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“AÑO DE LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA SALUD”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

“TRATAMIENTO RESIDENCIAL Y AMBULATORIO EN


ADICCIONES “

CURSO

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN ADICCIONES


DOCENTE

MG. MIGUEL ANGEL SAAVEDRA LÓPEZ

INTEGRANTES

• ALEMÁN MALMACEDA ALINA


• CRUZ VARGASMACHUCA JHOSSELING
• MELENDEZ RODRIGUEZ DESIREE
• MONTALVAN CARPIO SOFIA
• RUIZ MALCA RAQUEL
• TORRES POLAR DANIELA
• ZAMBRANO CASTILLO NADHIA

TUMBES - PERÚ

2020
AGRADECIMIENTO
Queremos agradecer en primer lugar
a Dios, quien nos permite poder
hacer esto con su ayuda. También a
nuestro profesor Miguel Ángel
Saavedra López que nos brinda sus
enseñanzas de manera eficaz, y, por
último, a nuestros queridos padres,
que son nuestro motor para seguir
adelante.
DEDICATORIA
La presente monografía está dedicada a
nuestro profesor Miguel Ángel Saavedra
López, quien nos motiva a conocer más
acerca de esta rama tan importante de
la psicología, que son las adicciones. Y
también a nuestros padres que ellos se
esfuerzan por brindarnos una profesión.
INDICE
OBJETIVOS ....................................................................................................... 6
OBJETIVOS GENERALES ............................................................................. 6
OBJETIVOS ESPECIFICOS........................................................................... 6
INTRODUCCION ............................................................................................... 7
MARCO TEORICO ............................................................................................. 8
CAPITULO I ....................................................................................................... 8
1.TRATAMIENTO RESIDENCIAL Y AMBULATORIO EN ADICCIONES ....... 8
1.2. PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN RESIDENCIAL ............................ 9
1.3. MODELO DE INTERVENCIÓN PROPUESTO ...................................... 10
1.4.TRATAMIENTO AMBULATORIO ........................................................... 10
1.5. EL TRATAMIENTO CONDUCTUAL AMBULATORIO ........................... 11
1.6. TRATAMIENTO CON INTERNACIÓN O RESIDENCIAL ...................... 12
CAPITULO II .................................................................................................... 14
2. TRATAMIENTO INDIVIDUAL ................................................................... 14
2.1. MOTIVACIÓN Y TRATAMIENTO PSICOLÓGICO ................................ 15
2.2. TERAPIA BREVE EN CONDUCTAS ADICTIVAS ................................. 18
2.3. TERAPIA BREVE COGNITIVO-CONDUCTUAL ................................... 19
2.4. TERAPIA INTERACCIONAL-ESTRATÉGICA BREVE .......................... 20
2.5. TERAPIAS HUMANISTAS Y EXISTENCIALES BREVES ..................... 21
2.6. TERAPIA PSICODINÁMICA BREVE ..................................................... 23
2.6.1. TECNICA “ASERTIVIDA” ................................................................ 23
2.7. REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA (TERAPIA RACIONAL EMOTIVA
CONDUCTUAL –TREC–) ............................................................................. 27
CAPITULO III ................................................................................................... 29
3. TRATAMIENTO GRUPAL ........................................................................ 29
3.1. TERAPIA BREVE DE GRUPO ........................................................... 29
3.2. ENFOQUE DE REFUERZO COMUNITARIO (CRA) MÁS
«VOUCHERS». ......................................................................................... 29
3.3. TERAPIA DE REFUERZO EN PROGRAMAS DE MANTENIMIENTO
CON METADONA ..................................................................................... 29
3.4. TERAPIA CONDUCTUAL PARA ADOLESCENTES ......................... 29
3.5. TERAPIA FAMILIAR MULTIDIMENSIONAL PARA ADOLESCENTES
.................................................................................................................. 30
3.6. TERAPIA MULTISISTÉMICA ............................................................. 30
3.7. TERAPIA FAMILIAR ......................................................................... 30
3.8. FACTORES TERAPÉUTICOS ........................................................... 36
3.9. LIMITACIONES SOCIOECONÓMICAS ............................................. 38
3.10. ETAPAS DE CAMBIO Y NIVELES DE RECUPERACIÓN ............... 38
3.11. NIVELES DE MOTIVACIÓN ............................................................ 42
3.12. ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS .......................................................... 42
3.13. TERAPIA CONDUCTUAL CONYUGAL ........................................... 42
3.14. METAS TERAPÉUTICAS ................................................................ 44
3.15. ESTRATEGIAS PARA INTERVENIR A VARIOS NIVELES CON EL
INDIVIDUO QUE ESTÁ ABUSANDO DE SUSTANCIAS EL CÓNYUGE 44
CONCLUSIONES............................................................................................. 46
REFERENCIAS ................................................................................................ 47
OBJETIVOS
OBJETIVOS GENERALES
• Conocer cuáles son los tipos de tratamiento en adicciones.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
• Identificar si existe un tratamiento adecuado para cada adicto.
• Determinar si la terapia familiar cumple una función importante en el
paciente.
• Identificar si el tratamiento psicológico y farmacológico ayudan al
paciente adicto.
• Describir las terapias conductuales en adicciones.
• Describir programas de rehabilitación residencial.

6
INTRODUCCION
En la presente monografía de abarcaran diferentes tipos de tratamientos en
adicciones, donde conoceremos en primer lugar el tratamiento residencial,
donde se dice que existen diferentes tipos de tratamientos residenciales, donde
la persona voluntariamente es que la se somete a este tratamiento. Dentro de
esto también veremos los programas de rehabilitación residencial; y, por último,
hablaremos del modelo de intervención propuesto.
Como segunda parte se hablará del tratamiento ambulatorio, donde este
consiste en que la persona adicta de las drogas acude a un centro hospitalario
o a una institución, donde recibe todo tipo de ayuda. Dentro de este
tratamiento, abarcaremos también el tratamiento conductual ambulatorio,
donde se brindan terapias conductuales como, la cognitivo conductual y la
terapia familiar multidimensional.
También nos centraremos en el tratamiento individual y grupal, donde existe
una serie de tratamientos combinados, lo psicológico, donde se explicará la
terapia cognitiva conductual, y lo farmacológico, que tiene que ver con los
medicamentos que usará el paciente para tratar su adicción. Se expondrá
diferentes tipos de terapias psicológicas, todo esto abarcaría al tratamiento
individual. Y también el tratamiento grupal, donde existen también, diferentes
tipos de terapias para los pacientes con adicciones.
Y, por último, pero no menos importante expondremos el tratamiento de terapia
familiar y de pareja. En la terapia familiar veremos que, la meta del tratamiento
es satisfacer las necesidades de todos los miembros de la familia. Donde,
además, se enfoca en obtener un cambio productivo para toda la familia.
Expondremos también diferentes modelos históricos de terapia familiar, que
son los siguientes: Modelo de enfermedad familiar, modelo de sistemas
familiares, y, por último, el modelo médico. Otro de los enfoques de este tipo de
tratamiento son los cognitivos conductuales. Dentro de este veremos: la terapia
familiar multidimensional. Dentro de esta terapia también explicaremos los
factores terapéuticos, las limitaciones socioeconómicas, los niveles de
motivación.
Para finalizar esta monografía, se manifestará la terapia conductual conyugal,
donde se hablará de metas terapéuticas donde la abstinencia es la más
importante. También conoceremos estrategias para prevenir a varios niveles
con el individuo que está abusando de sustancias.
Esta monografía, tiene como fin conocer los diferentes tipos de tratamientos en
adicciones para tener una clara idea de lo que es esta amplia rama de la
psicología. Y expandir nuestros conocimientos para así, finalmente poder
ayudar a otros a salir de las adicciones.

7
MARCO TEORICO

CAPITULO I

1.TRATAMIENTO RESIDENCIAL Y AMBULATORIO EN ADICCIONES

Tratamientos residenciales Hay diferentes tipos de tratamientos residenciales,


los cuales se van a ocupar de que la persona adicta a las drogas deje de
consumirlas. Unidad de Desintoxicación Hospitalaria10: se encuentran en los
hospitales en los departamentos de Salud Mental o de Psiquiatría y se
encargan de ellos los profesionales sanitarios. En este tipo de tratamientos, tan
solo van a ingresar aquellas personas que quieran someterse voluntariamente
y con una planificación previa del tratamiento que debe programarse desde los
CAD, donde deben ir los pacientes después del alta hospitalaria. Además, este
tipo de tratamiento tan solo se procederá a él cuando las circunstancias de la
persona hagan imposibles el tratamiento ambulatorio.

Sobre Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos (1999/2002) utiliza la


denominación Unidad de Deshabituación Residencial (UDR) para referirse a las
Comunidades Terapéuticas Profesionales, definiéndolas como “aquellos
centros que, en régimen de internamiento, realizan tratamientos de
deshabituación, rehabilitación y reinserción mediante terapia farmacológica,
psicológica y ocupacional y promueven la participación activa de los pacientes,
por un tiempo determinado, con objeto de facilitar su incorporación social,
cuando las condiciones biopsicosociales y familiares del paciente lo requieran”.
Y las incluye en el Tercer nivel asistencial junto con las Unidades de
Desintoxicación Hospitalaria, los Centros de Día y los Centros de
Encuentro y Acogida.

Cualquier recurso residencial para el tratamiento de usuarios de drogas debe


estar perfectamente coordinado e integrado en una red de asistencia
ambulatoria (Aguilar, 1997) desde cuyos centros se puede perfilar
correctamente la indicación del ingreso y realizar la continuidad del tratamiento
en el medio natural del paciente después de su alta. La planificación de los
recursos residenciales debe ser un segundo escalón en aquellas sociedades
que ya tienen convenientemente estructurada su red ambulatoria. La principal

8
indicación de tratamiento residencial es el fracaso en el abordaje ambulatorio
cuando este se asocia a la presencia de la problemática sociofamiliar o a
psicológicos individuales.

