Continuidad Del Sentido y Discontinuidades - Miller PDF

14/6/2020 Continuidad del sentido y discontinuidades – Freudiana
INICIO ÚLTIMO CATÁLOGO AUTORES TIENDA MI CUENTA

NÚMERO
Inicio / Catálogo / Freudiana nº 87
Freudiana
Continuidad del sentido y

discontinuidades
Jacques-Alain Miller
Imprimir Buscador avanzado
Como me han advertido de que aparentemente no se

entendía ya nada en los últimos veinte minutos de mis clases
semanales a causa del cansancio físico y mental, creo
razonable acabar antes hoy.
Discontinuidad en la enseñanza de Lacan
La vez pasada dirigí el objetivo, en sentido fotográfico, sobre

una página en particular de los Escritos 1 a la que les indiqué
que se remitieran con la esperanza de constatar que no
entienden nada, aún menos que yo. Lo hice para establecer,
una vez más, en qué medida hay una distancia entre la teoría
del psicoanálisis que Lacan propone en su informe de
Roma 2 y la de su Instancia de la letra, 3 de 1953 y 1957
respectivamente.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este
Si vuelvo a ello es porque ese desplazamiento me parece
sitio asumiremos que estás de acuerdo.
crucial, ante lo que aún hoy hacemos y decimos, de cara a
Vale
establecer Política
de cookies
precisamente en qué sentido no somos todavía
https://www.freudiana.com/continuidad-del-sentido-y-discontinuidades/ 1/25
contemporáneos de nosotros mismos. Es decir, en qué

sentido continuamos hablando habitualmente de la
experiencia psicoanalítica de forma desordenada por la
simple razón de que quizás aún no hemos dado ese paso, el
que va del 53 al 57, y mezclamos en nuestros comentarios,
en nuestros relatos de casos, en nuestra práctica en fin,
referencias, esquemas cabalmente incompatibles que
apuntan con creces a la adherencia que conservamos al
pensamiento fenomenológico.
Me referí ya a esa brecha durante los primeros años de este

curso y lo recordé la vez pasada, como la diferencia entre las
leyes de la palabra y las del lenguaje. Algunos recuerdan
quizás las consecuencias que saqué de dicha observación:
que existe una diferencia entre ambas leyes; que la referencia
única de Lacan al principio era la de las leyes de la palabra,
que fueron substituidas en su lugar primordial por las del
lenguaje con una estructura completamente diferente.
Mientras las leyes de la palabra son las del reconocimiento y
el orden dialéctico, las del lenguaje son las del orden del
estructuralismo a partir de la metáfora y la metonimia. Puse
así de manifiesto la brecha de un camino que va, si se quiere,
de Hegel a Jakobson.
Si he vuelto sobre ese momento de la enseñanza de Lacan y

lo vuelvo a hacer aún hoy es a causa de que este curso tiene
como una de sus funciones la de descomponer la estructura
de la obra de Lacan. Desde esta perspectiva tiene también la
de desintegrarla, es decir, la de prevenirnos ante la idea de
que siguiera un desarrollo en su continuidad, cuando es más
bien sobre su discontinuidad como se desarrolla. Puede
finalmente llamarse a esto un análisis de la obra, de una obra
de la que cabe decir que se desarrolló ante sus auditores o
sus lectores en un ambiente de estupefacción.
El lugar que ocupa este curso, puesto que creo que tiene uno,
al lado del esfuerzo de Lacan, el lugar que me he inventado,
es el hacernos salir y a mí el primero, de la estupefacción
ante la obra de Lacan.
Quiero destacar que Lacan, de forma retroactiva, estableció

un jalón inicial para su enseñanza con su publicación en
1966.
sitio Le dioque
asumiremos el aire
estásde
de una obra, situó a su informe de Roma,
acuerdo.
Función
Vale y campo la palabra y el lenguaje, 4 como
decookies
Política de
inaugural, como el momento a partir del cual podía él mismo

reconocerse en su propia enseñanza, con el efecto de resituar
lo precedente como sus antecedentes. Sin preocuparse en el
fondo demasiado, por otra parte, de que sus antecedentes los
remontaba hasta un texto llamado Los complejos familiares 5
que, a causa de la parsimonia de su editor, no figura en los
Escritos. Dicho de otra forma, Lacan nos da ejemplo de una
discontinuidad que él mismo estableció en su enseñanza en
la que escande lo que constituye, lo que ha constituido, su
esfuerzo de elucidación del psicoanálisis. Ya saben que su
motivo para ubicar ese momento advino cuando para él se
trató ya del sujeto, Del sujeto por fin cuestionado, 6 tal como
lo llama. He indicado con anterioridad que ese Sujeto por fin
cuestionado hay que entenderlo como la expresión Retrato
del artista adolescente, 7 como signo. Es decir, que se trata
de un sujeto en tanto que está en cuestión.
Siguiendo el espíritu de este ejemplo de una discontinuidad

señalé otro anteriormente en este curso. Indiqué que hay un
segundo momento de fundación de la enseñanza de Lacan
que puede situarse en su escrito La instancia de la letra 8
como rebote del informe de Roma. Lo hice por otra parte para
explicar, para señalar, pero también para denunciar, el hecho
de que dicho escrito sirve de clave para leer a Lacan. Dominó
la interpretación de la enseñanza de Lacan de la misma forma
que El yo y el ello 9 lo hizo con la obra de Freud en la
psicología del yo. La dominó precisamente hasta tal punto
que aún hoy un alumno de Lacan, que lo abandonó, puede
veinte años después decidir reescribir una teoría sobre el
inconsciente a partir de la metáfora y la metonimia, es decir,
haciendo pasar a un segundo plano e incluso ignorando lo
que implicó de renovación e innovación, de acuerdo con las
indicaciones de Lacan, la introducción del objeto a. En
nombre de La instancia de la letra, en tanto que segundo
momento fundacional, fue la vertiente del significante la que
pareció resumir lo que Lacan aportaba a Freud, sin darse
cuenta en absoluto de que el papel que juega en su
enseñanza está en relación, se da con arreglo a otra
vertiente, a partir de la vertiente del significante en relación
con otra a la que habitualmente denominamos la del objeto.
He distinguido también un tercer momento fundacional que el
Vale Política de cookies
propio Lacan indica, ya que hizo de un pequeño escrito hacia
el final del volumen, de Posición del inconsciente, 10 de una

forma inicialmente enigmática, la continuidad diez años
después de su informe de Roma. Lo convirtió en el
complemento de este. No se trata de una interpretación de la
que pueda prescindirse si afirmo que Posición del
inconsciente tiene como eje central el término de causa.
Dicho texto, precisamente, tiene por objeto de forma explícita
formular lo que Lacan denomina la causación del sujeto a
partir de sus dos operaciones de alienación y separación.
Comenté ya de entrada en este curso esas dos operaciones y

