas inclinaciones y potencialidades de la persona; con el conjunto de
experiencias que va desarrollando en su vida social.

La vocación se construye a partir de los diversos vínculos que las personas


establecen con los variados “objetos” (personas, actividades, lugares,
experiencias) de la realidad social.

Si la vocación es entendida como un llamado interno, innato, que guía hacia una única actividad
determinada (carrera-ocupación), entonces se podría afirmar que la vocación no existe. Así
entendida, no habría vocación.

Si en cambio no hay una relación necesaria entre el sujeto y el objeto, si el sujeto no está
“atado” a un solo objeto, entonces se abre la dimensión de la libertad, y, con ella, la posibilidad
de elegir.

Por lo tanto, la vocación, más que revelación, es búsqueda como ejercicio de la libertad. La
vocación no es (si se la toma como proceso acabado), es un ser siendo como proceso de
creación.

Concebida en este sentido, como algo que se va construyendo a lo largo de la vida, “algo” que
se mantiene pero que también cambia, la vocación sí existe, y todos podemos tenerla.

Pero... ¿qué es la vocación?

La vocación es un entramado complejo entre los deseos del sujeto,


por un lado; y las posibilidades y ofertas del mundo sociocultural, por
otro.

La trama que se va tejiendo tiene que ver con los vínculos que las personas establecen con los
“objetos” de la realidad social. A su vez, el hecho de que una persona se vincule más o mejor
con determinadas personas, lugares, actividades o cosas, está íntimamente relacionado con el
mecanismo psicológico de la identificación.

 La vocación como categoría conceptual propia de la Modernidad expresa una certeza, un
absoluto que en la vida subjetiva podría hallarse, como venimos diciendo, vía revelación y/o
hallazgo o, por el contrario, a través de un proceso de construcción más o menos racional a lo
largo de la vida.

Ambas perspectivas, en sus innegables diferencias, se encuadran en el mismo paradigma: lineal,


certero y absoluto para pensar y operar en torno a la vocación.

Sería como pensar del siguiente modo:


“Si hay vocación, se la puede descubrir o se la puede construir”

Este razonamiento, sin duda moderno, se sostiene en la consideración de la vocación como


verdad.

Así concebida, la vocación aparece como portadora de una impronta de origen que la liga a un
llamado interno, innato en un caso, o a una construcción asociada con el conjunto de
experiencias desarrolladas en la vida social. Vocación que, de esta manera, se nutre de diversos
vínculos que los sujetos establecen con variados objetos (otros sujetos, actividades, lugares,
experiencias) de la realidad social.

Tanto desde una perspectiva como de la otra, la vocación es la que parece guiar al sujeto hacia
una única actividad determinada (carrera-ocupación). Y la orientación vocacional desde esta
concepción, sería la práctica psicológica que le asegure al sujeto descubrirla -en un caso- y/o
encontrarla -en el otro-.

Para nosotros, en cambio, la vocación más que revelación o construcción de algo seguro,
categórico será búsqueda. En este sentido, la metáfora del horizonte es la que mejor
representa la dinámica de la vocación como proceso incesante y, en cierta medida,
imposible:

Caminando hasta encontrarlo,


allí donde (no) está y
seguir siendo,
buscando,
viviendo.

El horizonte siempre presente, observable y escurridizo, en tanto producción imaginaria, le sirve


al sujeto para movilizarse ("caminante no hay camino, se hace camino al andar..."), para
activarlo, para ponerlo en marcha.
La paradoja del horizonte al igual que la vocación es que, al mismo tiempo, son y no son.
Repetimos, insistimos: la vocación no es (si se la toma como proceso acabado), es un ser
siendo como proceso abierto, indefinido, contingente. Entendida de este modo, como algo que
se va construyendo -deconstruyendo - reconstruyendo a lo largo de la vida, como algo que se
mantiene, pero que al mismo tiempo cambia, la vocación sí existe, y podemos desarrollarla,
enriquecerla, reorganizarla.
La vocación, como búsqueda de un horizonte y como proceso de construcción - deconstrucción -
reconstrucción de la subjetividad ligada al hacer, quedará necesariamente implicada en los
procesos relativos al deseo y el goce, con la herida narcisística que inevitablemente
producirá en la teoría y en la práctica de la orientación vocacional.