1.2. PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN RESIDENCIAL


Hay programas de rehabilitación residencial a corto y a largo plazo. Los
programas de corto plazo suelen incluir un plan de desintoxicación en la
primera etapa y duran de 30 a 90 días. Los programas de largo plazo por lo
general no comprenden la abstinencia con supervisión médica y duran de seis
meses a un año. El modelo más común de rehabilitación residencial a largo
plazo es la “comunidad terapéutica”. Los servicios de rehabilitación residencial
tienen varias características en común: vida comunitaria con otros adictos en
recuperación; asesoramiento individual y en grupo para prevenir recaídas;
gestión de los casos en forma individual; desarrollo de la capacidad para
enfrentar la vida cotidiana; formación y experiencia laboral; servicios de
vivienda y reinstalación, y apoyo al pos tratamiento. Por lo general se usa una
metodología análoga a la de los grupos de ayuda mutua como Narcóticos
Anónimos y Cocainómanos Anónimos. Algunos de esos programas disponen
de hogares intermedios o de transición, que son espacios colectivos
semiindependientes situados generalmente cerca del lugar en que se
administra el programa residencial principal. En esos hogares se ofrece al
grupo la posibilidad de prepararse para regresar a la comunidad y, al mismo
tiempo, se le sigue dando el apoyo institucional que necesita.

1.2.1. TRATAMIENTOS RESIDENCIALES ESPECÍFICOS (FORCADA Y


SANTOS, 1999)

1. Jóvenes y adolescentes que presentan problemática familiar. En general


policonsumidores de sustancias y en particular de estimulantes y
alucinógenos.
2. Alcohólicos sin apoyo familiar que presentan deterioro cognitivo o
patología dual que dificulta la adopción de patrones sociales que permitan
la reinserción social.
3. Dependientes de opiáceos en programas de mantenimiento con
metadona, con bajos indicadores de cumplimiento relacionados con su
situación socio-familiar.

9
4. Pacientes con diagnóstico dual de drogodependencia y enfermedad
mental.

1.3. MODELO DE INTERVENCIÓN PROPUESTO


Tratamiento residencial específico, el enfoque terapéutico debe basarse en el
modelo biopsicosocial. Este modelo considera el estilo de vida de los individuos
como la interacción de tres niveles de comportamiento: biológico, psicológico y
social, en relación con el medio ambiente específico en el que cada persona se
desenvuelve. Según este modelo, la aparición de una conducta adictiva es
resultado de la existencia de déficits en alguno de estos tres niveles
(bio-psico-social) o de su medioambiente y encamina sus objetivos a solventar
los déficits en la medida de lo posible, así como a fortalecer y optimizar, tanto a
nivel individual como sociocomunitario, los aspectos generadores de
comportamientos adaptativos que facilitan el desarrollo de la persona y la
permanencia en su medio ambiente. Se considera necesario un programa de
tratamiento científico y multidisciplinar, participando profesionales de diversas
disciplinas: psicólogos, médicos, pedagogos, asistentes sociales, etc.

14.TRATAMIENTO AMBULATORIO
El tratamiento ambulatorio consiste en que la persona adicta de las drogas
acude a un centro hospitalario o a una institución, donde recibe todo tipo de
ayuda relacionada en tres aspectos: psiquiátrico, psicológico, educativo y
social. Cuando se encuentra en el tratamiento ambulatorio, el sujeto durante el
primer mes, tendrá que tener como mínimo dos intervenciones clínicas por
semana. Según como transcurra el tratamiento éstas intervenciones pueden
incrementarse o disminuir según la participación de la persona. En estas
sesiones, se van introduciendo todo tipo de actividades individuales, grupales y
con interacción con las familias, además de actividades educativas. Este tipo
de tratamiento, es el más aconsejable, ya que cuando la persona adicta supera
la fase del síndrome de abstinencia, es mucho más fácil de controlar la
situación en la que se encuentra. En España, los Tratamientos Ambulatorios,
pueden ser de dos tipos: los públicos o los privados-concertados. Los primeros,
están dedicados especialmente al tratamiento de problemas de drogas y otras
adicciones. Son totalmente gratuitos y combinan muy bien la red se apoyó a
través de la prevención, asistencia, rehabilitación e incorporación social de la

10
persona adicta a las drogas. Mientras que el segundo, los privados-
concertados, para poder recibir alguna ayuda tienes que pagar una cuota, pero
no toda ella. Atienden todo tipo de demandas por parte de la gente que acude
allí, pero también tratan especialidades como la adicción al alcoholismo y otros
juegos patológicos.

1.5. EL TRATAMIENTO CONDUCTUAL AMBULATORIO


incluye una variedad de programas para pacientes que visitan un consejero
especialista en salud conductual en forma regular. La mayoría de los
programas incluyen orientación individual o grupal sobre las drogas, o ambas.
Estos programas generalmente brindan formas de terapia conductual tales
como:

1. terapia cognitivo conductual, que ayuda a los pacientes a reconocer, evitar


y afrontar las situaciones en las que es más probable que consuman
drogas.
2. terapia familiar multidimensional, desarrollada para adolescentes con
problemas de abuso de drogas y sus familias. Esta técnica abarca una
variedad de influencias sobre las pautas de consumo de drogas del
paciente y su propósito es mejorar el funcionamiento general de la familia.
3. entrevistas motivacionales, que aprovechan al máximo la disposición del
paciente para modificar su comportamiento e iniciar el tratamiento.
4. incentivos motivacionales (control de contingencias), que utilizan el refuerzo
positivo para alentar la abstinencia de las drogas

A veces el tratamiento es intensivo al comienzo, cuando el paciente asiste a


varias sesiones ambulatorias cada semana. Luego de finalizar el tratamiento
intensivo, pasa al tratamiento ambulatorio regular—menos horas por semana y
reuniones menos frecuentes- para ayudarlo a mantener la rehabilitación. En
septiembre del 2017 la FDA autorizó la comercialización de la primera
aplicación móvil, reSET®, para ayudar en el tratamiento de los trastornos por
consumo de drogas. Esta aplicación está pensada para usarse en combinación
con el tratamiento ambulatorio de los trastornos por consumo de alcohol,
cocaína, marihuana y estimulantes. En diciembre de 2018, la FDA
(Administración de Alimentos y Medicamentos) aprobó una aplicación médica
móvil llamada reSET® para ayudar en el tratamiento de los trastornos por

11
consumo de opioides. Esta aplicación es una terapia cognitivo-conductual que
se obtiene con receta médica y debe utilizarse conjuntamente con un
tratamiento que incluya buprenorfina y aplique el control de contingencias.
Encontrará más información sobre reSET® en este comunicado de prensa de
la FDA.

1.6. TRATAMIENTO CON INTERNACIÓN O RESIDENCIAL


También puede ser muy eficaz, particularmente para quienes tienen problemas
más graves (incluido algún trastorno concurrente). Los establecimientos
residenciales habilitados para brindar tratamiento ofrecen atención estructurada
e intensiva las 24 horas, que incluye alojamiento protegido y atención médica.
Estos establecimientos residenciales de tratamiento pueden aplicar una
variedad de métodos terapéuticos y generalmente están orientados a ayudar al
paciente a adoptar un estilo de vida sin drogas ni actividad delictiva después
del tratamiento. Estos son ejemplos de algunos tipos de tratamiento residencial:

1. Comunidades terapéuticas: son programas sumamente estructurados en


los que los pacientes generalmente permanecen en una residencia por un
período de seis a doce meses. Toda la comunidad, incluido el personal que
brinda tratamiento y quienes están en rehabilitación, actúan como agentes
clave de cambio e influyen en la actitud, el entendimiento y la conducta del
paciente con respecto al consumo de drogas. Infórmese más sobre las
comunidades terapéuticas en el Informe de investigación sobre
comunidades terapéuticas (en inglés).
2. Tratamiento residencial a corto plazo: se enfoca típicamente en la
desintoxicación y brinda orientación intensiva inicial y preparación para el
tratamiento en un entorno comunitario.
3. Alojamientos de rehabilitación: brindan a los pacientes alojamiento
supervisado de corta duración y a menudo ofrecen otros tipos de
tratamientos con internación o residenciales. Un alojamiento de
rehabilitación puede ayudar a la persona a realizar la transición hacia una
vida independiente ayudándola, por ejemplo, a aprender a administrar sus
finanzas o buscar empleo y conectarla con servicios de apoyo en la
comunidad.

12
13
CAPITULO II
2. TRATAMIENTO INDIVIDUAL
Tratamientos combinados: psicológico y farmacológico Las investigaciones
demuestran que en el tratamiento de la adicción a los opioides (ya sea
analgésicos recetados o drogas como la heroína o el fentanilo) la medicación
debe ser la primera línea de tratamiento. Por lo general, la medicación se
combina con alguna forma de terapia conductual o apoyo psicológico
profesional. También hay medicamentos para tratar la adicción al alcohol y la
nicotina.

Igualmente, se emplean medicamentos para ayudar a una persona a


desintoxicarse de las drogas, si bien la desintoxicación no es lo mismo que el
tratamiento y no es suficiente para ayudar a que la persona se recupere. La
desintoxicación por sí sola, sin un tratamiento posterior, por lo general lleva a
reanudar el consumo de la droga.

En la actualidad no hay medicamentos disponibles para asistir en el tratamiento


de la adicción a drogas como los estimulantes o el cannabis, por lo que el
tratamiento para este tipo de adicción consiste en terapias conductuales. El
tratamiento debe ser personalizado y contemplar las pautas de consumo de
cada paciente y sus problemas de carácter médico, mental y social
relacionados con la droga.

