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03-2009-062413030000-14
INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA
Nota: En la Iglesia Bautista Modelos de Madurez – OIKOS, utilizamos Elohim en lugar de dios, porque ésta últ ima p alabr a es gr iego , y e n
español significa “de zeuz”; tampoco utilizamos ojalá, porque significa “que alá quiera”, y en los idiomas originales no se invoca a éste dios luna.
Utilizamos Adonay en preferencia a Señor, porque en nuestra cultura a cualquiera se le llama señor; además, es la forma judía de leer el
T etragrámaton ( יְהוָהó {YHWH o JHVH}). Preferimos usar Yeshúa en vez de Yeshúa, porque en hebreo los nombres son muy importantes.
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03-2009-062413030000-14
Introducción 04
I La Revelación 06
II La Inspiración 09
III El Mensaje 14
IV La Autoridad 16
V La Escritura 19
IX La Traducción de la Biblia 39
Criterios de Evaluación 51
Conclusión General 52
Bibliografía 53
Apéndices 54
OBJETIVOS
SUGERENCIAS DE ESTUDIO
Es indispensable que al estudiar esta materia te mantengas con una mente abierta para poder
obtener beneficios del curso. Excluye completamente actitudes como "ya me lo sé", "esto es muy
difícil" o "yo no puedo". La actitud para estudiar es muy importante, y siempre tenemos a nuestra
disposición, la opción de Santiago 1:5.
Antes de iniciar un estudio minucioso de esta materia, revisa todas las secciones de ésta guía
para así obtener una idea general del curso. Es conveniente, que consigas libros referentes al
estudio de éste tema, la bibliografía puede serte de mucha utilidad. Los temas de la Introducción
Bíblica son tan amplios y diversos que hay que estudiarlos en diferentes libros.
Lee completamente el material de cada lección sin detenerte en observaciones, así obtendrás una
vista general del tema; después, vuelve a leer, ahora más detenidamente y subraya nombres,
fechas, ideas, etc., especialmente si hay una lista o número de ellos que formen parte de un todo.
Por ejemplo: Versiones Castellanas de la Biblia.
Aprender de memoria no es estudiar, hay que entender lo que se estudia y mientras no es puesto
en práctica, no ha habido aprendizaje; aunque sepa de memoria toda la Biblia, no tendrá
significado, si no la vivo.
Por otra parte, no es conveniente comprender bien una cosa y luego no recordarla; ambas cosas
van de la mano, se debe entender, pero también recordar.
Si aprendes bien esta materia, tendrás buenas herramientas para enseñar y usar la Palabra de
Elohim.
Acostúmbrate a estudiar, prepara las mejores condiciones para hacerlo, no estudies acostado
porque pronto vas a tener sueño, a mí me funciona estudiar con música, otros se distraen, utiliza
lo que sabes te funciona a ti.
Una última sugerencia: procura encontrar una hora fija para tu estudio personal, antes de
principiar a estudiar ten todo listo para que no tengas que dejar tu lugar para conseguir lo que
necesitas. Apaga el celular, pon la contestadora, pide a tu familia que no te interrumpa, cada
interrupción es un nuevo esfuerzo para concentrarse y lleva mucho más tiempo estudiar así, que
de un sólo golpe. En la universidad hubo épocas en que me levantaba a las 3 ó 4 de la mañana
para evitar todo tipo de distracción, tú mismo irás encontrando tus peculiaridades en el estudio
que no te serán difíciles de satisfacer si tienes voluntad.
INTRODUCCIÓN
Ahora toma tu Biblia y estréchala con tu mano, pregúntate a ti mismo: ¿Qué es lo que estoy
estrechando?, la respuesta a ésta pregunta, no la que se expresa con palabras sino la respuesta
honesta de una vida de compromiso, determinará si estás listo o no para aprender el como
estudiarla.
¿Crees que este libro que estás estrechando en tu mano es la Palabra de Elohim?
Tu respuesta es fundamental, si estás listo para comprometer tu vida a que el libro que estás
estrechando con tu mano es la Palabra de Elohim, entonces estás listo para proseguir con el
estudio de ésta materia.
Considera las implicaciones siguientes:
1) Dado que éste libro es la Palabra de Elohim, esto significa que Elohim ha elegido revelarse a
Sí mismo y su plan para los seres humanos de manera tal, que me sea posible estudiar y
aprender más de Él y de su obra en el mundo.
2) Dado que éste libro es la Palabra de Elohim, seguramente es el libro más importante en mi
biblioteca personal, y de cualquier otra biblioteca en el mundo entero.
3) Dado que éste libro es la Palabra de Elohim, yo no tengo que depender de visiones o sueños
durante la noche para determinar lo que Elohim quiere; no necesito de una experiencia
subjetiva para guiarme, ya que existe un registro al cual puedo acudir una y otra vez para
tener seguridad y ser iluminado continuamente.
4) Dado que éste libro es la Palabra de Elohim, cualquier esfuerzo que haga para aprender sus
verdades, vale la pena.
I) LA REVELACIÓN
La Biblia es la revelación de Elohim, mediante este libro Elohim ha dado a conocer a los
hombres su Plan de Salvación y su manera de tratar con los individuos y con las naciones. En la
Biblia se revela la condición y el destino del hombre pecador, pero sobretodo, se revela la
personalidad de Elohim, su carácter de amor, bondad, misericordia, justicia y santidad, entre
muchos otros atributos.
Hay muchas cosas que los hombres han intentado para descubrir la verdad respecto a Elohim,
también hay religiones con las que los hombres han tratado de alcanzar a Elohim. La gran
diferencia del cristianismo es que Elohim ha tomado la iniciativa para descubrirse a Sí mismo,
Elohim ha buscado al hombre; cuando hablamos de revelación a esto nos referimos.
Elohim se ha revelado a través de la inteligencia humana y en medio de las experiencias de los
hombres, la capacidad del hombre para recibir la revelación de Elohim siempre ha sido
importante, Elohim nunca ha pedido que el hombre cometa un suicidio intelectual o se despoje
del cerebro que ÉL mismo le dio; a veces el hombre ha tenido que luchar para comprender lo que
Elohim le está comunicando.
Es Elohim quien da la revelación, y es en la Biblia que encontramos ésta revelación, la única
revelación clara y completa que Elohim ha dado de Sí mismo.
Como leemos en la epístola a los Hebreos 1:1, Elohim ha utilizado distintos medios para
revelarse, entre los cuales se encuentra la experiencia propia de personas como Abraham, José,
Moisés, David, Isaías, Esdras, Mateo, Pablo, Juan y tú mismo.
Elohim empleó a los profetas para comunicar a los hombres las verdades divinas, pero la máxima
revelación, la revelación final de Elohim es Yeshúa el Mesías. Los evangelios nos cuentan los
hechos de la vida de Yeshúa, el contenido de su enseñanza, el cumplimiento de las profecías
veterotestamentarias; las epístolas explican el significado de la revelación en Yeshúa.
Si queremos saber cómo es Elohim, tenemos que mirar a Adonay Yeshúa, ÉL mismo dijo, "El
que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9). Pablo dice de Yeshúa que "El es la imagen
del Elohim invisible" (Col 1:15) y que "en ÉL habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad" (Col 2:9).
Cuando hablamos de Yeshúa como "la última palabra" de Elohim en Su revelación, hemos dado
por hecho el concepto de una revelación progresiva. La máxima Revelación es EL manifestado
en carne (1ª Timoteo 3:16).
La revelación progresiva quiere decir que Elohim se ha revelado a los hombres de una manera
gradual a través de muchas generaciones; hasta el tiempo de Yeshúa cada generación tenía
mayor conocimiento de Elohim, porque cada revelación nueva que Elohim daba se agregaba al
conjunto de conocimientos recibidos por las generaciones pasadas.
Hay varias razones de la necesidad de que Elohim se revelara gradual y progresivamente. La
primera razón ha sido la incapacidad humana para recibir la revelación total de Elohim de una
sola vez. En su gracia, Elohim se ajustó a las limitaciones del hombre y se reveló poco a poco.
Otra razón es que la revelación divina ha venido en medio de circunstancias históricas reales y
por medio de experiencias genuinas, cada nueva revelación tenía que esperar el ambiente
propicio, Gálatas 4.4-5 “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Elohim envió a su Hijo,
nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de
que recibiésemos la adopción de hijos”.
Es por eso que Elohim fue mostrándose poco a poco al hombre, permitiendo que cada nueva
generación conociera un poco más de ÉL, sus diferentes nombres, lo que le agrada y lo que le
desagrada; siempre fiel a los pactos por ÉL establecidos.
Además, el contenido de la revelación es determinado por su propósito redentor, Elohim ha
revelado lo que es necesario para conocer su voluntad; por lo tanto, no encontramos en la Biblia
muchas cosas que sin duda serían interesantes y que podrían satisfacer nuestra curiosidad. Paso a
paso Elohim ha revelado lo que el hombre necesita para servir a Elohim en este mundo y en el
venidero.
CONCEPTOS
Revelación Especial.- Aquel conocimiento que el hombre puede alcanzar mediante los hechos y
las palabras por las cuales Elohim se revela a Sí mismo y su verdad en la Biblia. Elohim ha
expresado ésta revelación progresivamente, a través de las teofanías (manifestaciones visibles de
Elohim), las comunicaciones directas, las profecías, la persona de Yeshúa el Mesías y la
experiencia personal con Elohim.
Esta revelación de Elohim se encuentra en las Sagradas Escrituras, primordial y esencialmente en
la vida, carácter y enseñanza del Mesías. (Hebreos 1:1 - 2)
CUESTIONARIO
II) LA INSPIRACIÓN
Inspiración ( - theópnefstos)
2ª Ti 3:16,
“toda la Escritura es inspirada por
Elohim, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
“Inspirada de Elohim”, más bien significa exhalada por Elohim y no inhalada, o
sea divinamente “expirada” y no inspirada. En el siglo pasado Georg Heinrich August Ewald y
Cremer Hermann afirmaron que el adjetivo tenía un sentido activo, “exhalando el Espíritu”, y
Carl Barth parece estar de acuerdo (lo glosa de manera que signifique no solamente “dado,
llenado y gobernado por el Espíritu de Elohim”, sino también ”activamente exhalando y
esparciendo por doquier, a la par que haciendo conocer, el Espíritu de Elohim”; B. B. Warfield
demostró claramente en 1900 que el sentido del término sólo puede entenderse como pasivo. La
idea no es la de que Elohim exhala a través de las Escrituras, o que las Escrituras estén
exhalando a Elohim, sino la de que Elohim ha exhalado las Escrituras. Las palabras de Pablo
significan que la Escritura es producto divino, que debe considerarse y estimarse como tal, y no
que ella sea inspiradora (aunque esto también es cierto).
1. Definición
La inspiración de la Biblia es aquella influencia inexplicable por el Ruaj HaKodesh (Espíritu
Santo) sobre los autores escogidos por Elohim para escribir la revelación de Su carácter y
voluntad, que les guiaba aún en el empleo de palabras usadas y les guardaba de error en la
comunicación de todo lo que debía formar parte de ésa revelación.
Esta definición reconoce que hay algo inexplicable en la inspiración, se trata de un poder
aplicado por el Ruaj HaKodesh, pero no podemos decir exactamente cómo lo hizo.
También, ésta definición limita la inspiración a los escritores de la Biblia, por lo tanto, ningún
otro escrito fuera de la Biblia ha gozado de esta clase de inspiración.
La operación del Ruaj HaKodesh se presenta como dirección, guiaba a los autores en la selección
de los materiales que debían incluir: observación personal, información oral, fuentes escritas o
una revelación directa; también, les guiaba en escoger la mejor forma de expresar la verdad.
Según nuestra definición, el Espíritu protegía a los autores de tal modo que los documentos
originales fueron no solamente correctos sino también completos; es decir contenían todo lo que
Elohim quería revelarnos.
2. Restricciones
1) No estamos abogando a favor de cierta teoría en cuanto al método o el modo de inspiración.
Estas teorías suelen poner demasiado énfasis sobre algún aspecto de la obra del Ruaj
HaKodesh. Sin duda, el Espíritu usó distintos métodos para guiar a los autores.
2) Al decir que el Espíritu dirigió la selección de las palabras usadas, no estamos apoyando el
concepto de "dictado verbal". Este concepto confunde el modo de la inspiración con el
resultado.
