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Santiago Mendoza Espitia

Justicia propia entre los Arhuacos

El problema jurídico social de este trabajo es en el ámbito de la ejecución de


las penas. Encontramos mixturas y discursos de “reconocimiento” difícilmente
coherentes y respetuosos de la diversidad étnica y cultural. Por un lado,
cuando un indígena está involucrado en un delito, la jurisdicción ordinaria se
impone, muchas veces desconociendo el fuero indígena y el pluralismo
jurídico y cultural.
La percepción sobre los pueblos indígenas refleja lo colectivo. Un nosotros y
una naturaleza que procura equilibrio. Hay una integralidad de la naturaleza
con el ser. Hay una unión con el ambiente, el ser y la palabra. Se reconoce lo
propio y lo ancestral. Se piensa en el otro y en su espiritualidad. El vivir
indígena se representa en la armonía y la reciprocidad. Lo anterior existe sin la
necesidad de la legitimación de occidente.
La sociedad arhuaca es una sociedad integrada con la naturaleza y sin
divisiones ni fragmentos. La Sierra Nevada de Santa Marta es Naturaleza que
se refleja en los equilibrios de la vida. La Sierra es el guardián del mundo a fin
de lograr permanencia cultural, tranquilidad y fuerza. La misión de los
arhuacos en el mundo es cuidar la naturaleza y el universo. El ser humano
debe tener en armonía tanto la parte física como la espiritual. Lo contrario
produciría violencias (muertes, asesinatos, desplazamientos, explotaciones de
la tierra), miedo, desequilibrio, destrucción y pérdida de las costumbres.
Cuando un hombre sufre dificultades como enfermedades, problemas con sus
semejantes, calamidades provenientes de la naturaleza, debe buscarse la Ley
de Origen que fue violada en alguno de sus mandatos afectando el mundo
material.
El pueblo arhuaco cree en la resolución de conflictos comunitaria. Es a partir
del convencimiento de que la aplicación de una justicia propia garantiza la
cohesión interna y de que su gobierno se permea con las prácticas de la
autoridad ancestral.
Las prácticas de justicia ancestral integran a la comunidad. Con ellas se
dispone de un mecanismo colectivo en el que se conjugan varios elementos: el
caso que se juzga es único; la acción del sujeto infractor se juzga en un amplio
contexto en el que no se individualiza; los infractores pertenecen ante todo a
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una comunidad. Por ejemplo, un hecho de sangre, pasado o presente, mancha


el futuro no solo del individuo infractor sino también el de su descendencia.
Los daños causados por infracciones a la norma ancestral se expresan tanto en
el campo material como en el espiritual y por lo tanto las sanciones también
deben aplicarse en estos dos campos. Quebrantar la Ley de Origen significa ir
en detrimento de las personas o la naturaleza. El individuo que comete un
error debe iniciar un proceso de resarcimiento del daño material y limpieza
para manejar la fuerza negativa. Los actos (daños) son cargas ancestrales
(causas) que es necesario equilibrar a través de la armonización espiritual y
material.
La autoridad civil, encomendada en el cabildo y el comisario, determina el
daño y la sanción en el orden material. Es fundamental seguir los Principios de
la Espiritualidad, la Complementariedad, la Reciprocidad y el Territorio. El
mamo sabe la historia de su cliente, o infractor. Al aplicar la Ley de Origen
mantiene el equilibrio hombre-hombre, hombre-naturaleza y naturaleza-
naturaleza. De esta forma es quien puede determinar el daño y la sanción en el
orden espiritual. Los mamos orientan el trabajo sobre la dimensión espiritual.
Las infracciones pueden ser inconscientes, por tanto el mamo debe indagar la
causa desde los antepasados. Los mamos tienen la facultad de determinar los
procedimientos a los cuales debe someterse una persona que haya incurrido en
una mala conducta.
Es lo que se conoce en occidente como justicia restaurativa, se invita a la
participación y al consenso de todos. En la justicia restaurativa:
La víctima y el ofensor tienen participación pero también les abren las puertas
a otras personas involucradas; pretende curar lo dañado. Resarcir los daños
causados a las víctimas y a la comunidad; consigue alcanzar la
responsabilidad completa y directa. El infractor debe reconocer lo que hizo
mal, pero además debe intentar repararlo, explicar su conducta a la víctima y a
la sociedad; busca reunir o al menos acercar lo que el ilícito dividió. La
reconciliación de la víctima y del ofensor y de ambos con la comunidad.
El diálogo intercultural necesariamente toma sus insumos de las memorias
culturales, de las partes antagónicas, para que por medio de los procesos de
transculturación se produzcan nuevos valores universales en los que se
reconozca la diferencia; los campos específicos de los cuales podemos
identificar problemas de investigación etnográfica quedan así́ señalados por
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los combates culturales, por la confrontación entre diferentes modelos de los


actores sociales específicos que sostienen su mundo de vida diaria desde sus
modelos culturales tomando de los ámbitos de acción en los que están
inscritos estos ámbitos.

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