¿Cuáles son los medicamentos y los dispositivos que ayudan a tratar la


adicción a las drogas?

Hay varios medicamentos y dispositivos que pueden ser útiles en distintas


fases del tratamiento para ayudar al paciente a dejar de consumir drogas,
continuar con el tratamiento y evitar las recaídas.

Tratamiento de la abstinencia: La primera vez que un paciente deja de


consumir drogas puede experimentar varios síntomas físicos y emocionales,
entre ellos inquietud o insomnio, depresión, ansiedad y otros trastornos de
salud mental. Ciertos medicamentos y dispositivos de tratamiento alivian estos
síntomas, lo que hace más fácil dejar de consumir drogas.

Ayuda para continuar con el tratamiento. Ciertos medicamentos de tratamiento


y algunas aplicaciones móviles se usan para ayudar al cerebro a adaptarse

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gradualmente a la ausencia de la droga. Estos tratamientos actúan en forma
lenta para prevenir los deseos intensos de la droga y tienen un efecto calmante
en los sistemas del organismo. Pueden ayudar a los pacientes a enfocarse en
la ayuda psicológica profesional y otras psicoterapias relacionadas con el
tratamiento contra las drogas.

Ayuda para evitar las recaídas: La ciencia nos ha enseñado que los factores de
estrés relacionados con el consumo de drogas (como la gente, los lugares, las
cosas y los estados de ánimo) y el contacto con las drogas son los
desencadenantes más comunes de una recaída. Los científicos han creado
terapias para interferir con estos factores desencadenantes y ayudar a los
pacientes a continuar su recuperación.

Medicamentos usados comúnmente para tratar la adicción y la abstinencia

1. Opioides
- Metadona
- Buprenorfina
- Naltrexona de liberación prolongada
- Lofexidina
2. Nicotina
- Tratamientos de reemplazo de nicotina (disponibles en forma de parches,
inhaladores o goma de mascar)
- Bupropión
- Vareniclina
3. Alcohol
- Naltrexona
- Disulfirám
- Acamprosato

2.1. MOTIVACIÓN Y TRATAMIENTO PSICOLÓGICO


Efectivamente, hay diversos principios para el tratamiento efectivo que se re
eren directa o indirectamente a la motivación. Y no se está hablando aquí sólo
de motivación para entrar y seguir en el tratamiento, sino también de
motivación para el cambio, un concepto que sólo puede ser entendido desde

15
una perspectiva psicológica. Los principios más directamente relacionados son
tres.

El primero de ellos a afirma que “El tratamiento necesita estar disponible


fácilmente”. Este principio se re ere claramente a la motivación para entrar en
el tratamiento y promueve la eliminación de barreras que dificulten el acceso.
Se presupone que la motivación para recibir tratamiento es baja, o al menos,
inestable y que la disminución de las dificultades de acceso es un asunto
crucial para que pueda haber alguna posibilidad de enrolar al paciente en el
proceso terapéutico. Sin embargo, no debe confundirse este principio con la
idea de que el paciente debe acceder al tratamiento voluntariamente para que
haya posibilidad de éxito. Así, el décimo principio indica que “El tratamiento no
necesita ser voluntario para que sea efectivo”. Lo esencial es que el paciente
reciba el tratamiento en la dosis adecuada, no siendo tan relevante cómo llega
a él.

Más importantes para el tema que nos ocupa son los otros dos principios. El
principio tercero dice que “El tratamiento efectivo atiende a múltiples
necesidades del individuo, no sólo a su uso de drogas”, y el cuarto afirma que
“Un plan de tratamiento y de servicios individual debe ser continuamente
evaluado y modificado cuando se considere necesario para asegurarse que el
plan atiende las necesidades de cambio de la persona”. Ambos principios están
claramente vinculados con varias ideas directamente relacionadas con los
modelos y las técnicas de intervención psicológica. Estas ideas son las
siguientes:

1. La conducta de auto-administración de drogas obedece a las mismas leyes


que gobiernan la conducta normal en condiciones similares (McKim, 2000),
luego, el cambio de conducta estará directamente relacionado con la modi
cación de las contingencias asociadas. Las necesidades del individuo
condicionan las contingencias que se pueden utilizar en el tratamiento.
2. El uso de drogas es un tipo de comportamiento que tiene un carácter
dimensional (desde la abstinencia, pasando por el consumo esporádico
hasta el abuso continuo) que está multi-factorialmente determinado.

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3. Las contingencias no están solamente relacionadas con las que se derivan
directamente del consumo de la sustancia, tales como los efectos
reforzantes (positivo o negativo) de su acción fisiológica, sino también se re
eren a las ganancias y pérdidas de reforzadores en otros múltiples
dominios, tales como el reconocimiento social, los recursos económicos, la
salud, las relaciones afectivas, etc. En realidad, el efecto reforzante del
consumo de una sustancia puede definirse como una función que resulta de
la interacción de una persona multi-dimensional con el uso de la sustancia y
el complejo contexto ambiental asociado (Gifford y Humphreys, 2007).
4. Según la Teoría de la Elección Conductual, el uso de drogas en el individuo
se mantendrá mientras las ganancias por su consumo sean superiores a las
pérdidas producidas por su precio (recursos empleados) más los costes de
oportunidad (reforzadores alternativos perdidos por el uso de la sustancia)
(Vuchinich y Heather, 2003).

Estas ideas conforman un modelo para explicar el cambio conductual, en


donde la motivación para el cambio está íntimamente ligada a la modificación
de múltiples factores relacionados directa o indirectamente con el consumo de
drogas. Estos factores son, en su mayoría, variables de índole psicológica ya
que su evaluación es de carácter individual y personal, no existiendo factor
objetivo alguno que determine el uso o el rechazo de las drogas. Sólo desde
esta perspectiva psicológica, tienen sentido los principios tres y cuatro que se
han enumerado previamente y sólo desde las terapias psicológicas pueden
abordarse estos factores de cambio y entenderse sus efectos sobre un patrón
de uso dimensional de las drogas.

Es evidente que, dentro de este marco psicológico, cobra especial significación


el uso de técnicas farmacológicas para la desintoxicación y el tratamiento de
las adicciones. En ambos casos, se trataría de alterar el balance de costes y
beneficios para el sujeto, reduciendo, en algunos casos, los costes del cambio
(p.ej.: minimizando los síntomas de abstinencia), o, en otros, los beneficios del
consumo actual, como pasa con las medicaciones antagonistas. El uso de
estrategias terapéuticas farmacológicas ajenas aparentemente a cualquier
intervención psicológica explícita, no supone negar que la razón y el modelo
implícitos que subyacen no sean psicológicos. Por ejemplo, el efecto

17
terapéutico de los fármacos antagonistas se debe a la ruptura de la asociación
estímulo (droga)-respuesta (efecto de la droga) y, en todo caso, a la inhibición
de la conducta de consumo de drogas motivada por el conocimiento que el
sujeto tiene de las consecuencias aversivas en caso de que se produjera dicho
consumo. Por otra parte, nadie mide el éxito de las estrategias farmacológicas
por las modificaciones que se producen en el organismo, sino por los cambios
en el comportamiento del sujeto, que no están mecánicamente conectados con
la acción biológica de la sustancia que se haya empleado.

Puede decirse, en resumen, que la motivación para el tratamiento y el cambio


son conceptos psicológicos críticos en el tratamiento de las
drogodependencias, que deben ser necesariamente abordados desde una
perspectiva psicológica homogénea con la propia naturaleza del concepto de
motivación, dentro de un plan de tratamiento que de forma explícita los
contemple.

2.2. TERAPIA BREVE EN CONDUCTAS ADICTIVAS


El perfil de los pacientes que acuden a los centros específicos de tratamiento
evoluciona constantemente. La figura del drogodependiente con un largo
historial de policonsumo, con enfermedades asociadas, sin nivel cultural, sin
ocupación laboral y marginal, ya no es mayoritaria. Nuestros pacientes
presentan perfiles más variados y a menudo una de las exigencias es la de que
se les ofrezca una atención rápida y eficaz. No obstante, esta demanda no
siempre puede ofrecérseles, bien por su situación clínica, bien por el exceso de
demanda asistencial. En cualquier caso, habrá un grupo de pacientes en los
que una intervención breve pueda ser adecuada y es nuestra obligación poder
ofertarla a nuestros clientes.

Las intervenciones breves pueden definirse como aquellas prácticas destinadas


a investigar un problema potencial y motivar a un individuo a comenzar a hacer
algo sobre el abuso de sustancias. No es un sustituto para aquellas personas
con un nivel alto de dependencia. La meta final es la de reducir el daño que
puede resultar del uso continuado de sustancias. La duración es de 1 a 40
sesiones, con la terapia típica entre 6 y 20 sesiones. La meta es proveer a los
pacientes con herramientas para cambiar actitudes básicas y manejar una
variedad de problemas subyacentes. Difiere de la terapia a largo plazo en que

18
el foco se sitúa sobre el presente, enfatiza el uso de herramientas terapéuticas
en un tiempo más corto y enfoca un cambio de comportamiento más
específico, en lugar de un cambio a gran escala o más profundo.

El contenido de las intervenciones variará dependiendo del tipo de sustancia, la


severidad del problema y el resultado deseado. Puesto que las terapias breves
son menos costosas, pueden estar disponibles para un mayor número de
personas y pueden adaptarse a las necesidades de los clientes. Pueden
utilizarse para proveer atención inmediata a clientes que se encuentran en
listas de espera para ingresar en programas especializados, como un
tratamiento inicial para usuarios de riesgo y como complemento al tratamiento
más extenso a personas dependientes.

A continuación presentamos un conjunto de estrategias de intervención en


formato de terapia breve que pueden ayudar a nuestros pacientes a solucionar
sus problemas relacionados con el abuso de sustancias y que son
recomendadas por el Centre Substance Abuse Treatment.