3) La inspiración, como la hemos definido, se aplica sólo a los autógrafos de las Sagradas
Escrituras; es decir, a los documentos originales escritos personalmente por los autores. No
podemos insistir en que los hombres que copiaron y tradujeron las Escrituras fueran
inspirados igualmente como los originales autores. Sin embargo, podemos tener confianza en
encontramos una solución que satisface tanto la mente como el corazón. Nos convence de
que Elohim ha encontrado la manera de seguir siendo justo y a la vez justificar al pecador
que cree en Yeshúa (Romanos 3:21-26). Por supuesto, todo esto no es una prueba científica
de la inspiración de toda la Biblia, pero la inferencia es muy clara: Si Elohim es como lo
hemos presentado aquí y si es el Autor de la Biblia, entonces lo más razonable es que Su
Libro ha de ser tan perfecto como todas sus demás obras.
2) Las declaraciones de las mismas Escrituras: La Biblia es un Libro lleno de "Absolutos":
impone deberes absolutos sobre el hombre; absolutamente prohíbe todo pecado, aún el
pecado interno del espíritu; rechaza todo mérito humano como insuficiente para la salvación;
presenta al Mesías como absolutamente la única esperanza del hombre para la redención;
condena al infierno para toda la eternidad a todos los que rechacen este único camino de
salvación. Es inconcebible que tal libro sea el producto de hombres no inspirados. Tomando
en cuenta que más o menos 40 escritores, durante un período de aproximadamente 1,500
años, escribieron las partes, es una legítima maravilla encontrar en los 66 libros de la Biblia
una unidad doctrinal y moral. Con mucha frecuencia (se han contado 3,800 veces) los autores
del Antiguo Testamento introducen su mensaje con frases como éstas: "Habló Adonay",
"Adonay dijo", "Vino palabra de Adonay al profeta", "Vino a mí palabra de Adonay". A
veces los escritores dicen que Elohim les mandó escribir (Éxodo 17:14; 24:4; 34:27;
Números 33:2; Deuteronomio 31:24; Jeremías30:1-2; 36:1, 2, 4, 27-32; Habacuc 2:2).
maestros de la verdad (Juan 14:26; 16:12-13). La insistencia de los apóstoles es que han recibido
este Espíritu (Hechos 2:4; 9:17; 1ª Corintios 2:10, 12; Santiago 4:5; Judas 19) y que hablan bajo
su influencia y por tanto con autoridad divina.
4. Conclusión
A pesar de algunas dificultades en la doctrina de la inspiración de la Biblia, la evidencia en favor
de este concepto es abrumadora. Un creyente en el Padre de nuestro Adonay Yeshúa el Mesías
no debe tener ninguna resistencia para aceptar toda la Biblia como plenamente inspirada Palabra
de Elohim.
b) Inspiración Parcial
Algunas partes de la Biblia son plenamente inspiradas de Elohim y otras partes son meramente
palabras humanas. Elohim ayudó en diversos grados a los autores en lo que e11os escribieron,
pero no dándoles por completo la capacidad de escribir las escrituras sin error. Sólo parte de la
Biblia es inspirada, es decir, las porciones reveladas que se refieren a la verdad divina son
precisas y ciertas, pero no pueden aceptarse las declaraciones de tipo histórico, geográfico o
científico.
c) Inspiración Conceptual
No fueron las palabras sino solamente las ideas o los pensamientos lo que dio Elohim, y después
los hombres falibles los expresaron en sus propias palabras.
Elohim inspiró el concepto que se envuelve en las Escrituras, pero no las palabras precisas de las
Escrituras. Los autores humanos sólo entendieron parcialmente lo que Elohim les hubo revelado
y, al escribirlo con sus propias palabras, pudieron muy bien haber introducido errores de
consideración en sus escritos.
d) Inspiración Universal
La inspiración divina es igual para todos los escritores cristianos en el mismo sentido
sobrenatural como lo hizo e1 Ruaj HaKodesh con los escritores de la Biblia. Se ve en los
escritos de los padres de 1ª iglesia primitiva 1ª plena inspiración que se ve en las epístolas de
Pablo. (Postura de la religión tradicional).
e) Inspiración Mecánica
Elohim realmente dictó las Escrituras y los escritores de la Biblia actuaron sólo como
taquígrafos.
Elohim cumplió con exactitud lo que el quiso dirigiendo a los autores humanos que escribieran
los libros de 1ª Biblia, pero sin la influencia de su personalidad humana, su estilo literario o
interés personal. La personalidad de1 escritor humano fue anulada y el escritor llego a ser un
agente pasivo. El Ruaj HaKodesh inspiraba las palabras pero no a los hombres que usaban las
palabras.
f) Inspiración Limitada
Aunque sin negar necesariamente que existen elementos sobrenaturales en los escritos de las
Escrituras, la neo-ortodoxia declara que hay errores en la Biblia, y de esta forma la Biblia no
puede ser tomada literalmente como verdadera. Elohim habla mediante las Escrituras y las utiliza
como medio para comunicarse con el hombre. La Biblia se hace verdadera sólo cuando es
comprendida, y la evidencia de verdad queda a juicio del lector individual como autoridad final.
g) Inspiración Plenaria
El Ruaj HaKodesh dirigía a los escritores de la Biblia en sus procesos de Meditación y de
Composición sin destruir ni anular su propia individualidad, estilo literario o intereses
personales; y bajo éste poder y dirección les hizo capaces de recibir y comunicar las verdades
divinas sin posibilidad de cometer el más mínimo error. Todas las partes de la Biblia son
igualmente inspiradas.
El mensaje de la Biblia es presentado en palabras que fueron aprobadas por el Ruaj HaKodesh,
tal como fueron expresadas por los autores en tos escritos originales y todo lo que han escrito
(en los idiomas originales) es la Palabra de Elohim y constituye para la raza humana una regla
infalible de fe y de conducta.
CUESTIONARIO
INVESTIGACIÓN
III) EL MENSAJE
La Biblia relata la historia de este mundo desde el momento de su creación, hasta el tiempo
cuando habrá un cielo nuevo y una tierra nueva; aún cuando se compone de 66 libros (si
consideramos que Los Salmos son cinco libros y no uno solo, hablaríamos de 70, piénsalo), su
tema principal es el Mesías.
El Antiguo Testamento contiene muchas profecías respecto a Él (60 principales y 270 que se
derivan de éstas), mientras que el Nuevo Testamento relata el cumplimiento de las mismas, con
la venida y obra del Mesías en este mundo.
Es pues la Biblia la historia de la redención del hombre, planeada por Elohim y efectuada por
Yeshúa el Mesías. Su tema básico es la salvación y su personaje central es el Mesías, Adonay.
Puesto que este mensaje es una revelación y no una especulación, comienza con el hecho de que
Elohim existe.
Elohim se presenta como un Creador Todopoderoso que produjo un buen universo y una criatura
con la que deseaba tener comunión. Así que, Elohim hizo como una creación especial al hombre,
a su imagen y semejanza, para que fuera como Elohim es e hiciera como Elohim hace; le dotó
con el libre albedrío para que fuera libre en su elección de tener o no tener una relación cercana,
íntima, personal y de amor con Él. Sin embargo, el ser humano en lugar de escoger comunión
con Elohim, usó su libre albedrío (voluntad y libertad), para desobedecer a Elohim. Esta rebelión
en contra de la voluntad divina es lo que la Biblia llama pecado, a Elohim le desagrada y lo
abomina porque afecta tanto al hombre que éste queda condenado a la separación de su amante y
justo Creador.
La Biblia describe el esfuerzo de Elohim para rescatar al hombre de su perdición por el pecado, y
podemos ver que Elohim continuamente, desde Adán ha dado la oportunidad al hombre para
ponerse a cuentas con Él, reconociendo su desobediencia y pidiendo perdón; pero el hombre
generalmente echa a perder una disculpa con una excusa, y el juicio de Elohim, así como su
misericordia se manifiestan.
Expulsar al hombre del Jardín del Edén para que no coma del fruto del Árbol de la Vida,
manifiesta el juicio de Elohim, pero también su misericordia. El diluvio se interpreta como un
medio de "limpiar" al mundo, después de que la maldad de los hombres llegó a un extremo
inaguantable. Con la familia de Noé, se hizo un nuevo principio, pero la humanidad que resultó
siguió perdida y quiso llegar al cielo con una torre para preservar su nombre.
Elohim escogió a un hombre, Abraham, para levantar de su descendencia un pueblo por medio
del cual Él podría enviar al mundo un Salvador, el resto del Antiguo Testamento es el relato de la
obra de Elohim para preparar al pueblo escogido para la venida del Mesías que salvaría al mundo
de sus pecados.
Tenemos la historia de los Patriarcas Abraham, Isaac, Jacob (o Israel) y la de José; después viene
un largo período de crecimiento y disciplina de Israel en Egipto, seguido por los grandes
milagros del Éxodo, el "alumbramiento" de la nueva nación; la Conquista de Canaán y el
establecimiento del pueblo en la "Tierra Prometida" durante el período de los jueces.
El cambio de la Teocracia a un reino como el de todos los demás pueblos, con el permiso, pero
sin su aprobación; un reino que duró apenas la gestión de tres reyes: Saúl, David y Salomón. La
posterior división del reino en dos, y la gradual declinación del pueblo de Elohim, hasta la gran
vergüenza del cautiverio; mientras que los profetas trataban de convencer al pueblo de los
propósitos redentores de Elohim.
Un remanente de ese pueblo fue restaurado en la tierra de Emmanuel (Isaías 8:8), en el territorio
de Israel: Judea, Samaria, Galilea, e Idumea, desde el Nilo hasta el Éufrates y la tierra de los
heteos (Gen 15:18-20). Elohim mismo se presentó dentro de ése remanente, encarnado en la
persona de Yeshúa, quien fue concebido en la virgen María, por el poder del Ruaj HaKodesh.
Como maestro Yeshúa reveló el verdadero carácter de Elohim como un Padre que desea y
procura la salvación de los hombres. Yeshúa, el Mesías, dio su vida en demostración de su
enseñanza, pero también fue resucitado de entre los muertos en demostración del valor eterno del
sacrificio que realizó en su muerte.
Para proclamar estas verdades y para reunir al verdadero pueblo de Elohim que Él iba a crear,
formó una nueva institución, la iglesia, que ha de perdurar en el mundo hasta la Segunda Venida,
que Yeshúa declaró iba a realizar; la iglesia tiene la tarea de anunciar a todos los hombres las
Buenas Nuevas ( - evangélion) de la redención que hay en el Mesías. Esa Segunda
Venida marcará el fin de la historia del mundo, cuando los hombres y las naciones serán
juzgados de acuerdo con su relación con el Mesías el Redentor.
La Biblia tiene un mensaje unificado, sin embargo, hay que reconocer que a través del desarrollo
de éste mensaje hay distintas clases de enseñanzas, podemos clasificar algunas de estas
enseñanzas o doctrinas de la siguiente manera:
CUESTIONARIO
INVESTIGACIÓN
1) ¿Qué es el Talmud?
2) ¿Qué es la Mishna?
3) ¿Qué es la Cabala?
IV) LA AUTORIDAD
En su esencia, la autoridad de la Biblia no es poder que domina, sino una influencia que
persuade. Así que la autoridad no depende de la fuerza que se puede aplicar; depende más bien
del carácter de la persona o de la idea que ejerce influencia. Esto es importante, porque
precisamente ésta es la clase de autoridad que tiene la Biblia.
1) La Naturaleza
Si aceptamos la doctrina de la inspiración que hemos expuesto, como consecuencia tenemos que
creer en la autoridad de la Biblia, ya que la fuente de esta autoridad es Elohim mismo. Si la
Biblia es de origen divino, entonces su contenido lleva el sello de la autoridad divina.
Si la Biblia es de hecho la Palabra de Elohim, entonces es verdad, porque tenemos el testimonio
de Yeshúa de que “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” (Juan 17:17). Una verdad
absoluta que no se puede contradecir, sin embargo, esto no quiere decir que el lector ha de
aceptar cada dicho de la Biblia ciegamente, sin el uso de la razón. Al contrario, el lector tiene
que aplicar el mejor esfuerzo de su mente para usar bien la palabra de verdad, cortar recto, como
en el trazado de carreteras ( , recto; , cortar). Se emplea
metafóricamente en 2ª Timoteo 2:15 (RV: “que traza bien la palabra de verdad”; RVR: “que usa
bien”). El énfasis recae en ; la Palabra de Elohim tiene que ser empleada de manera
estricta siguiendo las líneas de su enseñanza. (2ª Timoteo 2:15). El estudiante de la Biblia debe
comprender su "plano" para poder comprender la correcta relación entre sus partes.