traté de estructurarlas de acuerdo con su funcionamiento. Por
otra parte han probado tener una cierta capacidad para
ordenar la experiencia analítica misma. No voy a retomarlo,
pues considero que para el Otro de este curso esto ya se
conoce, pero sí que voy a subrayar, en el marco del curso de
este año, lo que dejé de lado, el término que subsume
alienación y separación, es decir la causación. Dicho término,
que en el fondo no se usa, inscribe la causa como proceso a
través de una doble operación. No resulta excesivo decir que
es con el término causa como los Escritos finalizan, dado que
el último de los textos recopilados, el que lleva por título La
ciencia y la verdad, 11 está construido sobre una estructura
significante tomada de Aristóteles: su teoría de las cuatro
causas.
Ciertamente y como ya saben, la enseñanza de Lacan

prosigue más allá de los Escritos, pero esa recopilación tiene,
si así puede decirse, su propio valor de obra y cuenta pues
con su consistencia. Hasta tal punto que la recopilación de
textos posteriores, que por supuesto habrá que hacer, no
podrá pretender poseer el mismo estatuto. Esa retroacción de
la enseñanza realizada por el mismo Lacan desprende un
efecto de verdad propio y hace converger sobre el concepto
de causa toda su enseñanza.
La causa
Podríamos así en el fondo escribir en el lugar de la causa tres

términos. No creo que sea ningún abuso situarlos en los tres
momentos fundacionales de la enseñanza de Lacan. Primero
Utilizamos cookies para asegurar que damoscolocaría
la mejoren el lugaralde
experiencia la causa
usuario al sentido.
en nuestra web. Si En segundo
sigues lugar
utilizando este
sitio
alasumiremos quey estás
significante en eldetercero
acuerdo.al objeto a, teniendo en cuenta
que el término precedente no es olvidado en la etapa

siguiente.
Hay una Aufhebung, si así puede decirse, un relevo de cada

etapa por la siguiente, pues cuando el significante ocupa el
lugar de la causa no deja de estar articulado al sentido y
cuando el objeto a se inscribe como tercero, la cuestión que
se plantea es aún cómo se articula con el significante. Dicho
de otra manera, no podemos concebir esto simplemente con
la conocida ley de “Apártate que ahora me toca a mí”, sino de
acuerdo con una articulación compleja que permite a la
enseñanza, por otra parte, proseguir sin que la discontinuidad
sea flagrante.
Recordar, reordenar, eso es pues lo que hacemos, la

trayectoria de Lacan de acuerdo con el concepto de causa
implica para nosotros también un beneficio que se une al éxito
que ha tenido desde hace varios años, desde la desaparición
de Lacan, el tema de la dirección de la cura. Se trata de un
tema que se sitúa en la línea de lo que se ha llamado nuestro
retorno a la clínica y que forma parte de una cierta coyuntura
histórica que atravesamos, cabe decir, como huérfanos de
Lacan, como analistas más bien jóvenes en ese momento y
cuya preocupación era, como ocurre con cada generación, la
de ¿cómo actuar?
En cada nueva generación de analistas que comienzan, que

empiezan a practicar, se hace sentir la presión, en la propia
enseñanza, del “¿cómo actuar?”. ¿A qué deben responder
aquellos que son sujetos supuestos saber actuar?
Hay que decir que este movimiento, esta presión, también la

sintió Lacan tras su informe de Roma cuando puso en el
cartel de su Seminario el título Los escritos técnicos de
Freud 12 evidentemente para dar respuesta a la
preocupación del momento, a la exigencia de los que le
seguían en la nueva Sociedad francesa de psicoanálisis, de
los analistas principiantes que hacían hincapié en su inquietud

ante la técnica psicoanalítica, en ¿cómo arreglárselas?
Lacan permaneció en silencio en el momento en que se

iniciaba una nueva institución, mientras nosotros sentíamos
esa presión. La sentimos tanto más cuanto que no había en
este caso nadie más que nosotros para poder responder,
dado que la coyuntura histórica hizo que los que habríamos
tomado como sujetos supuestos saber actuar en el análisis
nos hubieran abandonado, quizás a causa de su disparidad al
respecto. Experimentamos la preocupación y a un mismo
tiempo fuimos nosotros los que tuvimos que darle respuesta.
A partir de aquí la dirección de la cura se convirtió en un tema
de éxito, más allá incluso de nuestro ámbito parisino y
nacional. Fascinó en toda la zona de influencia de la que
formábamos parte.
Fue quizás un hacer pasar a un segundo plano lo que

completa el título de Lacan, pues es el título de uno de sus
escritos. Lo que lo completa es una segunda expresión: “Los
principios de su poder”. 13
En la cura no todo es dirección. La cuestión de la dirección de

la cura es un hecho que está subordinado a la noción que uno
puede hacerse de los principios de su poder. Es decir que al
tema de la dirección de la cura hay que añadirle la cuestión
de la causa de la cura, salvo que se sea un técnico. La
cuestión de la causa de la cura, si me permiten, de la etiología
de la cura, es lo que obliga a volver a la cuestión de la
etiología psicopatológica y, ¿por qué no decirlo?, a la etiología
de lo inconsciente. Después de todo, Kohut no lo formula
demasiado mal al plantear la pregunta ¿Cómo cura el
psicoanálisis? How does analyses cure? 14 que es el título de
su último libro publicado de forma póstuma.
Cuando se plantea la pregunta, esta exigencia se impone de

hecho a toda teorización del psicoanálisis, la exigencia que la
causa de la cura sea homogénea a la causa de lo
inconsciente, pues cada uno de los términos es el negativo
del otro. Si se tiene una idea de lo que se cura, o al menos de
lo que se transforma, se tiene también una idea de lo que
Utilizamos cookies para asegurar que damoscausa el mal.
la mejor Afirmoalque
experiencia no hay
usuario teoríaweb.
en nuestra delSipsicoanálisis, salvo
sigues utilizando este
sitio asumiremos
que se sueñe queenestás de acuerdo.
no se sabe qué comunicación directamente
unida
Valea la causa, a cookies
Política de la que no se le imponga esa exigencia de
homogeneidad, es decir, de remontar la causa de la cura a la

de lo inconsciente.
La exigencia se le impuso a Lacan y la cuestión se plantea

más allá del tema de la dirección de la cura. La noción misma
de la técnica psicoanalítica, de la cínica analítica, depende
siempre de la etiología. Podemos verificar que no hay manera
de entenderse con un caso clínico, por ejemplo sobre la
verdadera naturaleza del Hombre de los lobos, sin plantear la
pregunta en términos de etiología, de esa doble etiología que
expongo aquí simplificada.
Desde esta perspectiva, para seguir el camino que he