2.3. TERAPIA BREVE COGNITIVO-CONDUCTUAL


Representa la integración de los principios derivados de la teoría del
comportamiento, la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva. Supone
el enfoque más comprensivo para tratar los problemas derivados del uso de
sustancias y consiste en el desarrollo de estrategias destinadas a aumentar el
control personal que el cliente tiene sobre sí mismo. La filosofía de la
intervención está basada en la consideración del cliente como un científico, en
el sentido de que se le anima a recurrir al método científico para contrastar
empíricamente sus ideas o creencias14. En su aplicación a las conductas
adictivas, ha sido la terapia de prevención de recaídas la más utilizada, que en
principio se desarrolló para el tratamiento de los problemas de bebida6 y
posteriormente se adaptó para los adictos a cocaína. En ella, se ayuda a los
pacientes a reconocer las situaciones en que es probable que usen las
sustancias, encuentren maneras de evitar las situaciones, y desarrollen
estrategias para solucionar las formas de comportamiento y los afectos
relacionados con el uso de sustancias. A través del análisis funcional, se
identifican los antecedentes y consecuentes del comportamiento del uso de
sustancias. Se potencian y desarrollan las habilidades de los pacientes para

19
enfrentarse con éxito a las situaciones de riesgo y se les entrena en la
prevención de recaídas. Se incluye el análisis de las cogniciones y creencias
involucradas en el comportamiento adictivo. La investigación ha demostrado
que los individuos que aprenden habilidades mediante la terapia de prevención
de recaídas, mantienen lo aprendido en el tratamiento tras un año de
seguimiento.

2.4. TERAPIA INTERACCIONAL-ESTRATÉGICA BREVE


En este tipo de terapias se intenta identificar las fortalezas del cliente y crear
situaciones personales y ambientales donde pueda lograrse la abstinencia. El
foco se sitúa sobre las habilidades del paciente más que sobre la patología y
provienen de los trabajos de Milton Erikson, quien acuñó el término terapia
estratégica para describir un enfoque en el que el terapeuta toma la
responsabilidad para encontrar estrategias efectivas para ayudar a los
pacientes en los trastornos de angustia.

Berg y Miller fueron los primeros en utilizar este enfoque en el tratamiento del
alcoholismo. No se considera un enfoque útil para todos los pacientes, pero sí
como un conjunto de técnicas que pueden utilizarse dentro de un paquete de
tratamiento.

Se señala que los terapeutas deben dirigir la atención del paciente a los
períodos en que se encontraba abstinente, y pedirle que discutan sobre esos
períodos, haciéndole ver que es capaz de mantenerse sin consumir tal y como
lo hacía en el pasado. El terapeuta trabaja estrechamente con el paciente para
comprender la perspectiva propia de este sobre sus problemas, los que él
considera importantes (relaciones, trabajo, economía, etc.) y le ayuda a
comprender como el abuso de la sustancia afecta a esas áreas, reforzando los
éxitos a medida que el paciente resuelve sus problemas.

Este tipo de terapias tienen una visión constructivista de la realidad, afirman


que la realidad está determinada por percepciones individuales que son
influidas por factores culturales, sociopolíticos y psicológicos. Un principio
básico de este enfoque es afirmar que los problemas humanos pueden ser
entendidos aplicando los principios del sistema humano. Los problemas no
existen en un vacío, existen a causa de las relaciones de unos con otros. El

20
terapeuta estratégico cree que un cambio positivo en una parte del sistema
afectará positivamente al resto del sistema.

Los principios básicos del enfoque son los siguiente: a) enfocar en la


competencia en lugar de en la patología, b) encontrar una solución única para
cada caso, c) usar las excepciones al problema para abrir una puerta al
optimismo, d) usar los éxitos pasados para fomentar la confianza, e) mirar al
paciente como un experto, f) utilizar metas y utilizar trayectorias hacia el
cambio y g) compartir la responsabilidad del cambio con el cliente.

2.5. TERAPIAS HUMANISTAS Y EXISTENCIALES BREVES


Las psicoterapias humanistas y existenciales utilizan una gama amplia de
enfoques en la conceptualización del caso, en las metas terapéuticas, las
estrategias de intervención y en la metodología de investigación. Comparten el
énfasis en comprender la experiencia humana y un foco en el cliente más que
en el síntoma. Los problemas psicológicos (incluyendo el abuso de sustancias)
se inspeccionan como el resultado de la incapacidad para elegir la forma de
vida más adecuada.

Considerando que las palabras clave en este tipo de enfoque son la aceptación
y el crecimiento, los temas importantes de la terapia existencial son la libertad y
la responsabilidad del cliente. Los enfoques humanísticos y existenciales
comparten la creencia de que la gente tiene capacidad y conciencia de
elección. Sin embargo, las dos escuelas llegan a esta creencia mediante
teorías diferentes. La perspectiva humanista considera la naturaleza humana
con una potencialidad inherente para mantenerse saludable y con capacidad
para hacer elecciones con interés para uno mismo y para los demás. Los focos
de la terapia se dirigen hacia el crecimiento personal en lugar de centrarse en
posibles trastornos. La relación terapéutica sirve como un vehículo o el
contexto en que el proceso de crecimiento psicológico se fomenta.

La perspectiva existencialista se interesa más en ayudar a los clientes a


encontrar un significado filosófico, a pensar y actuar auténtica y
responsablemente. La fuente de los problemas se encuentra en la inquietud por
la soledad, el aislamiento, la desesperación y finalmente la muerte.

21
Muchos de los aspectos de los enfoques humanistas y existenciales (empatía,
afecto, escucha reflexiva, aceptación) son útiles en cualquier tipo de terapia ya
que ayudan a establecer el rapport y un compromiso con todos los aspectos del
proceso de tratamiento.

22
2.6. TERAPIA PSICODINÁMICA BREVE
La terapia psicodinámica es una de las cuatro escuelas originadas desde la
teoría psicoanalítica de Freud. La terapia psicodinámica se centra en la forma
en que los procesos inconscientes se manifiestan en el comportamiento actual
del paciente. Las metas son la conciencia y la comprensión del pasado sobre el
comportamiento actual. En su forma breve el enfoque permite al paciente
examinar sus síntomas y conflictos no resueltos y relaciones disfuncionales que
provienen del pasado y que se manifiestan en la necesidad de abusar de
sustancias. Los elementos que mejor la caracterizan son los siguientes:
formalización de un proceso de evaluación, elaboración de un contrato
terapéutico sobre el establecimiento de un límite para la terapia (lo que se
encuentra unido a centrar la intervención en un foco limitado), centrarse en los
aspectos externos de la vida actual del paciente y la posibilidad de asignar
tareas para casa19. Estos elementos podrían interpretarse como un ligero
acercamiento al quehacer de la terapia de conducta. La psicoterapia expresiva
de apoyo7 es un enfoque de terapia psicodinámica adaptada al abuso de
sustancias. Se ha utilizado en pacientes dependientes de heroína, en
mantenimiento con metadona20 y en pacientes cocainómanos21 en el que se
enfatiza la relación entre el uso de drogas los sentimientos y las conductas de
los pacientes.

2.6.1. TECNICA “ASERTIVIDA”


Es considerada como la habilidad que permite expresar deseos y sentimientos
de manera amable, franca, abierta, directa y sobre todo adecuada, sin atentar
contra los demás. Cuando se dice que una persona es asertiva, imaginémonos
un triángulo conformado por el asertividad (expresar pensamientos,
sentimientos o deseos en forma adecuada), la pasividad (evitar decir o pedir lo
que queremos o nos gusta) y la hostil (decir o pedir de forma violenta e incluso
descalificándose uno mismo).

Linehan (1984), identifica tres tipos de consecuencias, que varían en el tiempo,


las situaciones y personas involucradas, las cuales son:

1. Eficacia para lograr los objetivos de la respuesta (eficacia en el objetivo).


2. Eficacia para mantener o mejorar la relación con otra persona en la
interacción (eficacia en la relación).

23
3. Eficacia para mantener la autoestima de la persona socialmente habilidosa
(eficacia en el autorrespeto).

Para hablar de asertividad, es necesario identificar primero los otros estilos de


respuesta: pasivo o agresivo, y modificarlos por un estilo más asertivo, que
genere menos problemas. Se dice que una persona responde de forma:

1. Pasiva demuestra escasa ambición, pocos deseos y opiniones; tendencia a


pensar en forma de “demasiado poco”, “demasiado tarde” o “nunca”. En su
conducta no verbal tiende a mirar hacia abajo, usa un tono de voz vacilante
que apenas es perceptible o de queja, presenta risas nerviosas,
vacilaciones en la toma de decisiones, gestos desvalidos, niega importancia
a la situación o la evita, la postura es hundida y mueve mucho las manos.
En su conducta verbal usa expresiones como “quizás”, “supongo”, “me
pregunto si podríamos”, “te importaría mucho”, “solamente”, “no crees que”,
“eh”, “bueno”, “realmente no es importante”, “no te molestes”. Los efectos
que provocan pueden ser el tener conflictos interpersonales, depresión,
sentimiento de desamparo, una imagen pobre de sí mismo, hacerse daño,
perder oportunidades, andar con tensión, sentirse sin control, con soledad y
la mayor parte del tiempo la persona se siente desvalido o enfadado.
2. Hóstil suele mover la cabeza en actitud negativa, con lo que comunica “a mi
manera o nada”; la forma en que suele pensar es “demasiado pronto”,
“demasiado tarde”. Entre las conductas no verbales se observan la mirada
fija, un tono de voz demasiado alto, un habla fluida y rápida, realizando
enfrentamientos, gesticulación amenazante, postura que resulta
intimidatoria, se le percibe como deshonesto, emite los mensajes de modo
impersonal. En su conducta verbal se escuchan frases como “harías mejor
en…”, “haz…”, “ten cuidado”, “debes estar bromeando”, “si no lo haces...”,
“no sabes..”, “deberías…”, “mal…”. Los efectos que provocan pueden ser el
generar conflictos interpersonales, sentimientos de culpa o frustración, la
imagen que tiene de sí mismo es pobre, suele dañar a los demás, pierde
oportunidades, presenta tensión, suele sentirse sin control, con soledad y la
mayor parte del tiempo está enfadado con todos y por todo.
3. Asertiva cuando coopera con los demás para alcanzar objetivos personales;
conlleva el mensaje de “¡estoy contigo!”; suele pensar lo suficiente de las