Debe partir del contenido para poder examinar lo más profundo de su significado, la autoridad de
la Biblia no excluye el sabio uso de las facultades mentales, si no todo lo contrario, exige que
estas facultades se empleen al máximo. Sin embargo, la mente humana no debe ponerse a sí
misma por encima de la Biblia para juzgarla.
El lector, mientras que traza bien la palabra de verdad, debe recordar que la Palabra de Elohim es
"viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12). La autoridad
de la Biblia no está sujeta al juicio de la mente humana sino que el espíritu del hombre tiene que
sujetarse a la autoridad de la Escritura.
Las Sagradas Escrituras son la autoridad final, aunque haya quien no lo crea o esté a disgusto por
ello; cada Escritura debe ser interpretada a la luz de todas las demás, a mayor Revelación, mayor
autoridad. La autoridad de la Biblia es espiritual en su naturaleza, dado que proviene de Elohim,
quien inspiró la Biblia como el Ruaj HaKodesh; se aplica dentro del carácter espiritual del
hombre, y opera a través de la influencia que su verdad ejerce para persuadir la voluntad del
lector y el oyente.
2) El Alcance
Es importante recordar que la Biblia es un libro espiritual, por lo que no se debe considerar como
última autoridad en asuntos de geografía, de historia, de medicina o de las demás clasificaciones
del saber humano. Sin embargo, cuando la Biblia habla de estos temas, lo que dice es totalmente
correcto. No podemos exigir que la Biblia hable de asuntos que no tengan que ver con su tema
central, el plan de Elohim para la redención del hombre.
Hemos de juzgar nuestro concepto de Elohim según lo que Él ha revelado de sí mismo en la
Biblia, de igual manera, la Biblia ha de ser la norma decisiva para determinar las demás doctrinas
de nuestra fe. Lo mismo se aplica respecto de las costumbres prácticas que forman nuestra vida
cristiana (ética), tanto en lo particular como en las relaciones y actividades de las iglesias.
La Biblia es nuestra autoridad para hacer decisiones éticas, la autoridad no consiste solamente en
reglas o leyes expuestas en la Biblia, porque a veces nos encontramos en situaciones que no se
mencionan en la Biblia. Cuando esto sucede, tenemos que hacer una aplicación práctica de
nuestra comprensión del carácter de Elohim y de nuestra relación con Él. En ambos casos, la
Biblia es nuestra autoridad: donde la Biblia habla claramente sobre cuestiones morales, tenemos
obligación de seguir sus indicaciones; cuando no hay dirección precisa, tenemos la
responsabilidad de aplicar los principios generales de santidad y rectitud que la Biblia enseña.
3) La Autoridad Absoluta Y La Autoridad Relativa
¿Son iguales en autoridad todas las partes de la Biblia?
Cualquier estudiante serio de la Biblia sabe que la respuesta es no. Pero, ¿cómo hemos de juzgar
qué parte de la Biblia es superior en autoridad?
Al reflexionar un poco, nos damos cuenta de que la autoridad absoluta reside en la verdad
misma, si solamente la absoluta verdad tiene absoluta autoridad, entonces cualquiera
comprensión parcial de aquella verdad tiene solamente una autoridad relativa.
Aplicando esto a la experiencia religiosa del hombre, sabemos que la última verdad, la realidad
final, es Elohim. Por tanto, la absoluta autoridad reside en Él. El hombre comprende algo de
aquella autoridad al ir descubriendo aquella verdad, pero la verdad de Elohim se descubre sólo a
medida que Él se vaya revelando.
Hemos dicho que la Biblia es el relato de Elohim revelándose a Sí mismo al hombre, hemos
llamado a este proceso el principio de "la revelación progresiva". Si este razonamiento es válido,
entonces la Biblia tiene mayor autoridad en las partes donde la revelación de Elohim es más clara
y más completa. Obviamente, el Nuevo Testamento revela mejor el carácter de Elohim, puesto
que presenta al Mesías, quien es la personal revelación de Elohim mismo: "El que me ha visto al
mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9).
El Nuevo Testamento es el clímax, el cumplimiento y explicación del Antiguo Testamento, así
que el Antiguo debe interpretarse a la luz del Nuevo, ya que su revelación parcial de Elohim se
entiende a la luz de la plena revelación de Elohim hecha en Yeshúa el Mesías; la autoridad
relativa del Antiguo Testamento tiene que ceder ante la autoridad superior del Nuevo.
A su vez, el Nuevo Testamento no se puede comprender plenamente sin la iluminación provista
por el Antiguo, las doctrinas más importantes del Nuevo Testamento son apenas el
desenvolvimiento natural de ideas que encontramos en el Antiguo en su forma más
rudimentaria.
Al estudiar la vida y el ministerio del Mesías, vemos que Él es el Hijo de Abraham, Hijo de
David, Hijo del Hombre, el segundo Adán, el Mesías, un sacerdote no según el orden de Aarón,
sino según el orden de Melquisedec, el Cordero de Elohim, ַ יֵׁשּוע- Yeshúa; ¿qué pasaría si no
tuviéramos el Antiguo Testamento?, ¿cómo podríamos comprender estas frases? Los apóstoles
apelaron a la autoridad del Antiguo Testamento para convencer a sus oyentes de la veracidad del
evangelio cristiano, mucho antes de la existencia del Nuevo Testamento (Hechos 2:22-42).
Los dos Testamentos son mutuamente indispensables, cada uno es necesario para la
interpretación del otro, debemos reconocer que la autoridad de cualquier parte de la Biblia
depende de la excelencia de su revelación de la naturaleza de Elohim. Puesto que el Mesías es la
máxima y la final revelación de Elohim, entonces sus dichos y sus hechos forman la norma
suprema para evaluar el resto de la Biblia.
4) La Palabra Encarnada Y La Escrita
Algunos cristianos encuentran un dilema entre los conceptos de la autoridad de la Biblia y la del
Mesías, temen que si exaltamos demasiado la autoridad bíblica, llegaremos a adorar al libro de
Elohim más que a la persona de Adonay. A la vez, ven el peligro de afirmar que la autoridad
final está en el Mesías como Él se revela en nuestra experiencia más bien que en la Biblia.
Puesto que el Mesías es la revelación suprema definitiva de Elohim, de hecho ninguna autoridad
puede ser superior a la de sus palabras. Pero, ¿cómo llegamos a conocer esas palabras sino a
través del testimonio de los escritores del Nuevo Testamento?
En realidad no hay conflicto aquí, la persona que los cristianos llegamos a conocer es
precisamente el Mesías presentado en las páginas del Nuevo Testamento. El Mesías que nosotros
conocemos en nuestra experiencia no puede ser diferente del Mesías que se presenta en la Biblia.
Al conocerlo, nos rendimos incondicionalmente ante su autoridad y presencia. Sin embargo, esta
experiencia de aceptar la absoluta autoridad del Mesías no hace menguar la autoridad de la
Biblia en nuestra vida, todo lo contrario, encontramos que la autoridad del Verbo encarnado
confirma y apoya la autoridad de la palabra escrita.
La autoridad de la Biblia descansa en el libro como un todo, no en fragmentos desligados y
errantes del mismo. La autoridad de un solo versículo reside en el significado que Elohim tuvo la
intención de darle; y una comprensión correcta de un solo versículo siempre será corroborada por
la Biblia como un todo.
No debemos convertirnos en bibliólatras o peor aún reinavaleristas60, la autoridad de las
Escrituras es incuestionable sólo en los escritos de los idiomas originales. En todas las
subsecuentes copias, versiones y traducciones, la autoridad es transmitida sólo hasta el grado
de su fidelidad al original.
CONCLUSIÓN
Elohim se ha revelado a Sí mismo mediante la Palabra, que fue escrita y preservada; las
Escrituras son de hecho la Palabra escrita de Elohim, la cual es verdadera, digna de fe y tiene
autoridad divina sobre los hombres.
La autoridad de la Biblia es entonces, la autoridad de la Gracia de Elohim puesta a nuestro
alcance por medio del Mesías, la Gracia que liberta de la culpa y de la servidumbre del pecado.
CUESTIONARIO
INVESTIGACIÓN
V) LA ESCRITURA
INTRODUCCIÓN
Se ha dicho que la Biblia es la "Biblioteca Divina", y esta afirmación es acertada, pues aún
cuando pensamos de ella como un solo libro, está formada por sesenta y seis libros diferentes.
La Biblia es el registro de una Revelación Progresiva, que tuvo su culminación en Yeshúa el
Mesías.
La Biblia comienza con el Génesis y termina con el Apocalipsis, se halla dividida en dos
secciones principales. La primera parte se llama "Antiguo Testamento", la segunda sección es el
"Nuevo Testamento".
CUESTIONARIO
INVESTIGACIÓN
EVALUACIÓN
Antiguo Testamento
(5 – 12 –55 – 12)
1
2
3
4
1 5
La Ley 2 Libros 6
(Torah) 3 Históricos 7
4 8
5 9
10
11
12
1 1
2 2
Poéticos 3 Profetas 3
4 Mayores 4
5 5
1
2
3
4
5
Profetas 6
Menores 7
8
9
10
11
12
Nuevo Testamento
(41 – 13 – 8 – 1)
1
1 2
Biográficos 2 3
(Evangelios 3 4
Sinópticos 5
Y Epístolas 6
Evangelio 4 Generales 7
Doctrinal) 8
Histórico 1
1
2 Profético 1
3
4
5
Epístolas 6
Paulinas 7
8
9
10
11
12
13
CANON
Los 66 libros de nuestra Biblia fueron escritos en distintos lugares y en distintas épocas, en tres
continentes: África, Asia y Europa, en tres idiomas: Hebreo, Arameo y Griego Coiné.
Los muchos autores probablemente no sabían que sus escritos serían juntados en una colección.
A la vez, había muchos otros libros religiosos que no eran inspirados por Elohim, para reunir los
escritos inspirados y para excluir los otros, era necesario tener algunas normas; el procedimiento
para coleccionar los libros de la Biblia es lo que se llama "la formación del canon".
El término griego es de origen semítico y su sentido inicial fue el de «caña». Más tarde la
palabra tomó el significado de «vara larga» o listón para tomar medidas utilizado por albañiles y
carpinteros. El hebreo tiene ese significado (Ezequiel 40.3, 5). El latín y el castellano
transcribieron el vocablo griego en «canon». La expresión, además, adquirió un significado
metafórico: se utilizó para identificar las normas o patrones que sirven para regular y medir.
En la tradición judeocristiana el canon tiene un propósito triple. En primer lugar identifica y
conserva la revelación, a fin de evitar que se confunda con las reflexiones posteriores en torno a
ella; tiene el objetivo, además, de impedir que la revelación escrita sufra cambios o alteraciones.
Por último, brinda a los creyentes la oportunidad de estudiar la revelación y vivir de acuerdo a
sus principios y estipulaciones.
En el siglo IV la palabra «canon» se utilizó para referirse propiamente a las Escrituras. El
«canon» de la Biblia es el catálogo de libros que se consideran normativos para los creyentes y
que, por lo tanto, pertenecen con todo derecho a las colecciones incluidas en el Antiguo y el
Nuevo Testamento; con ese significado específico la palabra fue utilizada posiblemente por
primera vez por Atanasio, el obispo de Alejandría, en el año 367. A finales del siglo IV esa
acepción de la palabra era común tanto en las iglesias del Oriente como en las del Occidente,
como puede constatarse en la lectura de las obras de Gregorio, Priciliano, Rufino, Agustín y
Jerónimo.
Josué 10:12,13; Epinicio de Débora, Jue 5; Enigma de Sansón, Jue 14:14; Dicho de Sansón, Jue
14:18; Cántico de Sansón, Jue 15:6; Cantar de las mujeres, 1º S 18:7; Elegía de David (por la
muerte de Saúl y Jonatán), 2º S 1:19-27; Elegía de David (por la muerte de Abner), 2º S 3:33;
Salmo de la liberación, 2º S 22:2-51 (Sal 18); Canto postrero de David, 2º S 23:1-7; Salmo de
David, 1º Cr 16:8-36 (Sal 105:1-15; 96:1-13; 106:47,48); Salmo de Ezequías, Isaías 38:10-20;
Salmo de Jonás, Jon 2:2-10; Salmo de Habacuc, Habacuc 3.
