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Blaise Pascal y el orden del corazon

°El corazón tiene razones que la razón no entiende°

El ambiente en el que vive Pascal: Un matemático que contempla el nacimiento de la nueva


ciencia y cómo la imagen del mundo perfecto de esferas del realismo se derrumba, o más bien se
abre al infinito, que ahora es también negro, como la noche: donde había luz ahora hay
ignorancia. Resulta que la verdad del espacio no es el día y la luz, sino la noche y la inmensidad. El
hombre, de pronto, es un ser pequeñito, perdido en la inmensidad del espacio, que ha perdido su
casa, su hogar. Su grandeza es que lo sabe.

Estamos en la misma época de Descartes y las mismas ideas básicas: el pensamiento como
fundamental, separación alma cuerpo, con primacía del pensamiento. Es un mundo que se ha
abierto en todos los ámbitos: la ciencia, la geografía… Lo que se sabe es que lo desconocido supera
con creces a lo conocido. Ambos, Descartes y Pascal, son matemáticos.

Espiritu de geometría y finura

En los Pensamientos, de Pascal (fragmento 21 de la [1022] edición de Jacques Chevalier), se


encuentra una célebre distinción entre el espíritu de geometría y el espíritu de finura (esprit de
finesse),que podría llamarse asimismo «espíritu de sutileza». En el espíritu de geometría «los
principios son palpables», si bien alejados del uso común. No es fácil salir de este uso común, pero
cuando se logra todo es claro y no se puede razonar mal. En el espíritu de finura, en cambio, los
principios pertenecen al uso común y están ante todo el mundo. No hay que violentar el espíritu;
basta tener buena vista, pero hay que tenerla buena de verdad, pues ahí los principios son muchos
y están desligados, de modo que es fácil no reparar en alguno, pero como la mera omisión de un
principio lleva al error hay que tener la vista bien limpia para ver todos los principios y el espíritu
bien justo para no razonar falsamente sobre principios conocidos.

Los espíritus finos que son solo finos no alcanzan a comprender los principios de la
geometría, y los espíritus geométricos que son sólo geométricos se pierden en asuntos sutiles, que
apenas se perciben y que hay que sentir casi. Es raro que un espíritu fino sea geómetra, y que un
espíritu geométrico sea fino y perciba las sutilezas. Pero el espíritu de finura y el de geometría
coinciden por lo menos en ser distintos del espíritu falso, que no es ni fino ni geómetra. El espíritu
de finura y el de geometría son espíritus rectos, pero de diferentes órdenes de rectitud.

El hombre huye de su propia verdad

Se cree, naturalmente, ser mucho más capaz de llegar al centro de las cosas que de abarcar su
circunferencia; la extensión visible del mundo nos sobrepasa visiblemente; pero como somos
nosotros los que sobrepasamos las cosas pequeñas, nos creemos más capaces de poseerlas, y, sin
embargo,  no hace falta menor capacidad para llegar hasta la nada que para llegar hasta el
todo;  y es menester tenerla infinita tanto para lo uno como para lo otro, y me parece que quien
hubiera comprendido los últimos principios de las cosas podría llegar también a conocer hasta el
infinito. Lo uno depende de lo otro, y lo uno conduce a lo otro. Estos extremos se tocan y se reúnen
a fuerza de estar alejados, y se encuentran en Dios y solamente en Dios.
Reconozcamos, pues, nuestro alcance; somos algo y no somos todo; lo que tenemos de ser nos
arrebata el conocimiento de los primeros principios que nacen de la nada; y lo poco que tenemos
de ser nos oculta la visión del infinito.

La Apuesta

La apuesta de Pascal es un argumento creado por Blaise Pascal en una discusión sobre


la creencia en la existencia de Dios, basado en el supuesto de que la existencia de Dios es una
cuestión de azar. El argumento plantea que, aunque no se conoce de modo seguro si Dios existe,
lo racional es apostar que sí existe. "La razón es que, aún cuando la probabilidad de la existencia
de Dios fuera extremadamente pequeña, tal pequeñez sería compensada por la gran ganancia que
se obtendría, o sea, la gloria eterna. Básicamente, el argumento plantea cuatro escenarios:

 Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo.


 Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada.
 Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
 Puedes no creer en Dios; si existe, entonces no irás al cielo

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