24
conductas apropiadas en el momento correcto. En su conducta no verbal,
se observa un contacto ocular directo, nivel de voz conversacional, con
habla fluida, gestos firmes, postura erecta, los mensajes son en primera
persona, ello hace que se perciba honesto, las verbalizaciones son positivas
con respuestas directas a la situación, manos sueltas. Su conducta verbal,
permite frases como “pienso…”, “siento…”, “quiero…”, “hagamos…”,
“¿cómo podemos resolver ésto?”, “¿qué piensas?”, “¿qué te parece?”. Un
estilo de respuesta asertiva, tiene como efecto el resolver problemas,
sentirse a gusto consigo mismo y con los demás y por ende satisfecho, con
una actitud relajada, sentir que tiene el control de la situación, por lo que es
capaz de crear y/o fabricar la mayoría de las oportunidades.

Un entrenamiento asertivo, implica utilizar estrategias como “banco de niebla” o


“asentir en principio” y “disco rayado”, las cuales facilitan su ejercicio concreto y
cotidiano, pero lo importante es aprender a negociar, para conseguir lo que se
quiere y otorgar beneficios al otro.

La negociación requiere de una preparación. Para conseguir cualquier cosa, se


debe saber cómo hacerlo, lo que implica propiciar un encuentro cara a cara
para negociar con el otro; implicando dos fases:

1. Preparación personal, en la cual debe evitarse caer en los extremos


(pasividad o agresividad), tener claro el objetivo que se pretende conseguir
(qué nos motiva a negociar), las emociones no deben confundirse con el
objetivo, porque podría explayarse y descargarse emocionalmente lo que
permitiría conseguir una recompensa a corto plazo; pero, es bueno
preguntarse ¿he conseguido mi objetivo?
Huir de juicios de intenciones, no debe juzgarse las intenciones del otro, se
corre el riesgo de contestar y reaccionar ante esas intenciones y perder de
vista el objetivo; de esa forma si el otro hace algo que duela y se piensa que
fue con buena intención, se le dejará pasar (ser pasivos); también se puede
juzgar que fue hecho con mala intención y entonces buscar atacar esa
maldad (ser agresivos). Querer que el otro reconozca que se equivocó y
acepte someterse al deseo de uno, puede llevar al sujeto a un objetivo
emocional, que compensará la humillación que ha sentido, pero ¿ese es el

25
objetivo?, lo que se intenta es entender qué motivó al otro para actuar en la
forma que lo hizo y hacerle saber qué generó en uno.
Crear la oportunidad para la negociación, buscar tiempo y espacio que
propicie la negociación; a veces en el momento no se sabe qué hacer o
decir, hasta que se va la otra persona y sólo entonces se nos ocurre lo que
pudimos o debimos haber dicho; sin embargo, se puede tener una segunda
oportunidad, aunque se tenga que crear utilizando frases introductorias,
como “de lo que hablábamos ayer, me gustaría comentarte algo…”
2. Preparación del diálogo. Se debe considerar lo que se le planteará al otro,
debiendo cubrir los requisitos de ser asertivo, es decir, describir los hechos
concretos para tener una base sobre la cual negociar, discutir y hacer los
planteamientos precisos; así, en lugar de decir “eres un vago”, se podría
plantear “he observado desde hace algunos días, que no comes con
nosotros”.
Manifestar sentimientos y pensamientos: se debe comunicar en forma
contundente y clara lo que hace sentir aquello que ocurre, aunque le
parezca al otro injusto o desproporcionado, pero es lo que se siente y por
ende se tiene derecho a decirlo así, sin aceptar descalificación; de igual
manera cuando se tiene que escuchar los sentimientos o pensamientos del
otro.
Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga, no se debe
hablar en forma general: “quiero que me respetes”, sino indicar las
conductas concretas, de modo que el otro las entienda y pueda realizar:
“quiero que cuando hable me mires a los ojos y contestes a lo que te
pregunto”.
Especificar las consecuencias que tendrá por hacer o no lo solicitado,
evitando que se plantee como castigo. Para ello, es importante realizar
ensayos. Se puede imaginar la situación para disminuir la ansiedad, de
modo que cuando llegue el momento de hablar con el otro, se pueda hacer
sin ponerse nervioso e iniciar la negociación en una mejor posición anímica.
En la ejecución, existen estrategias básicas, no se deben olvidar los
objetivos que contempla el diálogo preparado, pues ellos serán la meta a
alcanzar, no se busca dar respuesta a digresiones, ser rápido y agudo para
responder de manera inmediata a lo que se diga, sino poder emplear el

26
banco de niebla o asentir en principio, utilizando una frase como “puede que
tengas razón, pero lo que yo quiero decir es que…” y continuar el diálogo
donde fue interrumpido o repetir desde el principio (disco rayado), “lo que
dices es importante, más lo que yo te estoy diciendo es que…“; pueden
surgir otros temas pero debe terminarse con lo que ha motivado la
negociación y después abordar otro tema (de los que surgieron).

2.7. REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA (TERAPIA RACIONAL EMOTIVA


CONDUCTUAL –TREC–)
Con esta técnica las personas aprenden a cambiar pensamientos
distorsionados (automáticos), que pueden conducir a un malestar emocional y
frustración; los pensamientos se consideran la piedra angular dentro de la
reestructuración, sin embargo, no se es consciente de ellos y suelen
presentarse sin el menor esfuerzo por evocarlos.

En la TCC detectar y modificar pensamientos automáticos es una tarea central;


son un aspecto visible de la manera en que se interpreta al mundo, siendo
crucial para lograr un auténtico cambio a nivel cognitivo, al delimitar creencias y
supuestos básicos sobre los que se realiza la interpretación del mundo y dar
sentido a la experiencia cotidiana, de ahí su importancia para modificarlos y
evitar que se consideren un obstáculo para la felicidad y bienestar de la
persona.

La reestructuración cognitiva, se trabaja desde la TREC, que se deriva de la


Terapia Racional Emotiva (TRE) de Ellis. En la TRE se detectó que algunas
personas presentan un carácter de absolutista (debo…, tengo que…), dejando
de lado la probabilidad del evento y/o situación (me gustaría…, podría ser…);
esta terapia se apoya en los siguientes puntos:

1. Son las situaciones activadoras, eventos, situaciones reales, que generan a


B.
2. Son las interpretaciones de las situaciones (A), como pensamientos,
opiniones, creencias irracionales, conclusiones, auto verbalizaciones,
quejas, etc., que mantienen y agravan el problema, además anteceden a C.
3. Son las consecuencias emociones y conductas perturbadoras, como puede
ser tristeza, ansiedad, enojo, etc., mismas que surgen a partir de B.

27
4. Implica la discusión de la validez de B (de las creencias irracionales), donde
el terapeuta inicialmente cuestiona la validez y la racionalidad de los
pensamientos del paciente, mientras le enseña cómo hacerlo.
5. Será el establecimiento de cambios favorables a partir de la discusión
realizada a las creencias irracionales y creación de nuevas creencias
racionales y más adaptativas.

Inicialmente debe llevarse a cabo un registro de los pensamientos e


interpretaciones (B), emociones consideradas negativas (C), ambos aspectos
estarán relacionados con situaciones específicas (A), de modo que el terapeuta
pueda cuestionar los pensamientos e ir enseñando al paciente a que lo realice
por sí mismo (D), con la finalidad de continuar modificando pensamientos y
emociones, o evitar que se reactiven los que van siendo modificados en el
tratamiento, favoreciendo a que sean cada vez más racionales, permitiendo
propiciar y mantener un cambio en el comportamiento (E).

28
CAPITULO III
3. TRATAMIENTO GRUPAL
3.1. TERAPIA BREVE DE GRUPO
La terapia de grupo es una de las modalidades más utilizadas en el tratamiento
de la adicción a drogas. Es adecuada porque permite a los pacientes observar
el progreso de su comportamiento adictivo a través de sí mismos y de la
observación de los otros, y provee la oportunidad de experimentar el éxito
personal y el del grupo en un clima de apoyo y esperanza. En su formato breve
es indicado evaluar a los pacientes antes de incluirse en el grupo, y comprobar
cuáles son sus expectativas respecto a la terapia. La duración es de 6 a 12
sesiones de 1-1,5 horas, dependiendo de las metas que se establezcan en el
grupo.

3.2. ENFOQUE DE REFUERZO COMUNITARIO (CRA) MÁS «VOUCHERS».


Terapia multimodal11, ha sido uno de los enfoques que han sido mejor
evaluados según el NIDA y ha sido utilizado con éxito con pacientes
alcohólicos, heroinómanos y cocainómanos. Los «vouchers» están basados en
la economía de fichas, y son justificantes de analíticas de orinas negativas que
pueden intercambiarse por diversos refuerzos. En ocasiones se combina con
prescripción de Disulfiran.

3.3. TERAPIA DE REFUERZO EN PROGRAMAS DE MANTENIMIENTO CON


METADONA
Similar al enfoque anterior, se centra en reforzar progresivamente los períodos
de abstinencia en pacientes en programa de metadona.