Entre esos antiguos materiales orales y escritos, son de particular importancia los que expresan
las relaciones del pueblo de Elohim. Son de dos clases:
1) Códigos o cuerpos de leyes prescritas por él para regir la vida individual y comunitaria.
2) Fórmulas rituales y reglamentos del culto establecidos por mandato divino.
Habiendo existido al parecer, primeramente, por separado, algunos de ellos, probablemente la
mayoría, quedaron incorporados al Pentateuco, pero todavía puede advertirse que forman un
grupo. Algunos de ellos, que han podido discernirse en el conjunto, son leyes como las de las
lesiones, Ex 21:12, 15-17; la que prohíbe ayuntarse con bestias, Ex 22:19; las del adulterio y las
relaciones sexuales entre parientes próximos, así como contra la homosexualidad, Lv 20:10-13;
el Decálogo, que existe en dos recensiones, Ex 20:1-17 y Deuteronomio 5:1-21; el que se ha
denominado Código del Pacto, Ex 20:22-23:19, probablemente el Libro del Pacto mencionado en
24:7, y del que algunos autores excluyen partes que suponen incorporadas posteriormente y que
formaban originalmente un Decálogo ritual (23:12, 15-17; 22:29.30; 23,18:19); el llamado
Código ritual. Ex 34; el designado como Código deuteronómico, Deuteronomio 12-26, el
denominado Código de santidad, Lv 18-26 y un Ritual del Arca, Números 10:35,36.
Los eruditos consideran que las principales tradiciones que finalmente se consignaron por escrito
son por lo menos tres: una en que se usa para Elohim el nombre de Yahvéh y a la que por eso se
ha llamado yahvista; otra que prefiere el nombre Elohim que significa simplemente "Elohim",
que por tanto ha recibido la designación de elohista, y una tercera, más tardía, quizá de los
últimos tiempos de la monarquía, y que por los temas en que hace hincapié y la importancia que
se da en ella al culto y al sacerdocio se ha llamado sacerdotal.
Los materiales de estas tres tradiciones o fuentes documentales se han combinado, según el
consenso de los eruditos modernos, en la composición del Pentateuco. El Código deuteronómico,
citado arriba, pertenecería probablemente a la tradición sacerdotal, y se habría redactado quizá en
tiempos de Ezequías, como una nueva versión de la peregrinación por el desierto y una nueva
codificación de las leyes.
Se ha sugerido, con muchos visos de probabilidad, que "el libro de la Ley", encontrado en el
templo en tiempos de Yosiyahu (Josías) podría haber sido una primera redacción del mencionado
Código deuteronómico o una recensión primitiva del Deuteronomio. Algunas autoridades
identifican la tradición sacerdotal con un código en forma, llamado Código sacerdotal, cuya
presencia, según algunos eruditos, se haría notar desde el primer capítulo del Génesis, que habría
sido originalmente parte de él.
Existieron también libros y otros materiales escritos que se perdieron, algunos de los cuales se
mencionan por nombre y se citan en la Biblia: Libro de las guerras de Yahvéh, Números
21:14,15; Libro de Yasar (o "del Justo"), Josué 10:13, del cual tomó el autor de los libros de
Samuel la elegía de David, 2 S 1:18; Historia del profeta Natán, Profecía de Ajiyáh el siloneo,
Visiones de Yedo (o Ido) el vidente, 2º Cr 9:29; Libro de la historia de Salomón, 1º R 11:41;
Libro de las crónicas de los reyes de Judá, 1R 15:7; Libro de las Crónicas de Israel, 1 R 15:31,
libros, estos dos últimos, que no son nuestros libros lo y 2º de Crónicas, y Libro de Yahvéh,
Isaías 34:16.
Los libros deuterocanónicos o apócrifos son los siguientes: Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico
(Sabiduría de Yeshúa ben Sira), Baruc, 1º y 2º Macabeos, Daniel 3:24-90; 13; 14 y Ester 10:4-
16, 24. La mayoría de estos textos se conservan solo en manuscritos griegos.
Como ya dijimos, la Septuaginta hizo posible que los judíos grecoparlantes (en la diáspora y
también en Israel) tuvieran acceso a los textos sagrados de sus antepasados en el idioma que
podían entender.
El texto griego dio la oportunidad a grupos gentiles de estudiar las Escrituras hebreas (Hch 8:26-
40); la iglesia cristiana se benefició sustancialmente de la traducción de la Septuaginta: la utilizó
como su libro santo y le llamó “Antiguo Testamento”. El texto en griego dio la oportunidad a los
cristianos de relacionar el mensaje de Yeshúa con pasajes de importancia mesiánica (Hch 7; 8);
les brindó recursos literarios para citar textos del canon hebreo en las discusiones con los judíos
(Hch 13:17–37; 17:2–3); y jugó un papel fundamental en la predicación del evangelio a los
gentiles (Hch 14:8–18; 17:16–32).
El proceso de formar el Canon del Antiguo Testamento fue lento y progresivo, parece ser que
este Canon fue fijado unos doscientos años antes del Mesías, según un libro apócrifo llamado
Eclesiástico o La Sabiduría de Sirac.
11 2
3
4
5 6
7 8
9 10 11
12
13 14
15 16
17 18 19
20 21
22
23 24 25
26 27
28
29 30
31 32
33 34
35 36
dominio de ellos, se decidió también a escribir algo sobre estos temas de doctrina y de
sabiduría, para que los amantes del saber pudiesen a su vez dedicarse a éste y llevar una vida
mucho más conforme a la Ley.
Están pues invitados a leerlos con benevolencia y atención; sean indulgentes con aquellos
lugares donde, a pesar de todos nuestros esfuerzos para traducir bien, pareciera que no
logramos acertar en tal o cual expresión.
En realidad, las cosas que se dicen en hebreo pierden a menudo su fuerza cuando se las traduce
a otro idioma. Por lo demás, esto no sólo es problema de este libro, pues aun las traducciones
de la Ley, de los Profetas y de los otros Escritos difieren a veces considerablemente del texto
primitivo.
El año treinta y ocho del rey Evergetes, habiéndome trasladado a vivir a Egipto, descubrí un
ejemplar de esta instrucción de tan elevada sabiduría. Inmediatamente me sentí obligado a
traducir el presente libro lo más cuidadosamente posible, aun al precio de grandes esfuerzos.
Desde entonces, y por mucho tiempo, consagré a este trabajo muchos estudios y noches sin
dormir; quería traducir todo este libro y publicarlo para uso de los que, viviendo fuera de Israel,
aspiran a ser amantes de la sabiduría y a vivir más conforme a la Ley.
Yeshúa mismo se refirió a las tres secciones de las Escrituras del Antiguo Testamento, como la
Ley de Moisés, los profetas y los Salmos (Lucas 24:44). Cerca del fin del primer siglo después
del Mesías, el gran historiador judío Flavio Josefo, describió los libros sagrados tan claramente
que se ve que estaba hablando del Antiguo Testamento casi exactamente como lo tenemos ahora.
A la vez dijo que durante siglos nadie se había atrevido añadirles ni a quitarles nada, ni a hacer
ningún cambio en ellos.
EL PERÍODO APOSTÓLICO
Yeshúa y los primeros cristianos no carecían de Escrituras; contaban con el Antiguo Testamento
(Mc 12:24) y citaron de las tres divisiones reconocidas por el judaísmo (p.e. Lc 24:44).
Convencida de la autoridad absoluta de Yeshúa el Mesías y del Espíritu que Él envió, la Iglesia
vio cristianamente las antiguas Escrituras; pues al lado del Antiguo Testamento apareció una
norma superior.
Para Pablo (1ª Co 9:9,13ss; 11:23ss; 1ª Ts 4:15), un dicho de Adonay Yeshúa decidía tan
categóricamente como una cita escritural toda cuestión de doctrina o ética. Desde luego, estas
palabras de Adonay no eran citas de ningún documento, puesto que los Evangelios aún no se
habían escrito.
Al mismo tiempo, se desarrolló una nueva manifestación de autoridad. Pablo, al verse obligado a
decidir sobre algún asunto, apeló a su calidad de comisionado por Yeshúa el Mesías, poseedor
del Espíritu divino (1ª Co 7:25, 40; Ga 1:1,7ss), y en esto no difirió de otros doctores apostólicos
(Heb 13:18ss; 3ª Jn 5–10,12; Ap 1:1-3). Esta autoridad fue viviente, actualizada en el mensaje, y
no una garantía de status canónico para sus escritos; Pablo esperaba que sus cartas se leyeran en
voz alta en las iglesias (p.e. 1ª Ts 5:26ss).
Aunque la interpretación de 2ª P 3:16 es discutida, el texto parece enseñar que a las epístolas
paulinas se les atribuye igual valor que a las Escrituras veterotestamentarias. En cuanto a la
colección de epístolas paulinas, es probable que se llevara a cabo ca. 80–85 d.C. en Asia Menor,
donde una vez gozara de gran prestigio. (Misteriosamente este prestigio menguó en el siglo II.)
No obstante, a fines del siglo I no existía el concepto de “canon escritural”, como si la lista de los
libros sagrados estuviera completa. La existencia de una tradición oral y los apóstoles, profetas y
sus discípulos hacía innecesario tal canon.
LA INFLUENCIA DE MARCIÓN
El semignóstico Marción rompió con la iglesia en Roma (ca. 150); repudiaba el Antiguo
Testamento con su “Elohim vengador de la justicia” y quería sustituirlo por “el Elohim de
Yeshúa el Mesías” y un nuevo canon en dos partes: un Evangelio (Lucas, mutilado) y diez cartas
paulinas (se excluyeron las pastorales). Esta acción de un hereje aceleró la formación del canon
eclesiástico, ya en marcha. Hacia 160–180 las iglesias corrigieron la lista, añadiéndole los otros
tres Evangelios de uso popular, Hechos y Apocalipsis; así llegaron a trece las cartas paulinas.
DE IRENEO A EUSEBIO
En su Contra las herejías (ca. 185), Ireneo citó como canónicos veintidós escritos de nuestro
Nuevo Testamento, más el Pastor de Hermas, pero tenía reservas respecto a Hebreos, 3ª Juan, 2ª
Pedro, Santiago y Judas. Impugna las aparentes revelaciones esotéricas de sus opositores,
subrayando la derivación apostólica de las tradiciones eclesiásticas.
En África, Tertuliano confirmó casi la misma lista y se empeñó en que se consagrara el canon de
los Evangelios aunque no el de las Epístolas; otro tanto hizo al respecto Hipólito de Roma,
discípulo de Ireneo.
De Roma procedió también el canon del Fragmento Muratoriano (ca. 195), el cual no se
limitaba a una simple enumeración de los libros; traía datos sobre el autor y los destinatarios de
los libros incluidos y explicaba por qué se rechazaron otros libros (p. ej., las Epístolas de
«Pablo» a los laodiceos y a los alejandrinos); incluyó, cosa curiosa, la Sabiduría de Salomón y
el Apocalipsis de Pedro; este y el Pastor, no obstante, se recomendaban más para la lectura
particular que para el culto, de nuestro canon actual solo faltaban Hebreos, 1ª y 2ª Pedro,
Santiago y 3ª Juan.
El Nuevo Testamento no era todavía una unidad cerrada: en la época de Eusebio (ca. 320) los
Padres citaban a veces como Escritura dichos de Yeshúa no consignados en nuestros Evangelios,
Evangelios no canónicos (p.e., De los hebreos), la Epístola de Bernabé, 1ª Clemente, la Didaqué,
los Hechos de Pablo, el Pastor y el Apocalipsis de Pedro.
Testamento. Lo anterior indica que el Canon se formó aparte de los concilios eclesiásticos, los
cuales lo confirmaron después.
Hubo cuatro pruebas que ayudaron a determinar la selección de los libros que quedaron en el
Canon:
1) Su origen apostólico.
2) Su contenido de alto valor espiritual.
3) Su aceptación universal en la iglesia.
4) Su inspiración divina.
LA IGLESIA Y EL CANON
Una vez finalizado el período del Nuevo Testamento, la iglesia continuó utilizando la
Septuaginta en sus homilías, debates y reflexiones teológicas; una gran parte de los escritores
cristianos de la época utilizaban libremente la Septuaginta, y citaban los libros que no se
encontraban en el canon hebreo.
La iglesia Occidental a finales del siglo IV aceptó un número fijo de libros del Antiguo
Testamento, entre los cuales, se encuentran algunos deuterocanónicos que aparecen en la
Septuaginta. Los teólogos orientales, por su parte, seguían el canon hebreo de las Escrituras.