anunciado, en la primera parte del informe de Roma titulada
“Palabra vacía y palabra plena en la realización psicoanalítica
del sujeto”, 15 esta parte de su título mismo puede decirse
que confunde sobre lo que hace. Lo que realiza,
anteriormente a que ese texto inaugural plantee cuestiones de
la técnica, es una reformulación de la etiología freudiana y
eso se evade porque no es puesto en primer plano y parece
que la etiología freudiana es substituida por una semantología
lacaniana, si puede decirse así. Ciertamente el sentido en el
lugar de la causa parece adquirir su valor. El sentido está en
el lugar de la causa.
El acento que Lacan pondrá más tarde, desde su La instancia

de la letra, sobre la causa tendrá casi el valor de un
arrepentimiento por haber situado en primer plano al sentido,
hasta el punto de haber empezado su Seminario por él,
subrayando su valor operatorio y de punto de referencia.
Si se busca cuál es el lugar otorgado a la función de la causa

en el informe de Roma, no se lo encuentra si no es envuelto
en sarcasmo. Por ejemplo, criticando a alguien lo que
propone como “’análisis causalista’ que se propondría
transformar al sujeto en su presente por explicaciones sabias
de su pasado”. 16 Desde esta perspectiva la interpretación
“causalista”, en los propios términos de Lacan, de la etiología
freudiana no figura en ese informe de Roma más que bajo la
forma ridícula de un adoctrinamiento del sujeto por parte del
analista concerniente a lo que habría sido en el pasado la
Utilizamos cookies para asegurar que damoscausa de sus
la mejor males alpresentes.
experiencia En este
usuario en nuestra sarcasmo
web. mismo hay
Si sigues utilizando este
sitio
enasumiremos
el fondo unquediagnóstico.
estás de acuerdo.
Lacan considera que un analista
queVale
se dejaPolítica
llevardeasí por esta teoría causalista huye, en el
cookies
fondo, de la angustia de la libertad. Se refugia en la causa

para escapar de la libertad y de la angustia que esta produce,
para evadirse precisamente del hecho de que la libertad del
paciente depende de la libertad de la intervención del analista.
De esta crítica de la causalidad puede decirse que sigue

completamente en la línea de Acerca de la causalidad
psíquica, 17 texto un poco anterior. Es decir, que opone
causalidad a libertad decantándose por la libertad, en
beneficio de esta. La explicación causalista quiere evitar la
angustia ante la libertad. Conviene aquí no pensar que
estamos tan liberados que no necesitamos reconstruir paso a
paso como acabará la cuestión.
La puesta en palabras
El primer paso, decisivo, consiste en reconocer que hay un

solo medio en la experiencia psicoanalítica: la palabra. Eso,
sin ningún género de dudas, es lo que sitúa al informe de
Roma en su posición de discontinuidad.
Subrayé el año pasado que contamos con la palabra, pero en

tanto que reclama una respuesta, es decir, en tanto que se
dirige a un Otro, presente o ausente, y que a partir de aquí
implica siempre respuesta, aunque sea la del silencio. Es el
segundo paso.
El tercer paso consiste entonces en dar respuesta a la

cuestión de saber lo que ocurre en la experiencia
psicoanalítica en tanto que la palabra es su medio. El punto
de partida conduce a establecer que lo que ocurre es que hay
una puesta en palabras. Es así incluso como puede
describirse en el nivel de la fenomenología de la experiencia
analítica, como puesta en palabras. Lo podemos encontrar
como título de autobiografía analítica o de película: Palabras
para decirlo, 18 etc… Digamos la puesta en palabras.
Hay que decir que este punto de vista, cuando lo examino en

el texto inaugural de Lacan, no es una simple retrospección.
Si miro hacia atrás es para captar en qué sentido eso aún
perdura. Lo hace en nuestro entorno y nosotros mismos no
estamos exentos de ello. Una puesta en palabras es la
manera más evidente, más económica, de describir lo que
ocurre en un análisis. Ciertamente Lacan añade
inmediatamente que puesta en palabras no es lo mismo que
toma de consciencia. Encuentra pues en la puesta en

palabras un recurso para apartarnos de lo que es
alegremente propuesto como resorte de la experiencia, como
respuesta a lo que cura: la toma de consciencia. En la brecha
entre la puesta en palabras y la toma de consciencia, en ese
intervalo, está ya presente, al menos implícitamente, la noción
de que no se sabe lo que se dice. Si se supiera todo lo que se
dice, la puesta en palabras equivaldría a la toma de
consciencia. Acentuar la oposición entre una y otra instaura
una brecha.
Cuarto punto: la noción de que el análisis opera por la puesta

en palabras nos da inmediatamente y de forma inversa una
definición del inconsciente como falla de puesta en palabras.
Es ahí donde mejor se ve de qué manera en el análisis se
pasa siempre de la causa de la cura a la del inconsciente o a
su estatuto. A partir de la noción de lo que pasa en la cura se
puede deducir de forma inversa aquello sobre lo que se
opera. Así pues, la noción más amplia del inconsciente en
esta perspectiva es la de una falla de puesta en palabras.
El quinto paso es la noción que podemos hacernos de lo que

es la puesta en palabras. Está claro que lo que domina el
abordaje inicial de Lacan es definir la puesta en palabras por
la toma de sentido. Lo que se pone en palabras toma sentido.
Todo este informe inaugural se basa, digámoslo ya, en el
desconocimiento de que lo que se pone en palabras lo hace a
partir de un significante y de que incluso no adquiere
eventualmente sentido más que a partir del significante. Esto
es lo que precipita entonces a Lacan a la dicotomía entre la
palabra plena y la vacía. Es una dicotomía que no puede
instaurarse más que sobre el fondo de la definición de la
puesta en palabras como toma de sentido, pues de hecho se
trata de la palabra plena o vacía de sentido. Es una distinción
que no resulta concebible si se define la palabra ante todo por
una puesta en significantes.
Como tanto para la palabra plena como para la vacía la

intención de significación se pone en significantes, la
distinción entre ambas perderá valor para Lacan, no
responderá ya a aquello de lo que se trata en la experiencia,
Utilizamos cookies para asegurar que damosen el momento
la mejor en que
experiencia se le presente
al usuario con claridad
en nuestra web. que unaeste
Si sigues utilizando
puesta
sitio en palabras
asumiremos que estásno
de es más que secundariamente una
acuerdo.
toma de sentido y que en primer lugar es una puesta en