VOCACIÓN Y ELECCIÓN

Las actividades, las ocupaciones, los trabajos, los empleos son medios para desplegar lo que
podríamos llamar genéricamente deseo vocacional, en tanto fuerza, energía que nos inclina
sobre determinados objetos, y no sobre otros.

Muchas veces se confunde la vocación con una profesión u ocupación. Sostener esto
significaría pensar de una manera muy mecánica el fenómeno, como si fuese una relación
de tipo causal. La fórmula -para los que piensan así- podría ser:

“A una vocación, una ocupación”.

En realidad, afirmar que una persona tiene vocación para una única carrera, ocupación,
profesión sería casi un disparate. Sí, se podría reconocer la inclinación o preferencia por
determinado tipo de actividades. Lo que sobreviene a una preferencia es siempre un tema de
elección, que conlleva la toma de decisión. ¿Lo tomo o lo dejo?

En última instancia, nos pueden gustar varias o muchas cosas en la vida, pero el tema no es
sólo de gusto, de preferencia, sino de elección. Lo que es seguro, es que no todas las cosas que
nos gusten, podremos hacerlas simultáneamente.

Por eso es que la vocación lleva aparejada la elección, y la elección es un proceso y en última
instancia un acto, el de elegir algo.

En el preciso instante en que se toma la decisión de elegir algo, se deja afuera todo el universo
de alternativas relacionadas con aquello elegido.

Cuando uno elige, sobrevienen muchos interrogantes. Pero en una elección es determinante la
actitud de quien elige. La capacidad para tolerar las cosas que se dejan afuera.

El compromiso es fundamental. Esperar motivarme o salir a buscar el interés en aquello que


elegí.

¿Acaso la curiosidad no hace que uno se pueda entusiasmar por diferentes temas de la
realidad?

ACERCA DE LOS PROBLEMAS VOCACIONALES

Los problemas humanos en general y los vocacionales en particular se han complejizado en


los últimos años, y su abordaje requiere abandonar la ilusión de una teoría completa
explicativa de los diferentes objetos de estudio y adoptar una posición que reconozca la
transversalidad del conocimiento y recurra a los diferentes saberes, a modo de una “caja de
herramientas” en la que cada instrumental se utiliza en función de las necesidades que los
diferentes problemas del campo generan.

Lo vocacional es un campo (y no un objeto) en la medida que su


existencia supone un entrecruzamiento de distintas variables intervinientes:
sociales, políticas, económicas, culturales, psicológicas. Analizar la
complejidad de este campo implica respetar las diferentes variables que lo
constituyen, recurriendo a los saberes específicos de las diversas
disciplinas.

Se trata de adoptar un pensamiento plural, que no invalide las especificidades disciplinares


(asociadas a la idea de objeto), muy por el contrario, se nutre de ellas, con el propósito de
trabajar en red a través de una epistemología crítica.

Desde una perspectiva social, la elección de qué hacer, en términos de ocupación, está
estrechamente relacionada con el contexto social, económico, político, cultural. El contexto es
determinante de las formas particulares que adquiere la organización del trabajo y del aparato
productivo en cada sociedad, en cada momento histórico. (Ojetividad de primer orden según
Pierre Bourdieu).

Desde una perspectiva subjetiva, lo vocacional -tal como nos enseña el psicoanálisis- está
estrechamente vinculado con la dialéctica del deseo. La búsqueda de “objetos vocacionales”
-básicamente, trabajo y/o estudio- es incesante y, a su vez, contingente. No hay un objeto
necesario para un sujeto. El proceso de búsqueda de objetos que satisfagan el deseo es, por
lo tanto, interminable y desde luego, concomitante de la propia constitución subjetiva.

Los problemas vocacionales, asociados con el qué hacer, en términos de itinerario vital en el
área laboral y educativa, están hoy fuertemente atravesados por la incertidumbre en relación al
futuro, la fragmentación y marginación social, la desocupación y la precarización laboral, la
desesperanza y desesperación.