Tanto Orígenes como Atanasio insisten en que se deben aceptar en el canon únicamente los 22
libros del canon judío; y Jerónimo, con su traducción conocida como “Vulgata Latina”, propagó
el canon hebreo en la iglesia Occidental.
A través de la historia la iglesia ha hecho una serie de declaraciones en torno al canon de las
Escrituras, al principio, estas declaraciones se hacían generalmente en forma de decretos
canon, la Confesión indica que los deuterocanónicos (identificados como apócrifos) no son
inspirados por Elohim, y por lo tanto no forman parte del canon de la Escritura y carecen de
autoridad en la Iglesia; indica, además, que pueden leerse únicamente como escritos puramente
humanos; de esa forma se definió claramente el canon entre las comunidades cristianas que
aceptaban la Confesión de Westminster.
El problema de la aceptación de los apócrifos o deuterocanónicos entre las comunidades
cristianas, luego de la Reforma, se atendió básicamente de tres maneras:
1) Los deuterocanónicos se mantenían en la Biblia, pero separados (alguna nota indicaba que
estos libros no tenían la misma autoridad que el resto de las Escrituras).
2) De acuerdo al Concilio de Trento, tanto los deuterocanónicos como los protocanónicos se
aceptaban en la Biblia con la misma autoridad.
3) Basados en la Confesión de Westminster, se aceptaba la autoridad y se incluía en las
ediciones de la Biblia únicamente el canon hebreo.
Luego de muchas discusiones teológicas y administrativas, la British and Foreign Bible Society
decidió, en 1826, publicar Biblias únicamente con el canon hebreo del Antiguo Testamento, la
Biblia Reina-Valera se publicó por primera vez sin los deuterocanónicos en 1850.
En torno a los apócrifos o deuterocanónicos, las iglesias cristianas han superado muchas de las
dificultades que les separaban por siglo, la polémica y la hostilidad han cedido el paso al diálogo
y la cooperación interconfesional. En la actualidad grupos católicos y protestantes trabajan juntos
para traducir y publicar Biblias; ésta literatura, lejos de ser un obstáculo para el diálogo y la
cooperación entre creyentes, es un recurso importante para estudiar la historia, las costumbres y
las ideas religiosas del período que precedió el ministerio de Yeshúa de Nazaret y la actividad
apostólica de los primeros cristianos.
Para el exegeta bíblico, no solo es importante establecer cuál es el texto más original de la
Escritura y analizar la historia interna de los diversos libros, sino también trazar los límites de la
Palabra escrita, reconociendo por qué hay diferencia entre la Inspiración de los libros canónicos
y la de los demás. Aunque para hacer tal estudio es necesario valerse de inferencias en ciertas
épocas, cuando el conocimiento de los datos es escaso, los rasgos generales del establecimiento
del canon son claramente discernibles.
CONCLUSIÓN
La inclusión en el canon de ciertos documentos solo representó el reconocimiento eclesiástico de
una autoridad ya inherente a ellos, en este sentido, la Iglesia no formó el canon; lo descubrió.
CUESTIONARIO
1) ¿Qué significa el concepto de "canon" con referencia a la Biblia?
2) ¿Cómo llamó el Mesías a las tres secciones del Antiguo Testamento?
3) ¿Durante qué período fueron los libros neotestamentarios reunidos en un todo?
4) ¿Quién puso el nombre de "Nuevo Testamento" a esta colección de libros cristianos?
5) ¿Por qué influyó el Emperador Diocleciano en la fijación del Canon del Nuevo Testamento?
6) ¿Cuál fue el primer concilio de la Iglesia para reconocer el canon del Nuevo Testamento?
7) ¿Cuáles son las cuatro pruebas que ayudaron a determinar los libros que debían estar en el
Canon?
8) Realizar el bosquejo de uno de los siguientes documentos: La Primera Epístola de Clemente;
La Didaqué, o la Enseñanza de los Doce Apóstoles; la Epístola de Bernabé; y El Pastor de
Hermas.
Es necesario comprender el arreglo de las partes de la Biblia y la relación entre las divisiones.
Lo primero que notamos es que la Biblia consta de dos divisiones generales: el Antiguo
Testamento y el Nuevo Testamento; aunque las divisiones son del todo naturales, los nombres no
son inspirados. Es cierto que Pablo habla del "antiguo pacto" (2ª Corintios 3:14) y de un "nuevo
pacto" (2ª Corintios 3:6); estos nombres fueron usados por los dirigentes griegos de la iglesia
primitiva para referirse a las dos divisiones de la Biblia.
Pacto en latín es la palabra testamentum, que se emplea en la versión latina llamada Vulgata, de
ahí, el nombre "Testamento" que se usa en las iglesias occidentales. En hebreo es ( ),
cortar, talar; cortar un pacto; hacer un pacto, pactar; ( ), pacto; alianza; convenio;
acuerdo; confederación. Lo más probable es que este nombre se derive de la raíz acádica que
significa encadenar, poner grillos. En griego es ( , significa primariamente
otorgamiento de propiedad mediante un testamento o por otros medios. En su utilización en la
LXX, es traducción de un término hebreo que significa pacto o acuerdo, de un verbo que significa
cortar o dividir, en alusión a una costumbre sacrificial relacionada con la celebración de un pacto
(p.e. Génesis 15:10: “partió”; Jer 34:18,19: “dividiendo”). En contraste al término castellano
“pacto”, que significa una mutua obligación de dos o más partes, comprometiéndose cada una de
las partes a cumplir sus obligaciones, no implica por sí mismo la idea de obligación
mutua, sino que mayormente significa una obligación asumida por una sola persona.
El Antiguo Testamento consta de 39 libros, los judíos, los romanos y los evangélicos usan
clasificaciones distintas para estos libros.
Los judíos usan una triple clasificación: La Ley, los Profetas y los Escritos; en la Ley, se incluían
los cinco libros de Moisés, de Génesis a Deuteronomio. En los profetas habían dos grupos: los
Profetas Anteriores y los Profetas Posteriores, los Anteriores incluían los libros de Josué, Jueces,
Samuel y Reyes, mientras que los Posteriores abarcaban Isaías, Jeremías, Ezequiel y todos los
profetas Menores juntos, los doce formando un solo libro.
En los Escritos estaban los demás libros de nuestro Antiguo Testamento en este orden: Salmos,
Proverbios, Job, Cantar de los Cantares, Ruth, Lamentaciones, Eclesiastés, Esther, Daniel,
Esdras (incluyendo Nehemías) y Crónicas.
Los romanos también clasifican los libros del Antiguo Testamento en tres divisiones: los Libros
Históricos son de Génesis hasta Esther; los libros Didácticos, desde Job hasta Cantares y los
Profetas, desde Isaías hasta Malaquías; ellos agregan seis libros más (llamados apócrifos), de
modo que su Antiguo Testamento consta de 45 libros.
Los evangélicos tienen en su Antiguo Testamento los mismos 39 libros que los judíos, pero el
orden y la clasificación son diferentes; se suele hacer cinco divisiones del Antiguo Testamento:
Pentateuco, Libros Históricos, Libros Poéticos, Profetas Mayores y Profetas Menores. En el
Pentateuco están los cinco libros de la ley: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Los libros históricos son: Josué, Jueces, Ruth,1º y 2º Samuel, 1º y 2º de Reyes, 1º y 2º de
Crónicas, Esdras, Nehemías y Esther. Los libros Poéticos son: Job, Salmos, Proverbios,
Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
Los Profetas Mayores son Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel; y los Profetas
Menores son Oseas, Joel, Amos. Abdías, Jonas, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo,
Zacarías y Malaquías.
En cuanto al Nuevo Testamento, evangélicos y romanos están de acuerdo en que consta de los
mismos 27 libros.
Los romanos los dividen en tres grupos: los Históricos, desde Mateo hasta Hechos; los
Didácticos, desde Romanos hasta Judas; y un libro profético, el Apocalipsis.
Algunos evangélicos siguen el mismo arreglo para descubrir la estructura del Nuevo Testamento,
mientras otros emplean otras divisiones. Un sistema fácil de recordar clasifica los libros del
Nuevo Testamento en cinco grupos: Los Biográficos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, el Histórico:
Hechos de los Apóstoles, las Epístolas de Pablo: Romanos, 1ª y 2ª de Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª de Tesalonicenses, 1ª y 2ª de Timoteo, Tito y Filemón. Las
Epístolas Generales: Hebreos, Santiago, 1ª y 2ª de Pedro, 1ª, 2ª y 3ª de Juan y el libro Profético:
el Apocalipsis.
En el principio los libros de la Biblia fueron escritos sin las divisiones en los capítulos y
versículos, con la excepción de los Salmos, que probablemente tomaron la forma de poemas
separados desde su origen. Estas divisiones en capítulos y versículos se hicieron para facilitar la
comparación de citas, especialmente entre versiones de diferentes idiomas.
Algunos eruditos atribuyen las primeras divisiones al Cardenal Hugo de San Cher, cerca de 1240
d.C. Parece que la mejor opinión es que el autor de ésta práctica fue el Arzobispo de Canterbury
en Inglaterra, Esteban Langdon, quien murió en 1228 d.C.
Posiblemente estos hombres hicieron las divisiones en capítulos, la división del Antiguo
Testamento en versículos fue hecha por los propios eruditos judíos antes del 1000 d.C.
Los versículos del Nuevo Testamento fueron enumerados primero en 1551 d.C. en una edición
publicada por Roberto Estienne.
CUESTIONARIO
1) ¿Cuál es el origen de "Testamento" como el nombre de cada una de las grandes divisiones de
la Biblia?
2) ¿Cómo clasifican los judíos a los libros del Antiguo Testamento?
3) ¿Cómo clasifican los romanos a los libros del Antiguo Testamento?
4) ¿Cuáles son las cinco divisiones que los evangélicos usan para el Antiguo Testamento?
5) ¿Cuáles son las tres divisiones que los romanos usan para el Nuevo Testamento?
6) ¿Cómo podemos dividir a los libros del Nuevo Testamento en cinco grupos fáciles de
recordar?
7) ¿Quiénes fueron los que dividieron la Biblia en capítulos y versículos?
8) ¿Qué propósito tienen estas divisiones en capítulos y versículos?
Los evangélicos creemos algo difícil de comprobar: que ningún libro canónico de la Biblia se ha
perdido. Tenemos esta confianza porque creemos en el poder de Elohim para conservar lo que
inspiró. Tenemos que reconocer que la misma Biblia menciona libros que no se han conservado
como parte de las Sagradas Escrituras, aunque en un tiempo sin duda eran muy importantes al
pueblo de Elohim.
Algunos de estos libros son "el libro de las batallas de Adonay" (Num 21:14); "el libro de Jaser"
(Josué 10:13); "el libro de los hechos de Salomón" (1º R 11:41); "los libros de Natán profeta... la
profecía de Ahías Silonita...las profecías del vidente Iddo" (2º Cr 12:15). Quizá podríamos
mencionar también los escritos de Salomón que no se encuentran en nuestra Biblia (1º R
4:32,33).
Lo anterior nos indica que los judíos pusieron especial atención al cuidado de sus escritos
sagrados, los que ellos consideraban inspirados por Elohim. Hay una buena razón para esto: por
orden especial los levitas tenían el deber de cuidar los libros de la Ley (Deuteronomio 17:18 y
31:24-26).
Aún así, es una maravilla que los escritos sagrados de los judíos hayan sido conservados intactos
a través de los largos períodos de guerra, de apostasía y de cautiverio que se describen en el
Antiguo Testamento.
Durante el cautiverio babilónico, y después, surgió un grupo de judíos llamados escribas,
especialistas en copiar e interpretar las Escrituras, estos peritos tenían pasión para transmitir los
documentos sagrados con exactitud esmerada, y así se desarrolló una tradición para regir el
procedimiento de copiar los libros. Esta tradición alcanzó la calidad de la ley para los escribas
cuando fue incorporada al Talmud. Este reglamento exige que los pergaminos sean preparados y
cosidos de cierto modo y que sean de cierto tamaño.
Cada columna de escritura no podría ser de menos de 48 líneas ni de más de 60, y tenía que ser
de 30 letras de ancho. Antes de escribir una sola letra, era necesario poner rayas en la copia
entra. La tinta, sin excepción, tenía que ser negra, preparada según cierta fórmula, de guía se
usaba una copia auténtica que el escriba debía consultar continuamente; no debía escribir nada de
memoria, ni siquiera una yod ( ).