significantes.
Configuración del sentido y su continuidad
La idea de una reducción de la puesta en palabras a la toma

de sentido viene a responder a la pregunta sobre cuál es la
función de la palabra. ¿Cuál es la función de la palabra en el
campo del lenguaje? De la respuesta consistente en decir que
la palabra confiere sentido podemos decir que ciertamente
proviene en primer lugar de la influencia de la fenomenología,
en el momento en que Lacan la propone a mediados del siglo
veinte, pero no está claro que afirmar que la función de la
palabra es ante todo dar sentido no fuese la que se daría aún
hoy. Lacan lo formula diciendo que confiere sentido a las
demás funciones del individuo, a los datos de su existencia, a
los acontecimientos de su vida.
Cuando uno se desprende del axioma de que la función de la

palabra es la de dar sentido, puede en efecto darse cuenta de
que sentido no hay solo uno, es decir, que hay múltiples
sentidos, que hay pues desde esta perspectiva un registro de
sentidos. La noción misma de sentido resulta entonces de
forma inmediata ser temporal. A partir del momento en que se
trata de toma de sentido y de que lo que adquiere un sentido
puede a continuación tener otro, encontramos un
ordenamiento temporal. En el fondo, la toma de sentido se da
desde el momento presente a lo que tuvo lugar. Es decir,
implica de inmediato que se distinga entre el presente y el
pasado, que la diacronía sea esencial y que a partir del
presente se revise el sentido del pasado. Es tan cierto que no
hay gran posibilidad de negarlo. Puede incluso decirse, para
mencionarlo una vez más dado que me gusta hacerlo, que fue
así como Foucault trató a la historia. Es también eso lo que
provocó que no fuese muy bien aceptado por la corporación
de los historiadores. Él sabía e hizo valer que es a partir del
presente que se escribe la historia del pasado y que incluso a
partir de él, a condición de estar atento a lo que se produce y
a lo que cambia en nuestro presente, se puede cambiar el
pasado.
Si todas sus arqueologías, incluida la del psicoanálisis, fueron

casi
sitio en su totalidad
asumiremos que estásrecibidas
de acuerdo.con tan gran favor por parte del
público intelectual de la época e incluso más allá, fue
precisamente porque Foucault se atuvo, de una forma

minuciosa y que podría calificarse de oportunista, a los temas
del presente para rehacer la historia del pasado. Fue porque
en un momento dado se produjeron revueltas de masas en
las cárceles, en las que él mismo se vio implicado por
prestarles su apoyo, por ejemplo, por lo que empezó a escribir
su Vigilar y castigar. 19 Es decir, refundió el pasado de la
República, la teoría de la era clásica o de la moderna, a partir
de un sentido aportado por el presente. Siempre con el
sentimiento, que hizo valer, de que se trataba menos de
historia objetiva que de ficción, de una ficción determinada por
el interés del presente y que por lo tanto permitía revisar el
sentido de lo que había ocurrido y hacer aparecer su
convergencia con este. Fue así como las sociedades de la
época clásica pudieron mostrarse como disciplinarias.
El paso siguiente será el que nos permite dar una definición

del término subjetivación. Lo que Lacan llama subjetivación y
también nosotros cuando usamos el término en la misma
línea, es una toma de sentido. Desde esta perspectiva, así
como hay múltiples sentidos, es decir a medida que el vector
temporal se mantiene y que de un diferente momento
presente puede volverse sobre los mismos datos o hechos y
darles un nuevo sentido, hay también subjetivaciones varias
en tanto que modificaciones, transformaciones,
reordenamientos del sentido. Esta equivalencia entre la toma
de sentido y la subjetivación es lo que permite decir que una
resubjetivación es una reestructuración del sujeto, en la
medida en que este no es nada más que quien subjetiva, es
decir, quien da sentido.
En el fondo de esta concepción de la historia puede decirse

que implica no solo al pasado y al presente, sino también al
futuro, la tercera dimensión temporal, en la medida en que el
sentido dado al pasado es a un mismo tiempo un sentido
dado al porvenir, que reordena lo que fue en función de lo que
debe ser.
A partir de aquí, lo que podía considerarse de forma bruta

como contingencia, es decir producido al azar, dado que ha
podido tomar sentido, se presenta ahora bajo el aspecto de la
necesidad que debo esforzarme por hacer aparecer.
Esto es lo que Lacan llama precisamente: “reordenar las

contingencias pasadas dándoles el sentido de necesidades
por venir”. 20
No hay que pasar por alto que esta concepción es la misma

que la del proyecto heideggeriano o sartriano. Es decir, que
hay una función que debe reconocerse como mínimo al sujeto
en el presente, dado que en esta concepción el sujeto está
fundamentalmente en el presente. Hay una capacidad que
tiene que suponérsele a ese sujeto en el presente y que
consiste en traer al presente lo que después de todo no existe
aún, es decir, las necesidades por venir. Ello precisa que el
sujeto construya un proyecto. Lacan, por más que limitó dicha
función diciendo que el sujeto para convertir en presentes las
necesidades por venir no necesitaba más que un poco de
libertad, no deja de tener la marca, la cicatriz, de que se
desplaza entonces a la configuración del proyecto y el
sentido. Basta con ello para que nos veamos obligados a
estar en falso cuando, respondiendo a preguntas excesivas
de una periodista en la Universidad de Lovaina, afirma que no
sabe qué es la libertad e incluso que no ha empleado jamás
dicha palabra. 21 Ciertamente ese poco de libertad, por más
limitada que sea, es necesario para mantener en conjunto esa
configuración del sentido.
Podemos añadir la siguiente definición del estatuto de la

palabra plena: la palabra plena es aquella que efectúa una
resubjetivación. La palabra plena es siempre correlativa a una
reestructuración del sujeto, mientras que la palabra vacía se
limita a comentar, a describir, y no aporta un nuevo sentido. Si
hay una dirección indicada por esta configuración es la que se
dirige a un sentido nuevo, mientras que ya saben que es
hacia un significante nuevo que Lacan, en los años setenta,
dirigía sus esfuerzos. Desde esta perspectiva la puesta en
palabras es una integración del sentido que en el fondo dibuja
un negativo, el correspondiente a lo que no está integrado, el
de Vale Política de cookies
lo que no toma un nuevo sentido.
La célebre definición del inconsciente como “capítulo

censurado” 22 que encontramos en el informe de Roma, es
estrictamente la consecuencia de esa configuración. El
inconsciente como “capítulo censurado” dibuja el inconsciente
como el lugar de lo que no está integrado en el nuevo sentido
y que por lo tanto puede decirse que rompe la continuidad del
sentido.
Siguiendo esta misma línea, la operación analítica, correlativa

