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LOS JUICIOS DE NUREMBERG.

Por Marcela Giraldo Giraldo

Es función del Estado Garantizar los principios del debido proceso, publicidad y el
acceso a la administración de justicia (artículo 29 y 229 de la Constitución Política
de Colombia), en consecuencia de lo anterior, se aprobó el decreto 806 de 2020,
pretendiendo lograr así, la eficacia y acceso a la justicia, mediante la sentencia de
la Corte Suprema de Justicia, radicado 11001-02-03-000-2020-02048-00, en
donde se considera la vulneración de los principios mencionados, así como el de
contradicción, legalidad, publicidad, entre otros que fueron violados a la
demandante.
La implementación de este decreto, debido a la emergencia de salud que se
presenta conllevo a hacer la digitalización o el uso de herramientas TICS para los
procesos judiciales, administrativos, laborales, civiles entre otros de una manera
no premetida lo que implica que la aplicación del mismo tenga errores en los
procesos que se lleven de esta forma, así como la efectividad y legalidad que
pueda tener, como por ejemplo con la demandante Ana Milena Gonzalez, quien
justifica a ver visto la notificación en el tiempo que no era y no tener opción a
responder en derecho porque el acceso a la plataforma era complejo, por lo que
solicito la nulidad de las actuaciones llevadas en el proceso, además es preciso
aclarar que el juez no tuvo en cuenta la ley 153 de 1887 articulo 40 en la que se
habla respecto al procedimiento del recurso que se debía seguir de acuerdo al
artículo 327 del código general del proceso, por cuanto esta ley así lo determina
igual que el artículo 624, también hacer referencia a que esta conducta vulneró el
debido proceso.
Nuestra postura crítica se presenta desde el punto de vista de que la
implementación de las Tecnologías de la Informacion y las comunicaciones en los
procesos judiciales no es un derecho al que puedan acceder todas las personas,
aun así si aclaran que los que no tengan recurso de hacerlo de forma digital, lo
hagan de manera presencial, y minimizando requisitos, pero no es lo mismo llevar
un proceso físico o expediente del que se ha llevado durante muchos años y
sean muchos los folios a que se tenga que digitalizarlo para dar aplicabilidad al
debido proceso y legalidad, por lo que decimos que es una realidad, que en algún
momento se debía hacer, pero no es el momento adecuado para ello, ya que no
cuentan con los recursos y medios necesarios.

Es claro que la intención del mismo es agilizar, aplicar el principio de legalidad y


acceso a la justicia, y en cierta medida es bueno por lo del cero papel, pero se
puede presentar en la mayoría de los casos las excusas como por ejemplo, para
presentar la nulidad por indebida o falta de notificación, pues basta decir por parte
del demandado (para claro ejemplo en la sentencia) bajo la gravedad del
juramento que no le llego el correo electrónico o la notificación, para que el juez
deba declarar la nulidad de los actos.

El decreto 806 de 2020 elimina la prueba que debe aportar el demandante


respecto a la notificación judicial y la reemplaza por la presunción. Estas
presunciones en poderes y notificaciones son problemáticas, generan inseguridad
jurídica además de los reprocesos de los despachos judiciales, inicialmente
aparentan una rapidez y facilidad, pero resultarán congestionando aún más la
Rama Judicial.

Finalmente creemos que se debe consolidar los parámetros técnicos y jurídicos


para que la justicia pueda continuar con normalidad, siempre y cuando se la
seguridad jurídica de la información, solo así se podrá garantizar que nuestra
justicia sea en realidad digital y que funcione correctamente bajo los principios de
la Constitución.

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