Se especificaba el espacio necesario entre consonantes, entre secciones y entre libros, el vestido
del copista tenía que ser la indumentaria oficial de los judíos. Antes de trabajar, el copista tenía
que bañarse el cuerpo entero; al escribir el nombre de Elohim, el copista no podía hacer caso del
saludo de nadie, ni siquiera de un rey.
Los rollos hechos sin observar este reglamento eran usados en las escuelas para ejercicios de
lectura, de esta manera se ha protegido el texto del Antiguo Testamento.
La genizá era el depósito para rollos que ya no se consideraban adecuados para su uso.
En tiempos de persecución los fíeles a veces daban su vida antes que entregar los libros sagrados
a las llamas.
En cuanto al Nuevo Testamento, la historia es semejante, los cristianos también pasaron por
muchos períodos de intensa persecución, en que sufrieron muchos para proteger las Sagradas
Escrituras.
Todos los libros del canon hebreo se encontraron en Qumrán, excepto el libro de Ester, esto no
sólo presenta ciertos datos interesantes sobre el canon, sino que ofrece, sobre todo para los
eruditos, un texto hebreo mil años más antiguo que el usado en las ediciones críticas (científicas)
del hebreo bíblico.
El estudio del texto de los rollos del Mar Muerto permite conocer la diversidad de tradiciones
textuales, y así poder evaluar mejor el Texto Masorético (TM). Es importante saber que varios de
los rollos y fragmentos están más cerca de la traducción griega conocida como Septuaginta
(LXX) que del TM.
La transmisión de la revelación divina se ha hecho principalmente de tres maneras:
La primera de éstas es verbal: se comunicaba el contenido de un libros sagrado a viva voz; la
Biblia misma exige este método de transmisión (Deuteronomio 6:6-9). Recordemos que “Así que
la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Elohim” (Ro 10:17).
La segunda manera de transmitir las Escrituras fue a través de copias hechas a mano, ésta
práctica duró hasta la invención de la imprenta, a mediados del siglo XV, éstas copias, llamados
manuscritos, se hacían según la descripción que ya hemos estudiado; cuando los judíos
comenzaron a ser dispersados por el mundo, después del cautiverio, llevaron consigo las
Sagradas Escrituras. Hemos visto cómo vigilaban la pureza de sus copias del Antiguo
Testamento, pero esos manuscritos se trasmitían de judíos a judíos solamente, puesto que su
religión no era básicamente misionera. Sin embargo, con el tiempo los judíos se asimilaban a la
cultura en que vivían, entonces, la transmisión de las Escrituras tomó la forma de traducciones,
lo que veremos enseguida.
En cuanto al Nuevo Testamento, podemos trazar algo de la historia de algunos manuscritos, no
se ha descubierto hasta la fecha ninguno de los autógrafos (manuscritos hechos por el mismo
autor), pero hay copias de porciones del Nuevo Testamento que fueron escritas a mediados del
segundo siglo, es decir, de 150 a 170 d.C.). Parece que se hacían copias de los libros del Nuevo
Testamento, precisamente porque los misioneros cristianos necesitaban los escritos sagrados para
evangelizar primero, y después para adoctrinar y edificar a las iglesias. Como ejemplo de ésta
práctica, se ha conservado una copia de una carta del emperador Constantino a Eusebio de
Cesárea en 332 d.C., en la que el Emperador ordenaba la preparación de 50 Biblias para las
iglesias de su nueva capital de Constantinopla. Estas Biblias habían de escribirse en pergamino
por los escribas profesionales de amplia experiencia.
El Emperador dio instrucciones al jefe de hacienda de la provincia para que todos los gastos se
pagaran de la tesorería imperial; al terminar el trabajo de copiar las Biblias, Eusebio recibió
autoridad para conseguir dos carruajes públicos para llevar los volúmenes ante el Emperador,
bajo cuidado de un diácono.
Aunque probablemente no haya perdurado ninguna de las Biblias que Eusebio preparó para
Constantino, todavía existen unas pocas copias hechas durante ese mismo siglo IV, estos
documentos se llaman códices unciales.
Códice es el nombre de un libros hecho de hojas planas, en lugar de los rollos que se usaban
antes, uncial se refiere a un manuscrito en que la escritura consta completamente de letras
mayúsculas, más tarde se hicieron copias en que se escribían con letras minúsculas; estos
manuscritos se llaman cursivos.
Podemos mencionar algunos de los más importantes manuscritos unciales: El Códice Vaticano
fue hecho en el siglo IV y se encuentra en la Biblioteca del Vaticano, cada página contiene tres
columnas de cuarenta y dos renglones. Faltan pequeñas partes de ambos Testamentos.
El Códice Sinaítico también data del siglo IV, fue descubierto a mediados del siglo pasado (de
1844 a 1859) en el Convento de Santa Catalina en el Monte Sinaí, y ahora se encuentra en el
Museo Británico; está escrito en cuatro columnas de cuarenta y ocho renglones en hojas que
miden 34 por 37 centímetros. Faltan algunas hojas del Antiguo Testamento, pero el Nuevo
Testamento está completo.
El Códice Alejandrino fue hecho en el siglo V, se sabe que por mucho tiempo fue propiedad de
la Cámara Patriarcal de Alejandría; después fue llevado a Constantinopla, regalado al rey de
Inglaterra y ahora descansa en el Museo Británico. El Antiguo Testamento está casi completo,
pero faltan varias partes del Nuevo.
El Códice de Efraín también pertenece al siglo V pero no es del mismo valor de los otros
unciales mencionados. Sólo perduran 209 hojas, aproximadamente las dos terceras partes del
original. Se encuentra en la Biblioteca Nacional de París.
La Tercera Manera de transmitir las Escrituras ha sido por medio de la imprenta, desde la
invención de la prensa movible ha sido posible aumentar la circulación de copias de la Biblia de
una manera amplísima. Cuando las copias se hacían a mano, eran tan caras que sólo la gente rica
podía poseer una Biblia; todavía, después de la introducción de las Biblias impresas a veces todo
un municipio tenía una sola Biblia. Ahora, con la abundancia que hay de Biblias en ediciones
baratas, cada hogar puede tener su propia Biblia.
CUESTIONARIO
1) ¿Qué grupo entre los hebreos tenía el deber especial de cuidar el libro de la Ley?
2) ¿Cuál era, la especialidad de los escribas?
3) ¿Cuáles han sido las tres maneras de transmitir las Escrituras?
4) ¿Qué es un Códice?
5) ¿Cuál es la diferencia entre un manuscrito "uncial" y un cursivo"?
6) Indique el nombre y la fecha aproximada de tres grandes manuscritos del Nuevo Testamento.
INVESTIGACIÓN
1) ¿Qué es un Tárgum?
2) ¿Cuántos se conocen?
3) ¿Cuál es el más importante y por qué?
IX LA TRADUCCIÓN DE LA BIBLIA
A través de los siglos han habido dos causas principales de traducción de las Sagradas Escrituras:
La primera fue la dispersión de Israel, después del cautiverio de Babilonia muchos de los judíos
no entendían el idioma hebreo en que estaba escrito el Antiguo Testamento. Era necesario
explicar el significado en el idioma arameo, que llegó a ser el idioma común de los judíos
(aunque investigaciones más recientes llegan a la conclusión de que después de la revuelta de los
Macabeos, el hebreo recuperó su lugar principal). Durante varios siglos éstas traducciones se
transmitían oralmente, éstas versiones arameas se llaman Tárgumes y se conocen ocho de ellas;
durante los primeros tres siglos después del Mesías, los eruditos judíos las pusieron en forma
escrita. Los dos más famosos son el Tárgum de Onkelos y el Tárgum de Jonatán.
Más tarde, cuando los judíos comenzaron a esparcirse a través del imperio conquistado por
Alejandro Magno, necesitaron leer sus Sagradas Escrituras en el idioma griego; como resultado
de esta necesidad apareció la versión griega conocida como la Septuaginta (LXX). Esta
traducción del Antiguo Testamento fue hecha en Egipto durante el período del 250 al 150 a.C.
Cuenta una leyenda que esta traducción fue hecha en 72 días por 72 ancianos, invitados todos
ellos a Alejandría por el rey Tolomeo Filadelfo.
Hubo otras tres versiones griegas del Antiguo Testamento, se conocen por los nombres de los
traductores: Aquila, Teodocio y Símaco; las tres traducciones se hicieron durante el segundo
siglo después del Mesías.
A mediados del tercer siglo después del Mesías (cerca de 240) el gran erudito Orígenes preparó
una edición muy interesante del Antiguo Testamento, llamada Hexaplas, porque cada hoja
contiene seis columnas. La primera contenía el texto en hebreo y la segunda los sonidos del
hebreo en letras griegas las otras cuatro columnas tenían las traducciones que acabamos de
mencionar, en este orden: la de Aquila, la de Símaco, la Septuaginta y la de Teodocio.
En estos casos la traducción tenía el propósito de ayudar a los judíos a conocer mejor sus propias
Escrituras.
La segunda razón es diferente: en este caso las traducciones se han hecho con fines misioneros,
es decir, los cristianos que han querido extender el evangelio han visto la necesidad de poner las
Escrituras en el lenguaje de los pueblos que quieren evangelizar.
Es obvio que la primera traducción de esta clase tendría que ser en latín, el cristianismo se
originó en la parte oriental del Imperio Romano, donde el idioma común de los pueblos era el
griego.
La versión popular antigua del Antiguo Testamento era la Septuaginta, sabemos también que los
libros del Nuevo Testamento fueron escritos en griego, pero pronto los misioneros cristianos
comenzaron a extender su fe a la parte occidental del imperio, donde el idioma común era el
latín. Para poner las Sagradas Escrituras al alcance de aquellos pueblos, fue necesario traducirlas.
Así resultó lo que se conoce como la Versión Antigua Latina, en esta versión participaron
muchos traductores, algunos eran de África y otros de Europa; su relativa capacidad variaba
mucho de modo que algunas partes de esta traducción son de menor calidad.
Puesto que la base de ésta versión del Antiguo Testamento fue la Septuaginta, fue la traducción
de una traducción.
La Antigua Latina se hizo durante los primeros dos siglos después del Mesías, a mediados del
siglo IV los dirigentes de la iglesia veían la necesidad de una mejor traducción al latín. Jerónimo
recibió la comisión de preparar tal traducción, hizo una parte en Roma y se trasladó a Belén para
terminar su trabajo. Con la excepción de los Salmos tradujo el resto del Antiguo Testamento del
hebreo.
Entre 382 y 405 d.C. siguió Jerónimo con su monumental tarea; ésta versión de Jerónimo fue
conocida más tarde como la Vulgata Latina; por siglos hubo mucha oposición a esta versión,
pero en 1546 el Concilio de Trento la aprobó como la Biblia oficial de la iglesia Católica
Romana.
Al mismo tiempo que el cristianismo se extendía hacia el occidente, también encontraba
aceptación en regiones al oriente de Israel, donde el idioma vulgar era el siríaco, pronto la Biblia
fue traducida a este lenguaje. Hubo cuando menos cuatro versiones siríacas.
Existen sólo fragmentos de dos: la Curetoniana y la Palestiniana, las otras dos son más
completas: la Peshitto y la versión Harcleana.
La versión que fue más usada por la iglesia de habla siriaca fue la Pesito; “Pesito” (o Peshita)
quiere decir sencillo o claro.
Durante este mismo período (los primeros cuatro siglos de la era cristiana) aparecieron
traducciones de la Biblia en varios dialectos del idioma cóptico, el antiguo lenguaje de Egipto.
Probablemente la versión más antigua es la que se hizo en el sur de Egipto en la región de Tebas,
conocida como versión Tebaica o versión Sahídica; se hizo en el dialecto sahídico del idioma
cóptico. Una segunda traducción cóptica es importante, la versión Menfítica, la versión
Bohaírica, hecha en el norte de Egipto en la región del Delta (cerca de la costa del Mar
Mediterráneo).
La Versión Etiópica es la traducción de la Biblia para la iglesia de Abisinia y Etiopía, se cree que
se hizo en el siglo III o IV.
Volviendo nuestra atención en Europa, nos interesa ver algo sobre el origen de algunas
traducciones allí, la primera de éstas es la versión Gótica, el traductor de esta versión fue Ulfílas,
obispo de los godos.
Los godos eran un pueblo rudo y bárbaro en el centro de Europa, para darles la Biblia, Ulfílas
tuvo que inventar un alfabeto, que resultó ser el precursor del idioma teutónico o alemán. La
traducción se hizo entre 350 y 380 d.C.
