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Logística y distribución
Matos consideraba partir del modelo aplicado en las dos plantas existentes y
afinar las estimaciones para solucionar el problema y, aunque sabía que sería un
proyecto complejo, sentía que contaban con la experiencia necesaria. En ese
momento, Matos no imaginaba todavía que, incluso desde la estrategia inicial, el
proyecto plantearía desafíos totalmente nuevos, como pensar alternativamente en
una fábrica que trabajase a pedido.
Las principales compañías que operan en la costa están organizadas bajo la forma
de integraciones, modalidad que reúne empresas de alimentos balanceados,
incubadoras, granjas de reproductoras y granjas comerciales. Las principales
compañías en esta región son el grupo San Fernando, Redondos, Santa Elena y
El Rocío S.A.
En 2001, cuando Matos recibía el encargo de proyectar una nueva planta, San
Fernando ya comercializaba sus productos en todo Perú, contando con siete
plantas de incubación, dos plantas de alimentos balanceados, 104 granjas de
pollos, ocho granjas de pavos, cinco granjas de cerdos y 12 granjas de huevos,
dos plantas de beneficio de aves y una planta procesadora de productos cárnicos.
Para la distribución de sus productos había desarrollado con una extensa flota de
modernos camiones equipados con sistemas de refrigeración.
Al inicio del siglo xxi, las expectativas sobre las cifras de crecimiento del sector
avícola eran sumamente alentadoras. En el plan estratégico para los siguientes
cinco años, San Fernando proyectó crecimientos promedio de 5% en pollos y 13%
en pavos (ver Apéndice D). Las optimistas proyecciones hacían notar, sin
embargo, que las capacidades disponibles de producción de alimento balanceado
no serían suficientes para acompañar el crecimiento avícola esperado:
considerando un crecimiento vegetativo de 5% para pollos y 10% para pavos, se
observó que, a partir del 2003, la capacidad de producción de alimento
balanceado de sus dos plantas sería insuficiente. Se estimó también que la zona
norte concentraría la producción de pollos y que en 2005 llegaría a un 70%.
Dado que las principales empresas del sector avícola peruano mantenían la
particularidad de estar integradas verticalmente, la posibilidad de conseguir
alimento en el mercado a través de terceros era remota. Una vez más, parecía
necesario pensar en establecer una nueva planta para la producción de alimento
balanceado.
Cuando visitamos por primera vez el local de la nueva fábrica, encontramos que
todo estaba abandonado y deteriorado por el paso del tiempo. Una parte del
terreno la ocupaban las instalaciones del proceso productivo y otra tenía
plantaciones de paltas y otras frutas, inclusive una casa de campo de los antiguos
dueños, que fue lo primero que demolimos para que, cuando la planta empezara a
producir, aquella casa no resultara siendo la mía.
Por otra parte, la planta ofrecía ciertas ventajas. Instalada en un terreno de 4.2
hectáreas ubicado en la zona industrial de Chancay y al lado de la carretera
Panamericana Norte, contaba con un acceso directo a los centros de producción
avícola del grupo y estaba, en promedio, mucho más cerca de dichos centros que
la planta de Huaral.
Huaral era una planta compacta, con muy poca capacidad de almacenamiento, lo
que la hacía altamente eficiente. Lurín ocupaba un espacio mayor y disponía de
unas horas más de almacenamiento; producía muchos tipos de alimento y siempre
pensamos que disponer de mayor capacidad de almacenamiento distribuido en
varias tolvas la haría mucho más eficiente.
Asesorados por algunos expertos locales, así como por los proveedores de la
maquinaria y equipos, pronto el grupo de trabajo empezó a tener una idea clara de
lo que quería. La principal discrepancia radicaba precisamente en la capacidad de
almacenamiento de producto terminado: en sus viajes habían visitado plantas con
más de un día de almacenamiento y soñaban con una planta así. Contaban
además con una alternativa casi inmediata.
Dado que San Fernando producía solo pollos en la zona norte de Lima, se
proyectó que la nueva planta de Chancay produciría únicamente alimento para
estas aves. Para calcular la capacidad de planta, se consideró que esta trabajaría
24 horas al día durante 5.5 días de la semana y que tendría una capacidad de 60
TM por hora. Como política de producción de alimento, se había decidido que las
plantas produjeran solo lo necesario para las aves en crianza.
Entre las principales fuentes de información para definir las características ideales
para la nueva planta, Matos había contado con la experiencia de su asistente,
Juan Calizaya, supervisor de producción de alimento, quien en pocas palabras le
había descrito el trabajo de la planta:
Nosotros producimos alimento solo para el grupo San Fernando, 100% de nuestra
demanda es dependiente; es decir, tenemos una clientela cautiva. Semanalmente
elaboramos un programa de producción y solo consideramos lo que las aves
necesitan; no manejamos stock de alimento en planta. Todo el alimento que
producimos es enviado inmediatamente a los centros de crianza avícola; por ello,
la flota de transporte es muy importante, y se requiere de un acertado plan de
mantenimiento para asegurar su operatividad.
Pensé en esto cuando iniciamos el diseño, y sabiendo que los insumos principales
representan casi 80% de la formulación, decidimos instalar molinos para maíz y
soya en un ambiente aislado con paneles antirruido para que la planta fuese
amigable con el medio ambiente.
Figura A1. Producción nacional de carne por quinquenio 50-99 (miles de tm).
Elaboración propia.
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Tabla A2: Producción Avícola Nacional 1995-2000