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Estudió en el prestigioso Colegio imperial de los jesuitas, entonces llamados impropiamente

teatinos.11 Siempre según el testimonio del propio Lope, a los doce escribe comedias («Yo las
componía de once y doce años / de a cuatro actos y de a cuatro pliegos / porque cada acto un
pliego contenía»). Es posible que su primera comedia fuese, como el mismo Lope afirmaría en
la dedicatoria de la obra a su hijo Lope, El verdadero amante, aunque probablemente el texto
que hoy conocemos de esta comedia sufrió modificaciones posteriores a la fecha de la
primera redacción. Esta tremenda facilidad para la escritura él la atribuía a un don natural. Y
así, por boca de Belardo, cuando le piden unos sonetos para el rey en El animal de Hungría y
le preguntan cuánto tiempo se va a tomar, escribe:
Dentro de un hora. / —¿Un hora? —Y menos, y agora. / —Callad, que no puede ser, / que a muchos
oigo decir / que los que componen sudan, / gruñen, gimen y trasudan / como quien quiere parir... / —
Fáltalos el natural / que da el cielo a quien él quiere. 12

Su gran talento le lleva a la escuela del poeta y músico Vicente Espinel, en Madrid, a quien
siempre citó con veneración (le dedicó su comedia El caballero de Illescas, c. 1602). Así el
soneto: Aquesta pluma, célebre maestro / que me pusisteis en las manos, cuando / los
primeros caracteres firmando / estaba, temeroso y poco diestro... Mientras estudia hacia 1573
en el colegio de los teatinos, traduce en verso castellano el poema de Claudiano De raptu
Proserpinae, que dedicó al cardenal Colonna. Continúa su formación con los jesuitas (1574):
Los cartapacios de las liciones me servían de borradores para mis pensamientos, y muchas veces las
escribía en versos latinos o castellanos. Comencé a juntar libros de todas letras y lenguas, que después
de los principios de la griega y ejercicio grande de la latina, supe bien la toscana, y de la francesa tuve
noticia... (La Dorotea, IV).

Cursa después cuatro años (1577-1581) en el Colegio de los Manriques de la Universidad de


Alcalá, pero no logra ningún título. Quizá su conducta desordenada y mujeriega (ya en 1580 el
estudiante Lope se hallaba amancebado con María de Aragón, la Marfisa de sus versos, de la
que tuvo al año siguiente a su primera hija, Manuela) de un huérfano de padre le hace poco
apto para el sacerdocio. Muchos de los personajes de sus primeras comedias son auténticos
libertinos. Él mismo, por boca de Belardo, se pinta así:
Si lisonjeo la hermosa / la vendo como el amigo, / y en lo mismo que la digo / estoy sintiendo otra cosa. /
Solicito que me quiera; / y, si la vengo a alcanzar, / ya tengo lleno el lugar / de que es muy necia y muy
fiera...13

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