La versión Eslavónica también tiene una historia muy interesante, ésta versión fue el fruto de la
obra misionera de dos hermanos griegos, Constantino y Metodio, que nacieron en Tesalónica.
Trabajaron en el sureste de Europa, principalmente en Moravia, cuando quisieron poner la Biblia
en el lenguaje del pueblo, escogieron el dialecto Macedo-búlgaro.
Constantino creó un alfabeto para este idioma eslavónico, las letras que inventó se basaron en lo
general de las letras griegas, aunque algunas revelan también la influencia de los alfabetos
hebreo y latín; éste nuevo alfabeto se llama el alfabeto cirílico, porque Constantino tomó el
nombre de Cirilo cuando fue nombrado obispo en 867 d.C. Este alfabeto todavía es la base de los
idiomas usados en Rusia, Bulgaria y otras partes de Europa Sudoriental.
Todos estos ejemplos sirven para ilustrar la práctica universal del cristianismo verdadero de
proveer para la gente común una versión de la Biblia en el idioma vulgar.
Tan es así que la distribución de las Escrituras se considera una parte indispensable de cualquier
movimiento misionero; para sembrar la semilla del evangelio en una nueva cultura, una de las
primeras tareas es la traducción y la impresión de las Sagradas Escrituras.
Aun entre los pueblos que han tenido la Biblia en su propio idioma durante los siglos, la
traducción sigue siendo un ministerio valioso, ya que las antiguas versiones requieren revisión de
vez en cuando, puesto que los idiomas vivientes cambian con el paso de los años.
Una nueva traducción cada diez o veinte años es una función muy útil, puesto que cada
generación tiene que descubrir por sí misma la Verdad de Elohim revelada en la Biblia.
CUESTIONARIO
INVESTIGACIÓN
Alfabeto Cirílico
Cirílico Pronunciación
a A corta
б B
в V como en vete
г G como en gol
д D
е IE corto
ё IO
ж Como la 2ª G en garaje
з Z
и I corta
й Y como en Yuma
к K
л L
м M
н N
о O corta
π P
р R
с S
т T
у U corta
ф F
х J
ц TS
ч Ch
ш Sh
щ ShCh como fresh cheese
ъ Señal dura
ы Entre I y U
ь Señal suave
э E corta
ю YU como en you
я YA como en yate
Hemos visto que los cristianos a través de su historia, han traducido sus Sagradas Escrituras en el
idioma del pueblo, hay traducciones de la Biblia o de algún libro de la Biblia en más de 1,100
idiomas y dialectos. Así, la Biblia está disponible para la mayoría de los habitantes del mundo.
Uno de los idiomas más importantes del mundo es el castellano, que se habla no solamente en
España y sus posesiones, sino también en los varios países de Hispanoamérica, en los Estados
Unidos de Norteamérica, en las Filipinas, en el norte de África y en el Oriente Cercano. Se
calcula que más de 160 millones de personas hablan el español o castellano y otros miles lo leen
con facilidad.
TE DAS CUENTA DEL ENORME POTENCIAL MISIONERO QUE TIENE TU IGLESIA
En una lista de versiones españolas de la Biblia publicada en 1957, hubo más de 50, Después han
salido otras. En este estudio no podemos examinar todos los ejemplos de traducción; por eso,
hemos seleccionado algunas versiones de mayor importancia.
LA BIBLIA ALFONSINA: Esta traducción fue la primera hecha en España, se hizo en 1280 d.C.
por orden de Alfonso X, rey de Castilla y León. Es una traducción de la Vulgata Latina de
Jerónimo. Parece que no se ha publicado comercialmente, pero se conserva un ejemplar en la
Real Biblioteca de El Escorial en España.
LA BIBLIA DEL DUQUE DE ALBA: Así se conoce una traducción del Antiguo Testamento
hecha en 1430, el traductor fue un erudito rabino judío, Moisés Arragel, quien tradujo
directamente del hebreo al español. Esta versión se publicó en forma impresa en 1922.
LA BIBLIA DE QUIROGA: Esta es otra traducción del Antiguo Testamento, pero de la Vulgata
Latina, se hizo cerca de 1527, el cardenal Quiroga la presentó como regalo al Rey Felipe II.
EL NUEVO TESTAMENTO DE ENCINAS: En 1543 en Amberes, Bélgica, Francisco Encinas
publicó esta traducción, la primera hecha directamente del griego al castellano. Encinas nació en
1520 en Burgos, España y estudió en las mejores universidades de Bélgica, Alemania e
Inglaterra. En Alemania vivió en la casa de Melanchton, uno de los líderes de la Reforma, amigo
de Lutero, quien también fue maestro-consejero del joven español. Al terminar su traducción.
Encinas la presentó a Carlos V, pero por presión del clero romano, Encinas fue preso en
Bruselas, después escapó para continuar con sus labores literarias.
LA BIBLIA DE FERRARA: Esta es la traducción del Antiguo Testamento publicada en 1553
en Ferrara, Italia. Es la obra de dos judíos portugueses, Abraham Usque y Jom Tom Atías,
quienes tradujeron directamente del hebreo al español.
LA BIBLIA DE REINA-VALERA: Así llamamos la traducción hecha por Casiodoro de Reina y
revisada por Cipriano de Valera. Puesto que esta es la versión usada por la mayoría de los
cristianos evangélicos, daremos más detalles de su origen.
Casiodoro de Reina nació en Granada en 1520, el mismo año que Encinas. Se hizo monje
Jerónimo, estudiando en el convento de San Isidro del Campo Sevilla. Por su simpatía con el
movimiento protestante en España tuvo que huir en 1557. Primero se refugió en Inglaterra.
Parece que había empezado una traducción de la Biblia antes de salir de España. Siguió su
trabajo en Inglaterra y lo terminó en Frankfurt, Alemania en 1567. Se fue a Basilea, Suiza, y allí
en 1569 publicó su traducción de la Biblia completa.
El Antiguo Testamento fue traducido directamente del hebreo y el Nuevo Testamento del griego.
Esta primera edición de 2,600 ejemplares se conoce como La Biblia del Oso porque en la portada
hay un grabado de un tronco de árbol con un enjambre de abejas y un oso que está lamiendo la
miel que destila del tronco.
Cipriano de Valera nació en Sevilla en 1532. También fue monje en el Convento de San Isidro
del Campo. Juntamente con otros fue convertido al cristianismo evangélico y tuvo que huir de la
furia de la Inquisición. Tuvo contacto con Casiodoro de Reina y otros evangélicos en España.
Primero huyó a Suiza y después a Inglaterra donde vivió por muchos años. Después de la
publicación de la Biblia de Reina, Valera dedicó unos 20 años a una esmerada revisión de la obra
de Reina. En 1596, en Londres, Valera publicó su revisión del Nuevo Testamento. En 1602 en
Amsterdam, Holanda, publicó su revisión de la Biblia entera. Esta traducción es reconocida
como una verdadera obra clásica del idioma castellano.
Desde 1602 ha habido numerosas revisiones de la Biblia de Reina-Valera. Son cuando menos
doce las revisiones de la Biblia entera, además de varias revisiones de porciones, principalmente
del Nuevo Testamento. Casi todas estas revisiones fueron hechas bajo la supervisión de la
Sociedad Bíblica Británica y Extranjera o por la Sociedad Bíblica Americana.
Esta es la versión de la Biblia usada por la mayoría de los cristianos evangélicos de habla
española. A la vez, aún los eruditos católicos reconocen que esta obra de Reina y Valera es una
de las mejores traducciones de la Biblia en español. Marcelino Menéndez y Pelayo, un
historiador que escribió sobre los heterodoxos (los no católicos) en España, dice que la versión
de Reina-Valera es superior a las Biblias católicas del Padre Scío y de Torres Amat.
DOS BIBLIAS ROMANAS: En este grupo de "antiguas versiones" podemos incluir dos
traducciones que gozan del apoyo oficial de la iglesia romana, las dos son traducciones del latín
de la Vulgata de Jerónimo, así que no son traducciones de los idiomas originales.
LA BIBLIA DE FELIPE SCIO DE SAN MIGUEL: Esta es la primera versión española de la
Biblia entera impresa por los cromanos. El padre Scío era obispo de Segovia e hizo traducción
por encargo del Rey Carlos IV. Los hermanos José y Tomás de Orga publicaron esta Biblia en
Valencia, entre 1790 y 1793; ésta primera edición era de diez tomos, ya que resultó muy costosa,
no circuló extensamente.
LA BIBLIA DE TORRES AMAT: En los años de 1823-1824, salió otra traducción con el
respaldo del trono real y de la jerarquía romana, comúnmente se conoce como la versión de Félix
Torres Amat, obispo de Barcelona. No es una traducción fiel de la Vulgata, porque hace mucho
uso de la paráfrasis (diciendo la misma idea con otras palabras o frases); sin embargo, es la
versión romana que ha tenido más circulación, tanto en España como en las Américas. Es una
edición publicada en 1956, se dice que el trabajo de traducción fue hecho realmente por el padre
José Miguel Petisco, aunque se publicó bajo el nombre del obispo Torres Amat.
UNA BIBLIA "MEJICANA": Nos falta mencionar entre la "Versiones Antiguas" una traducción
netamente mexicana, se conoce como La Biblia de Vence, fue publicada en la ciudad de México
en los años 1831-1833 en 26 tomos.
El traductor fue Mariano Galván Rivera quien también la publicó en imprenta, básicamente es
una traducción de la versión francesa del Abad de Vence, aunque hay notas que indican que los
idiomas originales fueron consultados.
Esta Biblia está dedicada a LA IGLESIA MEJICANA, tratándose por supuesto de la Iglesia
romana en México, sin embargo, no lleva ninguna dedicación de la aprobación de alguna
autoridad eclesiástica; ésta Biblia tiene la distinción de ser la primera editada y publicada en
México, y algunos eruditos insisten que es la primera en Hispanoamérica.
CUESTIONARIO
CUESTIONARIO
INVESTIGACIÓN
Puesto que la Biblia es un libro, muchas personas suponen que se ha de estudiar como cualquier
otra literatura; sin duda uno puede aprender mucho estudiando la Biblia de esta manera, pero este
conocimiento es principalmente teórico e intelectual, tratándose de datos de historia y geografía,
de relaciones internacionales y experiencias personales, de la poesía y la filosofía de pueblos
antiguos, etcétera, puede ser bueno.
Para fines espirituales dicha clase de estudio no es suficiente, aunque sí importante, hemos
insistido mucho en que la Biblia es un libro espiritual; por lo tanto, éste factor es determinante
para que el estudio sea provechoso. En esta lección trataremos este aspecto de la preparación del
estudiante de la Biblia.
En primer lugar, es importante hacer algunos preparativos físicos y materiales:
1. Designar un tiempo especial para el estudio, debe haber un tiempo propicio durante el día
cuando se puede iniciar con toda atención. El período debe abarcar suficiente tiempo para poder
tratar bien el pasaje del día. De preferencia, será la misma hora cada día, para que se forme el
hábito de estudio continuo.
2. Escoger un lugar adecuado, por supuesto que la Biblia se puede leer en cualquier parte, pero se
puede estudiar mejor en un lugar tranquilo donde no haya interrupciones; somos una sociedad
que se ha acostumbrado al ruido, por lo que necesitamos buscar el silencio, ya que Elohim nos
habla a través de su Palabra, así podremos escucharlo mejor.
3. Disponer de varias versiones bíblicas, es muy útil leer una pasaje en distintas versiones,
comparando las varias maneras de expresar el pensamiento del autor. Lo ideal sería estudiar de
los idiomas originales.
4. Tener libros de auxilio, debemos tener un buen diccionario del idioma español, un diccionario
de la Biblia, una concordancia y algunos comentarios.
5. Tener siempre disponibles papel y lápiz para hacer apuntes, es indispensable apuntar las ideas
y los discernimientos que surjan al estar meditando en un pasaje. A veces pensamos que nuestras
ideas no merecen conservarse; suponemos que seguramente después vendrá mayor comprensión.
Esto se escucha como muy razonable, pero no siempre sucede así; a veces lo que Elohim nos
revela al momento es el mejor pensamiento que jamás tendremos sobre tal o cual pasaje. Si no
apuntamos aquello para atesorarlo, después tendremos que lamentar la pérdida de una buena idea
olvidada.