al levantamiento de la censura de lo inconsciente, consiste en
restablecer la continuidad. Puede decirse que la palabra amo
del Informe de Roma, al menos en su primera parte, es la de
continuidad. Incluso la doctrina de Freud sobre el análisis,
sobre la operación analítica, es que se trata de restituir la
continuidad en las motivaciones del sujeto. Incluso que el
inconsciente es la parte que falta para que el sujeto pueda
restablecer la continuidad de su discurso consciente.
Dicho de otra manera, lo que aparece como causa esencial

desde el punto de vista de la etiología es la discontinuidad del
sentido y la causa de la cura es lo que opera, a través de la
puesta en palabras, como restitución y restablecimiento de
continuidad. En el propio apartado en que el término
discontinuidad no figura más que una vez en esta primera
parte del informe de Roma, evoca la discontinuidad
psicofisiológica de los estados histéricos para dar lugar a los
métodos que reproducen la discontinuidad de dichos estados
para curarlos. La hipnosis, por ejemplo, que acepta la
discontinuidad y que acepta que a pesar de todo el paciente
incluso si se cura de esos estados, no podrá nunca integrar la
cura por hipnosis que permanecerá exterior a la consciencia.
Sólo el síntoma podrá integrar su cura. He aquí donde
aparece, donde saca la nariz, una sola vez, el término
discontinuidad. 23
Lo que figura como palabra amo es la continuidad. El sujeto

es ante todo un operador de continuidad. Resulta entonces
aún más remarcable, subrayable, que Lacan llegue a definir
años más tarde la estructura misma del sujeto como
discontinuidad. Podemos decir en este sentido que hay un
giro de 180 grados de su posición. Tras haber definido al
sujeto como operador de continuidad, como sujeto del
sentido, Lacan recurrirá después a la discontinuidad para
definir la estructura misma del sujeto. Este paso, este corte,
va de un sujeto enfrentado a la discontinuidad que tiene por

función restablecer la continuidad por la palabra, es decir por
la interlocución, que es sujeto de la palabra en tanto que
confiere sentido, a un sujeto que es pura discontinuidad.
El sujeto al que Lacan llegará y que tratamos siempre de

manejar, no es el que restablece la continuidad, sino que es la
pura discontinuidad. Esta oposición da la medida del corte
entre el sujeto de la palabra y el del inconsciente. La posición
que Lacan había ofrecido sobre su Wo es war, soll Ich werden
da un giro también desde esta perspectiva. Su primera
versión, su primera traducción, puede decirse que fue hecha
bajo los auspicios del “yo” que habla. Ello significa que allí
donde había discontinuidad debo yo advenir para restablecer
la continuidad en la palabra. Es decir, que el “yo” que habla es
plenamente el sujeto de la palabra. Cuando Lacan defina al
sujeto como discontinuidad la pregunta sobre quien habla no
recibirá la misma respuesta, pues el sujeto del inconsciente
no sabe lo que dice ni lo que habla.
Resulta claro entonces, aunque se trate siempre del sujeto

cuestionado, que hay un hiato entre el sujeto que habla, el
sujeto que habla como “yo”, y el sujeto que habla como sujeto
del inconsciente. Bajo esa cubierta común del sujeto por fin
cuestionado y del sujeto que habla, el sujeto tiene un estatuto
completamente diferente dependiendo de que hable como
“yo” o que se trate del sujeto que habla en tanto sujeto del
inconsciente. Eso es lo que Lacan, cuando da ese giro, tiene
la desfachatez de decir: “como la experiencia entera del
psicoanálisis nos lo enseña”. 24 En general, cuando refuerza
sus afirmaciones apelando a la evidencia universal, se trata
sobre todo de una señal de que ha invertido
fundamentalmente su posición. A esto hay que ponerle en
paralelo que ya no reconoce en el “yo” más que ante todo un
shifter, es decir que el “yo” del enunciado ya no es un
operador activo para establecer la continuidad del paciente.
Solamente a partir del momento en que el sujeto es definido

como discontinuidad puede Lacan calificar como nuestro
problema la pregunta ¿Qué soy yo? en Subversión del
sujeto. 25
sitio asumiremos
Esa que estásque
es la pregunta de acuerdo.
no se planteó en el informe de Roma
donde
Vale el “yo” es tomado
Política de cookiescomo sujeto de la palabra que
confiere sentido. Solamente en el momento en que el sujeto

es completamente definido por la discontinuidad puede surgir
el problema de ¿Qué soy yo? y recibir una respuesta, aquella
que aparece como totalmente incompatible con la
configuración precedente, que yo soy en el lugar que se llama
el goce, es decir que prepara y precisa la teoría del objeto a.
Hay que señalar que toda esta configuración del sentido no

da ni puede dar lugar a la instancia del goce. Hasta tal punto
que lo que sirve de manual para la lectura de Lacan, Los
cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, 26 invierte
decididamente al informe de Roma centrando las cosas,
desde el capítulo II, sobre la discontinuidad de la que de
alguna manera ya les he hecho la arqueología. Dice Lacan:
“la discontinuidad, esta es pues la forma esencial bajo la que
nos aparece en primer lugar el inconsciente como
fenómeno”. 27
Desde esta perspectiva esa discontinuidad introduce un tema

de reflexión. Esa discontinuidad de la que se verá que es
fundamentalmente irresoluble, mantenida y completamente
opuesta a esa configuración del sentido. ¿Cuál es el
fundamento filosófico de tal configuración? Se basa en una
subjetivación, que no es más que la forma de unidad de la
temporalidad que es precisamente ese punto de presente, y
en el fondo lo que reúne al pasado dándole un sentido en
función del futuro. Es decir que el sujeto es un unificador, no
es más que la forma de unidad del tiempo vivido, lo que
puede denominarse la unidad interna de la temporalización.
Toda esa configuración está ordenada a partir del tiempo y

esa es la razón por la que no casa mal con la fenomenología
de la cura. Pone en primer plano la diacronía y crea la
promesa de una teoría de las sesiones analíticas. Explica por
qué un análisis se desarrolla en el tiempo y da razón de la
escansión temporal del desarrollo de un análisis. Es en
relación a esto, en función de dicha configuración, como
Lacan da cuenta del final de la sesión, de la puntuación que
tiene por objeto no tanto reducir la palabra vacía, como
sancionar la emergencia de un nuevo sentido y permitir así
que se prosiga paso a paso la continuidad de la cura. Se
puede observar, al contrario, a partir del momento en que la
categoría de sincronía ocupa el primer plano, el malestar de
no Vale Política de cookies
contar con una teoría del desarrollo del análisis. La
configuración del sentido integra la función del tiempo, está