TRATAMIENTO DE DÍA CON REFUERZO. Similar a los dos enfoques


anteriores pero aplicado a adictos sin hogar. Incluye grupos de consejo y
psicoeducacionales.

3.4. TERAPIA CONDUCTUAL PARA ADOLESCENTES


Estrategia terapéutica que se basa en principios de la terapia de conducta tales
como el control estimular, modelado de conductas y reforzamiento
contingente9. En esta aproximación terapéutica para los adolescentes con
problemas de drogas se presta especial atención a los mecanismos de control
social, implicando en el proceso terapéutico a la familia o a otras personas
significativas para el paciente.

29
3.5. TERAPIA FAMILIAR MULTIDIMENSIONAL PARA ADOLESCENTES
Al igual que en el caso anterior, este enfoque terapéutico está pensado
especialmente para adolescentes con problemas con las drogas. Pero a
diferencia de la terapia conductual para adolescentes, su foco se centra en las
relaciones familiares, ya que el problema adictivo es visto como el producto de
una red de influencias, en la que la red familiar tiene un papel clave.

3.6. TERAPIA MULTISISTÉMICA


Enfoque terapéutico intensivo dirigido a adolescentes con problemas de
drogas y una conducta antisocial marcada.

Es un programa de tratamiento intenso, centrado en las familias y basado en la


comunidad, para jóvenes que han cometido delitos graves y posiblemente
abusen de sustancias. Es también una estrategia de terapia para enseñar a sus
familias cómo facilitar la recuperación de estos jóvenes.

El objetivo de la MST es disminuir la delincuencia juvenil. Una MST debe


incluir:

1. tratamiento de base empírica que reconozca un amplio número de factores


de riesgo que influyen en el comportamiento;
2. recompensas para cambios positivos en el comportamiento y entorno del
joven, para así dar poder al terapeuta; y
3. minuciosos mecanismos de comprobación de que se cumplen los objetivos
establecidos en el tratamiento.

3.7. TERAPIA FAMILIAR


(Kaufman mccrady 1992) En el tratamiento de abuso de sustancias, por
ejemplo, el cliente es el paciente identificado (PI), el miembro de la familia que
se presenta con el problema de abuso de sustancias. En la terapia familiar, la
meta del tratamiento es satisfacer las necesidades de todos los miembros de la
familia. La terapia familiar atiende la naturaleza interdependiente de las
relaciones familiares y cómo estas relaciones afectan al PI y a los demás
miembros de la familia, ya sea para bien o para mal. La terapia familiar es una
colección de acercamientos terapéuticos que comparten una creencia en el
avalúo e intervención a nivel familiar. Una familia es un sistema y en cualquier
sistema La terapia familiar en el tratamiento de abuso de sustancias tiene dos

30
fines principales. Primero, procura usar las fortalezas y los recursos de la
familia para ayudar a descubrir o desarrollar maneras de vivir sin las sustancias
de abuso. Segundo, suaviza el impacto de la dependencia química tanto en el
PI como en su familia. Con frecuencia, durante el proceso, hacer acopio de las
fortalezas de la familia requiere que se le provea apoyo básico. En la terapia
familiar, la unidad de tratamiento es la familia y/o el individuo en el contexto del
sistema familiar. La persona que abusa de sustancias se considera un
subsistema dentro de la unidad familiar; es la persona cuyos síntomas tienen
repercusiones severas en todo el sistema familiar. Las relaciones familiares
dentro de este subsistema son los puntos de interés terapéutico y de
intervención. El terapeuta facilita las discusiones y sesiones de solución de
problemas, con frecuencia con el grupo familiar completo o subconjuntos del
mismo, salud, incluso en el abuso de sustancias. El trabajo en familia se ha
convertido en un tema poderoso y continuo de muchos enfoques de
tratamiento, pero la terapia familiar no se aprovecha a capacidad en el
tratamiento de abuso sustancias. Queda por delante un reto principal, ampliar
el enfoque del tratamiento del individuo al tratamiento de la familia el reto de
trabajar juntos requerirá comprensión mutua, flexibilidad y acomodo entre el
proveedor de tratamiento, el terapeuta familiar y la familia. Este cambio
requerirá un enfoque más intenso en las interacciones sistémicas de las
familias. Se tienen que armonizar muchas prácticas divergentes si se ha de
usar la terapia familiar para el tratamiento. Por ejemplo, el consejero de
tratamiento para abuso de sustancias por lo general facilita las metas de
tratamiento con el cliente, por lo tanto, las metas son individualizadas y se
centran principalmente en el cliente. Esto reduce la oportunidad de incluir la
perspectiva de la familia en la selección de metas, lo que podría facilitar el
proceso de recuperación de la familia como unidad. Encontrar maneras para
que las dos disciplinas colaboren, también exige reexaminar los supuestos
comunes de los dos campos. Los consejeros de tratamiento para abuso de
sustancias, con frecuencia se enfocan en las necesidades particulares de las
personas con trastornos por uso de sustancias, exhortándolas a que se cuiden
a sí mismas. Este punto de vista falla al no destacar el impacto que estos
cambios tendrán en los otros miembros de la familia. Cuando se exhorta al PI a
cuidarse a sí mismo, con frecuencia no está preparado para las reacciones de

31
los demás miembros de la familia ante los cambios que experimenta, y muchas
veces no está preparado para hacerles frente. De otra parte, muchos
terapeutas familiares han confiado en que la introducción de cambios positivos
en el sistema familiar, podría producir una mejoría simultáneamente en el
trastorno de uso de sustancias. Este punto de vista tiende a minimizar el
proceso persistente y a veces abrumador de la adicción.

3.7.1. EL ENFOQUE DEL TRATAMIENTO DE LA TERAPIA FAMILIAR


(Liddle y Hogue 2001). Es intervenir con estos patrones complejos de
relaciones y transformarlos a fin de obtener un cambio productivo para la toda
la familia. La terapia familiar descansa en la perspectiva de sistemas. De
manera que los cambios en una parte del sistema pueden provocar, y de
hecho provocan, cambios en otras partes del sistema y estos cambios pueden
contribuir a los problemas o a las soluciones. Es importante entender la función
compleja que pueden jugar las familias en el tratamiento de abuso de
sustancias. Pueden ser una fuente de ayuda para el proceso de tratamiento,
pero también tienen que manejar las consecuencias de la conducta adictiva del
PI. A los miembros individuales de la familia les preocupa el abuso de
sustancias del PI, pero también tienen sus propias metas y problemas. En la
terapia familiar, los miembros geográficamente distantes de la familia pueden
desempeñar un papel importante en el tratamiento de abuso de sustancias y
deben incorporarse al proceso terapéutico a pesar de la distancia geográfica.
para establecer a una persona en un tratamiento se puede requerir una
definición metafórica de la familia, como por ejemplo la familia del lugar de
trabajo. A medida que el tratamiento progresa, la idea de la familia se puede
reconfigurar y la noción puede volver a cambiar otra vez durante la continuidad
del cuidado. En otros casos, el cliente no permitirá que se establezca contacto
con la familia, tal vez quiera que el consejero o terapeuta solamente vea a
algunos miembros de la familia o puede excluir a otros. Debe hacerse una
distinción entre terapia familiar y terapia de integración familiar. La terapia de
integración familiar procura educar a las familias sobre los patrones de
relaciones que generalmente contribuyen a la formación y continuación del
abuso de sustancias. Difiere de la terapia familiar en que la familia no es el
grupo terapéutico principal, ni se interviene en el sistema de relaciones

32
familiares. Las discusiones a continuación presentan una visión general
resumida de la evolución de los modelos de terapia familiar y de los modelos
principales de terapia familiar usados hoy en día como base para el tratamiento

3.7.2. MODELOS HISTÓRICOS DE TERAPIA FAMILIAR


Sargent (1983) La terapia familiar es una colección de acercamientos
terapéuticos que comparten una creencia en el avalúo e intervención a nivel
familiar.

3.7.2.1. EL MODELO DE ENFERMEDAD FAMILIAR:


estudia el abuso de sustancias como una enfermedad que afecta a toda la
familia. Los miembros de la familia de las personas que abusan de sustancias,
pueden desarrollar codependencia, lo que hace que faciliten el abuso de
sustancias del PI. Hay poca evidencia de investigaciones controladas que
apoyen el modelo de enfermedad, pero, no obstante, es influyente en la
comunidad de tratamiento y entre el público general

3.7.2.2. EL MODELO DE SISTEMAS FAMILIARES


parte de la idea de que las familias se organizan con base en sus
interacciones en torno al abuso de sustancias. Al adaptarse al abuso de
sustancias, la familia puede mantener un equilibrio u homeostasis. Por ejemplo,
un hombre con trastorno por abuso de sustancias puede ser hostil o incapaz de
expresar sus sentimientos a menos que esté intoxicado. Usando un
acercamiento de sistemas, el terapeuta intentará y tratará de cambiar los
patrones de comunicación inadaptados o las estructuras de funciones
familiares que requieren del abuso de sustancias para mantener la estabilidad.

3.7.2.3. MODELO MÉDICO


(Cloninger 1999), El modelo médico de la adicción hace hincapié en las causas
biológicas, genéticas o fisiológicas del abuso de sustancias y la dependencia.
Un conjunto de investigaciones biológicas que sugiere un componente genético
para el abuso de sustancias, brinda apoyo a esta teoría particularmente en el
caso del alcoholismo, ya que ésta es la clase de sustancia de abuso que se ha
investigado más a fondo y es la relacionada con la gran mayoría de los
trastornos por abuso de sustancias. El modelo también lo apoya las
investigaciones que demuestran cómo las diferentes sustancias de abuso
pueden ocasionar cambios a largo plazo en la química del cerebro (. Desde

33
una perspectiva médica, el tratamiento implica cuidado médico y puede incluir
el uso de farmacoterapia para ayudar a manejar la abstinencia y contribuir al
cambio conductual.

