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La ira según Séneca

Para introducir el tema; Séneca fue un filósofo de la antigüedad que se destacó, antes y
ahora, por sus grandes aportes en la ciencia que es la Vida misma. Éste dedicó la mayor
parte de su vida a analizar las circunstancias emocionales que sucedían a diario y las
consecuencias o el impacto que ellas podrían tener en una sociedad colectiva,
conformada por entes particulares, con oficios y ocupaciones diferentes pero que de
alguna manera se interconectaban mediante las emociones como es el caso de la ira,
emoción principal que trataremos. Agregar, además, que posterior a sus análisis
exhaustivos, Séneca no se conformaba con solo comprenderlos sino también que
aportaba soluciones y proponía posturas de cómo superar dichas circunstancias
emocionales con “éxito”, cosa nada fácil de seguir.
Esto se debe a la época en que Séneca se desenvolvió, una época cargada de
despotismo, ira, leyes absurdas, además de su propia personalidad que no le ayudaba,
fue alguien muy emocional; lo cual lo obligó a ver la vida desde un punto de vida más
crítico, con la esperanza de que si comprendía la relación entre las reacciones del ser
humano en situaciones desafortunadas o bien afortunadas, podríamos vivir con mayor
plenitud, preparados previamente ante cualquier circunstancia que se presentara.
Como había mencionado, para Séneca la ira era uno de los muchos temas que éste
necesitaba comprender con más apuro, la ira en su época era una emoción sencilla de
desatar y difícil de controlar (cosa que, en estos tiempos, sigue siendo un problema en
algunas personas).
Los tiempos del ahora, por cuestiones de lógica y en comparación de los tiempos de
antes han cambiado y avanzado, encontramos numerosas cosas que antes se hacían de
tal manera pero que ahora se llevan a cabo diferente, por citar algunos ejemplos podrían
ser los medios de comunicación, la manera en que nos transportamos de un lugar a otro,
como cocinamos, como hacemos actividad física… etc. Y esto también incluye la
manera en que solucionamos los problemas (discusiones, desacuerdos, injusticias,
crímenes), en lo que cuando antes las personas estaban envueltas en un desacuerdo la
primera reacción era la agresiva y regularmente terminaba con enfrentamientos físicos
que concluían con heridas de gravedad o incluso la muerte, pero ahora las cosas son
distintas y más convenientes… Ya las reacciones no son tan impulsivas y ponemos la
ética en primer lugar para llegar a acuerdos más convenientes, contamos con sistemas
judiciales más justos, además, de que precisamente como eran los tiempos de antes,
hemos aprendido las consecuencias dichas actitudes negativas en donde reinaban la
inestabilidad emocional y pues ahora son pocas las personas que no piensan antes de
actuar.
Séneca explica que el ser humano resulta aparentar decepciones cuando tiene muchas
esperanzas puestas en que todo saldrá como fue planeado desde un inicio y que no habrá
lugar para errores, lo cuál es el mayor error, porque a lo que se debe estar
verdaderamente preparado es que al menos uno o dos sucesos no ocurrirán como lo
planeado, por ello que en la actualidad todo el mundo, desde la parte más inicial de una
sociedad que es la familia, hasta la más amplia que son negocios, industrias,
organizaciones, contamos con plan B y hasta C por si el A (que es lo más probable que
suceda) no se desarrolle como lo planeado.

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