construida sobre la temporalización. Desde el momento en
que es la sincronía del inconsciente la que viene a primer
plano puede decirse que falta una noción, una integración de
la variable temporal en el análisis.
La causalidad significante. Discontinuidad en la cadena
Ya indiqué que en La instancia de la letra Lacan vuelve a ser

causalista, es decir que la causa releva de nuevo al sentido.
Este, que era lo operativo, cede su lugar al significante como
causa. Es desde esta perspectiva que les invité a releer la
página 498 de los Escritos 28 donde pueden ver de
inmediato que la cuestión del síntoma es vinculada a términos
causalistas. Se plantea la pregunta sobre “la causa del
síntoma”, expresión que figura en la primera parte del informe
de Roma, 29 y ahora es tratada, como se sabe, a partir de la
metáfora. Salta a la vista la transformación, porque el
traumatismo no es abordado como acontecimiento patológico.
No se lo aborda en el eje temporal como acontecimiento que
tuvo lugar en un momento del pasado y causó el mal. No se lo
trata como acontecimiento, sino como significante. No hay
pues una temporalidad de sucesión, sino una substitución. El
trauma no es ya un acontecimiento, sino un significante
reprimido. El trauma es el significante S’, el que es substituido
por otro en una cadena significante actual:
La segunda parte de la ecuación nos da la fórmula del

síntoma, la fijación de una significación inaccesible al sujeto
consciente:
Es preciso
Utilizamos cookies para asegurar que damos que hayaalhabido
la mejor experiencia usuario advenimiento desigues
en nuestra web. Si significación y
utilizando este
que
sitio a un mismo
asumiremos que estás de acuerdo.
tiempo
Vale seaPolítica
inaccesible al sujeto consciente.
de cookies
Encontramos aquí un término que para Lacan había perdido

su valor en la configuración del sentido, el término fijación que
aparece en esta misma página 498 de forma discreta, pues
de lo que se trata es de la chispa metafórica “que fija en un
síntoma la significación inaccesible”. 30 En esta teoría del
síntoma como metáfora, la primera fijación en juego es la de
la significación. Se trata de un término que podemos decir que
resulta imposible en la configuración del sentido dado que allí
la significación está continuamente en transformación. La
metáfora permite e introduce en primer lugar el carácter
contemporáneo de sus términos, es decir, la substitución
reduce la historia, la temporalidad; en segundo lugar permite
también pensar una significación como fijada.
Si leen el texto con atención se darán cuenta de que hay

curiosamente una segunda fijación que encontramos en la
vertiente de la metonimia y que plantea por otra parte otro
enigma. La metáfora afecta al enigma del trauma y la
metonimia al del deseo cuya fórmula es la inversa de la del
síntoma. El + es reemplazado por el -, es decir, no hay
advenimiento de significación:
Lo que define en el fondo al deseo desde esta perspectiva es

ser el Otro de la fijación. Definir al deseo como metonimia es
esencialmente definirlo como no fijado, como deseo de otra
cosa. Evidentemente no hay nada que cuestione más la
definición del deseo como reconocimiento que hacerlo como
deseo de otra cosa.
Quizás se habrán dado cuenta al leerlo de que el deseo

esencialmente como no fijado, pues así es como resulta en
tanto que metonimia, convierte en algo frágil ese enigmático
“De donde” que aparece en la línea final de la página 498 y
con el cual Lacan nos introduce justamente en las fijaciones
del deseo. Si hay algo que no está justificado en estas dos
páginas 498 y 499 es la conexión de la metonimia del deseo
conlalomejor
Utilizamos cookies para asegurar que damos queexperiencia
sin embargo aparece
al usuario comoweb.
en nuestra fijación del utilizando
Si sigues deseo. este
En la vertiente del síntoma, de la metáfora, tenemos las

fijaciones de la significación. En la del deseo, de la metonimia
que plantea esencialmente un desplazamiento, una
significación que reenvía siempre a otra significación, hay sin
embargo igualmente fijaciones. Pero es precisamente ese “sin
embargo” lo que Lacan transforma en “de donde” y nos da
dos ejemplos de esas fijaciones: el recuerdo encubridor y el
fetiche.
¿Cómo los relaciona? A partir de momento en que lo que le

sirve de referencia no es la temporalización del sentido, sino
la cadena significante, esa es la oposición principal. En el
informe de Roma lo esencial, lo que sirve de cadena continua
y de base, es la sucesión temporal, aunque el término mismo
de cadena resulte inadecuado ya que una cadena está
articulada. Todos los elementos se basan los unos en los
otros. Eso es lo que aparece como el fundamento mismo de
la cura y es a partir de ello que se puede otorgar al
inconsciente su estatuto. El estatuto del inconsciente lo
proporciona la sucesión temporal.
En la instancia de la letra la transformación esencial consiste

en dar su estatuto al inconsciente a partir de la cadena
significante.
Hay sin duda un aspecto temporal en la cadena significante.

Lo encontramos, por ejemplo, en los vectores de los grafos,
pero dicho aspecto temporal está subordinado al carácter de
articulación de la cadena, a las posibilidades sincrónicas de
esa cadena.
Planteo cuestiones espinosas, pequeñas, pero fundamentales

para que algún día tengamos la posibilidad de ir un poco más
allá con las construcciones de Lacan. Al introducir lo múltiple
en el vector temporal se va un poco más lejos. Desde un
punto del tiempo se da sentido de acuerdo con lo que le
precede y luego los nuevos sentidos no se pueden otorgar
másla que
Utilizamos cookies para asegurar que damos mejorprolongando el vector.
experiencia al usuario Dichoweb.
en nuestra de otra manera,
Si sigues la este
utilizando
única
sitio manera
asumiremos quede obtener
estás una multiplicidad
de acuerdo. es prolongando el
vector
Vale siguiendo el cookies
Política de ordenamiento temporal. A partir del
momento en que pensamos en otro tipo de vector, sobre el de

la cadena significante, aparecen inmediatamente
posibilidades sincrónicas. Es decir, penden del mismo
término, paradigmáticamente, elementos múltiples pero
contemporáneos y no ya forzosamente desplegados en una
sucesión. Esa es la razón por la que podemos distinguir entre
metáfora y metonimia. El vector temporal primero lo
encontramos en la metonimia, en la medida que esta es
justamente una metonimia de sentido. Lo que añadimos aquí
sin embargo es la noción esencialmente nueva de metáfora,
la que introduce substituciones en el mismo lugar. En el vector
temporal las substituciones en el mismo lugar no tienen
ningún sentido dado que no hay ningún lugar, que el único
lugar es el del presente que se desplaza indefinidamente.
Como consecuencia la noción de substitución propiamente
dicha no tiene fundamento en esta configuración.
A partir del momento en que estamos en la cadena