34
3.7.3. LOS ENFOQUES COGNITIVOS-CONDUCTUALES
Están basados en la idea de que las conductas adaptativas, incluyendo el uso y
abuso de sustancias, se refuerzan mediante interacciones familiares. El
tratamiento orientado en la conducta procura cambiar las interacciones y
concentrar su atención en la conducta que activa el abuso de sustancias, para
mejorar la comunicación y la solución de problemas y fortalecer las destrezas
de manejo.

3.7.4. LA TERAPIA FAMILIAR MULTIDIMENSIONAL


Integrado varias técnicas diferentes con énfasis en las relaciones entre
conocimiento, afecto (emotividad), comportamiento e insumo ambiental La
terapia familiar multidimensional no es el único modelo de terapia familiar que
ha adoptado este acercamiento.

Sargent (1983) Una meta principal de la terapia familiar en el tratamiento de


abuso de sustancias, es la prevención, en particular evitar que el abuso de
sustancias pase de una generación a otra. Un estudio tras otro, demuestra que
si un miembro de la familia abusa del alcohol o las drogas, los otros miembros
corren mayor riesgo de desarrollar problemas de abuso de sustancias, una
persona con trastorno de uso de sustancias por lo general trae a una familia al
tratamiento, es posible que más de un miembro de la familia tenga problemas
de abuso de sustancias, enfermedad mental, problema de violencia doméstica
u otra dificultad importante. De hecho, el abuso de sustancias podría ser sólo
una razón secundaria para el referido a terapia. Cambiar los patrones de
interacción inadaptados de la familia, puede ayudar a corregir problemas
psicosociales entre todos los miembros de la familia. el reto de trabajar juntos
requerirá comprensión mutua, flexibilidad y acomodo entre el proveedor de
tratamiento, el terapeuta familiar y la familia. Este cambio requerirá un enfoque
más intenso en las interacciones sistémicas de las familias. Se tienen que
armonizar muchas prácticas divergentes si se ha de usar la terapia familiar
para el tratamiento. Por ejemplo, el consejero de tratamiento para abuso de
sustancias por lo general facilita las metas de tratamiento con el cliente, por lo
tanto, las metas son individualizadas y se centran principalmente en el cliente.
Esto reduce la oportunidad de incluir la perspectiva de la familia en la selección

35
de metas, lo que podría facilitar el proceso de recuperación de la familia como
unidad.

Encontrar maneras para que las dos disciplinas colaboren, también exige
reexaminar los supuestos comunes de los dos campos. Los consejeros de
tratamiento para abuso de sustancias, con frecuencia se enfocan en las
necesidades particulares de las personas con trastornos por uso de sustancias,
exhortándolas a que se cuiden a sí mismas. Este punto de vista falla al no
destacar el impacto que estos cambios tendrán en los otros miembros de la
familia. Cuando se exhorta al PI a cuidarse a sí mismo, con frecuencia no está
preparado para las reacciones de los demás miembros de la familia ante los
cambios que experimenta, y muchas veces no está preparado para hacerles
frente. De otra parte, muchos terapeutas familiares han confiado en que la
introducción de cambios positivos en el sistema familiar, podría producir una
mejoría simultáneamente en el trastorno de uso de sustancias. Este punto de
vista tiende a minimizar el proceso persistente y a veces abrumador de la
adicción

3.8. FACTORES TERAPÉUTICOS


(Stewart 1999)Debido a la variedad de modelos de terapia familiar, las
diferentes escuelas de pensamiento en el campo y los diferentes grados de
implantación de la terapia familiar, es probable que varios factores terapéuticos
sean responsables de la efectividad de la terapia familiar. Estos podrían incluir,
aceptación de parte del terapeuta, mejor comunicación, organización de la
estructura familiar, definición de responsabilidades e intensificación del impulso
de cambio lo que aumenta la motivación familiar para cambiar sus patrones de
interacción y libera a la familia para poder hacer cambios.

Otra razón por la cual la terapia familiar es efectiva en el tratamiento de abuso


de sustancias, es que provee un foro neutral para que la familia se reúna para
solucionar problemas. Con frecuencia, las familias con un miembro con
problema de abuso de sustancias no cuentan con un escenario racional de
expresión y negociación. Aunque sus vidas son impredecibles y caóticas - el
abuso de sustancias, la causa del trastorno y un elemento focal organizativo de
la vida familiar - no se discute. Si se trata el tema, el tono del intercambio
probablemente sea acusatorio y negativo.

36
37
3.9. LIMITACIONES SOCIOECONÓMICAS
La condición socioeconómica de una familia que recibe tratamiento puede tener
ramificaciones trascendentales. Durante el tratamiento, la pobreza tiene dos
implicaciones inmediatas. Primero, la terapia deberá atender muchos asuntos
relacionados con la supervivencia un terapeuta no puede explorar aspectos de
los sistemas familiares o los rasgos cognitivo conductuales si la familia está
siendo desalojada de su hogar, no se alimenta adecuadamente, no tiene
recursos financieros ni empleo o experimenta otra amenaza en su vida diaria.
Segundo, los sistemas de reembolso que puedan accederse probablemente
determinen cuánto durará el tratamiento, independientemente de las
necesidades del cliente. Por lo tanto, los tratamientos de terapia familiar para
abuso de sustancias, tienen que diseñarse para que sean relativamente breves
y se concentren en los aspectos del ambiente familiar que puedan estar
manteniendo la sintomatología de abuso de drogas

3.10. ETAPAS DE CAMBIO Y NIVELES DE RECUPERACIÓN


El proceso de recuperación es complejo y multifacético. Un marco de trabajo
útil para entender este proceso consiste en las etapas de cambio que pueden
aplicarse tanto a un individuo como a toda la familia y pueden usarse como
base para el tratamiento. Las cinco etapas de cambio son:

3.10.1. LA PRECONTEMPLACIÓN:
En esta etapa, la persona que abusa de sustancias ni siquiera piensa en
cambiar su uso de drogas o alcohol, aunque otros pueden reconocerlo como un
problema. Con toda probabilidad la persona no se presentaría a tratamiento si
no se le obliga. Si se le refiere para tratamiento, es probable que se resista
activamente al cambio. Por lo demás, una persona en esta etapa podría
beneficiarse de información no amenazante para crearle conciencia de la
posibilidad de que exista un problema y las posibilidades de cambio. Si bien las
familias en esta etapa pueden estar pensando "¡Esto tiene que parar!" con
frecuencia, recurren a defensas comunes como proteger, esconder y excusar al
PI. Cuando el PI se encuentra en la etapa de precontemplación, el terapeuta
procura establecer afinidad y ofrecer apoyo para que haya un cambio positivo

38
3.10.2. LA CONTEMPLACIÓN
Una persona en esta etapa es ambivalente e indecisa, vacila entre si
verdaderamente tiene un problema o necesita cambiar. El deseo de cambiar
existe simultáneamente con la resistencia al cambio. Una persona puede
buscar consejo profesional para obtener un avalúo objetivo. En esta etapa las
estrategias de motivación son de utilidad, pero la confrontación agresiva o
prematura puede provocar una resistencia fuerte y conducta defensiva. Muchos
contempladores en esta etapa tienen planes indefinidos para tomar acción en
los próximos seis meses o algo parecido. En esta etapa las familias vacilan
entre "No puede hacer nada al respecto" y "No hará nada". El nivel de tensión y
amenaza aumenta. El rol del terapeuta es promover la ambivalencia. Ayudar al
PI a ver las ventajas y desventajas del uso de sustancias y del cambio, ayuda
al PI a dar pasos para tomar una decisión. La educación del cliente es una
herramienta efectiva para crear ambivalencia

3.10.3. LA PREPARACIÓN
En esta etapa una persona procede con los pasos específicos necesarios para
solucionar el problema. La persona que abusa de sustancias confía más en su
decisión de cambiar y está lista para tomar los primeros pasos hacia la próxima
etapa, la acción. En esta etapa, la mayoría de las personas está planificando
tomar acción durante el próximo mes y está haciendo los ajustes finales antes
de comenzar a cambiar su conducta. Durante esta etapa, uno o más miembros
de la familia comienzan a buscar una solución. Pueden buscar orientación y
opciones de tratamiento. Aquí el rol del terapeuta es exhortar a la persona a
que trabaje para alcanzar su meta

3.10.4. EL CAMBIO ACTIVO


Se ponen en marcha acciones específicas para lograr el cambio. La acción
puede incluir modificaciones claras de conducta y ambiente. Ésta es la etapa
de más esfuerzo y requiere el mayor compromiso de tiempo y energía. El
compromiso de la persona con el cambio todavía es inestable, de manera que
el apoyo y estímulo siguen siendo elementos importantes para evitar que se dé
por vencido o sufra una regresión en su preparación para el cambio. En este
punto, las fuerzas de cambio en una familia alcanzan proporciones críticas.
Con frecuencia se requieren ultimátum e intervenciones profesionales. El rol del

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terapeuta es exhortar a la persona y continuar educando al cliente para reforzar
la decisión de detener el abuso de sustancias

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3.10.5. EL MANTENIMIENTO
El mantenimiento diario sostiene los cambios logrados como resultado de
acciones anteriores y se toman medidas para prevenir una recaída. Esta etapa
requiere un conjunto de destrezas diferentes a las usadas para iniciar el
cambio. Se tienen que aprender estrategias de manejo para solucionar
problemas. Las conductas problemáticas se tienen que reemplazar con
conductas nuevas y saludables. Los desencadenadores emocionales de la
recaída tienen que identificarse y planearse. Se han consolidado ciertos logros,
pero esta etapa no es estática ni invulnerable. Dura tan poco como 6 meses o
tanto como toda una vida. En la etapa de mantenimiento, familia se ajusta a
una vida sin sustancias Durante esta etapa, es importante mantenerse en
contacto con la familia para repasar los cambios y los posibles obstáculos al
cambio. Se debe recordar a los miembros de la familia que solicitar apoyo para
mantener los cambios ya logrados puede ayudarles a identificarse con el
entusiasmo del terapeuta por la recuperación no sólo del PI sino de la familia
completa y que es una señal de fortaleza y no de debilidad. La meta del
terapeuta es prevenir la recaída, educar al PI y a la familia sobre las recaídas, y
sobre cómo prepararse para momentos y lugares difíciles y a nunca darse por
vencido.