Estas características de la época actual están asociadas a la llamada metamorfosis de la


cuestión social, cuyo eje central es el derrumbe de la denominada sociedad salarial como
ordenamiento clásico de las sociedades capitalistas. (En la próxima clase ampliaremos sobre las
implicancias que el actual contexto social tiene en los discursos y en las prácticas en orientación
vocacional).

A partir de este nuevo escenario de la vida social agravado en los países subdesarrollados, o
periféricos por las crisis económica, pero también política, lleva a preguntarnos cómo inciden
estos fenómenos sociales en la producción de subjetividad, básicamente con relación a las
maneras que los seres humanos tienen de construir sus itinerarios de vida en las diferentes
formas del hacer, aquello que podríamos denominar genéricamente como itinerario vocacional.
Los itinerarios vocacionales en las sociedades modernas se organizaron centralmente
alrededor del trabajo, como sostén para la vida económica, pero también, y básicamente,
como fuente de derecho, de modo que la escasez o disminución del trabajo genera cambios
en las formas de organizar la vida humana.

En el contexto histórico actual, me inclino por pensar lo vocacional como


incluido en un campo mayor, la Salud Mental, aunque no exclusivamente.
Podría, también incluirse en otros campos mayores como son Educación y
Trabajo.

Adjetivar ciertos problemas humanos como vocacionales supone, entonces,


la articulación de tres categorías conceptuales: subjetividad, educación y
trabajo.

Pensar lo vocacional desde la perspectiva de la Salud Mental Comunitaria (SMC) implica un


cambio de paradigma. Se trata de revisar l os tradicionales modelos de abordaje en orientación
vocacional que, por lo menos en Argentina, privilegiaron la comprensión de los problemas
vocacionales en el ámbito del sujeto individual. Por lo mismo, las respuestas que se han dado
fueron a través de una intervención personalizada del llamado “consultante” (para diferenciarlo
del paciente, por un lado, y del alumno, por otro), individuo al que se lo diagnosticaba aplicando
diversos recursos. El diagnóstico podía elaborarse desde dos posiciones diferentes, aunque
igualadas en la supremacía de lo individual: la modalidad clínica y actuarial.

Recordemos que en su libro La orientación Vocacional. Una estrategia clínica, Rodolfo


Bohoslavsky distingue la modalidad actuarial (con una f uerte influencia de la psicología
experimental, considerada una práctica muy vinculada a la selección y orientación profesional, al
servicio de la medición de aptitudes, intereses, rasgos de personalidad, etc.) de la modalidad
clínica que, bajo la influencia del psicoanálisis, inició una nueva etapa caracterizada por la
preocupación en torno al sujeto que elige. Tal como afirma el autor, esta nueva modalidad de
intervención implicó el pasaje del “cuánto puntaje tiene y qué elige” a “quién es y cómo elige”.
Su principal aporte fue la recuperación del sujeto en el proceso de orientación. El consultante fue
entendido como sujeto -hacedor y protagonista de su propia historia- y no, como objeto de
medición.

Los dispositivos de orientación vocacional fundados en ambas modalidades (clínica y actuarial)


reforzaban las comprensiones naturales de lo vocacional , excluyendo a la vida socio-comunitaria
y a la cultura del análisis de la problemática y, por ende, de las acciones prácticas. Las
formaciones universitarias de grado en el país han sido subsidiarias de este modelo de
intervención, al propender a la producción de un profesional “especialista” en alguna área
aislable de la vida.

Los problemas vocacionales, concebidos como vicisitudes existenciales, son parte del
campo de la salud mental comunitaria (aunque no necesariamente formen parte del sistema
de salud), no pueden comprenderse desde la sola referencia a los individuos aislados,
tampoco en la abstracción de una causalidad social.
Los problemas vocacionales se ubican justamente en la relación entre
individuo y sociedad, y esta manera de pensar pone inmediatamente a la
comunidad en el centro del problema.

La aceptación de este nuevo campo para el abordaje de los problemas vocacionales modifica casi
todos los criterios anteriores: se requiere de un tipo de conocimientos que permita integrar y
articular diferentes áreas en que la tradición académica organizó el saber (antropología,
psicología, psicoanálisis, sociología, economía, pedagogía).