significante, lo que hay tras la metáfora y la metonimia, más
allá de la mecánica que conocemos, es un esfuerzo por
pensar la fijación según dicha cadena. ¿Cómo podemos
enfocar esta fijación en la cadena significante?
En la metáfora la fijación es abordada por la substitución, es

decir, que hay un punto de una cadena significante en que un
elemento se encuentra remitido, desplazado por otro. Hay
pues un punto singular, un punto de substitución.
En la vertiente del deseo lo que Lacan introduce es lo que

denomina el punto de suspensión. Para dar cuenta a partir de
la cadena significante del recuerdo encubridor o del fetiche,
es preciso introducir una forma de discontinuidad en la
cadena significante:
El punto de suspensión representa ya la exigencia de pensar

una discontinuidad en la cadena significante que, por lo
demás, ya está presente antes de que sea enmascarada por
el hecho de que es el significante del trauma el que se

inscribe en su lugar.
La metáfora y la metonimia, así enfocadas, nos aportan en el

fondo una doble fijación. Muestran que Lacan quiere distinguir
la del síntoma, que es una fijación de la significación, de la del
recuerdo encubridor o del fetiche que sería, hablando con
propiedad, una fijación del deseo correlativa a una resistencia
de la significación.
El sujeto como discontinuidad. La infinitud del deseo.
En definitiva ¿a dónde vamos a parar con este esquema? Ya

sea con la substitución o con la suspensión, lo que la
metáfora y la metonimia hacen presente y a un mismo tiempo
disimulan es que en ambos casos hay que pensar una
discontinuidad de la cadena significante. Eso es a lo que
Lacan decidirá llamar el sujeto cuando la vertiente mal
elaborada de la metáfora y la metonimia le aparezca y no será
más que la discontinuidad misma. Desde el momento en que
se trata de la cadena significante, la discontinuidad de una
cadena es S/. Lo que denominará el sujeto es esa
discontinuidad como falta de un significante o significante en
menos. Ello obligará a conceptualizar la positividad de la falta
en tanto tal.
Desde este punto de vista puede decirse que la integración,

que constituye la gran aspiración de la primera concepción de
Lacan, el restablecimiento de la continuidad, aparece por el
contrario como imposible. Tenemos entonces una nueva
definición del deseo a partir de la imposibilidad misma de la
palabra. En la primera concepción podemos decir que no hay
nada imposible para la palabra en su actividad de conferir
sentido. Bien al contrario, la definición del sujeto como
discontinuidad implica que la palabra contiene una
imposibilidad.
Por más lejos que la palabra se propague, cualesquiera que

sean las resubjetivaciones o las integraciones que efectúe,
hay una que el sujeto que habla no podrá jamás realizar. La
discontinuidad que el sujeto no podrá nunca borrar es la suya
propia.
Loasumiremos
sitio que define
quedesde esta
estás de perspectiva
acuerdo. al deseo como infinito
es precisamente
Vale que
Política de hay una palabra que es imposible, la
cookies
que borraría al sujeto, la que borraría la discontinuidad que

este opera y que idealmente llevaría al sujeto a su deseo
cumplido.
No hay que creer que vamos a hacer desaparecer sin más de

nuestra conceptualización del análisis al sujeto que habla. Se
trata de no pensarlo como una unidad interna de
temporalización, sino al contrario como sometido a un corte,
sometido y repercutiendo su propia discontinuidad, su propia
desarmonía.
Y hay que recordar también que, tal como demuestra toda la

experiencia analítica, por mucho que el sujeto se esfuerce sin
duda por restablecer la continuidad, lo que describe bien el
asunto es tomar el síntoma como fijación y al sujeto como
intento de llevar a la continuidad de su discurso consciente lo
que viene a interrumpirla de forma enigmática. Cualesquiera
que sean las tentativas del sujeto por restablecer esa
continuidad, por parte del análisis hay que tomarlas como lo
que no hace más que redoblar su discontinuidad, que dar
testimonio de un corte imborrable.
En el fondo, y lo desarrollaré la próxima vez, esta teoría, que

identifica una discontinuidad en la cadena significante con el
sujeto, da paso a lo que eventualmente viene a llenar o
taponar la discontinuidad en ese lugar y a lo que Lacan dará
en su momento el nombre de objeto a, en tanto que elemento
que viene a interponerse, a intercalarse, en la discontinuidad
subjetiva.
¿Se trata de un elemento imaginario, simbólico o real? A esta

pregunta Lacan le dará múltiples respuestas, pero creo que
esta presentación era necesaria para introducir en qué
sentido la función de la causa, cuando se pone en un primer
plano, es estrictamente correlativa a esa discontinuidad. Es
por ello por lo que resulta a su vez esencial distinguir la
función de la causa tanto de la fuerza, como de la función de
la ley. La próxima semana empezaré con este punto.
Traducción y establecimiento del texto de Eduard Gadea.
Notas
* Jacques-Alain Miller es miembro de la ECF y
miembro de honor de la ELP.
** Novena clase del curso de Orientación lacaniana
de Jacques-Alain Miller Cause et consentement,
impartida el 20 de enero de 1988 en el
Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de
París 8. Texto publicado con la amable autorización
de su autor.
1 Lacan, Jacques. “La instancia de la letra en el

inconsciente o la razón desde Freud”. Escritos 1.
Siglo XXI, México, 1988, pp. 498-499.
2 Lacan, Jacques. “Función y campo de la palabra

y el lenguaje en psicoanálisis”. Escritos 1, op. cit.

inconsciente o la razón desde Freud”, op. cit.
4 Véase nota 1.
5 Lacan, Jacques.” Los complejos familiares”.

Otros escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012.
6 Texto de 1966 con el que inicia la cuarta sección

de los Escritos donde se incluye el discurso de
Roma. Lacan, Jacques. “Del sujeto por fin
cuestionado”. Escritos 1, op. cit.
7 Joyce, James. Retrato del artista adolescente.

RBA Editores, Barcelona, 1995.
8 Véase nota 2.
9 Freud, Sigmund. “El yo y el ello”. Obras

Completas. Vol. XIX. Amorrortu, Buenos Aires, 1977.
10 Lacan,
sitio asumiremos Jacques.
que estás “Posición del inconsciente”.
de acuerdo.
Escritos
Vale
2. Siglo XXI, México, 1988.
Política de cookies
Política de cookies
11 Lacan, Jacques. “La ciencia y la verdad”.