3.10.6. CONFRONTACIÓN
Por lo general, el tratamiento de abuso de sustancias ha dependido de la
confrontación más que la terapia familiar. Durante mucho tiempo, dentro de la
comunidad de tratamiento para abuso de sustancias, se creía que era
necesario confrontar a los clientes y eliminar a través de sus defensas para
superar la negación. Algunas investigaciones preliminares sugieren que el
enfoque de confrontación puede ser el método menos efectivo para lograr que
ciertos clientes modifiquen su conducta de abuso de sustancias El tratamiento
del abuso de sustancias ha pasado de los enfoques de confrontación a unos
enfoques de mayor empatía, como los favorecidos por la terapia familiar. No
obstante, los terapeutas familiares deben saber cómo se han usado y se siguen
usando en algunos programas de tratamiento para abuso de sustancias.

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3.11. NIVELES DE MOTIVACIÓN
Motivar a una persona o familia para que entre a tratamiento y continúe
recibiéndolo, es una tarea compleja, que se complica aún más debido a que el
PI y su familia pueden tener niveles de motivación diferentes (tantos como
miembros haya en la familia). Muchos factores relacionados con la familia del
cliente, como conservar la custodia de los niños o salvar un matrimonio,
pueden usarse para motivar a los clientes. Como quiera que sea, la lealtad
para con el grupo o la familia afectará a cada persona de forma diferente. Estas
lealtades pueden motivar a algunos a entrar a tratamiento, pero pueden
disuadir a otros. En cierta medida, cuando aceptamos nuestra falta de control
sobre la sustancia y el daño que ésta ocasiona, nos motivamos a dejar de
usarla, aunque debe señalarse que el simple hecho de entender que el
problema existe puede que no sea por sí solo suficiente motivación.

3.12. ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS


Pre-sobriedad, Interrumpir y bloquear el exceso de responsabilidad emocional
y funcional usando el sistema de orgullo del cónyuge y de la persona con un
trastorno por abuso de sustancias. Hacer referidos a grupos de autoayuda.

3.13. TERAPIA CONDUCTUAL CONYUGAL


(McCrady 2002)Visión del abuso de sustancias , Desarrollada para tratar
problemas de alcoholismo en el marco de la consejería de parejas. Usa un
marco de trabajo de aprendizaje social para conceptuar el consumo de bebida
(o de otras sustancias) y el funcionamiento familiar. Examina los factores
actuales que mantienen el uso de sustancias en la actualidad, en lugar de
factores históricos. Las percepciones y los estados afectivos sirven para
mediar la relación entre los antecedentes externos y el uso de sustancias y las
expectativas del valor de refuerzo de las sustancias, tienen un rol importante a
la hora de determinar el uso posterior de sustancias. El abuso de sustancias
se mantiene debido a consecuencias fisiológicas, psicológicas e
interpersonales. El uso de sustancias es parte de un continuo que abarca la
abstinencia, el uso no problemático y diferentes tipos de uso problemático.
Desde esta perspectiva, los problemas pueden exhibir una variedad de formas,
algunas de las cuales son congruentes con un diagnóstico formal y otras más
leves o más intermitentes. Esta perspectiva difiere significativamente del
acercamiento de diagnóstico psiquiátrico del DSM-IV-TR, en que no supone

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que ciertos síntomas se agrupan, ni que haya presente un síndrome
subyacente o estado de enfermedad (aunque tampoco excluye esa
posibilidad).

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3.14. METAS TERAPÉUTICAS
La abstinencia es la meta preferida de tratamiento. Otras metas son:

1. Desarrollar destrezas de manejo para que la pareja abordar el problema de


abuso de sustancias.
2. Desarrollar refuerzos positivos para la abstinencia o el cambio en el uso.
Mejorar el funcionamiento de la relación.
3. Desarrollar destrezas generales para enfrentar problemas. Desarrollar
destrezas efectivas de comunicación y destrezas para resolver problemas.
Desarrollar destrezas para evitar recaídas También se pueden identificar
otras metas específicas para la pareja.

3.15. ESTRATEGIAS PARA INTERVENIR A VARIOS NIVELES CON EL


INDIVIDUO QUE ESTÁ ABUSANDO DE SUSTANCIAS EL CÓNYUGE
(Gerstein 1999). la relación como unidad la familia , otros sistemas sociales
,Comenzar con una evaluación detallada para determinar cuáles son los
factores principales que contribuyen al mantenimiento del uso de sustancias,
las destrezas y limitaciones del individuo y la pareja y las fuentes de motivación
para el cambio.Ayudar a los clientes a evaluar los problemas psicológicos
individuales relacionados con el uso, el potencial y los refuerzos reales para
continuar el uso y para la reducción en el uso2 o la abstinencia, las
consecuencias negativas del uso y la abstinencia, y las creencias y
expectativas en cuanto al uso de sustancias y sus consecuencias. Enseñar
destrezas individuales de manejo (por ejemplo, planificación del auto-manejo,
control de estímulos, rechazo a las sustancias, y auto-monitorización del uso y
los impulsos para usar). Enseñar destrezas conductuales y cognitivas para
enfrentar problemas, diseñadas a la medida para los tipos de situaciones que
representan los antecedentes más comunes al uso. Proveer a los clientes un
modelo para conceptuar el abuso de sustancias y cómo se puede cambiar.
Enseñar a los cónyuges una variedad de destrezas de manejo basadas en el
avalúo individualizado de las conductas que pueden iniciar, o mantener, el
abuso de sustancias (por ejemplo, aprender nuevas formas de discutir el uso y
aprender nuevas respuestas al uso de sustancias del cónyuge). Usar temas
relacionados con las sustancias (por ejemplo, cómo manejar una situación en
que se están usando sustancias o qué decir a la familia y a los amigos sobre el
tratamiento) para enseñar destrezas de solución de problemas y comunicación.

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Destrezas

1. Entrevistar a las familias o a los miembros de las familias difíciles de


comprometer.
2. Generar y probar hipótesis sobre dificultades familiares y patrones de
interacción de forma eficiente.
3. escalar los conflictos en la familia para poner fin a un tranque familiar.
4. Aliarse temporalmente con un miembro de la familia en contra de otro.
5. Lidiar constructivamente con la fuerte resistencia al cambio de una familia.
6. Negociar las relaciones colaboradoras con profesionales de otros sistemas
que trabajan con la familia, aún cuando los grupos estén en desacuerdo.

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CONCLUSIONES
Al desarrollar el presente trabajo, quisimos ampliar nuestro campo de visión
sobre los distintos conceptos: Tratamientos ambulatorios y residenciales,
tratamientos individual y grupal, y por último tratamientos de familia y pareja.
Concluimos, que los tipos de tratamientos son de mucha ayuda para las
personas en adicciones. Todos los tipos de tratamiento que hemos podido
observar en la presente monografía sirven para que las personas con
adicciones puedan ser ayudadas de manera eficaz y de una u otra forma dejar
de consumir diferente tipo de droga.
Podemos decir también, que no solamente existe el tratamiento psicológico
para que un adicto salga de esto, sino que también existen tratamientos
farmacológicos para que el individuo pueda salir de la adicción, siempre y
cuando sean los adecuados para su recuperación.
Otra de las conclusiones que podemos rescatar, es que, para tratar a un
paciente con adicciones, se necesita conocer bien este tema y también evaluar
con anticipación al paciente, conocer su historia clínica, para así poder llevar
acabo un tratamiento eficaz en dicha persona, así existirá una mejora en él y
podrá dejar el tipo de adicción que tenga.
Y, por último, concluimos que la familia cumple un papel muy importante en el
paciente adicto, ya que con ayuda de estos este podrá salir adelante, ya que
tendrá fuerza y motivación para salir adelante.

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REFERENCIAS

- Liberm Wheele (abril 2009) manual de terapia de pareja, ed.


Washington,
- TORDJMAN, G.(2007). La pareja. Realidades, problemas y perspectivas
de la vida en común. Ed. Grijalbo. Barcelona.
- Edith Chávez Vizuet. (Marzo 2010). Prevención de Recaídas.
Barcelona: Socidrogalcohol.
- Elisardo Becoña Iglesias, Maite Cortés Tomás. (2018). GUÍA
CLÍNICA DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN
ADICCIONES. Barcelona: Socidrogalcohol.
- Gabriel Rubio. (enero 2001). Intervención psicológica en
conductas adictivas. Trastornos adictivos, Vol. 3. Núm. 1.,
Páginas 1-66.
- July . (2018). Las drogas, el cerebro y la conducta: la ciencia de
la adicción Tratamiento y recuperación. National Institute on
Drug Abuse, Pagina 1-2.
- AGUILAR I. (1997).Retención en comunidad terapéutica. La CT profesio
nal de Barajas. Adicciones; 9:18194.
- ALONSO – FERNÁNDEZ, F. (1981).
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- ARIAS, F., BARREIRO, C., BERDULLAS, J., IRAURGUI, I., LLORENTE,
J.M., LÓPEZ, A., MADOZ,A., MARTÍNEZ, J.M., OCHOA, E., PALAU, C.,
PALOMARES, A., VILLANUEVA., V.J., “Manual de adicciones para
psicólogos especialistas en psicología clínica en formación”, Barcelona,
pág. 217.

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