Esta diferenciación y especialización en la organización de conocimientos, y en las


especialidades a que da lugar, ha mostrado ser fuente de dificultades para un tipo de
acciones de salud que requiere comprender el problema en la complejidad de la vida social
y comunitaria, contextualizar los enfoques y los objetivos, y programar acciones con la
participación de sectores, instituciones y organismos comunitarios. Eso lleva a que la
formación profesional, fuertemente ligada a la comprensión parcializada de la problemática
vocacional de individuos aislados, se constituya en una presión importante para dar a la
atención en orientación vocacional un sesgo asistencialista, basado en la atención de
consultorio (aún cuando se atienda en ámbitos no hospitalarios, los valores de la atención
permanecen ligados a los del consultorio profesional).

ELECCIÓN DE CARRERA, UNA ELECCIÓN VOCACIONAL

Todavía está presente la elección de carrera como paradigmática de las problemáticas


vocacionales. Cuando abordemos los procesos de transición de la escuela media a los estudios
superiores y/o al mundo del trabajo (clase 3 y 4) nos propondremos ampliar esta noción y
procuraremos repensar sobre esta marca de origen.

Sin embargo, no desconocemos que todavía hoy existe una fuerte demanda social para que,
desde la orientación vocacional, se den respuestas a la problemática de elección de carrera.

Elegir un estudio de nivel superior es un experiencia trascendente en la vida de una persona,


porque con esa decisión comienza a proyectarse -tal vez como nunca antes- el futuro. De
manera que la elección de carrera va articulando tres dimensiones: estudio, trabajo, y en un
sentido más amplio, el tipo o estilo de vida que se llevará en la adultez.

Indudablemente, elegir una carrera hoy, no es igual que hace algunos años, por diversos
motivos, de los cuales dos son los que sobresalen:

1) La oferta de posibilidades de estudio ha aumentado considerablemente. En los últimos 10


años se incrementó a casi el doble la cantidad de instituciones y de carreras.

La variedad -en cantidad y calidad- de “objetos” de estudio hace de la oferta un verdadero


“mercado” académico. La complejidad que caracteriza al “mundo” de los estudios
superiores en la actualidad provoca que cada vez sea más difícil conocer esta realidad que
se presenta de manera caótica a todos los jóvenes a la hora de tomar decisiones.

2) Los cambios en el mundo del trabajo y su impacto en el desempleo, y la exclusión social.

Las actividades laborales son mucho más cambiantes, producto del impacto de las nuevas
tecnologías informatizadas. La carrera que un joven elige a los dieciocho años sufrirá muchos
cambios, y los trayectos profesionales tendrán un recorrido muy sinuoso, con muchas
alternativas. Por eso, más allá de elegir una carrera, habrá que estar preparado para adaptarse
a los cambios. En algún sentido, cada persona irá construyendo su propia carrera profesional, a
partir de sus estudios, sus trabajos, sus experiencias de vida.

  Elegir es, pues, un proceso y a la vez un acto.

Es un proceso en tanto está íntimamente vinculado con la historia personal de un sujeto; con un
conjunto muy variado de experiencias, anécdotas, objetos, personas y situaciones de vida.

El proceso de “construcción” de la decisión acerca de qué, cómo, cuándo, dónde elegir una
carrera se va armando y desarmando a lo largo de la historia personal, fundamentalmente a
partir del contacto con personas que nos rodean, muy especialmente los padres, amigos, y los
“modelos” o personas significativas.

El proceso de elegir es la acumulación de experiencias, pensamientos y sentimientos que una


persona tiene en relación a determinados objetos, en este caso el estudio. Este proceso supone
un tiempo en el que se va elaborando una decisión, a veces de manera consciente; otras, no
tanto.

Elegir es también un acto ya que implica la toma de decisión en un momento y lugar


determinados. Es decir, se puede ir pensando y “madurando” la decisión. Uno puede tomarse su
tiempo si así lo necesita -y si se lo permiten-, pero en el área del estudio hay una fecha
preestablecida para formalizar la inscripción a la universidad o al instituto terciario y, si no se lo
respeta, uno puede quedar afuera, al menos por ese año. Hay, por lo tanto un acto, aquel que
materializa la elección.
Es recomendable que en la elección de una carrera se tenga en cuenta
los tres aspectos centrales que están en juego en el campo vocacional: el
sujeto que elige, las ofertas de estudio, el contexto social-histórico-
cultural.