Escritos 2. Siglo XXI, México, 1988.
12 Lacan, Jacques. El Seminario, libro 1, Los

escritos técnicos de Freud. Paidós, Buenos Aires,
1975.
13 Lacan, Jacques. “La dirección de la cura y los

principios de su poder”. Escritos 2, op. cit.
14 Kohut. Heinz. ¿Cómo cura el análisis? Paidós,

Buenos Aires, 1986.
15 Lacan, Jacques. “Función de la palabra y del

lenguaje en psicoanálisis”. Escritos 1, op. cit., p. 237.

y el lenguaje en psicoanálisis”. Escritos 1, op. cit.,
pp. 240-41.
17 Lacan, Jacques. “Acerca de la causalidad

psíquica”. Escritos 1, op. cit.
18 Pinheiro, José. Les mots pour le dire. France

(1983). Película basada en la autobiografía de Marie
Cardinal.
19 Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Nacimiento

de la prisión. Siglo XXI, México, 1976.

y del lenguaje en psicoanálisis”. Escritos 1, op. cit.,
p. 246.
21 ”Entrevista a Jacques Lacan en la Televisión

belga realizada por Françoise Wolf el 14 de octubre
de 1972”. Disponible en Internet.
22 Ibíd., p. 249.
23 Ibíd., p. 247.
24 Lacan, Jacques. “Subversión del sujeto y

dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”.
Escritos 2, op. cit., p. 780.
25 Lacan,
sitio asumiremos Jacques.
que estás Ibíd., pp. 779-781.
de acuerdo.
26 Lacan, Jacques. El Seminario, libro 11, Los

cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Paidós, Buenos Aires, 1987.
27 Ibíd., p. 33.

inconsciente o la razón desde Freud”. Escritos 1, op.
cit.

y el lenguaje en psicoanálisis”. Escritos 1, op. cit., p.
244.

inconsciente o la razón desde Freud”, op. cit., p.
498.
Inicio | Catálogo
Contacto
Freudiana
Freudiana es una revista de psicoanálisis editada en
Barcelona bajo los auspicios de la Escuela Lacaniana de
Psicoanálisis. Nacida en 1991, es una publicación de

periodicidad cuatrimestral.
ISSN: 2604-6490
Staﬀ
Director: José Ramón Ubieto
Comité de redacción: Daniel Cena, Estíbaliz Cotos,
Eugenio Díaz, Eduard Gadea, Héctor García, Marta Serra,
Karina Piluso, Hebe Tizio

Asesora de la redacción: Claudia González
sitio asumiremos que editorial:
Asesor estás de acuerdo.
Jacques-Alain Miller
Contacto
Direccion: C/Santa Perpètua, 10-12, bajos, 08012,
Barcelona
Teléfono: [+34] 932 075 619
Email: revistafreudiana@gmail.com
© Copyright 2018. Todos los derechos reservados
Diseño: DSGN Comunicación Desarrollo web: LLos&

Continuidad Del Sentido y Discontinuidades - Miller PDF

Cargado por

Información del documento

Título original

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Continuidad Del Sentido y Discontinuidades - Miller PDF

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

14/6/2020 Continuidad del sentido y discontinuidades – Freudiana

INICIO ÚLTIMO CATÁLOGO AUTORES TIENDA MI CUENTA

Inicio / Catálogo / Freudiana nº 87

Continuidad del sentido y

Imprimir Buscador avanzado

Como me han advertido de que aparentemente no se

Discontinuidad en la enseñanza de Lacan

La vez pasada dirigí el objetivo, en sentido fotográfico, sobre

contemporáneos de nosotros mismos. Es decir, en qué

Me referí ya a esa brecha durante los primeros años de este

Si he vuelto sobre ese momento de la enseñanza de Lacan y

Quiero destacar que Lacan, de forma retroactiva, estableció

inaugural, como el momento a partir del cual podía él mismo

Siguiendo el espíritu de este ejemplo de una discontinuidad

el final del volumen, de Posición del inconsciente, 10 de una

Comenté ya de entrada en este curso esas dos operaciones y

Ciertamente y como ya saben, la enseñanza de Lacan

Podríamos así en el fondo escribir en el lugar de la causa tres

que el término precedente no es olvidado en la etapa

Hay una Aufhebung, si así puede decirse, un relevo de cada

Recordar, reordenar, eso es pues lo que hacemos, la

En cada nueva generación de analistas que comienzan, que

Hay que decir que este movimiento, esta presión, también la

los analistas principiantes que hacían hincapié en su inquietud

Lacan permaneció en silencio en el momento en que se

Fue quizás un hacer pasar a un segundo plano lo que

En la cura no todo es dirección. La cuestión de la dirección de

Cuando se plantea la pregunta, esta exigencia se impone de

homogeneidad, es decir, de remontar la causa de la cura a la

La exigencia se le impuso a Lacan y la cuestión se plantea

Desde esta perspectiva, para seguir el camino que he

El acento que Lacan pondrá más tarde, desde su La instancia

Si se busca cuál es el lugar otorgado a la función de la causa

fondo, de la angustia de la libertad. Se refugia en la causa

De esta crítica de la causalidad puede decirse que sigue

El primer paso, decisivo, consiste en reconocer que hay un

Subrayé el año pasado que contamos con la palabra, pero en

El tercer paso consiste entonces en dar respuesta a la

Hay que decir que este punto de vista, cuando lo examino en

toma de consciencia. Encuentra pues en la puesta en

Cuarto punto: la noción de que el análisis opera por la puesta

El quinto paso es la noción que podemos hacernos de lo que

Como tanto para la palabra plena como para la vacía la

Vale Política de cookies

toma de sentido y que en primer lugar es una puesta en

Configuración del sentido y su continuidad

La idea de una reducción de la puesta en palabras a la toma

Cuando uno se desprende del axioma de que la función de la

Si todas sus arqueologías, incluida la del psicoanálisis, fueron

precisamente porque Foucault se atuvo, de una forma

El paso siguiente será el que nos permite dar una definición

En el fondo de esta concepción de la historia puede decirse

Vale Política de cookies

A partir de aquí, lo que podía considerarse de forma bruta

Esto es lo que Lacan llama precisamente: “reordenar las

No hay que pasar por alto que esta concepción es la misma

Podemos añadir la siguiente definición del estatuto de la

La célebre definición del inconsciente como “capítulo

Siguiendo esta misma línea, la operación analítica, correlativa

Dicho de otra manera, lo que aparece como causa esencial

Lo que figura como palabra amo es la continuidad. El sujeto

va de un sujeto enfrentado a la discontinuidad que tiene por

El sujeto al que Lacan llegará y que tratamos siempre de