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Había una vez en el cerro grande un animal grande, muy tenebroso y que

asustaba, era un animal muy peligroso, era un oso. Estaba buscando una
presa para atacar, pero se encontró con un conejo.

El oso estaba a punto de comerse al conejo, pero se dio cuenta que habían
estudiado juntos en el colegio para animales. El oso y el conejo eran amigos
y decidieron caminar juntos, hasta que se encontraron con un cazador.

El cazador dijo- “estas dos presas pueden ser mías”-. Primero quería cazar
al conejo, pero el oso lo defendió y como era tan grande el cazador se asustó
y huyó.

Más tarde el cazador vino con otros cazadores, querían cazar al conejo,
pero el oso intervino nuevamente para defenderlo, entonces uno de los
cazadores da un disparo, pero falla el tiro sin herir a nadie, entonces el oso y
el conejo se escaparon del lugar y se fueron a refugiar en la casa del oso.

En el camino se encontraron con más cazadores, pero llegaron los amigos


del oso para poder ayudarlo. Sus amigos asustaron a los cazadores los que
huyeron rápidamente.

Se fueron al bosque, a la casa del oso y gracias al conejo, que era muy
divertido, lo pasaron muy bien y volvieron a ser amigos, luego se tomaron
una taza de leche para pasar el susto. El conejo invitó al oso a quedarse con
él, ya que el conejo postuló a un subsidio para agrandar su madriguera y el
oso aceptó.

Los cazadores siguieron buscando al oso y al conejo pero nunca los


encontraron, porque vivían bajo la tierra en la madriguera del conejo. El
oso y el conejo vivieron felices para siempre.

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