Para poder clarificar los aspectos implicados en la elección de una carrera, existen al menos
dos acciones que se pueden llevar a cabo y son:

- Conocer la oferta de “objetos”, tanto en el ámbito de estudio como de


trabajo.

- Conocer-se un poco más. Es decir, indagar o explorar algunos aspectos


personales, del presente y de su historia.

Los sujetos sociales pueden realizar ambos procesos individualmente (lo que no excluye
compartirlo en grupo). Sin embargo, cuando se hace difícil resolverlo de manera autónoma se
puede pedir ayuda. Precisamente es allí cuando se habilita la inclusión de un profesional de la
orientación vocacional.

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CLASE 01

FAMILIARIZACIÓN CON EL ENTORNO VIRTUAL

El campus virtual es el entorno tecnológico sobre el cual se asienta nuestra propuesta


pedagógica. En este edificio virtual, se materializará la vida académica de nuestra
comunidad virtual. Esto es: interacción entre docentes y alumnos, interacción entre pares,
acceso a biblioteca, debates académicos, foro social, correo interno, acceso a las clases,
tutorías, consultas, etc.

ESPACIOS DE TRABAJO DEL CAMPUS VIRTUAL

En este apartado daremos algunas precisiones sobre cómo nos vamos a manejar en nuestro
entorno virtual de trabajo. Nos interesa establecer acuerdos y describir algunas funciones que el
campus brinda para un mejor aprovechamiento del curso.

Dado que Ustedes están leyendo esta clase, damos por descontado que no han tenido
inconvenientes para acceder al campus, o al menos los han podido sortear con éxito.
En la página de inicio del campus, sobre el margen izquierdo en una barra vertical, se
encuentran las funciones a las que pueden acceder.

Entre ellas nos interesa que se detengan y lean el manual del usuario.

Sabemos que, por lo general, la gente evita leer los manuales o los
prospectos, sin embargo no dejamos de recomendar su lectura ya
que evita cometer errores y ayuda a un mejor desenvolvimiento del
usuario. La lectura está facilitada por el tipo de texto y documentada
con imágenes.

Todas las funciones del campus están allí claramente explicadas,


igualmente si persistiera alguna dificultad técnica clickeando en
ayuda automáticamente se comunicarán vía mail con la mesa
técnica de asistencia que atenderá su problema dentro de las 24 hs
de solicitado.

Desde el momento en que ustedes se incorporaron al Curso forman


parte de un grupo al que genéricamente denominaremos comunidad
virtual.

Trabajar en un campus de estas características implica aceptar


ciertas reglas de convivencia propias de cualquier comunidad. Es por
ello que elaboramos un reglamento de convivencia, al que pueden
acceder desde la pantalla del campus. Clickeando sobre el botón:
Reglamento, en la barra de la izquierda. Les pedimos que lo lean, no
son muchas las reglas que se establecen, pero consideramos que son
las necesarias para mantener un vínculo fluido y respetuoso con los
miembros del grupo.

Dado que las comunicaciones son escritas y carecemos del contacto físico con nuestros
interlocutores, debemos evitar las frases o palabras que puedan dar lugar a malos entendidos o
faltas de respeto.

Cada participante forma parte de un aula y cada aula está a cargo de un tutor, describiremos
cuáles son las funciones del tutor.

  El tutor es la persona que puede orientar las dudas, consultas o interrogantes relativos a los
contenidos del curso.

El tutor en este caso es el docente a cargo del aula, será quien coordine los debates en los foros,
quien reciba la tarea obligatoria y quien disipe dudas. Si el tutor no estuviera en condiciones de
aclarar algún tema recurrirá al profesor autor de la clase sobre el tema en cuestión y lo pondrá
en contacto con el alumno.