En segundo lugar, debemos poner mayor atención a nuestra preparación espiritual:
1. Ser creyente regenerado, la primera condición para entender bien la Biblia es conocer a su
autor y tener la ayuda de su Espíritu. La Biblia es básicamente un libro espiritual: "Nosotros
hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Elohim nos ha enseñado, y no con
palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas
espirituales a los que son espirituales. El que no es espiritual no acepta las cosas que son del
Espíritu de Elohim, porque para él son tonterías. No las puede entender, porque son cosas que
tienen que juzgarse espiritualmente" (1ª Corintios 2:13-14, versión Popular). Este discernimiento
espiritual viene solamente a través de un nuevo nacimiento. Al estar explicando una verdad
espiritual, Yeshúa dijo: "el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Elohim" (Juan 3:3
versión Popular).
2. Considerar la Biblia con amor y fe, aceptándola como Palabra de Elohim, el verdadero hijo de
Elohim naturalmente ama su Libro, se acerca a la Biblia con gusto, apreciándola como un
mensaje de su Padre. Vemos esta actitud en algunos escritores de la misma Biblia: "Del
mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida"
(Job 23:12). "Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Cuan dulces son a mi
paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca" (Sal 119:97, 103).
Este amor crece a medida que vamos conociendo mejor la Biblia, también nuestra fe aumenta si
estudiamos la Biblia como la verdadera Palabra de Elohim. Esto quiere decir que al estudiar la
Biblia, nos sentiremos en la presencia de Elohim; tomaremos muy en serio todo lo que dice la
Biblia, confiando en que el Padre quiere decimos algo a través de cada parte. Tendremos mucho
cuidado en la interpretación para no errar en comprender lo que Elohim quiere decir.
Si leemos la Biblia con hostilidad o con dudas, no debemos esperar mucho provecho.
Pero amor y fe son llaves para abrir sus tesoros.
3. Tener la disposición de trabajar con empeño, algunos sinceros estudiantes de la Biblia todavía
pueden fracasar si no entienden que este estudio requiere arduo trabajo.
Hay el esfuerzo de poner toda la atención en la lectura, hay la labor de aprender todo lo que uno
pueda acerca de cada libro de la Biblia, hay la tarea de investigar la historia de los tiempos
bíblicos, la geografía de las tierras bíblicas y las costumbres de los pueblos bíblicos. Existe la
disciplina de buscar el significado de palabras nuevas, pero sobre todo existe la obligación de
meditar; meditar quiere decir rumiar en el sentido figurado; es la idea de masticar largamente
para extraer hasta la última gota de jugo a un bocado.
El estudiante de la Biblia tiene que hacer esto para hallar la bienaventuranza del estudio: "En la
ley de Adonay está su delicia, y en su ley medita de día y de noche" (Salmo 1:2).
El esfuerzo necesario para estudiar la Biblia se ve en este pasaje también: "Si clamares a la
inteligencia y a la prudencia dieres tu voz; si como a plata la buscares y la escudriñares como a
tesoros, entonces aprenderás el temor de Adonay y hallarás el conocimiento de Elohim (Pr2:3-5).
Si uno desea comprender las más profundas verdades de la Biblia, tendrá que buscarlas como el
buzo que se sumerge en las profundidades en busca de tesoros materiales.
4. Rendir su voluntad totalmente a la Voluntad de EL, si el lector de la Biblia sujeta todo lo que
se encuentra allí a su propia voluntad, sus conocimientos serán superficiales. Quizá podrá llegar
a ser el juez de los aspectos técnicos de la Biblia, pero no avanzará en la comprensión de las
verdades espirituales; sin embargo, si se acerca a la Biblia con su voluntad rendida a la voluntad
del Divino Autor, verá hasta el fondo de lo que dice.
El Mesías nos impuso esta condición cuando dijo: "Mi doctrina no es mía, sino de aquél que me
envió El que quiera hacer la voluntad de Elohim, conocerá si la doctrina es de Elohim, o si yo
hablo por mi propia cuenta" (Juan 7:16-17).
5. Aceptar obedientemente cada verdad que se descubre, ésta actitud es el fruto natural de una
voluntad rendida. Si nos hemos sujetado a la voluntad del Padre, entonces sin duda vamos a
querer obedecer todo lo que El nos diga.
Esta actitud es indispensable para crecer en la capacidad para comprender la verdad.
Supongamos que un niño no quiera aceptar la verdad de las tablas de multiplicar. ¿Podrá
comprender las verdades más avanzadas de las matemáticas?
Igualmente, si un aspirante a músico no obedece las leyes sencillas de las notas y del ritmo,
nunca comprenderá la hermosura de la música grande; menos podrá ejecutarla como artista.
Estos principios se aplican aún con más rigor en la comprensión de verdades espirituales.
Santiago compara a la Biblia con un espejo. El espejo nos indica lo que necesitamos para
mejorar nuestra apariencia y la Biblia nos enseña nuestras faltas para corregirlas y las virtudes
que debemos incorporar a nuestro carácter. Pero si comenzamos a rechazar los deberes y
responsabilidades que nuestro propio estudio de la Biblia nos revela, comenzaremos a perder el
DIEZ PRINCIPIOS
1) Iluminación espiritual.
2) Dar prioridad a los idiomas originales.
3) ¿La porción es parte de la Revelación Progresiva?
4) El Nuevo Testamento interpreta al Antiguo Testamento.
5) Las Epístolas interpretan a los Evangelios.
6) Los pasajes sistemáticos interpretan a los incidentales.
7) Los pasajes universales interpretan a los locales.
8) Los pasajes didácticos interpretan a los simbólicos.
9) La Escritura interpreta a la Escritura.
10) El Mesías es la clave para interpretar cualquier pasaje bíblico.
CUESTIONARIO
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
CONCLUSIÓN GENERAL
BIBLIOGRAFÍA
1) Auges y Gres, Los Libros de la Biblia -Antiguo y Nuevo Testamento, Casa Bautista de
Publicaciones, sin fecha.
2) Baez Camargo, Gonzalo, Breve historia del canon bíblico, CUPSA, 1992.
3) Baez Camargo, Gonzalo, Breve historia del texto bíblico, CUPSA, 1992.
4) Burgués, PE, Bosquejo de la Historia Sagrada, Casa Bautista de Publicaciones, 1960.
5) Clifford, A., Nuestra Biblia, Editorial Moody, 1963.
6) Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito:
Ediciones Certeza) 2000, c1982.
7) Fountain, T.E., Claves de Interpretación Bíblica, Publicaciones de la Fuente, 1961.
8) Graves, H.C., Conoce Tu Biblia, Casa Bautista de Publicaciones, 1958.
9) Halley, Henry H., Compendio Manual de la Biblia, Editorial Moody, sin fecha.
10) Lund, E., Hermenéutica, Editorial Vida, sin fecha.
11) Manley y Stibbs, Nuevo Auxiliar Bíblico; Casa Bautista de Publicaciones, 1958.
12) Marroquín, H.T., Versiones Castellanas de la Biblia, Casa Bautista de Publicaciones "El
Faro", 1959.
13) Miles, A.R., Introducción Popular al Estudio de las Sagradas Escrituras, Sociedad Americana
de Tratados, 1902.
14) Montecillos, José Luis, Casiodoro de Reina (Sus tiempos y la Biblia del Oso), Editorial El
Camino de Vida, 2002.
15) Robert y Tricot, Iniciación Bíblica, Editoral Jus, 1957.
16) Rolla, Armando, La Biblia Frente a los Últimos Descubrimientos, Ediciones Paulinas, 1961.
17) Smith, Roy L., Cómo se Formó la Biblia, Casa Unida de Publicaciones, 1955.
18) Torrey, Reuben A., Cómo Estudiar la Biblia, Editorial Caribe, sin fecha.
19) Trenchard, E., Normas para la Recta Interpretación de las Sagradas Escrituras, Editorial
Moody, sin fecha.
20) Van Gladen, Introducción Bíblica, Departamento de Extensión STBM, Lomas Verdes, sin
fecha.
21) Van Ness, B.F., Esta es mi Biblia, Casa Bautista de Publicaciones, 1958.
22) Vos, H.F., Introducción a la Arqueología Bíblica, Editorial Moody, sin fecha.
APÉNDICE I
Capítulo #
1) El tema del capítulo.
2) Introducción al capítulo: Escriba con sus propias palabras uno o dos párrafos breves de
introducción.
3) Puntos principales que desarrolla.
4) Puntos en que está de acuerdo con el autor.
5) Puntos en que está en desacuerdo con el autor.
6) Síntesis y aplicación: Esta es la parte más importante del bosquejo. Señale aplicaciones
prácticas tanto de su propia experiencia, como del texto mismo.
7) Mínimo tres preguntas por capítulo para discusión y / o meditación.
2.- Escriba un "Ensayo de Impresiones" de 3 - 5 páginas, donde pueda expresar sus pensamientos
acerca del material que leyó.
3.- Guarde copias para su uso futuro.
Pedimos que los reportes se escriban con la Fuente: Times New Roman, Normal, Font 12, sin
espaciado e interlineado sencillo. Los márgenes deberán ser de 1 pulgada.
Bosquejo
Fecha de Impartición
Lugar
Nombre del Expositor
Nombre del Estudiante
Teléfono(s)
Email(s)
Título del libro
Autor
APÉNDICE II
Autoevaluación I
Los resultados entregados son bajo palabra de cristiano espiritual de no haber consultado el
material, ni ninguna otra fuente.
APÉNDICE III
Autoevaluación Final
Los resultados entregados son bajo palabra de cristiano espiritual de no haber consultado el
material, ni ninguna otra fuente.
FALSO -VERDADERO
2) ¿Qué es la Septuaginta?
4) ¿Qué es un Códice?
5) ¿Cuáles son las 5 divisiones usadas por nosotros para dividir el Antiguo Testamento?
8) ¿Cuál fue el primer concilio de la Iglesia para reconocer el Canon del Nuevo Testamento?
10).- ¿Cuál es la diferencia que existe entre nuestra Biblia y la de la iglesia romana?
RELACIONA COLUMNAS
56 puntos en total.
APÉNDICE IV
BIBLIAS ROMANAS
9 BIBLIA DE VENCE -2 5 Tomos(Impresor Mariano Galván) 1831-1836 D.C. Traducción del francés
Traducción de los
10 Santa Biblia Nacar-Colunga -1944
idiomas originales
Traducción de los
11 Santa Biblia Bover-Cantera -1947
idiomas originales
Traducción de los
12 Santa Biblia Straubinger -1951
idiomas originales
Traducción de los
13 LA BIBLIA -Barcelona- Equipo Dirigido Por Félix Púzo 1961
idiomas originales
Traducción de los
14 Santa Biblia Ed. Paulinas -Evaristo Martín Nieto -1964
idiomas originales
Traducción de los
15 SANTA BIBLIA Herder -Serafín De Ausejo. -1964
idiomas originales
Traducción de los
16 La Sagrada Escritura -Bac Jesuitas 1964
idiomas originales
Traducción de los
17 Biblia De Jerusalem-1967
idiomas originales
Traducción de los
18 Biblia Latinoamericana -1972
idiomas originales
Traducción de los
19 Santa Biblia Cantera / Iglesias -1975
idiomas originales
Traducción de los
20 NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA Schöckelk Y Mateos -1976
idiomas originales
Traducción de los
21 SANTA BIBLIA De Ausejo -1976
idiomas originales
Traducción de los
22 Sagrada Biblia Agustín Magaña -1978
idiomas originales
Traducción de los
23 El Libro Del Pueblo De Dios Levoratti-Truso -1980
idiomas originales
Traducción de los
24 SANTA BIBLIA -Madrid- Revisión De La De Martín N. -1988
idiomas originales
Traducción de los
25 LA BIBLIA Casa De La Biblia Madrid -1992
idiomas originales
Traducción de los
26 Biblia Del Peregrino Alonso Schökel –1993
idiomas originales
BIBLIAS EVANGÉLICAS
(Traducidas de los idiomas originales / 1543 - 2000)
6 Santa Biblia - Reina – Valera (Otras Revisiones 1862, 1909, 1960, 1995, 1997 - 98)
APÉNDICE V
La ofrenda sugerida por este material es de 15 USD, o su equivalente en Moneda Nacional, depositar a una de las
cuentas a nombre de Hugo Gómez Astivia:
Scotiabank - 00101401297 (México) / CLABE 044 180 0010 1401 2972
Banorte - 023 339 7904 (México) / CLABE 072 180 0023 3397 9042
Capital One - 381 529 9670 (USA) / Routing Number 111901014