Es necesario para una mejor coordinación de las actividades que sean respetadas las funciones
asignadas a cada miembro de la comunidad. El tutor tiene el perfil docente, se encarga del
seguimiento académico y no resuelve las dificultades técnicas que pudiera tener un alumno, para
eso existe la mesa de ayuda a la que se puede recurrir aún desde la página de inicio, sin
necesidad de ingresar al campus.

Las cuestiones administrativas, cuotas, certificados etc. se tramitan desde la pastilla que lleva el
nombre: administración y se encuentra en la barra de navegación del campus.
El Foro de debates será el ámbito del intercambio académico entre los miembros de un aula.
Las consignas de trabajo para el foro se establecerán en las clases y formarán parte de las
actividades propuestas por el docente.

Dado que es un ámbito de intercambio grupal solicitamos tener en cuenta que los mensajes que
allí se publican están al alcance de toda el aula.

Insistiendo en el uso correcto de los espacios, en el foro del aula se debaten temas académicos
reservando el foro de café para temas sociales.

El foro del Café esta pensado para un intercambio de tipo social y a diferencia del foro del aula
en este espacio participan todos los alumnos del curso independientemente del aula asignada.
Ahí los temas a tratar son libres y cada participante puede presentar una temática de su interés.
Por lo general, tanto los docentes como los tutores no acceden a este ámbito.

El uso de los foros es sencillo y está claramente explicado en el manual del usuario, al que una
vez más recomendamos leer.

Cada participante tiene disponible un correo personal interno del campus. A través del correo
podrá enviar mensajes y documentos adjuntos a los miembros de la comunidad virtual. Al
ingresar al campus, en la página de inicio, encontrará las novedades de su correo. Este correo es
interno del campus y sólo se accede a él una vez que se ingresó en el campus. No se trata de
una cuenta de correo que está habilitada para recibir mensajes desde cualquier casilla, su uso
está restringido a la comunidad que desarrolla su tarea en el campus.

Otra de las funciones que queremos que se acostumbren a usar es la cartelera general, ahí se
publican las novedades del curso, pueden acceder a ella desde la barra del campus. En la
cartelera aparece visible el título del mensaje y clickeando sobre él se despliega la información.

Un párrafo aparte destinaremos a las clases y al uso de la biblioteca.

Las clases nuevas se publicarán en el campus los días jueves a la noche. Una vez publicada la
clase podrán tener acceso a ella las veces que quieran y estará disponible incluso hasta después
de finalizado el curso.

Deben saber que la forma de acceder a las clases es a través de la página de inicio donde se
publica el cronograma completo del curso, al clickear sobre la clase se abre la misma.

Al ingresar a la clase verán que en la parte izquierda de la página se despliega un índice. La


clase puede ser leída siguiendo el orden del texto o bien presionando sobre los títulos que señala
el índice.

La clase contiene un texto central, imágenes; algunas incluyen algún recurso multimedial como
archivos de video o audio, y diversas ampliaciones a la información volcada dada en forma de
hipervínculos. Al clickear sobre las palabras remarcadas en color se abrirá una ventana que
profundizará la idea desarrollada. Las profundizaciones serán un recurso que utilizaremos para
facilitar la comprensión de un concepto o ampliar el contexto de una explicación.

Pueden hacer la lectura de la clase la en forma on line, es decir, conectados a Internet o bien
pueden guardar la clase en el disco rígido de su computadora y leerla fuera de línea (sin estar
conectados). Para realizar esta última opción, deben clickear en el ícono que aparece en el borde
superior de la clase.
Otro modo de leer la clase es imprimirla. Deben recordar que tanto en la lectura fuera de línea,
como en la clase impresa no contarán con los recursos multimediales ni con las
profundizaciones.

El curso cuenta con una biblioteca, la misma está formada por algunos de los textos que son
recomendados en cada una de las clases. A la biblioteca se puede acceder desde la clase, en la
barra superior horizontal, o bien desde fuera de la clase, desde la barra vertical de funciones del
campus.

En la biblioteca encontrarán textos en diferentes formatos (Word o PDF) que podrán consultar,
guardar o imprimir.

Independientemente de los textos publicados en la biblioteca, al finalizar las clases realizaremos


recomendaciones de lecturas vinculadas a los temas tratados.

Ahora que conocemos los instrumentos que usaremos con más frecuencia, les proponemos
que realicen la siguiente actividad de presentación.

ESPACIOS DE TRABAJO DEL CAMPUS VIRTUAL

Actividad obligatoria: Presentación

En párrafos anteriores comentamos la importancia que tenía para nosotros


la posibilidad de trabajar en una comunidad virtual. Para iniciar este camino
necesitamos conocernos. Les proponemos una presentación sencilla de
cada uno de ustedes, que nos ponga al corriente de sus actividades e
intereses.

Para que esta información esté al alcance de todos los miembros del grupo
la volcaremos en un foro de aula.

Consigna: Ingresar en el Foro de Presentación y escribir


un texto que incluya una breve descripción del trabajo
que desempeñan, y cuáles son los intereses y las
expectativas que los llevaron a inscribirse en el curso.
El texto no debería superar los 10 renglones.

Hemos llegado al fin de la primera clase. Muchas de las ideas vertidas hasta
aquí las seguiremos desplegando en lo sucesivo. Pero ahora nos tomamos
un descansito hasta la próxima. Seguimos en contacto.

Cordialmente,

Sergio

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CLASE 01

BIBLIOGRAFÍA

Bohoslavsky, R. (1983). La orientación Vocacional. Una estrategia clínica. Buenos Aires, Nueva
Visión.

Bourdieu, P. (1995). Respuestas. Por una antropología reflexiva. Introducción de L. J. D.


Wacquant. México, Grijalbo.

Castel, R. (1997).Metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado. Buenos Aires,
Paidós.

Castoriadis, C. (1993). La institución imaginaria de la sociedad. Tomo I. Buenos Aires, Tusquets.

Fernández, A. M. (1989): El Campo Grupal. Notas para una genealogía. Buenos Aires, Nueva
Visión.

Foucault, M. (1992). La microfísica del poder. Madrid, La Piqueta.

Lopez Bonelli, A. (2004). La orientación vocacional como proceso. Buenos Aires, El Ateneo.

Neffa, J. C. (2000). “ Actividad, trabajo y empleo. Algunas reflexiones sobre un tema en


debate”. En: Gavilán, Mirta. Revista Internacional Orientación y sociedad. La Plata, Universidad
Nacional de la Plata.

Rascovan, S. (comp.) (1998). Orientación Vocacional. Aportes para la formación de


orientadores. Buenos Aires, Novedades Educativas.

Rascovan, S. (2000). Los jóvenes y el futuro ¿Y después de la escuela... qué? Buenos Aires,
Psicoteca Editorial.

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CLASE 01

BIBLIOGRAFÍA POR TEMA

Orientación Vocacional

Bohoslavsky, R. (1983). La orientación Vocacional. Una estrategia clínica, Buenos Aires, Nueva
Visión.
Lopez Bonelli, A. (2004). La orientación vocacional como proceso. Buenos Aires, El Ateneo.

Rascovan, S. (comp.) (1998). Orientación Vocacional. Aportes para la formación de


orientadores. Buenos Aires, Novedades Educativas.

Rascovan, S. (2000). Los jóvenes y el futuro ¿Y después de la escuela... qué? Buenos Aires,
Psicoteca Editorial.

 Discurso social

Bourdieu, P. (1995). Respuestas. Por una antropología reflexiva. Introducción de L.J.D.


Wacquant. México, Grijalbo.

Castel, R. (1997). Metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado. Buenos Aires,
Paidós.

Castoriadis, C. (1993). La institución imaginaria de la sociedad. Tomo I. Buenos Aires, Tusquets.

Neffa, J. C. (2000). “Actividad, trabajo y empleo. Algunas reflexiones sobre un tema en debate”.
En: Gavilán, Mirta. Revista Internacional Orientación y sociedad. La Plata, Universidad Nacional
de la Plata.

Subjetividad

Fernández, A. M. (1989). El Campo Grupal. Notas para una genealogía. Buenos Aires, Nueva
Visión.

Foucault, M. (1992). La microfísica del poder. Madrid, La Piqueta.

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